Arquitectura Religiosa ROCOCO 1

4. LA ARQUITECTURA RELIGIOSA ROCOCO: Para la iglesia, el estilo Rococó se podía asimilar a la música profana, contrapue

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4. LA ARQUITECTURA RELIGIOSA ROCOCO:

Para la iglesia, el estilo Rococó se podía asimilar a la música profana, contrapuesta a la música sacra. La carencia de simplicidad, la exterioridad y la frivolidad tenían el efecto de distraer del recogimiento y de la plegaria. Con todo, eliminada su exterioridad más explícita, el resultado pudo ser aceptado como en consonancia con un ambiente dedicado al culto. En el desarrollo del Rococó, encontramos una decoración compatible. Los artistas franceses parecen no haber considerado nunca la belleza de la composición del objeto principal, mientras que los alemanes hacen de la potencia de las líneas su característica principal. En el interior de las iglesias, el Rococó pudo ser tolerado, dado que los objetos eran pequeños como un vaso, una mesita de un corazón, una luz, una barandilla o una balaustrada y no eran demasiado evidentes a la vista. Resulta estar más en consonancia en la sacristía y en ambientes no propiamente de culto, más que en la iglesia propiamente dicha. El estilo Rococó se adapta muy mal al oficio solemne de la función religiosa, con el tabernáculo, el altaro el púlpito. En el caso de grandes objetos, la escultura rococó resulta bella, pero a la vez se encuentra un parecido con el Barroco. Los elementos fantasiosos de este estilo no se adaptan a las grandes paredes de las iglesias. En cualquier caso, todo tiene que ser según la situación local y las circunstancias. Hay piezas del Rococó auténticamente bellas, mientras que algunas otras no responden a los cánones e intentan asimilarse a objetos sacros. Entre los materiales utilizados en el estilo rococó figuran la madera tallada, el hierro y el bronce, utilizado en la construcción de balaustradas y portales. Un elemento distintivo es el dorado que cubre los fríos materiales metálicos, más aceptables para la implantación en ambientes no profanos.

4.1 EVOLUCIÓN DE LA ARQUITECTURA ROCOCO

-ROCOCO FRANCES:

Francia es la cuna del estilo y desde aquí se extiende al resto de Europa, especialmente a los países de lengua germánica, donde adquiere una fuerza extraordinaria debido a las fuertes relaciones de Federico II de Prusia con la corona de Francia. Con el alejamiento de la cultura de los palacios de la corte, las construcciones características de esta época fueron las casas alejadas del centro de ciudad o en medio del campo: «folies», «bergeries», «bagatelles» o «ermitages». En residencias urbanas, el «hôtel» o mansión en la ciudad, la planta se divide en unidades espaciales relativamente pequeñas con lo cual se obtienen ámbitos especializados, de diferente medida según su función: salón, comedor, cuarto, antecámara, galería, gabinete. De esta forma apareció una distribución más práctica que el anterior de «enfilade», ahora las habitaciones serían independientes y con acceso individual. Se cortaron oblicuamente las esquinas de las habitaciones para colocar escaleras secundarias en los espacios ganados y estos se comunicaron entre sí mediante pasillos, corredores y galerías. Entre los representantes más destacados encontramos a Jean Courtonne y a Robert de Cotte, nombrado arquitecto de la corte, y que intervino en la casi totalidad de las obras importantes que se hicieron en Francia durante 30 años.

CASA DE CROZAT (PARIS)

-ROCOCO ALEMAN: El rococó francés, al irrumpir en Alemania, se fusiona con el barroco germánico. Bebía también del barroco recargado y de procedencia italiana. Arquitectos como Borromini o Guarino Guarini sirvieron como fuente de inspiración ante el cambio hacia la complejidad espacial, las formas enrevesadas y aquellas texturas que los arquitectos alemanes llevaron al extremo haciendo desaparecer, casi por completo, las verticales y horizontales arquitectónicas. Esta moda se convirtió en general y se extendió, en general, por las pequeñas cortes alemanas que deseaban imitar lo francés y que recurrían con frecuencia a arquitectos de dicha procedencia. Se hizo visible en palacios, como el Palacio Solitude de Stuttgart, el palacio Augustusburg en Brühl o el palacio Falkenlust, también en Brühl; invernaderos y caballerizas, así como también en iglesias y campanarios solos o en pareja, sobre todo en el sur del país, donde en contadas ocasiones dejaban entrever desde el exterior los esplendores que albergaban. Ejemplo de ello son la basílica de Ottobeuren, enBaviera, o la Wieskirche (iglesia del prado), proyectada por Dominikus Zimermann y situada en las proximidades de Füssen y Oberammergau, también al sur de Baviera. Se trata de un edificio de exterior discreto, pero con un interior en donde la luz y el color tienen un papel protagonista. Adornos turbulentos y envolventes se reparten por todas partes, consiguiendo que la estructura se disuelva y transmitiendo la sensación de que los motivos decorativos están suspendidos en el espacio. El objetivo religioso de este tipo de ornamentaciones era el de proporcionar al peregrino una visión de la gloria. Fue el arquitectoFrançois de Cuvilliés, el que realizó las obras más directamente relacionadas con los modelos franceses del rococó, tal y como hizo en la decoración del palacio de Nymphenburg.

BASILICA DE OTTOBEUREN – BAVIERA , ALEMANIA

INTERIOR BASILICA DE OTTOBEUREN – BAVIERA, ALEMANIA

-ROCOCO ITALIANO:

También en Italia, siguiendo el ejemplo francés, creó el Rococó una notable renovación, sobre todo en el sector de la decoración de interiores y en la pintura. Se dio sobre todo en la región del norte (Liguria,Piamonte, Lombardía y Véneto), mientras que en la Italia central, por la influencia de la iglesia, el estilo no se desarrolla de forma sensible. El Rococó italiano, que floreció en Roma a partir de la década de 1720, estuvo profundamente influenciado por las ideas de Borromini. Los principales arquitectos en Roma —Francesco de Sanctis (escalinata de la Plaza de España, 1723) y Filippo Raguzzini (Piazza Sant'Ignazio, 1727)— a penas tuvieron influencia fuera de su país nativo, al igual que los numerosos seguidores del Barroco siciliano, incluyendo a Giovanni Battista Vaccarini, Andrea Palma y Giuseppe Venanzio Marvuglia. Entre los arquitectos que fueron profundamente influenciados por la brillantez y la diversidad de Juvarra y Guarini, quizás el más importante fuera Bernardo Vittone. Sus principales obras son una serie de iglesias Rococó, de plantas cuatrifoliadas y delicados detalles. Sus sofisticados diseños a menudo muestran múltiples bóvedas, estructuras dentro de estructuras y cúpulas dentro de cúpulas. Durante esta época, en el Véneto se estaba realizando un acercamiento a los temas de Palladio, evidente en la Villa Pisani en Stra (1721) y en la Iglesia de San Simeone Piccolo en Venecia, terminada en 1738. En Italia, el rococó floreció en Roma y estuve profundamente influido por Borromini. Los arquitectos más destacados fueron Francesco de Sanctis y Filippo Raguzzini. El primero acometió la obra de la escalinata de la Plaza de España, mientras que el segundo hizo lo propio en la Piazza Sant’Ignazio. Otros arquitectos se vieron influidos por Juvara y Guarini, como fue el caso de Bernardo Vittone. Entre sus obras más conocidas destacan toda una serie de iglesias rococó de plantas cuatrifoliadas y delicados detalles. Entre sus diseños pueden encontrarse múltiples bóvedas y estructuras dentro de estructuras, como por ejemplo cúpulas. Uno de los edificios más interesantes es el Pabellón de caza de Stupinigi, diseñado por Filippo Juvara para Víctor Amadeo II. La ornamentación interior fue diseñada por un equipo de decoradores muchos de los cuales llegaron desde Venecia. Es un edificio con una planta en forma de cruz de San Andrés, en el que cuatro alas en ángulo se proyectan desde la sala principal, la cual cuenta con una planta de forma ovalada. En dicho núcleo central se sitúa un

gran salón central y en los brazos se sitúan diferentes apartamentos y estancias para la realeza y los huéspedes.

Palacio STUPINIGI

INTERIOR Palacio STUPINIGI