WEBINAR LA PLENITUD DE CRIST

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Asignatura RC 102 Revelación de Cristo

Webinar Plenitud de Cristo 1

Expositor Dr. Basilio Patiño

Houston, 7 de agosto de 2020

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Introducción Es imposible abordar en la asignatura de Revelación de Cristo sin un entendimiento completo de la plenitud Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento de Dios, y por quien disfrutamos de las inescrutables riquezas de su gracia y las infinitas riquezas de su gloria. «Plenitud» en griego es pleroma que viene del verbo pleroo, indica rebosar, inundar, desbordar, llenar por completo. Pleroma, es un término que para los griegos tenía varias aplicaciones: ▪ Los comerciantes griegos lo usaban para referirse a un barco lleno de todas las provisiones que iba para abastecer un territorio. ▪ Los gnósticos griegos también le daban un uso filosófico, que se refería a la habitación y manifestación de todos los poderes divinos (eones), en aquel maestro iluminado que había alcanzado la cámara superior del conocimiento. ▪ Los alquimistas griegos también le daban un uso físico-químico, y se refería al desplazamiento de una sustancia mayor por una menor, hasta desbordar y cubrir plenamente al recipiente que la contiene. Pablo redefinió este término pleroma para hablar de la habitación y manifestación de la plenitud de Dios en Cristo y la plenitud de Cristo en nosotros, despojando la naturaleza pecaminosa y llenándonos de la naturaleza divina. ¿Por qué tiene tal impacto en nosotros esta plenitud y por qué nos sigue afectando inusualmente todavía? En parte, y a manera de introducción quiero responder mediante siete afirmaciones que descubro en Juan 1:1 y 14-18, y que leeremos a continuación.

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V 1. «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». V 14. «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. V 16 Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. V 17. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo. V 18. Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer».

1. Es una plenitud eterna e infinita. «En el principio...» Juan 1 es el principio de todo principio, Génesis 1 es el principio de la creación. Dios «es» y creo todo. Él no llegó a ser Dios porque creó, él creó todo porque es Dios. La Biblia nos enseña que nuestro Dios «es», es decir, que él no necesita la historia para llegar a ser. Dios lo es por decreto. (Salmo 2:7) Él lo dice y «es». Su pensamiento y su palabra son uno. Es decir, más tarda Dios en declararlo, que ya lo es, porque su pensamiento y su voz están en hipóstasis. En este orden de ideas, decimos que Dios es verdad, él no tiene la verdad, él es la verdad, por ende, él es veraz. Dios no necesita interpretar los hechos para llegar a la verdad, no necesita llenarse de información para llegar a dictar un veredicto, Dios está en el puro centro de los hechos, él es la interpretación misma de la realidad verdadera. Dios dice y es. No transcurre tiempo entre lo dicho y lo hecho. Él dice y es, no necesita proceso. Lo que sea, lo es en la inmediatez de su señorío. Por eso, él es el eterno presente. Dios ha dicho de él mismo: «Yo soy el que soy». Esto quiere decir, que él es lo que quiere «ser», y cuándo lo «es», lo es por completo y al instante.

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Dios no habita en la eternidad, sino que la eternidad habita en él, pues él es eterno, y nada fuera de él puede ser mayor que él y lo que él «es», ha venido a «ser» para que el propósito eterno que ha hecho en Cristo sea dado a conocer (Efesios 2:10-12). Cristo no vino a la tierra para «llegar a ser», ya lo era en la eternidad y se introduce en el tiempo para que lo eterno se manifieste plenamente en la plenitud de Cristo.

2. Es una plenitud divina. Era con y era Dios Este Verbo era «el unigénito del Padre», quien es igual en esencia y naturaleza a Dios, siendo «uno» con el Padre, de manera que la plenitud divina me fue impartida, no solo desde Dios, sino a través de Dios. La deidad de Cristo es la razón primaria para que se reconozca la plenitud de Cristo, donde se revela la unidad de Dios y la unicidad de Dios. La revelación de la divinidad de Jesucristo es muy evidente en todas la Sagradas Escrituras. La Biblia es enfática, prolija y consecuente en la enseñanza de esta verdad trascendental. Sin embargo, desde el mismo origen del evangelio hasta hoy, algunos han fomentado y enseñado doctrinas que niegan la igualdad divina del Hijo con relación al Padre. Esta negación está basada en razonamientos humanos, pero no en evidencias bíblicas. Posiblemente estas herejías se han suscitado por el empeño del hombre de hacer lógico y de fácil razonamiento al intelecto humano el insondable misterio del Dios triuno. Es un intento de hacer explicable lo inexplicable y evitarle conflicto a la limitada y pobre razón del hombre. Creemos que lo que enseña la Palabra y que fue ratificado en el Concilio de Nicea (325 D.C.): que «Jesucristo es el Hijo de Dios, es Dios verdadero, nacido – no creado – del

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Padre, igual en esencia (griego homousion) al Padre…»

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A continuación algunas evidencias en las Escrituras que nos afirman la divinidad de Cristo y su igualdad con el Padre. a. Por las declaraciones que Jesús mismo da en distintas etapas de su ministerio. A Felipe cuando le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Juan 14: 7-11). En el discruso a los judíos (Juan 10:30-38). En la oración antes del sacrificio pascual (Juan 17:21-23). b. Por el reconocimiento que el Padre mismo hace acerca de la divinidad del Hijo (Hebreos 1:5-8; Salmo 110:1). c. Por los títulos divinos que los profetas le dieron al Mesías que iba a venir (Isaías 9: 6-7). d. Por las afirmaciones que hicieron los apóstoles. (1 Juan 5:20; Tito 2:13; Romanos 9:5; Apoc. 1: 4-7) Los que niegan la igualdad divina del Hijo enseñan que Jesucristo es divino, pero inferior al Padre; lo llaman un «dios menor», sin embargo Pablo en Colosenses 2:9, dice claramente: «Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad». Tambien de otra manera las Escrituras nos dicen clara y categóricamente que Jesús no es un dios inferior ni que llegó a ser el primero creado por el Padre. Veamos: «Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí» (Isaías 43:10, 1960). «Así dice Jehová Rey de Israel, y su redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios» (Isaías 44:6).

6 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Encontramos de otra parte, a algunos que refutan la coexistencia eterna del Hijo con el Padre, pero en las Escrituras se afirma todo lo contrario (Miqueas 5:2; Proverbios 8:22-31). Cuando la Biblia llama al Señor Jesús el «principio y el primogénito de la creación de Dios», no quiere enseñar que fue el primero que fue creado, sino que él es el origen de la creación, o sea, que él fue el que dió inicio a todas las cosas que fueron creadas, y esto es fácil de probar porque está explicado en el mismo contexto del Colosenses 1:16-19. En el verso 15 dice: «Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación»; y el verso 16 explica: «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que están en los cielos y las que hay en la tierra…». En el mismo pasaje de Colosenses explica la causa por la cual Cristo es llamado primogénito. El verso 18 dice: «y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia». El verso 19 añade: «Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda la plenitud». Cristo es el principio de la creación porque él es quien originó la creación. Es el primogénito de los muertos, no porque él fue el primero que murió o resucitó, sino porque con su resurrección llega a asegurar la resurrección a todos los salvados (1 Corintios 15:2023). El Señor es el «primogénito entre muchos hermanos» (Romanos 8:29) porque por su resurrección se convierte en el primer hijo de la nueva creación (Romanos 1:4). Él es el postrer Adán de la nueva creación, y con él comienza la familia de los nacidos de Dios. Concluimos que la palabra primogénito se aplica a Cristo porque él es el principal en todas las cosas y no porque él sea el primero que fue creado por Dios. 3. Es una plenitud accesible. Se hizo carne... Este Verbo se hizo carne, es decir, se humanó, el Cristo eterno es encarnado en un cuerpo semejante al nuestro pero sin pecado, para poder alcanzarnos con su plenitud.

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El Padre manifestó su gloria por medio del cuerpo de Jesús y el Hijo manifiesta su gloria por medio del cuerpo de Cristo que es la iglesia. El texto central de la encarnación es precisamente este que se considera a continuación, «Y el Verbo fue hecho carne». Este eterno Verbo que estaba junto a Dios (v. 1), creador de todas las cosas (v. 3), acompaña a los hombres sumidos en tinieblas para hacerse luz en su mundo y en su interior (vv. 4, 5, 9). Se hace hombre pero no depone su ser divino, por lo que puede darnos vida, la vida de Dios e introducirnos en su comunión de Hijo con el Padre (1 Juan 1:1-4). «El verbo fue hecho carne», se trata del inicio de una nueva experiencia de vida pero en modo alguno se trata del comienzo absoluto del Verbo, que por ser Dios no tiene principio ni fin. La condición divina de Jesús no se inicia en el nacimiento, sino que como Juan enseña, tiene una preexistencia eterna. El término encarnación es sinónimo de humanización. No es solo que el Verbo tome cuerpo humano, sino que se hace hombre incluyendo en ello toda la parte espiritual propia del ser humano. La encarnación, parte del envío del Verbo que se hace presente en María, por lo que la concepción parte del Padre como iniciador. Pero el Verbo es el sujeto realizador de la acción por ser la persona divina que se encarna, y los hombres como los destinatarios de los efectos que siguen a ella. De la unión del Verbo con la naturaleza humana, creada y asumida en el mismo acto, resulta el hombre Jesús. Desde ahí la humanidad subsistente en la persona divina del Verbo, es ya para siempre la humanidad de Dios el Hijo. Hablar de encarnación no es hablar de la autodivinización del hombre que por sí mismo llegó a ser Dios, sino que es referirse al acto de libertad en que el Verbo en la unidad del Padre y del Espíritu toma la decisión de proyectarse fuera de sí mismo vinculándose con

8 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University una naturaleza humana que es subsistente hipostáticamente en su eterna persona divina. Por esa acción surge una realidad nueva por medio de la cual el Verbo se exterioriza a sí mismo. Desde la perspectiva divina la encarnación es una auto donación de Dios al hombre. La acción se produce desde la omnipotencia divina, que es el principio activo de la encarnación, mientras que la humanidad del Verbo es el final receptor de la acción del principio activo de Dios. Ahora bien, Juan habla de Verbo, principio de todo, poseedor y comunicador de la vida, y pasa a presentarlo como hombre a consecuencia de la encarnación. Pero este hombre Jesús, el Verbo encarnado, es la expresión visible de la vida trinitaria de Dios en una criatura y la incardinación de la creatura en Dios. El ser divino en la persona del Hijo, con la acción generadora de la humanidad por obra del Espíritu Santo, se inserta en la historia humana, ofreciendo vida al hombre y atrayéndolo a él mismo haciéndolo regresar al centro originario y al lugar donde alcanza toda la plenitud. La criatura se vincula al Creador al ser acogida en una hipóstasis personal, de forma que persistiendo la diferencia de naturalezas, crece hasta el límite posible la unión entre el Creador y la criatura. En esto se proyecta la salvación que consiste en que Dios otorga la vida eterna, su propia vida y nos asume en su paternidad haciéndonos sus hijos, es decir, el Hijo se hace hombre, y los hombres que responden por fe al llamamiento de Dios se hacen hijos en el Hijo. La encarnación por medio de cuyo hecho el Verbo toma una naturaleza humana y se hace carne, esto es, hombre. No puede considerarse solo como un hecho puntual en el cual se inicia el proceso de gestación que termina en el alumbramiento. El hombre en su dimensión plena comienza por la encarnación pero se realiza como hombre en el decurso de su existencia de vida, es hombre porque puede experimentar todo cuanto le es propio al

9 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University hombre, y de ahí que vaya sabiendo de humanidad en el transcurso de su vida. Así ocurre también con el Verbo encarnado, va sabiendo de humanidad en la medida en que va siendo hombre con todas sus experiencias. De este modo puede decirse que la encarnación comienza en el vientre de María y concluye en la cruz con la muerte como hombre, continuando con el tiempo en el sepulcro y proyectándose definitivamente en la glorificación. Finalmente es necesario destacar que la encarnación de Cristo es una acción kenótica, es decir de descenso y de entrega. Esa verdad está en la mente de Juan, cuando dice que el Verbo se hizo carne, pero también está en la de Pablo cuando habla del descenso del Hijo de Dios (Filipenses 2:6-8). Esta humillación a la que precede la limitación, no significa deposición del ser, del poder o del conocer divinos en una especie de auto aniquilación, sino una adecuación de ellos a las condiciones de la existencia finita del hombre, que le hace posible vivir las limitaciones de éste y padecer las violencias que el hombre histórico vive. El infinito supremo de Dios tiene capacidad para ser menos, de modo que pueda compadecerse de la situación humana. En la cruz, el Verbo, él con el Padre y el Espíritu se adentran en la dimensión de soledad de la cruz, para introducir el principio de vida donde el pecado y la muerte que destruyen, quedan impotentes por la dotación de vida eterna a todo aquel que cree. La entrada de uno de la Trinidad en la experiencia de la muerte, seguida luego de la victoriosa y gloriosa resurrección se convierte en esperanza segura para el hombre. En la muerte de Cristo, Dios se manifiesta como el amor que vence sobre el mal, que acoge al hombre en la forma más definitiva, que es el perdón. La presencia de Dios en la cruz es la expresión de la infinita sabiduría divina para salvación, que se convierte en locura

10 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University para quienes no tiene interés en la obra divina y rechazan la luz porque aman las tinieblas (1 Corintios 1:18). Otro asombroso hecho resultante de la encarnación: Dios se hace habitante del mundo. El verbo que utiliza Juan, tiene múltiples equivalencias como habitar, vivir, poner tienda, fijar tabernáculo. Todas ellas tienen relación con el establecimiento de una residencia permanente. El término expresa la idea de poner una tienda donde residir, un tabernáculo en donde morar. Tendríamos que inventar un verbo para establecer una relación con la palabra griega que, en este caso, sería algo así como «tabernaculizar». El Verbo tomó una residencia humana, se hizo hombre, y plantó esa tienda entre los hombres. Sorprende la frase de Juan; «habitó entre nosotros», se rozó con nosotros, estuvo con nosotros, comió y bebió con los hombres, hasta tal punto que el escritor dirá en otro de sus escritos: «… lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante el Verbo de vida» (1 Juan 1:1). No se trata de otro, sino del Verbo de vida, en su visita a la tierra, en su manifestación como hombre entre los hombres. El Padre eterno para revelar su propósito eterno que había concebido en su reino eterno y garantizado en el pacto eterno no envió un ángel, sino a su Hijo unigénito para entregar su plenitud y que la disfruten todos sus hijos primogénitos. La plenitud de su gracia no es un privilegio para algunos ungidos especiales, dice que tomamos todos y se completará hasta que todos lleguemos a la plenitud de Cristo. (Efesios 4:16). Es por ello que Pablo ora para que los creyentes de Éfeso y nosotros también podamos experimentar la plenitud de Cristo. No solo saber de ella, sino ser llenos de ella. Esta es la forma en que lo oigo orando: «que seamos plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de

11 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios». (Efesios 3:18-19) La plenitud de Dios se disfruta, cuando somos capaces de comprender por experiencia real y práctica, el amor y gracia multidimensional de Cristo que nos revela y comparte su gloria verdadera. 4. Es una plenitud visible. Y vimos… Como realidad de la presencia del Verbo encarnado entre los hombres, estos pudieron ver su gloria. La forma verbal expresa la idea de una observación puntual y pormenorizada que verifica las realidades de aquello que se observa y que establece un resultado definitivo. Cuando Cristo, el Verbo eterno se manifestó en forma humana se dio a conocer, así lo reitera la Escritura en 1 Juan 1:1-2, «Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)». La plenitud de la gloria de su gracia no es intangible, ni etérea, fue vista, se manifestó, del verbo griego phaneroo que indica, traer a la evidencia pública, hacer notorio, mostrar en la luz. Necesitamos la gracia para nacer de nuevo y gracia para ver su gloria. Solo los hijos engendrados por la gracia del Padre pueden ver la gloria del Hijo (Juan 1:12). Solos los hijos renacidos pueden ver la gloria y gracia del reino (Juan 3:3-5). No sería una exageración decir que la meta suprema de este evangelio es que los hijos de Dios vean y disfruten la plenitud de la gloria de Dios tan plenamente como Jesús lo hizo. Esta glandiosa verdad la encontramos en Juan 17:24, cuando Jesús ora por nosotros. Dice: «Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la

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fundación del mundo». Este es el propósito del Evangelio: la exaltación de la gloria de Cristo y la plenitud del gozo de los hijos de Dios que la ven. «...glorifícame tú, Padre», Jesús ora, «junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera». «Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto» (Juan 15:11). En otras palabras, su gloria es nuestro gozo. La gloria expresada en Cristo no es temporal, sino eterna, es decir, estuvo siempre presente en el Verbo antes de la encarnación y nacimiento. A esta gloria, oculta por el velo de la humanidad, se refiere Jesús en la oración al Padre, cuando le pide recuperar la gloria que tuvo con él antes de que el mundo fuese (Juan 17:5, 24). Sin embargo, Cristo no estuvo buscando gloria para sí mismo, sino que, como enviado del Padre en su condición de siervo, buscó siempre la gloria de Aquel que le envió (Juan 5:41; 7:18; 8:50). Por tanto, la gloria de Jesús depende absolutamente de su unión con Dios y de la obediencia incondicional al que lo envió a la misión que le fue dada. Ahora, ¿por qué menciona Juan a Moisés y a la Ley en este punto? Tenemos que mantenernos en el contexto para comprenderlo, porque Moisés fue la figura del Antiguo Testamento más famosa que peleó más apasionadamente para ver a Dios. Si pudiera decirse que alguien vio a Dios, fue Moisés. Éxodo 33:11 dice: «Y acostumbraba hablar el Señor con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo». Pero esta conversación cara a cara no era suficiente para Moisés. Él quería ver más de Dios. El anhelo de Moisés era conocer la realidad de Dios, así se registra en Éxodo 33:13: «Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tus caminos

13 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University para que yo te conozca y halle gracia ante tus ojos». Moisés quería ver a Dios presente y activo dirigiendo su vida, «que me hagas conocer tus caminos». Pero no era suficiente, él dio un paso más adelante, pues quería ver la gloria inmediata de Dios. En Éxodo 33:17-19, dice: «Y el Señor dijo a Moisés: También haré esto que has hablado, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre. Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria». Dios le respondió por gracia mostrandole las espaldas de su gloria (Éxodo 33:19-23). Y [Dios] respondió: «Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión». «Pero», añadió: «no puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir». Entonces el Señor dijo: «He aquí, hay un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña, y sucederá que al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Después apartaré mi mano y verás mis espaldas; pero no se verá mi rostro». Simbólicamente podemos ver que Moisés fue puesto dentro de la hendidura de la roca (figura de Cristo quien por su costado herido nos cobija por Gracia para disfrutar la Gloria de Dios). Juan 1:17-18, está contrastando la vasta superioridad de Jesús sobre Moisés, y allí notamos una diferencia cualitativa infinita entre Moisés, la criatura y Cristo, el Creador. ▪

Moisés dando la ley, Cristo trayendo la plenitud de gracia y verdad.



Moisés instruye en la ley, pero Jesús ministra en la gracia.



Moisés levantó la serpiente en el desierto; Jesús mismo fue levantado por el Padre en la cruz (Juan 3:14).



Moisés pidio maná del cielo; Jesús mismo fue el verdadero pan del cielo (Juan

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University 6:32). ▪

Moisés escribió acerca de Cristo (Juan 5:45); pero Jesus era Cristo.



La ley de Moisés registraba la palabra de Dios, pero Cristo es Dios, el Verbo, la

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Palabra. ▪

Moisés vislumbró las espaldas de la gloria de Dios. Jesús encarna la plenitud de la gloria de Dios.



Moisés fue el mediador de la ley, y Cristo es el consumador de la gracia.

5. Es una Plenitud Gloriosa; y vimos su gloria La gloria en el Nuevo Pacto no es algo que baja, sino Alguien que habita entre y en nosotros (Colosences 1:27). No debemos orar ni cantar hoy para que baje su gloria, porque ella nos habita. La gloria en el viejo pacto estaba representada en la nube shekkinah, pero en el Nuevo Pacto manifestada plenamente en Cristo. En el desierto por donde transitó Israel, se levantó el tabernáculo, una tienda, sin duda mayor y más gloriosa que la del resto del pueblo, en la que Dios moraba, haciéndose presente con los hombres. Pero, su presencia estaba rodeada de la gloria de su majestad, que mantenía necesariamente lejos al pueblo. Ninguno podía acceder al Lugar Santísimo, donde en la figura del arca, Dios manifestaba su presencia. Aquel era lugar reservado solo para el sumo sacerdote que podía entrar por la sangre del sacrificio de expiación. La gloria de Dios excluía de su presencia al hombre pecador. La gloria de Jesús era la que correspondía al Unigénito del Padre. Ambas naturalezas están presentes en perfecto equilibro en el versículo. Por un lado la humana, descrita con la precisión de las palabras consideradas ya: El Verbo fue hecho carne. Aquí entra la

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University naturaleza divina, comparada con la gloriosa manifestación propia de quien es

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el Unigénito del Padre, por quien el pecador podía material y literalmente rozarse con Dios y no ser muerto. Cuando Pablo da unas instrucciones a los creyentes de Corinto, les menciona dos obstáculos que impiden ver la gloria de Cristo. 1. La ceguera de los incrédulos que están bajo la potestad de las tinieblas. (2 Corintios 4:3-4) Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2. Los velos de los creyentes que están bajo los esquemas del legalismo religioso (2 Corintios 3:14-18) Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

6. Es una Plenitud de Gracia, lleno de gracia La siguiente expresión del versículo dice que los testigos presenciales de la persona de Jesucristo, que vieron su gloria, también descubrieron en él la plenitud de la gracia y de la verdad.

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La primera observación de la gloria descubierta por Juan en Cristo tiene que ver con la plenitud de gracia, que es la esperanza de vida para el hombre. Al no existir nada fuera de Dios que motive sus decisiones o que condicione su forma de obrar, no queda sino buscar la explicación a ese proceder de Dios en una expresión de gracia. Cristo viene en misión restauradora de la comunión del hombre con Dios, interrumpida a causa del pecado. Para cumplir este propósito ha de restaurar antes lo que interrumpía la relación y hacía imposible la comunión. Para una obra semejante no podía Dios ni tan siquiera buscar algo mínimamente válido en el hombre que sirviera de estímulo o como razón causal de la entrega voluntaria de la vida del Verbo encarnado a la muerte. La única razón válida, según la Escritura, es el amor. Dicho de otro modo, el Verbo se ha encarnado porque Dios es amor, y Dios es amor porque el Verbo se ha encarnado. La cruz está asentada en el amor, como el apóstol Juan dirá en otro de sus escritos: «En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados» (1 Jn. 4:10). Es necesario entender que Jesús no se vio impulsado a morir por nosotros por nuestra maldad, sino por su amor sobrenatural. Se suele definir la gracia como el favor inmerecido que se recibe de Dios. Sin embargo, aunque esto es una verdad, no expresa toda la dimensión de esa palabra. Realmente la gracia es un atributo intrínseco de la naturalea y esencia de Dios, por eso se le llama el Dios de toda gracia (1 Pedro 5:10). Cuando el Verbo irrumpe en la historia humana y entra como hombre en el mundo de los hombres, con él viene también la infinita dimensión de la gracia. Esa gracia se expresó visiblemente. Juan y los otros discípulos que estuvieron junto a Jesús durante su ministerio,

17 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University afirman haberla visto. Lo que impactó a Juan de Jesús no fueron las manifestaciones de poder, sino la dimensión de su gracia. Posiblemente esa percepción fue progresiva y culminó en la cruz, donde Dios hace ondear la bandera de su gracia enarbolándola sobre el lugar donde su Hijo, en expresión de gracia, amor en descenso, se anonada a sí mismo y desciende por amor a las partes más bajas de la tierra (Efesios 4:9), para llevar a los hombres a las partes más altas de los cielos: los lugares celestiales (Efesios 2:6). Pareciera que en este pasaje el énfasis recae sobre la gracia, Juan pudo haber dicho que recibimos verdad sobre verdad, pero dijo «gracia sobre gracia» (Juan 1:16). No pretendo decir que la gracia desplaza la verdad, ya que son inseparables pues ambas son una expresión de la plenitud de Cristo. De hecho, después de este versículo la palabra «gracia» nunca aparecerá de nuevo en este Evangelio, pero las palabras «verdad, verdadero o cierto» aparecen 55 veces. En otras palabras, en Juan el evangelio de la gracia, no se minimiza la «verdad», pues allí se nos dice que: ▪

La verdad es el camino para entender la gracia:

«y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32). ▪

La verdad es el medio por el que opera la gracia.

«Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad» (Juan 17:17).

7. Es una plenitud verdadera, lleno de verdad La plenitud infinita de la gracia contenida en el Verbo encarnado, es compañera inseparable de la verdad. En el griego supone muchas veces aquello que corresponde a la realidad de los hechos, esto es, lo que no es falso (Juan 5:33; 8:40, 44 y 17:7). Pero aquí toma la dimensión de lo que es la revelación de Dios presentada y manifestada en Jesús (Juan 1:17;

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Juan 8:32; Juan 16:13; Juan 17:17; Juan 17:19).

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El Verbo es la realidad definitiva de Dios entre los hombres. «Verdad» aquí tiene relación con «Palabra, mandamiento, mensaje», de otro modo, todo el mensaje divino de salvación que trae el Verbo encarnado, de cuya aceptación depende en el hombre la vida. La Palabra se encarna y fiel a su razón de ser, comunica a los hombres la única y absoluta verdad. Solo Aquel que vive en el seno del Padre, puede revelar a Dios y su propósito de salvación. Sin embargo, no puede separarse la verdad de la fidelidad. Dios es Verdad porque hace honor a lo que dice y cumple todo cuanto promete. Jesús dijo de sí mismo que era «la verdad» (Juan 14:6). Su venida al mundo estaba en estrecha relación con la verdad: «Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad» (Juan 18:37). Todo esto impacta a Juan y nos impacta a nosotros. El discípulo observa atentamente a Jesús y descubre que su gloria como del Unigénito del Padre, está saturada y se manifiesta haciendo visible en él la gracia inconmensurable y la verdad inmutable de Dios. La plenitud de gracia en Cristo es genuina, legítima, autentica porque está arraigada no en una verdad, sino en «la» verdad (realidad, sustancia) sólida como la roca. Cuando hablamos de la gloria de su gracia, ella lo es por sustancia y sentencia divina. (Hebreos 1:13a) Mi oración, es que podamos entender y experimentar la plenitud de Cristo, que manifestemos en nuestras vidas el rebosamiento de gracia sobre gracia, que la gloria del Hijo unigénito del Padre brille en nuestros corazones para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo, y toda la tierra sea llena del conocimiento de Dios.

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University LA REVELACIÓN DE CRISTO

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Es imposible manifestar la plenitud de Cristo si no hemos recibido y entendido la revelación de Cristo. La revelación es la iluminación que el Espíritu trae de verdades espirituales que son improntadas al corazón del creyente, las cuales no pueden ser recibidas en forma natural, para que su vida sea transformada. La revelación para nosotros, es la iluminación que el Espíritu nos da, todo el propósito y planes que Dios se propuso llevar a cabo «en, por medio de y para» Cristo. En el sentido técnico, ahora no recibimos revelación, pues debería agregarse al canon de las Escrituras. Sí recibimos iluminación, lo cual es una verdad establecida, pero no entendida, pues se debe correr el velo, las vendas mágicas que nos mantienen en una zona oscura. La revelación proviene de Jesucristo, por lo tanto, no puede ser provocada por medios humanos, ya que es una atribución divina. La revelación no viene incorporada de forma mecánica, es parte de una dinámica espiritual que nace de una comunión con el Espíritu Santo y profundización en la Palabra, la cual se desarrolla cuando aprendemos a entender, no a partir de los preconceptos tradicionales, ni prejuicios culturales. (Efesios 3:3-5) El apóstol Pablo declara en 2 Corintios 3:16-18 que la revelación del Espíritu nos lleva a una vivencia real con el Señor, lo cual desata un proceso transformador en nuestras vidas que nos va posicionando en distintas expresiones de gloria y que para lograrlo debemos participar de los siguientes aspectos: ▪ Convertirse al Señor. Es una rendición continua y progresiva donde somos redireccionados a la verdad en Cristo. Hay muchos creyentes congregados pero no convertidos, pues no es un suceso que hicimos en un acto religioso, sino un constante ver al Señor en lo que el Espiritu nos hace entender.

20 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University ▪ Quitar los velos. Son los esquemas de pensamiento que traemos que nos impiden entender sin preconceptos cuando leemos, porque tenemos lentes que nos fueron implantados por quienes nos enseñaron y por las tradiciones que heredamos. Vivir en la libertad del Espíritu. Es caminar siendo gobernados por la ley del Espíritu de vida que guía a toda verdad, el cual nos evita caer en el libertinaje moral o en el legalismo religioso. ▪ Mirar a cara descubierta en la realidad del espejo. Es podernos vernos a la luz de la Palabra, sin ningún disfraz religioso o apariencia de piedad, sino la realidad de lo que somos en Cristo. Vivir sin revelación es lo más trágico que le puede ocurrir a un hijo de Dios, porque ello sería sinónimo de estar bajo los términos de una religión. En cambio, cuando existe una comunión íntima con el Padre, se dará un constante crecimiento en el conocimiento de él, su propósito y diseño. Ese es el valor central de la revelación: nos permite conocer al Señor en el corazón, lo que transformará nuestras vidas, para ser efectivos en el cumplimiento de nuestra asignación en el reino, y esto se da, si nos abrimos completamente a ella. Cuando la revelación de la palabra de Dios llega, iniciamos un proceso de rompimiento de las fortalezas mentales que nos estorban para operar en el llamamiento celestial, lo apostólico viene para quebrar esas fortalezas de ignorancia e incredulidad y lo profético para revelar los códigos de gobierno y autoridad. La genuina revelación te lleva a la formación completa para crear una transformación integral, si esto no ocurre se queda solo en una información. Para aclarar este último tópico, podemos usar la experiencia de Pedro quien tuvo la revelación que el Padre le dio, donde pudo entender que en Jesús el varón judío, nacido de mujer y bajo la ley estaba encarnado

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University el Cristo, al cual pudo ver fuera de él (Mateo 16:18). La diferencia con Pablo es que el

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Padre le reveló al Cristo resucitado dentro de él. (Gálatas 1:11) La razón primordial de las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis, es mostrar la revelación de Jesucristo, en quien se propuso llevar a cabo su propósito eterno, el cual fue mostrado progresivamente en la dispensación de tiempos, pero que ahora nosotros a la luz del nuevo pacto podemos entender con claridad. Veamos esta gloriosa verdad. 1. CRISTO ETERNO Juan 1:1 Cristo es el principio y desde el principio. Él no llegó a ser, él siempre ha sido y será. Cristo es el Hijo Eterno por quien todas las cosas fueron creadas, por medio de él y para él, según el propósito eterno que Dios se propuso llevar a cabo y el Padre para garantizar que se cumpliera hizo un pacto eterno, en y por medio del Hijo. (Hebreos 13:20) Cristo, el Hijo Eterno no fue creado por el Padre, ni es un dios inferior a él. Las Escrituras presentan de forma irrefutable la eternidad del Hijo, quien es inmutable (Hebreos 13:8), es el principio y el fin (Apocalipsis 1:8). Si Cristo no es eterno, entonces viene a ser un ser creado, con una existencia inicial, lo cual no es característica de la Deidad. Si, por el otro lado, se afirma que Cristo es eterno, entonces inmediatamente se confirma su Deidad y que su existencia no depende de nada ni de nadie, en otras palabras es auto-existente y co-existente con el Padre. 2. CRISTO SIMBOLIZADO. Genesis 2:2-17. Cristo es presentado en forma simbólica en el Edén por medio del árbol de la vida, que fue puesto por Dios en el centro del huerto, para regular con su presencia y dirección todo el orden establecido.

22 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University En el árbol de la vida, se encontraba la semilla incorruptible y al comerla le otorgaría a Adán participar de la vida eterna. Se ve la realidad plena de éste árbol en Apocalipsis 22:12. 3. CRISTO PROMETIDO Genesis 3:15 Cuando Adán y Eva son expulsados del Edén y quedan destituidos de la gloria de Dios, se les da la promesa redentora por medio de la simiente de la mujer, que indudablemente no se refería a ninguno de sus hijos naturales, sino a Jesús quien nacería de mujer y bajo la ley, (Gálatas 4:4-5, 1 Juan 3:9). En el huerto Adán no recibió promesas de redención por parte de Dios, sino mandamientos de gobierno. Las promesas de Dios para el hombre se originan por medio de la promesa, que es Cristo. Fuera del huerto el hombre debe seguir labrando la tierra, pero con la diferencia que su trabajo produce sudor y cansancio, mientras que en el Edén, lo hacía con placer y descanso. 4. CRISTO TIPIFICADO 1 Corintios 10:4 Son diferentes formas tipológicas como Dios presentó a Cristo a los patriarcas y al pueblo de Israel, aunque en muchas ocasiones ellos no entendieron este misterio escondido. Estos símbolos y figuras, eran la sombra de la realidad y sustancia que vendría en Cristo. Dentro de las variadas formas simbólicas y profeticas como Cristo fue revelado en el Antiguo Testamento podemos mencionar algunas, a Noé por medio del arca; a Abraham por medio de Melquisedec y el carnero del sacrificio; a Jacob por medio de la escalera; a Moisés y el pueblo de Israel por el maná en el desierto, la roca que los seguía, el Angel del Pacto, el tabernáculo con sus muebles, sacrificios y fiestas, el arca del pacto, el cordero pascual, la serpiente de bronce y otros más; a Josué como el Principe de los ejercitos con la espada.

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5. CRISTO PROFETIZADO Hechos 3:18 Todos los profetas del Antiguo Testamento anunciaron a Cristo, en cuanto a su venida, su obra y forma en que había de revelarse. Dios reveló a los profetas del antiguo pacto mucha información acerca del Mesías, el prometido. Es fácil identificarlo, ya que anunciaron cómo sería su nacimiento, ministerio y muerte. De forma asombrosa, todas estas predicciones se cumplieron hasta el mínimo detalle en Jesús, comprobando que él era Cristo profetizado. Cuando examine los textos biblicos, no olvide que las profecías se escribieron siglos antes de que naciera Jesús. El propio Jesús dijo: «Todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse» (Lucas 24:44). Como podrá comprobar en su propia Biblia, ciertamente se cumplieron y con todo detalle. 6. CRISTO ENCARNADO Galatas 4:1 El que nació en Belen no es el Hijo de Dios, el Cristo eterno, sino el niño varón judío nacido de mujer y bajo la ley. Como hijo fue dado, como niño fue nacido. El que nació fue Jesús de Nazareth, el varón judío, el Hijo no nació, sino que se encarnó como el Cristo, tomando nuestra forma, para que nosotros tomemos la suya. La encarnación tanto en cuanto a acto como en cuanto a estado, es el resultado del envío del Verbo desde el seno del Padre, para hacer posible lo que se declara en Juan 1:12, hacer partícipes de su filiación a los hombres que creen y salvarlos de la condenación, para recuperarlos al propósito para el cual fueron elegidos. En Cristo, que se hizo hombre, sin dejar de ser el mismo Verbo eterno, se revela el gran misterio de la piedad. Juan habla aquí del acontecimiento por el cual el Verbo comenzó a

24 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University existir en la carne, de otro modo, como Pablo dice que deviene de la forma de Dios, a la forma de hombre (Filipenses 2:6-8). 7. CRISTO CRUCIFICADO 1 Corintios 1:23 Sin la crucifixión de Cristo, Dios no puede salvarnos, ya que en la cruz destruyó el pecado, la muerte y al diablo. Cristo fue crucificado porque era necesario eliminar todos estos problemas, a fin de la justifica y santidad de Dios fuese reivindicada, como tambien el hombre fuese recuperado para el propósito de Dios. Aunque Cristo pudo haber rehusado morir en la cruz, él fue crucificado. Según la perspectiva humana, a Cristo lo ejecutaron otras personas. Pero él tenía una perspectiva diferente. En Juan 10:11 el Señor Jesús dice: «Yo soy el buen Pastor; el buen Pastor su vida da por las ovejas», y luego en el verso 18 añade: «Nadie me la quita, sino que Yo de mí mismo la pongo. Tengo potestad para ponerla, y tengo potestad para volverla a tomar». A él no le fue quitada su vida, sino que la dio por nosotros. Cristo crucificado constituye una ofensa para los que piden señales, y una necedad para los que buscan sabiduría. Pero para nosotros los que creemos, él es poder y sabiduría de Dios, donde tenemos una comprensión de lo que Cristo hizo en la cruz «por» cada uno de nosotros y otra es lo que la cruz produce «en» nosotros. La esencia de la cruz de Cristo radica en que Jesús ocupó nuestro lugar, sufrió en carne propia toda penalidad que merecía nuestra desobediencia, a cambio, recibimos todo lo glorioso que Jesús conquistó por su obediencia. Entonces, desde aquel momento, nuestra demanda se encauza en llegar a convertirnos como Jesús, así como él vino a ser como nosotros, ya que en la cruz, Cristo murió por mí, y yo morí con Cristo. 8. CRISTO RESUCITADO 1 Corintios 15:12-20

25 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University De esta forma obtiene un cuerpo físico, pero no exactamente como el nuestro: el mismo, pero diferente, pues no se limita a tiempo ni espacio, pues aparece a sus discípulos estando cerradas las puertas y luego les imparte tres grandiosos regalos: La paz de su palabra, el plan de su misión y el poder de su Espiritu. (Juan 20:19-23) En otras palabras esto es lo que les quiso decir: Cuando ustedes digan a las personas lo que he hecho, hablando mi palabra, sobre mi obra, en el poder de mi Espíritu, yo estaré hablando mediante ustedes, de modo que si alguien cree en la palabra de ustedes, yo perdonaré sus pecados. Y si alguien no cree en la palabra de ustedes, no los perdonaré. Y como ustedes son mi voz y mi verdad, yo hablo de ustedes perdonándoles, y de ustedes reteniendo el perdón. La realidad de Cristo resucitado es la columna vertebral de nuestra fe y fuerza primordial de nuestra experiencia de vida, porque nos garantiza que somos perdonados y vistos como hijos justificados. (1 Corintios 15:17, Romanos 4:25) 9. CRISTO ASCENDIDO Efesios 1:20 y 4:8; Hebreos 8:1-2 Entender la obra de Cristo ascendido es de importancia significativa por muchas razones: 1. Señaló el final de su ministerio terrenal. Dios el Padre amorosamente envió a su Hijo al mundo en Belén, y ahora el Hijo regresó al Padre. Su período de limitación humana había terminado. 2. Significaba el éxito de su obra terrenal. Él había cumplido con todo aquello para lo cual había sido enviado. 3. Marcó el retorno a su gloria celestial. La gloria de Jesús había estado velada durante su tiempo en la tierra, con una breve excepción en la transfiguración. (Mateo 17:19)

26 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University 4. Simbolizó su exaltación por el Padre, dándolo como cabeza de la iglesia la cual es su cuerpo (Efesios 1:20-23). Aquel con quien el Padre estaba grandemente complacido (Mateo 17:5) era recibido arriba con honor, dándosele un nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9). 5. Indicó el inicio de su nuevo ministerio como sumo sacerdote (Hebreos 4:14-16) y mediador de un nuevo pacto (Hebreos 9:15). 6. Llevó cautiva la cautividad y ahora es el dador de los dones espirituales (Efesios 4:7-8), y Aquel que lo llena todo en todo. (Efesios 4:9-10) 10. CRISTO IMPARTIDO Colosenses 1:26-29 Es la manera más intima en que podemos por gracia apropiarnos de la realidad de la vida de Cristo, viviendo en la nuestra (Gálatas 2:20). Afirmar que Cristo vive en nosotros es aun más grandioso que declarar que él nos visita. Declarar que Cristo vive en nosotros implica que él tiene plena libertad de hablar, actuar y expresarse. Él puede hacer en nosotros lo que le plazca, debido a que nos redimió y nos hizo su morada. Por un lado, Cristo vive en nuestro espíritu, porque el que se une al Señor, un espíritu es con él; pero por otro lado, quizás no le demos mucho lugar para que viva en nuestra mente, en nuestra voluntad y en nuestra parte emotiva. Muchas veces, en nuestra experiencia, limitamos a Cristo solo a nuestro espíritu. Es importante entender que Cristo debe ser aplicado a nuestra experiencia. El permanece en nosotros, vive en nosotros y vino hacer su hogar en nuestro interior. En Gálatas 4:19 Pablo declara: «Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros». El hecho de que Cristo sea formado en nosotros significa que él permanece en nuestro interior, que vive y se establece en nosotros, saturando cada parte de

27 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University nuestro ser, hasta que Cristo sea manifestado como realidad plena de vida en nuestra vida. (Colosenses 3:4) 11. CRISTO MAGNIFICADO Filipenses 1:20 El verbo magnificar significa engrandecer. Tal vez nos preguntemos cómo puede ser magnificado Cristo, dado que él es infinitamente grande. Según Efesios 3, las dimensiones de Cristo, es decir, su anchura, longitud, altura y profundidad son inmensurables. Sus dimensiones son tan vastas como las del universo. Sin embargo, a pesar de que Cristo es tan vasto, extenso e inmensurable, a los ojos de la gente es magnificado por la expresión corporativa cuando cada uno de los santos suma la medida que ha recibido de la plenitud de Cristo. Pablo declaró que Cristo sería magnificado en él, o por vida o por muerte. Sin importar lo que le sobreviniera, ya fuera que siguiera viviendo o sufriera el martirio, él mantenía el firme propósito de magnificar a Cristo. Pablo magnificaba a Cristo en su vivir, lo cual significaba magnificarlo por vida. Esto no era una mera doctrina para él, sino una verdadera experiencia de Cristo. Él magnificaba a Cristo con toda confianza tanto por vida como por muerte. Así el apóstol podía trascender sobre cualquier situación. En Filipenses 1:19, Pablo dice que si permitimos la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo opere en nosotros, nuestro diario vivir no será el mismo. Sentiremos la carga de magnificar a Cristo siempre y con toda confianza. Al magnificarlo, los demás verán su grandeza y lo ilimitado que es. Magnificar a Cristo de este modo, sin duda alguna, equivale a vivirlo en plenitud. Por consiguiente, es necesario hacer que otros vean a Cristo, no de manera insignificante, sino agrandada, magnificada. 12. EL CRISTO REINANTE Apocalipsis 3:21

28 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Cristo, el eterno Hijo de Dios, el justo heredero de aquel trono que prometió a David y el único que se sentaría en aquel trono para siempre, completa el cumplimiento de esta promesa hecha a David, que un hijo se sentaría en ese trono y su reinado no tendría fin. (Lucas 1:31-33) En el antiguo pacto, el pacto davídico era el punto más alto y el desarrollo más pleno, de la promesa hecha del reino de Dios en la tierra. Dios profetizó, que el Mesías vendría a través de la simiente de David, que se sentaría para siempre en el trono y su reino no tendría fin. Sin lugar a dudas, no estaba hablando de Salomón, ni de ninguno de los otros hijos de David, sino de Jesús, quien vino de la descendencia de Judá, como el hijo de David, (Mateo 9:27, 12:22-23, 15:22, 20:30-31, 21:9, 22:42-45) y recuperó el reino para ejercer un dominio para siempre sobre todos, y en todo. LA PLENITUD DE CRISTO EN NOSOTROS Cuando entramos en las profundidades plasmadas en Efesios, vemos que la plenitud de Dios es la iglesia. El capítulo tres de Efesios, no trata de la organización de la iglesia ni de su formación, sino de la constitución de la iglesia. La iglesia ni se organiza, ni se forma; ella se forja en nosotros naturalmente al conocer y disfrutar las múltiples riquezas de la vida de Cristo. Definimos de manera más elevada a la iglesia como la plenitud de Dios. Tal vez a algunas personas les inquiete esta aseveración y se pregunten: ¿cómo la podemos sustentar? Pablo afirma: «A él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús». Según el contexto, la iglesia en este versículo es la plenitud de Dios. Cuando en nuestra experiencia somos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios, la iglesia llega a existir de manera práctica.

29 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Entonces Pablo declara: «A él sea gloria en la iglesia». Esta gloria, es la expresión de Dios. Por lo tanto, en la plenitud de Dios se encuentra la expresión de Dios. Por ende, la plenitud de Cristo es la iglesia, como expresión de Dios. Algunas traducciones dicen: «...llenos de toda la plenitud de Dios». Según esta traducción, la plenitud de Dios tendría que ser el elemento, la esencia, con la cual somos llenos. Pero éste, es un entendimiento equívoco del versículo. Aquí Pablo dice, que seremos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios, es decir, que seremos llenos hasta que seamos la expresión de Dios. Plerómatos es un término griego que puede ser traducido como «plenitud o llenura». El término generalmente es usado para hablar de la plena integridad y perfección de algo. Este término aparece en el primer capítulo de Juan; «Porque de su plenitud (πληρώματος) tomamos todos, y gracia sobre gracia» (Efesios 1:16). En este verso, se está hablando del plerómatos de Jesús. Juan desea afirmar, que hemos recibido de Jesús todo lo íntegro y perfecto de su ser. Él está en nosotros, no en porciones o medida alguna, sino en completa plenitud. Cristo habita en nosotros de manera íntegra, completa y perfecta. El verbo presente indicativo, determina que la presencia de Cristo con nosotros es en plena, absoluta y perfecta comunión. Él está en plenitud con nosotros; Cristo es «con y en» nosotros. Por su parte, Pablo reconoce que la plenitud de Cristo ha sido tan real y poderosa, que ha absorbido toda su existencia misma; «…y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí…». (Gálatas 2:20) No solo tenía relación íntima con Cristo, sino que su propia vida había sido atraída y absorbida por la misma persona de Jesús. La expresión «ya no vivo yo», habla de su completa renuncia a cualquier tipo de autonomía y emancipación. Para Pablo la verdadera libertad en Cristo, es la entrega de su propia libertad a Cristo. Existir en

30 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Cristo y para su completo servicio, es la expresión vivencial más pura, completa y auténtica de la libertad. La iglesia es el cuerpo de Cristo. Esta realidad ontológica, mas que una representación mística, es la hermosa evidencia de que Jesús ha absorbido al creyente para hacerlo suyo. La iglesia no es su cuerpo porque simboliza a Jesús, sino porque ha sido plena y perfectamente transformada para ser como él. Todo creyente al ser lleno de la plenitud de Cristo, es lleno de la naturaleza del Señor. Esto significa que la vida de Cristo, su bello carácter y su poderoso mensaje, hacen nido en la vida del creyente. El creyente, como iglesia y parte de su cuerpo, va mostrando las evidencias de la presencia de Cristo en su ser. La iglesia que dice ser el cuerpo de Cristo, lo dice no porque representa o simboliza a Cristo, sino porque realmente está llena de la plenitud de él. Nadie que no esté lleno de la plenitud de Cristo, puede ser su iglesia ni mucho menos su cuerpo. La iglesia debe evidenciar su naturaleza en Cristo. Por sobre cualquier otro perfil denominacional, institucional, local o personal. Está primero nuestra responsabilidad de identificarnos y mostrar plenamente nuestra naturaleza en él. Pablo explica en varias de sus epístolas, cómo la plenitud de Cristo se expresa en tres grandes aspectos: 1. CRISTO EN MÍ Gálatas 2:20 Esta es una experiencia personal, que solo puede experimentar la nueva criatura. Es la certeza de una vivencia recíproca: Cristo en mí y yo en Cristo. En esta condición presente fui salvado por la fe «en» el Hijo, pero puedo vivir esta realidad eterna por le fe «del» Hijo obrando en mí.

31 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Pablo dice en 2 Corintios 5:17 que «si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, y ahora toda son hechas nuevas» por lo tanto, todo lo que correspondía al viejo hombre, la vieja creación, no cuenta ni opera en nosotros, porque en Cristo todo nacido de nuevo disfruta de: Tiene nueva vida 1 Juan 5:12. No se refiere a la vida física (bios), tampoco a la vida anímica (psuché), sino a la vida en, de y desde el espiritu (Zoé), que corresponde a la vida de Dios, eterna, increada. No es una vida regenerada, remendada o corregida, sino el efecto de un intercambio de vida: Cristo tomó la mía y me dio la suya. •

Tomó mi naturaleza pecaminosa y me dio su naturaleza divina.



Tomó mi pecado y me dio su perdón.



Tomó mi desgracia y me dio su gracia.



Tomó mi condenación y me dio su salvación.



Tomó mi maldición y me dio su bendición.

La vida cristiana es por imiticación, la vida en Cristo es por impartición, pues es la preciosa vida de Jesucristo que está en nosotros. La vida natural, es una vida limitada en el tiempo y espacio. Pero en Cristo, nuestra existencia está cubierta por el zoé de Jesucristo, de tal manera que la vida de Cristo, sostiene nuestra existencia limitada y la transforma para que viva de acuerdo a Cristo, en un nivel de plenitud de gracia e irreversible libertad por la verdad. Tiene nueva mente 1 Corintios 2:12-16. «Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre

32 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo». Esta nueva mente nos da una nueva mentalidad que define una manera de pensar de acuerdo a la voluntad de Dios, pues conoce por el Espíritu las cosas que Dios nos ha concedido. La mente de Cristo en nosotros, alude a la bendición de estar equipado con el entendimiento de Cristo, en todo lo relacionado con la habilidad de entender los pensamientos y planes de Dios, dándonos la capacidad de llevar la actividad racional, intelectual, emocional, perceptiva, imaginativa y funcional, con el fin de conocer y vivir en la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios. (Romanos 12:2) Esta nueva mente es la que me permite recordar lo que en realidad yo era en Cristo, cuando fui elegido antes de la fundación del mundo, y por medio de estas verdades eternas es que puedo renovarme en el espiritu de nuestra mente y renovar mi entendimiento para conocerme como fui conocido, para conocer las cosas que son Dios y entender sus planes para mi vida que fueron diseñados en el propósito eterno en Cristo. Tiene nueva naturaleza 2 Pedro 1:3-4. «Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia».

33 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University La palabra «naturaleza» procede del latín natura que significa «perteneciente o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas», «carácter inherente a lo que es propio de un organismo o seres vivos». La naturaleza humana, es dominada por la naturaleza pecaminosa o por la naturaleza divina, por la tanto se convierte en instrumento de iniquidad o instrumento de justicia. Somos renacidos de la semilla incorruptible (esperma) que reproduce la naturaleza del que engendra. Somos hijos engendrados por el Padre que portamos su genética y naturaleza, y ha puesto dentro de nosotros la ley del Espiritu de vida en Cristo para operar de manera natural, dinámica y efectiva en el orden y diseño de la nueva criatura. El hombre nuevo no es diseño de la sabiduría humana, ni de la religión humana, sino por la Palabra que es una semilla incorruptible, es una semilla viva, no produce abortos, es una semilla que permanece para siempre, y crece de manera orgánica y natural, al tener contacto con la tierra adecuada. Nuestro espíritu es perfecto pero nuestra alma debe ser perfeccionada, por la obediencia a la verdad (la verdad presente), mediante el Espíritu. (1 Pedro 1:22). El nivel de crecimiento y perfeccionamiento es proporcional al grado de entendimiento y obediencia. 2. CRISTO EN VOSOTROS Colosenses 1:27. Esta es una experiencia congregacional que solo puede experimentar el nuevo hombre. ▪

Libre de prejuicios raciales porque en Cristo no hay ni judío ni gentil.



Libre de prejuicios sociales porque en Cristo no hay ni esclavo ni libre.



Libre de prejuicios sexuales porque en Cristo no hay varón ni hembra.



Libre de prejuicios religiosos porque en Cristo no hay circuncisión ni incircuncisión.

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Dios es glorificado en la iglesia, porque ella es la plenitud de Cristo de una manera corporativo y expresado en y por medio de cada uno de sus hijos. En este punto examinaremos lo que Pablo revela en Efesios 1:21, donde dice: «a él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén». Los versículos 20 y 21 componen una doxología, la alabanza más sublime que se haya descrito en las epístolas neotestamentarias. Dicha alabanza, solo pudo ofrecerse después que la iglesia llegó a existir de manera práctica. Las palabras «a Aquel», del versículo 20 comunican la idea, que algo procedió inicialmente de Dios y que ahora vuelve a él. Pablo pide en su oración al Padre que fortalezca a los santos conforme a las riquezas de su gloria. Esto implica que la gloria de Dios se forja en los santos. En la doxología, Pablo dijo: «a él sea gloria», (v. 21), lo cual implica que la gloria de Dios vuelve a él después de forjarse en los santos. Primero, la gloria de Dios se forja en nosotros; luego, regresa a Dios para glorificarlo. Vemos un simbolismo de esto en el caso de Isaac y Rebeca. Las riquezas de Isaac fueron dadas primero a Rebeca para embellecerla; luego, estas riquezas volvieron a Isaac con Rebeca para la glorificación de él. (Génesis 24:47, 53, 61-67) El apóstol oró pidiendo que Dios fortaleciera a los santos conforme a su gloria. Luego, la gloria de Dios, después de ser forjada en ellos, vuelve a él juntamente con los santos fortalecidos. De manera que Dios es glorificado en la iglesia. En el versículo 16, vimos que Pablo pide que el Padre, conforme a las riquezas de su gloria, nos fortalezca con poder en el hombre interior. Ser fortalecidos conforme a la gloria

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University implica, que la gloria de Dios se forja en nuestro ser. Esta es la única manera de ser

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fortalecidos conforme a la gloria de Dios. En los versículos 20 y 21, Pablo parecía decir: «Ahora que la iglesia ha llegado a existir como plenitud de Dios, entonces Dios puede ser glorificado en ella. Antes, era imposible que la gloria volviera a Dios; pero ahora es posible, porque la iglesia ha llegado a ser la plenitud de Dios de manera práctica». La iglesia es la gloria de Dios, la cual llega a nosotros juntamente con él y vuelve a él juntamente con nosotros. En tal iglesia se da un tráfico de doble sentido por medio del cual, la gloria de Dios se forja en nuestro ser y Dios es glorificado en nosotros. A este tráfico hace alusión la frase «ahora bien». La iglesia, la familia de los creyentes, es la primera en dar gloria a Dios el Padre, al permitir que la gloria de Dios se forje en ella. En todo el universo, los creyentes somos las primicias. Si tomamos la iniciativa en glorificar a Dios, todas las demás familias del cielo y de la tierra harán lo mismo y también le glorificarán. A pesar de que la iglesia ha estado en la tierra por mucho tiempo, todavía no ha llegado al punto de ser la plenitud de Dios. Hoy no se ve mucha gloria para el Señor en la iglesia por causa de nuestra indiferencia, ignorancia, irresponsabilidad, inmadurez, carnalidad y vanagloria. Todos tenemos que darnos cuenta de nuestra necesidad de la operación interior, la energía de este poder para que sea fortalecido nuestro hombre interior. Dios no se expresa en la iglesia por medio de individuos, sino colectivamente por medio del cuerpo, por medio de los creyentes, quienes juntos hemos sido llenos de las riquezas de Cristo. Por consiguiente, la plenitud de Dios está corporeizada en la iglesia, y es la expresión de Dios Triuno, ella irá de gloria en gloria. La plenitud será manifestada no por los dones de un ungido famoso, sino por la expresión de la vida de Cristo y manifestación

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University del poder de todos los hijos de Dios que han sido ungidos para conformar el cuerpo de

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Cristo, quien es el ungido de Dios. 3. CRISTO EN TODO Colosenses 1:20 Esta es una experiencia universal que solo puede experimentar la nueva creación. Aquí no existe ningún rasgo de la vieja creación, en ésta se expresa la plenitud del Padre, por medio del Hijo, en todas las cosas, sean visibles e invisibles, en el cielo y en la tierra. Dios es glorificado en Cristo, porque él es la plenitud del Padre de una manera global y expresada en todo y sobre todo. Efesios 3:21 dice: «A él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén». Dios no solo es glorificado en la iglesia, sino también en Cristo. Por consiguiente, la conjunción «y», se usa para dar énfasis. En la iglesia, la esfera en la que se glorifica a Dios es estrecha, se limita a la familia de la fe; mientras que en Cristo, la esfera es mucho más amplia, porque Cristo es la cabeza de todas las familias de los cielos y de la tierra. (Efesios 1:22; 3:15) Así que, la glorificación de Dios en Cristo está en la esfera de todas las familias creadas por Dios, no solamente en la tierra, sino también en los cielos. La esfera de Cristo, además de ser más amplia que la de la iglesia, es un ámbito eterno, como lo indica la frase «en todas las generaciones por los siglos de los siglos». Todas las generaciones y los siglos de los siglos constituyen la eternidad. Dios es glorificado en la iglesia principalmente en esta edad, (Efesios 3:10) y es glorificado en Cristo por la eternidad, (Apocalipsis 5:11-13). La iglesia es solamente una de las muchas familias que hay en el universo. Las demás familias incluyen a la familia angélica, la familia humana y la familia celestial. Según el versículo 15, Dios es el origen de la familia angélica en los cielos y de todas las familias

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University humanas en la tierra; por supuesto, también lo es de la iglesia, que es la familia de los

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creyentes. Decir que Dios es glorificado en la iglesia significa que él es glorificado solamente en una de las muchas familias. Sin embargo, afirmar que Dios es glorificado en Cristo, implica que él es glorificado en Cristo como cabeza de todas las cosas. Cristo es cabeza de los ángeles, de la humanidad, de todo lo visible e invisible y también de la iglesia. Si Dios fuese glorificado únicamente en la iglesia, su glorificación no sería completa; por ello se requiere que él sea glorificado también en Cristo. Dios no solo será glorificado en esta era, sino también en la venidera, y por los siglos de los siglos, o sea, por la eternidad. No obstante, a fin de que Dios sea glorificado en todas las edades, desde la edad presente hasta la eternidad. Dios debe ser glorificado en la iglesia y también en Cristo. Definitivamente así es y así será, porque hecho está por el propósito eterno, que el Padre diseñó y estableció en Cristo Jesús. LA SUPERIORIDAD DE LA PLENITUD DE CRISTO Queremos hacer un recorrido panorámico a la carta a los Hebreos para analizar los elementos que comprueban la superioridad de la plenitud de nuestro Señor Jesucristo. El primer párrafo de Hebreos es 1:1-3, es una presentación poética musical (himno) de los logros cósmicos y redentores de Jesús, como el Señor de los cielos y la tierra, quien es coexistente, cocreador y cosustancial con el Padre. Esto se explica en siete frases descriptivas, que son una de las cristologías más elevadas en el Nuevo Testamento, comparables con Juan 1:1-18; Filipenses 2:6-11; y Colosenses 1:15-17.

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University a. El heredero de la creación del Padre (v. 2b). Como heredero de todo, Jesús es

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poseedor legal. El vino no a negociar con el diablo, sino a derrotarlo con su propia muerte y a reclamar lo que le pertenece por ser creador y redentor (Hebreos 2:815). b. El agente de la creación del Padre (v. 2c). Cristo es el medio por el cual el Padre hizo en él, por él y para él. c. El resplandor de la gloria del Padre (v. 3a). Cristo es la expresión de la persona esencial de Dios y este texto deja claro que este Hijo no es solo un agente, sino que es parte de la deidad misma. d. La misma imagen de la naturaleza del Padre (v. 3b). Cristo no es de una sustancia inferior al Padre, sino que es la representación visible del Dios invisible. El Hijo es la exacta revelación y expresión visible, completa y concreta de Dios. e. El sustentador de la creación del Padre (v. 3c). Cristo como Verbo es la palabra que Dios habló para traer todo a la existencia, y con el poder de la palabra sostener y sustentarlo todo. f. El medio para el perdón de la creación del Padre (v. 3d). Solo por medio de Cristo es que el Padre pudo perdonar, borrar y quitar nuestros pecados como acciones, y también para cancelar el pecado como naturaleza, de tal forma que ahora seamos vistos y tratados no como pecadores perdonados sino como hijos justificados. g. El Mesías real y sacerdotal enviado por el Padre (v. 3e). La reasunción de Cristo al trono para sentarle a su diestra de la majestad en las alturas, indica, identifica y específica que su obra aquí en la tierra fue completa y efectiva, que se le reconoce

39 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University su lugar como rey para ejercer su pleno poder en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y que se le constituye sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec para ser nuestro mediador efectivo. (Hebreos 8:1-6, Romanos 8:34) 1. CRISTO SUPERIOR A LOS ÁNGELES (Hebreos 1:4-14) Cristo como el Hijo de Dios y el Hijo del hombre ganó el derecho de ocupar el honroso lugar y rango que el Padre le otorgó. Fue declarado superior a los ángeles a raíz de su victoria pública. El autor de la carta, para demostrar a sus lectores la superioridad de Cristo sobre las cortes angelicales toma en cuenta varias citas del antiguo pacto: Salmo 2:7, «Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy». Esto indica que debe ser reconocido como Hijo de Dios. 2 Samuel 7:14, «Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo...». Hebreos 1:10-12 hace referencia al Salmo 102: 25-27. Se refiere a nuestro Señor Jesucristo. Hebreos 1:13 hace referencia al Salmo 110:1. Esto demuestra que Jesús era mucho más que el Hijo de David. (Véase también: Deuteronomio 32:43; Salmo 45:6-7; 104:4; 1 Crónicas 17:13). En Hebreos 1:7 dice que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros llamas de fuego. De hecho los ángeles son espíritus y tienen cierto poder que Dios les ha dado, pero el Hijo reina sobre un trono por los siglos de los siglos (v. 8). Los ángeles están constantemente ocupados ministrando a aquellos que son herederos de la salvación, es decir, a los creyentes redimidos. Es un gran consuelo saber que el verdadero renacido no solo tiene al Hijo y al Espíritu Santo como su abogado, sino también la ayuda personal de los ángeles. El cuidado que debemos tener es no clamar a los ángeles como los de la nueva era. La Escritura prohíbe clamar y adorar a los ángeles. Debemos

40 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University orar a Dios a través de Jesucristo y él en su soberana sabiduría determine si nos envía su ángel o no. 2. CRISTO SUPERIOR A MOISÉS (Hebreos 3:1-19) Moisés, por su obediencia a Dios, hizo de Israel una nación grande. Los sacó de la esclavitud en que se encontraban en Egipto. Guiado por Dios estableció un sistema de culto diferente a los paganos. Ningún hombre era tan reverenciado por los judíos como Moisés. Tenían razón, pero este hombre no podía ser más que el siervo de Dios. En cambio Jesús es el Hijo de Dios. El escritor de Hebreos desafía a sus hermanos santos que comparten con él, el llamamiento celestial, a que consideren cuidadosamente su profesión de fe en Cristo. Esta consideración no deben hacerla solo con relación a los ángeles, Adán o Abraham, sino con Moisés. Los hebreos consideraban la voz de Moisés como la voz de Dios. Todos los asuntos de carácter espiritual hacían referencia a Moisés. Transferir la fe en Dios por medio de Moisés a Jesús era muy difícil para aquellos creyentes de una fe débil y una presión grande por retornar a la ley de Moisés, en vez de permanecer en la gracia. Según ellos, tenían mucho que decir de Moisés, pero de Jesús no tenían nada, solamente algunos milagros individuales y locales, un pequeño grupo de despreciados seguidores. Moisés murió con mucha dignidad sobre una montaña y sepultado por los ángeles de Dios (Deuteronomio 34:9; Judas 9). En cambio, Jesús murió en la forma más humillante, a tal grado que daba vergüenza hablar de su muerte. Murió como el más despreciado y vergonzoso. Para los creyentes judíos era incompatible que el Hijo de Dios muriera así, por eso corrían el peligro de abandonar su fe. Por esa razón el escritor argumenta que Jesús es más grande que Moisés. Esta afirmación se basa en las escrituras del Antiguo Testamento.

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El fundamento está en el hecho de que Dios mismo constituyó a Cristo como apóstol y sumo sacerdote del programa redentor. En el caso de Moisés también fue fiel, pero en una función inferior. Jesús se identificó como constructor de la casa, no de guardián. Él es el autor, el que proporciona la casa como propietario. Por consiguiente, Jesús es más digno y más grande que Moisés. Jesús es Hijo de Dios, mientras que Moisés es siervo de Dios (v. 5-6). Moisés como siervo de Dios fue fiel en su tarea en el tabernáculo terrenal. Jesús como Hijo de Dios, es propietario de la casa, donde Moisés fue un criado en forma temporal. Como los judíos convertidos al evangelio estaban muy fascinados con el culto a Moisés, el autor de Hebreos les describe en estos versículos la gran superioridad e incomparable de Jesús. El propósito es mostrarles que este siervo sufriente, mencionado por Isaías 52:1353:1-12), era el Mesías prometido. Saber que nosotros somos la casa (v. 6b), es una gran declaración por el hecho de que Cristo es el dueño. Hubo un tiempo en que había que ver a Moisés como el mayordomo de la casa, pero ahora que Cristo ha sido revelado, nuestros ojos deben estar puestos en él. Este pasaje advierte a los hermanos judíos convertidos de que sus padres también honraron a Moisés, y al principio lo siguieron, pero después se apartaron de Moisés. Al apartarse de él, estaban apartándose de Dios también. De ahí que Dios los desechó, y sus huesos quedaron esparcidos en el desierto, porque aquellos que salieron para llegar a Canaán, nunca llegaron. Ahora ustedes están en peligro de repetir su pecado, les dice el escritor. 3. SUPERIOR A JOSUÉ Hebreos 4:1-11

42 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Josué fue elegido y constituido por Dios como sucesor de Moisés para introducir al pueblo de Israel a Canaán la tierra de su herencia, donde encontrarían el reposo que Dios les daría al librarles de sus enemigos y reinar en todo. La palabra reposo se utiliza nueve veces en este capítulo 4. Ocho veces se traduce del griego katapausis que significa una paz permanente, o estado de reposo; y una vez se traduce del griego sabbatismos que significa estado de reposo. Este reposo de Dios, frecuentemente, se ha interpretado como una segunda obra de gracia. La palabra «entrar» se menciona también ocho veces en conexión con reposo. En los versículos 1, 6 y 11, se acentúa la urgencia de la entrada. La cuestión principal es que la historia se está repitiendo; exactamente donde los israelitas estuvieron en Cades barnea, están ahora estos hebreos convertidos, excepto que la situación es más grave. Los israelitas por medio de Moisés oyeron las buenas nuevas de la provisión y voluntad de Dios para ellos, pero de nada les sirvió haber oído la Palabra, por no ir acompañada de la fe. No es suficiente oírla, hay que creerla y obedecerla. Debemos tener cuidado con la creencia de que no importa lo que hagamos, de todos modos somos salvos; esto es un tremendo error. Al contrario, nos manda a vivir una vida santa y perseverante en su presencia. Esta misma evidencia de la temible grandeza de Dios, nos deja totalmente sin excusa en nuestra incredulidad. También justifica su ira al declarar que a pesar de todo lo que él ha hecho por nosotros, pero si fallamos, él nos castigará. Grandes párrafos de la Biblia, como el Salmo 95 y 1 Corintios 10:1-12, pretende convencer a los judíos convertidos y a nosotros, de una falsa seguridad sin santidad. Les muestra que no tienen impunidad contra los resultados trágicos de su desobediencia.

43 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University No se puede decir que el verdadero reposo haya sido dado por Josué cuando introdujo a los israelitas en la tierra prometida. Él solo dio a los israelitas cierta clase de reposo (Josué 22:4) en cumplimiento de la promesa (Deuteronomio 31:7). Pero era un reposo político, civil y material. Canaán no era el lugar de reposo definitivo; solo era un tipo de ese reposo eterno que Dios ofrece a los que creen. Por tanto, queda todavía un reposo para el pueblo de Dios (v. 9). El pueblo de Dios, en el nuevo «Hoy», tiene opción a un reposo que aún no se conoce todavía por la experiencia pero deben conocerlo de lo contrario, no son pueblo de Dios. Notemos los tres aspectos del reposo que se mencionan aquí. Primero, el reposo de Dios se relaciona con la terminación de sus obras. Segundo, el reposo de Dios es de naturaleza espiritual, y no nacionalista. Tercero, el reposo de Dios está disponible ahora, en este nuevo «Hoy». El reposo que resta es un estado del alma (Mateo 11:28-29), no para el cuerpo, porque el trabajo sigue siendo necesario. Esto no es una referencia al séptimo día, como enseñan los adventistas. Asociar este reposo con el séptimo día sería una completa falta de comprensión a la realidad del verdadero significado de este reposo eterno. Veamos esto como los judíos que no pueden ver más allá de la prosperidad material y la autonomía política de su territorio. Los creyentes hebreos tenían una fuerte tendencia a regresar a Moisés al menos asirse de él y de Jesús con finalidad compartida. Esto evidenciaba que seguían buscando la salvación por sus propios esfuerzos, en lugar de confiar en la salvación que Cristo ya había pagado con su muerte en la cruz del Calvario.

44 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Notemos que Dios ha cesado de su obra de creación, pero continúa con sus obras de redención. Por eso el creyente que disfruta del reposo perfecto, ha cesado de sus propias obras en el sentido espiritual. Ahora descansa en la obra hecha por Cristo, que no la disfruta un dia a la semana, sino que vive todos sus días en el dia del Señor celebrando su victoria a pesar de las situaciones difíciles, como Juan en Patmos. (Apocalipsis 1:9-10) Muchos creyentes que ignoran la obra perfecta y completa de Cristo viven angustiados, preocupados y frustrados porque quieren resolver sus problemas espirituales con sus propios esfuerzos. El lugar del más tranquilo reposo son los lugares celestiales donde estamos sentados juntamente con Cristo disfrutando todo lo que somos, tenemos y podemos en él. Es el lugar del completo abandono de nuestros vanos esfuerzos, ya sea para expandir el reino de Dios en la tierra, o para obtener la santidad dentro de nosotros mismos, pues esto no lo hacemos en nuestras fuerzas, sino que nos esforzamos en la gracia que es Cristo Jesús. Este reposo no significa inactividad de una gran tarea, los entendidos de esta obra de gracia trabajamos en la obra de Dios, en deleite, descanso y dominio, creyendo en la dignidad de hijos y los dones recibidos, y también luchamos según la potencia de la gracia de Cristo que actua en los que creemos. El reposo en Cristo nos da un equilibrio perfecto entre el ir y venir de la vida, forma un corazón contento lleno de su paz que sobrepuja todo el entendimiento, rendimiento nuestra voluntad en la voluntad de Dios, donde disfrutamos de la suprema felicidad al saber que estamos unidos a Cristo, y amoldados a él que es nuestro todo. 4. SUPERIOR AL SACERDOCIO LEVITICO (Hebreos 5:1-10)

45 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University Los redimidos pueden disfrutar la plenitud de Cristo al descubrir las razones del por qué el sacerdocio de Cristo tiene una superioridad incomparable frente al sacerdocio de Aarón. El aspecto del ministerio de Jesús como mediador y sacerdote, se encuentra también en 1 Timoteo 2:5-6; 1 Juan 2:1-2, y se sobreentiende también en 1 Pedro y en otras partes de las epístolas, pero el tema se desarrolla con mucho más significado en la carta a los Hebreos. Para los judíos, la vida no solo era religiosa sino también, civil. En ausencia de un rey, la vida nacional civil giraba alrededor de un sumo sacerdote. Él era el símbolo de su unidad y esperanza nacional. Para un judío reconocer a Jesús como su nuevo sumo sacerdote, en realidad era un cambio radical, porque significaba un cambio de mentalidad y de valores. Era muy drástico para ellos desplazar al sumo sacerdote de que tenia vigencia en el templo de Jerusalén, por Jesús. Pero Hebreos les demuestra que para Dios, esto es posible o consistente con los hechos reales, los judíos convertidos necesitaban desligarse del sistema sacerdotal terrenal judaico y adoptar a Jesús como el sumo sacerdote celestial y eterno. Es comprensible, entonces, que los creyentes hebreos, al principio fueron cautivados por el sistema religioso que tenían. Por eso necesitaban comprender el papel mesiánico de Jesús. Tenían que reconocerlo como rey y profeta. Cuando esto sucediera en sus vidas, entonces entenderían más profundamente el ministerio y la forma en que Jesús murió. De hecho, sabemos con claridad que la muerte de Jesús era el cumplimiento real de los designios de Dios a favor de la humanidad. Al comprender la naturaleza sacerdotal del ministerio de Cristo, llegarían a ver la naturaleza espiritual de la salvación.

RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University El escritor de los Hebreos muestra cuidadosamente que Jesús, como un nuevo y

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definitivo sumo sacerdote, inauguró en su propia persona el inicio de un nuevo pacto, lo cual es el tema central de Hebreos. En el nuevo pacto se incluye una profunda redención que debe ser experimentada. Es un privilegio personal de santidad, señalada simbólicamente en el antiguo pacto, que muy pocos lo alcanzaron. Ahora este privilegio de santidad es alcanzado en Jesús, mediador de un nuevo pacto, por todos aquellos que ven su sacrificio en la cruz, no como una víctima de los romanos, sino como un sacrificio por el pecado del hombre. Esto es el corazón del evangelio. Sin el sacrificio de Cristo no hay santidad en el corazón, ni esperanza de reinar en vida. Sin el sacrificio de Cristo, la percepción que tenemos de él como profeta y rey sería sin ningún contenido efectivo. Por lo tanto, para nosotros, la aceptación de Jesucristo como sumo sacerdote no es una opción sino una obligación. Entre los israelitas, los sumos sacerdotes fueron escogidos por Dios, de hecho tenían que llenar ciertos requisitos: ▪

Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres y constituidos a favor de los hombres ante Dios (v. 1). El propósito principal del sumo sacerdote es presentar oficialmente ofrendas y sacrificios por los pecados. El pecado es lo que separa a los hombres de Dios. Por eso es necesaria la mediación.



Que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados (v. 2). Esta función es muy importante para estar adecuadamente calificado para la mediación y liderazgo religioso. Esto tiene que ver con el carácter del sumo sacerdote. No debe

47 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University ser rudo ni impaciente, no debe ser indiferente ni despreocupado. Debe tener una profunda preocupación moral, comprensión y simpatía. Como tal, tenía que alcanzar un claro discernimiento de los grados de culpa, distinguiendo entre la ignorancia responsable y la involuntaria; entre aquellos que están extraviados debido a su propio descuido y aquellos que han sido descarriados por causa de su propia ignorancia. La propiedad de tal moderación en el juicio sacerdotal reside en el hecho de que él también está rodeado de debilidades. ▪

Debía ofrecer por los pecados de él mismo y por los pecados el pueblo (vs. 3). Él mismo estaba necesitado de ayuda y de mediación. Es claro que el tradicional orden de sumo sacerdotes tenía una superioridad oficial, pero no necesariamente una significativa superioridad moral. Aunque en función de su trabajo sacerdotal, estaba por encima del pueblo. Sin embargo, era tan necesitado espiritualmente como los otros hombres pecadores. Esta semejanza pecaminosa con su pueblo le inspiraba simpatía, pero también limitaba su poder para elevar al pueblo al cual ministraba.



Solo los sacerdotes llamados por Dios tenían autorización de ofrecer sacrificios, como Aarón (v. 4). No era un funcionario cualquiera. Dios había especificado que solo Aarón y sus descendientes servirían en este oficio (Éxodo 28:1-43; 29:1-37). Aarón es el modelo. Los israelitas lo sabían muy bien, por eso estaban atados a este sistema, que aunque fue establecido por Dios, había perdido vigencia con la venida de Cristo. Dios no estaba atado a la orden sacerdotal de Aarón. Por eso el escritor de los Hebreos presenta a los israelitas una nueva orden superior de sumo

48 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University sacerdote, igualmente ordenado por Dios: Jesucristo. En Cristo tenemos un sumo sacerdote que cumple todos los requisitos establecidos. a. Cristo fue ordenado por Dios (5:5). El sacerdocio de Cristo era superior. Así como Aarón fue ordenado por Dios, también Cristo fue ordenado por Dios. Por eso Cristo nunca se glorificó así mismo, haciéndose sumo sacerdote, sino fue Dios quien le dijo: «Tú eres mi Hijo amado». «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec» (vv. 5-6). b. Cristo el sacerdote ideal (5:7-10). Aquí se resume la idoneidad de Jesucristo. En los capítulos siguientes se desarrolla en detalle. Los sacerdotes aarónicos podían simpatizar porque ellos también estaban expuestos a pecar. Los padecimientos de Cristo sirvieron para un propósito semejante, pero aún más efectivamente, porque el sufrimiento de un sentimiento de compasión y hermandad constituye mucho mejor que la pecaminosidad. Los sufrimientos de Cristo fueron necesarios para perfeccionarse como sumo sacerdote. Esto le capacitó para ser autor de eterna salvación. c. Cristo no tiene necesidad de hacer expiación por sus propios pecados, sino que se hizo pecado y tomó nuestros pecados para llevarnos a Dios. d. Cristo es el perfecto sumo sacerdote escogido por Dios como mediador para todos los tiempos, quien presentó el sacrificio y se presentó como el sacrificio por los hombres. En los días de su vida terrenal ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas. Este era un deber de los sumo sacerdotes. Jesús no lo hizo como los sumo sacerdotes tradicionales. Él lo hizo con sudor y sangre en el huerto. Rogó con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte; fue oído a causa de su clamor reverente.

49 RC 102 Revelación de Cristo WEBINAR Dr. Basilio Patiño REMA University La razón es que Cristo, aunque nunca cometió pecado, se hizo pecado por nosotros a fin de cumplir toda justicia. Aunque el clamor de Cristo fue oído, no fue quitada la copa de la muerte, por lo cual somos salvos. Dios lo escuchó con compasión enviándole ángeles para fortalecerlo. Sus padecimientos enseñaron el significado de la obediencia, ya que para Cristo obedecer a su Padre fue un deleite y no una carga. Solo un sumo sacerdote perfectamente sumiso a Dios, podría representar adecuadamente a Dios ante el hombre, y al hombre ante Dios. Cristo fue y es sumo sacerdote perfecto por su obediencia perfecta al plan de Dios.