comunidad de la sabana.docx

Los tres principios ecológicos de la sustentabilidad económica La sustentabilidad de una economía depende de la habilida

Views 121 Downloads 3 File size 822KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Los tres principios ecológicos de la sustentabilidad económica La sustentabilidad de una economía depende de la habilidad natural de los ecosistemas para capturar y almacenar energía suficiente para sostener la vida en el planeta. Los humanos ya podemos capturar energía solar, pero seguimos dependiendo del medio ambiente para la energía biológica que almacenan los organismos vivos. Las leyes de la ciencia rigen a todo nuestro planeta, sin importar si las comprendemos o no. Hay tres principios básicos de la ecología, que definen cómo trabajan los ecosistemas, y que debemos comprender si queremos contribuir a la sustentabilidad ecológica.

1. El holismo: esta palabra significa lo global, o cómo todo está conectado. El principio del holismo puede resumirse como “el todo es más que la suma de sus partes”, porque la esencia de los organismos bilógicos y sociales no está en sus partes o miembreos. El todo tiene propiedades que solo emergen cuando las partes se unen coherentemente, por lo que las relaciones entre las partes importan y si una de ellas cambia, el todo también lo hace. Esto no es tan importante en los sistemas mecánicos o eléctricos, pero en los sociales, económicos y ecológicos sí que lo es, lo cual es el mayor reto de la sustentabilidad económico. 2. Diversidad: la naturaleza es inherentemente diversa. Si no lo fuera, no podría sostener la vida. La diversidad le da a los sistemas la resiliencia necesaria para sobrevivir y recuperarse a las amenazas del ambiente cambiante. Es fácil entender, entonces, que la pérdida de diversidad en general representa una amenaza creciente al futuro de la vida humana en el planeta. 3. Interdependencia: las relaciones dependientes son explotadoras y la independencia es limitante, pero las relaciones interdependientes son mutuamente beneficiosas y no hay perdedores. La interdependencia es la recompensa por respetar los dos principios

anteriores, porque el resultado de un proceso se convierte en el inicio de otro: lo que una especie desperdicia es un recurso para otras. La naturaleza mutuamente beneficiosa de este tipo de relaciones hace que la suma de las partes diversas sea más que la suma de sus partes, pero en las relaciones que tienen que ver con humanos, la interdependencia es una cuestión de decisión, no de necesidad. La gente tiene la opción de decidir continuar explotando la naturaleza o de trabajar en armonía con ella. Para ser sustentables, debemos decidir ser interdependientes.

TIPOS DE SABANA SABANAS DE LA ZONA INTERTROPICAL Son las sabanas propiamente dichas. Son biomas generalmente situados en latitudes intertropicales y, raras veces subtropicales.

Sabana en Ngorongoro, Tanzania Caracterizados por: Agua: con una estación o período seco Suelo: escasamente fértil, por el lavado o lixiviación de las sustancias nutrientes Temperatura: una estación templada, seca y otra calurosa y lluviosa. Plantas: hiervas, no son frecuentes las concentraciones arbóreas, salvo en las zonas más favorables o junto a los ríos (selva de galería). Animales: diferentes especies de mamíferos, pájaros e insectos. Las sabanas de África son típicas de las sabanas más húmedas Una de las más famosas es el Serengueti. Las sabanas de los Llanos colombo-venezolanos constituyen las típicas sabanas de clima Aw (o clima de sabana). También se pueden encontrar diferentes algas en los ríos extensos que hay en las costas de la sabana (Aw) Animales como: murciélagos, ardillas, libélulas, langostas, chapulines, leones, elefantes, tigres, chitas, guepardos, etc.

SABANA TEMPLADA El nombre más frecuente de este bioma es el de praderas, que son biomas localizados en latitudes medias de los cinco continentes, caracterizados por poseer un clima de veranos más húmedos e inviernos fríos y secos: Agua: Relativamente escasa Temperatura: Una estación templada y una calurosa (a menudo con un invierno frío) suelo: fértil Plantas: Hierbas Animales: Mamíferos, pájaros e insectos. Actividad humana: Bastante intensa: cultivo de cereales, etc. SABANAS MEDITERRANEAS Son biomas localizados en latitudes medias de los cinco continentes con clima mediterráneo. Se caracterizan por: Agua: Semi-áridas Suelo: Pobre Plantas: Vegetación endémica SABANAS MONTAÑOSAS Se encuentran a altitudes elevadas (zonas alpinas y subalpinas) en diferentes regiones del planeta. Se caracterizan por haber evolucionado como islas, aisladas por las especiales condiciones climáticas y, frecuentemente, albergan muchas especies endémicas. Las plantas características de este hábitat muestran adaptaciones tales como estructuras en roseta, superficies cerosas y hojas pubescentes. Se sitúan en el continente americano. Fitocenosis

Phytocenosis Comunidad de plantas verdes que sirve de marco para el desarrollo de la comunidad animal (o zoocenosis), la de los hongos (o micocenosis) y de las bacterias (bacteriocenosis). Zoocenosis

Zoocoenosis Reunión de las comunidades animales presentes en un bioma determinado microbiocenosis (conjunto de microorganismos). Un ecosistema, según la definición original Tansley (1935), está formado por la biocenosis junto con su ambiente físico o biotopo. El campo cultivado es la agrobiocenosis que, junto con su entorno físicoquímico (biotopo) forman un agrosistema. El término biocenosis fue acuñado en 1877 por Karl Möbius, quien subrayaba así la necesidad de enfocar la atención no en el individuo sino en el conjunto de individuos.

En otras palabras es una comunidad o conjunto de poblaciones de diferentes especies, que habitan una zona geográfica determinada y se ve influenciada por factores físicos como la luz, la temperatura, la humedad, etc.

Sabanas Africanas: Estructura de la Vegetación, Grandes Mamíferos y Diversidad de Suelos (Edafodiversidad) Publicado por Juan José Ibáñez el 16 marzo, 2009 Comentarios (4)

Cuando en un ecosistema de sabana se impide de entrada de mamíferos, cambia completamente su estructura. La sabana desaparece siendo reemplazada por un bosque subtropical seco muy cerrado. Investigaciones recientes relacionan la respuesta vegetal con la diversidad de los suelos del área afectada.

Se sabe desde hace tiempo que sin mamíferos no hay sabana. Ya hace muchos años que se detectó en espacial el papel de los elefantes en el mantenimiento de las estructuras de la sabana africana. Como en Latinoamérica no existen grandes rebaños de mamíferos salvajes no surgen sabanas, como las africanas. Se trata de un tema apasionante, por cuanto hasta el Neolítico muchos bosques de Europa poseían grandes rebaños de herbívoros y sus depredadores asociados. ¿Cómo serían entonces sus paisajes?: ¿sabanoides o cerrados? Este post será la antesala de otro, en que os expondremos nuestra conjetura.

Cuando se busca información en la lengua del imperio, conviene a menudo sustituir el vocablo sabana por el suahileño “forest park”. Quedáis advertidos. El otro día, leyendo Eurekaert, me tope con una nota de prensa en cuya cabecera se podía leer: “Airborne

ecologists help balance delicate African ecosystem”. Se trata de un resumen de un artículo de la prestigiosa Revista PNAS que podéis bajaros pinchando en su propio Título: Tras leer tanto la nota de prensa como el artículo, tengo la impresión que quedan varios cabos sueltos, y en especial aquellos afectan los razonamientos que se vierten sobre el papel de los suelos. En realidad, el trabajo nos informa muy indirectamente del medio edáfico, por cuanto se habla de sustratos graníticos poco fértiles y arenosos, frente a los volcánicos muy fértiles y arcillosos. Sin embargo, la argumentación de los autores se fundamenta en los aspectos de fertilidad y las precipitaciones que caen en las áreas estudiadas, soslayando la componente textural, es decir que los suelos arcillosos retienen mucha mayor humedad que los arenosos, a la par que son más sensibles a la compactación por el pisoteo de los mamíferos de gran tamaño. No comparto para variar el triunfalismo de la nota de prensa, ya que pongo en duda que el estudio sea de gran utilidad con vistas a la conservación de los ecosistemas, si bien ofrecen datos de indudable interés. En cualquier caso. para todos aquellos que requieran más detalles les remitimos al artículo original. El estudio, monitorizado en el tiempo, fue realizado haciendo uso de sensores remotos. Desde luego, comenzar proclamando que se trata de un nuevo tipo de ecología no deja de ser más que una solemne estupidez. Pero vayamos al meollo de la cuestión. Algunos datos que comentaré proceden de la nota de prensa, pero otros los he extraído del artículo original, por lo que no los encontrareis abajo, sino allí. Como ya os ha comentado, al excluir los grandes herbívoros el bosque se cierra (los autores no comentan el papel de especie clave que los elefantes generan en tales cambios, ya demostrado sin discusión en investigaciones previas). También me preocupa la falta de comentarios sobre la carga de animales en las zonas de las que no se excluyeron los grandes herbívoros. Esta dependería de la densidad de depredadores, incluido el hombre. Por tanto, no puede saberse a ciencia cierta si se produce o no un sobrepastoreo. En la foto de abajo, a la izquiera, se observa la estructura de la vegetación de la sabana sin herbívoros, mientras que a la derecha con ellos. Lo cierto es que las sabanas pastoreadas poseían una estructura muy diferente que las que si lo eran. Las primeras atesoraban una mayor biomasa vegetal, heterogeneidad estructural etc. (ver imagen). Nada nuevo bajo el sol. Los autores nos hablan de que surgían dos niveles paisajísticos diferentes sobre los cuales el pastoreo generaba patrones espacio-temporales distintos, el primero era más amplio y contemplaba los tipos de suelos (a cualquier cosa le llaman edafotaxa), mientras que el segundo se vislumbraba al nivel de una heterogeneidad de detalle inducida por la disposición de la vegetación en paisajes ondulados, es decir de colinas. Hablamos en términos edafológicos de las conocidas toposecuencias. Las zonas pastoreadas no lo eran con igual intensidad, padeciendo un uso más intenso las más ricas en nutrientes. Desde hace tiempo se sabe que la calidad del forraje depende de la fertilidad del suelo. Los herbívoros no son tontos y prefieren disfrutar de un manjar que apañarse con un plato de escasas calorías y pobre en nutrientes. Por lo tanto, la sorpresa de estos investigadores deviene más de su ignorancia que de un verdadero “descubrimiento”. Por tal razón, los suelos arcillosos sobre los sustratos volcánicos padecían más manchas o calveros, probablemente debido más a la compactación de los suelos arcillosos que al propio consumo de las plantas silvestres forrajeras, cuestión que omiten también de su desiderata (de suelos ni idea).

La Gran Sabana atrae al viajero experto

Contenido relacionado Uno de los mayores atractivos turísticos de Venezuela La Gran Sabana tiene una extensión de 3.500.000 hectáreas que sobrepasan las 3.000.000 del Parque Nacional Canaima en el extremo sudeste del estado Bolívar. Pero, aparte de los sitios cerca de la carretera (asfaltada desde 1991, apta para cualquier carro) que atraviesa su extremo oriental entre Ciudad Guayana y Santa Elena de Uairén (con continuación en Brasil), la mayoría de esta "tierra de los pemón" es desconocida por turistas debido a la falta de vialidad. Sin embargo, esta zona es más que suficiente para encantar incluso al viajero más experimentado. Aunque no llegará al límite noreste de su destino hasta un poco después de Las Claritas, desde la salida de Upata (a 508 km antes) avisos anuncian que está en la ruta de La Gran Sabana. Además de la emoción del viajero al estar en marcha hacia este tesoro natural, desde Upata, hay que llenar su tanque con gasolina en cada oportunidad (ver nota al final). Intente llegar lo más cerca posible al inicio de La Gran Sabana la noche anterior. La distancia entre su límite norte y Santa Elena de Uairén es apenas 217 km; pero, con la multitud de hermosos atractivos, va a querer el máximo tiempo posible para disfrutarlos.

¿Cuáles son los atributos físicos de un bioma de la sabana? Clima

Las sabanas son cálidas durante todo el año. Hay dos estaciones, la estación seca y la estación lluviosa, también conocida como la estación lluviosa o de los monzones. La mayoría de las sabanas de obtener una precipitación media anual de 30 a 40 pulgadas, la mayor parte de los cuales se concentran en la estación lluviosa. Si la misma cantidad de lluvia se distribuye uniformemente a lo largo del año, la misma área podría apoyar un ecosistema forestal en su lugar. Vegetación Por definición, una sabana es un prado abierto con árboles aislados y arbustos espinosos. Savanna plantas adaptaciones a menudo tienen que obtener y retener el agua durante la estación seca, como raíces primarias largas que llegan a las aguas subterráneas, o espinas largas para evitar la depredación por animales. Seasons La temporada de lluvias suele comenzar en mayo. Por lo general, termina alrededor de octubre, durante el cual se producen las tormentas violentas, seguido de fuertes vientos secos. Los picos de la estación seca en torno a enero. Algo de lluvia puede ocurrir durante la estación seca, para un total de quizás 4 pulgadas en toda la temporada, pero puede haber incluso meses sin ningún tipo de condiciones meteorológicas. Los animales de la sabana se adaptan generalmente para sobrevivir durante largos períodos sin agua, pero incluso las especies más resistentes necesitan beber. A la altura de la estación seca, los animales se desplazan muchos kilómetros para reunirse alrededor de los ojos de agua. A veces dura sequía también provoca charcos de agua confiable para secarse, pero muchos son alimentados por manantiales o acuíferos y retener la humedad durante todo el año. Fuego Los incendios naturales son una parte importante de la sabana ecosistema. Son más comunes en enero, a la altura de la estación seca, y desempeñan un papel importante en mantener la tierra clara y el mantenimiento de la pradera. Las hierbas y los arbustos se queman y dejan ceniza que sirve como un fertilizante rico en la próxima temporada, pero la mayoría de los árboles se han adaptado para sobrevivir incendios. Las raíces de la mayoría de las gramíneas también sobreviven al fuego. Cuando comienza la temporada de lluvias, la vegetación se recupera rápidamente de lo que estaba perdido en el incendio. Tipos de Savanna Hay tres tipos básicos de sabana. La primera y más común, climáticas sabana existe debido al clima - clima suele ser templado, con lluvias irregulares que impide el crecimiento de los bosques y dar lugar a incendios. Sabanas edáficas son aquellas que son causadas por las condiciones del suelo y no dependen de fuego. Estos son generalmente ubicados en áreas donde el suelo es demasiado baja para soportar un peso de las comunidades de plantas más grandes, o donde los suelos arcillosos se saturan con agua después de las lluvias. Finalmente sabanas se derivan, que se crean cuando los humanos deforestar un área a través del registro o la quema, por lo general a los efectos de la cría. Una vez que la empresa fue abandonada debido a que la tierra ya no puede

soportar los cultivos, los pastos y se mantienen mediante la contratación de un ciclo de fuego similar a la de una sabana natural.

Una Sabana Diversa

Las sabanas son el hogar de una gran diversidad de animales. El mamífero terrestre más grande se puede encontrar allí, asi como la serpiente más mortal (la mamba negra). La sabana es muy popular para los herbívoros ya que pueden alimentarse de los diversos pastos que se encuentran allí durante la temporada de lluvias. Hay más de 40 especies de mamíferos de pezuña que viven en las sabanas.

¿Cómo pueden alimentarse asi sin reducir el suministro de plantas? Bueno, cada mamífero diferente tiene su propia preferencia por algún tipo de pasto, lo que permite que hasta 16 especies distintas de herbívoros puedan vivir juntos al mismo tiempo. De la misma manera en la que a ti te gustan ciertos alimentos diferentes a los que les gustan a tus amigos, los animales herbívoros como los antílopes, cebras y búfalos, también comen diferentes tipos pastos y árboles. Esto puede ser causado por la altura de la planta (¿qué otro animal puede llegar a las copas de los árboles como lo hace una jirafa?), pero también puede ser causado por las propias plantas. Algunas plantas producen sustancias químicas que les dan un mal sabor que algunos animales pueden detectar y otros no. Esto permite que los animales vivan en armonía sin agotar su suministro de alimentos.

Debido a que hay muchos herbívoros, también hay un montón de depredadores. Podemos encontrar a los leones, los guepardos y los leopardos coexistiendo en las sabanas africanas.

También puedes encontrar chacales, hienas y aves rapaces. Si bien ellos compiten por el alimento, algunos de ellos sobreviven de la misma manera que los herbívoros - se alimentan de los diferentes tipos de presas. Por ejemplo, el tipo de herbívoros que una manada de leones puede abatir es muy diferente a lo que un guepardo solitario trataría de cazar.

Hechos para Moverse

¿Qué hacen los animales cuando llega la sequía y ya no pueden encontrar comida? Pues tienen que mantenerse en movimiento. Muchos animales de la sabana emigran durante todo del año en busca de comida y agua. Muchas de las sequías son estacionales y llegan a una zona antes que a otra, por lo que los animales están constantemente siguiendo las lluvias.

Para ello, los animales deben tener piernas o alas largas y fuertes que les permitan moverse - y de prisa - en caso de que sea necesario. Algunos animales logran esto gracias a su tamaño, como el elefante o el búfalo. Algunos lo logran gracias a su velocidad, como la gacela y el antílope.

Estas adaptaciones también son útiles para otras actividades. Tener piernas largas y fuertes les permite huir rápidamente de los incendios y de los depredadores, o combatir a los depredadores a fuertes patadas con sus patas traseras.

A Ensuciarse!

Aunque la mayoría de los turistas se sienten atraídos por la vida salvaje que existe encima de la tierra en una sabana, también hay una gran diversidad de insectos que viven debajo de la tierra - y que contribuyen a un paisaje único. Mientras que los insectos como saltamontes y escarabajos pueden vivir por encima de la tierra y se alimentan de la vegetación, muchos insectos aprovechan la calidad de la tierra.

Las sabanas tienen a menudo grandes parcelas de tierra. En estos suelos, a menudo se pueden encontrar insectos como hormigas y termitas. De hecho, hay más especies de termitas en las sabanas de África que en cualquier otra parte del mundo - más de 1,000 tipos diferentes de termitas! Las termitas viven en grandes colonias socialmente, y muchas construyen grandes montículos que pueden llegar a medir varias yardas (metros) de altura, lo cual los distingue entre los arbustos pequeños y los pastos.

Sobreviviendo el Calor

Las aves y otros animales pequeños se esconden del calor del día encontrando madrigueras u otros lugares para escaparse del sol. Imágen de Adam John Bourke.

Los animales de la sabana también deben ser capaces de sobrevivir al calor, ya que la temperatura nunca llega a bajar de los 60 grados F (15 C), pero a menudo puede subir hasta los 90 grados F (32 C). Muchos animales logran sobrevivir construyendo agujeros en el suelo, llamados madrigueras, donde pueden descansar durante el momento mas caluroso del día o dar cobijo a sus crías. Otros animales se adaptan al tener grandes manchas de la piel por donde el calor puede escapar, como por ejemplo las orejas grandes y delgadas de los elefantes.

Sin embargo, algunos animales si aprovechan el calor. Hay muchas especies de aves en las sabanas, incluyendo las grandes aves rapaces como halcones y gavilanes. Debido a que el aire caliente empuja hacia arriba, las aves pueden elevarse en el aire sin usar mucha energía. Pueden pasar todo el día volando sobre las grandes extensiones de tierra, por lo que les es fácil detectar presas. La biodiversidad de los Cerros

Picaflor de antifaz (Diglossa cyanea) - M. Woodruff - 2007 En documentos oficiales (CAR) se ha registrado de forma preliminar que la flora de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá está compuesta por 494 especies. Esta cifra dista bastante de ser la definitiva, como lo he podido comprobar haciendo sencillas listas de chequeo de flora en algunos puntos de esta reserva forestal. Por ejemplo, tan sólo en la Quebrada La Vieja tengo registros de 418 especies de plantas. En la Floresta de La Sabana la lista ya va en 566 especies, incluyendo nativas, introducidas y plantas naturalizadas. Teniendo en cuenta estas cifras, es muy probable que la cadena montañosa completa, tomada por sus dos vertientes desde su extremo norte en Chía y Sopó hasta su extremo sur en Usme y Cruz Verde, albergue cerca de 1000 especies de plantas vasculares.

Pegamosco (Bejaria resinosa) La fauna de vertebrados es más conocida y está mejor registrada. Hay reportes de 3 especies de peces, 8 especies de anfibios, 6 especies de reptiles, unas 130 especies de aves y unas 60 especies de mamíferos. Algunas de las especies notables que habitan en estos cerros son, entre los mamíferos, el cusumbo (Nasuella olivacea), zorro (Urocyon cinereoargenteus/Cerdocyon thous), comadreja (Mustela frenata), chucha (Didelphis albiventris), ardilla (Sciurus granatensis) y conejo (Sylvilagus brasiliensis). Registros recientes con cámaras-trampa han permitido verificar la presencia de tigrillo (Leopardus tigrinus) y borugo o tinajo (Cuniculus taczanowskii). Entre las aves destaca la presencia de la pava andina (Penelope montagnii), 6 especies de búhos y lechuzas, 17 especies de colibríes y una variedad de pájaros de vistosos colores como el clarinero o tangara escarlata (Anisognathus igniventris), tangara diadema (Dubusia taeniata), azulejo pechinegro (Buthraupis eximia), picaflor de antifaz (Diglossa cyanea) y arrendajo montañero (Cacicus chrysonotus).

Especies endémicas

Romerito de páramo (Diplostephium phylicoides) - Endémico Entre las especies endémicas (es decir, las que sólo habitan en Colombia y en ningún otro país del mundo) destacan: entre los peces, los capitanes (Trichomycterus bogotense, T. venulosus); entre los anfibios, la salamandra (Bolitoglossa adspersa), las ranas de lluvia (Pristimantis bogotensis, P. elegans), las ranas arborícolas (Dendropsophus labialis, Hyloscirtus bogotensis) y las ranas saltonas (Hyloxalus edwardsi, H. subpunctatus); entre los reptiles, la lagartija Anadia bogotensis, el lagarto collarejo (Stenocercus trachycephalus) y la serpiente tierrera (Atractus crassicaudatus); entre las aves, el chamicero (Synallaxis subpudica); entre los mamíferos, la musaraña (Cryptotis thomasi), el ratón silvestre (Thomasomys niveipes) y el curí (Cavia anolaimae). Se puede estimar que entre 7-10% de la flora nativa presente en los cerros es endémica de Colombia. Entre estas especies endémicas se cuentan árboles y arbustos del bosque como el uche (Prunus buxifolia), mortiño (Hesperomeles goudotiana), Citharexylum sulcatum, tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), camargo o upo (Verbesina crassiramea), Verbesina baccharidea, Macrocarpaea glabra, tominejero (Palicourea lineariflora) y Psychotria boqueronensis. También son endémicos los frailejones (Espeletia grandiflora, Espeletiopsis bogotensis, E. corymbosa), romeros de páramo (Diplostephium heterophyllum, D. phylicoides), cardones (Puya bicolor, P. goudotiana, P. lineata, P. santosii), piñuela (Greigia stenolepis), curubas, granadillas silvestres (Passifora adulterina, P. azeroana, P. lanata) y la Aragoa cupressina.

Especies amenazadas

Tigrillo (Leopardus tigrinus) - Geigy - 2009 Entre las especies que han sido formalmente catalogadas como amenazadas y que han sido registradas en los Cerros Orientales se cuentan el capitán (Trichomycterus venulosus, CR), la rana de cristal (Centrolene buckleyi, VU), la rana saltona (Hyloxalus edwardsi, CR), la rana arborícola (Hyloscirtus bogotensis, NT), la rana de lluvia (Pristimantis elegans, VU), el pato turrio (Oxyura jamaicensis andina, EN), el colibrí calzoncitos (Eriocnemis cupreoventris, NT), el pibí boreal (Contopus cooperi, VU), el ratón runcho (Caenolestes fuliginosus obscurus, NT), el tigrillo (Leopardus

tigrinus, VU) y el borugo o tinajo (Cuniculus taczanowskii, NT). Hasta la primera mitad del siglo XX, los cerros estuvieron habitados por algunos mamíferos de gran tamaño, como el puma (Puma concolor), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y el venado (Odocoileus virginianus); sin embargo todas estas especies fueron cazadas hasta su extinción. Entre las plantas amenazadas destacan el pino hayuelo (Prumnopitys montana, VU), cedro (Cedrela montana, VU), los cardones (Puya bicolor, NT, P. goudotiana, NT, P. lineata, NT, P. nitida, NT, P. santosii, NT), la piñuela (Greigia stenolepis, NT) y las orquídeas (Cyrtochilum ixioides, VU, Odontoglossum gloriosum VU).

Los antiguos bosques de los Cerros

Susca (Ocotea calophylla) En la actualidad, los cerros al oriente de Bogotá están cubiertos por una vegetación muy transformada, consistente en parches de bosques nativos secundarios, matorrales en regeneración, plantaciones forestales de pinos y eucaliptos, cultivos y potreros, jardines y áreas urbanizadas. Los antiguos bosques andinos maduros, dominados por árboles de madera dura y semillas relativamente grandes, capaces de germinar a la sombra del propio bosque, ya han desaparecido casi por completo, luego de siglos de extracción de madera, leña y otros productos para la gran ciudad. Todavía es posible reconstruir cómo fueron estos bosques, si conocemos bien la ecología e historia natural de nuestras especies nativas, si buscamos con cuidado los árboles que aún persisten, si exploramos los poquísimos bosques maduros que se salvaron (p. ej. en Torca y Usaquén). El cuadro que aparece es el siguiente. En la parte baja de los cerros, por debajo de 2800 metros de elevación, la especie de árbol dominante fue el cedro (Cedrela montana), tanto en las zonas húmedas como en las secas. Otras especies de bosque maduro que lo acompañaron fueron el arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides), uche (Prunus buxifolia), calabacillo (Meliosma bogotana), aguacatillo (Persea mutisii), amarillos (Aiouea dubia, Ocotea sericea) y naranjillo (Styloceras

buxifolium). Hacia el extremo norte, más seco, eran (y todavían siguen siendo) muy comunes el arrayán común (Myrcianthes leucoxyla), corono (Xylosma spiculifera), uné (Daphnopsis caracasana) y Maytenus laxiflora.

Gaque (Clusia multiflora) En la parte alta de los cerros, por encima de 2800 metros de elevación, abundaba la susca (Ocotea calophylla), amarillo (Aiouea dubia), pino hayuelo (Prumnopitys montana), mano de oso, tres dedos (Oreopanax bogotensis), uche (Prunus buxifolia), gaque (Clusia multiflora) y tuno roso (Axinaea macrophylla). En la actualidad, todas estas especies son raras y los bosques nativos que quedan están dominados por un árbol pionero de lento crecimiento y gran longevidad: el encenillo (Weinmannia tomentosa). A esta cadena montañosa, relativamente aislada de las vertientes andinas húmedas del oriente (hacia los Llanos) y del occidente (hacia el Magdalena) por elevados páramos y por un altiplano más o menos seco (hasta hace poco tiempo inundado en una gran extensión) no lograron llegar por sus propios medios muchas especies de árboles que son comunes en otros bosques andinos. Es así como en los cerros Orientales no se conoce la presencia de poblaciones silvestres de roble (Quercus humboldtii), nogal (Juglans neotropica), pino romerón (Retrophyllum rospigliosii), cariseco (Billia rosea), sangregado (Croton magdalenensis), yarumo blanco (Cecropia telenitida), cauchos o higuerones (Ficus spp.) ni palmas (Ceroxylon, Chamaedorea, Geonoma), todas ellas especies actualmente introducidas por cultivo a Bogotá y a otros lugares de la Sabana.

En muchas partes de los cerros hay evidencias de una recuperación de la vegetación nativa. Esto se debe en parte a una reducción en la extracción de recursos naturales (en buena parte por la adopción de la electricidad, que hizo innecesaria la extracción de leña para cocinar). En parte a una

mayor conciencia y a las regulaciones (prohibición de canteras, declaratoria de Reserva Forestal Protectora). Incluso en sitios con plantaciones de eucaliptos y acacias se puede ver cómo especies de bosque maduro como los aguacatillos (Persea mutisii), gaques (Clusia multiflora) y calabacillos (Meliosma bogotana), están haciendo lo que mejor saben: crecer bajo la sombra de los árboles mayores, poco a poco, transformando gradualmente estos ambientes dominados por especies exóticas en ambientes un poco más nativos.

Las sabanas de África, y los leones que habitan allí, están desapareciendo a un ritmo alarmante, con un descenso de dos tercios en los últimos 50 años, según un estudio publicado este martes. Utilizando información obtenida vía satélite, los investigadores de la Universidad Duke encontraron que solo 32.000 leones viven ahora en las sabanas del continente, en comparación con los cerca de 100.000 que habitaban allí en 1960. El descenso fue particularmente extremo en África occidental, donde las poblaciones humanas se duplicaron en las últimas tres décadas, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Biodiversity and Conservation (Biodiversidad y Conservación). La investigación sostiene que menos de 500 leones permanecen en la región. "Solo queda el 25% de un ecosistema que antes era un tercio más grande que el territorio continental de Estados Unidos", dijo Stuart Pimm, de la Escuela Nicholas de Medio Ambiente de la Universidad de Duke. El investigador explicó que el descenso se debía al cambio en la utilización del suelo y la deforestación llevada adelante por la creciente población humana que invade el hábitat de los leones.