Universidad Nacional De Tumbes: Facultad De Ciencias Agrarias

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS ESCUELA DE AGROINDUSTRIAS PROGRAMA ESPECIAL DE TITULACIÓN

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS ESCUELA DE AGROINDUSTRIAS PROGRAMA ESPECIAL DE TITULACIÓN

TECNOLOGÍAS EMERGENTES CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS MEDIANTE IRRADIACIÓN

PRESENTADO POR: Bach. INILUPÚ GARCÍA, MARCO A. Bach. YACILA PRECIADO, FRANCISCO M. A.

En cumplimiento al informe encargado en la asignatura de Técnicas avanzadas de transformación y conservación de alimentos

TUMBES – PERÚ 2019 1

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

04

CAPITULO I HISTORIA DE LA IRRADIACIÓN COMO TECNOLOGÍA DE CONSERVACIÓN

06

1.1. ANTECEDENTES 1.2. ESTADO ACTUAL

06 08

CAPITULO II PROCESOS DE IRRADIACIÓN DE LOS ALIMENTOS

10

2.1. RADIACIÓN IONIZANTE 2.1.1. RAYOS X 2.1.2. RAYOS GAMMA 2.1.3. RAYOS BETA 2.2. USO DE LA IRRADIACIÓN EN ALIMENTOS 2.3. PROCESO DE IRRACIÓN 2.3.1. DEFINICIÓN DEL PROCESO

10 10 11 11 12 14 14

CAPITULO III EFECTOS DE LA IRRADIACIÓN DE ALIMENTOS

17

3.1. EFECTOS DE RADIOACTIVIDAD INDUCIDA. 3.2. EFECTOS EN LAS PROPIEDADES ORGANOLÉPTICAS 3.3. EFECTOS EN LOS MICROORGANISMOS 3.4. EFECTOS EN LOS FACTORES NUTRICIONALES

17 18 18 19

CAPITULO IV APLICACIONES PRÁCTICAS DE LA IRRADIACIÓN DE ALIMENTOS

20

4.1. DETERIORO DE ALIMENTOS 4.2. DESINSECTACIÓN 4.3. SEGURIDAD E HIGIENE 4.4. COMERCIO DE ALIMENTOS 4.5. COSTOS DE REFRIGERACIÓN 4.6. ACEPTACIÓN DE ALIMENTOS IRRADIADOS

20 21 21 22 23 23

2

CAPITULO V LEGISLACIÓN, INSPECCIÓN Y ETIQUETADO DE LA IRRADIACIÓN DE ALIMENTOS

26

5.1. COMUNIDAD EUROPEA 5.2. EE.UU 5.3. LATINOAMÉRICA 5.3.1. ARGENTINA 5.3.2. BRASIL 5.3.3. CHILE 5.3.4. CUBA 5.3.5. MÉXICO 5.3.6. PERÚ 5.4. ETIQUETADO

26 27 28 28 28 28 29 29 30 30

CONCLUSIONES

32

BIBLIOGRAFIA

33

3

INTRODUCCIÓN

En todo el mundo la población libra una batalla constante contra el deterioro de los

alimentos

provocado

por

la

infestación,

la

contaminación

y

la

descomposición. No hay datos exactos sobre la cantidad de productos alimenticios que se pierden en el mundo, pero las pérdidas son enormes, especialmente en los países en desarrollo donde, a menudo, lo templado del clima favorece la proliferación de agentes de descomposición y acelera la putrefacción de los alimentos almacenados. En esos países, se calcula que la pérdida en almacén de grano y legumbres no baja del 10%. En cuanto a otros alimentos básicos como son las verduras y las frutas, las pérdidas por contaminación microbiana y descomposición llegan al 50%. En ciertos productos como el pescado seco, la infestación por insectos ocasiona pérdidas del orden del 25%, a las que hay que sumar otras del 10% debidas a la descomposición. Dado el rápido crecimiento de la población mundial, es intolerable la más mínima pérdida evitable de productos alimenticios. La industria alimentaria y las administraciones públicas realizan grandes esfuerzos para mejorar el mantenimiento de las condiciones higiénicas y evitar la contaminación de alimentos. Pese a estos esfuerzos siguen produciéndose un gran número de procesos patológicos relacionados con los alimentos. Sin caer en exageraciones, se calcula que los gastos de atención médica y el costo de productividad pérdida a causa de las principales enfermedades transmitidas por carne contaminada de ganado y aves de corral ascienden por lo menos a US$ 1000 millones al año solamente en los Estados Unidos. Es probable que el primer método de conservación aplicado, y que aún se emplea a menudo en todo el mundo, fuera la desecación de los alimentos al sol, sistema sencillo, barato y con frecuencia muy eficaz. Durante decenas de miles de años se han descubierto muchos otros métodos para conservar los alimentos: la salazón, la cocción, el ahumado, el enlatado, la congelación y la conservación química. La última incorporación a esta lista ha sido la irradiación, es decir, la exposición de los alimentos a cantidades cuidadosamente medidas de radiación ionizante. Las investigaciones y el empleo en la práctica durante varios decenios 4

han demostrado que la irradiación puede retrasar la descomposición de los alimentos y reducir la infestación por insectos y/o la contaminación por otros organismos, incluidos los agentes patógenos. El uso de la irradiación en alimentos, o tratamiento con energía ionizante, se ha desarrollado a consecuencia de la mayor demanda mundial de alimentos, como una nueva técnica para su conservación, con el fin de mermar las importantes pérdidas que ocurren desde su obtención hasta su consumo. La irradiación de alimentos los hace más saludables, al destruir microorganismos presentes en ellos y ha sido aprobada, e incluso respaldada, por organismos de la importancia de la FAO/OMS, del Comité Científico de la Alimentación (SCF) de la Comisión Europea y de la FDA (Food and Drug Administration), encargados de velar por la salud de la población. No obstante, organizaciones de consumidores y agrupaciones ambientalistas se han manifestado en contra de esta tecnología, por considerar que pueden convertir en radioactivos a los alimentos, disminuir sus nutrientes o producir sustancias muy contaminantes y difíciles de detectar, entre otras cosas. Con el objeto de aclarar en parte algunas dudas sobre la irradiación de alimentos, se presenta esta monografía.

5

CAPITULO I HISTORIA DE LA IRRADIACIÓN COMO TECNOLOGÍA DE CONSERVACIÓN 1.1. ANTECEDENTES. El descubrimiento de los rayos X por W.K. Roetgen en 1895 y el descubrimiento en 1896 de las sustancias radioactivas por H. Becquerel condujeron al estudio de los efectos biológicos de estas radiaciones. El interés por la irradiación de alimentos resurgió a mediados de los años 1940 cuando Huber sugirió el uso de aceleradores de electrones para la conservación de los alimentos, pero todavía eran costosos y de difícil aplicación en la práctica industrial. En los años 1950 el interés se decantó por los isótopos radioactivos, con la previsión de un futuro de abundancia de tales sustancias. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) Al término de la Segunda Guerra Mundial, la armada de EE.UU ante la necesidad de alimentos fiables admite que “los alimentos irradiados son saludables, apropiados y recomendados para la nutrición” (OMS/FAO, 1989) En 1954 comienza en EE.UU, un programa de investigación para esterilizar y conservar alimentos utilizando isótopos radioactivos y en 1957 - 1958 son Alemania y Rusia los que anuncian ya su utilización. (OMS/FAO, 1989) Tras los avances y retrocesos llegamos a 1980 donde un comité de expertos liderados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Organización Mundial de la Salud (OMS) y Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a promover, primero, estudios sobre la irradiación de alimentos y, en segundo lugar, a proponer su uso para aquellas aplicaciones que han considerado necesarias. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) Durante la década de los 80 la irradiación pasa por la falta de armonización legislativa entre los diferentes países del mundo, como en el caso de la Unión Europea, donde no hay consenso entre los estados miembros (en Reino

6

Unido no está permitido), esto conlleva dificultades en el comercio internacional de alimentos irradiados. (Loaharanu, 1989) La Unión Europea propuso la irradiación de alimentos como tema prioritario de estudio dentro del programa FLAIR. A partir de los resultados obtenidos por los expertos se ha iniciado un nuevo intento de regulación común de la irradiación de alimentos para la UE, el 22 de febrero de 1999 se adoptaron las directivas relativas a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre alimentos e ingredientes alimentarios tratados con radiaciones ionizantes y al establecimiento de una lista comunitaria de estos productos irradiados. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) Por otra parte, en los Estados Unidos la autoridad sanitaria en materia de alimentación, la Food and Drug Administration (FDA) consideró, en 1958, las fuentes de radiaciones ionizantes como aditivos alimentarios. Así, se hacía necesario un estudio previo de seguridad como requisito para que la FDA aceptara un tratamiento. También era necesario un estudio previo a la salida del producto al mercado. De este modo, la irradiación se ha ido aprobando en USA tan sólo para aplicaciones específicas. La información solicitada por la FDA para establecer la seguridad de un alimento irradiado es la siguiente. (Olson, 1998): -

Seguridad radiológica: es decir, posible presencia de radioactividad inducida en los alimentos.

-

Seguridad toxicológica: si existe evidencia de formación de tóxicos, qué parámetros o compuestos deben ser evaluados y qué tests pueden proporcionar información útil. Este segundo punto es muy difícil de evaluar pues la base del tratamiento es la absorción de energía y no la adición química. Suele llevarse a cabo alimentando animales de laboratorio con alimentos irradiados, aplicando factores de seguridad y de variabilidad individual y posteriormente extrapolando a humanos.

-

Seguridad microbiológica: si existe posibilidad de aparición de mutantes más virulentos o si puede darse el caso que la irradiación disminuya el 7

número de microorganismos alteradores dejando a los patógenos crecer libres de competencia. -

Adecuación nutricional: si hay pérdida significativa de nutrientes, si el alimento a tratar supone una fuente importante de dicho nutriente. En definitiva se pretende asegurar que el aporte vitamínico no se vea afectado en la dieta global. Respecto a la pérdida de vitaminas, a veces la cocción resulta más destructiva que la irradiación.

1.2. ESTADO ACTUAL. Actualmente, autoridades sanitarias y de seguridad de 40 países han aprobado la irradiación de 60 tipos de alimentos, como especias, granos, carne, frutas y vegetales. A finales del Siglo XX, unos 30 países irradiaban alimentos con fines comerciales. La decisión de los gobiernos de estos países a favor de la irradiación de alimentos viene influenciada por la adopción, en 1983, de un estándar a nivel mundial de irradiación de alimentos. Dicho estándar fue adoptado por la “Codex Alimentarius Commission”, un organismo conjunto de la FAO y de la WHO (World Health Organization), responsable de emitir estándares de alimentación para proteger la salud del consumidor y facilitar el comercio de alimentos, formado por más de 150 gobiernos. (Fernandéz Peruchena, 2007) El estándar general para la irradiación de alimentos, fue basado en las conclusiones de un Comité Experto Conjunto en la Irradiación de Alimentos (JECFI) convocada por FAO, WHO, y OIEA. El JECFI evaluó los datos disponibles en 1964, 1969, 1976, y 1980. En 1980, concluyó que la irradiación de cualquier alimento hasta una dosis media de 10 kGy no presenta peligro toxicológico y no requiere pruebas posteriores. Luego, en 1999, estas mismas instituciones concluyeron que la inocuidad está asegurada, a cualquier dosis de irradiación empleada. (Fernandéz Peruchena, 2007) En 1986, 1992 y 1998 el Comité Científico de la Alimentación Humana, que fue transferido a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en mayo de 2003, emitió dictámenes favorables para la irradiación de diferentes 8

productos alimenticios. El Codex Alimentarius, la Asociación Médica Norteamericana y la Asociación de Dietistas Norteamericanos también han hecho públicos informes a favor de este método de conservación, entre otras organizaciones. La legislación de 40 países autoriza hoy el consumo de más de medio centenar de alimentos irradiados en todo el mundo. La comunidad científica y las autoridades competentes parecen haber admitido que la irradiación reporta ventajas frente a otros métodos de conservación. (Fernandéz Peruchena, 2007)

Tabla 1. Cronología de tiempo en la irradiación de alimentos Fuente: FOOD IRRADIATION 9

CAPITULO II PROCESO DE IRRADIACIÓN DE LOS ALIMENTOS La irradiación tiene los mismos objetivos que otros métodos de tratamiento de conservación: reducir las pérdidas debidas a la alteración y la descomposición, y combatir los microbios y otros organismos causantes de enfermedades de transmisión alimentaria. Ahora bien, las técnicas y el equipo empleados para irradiar los alimentos, los requisitos en materia de salud y de seguridad que hay que tener en cuenta y el conjunto de problemas que son exclusivos de este método sitúan a la irradiación en una categoría propia. A fin de entender la irradiación en comparación con los métodos clásicos de tratamiento de alimentos, empezaremos por hacer un breve y sencillo repaso del proceso y de cómo funciona. (OMS/FAO, 1989) 2.1. RADIACIÓN IONIZANTE. Muchos de los métodos tradicionales de conservación de alimentos consumen energía en una u otra forma: por ejemplo, el calor empleado para el envasado y la desecación al sol. La irradiación de alimentos emplea una forma particular de energía electromagnética, la de la radiación ionizante. Los rayos X, que son una forma de radiación ionizante, se descubrieron en 1895. La radiactividad y las radiaciones ionizantes asociadas (los rayos alfa, beta y gamma) se descubrieron al año siguiente. (La expresión “radiación ionizante” se utiliza para calificar a todas estas radiaciones que provocan en el material irradiado la aparición de partículas eléctricamente cargadas, denominadas iones.) (OMS/FAO, 1989) 2.1.1. RAYOS X. Son ondas electromagnéticas penetrantes que se originan en el interior de un tubo de vacío mediante el bombardeo con rayos catódicos (electrones de alta velocidad) de un electrodo de un metal pesado. En la actualidad no es rentable su empleo en la industria alimentaria debido a su poca eficacia y elevado costo para obtenerlos, ya que al generarlos se aprovecha alrededor del 3 al 5% de la energía electrónica aplicada. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) 10

2.1.2. RAYOS GAMMA. Son similares a los rayos X, es decir, emiten una radiación de tipo análoga, radiación electromagnética de pequeña longitud de onda, con la diferencia de que son emitidos por productos secundarios resultantes de la fisión atómica, o proceden de isótopos radiactivos de estos productos secundarios, por lo que es ésta la forma de radiación más barata para la conservación de alimentos. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) 2.1.3. RAYOS BETA. Son flujos de electrones (Partículas Beta) emitidos por material radiactivo. Los electrones son desviados por campos eléctricos y magnéticos. Su poder de penetración depende de la velocidad con la cual inciden en el electrodo: cuanto mayor es la carga de los electrones, tanto mayor es su poder de penetración. Los rayos catódicos son los mismos, excepto que son emitidos por el cátodo de un tubo de vacío. (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001) A principios de los años cuarenta, los progresos realizados en dos sectores concretos hicieron posible la producción económica de fuentes de radiación ionizante en las cantidades requeridas para el tratamiento industrial de los alimentos.

Por

un

lado,

construyeron

y

perfeccionaron

aparatos,

principalmente aceleradores de electrones, que podían generar radiación ionizante en cantidades sin precedentes y a un costo aceptable. La otra fuente de descubrimientos fue el estudio de la fisión atómica, que producía no sólo energía nuclear sino también productos de la fisión, como el cesio 137, que en sí mismos eran fuentes de radiaciones ionizantes. El descubrimiento de que era posible hacer radiactivos ciertos elementos, llevó a producir otras fuentes de rayos gamma, como el cobalto 60. Estos avances estimularon el interés por la irradiación de alimentos. Las investigaciones en las que se usaron estas nuevas fuentes de energía demostraron con claridad creciente que las radiaciones ionizantes tenían, cuando menos, el potencial

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de convertirse en un arma eficaz en la batalla contra la pérdida evitable de alimentos y las enfermedades transmitidas por ellos. (OMS/FAO, 1989) 2.2. USO DE LA IRRADIACIÓN EN ALIMENTOS. La irradiación somete a los alimentos a energía ionizante durante un tiempo específico, dependiendo del propósito del tratamiento. Dicho tratamiento complementa las buenas prácticas de manufactura y aumenta la seguridad general de los alimentos. (Bruhn, 2004) Los alimentos se irradian en una instalación procesadora especial donde se exponen a un haz de electrones, o rayos x, generado por electricidad o rayos gama producidos a partir de cobalto 60. Los alimentos son monitoreados para asegurar un nivel exacto de tratamiento. (Bruhn, 2004) La irradiación mejora la seguridad y calidad de los alimentos. Aunque el abastecimiento de alimentos ha alcanzado un alto nivel de seguridad, existen riesgos. Los centros para el control y la prevención de enfermedades estiman que 76 millones de casos de enfermedad, 325 000 hospitalizaciones y 5 000 muertes ocurren cada año debido a enfermedades alimentarias. Aunque todos corremos el riesgo, los niños, personas mayores de 55 años, diabéticas, o individuos con deficiencias inmunológicas son especialmente vulnerables. (Bruhn, 2004) La irradiación proporciona protección contra enfermedades alimentarias que no se pueden obtener por otros medios. Aun cuando la carne, aves y huevos se preparan bajo las medidas sanitarias más avanzadas posibles, pueden estar presentes bacterias dañinas. La irradiación proporciona al consumidor una protección adicional, destruyendo 99.9% o más de E. coli, Salmonella, Campylobacter, Listeria y otras bacterias nocivas que puedan estar presentes en alimentos crudos. (Bruhn, 2004) Frutas tropicales de muy buena calidad pueden enviarse a cualquier país gracias a que la irradiación destruye moscas de la fruta nocivas, como la mosca mediterránea, antes de que se conviertan en una plaga. (Bruhn, 2004)

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La irradiación aumenta la vida útil de varios alimentos frescos ya que retarda la maduración de las frutas y evita que las papas y cebollas germinen. Las especias e hierbas han sido fumigadas para mayor seguridad. La irradiación puede sustituir la fumigación química, produciendo especias e hierbas seguras y de alta calidad. (Bruhn, 2004) La administración de alimentos y medicamentos de EE.UU (FDA) aprobó el uso de la irradiación para aumentar la seguridad de germinados frescos, ya que es capaz de destruir las bacterias nocivas que pueden encontrarse bajo la semilla del germinado. La FDA quizá también autorice pronto la irradiación de carnes frías y otros alimentos listos para consumirse, ya que ese proceso puede incrementar la seguridad de dichos alimentos perecederos pre empacados. (Bruhn, 2004)

Figura 1. Papas irradiadas y papas no irradiadas a los seis meses de almacenamiento Fuente: (OMS/FAO, 1989) 13

2.3. PROCESO DE IRRADIACIÓN. Durante el proceso de irradiación se expone el alimento a la fuente de energía de manera que absorba una dosis precisa y específica. Para hacerlo, es necesario conocer la producción de energía de la fuente por unidad de tiempo, disponer de una relación espacial definida entre la fuente y el material irradiado, y exponer el material durante un periodo de tiempo determinado. La dosis de radiación ordinariamente utilizada en el tratamiento de alimentos va desde 50 Gy a 10 kGy y depende del tipo de alimento tratado y del efecto que se desea conseguir. (OMS/FAO, 1989) 2.3.1. DEFINICIÓN DEL PROCESO. Definir un proceso de irradiación consiste esencialmente en fijar dos límites: el nivel de dosis mínimo y el nivel de dosis máximo para el tratamiento. Por tanto, el intervalo de dosis aceptable viene definido por el margen entre esos dos niveles de dosis. Cuando existan límites reglamentarios para un producto o una aplicación determinados, esos límites prevalecen. Por consiguiente, el proceso definido debe cumplir los límites reglamentarios que, aunque por lo general establecen una dosis máxima, para las aplicaciones fitosanitarias también establecen una dosis mínima. (OIEA, 2017) En la definición del proceso el nivel de dosis mínima es la dosis a partir de la cual se consigue una finalidad técnica definida y el nivel de dosis máxima es la dosis por encima de la cual se deteriora la calidad de alguna manera (por ejemplo, se menoscaban la integridad estructural, las propiedades funcionales o las características organolépticas, o se ponen en peligro la salubridad de los productos o la seguridad de los consumidores) (véase la figura 2). (OIEA, 2017)

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Figura 2. Justificación de los niveles de dosis mínima y máxima Fuente. (OIEA, 2017) Para controlar el proceso es necesario conocer la producción de energía de la fuente por unidad de tiempo, conocer las características físicas del equipo (distancia, fuente y producto) y exponer el alimento el tiempo necesario para que absorba la dosis deseada. La dosis a utilizar vendrá dada por el alimento a tratar y el efecto que queremos obtener (Tabla 2). (Sendra, Capellas, & Guarnís, 2001)

Tabla 2. Dosis recomendada para algunos productos Fuente: (OIEA, 2017) 15

Las instalaciones de irradiación de alimentos varían en lo relativo al diseño y a la disposición física según el uso a que se destinen, pero esencialmente existen dos tipos: el de irradiación “en tandas” y el de irradiación “continua”. En el primero, se irradia una cantidad determinada de alimentos durante un período de tiempo preciso. A continuación, la cámara en que se irradia el alimento se descarga para cargar otra tanda e irradiarla. En las instalaciones de irradiación continua, el alimento atraviesa la cámara a una velocidad controlada y calculada para garantizar que todo él recibe exactamente la dosis prevista. (OMS/FAO, 1989) Las instalaciones de irradiación por tandas son más sencillas de proyectar y de manejar que las de irradiación continua, y también son más flexibles. Puede emplearse una gama más amplia de dosis y se adaptan bien a la experimentación. Las instalaciones de irradiación continua, en cambio, se prestan mejor al tratamiento de grandes cantidades de producto, especialmente cuando se trata un solo alimento a una dosis dada. La industria alimentaria suele preferir estas últimas en parte porque permiten hacer una economía apreciable. (OMS/FAO, 1989)

Figura 3. Instalación de irradiación de alimentos en régimen continúo. Fuente. (OMS/FAO, 1989) 16

CAPITULO III EFECTOS DE LA IRRADIACION DE ALIMENTOS Toda decisión sobre la aceptabilidad de los alimentos irradiados, tanto si se trata de una elección personal del consumidor como de decisiones políticas de los gobiernos, se basa en una apreciación de los efectos que la irradiación tiene sobre el propio alimento, sobre los microorganismos y otras sustancias que pueden contaminarlo, y lo que es más importante, sobre la salud y el bienestar del consumidor. Un alimento irradiado no debe aprobarse a menos que las ventajas de la irradiación sobrepasen con mucho a sus desventajas. Y ciertamente, ni siquiera las mayores ventajas técnicas podrían justificar su aprobación si quedaran dudas en cuanto a la inocuidad. (OMS/FAO, 1989) 3.1. EFECTOS DE RADIOACTIVIDAD INDUCIDA. Si los niveles de energía son elevados, la radiación ionizante puede hacer que ciertos componentes del alimento se hagan radiactivos. Ahora bien, estas reacciones no suceden por debajo de cierto umbral de energía. Basándose en estudios experimentales y estimaciones teóricas, el Comité Mixto FAO/OIEA/OMS de Expertos en Comestibilidad de los Alimentos Irradiados recomendó en 1980 que se restringiesen las fuentes de radiación empleadas en el tratamiento de alimentos a aquellas cuyos niveles de energía se encuentran muy por debajo de los que inducen radiactividad en los alimentos tratados. (OMS/FAO, 1989) Los alimentos irradiados con arreglo a las recomendaciones del Comité no adquieren radiactividad inducida. No obstante, la composición química de los alimentos puede verse alterada por la radiación, y las autoridades responsables de evaluar la inocuidad de los alimentos irradiados han tenido que considerar la posibilidad de que alguno de los compuestos químicos formados durante la irradiación de alimentos pudiera ser nocivo. (OMS/FAO, 1989)

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3.2. EFECTOS EN LAS PROPIEDADES ORGANOLÉPTICAS. Utilizando la dosis adecuada de radiación, pueden mantenerse estas propiedades en gran medida; sin embargo, al aplicar dosis elevadas de radiación, se producen en el alimento, modificaciones del sabor, color y textura que pueden hacer al alimento inaceptable para el consumo. En general las alteraciones organolépticas producidas por irradiación se presentan a dosis menores que las necesarias para producir alteraciones nutricionales. Estas alteraciones, pueden minimizarse irradiando el alimento envasado al vacío o en atmósferas modificadas, en estado congelado o en presencia de antioxidantes. (Narvaiz, 2000) Una de las alteraciones organolépticas más características es la aparición de un olor y/o sabor típico a radiación. Esto es debido principalmente al efecto de los radicales libres sobre los lípidos y las proteínas. Este aroma es más pronunciado inmediatamente después de la irradiación y decrece e incluso desaparece durante el almacenamiento o después de cocinar el producto.

El

color

del

producto

también

puede

verse

afectado

(oscurecimiento en las carnes). En frutas y hortalizas se produce un considerable ablandamiento. Esta modificación no se presenta de inmediato, sino al cabo de varias horas e incluso días después de recibir la irradiación. (Narvaiz, 2000) 3.3. EFECTOS EN LOS MICROORGANISMOS. Los microorganismos irradiados supervivientes quedan con poca vitalidad, no habiéndose detectado aumento en la radio-resistencia ni aparición de mutaciones que den lugar a nuevos microorganismos. Los efectos microbiológicos son comparables a los que causa la aplicación de los procesos habituales de conservación de alimentos (Teufel, 1983). En general, las bacterias Gram negativas son más sensibles a las radiaciones que las Gram positivas y todas ellas más sensibles que las formas esporuladas de bacterias, los mohos y los virus (Couvercelle, 1989)

18

Tabla 3. Dosis para la eliminación de microorganismos. Fuente. (Couvercelle, 1989) La irradiación puede eliminar los microorganismos alteradores pero no enmascarar el mal olor y aspecto de un alimento ya alterado. Las dosis generalmente recomendadas para alimentos no permiten la destrucción total de microorganismos. Una desventaja frente a los tratamientos térmicos es que no se inactivan las enzimas y por tanto siempre que se pueda convendría combinar con un tratamiento de escaldado. La mayor potencialidad de la irradiación es su combinación con otros tratamientos, por ejemplo: tratamientos térmicos moderados, atmósferas modificadas o sales curantes. (Barbosa 1998). 3.4. EFECTOS EN LOS FACTORES NUTRICIONALES. El proceso de irradiación aumenta pocos grados la temperatura del alimento, por esto, las pérdidas de nutrientes son muy pequeñas y en la mayoría de los casos, son menores a las que se producen por otros métodos de conservación como ser el enlatado, desecado, y pasteurización o esterilización por calor. Los nutrientes más sensibles a la irradiación, se corresponden con los también más sensibles a los tratamientos térmicos, el ácido ascórbico, la vitamina B1 y la vitamina E. Estas pérdidas, al igual que la de ácidos grasos esenciales, pueden minimizarse si se trabaja en un ambiente libre de oxígeno o si se irradia en estado congelado. Con respecto a los macronutrientes, no se producen alteraciones significativas. (Narvaiz, 2000) 19

CAPITULO IV APLICACIONES PRÁCTICAS DE LA IRRADIACIÓN DE ALIMENTOS Las profusas investigaciones realizadas durante los cuatro últimos decenios han confirmado el valor y la inocuidad de las radiaciones ionizantes como medio de tratamiento de alimentos. Sin embargo, es evidente que su utilidad potencial sólo puede hacerse real si se aplica la técnica. (OMS/FAO, 1989) 4.1. DETERIORO DE ALIMENTOS. Según la dosis absorbida, la irradiación resulta eficaz como método para reducir las pérdidas en una gama de alimentos tras su recolección. Las dosis de irradiación bajas (0.05 a 0,15 kGy) son eficaces para inhibir la germinación, que es la causa más importante de deterioro de cultivos como la papa, la cebolla y el ajo. La irradiación es un buen sustituto de los inhibidores de germinación químicos que no siempre resultan eficaces en las condiciones tropicales. Por ejemplo, es el único método eficaz para reducir las pérdidas en la papa almacenada debidas a la germinación. También hace menos necesaria la refrigeración para almacenar estos cultivos, ya que los productos irradiados pueden almacenarse a temperatura ambiente o fría (10°C a 15°C), en lugar de a bajas temperaturas (0°C a 2°C) para reducir las pérdidas que provocan los microorganismos dañinos. (OMS/FAO, 1989) Es posible retardar la maduración y el deterioro de frutas y hortalizas como el mango, la papaya, las setas y el espárrago, con una dosis de irradiación baja de cerca de 1 kGy, prolongando así su período de conservación. Combinando la irradiación con un termo tratamiento suave, por ejemplo, la inmersión en agua caliente (50°C durante 5 minutos), se puede retardar la maduración y combatir las enfermedades de frutas como el mango y la papaya. (Paisan Loaharanu, 1994) La mayor parte de los microorganismos que dañan la carne, el pescado y los productos del mar son relativamente vulnerables a la irradiación en dosis bajas. Por lo tanto, la irradiación de estos productos con dosis de 1 a 5 kGy tras

un

envase

adecuado

disminuye

considerablemente

los

microorganismos dañinos. Si a esto se añade un almacenamiento adecuado 20

en refrigeración, el período de conservación de estos productos puede prolongarse sobremanera. (Paisan Loaharanu, 1994) 4.2. DESINSECTACIÓN. En cuanto a la desinsectación, la irradiación sustituye ventajosamente a los productos químicos en el caso de los granos, el pescado desecado, las frutas secas y las nueces. Una dosis de 0,25 a 0,5 kGy puede limitar la infestación por prácticamente todas las especies de insectos en los productos almacenados. La irradiación es económicamente ventajosa como lo demuestran los dos grandes irradiadores de electrones del puerto de Odesa, Ucrania, donde se tratan unas 400 000 toneladas de granos al año. (Paisan Loaharanu, 1994) El pescado curado y desecado representa una importante fuente de proteína animal para las poblaciones de muchos países en desarrollo de África y Asia. Varias especies de insectos suelen infestar estos productos durante el secado al sol y el almacenamiento. En varios países se siguen utilizando los insecticidas para luchar contra la infestación por insectos de estos productos. La irradiación de pescado desecado convenientemente envasado con una dosis de 0,5 kGy es un sustituto atractivo y libre de residuos para el control químico de insectos que atacan estos productos. (Paisan Loaharanu, 1994) 4.3. SEGURIDAD E HIGIENE. Las especias y los aderezos para hortalizas secas tienen que ser tratados según las especificaciones microbiológicas de los fabricantes de alimentos antes de añadirlos a alimentos elaborados como salchichas, carnes enlatadas, sopas, salsas y aderezos para ensaladas. (Paisan Loaharanu, 1994) Sin embargo, la fumigación con óxido de etileno. Muy extendida, se combate ahora por razones de salud y seguridad. La irradiación está reemplazándola paulatinamente, sobre todo en la Comunidad Europea (donde en 1991 se prohibió la fumigación con óxido de etileno) y en sus países asociados. La aplicación de irradiaciones para garantizar que la calidad higiénica de las 21

especias sea aceptable ha aumentado notablemente en los últimos años, es decir, de menos de 10 000 toneladas antes de 1990 a más de 20 000 en 1993. La mayor parte de la irradiación comercial de especias y aderezos para hortalizas se realiza en países adelantados como los Países Bajos, Francia, Bélgica, los Estados Unidos y Sudáfrica. Los países en desarrollo que producen y exportan esos productos se beneficiarían si comenzaran a irradiarlos. (Paisan Loaharanu, 1994) 4.4. COMERCIO DE ALIMENTOS. Pese a la amplia variedad y las grandes cantidades de frutas y hortalizas que se producen en los países en desarrollo, sólo unas pocas frutas tropicales (como el mango, la papaya y el anís estrellado) se comercian con los países adelantados. Algunos de estos países, entre ellos los Estados Unidos, Australia, el Japón y Nueva Zelandia, tienen estrictas reglamentaciones de protección a las plantas y cuarentena que prohíben la entrada de frutas y hortalizas procedentes de países con plagas endémicas objeto de cuarentena, en particular la mosca de la fruta de la familia Tephritidae. Los productos frescos de estos países tienen que ser sometidos a tratamientos autorizados antes de su importación. (Paisan Loaharanu, 1994) La irradiación (dosis mínima de 0,15 kGy) es el tratamiento que mejor cumple con las reglamentaciones de cuarentena. Una baja dosis proporciona protección de cuarentena efectiva contra todas las especies de la mosca de la fruta sin dañar la calidad de la mayoría de las frutas y hortalizas. La irradiación como tratamiento de cuarentena para frutas y hortalizas frescas ha recibido la aprobación de organizaciones regionales de protección a las plantas, entre las que figuran la North American Plant Protection Organization, la Organización Europea de Protección a las Plantas y la Comisión de Asia y el Pacífico de Protección a las Plantas. (Paisan Loaharanu, 1994)

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4.5. COSTOS DE REFRIGERACIÓN. La moderna tecnología de congelación propicia no sólo un amplio comercio de alimentos perecederos (especialmente de origen animal) sino también permite que éstos conserven la mayoría de sus propiedades originales. En virtud del Protocolo de Montreal, los refrigerantes de uso más generalizado, los hidrocarburos clorofluorados (CFC), no podrán ser adquiridos por la industria de refrigeración en el año 2000. Aunque existen refrigerantes sustitutivos, la prohibición de los CFC podría aumentar los costos de refrigeración, que la mayoría de los países en desarrollo encontrarían cada vez más onerosos. (Paisan Loaharanu, 1994) Los países en desarrollo tendrán que buscar opciones convenientes y tecnologías que, en general, reduzcan su dependencia de la refrigeración. La irradiación brinda buenas posibilidades de reducir el uso de la refrigeración en relación con una diversidad de productos alimenticios, si se aplica junto con otras tecnologías de conservación de alimentos. En los últimos años se han obtenido algunos productos semideshidratados de frutas con excelentes propiedades sensoriales que se han comercializado con éxito en Francia. En algunos países de Asia el pescado desecado irradiado se ha probado con buenos resultados en el mercado. Los Laboratorios Natick del Ejército de los Estados Unidos han producido carne, aves y productos del mar esterilizados por irradiación que han consumido mucho los astronautas desde comienzos de los años setenta. (Paisan Loaharanu, 1994) El uso de productos con períodos de conservación estables, entre ellos los que se obtienen mediante el tratamiento por irradiación, será muy apreciable para los países en desarrollo, en particular para los que no pueden permitirse el lujo de hacer inversiones en la cadena de frío para la distribución de alimentos (Paisan Loaharanu, 1994) 4.6. ACEPTACIÓN DE ALIMENTOS IRRADIADOS. Al parecer en la industria alimentaria, las organizaciones de consumidores, e incluso los gobiernos, existe la idea de que los consumidores estarían 23

renuentes a comprar y consumir alimentos irradiados. De hecho, parecen corroborar este criterio varias encuestas de consumidores realizadas por distintas organizaciones, sobre todo en el decenio de 1980 cuando algunos países occidentales introducían reglamentaciones que autorizaban el uso de la irradiación de alimentos. (Paisan Loaharanu, 1994) Sin embargo, cabe señalar que en el último decenio los consumidores han estado expuestos a la información engañosa de algunos autodenominados "grupos de consumidores" que se oponen a la introducción de la irradiación de alimentos. Sus declaraciones sensacionalistas respecto de los "efectos nocivos" de los alimentos irradiados eran destacados con frecuencia en las noticias de los medios de difusión. A raíz del accidente de Chernobil en 1986, el público se confundió aún más al comparar la contaminación de los alimentos por radio nucleídos en la cadena alimentaria con la irradiación de alimentos para su conservación. (Paisan Loaharanu, 1994) Afortunadamente, desde mediados del decenio de 1980 en los países adelantados y en desarrollo se hicieron pruebas de mercado con alimentos irradiados. Estas pruebas, junto con la atinada difusión de información sobre estos alimentos, han contribuido a que los consumidores conozcan mucho mejor la inocuidad, los beneficios y las limitaciones de esta tecnología. Una gama de alimentos irradiados como, por ejemplo, cebollas, patatas, ajos, mangos, papayas, fresas, pescado desecado y salchichas de cerdo fermentadas se pusieron a la venta con etiquetas que indicaban que habían recibido tratamiento por irradiación, casi siempre al lado de alimentos semejantes no irradiados. (Paisan Loaharanu, 1994) El resultado positivo de las pruebas de mercado fue impresionante: los consumidores no sólo estuvieron dispuestos a comprar los alimentos irradiados, sino que mostraron una marcada preferencia por ellos en comparación con los no irradiados. Los principales factores que indujeron a los consumidores a comprar más alimentos irradiados parece ser la calidad o la inocuidad, Eso quiere decir que cuando a los consumidores se les ofrecen alimentos irradiados con la información adecuada, éstos desean comprarlos. (Paisan Loaharanu, 1994) 24

Tabla 4. Pruebas de mercado de los alimentos irradiados Fuente. (Paisan Loaharanu, 1994) 25

CAPITULO V LEGISLACIÓN, INSPECCIÓN Y ETIQUETADO DE LA IRRADIACIÓN DE ALIMENTOS Aunque todo método de procesamiento de alimentos origina algún cambio en la naturaleza del alimento que a veces puede tener consecuencias para el consumidor, está claro que los alimentos irradiados son sanos y que su consumo como parte de la dieta carece por completo de efectos nocivos. (OMS/FAO, 1989) Por lo que respecta a los trabajadores de la industria alimentaria, la irradiación no plantea más riesgos que otras tecnologías de tratamiento de alimentos. Efectivamente, la irradiación es más segura que algunos métodos de procesamiento en los que intervienen sustancias peligrosas, como los fumigantes para la desinsectación. (OMS/FAO, 1989) A fin de garantizar el grado necesario de seguridad, los gobiernos deben poner en vigor reglamentos relativos tanto al alimento irradiado como a las instalaciones de irradiación. Los organismos de reglamentación deben determinar cuáles son los alimentos que pueden irradiarse y con qué propósito concreto, y deben establecer la cantidad precisa de radiación que puede utilizarse en el procesamiento de cada tipo de alimento para conseguir el efecto deseado. (OMS/FAO, 1989) 5.1. COMUNIDAD EUROPEA. Las Directivas 1999/2/EC y 1999/3/EC del Parlamento Europeo y del Consejo establecen las condiciones para autorizar la irradiación de alimentos, los aspectos generales y técnicos para llevar a cabo el proceso y para rotular los productos, así como una lista de productos en los cuales se autoriza la irradiación. (SERNAC, 2004) El tratamiento con energía ionizante de un alimento específico sólo puede ser autorizado si: (1) hay una necesidad tecnológica razonable, (2) no presenta peligro para la salud, (3) resulta en beneficio para los consumidores

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y (4) no se usa como sustituto de prácticas de higiene y salud, de buena manufactura o de práctica agrícola. (SERNAC, 2004) La lista de productos autorizados para ser irradiados dentro de toda la Unión Europea comprende una sola categoría de alimentos: hierbas aromáticas secas, especias y condimentos vegetales. (SERNAC, 2004) El Comité Científico de la Alimentación (SCF) de la Comisión Europea ha opinado favorablemente sobre la irradiación de frutas, vegetales, cereales, tubérculos, pescado, marisco, carne fresca, pollo, productos derivados de la sangre, clara de huevo y ancas de rana, entre otros. (SERNAC, 2004) Por su parte, el Real Decreto 348/2001 de España admite el listado de productos señalado más arriba, aunque otros Estados miembros de la Comunidad, como Francia, Holanda, Bélgica, Italia o el Reino Unido, tienen autorizado irradiar toda una serie de alimentos o ingredientes alimentarios que van más allá de la categoría aprobada por la Directiva. Francia es el Estado miembro con más productos autorizados, entre los que se incluye cebolla, ajo, aves de corral, carne de pollo y gambas congeladas. En el Reino Unido se incluyen, también, pescados y mariscos. (SERNAC, 2004) 5.2. EE.UU. En los Estados Unidos, las reglamentaciones sobre alimentos permiten el uso de la irradiación en el trigo y la harina de trigo, en las papas, en 38 especias y condimentos, y en frutas frescas. La irradiación también tiene otros usos regulados por la FDA (Food and Drug Administration) que no están relacionados con los alimentos: se la utiliza en la esterilización de productos médicos (como, por ejemplo, guantes quirúrgicos, vendas y gasas), en la destrucción de bacterias en los cosméticos, en la fabricación de revestimientos antiadherentes para utensilios de cocina, y se la usa también para hacer que los neumáticos duren más. (SERNAC, 2004) La FDA en julio de 1985 emitió normas para permitir la irradiación de cerdo para el control de la triquina. En mayo de 1990 declaró a la irradiación como

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un método seguro para ser usado en aves y en 1997 en las carnes de vacuno, de cerdo y de cordero. (SERNAC, 2004) 5.3. LATINOAMÉRICA. El estado actual de la irradiación de alimentos en algunos países de América Latina es el siguiente: 5.3.1. ARGENTINA. Comenzó sus actividades en 1970 y tiene tres instalaciones de irradiación alimentaria, situadas en Buenos Aires y Salta. El Código Alimentario Argentino (Ley Nº18284/69, Decreto Nº2126/71) autoriza la utilización de la irradiación en nueve productos: papas, cebollas, ajos, frutillas, frutas secas, hongos, espárragos, frutas y vegetales desecados o deshidratados, y especias y condimentos vegetales. (SERNAC, 2004) 5.3.2. BRASIL. La legislación brasileña y los tratos comerciales han fomentado el desarrollo de un mercado de alimentos irradiados. El gobierno brasileño ha aprobado 117 tipos de alimentos (incluida la categoría de “todo alimento”) para ser sometidos al proceso de irradiación, por cualquier razón y en cualquier dosis. Esto significa que Brasil cuenta con mayor aprobación del proceso de irradiación que cualquier país del mundo, aparte de tener las leyes más liberales en cuanto a dosis. (SERNAC, 2004) Brasil ha realizado actividades de irradiación alimentaria desde 1985. Cuenta actualmente con ocho instalaciones y otras 22 más en estado de planificación o construcción. (SERNAC, 2004) 5.3.3. CHILE. Chile es uno de los países que, como Holanda, Bélgica, Sudáfrica y Hungría, entre otros, tiene plantas de irradiación multipropósito que están operando comercialmente, dedicadas a la esterilización de 28

productos médicos desechables y también de algunos alimentos. (SERNAC, 2004) La aplicación de la radiación ionizante como método de preservación de alimentos comienza en Chile a fines de 1982, cuando el Ministerio de Salud autoriza a la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) a usar la energía ionizante como un método más de preservación de alimentos. Se aplica desde entonces esta tecnología a nivel semi comercial en productos como papas, especias y otros. (SERNAC, 2004) 5.3.4. CUBA. Comenzó actividades en 1987, cuando se inauguró la planta industrial de irradiación de alimentos, convirtiendo a Cuba en una de las diez naciones del mundo con capacidad de hacerlo industrialmente. (SERNAC, 2004) Tiene un establecimiento para este fin en La Habana y ha aprobado el proceso en 18 categorías de alimentos. (SERNAC, 2004) 5.3.5. MÉXICO. Tiene tres instalaciones de irradiación alimentaria y ha aprobado el proceso en 64 categorías de alimentos. Se construyó la primera planta de irradiación en 1988 para el tratamiento de especias, alimentos secos, frutas, hortalizas y productos médicos. (SERNAC, 2004) La norma oficial mexicana NOM-033-SSA1-1993 establece las dosis de aplicación permitidas en el proceso de irradiación de alimentos, materias primas y aditivos para alimentos y señala que en el etiquetado debe aparecer el símbolo internacional de irradiación de alimentos. (SERNAC, 2004)

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5.3.6. PERÚ. En el Perú se abrió en 1996 un establecimiento de irradiación alimentaria, donde se irradian especias, aditivos y piensos. (SERNAC, 2004) La Planta de Irradiación Multiuso, ubicada en el distrito de Santa Anita en Lima, se dedica de manera exclusiva a descontaminar alimentos con fuentes de Cobalto 60. (SERNAC, 2004) A fin de garantizar el grado necesario de seguridad, los gobiernos deben poner en vigor reglamentos relativos tanto al alimento irradiado como a las instalaciones de irradiación. Los organismos de reglamentación deben determinar cuáles son los alimentos que pueden irradiarse y con qué propósito concreto, y deben establecer la cantidad precisa de radiación que puede utilizarse en el procesamiento de cada tipo de alimento para conseguir el efecto deseado. Los organismos de reglamentación deben prescribir el tipo de información sobre el proceso que debe figurar en la etiqueta de los alimentos irradiados. (OMS/FAO, 1989) 5.4. ETIQUETADO. Uno de los aspectos más controvertidos en relación con la producción comercial de los alimentos tratados con energía ionizante es el etiquetado. (Alcérreca Sánchez, 2001) El JECFI concluyó que no hay razón científica válida para identificar con una etiqueta a nivel del público consumidor los alimentos irradiados, ya que tampoco se requiere para los otros procesos usados comúnmente. (WHO, 1981). Sin embargo, el comité de etiquetado de la JECFI está trabajando para normar la uniformidad del etiquetado entre aproximadamente 130 países miembros del Codex, incluyendo a Canadá y los Estados Unidos, a fin de facilitar el comercio internacional. (Alcérreca Sánchez, 2001) Como normatividad en Canadá y los Estados Unidos (Food and Drug Administration, FDA), los productos irradiados que se venden en pre empaque o a granel deben identificarse usando el símbolo internacional de 30

irradiación y requieren además la leyenda Tratado con radiación, Tratado por radiación o Irradiado. En la misma etiqueta, se pueden incluir otras leyendas que expliquen el motivo de la irradiación o los beneficios. (Alcérreca Sánchez, 2001) El propósito del etiquetado es brindar información a los consumidores para favorecer la elección de productos irradiados y no advertirle sobre el uso de los mismos. En realidad en algunos países la etiqueta de irradiación se ha convertido en un símbolo de alta calidad para los productos tratados con este proceso. Si los ingredientes irradiados representan el 10% o más del producto terminado, estos deberán ser incluidos como “irradiados” en la lista de ingredientes. En caso contrario, no se requiere de etiquetado. Los alimentos que han sido sometidos a tratamiento de irradiación tienen que identificarse como tales. (Alcérreca Sánchez, 2001) A continuación se muestra el símbolo internacional de irradiación conocido como Radura, que se utiliza para identificar los alimentos que han sido irradiados. Los pétalos representan el alimento, el círculo central la fuente de radiación y el círculo ranurado ilustra los rayos que emanan de la fuente de energía. (Alcérreca Sánchez, 2001)

Figura 4. Símbolo internacional de los alimentos irradiados. Fuente. (Alcérreca Sánchez, 2001) 31

CONCLUSIONES 1. La irradiación no reemplaza a los procedimientos correctos de producción y manipulación de los alimentos. Por esto, la manipulación de los alimentos tratados con radiación, debe llevarse a cabo bajo las mismas normas de seguridad utilizadas para cualquier otro tipo de alimento. Este procedimiento, no es ideal para todos los alimentos, como sucede con la leche u otros productos con un alto contenido de agua. En este sentido, esta técnica tampoco puede mejorar la calidad de alimentos que no son frescos, ni tampoco prevenir contaminaciones que ocurran luego de la irradiación. 2. Esta tecnología ha sido aprobada y respaldada por organismos internacionales encargados de velar por la salud de la población, tales como la FAO/OMS, el Comité Científico de la Alimentación (SCF) de la Comisión Europea y la FDA (Food and Drug Administration). 3. Si bien la irradiación de alimentos ha sido aprobada por la autoridad sanitaria de alrededor de 40 países y se está utilizando activamente con fines comerciales, existe desconocimiento de su técnica y temor de los consumidores frente a los procesos relacionados con la energía nuclear. Se deben dejar de lado dichas aprensiones, ya que la demostración de su inocuidad está respaldada por décadas de investigación, que aseguran que la irradiación de los alimentos hasta una dosis media global de 10 kGy no crea problemas especiales de orden nutricional o microbiológico, sin que existan a la fecha estudios científicos que demuestren lo contrario. 4. Entendemos que la irradiación de los alimentos no es un proceso milagroso, pero es muy útil para mejorar la seguridad de algunos alimentos, siempre y cuando se utilice adecuadamente. Esto es particularmente cierto en el caso de poblaciones que presentan una mayor sensibilidad a los patógenos transmitidos por los alimentos, como son los bebes, las mujeres embarazadas, los ancianos, los pacientes de todas las edades que presentan un sistema inmune débil.

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BIBLIOGRAFIA Alcérreca Sánchez, M. (2001). La irradiación de alimentos, su normativa y etiquetado. Madrid: Entorno Nuclear. Barbosa (1998): Alimentos irradiados: prevención de los alimentos. New York. Marcel Dekker. Bruhn, C. M. (2004). Preguntas frecuentes sobre la irradiación de los alimentos. Universidad de California: División de agricultura y recursos naturales. Couvercelle (1989): Radiación de los productos alimentarios. París. Chim. Fernandéz Peruchena, C. M. (2007). Irradiación de alimentos. México. Tecnología. Loaharanu, P. (1989): Viaje internacional de alimentos irradiados: Estado regional y del mundo. Tecnología de alimentos. Mossel, D. A. (1990): Irradiación de alimentos. Algunas medidas dirigidas a procurar la protección del consumidor frente a las infecciones entéricas alimentarias a lo largo de la cadena de producción de los alimentos de origen animal. Alimentaria. Narvaiz, P. (2000). Irradiación de los Alimentos. Nutrinfo. Madrid Sendra, E., Capellas, M., & Guarnís, B. (2001). Alimentos irradiados. Arbor. SERNAC. (2004). Irradiación de Alimentos. Información al consumidor sobre el significado del tratamiento con energía ionizante. Santigo de Chile: SERNAC. OIEA. (2017). Manual de buenas prácticas para la irradiación de alimentos. Viena: OIEA. Olson, D.G. (1998): Irradiación de alimentos. Tecnología de alimentos. OMS/FAO. (1989). La irradiación de los alimentos. Organización Mundial de la Salud. Ginebra: OMS/FAO. Paisan Loaharanu. (1994). La irradiación de alimentos en los países en desarrollo: Una opción práctica. Viena: OIEA. Teufel. (1983): Aspectos microbiologicos en la irradiacion de alimentos: Avances recientes en la irradiacion de alimentos. Amsterdam: Elsevier.

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