Transtornos de La Conducta Motora

TRANSTORNOS DE LA CONDUCTA MOTORA La conducta motora son los aspectos motores del comportamiento, regidos por las conexi

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TRANSTORNOS DE LA CONDUCTA MOTORA La conducta motora son los aspectos motores del comportamiento, regidos por las conexiones del Sistema Nervioso Central con la musculatura estriada, que permite el desempeño del individuo en su medio y la interacción con otros de su especie. Se evalúa con base en lo referido por el paciente y su familia, además, de lo evidenciado durante la observación directa que el examinador realiza en la entrevista clínica. Los trastornos de la conducta motora se dividen en dos grupos: los de conación que hacen referencia a l componente volitivo y los de ejecución.

Trastornos De Conación: se refieren al aspecto voluntario de la conducta.

• ABULIA: abolición de la motivación para la ejecución de tareas o actividades que implique despliegue motor. • HIPOBULIA: disminución de la motivación para la ejecución de tareas o actividades que implique despliegue motor. Es el desinterés y despreocupación por las actividades diarias. • HIPERBULIA: deseo y/o interés de ejecutar tareas o planes, también llamado animo emprendedor. • OBEDIENCIA AUTOMATICA: realización inmediata y sin mediación de critica de actividades o movimientos ordenados por el observador. • DISCONTROL DE IMPULSOS: incapacidad para aplazar pulsiones que al ser liberadas pueden resultar peligrosas para si mismos o para otros, puede verse como agresión dañina, por ejemplo, cleptomanía y piromanía. Trastornos De La Ejecución: se refiere al aspecto del acto motor. • AGITACION PSICOMOTORA: realización de actividades motoras exageradas, excesiva y peligrosa originadas en una sensación de malestar interno y/o externo. • FATIGABILIDAD: sensación de cansancio fácil o exagerado, que no se correlaciona a defecto o disminución física. • COMPULSION: comportamiento generalmente secundario a una obsesión, que es repetitivo sin aparente finalidad es manifestación fundamental del trastorno obsesivo – compulsivo. • BRADIQUINESIA: lenificación de los movimientos que cuando se acompañan de una inhibición de procesos mentales se denomina retardo motor. • AUTOMATISMO: conducta compleja, automática, repetitiva y usualmente sin propósito ni conciencia de la misma.

• ESTERIOTIPIA: conducta o actividad que se repite de forma exagerada y no tiene una finalidad específica. • PERSERVACION MOTORA: persistencia de una actividad especifica, aunque el objetivo de la acción ya se haya logrado. • MANIERISMO: conducta compleja, que se ve como ostentosa, extraña y sin finalidad, por ejemplo, la persona que se adopta la pose de Cristóbal Colon. • ECOPRAXIA: alteración motora en la cual la persona repite de manera automática los movimientos que observa en otras personas de manera involuntaria. • BLOQUEO MOTOR: el movimiento se inicia correctamente pero en forma súbita se suspende antes de terminación retornando a una posición neutral; después de algún tiempo el movimiento vuelve a iniciar. • AMBITENDENCIA: aparece cuando la persona simultáneamente rechaza y desea la ejecución de una acción. • TIC: movimiento involuntario, repetitivo que puede resultar molesto y difícil de controlar para quien lo presenta. Suele aumentar en situaciones de angustia. • CATAPLEJIA: perdida breve del control muscular. En esta situación la persona permanece completamente despiertos y tienen conciencia de lao que está sucediendo. • ACATISIA: incapacidad para mantener una postura de reposo por un tiempo prolongado.

En el aula La investigación sugiere pensar en intervenciones en las que el humor emerja y aporte al aprendizaje de los niños, no solo académico, sino cognitivo, intelectual y social. Esto supone, afirma Bermúdez, retomar más el juego, incluir aspectos más relajados de la interacción entre profesor y alumno. Y aprender para la vida. “Por ejemplo, saberme las tablas de multiplicar no me garantiza ser exitoso en la vida. Pero si aprendo a reírme de una situación, esto me ayudará en momentos adversos”, explica. Para Jesús Fernández Solís, doctor en pedagogía, licenciado en filosofía y letras y cofundador de www.humorpositivo.com, “el humor positivo se caracteriza por ser inofensivo y nos hace crecer y madurar como personas”. Según él, es importante implementar este humor en el área de la educación porque “genera estabilidad emocional, pues la tarea de educar es difícil y complicada. No cabe duda de que el humor es una llave maestra que abre las puertas de la creatividad y la imaginación a través de talleres, la elaboración de materiales, el diseño de dinámicas y ejercicios divertidos”. Otra razón, agrega el experto, estriba en que es necesario dar una respuesta positiva, alegre y optimista a las personas con las que se trabaja.

Además, el humor es un elemento que ayuda a comprender el mundo desde una mirada amable. Pero, para que influya en la educación y la vida de los niños, “es necesario crear un entorno facilitador, ofrecer oportunidades de pasarla bien aprendiendo, incluso, ayudar a descubrir las ventajas y beneficios cuando resolvemos nuestras dudas y dificultades con una sonrisa, descubrir los valores de la cooperación, el respeto y la ayuda con humor, y reforzar los aprendizajes desde el aspecto lúdico y divertido”, señala el doctor Fernández. Asimismo –añade el educador–, debe presentarse como un modelo, con un estilo cercano y disponible. Y hay que ser capaz de reírse de sí mismo ante los contratiempos y de vivir una tarea profesional positiva. El estado de ánimo en los chicos va a tener una gran influencia en su comportamiento, el cual también dependerá en gran medida por el ambiente que lo rodea. Los chicos manifiestan sus emociones de manera espontánea es común ver pequeños que ríen a carcajadas, como lo es ver cómo a medida que crecen algunos van perdiendo esta capacidad, y son cada vez menos los momentos en que se muestran alegres. En esto contribuyen en parte importante los adultos, ya que muchas veces prestan más atención a los chicos cuando están tristes, enojados y de mal humor. Así como es importante tomar en cuenta estas emociones, es necesario también reforzar los momentos en que los niños expresan alegría y están de buen humor. Generar espacios de diversión, compartir experiencias placenteras y momentos de diversión con los niños, es otra tarea que los padres deben procurar hacer todos los días. La manifestación del humor varía con la edad Cuando el adulto se acerca y le sonríe a un bebe en sus primeros meses, los bebés se ríen por imitación y luego aprenden a reír a carcajadas. A medida que crecen, comienzan a encontrar divertidas ciertas cosas, y entonces aplican el conocimiento que tienen de la facultad de reírse y logran hacerlo. Estrictamente “el humor” aparece a los dos años de vida, cuando puede comprender que algo inesperado ha sucedido .Los expertos señalan que el humor juega un rol fundamental en el desarrollo intelectual. Un niño que aprende a ver lo absurdo de una situación o la forma inesperada en que termina otra, como ocurre en los chistes, está desarrollando su inteligencia abstracta y emocional. Es recomendable estimular el desarrollo del buen humor en cada una de las etapas de los niños, siendo esto una manera de asegurar en cierto modo que cuando grandes sigan haciéndolo.

La actitud familiar frente al como se enfrentan las distintas situaciones es de fundamental importancia para la incorporación de hábitos de conductas relacionados con la expresión del buen o mal humor. Fortalecer la expresión de la alegría mediante la sonrisa como manifestación de optimismo y señal de que se disfrutan los propios logros, y también como una manera de enfrentar con esperanza las situaciones negativas. Es importante darles a los chicos mensajes coherentes de actitudes de vida que le permitan valerse de cosas simples para resolver dificultades. Desarrollando en los hijos la capacidad de disfrutar de los pequeños detalles. El aprender de disfrutar de pequeñas cosas, como mojarse con la lluvia, tomar algo fresco cuando hace mucho calor, darse una ducha caliente en un día frío ayuda a encontrar en esas mismas cosas recursos útiles para afrontar frustraciones en la adolescencia y en la edad adulta. Cuando un chico se caracteriza por su mal humor y en consecuencia por un comportamiento inadecuado, debemos pensar que algo no está funcionando bien en su vida. Es un síntoma detrás del cual se esconde algún conflicto, problema o preocupación, es la manera que encuentra el chico para expresar que algo le esta pasando, llamando la atención por medio de su mal humor. El mal humos puede ser un síntoma de tristeza que combinados con otros síntomas podría esconder una depresión. Debemos estar atentos a que si un niño está triste no tiene necesariamente que estar deprimido. Pero, si este estado de ánimo depresivo o la tristeza interfiere en la actividad social, en la vida familiar y escolar o con el interés por las cosas, podemos estar ante una depresión infantil. El mal humor en la primera infancia generalmente esta asociado a la necesidad de demostrar el querer satisfacer una necesidad real. Los niños pequeños no cuentan con las destrezas del lenguaje para expresar lo que quieren o necesitan y entonces se comportan mal por estar cansados o con hambre.

La concentración está muy relacionada con otros procesos psicológicos en los que influye o por los que se ve afectada (percepción, aprendizaje, memoria, emoción, etc.). De forma general, la concentración tiende a conceptualizarse de dos maneras: 

Como un estado de concentración o focalización de la conciencia. Es decir, entendida como habilidad compuesta por estrategias para la optimización del funcionamiento del sistema cognitivo.



Como capacidad de procesamiento. Es decir, la concentración entendida como mecanismo de activación de procesos.

Ambas perspectivas pueden considerarse complementarias. Otra de las funciones de la concentración, una vez procesada la información, es la de garantizar una respuesta, reducir el tiempo de la misma o mantener el estado de alerta durante la ejecución de una tarea. Aunque el control de la atención depende, en gran medida, de nuestra voluntad, en ocasiones, escapa a nuestro control. Esto depende de las características de los estímulos o del estado motivacional. Incluso la dirección o intensidad de la concentración puede cambiar rápidamente. Hay varios tipos de atención: Atención selectiva La concentración requiere esfuerzo cognitivo o recursos y procesamiento selectivo. Ambas ideas derivan del hecho de considerar la concentración como un mecanismo central, de capacidad limitada del sistema cognitivo. La atención como mecanismo de capacidad limitada da lugar a la distinción entre atención focalizada y atención dividida. Atención sostenida Es aquella concentración continua a lo largo de un amplio período de tiempo (por ejemplo, la concentración que requiere la labor de los controladores aéreos). El grado de ineficiencia en distintos tipos de tareas, cuando suponemos una alta competencia del sujeto en las mismas, suele ser atribuido a la falta de atención sostenida o vigilancia, debido a factores tales como la motivación, la fatiga, la hora del día, la habituación, etc. En general, la atención sostenida se caracteriza por la aparición de una disminución del rendimiento con el paso del tiempo (función de decremento). Atención alternante Adicionalmente, varios autores mencionan el concepto de atención alternante, que se definiría como la habilidad de alternar el foco atencional entre diferentes tareas sin distraerse o quedar confundido. Está relacionado con la flexibilidad mental.