AMEBIASIS

AMEBIASIS: ENTAMOEBA HISTOLYTICA: Morfología y sus formas: Trofozoíto: forma invasiva, tienen un diámetro de 10 - 60 µm,

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AMEBIASIS: ENTAMOEBA HISTOLYTICA: Morfología y sus formas: Trofozoíto: forma invasiva, tienen un diámetro de 10 - 60 µm, forma alargada, un núcleo con endosoma central y cromatina periférica fina. Móviles por medio de seudópodos (lobópodos). En ocasiones se pueden observar eritrocitos fagocitados en el endoplasma (presentes en E. histolytica). Emergen en el íleon terminal, tras el desenquistamiento, en la forma de trofozoítos con 4 núcleos, que darán lugar a 8 trofozoítos uninucleados, dicha multiplicación se da por división binaria. Quiste: infectantes, son esféricos y miden 10 - 15 µm. El número de núcleos dependen del grado de madurez aumentado progresivamente del 1 al 4 mientras más maduros los quistes sean. Cuando son inmaduros tienen características parecidas a los trofozoítos. Ambas formas se eliminan por las heces fecales. En el caso de los quistes los vehículos principales de transmisión son el agua y alimentos contaminados. En algunos casos, como el sexo anal o lesiones de continuidad en piel, los trofozoítos pueden ser infectantes. (Berrueta, 2017) Ciclo vital:

FIG. 1 (Centers for Disease Control & Prevention, Division of Parasitic Diseases) Patología: Una vez que el huésped ingiere alimentos o productos contaminados, las quistes llegan al intestino, donde se produce el desenquistamiento, E. histolytica tiene la capacidad de adherirse por medio de proteínas específicas (lectina galactosa/Nacetilgalactosamina) y reproducirse en el moco que recubre el intestino grueso. En este punto los parásitos toman dos caminos diferentes unos son eliminados por las heces ya sea en forma invasiva o infectante; los otros invaden las células epiteliales intestinales, fagocitándolas. La lesión típica que producen, son úlceras extendidas, en "cuello de botella". Si se extienden más profundamente que el epitelio y perforan la lámina propia, la invasión al torrente sanguíneo producirá la propagación del parásito a otros órganos, principalmente a hígado, pulmones, cerebro y otros tejidos (Berrueta, 2017). Diagnóstico: Observación de quistes en heces o de trofozoítos en cuadro agudo con deposiciones acuosas (Claros, Peña, Hortelano, Pérez, & Fontelos, 2011). Los quistes tetranucleados (aproximadamente 20 µ de diámetro) encontrados en las muestras fecales nos indican existencia del complejo Entamoeba histolytica-dispar, las cuales son indistinguibles en los coproparasitarios de rutina. Para diferenciar se puede utilizar la técnica de PCR-RT o la prueba de ELISA (detecta la lectina) tiene una especificidad de 95% y sensibilidad de 100%, para la detección de Entamoeba histolytica.(Ximénez, Morán, Ramos, & Ramiro, 2007). En el caso del absceso hepático amebiano, se utilizará las técnicas de imagenología, dentro de las cuales tenemos ultrasonido, tomografía computarizada y resonancia magnética nuclear; sin embargo, el estudio de elección por su confiabilidad y bajo costo es el ultrasonido (usualmente único e hipoecoico) (Ximénez et al., 2007). Cuadro clínico: Es muy variado y depende de la fase de la parasitosis y la afectación de órganos extraintestinales. Intestinales (Berrueta, 2017):  





Portador: o Subclínico (90%). Colitis invasiva aguda: o Diarrea simple, con moco, sangre o síndrome disentérico o Dolor abdominal o En lactantes puede haber fiebre. Colitis invasiva crónica: o Periodos alternados de constipación y diarrea o Meteorismo y flatulencia o Dolor abdominal de tipo cólico Colitis fulminante (perforación en colon, mortalidad del 50 - 60%): o Úlceras y necrosis en colon e íleon o Fiebre elevada



o Abdomen distendido y doloroso o Síndrome disentérico o Afectación del estado general severos Apendicitis

Extraintestinales (Ximénez et al., 2007): 

Absceso hepático o Fiebre o Dolor en el hipocondrio derecho, sordo o con irradiación al hombro. o Derrame pleural y la ictericia son raros. o Menos de un tercio de los pacientes tiene diarrea activa. o Los síntomas gastrointestinales concomitantes incluyen: náusea, vómito, distensión abdominal y estreñimiento.

Tratamiento: 

Amebiasis intestinal asintomática: o Adultos y niños:  Paramomicina 30 mg/kg, divididos en tres dosis, durante 10 días.(Chacín, 2013).



Amebiasis intestinal invasiva: o Adultos:  Metronidazol 750 mg, 3 tomas por 5-10 días + Paramomicina 30 mg/kg, divididos en tres dosis, durante 10 días (Chacín, 2013) o Niños:  Metronidazol 30-50 mg/kg/día, cada 8 h por 10 días o Tinidazol 50-60 mg/kg/día, cada 24 h por 3 días + Paramomicina 30 mg/kg, divididos en tres dosis, durante 10 días. (Claros et al., 2011)



Colitis fulminante: o Metronidazol por vía parenteral y se recomienda dar antibióticos de amplio espectro para atacar las bacterias intestinales que pueden invadir el peritoneo. (Chacín, 2013)



Amebiasis extraintestinal: o El drenaje percutáneo o quirúrgico del absceso no se recomienda por el peligro potencial de infección bacteriana o ruptura (Chacín, 2013) o Adultos:  Metronidazol 750 mg, 3 tomas por 5-10 días + Paramomicina 30 mg/kg, divididos en tres dosis, durante 10 días (Chacín, 2013) o Niños:  Metronidazol 30-50 mg/kg/día, cada 8 h por 10 días o Tinidazol 50-60 mg/kg/día, cada 24 h por 3 días + Paramomicina 30 mg/kg, divididos en tres dosis, durante 10 días. (Claros et al., 2011)

ENTAMOEBA COLI: Morfología y sus formas: Trofozoíto: Tiene un tamaño entre 15 y 50 µm. Presenta poca movilidad y sin marcada direccionalidad, emitiendo seudópodos romos y cortos. El núcleo es visible en preparaciones sin teñir., sin embargo al teñirlo se aprecia un cariosoma irregular, sin compactarse, de gran tamaño y periférico, rodeado por un halo de material sin teñir. Quiste: Miden un promedio de 10 a 35 µm. En su mayor parte son esféricos, pero pueden ser ovales y la pared quística es muy retráctil. Los quistes maduros suelen tener 8 núcleos y rara vez hay quiste hipernucleados con 16 o más núcleos. Los núcleos y la posición excéntrica de los cariosomas son observables. (Cardona et al., 2011) Ciclo vital: Es igual al ciclo biológico de Entamoeba histolytica. Manifestaciones clínicas: No se consideran patógenas Diagnóstico: Se lo hará mediante la visualización de quistes en heces o de trofozoítos en cuadro agudos. Hay que tener en cuenta que es importante diferenciar los quistes de E. coli de los quistes de E. histolytica/dispar, debido a que los segundos necesitan tratamiento, y esto podemos hacerlo mediante el conteo de los núcleos en los quistes maduros, E. histolytica/dispar ≤4núcleos, mientras que E. coli >4 núcleos. Tratamiento: La consideración de que se trata de un grupo de amebas no patógenas impide realizar comentario terapéutico alguno. (Cardona et al., 2011).

IODAMOEBA BUTSCHILLI: Recibe su nombre genérico de la característica masa de glucógeno presente en su forma quística. Morfología y sus formas: Trofozoíto: Tiene un tamaño aproximado entre 8 a 20 µm. Se moviliza de manera lenta y no progresiva, a través de seudópodos hialinos. En preparaciones sin teñir el núcleo no es apreciable. Sin embargo, cuando se tiñe, el cariosoma es grande, redondo, en posición más o menos central, y envuelto por una capa de pequeños gránulos acromáticos refringentes. Quiste: El diámetro varía de 5 a 20 µm. Su morfología es variable, desde esférica hasta elíptica. Los quistes maduros a diferencia de los dos tipos de amebas mencionados previamente, poseen un solo núcleo, no visible en preparaciones sin teñir. LO que llama la atención es una masa de glucógeno visible aun en el quiste sin teñir. La tinción con yodo hace tomar un color pardo rojizo. (Cardona et al., 2011) Ciclo vital: Es igual al ciclo biológico del complejo Entamoeba histolytica-dispar

FIG. 2 (Centers for Disease Control & Prevention, Division of Parasitic Diseases)

Manifestaciones clínicas: No se consideran patógenas Diagnóstico: Visualización directa del parásito en las heces fecales. En las materias fecales diarreicas o disentéricas se observan trofozoitos móviles, mientras que los quistes se encuentran en las materias fecales semiformadas y formadas. (Cardona et al., 2011) Tratamiento: La consideración de que se trata de un grupo de amebas no patógenas impide realizar comentario terapéutico alguno. (Cardona et al., 2011)

ANEXO:

FIG 3. Trofozoíto del “complejo Entamoeba” (A) y quistes de Entamoeba coli (B), Endolimax nana (C) e Iodamoeba buetschlii (D) teñidos con solución iodada (1.000×). E) Quiste de Entamoeba hartmanni teñido con MIF (1.250×). F-J) Trofozoítos de E. hartmanni (F), E. coli (G), e I. buetschlii (H), y quistes inmaduro (I) y maduro (J) del “complejo Entamoeba” teñidos con tricrómico de Wheatley en frotis elaborados a partir de muestras fecales fijadas en APV (1.000×). (Cardona et al., 2011)

BIBLIOGRAFÍA: Berrueta, D. T. (13 de Febrero de 2017). Departamento de Microbiología y Parasitología. Obtenido de Entamoebosis o Amibiasis o Amebiasis: http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/amibiasis.html Cardona, G., Pérez, C., Orta, J., Serrano, G., Gomila, N., Toledo, B., … Sanchis, E. (2011). Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica Amebas intestinales no patógenas: una visión clinicoanalítica. Enfermedades Infecciosas Y Microbiología Clínica, 29(3), 20–28. http://doi.org/10.1016/S0213-005X(11)70023-4 Chacín, L. (2013). Amebiasis: aspectos clínicos, terapéuticos y de diagnóstico de la infección. Revista Médica Chile, 141, 609–615. Retrieved from http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v141n5/art09.pdf Claros, A., Peña, M., Hortelano, M., Pérez, R., & Fontelos, P. (2011). Parasitosis intestinales. Asociacion Española de Pediatria, 77–88. Retrieved from http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/parasitosis_0.pdf Ximénez, C., Morán, P., Ramos, F., & Ramiro, M. (2007). Amibiais intestinal: estado actual del conocimiento. Medicina Interna de México Volumen Med Int Mex, 2323(5), 398–407. Retrieved from http://www.medigraphic.com/pdfs/medintmex/mim-2007/mim075g.pdf