UNIDAD 2 CATEDRA II

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉ

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA UNEFA NÚCLEO MIRANDA SEDE LOS TEQUES CONTADURIA PUBLICA N 6TO SEMESTRE CATEDRA BOLIVARIANA II UNIDAD II DUBRASKA CARMONA 20.748.972 Camino a la Inmortalidad. La enfermedad que tuvo el Libertador a lo largo de su vida y las muchas crisis que presentó en los últimos años de ella sin duda tuvieron que influir en alguna forma en el desarrollo de las guerras de la independencia, el nacimiento de la república y tal vez mucho más, en la evolución de los hechos que llevaron a la desintegración de su obra política. Para conocer la secuencia y evolución clínica de su enfermedad se ha tomado fielmente la mayor información posible de los diversos autores citados, representativos de la inmensa bibliografía que hay sobre el Libertador, transcribiendo casi textualmente muchos de sus textos. En forma somera hemos tenido el cuidado de relacionar los períodos de su enfermedad con el contexto histórico que se vivía en ese momento, sin embargo no pretendemos realizar una investigación histórica exhaustiva. Intentamos construir y estructurar el conocimiento de la historia clínica y relacionarlo con la información que conocemos de sus últimos momentos y de la autopsia del hombre más grande íntimamente ligado a la historia de nuestra América. Viaje a Santa Marta Renuncia y Muere.  El 7 de Mayo Bolívar sale de Bogotá. No puede regresar a Venezuela, incluso teme por el Gobierno de Páez le incauté las minas de Aroa, hacienda de sus padres. Por ahora su destino es la costa. Quiere descansar un poco para reponer su quebrantada salud. Si mejora y le conceden el sueldo el ex - Presidente se residencia en Europa. En Cartagena recibe una noticia que le acelera el corazón. El Mariscal Sucre ha sido asesinado traidoramente. Bolívar no encuentra palabras ni lagrimas para tanto dolor. Llora como un niño y se ve en este crimen una cruel venganza de sus enemigos. Los asesinos sabían muy bien que Sucre era el sucesor legítimo de Bolívar, el único que todavía podía restaurar la unidad Gran Colombiano. Mientras tanto el gobierno del Presidente Mosquera se hunde. Cada soldado se hace General y todos se creen con derecho a sublevarse. A los 3 meses le sucede el Vice - Presidente Caicedo. Apenas toma el mando le sustituye una insurrección militar. Urdaneta se alza con el poder pero decide que vuelva Bolívar. Es el único que aún puede unir y evitar la Guerra. El Libertador escucha a los emisarios. Le duele el caos total. Tengo la obligación de salvar a la patria como cualquier soldado. Ofrezco por los sacrificios de que soy capaz. Pero no veo todavía que mi regreso aplaque a los revoltosos. No puedo aceptar otra vez la Presidencia sin el consentimiento de unas elecciones. En los últimos meses de su vida Bolívar fue tan humano como nunca lo había sido. Bolívar siempre cuerdo, siempre lúcido, siempre atento

al desarrollo de la patria que el fundó. Le duele tener que proclamar ¡”He Arado en el Mar"...! Le duelen las columnas de quienes el honró. Le duele la falta de piedad y cariño de quienes creyó podrían ahora amarle o al menos respetarle. Le duele morir huérfano de amor después de haber dado integra su vida por la igualdad, la libertad y la justicia en América. La enfermedad está bastante avanzada, los medios le envían a Santa Marta y llega a la Hacienda San Pedro Alejandrino y su dueño le ofrece la casa."Reciba usted por esta generosidad, las gracias más expresivas de mi parte. ... yo pienso seguir por allá y desde luego hoy acepto seguir por allá y desde luego hoy acepto la oferta de usted, aunque sea por unos pocos días" .El médico que asiste a Bolívar el Dr. Reverend, escribe a principios de Diciembre. "El enfermo disimula los padecimientos, pues sólo ha algunos quejidos. Se le nota un sensible entorpecimiento de sus facultades mentales". La última proclama.  El 10 de diciembre de 1830 es el día de la última proclama del Libertador, dictada desde su lecho de moribundo. Firmó el testamento y recibió los Santos Sacramentos de manos del humilde cura de la aldea de Mamatoco, quien llegó en la noche con sus acólitos y varios indígenas.  Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José Laurencio Silva, Mariano Montilla, Joaquín de Mier, Ujueta, Fernando Bolívar, etc., el notario Catalino Noguera empezó a leer el histórico documento, pero apenas llegó a la mitad, porque la emoción y el dolor le ahogaron la voz. Continuó la lectura Manuel Recuero. La última Proclama dice así: A los pueblos de Colombia: Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales. ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro. Testamento de Bolívar.  El testamento de su excelencia El Libertador de Colombia General Simón Bolívar es el documento mediante el cual el Libertador Simón Bolívar declaró su última voluntad antes de fallecer el 17 de diciembre de 1830. Fue dictado en Santa Marta, Colombia, el 10 de diciembre, el mismo día en que dictó su última proclama y recibió los sacramentos por parte del Obispo de Santa Marta José María Esteves,1 y fue firmado por Bolívar y el escribano José Catalino Noguera al día siguiente.2 El

original consta de 4 páginas manuscritas por ambas caras y estuvo archivado en una notaría de Santa Marta hasta que fue robado por desconocidos quienes lo vendieron al gobierno venezolano. El presidente Marcos Pérez Jiménez lo restituyó a Colombia donde fue depositado en un banco por la Sociedad Bolivariana hasta que dicha institución lo donó al Museo Nacional de Colombia el 24 de junio de 1960.3  El documento está constituido por catorce cláusulas en las que Bolívar declara u ordena elementos de diversa índole, incluyendo su creencia en Dios y la Iglesia Católica, sus bienes y su destino (las tierras y Minas de Aroa...y unas alhajas), que se paguen sus deudas y la donación de dos libros que fueron propiedad de Napoleón a la Universidad de Caracas. También ordena una remuneración para su mayordomo José Palacios, que se quemen algunos documentos, nombra sus albaceas, y divide lo que queda de sus bienes en tres partes: una para cada hermana María Antonia y Juana. La tercera para sus sobrinos: Juan, Felicia y Fernando Bolívar, para que lo "disfruten con la bendición de Dios. Santa Marta, 10 de diciembre de 1830  En nombre de Dios todo Poderoso. Amén. Yo, Simón Bolívar, Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad de Caracas en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los señores Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, difuntos, vecinos que fueron de dicha ciudad, hallándome gravemente enfermo, pero en mi entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, creyendo y confesando como firmemente creo y confieso el alto y soberano misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo tres personas distintas y un solo Dios verdadero, y en todos los demás misterios que cree, predica y enseña nuestra Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana, bajo cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir hasta la muerte, como Católico fiel Cristiano, para estar prevenido cuando la mía me llegue con disposición testamental, bajo la invocación divina, hago, otorgo y ordeno mi Testamento en la forma siguiente: 1. Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que de la nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, dejando a disposición de mis Albaceas el funeral y entierro, y el pago de las mandas que sean necesarias para obras pías, y estén prevenidas por el gobierno  2. Declaro: fui casado legalmente con la Sra. Teresa Toro, difunta, en cuyo matrimonio no tuvimos hijo alguno. 3. Declaro: que cuando contrajimos matrimonio, mi referida esposa, no introdujo a el ninguna dote, ni otros bienes, y yo introduje todo cuanto heredé de mis padres.  4. Declaro: que no poseo otros bienes más que las tierras y minas de Aroa, situadas en la Provincia de Carabobo, y unas alhajas que constan en el inventario que debe hallarse entre mis papeles, las cuales existen en poder del Sr. Juan de Francisco Martín vecino de Cartagena.

5. Declaro: que solamente soy deudor de cantidad de pesos a los señores Juan de Francisco Martín y Poules y Compañía, y prevengo a mis Albaceas que estén y pasen por las cuentas que dichos Señores presenten y las satisfagan de mis bienes. 6. Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República. 7. Es mi voluntad: que las dos obras que me regalo mi amigo el Sr. Gral. Wilson, y que pertenecieron antes a la biblioteca de Napoleón tituladas "El Contrato Social" de Rousseau y "El Arte Militar" de Montecuculi, se entreguen a la Universidad de Caracas. 8. Es mi voluntad: que de mis bienes se le den a mi fiel mayordomo José Palacios la cantidad de ocho mil pesos, en remuneración a sus constantes servicios. 9. Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del Sr. Pavageau, se quemen. 10. Es mi voluntad: que después de mi fallecimiento, mis restos sean depositados en la ciudad de Caracas, mi país natal.  11. Mando a mis Albaceas que la espada que me regaló el Gran Mariscal de Ayacucho, se devuelva a su viuda para que la conserve, como una prueba del amor que siempre he profesado al expresado Gran Mariscal. 12. Mando a mis Albaceas se den las gracias al Sr. Gral. Roberto Wilson por el buen comportamiento de su hijo el Coronel Belford Wilson, que tan fielmente me ha acompañado hasta los últimos momentos de mi vida. 13. Para cumplir y pagar este mi testamento y lo en el contenido, nombro por mis Albaceas testamentarios, fideicomisarios, tenedores de bienes a los Sres. Gral. Pedro Briceño Méndes, Juan de Francisco Martín, Dr. José Vargas, y el Gral. Laurencio Silva, para que de mancomún et insolidum entre en ellos, los beneficien y vendan en almoneda o fuera de ella, aunque sea pasado el año fatal de Albaceazgo pues yo les prorrogo el demás tiempo que necesiten, con libre franca, y general administración. 14. Y cumplido y pagado este mi testamento y lo en el contenido instituyo y nombro por mis únicos y universales herederos en el remanente de todos mis bienes, deudas, derechos y acciones, futuras sucesiones en el que haya sucedido y suceder pudiere, a mis hermanas María Antonia y Juana Bolívar y a los hijos de mi finado hermano Juan Vicente Bolívar, a saber, Juan, Felicia y Fernando Bolívar, con prevención de que mis bienes deberán dividirse en tres partes, las dos para mis dichas hermanas, y la otra parte para los referidos hijos de mi indicado hermano Juan Vicente, para que lo hayan, y disfruten con la bendición de Dios. Y revoco, anulo, y doy por de ningún valor ni efecto otros testamentos, codicilos, poderes y memorias que antes de este haya otorgado por escrito, de palabra o en otra forma para que no prueben ni hagan fe en juicio, ni fuera del, salvo el que presente que ahora otorgo como mi última y deliberada voluntad, o en aquella vía y forma que mas allá lugar en derecho. En cuyo testimonio así lo otorgo en esta hacienda San Pedro Alejandrino de la comprensión de la ciudad de Santa Marta a diez de diciembre de 1830.  Y su excelencia el otorgante a quien yo, infrascrito, Escribano Publico del Número certifico que conozco, y de que al parecer está en su entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, así

lo dijo, otorgó y firmó por ante mí en la casa de su habitación, y en éste mi Registro Corriente de Contratos Públicos siendo testigos los S.S.: Gral. Mariano Montilla, Gral. José María Carreño, Coronel Belford Hinton Wilson, Coronel José de la Cruz Paredes, Coronel Joaquín de Mier, Primer Comandante Juan Glenn y el Dr. Manuel Pérez Recuero, presentes. Muerte de Bolívar.  El 17 de diciembre de 1830, en la Quinta «San Pedro Alejandrino», cerca de Santa Marta (Colombia), dejó de existir el Genio de la Libertad, el más Grande Hombre de América. A la 1 en punto de la tarde, «murió el sol de Colombia», Simón Bolívar. Había recibido de manos del Cura de la aldea de Mamatoco los Santos Sacramentos. Después de haber dado libertad a tantos millones de suramericanos, Bolívar se halla en su último instante muy solo. Apenas le rodean Mariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva, Portocarrero, el edecán Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José María Carreño... El médico de cabecera Alejandro Próspero Reverend, viendo que llegaba el momento supremo los llamó y les dijo: «Señores, si queréis presenciar los últimos momentos y postrer aliento del Libertador, ya es tiempo». Pero, indudablemente, Bolívar continúa vivo en el corazón de los pueblos, en las ideas que parecen escritas para nuestros días, en las acciones que son permanente ejemplo para todos aquellos que sienten de verdad lo que es una patria redimida. El Sol de Colombia sigue brillando. Bolívar lo vivió. Destituido de todos sus cargos por la oligarquía gran colombiana asesinado, antes, su noble amigo el mariscal Sucre que ganara en los Andes, en 1824, la última batalla de la Independencia y es necesario decir que nunca se supo quién le preparó la emboscada de la muerte, fue abandonado, Bolívar, a su suerte. Camino de su destierro a Venezuela, sublevada ya ante su posible llegada porque iba precedido de la apelación de dictador, Bolívar no tuvo a su lado nada más que un grupo de amigos contados con los dedos.  Enfermo, le curaba el médico francés Alejandro Prospero Reverend. Arribado a la ciudad costeña de Santa Marta, el Libertador no encontró techo de recepción nada más que en la casa de un español: Joaquín de Mier. Ya próximo a la muerte se refugió en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Esta mansión pertenecía, también, al mismo español. En San Pedro Alejandrino pronunció aquella invocación a la ironía: "Jesucristo, Don Quijote y yo hemos sido los más insignes majaderos de este mundo". Regreso de los restos del Libertador a Venezuela.  La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus restos sean enterrados en Caracas. La traída de los restos con los honores fúnebres, y la disposición de que sean depositados en la Catedral de Caracas.

Comisión  Venezolana.  Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de la comisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el marques), Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote Manuel Cipriano Sánchez como Gran Capellán La comisión venezolana que debía recibir el féretro y fijó el 17 de diciembre la fecha de regreso a la capital. Buque Constitución.  La Constitución, nuestra nave capitana, al mando del Capitán   de fragata Juan B. Baptista, con sus velas blanquísimas, alumbradas por la Luna, iba adelante, ligera como una garza. Luego seguía nuestra embarcación, la hermosa corbeta Circe, al mando del cariñoso Sr. Jules Ricard, rompiendo las olas, majestuosa como un cisne; y a su popa, navegaba el velero bergantín El Caracas a las órdenes de Mr. Wheeler. Restos Del Libertador A Venezuela.  La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus restos sean enterrados en Caracas, tuvo que esperar doce años para que se cumpliera. En 1839 el general Carlos Soublette, encargado de la presidencia, inició tímidamente un movimiento para la repatriación. El Presidente Páez, en su segundo mandato, y debido a un clamor popular, solicitó al Congreso repatriar los restos del Padre de la Patria. Al ser aprobada la solicitud, decretó el 30 de abril de 1842, la traída de los restos con los honores fúnebres, y la disposición de que sean depositados en la Catedral de Caracas. El 12 de mayo, invitó al Poder Ejecutivo Nacional y al de la Nueva Granada y Ecuador a concurrir a la exhumación de los restos en Santa Marta. Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de la comisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el marques), Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote Manuel Cipriano Sánchez como Gran Capellán y fijó el 17 de diciembre la fecha de regreso a la capital. El general Daniel Florencio Oleary, fue comisionado para que el conocido escultor italiano Pietro Tenerani, realizara un monumento en la catedral de Caracas, (ese monumento inaugurado en 1842, fue trasladado al Panteón Nacional en 1876, cuando ingresaron allí los restos). El 13 de noviembre salió de La Guaira la comisión a bordo de la goleta Constitución debidamente acondicionada al mando del capitán de Navío Sebastián Boguier, acompañado del bergantín Caracas y de la fragata francesa Circe. Llegaron a Santa Marta el día 16. El 20 a las cinco de la tarde exhumaron los restos que se encontraban en el panteón de la familia Díaz Granados en la Catedral de Santa Marta; reconocidos por los médicos encargados de tan noble comisión entre ellos, el preclaro Dr. Alejandro Próspero Reverend (quien atendió a Bolívar desde su llegada a Santa Marta, le realizó la autopsia y lo vistió) y el ilustre Dr. Vargas. Las calles y casas de Santa Marta estaban enlutadas; la comisión venezolana agradeció las atenciones de las autoridades neogranadinas. Los restos fueron embarcados el día 21 en la goleta Constitución, con una gran ceremonia fúnebre. Durante el viaje 15 cadetes comandados por el teniente Nicomedes Zuloaga, montaron guardia de honor; el navío encalló en Los Roques. El 13 de diciembre estaban frente a La Guaira, esperando varias embarcaciones nacionales y extranjeras con sus banderas a

media asta, para agregarse al gran cortejo naval. El día 15 fue bajado a tierra. El general de brigada Juan Uslar, llegó de VALENCIA con lágrimas en los ojos, portando el uniforme con el cual combatió al lado de Bolívar, los restos pernoctaron en la iglesia de ese puerto; el día 16 lo subieron a Caracas en una extraordinaria procesión, pernoctando en la iglesia de la Santísima Trinidad, hoy Panteón Nacional; por coincidencia, la Santísima Trinidad es la devoción de la familia Bolívar, de allí el nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, así se llama el panteón familiar en la Catedral de Caracas. En Caracas se designaron comisiones para montar guardias de honor; el 17 de diciembre fecha de su muerte, sus restos fueron trasladados hacia la iglesia de San Francisco cumpliendo un estricto protocolo. El pueblo de Caracas acompañó a su eximio hijo detrás del gran carruaje construido en Paris según instrucciones del coronel Agustín Codazzi; todas las calles, casas y ciudadanos mostraban riguroso luto; la gran parada militar, la comandó el siempre leal general en jefe Rafael Urdaneta Faria, con su uniforme de gala y el sable que le regaló Bolívar. El ilustre Concejo Municipal de VALENCIA comisionó a Bernardo Escorihuela, Felipe Sojo y Jaime Alcázar. José Alberto Espinosa, Canónigo de la Catedral y Rector de la Universidad de Caracas, leyó a la una su brillante Oración, recorriendo la vida del más grande de los americanos. El 23 de diciembre se realizó una ceremonia similar para el traslado de los venerados restos en hombro de sus edecanes y oficiales que lo acompañaron en la emancipación hasta la Catedral de Caracas; sus restos estuvieron al lado de sus padres y esposa, hasta que fueron trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1876, día de San Simón. Así concluyó la voluntad de nuestro Padre Libertador. Sus cenizas permanecerán a través de los siglos, acompañadas por el esplendor de su gloria y el calor de los pueblos libre Simón Bolívar, su pensamiento ético e integrador y su presencia actual. El Poder Moral propuesto por Bolívar, consistía en palabras de su amigo personal más cercano e influyente, el insigne maestro y pensador Simón Rodríguez en que es “…una cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y la moral republicana.” Para Bolívar y para Rodríguez, la moral y la educación  “…son una constante, ambas velan por evitar la propagación de los vicios sociales…”.  Dicho Cuarto Poder, estaría constituido por cuarenta ciudadanos de probada honestidad, honradez y virtudes sociales, denominados, por el propio Bolívar, como “hombres virtuosos”, o bien, hombres que se ejercitan en la virtud u obran según ella. Sus Ideas en la Educación. Cuando el pueblo, por medio de la instrucción, sepa lo que son sus deberes y derechos, habremos consolidado la República. En Venezuela, Manifestó varias veces su preocupación por mejorar el sistema educativo, y dictó medidas como estas:

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Creación de escuelas primarias, basadas en el sistema de enseñanza de José Lancaster, a quien Bolívar conoció en Londres e invitó a Venezuela. Reforma de los estatutos de la Real y Pontificia Universidad de Caracas para adaptarla a la nueva realidad del país y actualizar su funcionamiento tanto académico como administrativo. En los diferentes países Bolivarianos, el libertador dejó su huella como reformador y promotor de la educación. En Colombia, decretó en 1829 la obligatoriedad de la educación primaria e implanto numerosos colegios y centros de enseñanzas.

En el Perú, cróela universidad de Cuzco, así como los colegios para varones y hembras.  Los logros educativos alcanzados en países como Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá y Venezuela, en su lucha contra el analfabetismo y el atraso, se han apoyado en gran parte en las ideas y proyectos del Libertador, aunque todavía persisten, en buena medida, muchos de esos problemas. Bolívar al igual que en sus ideario Político, y Social , anhelaba una educación de espíritu progresista y revolucionaria, la importancia de la educación para el ejercicio de la vida ciudadana , llama que mantenía viva con gran fulgor , ya que sostenía la educación como la base fundamental de toda sociedad , de allí su máximo pensamiento expresado en el Congreso de Angostura en el que pronunció con profundo sentir "MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES" Sus ideas fueron inspiradas de su más noble pasión, apoyadas de los escritos de Juan Jacobo Rousseau quien afirmaba que la educación es un proceso que se inicia con el nacimiento y termina con la muerte del individuo. Sus principales ideas educativas fueron:  

El proceso educativo debe ir dirigido hacia la formación de ciudadanos amantes de la libertad y del respeto por las leyes y sus instituciones. La enseñanza debe adaptarse a la edad, al carácter, y a las inclinaciones de los niños y niñas.

Ideas administrativas del Libertador “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Discurso en Angostura- 15 de febrero de 1819. La magna gesta por la libertad, unión de naciones y su grandeza infinita, han hecho a Simón Bolívar merecedor del recuerdo, respeto y admiración perdurable. En su corta, pero fructífera vida emancipadora, nuestro “Padre Libertador” concretó grandes y efectivas actividades, demostrando fehacientemente amplia capacidad de trabajo y compromiso consigo mismo, condiciones que le llevaron a materializar su segundo juramento en Monte Sacro, lanzado a los cuatro vientos en la antigua Roma el 15 de agosto de 1805.

A Bolívar, lo estudiamos y conocemos como táctico, estratega, líder militar, visionario, comunicador social, analista político, legislador, magistrado, abogado, conservacionista, diplomático, humanista y por antonomasia, Libertador, pero poco sabemos y analizamos sus cualidades como buen administrador de los recursos públicos. Perdida la Primera República, nacida el 5 de julio de 1811, los acontecimientos lo hacen trasladar hacia Curazao el 27 de agosto de 1812, partiendo luego a Cartagena de Indias, donde el 15 de diciembre, emite su famoso Manifiesto de Cartagena ante los magistrados, donde entre otras consideraciones dirá: “La disipación de las rentas públicas en objetos frívolos, y perjudiciales, y particularmente en sueldos de infinidad de oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores provinciales y federales, dio un golpe mortal a la República, porque le obligó a recurrir al peligroso expediente de establecer el papel moneda sin otra garantía, que la fuerza y las rentas imaginarias de la Confederación. Concluida la exitosa Campaña Admirable, iniciada en su avanzada hacia Venezuela desde Cúcuta el 14 de mayo de 1813, llega triunfante a Caracas el 6 de agosto de 1813. Recibe el honroso título de Libertador el 14 de octubre de ese año. Ya como máximo líder de la libertad, dicta medidas para controlar los escasos gastos públicos y preservando la renta del tabaco como principal fuente de ingreso del Estado. El 2 de enero de 1814, ante la Asamblea Popular reunida en la Iglesia de San Francisco, en Caracas, El Libertador inculcaba a los ciudadanos: … “la hacienda nacional no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben demostraros el uso que han hecho de ellos”. En la continuación de largas hostilidades que formaron parte de su afanosa búsqueda para lograr la ansiada e inexistente libertad, al volver a Venezuela procedente de Haití, le corresponderá cumplir su compromiso y su palabra con el presidente Petión, el 02 de junio de 1816, al emitir en Carúpano un decreto de “Libertad de los esclavos”, donde considera que estas personas privadas de libertad, no recibían un merecido trato como seres humanos, ya que para los mercaderes y propietarios de haciendas, los esclavos solo representaban un precio como bien económico.  Liberada la importante región de Guayana en agosto de 1817, el 3 de septiembre decreta la confiscación de bienes realistas, dando autorización a la exportación de ganado, previo pago de 8 pesos por cabeza.  Bolívar y la Corrupción. La lucha contra el flagelo de la corrupción fue una de las mayores preocupaciones del “Padre de la Patria”, quien consideraba que el único medio de erradicar este flagelo y delito, era mediante la elaboración y aplicación de severas leyes. En su larga convicción para solventar y castigar la corrupción, durante el recorrido de la Campaña Admirable, el 11 de septiembre de 1813, al sitiar el castillo San Felipe de Puerto Cabello, firma un Decreto contra los defraudadores de la renta del tabaco, el cual era del siguiente tenor: Artículo 1ro. Todo aquel que fuere convenido de haber defraudado los caudales de la Renta Nacional del tabaco, será pasado por las armas y embargados sus bienes. En otra acción contra el flagelo que carcome sociedades y pueblos, el 12 de enero de

1824, decretaba en Lima: Artículo 1ro. Todo funcionario público a quien se le conviniere en juicio sumario, por haber malversado o tomado para sí los fondos de diez pesos para arriba, queda sujeto a la pena capital. Artículo 2do. Los jueces, a quienes según la ley compete este juicio, que en su caso no procediesen conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena. Artículo 3ro. Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el Artículo 1ro. Bolívar abogado Nuestro libertador cual brillante, se nos presenta en múltiples facetas entre ellas: filósofo, educador, periodista, estadista, estratega, visionario, político, diplomático, escritor, humanista, conservacionista, legislador, Padre de seis naciones y ciudadano ejemplar por antonomasia. Encontramos en él, una faceta para muchos desconocida y poco divulgada, como es la de ABOGADO, no “Honoris Causa”; para ello estudiamos que, encontrándose en Lima el 3 de junio de 1825, las dignas autoridades de la Universidad Mayor de San Marcos, la más antigua de América, fundada el 12 de mayo de 1551, presidida por el Rector Miguel Tafur, representantes del gobierno, de los magistrados de la Corte Suprema, de las máximas autoridades de la iglesia, miembros del Colegio de Abogados del Perú, invitados especiales y público asistente, nuestro Libertador recibe el título de Abogado Efectivo, no honorífico. IDEARIO SOCIAL DE SIMÓN BOLÍVAR El pensamiento liberal del Libertador, formado en las ideas de la Revolución Francesa, lo inclinaba a favorecer los derechos de y la igualdad social. Desde los primeros años de la independencia, el Libertador comprendió claramente que el problema de las desigualdades e injusticias sociales heredadas del período colonial debían ser resueltas para atraer a las grandes masas populares a la causa de la independencia. La experiencia de la primera y segunda República había demostrado que la mayoría de los esclavos, pardos e indígenas se habían sumado a las tropas realistas de Monteverde y Boves, gracias al mensaje demagógico que estos caudillos transmitían a un pueblo sencillo. Además, las clases populares no se sentían identificadas con el proyecto independentista de lo mantuanos, pues para el pueblo, los mantuanos, dueños de tierras y de esclavos, eran sus opresores. Ante esa situación, Bolívar tomó una serie de medidas para favorecer a los esclavos, a los indígenas y a los soldados patriotas: En diferentes ocasiones, el Libertador expresó la necesidad de liberar a los esclavos y darles un tratamiento justo, como lo revelan los decretos de Carúpano y Ocumare en 1816, el discurso ante el Congreso de Angostura de 1819 y el mensaje al Congreso constituyente de Cúcuta en 1821.  Bolívar expresaba: "Legisladores, la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley sería la más sacrílega". En relación con la población indígena, el Libertador legisló a favor de su protección y el respeto a sus propiedades y formas de vida, como se refleja en su decreto sobre la protección a los naturales firmado en Cundinamarca:

Articulo1.- Se devolverá a los naturales, como propietarios legítimos, todas las tierras que conformaban los resguardos según sus títulos... En cuanto a los soldados que formaban parte del ejército patriota, Bolívar decreto en 1817 el reparto a los oficiales y soldados de acuerdo con sus méritos en la guerra. Como Gobernante y estadista Bolívar demostró una gran preocupación sobre las clases populares y tomo medidas destinadas a eliminar privilegios e injusticias mediante la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. El pensamiento y la obra social del libertador sirvieron de fundamento al modelo democrático Venezolano que vivimos actualmente. Bolívar emitió un mensaje a la opinión pública por lo que consiguió el respaldo necesario para sus campañas revolucionarias, logro obtener apoyo de un vocero que estaba a favor de la revolución. El correo del Orinoco público algunos de los pensamientos de Bolívar. Junto a personajes como: Manuel Palacios Fajardo, José Luis Ramos, Juan Germán Roció, entre otros al obtener este equipo este equipo el libertador se lanzo a la lucha contra la Gaceta de Caracas, comandada por José Domingo Díaz, un enemigo de los patriotas, así logro el apoyo de la colectividad, Bolívar tomaba muy en cuenta la opinión pública muy importante, a la cual consideraba una de las principales armas en contra de la tiranía.