Biodanza e Inteligencia Afectiva

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INTERNATIONAL BIOCENTRIC FOUNDATION ESCUELA DE BIODANZA CORDILLERA DE LOS ANDES

Directora: Cecilia Toro Dirección:Centro Eleusis, Cajón del Maipo Teléfono Fax: 2713317

Inteligencia Afectiva: un aporte desde la Biodanza para vivir en Amor en el siglo XXI * Por Rodrigo Zamorano Silva **

* Este trabajo ha sido presentado en el marco de proyecto de tesis para recibir el título de facilitador de Biodanza de la Escuela Cordillera de los Andes. Profesora Guía Cecilia Toro ** Psicólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile

Año 2009

Con gratitud

Agradezco a todos y cada uno de mis compañeros y compañeras de la Escuela de Biodanza Cordillera de Los Andes, que me permitieron experimentar y cultivar mi Inteligencia Afectiva y continúan siendo para mi inspiración en su capacidad de amar y crecer como seres humanos. A mis queridos profesores Cecilia Toro, Fernanda Morixe y Pedro Labbé, que en su humana grandeza, permitieron crear este huerto de maravillosos y variados frutos

y flores. Gracias por su apoyo

incondicional, por ser ejemplo para mi de lo que es ser capaz de ver la belleza divina en cada uno, más allá de las apariencias y nuestras neuras y limitaciones. A Paulina, por su mirada clara y profunda y por su contagiante alegría de vivir, que me ha acompañado estos últimos años y con quien quiero seguir creciendo en el amor incondicional. A mis hijos hermosos, Gaspar y Alonso, por permitirme derretir mi corazón tan a menudo, expandiéndolo para amar cada vez mejor. A mi querida madre, Blanca, por el amor incondicional por sus hijos (no siempre merecedores, debo reconocerlo), y por su ejemplo de perseverancia en el cultivo del amor y la auténtica felicidad.

Resumen Este ensayo explora la necesidad de distinguir entre lo que se llama comúnmente Inteligencia Emocional y lo que la Biodanza propone como Inteligencia Afectiva. La importancia de señalar y llamar la atención sobre esta distinción es que aunque ambas expresiones parezcan hablar más o menos de lo mismo, el diferenciarlas nos ayuda a no desviarnos de nuestro norte, a reforzar la radicalidad y el sentido original de Biodanza. La Inteligencia Afectiva en Biodanza, es un concepto distinto (aunque complementario) de lo conocido como Inteligencia Emocional, al ser una afectividad que se empalma con la trascendencia.

Primeras aproximaciones La historia del ser humano es la historia del desenvolvimiento de la multitud de los potenciales

“Amo, luego existo”. (Rolando Toro)

humanos, en la búsqueda permanente del estar cada vez mejor, más plenos y felices. Muchos hombres comunes y muchos hombres sabios han ido contribuyendo a hacer realidad este anhelo desde distintas vertientes, como la espiritualidad, el arte, la ciencia o la filosofía. Biodanza, gracias a su creador Rolando Toro y a todos los que dentro de este camino particular han ido haciéndolo crecer, asume esta necesidad humana esencial y contribuye enormemente a entregar nuevas herramientas y miradas para que seamos mejores seres humanos.

Rolando ha sido muy fecundo en su capacidad de sintetizar y depurar los aportes de muchos que vinieron antes que él y también de otros contemporáneos. De igual modo, es importante recordar que su mirada todavía está germinando y es un campo aún por desarrollar, ya que contiene visiones

y

distinciones

tremendamente

significativas

para

la

humanidad, que pueden ser estudiadas y de las cuales hay mucho más que aprovechar aún. La Biodanza es como la vida misma, misteriosa e insondable, llena todavía de tesoros por descubrir. Dentro de los conceptos más actuales que podemos tomar como afines a la Biodanza, encontramos lo que se ha llamado “Inteligencia Emocional”, el cual tomó mucha fuerza a mediados de los noventa, gracias a la publicación del libro del mismo nombre, escrito por el psicólogo Daniel Goleman (aunque este término ya había sido usado con anterioridad). Sin poseer un manejo cabal de este concepto, en cierta oportunidad me llamó la atención que en círculos propios de la Biodanza, se hablara de la “Inteligencia Afectiva”. Cuando escuché ese término, me quedó la sensación de incomprensión: ¿cuál era la necesidad de hablar de Inteligencia

Afectiva,

cuando

ya

existía

el

término

Inteligencia

Emocional, ampliamente divulgado? En otras palabras, me parecía que no aportaba usar un término distinto al que ya se conocía y que quizá esto sólo traía confusión. No obstante, al pasar un poco el tiempo, con nuevas experiencias de vida y una profundización

en

el

camino

de

la

Yo quise amar pero tuve miedo, Quise cuidar mi corazón, Pero el amor me dio un secreto, El miedo pueda matar tu corazón. (Vinicius de Moraes)

Biodanza, en algún momento, que no tengo muy claro, empecé a sentir que ambos términos sí son diferentes y que por esto es aportativo señalar su diferencia. Y estas diferencias son importantes porque así como la “Inteligencia Emocional” es una importante idea-fuerza que nos hace más libres a los seres humanos, también el concepto de Inteligencia Afectiva que propone

Rolando

Toro

desde

la

Biodanza

entrega

una

gran

contribución, a mi juicio no suficientemente valorada aún, la cual apunta mucho más allá de lo que es tener “Inteligencia Emocional”, complementando este popular concepto. Tomar conciencia de esto, contribuye a no perder de vista la profundidad y la potencia de la vocación de lo que es Biodanza.

Algunos conceptos (¿Que no podremos librarnos alguna vez de ellos?) Pretendo usar el lenguaje aquí para establecer puentes entre el mundo de lo afectivo y lo intelectual, ya que, aunque no lo quisiéramos, estamos inmersos en un mundo de ideas y

Yo canto para abrazarte, porque entenderte ya no me basta, yo canto para librarme, de las cadenas negras de ideas y palabras, que trazan una línea en el agua, dividiendo lo indivisible, vos y yo.

bastante presos de lo mental. Y aunque al practicar Biodanza dejamos lo conceptual de lado, trabajando desde fuera de la prisión para librarnos de ella, no es malo ayudarse por todas partes, y podemos también desde dentro de nuestra cabecita, integrar ideas que nos ayuden desde adentro a salir. No es mi intención hacer un tratado sobre estas materias, sino, como planteé al principio, llamar la atención sobre este tema y dejar

plantada una semilla de reflexión que irá creciendo en mi y en todos los que la recojan. Entonces, partimos por definir de manera muy somera los conceptos básicos con los que estamos trabajando ahora:

¿Qué es Inteligencia? Esta palabra es ultra polémica y tiene muchos

“El único éxito que queda es cuando

significados según quien la defina, por lo que es inútil intentar definirla en este contexto. Ahora,

amaste y fuiste amado” (Rolando Toro)

sólo quiero mencionar que las raíces de esta palabra vienen del latin “intelligentĭa, que proviene de intelligere, término compuesto de intus "entre" y legere "escoger", por lo que, etimológicamente, inteligente es quien sabe escoger. La inteligencia permite elegir las mejores opciones para resolver una cuestión” . (fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia) Como toda manera de ver el mundo está determinada en parte por el momento histórico y las ideas imperantes, las definiciones de inteligencia en general durante mucho tiempo apuntaron a un supuesto componente separado del resto de la persona, que era su “capacidad intelectual” o algo así. Una vez más caímos víctimas de nuestro reduccionismo y nuestra obsesión materialista.

Inteligencia Emocional Ya terminando el s.XX, a fuerza de todos los costalazos que nos pegamos como humanidad e individuos, y tomando en cuenta los continuos avances de las neurociencias, estamos más preparados para

oir conceptos más innovadores e inclusivos, como el de la Inteligencia Emocional. En breves palabras, la inteligencia emocional es “la capacidad para reconocer

sentimientos

propios

y

ajenos,

y

la

habilidad

para

manejarlos”. Tal como la define, Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones. Sin duda este ha sido un avance importantísimo en abrir nuevas posibilidades para el desarrollo humano, alejándonos ya por fin de nuestra autoconcepción idealista, racionalista y separatista, que veía a la emoción como una debilidad a superar. No obstante, y a pesar del éxito y popularidad de estas “nuevas” ideas, es decepcionante lo poco que esto ha cambiado el paisaje de los currículos escolares y académicos. Realmente es mínima la eficacia que se ha tenido en lograr “hacer carne” estos nuevos enfoques. No es evidente que esté ocurriendo una transformación en los sistemas de educación que de cuenta de lo importante que es la Inteligencia Emocional, a pesar de que también se la ve como un nuevo chiche para integrar a nuestro arsenal de “armas para triunfar” en este “mundo cada vez más exigente y globalizado”. Hay que parar harto las orejas para encontrar señales de esta nueva realidad emergente. Así fue como me encontré con una iniciativa presentada en el poder legislativo colombiano, para hacer ley una modificación

al

currículum

escolar

que

incorpore

la

educación

emocional. No encontré una evidencia de que esto sea ya una realidad,

pero creo que dada la importancia de la materia, por todas partes deberían existir iniciativas como esta y muchas más. Quizá es mucha nuestra inercia en que aún sobrevaloramos lo intelectual y por eso cuesta darle una realidad en concreto a la importancia de la inteligencia emocional. Pero más allá de lo positivo que pueda ser este aporte, y del cual la Biodanza también se puede nutrir, me gustaría destacar dos aspectos en que esta propuesta se hace “autogoles” y quizá traicione sus propios fines.

La Inteligencia Emocional es muy Racional El origen, presentación y desarrollo de este concepto viene desde lo académico y empresarial, en el marco de nuestra cultura exitista, en que todo es “utilitario”, con el fin de obtener un mejor rendimiento. Por supuesto que es muy positivo, tener un mejor empleo, llevarse mejor con los demás, ganar más dinero, no ser esclavo de las propias emociones, entenderse mejor y saber afrontar los fracasos y salir adelante. Sin embargo, si nos quedamos en esto, una vez más, huele demasiado a una postura en que lo que importa es “ganar la competencia”. Una vez más se está dirigiendo todo desde la cabeza y quien sabe hasta qué punto podemos confiar en ella.

A la Inteligencia Emocional le falta vida No sé como expresar esto en un título. Lo que quiero decir es que, en su aplicación la Inteligencia emocional es un poco plana, no está llena

de vida. No rinde honores a la vida y el sentimiento. Revisando algunos programas de inteligencia emocional se observa falta de afectividad y pasión de vivir, mirado desde el paradigma de un biodanzante.

Inteligencia Afectiva Es en Biodanza donde por primera vez escuche este término aunque también se encuentra en círculos académicos, como alternativa al de Inteligencia Emocional ya que es “más abarcador”, como aparece en el texto “Fundamentos e implicaciones educativas de la inteligencia afectiva”, por Valentín Martínez-Otero Pérez, de la Universidad Complutense, Madrid, España, publicado en la Revista Iberoamericana de Educación.

La línea de vivencia Afectividad El concepto de Inteligencia Afectiva lo presenta Rolando a través de su documento Afectividad, parte de los textos de formación como facilitador de Biodanza. Para entender la propuesta de lo que es la Inteligencia Afectiva desde la perspectiva de la Biodanza, tenemos que vivenciar profundamente la línea de vivencia llamada Afectividad. Aquí entrego algunas de las ideas que me parecen más importantes, según mi vivenciar la Afectividad acumulado después de siete o más años de Biodanza y el trascendental paso por la Escuela de formación de facilitador de Cecilia Toro, Fernanda Morixe y Pedro Labbé. Rolando plantea que la Afectividad es una tendencia natural en el ser humano, que se observa en sus impulsos solidarios y altruistas, en el instinto gregario y sus numerosos rituales de encuentro, como los

bailes y celebraciones grupales. También reconoce como parte de la afectividad, las emociones y sentimientos negativos y de rechazo. A todo nivel se observa la Afinidad y el Rechazo (algo que han planteado muchos sabios en distintas épocas, como Goethe, por ejemplo), que son tendencias que moldean y permiten la evolución de la Vida. Todo y todos estamos vinculados, en relación, no existimos si no en relación, en interdependencia y cooperación, desde el nivel atómico, químico y celular y como seres humanos, bailamos también al compás de esta danza orgánica, aunque muchas veces no sepamos marcar muy bien el paso. Todos y todo nos afecta, somos sensibles a la presencia de todos y todo lo que nos rodea, aunque seamos inconcientes de esto. En el nivel inconciente o mecánico de nuestro vivir, animal e instintivo, la afinidad y el rechazo funcionan en nuestra vinculación con todos y todo lo que nos rodea, ayudándonos a preservar la vida y evolucionar. Aquí podemos hacer mención de lo que habla Goleman, en el sentido de que muchas de nuestras reacciones emocionales, quedaron grabadas en nuestro arsenal de recursos adaptativos, debido a que significaron la diferencia entre vivir y morir en un mundo altamente peligroso, dificultades

con

fieras

acechándonos

para alimentarnos

para

comernos,

y con poquísimo

muchas

manejo de la

naturaleza. Sin embargo, esas reacciones basadas en el miedo y la necesidad de sobrevivir en medio de la escasez, hoy la mayor parte del tiempo son innecesarias para una gran parte de la humanidad, debido a que esos problemas hoy están resueltos.

Los conocimientos y técnicas que puede aportar en este sentido la Inteligencia Emocional son valiosos, muy necesarios, en el sentido de ayudar a cultivar una mejor comprensión de nuestras emociones y sentimientos, de modo de utilizar adecuadamente la información que nos entregan las emociones momento a momento. Rolando Toro, de alguna manera comparte esta mirada, al escribir en su texto sobre la línea vivencial de Trascendencia en Biodanza: “Creo que la esencia humana es bondadosa, pero a través de la evolución se desenvolvió un proceso degenerativo como resultado de la necesidad de sobrevivencia, a partir de la cual fue tomando proporciones monstruosas, como las nuevas formas de exterminio tecnológico-militares. Es absolutamente necesario hacer una revisión del tema de la malignidad y de la infamia. Nuestra época está gravemente enferma. El ejercicio de la malignidad, en nuestro tiempo, no es necesario, porque somos perfectamente capaces de sobrevivir.” Rolando Toro, Apunte de Trascendencia.

Y así como la Inteligencia Emocional aporta en el

“Ama y haz lo que

sentido de ayudarnos a relacionarnos mejor con

quieras” San

nosotros mismos y los demás -Goleman acaba de

Agustín

sacar un libro ahora sobre Inteligencia Ecológica, con lo que también le da su mirada a la relación con la naturaleza-, en la medida en que evolucionamos como seres humanos, manifestando cada vez de mejor manera los inmensos potenciales que poseemos, y siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de los sabios y maestros que nos alumbran el camino, cada vez vamos comprendiendo y viviendo que podemos y debemos amar de manera más amplia, no solo a los “iguales a

nosotros” a la GCU, a la “gente como uno”, sino a sobretodo a los distintos, y en esto reside la posibilidad de una real nueva etapa en la convivencia humana. Afortunadamente van surgiendo nuevas voces que con nuevas expresiones van renovando antiguas verdades que nos liberan. Se me viene a la mente ahora el concepto de Ganar - Ganar de Stephen Covey, muy de moda desde hace algún tiempo en el ámbito laboral. Cada vez más se va acabando el paradigma de que es necesario competir destruyendo al adversario, de que no hay suficiente para todos. Por ejemplo, pienso que la crisis financiera que acaba de ocurrir, y la miseria consumista en que vivimos, se debe a que hay personas inteligentísimas y con acceso a información privilegiada, que usan su talento para esclavizar económicamente a sus congéneres, sacan ganancias de las debilidades y vacíos existenciales de los demás. Esto es índice de patología afectiva. Muy distinto sería si algunas de estas personas

usaran

su

creatividad

para

estimular

nuevos

comportamientos económicos más sanos.

“La psicología tiene un enorme vacío en el estudio de emociones y sentimientos fundamentales como la plenitud, fraternidad, deseo sexual, éxtasis, intimidad, asombro y, por supuesto, estéticas y místicas” Rolando Toro, Apunte “Afectividad”, Curso de Formación Docente.

Biodanza

estimula

la

regresión

integrativa,

la

“regresión para progresar”, en la idea de que “hay

“Todo lo que necesitas es amor” John Lennon

una conexión directa entre la semilla y el fruto, entre el programa genético y el organismo en el acto de maduración; el secreto de la renovación de la vida está en esa coherencia con el origen”. En nuestra cultura “civilizada”, “generalmente la posibilidad de renovación biológica y existencial está bloqueada por estructuras culturales que refuerzan la rigidez del ego”. “El cielo te quiere renacido”

Componentes Estructurales de la Afectividad (Rolando Toro) 1.- Identidad – autoestima sana permite pasar del ver a los demás como “extraños” a “semejantes”. 2.- Nivel de Conciencia – la ampliación de la conciencia permite salirse de los pequeños conflictos personales y tener una visión de la totalidad, de ser parte de la maravillosa sinfonía universal. 3.- Nivel de Comunicación – la calidad de la comunicación estimula distintos niveles de encuentro y apertura afectiva entre las personas. La descalificación y la disociación entre la expresión verbal y corporal generan grandes dificultades afectivas. También se reconoce que en la comunicación hay niveles más sutiles, pero no menos importantes, que determinan la calidad de los encuentros afectivos entre las personas. 4.-Ecofactores y antecedentes biográficos – “solamente un estado de expansión de conciencia puede regular las relaciones humanas y trascender la malignidad, que adquiere formas monstruosas en el inconciente colectivo” R.T. En ausencia de ecofactores apropiados y sin una conciencia desarrollada, surgen todos los instintos de destrucción y daño que poseen los seres humanos.

La Afectividad es la Inteligencia Biocósmica Creo que esta es una de las expresiones más radicales e iluminadoras de Rolando, siempre pleno de fuerza poética, en la que en unas pocas palabras

canaliza

una

revelación

sobre

los

aspectos

más

trascendentales del misterio de estar vivo. Y es en esta declaración, que resume la radicalidad de Biodanza y su transgresión respecto a los valores culturales imperantes. Es también donde marca su diferencia con el concepto de Inteligencia Emocional. Copio

esta

breve

pero

trascendental

apartado

del

apunte

de

Afectividad: “La afectividad determina la evolución completa del ser humano, desde la etapa intrauterina hasta la madurez. La inteligencia tiene su base estructural en la afectividad, pues todo el proceso de adaptación inteligente al medio ambiente y la construcción del mundo se organiza en torno a las experiencias primales de la relación afectiva. Podemos legítimamente hablar de ‘inteligencia afectiva’. Capacidad de aprendizaje, memoria y percepción están fuertemente condicionadas por la afectividad. Las motivaciones existenciales, que en el fondo diseñan nuestra trayectoria por la vida, son de naturaleza afectiva. La estructura selectiva, preferencias y juicio estético están directamente influidas por la afectividad. La conciencia ética no es una manifestación intelectual o de funciones lógicas, tiene sus raíces en la forma de estructurar emocionalmente el mundo y la relación con otros seres humanos. El aprendizaje del

lenguaje, de la literatura, de la poesía y del arte, en general, posee una génesis afectiva. El estudio de la estructura afectiva constituye la más urgente y necesaria investigación en nuestra sociedad, cuya patología afectiva es ostensiva. El genio de la especie no es la inteligencia, sino la afectividad orientada hacia la tolerancia, compasión, amistad y amor. Desenvolver la afectividad, mediante Biodanza, es trabajar con la música y la danza en la raíz nutricia de la vida.” Indices de la presencia o ausencia de Inteligencia Afectiva Alexitimia Una de las manifestaciones de la falta de Inteligencia Afectiva es la Alexitimia, que es la incapacidad para distinguir un afecto de otro, lo que genera que la persona actúe por actuar, sin real sentido personal en lo que hace y se relaciona también con los comportamientos adictivos. Dice Rolando: “Cuando faltan motivaciones auténticas para vivir, los circuitos afectivos se mezclan e interfieren, surgiendo así la tendencia de oscurecer y alejar de la conciencia momentos de frustración, impotencia o experiencias psíquicas intolerables. Esta situación crea opacidad de ánimo, depresión y enfermedades psicosomáticas.” Biodanza es una manera eficaz de enfrentar la alexitimia y cultivar nuestra Inteligencia Afectiva. Las experiencias traumáticas, la falta de adecuada estimulación y ejemplo en nuestros entornos de desarrollo, van siendo compensados con las vivencias orientadas hacia la autoexpresión y el encuentro afectivo. “Las experiencias psíquicas intolerables se transforman en experiencias estéticas, eróticas o trascendentes, surgiendo así nuevas motivaciones emocionales.”

“Las personas que sufren alexitimia sienten la precariedad de la vida como una serie de esfuerzos inútiles, la existencia parece vacía de contenido afectivo. A través de Biodanza se experimenta la existencia como un prodigioso programa de amor y belleza.”

Otra de las manifestaciones fundamentales de la Inteligencia Afectiva es la capacidad de ir madurando y expresando continuamente nuestra identidad a través del proceso vital. Para muchos, la mayoria quiza, es necesaria la reconciliación con nuestros verdaderos talentos, la aceptación con “tranquila alegría”, como dice Rolando, de quienes somos profundamente. Por el contrario, la sensación de auto-opresión, de no tener alivio en la vida, de no poder ser, “es la dificultad de expresar la propia identidad, porque no se la ama suficientemente. El amor por sí mismo fue destruido en la infancia, entonces la persona se reinventa a sí misma, no se acepta y crea una identidad de fachada.”

La falta de Inteligencia Afectiva y sus perturbaciones se expresan

a

menudo

como

una

falta

de

autorregulación

orgánica. “Muchas enfermedades psicosomáticas tienen su origen en la represión y carencia afectiva. Los procesos de ‘liberación’, inducidos por Biodanza, generan plenitud existencial y salud.”

“Yo soy parte de ti, tú

Factores que potencian la Afectividad

eres parte de mi. Estoy aquí para intentar satisfacer tus expectativas, para que seas feliz. Si nos encontramos es maravilloso y si no nos

Biodanza, en su modelo, reconoce algunos de los factores que integran y estimulan las capacidades afectivas:  Capacidad de identificación: sentir al otro como parte de sí mismo.  Apertura a la diversidad: comprensión y tolerancia frente las diferencias.  Altruismo: acciones por el bienestar de otros, auto-donación.  Capacidad de vínculo: capacidad de comunicación y contacto, sentimientos de profunda ternura, disposición a dar y recibir afecto.

Muchos

de

estos

factores

son

los

que

últimamente,

y

sólo

recientemente, está señalando la Psicología Positiva, como el cultivo de lo que realmente puede ayudar al ser humano a ser feliz, pleno, a vivir una vida llena de sentido, más que meramente tener lo básico para vivir, pasar de “sobrevivir” a “vivir”.

Inteligencia Afectiva es ser capaz de ver la belleza en cada ser humano “En cada persona, aún en desheredados de belleza física, enfermos y heridos por el odio, existe un ‘niño divino’ que espera en el fondo del ser.” Estas palabras me conmueven, ante el anhelo de llegar a poder vivir esto, al captar la radicalidad de esta propuesta. “Pocos se atreven a mirar su propio esplendor o a descubrir el esplendor de su hermano. “Los amantes -dice Rilke- si supieran hacerlo, podrían decirse cosas extraordinarias en el aire de la noche, pues parece que todo los oculta”. Parece que todo nos oculta... cada

uno exhibe una máscara para ocultar su belleza interior. ¿Por qué sentimos pavor frente al esplendor de la vida? ¿Por qué nuestras acciones se dirigen a ocultar nuestro origen sagrado? Nos esforzamos en crear entidades externas de adoración -nuestros dioses- de modo que el esplendor quede distante de nosotros. Organizamos, así, una vida miserable ante el pavor de asumir nuestra propia divinidad, ¿acaso el mito del ángel caído no representa sino nuestro miedo al contacto sublime?” Rolando nos invita a crear “un sistema de resonancia con la parte iluminada de nosotros mismos y de otras personas, una especie de llave maestra del corazón, capaz de descubrir esa simiente de belleza inenarrable. No sólo en personas tocadas por la gracia y perfección externa existe ese fondo iluminado, sino también en aquellas aparentemente feas o grotescas, porque la luz divina se asoma por igual en todos los seres humanos”.

Inteligencia Afectiva es ser capaz de tener un contacto físico cercano y en reciprocidad, ser un profesional del abrazo y la caricia. El abrazo expresa físicamente nuestra capacidad de aceptarnos y aceptar al otro… “Ahora bien ¿a quién abrazar? Resulta fácil

“Porque si ustedes

abrazar a personas estimadas y queridas, pero

aman a los que les

es

más

difícil

abrazar a

‘un extraño’.

El

encuentro de Salomón con la Reina de Saba

aman, ¿qué premio merecen?” Jesús

debió ser iniciado con un abrazo solidario y conmovido; San Francisco fue hacia los leprosos y les brindó su abrazo. Es difícil abrazar a un mendigo o a un loco, cada persona descubre en su capacidad de

abrazar su nivel de hominización, su grado de evolución afectiva.”

Inteligencia Afectiva es ser capaz de usar el sufrimiento para llegar a la plenitud “El sufrimiento humano es como Jano: ‘tiene dos rostros’. Se puede hablar de un camino que va del sufrimiento a la plenitud y, con la misma

certidumbre,

puede

describirse

un

camino

que

va

del

sufrimiento a la destrucción. El sufrimiento constituye un componente natural de la existencia y podríamos afirmar que ésta adquiere su singularidad en el modo de elaborarlo.” Rolando resume el camino que va del sufrimiento a la plenitud (distinto del que finalmente lleva a la destrucción) de esta manera: “El camino que va desde el sufrimiento a la plenitud es diferente: -

Después de una primera etapa de desconsuelo, el individuo siente cierto alivio de su angustia. Vuelve hacia sí mismo, juntando todas sus energías, con lo cual refuerza su identidad.

-

Violencia creadora: hostilidad y rabia son conducidas hacia fines constructivos y creadores.

-

Actividad: en lugar de paralizarse, redobla sus esfuerzos en el trabajo.

-

Rebeldía frente a las dificultades: del sentimiento de fracaso extrae la fuerza para alcanzar la plenitud.”

Cómo educar emocionalmente “Así es como se instala la educación emocional: al repetirse una y otra vez la experiencia, el cerebro reacciona con un reflejo adquirido, reconociéndolo como un camino conocido y fortalecido, con hábitos neurológicos que se aplican en situaciones de dificultad, frustración o dolor. Y en tanto la sustancia cotidiana de las clases de alfabetización emocional puede parecer muy prosaica, el resultado –seres humanos decentes-, es más importante que nunca para nuestro futuro.” p. 303, Goleman.

Creo que todo el concepto de Inteligencia Emocional y su desarrollo teórico y aplicaciones son muy útiles. Junto

con

eso,

creo

que

la

Inteligencia

Emocional

no

cubre

explícitamente una dimensión de lo afectivo más profunda. Pareciera que la IE es bastante racional, después de todo. Y por otra parte, parece en general en una intención subyacente de que las personas sean más eficientes, de que les vaya mejor en los distintos ambitos

Podés saltar de un trampolín, batir un record en patín, podés hacer un gol y podés llevar tu nombre al cielo. Puedes ser un gran campeón jugar en la selección y no tienes un poquito de amor para dar.

de su vida. Esto por supuesto es valioso y muy relevante para mejorar la calidad de vida de la mayoria de los seres humanos. No obstante, y aquí me cuelgo de los últimos desarrollos de la

Psicología Positiva, los seres humanos aspiramos a bastante más que superar nuestras necesidades básicas, a lo que se llama “sobrevivir”, y también

aspiramos

a

más

que

resolver

los

malestares,

las

enfermedades y los problemas, porque nuestro potencial va mucho más allá que eso. Creo que los seres humanos tenemos un maravilloso potencial, compartido con toda la existencia, pero que en nuestro caso se expresa en una condicion unica, que es la conciencia, el darnos cuenta, y darnos cuenta que nos damos cuenta. Si bien poseemos los instintos, que son la fuente de conservación de la vida, creo que los instintos, en nuestra lucha por la supervivencia, nos juegan una mala pasada cuando nos dejamos llevar por el miedo. La Afectividad requiere conciencia, como dice Rolando: “Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo el individuo no está en un proceso de amor, no soy más que bronce que resuena o exaltación del ego, sino de autodivinización platillos que aturden. Aunque tuviera el don de de la vida como fenómeno cósmico. La profecía, penetrara todos los misterios, poseyera destructividad psicopática no sería sino la toda la ciencia y mi fe obstrucción de los impulsos innatos de fuera tan grande como para cambiar de sitio las energía ascendente, en el sentido de montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque Theilhard de Chardin.” repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque meproblemas dejara quemar vivo, si Vivimos en una época de grandes horrores, globales,

“En el éxtasis de comunión con el hermano,

violencia, crisis económica y climática. Por otro lado, más que nunca también hay muchas voces y conciencias intentando algo diferente.

Rolando propone una definición más esencial del concepto de Inteligencia, asumiendo que la inteligencia de la que normalmente hablamos, la cognitiva o racional, y cualquier tipo de inteligencia incluyendo la que llamamos afectiva y la emocional, son formas diferenciadas de inteligencia cuya fuente es la Afectividad.

De este modo, define Inteligencia como “ ‘la capacidad afectiva de establecer conexiones con la vida y relacionar la identidad personal con la identidad del universo’. Esta capacidad potencial la poseen todos los miembros de la humanidad, pero está profundamente bloqueada por la disociación afectiva que enluta a la sociedad contemporánea”. (Apunte Educación Biocéntrica, pág. 8)

Una expresión de nuestra disociación mental e índice de falta de Inteligencia Afectiva: no pocas veces, escuché personas que decían muy sueltos de cuerpo que “hacía falta una guerra para controlar la natalidad y que no seamos tantos”. Este tipo de aseveraciones son meras ideas, que peligrosamente juegan con la posibilidad de avalar una situación así, pero que tendrían una actitud muy distinta si que los que deben morir para reducir la población fueran ellos mismos y sus seres amados.

Mi camino desarrollando Inteligencia Afectiva Conocí Biodanza gracias a un amigo facilitador, Basera, pasando por un momento difícil de mi vida. Siempre he tenido ese anhelo de una comunión profunda conmigo, con los demás y con todo y por eso mismo tuve la oportunidad de recorrer distintos caminos. Conocí Biodanza y aquí me quedé: éste ha sido mi “camino con corazón”. Creo que mi IA ha crecido enormemente en estos años, aunque también reconozco, muchas veces con no poco dolor, que también es largo el camino por recorrer aún. Aún estoy en pañales, la verdad, pero es un buen paso darse cuenta.

En Biodanza, y especialmente en lo que fue mi escuela de formación y lo que ha venido después de eso, aprendí cosas tan concretas como abrazar y acariciar. Cultivé la capacidad de tener encuentros de miradas y a sentir amor por personas que no conocía ni el nombre, o a abrazar con entrega total a otras que antes hubiese sentido como muy distintas a mi. He aprendido a ampliar mi capacidad de aceptar y hospedar a los demas en mi corazon. También he aprendido a valorar y mejorar mis vínculos cercanos, íntimos y cotidianos, buscando ser cada día capaz de entregar más, y de pensar lo mejor de los otros, de ver el bien y la belleza más allá de las apariencias. Gracias por todo eso.

El futuro del la humanidad depende de que seamos capaces de “ir más allá de nuestra pequeña familia” o de nuestro círculo cercano, ampliando nuestra capacidad de sentir afecto, desde los que nos son más cercanos o familiares, en círculos cada vez más amplios, incluyendo a la totalidad de nuestros semejantes.

Bibliografía: Afectividad – Curso de Formación para Profesores de Biodanza – Rolando Toro Trascendencia – Curso de Formación para Profesores de Biodanza – Rolando Toro Educación Biocéntrica – Curso de Formación para Profesores de Biodanza – Rolando Toro Entrevista a Rolando Toro, Revista Uno Mismo, enero 2007, Chile La Inteligencia Emocional, Daniel Goleman, Javier Vergara Editor, Argentina, 1997. La Auténtica Felicidad, Martin Seligman, Ediciones B, 2003, Argentina Fundamentos e implicaciones educativas de la inteligencia afectiva, Valentín Martínez-Otero Pérez, Revista Iberoamericana de Educación, Número 39/2 - 25 - 06 – 06. Extasis del renacido, Rolando Toro, Editorial Galac, 1995, Venezuela Biodanza, Rolando Toro, Editorial Cuarto Propio, 2007, Chile