Caso de acoso Laboral

CASO DE ACOSO LABORAL BETSY CECILIA RUGELES QUINTERO CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS ESPECIALIZACIÓN EN GEREN

Views 128 Downloads 0 File size 71KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

CASO DE ACOSO LABORAL

BETSY CECILIA RUGELES QUINTERO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA DE RIESGOS LABORALES Y SALUD OCUPACIONAL 2019

INTRODUCCIÓN

La legislación colombiana es muy amplia para defender los derechos de los trabajadores del sector público o privado, nos brinda un sinfín de normatividades que al día de hoy de aun se vulneran. En el caso del acoso laboral aun en Colombia se siguen evidenciando muchos tipos de violaciones que por el simple hecho de ser seres humanos y ciudadanos de una nación tenemos el derecho a un trabajo digno sin pasar por encima de nuestra integridad tanto física como psicosocial. En algunos casos las acciones o comportamientos más comunes del acoso laboral son el discriminación por su raza, por su apariencia física o forma de vestir, negar permisos injustificadamente, comentarios humillantes, entre otros muchos más comportamientos que afectan de una u otra manera al trabajador, el cual ejerce su actividad diario bien sea por un bien común o porque le gusta su ocupación, por obligaciones familiares, entre otros factores que los con llevan a soportar este tipo de acciones por los empleadores o jefe inmediatos de área.

JUSTIFICACIÓN El acoso laboral no da tregua, se presentan muchos casos día con día, los cuales algunos tienen solución o indemnizaciones, otros simplemente quedan en el olvido bien sea por desconocimiento de los trabajadores o por miedo a perder sus empleos o porque en muchas circunstancias los entes reguladores como lo es el ministerio de trabajo o procuraduría los pasan por algo insignificante. Lo que se pretende en el siguiente trabajo es realizar un análisis de un caso de muchos que se presentan a diario de acoso laboral en donde se obtuvo una sentencia de reintegro, además se va a analizar algunas normatividades donde se justifica cómo puede el trabajador tener derecho y sin necesidad incumplir sus deberes dentro de una organización a la cual esté vinculado. El caso que se va a describir y concluir en el siguiente escrito es un claro ejemplo de acoso laboral donde el trabajador se ve expuesto a malos tratos verbales, psicológicos, donde su jefa inmediata enfatiza una persecución laboral hacia ella.

1. CASO DE ACOSO LABORAL En el trabajo, además de la capacidad de producir, se pone en juego la autoestima, la solidaridad, la creatividad... El poder. Los jefes mandan y las manipulaciones están a la orden del día. Y también las injusticias. Las distorsiones en estas tramas de vínculos llegan a veces hasta el acoso. ¿Qué salida tienen quienes caen en esos pantanos de arbitrariedad? Hay muchas maneras de reaccionar en estas circunstancias. Algunos, como Silvia -53 años, divorciada tras tres décadas de matrimonio- se animan y dicen “basta”. Ella -que por razones obvias prefiere mantener en reserva su apellido- cuenta que nunca antes había trabajado. Una amiga le propuso ser su mano derecha en un organismo estatal. El trabajo consistía en establecer una red de contactos con docentes y alumnos de todo el país, en una oficina con cinco empleados. “Para mí fue un gran cambio pasar, de nada, a una rutina de ocho horas, pero estaba feliz: tenía trabajo. Al principio fue duro, no nos daban ni media hora para almorzar. Eso, después, fue un detalle. De pronto, yo saludaba a alguien y mi jefa -a la que creía una amigase irritaba; quería saber de dónde los conocía, de qué hablábamos. O, si yo aparecía bien vestida, ella hacía comentarios y terminaba diciendo, en tono de rezongo, que tenía que ir a comprarse ropa”. El acoso era psicológico. En las reuniones de equipo se dedicaba a hablar casi exclusivamente de lo mal que supuestamente yo hacía todo. Una vez me pidió que armara una lista de los estudiantes que se habían inscripto en un curso a distancia.

Se

lo

entregué

y

enloqueció.

¿Cómo

no

lo

había

hecho

alfabéticamente?, dijo, furiosa. Nunca me había pedido eso. Otra vez, me pidió que hiciera unas gacetillas sobre unos programas de estudio, pero sin darme ninguna información. Y a la gacetilla la tenía que enviar por mail al día siguiente. Fue un calvario encontrar datos y descifrar en qué consistían esos programas. Encima, yo llegaba tarde a las reuniones de equipo no por impuntual, sino porque ella cambiaba los horarios y no me avisaba. Entonces dedicaba veinte minutos a despotricar sobre mi falta de consideración hacia los demás”. La persecución no tenía tregua y Silvia se sentía cada vez peor. “Empecé a tener miedo, cada vez más. Se estableció una relación de sometimiento tremenda. No podía dormir a la noche pensando en lo que me esperaba al día siguiente. Pero no podía dejar el trabajo, tenía que comer”. Su jefa había contratado a dos personas que ante estas situaciones humillantes miraban para otro lado. Parecía que el único tema era el mal desempeño de Silvia. Sin embargo, en el mismo departamento, otros la defendían y llegaron a enfrentar a esta jefa: “¿Qué te pasa con Silvia?”, la encararon un día. “Lo que más me sorprendió fue entender que mis compañeros estaban convencidos de que ella era así conmigo porque, según decían, en realidad, ‘me tenía ganas’. Esto me avergüenza, pero es posible que haya sido cierto. Ella empezó a tratarme mal cuando yo empecé a relacionarme con otras mujeres del trabajo. Quizá le di una pista falsa, no sé, no lo tengo claro”.

El contrato de Silvia vencía en diciembre. Veinte días antes, en una reunión de equipo, delante de todos, su jefa le anunció: “Vos, Silvia, olvidate de la carga horaria que tenés ahora. Y te aviso: voy a reducirte el sueldo.” Los compañeros se miraron desconcertados. La única damnificada era ella. Silvia entonces sintió que había llegado el momento de poner un límite. Y lo hizo. Habló. Dijo que había sido despreciada desde un principio y que no sabía el motivo. Pero no recibió explicaciones, sino un silencio que creyó -equivocadamente- implicaba el reconocimiento de lo que venía pasando. A lo mejor, era una señal de arrepentimiento... Se equivocó. En la última reunión del año, su jefa le avisó que ése era su último día de trabajo. “No te necesito más, me dijo delante de todos. Fue humillante”. “Una compañera, entonces, me aconsejó acercarme al gremio y ellos me defendieron. Una mujer, a la que le agradezco su ayuda, me dijo que me quedara tranquila, que me iban a reincorporar”. Y así fue. Se organizó una reunión con el director del organismo, quien le aseguró que la reincorporaría ya que valoraba su trabajo y que, además, tenía evidencias sobre las actitudes de la mujer que la había hostigado. Al final, a su ex jefa no la sancionaron, pero quedó confinada en otro puesto. Hoy, Silvia trabaja en el mismo organismo, aunque en otro departamento. “Mis compañeros son muy buena gente, aunque, todavía, un año después, tengo que vencer el miedo de hacer las cosas mal, y con el eterno temor a ser echada. Sé que lo que me pasó, no es casual, no le pasa a cualquiera. Al comienzo yo aceptaba las críticas y las observaciones que me hacía mi jefa, me sentía culpable, sin darme cuenta de que era víctima de abuso. Y así me fui

anulando de a poco. Sentía que era una inútil, que no servía para nada. Por suerte reaccioné y pude salir adelante”. Al terminar su relato, Silvia hace un gesto con la mano y recuerda: “Un día, bastante después, me reencontré con mi ex jefa en un cruce de pasillo. ¿Sabés qué me dijo? ‘¡Qué bien te fue haciéndote la débil!’. No le respondí. Por suerte, para mí, ella es historia pasada”. (Carlos Sarraf,2011)

2. ANALISIS DEL CASO DE ACOSO LABORAL. Según la normatividad colombiana toda empresa pública o privada, contratistas o subcontratistas, están obligados a organizar y garantizar el funcionamiento de un programa de salud ocupacional; según el artículo 1° de la Resolución 1016 de 31 de marzo de 1989. En este caso la empresa no poseía un programa como tal de salud ocupacional donde estableciera como mejor la salud de los trabajadores ya que ya la trabajadora venia afrontando problemas de estrés laboral, no descansaba ni en sus jornadas no laborales de solo pensar en su jornada laboral, dados por el acoso que sufría por su jefa inmediata. La resolución 1356 de 2012 en el artículo 14 nos dice: ¨conformar un comité de convivencia laboral y establecer un procedimiento interno confidencial y conciliatorio y efectivo para prevenir las conductas de acoso laboral¨; En el caso de Silvia no se tuvo en cuenta este ítem de la norma , incluso la empresa no poseía un comité de convivencia laboral ( COCOLA), el cual debe reunirse cada 3 meses con el fin de verificar las relaciones laborales que desempeñan los trabajadores en el área o grupo de trabajo que desempeña su función como empleado de la empresa, en el se trata es de darle solución a tales conflictos, pero para el caso de Silvia no se le tuvo en cuenta la persecución a la cual se veía por parte de su jefa inmediata, incluso nunca llamaron a la partes para identificar las causas de dichas agresiones hacia la trabajadora con el fin de darle atención inmediata y poder darle solución a dicho problema.

Por último, en el reintegro de Silvia, se dio de conformidad ya que ella no había presentado fallas en el desempeño de sus actividades puesto que realizaba todas las tareas que le asignaban, incluso realizaba más de la que le asignaban, si no que dadas las circunstancias del acoso de su jefa inmediata se mal interpretaba el cumplimiento de sus funciones. Ella fue asignada a sus actividades en normalidad.

CONCLUSIONES 

El acoso laboral es una condición que no nos es indiferente en nuestro entorno social, ya que se presenta en cualquier contexto y situación de nuestra vida laboral, sin saber a aquellos derechos que tenemos con el simple hecho de ser seres humanos o trabajadores vinculados a una empresa pública o privada.



El trabajador tiene sus derechos a su disposición ya que la normatividad colombiana es muy amplia para la protección de sus derechos, si no que sufre de desconocimiento de dichas normativas o por miedo a denunciar los tipos de acoso laboral que sufren en su puesto de trabajo por no perder su puesto de trabajo, puesto que ellos lo hacen por el bienestar de su núcleo familiar.



Los comportamientos o acciones de acoso laboral de los empleadores o jefe inmediatos, no deben ser justificados por parte de los trabajadores ya que existen entes como el ministerio de trabajo o procuraduría en última instancia que los protegen y que velan porque no sean vulnerados sus derechos como trabajadores.



En acoso laboral puede ser considerado como una de la causas de la enfermedades laborales ya que de un acoso laboral puede desprenderse problemas en los trabajadores tales como estrés, problemas psicológicos, alteraciones en su sistema nervioso, incluso la muerte.

BIBLIOGRAFIA

Colombia, ministerio de trabajo, Rafael pardo Rueda, consultado en 2012 abril 30, recuperado de : http://www.mintrabajo.gov.co/documents/20147/45107/resolucion_00000652_de_2012.pdf/d52 cfd8c-36f3-da89-4359-496ada084f20

Colombia, clarín mujeres. Carlos Sarraf, consultado en 2011,noviembre 11 recuperado de : https://www.clarin.com/entremujeres/trabajo/sufri-acoso-laboral-dije-basta_0_BJ-Vplqw7e.html

Colombia, unilibre,noticias universitaria, consultado en 2019 octubre 18, recuperado de : http://www.unilibre.edu.co/bogota/ul/noticias/noticias-universitarias/3757-mas-de-1-400-casosde-acoso-laboral-se-han-denunciado-este-ano-en-colombia