ARTE & SOCIEDAD - Unidad 1

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Umberto Eco: Arte y belleza en la estética medieval. 1- La teoría del ars. La opinión de los medievales sobre el ars se mantuvo prácticamente concorde y anclada a una doctrina clásica e intelectualista del hacer humano. Las definiciones en la Edad Media se repetían y formulaban de varias maneras. Las definiciones citadas implican dos elementos básicos: uno cognoscitivo y el otro productivo. Sobre estos presupuestos se basa la doctrina del arte. El arte es un conocimiento de reglas a través de las cuales se pueden producir cosas. El ars se llama así porque arctat (obliga) y porque aretés (palabra griega que significa virtud, capacidad de hacer algo). El arte se inscribe en el dominio del hacer, no del actuar, y tiene una analogía con la Prudencia; regula la operación sobre materiales físicos (estatuaria) o mentales (lógica, retórica) para producir una obra. El arte aspira al Bonum Operis (buen desempeño, buen producto). No es una expresión, sino construcción, operación en vista de un resultado. Ars es un concepto vasto que se extiende también a lo que nosotros llamaríamos artesanía o técnica, y la teoría del arte es ante todo una teoría del oficio. El hombre hace por indigencia: al observar las obras de la naturaleza, las imita. En la imitación del arte hay invención, reelaboración. Une lo disgregado y separa lo unido. Imita a la naturaleza porque imita su operación. La teoría medieval del arte es una filosofía de la normatividad de la técnica humana y de las relaciones entre ésta y la formatividad natural. La naturaleza por su parte estimula el ingenio, a que perciba las cosas. Arte y naturaleza se ayudan mutuamente en este crecimiento continuo. 2- Ontología de la forma artística (Fragmento) Los filósofos del siglo XIII encauzarían esas visiones del ars como capacidad vinculada a las fuerzas cosmogónicas. Para Santo Tomás la forma que el artista induce en la materia sobre la que opera no es una forma substancial, sino accidental. El arte obra según la materia ofrecida por la naturaleza. Las entidades vinculadas con el arte permanecen en vida en virtud de la materia que las sostiene, mientras que las cosas naturales se mantienen en vida en virtud de la participación divina.

ENRICO FUBINI

ESTETICA DE LA MUSICA Entre el mundo antiguo y el medioevo El pensamiento cristiano y la herencia clásica: desde sus inicios el cristianismo debió afrontar el problema de la música como canto litúrgico. Heredaban todo el pensamiento griego y sus dos grandes corrientes, el trono pitagórico-platónico y el peripatético. De un lado la música pagana greco-romana y del otro, la tradición del canto de sinagoga hebreo. La música es vista como un instrumento del diablo pero también como un potente medio de elevación espiritual. La diferencia entre las dos músicas hace referencia a las distintas funciones que estaban llamadas a cumplir y a sus contenidos. La música se asociaba a la armonía, era armonía. El pensamiento cristiano se encuentra en un dilema ya que la música puede tanto elevar la religión como recaer en una visión pagana de la religión. Este era el gran temor de los cristianos. San Agustín en su tratado De Música como en otros escritos analiza este tema. Era muy sensible al arte de los sonidos por lo que duda sin poder decidirse entre la idea de que el placer sensible de la Murcia deba condenarse y la idea de que el espíritu, mediante la música, pueda ser empujado a la oración. Vale decir, que San Agustín, sin embargo, no alimenta una gran simpatía por los músicos. Este dualismo de pensamiento queda como una constante durante todo el pensamiento medieval. La mayor síntesis de tal dualismo se encuentra en el pensamiento de Severino Boecio. Este reafirma la superioridad de la razón sobre los sentidos. Boecio subdivide la música en la famosa tripartición mundana, humana e instrumentalis. La mundana es la música de las esferas, la armonía misma. Es la única y verdadera música. La humana refleja la unión armoniosa de las distintas partes del alma con el cuerpo. La música instrumentalis viene a ser la música tal y como la entendemos. El platonismo encontró una satisfactoria conciliación con la nueva mentalidad cristiana. De lo abstracto a lo concreto: más allá de la uniformidad que se observa en los temas tratados, una lectura mas atenta revela que nos encontramos también con cambios, incluso profundos, en el modo de considerar la música. Aparece una cierta dialéctica entre posiciones diversas. El interés por la importancia religiosa de la música fue disminuyendo bajo el influjo de una tendencia hacia lo mundano y laico. En el año mil aflora en el pensamiento musical esta nueva actitud para una reflexión sobre la música ligada a los problemas reales de su existencia (la del hombre). En ese mismo año comienzan a desarrollarse las primeras y embrionarias tentativas polifónicas. Se advierte una sombra de desconfianza por parte de quien conoce por experiencia directa la música, hacia los tratados. Después del año mil la música misma tiende a organizarse de manera cada vez más autónoma y con un mayor grado de complejidad. Se observa una mayor atención a los problemas reales ofrecidos por la nueva práctica polifónica. Esto constituye lo que en términos modernos podría llamarse una autentica estética musical. A partir del siglo XIV comienzan a hacer sus primeras apariciones las consideraciones sobre la belleza de la música como hecho autónomo. Será el concepto de armonía el que habrá de cambiar. El “ars antiqua” y el “ars nova”: El debate entre partidarios de los dos ars constituye quizás, la primera querelle musical. Juan XXII condenaba el ars nova. A partir de esta condena se hacen visibles las razones de ambas partes. Entre los dos la contraposición es la de una concepción de la música al servicio de algo diferente de si misma: como instrumento de devoción religiosa y como fin en si misma. GEORGE DUBY Arte y sociedad en la edad media

Europa se fortaleció, se enriqueció, y fue entonces cuando nació y se desarrollo un arte propiamente europeo. Para nosotros son obras de arte, no más que un placer estético. Las obras de arte eran en su gran mayoría presentes que se ofrecían a Dios en alabanza y acción de gracias. Lo esencial de la obra artística se desarrollo en esa época en torno al altar, al oratorio, al sepulcro. Francisco de Asís decía que las Iglesias debían estar excelentemente decoradas, pues albergaban el cuerpo de cristo. Nada era demasiado bello cuando se iba a colocar bajo la mirada del Todopoderoso. Para la mayoría, esos objetos e imágenes eran mediadores que favorecían la comunicación con el más allá. Los estudiosos les atribuían, además, una función pedagógica mas vulgar. Debían mostrar a los iletrados lo que estos tenían que creer. También la obra de arte era una afirmación de la autoridad, realzaba el poder. En esta época la creación artística se desarrollo en los lugares en que se concentraban el poder y los beneficios del mismo. Como la obra de arte era en primer lugar un objeto útil, no distinguía entre artita y artesano. Al pintor le incumbía únicamente poner en práctica el ars. Europa cambiaba e iba cobrando mas fuerza la tercera de las funciones de la obra artística. Siglos V-X: el Occidente esta constituido por dos partes. Una, la meridional, está romanizada. Es una Roma que lucha con todas sus fuerzas para contener los avances de Constantinopla. En el Norte, en el Oeste, viven las tribus bárbaras. Algunos de estos pueblos han recibido el Evangelio. Son ellos los primeros en abalanzarse sobre el Imperio de Occidente, los primeros en tomar el poder. Las dos culturas no tienen el mismo peso. La más robusta es la de Roma gracias al emperador Justiniano. Pero las guerras habían causado también grandes daños, y dos accidentes iban a debilitar la cultura meridional frente a la de los bárbaros. La peste en primer lugar, que hizo estragos brutales durante la segunda mitad del siglo VI. Por otro lado, en gran parte de las regiones meridionales dominaba la civilización islámica. La peste y las conquistar árabes jugaron así para esbozar la forma de la futura Europa. Esos mismos desplazamientos precipitaron la decadencia de las ciudades romanas de Occidente. La cultura romana fascinaba a los invasores. Los germanos no tenían mas que un único deseo, el de integrarse, y para lograrlo tenían que hacerse cristianos. Cuando en el siglo IV la Iglesia se convirtió en una institución oficial del Imperio, se introdujo enseguida en los altos niveles de poder. La Iglesia se apropio de todo el legado cultural de la antigua Roma. Prosiguiendo la empresa de magnificencia inaugurada en la época constantiniana, los obispos contraían. Por su propia naturaleza, las religiones monoteístas son iconófobas: al Dios único no se lo representa. Su presencia se señala mediante signos. El Dios de los cristianos se había hecho hombre, por lo que se le podía representar. La mayor parte del arte de la Alta Edad Media ha desparecido, El cristianismo había penetrado en Irlanda a mediados del siglo V. Ciento cincuenta años después, el papa san Gregorio se empeño en la conversión de Inglaterra. Los evangelizadores implantaron de nuevo la cultura romana. En los países sin centros urbanos, las instituciones de la Iglesia fundaban en Inglaterra monasterios. Los hombres que allí se instalaban, apartados del mundo, habían renunciado a la propiedad personal y al trato con las mujeres. El poder y el deber de consagrar a Dios las riquezas del mundo pasaron a manos de los benedictinos. Los más activos artífices de la génesis de Europa-y del arte europeo- salieron en esa época de las abadías anglosajonas. El legado del clasicismo romano volvió así a la Galia. Los benedictinos de Inglaterra tenían una estrecha vinculación con Roma. En la historia del arte europeo la coronación sagrada, la

consagración, es un hecho capital. Los reyes consagrados tenían conciencia de pertenecer a la Iglesia lo cual los obligaba a poner toda su fuerza al servicio de Dios. La consagración conducía directamente a la restauración del Imperio de Occidente. Carlomagno había ido a combatir por el papa, se había hecho aclamar como rey de los lombardos. El poder del rey de los francos abarcaba ahora casi toda la cristiandad latina. Carlomagno se dejo coronar y saludar con el nombre de Augusto, en la basílica pontificia, el día de Navidad del año 800. La Galia noroccidental era la más fértil de las regiones dominadas por los francos. El gran arte de esta época no parece monumental, sino que sigue aplicándose a pequeños objetos portátiles. Toda la búsqueda de perfección formal parece conducir al libro. Para el cristianismo el libro merecía un tratamiento privilegiado, pues encerraba la parte esencial de lo sagrado presente en este mundo: las palabras. El arte del libro es un arte privado abierto a las audacias de la innovación. Eran objetos que estaban reservados al uso de los sacerdotes mas ilustrados. Reaparece así el relieve para la encuadernación de libros. A mediados del siglo IX la cristiandad latina se veía nuevamente maltratada. Los ataques llegaban por todas partes. No se lanzaban sobre Occidente para integrarse a el, sino para robar sus tesoros. A los múltiples se añadió la dispersión de los centros de poder, y por tanto de los focos de creación artística. En el siglo X se iniciaba el movimiento que llevaría a una contracción de los poderes de mando en torno a cada castillo. No obstante, las invasiones fueron también un factor de rejuvenecimiento. Favoreció principalmente todo tipo de intercambios. Los historiadores ya no califican a esta época de “periodo oscuro”, lo ven ahora vivificado por la gran mezcolanza que provocaron las incursiones. 960-1160: el imperio romano de Occidente se desplomo durante los disturbios. En el 962 se restauro por segunda vez, en la persona del rey de los germanos, Otón. Las sedes de la creación cultural siguieron siendo las mismas, la corte imperial y las sedes episcopales. Empieza a ser perceptible la preeminencia de la arquitectura. Y no se trataba de labor de grabado o de cincel. Pero es muy nuevo también el rebrote clasicista que se parecía en las artes suntuarias. En el noroeste europeo aparecen los indicios más claros del vigoroso movimiento de desarrollo material. Se observa una expansión demográfica favorecida por la recuperada tranquilidad y estructuras políticas mejor adaptadas. Un sistema político basado en la autoridad señorial. El poder señorial era en realidad un fragmento del poder real. No eran personas sagradas como los reyes pero se sentían obligados por sus mismos deberes. Cada casa señorial era un taller. El primer efecto de la fragmentación feudal fue la dispersión de los focos del arte cortesano. Sus soportes eran demasiado frágiles. La función principal de los señores feudales era combatir. Los crecientes beneficios del poder señorial se destinaban a la milicia. Todos los éxitos militares contribuyeron a vivificar todas las formas de comercio y a reagrupar Europa. Las ciudades salieron de su sopor, se poblaron y enriquecieron. Los príncipes contribuían a reconstruir y ornamentar grandes iglesias, a las que acudían solemnemente a rezar entre los prelados y los monjes. Los dueños de los señoríos amaban la guerra. Ninguno de ellos descuidaba el servicio a Dios ni a los santos. Había milagros por todas partes, pues las reliquias eran más que abundantes. Tan pronto como aparecía un peligro, se las paseaba en solemne procesión. Los muertos, los santos y Dios esperaban sobre todo ser objeto en este mundo de una celebración permanente. Más puros que los demás eran los monjes benedictinos. Los jefes militares se consideraban obligados a subvenir las necesidades de los monasterios. La mayor parte del poder terrenal pertenecía a los hombres que allí vivían. Los señoríos sacrificaban la mayor parte de su riqueza a la gloria de Dios. En la época feudal, la fragmentación del poder real hizo que se multiplicaran los monasterios. Había monasterios de todos los tamaños, formaban una vasta hermandad que se extendía de un extremo a otro de Europa. Se formaron congregaciones en donde se concentraron los

medios de producción. Esas vastas instituciones fueron las animadoras de desarrollo artístico del siglo XI. El papel protagonista le correspondió a la más vigorosa de ellas, la orden de Cluny. En esta toda la actividad de los monjes se concentraba en el oficio litúrgico. En un principio parte de la Iglesia estaba en desacuerdo con las figuras en relieve, pero luego la seguridad frente al paganismo aumento y la Iglesia comenzó a acostumbrarse a no recelar tanto de las imágenes en relieve. En apenas medio siglo, la gran escultura publica, sacralizada, invadió la Galia meridional y fue finalmente aceptada en el norte de Loira. El impulso de progreso material cobraba más fuerza. Las ciudades empezaban a sacar ventaja a las zonas rurales. Las condiciones de la creación artística volvían a ser las que habían sido en las mejores épocas de la antigüedad mediterránea. Sus focos más activos se instalaban para siempre en las ciudades. En el medio urbana se reforzaban dos actitudes mentales: estaba en primer lugar la necesidad de ver claro, de comprender, de salir de uno mismo, de comunicarse. En segundo lugar estaba el cambio en las representaciones mentales, el descubrimiento de que el mundo carnal no era tan malo y de que para agradar a Dios no era necesario huir del mundo como hacían los monjes. Simultáneamente se trasformaban las relaciones con el Divino. Se observa un regreso a la organización primitiva. Los hombres de cultura comenzaban a fijarse cada vez más en los textos del evangelio. Se amplio en su espíritu el lugar que ocupaba la madre de Dios. Las escuelas catedralicias se desarrollaron. Se inicio así la concentración de los estudios en lugares privilegiados. La nueva pastoral hizo que el cristianismo fuera interiorizándose poco a poco. Se exhortaba a fieles a que se acercaran a Dios de una manera personal. El siglo XII quería monjes menos arrogantes. Las nuevas congregaciones que se formaron en Occidente se replegaron así en la soledad y el silencio, los hombres que allí se convertían renunciaban a todo. Se impuso, como tiempos anteriores, la prohibición de las imágenes con el deseo de imitar a los primeros Padres. 1160-1320: en el siglo XIII, Europa sigue ensanchándose. Ya no son guerreros sino comerciantes quienes abren el camino a los misioneros y a los eruditos. La expansión europea franquea ahora los límites del mundo antiguo. Sobre todo Europa en este siglo se llena de gente. El campo europeo se crea a lo largo de los siglos XII y XIII. Adquiere entonces el aspecto con el que lo vemos hoy. Más numerosa, la población producía más, y como aun no era lo suficientemente grande, su nivel de vida se elevaba. En la sociedad urbana se ampliaba el círculo de los hombres capaces de mostrarse magníficos. A finales del siglo XII, los estudiosos que se interrogaban sobre las facultades humanas y que trataban de clasificarlas, incluían al lado de las artes liberales, las que se denominaban mecánicas. Por ejemplo, el perfeccionamiento de las herramientas y también el valor de la habilidad manual. Constataban al mismo tiempo la aparición de una especie de aristocracia del trabajo manual. El trabajo tendía a dividirse al máximo. Tal disgregación de los oficios difícilmente podía favorecer la innovación. La unidad de Europa y de las formas artísticas europeas fue también consecuencia de la concentración de poderes. No obstante esta no fue total. Pero en el centro mismo de Europa existía sin duda una formación política más vigorosa, el reino de Francia. La construcción del estado moderno se inicia en un contexto de dispersión. La Iglesia se había convertido en una monarquía, la mejor estructurada de todas. Con la omnipresencia de lo religioso, la autoridad del papa se introducía por doquier. Pero Roma no fue, en el siglo XIII, la capital del estado centralizado que era la Iglesia. El sumo pontífice circulaba por todo el Occidente. Desde que el papado reformador había restaurado el episcopado, la sede del poder eclesiástico era la catedral. En cada ciudad se alzaba una catedral, y esta se presentaba como fuente del poder. Todas las ceremonias de iniciación se hallaban bajo la

autoridad del obispo y, por delegación, del clero. La curia romana quería vigilar de cerca de los maestros y a los discípulos suyos, para ello les ayudo a reunirse en una especie de corporación, la universidad. Allí es donde nacieron las maneras de rezar y pensar. En 1163 se iniciaron las obras de una nueva catedral, se adoptaron dos decisiones sobre las obras: hacia 1180, la de elevar las bóvedas un tercio mas de lo previsto y hacia 1250 la de sustituir la piedra por el vidrio coloreado de inmensos rosetones. Toda Europa adopto esas formas. Las catedrales eran el orgullo de la ciudad. Era la expresión del poder soberano. En la escuela se seguía aprendiendo sobre todo que es lo que había que pensar y trataban también de aprender como pensar cada vez más racionalmente. Los canónigos pidieron a los maestros de obras que utilizaran todas las formulas del oficio para reducir la catedral a simples nervaduras a fin de que la luz se expandiera por su interior. La imagen cambio de función, enseñaba principalmente la historia de la salvación. Acabando el siglo XIII se alzaban voces en París, nacían las órdenes mendicantes. El objetivo de mendigar era responder a la herejía, es decir, a las frustraciones de los laicos. Los dominicos respondieron mediante la reforma de una institución ya existente. Los franciscanos respondieron con una propuesta que consistía en una vida más pura, en el respeto de la autoridad eclesiástica. El papado supo utilizar a ambas corrientes e incorporarlos al sistema. Los lugares infectados por la corrupción, recibieron la misión de respaldar al clero. Los dominicos trataban mas de convencer y los franciscanos de emocionar. Estos últimos recurrieron a la pintura. La consideraban adecuada para favorecer un dialogo directo entre el fiel y Jesús. A partir de 1230 estaban por doquier. En la universidad, en las cortes principescas, en los lugares mas recónditos de la sociedad urbana. Protagonistas de una reconversión radical, turbadora, inquietaron a la curia romana. La predicación mendigante agitó mucho a la sociedad. En la nobleza y la alta burguesía estimulaba la cultura caballeresca; en las escuelas los maestros y sus discípulos proclamaban cada vez más alto que la naturaleza era buena. La otra resistencia venia del Estado, nuevamente fortalecido. Combatían con docilidad la herejía. Los príncipes seguían contribuyendo a la construcción y decoración de las Iglesias. La voluntad de independencia del Estado con respecto al aparato eclesiástico halla su expresión artística más precoz en la capilla, espacio sagrado pero domestico. En la segunda mitad del siglo XIII, las fuerzas vivas de Europa se desplazan lentamente en dirección a Italia. 1320-1400: Francia se deteriora por la avaricia y el aumento de la población que, incapaz de vivir en el campo, se mudan a los suburbios de las ciudades creando así un mayor índice de inseguridad. La mayoría de las provincias de Francia eran muy vulnerables cuando reapareció la peste en 1348. El primer ataque de la enfermedad fue terrorífico. El reino de Francia sufrió y mucho. Aunque la perturbación general de mediados de la centuria interrumpió momentáneamente el crecimiento, este volvió enseguida por todos lados y con más brío. Los que sobrevivieron a la peste negar se encontraron en menor número para repartirse las mismas riquezas. Se ganaba dinero sin dificultad, se gastaba con facilidad. Todo ello lograba que la producción de obras de arte no se debilitara sino que se modificara. El arte se va liberando cada vez mas de la tutela eclesiastica porque se acentuaba la interiorización del cristianismo. Una buena parte del dinero en efectivo que antes recogían las instituciones religiosas llegaba ahora a las manos de los dueños del poder político. Fue en esa época cuando se estableció en Europa el sistema fiscal. Sin embargo el estado más poderoso y ávido era la Iglesia. A los dirigentes de la Iglesia les parecía legitimo necesario mostrarse tan magníficos como los reyes.

La línea de separación entre lo religioso y lo profano se había trazado a mediados del siglo XIII. De un lado se halla lo que pertenece a la fe, de lo inmaterial; del otro lado lo que perciben los sentidos, el mundo en el que vivimos. La tendencia al realismo guarda relación con esa voluntad de sustraer a la influencia de lo religioso un ámbito de libertad y de delimitarlo con nitidez. A partir de 1400 los más grandes artistas trabajan para los palacios. Se va apuntando de manera imperceptible, la autonomía del artista en el seno de una sociedad influenciada por el ascenso del individualismo. La tercera persona de la Trinidad estaba ahora mas presente en la vida devota, se desdibuja la línea divisoria entre la devoción moderna y la herejía. En el arte del siglo XIV sigue predominando ampliamente lo religioso. La fe se convierte en una cosa del corazón. Es lógico, por lo tanto, que la obra de arte tienda a convertirse en un objeto de propiedad personal. Ahora los artistas trabajan principalmente en encargos privados o para el mercado. Es significativa la aparición en esta época de las primeras figuras indiscutibles de coleccionistas. A Dios y a los santos se les sirve de otra manera. La obra de arte característica del siglo XIV es la capilla. La arquitectura de la capilla cuenta mucho menos de lo que contiene. Son sobre todo las imágenes que pueblan las capillas. Esas imágenes instruyen y reconfortan, pero por sobre todo, ablandan. El otro objeto característico del siglo XIV es la tumba que tiende ya hacia lo profano. Los muertos viven. Por humilde que sea la tumba, los signos que se colocan en el monumento conmemorativo evocan un traslado triunfal. Las tumbas ponen de manifiesto un apego extremo a los bienes terrenales. El arte funerario expresa la afirmación del poder político. Se advierte en casi todos los aspectos de la vida un decorado de naturaleza expresiva, para mostrar y ser recordado. Pasado del 1300 en Europa, por efecto de las tensiones políticas el dinero circula más deprisa. A lo largo de toda su historia, la Edad Media europea tiene una experiencia permanente de la guerra. En el siglo XIV la guerra cambia de dimensión, todo depende de ella. Sufre en especial el poder del papado. Los Estados grandes y pequeños se repliegan sobre si mismos. Se establecen controles en las fronteras que se hacen, de esa manera, reales. Las naciones se encierran en su identidad y esto afecta evidentemente a la creación artística. Todos las ciudades son focos activos de creación, pero tienden a encerrase en sus tradiciones. Se construyen así “escuelas” locales. Lo que mas llama la atención al llegar a los últimos decenios de la edad media es la continuidad. TIP: en Aviñon y Paris se forjo el estilo del arte gótico internacional.

JOSE LUIS ROMERO LA EDAD MEDIA La Temprana Edad Media Abraca el periodo entre las invasiones y la disolución del imperio carolingio.

Los caracteres de la realidad: A partir de la crisis del siglo III comienza el bajo Imperio mediante el cual se transmite a la temprana edad media el legado romano. Durante los dos primeros siglos del imperio, se observa una tradición republicana y la precisa orientación política y espiritual diseñada por Augusto. La catástrofe del siglo III despertó gérmenes que conspiraban contra el espíritu augustal, por lo que la inspiración típicamente occidental de Augusto comienza a declinar. Diocleciano logro consolidar la tambaleante estructura del imperio a costa de suprimir casi todos los vestigios del orden tradicional. Una reorganización del Estado aseguro su intervención en la vida de la sociedad. Diocleciano constituye el punto de partida de una nueva era en que las tradiciones romanas se mezclan con las tendencias de origen oriental que llegaban del imperio persa. Diocleciano aspiraba a suprimir los numerosos cultos que habían llegado desde el oriente, entre los cuales era ya por entonces el cristianismo uno de los mas difundidos, Diocleciano lo persiguió pero pudo comprobarse que esa hostilidad oficial solo lo tonificaba. Los emperadores que siguieron después de Diocleciano, utilizaban el cristianismo hasta que termino siendo la religión oficial. En el oeste, los pueblos germánicos que cruzaron en masa las fronteras del Rin y del Danubio ejercieron una influencia avasalladora y violenta. Destruyó el orden político tradicional. Una de las consecuencias mas importantes de esto fue la separación entre el occidente y oriente del imperio, que fue en lo futuro, separación entre la Europa oriental y occidental. En el 4767 fue despojado del poder Rómulo Augústulo y el Imperio de Occidente desapareció como unidad política. Se paso el poder político de las manos de las minorías romanas a las manos de las minorías germánicas. El tercio de la tierra paso a manos de los conquistadores y la minoría guerrera se transformaba rápidamente en una aristocracia rural que reemplazaba y absorbía a los antiguos terratenientes. La nueva minoría romana coexistió con la antigua que hallo cabida en los cuadros administrativos y judiciales y en la Iglesia, donde podía defender con más eficacia el tipo de vida a que aspiraba. A partir se esos reductos comenzó a operar sobre la minoría germánica y logro sobre ella cierto ascendente. Desde el punto de vista de la cultura, los reinos romano germánicos sufrían un constante cotejo con el imperio bizantino desde el cual llegaban influencias que seducían ya que el imperio Bizantino conservaba aun el aura del prestigio romano y no se descartaba una restauración imperial. Los monjes y letrados bizantinos introdujeron típicas concepciones bizantina e influencias orientales directas. Hubo en el Occidente germanizado, una curiosa aceptación de elementos culturales orientales que dejarían su huella durante toda la edad media. La Iglesia cristiana Occidental creo una concepción del papado a imagen y semejanza de la autoridad de los emperadores. Cuando el peligro árabe se cernió sobre los reinos romanos germánicos, estos volvieron a unirse como Imperio, el Imperio Carolingio. Una vasta área germanizada se unió entonces que mas tarde se disolvería y daría comienzo a una nueva era, la Alta Edad Media. Los caracteres generales de la cultura durante la temprana edad media: las influencias romanas se habían hecho sentir en el plano de las ideas políticas y sociales, el cristianismo había impuesto una concepción teística, cuyos fundamentos sustentaban nuevas ideas en el plano moral y en la concepción de la convivencia social. Estas influencias, en muy poco alteraron el sistemas de ideales de vida propio de los germanos. La masa de la población sometida era relativamente homogénea. La concepción romano cristiana de tipo occidental era ya vigorosa y firme en el siglo V. En el fondo, la concepción clásica de la romanidad era inconciliable con el cristianismo y viceversa.

Se erigía entonces el cristianismo oriental con una idea de la vida hermética e incontaminada, fiel a las tendencias contemplativas del Evangelio y servia como meta accesible para quienes querían hallar el modo de eludir la agitada realidad social de la época. Su perfección parecía incomparable con la realidad. La imagen del universo, mundo y trasmundo: la tradición pagana y la tradición germánica se contraponían al cristianismo y dejarían sus huellas en ciertas deformaciones y resabios de innegable profundidad. Había, en la concepción romana del universo una tendencia que desembocaba en cierta imagen naturalística. Era una naturalismo impreciso en sus fundamentos, y en esa creencia se escondía el reconocimiento de un sistema de leyes que correspondía al sistema de la naturaleza. Con este vago y profundo naturalismo coincidía el de los germanos: la naturaleza misteriosa sometida a un sistema de ideas capaz de explicar sus apariencias. Sobre estas concepciones del mundo y del trasmundo se superpuso la doctrina cristiana. El afán de introducir a los pueblos paganos dentro del ámbito de la Iglesia movía a utilizar procedimientos catequísticos que eran muy hábiles, pero conducían a resultados inmediatos muy diversos a los esperados. La Iglesia triunfaba poco a poco e imponía su doctrina. El monoteísmo se afirmaba lentamente en aquellas mentalidades antaño politeístas. En el complejo cultural de la temprana Edad Media, puede advertirse el predominio de la concepción cristiana en la presencia eminente del trasmundo. De esta manera se prolongaba el mundo de la realidad inmediata hasta otro en el que solo podía confiarse por la fuerza de la fe. La presencia del trasmundo fue alimentada especialmente por el Apocalipsis. A San Agustín se debía la caracterización de los dos mundos que el cristiano reconocía como contrapuestos: la ciudad celeste y la ciudad terrestre. La figura más importante como estudioso y como pedagogo de los problemas teológicos es San Isidoro de Sevilla. El estudió y desarrolló muchos problemas teológicos con suma agudeza y profundidad, se ha llegado a decir que el llamado Renacimiento carolingio seria incomprensible sin sus estudios. La fe y la doctrina no dejaron de inspirar a algunos poetas que quisieron defender o explicar poéticamente sus creencias. La conciencia de un orden universal: el más significativo punto de coincidencia de la tradición romana y la tradición cristiana es la conciencia de un orden medieval. Las dos concepciones que ambas partes representaban chocaron varias veces. La tradición romana tendía a una unidad real (el imperio) y la tradición cristiana a una unidad ideal (la Iglesia). En el Imperio romano se percibía entre ambas comunidades, la imperial y la cristiana, un antagonismo irreductible. Nada se oponía, sin embargo, a que la comunidad cristiana viviera dentro del imperio. El cristianismo comenzó a sentirse poco a poco consustanciado con el imperio. Con el tiempo figuras importantes del cristianismo comenzaron a “querer” a Roma. Los mismos invasores sentían admiración por Roma. Los cristianos sostuvieron que las invasiones mejorarían el tronco romano. Durante casi todo el transcurso de la temprana Edad Media, la Iglesia se atuvo a la concepción ideal del orden universal. El obispo de Roma tenia, en efecto, como programa inmediato, el de lograr el reconocimiento de su autoridad por los poderosos magnates de la Iglesia oriental y aun por los obispos occidentales. La actitud de la Iglesia frente a los reinos romanos germánicos fue de reconocimiento de su existencia histórica como hecho consumado. Los reinos nacionales integraban idealmente un conjunto que se caracterizaba por la unidad religiosa y sobre todo por la real obediencia espiritual al obispo de Roma. Frente a todo esto había algo que la monarquía no le iba a tolerar a la Iglesia y era que esta se metiera en sus asuntos. Las aspiraciones universalistas suscitaban en los reinos dos clases de preocupaciones. Por una parte las aspiraciones vigentes del Imperio Bizantino a

la reconquista de los antiguos territorios romanos. Por otra parte toda aspiración universalista se confundía con la aspiración a consolidar la hegemonía de un reino sobre otros. La tesis de las “dos espadas” surgió puntualizando que el poder venia de Dios y que se manifestaba por medio del brazo eclesiástico y el brazo secular de los cuales el ultimo debía estar al servicio del primero. Los pueblos musulmanes habían comenzado en las postrimerías del siglo VII su ofensiva contra el occidente. Un sentimiento de solidaridad surgió entonces entre los pueblos cristianos y la idea imperial volvió a adquirir considerable fuerza. El nuevo imperio se constituyo como un resultado de las circunstancias y sobre la base de la organización del reino franco. Todo esto poseía un fuerte acento religioso. Carlomagno pudo contar con el apoyo decidido de la organización eclesiástica. Esto suponía un peligro: el de permitir la progresiva acentuación de un poder, el de la Iglesia. Con la disgregación del Imperio Carolingio concluyo la temprana Edad Media. Los ideales y la forma de convivencia: la vida social presento caracteres singulares. La minoría conquistadora se transformo rápidamente en aristocracia terrateniente que competía con la antigua aristocracia romana. El problema social mas importante fue el de las relaciones reciprocas entre estas dos aristocracias. La actitud de la minoría conquistadora se manifestó como un intento de atracción con el solo requisito de que aceptara su mutilación. Solo cuando las antiguas aristocracias adoptaron una actitud beligerante contra el orden establecido fueron tratadas como enemigas y perseguidas con ensañamiento como grupos conspiradores. Fue notorio el esfuerzo y el deseo de los nuevos estados por construir rápidamente compactas unidades sociales. La masa romana permaneció al margen de ese proceso de fusión y descendió un grado más, pues ahora tenía sobre ella no uno, sino dos grupos de elite. Se mantuvo su situación de sometimiento dentro de una economía cada vez mas caracterizada por el ruralismo. La Iglesia contó con esas masas cada vez que se atrevió a manifestar su apoyo a uno u otro poder de los que a veces se enfrentaron. Entre las dos aristocracias se llego a fijar cierto sistema de ideales comunes que podrimos llamar nacional. Los cronistas de la temprana Edad Media testimonian un hecho decisivo para comprender su época, la lenta aparición de entidades históricas que se desarrollan y adquieren el valor de los signos incuestionables e irreductibles. La monarquía fue convirtiéndose en un símbolo de la fusión de los reinos romanos germánicos, y en tal carácter la crónica nacional debía centrar en ella su interés. La idea del hombre y las formas de realización del individuo: la radical concepción romana del hombre entre el siglo II a. c y el siglo d. c supone una noción de su destino precisamente delimitada del mundo terreno. Los valores que predominan en la romanidad clásica son los que se relacionan con la conducta real del hombre frente a su contorno real. La gloria sustentada por la posteridad comenzó a parecer desdeñable junto a aquella otra felicidad que prometían las religiones catárticas, la prometida eternidad de la bienaventuranza. Para los germanos era lo mismo que los romanos clásicos. El guerrero representaba la forma más alta de la acción, en la que era dado alcanzar el heroísmo, considerado como valor supremo. La actitud heroica fue desde entonces la que caracterizo a la elite directora. Esta última sostenía que el heroísmo constituía el signo de una actividad relacionada con el poder, la gloria y la riqueza. Se consideraba inferior a los que no poseían riqueza, poder ni gloria. La concepción de que el destino del hombre se cumplía sobre la tierra comenzó a perder su predominio cuando la iglesia supo como transformar esos pensamientos. La Iglesia había comenzado a triunfar sobre el espíritu de la romanidad clásica durante el bajo Imperio, pero vio declinar el prestigio de sus ideales con la irrupción de los invasores

germánicos. El renunciamiento y la vida contemplativa tenían como forma extrema el monarquismo y estos ideales eran inaceptables para los germanos. El sentimiento cristiano derivaba en el oriente hacia el tipo de hombre capaz de poner en acción su vocación religiosa en beneficio de la propagación y la defensa de la fe. Había entre el puro activismo de la aristocracia guerrera y la contemplación religiosa un lugar para la actividad intelectual, a la que se dedicaron con fervor, preferente, los hombres de la Iglesia y excepcionalmente algunos laicos. Esa actividad comprendía el cultivo de los dos saberes, el cristiano y el pagano. Los funcionarios y los eclesiásticos adquirieron poco a poco, gracias a su conocimiento del derecho, una reconocimiento de su valor que se extendió en alguna medida a todo el que dedicaba su actividad a los estudios, sobre en el caso de los hombres de Iglesia. Estos hombres dedicaban sus mejores esfuerzos a la defensa y exaltación de la Iglesia como institución. La Iglesia descubrió entonces la posibilidad de canalizar el ímpetu guerrero y heroico hacia la defensa de la fe. De ese modo comenzó a perfilarse la idea del caballero cristiano. La Alta Edad Media Periodo que transcurre desde la disolución del imperio carolingio hasta la crisis del orden medieval en pleno siglo XIII, se lo podría llamar el periodo clásico de la Edad Media. Los elementos de la realidad: el imperio carolingio fue una vasta creación política. Mas que una creación fue, una restauración, construida sobre la base de algunos elementos de la Roma secular. La desaparición del poder de agresión de los musulmanes resto al imperio una de sus razones de existir, el imperio carolingio tropezaba con serios inconvenientes para su perduración. El índice de la eficacia práctica había disminuido considerablemente, todo había dejado de tener la precisión que poseyera durante los primeros tiempos del Imperio Romano. También están las invasiones que acentuaron este proceso. Los restos de un precioso saber (la administración publica) se fueron perdiendo por la falta de ejercicio. Para acentuar esto se produjo un distanciamiento creciente entre los estados romanos germánicos y el imperio bizantino que aun conservaba la antigua cultura. Las segundas invasiones no se produjeron en un momento dado. Eran ahora pequeñas bandas que atacaban sorpresivamente con propósito de saqueo. Así sucumbió el imperio y surgieron los señoríos. Lo que siguió al proceso de disgregación en el siglo IX fue una lucha universal por el predominio en las diversas regiones. Nada podía considerarse estable dentro de un orden en el que todo dependía de la eficacia militar de los señores. La cristiandad constituía la única unidad concebible, representada por el papado, que vería crecer su fuerza por esa misma causa. La autoridad del rey solo se ejercía a través de la escala jerárquica, y cuyo poder efectivo no era muy grande fuera de su propio señorío. Los caracteres generales de la cultura durante la Alta Edad Media: la Iglesia había conseguido acrecentar su influencia y enaltecer los valores que defendía. Los musulmanes comenzaron a sentir que el heroísmo valía por los objetivos que eran el triunfo de una fe cuya esencia residía en la vida contemplativa. Muy pronto la figura del caballero que ejercitaba constantemente su brazo a la defensa y el recuerdo de sus hazañas habrían de adquirir caracteres de leyenda. La espada es el signo del caballero y el combate su única justificación, vive una existencia alejada de las enseñanzas de Dios. Este renacimiento del espíritu heroico caracteriza toda la alta edad media. Sin embargo el cristianismo no abandono nunca el campo y mantuvo ciertos reductos inexpugnables, especialmente entre las clases meno privilegiadas. Fueron estas clases las que conservaron y alimentaron el

sentimiento cristiano ya que encontraban en el la única salvación posible a su vida injusta y precaria. A fines del siglo XI una predicación del papa Urbano II convocando a la guerra a todos los infieles produjo una exaltación en las masas populares. La convocatoria, naturalmente estaba dirigida a la nobleza, los únicos con medios para luchar. Pero en tanto que la nobleza reaccionaba lentamente, las masas populares comenzaron a marchar en una enloquecida peregrinación hacia la muerte, se observaba la presencia de un vehemente deseo de morir por la fe. Lo que nacía allí era el espíritu de cruzada. La Iglesia no tardo mucho en volver a canalizar la concepción heroica de la vida para someterla a sus dictados. Vale aclarar que para ese entonces la época era ya un poco más estable. El objetivo del caballero no debía ser solamente la hazaña por la hazaña misma sino que trascendía al individuo. La ignorancia había poblado la lejanía de misterios, y la imaginación se prestaba a recibir las más absurdas noticias acerca de lo que constituía el mundo remoto. Cuando comenzaron a llegar las noticias de las aventuras del Rey Artús, los señores del occidente de Europa empezaron a soñar con ejercitar su brazo en ambientes llenos de riquezas y aventuras. Todo el trasmundo misterioso parecía poder ofrecer su signo escondido en un recodo. Poco a poco las ásperas fortalezas comenzaron a acoger una sociedad menos obsesionada por la guerra. La influencia de la Iglesia contribuyo a enaltecer la significación de la mujer. Ellas representaban el espíritu, la gracia, y sobre todo el primado del amor. A su alrededor el héroe se transformaba en caballero cortesano, Entretanto comenzaba a desgajarse de la férrea estructura económico social del feudalismo una clase social nueva, la burguesía, que crecería muy pronto y aceleraría el prospero desarrollo de las ciudades. Por otra parte el trabajo se orientaba también hacia la actividad intelectual que contribuyo a darle brillo a las universidades. El de la burguesía era un sentimiento popular. El dinero fue su arma de combate y fue también uno de sus mejores instrumentos de expresión. Cristiano en el fondo, ese sentimiento popular se alejo y busco la emancipación con su propio esfuerzo. La imagen del universo. El saber: el mundo de después de la muerte era seguramente el tema que más interés despertaba en el auditorio de los predicadores. Pero al mismo tiempo el trasmundo se manifestaba a los ojos por medio de los elementos fantásticos que creía descubrirse entreverados en la realidad. Una intensa curiosidad despertaba el anhelo de la aventura. Esto también influyo en los estudios de las universidades que comenzaron a sistematizarse, en las que, al lado de la teología se estudiaban la filosofía, el derecho, la medicina y la siete artes liberales. El núcleo de los estudios fueron en esta época los problemas teológicos. A partir del siglo XI se centraron las preocupaciones en el llamado problema de los universales. Los franciscanos fueron ardientes defensores del realismo; los dominicos tomaron parte por el nominalismo. De este modo quedo fundada la escolástica, un método de discusión basado en la fundamentación y refutación de opiniones. En el siglo XI el principio radical del pensamiento cristiano era “creo para luego entender lo que creo por el camino de la razón”. Un fuerte movimiento científico y orientado hacia la ciencia experimental apareció en el siglo XIII en Inglaterra. Pero en la difusión del conocimiento científico, se escondía la tendencia a señalar dos caminos para el conocimiento de la verdad: uno orientado por la revelación y otro orientado por la naturaleza. La Iglesia poco a poco pierde poder e influencia y muchas personas se consideraban capaces de aproximarse a Dios con el solo esfuerzo de su fe y su conducta evangélica. La Iglesia combatió estas sectas con energía y esta energía a s vez, era un signo de debilidad.

Estas eran heridas muy fuertes y profundas para la Iglesia que pronto entró en estado de crisis. El orden universal. Imperio y Papado: el imperio y el papado eran las dos potestades que representaban la aspiración unánime a un orden universal. El ejercicio de una alta justicia, insobornable e incontaminada por los apetitos y ambiciones, parecía la misión propia del emperador. Pero la aspiración a un orden universal ajena a las luchas políticas, se orientó hacia el papado. En principio, este aceptaba es responsabilidad pero en el siglo IX se hallaba falto de apoyo secular para imponer sus decisiones. La creación del Santo Imperio en el siglo X pareció que podría proporcionarle a la Iglesia el brazo armado que necesitaba. En este mismo siglo el movimiento de depuración que encabezó la orden de Clunny, devolvió al papado la autoridad moral que había perdido. En el 1073 aprox. Comenzó la lucha entre el pontificado y el imperio con la cual quedaron en evidencia las dos posiciones antagónicas. El papado sostuvo no solo su jurisdicción para designar obispos sino también su autoridad suprema sobre la tierra. Pocos años después el conflicto volvió a adquirir violencia debido a la política italiana del emperador Federico Barbarroja. El papado entro activamente en la lucha política estimulando en todas partes a los enemigos de Federico. Estas luchas terminaron por anonadar a quienes soñaban con un orden universal. Entre estos se encontraba Dante Alighieri cuya premisa indiscutible era la imperiosa necesidad de un orden universal, de una justicia suprema colocada por encima de los intereses inmediatos. La aspiración a un orden universal se superpuso durante toda la Edad Media. El imperio no fue en ningún momento, durante la Edad Media, ni una realidad, ni siquiera una virtualidad verosímil. Solo cabía la posibilidad de lograr una unidad espiritual y esa posibilidad correspondía solo al papado. Este triunfo en la instauración de un cierto orden universal. Allí donde los intereses espirituales predominaban, la Iglesia no hallo obstáculo para afirmar su autoridad universal. Fueron los reinos nacionales lo que empezaron a prescindir del papado, absorbidos como estaban por la ruda tarea de constituirse contra toda suerte de obstáculos. Se puede decir entonces que la aspiración a un orden universal en la Edad Media residía en el plano espiritual. Los ideales y las formas de convivencias. El orden monárquico: quienes querían huir del mundo tenían a su alcance los monasterios. En estos se redactaban anales que en principio estaban destinados a fijar los principales acontecimientos de la vida de la comunidad, pero son también testimonios preciosos para otros muchos aspectos de la vida del señorío, del reino o del imperio donde se encontraba el monasterio. La ciudad empezó a ofrecer posibilidades insospechadas para el artesano o para el que buscaba el ejercicio del comercio. Allí el origen tenía escasa importancia. Había allí hasta la posibilidad de escapar a la dominación señorial. La vida urbana significó un desarrollo intenso de la actividad intelectual. El círculo de letrados se extendió gracias al interés de las clases en ascenso. Las ciudades adquirieron una importancia decisiva y los ciudadanos una profunda conciencia de su papel. Hay en este un orgullo peculiar de su condición de tal, que se refleja en su conducta política. A pesar de este traslado de la vida a las ciudades los señoríos siguieron teniendo importancia durante mucho tiempo. En el curso de la Edad Media el señorío resulta ser uno de los ámbitos sociales más característicos. Si el señorío y el imperio son las formas de convivencia que parecen dadas con la alta Edad Media; el reino y la comuna son aquellas en las que deposita poco a poco sus más preciosos ideales. Es notorio el afán de agrupar los esfuerzos para hacer frente a otras unidades políticas de más alto potencial. El reino se superpone indiscutiblemente sobre los señoríos y solo es cuestión de hecho que ejerza su autoridad sobre ellos. Se advierte también que a la épica heroica comienza a suceder la crónica real, en la que se narran los principales acontecimientos de la historia

del reino. Un nuevo espíritu surge poco a poco. Cuando la corona quiere fundamentar jurídicamente sus aspiraciones recurre a las normas del derecho romano. Las cortes y parlamentos son los testimonios de esta nueva política. La burguesía y la corona van reforzando el pacto que conducirá a esta última al triunfo. El curso de la alta Edad Media ha asegurado el ascenso de la monarquía. La idea del hombre. Las formas de realización del individuo: se advierte a lo largo de la edad media la presencia de un ideal de vida vigorosamente enraizado en la imagen del trasmundo. Con el ejemplo del santo, se proponía el hombre de carne y hueso un ideal de renunciación que solo se justificaba por la grandeza de una esperanza ultraterrena. Esta línea perdió importancia en el ámbito señorial de los primeros siglos de la alta Edad Media. Los viejos héroes que luchaban contra adversarios inmensamente más poderosos que ellos aun perduraban en los versos de las canciones de juglares y trovadores. Sin embargo en esta vasta creación épica perdura todavía el triunfo obtenido por la Iglesia en las postrimerías de la Edad Media. Pero la idea de una hazaña condicionada por la necesidad de defender la cristiandad y el imperio no es lo que predomina en los duros siglos con que se inicia la alta Edad Media. La épica señorial relata las aventuras de los caballeros que luchan por la hazaña misma. Nada hay en la hazaña si no es la honra que el caballero ha de ganar y de la que se harán eco los villanos, juglares, etc. Pero esa idea de vida era muy elemental y poco a poco la Iglesia recuperó el terreno perdido. EL sentido de la lucha por la fe se mantenía vivo en las fronteras y era sostenido por la monarquía. Muy pronto el caballero cruzado reemplazaría como ideal al héroe individualista de los primeros tiempos. Sin embargo la Iglesia quería más y logro más aun. EL caballero en su vida misma debía tratar de alcanzar la virtud propia del cristiano. Se ve una pureza masculina en el caballero que antes era inconcebible. Así surgió la vida cortesana que adquirió un brillo inusitado gracias al lujo y la grandeza de que empezaron a gustar los señores y sus cortesanos. EL amor dio origen a una vasta creación lírica, en cuyo oscuro origen se esconden sin duda buenas influencias bretonas islámicas. Era el pleno triunfo de una nueva concepción de la vida que el cristianismo canalizaba hacia la imposición de su doctrina y de sus formas predilectas de existencia. Para la población de las ciudades surgió una vasta literatura didáctica. El afán de saber alienta el afán de enseñar. Desde el siglo XI se elaboraba en Europa Occidental un estilo arquitectónico de singular personalidad, el románico, en el que podían advertirse algunas típicas influencia orientales. Una aniquilamiento de las formas y una exaltación de lo espiritual parecen ser los caracteres más acentuados que procuraba lograr el imaginero románico. Desde el siglo XII se opera en la arquitectura una transformación que caracteriza al estilo ojival o gotico en la que predomina la dimension vertical. Catedrales y demas comienzan a revelar el empuje de la buerguesia, reflejaba su construccion un intenso sentimiento de orgullo y poderio ciudadano, visible a traves de la riqueza invertida y del esfuerzo consagrado a construir un monumento insuperable. La Baja Edad Media Periodo desde la segunda mitad del siglo XIII hasta las postrimerías del siglo XV. Es una época en la que se manifiesta una multiplicidad de influencias y reacciones. Los elementos de la realidad: La crisis que se desencadena en el siglo XIII tiene un testigo eminentísimo. Dante Alighieri cuya obra Comedia es tan grande como documento de la disolución del orden medieval y de la aparición de un sistema de ideales y formas de vida que exaltaba algunos de los elementos que integraba aquel orden en prejuicio de

otros. Habla de una mutación histórica profunda tras la cual sobrevendría una época nueva, incomprensible para el y condenable a sus ojos. Dante percibió con desusada claridad la declinación de un periodo y la aurora de otro. Puede decirse que esa crisis se enlaza estrechamente con las cruzadas. El orden medieval era de un ámbito cerrado y apenas podía resistir el violento contacto que se estableció con el exterior. Las consecuencias de las cruzadas fueron: cataclismo del orden señorial, mutaciones sociales y económicas y renovación espiritual. El mundo bizantino y el musulmán comenzaron a ejercer sobre el ámbito del cristianismo occidental una influencia intensa. Las ciudades crecieron y prosperaron gracias a los burgueses y la economía rural comenzó a declinar. EL heroísmo y la santidad fueron reemplazados por el trabajo y la riqueza. Al mismo tiempo declinaba acentuadamente la idea de la viabilidad de un orden ecuménico. AL comenzar la baja Edad Media, frustrado el Imperio, disminuido y anulado, no era ya si no una vaga sombra. EL papado por su lado acusaba los impactos de las distintas fuerzas hostiles que se movían dentro de la Iglesia. Las sectas heréticas y movimientos renovadores trabajaban en su estructura, ya debilitada sensiblemente por la política del papado de Aviñon y la destruían cada vez más. Lo que representaba papado e imperio eran ya ideas superadas que los nuevos tiempos no sentían con el fervor de antaño. Los caracteres generales de la cultura durante la baja Edad Media: se advierten nuevas fuerzas sociales. En primer termino, una burguesía cada vez más poderosa económicamente y en segundo lugar una clase popular más humilde. Esa burguesía valía también por la nueva concepción de la vida que representaba. En ella crecía una minoría intelectual. Estas fuerzas estaban unidas a la renovada monarquía. Las ideas de los reyes eran muy diferentes las de antaño, la realeza de la baja Edad Media es una fuerza nueva. También estaban las fuerzas tradicionales representadas por las clases aristocráticas. Estos se mostraron violentamente hostiles a la burguesía y a la monarquía renovadora. Contaban con la inexperiencia de quienes trabajaban para imponer el nuevo orden que se insinuaba. El siglo XIV vio la insurrección de la burguesía y de las masas campesinas, el asomo de nuevas ideas que correspondían a una concepción naturalística de la vida. Pero nada de todo esto triunfó definitivamente. Con el tiempo triunfaba la modernidad. El orden feudal entro en un periodo de declinación. Hubo un robustecimiento del espíritu caballeresco que gozaba del más alto favor en las cortes y ambientes señoriales. Pero el espíritu caballeresco sobrevivía como recuerdo celosamente defendido en minorías cada vez mas reducidas. El odio aristocrático comenzaba a flaquear, había nuevas concepciones del poder político. Las clases señoriales aspiraron a la riqueza en tanto que los sectores mas altos de la burguesía pugnaban por llevar una vida que remedara la de las suntuosas cortes. Durante la baja Edad Media, el fenómeno típico es el duelo entre ambos sistemas, no la victoria de ninguno de ellos y de ahí proviene cierta complejidad del periodo. Los satíricos revelan un nuevo sentimiento de la vida, esta se satisfacía con el goce de vivir. Pero este sentimiento luchaba con el sentimiento religioso que predominaba. Se produce la incipiente aparición del individualismo y al mismo tiempo la biografía individualizada. Esto es lo que explica y justifica el vasto desarrollo lírico que se advierte por entonces. La imagen del mundo y del saber: el movimiento empirista que inicio Roger Bacon en la segunda mitad del siglo XIII adquirió durante la edad media una considerable importancia. El rasgo decisivo de este movimiento es el rechazo de la razón humana. EL “divorcio” entre teología y filosofía. Provoco un extraordinario desarrollo del conocimiento. La infinitud de conocimiento y la certidumbre de que todo saber es

conjetural, pone en su espíritu una nota que se insinuaba en el espíritu de la baja Edad Media y que se advertía plenamente poco después. Entretanto una mutación importante se producía en las ciudades italianas, comenzaron a abundar los textos griegos y con ellos las fuentes ya conocidas pero leídas de otro modo. Este movimiento que se produce en Italia durante los siglos XIV y XV señala una ruta de evasión de la concepción medieval de la vida. Sin embargo este movimiento no presenta los caracteres de una revolución espiritual. La tensión producida en la concepción teística de la Edad Media y la naturalística caracteriza la cultura de la baja Edad Media. La presencia del trasmundo se enerva en unos mientras se robustece en otros. El humanismo triunfo en el siglo XV en Italia y afirmo sus ideales allí donde llego su influencia. Reinos y ciudades. Las clases sociales: los antiguos señoríos perdían progresivamente su significación. Su prestigio y su fuerza los conservaban en parte, pero estos caracteres demostraban prontamente su ineficacia si se pretendía utilizarlos para oponer el orden señorial al orden monárquico. Tampoco los reinos y las ciudades autónomas gozaban de una superioridad indiscutible, Poco a poco se insinuaba la noción de ámbito nacional concebido como ámbito económico. Hubo así durante la baja Edad Media, una lucha sostenida y casi constante por el ajuste de las jurisdicciones nacionales. A la progresiva organización de hecho de los reinos nacionales correspondió la lenta formación de una conciencia nacional. Este sentimiento estaba alimentado por la monarquía. Lo burgueses compartían de manera vehemente el sentimiento ya que sus intereses coincidían con los de la corona. Menos firme fue el sentimiento nacional en las clases extremas de la escala social. La primera de reacción de estas fue de resistencia frente a las nuevas oligarquías burguesas. En cuanto a las clases aristocráticas, la reacción fue variada. La mayoría de la nobleza mantuvo largo tiempo sus sentimientos señoriales. Nada revela tan bien el proceso de desarrollo del sentimiento nacional como las crónicas reales. Estas estaban presididas por el afán de enaltecer la significación de la corona; en primer lugar con respecto a la nobleza y en segundo lugar con respecto a la comunidad nacional en su conjunto. En las grandes crónicas oficiales, poco a poco los ideales nacionales sobrepasaban hasta la figura misma de los reyes. Las crónicas de las ciudades italianas responden al afán de puntualizar y caracterizar la empresa que podía agrupar a la colectividad. Las oleadas de movimientos sociales y políticos en el siglo XVI, conmovían los ideales nacionales que la monarquía tendía a sistematizar para agrupar a su alrededor a la comunidad. Contribuían a desencadenarlos las duras condiciones económicas y sociales con que se abre la baja Edad Media. Eran las clases no privilegiadas que acudían al llamado de la monarquía para colaborar con ella en construir una nación de más amplia base económica, social y política que la tradicional. Las clases no privilegiadas aspiraban a tener en la vida nacional un papel activo. Frente a la decepción estas clases intentaron la revolución. Esta idea tuvo, como todas, sus mártires, y ninguno tan señalado como Juana de Arco. En su leyenda triunfaba una concepción de la convivencia nacional, que señalaba el fin del orden medieval. La idea del hombre. Las formas de realización del individuo: la concepción del hombre acentuó su bipolaridad. Las terribles epidemias (peste negra), despertaron la preocupación de la muerte. Era un sentimiento popular el no preferir la muerte. El sentimiento mas generalizado era que el hombre constituía el eje alrededor del cual giraba la vida. Cada vez mas la aristocracia gustaba de congregarse para proporcionarse una existencia regalada, lujosa y cortesana. Al caballero le interesaba más la aventura que la

guerra. Pero la guerra tenía aun sentido para el caballero en algunas regiones. Sometida al riguroso código de honor le permitía ejercitar sus más altas virtudes. La guerra y la poesía están inseparablemente unidas. Estos ideales señoriales encontraban calida repercusión popular. Los ricos burgueses de las ciudades quisieron, a su modo, vivir una existencia noble y digna. El trabajo constituía para ellos la forma normal de la existencia. A la concepción de la aventura, la burguesía opuso la concepción de orden. La ciudad fue su hogar. El teatro es, en cierto sentido, la más típica expresión literaria del sentimiento burgués en la baja Edad Media. El trabajo ahora merecía mayor estimación. Mayor merito se obtenía por el trabajo manual y hay un entusiasmo por la belleza que correspondió al triunfante sentimiento de la naturaleza. Más allá de las esperanzas de ultratumba, una vida rica en perspectivas se ofrecía al hombre de la baja Edad Media.

ARTE Y SOCIEDAD UNIDAD 1

Historia de la música occidental I El texto se divide en las siguientes 4 partes, correspondientes a cada una de las épocas señaladas:

Capítulo

Época

I. La situación de la música en las postrimerías Fin de la antigüedad del mundo antiguo II. Canto religioso y canción profana en el Medioevo

Edad Media

III. Los comienzos de la polifonía y la música del siglo XIII

Siglo XIII

IV. La música francesa e italiana en el siglo XIV

Siglo XIV

I. La situación de la música en las postrimerías del mundo antiguo: Junto al proceso de destrucción tras la caída de Roma, se gestaba un proceso de creación, centrado en la Iglesia. La herencia griega: La historia de la música artística occidental se inicia con la Iglesia. La música medieval sufre influencias romanas y griegas. Las primeras intentaron ser aniquiladas en el tiempo por vincularse con hechos que estaban fuera de lo esclesiástico. La música y el pensamiento de la antigua Grecia: Música:  Origen divino  Se le atribuía poderes  Parte inseparable de ceremonias religiosas Instrumentos para el culto a los dioses:  Lira  Kithara  Aulos Hacia el siglo VI a. C. se tocaban instrumentos solistas independientes. Siglo IV -> Aristóteles contra el exceso de adiestramiento profesional en la educación musical: Si la música era tomada como una competencia, requería una complejización excesiva -> A partir de la “época clásica” (450-325 a. C.), rechazando estas formas, se tiende a simplificar la teoría y la práctica musical. Similitudes de la música griega con la de la iglesia primitiva:  Monofónica (a lo sumo heterofónica, pero no polifónica)  Improvisada  Unida a la melodía y al ritmo de la poesía  Acompañaba la danza

Música griega y filosofía: Las similitudes recién mencionadas se dieron no por una continuidad histórica (es decir, no por la práctica), sino por la teoría. Habían dos clases de teorías musicales:  sobre la naturaleza de la música  descripciones sistemáticas de los materiales y esquemas de la composición musical Música, como derivado de musa, para alcanzar la verdad y la belleza. Vinculación con la astronomía: Pitágoras, Platón y Ptolomeo. La poesía era considerada como la suma del texto y su melodía y ritmo -> No existía una “literatura” La doctrina del 'ethos': Se refiere a las cualidades y efectos morales de la música -> relación con la concepción pitagórica de la música como microcosmo. La música no era sólo un reflejo del universo, sino además una fuerza que lo podía afectar. Aristóteles sostenía la doctrina de la Imitación: música como ajustadora de pasiones. Tanto para éste como para Pitágoras, una persona idónea consistía en quien practicaba equilibradamente la música (buena para la mente) y la gimnasia (buena para el cuerpo) Aristóteles adminitía el uso de la música para la diversión y el goce instrumental, como para la educación. Cita del texto para comprender el rechazo a la complejidad musical del que hablamos: “La multiplicidad de notas, las escalas complejas, la mezcla de formas y ritmos incongruentes, los conjuntos de instrumentos disímiles, los «intrumentos de muchas cuerdas y curiosamente afinados» y aun los constructores y tocadores de aulos, deben excluirse del estado” (pág. 22) Platón: “Dejadme hacer las canciones de una nación y no me preocuparé por quien haga sus leyes” -> tiene además un juego de palabras, pues nomos (leyes en griego) se utilizaba para denominar a los esquemas melódicos. “La doctrina griega del ethos se fundaba en la conviccion de que la música afecta el carácter y que los diferentes tipos de música lo alteran de fiversas maneras” -> hay así dos clases de música: Producía

Calma / Elevación

Exitación / Entusiasmo

Culto a

Apolo

Dionisio

Instrumento

Lira

Aulos

Formas poéticas

Oda y épica

Ditirambo y drama

El sistema musical griego: La teoría musical griega se componía de siete elementos: NOTAS – INTERVALOS – GÉNEROS – SISTEMA DE ESCALAS – TONOI – MODULACION – COMPOSICIÓN MELÓDICA “Aristoxeno mantenía que el verdadero método para determinar los intervalos era meidante el oído, no por razón matemática, tal como pensaban los seguidores de Pitágoras” (pág. 24) Algunas notas se nombraron según la posición de la mano y los dedos al tocar la lira. Tipos de melodía concebidos no sólo por relaciones poéticas o musicales, sino también como costumbres y actitudes adquiridas. Ejemplos: “Epitafio”, de Seiquilos -> clara notación rítmica “Orestes”, de Eurípides La música en la antigua Roma: Tomaron la música artística de Grecia, sobre todo cuando en 146 a.C. se convierte en provincia romana. Instrumentos:  Tibia (versión romana del aulos)  Tuba (y otros instrumentos de metal)  Buccina  Cornu Música en:  Manifestaciones públicas  Educación  Fiestas privadas Se consideraba como parte de una buena educación el estar familiarizado con la música, así como hablar/escribir griego. Muchos emperadores fueron patrocinadores de la música. Ideas fundamentales (relativas a la música) que la antigüedad (mayormente Grecia) legó a la Edad Media: 1. Linea melódica pura, sin trabas 2. Melodía íntimamente vinculada con el texto 3. Tradición de ejecución improvisatoria 4. Filosofía que consideraba al arte como un sistema ordenado, coincidente con el de la naturaleza, y como fuerza capaz de afectar el pensamiento y conducta humanos

5. Teoría acústica de fundamentos científicos 6. Sistema de formación de escalas basado en tetracordios 7. Terminología musical La iglesia cristiana primitiva: Recelo frente a todo tipo de música instrumental, especialmente por el rechazo a la idea de cultival la música simplemente por disfrutar de ella en cuanto arte. La herencia de Judea: No hay pruebas que apoyen la teoría que creía que los antiguos cristianos se basaron en la sinagoga judía. La sinagoga era un centro de lectura y homilías. También se celebraban, en menor medida, sacrificios, donde se entonaban salmos (distintos por cada día y también en fechas especiales). El rito del sacrificio es comparable con el de la misa cristiana. La primera actividad musical registrada en la iglesia cristiana es el Canto de Himnos. En Bizancio (que fue capital del Imperio Romano reunificado desde 300 hasta 1453 que es capturada por los turcos) existían distintos himnos: kontakion, kontakia, troparia, kanones, stichera. Las prácticas musicales de dicha ciudad nos legaron la clasificación del repertorio en 8 modos: repertorio de motivos melódicos y vocabularios de alturas de sonidos disponibles. Liturgias de Occidente: Surgieron en Occidente, distintos cantos a partir de las distintas interpretaciones de la herencia oriental:  En españa, el visigótico o mozárabe  En Galia, el galiano  En Italia meridional, el beneventino  En Roma, el romano antiguo  En los alrededores de Milán, el ambrosiano (el solista canta la primera parte de un salmo y la grey le responde entonando la segunda) El papa Gregorio I (590-604) reorganizó en su gobierno un repertorio de manuscritos francos -> Repertorio Gregoriano. En 800, Carlomagno lo promulga y lo tilda como exclusivamente de textos latinos. La dominación de Roma: En 313, Constantino reconoce a la religión cristiana como con los mismos derechos y protecciones frente al Imperio que gozaban las otras religiones. Siglo IV: el latín reemplazó al griego en los textos litúrgicos romanos

Entre los siglos V-VII: muchos papas revisaron la liturgia y la música Siglo VI: coro papal -> resucitación y normalización de los cantos litúrgicos Siglo VIII: schola cantorum “Los cantos de la iglesia romana son uno de los grandes tesoros de la civilización occidental” (pág. 45) -> pero no eran música para el deleite del oído (notable contexo litúrgico) Los padres de la Iglesia: Música como servidora de la religión -> exclusión de la música instrumental 387: “Sobre la música”, tratado de 6 libros de San Agustín. Boecio: Durante estos siglos se recopiló, resumió, modificó y transfirió la teoría y filosofía musicales de oriente a occidente -> los 2 más grandes en estas áreas fueron Martinus Capella (“Las bodas de Mercurio y la filología”, siglo V) y Anicio Manilo Severino Boecio (“De institutione musica”, siglo VI) Sobre el trabajo de Boecio: “El mensaje que captó la mayoría de los lectores era el de que la música era una ciencia de números y que las razones o relaciones matemáticas determinaban los intervalos aceptados en la melodía, las consonancias, la composición de escalas y el afinamiento de instrumentos y voces” (pág. 50) Boecio divide la música en tres clases:  mundana:  cósmica, armonía del macrocosmo  humana  unión del cuerpo y alma y sus partes -> armonía del microcosmo  instrumentalis  cualquier música audible producida por instrumentos (inclusive la voz humana) “Boecio demostró que él y sus mentores concebían que la música era objeto de conocimiento antes que acto creativo o expresión del sentimiento” (ídem)

II. Canto religioso y canción profana en el Medioevo: El canto y la liturgia romanos: El canto original se perdió pero es necesario para comprender la historia de la música. Los análisis que estudiamos se basan en una restauración del repertorio hecha entre fines del siglo XIX y principios del XX.

La liturgia romana: Dos clases principales de servicios:  Oficio (horas canónicas) Celebradas todos los días según un orden: maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona, visperas, completas -> Antifonario: repertorio que reúne la música de los oficios  Misa Servicio principal de la Iglesia católica. Tres tipos:  Solemne (completa)  Privada (abreviada y simplificada, mayormente hablada)  Cantada (canto llano o polifonía, con coro y/grey) Ordo romanus primus: instrucciones para la liturgia en Roma Partes de la misa:  del Propio de la misa (partes variables): colecta, epístola, evangelio, prefeacio, post-comunión.  del Ordinario de la misa (partes invariables): kyrie, gloria, credo, sanctus, benedictus y agnus dei -> a partir del siglo XIV son los temas favoritos. Notación de canto llano moderna: “El procedimiento de anotar las melodías habrá sido entonces una de las maneras de asegurarse de que, en lo sucesivo, los cantos llanos se cantarían de modo igual en todas partes” (pág. 65) “La notación fue una consecuencia de dicha uniformidad, así como un medio de perpetuarla” (pág. 66) Clases, formas y tipos de canto religioso: Hay distintas formas de clasificar los tipos de cantos religiosos:  Bíblicos – No Bíblicos (cada uno se divide en prosa y poesía)  Antifonales – Responsorios – Directos  Según la relación notas-sílabas “Cada melodía religiosa se divide en frases y períodos que se corresponden con las frases y períodos del texto” (pág. 67), haciendo referencia a los dos puntos, la coma y el punto final del que habla John 'Cotton' en “Sobre la sintaxis musical”. En cuanto a los aspectos generales de la forma, pueden ser Salmos, Himnos o de estilos Libres. Antífonas: Versículos o sentencias con melodías propias. Son más numerosas que cualquier otro tipo de cantos. Las antífonas de los cánticos son más elaboradas que las de los salmos. Son parecidas a los responsorios.

Salmodia antifonal: Nada interesante. Tractos: Son los más extensos de la liturgia, no sólo porque tienen amplios textos sino porque son muy melismáticos. Graduales: Melodías más floridas que los tractos y de estructura diferente. Modernamente son responsorios abreviados. Aleluyas: Jubilus: gran melisma sobre la “ia” final del “alleluia”. Moderadamente florido. Ofertorios: Melódicamente parecidos a los graduales. Extensos, a cargo del clero y la grey. Cantos del ordinario: Melodías silábicas muy sencillas, cantadas por la grey (por ejemplo, el kyrie). Desarrollos ulteriores del canto religioso: “El canto 'gregoriano' oficial quedó establecido en el imperio de los francos antes de mediados del siglo IX y desde entonces hasta cerca de la terminación del Medioevo, todos los desarrollos de importancia que se produjeron en la música europea tuvieron lugar en el norte de los Alpes” (pág. 79), sobre todo por condiciones políticas. Nuevas melodías y nuevas formas de canto de estos compositores del norte. Tropos: Originalmente es una composición nueva, para agregarse a un canto antifonal de la misa ( o del ordinario), pero después se empezó a utilizar “para referirse a todos los añadidos e

interpolaciones de un canto” (pág. 80) Secuencias: Subclase de tropo, es una melodía que acompañaba silábicamente a la letra. Dramas litúrgicos: Nada Teoría y práctica musical en el Medioevo: Los tratados carolingios y medievales tardíos estaban orientados más a la práctica que los de los tiempos clásico, post-clásico y primitivo del cristianismo. Boecio no colaboró con la escritura musical. “Micrologus”, de Guido de Arezzo. “En los monasterios la instrucción musical era primordialmente práctica” (pág. 87) “Había ayudas visuales bajo la forma de diagramas y tablas” (ídem) Los modos eclesiásticos: Ocho modos en una octava diatónica, construída sobre la 'finalis' o 'final'. Mano guidoniana, como auxiliar pedagógico. Notación: Mediados del siglo IX: signos sobre el texto para indicar las líneas melódicas (ascendentes /, descendentes \ o ambas /\) -> neumas Siglo X: neumas de altura o diastémicos Siglo XI: líneas y letras para determinar la altura de una nota -> claves “La invención del sistema de líneas posibilitó anotar con presición la altura relativa de las notas de una melodía, liberando a la música de la dependencia, exclusivamente hasta ese momento de la transmisión oral” (págs. 92-92) Notación aún imperfecta -> no daba las duraciones relativas de las notas.

La monodía no litúrgica y profana: Formas profanas primitivas: Siglos XI y XII: canciones de goliardos (por el obispo Golias), con textos en latín. Eran de estudiosos o clérigos mendicantes (antes del auge de las universidades). Tenían un modo de vida vagabundo y este era celebrado en esas canciones. Eterna trinidad del interés masculino: vino, mujeres y sátira. Siglos XI y XIII: 'conductus', excelente ejemplo de cuán vaga era la línea entre la musica sacra y la profana de la Edad Media. Tenía un texto métrico y una melodía de composición nueva. Canciones con textos en lenguas vernáculas -> 'chanson de geste', poema épico narrativo sobre un héroe. Fórmulas melódicas sencillas. Transmisión oral. Juglares: Siglo X: aparecieron como músicos profesionales. Mejoró su situación a partir de la recuperación económica europea entre los siglos XI y XII. “Sus tradiciones y habilidades profesionales desempeñaron un importante papel en un significativo desarrollo de la música profana en Europa Occidental: el conjunto de canciones que en la actualidad se conocen como la música de los trovadores y de los troveros” (pág. 95) Trovadores y troveros: “Los que encuentran o inventan”, cualquiera que escribiese o compusiese algo. Florecieron en Provenza, en círculos generalmente aristocráticos. Muchos no sólo creaban, sino que hasta cantabas sus canciones. La sustancia poética/musical no era profunda, pero tenían un gran variedad e ingenio en las estructuras formales empleadas. 'Pastourelle', género muy apreciado que cuenta la historia de un caballero que corteja a una pastorcillas. Esta y otras canciones-balada eran adaptaciones aristocráticas de material popular. “Resulta significativo que las canciones de troveros en alabanza a la Virgen María tengan el mismo estilo, el mismo vocabulario y a veces las mismas melodías que también se utilizan para celebrar el amor carnal” (pág. 97) Técnicas de las melodías de los trovadores y troveros: Silábicas y mínimamente melismáticas, invitaban a la improvisación. Frases delineadas y

cortas, con perfil melódico bien definido y fácil de recordar. “El arte de los trovadores constituyó el modelo para una escuela alemana de poetasmúsicos caballerescos, los 'Minnesinger'. El amor (Minne) que cantaban es sus 'Minnelieder' era más abstracto aún que el amor trovadoresco y a veces tenía un tinte claramente religioso” (pág. 100) -> es decir, la música era más sobria. Meistersinger: Finales del siglo XIII: la clase media cultivó el arte de los troveros en Francia. Estos, son los últimos sucesores de los Minnesinger. Su arte “se vio tan constreñido por sus rígidas reglas que su música parece tiesa e inexpresiva” (pág. 101) Además, hubieron en el Medioevo muchas monofónicas religiosas que no se usaban en la Iglesia, sino para piedad individual, generalmente en lengua vernácula y un idioma melódico con tintes de canto eclesiástico y música folklórica. Canciones de otros países: Canciones inglesas del siglo XIII -> gran variedad de estados de ánimos, sugieren un estilo de vida musical mucho más amplia de lo que podemos imaginar. Música instrumental e instrumentos medievales: Las danzas de la Edad Media se acompañaban tanto con canciones como con música instrumental. Un tipo de danza habitual era la 'estampie', que constituye el primer ejemplo de repertorio instrumental, anterior al siglo XIII. Arpa: instrumento medieval más antiguo, importada de Irlanda y Gran Bretaña. Otros: lira, viela, organistrum, salterio, laúd, flautas, f. traveseras, f. chirimías, trompeta, gaita. La mayoría de ellos fueron importados desde Asia por el camino de Bizancio o por los árabes de África y España. Siglo XII: la atención de los compositores giró hacia la polifonía. La música monofónica fue escrita hasta el siglo XIII, pero siguió interpretándose hasta el siglo XVI.

III. Los comienzos de la polifonía y la música del siglo XIII: Entorno histórico de la polifonía primitiva: Siglos XI – XII: resurgimiento de la vida económica europea -> aumento de la población -> comienzo de las ciudades modernas

Siglo XI: crucial para la historia de la música: 4 cambios fundamentales:  La composición fue sustituyendo a la improvisación en la manera de crear las obras -> las piezas musicales comenzaron a existir.  Notación musical: música de manera definitiva (partitura).  Principios de ordenamiento.  Polifonía. El 'organum' primitivo: La polifonía existía en Europa antes de que se la describiese, en la música sacra no litúrgica, así como en la música popular. Organum: primera descripción de música a más de una voz (no era una propuesta de algo nuevo). Formado por: 'vox principalis' y 'vox organalis'. Fines del siglo IX: descripto en el anónimo “Música enchiriadis”. Se anota con neumas de altura sin sistema de líneas. No se aplica a toda la liturgia, sino a las partes con tropo. Fines del siglo XI: las composiciones podían combinar 2 líneas melódicamente independientes. La evolución de la polifonía ayudó al desarrollo de la notación. El 'organum' florido: Comienzos del siglo XII (monasterio de Sgo. de Compostela). También llamado 'melismático', 'de Aquitania' o ' de Saint Martial'. Aumentó gradualmente la extensión de las piezas. La voz inferior se convierte en una serie de notas aisladas, con elaboraciones melódicas por encima de ellas. Los modos rítmicos: Esquemas rítmicos en base a combinaciones de notas individuales y grupos de notas:

Unidad de medida ternaria (los sitemas rítmicos que respetaban dicha unidad eran 'perfectio') Organum de Notre Dame:

La música de esa escuela consistía en: organums, conductus y motetes. Los dos grandes de Notre Dame fueron Leónin y Pérotin. Léonin: Compuso graduales y aleluyas. Escribió “Magnus liber organi”. Yuxtaponía elementos viejos y nuevos. El organum de Pérotin: Continuación de la obra de los de la generación de Léonin. Expandió el organum de 2 a 3 y 4 voces. El conductus polifónico: Desarrollado a partir de fuentes casi litúrgicas (himno y secuencia), más adelante admitió textos profanos. Estilo musical menos complejo que el organum. Características del conductus: División ternaria del tiempo. Las voces se movían más o menos con el mismo ritmo. Palabras musicalizadas de forma silábica. El tenor era a menudo una melodía nueva, usada como 'cantus firmus' de una composición en particular. El motete: Fue el tipo de composición polifónica más importante durante la segunda mitad del siglo XIII. Orígenes y rasgos generales: Léonin introdujo secciones en los organum en estilo de discanto, llamadas 'clausulae'. Las clausulae se desprendieron y formaron composiciones independientes (como paso con la secuencia, respecto del aleluya) -> motetes. La mayoría tiene un texto distinto en cada voz. Cambios que introdujo el motete:  Descartar las voces superiores originarias conservando sólo el tenor.  Se cantaba fuera de los servicios eclesiásticos y en lengua vernácula.  Politextualidad.

“Relajamiento progresivo en la manera en que se utilizaron las fórmulas rítmicas modales y, por ende, una creciente flexibilidad rítmica” (pág. 133) Los textos de los motetes: Sin calidad literaria elevada: estereotipados y de rimas extravagantes. La unión de las voces no era un conjunto homogéneo: se yuxtaponían más que se mezclaban, como en las pinturas medievales, cuyas figuras existen en una misma superficie física pero no en un mismo espacio visual. El motete franco: Llamado aasí por Franco de Colonia. El tenor tenian un esquema rítmico rígido. La notación en el siglo XIII: El progreso rítmico se vio acompañado por cambios en la notación, ya que el auge del motete la dificultó: se necesitaban estabilizar las duraciones relativas de las notas (para saber el ritmo). 'Ars cantus mensurabilis', de Franco de Colonia, presentaba la denominada notación franconiana: 4 signos para notas individuales:

La manera habitual de anotar las composiciones polifónicas desde 1230 hasta el siglo XVI fueron los Libros de Coro, en los cuales las diferentes voces iban en distintas partes de una hoja, o las páginas se enfrentaban. Hoquetus: Técnica donde el flujo de la melodía se ve interrumpido por pausas, y las notas que faltan son dadas por otra voz. Resumen: Ars antigua: período comprendido entre mediados del siglo XII y fines del siglo XIII. Rápido crecimiento de la polifonía. 3 tipos de composiciones polifónicas: organum – conductus – motete.

Codificación del sistema rítmico modal. Nuevo tipo de notación para el ritmo mensurado. “El espíritu de la música era objetivo” (pág. 143) La música dejó de ser exclusivamente sacra hacia fines del siglo XIII. Fines del siglo XIII: se empieza a disolver el universo medieval nítidamente cerrado -> esto se plasma en el motete. Se abre el camino a un nuevo estilo, una nueva forma de componer: Ars Nova.

IV. La música francesa e italiana del siglo XIV: Debilitamiento del poder del papado. De un papado respetable del siglo XIII (estabilidad/unidad, lo divino y lo humano como una misma cosa), se comienza a cuestionar la autoridad del papado, generando cambios/diversidad -> el Estado se separa de la Iglesia. A esto se suma:  Disminución del progreso económico.  Peste europea (1348-1350)  Guerra de los Cien Años (1338-1453) La clase media adquiere poder político por el crecimiento de las ciudades -> declive de la antigua aristocracia feudal. Todos estos cambios se reflejaron claramente en el arte: los artistas se sumergían en los variados y cambiantes fenómenos de la vida humana.  Literartura vernácula  la “Divina Comedia”, de Dante (1307)  el “Decamerón”, de Baccaccio (1353)  los “Cuentos de Canterbury”, de Chaucer (1386)  Humanismo (renovacion del estudio de literatura clásica griega y latina)  Pinturas: representación naturalista de los objetos. Antecedentes musicales: “Ars Nova”, de Philippe de Vitry. “Los músicos de esa época eran totalmente conscientes de que estaban abriendo una nueva senda” (página 149) Dos cambios fundamentales: 1. División binaria. 2. Valores más pequeños como equivalentes a una breve.

El 'ars nova' en Francia: Había más música profana que sacra, por el debilitamiento eclesiástico y por la creciente secularizació de las artes. Los temas eran de denuncias contra el clero y alusiones a sucesos políticos. Tenor más extenso y rítmos más complejos. El motete isorrítmico: Si el color (serie de intervalos) y la talea (esquema rítmico) eran de la misma longitud (o las agrupaciones que se podían dar), los motetes que se componían así eran del mismo rítmo, isorrítmicos (no era una técnica nueva, pero se usó más y mejor). Esto daba unidad, aunque algunas no eran claras para el oído. Guillaume de Machaut: Fue el principal compositor francés del ars nova. Era además poeta. Mezclaba tendencias conservadoras y progresistas. Obras profanas: “Las canciones monóficas de Machaut pueden considerarse como una continuación de la tradición de los troveros en Francia” (pág. 155) Desarrolló el estilo 'ballade' o 'cantinela'. “'La Messe' de Notre Dame”, de Machaut: Es la composición musical más famosa del siglo XIV, una obra de primera calidad. Es la musicalización a 4 voces del ordinario de la misa. Cambio importante: antes no se pensaba encontrar una unidad melódica o rítmica entre todos los cantos de la misa (ni los textos seguían esa idea, pues se los anotaban separados) La música italiana del Trecento (siglo XIV): En Italia había un clima sociopolítico distinto del de Francia: existían un grupo de ciudades-estado cuyos gobernantes se encontraban en constante enfrentamiento. Allí la polifonía surge como entretenimiento profano y refinado en los círculos elitistas, sobre todo en las ciudades de Bolonia, Padua, Módena y Peruga y especialmente en la región de Florencia. Se improvisaba o se tocaba de memoria. El madrigal:

Códice Squarcialupi: registraba tres tipos de composiciones italianas profanas: madrigal – caccia – ballate. Francesco Landini (ca. 1325-1397): Principal compositor de ballate y el músico italiano más destacado del siglo XIV; era ciego. No escribió música sobre textos sacros. Ejecución: Distintas interpretaciones recientes de las obras, por lo que ni siquiera se sabe si algunas eran o no instrumentales. Fines del silgo XIV: la música italiana adquiere rasgos del francés contemporáneo. Siglo XV: contribución indirecta de Italia a la música (centro de grandes músicos extranjeros) Música francesa de fines de siglo XIV: Flexibilidad rítmica. Música destinada a oyentes de cultura excepcional y ejecutantes profesionales. Más a finales de siglo, aparece una música más simple, con ritmos claros y sencillos, similar a la música popular. Música ficta: La que estaba fuera de la 'música vera' (contruida sobre una estructura teórica lógica) Notación: Sistema italiano: “Pomerium”, de Marchetto de Padua (1318) Sistema francés: ampliación de los principos francos. Instrumentos: La interpretación polifónica se hacía por un pequeño conjunto vocal e instrumental. Resumen: Mayor densidad y libertad del ritmo.

Organización armónica. El rango de las voces se extiende hacia arriba. Nuevas formas de composición. Comienzos del siglo XV: se empiezan a mezclar los estilos de Francia e Italia y durante ese siglo se enriquecerán con música de Inglaterra y los Países Bajos, sobre todo.

HAUSER HISTORIA SOCIAL DE LA LITERATURA Y EL ARTE EDAD MEDIA El espiritualismo del primitivo arte cristiano La edad media se divide en tres periodos: el del feudalismo, de la alta edad media; el de la caballería cortesana, de la plena edad media; y el de la burguesía ciudadana, de la baja edad media. La mayor parte de los rasgos con los que se suele caracterizar el arte de la edad media corresponden solo a la Alta Edad Media. En la transición de la alta a la plena edad media el arte conserva su carácter profundamente religioso y espiritual. Su continuidad es mantenida por el predominio espiritual del clero. Las formas tanto de arte antiguo tardío como del arte cristiano primitivo son significativas solo en sentido psicológico, son expresionistas. El cristianismo dio muy pronto respuesta a las preguntas que se hacia el mundo angustiado. El arte cristiano primitivo de los primeros siglos es solo una forma mas evolucionada del arte romano tardío.

El camino que aleja el arte cristiano de la pintura realista de la antigüedad clásica toma dos direcciones. Una persigue el simbolismo. La otra dirección a un estilo épico ilustrativo orientado hacia la representación a lo vivo de escenas. Encontramos aquí un arte simple t popular, este estilo fue adoptado cada vez mas por el arte oficial romano. El cambio de estilo procede de las modificaciones en el modo de pensar de una sociedad urbana que ponía su esperanza en la ayuda del más allá. Los investigadores interpretan todo defecto de los medios imitativos de expresión como una victoria espiritual y un progreso. La Iglesia hace representar a Jesús y a sus discípulos con magnificencia y dignidad. Este arte se puede considerar más bien como el primero de aquellos “renacimientos” que en la Edad Media se van sucediendo casi sin interrupción. Las formas de la cultura antigua habían perdido su primitiva coherencia. El propio arte cristiano no tenía a su disposición otras formas que esas. Los contenidos anímicos hacia mucho tiempo ya que eran cristianos. Para el cristiano la obra de arte tiene un sentido extraestético. El mismo arte es el más valioso instrumento de la obra educativa de la Iglesia. La finalidad de educación moral es el rasgo más típico de la concepción cristiana del arte y era orientado a los que menos sabían. Las figuras en el arte se hacen cada vez mas aisladas y guardan unas con otras una relación puramente ideal. Todo se ha convertido en muerte del antiguo hombre carnal y vida del nuevo hombre espiritual. La Iglesia festeja su triunfo bajo el signo de una potestad que declara no pertenecer a este mundo. El estilo artístico del cesaropapismo bizantino: la economía urbana y monetaria siguió floreciendo en Oriente con mayor vitalidad que nunca. Para toda la edad media Bizancio fue el país de las maravillas. Sirvió a todo el mundo de modelo de elegancia y de esplendor. Constantinopla era una ciudad cuya población constituía una mezcla de las mas diversas nacionales y de opiniones cosmopolitas, un centro de industria y de exportación, un nudo de comercio con el extranjero y del transito internacional. La fuente principal de la riqueza privada era la propiedad territorial. Los grandes beneficios comerciales favorecían al Estado y a la casa imperial. En la ciudad todo era vigilado y regulado de la manera más estricta por el poder central. Una ley que prescribía que la propiedad territorial debía estar unida a la posesión de una casa en Constantinopla tuvo como consecuencia el traslado de los terratenientes a la ciudad. Esto hizo que se desarrollase una verdadera aristocracia ciudadana. La forma de gobierno del Imperio Bizantino fue el cesaropapismo, es decir, la concentración del poder temporal y espiritual en las manos de un autócrata. En el Oriente los emperadores consideraban a la Iglesia meramente como un “depto. del estado”. En Bizancio la corte era el centro de toda la vida intelectual y social, en ninguna parte fue tan exclusivamente arte. Tampoco en ninguna parte dependió la aristocracia tanto del monarca como aquí. La autocracia del emperador no permitió que aparecieran privilegios hereditarios. El lazo imprescindible entre la riqueza y la influencia social era un cargo oficial. Los terratenientes ricos debían procurarse un título de funcionario por compra, todos los grandes terratenientes se volvieron funcionarios y todos los funcionarios, grandes terratenientes. Con respecto al arte, el objetivo de la Iglesia y el emperador Bizantino era el mismo: la expresión de la autoridad absoluta, se observa una tendencia a representar de manera impresionante a las personas dignas de respeto y reverencia. También se observa la frontalidad. Que se caracteriza por la actitud rígida de la figura representada frontalmente y porque el artista induce su respeto al espectador. Mediante la frontalidad, toda representación de una figura adquiere en cierta medida el carácter de una imagen ceremonial. En el arte bizantino, Cristo es representado como un rey; la virgen Maria, como una reina. Todo es simple, claro y distinto. El mismo espíritu mayestático, autoritario y solemne se expresa también en la arquitectura, especialmente en la

disposición interior de las Iglesias. La arquitectura bizantina separa las partes de la Iglesia más marcadamente. En Bizancio no se podía, cuando se trataba de una personalidad bien conocida, ignorar sus rasgos característicos. Causas y consecuencias del movimiento iconoclasta: las desastrosas guerras de los siglos VI, VII y VII ocasionaron que el emperador pasara a depender mas o menos de los terratenientes, en cuanto que ya no disponía de los medios necesarios para mantener un ejercito de mercenarios. Los emperadores se esforzaban por impedir la acumulación de la propiedad. El movimiento iconoclasta iba contra las representaciones de contenido religioso, la lucha contra las imágenes tenía un fondo político. En las Iglesias estaba prohibido en absoluto el empleo de obras de arte figurativas. Otra de las raíces del movimiento iconoclasta, ligada indirectamente con el horror al ídolo, era la repulsa del cristianismo primitivo de la sensual cultura estética de los antiguos. Pero mayor importancia tuvo en el movimiento la lucha contra la idolatría, era lo que mas pagano les parecía. La carencia de imágenes de los árabes se puso de moda en Bizancio. El motivo definitivo de la revolución iconoclasta fue la lucha entre los emperadores y el creciente aumento de poder del monacato. El pueblo se sentía atraído por la Iglesia. La máxima atracción en los monasterios eran los iconos milagrosos. Al prohibir el culto a las imágenes el emperador les arrebataba su más eficaz medio de propaganda. El movimiento iconoclasta no fue en absoluto un movimiento puritano dirigido contra el arte, produjo una nueva orientación del ejercicio del arte, una manera mucho mas viva de tratar los temas de la naturaleza. El arte bizantino se hundió pronto en una continua estereotipación de las formas, esta vez el movimiento conservador provenía de los monasterios. De las invasiones bárbaras al renacimiento carolingio: el arte de la época de las invasiones constituye un fenómeno de regresión, produce una impresión primitiva; en primer lugar por su extraordinaria pobreza de figuras y también por su renuncia a dar a los objetos representados una sustancialidad corporal siquiera mínima. Esto constituye el más violento contraste con la sensibilidad artística del círculo mediterráneo. Era una arte rustico. Los germanos eran en su mayor parte agricultores libres que cultivaban sus propios campos, no existía entre ellos diferenciación de clases. El geometrismo de los agricultores germanos se continúa al extender sus principios ornamentales a la figura humana. Los factores que explican el rustico geometrismo son: el formalismo abstracto del arte de la época de las invasiones que no tropezó en Irlanda con tanta resistencia como le opusieron en el continente el arte romano. Los monjes irlandeses eran todavía medio campesinos. La primitiva poesía irlandesa denota un sentimiento de la naturaleza muy despierto. El paralelismo perfecto en el enfoque estilístico de las distintas artes y géneros presupone un grado de desarrollo en el que el arte puede elegir libremente entre diversas posibilidades formales. Los pintores de las miniaturas eran simples monjes y los autores tanto de los poemas épicos como de los idilios eran poetas profesionales. Después de la invasión de los bárbaros aparece en Occidente una nueva sociedad, la cultura decae a un nivel que el mundo antiguo no había conocido, y durante siglos permanece improductiva. El fundamento de la producción sigue siendo la economía agraria, se mantienen el uso de la lengua latina, la validez del derecho romano y, ante todo, la autoridad de la Iglesia Católica. El ejército romano y la antigua administración desaparecen. La nueva aristocracia surge en su mayor parte de la nueva burocracia. La autoridad de los reyes no estaba en modo alguno asegurada desde el principio, exterminaron en su mayor parte al las antiguas familias nobles. Bajo el gobierno de los

merovingios existió una numerosa clase señorial. Pertenecían a ella los miembros de la clase romana señorial que Vivian en los territorios ocupados y no eran muy numerosos. Desde la fundación del nuevo estado el único camino que llevaba a los nuevos honores pasaba por el servicio al rey. Los condes eran recompensados con asignaciones de tierras pertenecientes a la propiedad real. Este beneficio es todavía por su naturaleza una donación y no una garantía. El campo es terreno poco abonado para el arte, en el campo faltan las tareas adecuadas, el público y los medios necesarios para el arte. De las ciudades casi solo las sedes episcopales lograron superar esta crisis (falta de abastecimiento). No existía pues ni ciudad, n corte, ni monasterio donde pudiera desarrollarse una producción artística regular. No solo la nobleza, sino también la Iglesia atraviesan un periodo de incuria y decadencia. Las escuelas laicas decaen y poco después se cierran. Muy pronto no hubo otros centros de enseñanza que las escuelas catedralicias, con ello comienza la Iglesia a adquirir aquel monopolio de la educación. La Iglesia continúa siendo el más importante cliente de las artes figurativas. Por este tiempo nadie es capaz en occidente de representar plásticamente un cuerpo. Todo se limita a ornamentación plana, juego de líneas y caligrafía. El arte sirve simplemente para la exhibición del poder y la riqueza. Con la coronación de Carlomagno como emperador cambia fundamentalmente el carácter de la monarquía franca. Los condes y magnates se convierten desde el siglo XI en vasallos del rey; el poder y la riqueza de los nobles disminuye al acrecentarse el poder del Estado. En Aquisgran Carlomagno crea un hogar de las musas. Al crear centro de educación literaria denota su objetivo principal que es la formación de un personal preparado para la administración. En la corte de Carlomagno hubo un círculo literario de poetas y eruditos. Todo el programa cultural de Carlomagno se dirigía a dar nueva vida a la antigüedad. Nace al mundo el hombre occidental, al cual le caracteriza no la posesión de la antigüedad, sino la lucha por esta posesión. En el arte carolingio encontramos una concepción artística figurativa y en oposición al arte cristiano primitivo, encontramos también una concepción en parte ilusionista. Este arte renueva la visión pictórica e impresionista de los antiguos. El origen de los diversos estilos ha de buscarse más bien en las distintas posiciones sociales de los clientes. El centro de la actividad artística era el taller del palacio. El carácter nómada de la cultura carolingia se limita ciertamente a la significación secundaria de las ciudades y al continuo traslado de la capital regia. Poetas y público de los poemas épicos: Carlomagno mando coleccionar y escribir los antiguos cantos bárbaros que trataban de los héroes de la época de las invasiones. En la época de Carlomagno eran preferidos los poemas clásicos y eruditos. La forma épica tuvo que adaptarse a los temas bíblicos y expresar el modo de ver del clero. La poesía épica tiene que haberse dirigido ante todo a un público más amplio que el de la poesía libresca de los eclesiásticos, y también que el del primitivo canto épico. La poesía épica se mantuvo en las clases inferiores. La épica popular de la historia romántica de la literatura no tenía primitivamente relación alguna con el pueblo. Las canciones heroicas eran pura y exclusivamente poesía artística y arte aristocrático. Los antiguos germanos tenían una poesía comunitaria. Estas formas poéticas eran la propiedad comunal. Comparada con esta poesía colectiva, la canción heroica parece ser invención solo de los tiempos de las invasiones. A consecuencia de las nuevas conquistas se desarrollo una poesía clasista que era creación de poetas profesionales al servicio de la clase dominante. Entre los noruegos se concede un gran valor a la originalidad de la invención. En el norte esto esta en relación con el prestigio del cual el poeta disfruta como guerrero. El elemento profesional se acentúa más visiblemente en los cantores errantes que en los fijos y áulicos, cuya relación con la sociedad cortesana sigue siendo ambigua. El noble poeta cortesano de las

canciones heroicas desaparece al desaparecer los sentimientos heroicos de su público. La teoría romántico, que interpreta la poesía heroica como arte popular, fue en lo esencial solo un intento de explicar el elemento histórico de la épica heroica. El romanticismo pensaba que los poemas ya terminados eran solo etapas de una evolución completamente continua y homogénea. El romanticismo entero estuvo de acuerdo en que la épica heroica no tenía nada que ver con el poeta individual y consciente. Según los románticos la epopeya popular crece a mediad que la leyenda heroica va siendo transmitida de una generación a otra. Una leyenda heroica surge desde el primer momento como una canción, como un poema, y como tal es repetida y reelaborada ulteriormente. El poema épico es solo una forma tardía. La huella de la mano clerical es tan evidente en los poemas épicos franceses como inconfundible es el tono del juglar. Las canciones épicas son incomprensibles sin los peregrinos y también sin el caballero, el burgués, el campesino, y sobre todo el juglar. En el siglo IX el poeta aristocrático y especializado en canciones heroicas es sustituido ahora por el vulgar juglar. Al juglar se le ha llamado “el periodista de la época”, pero la verdad es que cultivaba propiamente todos los géneros. Los poemas tienen su propia leyenda, su propia historia heroica. Toda teoría que nos muestra la epopeya heroica desde un punto de vista nuevo e históricamente real es una teoría útil. La organización del trabajo artístico en los monasterios: después de la época de Carlomagno, la ciencia, el arte y la literatura proceden de los monasterios. A pesar estos de tener relaciones con el exterior, los monasterios siguen siendo unidades esencialmente autárquicas, concentradas en si mismas que se aferran a sus tradiciones. Los trabajos corporales más duros fueron realizados en gran parte por los campesinos libres y siervos de los monasterios mientras que los oficios artesanos fueron ejercidos principalmente por los monjes. El gran merito del movimiento monástico consistió en hacer que la producción del arte se realizara dentro del marco de talleres ordenados. En los monasterios el trabajo era considerado, en parte como penitencia y castigo. Los monjes fueron los primeros que enseñaron a Occidente a trabajar metódicamente. Su trabajo permanecía fiel a las tradiciones del trabajo domestico, no guiándose por consideraciones prácticas. En ellos es donde por primera vez se aprende a ahorrar tiempo. En las artes industriales fue donde mas se distinguieron los monasterios, algunos llegaron a convertirse en verdaderos centros industriales. Los talleres monacales no solo eran centros de producción de mercancías, sino muchas veces también sede de experimentos tecnológicos. Los artistas y artesanos procedían en gran parte de los talleres monacales, que al mismo tiempo eran las “escuelas de arte” de la época. Muy importante es la contribución del monacato al desarrollo de la arquitectura eclesiástica. Los directores de las mayores y más importantes empresas de construcción eran clérigos. El romanticismo ensalzo el anonimato de la creación como signo de la verdadera grandeza pero ocurre que los nombres de los artistas de la Edad Media que conocemos son casi exclusivamente nombres de monjes. Hablar de un anonimato fundamental del arte medieval es una exageración romántica. Los obispos y abades y demás señores eclesiásticos a los que se les atribuyen construcciones de este tipo, eran solo arquitectos o directores de la obra. Feudalismo y estilo romántico: El arte romántico fue un arte monástico, pero al mismo tiempo también un arte aristotélico El feudalismo es la institución con la cual intentó el siglo IX resolver dificultades, principalmente la de la creación de un ejército a caballo y dotado de armadura pesada

La creación de la caballería feudal una de las más revolucionarias innovaciones militares de en la historia de occidente: poniendo fin a la monarquía absoluta medieval. Ahora gobiernan los grandes terratenientes como señores territoriales independientes En la alta Edad Media la economía era agraria; la vida era totalmente rústica: las ciudades habían perdido su importancia La corte feudal se presentaba como la unidad económica feudal; se ha perdido el pensamiento con categorías más generales La característica más peculiar de la economía de la alta Edad Media y a la vez el rasgo de esta economía que influye mas profundamente en la cultura espiritual de la época es que en ella falta todo estímulo para la superproducción. Es una pura “economía de gasto” que sólo produce lo que consume. Al tradicionalismo e irracionalismo de esta economía corresponde el estatismo inmóvil de las formas sociales Es este espíritu conservado, estrecho e inmóvil el que influye sobre la ciencia, el arte y la literatura Esta época busca conservar fielmente lo antiguo y lo tradicional. Es una época tranquila segura de sí misma, robusta de su fe, que no duda de la validez de su concepción de la verdad ni se sus leyes morales. En la alta Edad Media todo el ámbito de la vida estaba en relación inmediata con la fe y con las verdades eternas, hacia prácticamente depender toda la vida intelectual de la sociedad, toda la ciencia y su arte, todo su pensamiento y su voluntad, de la autoridad de la Iglesia. Todo lo humano estaba referido a lo divino cada cosa tenía que expresar un sentido trasmundano y una intención divina, fue utilizada por la Iglesia, ante todo para dar validez plena a la teocracia jerárquica La Iglesia consolida el edificio de la cultura medieval Fines del milenio se manifiestan las primeras grandes creaciones del arte medieval, se construyen las primeras iglesias románicas. El siglo XI fue una época brillante de la arquitectura sagrada, como es también una época de florecimiento de la filosofía escolástica y, en Francia, de la poesía heroica de inspiración eclesiástica. Todo este florecimiento no seria posible sin las donaciones y fundaciones a favor de los monasterios. Gracias a estas donaciones se construyan las primeras catedrales. Estas construcciones, imponentes y poderosos edificios, expresan el poder ilimitado y los medios inagotables de la iglesia. Ellas no fueron construidas para los fieles, sino para la gloria de Dios, para simbolizar la suprema autoridad. El arte del periodo románico es más simple y homogéneo, menos ecléctico y diferenciado que el de la época bizantina o caroligia. Ahora la producción artística no está sometida ni al gusto refinado y variable de la corte ni a la agitación intelectual de la ciudad: es en muchos aspectos, más bárbara y primitiva que la producción artística de la época inmediatamente precedente. El arte de la época románica no habla ya el lenguaje de la cultura receptiva, sino el de una renovación religiosa. Como consecuencia de la completa clericalización de la cultura, el arte ya no era considerado como objeto de placer estético, sino como ofrenda, como sacrificio El arte de la edad Media es un instrumento de propaganda de la iglesia, su misión sólo consistía en inspirar a las masas un espíritu solemne y religioso, pero bastante indefinido La cultura feudal es esencialmente antiindividualista. Las esculturas de las iglesias románicas son miembros del edificio El rigorismo formal y la abstracción de la realidad son, sin duda, los rasgos estilísticos más importantes, pero de modo alguno los únicos del arte románico. En el siglo XI hay una concepción artística más libre y esto esta relacionado conque se vivifica la economía y se renueva la viva ciudadana. Estos caminos constituyen el primer signo de un cambio que abre el camino al individualismo y al liberalismo de la

mentalidad Moderna En el arte el cambio se realiza lentamente. La escultura constituye ciertamente un arte nuevo, pero su lenguaje formal permanece ligado en lo esencial a las convenciones de la primitiva pintura románica y, lo que hace al estilo protogótico de las iglesias normandas del siglo XI como una forma del románico. La alteración vertical del muro y el expresionismo de las figuras revelan, desde luego, la orientación hacia una concepción más dinámica. Las representaciones escenográficas del arte románico tardío son muchas veces producto de una fantasía desbordada y visionaria. El rígido geometrismo de la alta Edad Media ha sido disuelto por el dinamismo del siglo XI. Solo ahora aparece fijo y completamente realizado lo que nosotros entendemos por arte cristiano y medieval. Solo ahora se completa el sentido trascendente de las pinturas y esculturas. Fenómenos como el excesivo alargamiento o los convulsivos gestos de las figuras ya no pueden ser explicados racionalmente, a diferencia de las proporciones antinaturales del arte cristiano primitivo, que derivan con cierta lógica de la jerarquía espiritual de las figuras. En las representaciones, la referencia a lo trascendental es ahora tan preponderante que las formas aisladas no poseen ya valor inmanente. Ya no expresan el mundo trascendental sólo con medios negativos describen lo irracional y lo supramundano de manera completamente positiva y directa. La afición del arte románico por la ilustración crece continuamente, y al final es tan grande cómo su interés por la decoración. Los nuevos temas, el juicio final y la pasión, son tan significativos de la peculiaridad de la época como del estilo con que son tratados. El tema capital de la escultura románica tardía es el juicio. En él se celebra al juicio de la humanidad, y ésta, según acuse o interceda, es condenada o absuelta. El arte no podía imaginar un medio más eficaz para intimar a los espíritus que este cuadro de infinito pavor y de bienaventuranza eterna. La popularidad del otro tema del arte románico, la pasión, significa un retorno hacia el emocionalismo Capitulo 8 el romanticismo de la caballería cortesana: La aparición del estilo gótico da lugar al cambio mas profundo de la historia del arte moderno. El ideal estilístico aún hoy vigente, con sus principios de fidelidad a lo real, de profundidad en el sentimiento, de sensibilidad y sensitividad, tienen en él su origen. Sólo el gótico vuelve a crear obras artísticas cuyas figuras tienen proporciones normales, se muevan con la naturalidad y son, en el sentido propio de la palabra “bella” La época de gótico proceden, ante todo los comienzos de la economía monetaria y mercantil y los primeros signos de la resurrección de la burguesía ciudadana dedicada a la artesanía y el comercio. Desde el punto de vista de la cultura tuvo importancia decisiva la creación de dos nuevas clases profesionales: la de los artesanos y la de los comerciantes. La característica del modo de producción “urbano” repercute, desde luego, también en el arte, y produce, por una parte, en oposición al período románico, una mayor independencia del artista desconocido, ajeno al público, que crea en el vacío de la intemporalidad. Los monasterios fueron los precursores de la economía nacional, prestaban dinero a alto interés. Fue el comercio el primero en poner en nuevo el movimiento el capital estéril y muerto. Por él, el dinero, se convierte no sólo en la forma favorita de la acumulación de fortuna,

sino que comienza también a “trabajar”, se vuelve otra vez productivo. Con ello aparecen también los primeros rasgos característicos de la mentalidad capitalista. La economía monetaria de las ciudades amenaza con causar la ruina a todo sistema económico feudal. Cada predio feudal era una economía sin mercados que, a causa de la invendivilidad de sus productos, se limitaba a producir para sus propias necesidades. Pero tan pronto como surgió una posibilidad de valorizar los productos sobrantes, la economía improductiva, sin ambiciones, tradicionalista, adquirió nueva vida. Se dio paso hacia métodos de producción más intensivos y racionales, y todo fue orientado a producir mas de lo que se necesitaba. Las exigencias fueron creciendo desde finales del siglo XI. La gente ya no se conformaba con cosas simples y útiles sin pretensiones; quería que cada artículo de uso fuese un objeto de valor. La burguesía es todavía incierta. Pues, en esta época, el comerciante o artesano desgajado de la tierra es un fenómeno problemático. Está, en cierto modo, en medio de la nobleza y los campesinos. Despreciado y envidiado por unos y otros, tanto por la nobleza como por los campesinos. La consecuencia inmediata de la aparición de una economía urbana y comercial es la tendencia hacia la nivelación de las antiguas clases sociales, pero sin embargo el dinero introduce nuevos antagonismos. Es una sociedad en estado de fermentación; los antiguos limites se vuelven borrosos, los nuevos se agudizan, pero cambian continuamente Las consecuencias de todo esto en la cultura: aparte de cierto géneros literarios, como el fabliau, la poesía sigue estando dirigida a las clases altas. El burgués aislado apenas cuenta nada como patrono comprador de obras de las artes figurativas, pero la producción de tales obras está casi por completo en manos de artistas y artesanos burgueses. Y la burguesía tiene también como “público” un peso importante en el arte, es decir en la disposición de las formas de las iglesias y de las construcciones No sólo el arte de las catedrales delata las huellas de la mentalidad burguesa, sino que toda la cultura caballeresca es, en cierto modo, un compromiso entre el antiguo sentimiento feudal y jerárquico de la vida y la nueva actitud burguesa y liberal El arte deja de ser misterioso, sino ahora es un modo de expresión para casi todos La religión se hace más humana y más emocional. También en la tolerancia con el “noble pagano”. se expresa una nueva religiosidad, más libre, pero más intima, de la época La secularización de la cultura se debe, en primer lugar, a la existencia de la ciudad como centro comercial, esto esta relacionado con un aumento en el tráfico internacional y un aumento del comercio artístico En todo los terrenos de la vida se puede observar un universalismo que reemplaza el viejo particularismo. En contraste con la estabilidad de la alta Edad Media, una parte de la población se halla ahora en constante movimiento. La educación que necesitaba un comerciante era tal que había que conducir necesariamente a la progresiva emancipación de la tutela espiritual de la Iglesia. La consecuencia fue que por todas partes la lengua vulgar logró acceso a las escuelas de latín. La enseñanza de la lengua vulgar trajo consigo la desaparición del monopolio educativo de los eclesiásticos y la secularización de la cultura. Las caballerías, en gran parte salidas de las filas de los ministeriales, se convirtió en este nuevo elemento militar. Casi todos los caballeros eran de origen servil. El elemento libre de la caballería, bien distinto de los ministeriales, estaba integrado por descendientes de la antigua clase militar.

El nacimiento de la nobleza caballeresca aparece simplemente como un aspecto del movimiento general de la sociedad, de la aspiración general a elevarse, aspiración que transforma a los esclavos en burgueses a los siervos de la gleba en jornaleros libres y arrendatarios independientes. A finales del siglo XII y principios del siglo XIII la caballería comienza a convertirse en un grupo cerrado e inaccesible desde afuera. El momento en que la caballería se convierte en casta guerrera hereditaria y exclusiva es uno de los momentos decisivos de la historia de la nobleza medieval y definitivamente el más importante de la historia de la caballería. Ahora por primera ves el ideal de clase caballeresca, la conciencia y la ideología de clase de la nobleza se perfeccionan; y ello precisamente por obra de los caballeros. El idealismo romántico y el reflexivo heroísmo “sentimental” de la caballería son un idealismo y un heroísmo de “segunda mano” y tiene, sobretodo, en la ambición y en la premeditación con la nueva nobleza desarrolla su concepto de hombre de clase. Todo su celo es, simplemente, un signo de inseguridad y de debilidad, que la vieja nobleza no conoce. La falta de estabilidad de la caballería se manifiesta de la manera más expresiva en la ambigüedad de sus relaciones con las formas convencionales de la conducta de la nobleza. La exaltación de los sentimientos nobles sobre el origen noble es, al mismo tiempo, un signo de total cristalización de los guerreros feudales; ésta es el resulta de una evolución que conduce, de los toscos hombres de armas de la era de las invasiones, al caballero de Dios de la plena edad media. La Iglesia fomento con todos los medios a su alcance la formación de la nueva nobleza caballeresca. El verdadero propósito de la Iglesia era encauzar el proceso de secularización que partía de la ciudad y que se encontraba en peligro de ser acelerado por los caballeros, en su mayor parte pobres y carentes relativamente de vínculos tradicionales. Todas las creaciones culturales de la caballería, tanto su sistema ético como su nueva concepción del amor y su poesía muestran el antagonismo entre tendencias mundanas supramundanas, sensuales y espirituales. La ética caballeresca no a hecho otra cosa que suavizar el ideal heroico de aquella época y revestirlo con nuevos rasgos sentimentales, pero manteniendo sus principios. La nueva actitud frente a la viva se expresa en las virtudes propiamente “caballeresca” y “señoriales”: generosidad para con el vencido, protección al débil, respeto a las mujeres, cortesía y la galantería. Sin duda la moral caballeresca de aquel tiempo no era seguramente independiente por completo de la mentalidad de la burguesía emancipada. La caballería siente amenazada su existencia material por la economía monetaria burguesa y se resuelve con odio y desprecio contra el racionalismo económico, contra el cálculo y la especulación, el ahorro y el regateo de los comerciantes. Mucho más difícil que el análisis histórico del sistema ético caballeresco es la afiliación de las otras dos grandes creaciones culturales de la caballería: el nuevo ideal amoroso y la nueva lírica en que este expresa. Es evidente que estos dos productos culturales están estrechamente conectados con la vida cortesana. La cultura de la caballería medieval es la primera forma moderna de una cultura basada en la organización de la corte, la primera en la que existe una auténtica comunión espiritual entre el príncipe, los cortesanos y el poeta. Las "cortes de las musas" no sirven ahora sólo a la propaganda de los príncipes, no son simplemente instituciones culturales subvencionadas por los señores, sino organismos complejos en los que aquellos que crean las bellas formas de vida y aquellos que las ponen en práctica, tienden al mismo fin. Pero

semejante comunión solamente es posible donde el acceso a las altas capas de la sociedad está abierto para los poetas y su público existe una amplia semejanza en su forma de vida, y donde cortesanía y falta de cortesanía no sólo significan una diferencia de clases, sino también de educación, y donde no se es de antemano cortés por nacimiento y rango, sino que se llega a serlo por educación y carácter. La función de guía, principalmente en la poesía, pasa del clero, que es unilateral espiritualmente, a la caballería. La literatura monacal pierde su papel de guía en la evolución histórica y el monje deja de ser la figura representativa de la época. Su figura típica es ahora el caballero (orgulloso, despierto, perfecta expresión de la cultura física y espiritual). La cultura cortesana medieval se distingue de toda otra cultura cortesana anterior (e incluso de la de las cortes reales helenísticas, ya fuertemente influidas por la mujer) en que es una cultura específicamente femenina. Es femenina no sólo en cuanto que las mujeres intervienen en la vida intelectual de la corte y contribuyen a la orientación de la poesía, sino, también, porque en muchos aspectos los hombres piensan y sienten de manera femenina. En contraste con los antiguos poemas heroicos e incluso con las chansons de geste francesas, que estaban destinadas a una auditorio de hombres, la poesía amorosa provenzal y las novelas bretonas del ciclo del rey Artús se dirigen, en primer lugar, a las mujeres. Leonor de Aquitania, María de Champaña, Ermengarda de Narbona, o como quiera que se llamen las protectoras de los poetas, no son solamente grandes damas que tienen sus "salones" literarios, no son sólo expertas de las que los poetas reciben estímulos decisivos, sino que son ellas mismas las que hablan frecuentemente por boca del poeta. Y no está dicho todo con decir que los hombres deben a las mujeres su formación estética y moral, y que las mujeres son la fuente, el argumento y el público de la poesía. Los poetas no sólo se dirigen a las mujeres, sino que ven también el mundo a través de los ojos de ellas. La poesía caballeresca cortesana no ha descubierto el amor, pero le ha dado un sentido nuevo. En la antigua literatura grecorromana, especialmente desde finales del período clásico, el motivo amoroso ocupa ciertamente cada vez más espacio, pero nunca consiguió la significación que posee en la poesía cortesana de la Edad Media. Prescindiendo del período helenístico, el amor como motivo romántico no desempeña papel alguno en la literatura hasta la caballería. El tratamiento sentimental de la inclinación amorosa y la tensión que constituye la incertidumbre de si los amantes alcanzan o no la mutua posesión, no fueron efectos poéticos buscados ni en la Antigüedad clásica ni en la Alta Edad Media La poesía caballeresca se caracteriza por el hecho de que en ella el amor, a pesar de su espiritualización, no se convierte en un principio filosófico, sino que conserva su carácter sensual erótico, y precisamente como tal opera el renacimiento de la personalidad moral. En la poesía caballeresca es nuevo el culto consciente del amor, el sentimiento de que debe ser alimentado y cultivado. Es nueva la creencia de que el amor es la fuente de toda bondad y toda belleza. Es nuevo la felicidad del amor, independiente de la realización del deseo amoroso, y que continúa siendo la suprema beatitud, incluso en el caso del más amargo fracaso Lo cortesano es la resignación ante la inaccesibilidad del objeto adorado, la entrega a la pena del amor, el exhibicionismo y el masoquismo sentimental del hombre. Efectivamente, la poesía amorosa caballeresca cortesana toma prestadas de la ética feudal no sólo sus formas expresivas, sus imágenes y sus símiles, y el trovador no se

declara únicamente siervo devoto y vasallo fiel de la mujer amada, sino que lleva la metáfora hasta el extremo de que él, a su vez, quiere hacer valer sus derechos de vasallo y reclama igualmente fidelidad, favor, protección y ayuda. De todas maneras, el modo de expresión de la poesía amorosa caballeresca, se refiera a relaciones auténticas o a relaciones ficticias, aparece, desde el primer momento, como un rígido convencionalismo literario. Todas las composiciones cantan a la mujer amada en la misma forma, dotada de las mismas gracias, y la representación como encarnación de las mismas virtudes e idéntica belleza. Todas las composiciones están integradas por las mismas retóricas, como si todas fueran obra de un solo poeta. El poder de esta moda literaria es tan grande y los convencionalismos cortesanos tan inevitables, que con frecuencia se tiene la impresión de que el poeta no se refería a una mujer determinada, individualmente caracterizadle, sino a una imagen ideal abstracto, y que su sentimiento está inspirado, más que por una criatura viva, por un modelo literario. El amor caballeresco no es, seguramente, más que una variante de las relaciones de vasallaje, y, como tal, "insincero", pero no es una ficción consciente ni una mascarada intencionada. Su núcleo erótico es auténtico, aunque se disfrace. El concepto del amor y la poesía amorosa de los trovadores fueron demasiado duraderos para tratarse de una mera ficción. La expresión de un sentimiento ficticio no carece de "antecedentes" en la historia de la literatura como se ha observado. Pero el mantenimiento de semejante ficción a lo largo de generaciones sí carece de ellos. Si bien la relación de vasallaje domina toda la estructura social de la época, el hecho de que súbitamente este tema absorbiese todo el contenido sentimental de la poesía para revestirlo con sus formas sería inexplicable sin la elevación de los ministeriales al estado caballeresco y sin la nueva posición elevada del poeta en la corte. Había muchos caballeros que lo eran por nacimiento, a los que, por ser hijos segundones, no alcanzaba el feudo paterno y andaban por el mundo sin recursos, muchas veces ganándose la vida como cantores errantes o intentando conseguir, donde era posible, un puesto estable en la corte de un gran señor. Una gran parte de los trovadores y de los Minnesänger era de origen humilde, pero, dado que un juglar bien dotado que contase con un noble protector podía alcanzar fácilmente el estado caballeresco, la diferencia de origen no tenía gran importancia. El nuevo culto del amor y el cultivo de la nueva poesía sentimental fueron en su mayor parte obra de este elemento relativamente flotante en la sociedad. Ellos fueron los que en forma de canción amorosa formularon de manera cortesana, pero no totalmente ficticia, su homenaje a la dama y colocaron el servicio de la mujer al lado del servicio del señor. Y ellos fueron quienes interpretaron la fidelidad del vasallo como amor y el amor como fidelidad de vasallo. El potente idealismo del amor cortesano caballeresco no puede engañarnos sobre su latente sensualismo ni impedirnos conocer que su origen no es otro que la rebelión contra el mandamiento religioso de la continencia. Apenas hay una época en la historia de Occidente en la que la literatura hable tanto de belleza física y de desnudos, como la poesía caballeresca de la Edad Media, que era, sin embargo, una época de tan rígida moral. Toda la época vive en una constante tensión erótica. Nada refleja tan claramente las íntimas contradicciones del mundo sentimental de la caballería como la ambigüedad de su actitud frente al amor, en la que la espiritualidad más alta se une a la sensualidad más intensa. A pesar de su sensualismo, la poesía amorosa caballeresca es completamente medieval y cristiana, y sigue estando, a pesar de su nueva tendencia a describir sentimientos personales (en marcado contraste con la poesía de la época románica), mucho más lejana de la realidad que el arte de los elegíacos

romanos. En lo que respecta a la parte técnica de su arte, los poetas cortesanos han aprendido mucho, indudablemente, de los clérigos, y al realizar sus primeros ensayos poéticos tenían en el oído las formas y ritmos de los cantos litúrgicos. El matiz espiritualista del amor cortesano caballeresco es, indudablemente, de origen cristiano. Pero trovadores y Minnesänger no tuvieron por qué tomarlo de la poesía clerical. toda la vida afectiva de la cristiandad estaba dominada por ese espiritualismo. Pero sean cualesquiera sus influencias y determinaciones, la poesía trovadoresca es poesía lírica, opuesta por completo al espíritu ascético jerárquico de la Iglesia. Con ella el poeta profano desplaza definitivamente al clérigo poetizante. Concluye así un período de cerca de tres siglos, en el que los monasterios fueron los únicos centros de la poesía. Pero, frente al anterior papel exclusivamente pasivo del laicado, la aparición del caballero como poeta significa una novedad tan completa que se puede considerar este momento como uno de los cortes más profundos habidos en la historia de la literatura. Junto al trovador caballeresco sigue habiendo, lo mismo que antes, el juglar profesional, a cuya categoría desciende el caballero cuando ha de salir adelante con su arte, pero frente al cual representa una clase aparte. Junto al trovador y el juglar hay, naturalmente, también después de este cambio, el clérigo que sigue poetizando, aunque desde el punto de vista de la evolución histórica no vuelva a desempeñar un papel de guía. Y existen también los vagantes, extraordinariamente importantes tanto en el aspecto histórico como en el artístico, que llevan una vida muy semejante a la de los juglares vagabundos y con los que frecuentemente se les confunde. Ellos, sin embargo, orgullosos de su educación, buscan ansiosamente distinguirse de sus más bajos competidores Desde la aparición de la caballería, las antiguas narraciones heroicas abandonan las ferias, los pórticos de las iglesias y las posadas, y vuelven nuevamente a escalar las clases más altas, encontrando en todas las cortes un público interesado. Con ellos los juglares vuelven a ser estimados altamente. Naturalmente, quedan muy por debajo del caballero poeta y del clérigo, que no quieren ser confundidos con ellos. Pero entonces los poetas de distintas clases sociales manejaban, en general, asuntos diversos, y con esto se distinguían unos de otros. Ahora que el trovador trata la misma materia que el juglar, tiene que intentar elevarse como el cantor vulgar por el modo de manejar esta materia. El "estilo oscuro" (trobar clus), que se pone ahora de moda, la oscuridad rebuscada y enigmática, la acumulación de dificultades tanto en la técnica como en el contenido, El gusto por el arte difícil y complicado se explica, la mayoría de las veces, por una intención más o menos manifiesta de distinción social A pesar de su condición inferior, el juglar humilde disfruta de infinitas ventajas por ejercer la misma profesión que el poeta caballeresco. De lo contrario, no se le hubiera consentido hablar públicamente de sí mismo, de sus sentimientos subjetivos y privados, o, para decirlo de otro modo, no se le hubiera consentido pasar de la épica a la lírica. Los juglares, que se encuentran de nuevo en todas las cortes, y que, en los sucesivo, forman parte de la comitiva, incluso en las cortés más modestas, eran expertos histriones, cantaban y recitaban. ¿Eran obran suyas las composiciones que recitaban? Al principio, como sus antecesores los mimos, probablemente tuvieron que improvisar con frecuencia, y hasta la mitad del siglo XII fueron, sin duda alguna, poetas y cantores al mismo tiempo. Más tarde, sin embargo, debió introducirse una especialización y parece que al menos una parte de los juglares se limitó a la recitación de obras ajenas. Desde el primer momento, los cantores plebeyos estaban al servicio de los nobles aficionados, y, más tarde, probablemente también los poetas caballeros empobrecidos sirvieron del mismo modo a los grandes señores en sus aficiones. En ocasiones, el poeta profesional que alcanzaba el triunfo recurría a los servicios de juglares más pobres. Los ricos aficionados y los

travadores más ilustres no recitaban sus propias composiciones, sino que las hacían recitar por juglares pagados. En su tiempo, los antiguos poemas heroicos se cantaban, las chansons de gesse te recitaban, y, probablemente, todavía la antigua epopeya cortesana se leía en público, pero las novelas de amor y de aventuras se escriben para la lectura privada, sobre todo de las damas. Se ha dicho que este predominio de la mujer en la composición del público lector ha sido la modificación más importante acaecida en la historia de la literatura occidental. Pero tan importante como ella es para el futuro la nueva forma de recepción del arte: la lectura. Sólo ahora, cuando la poesía se convierte en lectura, puede su disfrute convertirse en pasión, en necesidad diaria, en costumbre. Por lo común, la obra poética destinada al canto o al recitado sigue, en cuanto a su composición, el principio de la mera yuxtaposición: se compone de cantos, episodios y estrofas aislados, más o menos completos en sí mismos. Así está construida también la Chanson de Roland. Chrétien de Troyes, en cambio, emplea especiales efectos de tensión, dilaciones, digresiones y sorpresas, que resultan no de las partes aisladas de la obra, sino de la relación de estas partes entre sí, de su sucesión y contraposición. El poeta de las novelas cortesanas de amor y aventuras sigue este método no sólo por que, como se ha dicho, tiene que habérselas con un público más difícil que el del poeta de la Chanson de Roland, sino también porque escribe para lectores y no para oyentes, y, en consecuencia, puede y debe lograr efectos en los que no cabía pensar cuando se trataba de un recitado oral necesariamente breve y con frecuencia interrumpido arbitrariamente. La literatura moderna comienza con estas novelas destinadas a la lectura. El proceso de evolución, que en el período de la poesía cortesana arranca del trovador caballeresco y del juglar popular como de dos tipos sociales completamente distintos, lleva primero a una cierta aproximación entre ambos, pero después, a fines del siglo XIII, tiende a una nueva diferenciación, cuyo resultado es, por una parte, el juglar de empleo fijo, el poeta cortesano en sentido estricto, y, por otra, el juglar otra vez decaído y sin protector. Desde que las cortes tienen poetas y cantores estables, que son empleados oficiales de ellas, los juglares errantes pierden la clientela de los altos círculos y se dirigen nuevamente, como en sus orígenes, a comienzos del período caballeresco, al público humilde. Por el contrario, los poetas cortesanos, en contraposición consciente a los juglares vagabundos, tienden a convertirse en auténticos literatos, con todas las vanidades y todo el orgullo de los futuros humanistas. Son, normalmente, ministeriales, como revela su nombre de menestrels. Pero la consideración que disfrutan es mucho más grande de lo que había sido nunca la de los ministeriales. Son la máxima autoridad en todas las cuestiones de buen gusto, usos cortesanos y honor caballeresco. Son los auténticos precursores de los humanistas y poetas renacentistas, o lo son por lo menos en la misma medida que sus antagonistas, los vagantes. El vagans es un clérigo o un estudiante que anda errabundo como cantor ambulante. Es, pues, un clérigo huido o un estudiante perdulario, esto es, un déclassé, un bohemio. El vagans carece de todo respeto para la Iglesia y para las clases dominantes, es un rebelde y un libertino que se subleva, por principio, contra toda tradición y contra toda costumbre. En el fondo es un víctima del equilibrio social roto. Los vagantes escriben en latín. Son juglares de los señores eclesiásticos, no de los laicos. Por lo demás, no son muy distintas la vida de un estudiante vagabundo y la de un juglar errante. En resumen, fuesen clérigos que habían colgado los hábitos o estudiantes perdularios, eran cultos sólo a medias, como los mimos o los juglares. A pesar de todo, sus obras, al menos en su tendencia general, son poesía docta y de clase, que se dirige a un público relativamente restringido y culto.

La poesía de los vagantes y la poesía escolar no se pueden distinguir siempre con exactitud. Una parte considerable de la lírica medieval amorosa, escrita en latín, era poesía de estudiantes, y en parte no es otra cosa que mera poesía escolar, es decir, producción poética nacida de la enseñanza. Muchas de las más ardientes canciones de amor fueron simples ejercicios escolares. Su fondo de experiencia no puede, por tanto, haber sido muy grande. Pero tampoco esta poesía escolar constituye toda la lírica latina medieval. Hay que admitir que al menos una parte de las canciones báquicas, si no ya de las canciones de amor, han nacido en los conventos. Composiciones, por otra parte, como el Concilium in Monte Romarici o la disputa De Phyllide et Flora han de atribuirse probablemente al alto clero. De aquí se deduce que casi todas las capas del clero colaboraron en la poesía latina medieval de argumento profano. La lírica amorosa de los vagantes se distingue de la de los trovadores sobre todo en que habla de las mujeres con más desprecio que entusiasmo, y trata el amor sensual con una inmediatez casi brutal. También esto es un signo de falta de respeto de los vagantes para con todo lo que por convencionalismo merece reverencia, y no, como se ha pensado, una especie de venganza por la continencia, que probablemente no guardaron nunca. En la lírica goliardesca la mujer aparece iluminada por la misma cruda luz de los fabliaux. Esta semejanza no puede ser casual, y hace más bien suponer que los vagantes contribuyeron a la génesis de toda la literatura misógina y antirromántica. El hecho de que en los fabliaux no se perdone a ninguna clase social, ni al monje ni al caballero, ni al burgués ni al campesino, apoya esta hipótesis. Los creadores de los fabliaux son, efectivamente, burgueses, no caballeros, y su espíritu es igualmente burgués, es decir, racionalista y escéptico, antirromántico y dispuesto a ironizar sobre sí mismo. Los fabliaux no son literatura específicamente burguesa en el sentido en que los cantos heroicos son literatura clasista de la nobleza guerrera, y las románticas novelas de amor, de la caballería cortesana. Los fabliaux son, en todo caso, una literatura aislada y autocrítica, y la autoironía de la burguesía que se expresa en ellas la hace agradable también para las clases superiores. En la Baja Edad Media el aburguesamiento de la poesía se hace cada vez más intenso y, con la poesía y su público, se aburguesa también el poeta. Capitulo 9 El dualismo del gótico: En general la movilidad espiritual del período gótico puede estudiarse mejor en las sombras de las artes plásticas que en las creaciones de las poesías. El espíritu de la burguesía es el elemento propulsor de la nueva sociedad, cuyo estatismo ha sido turbado, se impone en las artes plásticas de manera más rápida y radical que en la poesía Lo orgánico y lo vivo, que desde el final del mundo antiguo habían perdido su sentido y su valor, vuelve a ser apreciados, y las cosas singulares de la realidad empírica no necesitan ya una legitimación ultramundana y sobrenatural para convertirse en objeto de representación artística. Toda realidad, por mínima que sea tiene relación inmediata con Dios. También en el arte prevalece la idea de un Dios existente fuera del mundo, la imagen de una potencia divina operante dentro de las cosas mismas. El Dios que “imprime el movimiento desde fuera” corresponde a la mentalidad autocrática del antiguo feudalismo; el Dios presente y activo en todos los órdenes de la naturaleza corresponde a la actitud de un mundo más liberal, que no excluya completamente, ya, la posibilidad del ascenso en la escala social Antes, las clases estaban separadas por un abismo insalvable; ahora están en contacto. Y. De igual manera, también el mundo, como objeto de arte constituye una realidad continua aunque cuidadosamente jerarquizada.

Es cierto que tampoco ahora, en la plena Edad Media, se puede hablar de un simple naturalismo nivelador que transforme toda la realidad en una suma de datos sensibles, como no se puede hablar tampoco de que el orden burgués elimine radicalmente las formas de dominio feudales, ni de que quede abolida totalmente la dictadura de la iglesia o de que se forme una cultura autónoma y mundana. En el arte, lo mismo que en los todos terrenos de la cultura, solamente se puede hablar de un equilibrio entre individualismo y universalismo, de un compromiso entre libertad y sujeción. El naturalismo gótico es un equilibrio inestable entre la afirmación y la negación de las tendencias mundanas, de igual manera que toda la caballería es en sí una contradicción, y que toda la vida religiosa de la época oscila entre dogma e interioridad, fe clerical y piedad laica, ortodoxia y subjetivismo. Es siempre la misma íntima contradicción, la misma polaridad espiritual que se manifiesta en los antagonismos sociales, religiosos y artísticos. El dualismo del gótico se manifiesta del modo más sorprendente en el peculiar sentimiento que de la naturaleza tienen el arte y el artista de este periodo. La naturaleza no es ya el mundo material mudo e inanimado, tal como lo concebía la alta Edad Media La nueva concepción del amor está en correspondencia con la tendencia liberal del espíritu de la época. Se buscan en la naturaleza huellas del propio yo, los reflejos del propio sentimiento. Pero a pesar de esta correspondencia, falta siempre la visión individual de la naturaleza. El naturalismo del gótico se expresa de forma mucho más coherente en la representación del hombre que en los cuadros de paisajes. Ahora el interés se dirige a lo individual y característico. Hay expresión fresca, viva y directamente expresiva de los retratos: pero sin embargo todavía tienen la pesadez y la tosquedad de los primeros tiempos del feudalismo. La naturaleza no se caracteriza ya por su falta de espiritualidad, sino por su transparencia espiritual, por su capacidad para expresar lo espiritual, aunque todavía no por su propia espiritualidad. ¿Qué podría ser más inconcebible para la época firme en su fe que el que existan dos fuentes distintas de verdad, que fe y ciencia, autoridad y razón, a pesar de ello, ambas pueden testimonias una misma verdad? Esta doctrina constituía un camino lleno de peligros, pero era la única salida para una época que no quería sacrificar ni su ciencia a la fe ni su fe a la ciencia, y sólo mediante ambas podía construir su cultura. El idealismo gótico era al mismo tiempo un naturalismo que trataba de representar correctamente sus figuras espirituales ideales arraigadas en el mundo suprasensible, lo mismo que el idealismo filosófico de la época colocaba la idea no sobre las cosas particulares, sino en ellas, y afirmaba tanto las ideas como las cosas singulares. Traducido el lenguaje de la disputa de los “universales”, esto quieres decir que los conceptos universales eran concebidos como inmanentes a los datos empíricos, y que solo que en esta forma se reconocía su existencia objetiva. Este nominalismo moderado se basa en una concepción del mundo totalmente idealista y sobrenatural. El nominalismo moderado, que no niega la realidad de las ideas, pero las considera inseparables de las cosas de la realidad empírica, es la formula fundamental de todo dualismo gótico, tanto los antagonismos de la estructura económica y social como las íntimas contradicciones del idealismo y el naturalismo artístico de la época. La función del normalismo corresponde a la sofistica en la historia del arte y la cultura antigua. El dualismo que determina las relaciones del arte gótico con la naturaleza se manifiestan también en la solución de los problemas de composición de este arte. De un lado, el

gótico supera la técnica de composición ornamental del arte románico, inspirada sobretodo en el principio de la coordinación y sustituyéndola por una forma mas cercana al arte clásico, guiada por el principio de la coordinación, sustituyéndola por una forma mas cercana, al arte clásico, guiada por el principio de la concentración; pero, por otro lado, disgrega la escena en composiciones parciales que están dispuestas según el criterio clásico de unidad y subordinación, pero en su totalidad revelan una acumulación de motivos bastante indiscriminada. El principio de la representación “continua”, la tendencia a la morosidad “cinematográfica” en cada una de las fases particulares del acontecimiento, y la predisposición a sacrificar el “momento pregnante” a favor de la amplitud épica, constituyen los elementos de una corriente que encontramos por vez primera en el arte romano tardío, y de la que en realidad nunca se prescindió completamente en la Edad Media, pero que ahora vuelve a predominar en la forma de composición cíclica El dualismo se expresa en las tendencias económicas, sociales, religiosas y filosóficas de la época, (economía de consumo y economía comercial, feudalismo y burguesía, trascendencia e inmanencia, realismo y nominalismo, y determina tanto las relaciones del estilo gótico con la naturaleza como los criterios de composición, nos sale al encuentro al mismo tiempo en la polaridad de racionalismo e irracionalismo del arte gótico, principalmente de su arquitectura Esta teoría tecnicista cuadraba maravillosamente a la estética racionalista del siglo, según la cual en una autentica obra de arte no había nada que pudiera variarse. Y así, un edificio gótico, con su lógica cerrada y su funcionalismo austero aparecía como el prototipo de una realidad artística en la que no se podía quitar ni añadir sin destruirla completamente. En la época del gótico, ocurre a menudo que los elementos espirituales y materiales del arte hablan lenguajes distintos (la técnica tiene carácter racional y los principios formales, por el contrario, lo tienen racional) La iglesia románica es un espacio cerrado, estable, que descansa en si misma. La iglesia gótica, por el contrario, se encuentra en una fase de su génesis, se hace, ante nuestros ojos, y representa un proceso, no un resultado. La transformación de todo sistema material en un juego de fuerzas, la disolución de todo lo rígido y estático en una dialéctica de funciones y subordinaciones, esta corriente y afluencias, esta circulación y transformación de energía, despiertan la impresión de que ante nuestros ojos se desarrolla y se dice un conflicto dramático. El efecto dinámico es tan preponderante que todo lo demás parece simple medio para este fin. La predilección moderna de lo inacabado tiene su origen aquí. Desde el gótico todo gran arte tiene algo de fragmentario en si, posee una imperfección interna o externa, una detención voluntaria o involuntaria antes de pronunciar la última palabra El edifico gótico no es sólo un sistema dinámico en sí, sino que además moviliza al espectador y transforma el arte en un proceso que tiene una dirección determinada y un desarrollo gradual. En el gótico, su sensibilidad es la forma especial en que se compenetran el espiritualismo cristiano y el sensualismo realista de la época gótica. La intensidad afectiva del gótico no era nueva en sí, pero era nueva la intimidad expresiva que da a toda la obra de arte del periodo gótico y posterior a él un carácter de confesión personal. Y aquí encontramos otra vez aquel dualismo que invade todas las formas en que se manifiesta el gótico. El carácter de confesión del arte moderno, que presume la autenticidad y unidad de la experiencia del artista, tiene, desde entonces, que imponerse contra una rutina cada vez más impersonal y superficial. Con el gótico comienza el lirismo del arte moderno, pero con él comienza también el

moderno virtuosismo. Logias y gremios: Logias: Siglos XII y XIII: “comunidades de artistas y artesanos empleados en la construcción de una gran iglesia (...) bajo la dirección artística y administrativa de personas comisionadas por la entidad que construía la obra” (Pág. 290) “Una parte de los operarios constituía el personal estable de la logia, que continuaba ligada al arquitecto después de la terminación de un trabajo, y otra parte cambiaba cada vez y se reclutaba en el curso del mismo” (ídem). Era una organización laboral jerárquica de asalariados. Limitaba artísticamente y dentro de ella ninguno era libre. Al compararse con organizaciones similares de Grecia y Egipto, ninguna de estas era cerrada en sí, ni tenía administración propia ni movilidad como las que acá tratamos (el artista en estas últimas debía cambiar seguido el lugar de su actividad para conseguir trabajo). “Los constructores de la época románica tenían que limitarse (...) a la prestación laboral de sus siervos y vasallos, pero cuando fue posible disponer de dinero, el empleo a gran escala de mano de obra libre y foránea se hizo más fácil” (Pág. 291) -> mercado laboral interregional. La falta de dinero durante largos períodos hizo que algunas construcciones de catedrales se prolongaran durante siglos; además algunas logias eran permanentes en cieras catedrales sólo imita la realidad. No tiene sentido simbólico, sino una significación sobrenatural: “la naturaleza no tiene todavía un significado en sí misma, pero ya es suficiente para ser estudiada y representada por sí” (Pág. 309) Pintura del gótico tardío: “panorama de viaje”, caminante, pasajero, viajero. Ilusión de camino, deseo de movimiento, pasión por el vagabundaje. “Este aspecto del 'margen de la vida', que suprime la división neta entre escenario y auditorio, es la expresión especial, se podría decir 'cinematográfica', del sentido dinámico de la vida, propio de la época” (Pág. 311) Visión cinematográfica: representación del mundo en el que vivimos, somos parte de la obra. Es una forma de empezar a contentar a la gente. (De nuevo, para mí esto se relaciona con el espíritu gótico, la idea de continuidad) Grabado en madera: se vuelve popular por el bajo costo y la técnica de reproducción masiva => Industrialización del arte. La obra de arte pierde su valor mágico: 'desencantamiento de la realidad' Progresivamente se despersonaliza la relación artista-público. “Para la Edad Media, que hace hincapié no en la genialidad, sino en la artesanía de la creación artística, no era la mecanización de la producción tan difícil de compaginar con la esencia del arte como para los tiempos modernos” (Pág. 314) -> creo que es importante relacionar con lo de Ars que vimos. En síntesis, se dan detalles del arte burgués del gótico tardío, explicando los cambios fundamentales (nuevo naturalismo y visión cinematográfica) y se reafirma la industrialización del arte (obras de arte no geniales sino comerciales, de producción mecánica), y se explica su aceptación por el hincapié medieval en la artesanía de la creación artística.