Arte y Sociedad

ARTE Y SOCIEDAD El Arte se relaciona con la sociedad en cuanto la observa, analiza y construye para ella unos lenguajes

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ARTE Y SOCIEDAD El Arte se relaciona con la sociedad en cuanto la observa, analiza y construye para ella unos lenguajes que la muestran en sus aspectos constitutivos relevantes incorporando en este quehacer necesidades funcionales: arquitectura, objetualidad de uso, relaciones con el espacio habitado amalgamables y relacionadas con quienes lo habitan. El trabajo de los artistas en suma ha construido cosmogonías colectivas e individuales que con el correr del tiempo, la información y opciones culturales han trasuntado en obras artísticas (2). La relación Arte y sociedad, viene dada desde el principio de la vida. Medio ambiente, el entorno, contenedores de la existencia dotan al Arte de significados, pero también construyen herramientas, estructuras y eventos que se establecen como relevantes para los grupos humanos presentes (3) del mismo modo, los seres humanos en comunidad, generan una pertenencia y representatividades. La sociedad con estas cargas y distribuciones de roles, que muchas veces determinan a los géneros, construye formas de representación (4) a lo largo de la historia, mostrándonos la evolución de la misma (5) posibilitando, el observar las identidades que habitan geografías, influenciando a las estéticas y otras manifestaciones que al día de hoy, más estilizadas, siguen y continúan con una gran carga mística (6), en las identidades personales y colectivas. La corporalidad acoge y desplaza a estas identidades, surge en los grupos, casi sin exclusión, la necesidad de diferenciarse, para lo cual, los símbolos, colores, diseños y adornos significativos juegan un rol relevante. En casos relevantes guardan, una profunda relación con el entorno (7) propenden a reunificarse con el medio que los rodea. Dicho proceso origina una parte de la identidad cultural, que estaría constituida por un desarrollo más complejo de la existencia, planteamientos filosóficos y psicológicos, incluso de las mismas que el folclor consignaría de manera más anecdótica adicionándoles elementos que conjugan lo real con lo irreal. Esta mirada conjugada (lo real e irreal), es lo que hace en parte la obra de Marc Chagall, un aporte a la lectura del Arte contemporáneo, cuando integra relatos campesinos de su

aldea natal a la creación pictórica. El artista ha incorporado el concepto, la idea, el relato, el cuento (que se han mantenido en el lenguaje y ha sido distribuido con el mismo) a su obra, ocupando materiales y soportes que se venían utilizando desde hace siglos, o sea, el aporte radicaría en cómo el artista ha traducido ese lenguaje-relato al construirlo desde su conocimiento y articulación de elementos compositivos que ha considerado pertinentes, a una plástica bidimensional cromáticamente singular con una lectura surreal, del sueño o lo lúdico con formas que pertenecen al mundo de lo real pero habitando el lúdico. Esta propuesta en un ambiente que observaba el Arte como una fotografía de lo real y de lo real usualmente lo más conservador, vino en establecer que la sociedad y el

Arte, lleva, traslada, adiciona e integra a todas las existencias, aún las más

estigmatizadas por lo oficial y lo políticamente correcto demandando que la sociedad sea capaz de observar en la producción de Arte una actitud que discierne sobre cómo los fenómenos significativos, no se conviertan en modos productivos con fines claramente económicos y de consumo (8), al respecto la postura de los movimientos estudiantiles de los años sesenta y más tarde, de los setenta y ochenta (Hippie, Punk), han terminado en modas, evolucionando a una estética ecléctica que no habla ni mantiene la idea original, a la inversa, la descompone en un aparataje visual. La capacidad analítica de estos fenómenos estéticos y sociales invertirá la actitud reduccionista del caricaturista – decorador. Es la sociedad quien construye espacios físicos donde establece habitabilidad, recreación, ocio, salud y trabajo, entre otros. El Arte proporciona la oportunidad de indagar dichas espacialidades de modo de reconocer qué está ocurriendo con los grupos humanos que allí habitan (9). ¿Cuáles son estas coordenadas significativas para la juventud, los ancianos los niños?, ¿Cómo encontrar una arquitectura que los represente y presente a la sociedad toda? Se observa en este ejercicio lo relevante del Arte no sólo en el ámbito creativo, al cual la enseñanza del Arte tradicional direcciona casi todos sus esfuerzos sino como dialogo con lo real, lo diario y funcional. La habitabilidad permanente se caracteriza por el uso de objetos para fines y ocasiones.

Reconocerlos como parte del acervo cultural, de la influencia y las necesidades, desarrolla el criterio en cuanto a su cantidad y real necesidad. De la misma manera unas formas representativas de quienes las manipulan, en este sentido el análisis estético viene en proveernos de las necesarias normas compositivas para una objetualidad y habitación que mantenga una unidad y retenga, en caso de ser pertinente, nexos con el antecedente originario (étnico, emigrante), constituyéndose en un lugar vitalizado y de resguardo de una historia y unos sucesos relevantes para quienes lo habitan. Los nuevos soportes tecnológicos (TICS) (10) son nuevas posibilidades creativas, el Arte acerca a las personas a estos medios desde la mirada crítica y abierta que brinda el poner en duda el pragmatismo de un solo uso, una sola posibilidad. Tales reconocimientos facilitarán que los futuros integrantes y actores sociales, accedan de mejor forma a las fuentes de información de todo orden con la posibilidad de saber que aquellas albergan el Arte (Gobierno de Chile. Mineduc, 2000).En la sociedad de la información usualmente se encuentra a los estudiantes, en calidad de receptores pasivos, las posibilidades de respuesta son menores cuando se desconocen las herramientas tecnológicas y, aún más, cuando las respuestas carecen de originalidad sin embargo, no se debe desconocer que la creación de mensajes multimediales facilita, por otra parte, el trabajo colectivo (Gobierno de Chile. Mineduc, 2000). El proceso educativo, por su carácter procesual, facilita llegar a este lugar, de manera dinámica, transversal y experimental, pese a esto, se observa cómo los establecimientos aún no generan una cultura al respecto, pese a los mismos intereses planteados por los estudiantes, continuando una formación escolar que se relaciona más bien con el planteamiento ilustrado y conductista del siglo XIX. El Arte está profundamente ligado al estudiante como medio comprensivo y creativo, y del mismo modo, lo acerca a la comprensión de la sociedad de una manera sensible, transformadora, innovadora y crítica, que potencia otras áreas del conocimiento y desarrolla aspectos sensibles de su personalidad determinando una visión del mundo como Arte (Eisner, 1998).

No obstante, se debe reconocer que la escuela es el espacio socializante por excelencia, asegurando aprendizajes selectivos que propenden al crecimiento y la posterior inserción social del individuo (Gobierno de Chile. Mineduc, 2000). La atención se ha concentrado entonces, en el individuo estudiante y el constructo guiador, escuela, que presenta una guía abierta y transversal, de participación y colaboración. ¿Qué puede hacer el Arte en general, y las Artes Visuales en particular, para aumentar la calidad de vida individual y social? ¿Cómo aporta a la existencia? La relevancia que posee el Arte como disciplina escolar, está dada por el aporte que hace al abrir nuevos espacios revitalizando la existencia en una sociedad que tiende a la uniformidad. El acto creativo adiciona nuevas posibilidades, en la mirada de Eisner (1998): “Si el Arte es algo, es una calidad de vida que se disfruta por sí misma. En un orden social, que tiende a incentivar el que las personas traten los objetos y a las demás personas no como instrumentos, las Artes llaman la atención sobre los aspectos no instrumentales de la vida. La obra de Arte visual es una forma a explorar visualmente, los ritmos de la obra, su forma, su entorno, su color, hacen que se avance por un camino cualitativo. La experiencia estética es un proceso que emerge del propio Arte. A diferencia de tantos otros tipos de actividades humanas, la experiencia que constituye el Arte no empieza cuando ha acabado la indagación; no es algo que se encuentra al final de un trayecto, es parte del propio trayecto (Eisner, 1998:255). En relación a los diferentes estadios de la enseñanza media en Chile en la especialidad de Artes Visuales…. A saber, cuando el autor plantea “explorar visualmente”, esta percepción, no sólo es factible de contenerla en la observación de obra sino vista como una idea, promueve la capacidad de entender el estar y habitar un lugar. Se puede asociar al primer nivel de enseñanza media, (Arte, naturaleza y creación), donde el “explorar y registrar, apreciar, profundizar y expresar ideas”, son parte fundamental de los contenidos relacionados con

el medio ambiente, de la misma forma, promover el cuidado y responsabilidad frente al mismo. El Arte viene a profundizar las posibilidades de comprensión de la sociedad que el estudiante habita desde una mirada medioambientalmente amigable. En el segundo nivel (Arte, persona y sociedad), la idea de que el Arte emerge de su propia experiencia, factibiliza el reconocerse como género (femenino y masculino), y éstos a lo largo de la historia, más tarde, en funciones y acciones; luego, cómo los seres humanos se han dado diversos puntos de encuentro y desencuentro. El análisis de obras, su creación e investigación, posibilitan aprender de la historia reconociendo que estos hechos, ritos y reuniones humanas son una resultante de voluntades, coincidencias y desacuerdos que involucran a la sociedad en escalas diversas de participación y responsabilidad. Se reafirman así, las identidades colectivas y personales. El Arte valora los aportes que hace la vida en sociedad, haciendo de esta práctica una situación inclusiva debido a la importancia que da a los grupos específicos (11). Eisner (1998), en su lúcida percepción del Arte, facilita el arribo al tercer nivel de la enseñanza media (Arte, entorno y cotidianeidad). En este estadio comprende el universo juvenil y sus características como la del valorar y reflexionar acerca de los procesos y productos artísticos. El trayecto sin fin que Eisner plantea, se encuentra concatenado con la sociedad y las personas. Al observar el siglo XX podemos ver con claridad que las juventudes se han manifestado, encontrado y desarrollado diversas modalidades expresivas interviniendo el mundo medial y social. El Arte y en específico, la arquitectura, concede una visión de la sociedad, aún sin que estos constructos sean de importancia y sólo reflejen grupos fácticos de interés reducido. La experiencia que brinda el reconocer este fenómeno posibilitará la construcción de espacios que contengan una mirada diversa y trascendente basada en la percepción colectiva.

En el cuarto nivel, Eisner (1998) nos acerca al último estadio de la enseñanza media : Arte, cultura y tecnología , debido a la conexión con los diversos lenguajes especialmente los contemporáneos, caracterizados por una fuerte carga tecnológica provocando una relación fundamental en las áreas de relaciones humanas tales como laborales, familiares y sociales. Toma entre otros aspectos la fragilidad a que nos lleva la falta de comunicación e intercambio. Dicho de otra manera, disfrutar del proceso creativo como un logro, lo que produce una recompensa cualitativa en el proceso y desarrollo de la vida con los demás, con los otros. Pese a los argumentos anteriores, Eisner (1998), con la misma lucidez, nos revuelve… “En una época en que nunca había sido mayor la necesidad de personas sensibles, resulta paradójico que se preste tan poca atención al desarrollo de la sensibilidad en las escuelas. Pero se podría especular que, en la medida en que los hombres están encallecidos entre sí y frente al entorno en el que viven, la probabilidad de aumentar la calidad de vida es, sin duda, pequeña. Sería una exageración decir que basta con la educación en las Artes; sin embargo, sin ella, las perspectivas parecen desoladoras” (pág. 257) ¿Cuáles podrían ser los aportes que el Arte brinda desde la mirada de los tiempos modernos?…. La experiencia del Arte es transversal pues, como la existencia, no tiene un comienzo ni un fin determinado, desde el postulado teórico como desde el estético, es un trayecto, y este trayecto es lo importante más que la necesidad de llegar a un resultado determinado por exigencias de índole diversa, en palabras de Eisner (1998), “Así, una importante aportación de las Artes a la sociedad contemporánea es la de servir tanto como la experiencia como de recordatorio de que no se debe considerar que la vida sea una serie de medios para alcanzar un fin deseado. El Arte nos recuerda que el acto de observar intensamente, de abrir la sensibilidad al entorno produce una recompensa cualitativa en el proceso de vivir” (págs. 255 y 256).

De lo anterior se desprende que el Arte, construye en gran medida el estar y habitar un lugar. La experiencia del Arte y quienes se relacionan con él y, más aún, quienes la reconocen en su accionar cotidiano, establecen más rápidamente los ámbitos de la selección y lo específico. Eisner (1998) propone que las Artes dan a los hombres la posibilidad de iniciar, continuar y concluir lo que empiezan, quien lo realiza se identifica y responsabiliza del mismo, es decir, el hombre vuelve a ser homo faber. Promueve la capacidad de apreciar o desarrollar la visión micro cósmica; se aleja de lo monumental, se acerca a los aspectos internos de la vida en sociedad y personal que, por cierto, guardan una relación con la colectiva, desde su aceptación y el rechazo. La escala humana, según Eisner (1998) “nos permite dar sentido al mundo”. El Arte provee, como hemos visto, de sentido y también de sensibilidad. ¿Cuáles son las exigencias de lo que significa trabajar con el Arte? Algunas de ellas son: “perfección, selección y organización de cualidades” ellas se deben desarrollar para alcanzar una sensibilidad hacia los fenómenos a los cuales son enfrentados. Por tanto, el trabajo en las Artes plantea exigencias especiales a quien lo realiza” (pág. 257). Esto explica, en gran medida, que el siglo XX sea una explosión de tendencias y escuelas que han sabido leer su historia… En miradas sociocríticas (expresionismo alemán), las nuevas posibilidades tecnológicas (futurismo), el rechazo a la materialidad y lenguaje visual del conservadurismo neoclásico (suprematismo ruso), el mundo interno del ser humano (surrealismo), los fenómenos existencialistas (abstracción y conceptualismo), la crítica al consumismo (pop art), la vida como obra de Arte y su relación con la despersonalización generada por la meta comunicación (instalaciones multimediales). Estas propuestas ratifican también el carácter documental de las Artes.

¿Es acaso este carácter el que molesta a los criterios tecnocráticos de la educación?, o ¿La posibilidad que el Arte ofrece a los estudiantes y la sociedad de reconocerse libremente? Algunas de las resultantes de este desconocimiento o negación a las Artes y su natural significado para la vida en sociedad, es factible observarlo ya en los inicios de los diferentes estadios de la educación y, luego, en la vida futura en sociedad. En la voz de Eisner, “Cuando un orden social… asigna valores a los campos denominados cognitivos en detrimento de las Artes, probablemente no se desarrollará en los jóvenes, la capacidad para responder a las dimensiones sutiles de la vida cualitativa” (1998, p. 257). Respecto a lo anterior, Dewey (1998), señala que “la eficacia social” implica el gozo de las actividades comunes. Plantea que esto es imposible sin cultura. En la misma línea Eisner (1998) aclara que: “no se puede participar en el intercambio con los demás sin aprender, sin obtener un punto de vista más amplio y sin percibir cosas que, de otro modo, se ignorarían. Y no hay, quizá, mejor definición de la cultura que la de considerarla como la capacidad para ampliar constantemente el radio de acción y la precisión de la propia percepción de significados” (pág. 111). La importancia de valorar el Arte en la educación como un antecedente o forma de comprender y relacionarse con la sociedad, tiene su origen en que sucede precisamente lo contrario: el consumismo (supuesta clave para el bienestar), la estabilidad laboral y la educación como camino hacia la clave antes mencionada. Establecidas ya algunas relaciones que poseen la dualidad, “Arte y Sociedad”, es importante exponer de manera más concreta qué hace que la enseñanza del Arte pierda cada vez más terreno y, en el mejor de los casos, se la observe como un acto recreativoterapéutico por muchos estudiantes y padres. Cuando el estudiante es visto como un adulto, sin posibilidad de modificación, se transforma en una percepción asfixiante, por lo que pretender ser sensible es casi imposible.

Gimeno (1997), comenta acerca del ser humano y su papel en la sociedad, señala que esta

“orientación

educativa”,

proporciona,

una

ideología

del

sometimiento

y

homogenización de la educación, donde se potencia el almacenaje de información, parcelando el acto mismo, señala que “es una pedagogía coherente con una sociedad que obliga a dividir la propia personalidad, fomentando la falta de proyección personal en lo que se hace y en las relaciones sociales” (pág. 163). Como lo señala Gimeno, la pedagogía por objetivos, al contrario del espíritu que anima a las Artes y su relación con la sociedad, promueve la homogeneización ¿qué sería del Arte con esta situación en forma permanente?, en este sentido, los contenidos que se imparten se encuentran al margen de la experiencia personal y social” (Gimeno, 1997:163). Incluso, los conocimientos, adquieren un carácter utilitario, casi de comprobación y su importancia se basa en la adquisición de destrezas, alejadas de modelos de pensamiento, los cuales “ayudan al hombre a comprenderse a sí mismo y al mundo que lo rodea. La utilidad dentro del modelo eficientista es un rendimiento conductual y material”. Se ha visto, que a pesar de los profundos nexos entre Arte y sociedad, hoy se evidencia como el currículum en forma agresiva traslada al ser humano a una función, eliminando todas sus posibilidades creativas, sensibles y transformadoras, peor aún esta actitud viene más clara para los sectores a los que la distribución desigual del ingreso golpea más nítidamente. Finalmente, desarrollar la creatividad en los estudiantes, así como generar espacios para potenciar las particularidades de los mismos, es posible a través del desarrollo de las Artes Visuales, sensibilizándolos ante la complejidad del entorno familiar, escolar y societal (12).

Notas 1. Capítulo Segundo: Arte y educación. Educación Artística en la actual Política Curricular Chilena. Una expresión en el currículum prescrito de enseñanza media. Trabajo de Graduación para optar al grado de Magíster en Política y Gestión Educacional. U de Talca, Chile. 2. Gobierno de Chile. Mineduc, 2000. 3. El nacimiento, la muerte, la guerra, la paz, la caza. 4. Plásticas, gráficas, escultóricas, audiovisuales, entre otras. 5. Gobierno de Chile. Mineduc, 2000. 6. Flora y fauna, fechas y cambios asociados a lo climático. 7. El textil mapuche contiene una importante visualización del medio ambiente natural, la vestimenta típica del sur de Alemania, del mismo modo, incorpora la flora del lugar en bordados de gran oficio. 8. Gobierno de Chile. Mineduc, 2000. 9. Aclara si los espacios construidos, generan la capacidad de reconocerse, cómo lograr establecer coordenadas de satisfacción o insatisfacción, intervención y cambio en o los espacios habitados colectivamente. 10. Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. 11. Étnicos, urbanos, campesinos, entre otros. 12. Tras lo presentado en las líneas precedentes, se pretende esbozar algunas propuestas para el desarrollo de la Educación Artística en las instituciones educacionales.

Artículo publicado por Fulvio Fernández Muñoz