66. Freud

66. FREUD: EL PSICOANÁLISIS COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL. ÍNDICE.     Introducción. La crítica de la cul

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66. FREUD: EL PSICOANÁLISIS COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL. ÍNDICE.

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Introducción. La crítica de la cultura. o Obras.  La moralidad sexual cultural y la nerviosidad moderna.  Psicología de las masas y análisis del yo.  El malestar en la cultura. o Estudio y crítica de la religión.  Los actos obsesivos y las prácticas religiosas.  Tótem y tabú.  El porvenir de una ilusión.  Moisés y la religión monoteísta. Conclusión. Bibliografía.

INTRODUCCIÓN. Dentro de la enorme producción literaria de Freud hay un gran número de textos que versan sobre la cultura, más específicamente, son textos en lo que Freud estudia mediante el psicoanálisis diferentes aspectos de la cultura. En algunos de estos textos solo se pretende desarrollar una teoría psicoanalítica de la cultura, pero en otros, el carácter crítico para con la cultura es expresamente explícito. Es evidente que en el tiempo de Freud una teoría psicoanalítica de la cultura llevaba de por sí un fuerte carácter crítico, o al menos subversiva con respecto a la ideología imperante que decía como eran y debían ser el hombre y la sociedad; pero en varios escritos, Freud no se limitó a dejar implícito el carácter crítico-subversivo de sus investigaciones culturales, sino que lo hizo bien explícito. Aquí me voy a limitar a tratar la obra más importante en lo referente al psicoanálisis cultural de Freud.

LA CRÍTICA DE LA CULTURA. La influencia social en la sexualidad occidental ejercida por Freud, especialmente en lo referente a la crítica de esta cultura sexual, es incalculable. Persecución del freudismo por el nazismo. Freud utilizó muchos registros literarios (especialmente de tipo mitológico) como complementos, e incluso como soporte básico, en gran parte de su obra. El más célebre de estos registros es el del complejo de Edipo. Analizó textos y autores literarios, ej.: Dostoievski, y la vida de importantes personajes de la historia cultural, ej.: Leonardo. La crítica cultural del psicoanálisis no tiene porque ser explícita.

Crítica a la normalidad psíquica. La obra de Freud contiene una fuerte crítica, implícita y explícita, a lo que se consideraba psíquica y conductualmente normal en su tiempo. Demostró que la distancia entre lo considerado normal y la neurosis era bastante pequeña. La vida cotidiana estaba precisamente preñada de aspectos considerados como anormales, motivados básicamente por el funcionamiento de los procesos inconscientes: los sueños (en La interpretación de los sueños), los lapsos verbales (en Psicopatología de la vida cotidiana), los chistes (en El chiste y su relación con lo inconsciente).

Caracteres generales del psicoanálisis de la cultura. Freud siempre tuvo intereses por los temas culturales, a lo largo de toda su obra. Se dio cuenta de la posibilidad de la aplicación del psicoanálisis al estudio de los fenómenos culturales; a lo que denominó “psicoanálisis aplicado”. Freud no reducía la investigación de la cultura a la psicoanalítica, admitía otro tipo de investigaciones complementarias (más sociológicas, por ejemplo); aunque sí es cierto que a veces solía privilegiar el psicoanálisis sobre otros tipos de investigación. El psicoanálisis aplicado o cultural de Freud se caracteriza básicamente por establecer analogías con los procesos psicopatológicos, y por buscar la génesis y funciones psíquicas de las instituciones culturales. En analogía con la interpretación de los sueños, las instituciones culturales habrán de ser reconducidas a los deseos que operan latentemente tras sus manifestaciones, consideradas desde ese punto de vista, como máscaras de los mismos. Es importante tener presente esta analogía con el sueño para la crítica cultural, ya que los individuos corren el riesgo, como en los sueños, de moverse en ilusiones culturales que ellos mismos han forjado, olvidando las causas profundas que han generado tales ilusiones. El psicoanálisis está para desentrañar estas ilusiones.

En la última fase de su trabajo, Freud estuvo interesado en saber si la sociedad dificultaba o facilitaba el acceso de los individuos a la felicidad. Especialmente en El provenir de una ilusión y en El malestar en la cultura. Pero entre estas dos obras hay, como se verá, un cambio de perspectiva grande, se pasa del optimismo al pesimismo.

OBRAS. La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna. Aunque Freud, con gran anterioridad a este texto de 1908, ya había desarrollado intereses psicoanalíticos en relación a la cultura, es en dicho texto donde, por primera vez, examina sistemáticamente las tensiones existentes entre las exigencias culturales y la vida pulsional. En este texto ya expone Freud con toda claridad los peligros de la cultura sexual occidental. Se plantea la cuestión de los posibles daños causados a la salud individual por las normas culturales impuestas a la sexualidad, encontrando una relación entre el incremento de la nerviosidad y la vida cultural moderna. La cultura occidental descansa totalmente en la coerción de las pulsiones. De esta coerción pueden derivarse dos efectos: a) Positivo: sublimación; por la que se reorienta una gran energía a la creación cultural. b) Negativo; ante la imposibilidad de sublimizar la energía sexual, ésta puede perderse, u obligar a invertir más esfuerzo del necesario en practicar la sexualidad, o derivar en perversiones de diverso tipo. No todos los individuos poseen la misma capacidad de sublimación, la mayoría necesita una satisfacción sexual directa. Pero la moral sexual imperante impide esa satisfacción sexual al limitar (en tiempos de Freud, entiéndase) toda sexualidad a relaciones heterosexuales genitales en el matrimonio monógamo; con lo que esta moral coaccionadota de la sexualidad tiene graves repercusiones negativas, tanto para el individuo, como para la sociedad, ya que implica un aumento de neurosis en ésta. Freud acaba advirtiendo de la urgente necesidad de reformas sociales en relación a este tema.

Psicología de las masas y análisis del yo. Obra de 1921. En esta obra Freud estudia la relación entre las masas y el líder. Freud entiende la masa según las concepciones de otros autores (G. Le Bon, W. Mc Dougall) que habían estudiado este tema, pero realzando más que aquellos la importancia del líder. La masa es un grupo en el que los individuos se asimilan a éste mediante una inhibición de su individualidad, anulando el pensamiento individual e intensificando la afectividad compartida grupalmente. Aunque la sugestión juega un importante papel en las masas, Freud quiere destacar también la importancia de los lazos libidinales, que pueden ser de dos tipos:

a) Horizontales, entre los miembros de la masa. La relación entre los miembros de la masa se puede explicar mediante el concepto de “identificación”1. b) Verticales, entre los miembros y el líder. Los lazos con el líder se explican por medio la sustitución que hace el miembro de la masa de su “ideal del yo” por la figura del líder. La identificación y la sustitución del ideal del yo por el líder sirven para compensar la reducción del narcisismo de los miembros de la masa. Freud destaca sobretodo la figura del líder, que permite una identificación del yo entre los miembros de la masa al constituirse como ideal del yo del grupo. Esta obra tiene una gran importancia en su análisis psicológico del poder y del totalitarismo. Éste ya es denunciado por el mismo Freud en el libro, pero sobretodo, sería la Escuela de Frankfurt la que explotaría estas concepciones, especialmente en lo referente al nazismo.

El malestar en la cultura. Obra de 1930. Esta obra, una de sus mejores piezas, es una de en las que más implacablemente se fustigan las ilusiones de la cultura. La obra acaba por constituirse como una especie de tratado de la infelicidad, de las dificultades para alcanzar la felicidad. Se diferencian tres fuentes del sufrimiento humano: a) Supremacía de la naturaleza. b) Caducidad del cuerpo humano. c) Incapacidad para regular correctamente las relaciones humanas. Las dos primeras fuentes son inevitables. Pero los hombres se niegan a aceptar la tercera, al no comprender porqué unas instituciones creadas por ellos no son capaces de garantizar el bienestar para todos. La realidad presenta, entonces, obstáculos de tal envergadura para alcanzar la felicidad que normalmente se opta por un objetivo más modesto: evitar el dolor. Freud estudia diferentes vías que el hombre usa para evitar el sufrimiento: evadirse de la realidad, desplazamiento de la libido (sobretodo sublimación), la narcosis artística2; y acaba concluyendo que ninguno de estos senderos son lo suficientemente efectivos. La felicidad depende de una serie de factores internos y externos que no pueden ser generalizables a todos los individuos. Freud considera algunos problemas solucionables de las relaciones sociales, ej.: las tensiones entre lívido y cultura. Pero, de acuerdo a la última teoría de las pulsiones, el hombre posee una pulsión agresiva (pulsión de muerte dirigida hacia el exterior). La visión de Freud a este respecto no es nada halagüeña, es una visión de un hombre con un fuerte instinto de agresividad. Freud critica duramente el precepto moral básico del cristianismo de amar 1

Es en esta obra donde Freud más desarrolla este concepto de identificación; ésta se refiere al proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste. 2 [Comentario histórico. Recuerda con esto a Marx.]

al prójimo, considerándolo alejado de la realidad humana. Como ocurre con el marxismo, que se olvida del carácter psicológico agresivo inherente al ser humano; es cierto que al abolir la propiedad privada se libera al hombre de una fuerte motivación de agresividad, pero no de la motivación más fuerte de todas: la instintiva. Si la cultura quiere mantenerse en pie no le queda más remedio que controlar la agresividad de los individuos. El método que propone Freud para ello es el siguiente: volver los impulsos destructivos contra el propio individuo, haciéndole vigilar su agresividad, no por instancias externas (ej.. policiales) sino por instancias internas (aquí sería donde tendría valor el precepto cristiano). Este autocontrol de la propia agresividad genera en el individuo un “sentimiento de culpabilidad”, pero que es inevitable para el mantenimiento de la cultura. Por esta razón, Freud adopta una posición trágica, los individuos no pueden evitar este malestar que les produce la cultura, a la que necesitan para su propia supervivencia. Esta obra termina en una incertidumbre bastante pesimista sobre la posibilidad de la supervivencia humana, con intuiciones por parte de Freud que adelantan la era atómica; en contraste con la esperanza de futuro que se había manifestado en El porvenir de una ilusión.

ESTUDIO Y CRÍTICA DE LA RELIGIÓN. La religión fue el fenómeno cultural más estudiado por Freud.

Los actos obsesivos y las prácticas religiosas. Obra de 1907. Primer ensayo en el que Freud aborda directamente un tema cultural. En resumen, esta obra establece una gran similitud entre las obsesiones y las prácticas religiosas, especialmente entre los ceremoniales neuróticos y los rituales religiosos. Lo que diferencia a un ritual neurótico obsesivo y uno religioso es que el primero es privado y varía con cada persona, mientras que el segundo es colectivo y estereotipado. Ambos tipos de ritual son semejantes en cuanto que se basan en la renuncia de los impulsos pulsionales; pero difieren en el tipo de pulsión que reprimen. Los rituales neuróticos reprimen la pulsión sexual, mientras que los rituales religiosos reprimen las pulsiones egoístas (socialmente dañinas)3. Puede considerarse a la neurosis obsesiva como una religión individual, y a la religión como una neurosis obsesiva universal. En esta obra ya se puede ver una de las ideas culturales básicas de Freud: la religión es la neurosis de la civilización, el precio que los seres civilizados pagan por la renuncia pulsional que se les exige.

3

[Comentario. En esta época Freud diferenciaba entre la pulsión sexual y las pulsiones del yo o egoístas (destinadas a la supervivencia del organismo).]

Tótem y tabú. Obra de 1913. Trata de establecer el vínculo entre la neurosis y el origen de la religión, la sociedad y la moral. Freud se inserta dentro del evolucionismo etnológico (que ya empezaba a estar desfasado por aquella época). Tabú. Freud relaciona el tabú con la neurosis obsesiva. El tabú posee un carácter ambivalente de sagrado y prohibido; por esta ambivalencia algo es deseado y rechazado simultáneamente, relacionándose con la ambivalencia de la neurosis del deseo y la prohibición. El tabú es la forma más antigua de la conciencia moral. Tótem. Freud propone su propia teoría sobre el totemismo y la exogamia4. Según Freud, el mandato de no matar el animal totémico (interpretado como un desplazamiento del padre) y la norma de no casarse con alguien del mismo grupo, son las negaciones de los dos grandes deseos edípicos: matar al padre y casarse con la madre, respectivamente. La sociedad, por lo tanto, se origina en función a las medidas adoptadas para suprimir los deseos del complejo de Edipo. Freud narra una historia sobre como ocurrió esto en el tiempo originario 5. El padre del grupo acaparaba a todas las mujeres, ante lo cual, sus hijos lo matan y se lo comen. Ante el remordimiento por lo hecho y con temor a la guerra por una sucesión, los hermanos establecieron las primeras prohibiciones: no matar al animal totémico (padre) y no cometer incesto (que había sido la causa del asesinato).

El provenir de una ilusión. Obra de 1927. En esta obra se realiza una fuerte crítica de la religión actual (en tiempos de Freud). La religión exige y obtiene de la humanidad sacrificios de felicidad innecesarios al servicio de creencias irracionales (la religión). A partir de la, ya vista, analogía entre religión y neurosis obsesiva, Freud atribuye a la cultura el mismo proceso por el cual los individuos superan las neurosis obsesivas comunes de la infancia. Este proceso consiste en el abandono paulatino de creencias y deseos ilusorios que se forman en la edad temprana bajo la presión de poderosos sentimientos e impulsos que no han sido aún dominados y canalizados mediante el desarrollo de la razón. La religión cumple para el hombre una función consoladora ante la dureza de la vida. 4

[Comentario histórico. El estudio, que Freud tuvo muy en cuenta, más célebre en aquella época sobre las relaciones entre totemismo y exogamia era el de Frazer.] 5 La narración de Freud posee un estilo muy mítico que la hace parecer como extremadamente fantasiosa; pero cambiando el estilo del relato, éste puede presentar un cariz más pausible, por ejemplo, no deja de haber ciertas similitudes con algunas especies de mamíferos, como los gorilas, las relaciones entre le macho dominante, el grupo de hembras, la expulsión de los gorilas que se hacen adultos.

Freud acaba concluyendo esperanzadoramente que de la misma manera que los individuos sanos superan sus rasgos infantiles cuando, con la madurez, la razón adquiere un mayor peso en el gobierno de sus vidas, las sociedades sanas superarán sus prácticas primitivas (la religión) madurando a media que la ciencia adquiera un mayor peso en el gobierno social.

Moisés y el monoteísmo. Obra de 1939. Esta obra, aun con el gran lapso temporal que hay por medio, supone una continuación de Tótem y tabú; donde se aplican a los orígenes del judaísmo las tesis de ésta. Al margen de las propuestas históricas de Freud (algunas muy interesantes, como la vinculación entre atonismo y judaísmo), psicoanalíticamente lo más novedoso del libro es la explicación de la profundidad del sentimiento religioso a partir del retorno de lo primitivo (asesinato primordial) a través de la herencia de las huellas mnémicas inconscientes.

CONCLUSIÓN. La influencia de la crítica a la cultura y la sociedad de Freud ha sido incalculable. En el pensamiento: ej.: el freudomarxismo. Repercusiones culturales de movimientos sexuales. Control de natalidad y feminismo. Sanders. Kinsey.

BIBLIOGRAFÍA. De Freud. Para los denominados “libros culturales” de Freud se han utilizado las ediciones de alianza editorial.

Sobre Freud. -

Doucet. Diccionario del psicoanálisis clásico, Labor. Gómez Sánchez. Carlos Gómez, Freud y su obra, Biblioteca Nueva. Gómez Sánchez. Freud, crítico de la ilustración, Crítica. Laplanche, Pontalis. Diccionario de psicoanálisis, Paidós. Neu (ed.) (1991). Jerome Neu (ed.), Guía de Freud, Cambridge University Press. Tubert. Sigmund Freud, Edad. Vázquez Fernández. Freud y Jung: exploradores del inconsciente, Cincel.