Autobiografía Del Agente Cooper, Transcrito Por M.T.wentz.

AUTOBIOGRAFÍA DEL AGENTE COOPER: MI VIDA, MIS CINTAS Oídas por Scott Frost PRIMERA PARTE I “Creo que fue en la Navidad

Views 44 Downloads 3 File size 655KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

AUTOBIOGRAFÍA DEL AGENTE COOPER: MI VIDA, MIS CINTAS Oídas por Scott Frost

PRIMERA PARTE I

“Creo que fue en la Navidad de 1967 cuando a Dale le regalaron su primera grabadora. Teníamos trece años. Mi padre me había regalado uno de esos aviones de juguete con motor a gasolina que vuelan a control remoto. Me encontraba en medio de la calle, haciendo volar en círculos a mi avión y tratando de hacerle ejecutar el primer rizo, cuando Dale salió con paso decidido de su casa, con la mochila de los Niños

Exploradores a la espalda y dentro de ella la enorme grabadora y en la mano el micrófono. Era uno de esos aparatos con carretes de cinta, y él iba tirando del cable amarillo brillante que había conectado en la casa. Vino derechito hacia mí, y dada mi experiencia en la aviación, me preguntó si creía que al año siguiente íbamos a ser capaces de enviar hombres a la luna. En ese preciso momento, el motor del avión falló y fue a precipitarse sobre una señal de emergencia de la nieve. Dale lo grabó todo”. LEWIS NORDINE Amigo de la Infancia USAF, RET.

25 de diciembre de 1967. Probando, probando. Aquí Dale Cooper, trece años. Residencia actual en el número 1127 de la avenida Hillcrest, Filadelfia, Pensilvania. Se trata de una casa verde con toldos amarillos de aluminio que papá compró en Sears para impedir que la tela del sofá se destiñese. Mido un metro cincuenta y siete, tengo el cabello oscuro, en el salto de altura alcanzo el metro treinta y cinco. Supongo que de un momento a otro pegaré una de esas estiradas que me llevará a mi altura ideal: el metro ochenta. No tengo hermanas, sólo un hermano mayor que se llama Emmet y está en la universidad. Mi cuarto mide tres metros por tres sesenta y tiene dos ventanas. Tengo un escritorio, una cama, un baúl para la ropa, y una alfombra que me tejió mi madre con el dibujo de un ciervo. Sólo quienes conocen la contraseña pueden entrar en mi cuarto. La cambio todas las semanas. Esta semana es Pasaje Oscuro. Encima de mi cama, en la pared, tengo mi posesión más importante, un póster de Jimmy Stewart en la película La historia del FBI que sólo yo puedo tocar. Estoy grabando en una Norelco B2000, de doble carrete, que me regalaron para Navidad. A papá le regalé una botella de Old Spice y un par de Totes, y a mamá un juego de espátulas antiadherentes. Voy al séptimo grado de la Escuela de los Amigos de Germantown, dirigida por cuáqueros. Papá dice que no somos cuáqueros, pero que si tuviéramos un religión, los tendría en cuenta en primer término, además de los unitarios, por lo que hacen con sus mentes. Papá es lo que él llama un libre pensador. Anoche nos hizo dar vueltas alrededor del abeto que hay en el jardín mientras llevábamos unas velas, porque según él, las iglesias nos han robado la Navidad. Mamá dice de él que es un perezoso con Dios, porque cuando era niño tuvo una mala experiencia en la iglesia. Es propietario de la Imprenta de Offset Cooper que está en Germantown Road. Sobre la puerta de entrada de la imprenta hay una foto de Benjamín Franklin, uno de los héroes de papá. Anoche, cuando me entregaron la grabadora, papá me puso el micrófono en la mano, me miró muy serio y dijo que aquél era el futuro y que él y todo lo que él representa eran dinosaurios. Le pregunté a mamá qué había querido decirme y me contestó que la culpa la tenía el ponche de leche y huevo. Después, papá nos leyó una página de Las uvas de la ira y así acabaron las Navidades. La grabadora se está calentando. Voy a pararla.

25 de diciembre, 2 de la tarde

Papá acaba de conectar mi grabadora en el enchufe que hay cerca del acuario con un alargo del sótano y estoy haciendo mi primera salida de la casa con el aparato metido en mi mochila de explorador. Mamá me abre la puerta, salgo, y estoy en el porche… ¡Puedes cerrar la puerta! La puerta ya está cerrada, estoy solo. Sólo yo, la grabadora y el alargo, al que llamaré la traílla de la vida. Un paso más y me desenchufaré. Si miro a mi alrededor desde aquí, alcanzo a ver casi toda la calle. La casa de los Nordine, los Schlurmans. Me alejo del porche. En la calle está Lewis Nordine haciendo volar su avión de juguete con una serie de mandos. Sin que él se dé cuenta, Jim, su hermano mayor, se asoma a la ventana del desván y dispara al avión con una pistola de aire comprimido. Intentaré acercarme a Lewis para advertirle lo de su hermano, aunque he de procurar no llamar la atención. No es la primera vez que me peleo con el hermano de Lewis y… ¡vaya! Creo que ha visto la traílla de la vida. Intentaré volver al porche. Creo que el ruido que acabo de oír lo ha hecho el avión de Lewis al golpear contra una señal de tráfico. Una de las balas acaba de darle a nuestro buzón, ya casi estoy en el porche… ¡papá!

25 de diciembre, 9 de la noche Me parece que el alargo tiene serias limitaciones. Primero, no puedo alejarme más de veinte metros de la casa, lo cual limita mis investigaciones. Segundo, llama la atención de una forma que resulta peligrosa. Creo que la solución sería algún tipo de batería, así que mañana iré a la ferretería de Simms para ver qué encuentro. Papá me ha dicho que las palabras son como herramientas y que a las herramientas hay que cuidarlas, de lo contrario jamás lograrás clavar un clavo a fondo. Papá dice muchas cosas que no entiendo. Aquí acaba el día de Navidad. Los regalos que recibí este año son: ropa interior, calcetines, pantalones de pana, guía de campaña de los insectos, cinco dólares de la abuela, una grabadora Norelco B2000, que no es un juguete. Corto, aquí Dale Cooper.

26 de diciembre, 3 de la tarde Acabo de regresar de la ferretería de Simms con un juego de baterías. Según el señor Simas, que es radioaficionado y por las noches habla con Alemania porque estuvo allí durante la guerra y perdió un pie, cada batería durará tres horas. Me he comprado tres con el dinero que me envió la abuela, y que ella piensa que estoy ahorrando para la universidad. Al volver de la tienda de Simms, descubrí lo siguiente: el padre de Lewis encontró agujeros de balines en las alas del avión y ha castigado al hermano de Lewis, o sea que no podrá salir de su casa. A Bradley Schlurman le regalaron una bici nueva, una Stingray dorada, con el sillín mullido color amarillo y una rueda trasera guapísima. A su hermana le regalaron zapatos nuevos, se supone que con el fin de convertirla en mejor bailarina.

26 de diciembre, 10 de la noche

Ahora que tengo la grabadora, he estado toda la noche pensando que he de planificar mi vida. Aunque no se me ocurre nada.

27 de diciembre, 3 de la madrugada Mamá acaba de marcharse de mi cuarto. He tenido un ataque de asma. Cuando no puedo respirar, me quedo tendido en la cama y pienso que estoy muerto y que me voy flotando, mientras ella me frota el pecho con VapoRub. A lo mejor mañana no podré salir si hace frío por culpa de mis pulmones. Mamá me contó otro de los sueños que ha tenido. Estaba sola en un campo cuando de repente, miles de pájaros llenaron el cielo y taparon toda la luz. Y ahí se despierta siempre. Mamá dice que en los sueños podemos ver cosas que no logramos ver cuando estamos despiertos. Le pregunté que si sabía qué significaba ese sueño, pero ella sonrió y me dijo que no era nada… Me alegra tener la grabadora y alguien con quien siempre puedo hablar. Nunca vi un muerto. Creo que me gustaría, pero no ahora, porque quiero cerrar los ojos y no pensar en la muerte. 1 de enero, 10 de la mañana Ayer, los de la pandilla de la calle Veinticuatro le robaron la Stingray a Bradley Schlurman. Hay dos pistas que indican que fueron ellos. Primera, Bradley los vio cuando lo derribaron de la bici. Segunda, le dijeron que la bici pertenecía a la pandilla de la calle Veinticuatro. Han dado parte a la policía pero de momento no han averiguado nada. He decidido llevar el caso por mi cuenta con ayuda de la grabadora. Si logro seguirlos y grabar alguno de ellos cuando hable de la bici, creo que solucionaré el caso. No se lo he dicho a Bradley porque se ha encerrado en su cuarto y no quiere salir.

1 de enero, 1 de la tarde He comenzado mi vigilancia. En estos momentos, veo a dos sospechosos. Los dos son blancos y muy grandes. Uno de ellos va montado en una bici de diez velocidades, que sin duda, también es robada. El otro va de a pie. Trataré de seguirlos a una distancia que me permita captar sus confesiones y grabarlas. Si es preciso, trataré de hacerlos hablar con engaños sobre la bici, les diré que quiero formar parte de la pandilla. He escondido mi grabadora en mi mochila y la tapé con patatas. El micrófono está metido en un guante que me sobresale del bolsillo. Me acercaré a ellos. LOS SIGUIENTES TRES MINUTOS DE LA GRABACIÓN SON INTINTELIGIBLES. 3 de enero, 8 de la tarde La pandilla de la calle Veinticuatro me robó la grabadora. Mi plan funcionaba tal como yo esperaba. Seguí al sospechoso durante una manzana pero no logré grabar una confesión. Después traté de engañar a los pandilleros, les dije que me uniría a su pandilla. En ese preciso instante, se dieron cuenta de que llevaba patatas en la mochila y empezaron a quitármelas. Cuando vieron mi grabadora, la cogieron y me tiraron las

patatas mientras yo corría a buscar refugio. Durante dos días estuvo en poder de la pandilla. Hoy fue recuperada por la policía cuando los detuvieron por robar un coche delante del Teatro Band Box. He decidido que si otra vez me dedico a luchar contra la delincuencia, debo estar mejor preparado. La grabadora no ha sufrido desperfectos. Papá la ha revisado y dice que está perfecta. También me dijo que estaba muy orgulloso de mí por luchar contra la pandilla, pero que debería utilizar mejores disfraces que las patatas. También he descubierto que no se puede grabar a través de un guante. Todavía no hay noticias de la bici de Bradley. 10 de enero, 7 de la tarde Hoy he decidido escribirle a Efrem Zimbalist sobre mi futuro. Espero que tenga alguna buena sugerencia. Le he dicho lo siguiente: Apreciado señor Zimbalist: Me gusta mucho su programa, también me gustan “Hawai Cinco-O” y “El salvaje, salvaje oeste”. Como al sol me quemo con facilidad, en mi caso, creo que ser policía en Hawai no sería buena idea. De poder elegir, me gustaría ser agente del servicio secreto, pero no creo que ése siga siendo el procedimiento corriente. Creo que el sitio donde hay que estar es el FBI. ¿Qué sugerencias podría hacerle a alguien que piensa dedicarse a esto? Gracias por su atención. Dale Cooper. También tengo pensado escribirle al señor Hoover, pero me parece que estará muy ocupado, de modo que no quiero molestarlo a menos que sea preciso.

12 de enero, 7 de la mañana Esta mañana he notado que mi orina huele como los espárragos que comimos en la cena. Me pregunto por qué no ocurrirá lo mismos cuando como hamburguesas. Otra cosa más, esta mañana, durante el desayuno, mamá estuvo muy callada. Me parece que ha vuelto a soñar con los pájaros. Creo que se trata de un sueño que le da miedo, aunque no sé por qué.

12 de enero, 1 de la tarde En la biblioteca de la escuela. El director nos dijo esta mañana que un hombre ha venido a la escuela, que está en el salón de actos y que busca asilo para que no lo recluten. He venido a la biblioteca y busqué la palabra, y dice lo siguiente: “Lugar privilegiado que sirve de refugio y seguridad a los delincuentes”. He visto al hombre. Es blanco, tendrá unos veinte años y es delgado. Parece asustado y lleva los brazos apretados a los costados del cuerpo. Durante la reunión que hacemos cada día, los niños mayores se sentaron alrededor de él como para protegerlo. Nadie dijo nada, pero una de las niñas mayores lo tuvo agarrado de la mano durante todo el rato. El director se levantó entonces, nos dio las gracias y salimos todos, menos el hombre, que no puede salir. Creo que las cosas se le pondrán muy mal. Está infringiendo la ley, que según se supone, siempre está bien. No lo entiendo.

14 de enero, 7.30 de la tarde Me disponía a continuar vigilando a la pandilla de la calle Veinticuatro cuando noté una extraña actividad en la casa de los Schlurman. Marie, la hermana mayor de Bradley, que tiene catorce años, estaba en la ventana de su cuarto, llevaba puesta la peluca pelirroja de su madre y bailaba de un modo muy raro. Sus brazos y muñecas no parecían unidos, y movía las piernas muy despacio, como una patinadora sobre hielo en “El ancho mundo de los deportes”. Esto me hace sentir muy raro, y no sé por qué. A mi nunca me ha gustado el patinaje sobre hielo. Tengo la impresión de que sabía que la estaba observando. De vez en cuando miraba por la ventana hacia donde yo estaba, se agarraba las rodillas y sonreía. Una experiencia aterradora. 14 de enero, 8.15 de la tarde He seguido a la pandilla de la calle Veinticuatro hasta un callejón que hay cerca del Parque Fairmont. Allí incendiaron un cubo de basura, bailaron a su alrededor e hicieron entrechocar bates de béisbol y palos. Me pregunto si esa danza tendrá algo que ver con la que Marie bailó momentos antes. Parece la misma, aunque algo diferente debe de tener porque no me sudan las manos. A lo mejor Marie es un miembro secreto de la pandilla. Eso explicaría lo de la bici. 20 de enero, 4 de la tarde He completado mi estudio sobre los espárragos y sus efectos sobre la orina. Los resultados son los siguientes: Brécol – no producen olor Patatas – no producen olor, salvo las que hacen en el Café de Duva, a las que le ponen chile. Carne – no produce olor Pescado – procura un cierto olor siempre que sea en bocaditos. Pollo – no produce olor Conclusión: Los espárragos que prepara mi madre tienen algo que los diferencia del resto de los alimentos.

24 de enero, 5 de la tarde Hoy ha venido el FBI y ha detenido al hombre que se escondía en el salón de actos para que no lo enrolaran. Había dos agentes, uno iba de traje gris y el otro de traje azul. Hablaron con el director durante unos minutos, y después cumplieron con su deber como agentes especiales. El objetor logró que lo besaran todas las chicas del último curso antes de que se lo llevasen; no todo le ha salido mal. He llegado a la conclusión de que Marie no pertenece a la pandilla. Hoy, durante la reunión en el patio, noté que me miró en varias ocasiones. Sus rodillas no se parecen a las de un pandillero.

30 de enero, 9.30 de la noche

En la biblioteca de la escuela. Testosterona: “Hormona masculina producida por los testículos que tiene como función el desarrollo de las glándulas genitales y el mantener los caracteres secundarios del varón. Es una acetona hidroxiestoride cristalina”. No me parece una explicación nada adecuada de lo que me ocurrió anoche en mi cuarto. Observaba a Marie mientras bailaba en su cuarto, en la casa de al lado. Cuando se quitó la camisa y le ví el sujetador, empecé a sentir cosas en la entrepierna. Fue interesante. Creo que en el futuro, tendré que dedicar mucho tiempo a investigar este tema. Mañana presentaré juramento y me convertiré en un novato con todas las de la ley. Me pregunto si esto que me ha pasado me descalifica.

31 de enero, 8 de la tarde Hoy, exactamente a las 7.05 de la tarde, me convertí en miembro de los Niños Exploradores de los Estados Unidos de América, y de inmediato, inicié los estudios para obtener la primera insignia al mérito. Si trabajo con ahínco, espero llegar al nivel del Explorador Águila dentro de dos años, mucho antes del tiempo promedio exigido a la mayoría de los exploradores.

8 de febrero, 9.05 de la noche La madre de Marie ha vuelto hoy del hospital con un nuevo hermanito. El padre de Marie hizo que todos los niños de la manzana formáramos fila delante de la casa para echarle un vistazo al nuevo vecino. Cuando llegó mi turno, Marie me pidió en voz baja que subiera a su habitación pasado el cuadro del Viejo Fiel que hay en el pasillo. Nunca había estado en el cuarto de una chica, y no me quedé mucho después que Marie me preguntó si sabía cómo se le daba el pecho a un bebé. No entiendo por qué parece interesada en mí, lo único que sé es que es más grande y más fuerte que yo y que probablemente sea capaz de vencerme en un combate de lucha, y que por eso no me tiene miedo.

16 de febrero, 5.10 de la tarde A Hill, el hermano mayor de Tom Johnson, lo mataron ayer en Vietnam. Cuando los del ejército fueron a su casa para avisarles, los gritos de la madre de Tom se oyeron en toda la manzana. Tuvieron que llamar a un médico para que le pusiera una inyección y se calmara. Tom salió corriendo de la casa y se fue al Parque de Fairmount. Lo encontré sentado junto al roble donde jugábamos a capturar la bandera. Tenía una mano toda ensangrentada; se la había golpeado con una piedra porque estaba furioso con su hermano. Después se echó a llorar y salió corriendo; revoleaba un palo contra los arbustos y los árboles, como hacíamos cuando matábamos japoneses. El ruido del palo al golpear contra las cosas seguía oyéndose cuando perdí de vista a Tom. A lo mejor mañana, durante la reunión que hacemos en el colegio, hablaré de eso. A lo mejor, no lo sé.

24 de febrero, 2.20 de la tarde Efrem Zimbalist me envió una foto autografiada desde Hollywood. Con esta dedicatoria: “Para Dale, buena suerte.” La he colocado en la pared, junto al póster de La historia del FBI. La cola de los chicos que vinieron a verla llegaba hasta la calle. Les estaba cobrando diez céntimos a cada uno, y la cosa iba bastante bien, hasta que llegó papá y me dijo que el señor Zimbalist se sentiría muy decepcionado si llegaba a enterarse de que estaba ganando dinero con su foto.

25 de febrero, 1 de la tarde Esta mañana han enterrado al hermano de Tom. Dos soldados con guantes blancos doblaron la bandera en triángulo y se la entregaron a su madre. Una guardia de honor que llevaba rifles disparó unos tiros al aire en el momento de la entrega de bandera. Una chica, me parece que era la novia del hermano de Tom, se puso a gritar, le dio una bofetada a uno de los soldados y le tiró la gorra. El soldado ni se movió. Simplemente se agachó, recogió la gorra y volvió a ponérsela. Tom me contó que le pidió a su padres si podía ver a su hermano, pero el ejército había sellado el ataúd para que nadie pudiera ver lo que había pasado. Hacía dos días que Tom había recibido una carta que su hermano le había enviado antes de que lo matasen. En el sobre había una hoja de una planta de la selva que había encontrado; tenía cientos de venas dispuestas de manera tal que parecían un mapa. Todavía estaba verde.

2 de marzo, 2 de la tarde Hoy he recibido mi primera insignia al mérito por atar con nudos. No lo habría logrado tan pronto de no ser por la ayuda de Marie, que me dejó que practicara a atarla en su cuarto. Cuando terminé la doble vuelta mordida, Marie dijo que le tocaba a ella, e intentó atarme a la pata de la cama con un nudo llano que en realidad era un nudo de rizos mal cruzado que se desató y logré escapar. Ésta es una lección muy importante que demuestra lo que vale saber hacer bien un nudo.

8 de marzo, 10 de la noche. Hoy la abuela Cooper ha tenido un ataque y ha muerto. Había venido a pasar una semana de visita. Mamá dijo que había soñado que algo malo ocurriría, y esta mañana cuando la abuela estaba en la cocina haciendo una tarta, le dio un ataque y se cayó al suelo con tarta y todo. Nunca había visto a una persona muerta. Cuando la encontré estaba tendida, tiesa como una tabla, junto a la encimera de la cocina. La tarta se había volcado y algunas cerezas habían ido a parara sobre su cara, la tenía manchada de rojo brillante y daba la impresión de que se había puesto demasiado maquillaje. Tenía los ojos abiertos y con la mano izquierda se agarraba el delantal de flores amarillas. Mamá llamó a papá y al médico. Después me tomó de la mano y nos quedamos mirando a la abuela durante un rato. Me pidió que le pusiera la mano en la frente a la abuela, para que me diera cuenta que la muerte no es algo a lo que haya que temer. No tuve miedo. Me dio la impresión de tocar un viejo bolso de cuero.

Vino el médico, la tapó con una sábana nueva y se la llevó. Nos dijo que había tenido una muerte rápida y que no había sentido ningún tipo de dolor. En un libro de ciencias leí que cuando estamos vivos tenemos electricidad. No entiendo de dónde viene ni a dónde va cuando nos morimos. Papá me dijo que era una pregunta muy difícil y que no sabía la respuesta. Yo tampoco.

20 de marzo, 1.30 de la madrugada El señor Botnick, que vive enfrente, acaba de salir desnudo de su casa y salió corriendo calle abajo y gritando que le recorrían todo el cuerpo. No sé qué será. No he vuelto a ver al señor Botnick desde que dobló la esquina hace diez minutos.

30 de marzo, 7 de la tarde He terminado de leer El sabueso de los Baskerville, donde aparece Sherlock Colmes. Creo que el señor Colmes es el detective más listo que ha existido jamás, y me encantaría llevar una vida como la de él. Según la Escuela de los Amigos, lo mejor en la vida es hacer el bien, en lugar de que te vaya bien. Creo que en el señor Holmes he encontrado la forma de lograrlo.

2 de abril, 8 de la mañana La tarea de todo detective es resolver misterios. Por lo tanto, he decidido cuál será mi primer caso. A las ocho y media, en el Aula Once, todas las chicas de octavo van a clase de sanidad. Lo que ocurre tras esas puertas es un secreto que todas las chicas han jurado proteger. He planeado resolver el caso metiéndome en el conducto de ventilación que hay en el aula para grabar la clase con mi grabadora. El único que está al tanto de mi plan es Bradley, que me ha dicho que es la idea más genial que podría haber tenido. Si llegan a pescarme, las posibilidades de que termine octavo de forma normal son, con suerte, escasísimas. Pero ahora no puedo echarme atrás.

2 de abril, 8.25 de la mañana He entrado en el conducto de ventilación por el armario del portero y voy avanzando por encima del aula de historia del señor Barstow. Me parece que estos conductos no los han limpiado desde que construyeron la escuela, y que no han sido diseñados para permitir un fácil acceso a ellos con una grabadora metida en una mochila. Tendré que pensar cómo voy a explicar la facha con la que saldré de aquí cuando haya acabado mi misión. 2 de abril, 8.30 de la mañana (En susurros) Allá abajo hay un espectáculo que muy pocos alumnos de octavo han presenciado. La señora Winslow está delante de la clase, junto a la pizarra. En la pizarra hay un dibujo de tamaño natural de una mujer desnuda a la que se le ve todo lo de adentro. Sobre la mesa hay un modelo de algo que me parece un pecho hecho de

plástico transparente. Me parece más grande que todos los pechos que he imaginado; por dentro está recorrido por una serie de canales. Supongo que por ahí pasa la leche. La señora Winslow ha cogido el puntero. Qué gran momento. LOS VEINTE MINUTOS SIGUIENTES DE GRABACIÓN FUERON BORRADOS EN 1968, 3 de abril, 5.30 de la tarde Creo que comenzaron a sospechar cuando no logré explicar mi presencia en el conducto de ventilación que hay en el cuarto del señor Brumley, el portero, cuando volví a meterme en su armario. Traté de decirle que estaba estudiando el flujo del aire en los espacios cerrados, pero resulta muy difícil mentirle a un cuáquero, así que eché a correr. Esta mañana, cuando llegué a la escuela, me pidieron que fuera al despacho del director. Y ahora he de escribir una redacción de quinientas palabras sobre el respeto a la intimidad. Además, me han prohibido traer la grabadora a la escuela durante el resto del curso, a menos que tenga una autorización escrita de un profesor. 4 de abril, 8 de la tarde Martin Luther King ha sido asesinado hoy en Memphis, Tennessee. Le dispararon al cuello cuando estaba en el balcón de un motel. Yo iba en el coche con papá cuando dieron la noticia por la radio. Mi padre dijo “mierda”. Era la primera vez que le oía decir esa palabra. Después nos fuimos a casa y vimos las noticias en la tele con mamá. Hay disturbios en muchos sitios. Creo que el FBI ha de estar ya sobre la pista del hombre que lo mató, y lo atraparán. Ojalá fuera mayor. Ojalá supiera más de lo que sé. 19 de abril, 4 de la tarde Hoy he cumplido catorce años. Mamá y papá me han regalado un reloj Timex. Lo he sumergido en la bañera durante un cuarto de hora y sigue funcionando. Mi hermano se ha mudado al Canadá para trabajar como leñador. Al menos eso es lo que mi madre me ha dicho. Dice que no volveremos a verlo hasta que no hayan talado todos los árboles. Creen que se ha ido porque en el sorteo de la mili le tocó el número tres. 20 de abril, 9 de la noche Identifiqué todas las plantas venenosas de la zona y hoy me he convertido en explorador de segunda. Después, le practiqué la maniobra de Heimlich al señor Tooley, el jefe de los exploradores, cuando se atragantó con una flor de diente de león durante una clase de “alimentación en el bosque”. 2 de mayo, 11 de la noche Marie me ha dicho hoy que no volverá a hablarme hasta que yo no fuera mayor. Le contesté que acababa de cumplir años, pero no me creyó, así que después de clase la seguí y la vi cuando se besaba con Daren Seedler delante del Café Duva. Creo que existe una relación entre estos dos hechos.

12 de mayo, 7.30 de la noche Esta tarde invité a Marie a una fiesta y me dijo que no quería venir. Ahora siempre cierra las persianas de su habitación. Me siento estúpido hablándole a este aparato. 6 de junio, 3.30 de la madrugada Papá me ha despertado para decirme que mataron a Bobby Kennedy en Los Angeles. Papá sigue abajo, sentado delante del televisor, esperando para oír si Bobby sigue vivo. En la radio pasaron una cinta de los disparos que grabó un periodista. Se oye el estampido de los tiros, después gente gritando “Coged el arma, coged el arma”. Lo escuchamos los tres; después mamá le preparó a papá un bocadillo de pollo y se fue a la cama. He visto que en la casa de al lado hay luz en el cuarto de Marie. A la escuela llevaba siempre una chapa de Kennedy. 6 de junio, 5 de la madrugada Bobby Kennedy ha muerto de un tiro en la cabeza. Papá se ha marchado a la imprenta. Mamá sigue durmiendo. Marie ha apagado la luz hace cinco minutos. Después, la persiana se subió y logré entrever a Marie desnuda, de pie en la oscuridad y mirando hacia mi ventana. Tenía las manos a los costados, y se quedó así durante un minuto entero antes de volver a la oscuridad. ¿Por qué lo haría? ¿Sabría que yo estaba allí? Estoy muy confundido sobre muchas cosas. 8 de junio, 9 de la noche El tren que llevaba a Bobby Kennedy pasó por Filadelfia. Los vagones iban tirados por dos locomotoras negras que iban muy despacio. A ambos lados de las vías había montones de gente que habían ido a verlo pasar. Muchos hombres hacían el saludo militar cuando pasaba. Cuando ya se había ido, ví a Marie; estaba sola y llevaba la chapa de Kennedy en la mano. Me acerqué a ella y la saludé. Me agarró de la mano y me llevó a la esquina. Después me besó en la boca, me metió la lengua y la movió dentro de mi boca en el sentido de las agujas del reloj. Después se le llenaron los ojos de lágrimas, se dio la vuelta y salió corriendo hasta perderse de vista. 14 de junio, 4 de la tarde Acabaron las clases. A Bradley lo mandaron de campamento a Maine, donde se supone que aprenderá francés. No entiendo por qué tiene que ir a Maine para eso. Marie se ha marchado de viaje esta mañana con sus padres, van a visitar los parques nacionales. Papá les sacó una foto delante de su camioneta cargada, mientras sostenían un enorme mapa de los Estados Unidos. Marie no parecía contenta. No he vuelto a hablar con ella desde el día que pasó el tren. Una vez la llamé a su casa, pero se puso su madre y colgué. He pensado mucho en ella y me pregunto qué habría pasado este verano si a su padre no se le hubiera ocurrido ir a ver el Gran Cañón. 30 de junio, 1 de la tarde

Hoy de decidido que voy a ser agente del FBI, y que he de trabajar con mucha dedicación si quiero hacer realidad mi sueño. Le escribí al señor Hoover una larga carta para explicarle mis planes y le he pedido que me aconsejara. La carta dice así: Apreciado Sr. Hoover: Hoy he decidido que voy a ser agente del FBI en cuanto tenga ocasión. Tengo ahora catorce años y a los quince me convertiré en Explorador Águila. Jamás he violado las leyes, aunque si consulta mis antecedentes, verá que hace poco me pescaron grabando una clase de educación sexual para niñas desde un conducto de ventilación. A mi juicio, esto no debería ser utilizado en mi contra, porque mi intención era puramente científica, y no lo hice para obtener ningún provecho personal. Me encantaría ir a visitarlo par hablar de las experiencias que haya usted tenido con grabaciones. Atentamente, Dale Cooper

II

“Recuerdo perfectamente el día que Dale recibió carta de Hoover: Fue el 3 de julio de 1968. Dale era explorador de segunda y yo de primera. Trajo la carta a la reunión de tropa, envuelta en una camisa de seda que tomó prestada de su madre. El señor Tooley, jefe de exploradores, nos hizo formar a todos para poder echarle un vistazo y después de darle la mano a Dale. Se veía bien claro que Dale sabía exactamente lo que quería ser el resto de su vida. Lo recuerdo porque fue el mismo día que otros dos exploradores de primera y yo hicimos un cohete con cerillas y lo hicimos estallar después de la reunión. Salió disparado de costado, pasó por el porche del señor Nordstrom y dejó un agujero en el cuadro de la Última Cena que su mujer había pintado en un viaje a Pocomos”. NEWT CUMMINGS Miembro de los Niños Exploradores FONTANERO

3 de julio, 8 de la tarde He recibido carta del señor Hoover. Me felicita por mi esprit de corps en lo de la grabación de la clase de educación sexual, y me alienta para que no deje que el hecho de que puedan pescarme interfiera en mis proyectos futuros, que ello no tiene ninguna consecuencia sobre mi aspiración a entrar en el FBI. Me dice también que soy el tipo de persona que desearía que abundara más en el Bureau, y me invita a efectuar una visita a Washington donde conoceré a un agente especial de verdad. 15 de julio, 11.30 de la mañana Me dirijo a Washington en el expreso de las diez veinte. Voy al FBI con papá; llevamos un bizcocho con pasas que mamá hizo para el señor Hoover. Me he puesto traje y corbata, los zapatos bien lustrados y llevo la insignia de explorador de primera pegada al bolsillo de la americana. Veremos a un agente especial que nos llevará a visitarlo todo, después nos reuniremos con el señor Hoover, si puede hacernos un hueco. 15 de julio, 7 de la tarde Volvemos a Filadelfia. Al señor Hoover le gustó mucho el bizcocho con pasas. Papá nos sacó una foto en la que salgo junto a él, con una ametralladora Thompson que nos dijo que utilizaba para derribar gángsters en los viejos tiempo. Después nos fuimos a ver el edificio con un agente especial, y pude disparar un revólver reglamentario en la sala de tiro. El agente especial sacó buena puntuación, cinco de los seis disparos dieron en la marca. Le saqué ventaja en el último disparo, di justo en el centro de la diana. Le sugerí que inclinara un poco más la pistola para compensar el retroceso. Me dio las gracias y me pidió que no se lo contara a los otros agentes. Terminamos la visita después de ver las gafas que John Dillinger llevaba cuando lo mataron en Chicago. La verdad, ha sido un día genial.

15 de julio, 11.30 de la noche De vuelta en casa. Durante el viaje en tren, papá estuvo muy callado, después me contó una historia de la guerra. Él y otros soldados estaban en una aldea en Francia. Los de la aldea les contaron que uno de los campesinos era colaborador y que les diría a los alemanes que estaban en la aldea. Así que los soldados fueron a la granja y encontraron al hombre, a su mujer y a dos hijas. El campesino les ofreció vino y queso, después los llevó a ver su granero y uno de los soldados lo mató. Papá me dijo que estaba muy orgulloso de mí, pero que debía estar seguro de las decisiones que tomaba sobre las cosas del mundo. No entendí bien qué quiso decirme, pero me comentó que algún día lo entendería. Le pedí que me contara más cosas sobre la guerra, pero él se puso a mirar por la ventanilla del tren cómo las luces iban quedando atrás y no volvió a decir palabra durante el resto del viaje. 10 de agosto, 6 de la tarde Marie ha regresado hoy de las vacaciones y he notado varios cambios. Primero, se pasa todo el tiempo sonriendo. Lo atribuí a que estaba contenta de estar en casa, pero cuando se lo pregunté, se echó a reír y empezó a pintarse una enorme flor amarilla en la frente. Después le conté que había conocido al señor Hoover y ella me dijo que era un cerdo del establishment, que tenía el corazón de piedra y que jamás alcanzará el nirvana. Le dije que no era verdad, pero que de todas maneras iba a fijarme en mi manual de explorador para comprobar si un Explorador Águila debía alcanzar el nirvana o no. Volvió a reírse y se puso a pintarse otra flor en la cara. He buscado la palabra nirvana en el diccionario y dice lo siguiente: “Lugar o estado de anonadamiento que impide sentir preocupación, dolor o apreciar la realidad externa: objetivo que se espera alcanzar pero que en apariencia es inalcanzable”. No estoy muy seguro de qué es lo que Marie vio en el Parque Nacional de Gran Teton, pero me parece que debió de haber tenido una experiencia muy fuerte. 1 de septiembre, 4 de la tarde Alrededor de las tres de la tarde ocurrió el siguiente incidente. Cuando estaba en la ferretería de Simms, un enorme pájaro de colores entró volando por la puerta y fue a posarse cerca de los recipientes de clavos y tornillos. El señor Simms trató de sacar al pájaro por la puerta con una escoba, el bicho se asustó y fue a posárseme en la cabeza. Salí corriendo hacia la sección de fontanería con el pájaro prendido al pelo; allí el señor Simms me dio un escobazo en la cara que me hizo caer al suelo y el pájaro fue a parar al conducto de ventilación, donde el ventilador lo hizo pedazos. No me gustan los pájaros. El señor Simms me regaló un martillo de orejas por ser un buen chico. 9 de septiembre, 8 de la tarde Primer día de clases. Me he apuntado a ciencias, mitología, matemáticas e inglés. También puedo elegir entre tomar parte en la obra de teatro de la escuela o formar parte del equipo técnico del teatro. Elegí trabajar en el equipo técnico del teatro. Marie está en el grupo de teatro, y me parece que no sería buena idea estar cerca de ella mientras lleve flores pintadas en la cara. 20 de septiembre, 6 de la tarde

Hoy, a las cuatro y media, encontré lo siguiente mientras volvía a casa por el Parque de Fairmount: un par de sandalias, de las que se hacen con neumáticos usados, tres cerillas de madera usadas, una pila de ceniza de cigarrillo y papel de fumar, un palillo de dientes, varios botones de una camisa, un pendiente, varias trincheras profundas cavadas en el suelo, y los restos de un bocadillo de bistec con queso. Después de un examen detenido del lugar, no creo que haya habido juego sucio, y que lo que voy a exponer explica lo ocurrido. Un hombre y una mujer perdieron un pendiente mientras compartían un bocadillo de bistec. Al buscar el pendiente, se perdieron varios botones de una camisa. Al oscurecer, extraviaron las sandalias y la pareja se marchó del lugar para buscar una linterna, pero no lograron volver sobre sus pasos. Todavía no logro encontrar una explicación a las trincheras del suelo. 30 de septiembre, 11 de la noche Tío Al, el mago, nos visitó este fin de semana. La última vez que lo vi fue cuando fuimos a Poconos, donde hacía de Ricardo el Grande en la actuación organizada para una cena donde había también un espectáculo con perros. Me parece que a papá no le gusta ver a su hermano muy a menudo. Me parece que lo tiene por irresponsable y de poco fiar. El negocio de la magia no ha ido muy bien últimamente, así que tío Al se marchará a Florida a vender biblias. El sábado me enseñó cómo contar las cartas que se usan al jugar al veintiuno para saber que no te están haciendo trampa. Después nos fuimos a un club social para caballeros, donde había unos hombres que jugaban a las cartas y que, me parece que también estaban apostando. Tío Al tenía razón se le puede seguir el rumbo a cada una de las cartas de la baraja, y no encontré indicios de que los demás jugadores estuvieran haciendo trampa. Nos iba bastante bien, cuando de pronto, un hombre corpulento, al que le faltaba una oreja, sugirió que era hora de que me fuera a la cama y nos pidió que nos fuésemos. Yo no tenía sueño, pero tío Al dijo que sí. Me recogió y corrimos hasta llegar a casa. A la mañana siguiente, tío Al se había ido, pro me dejó una nota en la que me explicaba que le había llegado un pedido muy importante de libros de himnos y que tuvo que marcharse en plena noche. 6 de octubre, 10.30 de la noche Estoy asomado a la ventana, mirando hacia la ventana de Marie. Tengo la convicción de que hay dos personas en su cuarto y que una de ellas es un chico llamado Howard. No creo que estén haciendo los deberes, porque los padres de Marie han salido a cenar a Mr. Steak y vi cómo Howard entraba subrepticiamente por la puerta trasera sin ningún libro. Creo que las esperanzas que tenía de gustarle a Marie se han esfumado. 7 de octubre, 7 de la tarde Hoy han encontrado a Marie desmayada en el vestíbulo de la escuela y se la han llevado al hospital. Cuando se la llevaban en la ambulancia le vi la cara. Tenía los ojos desorbitados y creo que había vomitado. El director nos reunió a todos y nos dijo que creía que había tomado drogas y que se había puesto una sobredosis. Nos pidió que si alguno de nosotros tenía información fuera a hablar con él. Los padres de Marie dicen que se encuentra estable pero que debe permanecer unos cuantos días en observación en este hospital.

10 de octubre, 9 de la noche Hoy he ido a ver a Marie al hospital, para entrar le dije a la enfermera que era su hermano. Cuando me encontré en su habitación Marie parecía estar muy despierta y contenta, y tenía las muñecas atadas a la cama. Me preguntó cómo iba la obra de la escuela, si me gustan las mates, cuál era mi programa favorito de televisión, y si quería ser agente del FBI. Después me contó que había intentado quitarse la vida tomando un montón de pastillas, y que si la ayudaba a escapar, me dejaría que la tocase donde yo quisiera y que me chuparía la polla. Las leyes de los exploradores son muy claras en asuntos de este tipo. “Un explorador siempre es servicial. Se preocupa por su prójimo. Se ofrece voluntariamente a ayudar al prójimo sin esperar recompensas”. Habría violado claramente estas normas si hubiera aceptado la propuesta de Marie. Le dije que lo sentía, pero que no podía aceptar. Empezó a golpearse la cabeza contra las rejas de la cama y a gritar: “¡Quiero mis drogas!” Traté de detenerla pero me mordió el brazo. Entonces llegó una enfermera y me pidió que me fuese. Ésta no es la misma Marie a la que yo ataba a principios de año. 2 de noviembre, 9.30 de la noche Hoy he recibido carta de Marie desde la clínica en la que está internada. Dice así: Querido Dale: Siento la forma en que me comporté el día que fuiste a verme al hospital. Había tenido un mal día. Ahora me encuentro mucho mejor y sólo me apetece tomar drogas uno o dos veces al día y no todo el tiempo. Me hice amiga de un hombre que es poeta, y enseña en la universidad. Dice que el mundo es una pila de estiércol de dulce aroma y que todos estamos metidos en ella. A mí me parece hermoso. El año pasado saltó desde un puente y se quebró las piernas en once lugares distintos. Espero que estés bien. Me siento mejor desde que me afeité la cabeza. Saluda a todos los chicos de la escuela. Marie. Creo que a Marie le falta todavía mucho camino por recorrer.

6 de noviembre, 1 de la madrugada Nixon salió elegido presidente. No estoy seguro de lo que esto significa. 28 de noviembre, 6 de la tarde Acción de Gracias. Papá invitó a cenar a un indio americano que conoció en un autobús. El hombre se llama Michael Bishop Tree. No dijo una palabra en toda la cena, aunque de vez en cuando se rió entre dientes por una cosa u otra. En cuanto acabamos de cenar, se fue con los bolsillos de la chaqueta llenos de pastel. 18 de diciembre, 7 de la mañana

Anoche tuve un ataque de asma. Mamá se pasó casi toda la noche levantada haciéndome compañía, y ahora me siento muy débil. Hoy no iré a la escuela. En plena noche tuve un sueño que me asustó mucho. Un hombre al que nunca había visto intentaba entrar en mi cuarto. Gritaba mi nombre y decía que me quería. Se ponía a gritar y al cabo de un momento, ese grito se convertía en una especia de rugido, como si fuera un animal. Se lo conté a mamá y me dijo que ella conocía a ese hombre, que tiene el mismo sueño y que nunca debo dejarlo entrar en mi cuarto. No entiendo qué significa. Me duele mucho el pecho. Creo que me voy a dormir. Estoy muy cansado. DURANTE UN MES NO HAY GRABACIONES.

20 de enero de 1969, 8 de la tarde He estado enfermo y no tenía muchas ganas de hablar. Tuve una infección en los pulmones y durante mucho tiempo estuve muy débil. Soñé varias veces más con el Hombre, pero no lo dejé entrar. Ayer vino a verme Marie, llevaba un uniforme de animadora del equipo de fútbol. Creo que se siente mejor. Dice que se está recuperando y que seguirá haciéndolo el resto de su vida. Tenía muy buen aspecto y mejorará aún más cuando le crezca todo el pelo. Después me dio un beso en la mejilla y me dijo que el poeta se había ahorcado y que Jesús era su salvador, y que me ayudaría a ver la luz si se lo permitía. Después me enseñó uno de los vivas que, según ella, me harían sentir mejor. Me parece que hay ciertos elementos de la “antigua” Marie que me gustan más que los de la “nueva”. Aunque está muy guapa con su uniforme de animadora. He estado dándole vueltas desde que se marchó. Me encantaría quitarle los calcetines. No sé bien si esta idea es producto de la enfermedad. Pero estoy seguro de que sus piernas son la cosa más hermosa que he visto en mi vida. 10 de febrero, 3 de la tarde Estoy en la esquina de Chelton y Greene. Cae una ligera lluvia. En la calle, a unos metros de la cuneta yace el cadáver de un hombre. Una cinta de la policía rodea el cuerpo describiendo un amplio arco. Es blanco, de cabello oscuro, mide aproximadamente metro ochenta, lleva una chaqueta verde, pantalones oscuros y zapatos marrones. Yace boca abajo. Hay sangre alrededor de su cuello y en un charco a sus pies. En toda mi vida no había visto nada igual, y creo que voy a vomitar. Un testigo ha declarado que el hombre fue apuñalado a una manzana de distancia y que corrió hacia allí gritando, “No”. Alguien más dijo que lo habían apuñalado en el cuello. He observado a los detectives de cerca. Se arrodillaron juntoa ls cadáver y le revisaron a fondo los bolsillos sin moverlo. Le quitaron la billetera, una pequeña agenda, un poco de dinero en un clip para papeles y las llaves sujetas de una pata de conejo. Trato de pensar cómo lo haría Colmes, pero no logro contener las ganas de vomitar. Se disponen a darle la vuelta al cadáver. 10 de febrero, 8 de la tarde Acabo de limpiar el micrófono. Cuando le dieron la vuelta al cadáver, reconocí al hombre. Era uno de los jugadores de cartas que estaba en el club al que fui con tío Al. Después vomité. Al cabo de varios minutos informé a la policía sobre el juego de naipes

y sobre el hombre sin oreja. Me dieron las gracias y me dijeron que me fuese a casa, me cambiara la camisa y que cerrara bien todas las puertas y ventanas, cosa que ya he hecho. Creo que dejaré que la policía termine el resto del caso, yo me dedicaré a hacer los deberes de matemáticas. 14 de febrero, 4 de la tarde Hoy he recibido una tarjeta por San Valentín. Era un dibujo enorme de Marie, vestida con su uniforme de animadora; llevaba en brazos al niño Jesús. No sé bien qué pensar. 28 de febrero, 7 de la mañana He notado que me despierto con una erección con bastante frecuencia. Entiendo que forma parte del proceso onírico de todos los mamíferos. Resulta interesante que exista una parte del cuerpo que no puedo controlar, cosa que podría resultar muy incómoda si me ocurriera en la escuela. Sin embargo, he descubierto que si me concentro y pienso en Disneylandia, logro suprimir la erección con un cierto éxito. No sé por qué funciona. Al parecer, recuerdo el paseo en submarino como algo estimulante en muchos sentidos. 11 de marzo, 4 de la tarde Hoy ha llegado una chica nueva a la escuela. Tiene el pelo largo y rubio y acaba de mudarse desde algún sitio del Medio Oeste, donde hay muchas vacas y maíz. Hoy, en la reunión que hacemos en la escuela, me senté al lado de ella. Cuando acabó, ella se puso en pie, me miró y me dijo “Hola, me llamo Anne.” Me dio la mano, y al presentarme dije “Ale” porque se me trabó la lengua. Tiene los ojos azules, y unos dedos largos y perfectos, a excepción de una pequeña cicatriz en el meñique. Llevo todo el día pensando en ella, nunca había conocido a nadie igual, ni siquiera Marie antes de que se afeitara la cabeza.

III

“La primera vez que Dale se enamoró de veras, sin contar la vez que ató a mi hermana, que en realidad tenía más que ver con las insignias al mérito que con el amor verdadero, fue casi al final del noveno grado. La llamábamos Diosa de las Llanuras porque acababa de venir de Minnesota. Anne Sweeny era una belleza. Dale le echó una mirada y de inmediato supo que había visto a la chica con la que iba a pasar el resto de su vida. El problema era que lo mismo le pasaba al resto de la clase, incluida Nancy Nordstrom, una chica de décimo que llevaba un montón de chapas pacifistas y que era guardameta del equipo de jockey sobre hierba. Dejaba que le metieran goles porque le parecía que si lo impedía cometía un acto de agresión. A Dale aquello le sentó muy mal. Empezó a llevar una chapa de Nixon”. BRAD SCHLURMAN El mejor amigo PASTOR

19 de abril, 5 de la tarde He cumplido quince años… ¿Por qué? ¿Acaso importa…? La paz con honor… detesto el jockey sobre hierba… Los síntomas de un ataque al corazón son… una presión en el pecho, sensación de saciedad, dolor en el pecho, detrás del esternón. La sensación puede extenderse a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula y la espalda… 12 de mayo, 7 de la tarde Día de la madre. Papá hizo la cena, le compró a mamá una licuadora y un perfume. Yo le regalé portavasos para la mesita del café. Me ha dicho que me encuentra raro y que la tengo preocupada. Creo que tiene razón y que debo tomar medidas para sentirme mejor. Tengo varios planes: Plan A. Comer setas venenosas y escribirle a Anne desde mi lecho de muerte. Acude a mi lado. Su presencia me salva la vida y se enamora de mí. Plan B. Volar su casa mientras está en la escuela y después, en un acto de gentileza, les damos cobijo en nuestra casa. Plan C. Volar la casa de Nancy Nordstrom cuando ella esté dentro. Plan D. Olvidarme de Anne y dedicarme a ser un mejor explorador y miembro de la comunidad. Cada uno de estos planes tiene sus méritos y sus riesgos. Aunque creo que todos serán muy satisfactorios. 20 de mayo, 9 de la noche

Hice volar el buzón de la casa de Nancy y me siento mucho mejor. Creo que no estoy preparado para el largo ascenso hacia el puesto de Explorador Águila y para desempeñar un papel de responsabilidad dentro de la comunidad. 10 de junio, 6 de la tarde Han acabado las clases. Anne se vuelve a las Grandes Llanuras, donde su padre ha comprado una tienda de piensos. La vi en la librería comprando un libro de Willa Carther para Nancy. No creo que vuelva a verla pero siempre recordaré la primera vez que la vi y el sonido del buzón cuando lo hice estallar. 30 de junio, 7 de la tarde George, uno de los prensistas que trabaja en la imprenta de papá, se pilló la mano en una de las prensas. Se la cortó justo debajo de la muñeca. La mano cayó al suelo aplanada como una hoja de papel y en la palma llevaba impreso un anuncio de una agencia inmobiliaria. George empezó a maldecir y le encajó una patada a la mano que la hizo ir a parar al otro lado de la sala. Inmediatamente hice presión para parar el flujo de sangre arterial que le salía de la muñeca como una fuente. Después lo hicimos tender en el suelo, lo tapamos y empezó a quedarse blanco. Tardamos unos minutos en encontrar la mano que había acabado debajo de un mostrador. Y empezó la discusión para ver quién la recogía. Le puse fin recogiéndola yo mismo y envolviéndola en una toalla. Llegó una ambulancia que se llevó a George y a su mano al hospital. En general, fue un día emocionante. Todavía noto como si me hubieran inyectado electricidad por todo el cuerpo. Imagino que es la misma sensación que experimenta un agente del FBI al final de casi todas sus jornadas. 16 de julio, 10.50 de la mañana Ha comenzado el vuelo a la luna del Apolo 11. Dentro de una hora dispararán el tercer cohete, la velocidad aumentará a 38.792 km por hora, se alejará de la tierra y se dirigirá a la luna. Al parecer todos los sistemas funcionan a la perfección. No logro imaginar lo que sentirán en estos momentos los hombres que van en el cohete. 16 de julio, 1 de la tarde Ya están en el rumbo. Ha venido Marie y dijo que esperaba que en la luna se encuentren con Dios y que Él les diría que volvieran a donde pertenecen. Tien muy buen aspecto, le ha vuelto a crecer todo el pelo, y dice que ya lleva casi seis meses sin probar las anfetaminas. Resulta interesante el hecho de que Marie sea la única chica a la que he visto desnuda y no me acuerde nada de nada. Nuestras familias se reunirán para ver el alunizaje y el paseo por la luna. Bradley traerá sus sillas rellenas de alubias para simular la superficie lunar. Me pregunto si Marie sigue sintiendo algo por mí, aparte de sus sentimientos religiosos. 23 de julio, 3.08 de la tarde Bradley ha llegado con las sillas. El Águila tiene alas, y va rumbo al Mar de la Tranquilidad. Marie no vendrá hasta que se produzca el paseo lunar

20 de julio, 4.17 de la tarde. El Águila ha alunizado. 20 de julio, 10.56 de la noche. “Para un hombre es un pequeño paso, para la humanidad, un salto gigantesco” NO ESTÁ CLARO A QUIÉN PERTENECEN ESTAS VOCES. ¡Hemos llegado a la luna! ¡Hemos llegado a la luna…! Callaos, silencio, mirad, mirad… ahí, ahí… No lo veo… es su pie. ¿Estás seguro…? Es el único que está ahí. Claro que es su pie… Ahí, lo tenéis… fijaos en eso… fijaos en eso… ¡chis! ¡chis! Dios no nos perdonará… 21 de julio, 2 de la madrugada Armstrong y Aldrin han vuelto al módulo lunar. Papá sigue sentado delante de la tele, comiendo cacahuetes. Mamá se ha ido a la cama. Bradley y su familia se han marchado hace una hora. No sé bien cómo describir lo que ha pasado con Marie. Busqué en el manual de los exploradores bajo “aventuras al aire libre” pero no encontré nada que se pareciera a lo que ocurrió. He aquí una descripción lo más exacta posible de los acontecimientos ocurridos en el patio de atrás. Poco después que Aldrin bajara a la superficie lunar junto a Arrmstrong, Marie cogió una de las sillas y me hizo señas de que la siguiera al patio de atrás. Cuando llegué, estaba afuera, detrás de las lilas, tendida sobre la silla, mirando a la luna. Me pidió que me acostara a su lado y la obedecí. Nos pasamos unos minutos mirando la luna sin decir nada. Después, habló Marie. “Dale, ¿alguna vez piensas en mí… ¿sabes?” Tragué saliva y traté de analizar la forma en que estaba formulada la pregunta. Lo que más inseguridad me causaba era ese “sabes”. Le contesté, “Creo que sí.” Marie se quedó pensando un rato y luego dijo, “Yo pienso en ti.” Asentí y dije, “Bien.” Marie sonrió y me dijo, “No lo entendí hasta que ví a esos hombres andando por la luna, pero creo que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, y que nosotros somos parte de él. ¿Lo entiendes, Dale?” Le contesté que sí. “Yo también”, dijo Marie. Luego me tomó de la mano y dijo algo de lo más adecuado. “Reza conmigo, Dale.” Hay momentos en la vida de una persona con los que uno ha soñado siempre. Éste no resultó ser uno de esos momentos. Nos quedamos ahí tendidos durante dos horas, agarrados de la mano. Marie tenía los ojos cerrados y rezaba. Yo los tenía abiertos de asombro. Los astronautas volvieron a la nave espacial. La luna se ocultó detrás de unas nubes. Marie me dio las gracias por haber compartido ese momento con Dios, cogió la silla y se fue a su casa. Mañana me voy a la reunión internacional de exploradores donde intentaré olvidar.

21 de julio, 1 de la tarde Creo que el alunizaje ha tenido un profundo efecto en mi padre. Esta mañana cuando me marchaba para la reunión internacional de exploradores, me entregó una brújula nueva y luego me pidió que volviera a casa con el barco entero. 21 de julio, 5 de la tarde He llegado a la reunión internacional. El campamento está preparado, las alubias están en el fuego. Creo que hay un grupo de Pittsburg formado por nazis. Son todos muy altos y muy limpios. He pensado mucho en los acontecimientos de anoche. Debí tratar de besar a Marie cuando tenía los ojos cerrados y rezaba. Me pregunto si estaré condenado a ser virgen para siempre. He de darle total prioridad a esta situación, aparte de alcanzar el nivel de Águila. 23 de julio, 11 de la noche Los nazis atacaron nuestro campamento poco después de la puesta de sol. Ha desaparecido nuestra bandera. Estamos magullados y hechos polvo. Un miembro de nuestro grupo está en el hospital, dos han llamado a sus padres. A mí se me ha astillado un diente y tengo un montón de magulladuras. Pienso con frecuencia en Marie, tendida en la silla, con la luna reflejada en sus zapatillas de tenis. Y los astronautas juntando piedras allá arriba. Los nazis me las van a pagar. 25 de julio, 3 de la madrugada Hoy he matado un animal. Un cuervo. Un tiro certero cuando volaba en círculos mientras buscaba una presa. Nunca había matado un ser vivo, excluyendo a los insectos. Cuando le alcanzó el tiro, comenzó a trastabillar y cayó derechito como una camisa mojada. Al principio, la sensación se pareció mucho a la que tuve cuando le paré la hemorragia al empleado de mi padre cuando se cortó la mano en la imprenta. Corrí hasta donde había caído entre la hierba alta y lo recogí. Después, la sensación desapareció. No sé por qué lo maté. Cuando apreté el gatillo me dio la impresión de que en el mundo sólo existíamos el cuervo y yo. Y ahora sólo quedo yo. 30 de julio, 8 de la mañana He decidido que me abstendré de tomar el autocar para volver a casa y que viajaré por mi cuenta. Ésta será mi primera Gran Aventura. Espero que cuando llegue a casa hayan ocurrido las cosas que considero vitales para completar mi educación. Ultimo comentario sobre la reunión internacional. Los nazis sufrieron una misteriosa intoxicación por alimentos. Anoche se la pasaron con náuseas y vomitando. Jamás había dormido mejor. 30 de julio, 10 de la mañana Llevo recorridos nueve kilómetros y medio, me quedan 272. Todavía no he tenido experiencias dignas de mención. Creo que pronto lloverá.

30 de julio, 12 de la mañana Tenía razón, está lloviendo. Todavía espero mi primera experiencia. 30 de julio, 2.30 de la tarde Estoy en el restaurante Post and Beam de la Ruta 487. No hay palabras para describir cómo le sabe el pastel de cerezas tibio a un viajero mojado y cansado. He tomado la primera taza de café de mi vida. Y también la segunda. Tengo los pies como llenos de hormigas y muy agitados. Tengo ganas de correr a toda velocidad y gritar como un indio. Creo que consideraré ésta como mi primera experiencia. 30 de julio, 4 de la madrugada Me he encontrado con una pareja que se llama Star y April, los dos andarán por los veinte y tantos, viajan en una furgoneta Volkswagen. Estoy sentado en la parte de atrás, debajo de una pequeña pirámide de cristal pegada al techo, que según April, aumenta el campo eléctrico cuando hacen el amor. No recuerdo que en las clases de sanidad hablaran de esto. Star y April van a Washington para encadenarse ante las puertas del Pentágono. Creo que viajaré con ellos hasta que les moleste mi presencia; de momento les caigo bien porque ninguno de los dos habían visto nunca a un verdadero Niño Explorador. Les dije por qué viajaba solo y April me prometió que harán todo lo posible por proporcionarme todas las experiencias nuevas que puedan. Después los dos se echaron a reír y se tomaron unas píldoras blancas. 30 de julio, 6 de la madrugada Estoy conduciendo. No tengo carnet, nunca había conducido y me encuentro en un vehículo capaz de dejar sin existencias a una farmacia. April me dijo que me iría todo bien y me dio un beso largo y muy fuerte. Si llegan a pescarme seguro que me meterán en la cárcel por el resto de mis días. Por raro que parezca, no parece importarme. Ha dejado de llover. April y Star están debajo de la pirámide, haciendo el amor dentro de un saco de dormir. Dentro de unas horas pararemos y montaremos el tepee para pasar la noche. 30 de julio, 11 de la mañana Estamos acampados en un campo enorme junto a un bosque. Estoy en un tepee. Star está afuera durmiendo sobre una roca. Le iba a contar a April que sigo siendo virgen y que apreciaría muchísimo cualquier ayuda en este sentido, pero antes de que pudiera abrir la boca, se quitó toda la ropa y salió a cazar luciérnagas. Traté de seguirla, pero pisé un palo y me corté el pie cuando estaba a unos pasos del tepee. No me quedó más remedio que observarla mientras su cuerpo desnudo se internaba en el campo para perseguir bichos. La perdí de vista cuando cogió la primera luciérnaga. Me he limpiado y vendado la herida del pie. Espero una completa recuperación. No sé si April volverá ni cuándo. En la furgoneta he encontrado una botella de brandy de frambuesas y me he llenado la taza. Creo que Star acaba de caerse de la roca. 31 de julio, 9 de la mañana

Me he despedido de Star y April cuando giraron hacia el sur, rumbo al Pentágono; creo que si me encadenara a la puerta principal junto con ellos no contribuiría en nada a mis posibilidades de convertirme en agente especial. Tengo un terrible dolor de cabeza. Ayer me bebí tres tazas de brandy y cuando April volvió al tepee con una luciérnaga, vomité todo. Me quedé acostado, sin poder moverme, mientras observaba la lucecita volándome alrededor de la cabeza. Quise contarle a April que era virgen pero no podía mover la boca. Entonces, el suelo comenzó a darme vueltas en círculos y creo que me eché a llorar. No estoy seguro, pero me parece que April me colocó la cabeza en su regazo. Recuerdo vagamente que abrí los ojos y vi pechos dando vueltas alrededor del tepee. Esta mañana, cuando desperté, Star y April estaban en la furgoneta comiendo Krispies de arroz y encadenándose al picaporte del vehículo. Les comuniqué que creía llegada la hora de irme a casa April me dijo que quería darme algo antes de que me marchara, me tomó de la mano y me llevó al interior del tepee. Me dio una pequeña pirámide y me aconsejó que la tuviera cerca cuando hiciera el amor. Después nos besamos, me apretó la cara contra sus pechos, donde me habría quedado el día entero si ella no se hubiera apartado. Es una sospecha, pero creo que April sabía que nunca me he acostado con nadie. 31 de julio, 3 de la tarde LA SIGUIENTE ES UNA CONVERSACIÓN CON UN TAL ALLEN K. BOYLE, QUE RECOGIÓ A DALE EN LAS AFUERAS DE BLOOMSBURG, PENSILVANIA. DALE: Habla directamente en esto. ALLEN: El sol se muere. Viajo por todo este estado y no hay una sola persona que se dé cuenta de que el sol se muere y de que el tiempo, tal como lo conocemos, se está acabando, que todo lo que hacemos no tiene importancia, y nadie hace un cuerno. El arte, los libros, la televisión, la religión… nada importa. Lo que hemos de empezar a hacer es pensar cómo vivir sin nuestros cuerpos cuando el sol se nos cague encima. Pero nadie quiere hablar del tema. Tengo un plan, pero nadie quiere oírlo. Todo el mundo prefiere seguir su camino y fingir que el sol saldrá mañana igual que lo ha hecho hoy. ¿Y dónde te parece que estará toda esta gente cuando el sol no salga? Pues metida en un buen lío, ahí es donde van a estar. Pero yo no, Allen K. Boly, no. Porque tengo un plan. DALE: ¿A qué te dedicas? ALLEN: Vendo postizos para caballeros. Y fíjate bien que no utilizo la palabra peluca. 31 de julio, 8 de la tarde ACAMPADO EN LAS AFUERAS DE READING, PENSILVANIA, DALE CONOCIÓ A UN HOMBRE LLAMADO SPARKS. DALE: Habla aquí, ante el micrófono. SPARKS: Estás haciendo una grabación, ¿eh? Joder… ¿Sabes? Yo fui Niño Explorador. Joder, y tanto que lo fui. Fue hace mucho tiempo… ahora tengo cuarenta y nueve, pronto cumpliré cincuenta si no me pilla un tren o me mata un ladrón… ¿Qué quieres que te diga? En la guerra me hundieron en dos barcos. Uno después del otro. Desde entonces no he tenido un buen empleo. Joder, no hay manera.

Estuve casado hasta que mi mujer se hartó de mí y me echó. No la culpo. He sido una mierda casi toda mi vida. Ella tuvo un crío. Ni siquiera sé su nombre, aunque lo vi una vez que necesitaba dinero. Daba vueltas en una bicicleta roja. No me acuerdo si era niño o niña. Nunca conseguí el dinero. Creo que era niña. Me paso la vida viajando, todo el tiempo. No culpo a nadie. No, señor. No tengo nada más que decir. 1 de agosto, 9 de la noche Esta tarde he llegado a casa. Me alegra estar otra vez en mi cuarto. Mamá preparó estofado de pollo y puré de patatas y me dijo que si vuelvo a hacer una tontería así me dará una paliza que me dejará medio muerto. Durante la cena, papá se limitó a quedarse ahí sentado y a mirarme; después me preguntó si había visto algo interesante. Le dije que creía que sí. Me dijo que muy bien y después me dijo que durante una semana no podría salir a ninguna parte. La llegada del hombre a la luna parece haber tenido en él un extraño efecto; tiene una idea con la cual, según él, ganará mucho dinero: imprimir mapas de la luna. Qué bueno estar en casa. En el noticiero no dijeron nada del Pentágono. Se espera que el sol salga a las 6.55. He pegado la pirámide en el techo, encima de la cama. Adiós, April.

IV

“Recuerdo que Dale tenía una piedra pegada en el techo, encima de la cama. Tenía algo que ver con el sexo, los campos magnéticos o algo por el estilo. Creo que no le sirvió de nada. Una vez se despegó y le dejó un buen chichón en la frente. Se pasó una semana llevando sombrero. “En otoño de 1969, su madre empezó a tener unos sueños horribles. Me acuerdo, porque habíamos acampado detrás de casa y nos despertaron los gritos de su madre. Dale supo antes que nadie que algo había pasado. No sé cómo, pero recuerdo que una noche me dijo que algo iba a pasar. Y pasó.” CARL ENGLER Amigo ELECTRICISTA

1 de noviembre, 7 de la mañana Hace tiempo que me parece que algo no va bien. No sé qué. Anoche mamá tuvo otro de sus sueños. Me dijo que él estuvo a punto de entrar. Papá ha estado muy ocupado imprimiendo mapas de la luna. Le pregunté sobre los sueños y me dijo que se trataba de algo que probablemente yo entendía mejor que él. No lo entiendo, estoy preocupado. Mamá dice que todo está bien, pero sé que no me dice la verdad. 15 de noviembre, 5 de la madrugada

Hospital de St. Joseph. Anoche mamá se acostó pronto, después de cenar. Parecía encontrarse bien, me dijo que acabara mis deberes de educación cívica y que luego subiera. A medianoche, papá me despertó para decirme que nos íbamos al hospital, que mamá estaba inconsciente. Los médicos dijeron que se trataba de un aneurisma del cerebro. La operaron para aliviar la presión, y ahora estamos esperando para ver el resultado. Papá me contó que mamá se había levantado a eso de las once y media a buscar un vaso de agua y una aspirina. Le preguntó si se sentía bien y ella le contestó, “Bueno, ya sabes.” No dijo nada más, sólo eso. “Bueno, ya sabes.” No lo entiendo, y detesto los hospitales. 15 de noviembre, 6 de la madrugada Un aneurisma es la dilatación anormal y permanente de un vaso sanguíneo, producto de una enfermedad en la pared del vaso. No es tan grave. 15 de noviembre, 8.20 de la mañana Alrededor de las siete, mamá tuvo una hemorragia cerebral. Los médicos volvieron a operarla pero dejó de respirar a las 7.30… La llevaron de vuelta a la habitación y la vimos. Tenía la cabeza envuelta en vendas… Papá la tomó de la mano y le susurró algo al oído, después puso mi mano entre la de él y la de ella… Todavía la necesito y no sé qué hacer. Y ella ahí. 16 de noviembre, 3 de la tarde Tío Al ha venido a ayudarnos. Los Schlurman también nos echan una mano. La nevera está llena de jamón y pollo que nos han traído los vecinos. Papá hará que la incineren. Nunca pude terminar mis deberes de educación cívica. Marie vino a vernos. Empezó a hablarme de que mamá ya estaba con Dios, entonces le dije que si llegaba a pronunciar una palabra más, le arrancaría los dientes de un puñetazo. Quiero irme de aquí. 17 de noviembre, 10 de la noche Hoy hubo una ceremonia. Todos dijeron adiós. Un pastor unitario dijo algo así como que el espíritu perdura. Creo que no tenía ni idea de lo que hablaba. Después vino mucha gente a casa, a beber ponche, a comer ensalada Jell-O y jamón. Mañana, papá y yo llevaremos sus cenizas al norte de Filadelfia, a un pequeño río donde estuvieron antes de que yo naciera. Ojalá pudiera venir mi hermano Emmet, pero si cruza la frontera lo detendrán. Papá habló con él por teléfono y le dijo que comprendía por qué no podía volver. Ojalá pudiera entenderlo yo. Bradley dijo que Emmet era un cobarde y que por eso estaba en Canadá. Le pegué a Bradley… aunque me pregunto si no tendría razón. 18 de noviembre, 6 de la tarde Mamá va rumbo al océano. Unas piedrecitas grises. Papá y yo cogimos unos puñados y los lanzamos al agua. Se hundieron y luego la corriente empezó a arrastrarlos, haciéndolos rebotar en el fondo. Vi una pequeña perca que se comía una y

después la escupía. Un cangrejo cogió otra con su pinza y se internó con ella en las aguas profundas. Nos quedamos mucho rato ahí de pie, mirando y escuchando el agua. Después papá dijo que dentro de unas semanas comenzaría a formarse hielo en las riberas y que al cabo de un mes o así, el río estaría congelado de lado a lado, y que si entonces nos encontrásemos en el mismo sitio, no oiríamos un solo murmullo. DURANTE EL RESTO DE 1969 NO SE REALIZARON GRABACIONES. 25 de febrero de 1970, 8 de la tarde Hace tiempo que no grabo nada. No tenía mucho sentido. Hace más de tres meses que mamá murió. No sé qué habría hecho papá sin el negocio de los mapas de la luna. Todas las noches, antes de ir a la cama, se las pasa en el tejado con un telescopio escudriñando el cielo y dibujando cráteres. Ahora me siento distinto. Ya nada parece igual a como era antes de que ella muriera. Ni mis amigos, ni el barrio, ni la escuela, ni nada. Me encantaría marcharme lejos, donde nadie me conociera. 19 de abril, 7 de la tarde He cumplido dieciséis años. Papá me regaló una colonia para después del afeitado. Vino a verme Marie y me trajo una postal con un perro. Tiene que ocurrir algo o me volveré loco. 20 de abril, 9 de la noche Papá ha descubierto y bautizado un nuevo cráter de la luna. Parece muy contento. 21 de abril, 4 de la tarde Hoy, en la clase de inglés, la señora Peale nos presentó a nuestra nueva profesora en prácticas, la señorita Larken. Era April. Tenía el pelo recogido en una cola de caballo. Los pechos los tenía en el mismo sitio donde yo los dejé la última vez. Nos vimos después de clase; le pregunté cómo estaba Star y me contó que se habían peleado en el Pentágono y no habían vuelto a verse. Me sugirió que sería conveniente que los cuáqueros no se enterasen de que nos habíamos conocido y me preguntó si había tenido éxito con la pirámide. Como no quería darle una mala impresión le dije que no me había ido tan mal. Me dijo que se alegraba de verme y que me preparara para aprender porque era muy estricta. El primer trabajo que nos ha dado es escribir un soneto. Le dije que la poesía nunca me gustó y que nunca la he entendido. Me contestó que se esforzaría por cambiar las cosas, dio media vuelta y se fue. Creo que me he topado con hueso duro de pelar. 23 de abril, 8 de la tarde Hoy en la clase de inglés, April nos dijo que la poesía era mucho más de lo que jamás habíamos imaginado. Después nos leyó el poema “Gloire de Dijon” de D.H.

Lawrence y mientras lo hacía no me sacaba los ojos de encima. Por desgracia, sólo me acuerdo de los últimos versos: Se agacha para coger la esponja y sus pechos colgantes Se balancean como amarillas rosas En flor de Gloire de Dijon. Tuve una erección durante toda la clase de historia de los Estados Unidos del señor Hord. 2 de mayo, 11 de la noche He terminado mi primer poema. Estoy buscando el equilibrio entre lo erótico y lo sublime. Solo en un tepee lleno de pechos Que flotan sobre él cual ángeles Sueña con luciérnagas y pirámides Y estrellas durmiendo en las rocas. Creo que con esto saldré del paso. 3 de mayo, 4 de la tarde April me ha sugerido que quizá la poesía no sea mi fuerte. 17 de mayo, 6 de la tarde Pronto acabarán las clases. Creo que se me están terminando las posibilidades de volver a estar a solas con April. Me suspendió en el examen de mitad de curso. Empiezo a creer que sólo le interesa dormir con poetas muertos. 25 de mayo, 3 de la madrugada Acabo de despertar de un sueño en el que me visitaba mi madre. No era la misma que yo recuerdo. Parecía más joven, apenas una mujer. Tenía la cara suave y pálida, y el pelo largo le caía sobre los hombros. Intentaba decirme algo, pero no lograba oírla. Me tendió el brazo, me tocó la mano, y después desapareció. Al despertarme, aferraba en la mano un anillito de oro. No sé de dónde ha salido, y sé que no lo tenía cuando me fui a la cama. Creo que ella estuvo en mi cuarto, pero al mismo tiempo me resulta imposible de creer. Estas cosas no ocurren, tiene que haber una explicación para esto, como la hay para todo. He guardado el anillo en el cajón de mi escritorio, bajo llave. Mamá está muerta, y esto fue sólo un sueño. No pienso creérmelo. 25 de mayo, 7 de la mañana El anillo me encaja perfectamente en el meñique como si estuviera hecho a medida. Sin embargo, lo guardaré en el escritorio hasta que recuerde de dónde ha salido.

26 de mayo, 9 de la noche En un viejo álbum encontré una foto de mamá de cuando era adolescente. En el dedo llevaba el anillo con el que me desperté en la mano la otra noche. Le pregunté a papá por el anillo y me dijo que cuando empezaron a salir recuerda que mamá lo llevaba. Que había pertenecido a su padre y que su madre se lo había dado al morir él. Le pregunté a papá qué había sido del anillo, me contestó que hacía años que no lo veía, que mi madre había dejado de usarlo cuando se casaron. No sé qué pensar. 3 de junio, 5 de la tarde Le he dicho a April que debo hablarle de algo que me preocupa. Me pidió que fuera a verla a su apartamento. Me citó para dentro de una hora. Me he bebido siete tazas de café. Tengo el estómago un poco revuelto. Trato con todas mis fuerzas no pensar en el brandy de frambuesas. 3 de junio, 5.30 de la tarde He empezado a bostezar sin pausa. Me he bebido tres tazas más de café para animarme un poco. Siento como si los pies quisieran salírseme por las orejas. 3 de junio, 11.30 de la noche Llegué al apartamento de April con unos minutos de antelación, así que me puse a contar las grietas de la acera. Había llegado a 207 cuando April se asomó a la ventana y me preguntó qué estaba haciendo. Le contesté que contaba las grietas de la acera. Me preguntó que por qué. Le dije que no estaba seguro, que ya no estaba seguro de nada. Y entonces, antes de que pudiera callarme, le dije que si prefería que me quedase afuera y que hablásemos por la ventana, por mí valía. Entonces bajo, abrió la puerta y me invitó a pasar. Le dije que me parecía que había más de 207 grietas en su acera, pero que sólo había podido llegar hasta ese número y que si quería que completase el trabajo, no me importaría hacerlo. Me dio las gracias y me dijo que no hacía falta. Dije que muy bien y ella dijo que muy bien. Después entramos y ella cerró la puerta. El apartamento era pequeño: una sala, un dormitorio, un cuarto de baño y una cocina con una pequeña zona para comer. Nos sentamos en la sala, a la mesa; me miró a los ojos y me preguntó qué quería. Le conté lo del sueño y el anillo. Y que creía que era la única persona que podría ayudarme a encontrar la respuesta. Se me quedó mirando durante largo rato, después se levantó, se fue a la cocina y volvió con una botella de vino y con el señor Hord, el profesor de historia de los Estados Unidos, que había estado cortando queso. “El tuyo es un problema interesante”, dijo el señor Hord. Le comenté a April cómo la señora Laudner había tropezado en una grieta de la acera, delante de su casa y le había quedado la nariz aplastada contra la mejilla y ahora parece como si estuviera caminando de lado. Al cabo de unos minutos me marché, después de que el señor Hord hubiera contado cómo a la muerte de George Washington habían desaparecido sus dientes de madera, para aparecer misteriosamente al cabo de treinta años debajo de su cama, donde los encontró una criada que buscaba dinero suelto. Todavía sigo sin tener respuestas, y al parecer, ninguna posibilidad con April, que me sugirió que quizá alguien de mi misma edad podría servirme de más ayuda.

10 de junio, 5 de la tarde. Se acabaron las clases. Me espera el verano. Papá está siempre muy ocupado con sus mapas de la luna. Volví a ver a April por última vez antes de que ella y el señor Hord se fueran a vivir a una comuna de Colorado. Ella me deseó suerte, y me aprobó en inglés. Creo que voy a acelerar mis estudios para graduarme lo antes posible y largarme de aquí. 1 de julio, 11 de la mañana Acabo de enterarme de que papá ha aceptado ir de viaje a los Poconos con los Schlurman. He analizado cómo escabullirme desde varios puntos de vista, pero de momento lo veo todo negro. Ha metido en la maleta el juego del Scrabble. Marie se lleva la Biblia. Estoy condenado. 4 de julio, 3 de la tarde Hemos llegado al lago de la Tierra Prometida. Los Schlurman están dando vueltas en círculos en una barca de remos. Papá duerme en el sofá del porche. Creo que Marie intenta convertir al cristianismo a las criaturas del bosque. Para más adelante han organizado una barbacoa al aire libre, carreras de sacos y fuegos artificiales. Esto supera todos mis sueños. 4 de julio, 4 de la tarde Marie está en traje de baño, tendida en una colchoneta inflable; lee una Biblia sumergible. La observé nadar durante un rato desde el fondo con mi máscara y mi respirador. Me entraron ganas de agarrarla por las piernas desde abajo y hundirla en el barro. 4 de julio, 7 de la tarde Hemos terminado la barbacoa y ahora espero los fuegos artificiales. He comprobado que cuando Marie ensartaba su salchicha me echaba miraditas mientras la tocaba suavemente con su pincho. Ha de ser mi imaginación. Me he pasado demasiado tiempo en la soledad. 5 de julio, 1 de la madrugada La siguiente grabación es tan fiel a los hechos como puedo recordar: A eso de las nueve de la noche, los Schlurman y papá subieron en una barca y se fueron hacia el mar para ver los fuegos artificiales. Me disponía a disparar otro cuando oí a Marie que decía, “Nosotros, los niños, nos quedamos en tierra.” Miré a mi alrededor y no tardé en darme cuenta de que por “nosotros” se refería a Marie y a mí. Nuestras familias nos saludaron con la mano y se alejaron en la barca. Miré a Marie. Ella me miró y después echó a correr hacia el bosque. En el mundo de los exploradores hay quienes dicen que la capacidad de seguir una pista es algo de otra época. No estoy de acuerdo. La capacidad de seguir una pista es fundamental para comprender el mundo.

La pista de Marie estaba clara tanto en la dirección como en la intención. A unos veinticinco metros de las lindes del bosque, encontré el primer rastro. Su camisa colgada de un árbol. El primer cohete estalló en algún lugar, hacia el sur. Veinticinco metros más allá vi otra señal, sus bermudas. Aceleré el paso. Después vino un zapato, luego otro. Desde el lago me llegaron los ooohs y aaahs cuando estalló otro castillo de fuegos. Seguí avanzando y colgado de una rama encontré un calcetín blanco con margaritas bordadas. Lo recogí y sigilosamente rodeé un árbol grande, pasé por debajo de una trampa y llegué a un pequeño claro. Marie apareció entre la hierba, se desabrochó el sujetador y lo hizo deslizar por sus brazos. Aunque no recuerdo haberlo hecho, parece ser que me desnudé. Nos acercamos; sus senos me rozaban el pecho. “¿Crees en Dios?”, me preguntó Marie. Le dije que con toda seguridad sí creía en Él. Me sonrió, me besó el pecho, y fue bajando con la lengua hasta llegar a mi pene y se lo metió en la boca. La explosión que siguió no se parece a nada de lo que he experimentado antes. El cohete que aterrizó a quince metros y estalló provocando una ola expansiva que me volteó. Después comenzaron a estallar las tracas más pequeñas y a saltar por el aire. Creo que en ese punto Marie dejó de chupármela y se puso a gritar. La eché al suelo y la protegí lo mejor que pude de los misiles que aterrizaban a nuestro alrededor. Fue pura cuestión de suerte que no nos cayera uno encima, porque caían a la derecha, a la izquierda y en lo alto de los árboles. Después se hizo el silencio. Le dije a Marie que ya había pasado todo, que estábamos a salvo. Se sentó, me miró, se enjugó una lagrima, después lanzó un grito tan agudo que resultó casi inaudible y se internó corriendo en la noche. Son pocas las fuerzas de la naturaleza que asustan tanto como el fuego. Sobre todo cuando uno va desnudo. La batalla que siguió duró casi una hora. Lo que me queda del pantalón apenas alcanza para un pañuelo. La esperanza de que Marie hubiera salido corriendo a buscar ayuda resultó infundada. Contando con mi ropa como única arma, el fuego y yo libramos una batalla en la que recorrimos el claro de un punto ardiente a otro. Un abeto pequeño se cobró mi camisa, un arbusto de moras la de Marie y un montón de hierba, gran parte de mis pantalones. Creo que el sujetador y los calcetines de Marie también fueron víctimas del fuego porque no logré encontrarlos cuando las llamas se hubieron apagado. Dejé las ennegrecidas zapatillas de tenis de Marie ante la cabaña de los Schlurman. Cuando volví, papá me echó una mirada y me preguntó qué le había ocurrido a mis pantalones. “Ha sido un incendio destructivo”, le contesté. Asintió con la cabeza, se quedó pensativo un rato y después los dos coincidimos en que el fuego es algo muy peligroso que no debe tomarse a la ligera. 5 de julio, 11 de la mañana Esta mañana he visto a Marie. Me agradeció por haber salvado sus zapatillas de tenis y dijo que lamentaba que volviera a la ciudad. Después se fue nadando hasta la plataforma flotante y se puso a leer la Biblia. Anoche mentí. No creo en Dios; al menos no creo en un dios que se muestra abiertamente en mi contra. 12 de julio, 9 de la noche

He cumplido con el último requisito para alcanzar el nivel de Explorador Águila: dar un discurso de cinco minutos sobre medidas de seguridad y prevención en casos de incendio. El jefe de exploradores dijo que puse un entusiasmo y un realismo en la exposición del tema que jamás había visto. 14 de julio, 11 de la noche Hoy he recibido la noticia de que Marie se ha ahogado esta mañana en el lago de la Tierra Prometida. Al parecer, se golpeó la cabeza al zambullirse desde la plataforma. En ese momento se encontraba sola y nadie se enteró de que estaba en apuros. Cuando la encontraron ya era demasiado tarde. Ya no creo en que en este mundo exista el bien. Lo que es bueno o se muere o lo matan. Sé que si hubiera estado allí habría podido salvarla. También sé que eso ya no tiene importancia porque querer algo es algo muy diferente a hacerlo realidad. Marie está muerta, y yo me siento vacío y triste. “Gracias por salvar mis zapatillas” fue lo último que la oí decir. “De nada”, le contesté. Ojalá no hubiera ocurrido así, ojalá le hubiera dicho algo mejor. Ojalá pudiera recordarme en aquel momento diciéndole todas las cosas que nunca le dije y que siempre quise decirle a cada una de las personas que conocí. “Acaba tus deberes de educación cívica.” “Gracias por salvar mis zapatillas.” PAUSA De nada. 17 de julio, 10 de la noche Hoy han enterrado a Marie en un ataúd plateado y brillante. El cielo estaba lleno de enormes nubes blancas. A ella le habrían gustado. 20 de julio, 1 de la madrugada No le encuentro sentido. 2 de agosto, 4 de la madrugada No puedo dormir, no puedo dormir, no puedo dormir 15 de agosto, 3 de la madrugada Me he pasado gran parte de la noche hablando con papá. Los dos estamos de acuerdo en que necesito un cambio o perderé la chaveta. Papá siempre encuentra las palabras adecuadas. Le dije que me siento culpable porque no estaba enamorado de Marie y que a lo mejor, si lo hubiera estado, ella seguiría viva. Me contestó que la única forma en que el amor ha influido en la muerte es haciéndola más dolorosa. Después me contó que el campesino francés que mataron durante la guerra no era un colaboracionista, y que los aldeanos que les dijeron que sí lo era, lo hicieron porque le debían dinero. Los dos nos quedamos sentados durante largo rato sin decirnos nada.

Después me dijo que todos fallamos y que volveríamos a fallar una y otra vez, porque así son las cosas. 11 de septiembre, 9 de la mañana He cumplido con todos los requisitos para graduarme en la escuela. Papá me ha dado mil dólares y me ha dicho que con eso tendría para empezar. No sé a dónde voy ni por cuánto tiempo. Lo único que sé es que ya no creo en nada y que he de encontrar algo en lo que creer o dejaré de existir. Sé que hay gente, que tiene que haber gente en este mundo con respuestas. Papá me dijo que vaya adonde vaya hay dos cosas de las que debo cuidarme. El agua estancada y las víboras. Le prometí que tendría mucho cuidado con estas dos cosas. Después nos dimos un largo abrazo y él se marchó al trabajo, a imprimir más mapas de la luna. Espero que esté bien en mi ausencia. He decidido no llevarme la grabadora, no sería práctico y además no siento la necesidad de su compañía, si compañía es lo que me proporcionó durante estos últimos años. Al salir de la ciudad, pasaré por el cementerio a dejarle a Marie una nota en la tumba y la pirámide de cristal que me regaló April. He hecho algunos cálculos. Espero que cuando cruce mi primer océano, la más ligera de las cenizas de mamá esté ya flotando en el mar. Anoche ocurrió algo extraño. Me desperté y encontré su anillo en mi dedo. Y ahí se va a quedar. SIGUEN UNOS MINUTOS DE SILENCIO. Aquí Dale Cooper.

SEGUNDA PARTE I

EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 1970, DALE CUMPLIÓ CON LOS ÚLTIMO REQUISITOS PARA GRADUARSE EN LA ESCUELA SECUNDARIA. EL ONCE HIZO UNA GRABACIÓN MÁS, LUEGO SUBIÓ A UN AUTOCAR EN GERMANTOWN ROAD, Y NO VOLVIERON A VERLO DURANTE TRES AÑOS. LAS CARTAS SIGUIENTES SON LOS ÚNICOS DATOS SOBRE SU PARADERO DURANTE ESOS AÑOS. 1 de enero, 1971 Querido papá: El agua está estancada, no he visto ninguna víbora. Estoy en plena forma. La luna es muy brillante. Me muero por comer un poco de chocolate del bueno. Espero que te encuentres bien. Con cariño, Dale

1 de enero, 1972 Querido papá: Las víboras son muy malas. El agua, buena. He visto unas piedras muy bonitas. Necesito un buen barco. Con cariño, Dale 1 de enero, 1973 He dejado de buscar. Dale

TERCERA PARTE

I “Volví a ver a Dale en la primavera de 1973. Acababa de comprarme un Dodge Charger; azul medianoche con una franja plateada al costado, y me encontraba parado ante un semáforo en rojo cuando lo vi. Estaba en una esquina de Germantown Road; vestía traje oscuro. De inmediato me di cuenta de que aquel no era el mismo Dale que había visto tres años antes. Parecía más mayor, más fuerte, y sus ojos tenían una intensidad que no había visto nunca. Recuerdo que le pregunté cómo le había ido el viaje; lo único que me contestó fue “Estupendamente bien.” Ignoro lo que habría visto o hecho durante aquel viaje, pero resultaba evidente que había sido una experiencia muy fuerte. Imagino que fue algo parecido al accidente de coche que me encaminó a mí hacia la vida religiosa”. BRADLEY SCHURLMAN El mejor amigo PASTOR

19 de abril de 1973, 9 de la mañana Parece ser que el negocio de los mapas de la luna está a la baja. Por lo demás, papá parece encontrarse bien. No intentaré grabar un relato de todos los acontecimientos de los últimos tres años; lo único que diré es que el universo entero es una perla brillante y que no hay necesidad de entenderlo. He notado que durante mi ausencia se produjeron los siguientes cambios. Los tacones de los zapatos han mejorado: aumentaron de tamaño. Los genios han

empeorado. Los toldos van perdiendo aceptación. La confianza y los olmos van desapareciendo. Y J. Edgar Hoover ha muerto. No sé si todos estos hechos guardan alguna relación entre sí. A estas alturas, no sé qué rumbo tormará mi vida. No estoy seguro de nada, salvo que creer que sabes a dónde te diriges no significa que comprendas dónde te encuentras en el momento presente. Una vez dicho esto, hay varias cosas en las que estoy interesado. El circo, los rompecabezas y el sexo. 7 de mayo, 7 de la tarde He hecho las pruebas de aptitud para ingresar en la universidad, en caso de que acabe allí y no en un circo. Creo que ambos ofrecen grandes oportunidades de explorar los campos de mi interés. He descubierto varias inexactitudes en la parte verbal de la prueba y las he puesto en conocimiento de los miembros del tribunal examinador. Sé que durante muchos años tuve la intención de ingresar en el F.B.I. He de admitir que mi experiencia de estos últimos años no me induce a pensar que el bien pueda o incluso llegue a derrotar al mal. No se trata de una visión pesimista, sino de una simple observación de los hechos tal como los he experimentado. 20 de mayo, 7 de la tarde Ya tengo los resultados de las pruebas. Creo que las técnicas de concentración que aprendí durante mis viajes me han servido de algo. Saqué 800 tanto en inglés como en matemáticas. Considero que la necesidad de examinar de este modo resulta muy poco útil para evaluar verdaderamente a un individuo. Un examen mucho más adecuado y exacto sería, a mi entender, el reto de vaciar la mente. Un buen salto desde una torre de bambú con una liana atada a los tobillos resultaría un método mucho mejor para llenar nuestras universidades de estudiantes más idóneos. 30 de mayo, 11 de la noche He decidido buscarme un trabajo para el verano. He hecho una lista de las habilidades que considero útiles para conseguir el dinero que necesito. 1. Hacer fogatas 2. Leer mapas 3. Caminar 4. Lanzar cuchillos 5. Cantar 6. Controlar la respiración 7. Hornear pan 8. Prestidigitación 9. Plantar arroz 10. Sentarse en cuartitos oscuros Todos estos elementos me resultarán más que adecuados para encontrar un trabajo fascinante. 10 de junio, 9 de la noche

He conseguido trabajo como cavador de agujeros para plantar árboles. Es el colmo de la felicidad. Hoy he cavado dieciocho agujeros estupendos. Mi compañero es un hombre de unos cincuenta años que me parece que debió de haber estado en la cárcel por el tatuaje que lleva en el antebrazo. Es negro, del sur, y al andar cojea ligeramente, pero de momento es cuanto sé de él. Estuvimos cavando juntos durante ocho horas y no nos dijimos ni palabra. Creo que se puede aprender mucho de él. 12 de junio, 8 de la tarde Noto que mi habilidad para lanzar cuchillos está un poco por debajo del nivel satisfactorio. He perdido unos cuantos dólares en una prueba de habilidad con mi compañero de trabajo, del que ahora conozco el nombre. Se llama Jim. Dio en el blando diez veces en diez intentos, mientras que yo perdí en el décimo intento y me conté la punta de la bota. Jim me dijo que no veía el blanco. Le pregunté si practicaba el Zen, y me contestó que él la única práctica que hacía era para mantenerse vivo. 18 de junio, 1 de la madrugada Esta noche acompañé a Jim a la habitación que tiene en un barrio bajo de la ciudad. En todos los sitios donde he estado, jamás había entrado en un solo cuarto que me ofreciera semejante panorama. La habitación era pequeña, aproximadamente de tres por tres sesenta. Los únicos muebles que había eran una cama y una silla. De la pared colgaba una bombilla. Después, estaba llena del suelo al techo de cajas de papel que, según Jim, ha utilizado durante veinte años para escribir. Las llama sus recuerdos. Nadie las había visto jamás. Me dijo que yo soy el primero. “Para que alguien lo supiera y se acordara.” Después me dijo que había cavado un buen agujero y que debía marcharme de allí antes de que alguien empezara a pensar que algo iba mal. Cuando volvía a casa en autobús, comprendí el significado de aquella visita. Por desgracia, cuando logré regresar en autobús al barrio de Jim, había transcurrido demasiado tiempo. Los bomberos estaban recogiendo los restos. La habitación de Jim y algunas de las contiguas habías desaparecido. Los bomberos comentaron que aquello prendió como una antorcha. No pudieron hacer otra cosa que impedir que el fuego se extendiera a todo el edificio. El cuerpo de Jim no apareció en su cuarto y nadie lo vio abandonar el edificio. Los bomberos creen que el calor que desprendía el papel debió ser tan intenso que sólo un examen forense del cuarto logrará dar con algún resto. Dudo que encuentren nada. Mientras observaba cómo los bomberos recogían las mangueras, en un callejón, al otro lado de la calle, ví durante un instante la sombra de un hombre. Después me pareció oír un llanto ahogado. Avancé entre la multitud hacia el callejón y al acercarme más noté que no se trataba de llanto sino de risas. Cuando llegué al callejón, no había nadie. Di voces, lo revisé a fondo, pero nada. Ahí donde se habían oído las risas sólo había un lápiz al que acababan de sacarle punta. Supongo que se trataría de un mensaje. 1 de julio, 7 de la tarde Un pequeño circo itinerante al que envié una carta de presentación acaba de rechazarme. El propietario del circo me dice en su respuesta que alguien que escribe una carta para pedir trabajo en un circo probablemente no sea la persona que ellos están buscando. Además me informó que tenía muchas ofertas de lanzadores de cuchillos y

que lo que a él le hacía falta era una mujer barbuda. Por lo tanto, he aceptado una oferta para ingresar en la Universidad de Haverford, en las afueras de Filadelfia. He de decir que me ha decepcionado mucho el grado de actividad sexual que he encontrado desde mi regreso. Al parecer, no se conocen muchas mujeres cavando agujeros. Y mi tendencia a la meditación no fomenta el contacto con el sexo opuesto. Me pregunto si no será un error asistir a una universidad exclusiva para chicos. 6 de julio, 8 de la mañana Esta mañana papá se levantó decidido a que hiciéramos un viaje antes de que me marchara a la universidad. Le hice notar que la universidad está a pocos kilómetros de casa. Partimos esta mañana hacia el monte Rushmore. Esto pone fin a mi carrera como cavador de agujeros. Un trabajo bueno y honesto. Sin embargo, no ha vuelto a ser igual desde que Jim se internó en la noche. 9 de julio, 1 de la tarde Papá ha dicho que a Lincoln no le habría gustado ser recordado como un enorme trozo de granito colgado de la ladera de una montaña con la lluvia que le cuela por la nariz. 9 de julio, 10 de la noche Estoy acampado en el parque de Custer State. Papá se ha metido en la tienda y duerme a pierna suelta. He descubierto el verdadero motivo por el que quiso hacer este viaje. Lo pesqué de pie, delante del mapa de los presidentes con un cartel en la mano que decía DEVOLVÉDSELO A LOS SIOUX, mientras discutía con una pareja de jubilados de Indiana que amenazaban con golpearlo con sus cámaras. Al cabo de unos minutos de discusión acalorada, logré persuadirlo para que utilizara otra forma de protesta que ofreciera menores riesgos de daño físico. Siempre supe que papá era un tanto libre pensador, pero ésta es una forma de expresión que no conocía. Como compensación, encontramos una señal de stop apartada y la segamos por la mitad. Después de eso, creo que se tranquilizó un poco y se lo pasó en grande tostando dulces de malvavisco en el fuego y hablando de ética. Mañana volveremos a casa y procuraré no pasar por delante de ningún monumentos importante. Mi padre y yo nunca habíamos infringido la ley. Resulta extraño, pero me dio una terrible sensación de satisfacción. Sin embargo, me preocupa que sin mamá a su lado, sus intereses puedan meterlo en problemas. 15 de julio, 11 de la noche Hemos llegado a casa sin contratiempos. Papá parece contento de volver a la imprenta. De hecho, a su regreso encontró un pedido para imprimir calendarios para el Servicio Nacional de Parques. El mundo es un sitio muy extraño. 21 de agosto, 11 de la noche Hoy he ido a Havenford. Me salté la visita explicativa y fui a entregar al rector una copia con las mejoras al plan de estudios que considero que ayudarían a esta

facultad. Me pareció una persona colaboradora y creo que con él se podrá trabajar. Espero que nuestra relación sea fructífera. He visto algo que se llama manifestación de apoyo. Un nutrido grupo de estudiantes cantaba “Muerte a los cuáqueros, muerte a los cuáqueros”, mientras presentaban al equipo de fútbol. Entretanto, otro grupo de estudiantes cantaba, “Muerte a Nixon, muerte a Nixon”. No recuerdo que en las clases de religión ocurriera nada parecido. He aceptado una suite en uno de los dormitorios del campus. Tanto las autoridades universitarias como yo mismo creemos que mi experiencia favorecerá que me convierta en líder. No tardaré en estar al frente de una planta entera de chicos de dieciocho años. 12 de septiembre, 10 de la mañana He hecho las maletas y me he ido a mi nuevo apartamento. Papá me ha regalado una nueva grabadora del tamaño de una libreta que funciona con cassettes en lugar de bobinas. Me ha pedido que trabajara mucho y que no me creyera una palabra de lo que me dijeran. 15 de septiembre, 6 de la mañana Creo que la mayoría de los estudiantes de mi planta no están interesados en alcanzar un nivel superior de consciencia a menos que sea a través de algún tipo de producto químico. Por el silencio reinante parece que nadie domina la planta y que ya se ha consumido la última lata de cerveza. Si bien he probado un cierto número de hongos y fauna natural alucinógena utilizada por lo que nosotros denominamos culturas primitivas, jamás había presenciado una manifestación tribal de libertinaje que pudiera estar a la altura de la exhibida por un nutrido grupo de estadounidenses de dieciocho años que por primera vez en su vida están lejos de casa. Mis intentos por utilizar la razón y la diplomacia cayeron en oídos sordos; todos ellos empezaron a envolverse en papel higiénico y a cantar, “Queremos mujeres.” Me refugié en la calma relativa de mi cuarto a leer los escritos de un monje que vivió solo en la cima de una montaña durante treinta y siete años tratando de alcanzar una comprensión profunda del mundo. Cuando bajó de la montaña, la conclusión que sacó fue que desde una cima se puede llegar a ver muy lejos a menos que esté nublado. Recluído en prisión por sus ideas radicales, murió al cabo de varios años. El único escrito que nos queda de este período es: “En la cárcel no hay nubes.” Creo que daré un paseo calle abajo hasta Bryn Mawr, la universidad de mujeres, con la esperanza de establecer contacto con seres pensantes. 16 de septiembre, 9 de la mañana Padezco de la peor resaca por abuso de alcohol que he tenido en mi vida. En la asociación de estudiantes, conocí a un grupo de estudiantes de Bryn Mawr. Entablamos una conversación sobre temas de lo más variados que se prolongó lo que duran varias botellas de tequila, ron y Coca-Cola, cerveza, bourbon, y una mezcla que una de las mujeres preparó con productos químicos de uso doméstico. Si bien la compañía de esas chicas era, sin lugar a dudas, de un nivel intelectual muy superior a los estudiantes de mi edificio, no estaba preparado para aceptar el hecho de que, por regla general, las mujeres son unas salvajes. Al menos las que estudian filosofía. Creo que me ha caído especialmente bien una estudiante de primer curso de no sé bien si literatura comparada

o derecho. No recuerdo su nombre; ni siquiera sé si lograría reconocerla si la viera otra vez. Creo que era rubia o pelirroja. Intentaré regresar otra vez a Bryn Mawr en cuanto las piernas me funcionen. 25 de septiembre, 9 de la noche Me he borrado de los cursos a los que me había apuntado y lo he dispuesto todo para estudiar por libre una serie de proyectos prefijados. En general, considero que los profesores tienen un muy buen nivel, aunque muchos de ellos padecen de una enfermedad de naturaleza indeterminada. Todavía no he logrado encontrar a la mujer que conocí aquella noche en Bryn Mawr. Creo firmemente que existe y que no es producto de mi frustración sexual. Esta mañana he telefoneado a papá y todo parece en orden. Ahora está dedicado a un negocio rápido: imprime posters con la inscripción “A la cárcel con Nixon.” Este fin de semana almorzaré con él. 26 de septiembre, 3 de la madrugada He tenido un sueño y acabo de despertar. Estaba sentado en una habitación oscura. Había una puerta entreabierta por la que se filtraba la luz. Afuera se oían voces. Creo que una de ellas era la de mi madre. La otra no era muy clara. Creo que era la de la muerte. Mi madre intentaba abrir la puerta para volver a entrar en la habitación. El picaporte comenzaba a girar. La oí llamarme por mi nombre y entonces me di cuenta de que no era mi madre sino Marie. La oí decir, “Por favor, no estoy preparada”, después su voz se fue haciendo cada vez más débil hasta desaparecer. Ojalá Marie esté en paz, pero de momento, dudo que sea así. Me pregunto qué es eso que ella sabe y que los del mundo físico jamás entenderán. 20 de octubre, 5 de la tarde Hoy he vuelto a Bryn Mawr a buscar a la mujer que estoy seguro que conocí. Estuve una hora sentado en la sede de la asociación de estudiantes y no me sirvió de nada; durante el camino de regreso a Haverford, pasaba por un campo de atletismo cuando me golpearon en la nuca con una pelota de jockey. No sé bien si después perdí el conocimiento durante unos minutos o me convertí en pintor de murales en una aldea mexicana. Cuando me desperté, me encontré mirando fijamente a una belleza con falda de tablas que empuñaba un voluminoso bastón de madera. Creo que le dije que estaba enamorado de ella, de lo contrario supongo que volví a la aldea mexicana y me puse a gritarle a un perro que me había derramado la pintura. Se llama Andy; tiene ojos azules, es pelirroja, y creo que no le dije que estaba enamorado de ella porque se disculpó por haberme derramado la pintura. Hablamos durante un rato después de haber encontrado hielo para ponerme en la cabeza y quedamos en que nos encontraríamos en la fiesta de bienvenida de mañana por la noche. Después, ella volvió al campo de jockey, donde se movió con la gracia de una bailarina y frenó maravillosamente a una delantera del equipo opuesto. 21 de octubre, 8 de la tarde Las pilas de madera para la hoguera de la fiesta de esta noche alcanzan los cuatro metros y pico de altura. A su alrededor se han reunido muchos estudiantes,

muchos de ellos parecen ser novios y van cogidos de la mano y miran fijamente las antorchas con las que van a prender el fuego. Al parecer se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias. Dada mi experiencia pasada, me pone un poco nervioso esto de encontrarme con una mujer cerca de fuego. Han acercado las antorchas a la madera. El humo y las llamas comienzan a elevarse. Detecto en el aire una clara sensación de urgencia… mejor dicho, de frenesí. Espero que ella… 22 de octubre, 5.30 de la madrugada El sol se eleva por el este como una naranja suave y cálida. Aunque a primera vista pueda parecer igual a muchos otros amaneceres que han recibido al día durante miles de años, estoy seguro de que nunca ha tenido la misma intensidad que hoy. Andy anduvo en el círculo de luz proyectado por el fuego justo cuando las primeras llamas alcanzaban lo alto de la hoguera. No nos dijimos gran cosa. Le conté cómo había caminado descalzo sobre un lecho de ascuas en una cultura muy lejana. Ella me dijo que su padre era bombero. Nos besamos junto al fuego durante largo rato. Después, como si nuestras mentes fueran una sola, nos levantamos, salimos del círculo de luz y nos internamos en la oscuridad. No sé en qué lugar hicimos el amor. Nos adentramos corriendo en la oscuridad, lejos de las llamas. Me parece que se oía el rumor del agua corriente. Llegamos a un sitio cobijado de la luz de la luna por varios árboles grandes. Nos besamos. Luego fue como si la ropa se nos cayera sin necesidad de tocarla. Nos acostamos en la hierba alta que parecía envolvernos y cubrir nuestros cuerpos como serpientes. Su cuerpo se movía y balanceaba junto al mío como si lleváramos juntos más años de los que habíamos vivido. Una rama me pinchó la nalga derecha y tuvimos que hacer una pausa para que Andy me parara la sangre. Después continuamos explorando hasta el último rincón de nuestros cuerpos hasta el momento en que la penetré. Imaginé delfines saliendo y entrando en el agua mientras nos movíamos y rodábamos juntos. En ese punto, advertí que nos habíamos deslizado por un terraplén y estábamos en el agua. Entonces Andy empezó a gritar “¡Sí, sí, sí!” con tal convicción y poder vocal como no había visto en mi vida. Después de eso lo único que recuerdo es que tuve la certeza de entender lo que significa romper la barrera del sonido. Permanecimos tendidos en el agua y aferrados durante varios minutos antes de que me diera cuenta que las luces que veía reflejadas en la superficie del agua no eran las estrellas sino unos farolillos que iluminaban la barbacoa de Haverford y Bryn Mawr para celebrar la unión de las dos facultades en aquella velada especial. Con cierta dificultad logramos evitar a varios curiosos del departamento de educación física que se habían acercado al agua creyendo que alguien se ahogaba. Nos vestimos rápidamente, después Andy me informó que esta misma mañana se marchaba a Holanda en un viaje de intercambio, y que vendría a visitarme cuando acabara sus estudios sobre construcción de diques… al cabo de seis meses. Me pidió también que no fuera con ella porque iba a reunirse con su marido en el aeropuerto. No digo que entiendo el mundo, ni siquiera lo pretendo. El sol sale. El sol se pone. Eso es todo lo que me parece seguro desde el sitio donde ahora me encuentro sentado. 2 de noviembre, 7 de la tarde

Hoy un estudiante de química entró en el despacho del decano y le informó que había hecho una bomba y que iba a volar “en pedazos este maldito edificio y al decano con él”. La suerte quiso que fuera uno de los estudiantes del dormitorio con el que había tenido una relación de trabajo en la ocasión en que él trató de reestructurar el dormitorio en células comunistas cuya finalidad era atacar el imperialismo dentro del campus. El plan fracasó porque no logró formar ninguna. Con la esperanza de resolver la situación sin necesidad de llamar a la policía local, el decano nos mandó llamar a varios miembros del departamento de psicología, a mí y a un miembro destacado de la comunidad cuáquera. Las exigencias del estudiante eran simples. Pedía la ejecución de Nixon y que le cambiaran el suspenso que había sacado en semántica por un “curso incompleto”. El departamento de psicología envió primero a su gente. La bomba hizo explosión poco después. La relación exacta entre ambos hechos ha quedado un tanto ensombrecida por la confusión que siguió al estallido. Al parecer todo ocurrió así. Al entrar en el despacho del rector, los dos profesores saltaron sobre el estudiante y lo derribaron al suelo. Esto fue lo que hizo estallar la bomba. Es estudiante está hospitalizado, al igual que los dos profesores. He aquí un claro ejemplo de que el uso de la fuerza en la resolución de conflictos debe ponerse en práctica sólo cuando se hayan agotado todas las demás opciones. Es también un ejemplo de lo peligroso que puede resultar un exceso de educación. 5 de noviembre, 11 de la noche He recibido de Holanda una postal de Holanda de una rotura en un dique. Jamás habría sospechado que la foto de un montón de agua lodosa fluyendo a través de un terraplén pudiera suscitar emociones tan fuertes. Muy fuertes, señorita Andy. Entiendo que su matrimonio complicará muchísimo todo contacto futuro, no obstante, no puedo dejar de pensar constantemente en ella. Noto que me siento cada vez más solo, algo que no había experimentado desde la muerte de Marie. El alcohol alivia esta sensación de soledad, pero sé que no es la respuesta a mi estado de ánimo. He de encontrar la solución. Pero no sé por dónde empezar a buscar. Es algo terrible querer algo que sabes que no puedes tener. 7 de noviembre, 8 de la tarde Fui a casa a ver a papá con la esperanza de levantarme la moral. Lo encontré almorzando con una mujer mucho más joven que es alfarera y tenía barro debajo de las uñas. He notado que papá ha comenzado a llevar sandalias. Es sólo una sospecha, pero me parece que duermen juntos. En lugar de subirme la moral, esto me ha hundido en una depresión en la que todavía me encuentro. Sé que debería alegrarme por mi padre, y la verdad es que me alegro. Pero estos acontecimientos no han hecho más que destacar con más claridad que durante toda mi vida he sido un solitario y que seguiré siéndolo a menos que se produzcan cambios drásticos. 7 de noviembre, 10 de la noche Iré con Howard, estudiante de geología que duerme al fondo del pasillo, a un bar local a buscar mujeres maduras y hechas y derechas. Según él, necesito encamarme de

la peor de las maneras. No me imagino cuál pueda ser para él la peor de las maneras de encamarse con alguien, pero cualquier cosa es mejor que quedarme en mi cuarto. 7 de noviembre, 11.30 de la noche Por el aspecto de la mujer que vi en compañía de Howard la última vez, tengo amplios motivos para creer que encamarme de la peor de las maneras es exactamente lo que le va a pasar a él. Ahora vuelvo solo al campus, pero al menos sin enfermedades, y sospecho que esto es algo que Howard pronto me va envidiar. Las últimas manzanas he estado siguiendo a un hombre cuyo comportamiento es a mi entender criminal. Sus movimientos han sido los de un depredador. En estos momentos, me parece que no se ha percatado de mi presencia y continuaré mi vigilancia hasta cuando resulte innecesaria. Maldición, lo he perdido. NO QUEDA CLARA LA HORA EXACTA DE LA SIGUIENTE GRABACIÓN Oh, Dios… Dios mío, no… no… no.

II “Yo no estaba con Dale cuando encontró el cuerpo. Nos habíamos ido a un bar y yo acabé marchándome con una mujer. Por lo que recuerdo, Dale se fue a casa andando y empezó a seguir a un hombre que le pareció sospechoso. Dale tuvo siempre una especie de sexto sentido para ese tipo de cosas. En mi vida he visto una persona que pudiera calar a la gente de la forma en que él lo hacía. “Lo que encontró debió de ser espantoso. Los periódicos lo describieron como un acuchillamiento. Una mujer joven. Pero por el aspecto que tenía Dale al día siguiente, creo que debió ser algo peor. Jamás lo resolvieron. Nunca detuvieron a nadie. Hecho que no pasó inadvertido para Dale”. HOWARD TELLER Amigo de la universidad

8 de noviembre, 5 de la madrugada No he pegado ojo en toda la noche. La cara de esa joven mujer tendida en un charco de sangre me ha impedido dormir. La posibilidad de que recuerde algo que le sirva a las autoridades me obliga a reexaminar la escena con toda la exactitud posible, aunque lo hago muy a regañadientes. A eso de las once y media perdí de vista al hombre que… cuidado, no había ningún indicio de que se tratara de un hombre, es sólo una suposición mía. Durante un cuarto de hora continué andando en lo que a mí me parecía la dirección que había tomado aquella silueta. Registré varios callejones, crucé un número de calles sin resultado alguno. A eso de las doce menos cuarto me di por vencido y me dirigí hacia casa. Al cabo de dos minutos me topé con el cuerpo de la víctima. Yacía

boca abajo, con la ropa a medio quitar. Tenía múltiples heridas de arma blanca en el torso. E innumerables golpes en la cara. Ahora me doy cuenta de que lo que sentí en ese momento era algo más que terror o sorpresa. Creo firmemente que el asesino se encontraba cerca de mí, a una distancia que le hubiera permitido atacarme y que hubiera podido convertirme en su segunda víctima. Esto no es una intuición. La presencia del asesino fue tan real como el temblor de mis manos en este momento. No comprendo las fuerzas oscuras que producen tanta brutalidad. Pero sé que se trata de algo real, que en este mismo momento está ahí fuera. He de encontrar a alguien que logre ayudarme a entender esto y a luchar contra ello. ¿Pero quién? Anoche empecé a buscar la compañía y el calor que con tanta frecuencia se me escapan. Y ahora me encuentro todavía más hundido en ese sitio solitario del que intentaba huir. 20 de noviembre, 1 de la madrugada Desperté de una terrible pesadilla y me encontré ante Marie, sentada en una esquina de mi cama. No fue un sueño, y sin embargo, no logro obligarme a creer que fue real, aunque en el fondo de mi corazón sé que lo fue. No dijo nada, aunque sus labios parecían pronunciar la palabra basta. Le pedí que me ayudara y me acerqué a ella. Sacudió la cabeza y desapareció. Hace mucho calor en mi habitación. Temo estar perdiendo la cordura. TAMPOCO QUEDA CLARA LA FECHA DE LAS SIGUIENTES GRABACIONES. Me… no. Me caigo, me caigo, no, no, no la toques no la toques… ¿Marie? ¡No! ¡Cuidado! ¡Cae, cae, no! ¡El suelo! Ya voy, ya voy, ya voy… 22 de noviembre, 3 de la tarde Me desperté gritando de una terrible pesadilla y encontré las manos suaves de una enfermera que me acariciaba la frente. Estoy en la enfermería de la universidad, y me entero de que me he pasado casi dos días delirando. Me encontró Howard en mi cama, gritando a unos demonios a los que ahora sólo puedo imaginar. Estoy muy cansado y tengo ganas de dormir… de dormir y nada más. 22 de noviembre, 7 de la tarde La cara agradable de una enfermera es un remedio tan efectivo contra la infección como el más potente de los antibióticos. No sé cómo se llama, pero si los ángeles existen, ella debe ser uno. 23 de noviembre, 5 de la tarde Estoy de vuelta en mis habitaciones. Si es verdad que los sueños son una ventana al subconsciente, me temo que el mío es un sitio muy turbulento. Si bien el juicio es algo muy cuestionable cuando se padece una fiebre de cuarenta grados, me resulta difícil aceptar que lo que atacó mi cuerpo fue sólo una infección, y creo que se trató

también del ataque del mal que se llevó la vida de la joven mujer y que se agazapó cerca de mí, a una distancia que le hubiera permitido atacarme. ¿Acaso este mal existe en una forma tangible como por ejemplo la de un germen? ¿Acaso flota como lo haría una pluma llevada por las corrientes de aire que traen vida a este mundo, entrando y saliendo de nuestras vidas y, ocasionalmente, arraigándose en almas desafortunadas? Si es así, entonces la batalla que tuvo lugar dentro de mi cuerpo no fue de origen vírico, sino que se trató de una lucha por mi propia alma. Esta vez confío en haber ganado. Un comentario sobre la curación. Durante los momentos en que estaba lo bastante consciente como para saber dónde me encontraba, noté que el color blanco del uniforme de las enfermeras provocaba una erección constante en todos los pacientes de mi planta. Mi pene no fue una excepción, pues reaccionaba sin recibir asistencia alguna de las partes de mi cuerpo que están por encima de la cintura. Las enfermeras tomaban nota de este hecho sin alterarse y lo trataban como si se hubiera tratado de la antena de una radio que emitiese señales de curación. 15 de diciembre, 9 de la noche He conocido a una persona que, por primera vez desde mi ingreso en esta institución, puedo llamar mi maestra. Su mente es tan abierta y libre como la de cualquier persona que he conocido. Es poeta, erudita y arquera. Me ha instado a que busque un equivalente físico de los ejercicios a los que someto mi mente para que todo mi cuerpo trabaje al unísono. Me ha sugerido además que dedique menos tiempo a pensar en la muerte y me concentre más en vivir. 25 de diciembre, 7 de la tarde He vuelto a casa para Navidad. Charlotte, la amiga alfarera de papá, preparó un pato y me regaló un tazón para el café con forma de berenjena hecho por ella. 27 de diciembre, 11 de la noche He decidido que mientras esté en casa y disponga de tiempo libre, lo emplearé sabiamente y me dedicaré a poner a prueba ciertas limitaciones del cuerpo humano que considero molestas. La primera es el sueño. Nos pasamos aproximadamente la mitad de nuestra vida en la tranquila soledad de los sueños. Quitando los beneficios obvios de los sueños y del descanso físico, considero inaceptable que no se puedan alcanzar los mismos beneficios sin una inversión tan importante de tiempo. Por lo tanto, intentaré establecer dos cosas. Primero, el tiempo que mi cuerpo puede funcionar de forma efectiva sin dormir. Y segundo, la cantidad mínima de sueño necesaria para mantener un alto nivel de funcionamiento. A partir de ahora voy a registrar anotaciones sobre la hora. 28 de diciembre, 12 de la noche Me siento bien. Mi capacidad mental funciona a pleno nivel. Mi capacidad motriz no sufre deterioro alguno.

1 de la madrugada El problema más fascinante que preveo será eliminar la ingestión de café. La toma de estimulantes de cualquier tipo le quitaría todo sentido a este ejercicio, de modo que he decidido dejar el café en aras de la exactitud científica. No se ha realizado jamás sacrificio mayor que éste en nombre de la ciencia. He de dejar constancia que me siento estupendamente y que puedo mezclar una baraja con cada mano sin que se nota pérdida de eficacia alguna. 2 de la madrugada Fuerte y despierto. 3 de la madrugada ¿Qué le ha pasado a Ronald Coman? ¿Y cómo se llamaba el quinto hermano Marx? Me siento fuerte. Mi mente funciona a pleno nivel. 4 de la madrugada Dios escrito al revés es perro(1). Creo que la señal de ajuste de la televisión tiene la misma capacidad de aclarar la mente que un molinillo para plegarias tibetano. En la última hora he hecho cincuenta flexiones en sesenta segundos. Sacando una ligera pesadez de párpados, me encuentro estupendamente. (1) En inglés God (Dios) y dog (perro). (N. de la T.)

5 de la madrugada Comienzan a apreciarse los primeros indicios azulados del sol en el horizonte, hacia el oeste, quiero decir el este. Un cuarteto de barbería acaba de cantar en himno nacional en la televisión. No he tenido dificultad alguna para acompañarlos sin olvidarme de la letra. 6 de la madrugada Sale el sol. Todo en orden. 7 de la mañana Me siento más fuerte ahora que ha salido el sol. Estoy convencido de que no necesito dedicar tantas horas como dedico al sueño. Creo, además, que la mantequilla de cacahuete y el beicon han sido abandonados como grupos de alimentos, sobre todo cuando se comen juntos. 8 de la mañana Me encuentro al volante del coche de la familia. No he detectado pérdida alguna en mi capacidad para conducir, aunque tengo la impresión de que muchas de las personas que conducen a mi alrededor padecen una merma en su capacidad de conducir.

9 de la mañana El mundo académico no se ha fijado en la perfección de diseño que representa el moderno donut. Un círculo perfecto de pasta esponjosa encierra otro círculo perfecto de espacio vacío. Son pocas las obras de este siglo que hayan alcanzado el nivel logrado por esta unión de forma y función. Hay que decir también que saben condenadamente bien. 10 de la mañana Me siento despierto, fuerte y en forma. Empiezo a creer que se sobreestima demasiado al sueño. 11 de la mañana Por un momento sospeché que se ocultaba un hombre en mi armario. Las investigaciones no han arrojado resultado alguno. Creo que salió por la ventana cuando intentaba unas verticales de cabeza. 12 de la mañana Todavía sin problemas. Al parecer, la voz que oí dentro de mi armario no era una voz sino los ecos de mi propio canturreo cuando estaba haciendo verticales. 1 de la tarde ¿Qué rayos le habrá pasado a Ronald Corman? 2 de la tarde He notado el primer síntoma detectable de que mi capacidad motriz se está deteriorando. He tratado de atar un cordel alrededor de una sandía y colgarla de la lámpara del techo. El nudo se deshizo y la sandía acabó ensartada en el poste de la cama. No obstante, me complace comprobar que mi capacidad mental no se ha visto reducida. 3 de la tarde He notado que el impulso sexual no parece verse afectado por el sueño. Mi pene se pone firme y erecto después de contemplar durante sólo diecisiete segundos a Miss Diciembre. 4 de la tarde Creo que he cometido un gran error al ir a la universidad. He decidido hacerme pastor y pasarme la vida cuidando rebaños de cabras. 5 de la tarde

No estoy seguro pero tengo la extraña sensación de que alguien dedicado a la cría de animales domésticos ha tomado prestada la última hora de mi vida. 6 de la tarde Oscurece. Mi mente y mi cuerpo están fuertes y alerta. He registrado todos los armarios de la casa para asegurarme de que ninguno de los seres pequeñitos se ha escondido en ellos. 7 de la tarde He descubierto una sandía ensartada en el poste de mi cama. Papá dice que lo tengo preocupado. Le he dicho que todo está en orden, que Dale está llevando a cabo un pequeño experimento y que pronto lo acabará. 8 de la tarde Nunca me gustó el nombre de Dale. Siempre he deseado haber sido apache para que me pusieran Diez Palitos. No sé por qué. 9 de la noche He contado ochenta y tres estrellas en el cielo antes de que se pusieran a dar brincos y a esconderse detrás de la luna. Tres horas más y habré comprobado que el sueño no es necesario para llevar una vida equilibrada y completa con tal de que los armarios estén cerrados con llave. 10 de la noche He dibujado mi autorretrato. Considero que mi trazo es seguro y atrevido. Mi dibujo toca mi yo interior al que sólo ahora comienzo a comprender. 11 de la noche Noventa y nueve botellas de cerveza en la pared, noventa y nueve botellas de cerveza… Todo está cien… bien. No me gustan los insectos con alas. 29 de diciembre, 12 de la noche He estado cuarenta y ocho horas sin dormir. Tengo la mente despejada. Estoy convencido de que Lee Harvey Oswald no actuó sólo en Dallas. Creo que un hombre que estaba de pie en la acera de la loma cubierta de césped con un paraguas llevaba un arma oculta en ella. Además, a esta hora tan avanzada me resulta evidente que la muerte de Marilyn y la del presidente estaban relacionadas. Cuando estoy a punto de concluir este experimento, noto que estoy en pleno dominio de mis facultades. Y que la necesidad de dormir es algo que se halla muy sobreestimado. Aquí les habla Diez Palitos. 30 de diciembre, 3 de la madrugada

Acabo de repasar las grabaciones de estos días. La evidencia parece hablar por sí misma. Me convertí en una amenaza para la salud pública más o menos a las cuarenta y cuatro horas de falta de sueño. He de destacar también que cuando por fin abandoné el mundo consciente y me deslicé en el de los sueños, mi subconsciente se vio invadido por los sueños más extraordinarios y vívidos que he experimentado en mi vida. La mayoría se me ha olvidado, pero cuando desperté, alguien se había comido la sandía y había puesto todas las semillas dentro de la funda de mi almohada. 8 de enero de 1974, 1 de la madrugada Han vuelto a empezar las clases. En mi constante esfuerzo por comprender mejor las distintas funciones del cuerpo y la mente, me he apuntado para el viaje de esquí de fin de semana a Poconos. Lo que busco es una prueba. Una prueba para examinar el funcionamiento de la mente y sus efectos sobre la actividad física. Creo que he encontrado el medio perfecto para esta prueba. 10 de enero, 11 de la mañana Zona de esquí de Fernwood. Salto de esquí de diez metros. Quién pudiera, aunque fuera un solo instante, planear como el halcón. He completado todos los ejercicios necesarios previos al salto. He realizado una hora de prácticas saltando de una caja de jabón sin ningún incidente. Lars, el instructor, me asegura que la posibilidad de que me cause una lesión seria y duradera corre absolutamente por mi propia cuenta. “Controlar el pensamiento”, dijo, “es el elemento más importante de un salto bien hecho.” En este momento inicio el largo ascenso a la cima de la pista. Lucho para que el lado racional de mi cerebro no se asuste y siga tomando las riendas. 10 de enero, 11.15 de la mañana Cuando miro desde lo alto de la pista hacia el destino que me espera allá abajo, me invade una sensación de paz que jamás había sentido antes. He visualizado mentalmente el salto. La larga y graciosa inclinación de la pista. El efecto sobre mis piernas cuando los esquís tocan el borde de la rampa. El largo y gracioso descenso a medida que el suelo va pasando bajo mis pies. Y después el aterrizaje suave como el pétalo de una flor. Estoy preparado. Mi mente y mi cuerpo son uno solo. 10 de enero, 3 de la tarde El hombre no ha sido creado para volar. Son muy pocos los elementos de la estructura de nuestros cuerpos que pueden llegar a sugerir que el volar es siquiera una posibilidad remota. Creo que mi mente y mi cuerpo dejaron de funcionar como una unidad en cuanto mis esquís se cruzaron al final de la pista. Técnicamente se puede decir que volé, y de hecho, experimenté un momento de libertad que no puede compararse a nada de lo que he vivido. Pero nadie debería proponerse volar desde una pista de saltos con esquís del mismo modo que se zambulliría en una piscina. No aterricé como el pétalo de una flor. Aunque todavía no tengo muy clara la forma en que acabé aterrizando en realidad, pero me acuerdo claramente del ruido que hice al botar por lo menos tres veces. Mi grabadora, que estaba dentro de mi mochila, también

sobrevivió a la caída. El inconveniente es que ahora le debo a Lars sesenta dólares por los esquís. 15 de enero, 6 de la tarde Andy ha regresado de Holanda con un interés renovado en el control de los fluídos. Por el momento, todavía no está claro si los míos le resultan de algún interés. 17 de enero, 9 de la noche Acabo de hablar con Andy. Su marido se enamoró de Holanda y decidió quedarse para ayudarles a construir más diques. Andy no espera volver a verlo hasta que le haya quitado al mar por lo menos doscientos kilómetros cuadrados. Después me regaló un librito sobre el Kama Sutra. Creo que este libro ejercerá alguna influencia en la dirección hacia la cual manarán mis fluidos. 20 de enero, 7 de la tarde He decidido iniciar otro estudio sobre las limitaciones del cuerpo y de la mente. Andy está de acuerdo en ayudarme. Creo que sus conocimientos y su experiencia me resultarán muy útiles. Hemos alquilado una pequeña habitación de motel en las afueras del pueblo para poder realizar el experimento. 21 de enero, 1 de la madrugada He completado la primera fase del estudio. Por el momento no encuentro pruebas que sostengan la teoría que el exceso de algo bueno es peligroso. La puntuación en estos momentos es de nueve puntos para Andy y cinco para mí. Hemos mandado pedir comida china en un intento por recuperar fuerzas. Tengo la plena confianza de equilibrar mi déficit con el paso de las horas 21 de enero, 3 de la madrugada Puntuación: Andy doce, Dale nueve. La mente y el cuerpo comenzaron a funcionar muy bien juntos después del pollo al limón. 21 de enero, 4 de la madrugada Marcador final: Andy catorce, Dale trece. 21 de enero, 6 de la mañana El marcador quedó empatado aproximadamente a las 5.01 de la mañana, hora oficial. Me habría resultado casi imposible superar la diferencia sin las técnicas de concentración que aprendí durante mis viajes. Sospecho también que el aceite con perfume de rosas que Andy sacó de su bolso tuvo algo que ver. En este momento, no estoy muy seguro si podré moverme cuando sea hora de desalojar la habitación. 30 de enero, 7 de la tarde

Soy consciente de que las leyes del explorador no aprueban las relaciones sexuales antes del matrimonio. Sin embargo, creo que el que redactó la ley nunca tuvo en cuenta la necesidad de explorar y ampliar los límites de la sexualidad humana igual que se exploraría un río lleno de truchas. 10 de febrero, 8 de la mañana Creo que anoche pesqué una trucha enorme. 13 de febrero, 11 de la noche Andy acaba de enterarse de que Tim, su marido, sufrió un accidente al romperse un dique, y ha decidido regresar a Holanda para cuidar de él hasta que se recupere. Después me dijo que el amor no era una variable de nuestra relación y que me deseaba lo mejor en mis futuros enredos. La noticia de que el amor no era una variable de nuestra relación me cayó como una sorpresa tanto desde el punto de vista emocional como semántico. Creo que esto es lo que denominan dejar plantado. 15 de febrero, 1 de la madrugada El hombre del tiempo dice que en Holanda llueve a cántaros. Espero que al marido de Andy le resulte muy difícil andar con la pierna escayolada. 17 de febrero, 10 de la noche Noto que la atracción de la vida académica palidece al lado del sexo, sobre todo cuando no hay sexo en mi vida. 28 de febrero, 3 de la madrugada He decidido sacarme un título en antropología, derecho y psicología. Es posible que además me apunte a las clases de Bryn mawr porque los cuáqueros no permiten modelos desnudas en Haverford. 10 de marzo, 11 de la mañana Voy camino a Nueva York para iniciar un estudio sobre los efectos de los edificios altos sobre la estructura tribal. Tengo la convicción de que una de las causas claves del desmoronamiento de la sociedad es que la gente ya no vive en un plano horizontal, sino vertical. 10 de marzo, 3 de la tarde Nueva York. La ciudad más estupenda del mundo. Empezaré en Central Park, el verde santuario, un lugar del pasado, y luego seguiré camino hacia las fortalezas de cemento y cristal en las que se refugian los ciudadanos por las noches. 10 de marzo, 5 de la tarde

Empieza a oscurecer. El parque está en calma. Una isla amable en medio de la tormenta. 10 de marzo, 6 de la tarde Un grupo de lunáticos saqueadores armados de tubos y bates me echó del parque. Busqué refugio en la recepción de una brillante torre de cristal. Ésta ha sido una evolución inesperada. Veo ahora con otros ojos los edificios altos de cristal. 10 de marzo, 7 de la tarde Me dirijo al sur del parque por el corazón de la ciudad. Desde que abandoné el parque no me he sentido amenazado en modo alguno. ¿Acaso el parque representa a la bestia primitiva que todos llevamos dentro? Mi experiencia en los Niños Exploradores refleja, sin duda, el hecho de que el hombre moderno pierde el control cuando es liberado en un medio primitivo. Empiezo a pensar que el caos controlado que veo en las calles que me rodean es mucho más ordenado que la naturaleza desencadenada. 10 de marzo, 9 de la noche Ya no tengo la billetera. No sé dónde estoy. Creo que me persigue un número indefinido de delincuentes cuya intención es causarle un gran daño a mi cuerpo. Fui atacado al cabo de unos minutos de haberle comprado un perrito caliente a un vendedor ambulante. Logré salvar mi grabadora pero estoy seguro de que todavía me siguen. Me ha hecho una pequeña herida en la cabeza que me sangró un poco y me ha provocado una gran nostalgia por mi casa. ¿Por qué será que nunca se encuentra un policía cuando se le necesita? Debo seguir andando. 10 de marzo, 11 de la noche Me he refugiado en la buhardilla de una mujer que, al parecer, es una especie de artista. Todo es negro. Las paredes, sus pinturas, su ropa, su nevera.

11 de marzo, 12 de la noche Iba a quedarme hasta que amaneciera, pero apareció el novio de Lazer (la artista) y se enfureció bastante al descubrir que estaba ocupada con otro pintor. Intenté explicarle que no soy pintor y me acusó de ser un actor y me atacó con un bastidor para telas. Logré esquivarlo sin sufrir daños serios, pero es evidente que había llegado la hora de marcharme. Ahora estoy buscando a un policía. Creo,, además, que estoy perdido, y que la civilización, tal como la conocemos, está condenada. Es posible que vuelva a pensarme lo de licenciarme en antropología. 11 de marzo, 1.30 de la madrugada No sé cómo, he ido a parar justo en medio de una gran celebración callejera. Hay varios cientos de personas cantando y agitando estandartes en el aire. Veo un policía. Esta penosa experiencia ha tocado a su fin.

11 de marzo, 2 de la madrugada He de destacar que la diferencia entre una celebración callejera y una manifestación de protesta, a primera vista, puede llegar a parecer ínfima. No obstante, cuando uno se acerca a un policía a caballo para pedirle ayuda, yo le aconsejaría que se asegurase antes de las intenciones del grupo que le rodea. Apenas hube pronunciado las palabras “me han atracado”, una columna de policías montados cargó hacia mí sin la más mínima intención de ofrecerme ayuda. Estoy ahora sentado en una amplia celda, rodeado de decenas de manifestantes barbudos y con sandalias que recibieron la carga de la policía a caballo de cualquier manera menos con amabilidad. Por la forma en que el grupo mira mi traje oscuro, tengo la clara impresión de que no me considera uno de ellos. No obstante, estoy seguro y a salvo y espero que cuando llegue mi turno podré explicarme ante el juez. 11 de marzo, 7 de la mañana El juez me sugirió que volviera a Filadelfia y que ni se me ocurriera acercarme más a Nueva York. Me parece un consejo muy sano. He llegado a la conclusión de que todo inento por comprender la condición humana a través de las calles de esta ciudad es una empresa imposible. Unas cuantas reflexiones sobre las horas que pasé tras las rejas. Jamás había visto la camaradería que me brindaron mis compañeros de celda durante las horas que permanecimos encarcelados. Aunque tardé bastante en convencer a mis compañeros de celda que no era un chivato de la policía, en cuanto las sospechas se disiparon, pasamos varias horas fructíferas entonando a coro canciones tradicionales de protesta, practicando yoga y tramando el derrocamiento de nuestro gobierno legalmente constituido, acción que a mi juicio, resultaba muy extremada considerado que sus intentos pro tomar un pequeño café-bar de Chelsea habían fracasado.

III “El primer contacto que tuve con Dale fue como estudiante de uno de mis cursos titulado Procesamiento de la Información Visual. En él se analizan la adquisición, almacenamiento y procesamiento de la información visual en la memoria. Nunca había tenido un alumno que poseyera la habilidad natural para la visualización que Dale poseía. “A partir de allí, se apuntó al curso de Pensamiento 3005, Mi mente, Tu mente 4001 y Por qué olvidamos 4002. Estoy convencido de que podría haberse convertido en un brillante psicólogo de no haberse matriculado como interno en el hospital del condado para estudiar el comportamiento demente en la gente corriente. “Después de su curso en el hospital, habría bastado con que diera un pequeño paso para alcanzar una brillante y prolongada carrera académica. Pero allí se produjo algo que llamó la atención y cambió su vida para siempre”. MARGARET HASTINGS Profesora

15 de marzo, 7 de la tarde Me he matriculado como interno en el hospital del condado, para trabajar como asistente en un estudio sobre la gente corriente que se ha vuelto loca. Creo que se trata de una oportunidad estupenda para profundizar en las mentes de los individuos que viven la peor de sus pesadillas. Mañana es mi primer día.

16 de marzo, 10 de la mañana Me siento un poco indeciso cuando me encuentro delante de esta enfermería. Acuden a mi mente infinidad de recuerdos de la muerte de mi madre. ¿Qué encontraré ahí dentro? ¿Qué es lo que busco? ¿Es verdad que como especie no sentimos atraídos por las cosas que más nos aterran y nos confunden? Estoy de lo más agitado. Pero si lo que acabo de decir es cierto, entonces lo que tengo ante mí no es un hospital. Me encuentro de pie, al borde del abismo. 16 de marzo, 12 del mediodía He conocido al doctor Perkins, el profesor que dirige el estudio. Parece un hombre serio, de gran fuerza y con un gusto muy marcado por los caramelos de goma. El primer paciente al que observaremos era un cartero que un día, mientras hacía el reparto, empezó a creer que su bolsa de cartas estaba llena de voces incorpóreas que le pedían ayuda. Lo encontraron escondido debajo de un puente, donde intento silenciar las voces llenándose las orejas de barro y piedras. Lo llamaré Allen, aunque he cambiado los nombres para proteger a los inocentes. 16 de marzo, 2 de la tarde Acabo de pasar una hora con Allen. En apariencia parece tan sano como cualquiera. Se puso muy nervioso cuando uno de los otros ayudantes le hizo preguntas sobre los códigos postales, entonces empezó a golpearse la cabeza contra la mesa para acallar las voces. Tiene cuarenta y tres años, es casado y padre de dos hijos. En el resto de su vida hay pocos indicios que apunten al motivo que le quebró la mente. 16 de marzo, 4 de la tarde Conocí al segundo sujeto del estudio. Tiene diecinueve años, es estudiante y la mires por donde la mires es una mujer hermosa. Cree que está poseída por el demonio. Si es cierto que el mal que yo creo que existe es una fuerza real y palpable de este mundo, entonces esta pobre criatura a la que estoy viendo es una víctima viviente de él. 17 de marzo, 10 de la mañana Intentaré ganarme la confianza del sujeto en estudio al que llamaré Betty. 17 de marzo, 12 del mediodía

Me ha pasado las dos últimas horas con Betty. Me ha enseñado sus cicatrices y me ha hablado de cómo arderá el mundo. Parece aceptarme, aunque cree que soy un ángel vengador que ha sido enviado a destruirla. 17 de marzo, 1 de la tarde He almorzado tranquilamente con Betty. Comimo Jell-O. Al parecer, le encantan los dulces. 17 de marzo, 3 de la tarde He acabado mi jornada con Betty, todo parecía tranquilo. 18 de marzo, 1 de la madrugada Recibí una llamada de la doctora Perkins pidiéndome que me reuniera con ella en el hospital. Al llegar me informaron que Betty había logrado conseguir un cuchillo y que amenazaba con él a un enfermero. Después solicitó verme y la doctora consideró que soy la persona más indicada para tratar de convencerla. Me dispongo a entrar en la habitación. Me sudan las palmas de las manos. No estoy seguro de encontrarme preparado para esto. Hay unos policías armados listos para actuar en caso necesario. 18 de marzo, 1.10 de la madrugada Han hecho unos disparos, han hecho unos disparos. He contado dos… quizá tres… dos, creo. 18 de marzo, 1.20 de la madrugada Todavía no está claro lo que pasó. Betty tiene unas heridas. El enfermero salió ileso. Cuando se la llevaban en silla de ruedas oí a Betty decir, “Soy libre.” ¿Qué habrá querido decir con eso? 18 de marzo, 2 de la tarde La mente es la frontera más desconocida. Resulta extraño que hayamos explorado tantas maravillas físicas dentro y fuera de este mundo y que todavía no logremos penetrar en nuestras propias mentes. Tengo entendido que Betty ha muerto a consecuencia de las heridas. ¿Qué habrá sentido cuando dijo “soy libre”? ¿Sería la misma presencia que sentí yo cuando encontré a la mujer asesinada? ¿Acaso existe una bestia? No lo sé, ¿y cómo se lucha contra ella? 29 de marzo, 4 de la tarde He tratado de concentrarme en mis estudios. Los resultados de los exámenes son buenos. La moral, alta. Sigo intentando dilucidar la naturaleza de la enfermedad que afectó a Betty. No he encontrado respuestas satisfactorias a esta pregunta. Posiblemente se trate del enigma más grande al que me he enfrentado y al que me enfrentaré.

Howard me ha sugerido que salga y que lo acompañe a un concierto de rock. Como nunca he asistido a ninguno, le he tomado la palabra. Tengo la impresión de que Howard planea alterar su mente químicamente. He de decir también que creo que el presidente Nixon conspira para conseguir una coartada y que el camino que ha tomado sólo lo conducirá al voto de censura. 30 de marzo, 2 de la madrugada Me miro en un espejo mientras hablo para asegurarme de que muevo la boca porque parece ser que me he quedado sordo. Creo que Howard ha tenido una experiencia extracorpórea, al menos me dio esa impresión por la forma de conducir cuando volvíamos a casa. 4 de abril, 1 de la tarde Creo que hay dos cosas hacia las que mi vida comienza a centrarse. La existencia del bien. Y la del mal. Al parecer, éstas son dos cuestiones fundamentales que afectan la vida cotidiana. La pregunta es pues, ¿cómo se relaciona uno con estas dos fuerzas opuestas? Creo que el mal es algo con lo que nunca tuve problemas para relacionarme. El bien, y la forma que adopta, es una búsqueda un tanto más esquiva. 6 de abril, 2 de la tarde Primavera… No hay nada que logre levantar el ánimo como los brotes frescos de los árboles. Una falda agitada por una brisa suave. La búsqueda del amor. Noto que me siento sumamente sensual. La búsqueda del bien, combinada con la violencia de las hormonas, resulta una fuerza realmente poderosa. Me encantaría pasear de la mano de una hermosa mujer de la que estuviera profundamente enamorado. Tendernos en la hierba y hablar de las cosas cotidianas como si sólo nos ocurrieran a nosotros. Mirar a través de una mesa iluminada por las velas unos ojos que reflejan todas las emociones registradas en el diccionario. Pienso en los momentos que pasé con Andy y no puedo dejar de sentir que no fueron lo que podían haber sido si hubiésemos estado enamorados. Por otra parte, resultaron extremadamente apasionados y constituyeron un estupendo aprendizaje para alguien con una experiencia táctica limitada. La cuestión radica ahora en encontrar la persona adecuada. Una cuestión vieja como el tiempo para la que nadie parece tener respuesta. 15 de abril, 11 de la noche Creo que Howard ha encontrado el amor. Le dejé mis habitaciones durante toda la tarde para un encuentro con una estudiante de Bryn Mawr que cursa el último año de contabilidad. Mientras tanto, bebo grandes cantidades de café y leo sobre las personas que enloquecen. 1 de mayo, 12 de la noche Los rituales y ritos paganos de la primavera poseen una lógica que ninguna religión parece haber comprendido. En Bryn Mawr han celebrado hoy la fiesta de mayo. Jóvenes muchachas con túnicas coronadas de guirnaldas de flores celebraron

alegremente la llegada de la época del florecimiento y bailaron alrededor de altos postes decorados con banderas de brillantes colores. Chicas y chicos formaban pareja con la misma naturalidad que los animales del bosque. El baile fue aumentando en intensidad. Alguien se puso a tocar el tambor y a cantar. Algunos grupos de personas comenzaron a quitarse la ropa y a proclamar que eran libres. La policía del campus apareció y les hizo cambiar de idea. Aunque consideré sus argumentos faltos de motivos apremiantes a no ser por la ley de faltas, no tardé en imitar al resto de los bailarines. Nunca había bailado desnudo con un nutrido grupo de extraños. Por mi parte, lo aconsejo a los tímidos y reservados del mundo como método para romper el hielo. Conocí a varias mujeres agradables que me escribieron sus números de teléfono en el muslo con rotulador. Aunque me resulta extraño no recordar el aspecto que tenían desnudas. Me pregunto qué estaría mirando. Sólo recuerdo un pecho aquí, una rodilla allá, un pie, un hombro, un cuello. Pero con lo que recuerdo no logro formar un cuerpo entero. 18 de mayo, 9 de la mañana Tengo la oportunidad de asistir a una autopsia en la facultad de medicina local. La acepté sin pensármelo. Me voy para allá dentro de unos minutos. 18 de mayo, 11 de la mañana Estoy sentado en una galería, encima de un quirófano. Me rodean unos cuantos estudiantes de medicina. Al mirar hacia abajo vemos el cadáver de un hombre, de unos treinta años, sin señales aparentes que indiquen la causa de su muerte. El médico le hace a la víctima una larga incisión que va desde lo alto del esternón y baja hasta la zona de la ingle. Ha sacado un instrumento que parece unas tijeras de podar y corta el esternón; el sonido del hueso al quebrarse no difiere demasiado del que hace la pinza de una langosta al partirla. Un estudiante acaba de desmayarse… le he aplicado presión en el corte… no, no soy médico… es sólo mi opinión, pero creo que tampoco tienes muchas probabilidades de convertirte en uno si te atas eso al cuello. 18 de mayo, 11.32 de la mañana La autopsia continúa. El médico ha abierto el torso y lo ha replegado, dejando al descubierto un panorama mágico, si bien ligeramente repugnante. Esa maraña de tejido suave y multicolor constituye la máquina que denominamos cuerpo humano. El médico pasa a la cabeza del sujeto. Una pequeña sierra eléctrica comienza a cortar el cráneo justo encima de la oreja. La sierra sigue su trabajo por la parte posterior de la cabeza; se siente un leve olor a hueso. Ahí está. El médico ha levantado la parte superior del cráneo como si fuera un huevo en su cáscara. Las circunvoluciones del tejido giran alrededor de los dos hemisferios. La de secretos que contendrán. ¿Qué será lo que le da genio a un cerebro, locura a otro, vida a uno, muerte a otro? Nunca había presenciado nada igual. 20 de mayo, 3 de la madrugada

Un hombre raro se encuentra delante de mi edificio, mirando hacia mi ventana. Parece pintado de azul. No sé bien qué es lo que quiere. 20 de mayo, 3.30 de la madrugada Después de una búsqueda exhaustiva no he logrado encontrar al hombre azul y tampoco pruebas de que hubiese estado allí. Me pregunto qué querría. 30 de mayo, 4 de la tarde Se acerca el final del curso, y me espera el verano. Papá ha decidido casarse en Las Vegas con la alfarera y me ha pedido que le hiciera de padrino. No me lo perdería. En el campus ha sido el día de los empleos. Cogí folletos del Cuerpo de Paz y del FBI. 12 de junio, 10 de la noche Las Vegas. La boda se celebrará por la mañana en la capillita roja. Papá y Charlotte están ahora en un espectáculo titulado “Desnudos en el hielo”. No sé muy bien qué lo que los desnudos hacen en el hielo, pero papá guarda recuerdos muy gratos de cuando me llevaba a ver patinaje sobre hielo cuando era pequeño, de modo que no quiso perdérselo. Creo que voy a aprovechar alguna de las innumerables ocasiones para apostar. El aprendizaje que recibí de tío Al cuando era pequeño me resultará muy útil. 13 de junio, 1 de la madrugada No sé por qué, pero la gerencia de los casinos me ha solicitado que no vuelve a acercarme jamás a sus mesas. Tienen la impresión de que la técnica de contar cartas es una forma de trampear y no estaban de humor para aceptar mi argumento de que se trataba de puras matemáticas, nada más. Los dos mil dólares que gané se los daré a papá y a Charlotte como regalo de bodas. 13 de junio, 1 de la tarde La capillita roja. Un pequeño edificio rojo rodeado de piedras y hierba artificial. Nuestro grupo entró después de una joven embarazada y un marinero con las dos manos escayoladas. La ceremonia fue presidida por el honorable L.B. Johnson, un hombre de edad, y por su voluminosa esposa que nos cobró cincuenta céntimos por cada Polaroid que sacó a la feliz pareja. A papá le hizo tres. Después pagué por la ceremonia y le di una propina a L.B. por el disco con música de órgano. La feliz pareja partió para Reno, donde piensan pasar unos cuantos días apostando y cavando para encontrar arcilla roja. Creo que pasaré el resto del día en la Represa de Hoover. 13 de junio, 3 de la tarde J. Edgar se sentiría orgulloso de que lo asociaran con la enorme e inamovible estructura de esta represa que mantiene a raya el avance de este poderoso río.

15 de junio, 11 de la noche Estoy de vuelta en Haverford. Me pasaré el resto del verano desarrollando varios proyectos independientes que me permitirán graduarme antes de tiempo. Un punto interesante. Ahora volví a ver al hombre azul ante mi ventana. 1 de julio, 3 de la madrugada Me desperté en plena noche con una terrible sensación de pérdida. No estoy seguro, pero me pregunto si no estará relacionada con el hecho de que Charlotte convirtiera mi antiguo dormitorio, en casa de mi padre, en un taller de alfarería. 5 de julio, 12 de la noche Mi sensación de aislamiento se tornó abrumadora a últimas horas de la noche. No puedo dejar de recordar que fue este día cuando Marie y yo contemplamos los fuegos artificiales. El estallido de los cohetes allá en lo alto no hace más que aumentar mi sensación de que un alma sola jamás alcanzará la paz. Ni siquiera un buen trozo de pastel y una taza de café en el restaurante Lunch Pal lograron disipar esta niebla. Los estudios no me ayudan demasiado. Necesito un cambio. 10 de julio, 5 de la mañana Me encuentro en una pequeña cueva que da a un pequeño río, en la parte norte del estado. Llevo unas doce horas aquí solo, sentado y sin moverme, perdido en las técnicas para aclarar la mente. Desde el fondo de la cueva, un par de ojos color rojo oscuro llevan horas observándome. No sé de qué tipo de criatura se trata. Tengo la mente fresca después de tantas horas de meditación profunda. Tengo la fuerte sensación de que ya he estado en esta cueva, acurrucado ante una fogata, cubierto de pieles de animal y asando un cabrito. Creo que los ojos rojos pertenecen a un murciélago grande. 12 de julio, 7 de la mañana No me equivoqué, era un murciélago grande… mejor dicho enorme. Vuelvo a la ciudad. 1 de agosto, 2 de la tarde Por correo he devuelto hoy todas mis chapas de Nixon a la Casa Blanca. 15 de agosto, 9 de la mañana Dada la falta generalizada de voluntad del gobierno para comportarse de un modo admirable y honrado, me inclino por iniciar una carrera en el sector privado. No obstante, he de decir que no estoy seguro con quién he de hablar y cómo se encuentra el sector privado. 30 de agosto, 2 de la tarde

Papá me ha llamado hoy para decirme que voy a tener un hermanito o una hermanita. Estoy estupefacto. 10 de septiembre, 9 de la noche Papá me ha llamado hoy para decirme que no voy a tener un hermanito o una hermanita. Que descubrió que se ha vuelto estéril. Me informó, además, que puedo disponer de mi antiguo cuarto, pero que tendría que arreglármelas solo para limpiar la arcilla del suelo. Charlotte se ha marchado con un fotógrafo. Le dijo que al crío le pondrían el nombre de mi padre. Mañana iré a ver a papá para comprobar cómo le ha sentado la pérdida. Me dijo que se encontraba perfectamente y que debería tirar por la ventana el tazón que Charlotte me había hecho. Creo que le tomará tiempo. 11 de septiembre, 10 de la noche Estoy con papá. Según creo recordar, empezamos a beber alrededor del mediodía. Parece más contento desde que se quedó dormido. Estoy convencido de que no tardaré en vomitar. LAS GRABACIONES DE LOS NUEVE MESES SIGUIENTES FUERON DESTRUIDAS DURANTE UN INCENDIO QUE COMENZÓ AL PRENDERSE FUEGO UNA MANTA ELÉCTRICA. 9 de junio de 1975, 8 de la mañana He tenido un pequeño problema con la electricidad. He perdido todas las grabaciones de los últimos nueve meses, dos pares de zapatos, un traje, cuatro corbatas y un trozo de cuerda. Por lo demás, todo está en orden. Intentaré resumir en la medida de lo posible el período perdido. Papá está mucho mejor. Charlotte tuvo un niño el día en que les concedieron el divorcio. Durante todo este tiempo he estado bien y en forma salvo por un ataque de melancolía que tuve en marzo y duró cinco días, debido en gran parte a mi incapacidad para encontrar a la persona con la que desearía compartir mi vida. Echaré mucho en falta la cinta en la que Howard y su novia se grabaron haciendo el amor mientras Nixon pronunciaba su discurso de renuncia. Es un momento de la historia que me gustaría tener en mi colección. 20 de junio, 9 de la mañana Intento descubrir cuánto tiempo puede un individuo funcionar con normalidad sin orinar y sin dejar de consumir una cantidad normal de líquido. Beberé ciento setenta mililitros de café caliente. 10 de la mañana Todos los órganos normales. Beberé ciento setenta mililitros más de café. 11 de la mañana

No se aprecian daños. He tomado otros ciento setenta mililitros. 12 de la mañana Durante la clase de Épica Medieval me noté ligeramente lleno. A regañadientes bebí ciento sesenta mililitros más. 1 de la tarde Me costó mucho concentrarme en la clase de psicología sobre estrés y enfermedades somáticas. Pasaré de líquidos durante la próxima hora. 2 de la tarde Creo haber llegado a una meseta 3 de la tarde Creo que he visto la cima de la montaña y me precipito ladera abajo. 5 de la tarde Vaya donde vaya creo ver fuentes de agua. 6 de la tarde Intentaré aguantar una hora más. 7 de la tarde Por extraño que parezca, me siento mucho mejor. Me he bebido un vaso grande de leche. 7.08 de la tarde Creo que tengo un problema. 7.10 de la tarde He orinado durante dos minutos enteros. Sin temor a equivocarme, puedo decir que fueron los dos minutos más satisfactorios que he pasado en mi corta vida. De no ser por el dolor al que uno ha de someterse para alcanzar la marca de las diez horas, le recomendaría muchísimo como sustituto del sexo. 1 de julio, 6 de la tarde Creo que me he precipitado al sugerir que orinar podría ser un buen sustituto del sexo. Hoy he conocido a una estudiante de Bryn Mawr que sabe más de café que nadie. Me bebí dos tazas de colombiano torrefacto y ella una de una mezcla guatemalteca. No sabía que los aceites fueran el componente más importante de una mezcla superior.

Hemos quedado para tomar café mañana después de su clase sobre La Vergüenza y las Madres. Tengo grandes esperanzas de que Lena sea lo que ando buscando. 2 de julio, 9 de la mañana Después de la clase tomé café con Lena. Probamos varias mezclas nuevas y después nos fuimos a dar un largo paseo que concluyó cuando ella me dijo que estaba muy interesada en volver a verme, pero debía entender que ella había hecho votos de castidad, y que los mantendría hasta tanto no lograra ponerse de acuerdo con su madre. Le dije que lo comprendía, pero que creía que muy pocas personas llegaban a ponerse de acuerdo con sus madres, y que no había manera de saber qué se perdía uno entretanto. Acabamos la tarde con una taza de café cubano bien cargado, un análisis de su clase sobre Miedo y Ansiedad y un beso muy apasionado que me parece que la hizo sentirse culpable. No sé qué hacer. 19 de julio, 1 de la madrugada No puedo dormir. Me muero por hacer el amor con Lena. Estoy convencido de que soy una bomba de relojería a punto de detonar en cualquier momento. No estoy seguro de qué atrocidades tendrá la culpa su madre, pero tengo la firme sensación de que un juicio por crímenes de guerra sería demasiado poco para ella. 24 de julio, 11 de la noche Me llené de esperanza cuando Lena me dijo que había hecho algún progreso. Por desgracia, estaba relacionado con su padre y no con su madre. 3 de agosto, 9 de la noche Tuve la certeza de que Lena y yo íbamos ya por el buen camino cuando hizo una escultura de su madre colgando ropa y le pasó por encima con su Volkswagen. Las cosas se pusieron muy apasionadas después del atropellamiento y la fuga, pero Lena no tardó en echarse a llorar, desesperada, y renovar sus votos de castidad. 15 de agosto, 5 de la tarde He terminado los cursos de verano y en contra de lo aconsejable, acepté acompañar a Lena a Hershey para visitar a sus padres. Partimos al amanecer. 16 de agosto, 6 de la mañana Comienza el rastro de lágrimas. 16 de agosto, 11 de la noche Me han puesto a dormir en el sofá plegable que hay en el cuarto de Todd, el hermano de Lena. Cenamos un jamón estupendo y hablé mucho sobre la pesca de la trucha con Hill, su padre. En mi vida había conocido a una mujer tan encantadora como Joan, la madre de Lena. Es elegante, hermosa, inteligente.

Cuando me disponía a irme a la cama, Lena me contó que su madre se había acostado con el único novio que había tenido el coraje de presentarle a sus padres, y que debía tener mucho cuidado de no levantarme por la noche para ir al lavabo porque así fue como había ocurrido la vez anterior. Al parecer, mi experimento sobre retención de orina me resultará muy útil. Me pregunto qué habrá querido insinuar Joan cuando me dijo que me vería más tarde. 17 de agosto, 2 de la madrugada Oigo pasos en el corredor… vienen hacia aquí… oh, no. 17 de agosto, 4 de la madrugada Los acontecimientos de las dos últimas horas empiezan ahora a tomar forma en mi consciencia. Dónde está trazada la línea entre fantasía y realidad no está tan claro como lo estaba ayer a esta misma hora. A eso de las dos de la madrugada detecté el sonido de pasos en el corredor, cerca de mi cuarto. Durante unos minutos recorrieron el corredor de un extremo al otro y daban la impresión de que quien caminaba se encontraba sumido en profundas reflexiones e intentaba tomar algún tipo de decisión. A las dos y dos minutos de la madrugada, se tomó esa decisión y alguien metió la llave en mi puerta y la abrió. Lo que sigue en un fragmento de lo que ocurrió después. Mi voz es la que se oye en primer término. -¿Hola? -Dale, soy yo, Joan. -¿Joan? -Creo que deberíamos hablar. -Buena idea. -¿Te importa si me siento? La causa exacta y la naturaleza del incendio que se declaró en el garaje en ese mismo momento se encuentra todavía en proceso de investigación por parte del jefe de los bomberos. Creo recordar que oí un pequeño estallido, aunque pudo tratarse del ruido hecho por algún muelle de la cama cuando Joan se sentó y me sonrió. Sólo puedo imaginar el alcance del desastre que logramos evitar en ese momento. Es una pena que no haya más casas equipadas con los mecanismos antiincendio y de emergencias que los Fraser tienen en la suya. En sólo tres minutos, las llamas quedaron sometidas, se llamó a los bomberos y tanto yo como Joan evacuamos mi cama sin incidentes. He decidido que sería más seguro en muchos aspectos pasarme el resto de la noche encerrado en el coche, lejos de toda fuente inflamable. 17 de agosto, 9 de la noche Regresamos a Haverford sanos y salvos, aunque no sin incidentes. Después de un desayuno con beicon bien crocante y tostadas, nos despedimos de los padres de Lena. Lena le dijo a su madre que sentía mucho que el incendio hubiese perdido gran parte de sus mejores. Resulta difícil describir la sensación que asalta a un individuo cuando descubre que su novia es incendiaria. Aunque reconozco que en el momento del incendio tuve mis sospechas, la verdad es que uno nunca está del todo preparado para enfrentarse cara

a cara con este tipo de verdades. Creo que fue Holmes quien dijo que a la verdad se llega con frecuencia por dos caminos que discurren en direcciones muy diferentes. Poco después de abandonar la zona urbanizada de Hershey, un fuerte olor a gasolina comenzó a llenar el coche. Temiendo una explosión, me detuve en el arcén para investigar. Fue en ese preciso instante cuando los caminos hacia el incendio premeditado y el celibato llegaron a su destino. “Estoy lista”, dijo Lena. Le pregunté para qué estaba lista y ella me contestó que estaba lista para regresar al mundo de la sexualidad. Entonces le pregunté si se trataba de una declaración en términos generales sobre el mundo o si se refería específicamente al momento presente. “Ahora”, me contestó. “Ahora mismo.” Fue entonces cuando me di cuenta de que sus ropas eran la fuente del olor a gasolina. Fue por purísima suerte que los frenéticos acontecimientos que siguieron no les prendieron fuego a la ropa y a nosotros. Lo que guardo de aquel momento es, en el mejor de los casos, un recuerdo fragmentario. Creo recordar que se me enganchó el pie en la bocina del coche. El asiento de atrás se rompió del lado del conductor. El freno de mano se soltó y Lena experimentó el primer orgasmo justo cuando el coche se precipitaba por un terraplén en dirección a una manada de animales que ahora logro identificar como vacas de la raza Angus. Ni Lena ni el coche se detuvieron hasta que un toro muy grande y miope ensartó el radiador con uno de sus cuernos. La discusión que siguió con el dueño del toro sobre nuestra presencia en su campo tocó temas tan diversos como el porcentaje de grasa en las hamburguesas, la gravedad, cómo cavar hoyos para poner postes de vallas, la fabricación de coches estadounidenses que, en opinión de todos, había perdido calidad en los últimos años. Completamos sin novedades el resto del viaje de regreso después de haber reparado el radiador, si bien Lena expresó su deseo de encontrar una bonita chimenea delante de la cual pudiéramos hacer el amor. Idea que encuentro excitante y al mismo tiempo un tanto peligrosa. 20 de agosto, 2 de la madrugada Me ha telefoneado la madre de Lena para decirme que su hija ha acudido voluntariamente a un hospital para someterse a tratamiento psiquiátrico. 2 de agosto, 4 de la tarde Hoy he ido a ver a Lena. Parecía alegre, contenta, y en general, normal. Hablamos durante media hora sobre infinidad de temas. Tendría una mejor impresión de la visita si hubiera recordado quién soy. 1 de septiembre, 5 de la tarde Hoy han dado el alta a Lena. La vi un instante cuando subía al coche de sus padres. Al parecer, me toma por su hermano Todd. No entiendo qué pasa con las mujeres que elijo, pero todas han resultado un desastre. Lo único que me queda ahora es rezar para que Lena vuelva a ser la persona vital que conocí y para que yo pueda gozar de mayor suerte de la que tuve hasta ahora en mis relaciones. 15 de septiembre, 3 de la madrugada

He llegado a la conclusión de que soy víctima de una forma de maldición que recuerdo haber visto en ciertos individuos dolientes que conocí durante los viajes que hice después de la escuela secundaria. Soy consciente de que la mente occidental no se permitirá creer en nada fuera del mundo de los hechos. Pero estoy convencido de que todas las relaciones desastrosas que he tenido no han sido producto de la casualidad. He de buscar un sanador. 1 de octubre, 8 de la tarde No creo que los católicos tengan demasiada idea de cuál podría ser mi problema. Me he pasado varias horas en compañía de un sacerdote que sugirió que padecía de una forma agua de culpa producida por pensamientos impuros. Para resolverlo, me sugirió que me convierta al catolicismo, que me suscriba al diario parroquial por 16,50 dólares al mes. Le pregunté si no existía una solución menos cara a mi problema y me contestó que la salvación se parecía mucho a la propiedad inmobiliaria, y que si quería un terreno barato que no mantuviera su valor a largo plazo, debía hablar con los protestantes. 9 de octubre, 7 de la tarde Me dirigí a los protestantes. Su periódico cuesta 17 dólares al mes y acusaron a los católicos de utilizar papel barato. No he encontrado respuestas. 15 de octubre, 1 de la madrugada Conocí a un hombre santo musulmán que me dijo que debía haberme dirigido a él en primer lugar porque después de haberme expuesto a católicos y protestantes ya nada podía hacer por mí. 30 de octubre, 4 de la madrugada Me he pasado casi toda la noche en compañía de un hombre santo de la tribu de los indios sioux. Cuando le hablé de mi problema, se echó a reir. Me dijo que era el mejor chiste que le habían contado en mucho tiempo, y que le recordaba a un caballo que su hermano había tenido cuando era pequeño; el animal tenía tanto miedo a romperse una pata en el nido de una ardilla de tierra que sólo cabalgaba por los caminos y que al final acabó arrollado por un camión. Creo que me siento mucho mejor, aunque no estoy del todo seguro del por qué. 5 de diciembre, 6 de la tarde Esta mañana, en el edificio de biología encontraron tres dedos. Al parecer, pertenecen a un hombre, probablemente dedicados a tareas manuales a juzgar por el vello, los callos y la mugre que tenía debajo de las uñas. Tuve ocasión de examinarlos durante varios minutos antes de que llegara la policía para hacerse cargo de la investigación. IV “Dale y yo fuimos a una feria del trabajo celebrada en el centro cívico. Creo que era sábado porque recuerdo que a la mañana siguiente me desperté en una iglesia.

Según recuerdo, visité casi todas las empresas de electrónica que tenían un stand porque me había tomado un ácido y me atrajeron muchísimo sus expositores llenos de cables y luces multicolores. “Creo que Dale pasaba por una de esas épocas en las que buscaba algo a lo cual poder aferrarse. La universidad había dejado de ser un reto. Lo de las mujeres nunca le había salido bien. Creo que cuando vio el stand del FBI en él se encendió una chispa que había estado ardiendo sin llama durante mucho tiempo. “Lo que nunca logré dilucidar de aquella tarde fue cómo acabé alistándome en el ejército.”. HOWARD TELLER Amigo de la universidad CAPITÁN DEL EJÉRCITO DE LOS EE.UU.

18 de diciembre, 2 de la madrugada Tengo la impresión de que Howard ha cometido un gran error. No creo que entendiera lo que eran realmente esas pantallas de radar. Aquí, sentado en mi habitación, noto que se ha avivado en mí un fuego que estos últimos años había estado perdido. Pasé más de una hora en compañía de un agente especial en el stand del FBI. Se llama Windom Earle, es un hombre de una inteligencia poco común. Después de charlar con él, me doy cuenta de que he tratado de entender el mal intelectualmente para no enfrentarme a él cara a cara. 20 de diciembre, 7 de la tarde Howard está muy deprimido. Le contó a sus padres que se había alistado en el ejército y han dejado de pagarle los estudios. Mañana me voy a casa a pasar una Navidad tranquila con papá. 25 de diciembre, 11 de la noche Recibí carta de Lena. Se ha casado con su novio de la escuela secundaria de Hershey. Se disculpa por su falta de equilibrio en los meses que pasamos juntos, pero según ella, ahora que los médicos han dado con las dosis correctas, se encuentra mucho mejor. Intentaré visitar a varios de los miembros de la pandilla de la calle Veinticuatro que me robaron la grabadora cuando tenía trece años. Así podré efectuar un seguimiento de su evolución. He localizado al primer individuo; trabaja en un garaje, no lejos de su antigua guarida. Mañana iré a verlo. 26 de diciembre, 4 de la tarde Estoy delante del taller de planchistería de Don y Jim, donde he quedado con Ted, el ex ladrón de grabadoras. Esta zona ha cambiado muy poco desde que yo era pequeño. El tiempo no parece haber influido en ella. Las mismas tiendas, los mismos comerciantes. Me resulta interesante pensar que en ese tiempo a mí me hayan pasado tantas cosas. ¿Es posible que cierta gente viva toda una vida sin experimentar cambio alguno?

Creo que Ted viene hacia aquí. 26 de diciembre, 6 de la tarde En mi arrogancia, supuse que la geografía era necesaria para que las vidas recorriesen muchos caminos. Qué equivocado estaba. Ted se ha pasado gran parte de los últimos siete años en la cárcel, en una celda del tamaño de un dormitorio pequeño. Sin embargo, en toda mi pretendida experiencia, nunca me he visto obligado a enfrentarme a la brutalidad de la verdad del modo que le ha ocurrido a él. En la cárcel, condenado por homicidio a los dieciséis años, fue violado, embrutecido, acuchillado. Ahora está casado, tiene dos empleos y estudia para contable. Le pregunté si hubo un momento decisivo que contribuyó a cambiarle la vida. Recordaba que durante su primer año en la cárcel había visto una tormenta de nieve. “Caían unos copos enormes”, me dijo. “De esos que a los niños les encanta coger con la lengua.” Momentos antes, ese mismo día, lo habían violado tres veces. Mañana iré a ver a otro miembro de la pandilla. 27 de diciembre, 8 de la mañana Hace frío y el día está gris. He de reunirme con otro miembro en la esquina donde me encuentro ahora. Hay un gran… un momento… creo que he cometido un gran error… Maldita sea. 27 de diciembre, 11 de la noche El segundo miembro de la pandilla todavía sigue en activo. Hablo desde la cama de un hospital, donde descanso cómodamente después de recibir un golpe en la cabeza. Los médicos dicen que me pondré bien pero quieren tenerme una noche en observación. Los acontecimientos del día tal como los recuerdo fueron así. A eso de las ocho de la mañana, el sujeto de mi investigación apareció en un sedán último modelo acompañado por dos de sus compañeros de viaje. Cuando presentí que quizá había cometido un grave error de juicio, intenté escapar por un callejón para dar un paseo por la ciudad. Fue entonces cuando recibí el primer golpe en la cabeza. Muchos de los acontecimientos ocurridos después son, en el mejor de los casos, breves pantallazos. Recuerdo a una mujer de origen latino que cantaba y agitaba una campanita. Recuerdo claramente que me golpearon unas cuantas veces más. El olor a limón. Una botella que se rompía. Y la palabra joder utilizada con bastante frecuencia. Tampoco está muy claro cómo logré escapar. Creo que dos de los miembros de la pandilla empezaron a pelear con cuchillos. Me parece recordar que oí a alguien gritar “Pínchalo”, y a otro “Hasta el fondo”. En ese punto, la mujer latina me llevó a otra habitación donde empezó a bailar en círculos y a patearme con un zapato dorado de tacón alto. Aunque creo firmemente que pegarle a una mujer no es nada ético, hay que hacer algunas excepciones. Creo que la miembro de la pandilla entró en la habitación cubriéndose con un trapo la cuchillada que tenía en la mejilla, entonces lo golpeé en la oreja con un objeto grande y redondo que no puedo identificar. Es increíble las vueltas que da la vida, pero en el preciso instante en que mi segundo secuestrador se desplomaba, me di cuenta de cuánto podría llegar a compensarme una carrera en la

policía. Sin embargo, como no quería echar a perder algo bueno, salté por una ventana y eché a correr con toda mi alma. No sé muy bien cómo llegué al hospital, aunque la imagen de una luz muy brillante y el sonido del viento parecen grabados a fuego en mi mente. Me zumban los oídos y estoy muy cansado. 28 de diciembre, 11 de la noche Papá me ha traído a casa y me sorprendió preparándome un pastel de fruta. Intenté telefonear al agente especial Earle para pedirle que me enviara los papeles de la solicitud, pero estaba fuera y no logré comunicarme con él. Estoy casi seguro de que ahora voy en la dirección correcta. La cabeza la tengo mucho mejor. 1 de enero de 1976, 1.30 de la madrugada Papá está en quiebra. Le dio vueltas a la idea de imprimir su propio dinero, pero logré convencerlo de que no lo hiciera. Sus acreedores le dieron a elegir entre entregar la imprenta o entregar la casa. Después de la segunda botella de champán dijo que ha decidido entregarles la casa. En este momento, mis emociones son muy confusas. La sensación de pérdida es tan real como la que sentí al morir mi madre. Creo que papá se mudará a un pequeño apartamento que hay encima de la imprenta. Me ha pedido que revisara mis cosas y decidiera qué me voy a quedar y qué voy a dejar. 1 de enero, 3 de la tarde He tomado las siguientes decisiones con respecto a la disposición de mis bienes terrenales. Me quedaré con: el martillo, el juego de destornilladores, la foto y la carta de J. Edgar Hoover, la foto de Efrem Zimbalist, una mochila, una cortaplumas, una botas, varias piedras redondas, la foto de papá y mamá, el manual del explorador, unas cerilla sumergibles, una postal de béisbol de Dike Snyder, una brújula, una botella de leche, cinta aislante, mis trajes, varias prendas de vestir para distintos cambios de clima, una mapamundi, un ejemplar de MobyDick, una foto pequeña de Marie y un sombrero abrigado. Creo que no se me ha olvidado nada. Estos objetos cubrirán de lo más bien cualquier contingencia con la que pueda toparme en el futuro, tanto emocional como física. 30 de enero, 1 de la tarde He ayudado a papá a mudarse al apartamento que hay encima de la imprenta. Quitó uno de los toldos de aluminio que había en la fachada de la casa y lo colgó encima de su cama. El banco se ha llevado el resto. Me siento como si me hubiera hecho a la mar sin un puerto al que volver… Por extraño que parezca, esto puede resultar muy liberador. 10 de febrero, 2 de la madrugada Estoy haciendo los finales para graduarme lo antes posible. Los papeles para la solicitud de ingreso en el FBI están listos y pienso enviarlos en cuanto obtenga el título.

Me siento completamente centrado. Noto que el sexo invade mis pensamientos sólo dos o tres veces al día en vez de cada hora como era normal que me preocupase antes. A DALE TODAVÍA LE FALTABA UN AÑO PARA ALCANZAR LA EDAD EXIGIDA PARA INGRESAR EN EL FBI. DURANTE EL AÑO SIGUIENTE SÓLO EFECTUÓ DOS GRABACIONES. SE DESCONOCE SU PARADERO EXACTO DURANTE ESTE PERÍODO. Agosto No estoy seguro del día. Ojalá me hubiera traído un par de zapatos de goma. Febrero 1977 El mal tiene cara.

CUARTA PARTE I

10 de junio de 1977, 7 de la tarde Filadelfia. Mañana haré el examen escrito para ingresar en el FBI. 11 de junio, 4 de la tarde Según la gente del FBI terminé el examen escrito en un tiempo récord. El próximo paso es una entrevista que me harán dos agentes especiales y un control de antecedentes. 20 de junio, 5 de la tarde He completado la entrevista. La discusión se centró en hechos reales y filosóficos. Los dos agentes quedaron muy impresionados al ver mi foto autografiada del señor Hoover. 10 de julio, 7 de la tarde Todos los sistemas funcionan. He de presentarme en la Academia del FBI de Quantico, Virginia, el primero de septiembre. Emplearé el tiempo que me queda para irme a los Poconos a prepararme en cuerpo y espíritu. 29 de julio, 1 de la madrugada

Me he pasado la velada escuchando a un comediante judío muy malo para fortalecerme mentalmente en previsión de las pruebas que me aguardan. Mañana me internaré en el bosque con los cerillas, un cuchillo, un trozo de cordel y un clip para papeles.

31 de julio, 9 de la noche Las estrellas están más brillantes que nunca. He tomado una cena estupenda preparada con setas silvestres, verduras y una trucha que pesqué con el clip para papeles. Una manta de pinaza me mantendrá abrigado durante toda la noche. Ahora empiezo a comprender que mi vida y todos sus acontecimientos al parecer inconexos han estado apuntando hacia el rumbo que ahora llevo. No debo aceptar ni aceptaré nada menos que el éxito total en la misión que estoy a punto de emprender. Ayunaré las próximas veinticuatro horas; después, empezará mi viaje. 1 de agosto, 9 de la noche Me apetecería muchísimo tomarme una buena ración de tarta. 15 de agosto, 3 de la tarde Pasaré unos días con papá antes de dirigirme a Virginia. Al parecer, su negocio empezó a reflotar desde que vendió el stock sobrante de mapas de la luna a Nacional Geographic. He recibido carta de Emmet, mi hermano. Dice que soy una herramienta del stablishment y que me pudriré en el infierno… Me alegré de recibir noticias suyas. 1 de septiembre, 10 de la noche Quantico, Virginia. Al llegar, me tomaron juramento junto con el resto de la clase. Por la mañana, comenzaré la instrucción sobre procedimientos legales, preparación física y armas de fuego. Un comentario sobre el campus. No podría imaginarse un marco más sereno y ordenado que la campiña de virginia para luchar contra el mal. Durante las próximas catorce semanas tendré como compañero de cuarto a John Lewis, de Kentucky, y, según sospecho, un buen tirador. Imagino que estará entre los que luchen por los primeros puestos. 10 de septiembre, 11 de la noche No me equivoqué con respecto a la puntería de John. El instructor y él casi sacan más puntos que yo con la pistola de pie, en posición de combate, hasta que me di cuenta de que el arma que utilizaba tenía un defecto en la forma en que la bala rotaba dentro del tambor. Después de los ajustes pertinentes, completé la vuelta con seis dianas seguidas. 12 de septiembre, 9 de la noche

Los delitos se clasifican en tres categorías: pasionales, por dinero, por locura. El primer paso para resolver un crimen consiste en determinar dentro de qué categoría se encuadra el caso. Los delitos pasionales y por dinero son los más sencillos de identificar. Los móviles están claros. El delito que resulta de la locura constituye un asunto bien diferente. Puede manifestarse, y con frecuencia se manifiesta, como cualquiera de las otras dos categorías. No hay mente más centrada que la que ha creado su propia realidad. Por ese motivo, es el criminal loco al que hay que temerle más que ningún otro. En la locura no hay matices grises. Es una forma absoluta de la verdad tergiversada. 14 de septiembre, 11.30 de la noche Hemos investigado la escena de nuestro primer crimen simulado que intentaré reconstruir. La escena: la habitación de un motel donde se creía que tenían a la víctima de un secuestro. Al entrar, no se encuentra a nadie. La cama estaba deshecha y al parecer en ella había dormido una persona, un hombre de cabello corto, castaño. Las fibras halladas en la alfombra me sugirieron que la víctima había sido atada a una silla, donde la habían alimentado con patatas fritas… cuya presencia detecté por el leve olor a grasa animal y varias manchas de grasa en la alfombra donde al parecer habían posado las patatas. Creo que fue la última comida que tomó la mujer. Opinión no compartida por ninguno de mis compañeros. Los indicios del asesinato, según creo, pueden encontrarse en la almohada y la cama. Aparte de los pelos cortos, de color castaño, del secuestrador, en la almohada se encontraron varios agujeritos que sólo pudieron ser hechos por los dientes de alguien que era ahogado. Creo que las pruebas de laboratorio descubrirán restos de saliva en la funda de la cama y de orina en el cubrecama, donde la víctima, al ser atacada, perdió el control de la orina. Mañana nos darán los resultados de nuestros análisis y su precisión. 15 de septiembre, 9 de la mañana He acertado. 20 de septiembre, 9 de la noche Disparar con una ametralladora es una experiencia solemne. 22 de septiembre, 10 de la noche He estudiado el historial de Eugene L. Motts, un experto en extorsiones que se habría largado con tres millones de dólares de no haber cometido un error. Le compró flores a su mujer. Se trata de algo que a ella le pareció tan impropio de él que empezó a sospechar de que tenía otra, por lo que contrató a un detective privado para que lo vigilase. El detective no encontró a ninguna mujer, sino el armario lleno de dinero en la consigna de una estación de autocares. Moraleja: al investigar un crimen nunca hay que pasar por alto los cambios de comportamiento por pequeños que éstos sean. 25 de septiembre, 7 de la tarde

Me he pasado la tarde en la clase de Tácticas de Defensa y Entrenamiento Físico. Estoy adquiriendo bastante práctica en ser tirado contra la pared por el instructor. 25 de septiembre, 11 de la noche. Hay una mujer en la clase. Se trata de una persona con gran empuje, belleza y una puntería extraordinaria. Mañana la tendré como compañera en la simulación de una batida para rescatar a un rehén. 26 de septiembre, 11 de la mañana Los acontecimientos de la última hora me obligan a examinar si he tomado una decisión correcta ingresando en la academia. No hay nada tan grave como que tu compañero muera en acción. Si ésta no hubiese sido una simulación, la agente Robin estaría muerta y yo sería responsable. 26 de septiembre, 11 de la noche He repasado una y otra vez los acontecimientos de esta mañana siempre con los mismos resultados. Mi atracción por Robin me nubló el juicio, perdí el control de la situación y como consecuencia de ello se produjo un enfrentamiento armado en el que mi compañera habría perdido la vida. Jamás volverá a bajar la guardia por una debilidad personal. Me pasé varias horas sentado y solo en el salón del honor donde se rinde homenaje a los agentes muertos en acción. Cuando me disponía a marcharme, descubrí que no estaba solo. Robin también estaba allí. La atracción que sentimos es mutua. Pero dadas las circunstancias, los dos sabemos que no podemos hacer nada. No es el momento ni el lugar adecuado. DALE EFECTUÓ SÓLO UNA GRABACIÓN MÁS DURANTE SU PERIODO DE ADIESTRAMIENTO EN LA ACADEMIA. 25 de noviembre, 1 de la madrugada He cenado pavo con algo que parecía salsa, relleno, puré de patatas y una cosa verde que ni las mejores lumbreras del FBI lograron identificar. El pastel de calabaza fue una verdadera decepción. II 11 de diciembre, 3 de la tarde Habla Dale Cooper, agente especial del FBI. Me siento tan orgulloso y realizado como no me había sentido nunca en mi vida. Grabo en una nueva grabadora de bolsillo que papá me regaló como regalo de graduación. Robin me ganó de mano y la nombraron para pronunciar el discurso de la academia, con lo que se convirtió en la primera agente femenina a la que le otorgan esa distinción. Logró desbancarme gracias a su maestría en el manejo de la ametralladora. Mañana sabrá adonde me destinarán.

12 de diciembre, 10 de la mañana Ya conozco mi destino. Dentro de una semana he de presentarme en la oficina de Pittsburg, donde formaré parte del equipo dedicado a la investigación de delitos violentos. Me he despedido de la infinidad de nuevos amigos que he hecho. Robin irá a San Francisco, a trabajar con la brigada antidrogas. Dimos un largo paseo por la pista de tiro y disparamos varias descargas cada uno; empatamos. En otra época y en otro momento, las cosas podrían haber sido diferentes. Por ahora, un beso muy memorable y seis descargas de nuestras armas de servicio son todo lo que guardaremos como recuerdo. Espero que no le ocurra nada y que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en otro momento. 18 de diciembre, 8 de la tarde. Pittburgh, Pennsylvania. He alquilado un pequeño apartamento encima de una panadería. Para despertarte no hay nada como el aroma de los donuts recién hechos. Mañana me presento en la oficina. El revólver está limpio, la insignia lustrada y el traje planchado.

QUINTA PARTE I

“Recuerdo el día que conocía a Cooper porque tenía el revólver más limpio que había visto en mi vida”. ALDO SMITH AGENTE ESPECIAL DEL FBI

19 de diciembre de 1977, 9 de la noche Jamás había pensado que el delito generara tanto papeleo. Me pasé mi primer día de trabajo tras un escritorio, repasando montañas de basura que dejó el último agente que ocupó mi puesto. Me decepciona no haber llevado a nadie ante la justicia en mi primer día. Me han puesto una secretaria. Se llama Diane. Creo que su experiencia me resultará sumamente útil. Parece un cruce interesante de santa y cantante de cabaret. POR MOTIVOS DE SEGURIDAD, LAS GRABACIONES SELECCIONADAS DE TODA LA CARRERA DEL AGENTE COOPER DEL FBI HAN SIDO SOMETIDAS A CENSURA. 10 de enero de 1978, 11 de la mañana

Acaban de informarme que ha habido un secuestro en la ciudad de Perrysville. Creo que éste es real, mi primer caso. 10 de enero, 1 de la tarde Diane, estoy ante una mantita amarilla con un estampado de elefantes. Se encuentra en el suelo, delante de la ventana a través de la cual sacaron de su casa a la pequeña Chis Roe, de ocho años. Todavía no se han recibido mensajes pidiendo rescate. Y en la casa no hay nadie que recuerde haber oído anoche nada fuera de lo normal. En la nieve, delante de la ventana, hemos encontrado dos pares de huellas. Uno pertenece a botas de trabajo de suela rizada, el otro, a unos mocasines baratos. El rastro se adentraba camino abajo unos cuatrocientos metros donde encontramos las huellas de un coche con neumáticos muy gastados. No hay huellas digitales; la única prueba física de los secuestradores es la colilla de un cigarrillo que alguien fumó al llegar al coche. Ésos son los hechos. Lo que no te dicen es que por más adiestramiento que recibas nunca estarás preparado para la realidad de este tipo de crímenes. 10 de enero, 5 de la tarde Diane, en la nieve, cerca de donde encontramos la colilla, había un bigotito negro. No es mucho, pero al menos es un comienzo. 10 de enero, 11 de la noche Diane, espero que no le importe que me dirija a usted en estas grabaciones si bien está claro que hablo conmigo mismo. El saber que tengo a mi lado a una persona con su agudeza de ingenio me reconforta. La casa de los Roe está tranquila. Esperamos la llamada telefónica que sabemos que hemos de recibir. 11 de enero, 9.30 de la mañana Diane, he pasado esta larga noche sin novedad alguna. 11 de enero, 11 de la mañana Diane, he descubierto que el tabaco del cigarrillo hallado cerca delcoche en el que huyeron tiene un origen poco común. He localizado dos estancos en los pueblos de alrededor y ahora me dirijo hacia allí. Los secuestradores todavía no se han hecho oír. 11 de enero, 1 de la tarde Diane, estoy delante del estanco y librería de Petrini. Le ruego que revise las cuentas bancarias del propietario, Steven Petrini, para comprobar si pasa por apuros económicos. Mi instinto y su bigote negro me dicen que sí. Además, enviaré un poco de tabaco al laboratorio para comprobar si es el mismo. 11 de enero, 3 de la tarde

Diane, no cabe duda de que nuestro librero es uno de los secuestradores. El tabaco coincide. He hecho intervenir su teléfono y espero que den el siguiente paso. Al parecer, su cómplice es un apicultor llamado Tess, muy aficionado a la lectura. En la última hora ha estado en la tienda cuatro veces. 11 de enero, 6 de la tarde Han dado el siguiente paso, Diane, y piden 100.000 dólares. Según parece, la venta de libros de poemas ya no es lo que era. Ahora sólo nos queda saber dónde se encuentra la niña y si está viva. El padre deberá entregar el dinero en un lugar que le será indicado por radio de onda corta, y luego le darán instrucciones para encontrar a su hija. 11 de enero, 7 de la tarde Espero. 11 de enero, 7.15 de la tarde Todas la unidades entran en acción, se han producido disparos en el estanco. Voy a buscar a la niña. 11 de enero, 11 de la noche Diane, hoy he visto cosas que ningún hombre debería ver. La niña está sana y salva, pero ningún niño debería pasar por lo que ella ha pasado. Sólo podemos imaginarnos los recuerdos que la perseguirán durante el resto de su vida. La encontré encadenada a un árbol, era como un animalito asustado y con frío. Aparte de haber estado a la intemperie, no le habían hecho ningún daño físico. El tiempo dirá cómo cicatrizarán sus otras heridas. Los monstruos que han hecho esto están detenidos. Tendrán mucho tiempo para enterarse donde pasarán los próximos veinte años. Yo esperaba, Diane, que resolver con éxito mi primer caso me produciría una sensación de satisfacción incomparable a nada de la que me ha ocurrido en la vida, exceptuando quizá el momento que pasé con una estudiante de Bryn Mawr en una barbacoa de la facultad. Lo triste es que me siento vacío. La visión de esa niña asustada encadenada como un animal está demasiado fresca en mi mente. Quizá mañana me permita un momento de satisfacción… Quizá no. Buenas noches, Diane. 20 de enero, 3 de la tarde Diane, le ruego envíe un comunicado interno al departamento de compras relativo al café que suministran en estos momentos al Bureau. Hasta que llegué a esta oficina nunca había encontrado un solo grano que no me gustara. Me pregunto de qué almacén de excedentes del gobierno han rescatado esta mezcla y en qué guerra la requisaron. 4 de febrero, 10 de la mañana

Diane, me encuentro en el sótano de un edificio de vecindad abandonado. El suelo es de tierra. Se ve una fila de algo que parecen tumbas recién hechas. De una de ellas sale una mano. Parece de mujer y en el anular lleva un delgado anillo de plata. Los del Departamento Forense vienen hacia aquí para comenzar las excavaciones. Me doy cuenta velozmente de que la realidad le saca mucha distancia a la peor de mis imaginaciones. 4 de febrero, 11 de la mañana Diane, ¿qué sabe de un agente llamado Albert Rosenfelt, y por qué es tan airado? 4 de febrero, 8 de la tarde Hay tres cuerpos, Diane. Todos parecen de mujeres cuyas edades oscilan entre los dieciséis y los treinta años. La causa de la muerte aún no ha sido establecida. Quienquiera que hay hecho esto, Diane, no debe de ser del todo humano. 5 de febrero, 1 de la madrugada Me temo que la fuerza que está en acción aquí es la misma que encontré mientras estaba en Haverford. No he comentado esto con nadie. Reconocer que el mal existe como ente que escapa a nuestra comprensión de la vida no es la política oficial del Bureau. ESTE CASO PERMANECE ABIERTO, POR TANTO, QUEDAN RETENIDAS TODAS LAS GRABACIONES RELACIONADAS CON ÉL.

II

3 de abril, 10 de la noche Mañana llega un nuevo agente especial que se pondrá al frente de la oficina de Pittsburg. Se llama Windom Earle. Creo que ya nos hemos conocido en otra ocasión. 4 de abril, 2 de la tarde Para sorpresa mía, el agente Earle se acordaba de nuestro encuentro en la feria de trabajo. Me ha dicho que ha seguido mi evolución desde que ingresé en la academia y que no se siente decepcionado. Tengo la impresión de que aprenderé mucho de este hombre. 16 de abril, 7 de la mañana

El señor Baldini, propietario de la panadería de abajo, se ha tomado por costumbre dejarme cada mañana una caña de crema. Debo acordarme de comprarle a su mujer una salchicha bien grande. 1 de mayo, 2 de la tarde Diane, me encuentro delante del Eastern Savings and Loan. En el interior hay dos sospechosos que retienen a un número no determinado de rehenes. En la acera, delante de la puerta, hay un policía muerto. Estamos preparados para actuar si… ¡Un disparo! ¡Maldición! 1 de mayo, 11 de la noche Diane, en estos momentos me gustaría muchísimo no ser un representante de la ley. Me gustaría encontrarme en un prado en las alturas del Himalaya viviendo pura y exclusivamente al día. Hoy me he cobrado una vida. Los hechos ocurrieron así. Dos sospechosos que retenían a seis rehenes quedaron encerrados en un despacho del interior del banco. Nosotros estábamos apostados en la parte trasera, adelante y en las puertas que daban al tejado del edificio. Un policía estaba tendido, sin vida. Por razones todavía no aclaradas, uno de los sospechosos apuntó con su arma a la cabeza del presidente del bando y le disparó el cargador provocándole la muerte instantánea. Entonces reaccionamos. Yo formaba parte del equipo de entró por la puerta trasera. El equipote la puerta delantera tuvo que retroceder debido a la profusión de disparos de los sospechosos. El equipo del tejado se vio bloqueado por una puerta antiincendios en el interior del edificio y no logró completar su parte del asalto. Windom y yo fuimos los dos únicos agentes que entramos sin resistencia. Me topé con uno de los sospechosos cuando salía de la oficina disparando una pistola en dirección a la puerta delantera. Mi informe escrito dice que se le ordenó detenerse y tirar el arma. No lo hizo. Disparé dos tiros con mi fusil reglamentario; los dos le dieron en el pecho. El sospechoso hizo un disparo al suelo y se desplomó. El otro sospechoso se rindió sin ofrecer más resistencia. Cuando ingresé en el Bureau nunca tuve la intención ni fue mi objetivo quitar vidas, sino más bien protegerlas y salvarlas. He atravesado un puente para el que por más adiestramiento que se reciba, nunca se está preparado, e ignoro hacia dónde conduce ese puente. Como es habitual cuando se utiliza la fuerza y alguien muere, me han dado varios días de permiso para que pueda enfrentarme a los hechos. Windom me ha invitado a su casa a cenar y a jugar una partida de ajedrez para mañana. Telefoneé a papá y le conté lo ocurrido. Le noté una cierta tristeza en la voz. Sabe que ahora pertenezco a un club al que ninguna persona con sentimientos desearía pertenecer. No tenía palabras para mí, porque sabe que no existen palabras que describan mis sentimientos en estos momentos. 2 de mayo, 9 de la mañana He recibido flores de Diane y un surtido de media docena de donuts del señor Baldini. He dormido muy mal; me pasé toda la noche sintiendo el culetazo del fusil en el hombro. 2 de mayo, 11 de la noche

Tengo muchas cosas que aprender en ajedrez. Windom me ganó en siete movimientos. Caroline, su esposa, es una mujer admirable. En un momento que quedamos a solas me habló de la primera vez que Windom se vio obligado a utilizar su arma; me dijo que esperaba que no permitiese que afectara mi vida como había afectado a la de Windom. Me pregunto qué habrá querido insinuar. 12 de mayo, 3 de la tarde Cumpliendo las normas establecidas para casos como éste, hoy me he pasado una hora con un psiquiatra del Bureau para hablar del incidente. Tengo la firme sospecha de que ese hombre fue un niño emocionalmente aislado y que a lo mejor se crió en una cueva con animales. 15 de mayo, 11 de la mañana Me han puesto a hacer trabajos de oficina sin posibilidades de zafarme en el futuro inmediato. Quizá cometí un error al sugerirle al psiquiatra que se reconciliara con su padre y dejara de echarle la culpa a su madre por la atracción que siente hacia otros hombres. 10 de junio, 1 de la tarde Creo que he encontrado mi primer misterio realmente insoluble. ¿Cómo hacen para meter los copitos de nieve dentro de los pisapapeles? 2 de julio, 3 de la madrugada Diane, creo que acabo de despertar de un sueño que me temo sea algo más que sinapsis al azar que descargan sus electrodos en mi subconsciente. En el sueño, un hombre sin piernas está sentado delante de mí, en una silla verde. Durante un momento no dice nada, después empieza a reírse y me dice que no puede correr que Eso está justo detrás de mí y que me va a atacar. Después me desperté al oír gritos. La pregunta entonces sería ¿qué es Eso y cómo lo detengo? 15 de julio, 9 de la mañana Me han liberado de la esclavitud del trabajo de oficina. Parece ser que el psiquiatra del Bureau descansa cómodamente en cuidados intensivos después de haber encendido el horno con la cabeza dentro. Me he enterado de que estoy de vuelta en la calle gracias al Windom. Seremos compañeros. La imagen del hombre sin piernas y sus palabras se niegan a soltarme. 28 de julio, 5 de la tarde Diane, me encuentro de pie, ante el cuerpo de un hombre de unos treinta años. Tiene las muñecas atadas detrás de la espalda y parece ser que le han disparado una vez en la nuca. Le han cortado las manos, aplastado los dientes y destrozado la cara. Tal vez no sepamos nunca quién era y a qué se dedicaba. Parece obra del crimen organizado. 1 de agosto, 9 de la noche

Diane, acabo de recibir una llamada de Windom. Ahora me dirijo a reunirme con él en una zona frecuentada por figuras del crimen. Su voz tenía un tono que nunca le había oído antes. Esto no se encuadra en los procedimientos corrientes del Bureau, pero me siento oblidado a rendirme a los años de experiencia de Windom. 1 de agosto, 11 de la noche Diane, he encontrado el coche de Windom. A él no lo veo por ninguna parte. Voy a entrar en un edificio abandonado… Esto me da muy mala espina… Entro por un agujero que hay en el costado del edificio… giro por lo que queda de un pasillo, en dirección a unas escaleras… Hay algo allá arriba… Diane, en lo alto de la escalera he encontrado el documento de identidad de Windom… seguiré adelante… 2 de agosto, 1 de la madrugada Diane, a eso de las 11.10 de la noche, llegué a una puerta en la que había dibujada con tiza una X bien grande. Al entrar, vi que la habitación estaba vacía salvo por dos cosas. En el centro del cuarto, en el suelo iluminado por un haz de luz de luna que entraba por un agujero de la pared había dos manos cortadas. Supongo que pertenecen a… un momento. Adivinar es sinónimo de suponer. Las pruebas de laboratorio determinarán si pertenecen al cuerpo descubierto el día 28. Si así fuera, sin duda las han mantenido refrigeradas, porque no parecen muy afectadas por los efectos degenerativos de la decomposición. No hay señales de Windom. 2 de agosto, 3 de la madrugada Diane, acabo de marcharme de la casa de Windom después de una larga conversación con Caroline. Según ella, ayer a las siete de la tarde, Windom recibió una llamada telefónica. Poco después, se marchó diciéndole a Caroline que no lo esperara levantada. Quién lo llamó y para qué es algo que no le dijo a su mujer. He notado que mi capacidad para dar consuelo y apoyo es muy escasa. No pude decirle a Caroline nada que la ayudase a hacer frente a la incertidumbre que le produce la desaparición de su marido. Pero es fuerte, y creo que es una mujer realmente admirable. 2 de agosto, 8 de la mañana Diane, ha aparecido otro cadáver. En las mismas circunstancias. Las muñecas atadas a la espalda, las manos cortadas, los dientes destrozados, y una bala en la cabeza. Los informes del laboratorio sobre el otro cadáver hablan de un hecho muy inquietante. Las heridas de la cara y el corte de las manos fueron hechos mientras la víctima estaba aún con vida. Fue torturado. Las huellas de las manos cortadas pertenecen a Louis Dante, un personaje menor del crimen organizado de la zona de Pittsburg, con condenas por extorsión e intento de asesinado. Dentro de unas horas sabremos si las manos y el cuerpo tuvieron algo que ver entre sí. Apostaría que sí. Windom debió de estar a punto de descubrir algo. Me gustaría muchísimo saber quién le telefoneó anoche a su casa. Estoy muy preocupado por su integridad física.

2 de agosto, 9 de la noche Hace veinticuatro horas que Windom ha desaparecido. Diane, cada hora que pasa, el destino de Windom está más dudoso. He hablado con Caroline. Trata de afrontarlo como… (se oye sonar un teléfono), disculpe… me han pedido que vaya a una barcaza abandonada que hay en el río Ohio. He de ir solo. No sé qué me esperará allí. 2 de agosto, 11 de la noche Estoy de pie, en la sombra de una grúa. Abajo, medio sumergida en el río, está la barcaza. En el centro, bajo la tenue luz de la luna, se ven dos objetos blancos… son dos manos cortadas a la altura de las muñecas igual que las otras. Sin embargo, hay una diferencia. Una de ellas sujeta un cuadradito de cartón negro y la otra un cuadradito de cartón blanco, cuyo significado ignoro por el momento. Diane, ¿a qué clase de juego están jugando aquí? 3 de agosto, 10 de la mañana. Ha llegado el director suplente de la División de Investigación Criminal para supervisar este caso. Se llama Gordon Cole. Al parecer tiene problemas de oído y un par de cuerdas vocales de una fuerza inusitada. Repasé el caso con él, las direcciones en las que nos movemos, y después de darnos su aprobación, cogió el avión par Washington tan deprisa y con el mismo alboroto con que vino. 3 de agosto, 4 de la tarde Caroline ha recibido un mensaje de Windom. Voy hacia allá. 3 de agosto, 5 de la tarde Diane, a las cuatro menos dos minutos de esta tarde, Caroline recibió una llamada telefónica. La voz apenas se oía, pero está segura de que era Windom. Sólo le dijo dos palabras y las repitió una vez: “Me hundo, me hundo”. Después, se cortó la comunicación. El origen de la llamda no está claro, Sin que Caroline se enterara, hice intervenir la línea, pero la llamada fue tan breve que lo único que pudimos establecer fue que provenía de esta zona en las que hay este mismo código. Como era de esperar, Caroline está muy preocupada. No obstante, es muy fuerte y mi admiración por ella aumenta con el paso de las horas. Temo que si no logramos encontrar pronto a Windom quizá no sobreviva. 3 de agosto, 7 de la tarde Ha sido identificada la segunda víctima. Era Jimmy Lester, un ladronzuelo con una larga lista de detenciones. Se desconoce la relación entre ambas víctimas. No existen pruebas de que hubiesen tenido tratos, ni ningún contacto en el mundo del crimen. Uno de ellos era un ladrón de poca monta y el otro un guardaespaldas del crimen organizado. 4 de agosto, 10 de la noche

Centro Médico. A las 9.30, Windom entró andando en el despacho y se desplomó. Las respuestas sobre sus movimientos en estos últimos tres días habrán de esperar a que recupere las fuerzas. En estos momentos está en reposo y bajo severa observación. Para saber si ha sufrido algún daño permanente habrá que espera a mañana. Caroline espera a su lado, igual que el Bureau. Sé que hay una respuesta para este rompecabezas. Dos criminales asesinados, manos cortadas, un cuadrado negro, un cuadrado blanco. Las palabras que Windom le dijo a Caroline: “Me hundo, me hundo”. Se me escapan las relaciones que pueda haber entre todos ellos. Necesito su ayuda. 5 de agosto, 7,30 de la mañana Hace una hora grabé esta conversación con Windom. WINDOM: ¿Es eso el sol? COOPER: Sí. WINDOM: Bien. COOPER: ¿Puedes contarme lo que ocurrió estos últimos cuatro días? WINDOM: Eres un buen alumno, Coop. COOPER: Los últimos cuatro días. ¿Te acuerdas dónde estuviste? WINDOM: (Risas) Rendijas en la puerta. COOPER: ¿Qué viste? WINDOM: ¿Ver? COOPER: Sí, ¿qué viste? WINDOM: Dale Cooper. COOPER: ¿Qué viste? WINDOM: El abismo, Coop. El abismo. COOPER: ¿Qué encontraste allí? WINDOM: ¿Encontrar? COOPER: Sí. WINDOM: Cosas maravillosas. En este punto, Windom perdió el conocimiento. Volveré a intentarlo cuando despierte. No sé si son los pensamientos de un hombre lúcido o los de un hombre que sigue bajo los efectos de una fuerte impresión. 5 de agosto, 9 de la noche Posiblemente jamás llegaremos a saber qué le ocurrió a Windom estos días. No se acuerda de nada, al menos nada que pueda resultarnos de utilidad para resolver el misterio de los asesinatos y su desaparición. Estoy seguro de que el significado de contemplar el abismo y ver cosas maravillosas es la clave de lo que le ocurrió, pero esto también quedará sumido en el misterio. No se acuerda de nuestra conversación de antes. ¿Acaso el sueño que tuve tendrá alguna relación con esto? Un hombre sin piernas que me dice que no puedo huir de Eso. Cadáveres con manos. El abismo y cosa maravillosas. Presiento que tras todo esto hay algo oscuro. Pero no logro unir las piezas. Lo que le ocurrió es par él un secreto, como lo es para el resto de nosotros. Me alegra que haya vuelto; tal vez entre los dos logremos montar el rompecabezas. Por el momento, dice que no ve la hora de jugar una tranquila partida de ajedrez.

LAS SIGUIENTES INVESTIGACIONES DE LOS CUATRO MESES SIGUIENTES ACABARON TODAS EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA. NO SE PRACTICARON DETENCIONES.

III

20 de enero de 1979, 9 de la mañana Diane, los de contabilidad dicen que he acumulado horas suficientes como para tomarme vacaciones. Diez días de exilio forzado. Windom me ha hablado de una islita que se encuentra al sur de la frontera donde me lo pasaré bien. Creo que aceptaré su consejo. Emplearé el tiempo para estudiar las técnicas de rescate de rehenes. 25 de enero, 5 de la tarde La Casa del Corazón. Windom y Caroline pasaron aquí su luna de miel. Es como internarse en el pasado. Desde mi balcón se ven las cálidas aguas del mar Caribe. En el patio, un anciano juega al ajedrez. Windom me habló de un anciano que le enseñó todo lo que sabe de ajedrez. Si se trata del mismo hombre, debe tener unos cien años. 25 de enero, 11 de la noche Esta noche ha ocurrido un extraño incidente. Después de cenar, salí al patio, me senté al otro lado de donde estaba el anciano y le dije que había oído comentar que era un buen maestro. El anciano me contestó que era cierto, y después me miró a la cara durante un momento y pronunció las palabras la muerte. Después se puso en pie y se marchó. Fui tras él para pedirle una explicación que recibí cuando se disponía a internarse en un oscuro callejón. “En tu cara está la muerte, no puedo enseñarte nada.” Le pregunté que cómo lo sabía, él sacudió la cabeza y me contestó: “No es ésa la pregunta adecuada.” El anciano desapareció envuelto en la noche. 26 de enero, 8 de la mañana Diane, esta mañana cuando me desperté, encontré una gallina muerta y ensangrentada en la puerta de mi habitación. Trataré de encontrar al anciano. 26 de enero, 7 de la tarde Diane, me encuentro ante la puerta de una choza con suelo de tierra. El interior está iluminado por una sola vela. El anciano cuelga de una cuerda atada a una viga del tejado. Tiene aspecto de llevar diez o doce horas muerto. Sobre una rústica plancha de madera que utilizaba como mesa hay un trozo de papel con las palabras: “Perdón. Sólo fui un viejo estúpido. Que Dios lo detenga.” ¿A quién se estaría refiriendo el anciano? ¿A mí? Los vecinos del pueblo dicen que era un viejo loco. Tal vez sea así, pero lo que también es cierto es que la línea que

separa el genio de la locura suele ser muy sutil. Sea lo que sea lo que el anciano viera en mi cara lo asustó lo suficiente como para quitarse la vida. ¿Y por qué pediría perdón? LA FECHA DE LA SIGUIENTE GRABACIÓN NO ESTÁ CLARA. Diane… oscuridad… oscuridad… Debo irme de la isla… No… No… Es la mano de un mono… Irme de la isla… Oh… 27 de enero, 9 de la noche Diane, creo que he pasado las últimas veinte horas bajo la influencia de un potente narcótico. Ignoro cómo y por qué me fue administrado. Me produjo una confusión y un trastorno profundos. Las ventanas que abrió a mi subconsciente fueron las del terror. Tras todo esto estaba el mal, y estoy seguro de que en cierto modo esto está relacionado con la muerte del anciano, y con acontecimientos que desconozco y que están sucediendo allá en casa. Llámelo premonición, pero estoy seguro de que algo terrible ha ocurrido en Pittsburg, y yo no puedo hacer nada. Aquí no hay teléfonos, y el próximo barco no llega hasta la mañana. Ojalá pudiera comunicarme con Windom. 28 de enero, 10 de la mañana Veo tierra en la distancia. La sensación de espanto que se apoderó ayer de mí sigue siendo muy fuerte. Creo que empiezo a marearme. Con suerte y viento constante de popa lograré coger la conexión y llegar a Pittsburg por la noche. 28 de enero, 11 de la noche Diane, no sé cómo pude haber decidido ir a enclaustrarme en una isla en estos momentos. Han raptado a Caroline Earle. Según mis cálculos, el secuestro tuvo lugar a la misma hora en al que yo me encontraba bajo la influencia del narcótico. Ignoro cómo puede existir una conexión entro dos acontecimientos que se produjeron a dos mil cuatrocientos kilómetros el uno del otro. Pero estoy seguro de que la hay. Tal vez sea la idea tibetana de que los hechos inconexos no existen, de que todo está relacionado. Lo que sé de los hechos es fragmentario. Windom y Caroline estaban comiendo cuando tres hombres entraron en la casa. Iban armados y se veía claramente que tenían experiencia en lo que hacían. Antes de que pudiera resistirse, a Windom lo golpearon y lo dejaron inconsciente. Al despertarse, Caroline había desaparecido. No se han recibido mensajes de los secuestradores. Se ha dado aviso a todos los departamentos de policía. Sin embargo, en estos momentos, contamos con muy poco para continuar. Lo que necesitamos ahora es suerte. 29 de enero, 3 de la madrugada Sin novedades. Le conté a Windom lo que me ocurrió en la isla. Se mostró particularmente interesado en lo que el anciano me dijo antes de suicidarse. Es curioso, pero Windom no se mostró triste ni sorprendido al enterarse de la muerte del anciano. Supongo que después de los acontecimientos de estos últimos días, ya nada puede causarle sorpresa o tristeza.

29 de enero, 7 de la mañana Diane, todo sigue sin cambios. Me he pasado gran parte de la noche jugando al ajedrez con Windom y esperando. Esta desgracia no ha disminuido su sentido de la estrategia. Me ganó tres partidas. En el Bureau opinan que es muy probable que atenten contra la vida de Windom. No me moveré de su lado hasta que la amenaza haya pasado. 29 de enero, 9 de la mañana Esta mañana han encontrado a un vagabundo que llevaba el jersey que Caroline tenía puesto cuando se la llevaron. Vamos a interrogarlo. 29 de enero, 10 de la mañana Diane, he aquí la conversación que mantuve con el vagabundo. COOPER: ¿De dónde ha sacado este jersey? VAGABUNDO: Me lo ha dado Dios. Dios lo da y Dios lo quita. COOPER: ¿Le ha dicho algo Dios? VAGABUNDO: Se rió. COOPER: ¿Qué aspecto tenía Dios? VAGABUNDO: Si uno mira a Dios se convierte en piedra. COOPER: ¿Iba Dios con alguien? VAGABUNDO: Un ángel de cara roja, como la de Cristo. COOPER: ¿Roja cómo? VAGABUNDO: Sangre. COOPER: ¿Y ese ángel era un hombre o una mujer? VAGABUNDO: Era un ángel sin jersey. Gritaba como una mujer cuando Dios le hacía daño. COOPER: ¿Cómo sabe que era Dios? VAGABUNDO: Porque me pidió que llevase este mensaje. COOPER: ¿Qué mensaje? VAGABUNDO: Dios está en todas partes. El resto de la conversación no tiene importancia. El hecho de que el vagabundo consiguiera el jersey no es casual. Los secuestradores de Caroline sabían que encontraríamos al vagabundo y que él nos diría exactamente lo que querían que oyésemos. El mensaje es aterrador. Han lastimado a Caroline. Y no temen hacerle más daño si hace falta. En esto hay un código que se me escapa. “Dios está en todas partes”. Creo que ahí está la clave. Estamos peinando la zona donde encontramos al vagabundo, pero no espero resultados. Windom observa en silencio, impotente como el resto de nosotros. 31 de enero, 11 de la noche Diane, ha pasado otro día sin noticias de Caroline. Temo que con cada hora que pasa las posibilidades de encontrarla con vida se vuelven cada vez más escasas. No hemos recibido mensajes pidiendo rescates; no comprendo la lógica de su secuestro, a menos que intentasen mantener en secreto algo que ella sabía. ¿Pero qué podría saber

Caroline que constituyera una amenaza? ¿O tal vez intentan mantener callado a Windom? No ha dado señales de algo así, y debo confiar en él. No dejo de darle vueltas a la frase “Dios está en todas partes.” El siguiente paso lógico, si se quiere seguir adelante, es que si Dios está en todas partes, entonces lo ve y lo oye todo. Se trata de una deducción muy seria que no he comentado con nadie, ni siquiera con Windom. ¿Acaso hay un topo en el Bureau que ve y escucha cada paso que damos? Estoy en un callejón sin salida. 2 de febrero, 11 de la mañana. En la Central de Washington recibieron un mensaje. Dice así: Ella lo quiere, ella no lo quiere. No está muerta, pero su amor sí. Caroline, Carol, Ca. C se fue. El mensaje se recibió a través de una línea telefónica confidencial. Nadie sabe cómo lograron tener acceso a ella. Está claro que tratamos con una mente sumamente compleja y sagaz. Aumentan mis temores de que su origen esté en el Bureau. No he hablado de esto con Windom, pero he de hacerlo. 3 de febrero, 11 de la noche Le he hablado a Windom de que la persona que buscamos pueda estar en el Bureau. Me pidió que tuviera cuidado y que no hablara con nadie del asunto. Todavía no hay noticias ni pistas del paradero de Caroline. 5 de febrero, 9 de la noche Diane, Windom me ha permitido que lo someta a hipnosis. Tanto él como yo presentimos que lo que le ocurrió cuando lo secuestraron a él está relacionado con Caroline. He aquí un resumen de lo que me dijo bajo hipnosis en el curso de dos horas. COOPER: ¿Dónde estás ahora? WINDOM: Hay mucha luz y está muy oscuro. COOPER: ¿Qué ves? WINDOM: La verdad... ja, ja, ja. COOPER: ¿Por qué te llevaron allí? WINDOM: No fui llevado, fui elegido. COOPER: ¿Para qué fuiste elegido? WINDOM: Para ser un buen explorador (Risas) COOPER: ¿Por qué te soltaron? WINDOM: Para hacer mi trabajo. COOPER: ¿Cuál es ese trabajo? WINDOM: No lo ves, ¿verdad? COOPER: No. WINDOM: Caroline lo vio. COOPER: ¿Qué fue lo que vio? WINDOM: El amor... y el mal. COOPER: ¿Puedes llevarme a donde ellos te llevaron? WINDOM: No.

COOPER: ¿Por qué? WINDOM: No puedes llegar hasta allí desde aquí. (Risas) Terminé la sesión poco después de este diálogo y después la escuchamos con Windom. Me temo que nos ha sido de muy poca ayuda. EL PARADERO DE CAROLINE DURANTE LOS DOS MESES SIGUIENTES FUE UN MISTERIO.

IV

10 de abril, 11 de la mañana Diane, estoy en el aeropuerto. Acabamos de recibir un informe en el que dice que durante una redada entre las protitutas de Lower Maniatan han detenido a una mujer cuya descripción general coincide con la de Caroline. Windom y yo vamos hacia allá para identificarla. 10 de abril, 1 de la tarde Acabamos de perderla, Diane. Por la foto que le sacaron cuando la detuvieron se trataba de Caroline; sin embargo, hace una hora le pagaron su fianza y ya no está aquí. Ver a su esposa en las condiciones en que se encuentra fue un gran golpe para Windom. He de reconocer que a primera vista no la habría reconocido como a la mujer que conozco. ¿Qué clase de mal inenarrable puede hacerle esto a una persona? El Departamento de Policía de Nueva Cork ha emitido un mensaje a todas las unidades y a todos los centros igual que los nuestros. Yo mismo iré a la calle a buscarla. 11 de abril, 3 de la madrugada Diane, por hoy se acabó. No he visto nada. 11 de abril, 2 de la tarde Hace una hora encontraron a Caroline. En estos momentos se encuentra en la sala de interrogatorios, esposada, para impedir que se lastime o lastime a otros. No reconoció a Windom, y al parecer es adicta a las drogas, tal vez a la heroína, aunque la potencia debió de haber sido increíble para convertir a la mujer que yo conocí en la criatura que tengo ahora delante. La enviarán al Hospital Bellevue para que se estabilice antes de que nos la llevemos de vuelta a Pittsburgh. Windom se muestra fuerte, aunque muy callado. No alcanzo a imaginar los horribles secretos que encierra la mente torturada de Caroline. Uno de nosotros permanecerá con ella las veinticuatro horas del día. Existen muchas probabilidades de que quienquiera que le haya hecho esto, lo vuelva a intentar si creyera que sigue siendo una amenaza. 11 de abril, 9 de la noche

Bellevue. Windom se ha marchado. Se presentan los primeros síntomas de la abstinencia. Será una noche muy larga. 11 de abril, 11 de la noche Los gritos de Caroline resuenan en los pasillos. Diane, ¿qué clase de monstruo podría hacerle tanto mal a una persona inocente? 12 de abril, 6 de la mañana Caroline dejó de gritar hace una hora. Windom estaba sentado en el pasillo, escuchando, hasta que pararon. Al parecer ahora está descansando, aunque es evidente que sufre mucho. Los análisis de sangre muestran un nivel muy alto de heroína, y cantidades inferiores de otra droga que no han podido identificar. Tendremos más detalles sobre su estado cuando vuelva en sí. 12 de abril, 7 de la tarde Sigue igual. Los médicos no logran identificar la otra droga que encontraron en la muestra de sangre de Caroline. Pero saben que es muy exótica, peligrosa y distinta de cualquier compuesto que han visto hasta la fecha. 13 de abril, 5 de la mañana Llevamos casi veinticuatro horas sin cambios. Los médicos temen que si no recupera pronto la consciencia, no lo hará nunca. 13 de abril, 8 de la mañana Diane, Caroline abrió los ojos hace un momento. Tomé su mano entre las mías e intenté decirle que se encontraba a salvo. Windom entró entonces en la habitación, se inclinó sobre su mujer y le acarició la frente. A Caroline se le llenaron los ojos de lágrimas. Creo que ha dado el primer paso para regresar. 13 de abril, 4 de la tarde Caroline no ha hablado aún, aunque creo que sabe quién soy. Los médicos nos han dado autorización para llevarla de vuelta a Pittsburg mañana. A petición de Windom, me han asignado para protegerla, pues resulta razonable suponer que esta pesadilla no ha acabado. Diane, la mente es el medio curativo más potente que se conoce. Existen técnicas que escapan a la comprensión de la medicina occidental que podrían resultar de cierta utilidad. Le he hablado de ellas a Windom y me ha autorizado que intentará cualquier cosa que pueda devolvernos a Caroline. Nunca me había conmovido tanto ante las dificultades de otro ser humano. 14 de abril, 3 de la tarde

Caroline me ha llamado Cooper. Mañana la llevaremos a una casa segura, pues en el hospital, los riesgos son muy grandes. Su reacción ante Windom es confusa. Sabe quién es, pero al mismo tiempo parece como si algo la contuviera. 15 de abril, 2 de la madrugada Diane, han atentado contra la vida de Caroline. Le pusieron en el suero la misma droga misteriosa que el encontraron en la sangre. Una dosis como para matar a veinte personas. Detecté el ligero cambio de color del líquido cuando la enfermera se disponía a cambiarle la botella del suero y logré detener el flujo antes de que llegara al brazo de Caroline. Windom está interrogando a todo el personal que pudo haber tenido acceso a los sueros. Esta misma noche la llevaremos a la casa, no esperaremos a mañana. 15 de abril, 4 de la madrugada Ya estamos en la casa segura y Caroline descansa cómodamente. No sabe que han vuelto a atentar contra su vida. Windom no averiguó nada después de haber interrogado al personal. Nadie vio nada fuera de lo normal. Fue pura cuestión de suerte que el asesino fallara. No estoy seguro de que la casa sea inmune a los ataques. 15 de abril, 6 de la tarde Todo tranquilo. La casa está cerrada a cal y canto. Caroline me sonrió y me cogió la mano. Windom parecía muy contento. 16 de abril, 2 de la madrugada Caroline se despertó gritando horriblemente. Corrí a su habitación y encontré a Windom junto a ella hablándole suavemente. Caroline dice que vio la cara del hombre, que sigue persiguiéndola, y que sabía que iba a morir. No obstante, no pudo identificar a ese hombre. Windom habló con ella hasta que pudo volver a dormirse. Al parecer, en su subconsciente hay algo que la contiene. Tal vez mañana Windom me permita penetrarlo. 16 de abril, 3 de la tarde Diane, esta cinta corresponde a la primera sesión de hipnosis hecha a Caroline Earle. No resulta fácil de escuchar. COOPER: ¿Me entiendes? CAROLINE: Sí. COOPER: ¿Sabes quién soy? CAROLINE: Sí. COOPER: Quiero que vuelvas a la noche que te secuestraron... estás cenando. ¿Qué pasó? CAROLINE: Chuletas de cerdo… se apagan las luces… Windom grita “¡No!” COOPER: ¿Ves alguna cara? CAROLINE: No. COOPER: ¿Qué pasó después? CAROLINE: Una mano me tapa la cara. Grito.

COOPER: ¿Y después? CAROLINE: Me pegan… más, y más, y más. No… por favor. COOPER: Tranquila, aquí estás a salvo, no pueden volver a hacerte daño. ¿Te acuerdas de lo que pasó después? CAROLINE: Está oscuro… unas manos me tocan… una y otra vez. Basta, basta… Me duele el brazo, un pinchazo. COOPER: ¿Una aguja? CAROLINE: Sí. COOPER: Te inyectaron una droga. CAROLINE: Me arde. Quiero que el cerebro se me salga de la cabeza. Me golpeo con fuerza. COOPER: ¿Recuerdas alguna cara? CAROLINE: Sí. COOPER: ¿De quién? ¿Es el hombre que te hizo esto? CAROLINE: Me ayudó. Está muerto. COOPER: ¿Cómo sabes que está muerto? CAROLINE: No… COOPER: Tranquila, conmigo estás a salvo. Dime qué pasó con el que te ayudó. CAROLINE: Tenía su cabeza en mi regazo, me miraba. Su cuerpo estaba en el suelo. COOPER: No te entiendo. CAROLINE: Lo oí gritar… Le cortaron la cabeza. Me la pusieron en el regazo ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! COOPER: ¿Recuerdas las otras caras? CAROLINE: No me dejaron. En este punto, Diane, la saqué del trance hipnótico. Póngase en contacto con el departamento de policía local y averigüe si en los últimos dos meses han aparecido cadáveres sin cabeza. Dios mío, las cosas que ha visto Caroline. Después de la sesión, la tuve abrazada hasta que afortunadamente el sueño le permitió descansar. Deseo ayudarla más que nada de lo que deseado nunca en toda mi vida. 17 de abril, 9 de la noche Diane, la identidad del principal torturador de Caroline sigue siendo un misterio. Es sólo una corazonada, pero no logro escapar a la sensación de que Caroline está reprimiendo algo. Es como si identificar a ese loco fuera para ella una experiencia dolorosa. No obstante, sigue mejorando, aunque no se me escapa que Windom y ella parecen tener problemas para continuar la relación desde el punto en que la habían dejado. Esto me pone en una situación muy comprometida, porque cada día que pasa me siento más atraído por ella. No debo permitir que mis sentimientos interfieran de este modo. Aquí soy un observador que viene de fuera y debo seguir siéndolo. Estoy aquí para hacer un trabajo, es todo. 20 de abril, 9 de la noche Windom ha decidido marcharse de la casa segura. Cree que su presencia no hace más que impedir la mejoría de Caroline. Sospecho que se culpa por el secuestro de su

mujer y cree que su presencia sólo sirve para recordarle todo aquello por lo que acaba de pasar. Nos pasamos varias horas hablando de la naturaleza del crimen que cometieron contra su mujer. Cree sin asomo de dudas que está relacionado con su propio secuestro y no logra encontrar el nexo. Antes de volver a la ciudad, Windom me dijo que cree que el mal existe como fuerza vital independiente y que con el tiempo logrará derrotar al bien gracias a las argucias. “Al final de todas las batallas sólo se honra al victorioso”, dijo Windom, “y nadie se acuerda si fue bueno o malo.” Esto es producto de la mente más lúcida del mundo de la investigación policial que he conocido. 21 de abril, 7 de la mañana Anoche, al llegar a la ciudad, Windom fue atacado cuando entraba en su casa. Le hicieron unas heridas leves con arma blanca en la mano y el brazo, y sus atacantes huyeron. Al parecer, habían registrado la casa. No le he mencionado el ataque a Caroline. Querría correr a su lado y el riesgo sería demasiado grande. ¿Quién será la persona a la que Caroline puede identificar? ¿Y por qué no se acuerda de quién es? Windom está ahora bajo protección y no podrá volver a la casa segura hasta tanto no tengamos certeza de que no lo vigilan. 30 de abril, 7 de la tarde No sé qué hacer. Me encuentro en la difícil situación de elegir entre quebrar la confianza de mi amigo y mentor o negarme al amor. Al parecer, los sentimientos que me inspira Caroline son correspondidos. Hoy, mientras dábamos un paseo, Caroline me dijo que me quería, que me ha querido desde el primer día que nos conocimos. Al principio, intenté resistir y convencerla de que no podía decirle que sentía lo mismo por ella, pero se dio cuenta de que fingía y acabamos unidos en un largo y apasionado abrazo. Nunca había podido decir esto de otra persona, pero la quiero más que a la vida misma. Deseo dedicarle cada pensamiento, cada impulso, cada segundo de mi vida. Quiero ayudarla a curarse, y quiero protegerla por el resto de mi vida. Hicimos el amor bajo un brillante sol primaveral; fue la primera vez que la vi feliz desde que acabó su pesadilla. No sé qué le diré a Windom mañana cuando llegue. Aparte del hecho de que sería inútil intentarlo, no pienso mentirle. Por el momento, nos queda la noche. Mañana será otro día. LA SIGUIENTE GRABACIÓN LA HIZO CAROLINE EN ALGÚN MOMENTO DE LA TARDE. Te quiero, Dale Cooper. 30 de abril, 11.30 de la noche Hace poco, Caroline se ha despertado gritando de un sueño. Vio la cara del hombre que la secuestró, y está segura de que lo conoce. Creo que las barreras que le impiden revelarlo todo comienzan a derrumbarse. Ha aceptado que vuelva a hipnotizarla

por la mañana. Creo que Windom se equivoca en una cosa. El amor es más fuerte que el mal. 1 de mayo, 1 de la madrugada Hay algo que no funciona… ¡Caroline! SE DESCONOCE LA HORA DE LA SIGUIENTE GRABACIÓN. Me han apuñalado… desmayado… Caroline está muerta… Perdón.

V “La escena ante la queme encontré era desagradable, tan desagradable como ninguna de las que había visto, y eso que pasé una guerra y diez años en el Bureau. Los hechos ocurrieron así. “El operador de emergencia del distrito recibió una llamada desesperada pidiendo ayuda a eso de las nueve de la mañana desde la casa segura. Se dio parte a la policía local y ellos a su vez nos notificaron a nosotros. Se cree que el agente Earle fue la persona que hizo la llamada. La policía local llegó al lugar de los hechos un minuto antes que los nuestros. Distribuimos hombres alrededor de la casa y entramos. En el sueño de la sala, acurrucado contra una silla estaba el agente Cooper. Había recibido una cuchillada en el pecho. Había perdido mucha sangre y estaba inconsciente. En sus brazos estaba Caroline Earle. También había sido acuchillada y estaba muerta. Un rastro de sangre indicaba que la habían matado en el dormitorio y que después la habían arrastrado hasta el sitio donde la encontramos. Hallamos al agente Earle en un rincón de la cocina, agarrado al teléfono. Estaba visiblemente turbado y nada pudimos hacer para comunicarnos con él. Incluso creo que podría decirse que parecía haber enloquecido. No se practicó detención alguna.” BILL RAUM Agente Especial del FBI 15 de mayo Mi vigilante no está aquí cerca. Me encuentro en un hospital. Las paredes son de color azul claro. En la habitación hay otro hombre pero no lo he visto, sólo lo oigo toser, porque no puedo cambiar de posición. Caroline está muerta. Tengo entendido que fue Windom quien nos encontró. No sé cómo voy a enfrentarme a él. Tengo un recuerdo muy vago de los acontecimientos ocurridos la noche del ataque. De lo que sí me acuerdo es que al recobrar el conocimiento me encontré con el cuerpo sin vida de Caroline entre mis brazos… Tenía los ojos cerrados. El médico dice que tengo mucha suerte de seguir con vida… Le dije que si realmente lo creía así, entonces no entendía nada de nada y que para él la vida no era más que el mero fluir de la sangre en las venas. Tengo entendido que a Caroline la enterraron hace diez días… debí estar presente… Tendría que haberme ocurrido a mí. 20 de mayo, 7 de la mañana

Diane, trataré de reconstruir los hechos de la noche del ataque lo mejor que pueda. A eso de la una de la madrugada, detecté movimientos en el exterior de la casa segura. Caroline dormía. Saqué el arma, registré el interior de la casa y no descubrí señales de que hubieran entrado a la fuerza. La parte exterior también parecía en orden. Al volver al dormitorio para comprobar cómo estaba Caroline, advertí otra presencia en la habitación. Antes de que pudiera hacer nada, un cuchillo me entró en las costillas y me alcanzó el pulmón izquierdo. Creo que en ese momento le grité a Caroline y después me desmayé. Después de eso, recuerdo que me desperté durante un momento y encontré a Caroline muerta entre mis brazos. El largo camisón blanco que llevaba estaba empapado en sangre. Papá está ahora conmigo, en el hospital, igual que Gordon Cole. Al parecer han hecho buenas migas. Diane, por primera vez en mi vida creo que sé lo que es el amor, porque lo he perdido. 20 de mayo, 3 de la tarde Gordon me dijo que fue Windom quien nos encontró. Y que no pudo hacer frente a lo que encontró. Según parece, desde aquel momento, su mente está en otra parte. Una herida mucho más grave que la que puede infligir un cuchillo. Está internado en el pabellón de psiquiatría de este mismo hospital. Dios mío, qué he hecho. He traicionado a mi mejor amigo; la locura se lo ha llevado. Y he sido incapaz de proteger la vida que más amaba. En cuanto me recupere, iré a ver a Windom y a Caroline. 25 de mayo, 4 de la tarde Según parece, tuve una hemorragia lenta que los médicos no lograron detectar. Ayer se manifestó repentinamente y perdí muchísima sangre. Recuerdo que tuve la sensación de flotar corriente abajo mientras la gente corría nerviosamente a mi alrededor. Quise decirles que no se preocupasen, que me dejaran adentrarme en la corriente. Papá me ha dicho esta tarde que el corazón se me paró durante dos minutos. Que estaba muerto. No recuerdo haber visto una luz tal como han comentado algunos. Sólo tuve la sensación de flotar en una corriente y sentí una gran paz… ojalá me hubieran dejado ir. 1 de junio, 2 de la tarde Diane, es la primera vez que me siento en una silla de ruedas. Anoche soñé que me desangraba en el suelo de la casa segura y que oía la risa de Windom. Su risa me causó una gran turbación. Los médicos me han dado permiso para que lo vea mañana, aunque me han advertido que no me reconocerá. 2 de junio, 4 de la tarde Windom está sentado en un rincón de la habitación; es una figura solitaria e inmóvil. Los médicos empujaron mi silla de ruedas para que pudiera verlo. Se me quedó mirando fijamente durante varios minutos. Después, como si se produjera en él un

cambio, se puso en pie y se echó a reír. Traté de comunicarme con él, pero resultó inútil. Sólo pronunció dos palabras: “¿Alguien ajedrez?” Cuando me sacaban de la habitación, me detuve y me volví a mirar a Windom. Había dejado de reírse y sus ojos estaban clavados en los míos. Después volvió a hablar. “Juegas tú.” Se echó a reír otra vez y me marché. Windom es la última persona en el mundo a la que hubiera imaginado quebrada de este modo. No se me escapa el hecho de que soy parcial o totalmente culpable del estado en que se encuentra. 7 de junio, 10 de la mañana Aunque pasarán varias semanas hasta que esté físicamente preparado para reiniciar mis actividades, hoy me dan de alta en el hospital. No sé cuándo estaré mental y emocionalmente preparado para retomar mis actividades. 10 de junio, 4 de la tarde Me encuentro ante la tumba de Caroline. Hay una pequeña lápida de granito rojo. Dice: “En memoria…” ¿Quién pudo haberlo hecho? 14 de julio, 9 de la noche Mis heridas están mucho mejor. Sin embargo, mi espíritu dista mucho de estar curado. He decidido pedirle a Gordon que me dé una excedencia cuando se me acabe la baja por enfermedad. 20 de julio Asumo toda la responsabilidad. He fallado. DURANTE LOS SEIS MESES SIGUIENTES, COOPER SÓLO EFECTUÓ DOS GRABACIONES. NO SE SABE BIEN CUÁL FUE SU PARADERO DURANTE ESTE TIEMPO. No sé quién soy. Buscamos y buscamos y siempre acabamos mirándonos en el mismo espejo, viendo a la misma imagen con la esperanza de encontrar algo distinto. Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… Cúrate… por favor.

SEXTA PARTE I 1 de febrero de 1980, 12 del día Creo que ya estoy listo y le he pedido a Gordon mi reincorporación. Tengo el cuerpo fuerte, la mente clara y libre de culpas. Todavía no estoy preparado para creer lo que voy a decir.

Windom Earle estaba loco mucho antes de los acontecimientos de aquella terrible noche, y fue él quien me atacó y quien mató a su mujer. No puedo probarlo, porque se trata de un contrincante demasiado inteligente, pero en el fondo de mi corazón tengo la certeza de que fue así. Ignoro cómo y por qué fue que Windom cruzó esta línea. A mi entender, su propio secuestro fue más bien espiritual que físico. Windom fue dominado por el mal. El Windom que yo conocía antes de ese momento ya no existía. Después de ese hecho, jugó con nosotros. Cuanto ocurrió a partir de entonces fue obra suya. Él secuestró a Caroline. Él le administró la droga que la llevó al borde de la locura. Él fue quien permitió que Caroline y yo nos enamoráramos para poder tener el placer de destruirnos. He de hacer cuanto esté en mi mano para asegurar que Windom no vuelva a salir de ese hospital. 10 de febrero, 11 de la mañana Fue preciso que Gordon telefoneara a los médicos, pero ya tengo permiso para ver a Windom. No le he comentado a nadie mis sospechas. Tal vez después de la visita, obtenga pruebas que las corroboren. 11 de febrero, 3 de la tarde Esta grabación la he hecho hace unos momentos. Windom llevaba camisa de fuerza. COOPER: Hola. WINDOM: Eres un buen ayuda de cámara. Mis guantes no… no tienen dedos. COOPER: ¿Sabes quién soy? WINDOM: Sí… vendes algo. COOPER: ¿Dónde está Windom? WINDOM: Se ha ido. COOPER: ¿A dónde ha ido? WINDOM: Por ahí, subió la colina, se internó en el valle… Dale, tomaré la senda polvorienta. COOPER: ¿Por qué mataste a Caroline? WINDOM: ¿Caroline? COOPER: ¿Fue porque me quería? WINDOM: ¿Sabes? Me parece que no quiero comprarte lo que vendes. COOPER: ¿Fuiste tú quien me acuchilló? WINDOM: Define acuchillar... atravesar, cornear, espetar, perforar, lancear... ¡Eso es! Ésa es la palabra. COOPER: ¿Por qué? WINDOM: Para curar a los niños enfermos de todo el mundo. COOPER: ¿A dónde te llevaron cuando desapareciste? WINDOM: A una parada de descanso que tenía los lavabos más inmensos que puedas imaginarte. COOPER: ¿Qué aspecto tiene el mal, Windom? WINDOM: Siempre haces preguntas inadecuadas. Me parece que no has entendido nada. COOPER: ¿Y cuál es la pregunta adecuada? WINDOM: ¿Qué aspecto no tiene el mal? (Risas)

COOPER: ¿Qué te enseñó el anciano? WINDOM: ¿Qué anciano? COOPER: El anciano de la isla, el que se ahorcó. WINDOM: ¿Se ahorcó...? Me lo enseñó todo. A partir de ese momento, Windom se negó a decir nada más. Le he hecho escuchar la cinta a Gordon Cole y le hablé extraoficialmente de mis sospechas. Los dos estamos de acuerdo en que esto no prueba nada, pero ambos tenemos muy claro que Windom Earle no deberá salir del hospital por el resto de su vida. 1 de marzo, 11 de la noche He terminado de ordenar los papeles atrasados que se había acumulado durante mi recuperación. Mañana espero recibir mi nuevo destino. Gordon y yo hemos acordado que mi permanencia en Pittsburg no sería beneficiosa ni para mí ni para el Bureau. Gordon me ha respaldado muchísimo. Pronto sabré si al Bureau le inspiro la misma confianza. 12 de marzo, 9 de la mañana Diane, haga sus maletas, nos vamos a San Francisco. 1 de mayo, 6 de la mañana El depósito está lleno de gasolina y la caravana llena. Tengo una neverita llena de bocadillos, encurtidos, caramelos de malvavisco y leche. Dentro de dos horas recogeré a papá en el aeropuerto, y después nos iremos hacia el oeste, el futuro. Espero que sea más prometedor que mi pasado reciente. 1 de mayo, 11 de la mañana Terre Haute, Indiana. Está claro que la vejiga de mi padre ya no es tan resistente como antes. Calculo que con todas las paradas que habrá que hacer, el viaje se alargará un día más. Ojalá pudiera expresar lo que sentí cuando salíamos de Pittsburg, pero no encuentro palabras. Mañana, St. Louis, Kansas City y las grandes llanuras. Me encantaría ver un búfalo. 2 de mayo, 2 de la tarde La cuarta parada del día. Le he dicho a papá que cuando vuelva a casa vaya pensando en ver al médico una vez al año. Hemos cruzado el caudaloso Mississippi y vamos a pasar rápidamente por Hannibal para ver la casa de Samuel Clemens. 2 de mayo, 10 de la noche Diane, creo que puedo decir sin temor a equivocarme, que debí haber nacido hace cien años. Es demasiado arte para todos los Toms y los Hucks. 3 de mayo, 5 de la tarde

Si no me equivoco, los voluminosos montículos de tierra que veo en el horizonte deben de ser las Montañas Rocosas. 3 de mayo, 9 de la noche Diane, un consejo para futuras aventuras al aire libre: no acampe nunca cerca de una familia de Nueva Jersey que viaja en una enorme caravana plateada. 5 de mayo, 2 de la tarde El Gran Lago Salado. Un gran número de mormones parecen flotar en formación a pocos metros de la orilla. 6 de mayo, 11 de la noche Reno, Nevada. Diane, la última vez que vi a papá estaba inclinado sobre una mesa de ruleta, en compañía de una rubia alta, que llevaba un vestido rojo del tamaño de un sello postal. Creo que le han puesto su nombre a un cráter de la luna. 7 de mayo, 9 de la mañna Completaré el resto del viaje a San Francisco yo solo. No logré encontrar a papá hasta pasado el amanecer y cuando por fin di con él, llevaba tres horas casado. Mi nueva madrastra se llama Shamrock. Lo interesante es que les licenciada por Bryn Mawr, con un título en lenguas germánicas. Piensan pasar su luna de miel en una cabaña con sauna en la cima de la divisoria continental. Diane, ¿alguna vez se ha preguntado usted si unos gitanos no la habrán dejado abandonada ante la puerta de la casa de sus padres? 10 de mayo, 4 de la tarde San Francisco. Qué ciudad. Me he presentado en el Bureau y ahora me dispongo a buscar una vivienda adecuada. 11 de mayo, 3 de la tarde Diane, he encontrado un bonito apartamento que da al Golden Gate, y a poca distancia a pie de una panadería china que hace los donuts más pequeños que he visto en mi vida. Me quedan dos días antes de incorporarme, así que los aprovecharé para hacer turismo. 12 de mayo, 11 de la mañana Diane, no se lo creerá, pero acabo de pasar con el coche por un agujero hecho en una secoya. En los bosques orientales nunca había visto un árbol igual. Éstos son los árboles que dan origen a las leyendas. No logro imaginarme qué habría hecho un druida si se hubiera topado con este monstruo. 12 de mayo, 2 de la tarde

Isla de Alcatraz. Diane, si éstos son los monumentos que el hombre dejará, me temo que no nos espera un futuro muy brillante. 15 de mayo, 7 de la mañana Cuatro donuts chinos, una taza de café y luego me enfrentaré a un nuevo comienzo y a un final. Estoy preparado. 15 de mayo, 11 de la noche Diane, los primeros días de cualquier viaje son siempre duros. Al parecer, la historia del incidente de Pittsburg me ha precedido. Creo que tendré que probarles lo que valgo. Lo que necesito ahora es un caso. 20 de mayo, 10 de la noche Al parecer, aquí en San Francisco cuento con un apoyo. La agente Robin Masters, con la que estuve en la academia, trabaja aquí. La última vez que nos vimos en el campo de tiro de la academia, la vida era muy simple. Ojalá nos hubiésemos dado cuenta entonces. Cuántas cosas han ocurrido desde entonces. No obstante, sigue siendo una mujer estupenda. En recuerdo de los viejos tiempos, fuimos al campo de tiro y disparamos una carga completa. Un empate clarísimo. Ella está ahora en el división de delitos de guante blanco, de modo que nuestros caminos no se cruzarán demasiado. En fin, tanto da. El pasado debe permanecer tras uno. El presente ya contiene bastantes obstáculos. 15 de junio, 2 de la tarde Diane, tengo un caso. 15 de junio, 4 de la tarde Me encuentro ante el cuerpo de un joven de unos veinte años, que apareció tirado cerca de una autopista. Lo encontraron atado y amordazado y con varios disparos. Está desnudo y presenta señales de haber sido violado. Las autoridades locales creyeron que es resultado de un secuestro, por eso nos han llamado a nosotros. Diane, repase todos los asesinatos no resueltos de hombres jóvenes, de aproximadamente la misma edad, que han ocurrido en este último año. Compruebe también las muertes de todos los hombres que se dedican a la prostitución, ya sean accidentales o no. Empiece por el distrito de San Francisco y vaya ampliando la búsqueda todo lo necesario para determinar si se trata de un delito que se repite. Tengo la impresión de que estamos ante las señales de identidad de un asesino múltiple. 23 de junio, 4 de la tarde Efectivamente, nuestra víctima se dedicaba a la prostitución. Tenía diecinueve años, era adicto a las anfetaminas y había huido de su casa a los dieciséis. Sus padres viven en Minnesota. Algo me dice que abusaban de él. Hay dos asesinatos de jóvenes dedicados a la prostitución que quedan pendientes y que ocurrieron en los últimos ocho

meses. La muerte, ya sea violenta o por sobredosis, no es infrecuente dentro de este grupo, por eso las autoridades locales nunca relacionaron los casos. He interrogado a un joven llamado Spider que dice haber visto a la víctima la noche de su desaparición. La última vez que vio a su amigo fue cuando se subió a un sedán azul último modelo. No se acuerda del aspecto que tenía el conductor. Además, se sabe que en el Distrito de la Misión hay por los menos dos chaperos que han desaparecido. Diane, compruebe con Washington todos los asesinatos o desapariciones de chaperos ocurridos en todo el país y que aún no han sido resueltos. Luego hágame una lista con las fechas y los lugares donde ser produjeron las muertes. 28 de junio, 11 de la mañana Diane, si no me falla la corazonada, estamos ante un asesino que ha matado en ocho ocasiones en los últimos dos años, y en línea recta desde Illinois hasta San Francisco. Y si sigue fielmente su orden, probablemente vuelva a matar en las próximas semanas. Del sedán azul no sabemos nada. He notificado a todas las autoridades que un asesino múltiple anda suelto en esta zona y que es muy probable que vuelva a matar dentro de poco. Resulta muy difícil conseguir la cooperación de los chaperos. Las experiencias que han tenido con la policía no fueron precisamente de las que inspiran confianza. Pero sabemos que de las ocho víctimas, seis fueron vistas por última vez en bares gays. Dadas las circunstancias, parece ser que la única solución que nos queda es actuar en secreto. Me he puesto en contacto con un sargento gay del departamento de policía local… perdón, dicho de otro modo, recibo la ayuda de otro oficial que desea permanecer en el anonimato. Me ha prestado algunas prendas de cuero y me ha indicado el sitio donde es más probable que se presente el asesino. La última víctima frecuentaba este establecimiento, aunque no he logrado saber a ciencia cierta si la noche de su muerte había estado allí. 28 de junio, 10 de la noche El contacto del cuero contra la piel resulta una experiencia sorprendentemente sensual. 28 de junio, 10.30 de la noche Me encuentro delante del Club. Creo que no veía un grupo tan nutrido de hombres reunidos desde mi época en los Niños Exploradores. Tal vez me equivoque, pero tengo la plena certeza de que en el manual del explorador no había ningún apartado que me preparara para lo que hay tras esas puertas rojas. 29 de junio, 3 de la madrugada Por sorprendente que parezca, en la pista de baile he conocido a tres personas que también fueron Exploradores Águila. Uno de ellos parecía seguir interesado en cómo atar nudos. No he conocido a nadie que respondiera a la descripción del asesino que estamos buscando. Sin embargo, recibí una invitación para pasar seis días en un yate que navega a Hawai. Mañana volveré a intentarlo.

29 de junio, 9 de la noche He recibido un cable de Gordon en el que me pide que me cuide el trasero. He conseguido cooperación del departamento de policía local y del Bureau; me han asignado a seis personas para el trabajo de la próxima semana. Lo que necesitamos ahora es una oportunidad. 29 de junio, 11 de la noche Club Y. Diane, en la última hora me han hecho cinco proposiciones deshonestas. Ninguno de ellos encajaba en la descripción, aunque varios de ellos bailaban estupendamente. Debo de estar haciendo algo que no hacía cuando iba a la universidad, porque nunca había tenido tanto éxito. 30 de junio, 2 de la madrugada Un sedán azul claro ha sido visto dando vueltas por los alrededores del club. Me iré afuera e intentaré un contacto. 30 de junio, 2.15 de la madrugada El vehículo es un Ford LTD azul, matrícula de California 203CYH. Sospecho que estamos buscando una matrícula de otro estado, pero por el momento éste es el pez más gordo que ha picado. Viene hacia mí. 30 de junio, 2.30 de la madrugada Diane, no era el pez que buscábamos. Un vendedor de Mill Valley. Le sugerí que volviera con su mujer y le hablara de esto, de lo contrario, a la larga, acabará causándole graves problemas en su matrimonio. Vuelvo a la calle… creo que eso ha sido un grito. 30 de junio, 2.38 de la madrugada Diane, persigo a un Dodge Dart azul, último modelo. Se cree que el conductor va armado y es peligroso. Intentó atropellar a un chapero cuando ambos discutían por el precio exigido por los servicios prestados. Como punto de referencia, y mientras giro esta esquina, habría que decir que los miembros del FBI y la policía sufren más accidentes durante las persecuciones a alta velocidad que ningún otro tipo de accidente de trabajo… creo que tengo problemas… Por favor, averigüe cuándo fue la última vez que este coche fue a revisión. 30 de junio, 4 de la madrugada Diane, un consejo para una conducción segura: toda vez que tenga que descender una colina empinada, asegúrese de que los frenos estén en perfectas condiciones. No me he hecho daño, pero el Bureau tendrá que encargarse de pagar los setos de media manzana. El sospechoso ha sido detenido, aunque me temo que sólo será culpable de agresiones y que no tiene ninguna relación con la serie de asesinatos.

30 de junio, 10 de la mañana Los del laboratorio acaban de identificar la última prueba encontrada en la última víctima. Un fibra hallada debajo de una de las uñas del pie. Era de la alfombra de un coche. Era de color azul; posiblemente se tratara de un Ford, aunque son varias las marcas que usan al mismo proveedor. En estos momentos me dirijo a Mill Valley a ver al vendedor que me recogió anoche. Se llama Bush, no está casado, y su último domicilio conocido de hace un año estaba en Chicago. Creo que estamos ante una oportunidad. Voy a pedir una orden de registro. 30 de junio, 1 de la tarde Afuera hay tres unidades. Me encuentro en el interior de la casita de Bush, donde hay un solo dormitorio. Tiene una cerca de postes blancos, rosas, maceteros en las ventanas, moqueta nueva, un pene cortado en una jarra, y cuatro fotos Polaroid de hombres desnudos, tendidos boca abajo con las manos atadas a la espalda. Uno de ellos parece ser la víctima más reciente. No voy a dar una descripción, pero está claro que la foto fue tomada después que lo mataron. En el laboratorio querrán revisar todo esto con sumo cuidado. Ahora esperamos a que el señor Bush vuelva a casa. 30 de junio, 6 de la tarde Diane, Bush entra en estos momentos con su coche. Lo cogeremos en cuanto meta la llave en la puerta. 30 de junio, 7 de la tarde Bush está detenido. Ha renunciado a todos sus derechos. Lo que sigue es una parte de su confesión. Estaba tranquilo, y a veces, mientras nos daba su versión, hasta parecía feliz de que los asesinatos hubieran llegado a su fin. COOPER: ¿La noche del 14 de junio recogió usted a un chapero llamado Randy? BUSH: Sí, creo que así se llamaba. COOPER: ¿A dónde lo llevó? BUSH: Lo traje aquí... a mi casa. COOPER: ¿Qué hicieron cuando llegaron aquí? BUSH: Tomamos una copas. Lo toqueteé, después lo até y lo maté a disparos. COOPER: ¿Ha matado usted a otros? BUSH: Sí. También les disparé, y a uno lo estrangulé. COOPER: ¿Por qué? BUSH: Porque me lo pidieron. El resto es más o menos lo mismo. Diane, creo que quiero dejar el departamento de crímenes violentos por una temporada. Creo que un buen caso de estafa o espionaje es lo que el médico me ha recetado. Ha sido un día muy largo. 30 de julio, 11 de la mañana

Diane, mi trabajo me costó, pero me han asignado al cuerpo de contraespionaje. DURANTE LOS SEIS AÑOS SIGUIENTES, COOPER PERMANECIÓ EN EL DEPARTAMENTO DE CONTRAESPIONAJE. SI EXISTEN GRABACIONES DE ESE PERÍODO, EL FBI NO LO RECONOCE. LAS SIGUIENTES “CARTAS” A SU PADRE SON LAS ÚNICAS GRABACIONES HECHAS EN ESOS AÑOS. 1983 Querido papá: Lamento lo del accidente de Shamrock. Los del laboratorio del FBI sostienen que casi todo el mundo puede funcionar con toda normalidad con sólo tres dedos en los pies, de modo que tu mujer no debería tener ninguna dificultad. Si necesitara algún arreglo especial en los zapatos, conozco un remendón chino que hace años trabajaba con zapatos de mujeres que había llevado los pies vendados. Estoy bien. El trabajo, si bien con sinceridad no puedo decir que trabajo, marcha bien. He conocido a una bailarina rusa muy agradable. Fíjate tú la coincidencia, ella también tiene problemas de pies. Quédate tranquilo que todas las fronteras están seguras, y la vida tal como la conocemos debería continuar así durante un buen número de años. Me alegro mucho por lo de los calendarios de herramientas. Dale 1983 Querido papá: Por lo que yo sé y por lo que saben los del Bureau, no puedes contraer la legionela al comer la fruta sin lavar. Por lo que me has contado, has tenido una simple indigestión. Te sugiero que tanto Shamrock como tú reviséis vuestra dieta. No recuerdo que la prohibición de usar nevera fuera uno de los principios del estilo de vida macrobiótico. Gracias por los calcetines negros que me regalaste por Navidad, era justo lo que necesitaba. Supongo que te gustará saber que he presentado la solicitud par que me trasladen a otro departamento del Bureau. Gordon Cole quiere que vuelva a las calles en lugar de ocultarme en los callejones oscuros. Por cierto, te manda recuerdos, y te agradece las gotas que le aconsejaste para los oídos. Espero que pronto puedas levantarte de la cama. Te mantendré informado de lo que pase por aquí. Dale

II EL VERANO DE 1987, COOPER SE MARCHÓ DEL DEPARTAMENTO DE CONTRAESPIONAJE PARA TRABAJAR EN UN PROGRAMA DE LUCHA CONTRA LA DROGA CONJUNTAMENTE CON LA D.E.A. 24 de agosto, 9 de la mañana

Diane, llevo tres días con la gente de la D.E.A. y todavía no he conocido a nadie que lleve americana y corbata. También he notado que llevan puesta la coraza incluso cuando están en la oficina bebiendo café. Creo que podrían ser las personas adecuadas para evaluar una nueva técnica de investigación en la que estoy trabajando y que se basa en los escritos de un monje tibetano llamado Gumm. 26 de agosto, 11 de la noche Diane, las autoridades mexicanas han avisado a la D.E.A. de que un pueblo o ciudad de la frontera recibirá un envío de cocaína. Con la cooperación de la policía federal de México, la D.E.A. se hará pasar por compradora del envío en la ciudad fronteriza de Tijuana. Los compradores son supuestamente dos agentes de seguros del Medio Oeste. No sé por qué, los de la D.E.A. creen que se trata de una especialidad mía. Mi compañero de la D.E.A. es un agente llamado Dennis Bryson. Esta noche partimos para San Diego, donde recogeremos un coche y coordinaremos el plan con nuestros colegas mexicanos. 2 de septiembre, 11.30 de la noche San Diego. Diane, las próxima vez recuérdeme que me dirijo a la frontera sur para traerme pastillas para traerme pastillas para desinfectar el agua, una buena brújula y un sombrero de ala ancha. 4 de septiembre, 9 de la mañana Diane, cuando crucemos la frontera, estaremos en otro país. Podrá parecerle una declaración obvia, sin embargo, el alcance de este hecho es mucho más complicado. Estaremos completamente solos. No podremos pedirle ayuda a nadie. Nuestras insignias, que para todo hombre de ley constituyen una parte de su identidad, quedarán en los Estados Unidos. Si algo saliera mal, nadie sabrá dónde estamos, porque nonos encontramos oficialmente en el país. En esencia, una vez que hayamos cruzado la frontera, no existiremos. 4 de septiembre, 10 de la mañana He sobornado al guardia de fronteras con cinco dólares para acelerar el trámite. Tal vez sea mi imaginación, pero diría que nos están siguiendo. Y como en la policía federal sólo dos agentes están enterados de nuestra misión, me temo que no es una buena señal. 4 de septiembre, 11 de la mañana El caos que se produce cuando dos culturas se encuentran en un sitio con frontera común sirve de pasto para la imaginación. Y también para las pesadillas. Todo pecado, vicio, perversión y degradación imaginables quedan expuestos a pleno color. Además, es una confirmación de que nos siguen. Una camioneta color oscuro con dos mexicanos dentro nos ha estado siguiendo desde que cruzamos la frontera. Por el momento, se conforman con mantenerse a distancia y observarnos. Si no siguiera siendo así, tendremos que ajustar nuestro plan según convenga.

La próxima parada será en el motel Casa de Vista, tomaremos un almuerzo caliente y telefonearemos al proveedor para fijar una cita. 4 de septiembre, 12.30 del día Diane, una cosa que no cambia nunca independientemente del país en el que se encuentre el viajero es la falta de vista en los alojamientos que anuncian tenerla. La única vista que puedo contemplar es un perro marrón que arrastra una serpiente muerta por un camino polvoriento. Por el aspecto del comedor, no me sorprendería nada encontrarme con esa serpiente como plato principal del menú. 4 de septiembre, 1.30 de la tarde Diane, no subestime jamás la experiencia gastronómica que proporcionan los reptiles a los paladares aventureros. Tiernos trozos de carne blanca, guisado en una salsa de chile y pulpa de cactus. Los estadounidenses, como grupo, subestiman un buen número de elementos de la cadena de la alimentación sólo porque nos parece repulsiva la idea de comérnoslos. Seguimos esperando la llamada de los proveedores; nuestros amigos de la camioneta están aparcados al otro lado de la calle. 4 de septiembre, 2 de la tarde Acabamos de recibir la llamada. Hemos de reunirnos con un hombre en el puesto de algodón de azúcar que hay delante de la plaza de toros. No nos dieron ninguna descripción, él nos reconocerá. Es algo que a ninguno de nosotros nos ha caído bien. Creo que es hora de perder a nuestros amigos de la camioneta. 4 de septiembre, 3 de la tarde Nuestras dos sombras ya no nos siguen. Los perdimos en el mercado. Dennis está ya apostado en el puesto de algodón de azúcar. Yo me quedaré a una distancia prudente por si surgen problemas. Un hombre alto, de traje blanco, se acerca a Dennis… Ha surgido un problema. 4 de septiembre, 7.03 de la tarde Diane, Dennis se ha ido. No sé a dónde. El vendedor no quiso hacer tratos con los dos. Dennis decidió ir con él. Se marcharon en una camión con tracción a las cuatro ruedas, un Mercedes. Debo esperar en nuestra habitación y dentro de cuatro horas tendré noticias de ellos. El plazo ha vencido hace tres minutos. Esto me huele mal. Antes de marcharse, Dennis me dijo que si surgía algún problema, debía abrir un doble fondo de su maleta… De dónde saca la D.E.A. granadas de mano israelíes es algo que sólo puedo imaginar. Creo que la metralleta me resultará útil. Creo que ha llegado la hora de ir a visitar a mis amigos de la camioneta. 9 de septiembre, 7.50 de la tarde Diane, en este mundo hay pocas cosas que resultan tan persuasivas como una granada de mano metida en los pantalones. Mis dos nuevos amigos no sólo me dijeron

dónde está Dennis, sino que me ofrecieron la camioneta para que fuera a buscarlo. Mi jefe de exploradores se alegraría de saber que todavía soy capaz he hacer nudos como el mejor. Tienen a Dennis en una hacienda en las afueras de la ciudad. Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que no debo esperar ayuda de la policía federal, aunque es probable que me encuentre con alguno de ellos en la hacienda. 9 de septiembre, 10 de la noche Diane, mientras observo la hacienda, noto que hay varias cosas que puedo considerar a mi favor. Primera, esta noche no hay luna. Segunda, cuento con el factor sorpresa. Tercera, al parecer, sólo hay una docena de guardias. Pensándolo bien, creo que la tercera cosa la pondré en la columna de imponderables. Según los dueños de la camioneta, a Dennis lo tienen en un edificio externo que está cerca del corral de los caballos. En la puerta hay un guardia. El problema, tal como yo lo veo, es simple: he de sacar a Dennis sin que nos maten. Creo que necesito una bandita elástica bien grande. 10 de septiembre, 12 de la noche La mayoría de los guardias parecen haberse retirado a descansar. No logré encontrar una bandita elástica, pero logré hacer una honda con un trozo de cáñamo que había en la parte trasera de la camioneta. El plan, tal como yo lo veo, se dividirá en dos partes. Primero, con la honda lanzaré una granada a la puerta del barracón, y luego una granada de humo en medio del patio. La confusión que seguirá me permitirá despachar al guardia de la puerta y liberar a Dennis. Si la primera parte no funciona según lo planeado, me aferraré a la antigua máxima que guió a Ulysses G. Grant: fuego a discreción con el máximo de fuerza. Diane, acaba de ocurrírseme una cosa. Nunca utilice una granada de humo. 10 de septiembre, 2 de la madrugada Diane, cuando utilice una honda para lanzar granadas de mano no olvide usted nunca que el arco que describe el objeto lanzado es tan importante como la velocidad que lo impulsa. También se ha de tener presente que el uso de granadas de mano dentro de las fronteras de una nación soberana puede conducir a quien la usa a la deportación y provocar el fuego graneado del oponente. Dennis está bien. He descubierto que una combinación de las reglas con combate de Grant y una abundante dosis de suerte han funcionado de forma efectiva. Dudo mucho que en un futuro cercano nos pidan que volvamos a este país encantador. AL DÍA SIGUIENTE, EN EL “SAN DIEGO MIRROR” APARECIÓ ESTA NARRACIÓN DE LOS HECHOS. La policía mexicana ha informado que anoche se produjo un enfrentamiento armado en una haciendo situada a quince kilómetros de Tijuana, en el que se produjeron siete heridos. Los heridos asistían al servicio religioso en la capilla de la hacienda. Según las versiones recogidas, la pelea se inició a raíz de una discusión sobre la interpretación del Libro de Job que acabó con disparos de armas automáticas y la utilización de varias granadas de mano.

TANTO EL F.B.I. COMO LA D.E.A. NO PRESENTARON JAMÁS UN INFORME OFICIAL DEL INCIDENTE. COOPER TRABAJÓ EN OTRO CASO MÁS CON LA FUERA CONJUNTA ANTES DE VOLVER AL BUREAU A TIEMPO PLENO. 9 de noviembre, 4 de la tarde Diane, he recibido información de que una cantidad importante de cocaína está entrando en la comunidad a través del consultorio de un dentista de Oakland. Diane, hay veces en las que uno se ve obligado a sacrificarse y a alejarse un poco de sus deberes concretos a pesar de que ello implique un cierto riesgo personal. Ésta es una de esas veces. Dennis fue al dentista hace dos meses. Me temo que la carga recae enteramente sobre mis hombros. Diane, el miedo es una emoción conquistable cuando cuerpo y alma están convenientemente adiestrados. Sin embargo, existen dos excepciones a esta regla para las que no hay preparación que me valga. Primera, un pequeño escarabajo excavador metido en mi oreja que se dirige hacia mi cerebro. Segunda, un dentista que me hurga en la boca con un torno eléctrico de alta velocidad. Hace siete años que voy al dentista. 15 de noviembre, 10 de la mañana Tengo hora con el dentista. Seguramente será mi imaginación, pero tengo la certeza de que llevo caries en todos los dientes. Durante toda la noche he soñado con mi madre que me servía tazones de cereales par el desayuno con montañas de azúcar. 18 de noviembre, 1 de la tarde Diane, tengo dos noticias, una buena y otra mala. Creo que podré quedar con el dentista para que me despache droga. La mala noticia es que el niño de ocho años que estaba sentado a mi lado en la sala de espera tiene un mejor futuro dental que yo. Soy el orgulloso progenitor de seis caries. Cada vez que el dentista encontraba otra, su ayudante sacudía el dedo con aire reprobador delante de mis narices. Diane, si tiene un momento libre, ¿podría repasar el manual del Bureau para comprobar si existen reglas específicas que prohiban matar a tiros a un higienista? 23 de noviembre, 3 de la tarde Diane, este dentista ha curado la última carie de su vida. Por desgracia la carie era mía, pero creo que ha hecho un buen trabajo.

III EL 15 DE DICIEMBRE DE 1987, COOPER ABANDONÓ EL EQUIPO CONJUNTO DE LA D.E.A. Y EL F.B.I. 20 de diciembre, 11 de la noche

Diane, no sabe cuánto me alegra estar de vuelta en tierra firme. Si bien admiro y respeto el trabajo que lleva a cabo la D.E.A., creo que no encajo del todo en el espíritu de equipo propio de vaqueros que predomina entre sus filas. Pero he de reconocer que me lo he pasado fenomenalmente, por no mencionar el arreglo gratuito de toda la boca. EL 7 DE ENERO DE 1988, COOPER RECIBIÓ POR CORREO ESTA GRABACIÓN Érase una vez en Dover un agente Al que le gustaba andar entre la gente Una flecha le dispararon un buen día Hay que ver con cuánta puntería. Y ahora el agente de Dover está muerto. Sé que el último verso no rima, pero encaja de maravilla con el espíritu del poema, ¿no te parece, Dale? Te he hecho otro. ¿Te gustaría oírlo? Un aciago día en plena noche Dos agentes muertos se levantaron a pelear. Frente a frente se encontraron, Sus espadas desenvainaron Y matándose acabaron. Un policía sordo oyó el tumulto, Pero Cooper estaba muerto, Igual que la mujer de Windom. El futuro he visto y no a bulto: Está aquí, al llegar. Hasta pronto, Dale Tu leal amigo y maestro, WINDOM DE EARLE ...Tiene un cierto esplendor nobiliario, ¿no te parece?

8 de enero, 10 de la mañana Diane, he enviado una copia de la grabación a Washington dirigida a Gordon. Sin embargo, no se puede hacer nada. Windom está completamente loco y nunca saldrá del hospital. 17 de enero, 9 de la mañana Diane, parece ser que tendré que ausentarme una temporada. Hubo un asesinato en un pueblo del suroeste del estado de Washington. Dadas las condiciones del cadáver, las autoridades estatales suponen que se produjo antes un secuestro y han solicitado al Bureau que investigue el caso. Gordon me ha pedido que me encargue del asunto porque tiene la impresión de que se trata de uno de una serie de asesinatos y ninguno de los agentes de ese distrito

tienen experiencia directa en este tipo de casos. Cogeré el vuelo a Pórtland de las once de la mañana, donde recogeré un coche para dirigirme al pueblo de Deer Meadows, situada más o menos a una hora de viaje hacia el norte. Allá es invierno, de modo que me llevo un par de calzoncillos largos, calcetines de lana, un sombrero y gafas especiales por si llego a encontrarme con temporales de nieve. 17 de enero, 11.50 de la mañana Diane, estoy en vuelo. La próxima vez que viaje en avión, recuérdeme que me traiga un termo de café de la oficina. La mezcla que sirven aquí parece una combinación de achicoria, corteza de pino y un ingrediente misterioso que se resiste a la identificación. Le sugiero también que si alguna vez le sirven canapés de salmón en un avión, se asegure usted de que el salmón nadó corriente arriba al menos dentro de los últimos diez años. 17 de enero, 1.20 de la tarde He recogido el coche en la oficina de distrito del Pórtland y me dirijo al norte. Me reuniré con las autoridades locales en la morgue del condado, donde tienen el cadáver. 17 de enero, 3 de la tarde Diane, parece ser que la autoridad local tiene un solo representante: un corpulento ex infante de marina que responde al nombre de Cable. No está muy contento de que un agente federal meta las narices en su terreno, aunque está claro que el último asesinato serio que vio fue en una película de gángsters. De momento, todo lo que sé lo he sacado del informe de Cable. Una obra de ficción digna del Pulitzer. Quitándole toda la paja y quedándonos con lo esencial, he aquí lo que tenemos. Teresa Banks, sin parientes ni domicilio conocidos, fue hallada en una cuneta en las afueras del pueblo. Su cuerpo desnudo estaba envuelto en un plástico transparente, atado con cinta aislante. Al parecer, sufrió numerosas contusiones en la cabeza y zonas cercanas. El forense local ha determinado que la causa de la muerte fueron los daños cerebrales causados por un golpe en la sien derecha que le fracturó el cráneo. Ninguno de los otros golpes fue lo bastante fuerte como para causarle la muerte. Durante las últimas doce horas de vida había mantenido relaciones sexuales. Ahora mismo voy a ver el cadáver. 17 de enero, 3.10 de la tarde Diane, me encuentro ante una mujer blanca, de unos dieciocho años de edad y unos cincuenta y dos kilos de peso. Se le aprecia un hundimiento en la parte derecha del cráneo por encima y por delante de la oreja. Los morados del cuello indican que también fue estrangulada. Tiene arañazos en las rodillas y los cortes llenos de tierra. No hay señales de que antes o durante su muerte la hayan atado… Qué interesante… ¿Podría alcanzarme las pinzas? Diane, parece ser que le han metido algo debajo de la uña del dedo anular. Está bastante profundo. Intentaré quitárselo… Al parecer, ha penetrado más de la mitad de la

uña… un poco más y ya estará. Jefe, creo que si sale un momento se sentirá mejor… Ya está, ya lo tengo. Diane, he encontrado un cuadradito de papel blanco con la letra T impresa a máquina. A primera vista, diría que se trata de una máquina de escribir manual de fabricación estadounidense. El laboratorio la identificará con más precisión. Debajo de las otras uñas de las manos y pies no hay nada más. Tendremos que cotejar todos los homicidios de mujeres de esta edad, y buscar, sobre todo, letras colocadas debajo de las uñas de las víctimas, cadáveres envueltos en plásticos y causas de la muerte similares. Diane, tal como Gordon creía, todo apunta a que sólo se trata de uno de una serie de asesinatos. Cabe preguntarse ahora si se trata del comienzo o del final. 17 de enero, 6 de la tarde Café Cross River. El propietario es un hombre llamado Weller. Teresa Banks trabajó aquí por un periodo de no más de tres semanas, y vivió en una de las cabañas que los turistas alquilan en la orilla del río. Llevaba cinco días sin presentarse al trabajo, y en su cabaña no se encontraron objetos personales. No dejó ninguna dirección para que le enviaran la correspondencia, nadie la vio irse con nadie, y he repasado la cabaña y no he encontrado nada que indique que haya ocurrido algo fuera de lo común. Estuvo aquí una temporada hasta que de repente se esfumó. Esto parece un callejón sin salida, aunque puedo decir que el pastel de melocotón y manzana que sirven aquí es legendario. Sin embargo, el de nueces y cerezas son decepcionantes. 17 de enero, 11 de la noche Diane, me he alojado en la Loggers Inn. Si mañana no surgen nuevas pistas, creo que no hay motivos para que siga quedándome. Me molesta reconocerlo, Diane, pero esta pista ha llegado a un callejón sin salida. Sólo contamos con una letra mecanografiada. A quiénes vio y qué hizo los últimos cinco días de su vida es algo que me está vedado conocer. Como complemento, repasé los historiales de todos los habitantes con problemas con la ley, incluso infracciones de tránsito y no he encontrado nada. El propietariod el café y todos sus empleados carecen de antecedentes penales. Diane, toda pista tiene un origen. En este mundo no hay nada que pueda moverse sin dejar un rastro. Pero eso es cuanto tenemos. No sé cómo expresarlo, pero aquí hay algo que está muy mal. Le parecerá una declaración obvia. Pero en esto hay algo con lo que presiento que me he topado ya. Llámelo usted el mal, una sensación de algo antiguo y muy peligroso con lo que he estado en contacto en tres ocasiones. Una vez, en la universidad. Y una vez cuando mataron a Caroline. El adiestramiento que nos dan en el Bureau no cubre ni siquiera reconoce la existencia de fuerzas ajenas al mundo físico. No hay nada en el pensamiento occidental que lo reconozca. Pero está ahí. Puede que se mueva en la oscuridad de la noche o se escabulla con una ráfaga de viento. O puede que está entro del alma como una serpiente, esperando a que llegue el momento para atacar. Sé que es real porque he visto cómo destruyó a un buen amigo. Ha estado aquí, en este pueblo perdido y se ha cobrado otra víctima. Me pregunto ahora cuándo volverá a atacar, porque sé que lo hará, y dónde. Diane, por esta noche basta. 18 de enero, 9 de la mañana

Diane, anoche hubo una fuerte tormenta. De nuestra víctima sólo sé poco más. Se llamaba Teresa Mary Banks y nació en Tacoma, Washington, el 11 de julio de 1970. Era hija de Ellen y Tony Banks. A los doce años, sus padres murieron en un accidente de coche y ella pasó a la custodia de las autoridades. A los quince años se escapó del orfanato y no volvieron a verla hasta el día en que hallaron su cadáver. No es mucho para una vida. Dentro de dos días deberían estar listos los demás informes del laboratorio. No creo que añadan mucho más a lo que ya tenemos. 20 de enero, 11 de la mañana Diane, tengo sobre el escritorio el último de los informes del laboratorio sobre el caso Banks. Hay dos puntos interesantes. El primero, el cuadrado de papel que encontramos debajo de su uña era un papel muy caro para máquina y no tenía ácidos. Le letra fue mecanografiada con una vieja Smith-Corona modelo 99. Se trata de dos datos potencialmente útiles, pero por el momento no permiten profundizar demasiado. Como nadie se ha presentado a reclamar los restos de Teresa Banks, fue enterrada en una tumba sin nombre, con cargo a los presupuestos del condado. Al entierro asistimos un pastor, un representante del condado, dos sepultureros y yo. Vuelvo a San Francisco. Aquí ya no tengo qué hacer. El caso permanecerá abierto; no obstante, a mí me asignarán otro trabajo. 2 de febrero, 10 de la mañana Si bien detener a atracadores de bancos es un pasatiempo satisfactorio, noto que me cuesta trabajo concentrarme en las tareas que tengo entre manos. Mis pensamientos vuelven una y otra vez a esa tumba sin nombre que hay en Washington. Anoche tuve un sueño muy raro. Bailaba con un hombre muy bajito y una muchacha muy hermosa. EN JUNIO DE 1988, WINDOM EARLE INTENTÓ HUIR Y FUE DETENIDO. VARIOS DÍAS MÁS TARDE, COOPER RECIBIÓ OTRA GRABACIÓN POR CORREO. Es hora de que comience el juego. Yo moveré primero, lo haré cuando menos te lo esperes, y en el peor de los momentos. Y ahora, una adivinanza. Si un avión se cae en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá, ¿dónde entierran a los supervivientes? Ésa es una fácil. Respuesta: En ninguna parte. Primero hay que matarlos. Aquí va otra adivinanza. ¿Por qué crees que Bobby Fisher empezó a pensar en Dios y dejó el ajedrez? Respuesta: para llegar al otro lado. ¿Has conocido alguna chica guapa últimamente? Hasta pronto, Dale. Windom Earle 10 de junio, 1 de la tarde

Si el mal es un hilo que se enrolla alrededor de la tierra como una cuerda, me temo que todos esos hilos acaban en la celda donde tienen encerrado a Windom. Las autoridades del hospital informan que poco antes de su breve huída, dos pacientes de los que Windom se había hecho amigo, fueron encontrados ahorcados en sus celdas. Según parece, se dice que los dos estaban animados y que los médicos tenían previsto darles el alta al cabo de dos semanas. Diane, nunca se lo he preguntado antes, y por regla general, procuro no mezclar mi vida pública con mi vida privada, pero para mí sería un gran honor si aceptara cenar conmigo. Si con esto, traspongo la línea que hemos puesto hace tiempo a nuestra relación, lo entenderé. Si no fuera así, ¿qué le parece a las ocho de la noche? IV “El agente especial Cooper… Dale y yo cenamos en una ocasión. Fuimos a un chino. Tomamos sopa de wonton, rollitos de huevo y pato a la pekinesa. Ése que inflan al pato con aire hasta que alcanza el doble de su tamaño original. Sin lugar a dudas, la piel más deliciosa que he comido en mi vida, firme y al mismo tiempo delicada. Y la carne adquiere un sabor que cuando te lo metes en la boca…bueno, es que me hubiera comido una tonelada.” DIANE EMPLEADA DEL F.B.I. 11 de junio, 7 de la mañana Anoche, mientras me comía un pato extraordinario, se me ocurrió pensar que no sé cómo se apellida Diane. 2 de julio, 9 de la noche Vuelvo a encontrarme ante la terrible perspectiva de tomar vacaciones. Alguno que trabaja en una oficinita cualquiera y se pasa el día con la vista puesta en la pantalla de un ordenador insiste en que necesito descansar. 20 de julio, 3 de la tarde Medicine Hat, Alberta. Diane, al planear un viaje, nunca juzgue un pueblo por el nombre. Me he comprado un pr de buenos zapatos para la nieve, hechos a mano, de esos que duran. La próxima parada será Moose Jaw; busco una buena hacha. 24 de julio, 4 de la tarde Esperaba encontrar a mi hermano al norte de la frontera, pero llegué tarde. Se ha ido a Sudamérica. Diane, hace más de veinte años que no veo a Emmet. Me temo que nos hayamos convertido en extraños. Me gustaría que no fuera así, pero hemos elegido caminos diferentes. 5 de agosto, 9 de la noche

Diane, no hay nada que compense más que regresar a casa después de una aventura. No sé si se trata de una diferencia cultural o si nuestros vecinos canadienses son unos golosos, pero he comido unos pasteles exquisitos. Si alguna vez llega usted a ir a Flin Flon, vaya al café Florida a tomarse un trozo de pastel de mousse de fresas. 24 de septiembre, 4 de la tarde Diane, me voy para Filadelfia. Mi padre está enfermo. Volveremos a hablar cuando pueda precisar mejor cómo se encuentra. 26 de septiembre, 1 de la madrugada Diane, me he pasado las últimas horas vagando por las calles donde me crié. Cuánto ha cambiado todo. Duva’s está cerrado, el Teatro Band Box se perdió en un incendio. Allí vi Bonnie y Clyde. Creo que fui el único del pueblo que gritaba a favor de los agentes del FBI. El viejo Simms y la ferretería han desaparecido. Él murió hace unos años y su hijo vendió la tienda al poco. Ni siquiera la pandilla de la calle Veintiuno es la misma. Ahora llevan armas. Han derribado la que era nuestra casa para construir el aparcamiento de un restaurante de pollo frito. Lo único que queda son dos escalones de cemento que conducían a la puerta principal y unos trozos de los toldos. Los Schlurman se mudaron unos años después de la muerte de Marie. No sé qué habrá sido de su silla rellena de alubias. La escuela sigue igual. Esta tarde me pasó varias horas sentado en el salón de actos. Un lugar eternamente en silencio. El director me dijo que el señor Brumley, el portero que me pescó grabando la clase de educación sexual, ganó cincuenta mil dólares en Atlantic City y se retiró. Todo aquello que hacía que este sitio fuera mío ha desaparecido. La gente, los edificios, los sonidos y los olores. Lo que queda ya no me pertenece. Soy un viajero del tiempo, que entra y sale como un arqueólogo con la esperanza de encontrar las piestas de secretos olvidados o los postes indicadores de futuros destinos. No encuentro ninguna de las dos cosas. Retener el pasado en tu mano es tan imposible como ver el mañana. Sólo el cementerio sigue sin cambios. Hay unas cuantas lápidas más. La hierba es menos verde. Los visitantes más ancianos. A sus ocupantes les importa poco. La suya es la única verdad. Lo que hacemos aquí, nuestros problemas, las victorias, los amores, los odios, las mentiras, las verdades y las promesas son fugaces. Debe de ser todo un espectáculo. La pirámide de cristal de la tumba de Marie ha desaparecido. Espero que quien la tengo ahora tuviera mejor suerte que nosotros dos. Mi padre se ha recuperado, aunque estuvo espantosamente cerca de la muerte. Le falla una válvula del corazón. Esta tarde me ha dicho que cuando le den el alta en el hospital, él y Shamrock venderán la imprenta y se marcharán de Filadelfia. Coemntó algo sobre buscar un barco. Espero que encuentre uno que no haga agua. Mañana iré al lugar donde tiramos las cenizas de mi madre al arroyo. Después no creo que regrese a esta parte del país. Aquí ya no hay nada para mí. Diane, creo que nunca le he dicho lo que voy a decirle ahora, pero en 1970, mi padre descubrió un nuevo cráter en la luna. Se llama cráter de Cooper, y podrá verlo justo en el límite del lado oscuro. 27 de septiembre, 3 de la tarde

Diane, el Cuerpo Civil de Ingenieros constituye una amenaza para la vida espiritual de este país. Me encuentro en la orilla de un pantano infestado de algas que en otros tiempos fue un tranquilo arroyuelo en el que las cenizas de mi madre flotaron hasta llegar al mar. Los muy hijos de puta han construido una presa. 11 de noviembre, 10 de la noche Diane, hoy he tenido noticias de mi padre. Ha salido del hospital. Han puesto en venta la imprenta. Me envió la una foto de un viejo remolcador que tienen a la venta en Florida. No logro deshacerme de la imagen de mi padre engullido por una ballena. 20 de noviembre, 11 de la noche Una semana poco movida. Un atraco a un banco, un caso de extorsión y un secuestro fallido. Esta noche di una charla en el Rotary sobre delitos de guante blanco. Resumiendo, Diane, estoy aburrido y no he encontrado la forma de combatir esta enfermedad. Holmes empleaba cocaína, alternativa que no encuentro aceptable. Lo que necesito, lo que todo detective necesita es un buen caso. Algo que me ponga a prueba hasta el límite absoluto. Caminar hasta el borde del fuego y arriesgarlo todo. El filo de la navaja. Diane, ¿acaso quedan grandes casos? ¿Acaso hay un secuestro de Lindbergh, un robo de Brinks, un John Dillinger, un profesor Moriarty? Si dijera que en el fondo del corazón quisiera que así fuera, debería colgar la placa y el revólver y retirarme. Como dice el refrán, cuidadito con lo que deseas, que a lo mejor se cumple. 18 de febrero de 1989, 9 de la noche Diane, con el correo de hoy me ha llegado esta carta. Querido Coop: Al parecer, esto últimos años no he sido del todo yo mismo. Me gustaría mucho recuperar el tiempo perdido entre nosotros, y creo que sé cómo. Una prueba de habilidad, una última partida. Yo, el brillante maestro respetado por todos entre estas espantosas pareces color azul, y tú, su discípulo brillante e imprevisible. ¿Qué me dices? ¿Aceptas…? Bien. Pronto haré la primera jugada. Windom Earle. Las divagaciones de un demente, o algo mucho más siniestro. Diane, me temo que pronto empezará a soplar un viento y nadie sabe qué dejará a su paso. 20 de febrero, 3 de la madrugada No puedo dormir, me he pasado la noche levantado, mirando la Bahía de San Francisco. Diane, si tal como sostiene una teoría, una persona es elegida para vivir en una época determinada por un motivo específico, ¿por qué estoy yo aquí ahora? ¿Con qué momento de la historia está destinada a cruzarse mi vida? ¿O acaso ha ocurrido ya y no me he dado cuenta de que era mi momento?

Mi madre, Marie, Caroline. Ésos son los nombres en los postes indicadores por los que ha pasado en mi viaje. ¿Pero dónde está el siguiente, y de quién será el nombre que esté escrito en él? ¿El mío? ¿El de Windom Earle? ¿Otro quizá? Diane, como dijo una vez Groucho Marx, “Harpo, hablas demasiado.” Buenas noches, Diane. 24 de febrero, 6 de la mañana Diane, han encontrado un cadáver en el estado de Washington. Una joven, envuelta en plástico. Me dirijo hacia un pueblecito llamado Twin Peaks.

Todo este trabajo de transquibir pagina a página un ejemplar tan valioso y apreciado como es este libro, ha sido trabajo de M.T.Wentz, sin él no habria sido posible hacernos llegar esta obra. Muchas Gracias M.T.Wentz por tu esfuerzo y dedicacion.