Capitulo 13_ Blanchard

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CAPITULO 13

El progreso tecnológico, los salarios y el desempleo Hemos dedicado una gran parte del Capítulo 12 a celebrar las virtudes del progreso tecnológico. Hemos afirmado que a largo plazo el progreso tecnológico es la clave del aumento continuo de la producción per cápita y de la mejora del nivel de vida. Los análisis populares y políticos del progreso tecnológico suelen ser más ambivalentes. Desde el principio de la Revolución Industrial, los trabajadores han temido que el progreso tecnológico eliminara sus puestos de trabajo y los arrojara al desempleo. En la Inglaterra de principios del siglo XIX, algunos grupos de trabajadores de la industria textil, conocidos con el nombre de inditas, destruían las nuevas máquinas porque consideraban que eran una amenaza directa para su empleo. También se produjeron sucesos parecidos en otros países. El término saboteador se debe a una de las Formas en que los trabajadores franceses destruían las máquinas: poniendo sus pesados zuecos de madera (llamados sabots en francés) en la maquinaria. El tema del desempleo tecnológico normalmente resurge siempre que el desempleo es elevado. Durante la Gran Depresión, los partidarios de un movimiento llamado movimiento tecnocrático sostenían que el elevado desempleo se debía a la introducción de nuevas máquinas v que las cosas no harían sino empeorar si se permitía que continuara el progreso tecnológico. Actualmente en Europa —donde el desempleo también es muy elevado— son muchos los que defienden en numerosos países la reducción de la semana laboral a 35 o incluso a 30 horas. Según este argumento, como consecuencia del progreso tecnológico, ya no hay suficiente trabajo para que todos los

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trabajadores tengan un empleo a tiempo completo. La solución es que cada uno trabaje menos horas para que pueda ciarse empleo a más trabajadores. El argumento de que el progreso tecnológico genera necesariamente desempleo es, en su versión más burda, manifiestamente falso. Las enormes mejoras del nivel de vida de las que han disfrutado los países avanzados en el siglo XX han ido acompañadas de grandes aumentos del empleo y de ningún incremento sistemático de la tasa de desempleo (el continuo crecimiento de la renta ha ido acompañado de una continua disminución del número de horas trabajadas; en los países ricos, el número anual medio de horas trabajadas por trabajador ha disminuido pasando de alrededor de 2.600 horas (50 horas a la semana x 52 semanas) en 1900 a 1.700 (35 horas a la semana x 48 semanas) actualmente. El progreso tecnológico ha llevado a los individuos a consumir tanto más bienes como más ocio. Pero no ha provocado un continuo aumento del desempleo. En Estados Unidos, la producción per cápita se ha multiplicado por 6 desde 1900 y empleo, lejos de disminuir, se ha multiplicado por 5 (debido a un aumento paralelo del tamaño de la población de Estados Unidos). Cuando se realizan comparaciones internacionales, tampoco se observa que exista una relación positiva sistemática entre la tasa de desempleo y el nivel de productividad, Japón y Estados Unidos, dos de los países que tienen los niveles más altos de productividad, tienen dos de las tasas de desempleo más bajas de los países de la OCDE.

¿Significan

estos

hechos que los temores reflejados en las percepciones populares son infundados? No o, al menos, no necesariamente. Para organizar nuestro análisis, resulta útil distinguir entre dos dimensiones del progreso tecnológico, que están relacionadas entre sí, pero son distintas: • El progreso tecnológico permite producir mayores cantidades de bienes utilizando el mismo número de trabajadores.

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• El progreso tecnológico provoca la producción de nuevos bienes y la desaparición de viejos. Consideremos la primera dimensión y observemos que la influencia del progreso tecnológico en la relación entre la producción y el número de trabajadores puede formularse de dos formas: • Una optimista: el progreso tecnológico permite a la economía producir una cantidad da vez mayor de producción con el mismo número de trabajadores. • Otra pesimista: el progreso tecnológico implica que la economía puede producir la misma cantidad de producción con un número cada vez menor de trabajadores. Los que hacen hincapié en la contribución del progreso tecnológico al aumento de la producción y del nivel de vida se basan en la primera formulación. Aquellos a los que preocupa el desempleo tecnológico se basan en la segunda. La evidencia que hemos visto en los capítulos anteriores muestra claramente que a largo plazo el ajuste al progreso tecnológico se realiza por medio de aumentos de la producción y no por medio de aumentos del desempleo. Pero, ¿cuánto tiempo tarda en producirse está ajuste? ¿Aumenta la producción lo suficientemente deprisa cuando aumenta la productividad para evitar un periodo prolongado de desempleo? Suponiendo en el Capítulo 12 qué el empleo permanecía constante —o crecía a una tasa constante— dejamos de lado esta cuestión. Ahora la abordaremos. En el Apartado 1 3-1 examinamos la respuesta a corto plazo de la producción y del desempleo a los aumentos de la productividad. En el Apartado 1 3-2 analizamos sus respuestas a medio plazo. Como veremos, ni la teoría ni la evidencia confirman el temor a que una aceleración del progreso tecnológico genere más desempleo. En todo caso, el efecto parece ir en sentido contrario: parece que son las desaceleraciones de la productividad, no los aumentos, las que van acompañadas de un aumento del desempleo durante algún tiempo. 3

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Consideremos ahora la segunda dimensión. El progreso tecnológico va acompañado un complejo proceso de creación y destrucción de empleo. Este tema es fundamental en la obra de Joseph Schumpeter, economista de Harvard que en la década de 1930 hizo hincapié -en que el proceso de crecimiento era fundamentalmente un proceso de destrucción creativa. Para las personas que pierden el empleo y que tienen que encontrar otro o para las que poseen cualificaciones que ya no se demandan, el progreso tecnológico puede ser 1 una maldición más que una bendición. Como consumidores, se benefician de la existencia| de nuevos bienes. Sin embargo, como trabajadores pueden sufrir un prolongado desempleo y verse obligados a aceptar unos salarios más bajos cuando consigan un nuevo puesto de trabajo. Esta preocupación tiene especial importancia hoy en Estados Unidos. Los últimos 20 años se han caracterizado por una disminución, tanto relativa como absoluta, del los salarios de los trabajadores poco cualificados. Hay muchos indicios de que la causal principal es el progreso tecnológico. Los efectos distributivos del progreso tecnológico ya en particular, el cambio de la estructura de los salarios, constituyen los temas del Apartado 13-3. En los países de la UE, donde existen instituciones laborales que impiden que los salarios relativos de los trabajadores menos cualificados disminuyan, estos acontecimientos pueden haber provocado un aumento del desempleo entre dichos trabajadores.

13.1.

La productividad, la producción y el desempleo en el corto plazo

En el Capítulo 12 hemos formalizado el progreso tecnológico como un aumento de A. que es el estado de la tecnología, en la función de producción: K = F (K, AN)

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El progreso tecnológico, no la acumulación de capital, es fundamental en las cuestiones que analizaremos aquí, por lo que para simplificar el análisis prescindiremos totalmente del capital v supondremos que la producción se obtiene de acuerdo con la siguiente función de producción: Y=AN(13.1)

Se produce utilizando trabajo solamente, N, y cada trabajador produce ,4 unidades. Los aumentos de .4 representan progreso tecnológico. Obsérvese que A tiene dos interpretaciones. La primera es en efecto, el estado de la tecnología. La segunda, que se deriva del hecho de que Y /N = A es la productividad del trabajo (la producción por trabajador). Por lo tanto, cuando nos refiramos a los aumentos de A, utilizaremos indistintamente el progreso tecnológico o el crecimiento de la productividad (del trabajo). Expresemos la Ecuación (13.1) de la forma siguiente: N=Y/A

(13.2)

El empleo es igual a la producción dividida por la productividad. Dada la producción, cuanto mayor es el nivel de productividad, menor es el nivel de empleo. Esto suscita lógicamente la siguiente pregunta: cuando aumenta la productividad, ¿aumenta la producción lo suficiente para evitar una disminución del empleo o, en otras palabras, un aumento del desempleo? En este apartado examinamos las respuestas a corto plazo de la producción, del empleo y del desempleo. En el siguiente, examinamos sus respuestas a medio plazo y, en particular, la relación entre la tasa natural de desempleo y la tasa de progreso tecnológico. E! progreso tecnológico, la oferta agregada y la demanda agregada El modelo correcto que debe utilizarse cuando se examina la respuesta a corto y medio plazo de la producción a una variación de la productividad a corto plazo es el modelo 5

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de oferta y demanda agregadas que desarrollamos en el Capítulo 7. Recordemos su estructura básica. La producción viene determinada por la intersección de las curvas de oferta y demanda agregadas. La relación de oferta agregada recoge los efectos de la producción en el nivel de precios. La curva de oferta agregada tiene pendiente positiva: un aumento del nivel de producción provoca una subida del nivel de precios. Entre bastidores, el mecanismo es el siguiente: un aumento de la producción provoca una disminución del desempleo, la cual provoca una subida de los salarios y. a su vez. una subida de los precios, es decir, un aumento del nivel de precios. La relación de demanda agregada recoge los efectos del nivel de precios en la producción. La curva de demanda agregada tiene pendiente negativa: una subida del nivel de precios provoca una reducción de la demanda de producción. Entre bastidores, el mecanismo es el siguiente: una subida del nivel de precios provoca una disminución de la cantidad real de dinero. La reducción de la cantidad real de dinero provoca, a su vez, una subida del tipo de interés, la cual provoca un descenso de la demanda de bienes, que reduce la producción. La Figura 13-1 representa la oferta agregada, OA. La demanda agregada es DA. Su intersección indica el nivel de producción Y coherente con el equilibrio de los mercados de trabajo, de bienes y financieros. Dada la producción, el nivel de empleo viene determinado, a su vez, por la relación: N= Y /A. Supongamos que el nivel de productividad aumenta de A a A'. ¿Qué ocurre con la producción y con el empleo y el desempleo? La respuesta depende de cómo se desplacen las curvas de oferta y demanda agregadas como consecuencia del aumento de la productividad.

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Tomemos primero la oferta agregada. Un aumento de la productividad reduce la cantidad de trabajo necesaria para producir una unidad de producto, reduciendo el coste de las empresas. Esto las lleva a bajar el precio que cobran por un nivel de producción cualquiera. La oferta agregada se desplaza hacia abajo de OA a OA' en la Figura 13-2.

FIGURA 13-1

Tomemos ahora la demanda agregada. ¿Aumenta o disminuye la demanda de bienes, dado el nivel de precios, cuando aumenta la productividad? No existe una repuesta general. La razón; se halla en que el aumento de la productividad no cae del cielo, y lo que ocurra con la demanda agregada depende de la causa del incremento de la productividad. • Tomemos el caso en el que la productividad aumenta debido a la aplicación general de un gran avance tecnológico. Es fácil ver que este cambio puede ir acompañado de un aumento de la demanda, dado el nivel de precios. La perspectiva de que aumente el crecimiento en el futuro lleva a los consumidores a ser más optimistas sobre el futuro y. por lo tanto, a aumentar su consumo, dada su renta actual. La perspectiva de obtener 7

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más beneficios en el futuro, así como la necesidad de aplicar la nueva tecnología, también puede provocar un aumento de la inversión. En este caso, la demanda de bienes aumenta, dado el nivel de precios; la curva de demanda agregada se desplaza hacia la derecha. • Tomemos ahora el caso en el que el crecimiento de la productividad no se debe a la introducción de nuevas tecnologías, sino al uso más eficiente de las que existen. Una de las implicaciones del aumento del comercio internacional ha sido el incremento de la competencia extranjera, que ha obligado a muchas empresas a recortar sus costes reorganizando la producción y eliminando puestos de trabajo (proceso conocido con el nombre de «redimensionamiento»). Cuando esas reorganizaciones son la causa del crecimiento de la productividad, no se presupone que la demanda agregada aumentará: la reorganización de la producción puede exigir una inversión escasa o nula. El aumento de la incertidumbre y la preocupación por la seguridad del empleo pueden llevar a los trabajadores a querer ahorrar más y. por lo tanto, a reducir su gasto de consumo. En este caso, la demanda agregada puede desplazarse hacia la izquierda más que hacia la derecha. Supongamos que se produce el caso más favorable (desde el punto de vista de la producción y del empleo), a saber, el caso en el que la demanda agregada se desplaza hacia la derecha. El aumento de la productividad desplaza, pues, la curva de oferta agregada de OA a OA'

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FIGURA 13-2

La curva de demanda agregada de DA a DA'. Estos desplazamientos

se

muestran en la Figura 13.2. Ambos contribuyen a aumentar la producción de equilibrio de Y a Y. En este caso, el aumento de la producción ¡dad provoca inequívocamente un incremento de la producción.

Sin embargo, sin más información no podemos saber qué ocurre con el empleo. Para ver por qué. Obsérvese que la Ecuación (13.2) implica la siguiente relación:

Variación porcentual del empleo = = variación porcentual de la producción -- variación porcentual de la productividad

Por lo tanto, lo que ocurra con el empleo depende de que la producción aumente más o menos proporcionalmente que la productividad. Por ejemplo, si la productividad aumenta un 2 por ciento, se necesita un aumento de la producción del 2 por ciento como mínimo para evitar una disminución del empleo, es decir, un aumento del desempleo. Y sin mucha más informaron sobre las pendientes v la magnitud de los desplazamientos de las dos curvas, no podemos saber si se satisface esta condición en

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la Figura 13-2. A corto plazo, los aumentos de la productividad pueden o no provocar un aumento del desempleo. La teoría no puede resolver por sí sola la cuestión.

(a)

(b) 10

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La evidencia empírica ¿Puede ayudarnos la evidencia empírica a llegar a una conclusión? A primera vista, parece que sí. Observemos la Figura 13-3, que representa la evolución de la productividad del trabajo y de la producción del sector empresarial de Estados Unidos y de España. La figura muestra la existencia de una estrecha relación positiva entre el crecimiento de la producción y el de la productividad. Por otra parte, las variaciones de la producción normalmente son mayores que las de la productividad. Esto parece implicar que cuando el crecimiento de la productividad es elevado la producción aumenta lo suficiente para evitar que el empleo resulte afectado negativamente Pero esta conclusión sería errónea. La razón se halla en que la relación causal va principalmente en sentido contrario, del crecimiento de la producción al crecimiento de la productividad. Es decir, un elevado crecimiento de la producción provoca un elevado crecimiento de la productividad, y no al revés. En el Capítulo 9 vimos por qué cuando analizamos la ley de Okun: en las épocas malas, la, empresas atesoran trabajo, es decir, conservan más trabajadores de los absolutamente necesarios para producir. Cuando la demanda de bienes aumenta por cualquier razón, responden en parte elevando el empleo y, en parte, poniendo a trabajar más a los trabajadores que ya tienen, Ésta es la razón por la que los aumentos de la producción provocan un aumento de la productividad y es lo que se observa en la Figura 13-3: un elevado crecimiento de la producción provoca un aumento del crecimiento de la productividad. Ésta no es la relación que buscamos. Lo que queremos saber es qué ocurre con la producción y con el desempleo cuando hay una variación exógena de la productividad, es decir, una variación de la productividad que se debe a un cambio de la tecnología, no a la respuesta de las empresas a las

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variaciones de la producción. La Figura 13-3 no nos sirve de ayuda en este caso. Y según las conclusiones de las investigaciones en las que se han analizado los efectos de las variaciones exógenas del crecimiento de la productividad en la producción, los datos dan una respuesta tan ambigua como la que da la teoría: • A veces, los aumentos de la productividad elevan la producción lo suficiente para mantener o incluso aumentar el empleo a corto plazo. • A veces no, por lo que el desempleo aumenta a corto plazo. 13.2.

La productividad y la tasa natural de desempleo

Hasta ahora hemos examinado los efectos a corto plazo de la productividad en la producción, el empleo y el desempleo. A medio plazo, sabemos que la economía retoma al nivel natural de producción, que es el nivel coherente con la tasa natural de desempleo. Ahora debemos preguntarnos si las variaciones de la productividad afectan a la propia tasa natural de desempleo. Recuérdese que en el Capítulo 6 vimos que la tasa natural de desempleo depende de dos relaciones: la fijación de los precios y la fijación de los salarios. El primer paso debe ser ver cómo afectan las variaciones de la productividad a cada una de estas relaciones.

Reconsideración de la fijación de los precios y de los salarios Consideremos primero la fijación de los precios. Recuérdese que según la Ecuación (13.1), cada trabajador produce A unidades de producción; en otras palabras, una unidad de producto exige (1/A) trabajadores. Si el salario nominal es igual a W, el coste de producir 1 unidad es igual a (1/A).W = W/A. Suponiendo que las empresas fijan los precios con un margen sobre los costes, u, el nivel de precios viene dado por

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Ecuación de precios: P = (1+ u) W/A

(13.3)

La única diferencia entre esta ecuación y la (6.3) se halla en la presencia del término de la productividad, A (que fijamos implícitamente en 1 en el Capítulo 6). Un aumento de la productividad reduce el coste, lo cual reduce el nivel de precios, dado el salario nominal. Pasemos ahora a la fijación de los salarios. La evidencia sugiere que manteniéndose todo loa demás constante, normalmente los salarios se fijan para que reflejen el aumento de la productividad a lo largo del tiempo. Si la productividad ha venido creciendo un 3 por ciento al año, en promedio, durante un tiempo, los convenios colectivos contendrán una subida salarial del 3 por, ciento anual. Esto sugiere la siguiente ampliación de nuestra ecuación anterior de fijación de los salarios:

Ecuación de salarios: W — AePe F(u, z)

(13.4)

Examinemos los tres términos del segundo miembro de la Ecuación (13.4), Pe y F (u, z) nos resultan familiares por la Ecuación (6.1). A los trabajadores no les interesan salarios nominales, sino los reales. Por lo tanto, los salarios dependen del nivel (esperado) de precios Pe. Los salarios dependen de la tasa de desempleo, u, y de factores institucionales recogidos por la variable. El término nuevo es Ae: ahora los salarios también dependen del nivel esperado de productividad, Ae. Si los trabajadores y las empresas esperan que la productividad aumente, incorporan esas expectativas a la fijación de los salarios en la negociación1. 1

PROFUNDIZANDO. Podemos imaginar que los trabajadores y las empresas fijan el salario para repartir la

producción (esperada) entre ellos de acuerdo con su poder relativo de negociación. Si am bas partes esperan que aumente la productividad y, por lo tanto, la producción, esto se reflejará en el salario negociado. La influencia de la productividad en la fijación de los salarios es una de las principales cuestiones que se examinan en Edmund Phelps, Structural Slumps, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1994.

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La tasa natural de desempleo Caractericemos ahora gráficamente la tasa natural. Recuérdese que la tasa natural de desempleo depende de las ecuaciones de precios y de salarios y de la condición adicional de que las expectativas sean correctas. En este caso, esta condición exige que tanto las expectativas sobre los precios como las expectativas sobre la productividad sean correctas. La ecuación de precios determina el salario real pagado por las empresas. Reorganizando la Ecuación (13.3), podemos postular que W/P = A/1+ u

(13.5)

El salario real pagado por las empresas, W/P, depende tanto del nivel de productividad como del margen de precios. Cuanto más alto sea el nivel de productividad, menor es el precio fijado por las empresas, dado el salario nominal, y, por lo tanto, mayor el salario real pagado por ellas. En el eje de ordenadas de la Figura 13-4 representamos el salario real y en el de abscisas la tasa de desempleo. La Ecuación (13.5) se representa por medio de la línea horizontal de color gris situada en el nivel A/ (1+ u): el salario real que implica la fijación de los precios es independiente de la tasa de desempleo. Pasemos ahora a la ecuación de salarios. De acuerdo con la condición de que las expectativas deben ser correctas —de tal manera que Pe= P y Ae = A— la Ecuación de salarios (13.4) se convierte en:

W/P = A F (u, z)

(13.6)

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Figura 13-4

El salario real que implica la negociación salarial depende tanto del nivel de productividad; como de la tasa de desempleo. Cuanto más alto sea el nivel de productividad, mayor será el salario real. Cuanto más elevada sea la tasa de desempleo, más bajo será el salario real.

Dado el nivel de productividad, la

Ecuación (13.6) está representada por la curva de pendiente negativa de color rojo de la Figura 13-4: el salario real que implica la fijación de los salarios es función decreciente de la tasa de desempleo. El equilibrio del mercado de trabajo está representado por el punto B y la tasa desempleo es u n. Veamos ahora qué ocurre con

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la tasa natural cuando aumenta la productividad. Supongamos que A aumenta un 5 por ciento, por lo que el nuevo nivel de productividad es igual a 1.05 multiplicado por A. A partir de la Ecuación (13.5) vemos que el salario real que implica la fijación de los9 ahora es un 5 por ciento más alto. La curva de precios se desplaza hacia arriba. A Ecuación (13.6) observamos dada la tasa de desempleo, el salario real que implica la fija los salarios también es un 5 por ciento más alto. La curva de salarios se desplaza hacia arriba. Obsérvese que con la tasa inicial de desempleo, u n, las dos curvaste desplazan hacia arriba en la misma cuantía, a saber, un 5 por ciento del salario real inicial. Ésta es la razón por la que el nuevo equilibrio se encuentra en B', directamente por encima de B. El salario real es un 5 por ciento más alto y la tasa natural no varía. La explicación intuitiva de este resultado es sencilla. Un aumento de la productividad por ciento lleva a las empresas a bajar los precios un 5 por ciento, dados los salarios, lo que provoca una subida de los salarios reales del 5 por ciento. Esta subida es exactamente igual que la subida de los salarios reales resultante de la negociación salarial con la tasa inicial de desempleo. Los salarios reales suben un 5 por ciento y la tasa natural de desempleo no varía. Hemos examinado el caso de un único aumento de la productividad, pero el razonan que hemos expuesto también se aplica al crecimiento de la productividad. Supongamos que ésta 17

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aumenta continuamente, por lo que cada año .4 aumenta un 5 por ciento. En este caso, cada año los salarios reales suben un 5 por ciento y la tasa natural no varía.

La evidencia empírica Hemos extraído dos importantes conclusiones: la tasa natural de desempleo no depende ni del nivel de productividad ni de su tasa de crecimiento. ¿Cómo concuerdan estas conclusiones con los hechos? Una dificultad evidente que se plantea a la hora de responder a esta cuestión es en Estados Unidos y la tasa media de desempleos registrados en cada década, partiendo de 1890. A primera vista, parece que apenas existe relación entre las dos variables. Sin embargo, se podría decir que la década de la Gran Depresión es tan distinta que debería dejarse de lado. En tal caso surge una relación —bien es verdad que no observamos la tasa natural de desempleo. Pero pedemos soslayar este problema examinarlo relación entre el crecimiento medio de la productividad y la tasa media de desempleo durante varias décadas. Como la tasa efectiva de desempleo gira en torno a la tasa natural, el examen de la tasa media de desempleo durante una década debería permitirnos obtener una buena estimación de la tasa natural de esa década. El examen del crecimiento medio de la productividad durante una década también resuelve otro problema que hemos analizado antes: mientras que los cambios del atesoramiento de trabajo pueden influir enormemente en las variaciones anuales de 18

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la productividad del trabajo, es improbable que influyan mucho cuando se examina el crecimiento medio de la productividad durante una década. La Figura 13-5 representa el crecimiento

medio de la

productividad del trabajo que no muy estrecha— entre el crecimiento de la productividad y

la tasa de desempleo.

Sorprendentemente, es la contraria a la que predicen quienes creen en el desempleo tecnológico. Los periodos de elevado crecimiento de la productividad, como los años comprendidos entre las décadas de 1940 y 1960, fueron acompañados de una tasa de desempleo más baja. Los periodos de bajo crecimiento de la productividad como el que experimentó Estados Unidos durante los años setenta y ochenta, han ido acompañados de una tasa de desempleo más alta. ¿Puede ampliarse la teoría que acabamos de desarrollar para explicar esta relación inversa

entre el crecimiento de la

productividad y el desempleo? La respuesta es afirmativa. Para ello debemos analizar más detenidamente la formación de las expectativas sobre la productividad en la fijación de los salarios. Hemos analizado la tasa de desempleo existente cuando tanto las expectativas sobre los precios como las expectativas sobre la productividad son correctas. Sin embargo, una de las

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lecciones de tos años setenta y ochenta es que las expectativas sobre la productividad tardan mucho tiempo en adaptarse a la realidad de la reducción del crecimiento de la productividad. Cuando éste se desacelera por alguna razón, la sociedad, en general, y los trabajadores, en particular, tardan mucho tiempo en ajustar sus expectativas. Entre tanto, los trabajadores siguen pidiendo subidas salariales que ya no son coherentes con la nueva tasa más baja de crecimiento de la productividad. Para ver cuáles son las implicaciones, observemos lo que ocurre con la tasa de desempleo cuando las expectativas sobre los precios son correctas (es decir, Pe = P). pero no así las expectativas sobre la productividad (Ae). En este caso, las relaciones que

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implican la fijación de los precios y de los salarios se convierten en: Ecuación de precios:

W/P = A/1+ u

Ecuación de salarios:

W/P = A F (u, z) Si las expectativas sobre el crecimiento de la productividad se ajustan lentamente Ae continúa aumentando más que A cuando disminuye el crecimiento de la productividad. La Figura 13-6 muestra qué ocurre entonces con el desempleo. Si A e aumenta más que A la curva de salarios se desplaza hacia arriba más que la curva de precios. El equilibrio se traslada de B a B' y la tasa natural de desempleo aumenta de u n a u’n. La tasa natural permanece en un nivel más alto hasta que las expectativas sobre la productividad se adaptan a la nueva realidad, es decir, hasta que Ae y A vuelven a ser iguales.

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Figura 13-6

Resumamos lo que hemos aprendido en este apartado y en el anterior. Simplemente, hemos encontrado muchas pruebas ni en la teoría ni en los datos que corroboren la idea de que una aceleración del progreso tecnológico eleva el desempleo. A corto plazo, no hay razones para esperar que exista una relación sistemática entre las variaciones de la productividad y del desempleo, ni parece que exista. Si existe una relación entre las dos a medio plazo, parece que es inversa: parece que una reducción del crecimiento de la productividad genera un

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aumento del desempleo y que un aumento de la productividad genera una disminución del desempleo. Es posible que se deba a que el elevado desempleo es lo que concilia las aspiraciones salarial de los trabajadores y la reducción del crecimiento de la productividad; hasta que esas aspiraciones se adaptan a esta nueva realidad. ¿A qué se deben, pues, los temores al desempleo tecnológico'1 Es probable que se deban a -la dimensión del progreso tecnológico que no hemos tenido en cuenta hasta ahora: el cambio estructural.

Y para algunos trabajadores,

aquellos cuyas

cualificaciones ya no se demandan, cambio estructural puede significar, de hecho, desempleo y unos salarios más bajos.

13.3.

El progreso tecnológico y los efectos distributivos

El progreso tecnológico es un proceso de cambio estructural. Se desarrollan nuevos bienes, que dejan obsoletos a los antiguos. Aparecen nuevas técnicas de producción, que exigen nuevas cualificaciones y que reducen la utilidad de algunas antiguas. El siguiente pasaje extraído de la introducción del presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas a un informe titulado The Churu recoge de una manera excelente la esencia de este proceso de reorganización: Mi abuelo era herrero, como su padre. Mi padre, sin embarco, formó parte del proceso evolutivo de reorganización. Tras dejar los estudios en seguida para trabajar en el aserradero, le entró la comezón empresarial. Alquiló un cobertizo v abrió una estación

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de servicio para atender a los automóviles que habían llevado a su padre a la quiebra. Mi padre tuvo éxito, por lo que compró tierras en lo alto de una colina y construyó una estación de camiones. Nuestra estación fue extraordinariamente próspera hasta que se convirtió una nueva carretera interestatal 20 millas al oeste. La reorganización sustituyó la carretera US 41 1 por la Interstate 75, y mis sueños de vivir bien se desvanecieron.

Muchas profesiones, desde la de herrero hasta la del que hacía arneses, han desaparecido para siempre. En Estados Unidos había más de 11 millones de trabajadores agrícolas a comienzos de siglo; como consecuencia del elevado crecimiento de la productividad agrícola, hoy hay menos de 1 millón. Pero actualmente hay más de 3 millones de conductores de camiones, autobuses y taxis; en 1900 no había ninguno. Hay más de 1 millón de programadores informáticos; en 1960 no había casi ninguno. El recuadro titulado «Las ocupaciones con mayor y menor crecimiento en Estados Unidos. 1990-2005» cita las ocupaciones que se espera que crezcan más deprisa y las que se espera que disminuyan más deprisa en Estados Unidos entre los años 1990 y 2005.

El aumento de la desigualdad salarial A las personas que se encuentran en los sectores en expansión o para los que tienen las cualificaciones adecuadas, el progreso tecnológico les brinda nuevas oportunidades y unos salarios" más altos. Pero para las que se encuentran en los sectores en declive o para las que tienen cualificaciones que ya no se demandan, el progreso tecnológico puede significar la pérdida 24

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deL empleo, un periodo de desempleo y posiblemente unos salarios mucho más bajos. En Estados'; Unidos, la desigualdad salarial ha aumentado considerablemente en los últimos 20 años. La mayoría de los economistas creen que uno de los principales culpables es el progreso tecnológico. El Cuadro 13-1 muestra la evolución de los salarios reales de varios grupos de trabajadores, según el nivel de estudios y el sexo. El cuadro se basa en datos de la encuesta CPS correspondientes al periodo 1963-1995.

Las ocupaciones con mayor y menor crecimiento en Estados unidos, 1990-2000 El Departamento de Trabajo de Estados Unidos realiza proyecciones/periódicas del futuro número de trabajadores que habrá en las diferentes ocupaciones. El Cuadro 1 indica las 10 ocupaciones que se prevé que tendrán la tasa más alta de crecimiento en el periodo 1990-2005*. El Cuadro 2 indica las 10 ocupaciones que se prevé que tendrán la tasa más alta de disminución durante ese mismo periodo. El progreso tecnológico es, sin lugar a dudas, la causa principal del aumento de los analistas de sistemas y de los analistas informáticos, de la disminución «Advertencia: son las ocupaciones que se espera que tengan la tasa de crecimiento más alta, no necesariamente el mayor aumento absoluto del empleo.

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EL NÚCLEO

EL PROGRESO TECNOLÓGICO, LOS SALARIOS Y EL DESEMPLEO

Se prevé que el mayor aumento absoluto del empleo afectará a los vendedores, las enfermeras diplomadas y los cajeros. del número de agricultores y de la desaparición de los operadores de centrales telefónicas. Pero los dos cuadros indican que hay otras fuerzas en juego: • El comercio es importante. La disminución del número de trabajadores textiles y de montadores eléctricos y electrónicos refleja el hecho de que estas actividades están trasladándose a los países de bajos salarios. • Los aumentos de la renta y el envejecimiento de la población americana, que alteran la estructura de la demanda, también son importantes. Obsérvese que seis de las ocupaciones que están creciendo más de-prisa están relacionadas con la sanidad y una (agentes de viajes), al menos en parte, con el ocio. • La presencia de funcionarios de prisiones en la lista de las 10 ocupaciones que están creciendo más deprisa es un reflejo de uno-de los mayores problemas que tiene Estados Unidos.

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EL NÚCLEO

EL PROGRESO TECNOLÓGICO, LOS SALARIOS Y EL DESEMPLEO

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El primer hecho que llama la atención en el cuadro es que desde 1979 la tasa anual de crecimiento del salario real medio (de todos los trabajadores) ha sido negativa. ¿Cómo es posible? A juzgar por lo que hemos visto en el Apartado 132. sería de esperar que los salarios reales aumentaran más o menos a la misma tasa que la productividad del trabajo; y desde 1979 la productividad del trabajo ha crecido alrededor de un 1 por ciento al año. ¿Por qué han disminuido entonces los salarios reales? Por dos grandes razones. • En primer lugar, la medida del salario utilizada en el Cuadro 13-1 no comprende prestaciones que perciben los trabajadores, desde la atención sanitaria hasta las pensiones. Y las prestaciones han aumentado más deprisa que los salarios. Por lo tanto, el crecimiento de la remuneración total — los salarios y las prestaciones — ha sido mayor que el de los salarios» • La segunda razón es más sutil, pero importante. A juzgar por el Apartado 132. sería de esperar que el salario real, es decir, el salario expresado en términos de la producción, aumentara con la productividad. Pero en el Cuadro 13-1 el salario real, que es el que les interesa a los trabajadores, es el salario expresado

en términos del consunto, es decir, el salario nominal dividido por el IPC. Lo que ha ocurrido en las dos últimas décadas es que el IPC (el precio de los bienes de consumo) ha aumentado, en promedia a un ritmo algo más rápido — alrededor de un 0.6 por ciento ai año más deprisa — que el deflactor del PIB (el precio de la producción). El salario real expresado en términos del consumo ha empeorado en relación con el salario real expresado en términos de la producción y por lo tanto, en relación con la productividad. La evolución negativa del salario real medio explica en gran medida por qué, a pesar de la larga expansión de los años noventa, algunos trabajadores siguen pensando que la economía de Estados Unidos no marcha bien. Pera examinemos ahora el resto del cuadro, que indica la evolución de los salarios reales de los trabajadores según el nivel de estudios y el sexo. • Cuanto más bajo es el nivel de estudios, mayor es la disminución de los salarios. Desde 1979, el salario real de los trabajadores que no han terminado los estudios secundarios disminuido un 20.2 por ciento. En cambio, el de los que tienen cuatro años de estudios universitarios o más ha aumentado un 3.5: el de los que tienen un título de tercer ciclo aumentado un 14 por ciento. • La disminución de los salarios ha sido mucho mayor en el caso de los hombres que en el las mujeres. Desde 1979, el salario real de las mujeres — que comenzó siendo inferior al los hombres — ha subido más de un 16 por ciento en relación con el de los hombres. • Como consecuencia de estos cambios de la distribución de los salarios, los salarios

reales

algunos

grupos

de

trabajadores

han

disminuido

extraordinariamente. Por ejemplo, los salarios reales de los hombres que sólo tienen estudios secundarios y menos de cinco años experiencia han descendido alrededor de un 40 por ciento desde 1979.

Causas del aumento de la desigualdad salarial

¿Cuáles son las causas de este aumento de la desigualdad salarial? Existe unanimidad en que el principal factor que subyace a la subida del salario relativo de los trabajadores cualificados en relación con el de los no cualificados es el continuo aumento de la demanda relativa de trabajadores cualificados. Esta tendencia de la demanda relativa no es nueva ya estaba presente en alguna medida en los años sesenta y setenta. Pero entonces fue contrarrestada por un aumento continuo de la oferta relativa de trabajadores cualificados: cada vez era mayor la proporción de jóvenes que terminaban los estudios secundarios, iban a la universidad, terminaban los estudios universitarios, etc. Desde principios de los años ochenta, la oferta relativa ha continuado aumentando, pero no lo suficientemente deprisa para hacer frente al continuo aumento de la demanda relativa. La consecuencia ha sido un aumento constante del salario relativo de los trabajadores cualificados en relación con el de los no cualificados. Existe menos consenso, sin embargo, sobre los factores que subyacen a este continuo desplazamiento de la demanda relativa. La mayoría de los economistas cree que son principalmente dos. 

Uno es el comercio internacional. Se dice que las empresas americanas que emplean una proporción mayor de trabajadores no cualificados están siendo expulsadas cada vez mas de los mercados por las importaciones de productos similares de empresas que se encuentran en países de bajos salarios. Para seguir siendo competitivas, deben trasladar parte de su producción a esos países. En ambos casos, el resultado es una disminución continua de la demanda relativa de trabajadores no cualificados en Estados Unidos. Existen claras similitudes entre los efectos del comercio y los del progreso tecnológico: aunque ambos son buenos para la economía en su conjunto, ambos provocan cambios estructurales \ empeoran el bienestar de algunos trabajadores.

No cabe duda de que el comercio es responsable, en parte, del aumento de la desigualdad salarial. La presencia de dos ocupaciones de la industria textil en la lista de las 10 ocupaciones que están disminuyendo más deprisa en Estados Unidos (véase el recuadro anterior) lo atestigua: la industria textil de Estados Unidos está trasladándose en gran medida a los países de bajos salarios. Pero si se examina más detenidamente esta cuestión, se observa que el comercio sólo explica en parte el desplazamiento de la demanda relativa. El hecho más revelador en contra de las explicaciones basadas únicamente en el comercio es que el desplazamiento de la demanda relativa en favor de los trabajadores cualificados parece que existe incluso en los sectores que no están expuestos a la competencia extranjera. 

El otro es el progreso tecnológico sesgado hacia la cualificación. Se dice que las nuevas máquinas y métodos de producción exigen trabajadores cualificados, hoy más que antes. El desarrollo de computadores requiere trabajadores que tengan cada vez mas conocimientos de informática. Los nuevos métodos de producción requieren trabajadores más flexibles, mejor capacitados para adaptarse a las nuevas tareas. La mayor flexibilidad requiere, a su vez más cualificaciones y más estudios. A diferencia de las explicaciones que se basan en el comercio, el progreso tecnológico sesgado hacia la cualificación puede explicar por qué parece que el desplazamiento de la demanda relativa está presente en todos los sectores de la economía. Actualmente, la mayoría de los economistas cree que es. de hecho, el factor dominante que explica el aumento de la dispersión salarial.

¿Significa todo esto que Estados Unidos está condenado a un aumento continuo de la desigualdad salarial? No necesariamente. Hay tres razones para mostrar, al menos, algún optimismo:

1.

La tendencia de la demanda relativa puede simplemente desacelerarse. Por

ejemplo, es probable que los computadores sean cada vez más fáciles de usar en el futuro, incluso para los trabajadores no cualificados. Podrían sustituir incluso a los trabajadores cualificados, a aquellos cuyas cualificaciones consisten principalmente en la capacidad para calcular o memorizar. Paul Krugman. profesor del MIT, ha afirmado —sólo medio en broma— que los contables, los abogados y los médicos podrían ser los próximos de la lista de profesiones en ser sustituidos por computadores. 2.

El progreso tecnológico no es exógeno; éste es uno de los temas que

analizamos en el Capítulo 12. Lo que gastan las empresas en I + D y los campos en los que lo gastan dependen de los beneficios esperados. Los bajos salarios relativos de los trabajadores no cualificados pueden llevar a las empresas a explorar nuevas tecnologías que aprovechen los trabajadores no cualificados y de bajos salarios. En otras palabras, las fuerzas del merca pueden hacer que el progreso tecnológico esté menos sesgado hacia la cualificación al futuro. 3.

La oferta relativa de trabajadores cualificados frente a los no cualificados

tampoco es gena. La gran subida del salario relativo de los trabajadores que tienen más estudios indica que los rendimientos de la adquisición de más educación y formación son mayores i hace una o dos décadas. El aumento de los rendimientos de la formación y de la educa puede elevar la oferta relativa de trabajadores cualificados y. por lo tanto, contribuir a estabilizar los salarios relativos. Muchos economistas creen que la política tiene un interesante papel que desempeñar en este sentido, asegurándose de que la calidad de la enseñanza primaria y secundaria que reciben los hijos de los trabajadores de bajos salarios empeore aún más y de que los que quieran adquirir más educación puedan obtener becas y préstamos para hacerlo. Los datos, que respaldan estas consideraciones teóricas, muestran que desde 1996 la desigualdad salarial no ha seguido aumentando en Estados Unidos. El

salario relativo de los trabaja res no cualificados ha aumentado, no lo suficiente para contrarrestar la disminución acumula desde finales de los años setenta, pero sí para sugerir que pueden haber cambiado las tendencias subyacentes. Sólo el tiempo lo dirá.

CASOS EN PERU CASOS E INFORMACIÓN NACIONAL Tasa de desempleo en Lima cae en forma sostenida, según OIT Pese a crisis de EE.UU, indicador continuará bajando también este año Por Azucena León Torres El Perú da señales de que ingresa con buen pie al 2008. Y es que la tasa de desempleo en Lima Metropolitana disminuyó por quinto año consecutivo en el 2007 (pasó de 8,8% a 8,7%). En esto influyeron el crecimiento constante de la economía y el repunte en la demanda laboral. Según se analiza en el "Panorama Laboral 2007", informe elaborado por la OIT, el desempleo continuará bajando en forma moderada este año, ( en el caso peruano descendería, incluso, a 8,4%) a pesar de que la eventual crisis de la economía estadounidense amenaza con afectar el escenario mundial. ¿Cuáles son las razones para mantener este marcado optimismo? José Luis Daza, director de la oficina subregional de la OIT, explica que ello se debe a que el crecimiento del PBI regional sería de 4,7% en el 2008, cifra que lo coloca por encima de sus récords históricos. "El crecimiento en el área andina será el doble del que registrará Europa este año, y ello definitivamente los coloca en una

mejor situación", dice. Otro factor que también influirá --agrega la especialista Mónica Castillo-- es que, a diferencia de años anteriores, la reducción en las tasas de desempleo y subempleo ha venido de la mano de la mayor inversión local y de un repunte en el consumo interno. "Los factores externos no están siendo definitivos en la reducción del desempleo", anotó. Si se cumplen estas proyecciones de crecimiento, la tasa de desempleo urbano en la región llegaría en los primeros tres trimestres a 7,9% (una reducción de 0,6% comparada con el 2007), lo que la conduciría a niveles que no se registraban desde el primer lustro de la década de 1990. Por otro lado, aunque el documento destaca que los salarios aumentaron levemente (para ocho países el promedio del salario industrial real subió 3%), agrega que estos no mantienen relación con la mayor expansión de la economía, ni con el aumento en la productividad. En el caso peruano, Francisco Verdera, especialista en temas de empleo de la OIT, considera que una limitante para el ajuste de los salarios es la ausencia de una negociación colectiva, pues generalmente,

a través

de

un

pliego

de

reclamos,

los trabajadores

(sindicalizados) pueden negociar aumentos salariales periódicamente, tomando como referencia el nivel de productividad. Y si bien la OIT reconoce que tanto en el Perú como en la región existe un progreso laboral, concluye que este es insuficiente, pues persisten la desprotección social, las brechas por sexo y el empleo informal, lo que indica claramente que aún queda mucho por hacer para alcanzar el ansiado "trabajo decente". La OIT proyecta que la turbulencia económica mundial tendrá un impacto tal, que generará más de 5 millones de desempleados durante el presente año. El director general de la OIT, Juan Somalia, comentó que mientras que el

crecimiento económico sigue produciendo nuevos puestos de trabajo, el desempleo se mantiene a niveles inaceptablemente altos. (OIT, 23/01/2008). Mientras que deberíamos estar preparándonos para esta turbulencia, en el Perú hacemos todo lo contrario. Según analistas laborales como Jorge Toyama, las recientes modificaciones a la legislación laboral estarían elevando el alto nivel de rigidez que ya existía, haciendo más difícil crear más puestos de trabajo formales. Por ejemplo, la facultad que se le pretende dar al inspector laboral para reincorporar a un trabajador despedido o el posible aumento al doble de la indemnización por despido. El crecimiento de nuestro empleo formal es demasiado lento y no logra incorporar a los miles de millones de jóvenes que cada año ingresan al mercado laboral. En parte esto se debe a la regulación laboral que genera sobrecostos laborales demasiado altos. El mismo documento Global employment trends 2008 de la OIT nos da indicios de que tenemos que enmendar nuestro camino. Indica que la productividad laboral en la región ha variado en apenas 1.8% para el 2007, lo cual está por debajo del promedio mundial de 2.8%. Para el caso peruano eso no debería sorprender en lo más mínimo, dado que la legislación laboral no se preocupa por hacer al trabajador más productivo, sino más bien atarlo a su puesto de trabajo independientemente de lo eficiente que sea. Según el informe La movilidad del talento de América Latina 2007, el proceso de apertura y de modernización de la región nos plantea importantes desafíos y oportunidades históricas para el futuro cercano. La nueva generación de peruanos vivirá en un mundo mucho más globalizado, en el que tendrá que competir con trabajadores de todo el mundo. Pero eso no necesariamente tiene que ser malo, porque implica también que podrá aprovechar oportunidades no solamente locales, sino de todo el mundo. Tenemos que prepararnos para este

reto, para lo cual ya tenemos un buen punto de partida: el alto nivel de espíritu emprendedor que tienen los peruanos (CD 24/10/2007). Para esto se debe dejar de lado la posición proteccionista que tiene actualmente el gobierno y trabajar realmente en conjunto con el sector privado para generar un ambiente flexible y favorable para la inversión en nuevos puestos de trabajo, así como la creación de un régimen laboral que no asfixie a las micro y pequeñas empresas que deseen formalizarse.

Mientras que en otras regiones del mundo la productividad laboral se ha visto en aumento, en nuestra región se ha preferido favorecer una legislación laboral proteccionista. Tenemos que tomar medidas urgentes, de tal manera que nuestros trabajadores estén a la altura del reto de la economía globalizada del siglo XXI.

INFORME ESPECIAL DEL EMPLEO EN EL PERÚ

La década de los noventas prometía ser una de crecimiento y bienestar para la población. Los autores de la flexibilización del mercado laboral peruano aseguraron que esta permitiría a una mayor cantidad de personas acceder a puestos de trabajo. A medida que las inversiones fueran atraídas por los

''fundamentos''

de,

en

general,

todas

las

reformas

estructurales

y

macroeconómicas, estos puestos aumentarían su productividad y por tanto los ingresos del respectivo trabajador. En este informe, básicamente estadístico, se describen algunas de las características del mercado laboral en el Perú y, aunque no posee significativa profundidad analítica, nos da algunas luces sobre el problema de la ruptura que existe entre los conocidos ''correctos desempeños macroeconómicos'' y la sensación de bienestar de una sociedad.

Desempleo

Las cifras que se publican normalmente sobre la tasa de desempleo corresponden a una definición convencional bajo la cual todo aquel que se encuentra buscando activamente un empleo, y no lo encuentra, está desempleado. En el Perú esta tasa ha variado en un rango de entre 7 por ciento y 9 por ciento en la década presente (ver gráfico 1).Una definición alternativa es la tasa de desempleo oculto. Ésta toma en cuenta a la gente que está suficientemente ''desalentada'' como para no salir a buscar un trabajo activamente. La tasa de desempleo total se definiría entonces como la suma de estas dos tasas, y representa un mejor indicador de desocupación laboral. Esta fluctuó entre 20 y 25 por ciento desde 1990 a 1996, alcanzando su pico en 1992. Respecto a la incidencia en el desempleo, mostrada en el gráfico 2, la tasa de desempleo abierto afecta aún más a las mujeres (9.1 por ciento, 2 puntos porcentuales más que a los hombres) evidenciando su menor posibilidad de inserción laboral. Los jóvenes de entre 14 y 24 años poseen una tasa de desempleo abierto del 15 por ciento, una cifra que casi triplica la tasa de los otros grupos de edad. Otro indicador es el porcentaje de la población que se encuentra desempleada una vez al año. La diferencia de este con la tasa de desempleo abierto es la que nos dice que porcentaje de la PEA se ve

desempleada al menos una vez en el año. El problema de la tasa de desempleo como indicador, es que se basa en una encuesta realizada en un sólo momento (una determinada semana del año). La tasa de desocupados una vez al año disminuye al avanzar el rango de edades. Esto se explica por la posible existencia de un proceso de búsqueda de un puesto estable, el cual permita asegurar el cumplimiento de las mayores responsabilidades que se van adquiriendo al pasar de los años. De esta forma se explicaría la situación de alta inestabilidad de la población entre los 24 y 44 años, y de mayor estabilidad de las personas entre 44 y 54 años, los que ya se habrían insertado en este tipo de puestos. Así mismo, las nuevas características tecnológicas habrían reducido y vuelto más inestable la demanda de trabajo de la población de más de 55 años. El gráfico 3, que describe la incidencia del empleo según nivel educativo, nos muestra que la población que alcanzó terminar la educación secundaria posee la mayor tasa de desempleo abierto (9.1 por ciento), así como una alta inestabilidad laboral (población sin empleo una vez al año: 48.6 por ciento). Una hipótesis, desde el lado de la oferta de trabajo, es que el nivel de educación secundaria crearía en la población mayores expectativas de ingresos, las que explicarían una mayor rotación y búsqueda ''de trabajo en trabajo''. Otra hipótesis, desde el lado de la demanda de trabajo, es la que asigna una mayor sensibilidad (a la coyuntura económica) de las áreas administrativas en las empresas, tendiéndose a realizar los ajustes en funciones no esenciales, tanto en los ingresos como en la cantidad de personal. El sector informal que contiene a los de menor educación respondería ajustando más por el lado de los ingresos que por el volumen de empleo.

Empleo

La situación del empleo refleja la crisis del aparato productivo nacional. Como se observa en el gráfico 1, el empleo total y de importantes sectores en empresas de 10 y más trabajadores ha caído desde fines de 1997 a la fecha. La tendencia es preocupante, dado que, sobre todo a partir de finales de 1998, se ha reducido el empleo total en un 9.1 por ciento. A nivel sectorial el empleo de la Industria Manufacturera lo hizo en 12, el de Comercio en 14.1 y el de Servicios 5.3 por ciento, signos que ponen en duda los anuncios de cierta recuperación de la economía. Al observar la evolución se encuentra que la recuperación del sector servicios en el primer trimestre del año sería debido a su estacionalidad. El gráfico 2 desagrega la tendencia del empleo en por un lado empresas entre 10 y 50 trabajadores y por otro, aquellas de más de 50. La crisis ha golpeado bastante más a las empresas pequeñas, reflejándose en la caída de sus niveles de empleo a partir del segundo semestre de 1998. La frágil situación financiera de las empresas, y del sistema financiero en general ya se vino manifestando en las empresas con menores posibilidades de financiamiento y menor capital desde este periodo. El empleo en las empresas de entre 10 y 50 trabajadores cayó desde julio de 1998 a mayo del presente año en 18 por ciento. Las empresas de más de 50 trabajadores han resistido relativamente mejor la mala situación, su índice de empleo cayó 4.5 por ciento entre diciembre de 1998 y mayo de este año. La relación entre el nivel de inversión y el empleo generado nos indica que tipo de inversión se está realizando en el país. Una relación alta implica una actividad intensiva en trabajo, mientras que una baja se refiere a una actividad que es capital intensiva, es decir, con menores requerimientos de mano de obra. Como se observa en el gráfico 3, los sectores de Minería y de Electricidad, Gas y Agua son altamente intensivos en el uso del capital, mientras que los sectores de ''servicios'' lo son en trabajo. La estructura económica que hoy posee nuestro país requiere de 100

mil dólares de inversión (en activo fijo) para crear en promedio 4.3 puestos de trabajo. Esto no es una característica inherente, sino un hecho explicado por los altos niveles de concentración de la inversión en sectores que generan relativamente poco empleo directo o indirecto (relacionadas al valor añadido o agregado), como por ejemplo el de Minería. Es sólo el reflejo del tipo de crecimiento que se ha impuesto en la década de los noventa, uno que no requiere emplear a la población.

Ingresos laborales

A pesar de las condiciones favorables del entorno financiero mundial entre el 90 y el 97, y el crecimiento que este implicó para la región, en el Perú los ingresos de los trabajadores no respondieron significativamente a esta supuesta época de ''vacas gordas''. Como se aprecia en el gráfico 1, los salarios reales (el adjetivo real nos indica la capacidad de compra de los ingresos) compran hoy sólo el 30 por ciento de lo que compraban en 1982, y prácticamente lo mismo que al finalizar el gobierno de Alan García. En relación a 1991, los sueldos en términos reales han crecido en un 60 por ciento, sin embargo estos permiten consumir sólo la mitad de bienes que en 1982. Estos índices explican porque la sensación de bienestar se desdice significativamente de los buenos resultados de crecimiento obtenidos en la década de los noventas. El ingreso laboral muestra claras diferencias respecto al ámbito geográfico, en la que el urbano casi duplica al rural. Esta diferencia se observa en el gráfico 2, clasificado además por quintiles socioeconómicos (un quintil se define como la quinta parte de una población dentro de una ordenación que, en este caso, está en relación a sus niveles de ingreso). En todos los quintiles la diferencia de ingresos es significativa. La baja productividad del trabajo en el sector rural (debido al poco nivel de capital existente) y de mercados desarrollados que le

permitan obtener mejores precios para muchos de sus productos explicarían los bajos ingresos percibidos. Por contraposición, en el sector urbano, los ingresos de los que tienen empleo responden a una mayor productividad, encontrándose en una mejor posición relativa respecto a las remuneraciones. Los salarios por hora en la industria manufacturera, presentados en el gráfico 3, están muy lejos tanto de los países desarrollados (Alemania: 15 dólares, EEUU:13 dólares), y aún alejados de algunos países de América Latina (Argentina:4 dólares, Brasil:3 dólares), que, en promedio, más que duplican el nuestro (menos de 1.5 dólares). En la industria peruana no se observan los llamados ''eslabonamientos'' productivos, resultando poco significativo el valor agregado de las materias primas o bienes intermedios. Los bajos salarios reflejan, en buena parte, un sector productivo que no resulta competitivo en los mercados externos, y un mercado interno reducido con fuerte competencia externa. Paralelamente, existe otro factor estructural en nuestra economía que explicaría, un exceso de oferta de trabajo no calificada. Esta población desempleada o subempleada es la que mantiene los salarios en un bajo nivel.

Calidad del Empleo

La estabilidad laboral fue prácticamente eliminada en la reforma de inicios de los años noventa. La evolución del empleo eventual ha venido mostrando una tendencia creciente a lo largo de las últimas tres décadas (ver gráfico 1). En un estudio realizado para Lima, el empleo eventual habría crecido desde un 38.6 por ciento en 1991 a 76.9 por ciento en 1997, es decir, se duplicó. En el mismo periodo, los años promedio de permanencia en el puesto de trabajo (ver gráfico 2) han disminuído considerablemente. Los sectores más afectados fueron los de Comercio al por menor (de 10.6 a 4 años), Construcción (de 9.7 a 7.5 años) y la

Industria Manufacturera (de 10.8 a 7.7 años), estos últimos sobre todo a partir de 1994. Esta menor rigidez en el mercado de trabajo es consecuencia directa de la mayor potestad legal otorgada a los empleadores respecto a los nuevos tipos y límites del tipo de contratación, asegurándole condiciones bajo las cuales este puede emplear mano de obra que no implique una relación laboral estable. En cuanto a la distribución del empleo según tipo de contratación (ver gráfico 3), esta vio aumentar entre 1991 y 1997 los empleos por contratos a tiempo determinado (contratos temporales (desde un 9.3 a 16 por ciento), de formación laboral (de 0.2 a 1.3 por ciento) y de comisión y destajo (de 8.6 a 11.4 por ciento)). Paralelamente, los contratos por tiempo indeterminado o ''permanentes'' se han reducido de 40.6 a 26.3 por ciento entre 1991 y 1997. El movimiento sindical fue recortado en sus posibilidades de acción en la nueva legislación laboral. La nueva y amplia capacidad del empleador respecto a decidir sobre la estabilidad laboral, así como las nuevas formas de contratación han sido los principales factores que han debilitado este tipo de organización social. En Lima, la PEA potencialmente sindicalizable se ha reducido desde un 63 en 1981 a 48 por ciento en 1997 (ver gráfico 4). Aunque mala, esta no es la situación más preocupante. De estos trabajadores con la capacidad de sindicalizarse, los que se han plegado a un sindicato sólo representaron un 13 por ciento en 1997 (6.2 por ciento de la PEA total), cuando en 1990 representaban el 49 por ciento (28 por ciento de la PEA total). Un ejemplo de lo que significa la capacidad de sindicalización en la distribución de la renta de las empresas, es la diferencia entre las remuneraciones del sector privado entre los que están y no están incluidos en una negociación colectiva. En el gráfico 5 se observa claramente que tanto para los empleados, como para los ejecutivos y obreros, su filiación sindical se relaciona significativamente a mayores ingresos laborales.

EVOLUCIÓN DE LA POBREZA Entre los años 2001 y 2004, la pobreza en el Perú se redujo de 54,3% a 51,6%, mientras la pobreza extrema (los hogares incapaces de financiar la canasta básica de alimentos) bajó de 24,1% a 19,2%, lo cual es sin duda positivo. Fuente: Cinco años concertando para un futuro sin pobreza 2001-2005: balance y propuestas. Versión de difusión. Sin embargo, lo cierto es que, con pequeñas fluctuaciones, los niveles de pobreza se mantienen en alrededor de la mitad de la población desde hace al menos tres décadas.

Fuente: Cinco años concertando para un futuro sin pobreza 2001-2005: balance y propuestas. Versión de difusión.

Además, si comparamos al Perú con el resto del mundo, vemos que entre el

2001 y el 2005 no ha mejorado su ubicación relativa en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. De hecho, si bien el PBI por habitante se ha recuperado significativamente desde 1993, a fines del año 2005 todavía no recobramos los niveles de ingreso de 1975.

Fuente: Cinco años concertando para un futuro sin pobreza 2001-2005: balance y propuestas. Versión de difusión. De otro lado, en los últimos cinco años, el gasto familiar aumentó en los sectores más necesitados de la población, especialmente en las áreas rurales de la sierra y la selva, lo que podría estar expresando una mayor atención del Estado así como una mejor gestión económica de las unidades productivas familiares.

Fuente: Informe Pre Electoral, PCM-MEF, enero 2006

Sin embargo, el déficit de consumo de la población para que ésta pueda cubrir la canasta de consumo básica (sólo alimentos) y más aún para la canasta completa (considerando gastos en salud, educación, previsión social y vivienda) es todavía enorme.

Fuente: Informe Pre Electoral, PCM-MEF, enero 2006

De otra parte la desigualdad parece haberse acrecentado. La distancia entre el nivel de las remuneraciones de la élite poblacional de altos salarios y el de la inmensa mayoría de los trabajadores, se ha ampliado. Los ingresos, por hora

trabajada, han subido para el 20% de los trabajadores que laboran en empresas de mayor tamaño, y ha bajado para el 80% restante, que se emplea en empresas de menor tamaño. Asimismo, no obstante el avance en la reducción de la pobreza en las zonas rurales, el rezago de las regiones más pobres, particularmente de la sierra, se ha acentuado. Los departamentos que más disminuyeron su pobreza fueron aquellos de mayor desarrollo agro exportador, como Ica (de 46,7% a 29,2%) y Lambayeque (de 64,8% a 46,7%). En cambio, los dos departamentos con mayores niveles de pobreza en el 2001, Huancavelica y Cajamarca, apenas la redujeron en 1,6% y 3,4%, mientras que los dos que les siguían, Puno y Huánuco, incrementaron su pobreza en 1,9% y 1,0%, respectivamente.

PREGUNTAS Y PROBLEMAS

1. Verdadero/ Falso/ Incierto 1.1.

La evolución que han experimentado el empleo y la producción per cápita de ESTADOS UNIDOS desde 1900 confirma el argumento de que el proceso tecnológico es compatible con un continuo aumento del empleo.

Rpta: Incierto Porque en los países ricos, el número anual medio de horas trabajadas por trabajador ha disminuido pasando de alrededor de 2.600 horas (50 horas a la semana x 52 semanas) en 1900 a 1.700 (35 horas a la semana x 48 semanas) actualmente. El progreso tecnológico ha llevado a los individuos a consumir tanto más bienes como más ocio. Pero no ha provocado un continuo aumento del desempleo. En Estados Unidos, la producción per cápita se ha multiplicado por 6 desde 1900 y empleo, lejos de disminuir, se ha multiplicado por 5 (debido a un aumento paralelo del tamaño de la población de Estados Unidos). Cuando se realizan comparaciones internac¡onales,

tampoco se observa que exista una relación positiva sistemática entre la tasa de desempleo y el nivel de productividad. ¿Significan estos hechos que los temores reflejados en las percepciones populares son infundados? No o, al menos, no necesariamente.

1.2.

Los trabajadores y los consumidores se benefician por igual del proceso de destrucción creativa.

Rpta: Falso Pues para las personas que pierden el empleo y que tienen que encontrar otro o para las que poseen cualificaciones que ya no se demandan, el progreso tecnológico puede ser 1 una maldición más que una bendición. Como consumidores, se benefician de la existencia| de nuevos bienes. Sin embargo, como trabajadores pueden sufrir un prolongado desempleo y verse obligados a aceptar unos salarios más bajos cuando consigan un nuevo puesto de trabajo.

1.3.

En las dos últimas décadas, los salarios reales de los trabajadores no cualificados americanos han descendido tanto en términos relativos como en términos absolutos.

Rpta: Verdadero Porque en los últimos 20 años se han caracterizado por una disminución, tanto relativa como absoluta, del los salarios de los trabajadores poco cualificados. Hay muchos indicios de que la causal principal es el progreso tecnológico.

1.4.

El progreso tecnológico provoca una disminución del empleo si y sólo si el aumento de la producción es menor que el de la productividad.

Rpta: Falso Pues dada la producción, cuanto mayor es el nivel de productividad, menor es el nivel de empleo. Esto suscita lógicamente la siguiente pregunta: cuando aumenta la

productividad, ¿aumenta la producción lo suficiente para evitar una disminución del empleo o, en otras palabras, un aumento del desempleo?

1.5.

En los estudios de los aumentos exógenos de la productividad se ha observado que a veces provocan desempleo a corto plazo.

Rpta: Verdadero Pues esta tiene un contenido ambiguo: • A veces, los aumentos de la productividad elevan la producción lo suficiente para mantener o incluso aumentar el empleo a corto plazo. • A veces no, por lo que el desempleo aumenta a corto plazo.

1.6.

Un aumento del crecimiento de la productividad puede provocar una disminución de la tasa natural del desempleo durante un tiempo.

Rpta: Verdadero

1.7.

A medio plazo, parece que un aumento del crecimiento de la productividad provoca una reducción del desempleo.

Rpta: Verdadero

1.8.

En Estados Unidos, la mayor disminución de los salarios reales registrada en las dos últimas décadas ha correspondido a los trabajadores con el nivel de estudios más bajo.

Rpta: Verdadero

1.9.

Los economistas no tienen explicación para el reciente aumento de la desigualdad salarial en Estados Unidos.

Rpta: Incierto

2. La Productividad y la tasa natural de desempleo Suponga que una economía se caracteriza por las siguientes ecuaciones: Ecuación de precios: P = (1+ u) W/A Ecuación de salarios: W = Ae Pe (1-u) Halle la tasa de desempleo suponiendo que P e = P, pero Ae no es

2.1.

necesariamente igual a A.

W  A e P e 1    W 1  u  W  Ae 1    A 1 Ae  1   1  u  A

3. La diferencia salarial entre los trabajadores cualificados y los no cualificados ¿Cómo podría afectar cada uno de los cambios siguientes a la diferencia salarial entre los trabajadores cualificados y los no cualificados en Estados Unidos? a. Un aumento del gasto en computadores en las escuelas publicas. Aumenta la mayor flexibilidad que requiere los trabajadores cualificados por ello salen mas capacitados. b. La imitación del numero de temporeros agrícolas extranjeros que pueden entrar en estados unidos Eso limitaría a los trabajadores no cualificados, y eso emprendería a los trabajadores cualificados capacitarse en los trabajadores en que se depende. c. Un aumento del numero de universidades

Ya no habría tanta desigualdad, para lo que los trabajadores dejarían la mediocridad del dependismo en el que se encontraba.

4. Tendencias del mercado de trabajo Examine el cuadro 2 del recuadro “las ocupaciones que mas deprisa están creciendo y disminuyendo en estados unidos,1900-2005”¿ que factores podrían ser de maquinas responsables de la disminución prevista de: a. los operadores de coser? b. Los cuidadores de niños a domicilio? c. los telefonistas? Rpta: Los cuidadores de niños a domicilio porque esas personas se vuelven dependientes y no buscan otro medio para capacitarse en otro medio para capacitarse en otro recurso para crecer. 5. Agricultura y desempleo tecnológico “Quienes sostiene que el progreso tecnológico no reduce el empleo deberían observar la agricultura. A principios del siglo XX, la población agrícola era de 29 millones en Estados Unidos, lo que representa un 44 por ciento de la población. En 1990 había descendido a 4 millones, lo que supone un 2 por ciento de la población total. Si todos los sectores comienzan teniendo el crecimiento de la productividad que se ha registrado en la agricultura, nadie tendrá trabajo dentro de cien años.”Analice esta afirmación” Rpta: Los aumentos del crecimiento de la productividad van acompañados de una reducción del desempleo. Porque esas personas se vuelven dependientes y no buscan otro medio para capacitarse en otro medio para capacitarse en otro recurso para crecer.