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Amalia Baumgart LECCIONES INTRODUCTORIAS DE PSICOANALISIS CAPITULO I El termino Psicopatología fue empleado por Emminghaus en 1878 como sinónimo de psiquiatría clásica. Pero adquiere su significación por la obra de Karl Jaspers, quien publica en 1913 su libro de “Psicopatología General”, donde delimita a la psicopatología como una ciencia a la que se le otorga el dominio de los conceptos y de las reglas generales del acontecer psíquico patológico. Realiza un emprendimiento teórico totalizante, construye una teoría general de las cuestiones de la enfermedad psíquica, una psicopatología que aspira a lo universal. Para dar una definición: PSICOPATOLOGIA: Disciplina que se refiere a los conocimientos relativos a las anormalidades y desordenes de la vida mental. Etimológicamente el término está formado por tres palabras que provienen del griego. Pshyché (alma), Pathos (afección, dolencia) y Logos (razón, definición). Entonces puede considerarse a la psicopatología al campo del acontecer psíquico patológico. En los servicios de salud, en las unidades hospitalarias, existen discursos heterogéneos que tienen que ver con la conceptualización y la praxis relativas a la patología mental. Y en las instituciones al hacer un corte transversal se puede encontrar teorías y prácticas que hacen a las psicologías, a las psiquiatrías, al Psicoanálisis, en convivencias no muy pacíficas. Y nos encontramos con campos heterogéneos de discursos y prácticas que coexisten con las diferentes pertinencias que sus desarrollos teóricos le otorgan: psicológicos, psiquiátricos, cuerpos teóricos psicoanalíticos. LA NOCIÓN DE ENFERMEDAD MENTAL Lo psíquicamente anormal depende de la concepción de cada sociedad y es relativo a un orden etnográfico e histórico. Así como las personas adquieren estilos de expresión, las creencias, sus vínculos sociales, también adquieren los modos culturales en los que se manifiestan las anormalidades de la vida psíquica, y cada una de ellas es relativa a una determinada sociedad, a un orden etnográfico. Los fenómenos patológicos se presentan, como modificaciones regulares de los fenómenos normales. Y los criterios de anormalidad que plantea la autora son: • • •

Criterios ideológicos: son los que expresan juicio de valor. Se considera anormalidad aquello que no se adecua a una norma que se define momentáneamente normal. Criterios estadísticos: se define lo normal de acuerdo a una determinada frecuencia de aparición de los fenómenos a estudiar respecto de la población total (según raza, edad, sexo, etc.). Son aquellos que toman como normal lo que es el promedio, como la media de funcionamiento. Criterios teleológicos: lo normal y lo anormal se define según aquello que se aproxima a lo óptimo, que puede estar descrito en términos religiosos, filosóficos y políticos. Ej: desde el término religioso, considera “mal” la masturbación, y sobretodo hablando de la infantil, considera el coito como una actividad dedicada a la procreación y no al placer como lo considera el PSA.

A partir de aquí cuando se habla de Patología Psíquica, se tiene que pensar con qué criterio se está definiendo eso que se llama anormalidad. Las emociones, sentimientos (ira, recelo, ansiedad, etc.) son propias de todas las personas, tanto mentalmente sanas como mentalmente enfermas. Pero cada caso depende de las condiciones en las que se presenta este vivenciar, de la aceptación o el rechazo social frente a esa manifestación, frente a las

circunstancias y condiciones en que ella surge. Y estas condiciones cuentan con indicadores como duración, tiempo, lugar y modo de expresión. Ej: el del sujeto bipolar que le chocan el auto, y no puede controlar su ira frente a la situación, a diferencia de otro que se enoja pero puede manejar mejor las emociones. EL CONCEPTO DE INSANIA La noción de insania es un concepto legal, una noción jurídica que se introduce en los casos en que se plantea excepción respecto a las leyes criminales. Se lo conoce como las reglas M’Naghtan, donde este caso hace que la Corte eleve a la Justicia el pedido de excepción. Se considera que si una persona no tiene discernimiento de lo que es el bien y el mal, no puede hacerse responsable de sus actos y el castigo no tiene sentido. LAS PSICOLOGÍAS -

La psicología clínica está ligada al diagnóstico y estudio de la personalidad La psicología General aporta sus nociones con respecto a la subjetividad, la intencionalidad, la representación, los actos voluntarios y todas las conductas.

LAS PSIQUIATRIAS Se han encargado de construir nomenclaturas, donde se nombra, se llama a la enfermedad mental, se esfuerza en nombrar las cosas de modo más preciso, acertado y correcto, ya que esta posibilidad apunta a formular la esencia de lo nombrado y a distinguir del resto existente. Otra noción que introduce la psiquiatría es la de SINTOMA: indicio de que algo va a ocurrir o está ocurriendo, revela la existencia de la enfermedad. El criterio clínico se basa en observaciones del comportamiento del paciente y en el relato de sus dificultades para traducirlo en síntomas y signos. Síntoma: aquello que el paciente transmite como su padecer Signo: aquello que el medico reconoce. Se desarrolla un sistema de nomenclaturas y clasificaciones, basado en un modelo médico de la enfermedad, y los trastornos mentales se constituirán en entidades nosológicas. Es así como actualmente el DSM IV es el manual de Diagnostico Estadístico de las enfermedades mentales, que corresponde a la APA en el año 1958. Esta es la clasificación más usada en nuestro país. La primera Psiquiatría comienza a pensar a la locura como una enfermedad. También las psiquiatrías ofrecen concepciones fenomenológicas existenciales de la enfermedad mental, intentos de construir una psiquiatría más sensible a los dinamismos inconscientes.

CAPITULO II EL CONCEPTO DE ENFERMEDAD MENTAL Este concepto tiene siempre relaciones complejas con el concepto de salud mental. Pues se define con relación a aquello que se considera psíquicamente normal, que depende de las condiciones imperantes en cada sociedad, en cada momento histórico y en cada orden etnográfico determinado. Hay diferentes puntos de vista respecto a la etiología de las enfermedades mentales.

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Psicogenesis: proponen el análisis de la causalidad Psíquica a partir del estudio de las perturbaciones mentales que no tienen fundamento orgánico. Se busca la causalidad psíquica de estas perturbaciones. Organogénesis: se basa en concepciones que se apoyan en la búsqueda de la etiología orgánica de la enfermedad mental, la insuficiencia, la lesión o el desequilibrio orgánico; son las causas de lo que se manifiesta como enfermedad mental. La enfermedad propiamente dicha no existe para estos autores, sino en lo somático y lo psíquicamente anormal, lo psíquicamente enfermo será el resultado de procesos orgánicos morbosos. Sociogenesis: la salud reside en la posibilidad de ajustarse o superar ciertas normas que definen momentáneamente lo normal, y la patología mental. Es el resultado de acciones eficaces que la sociedad ejerce sobre los individuos, a través de las instituciones, las normas, los valores, haciendo que ocurran fracasos adaptativos.

Los fenómenos patológicos, para todas las orientaciones se presentan en general como modificaciones regulares de los fenómenos normales. En la antigüedad el concepto de enfermedad aplicado a lo psíquico fue asociado a los demonios, culpas, etc., a procesos no naturales. Se tomaba como enfermos a locos furiosos, idiotas y melancólicos. El desarrollo de la psiquiatría comienza a atribuirle una valoración objetiva al problema. En la premordenidad encontraríamos el modo de pensar a la locura es mítico. Dada la concepción del sujeto de ese momento, la solución de los problemas era buscada fuera del propio mundo y las salidas propuestas estaban enlazadas a las ideas de divinidad y magia. En la modernidad, los modos de pensar la locura han estado atravesados por las ideas de la fuerza de la razón y la idea de progreso. Aquí prevalece la concepción del sujeto autónomo cuyas cuestiones se resuelven por el poder de la razón y la aspiración al progreso histórico. La posmodernidad está marcada por un cambio en la relación con el problema del sentido. Foucault pone en juego cuestiones interesantes. No adhiere al paralelismo abstracto que se produce en el terreno teórico entre los fenómenos de la patología mental y los fenómenos de la patología orgánica. No acuerda con que se piensen las cosas de la misma manera, con transportar de un ámbito a otro los sistemas de abstracciones, los criterios de normalidad o anormalidad ni la definición de individuo enfermo. Propone dar crédito al hombre mismo y no a las abstracciones de la enfermedad mental. Foucault acusa que se han impuesto dos prejuicios que debemos combatir y provienen de aplicar los mismos métodos conceptuales para pensar la enfermedad mental igual que la enfermedad orgánica. El primer prejuicio es el de postular que la enfermedad es una esencia. Como una entidad solo señalable por síntomas, y más describamos y analicemos los síntomas, estaremos más cerca de esa esencia. El segundo prejuicio consiste en considerar a la enfermedad mental como una especie natural. Como algo definido por ciertos caracteres permanentes que a su vez se dividen en subgrupos. “Si definimos la enfermedad mental con los mismo métodos conceptuales de la enfermedad orgánica, si aislamos y reunimos los síntomas psicológicos del mismo modo que los síntomas fisiológicos, es ante todo porque consideramos la enfermedad mental u orgánica, como una esencia natural que se manifiesta en síntomas específicos” Foucault. EL ABORDAJE CLÍNICO El punto de partida para el paciente y el medico es el sufrimiento. El término “clínico” proviene de Kliné, que significa lecho. Se consideraba clínico a todo aquello que implicaba la asistencia del paciente en su lecho. Este abordaje permitió establecer a la rama de la psiquiatría como ciencia y promover así su progreso.

Esquirol y Kraepelin serán los representantes más significativos en la historia de la constitución del saber psiquiátrico.

Sandra Filippini PSYCOPATHOS DEL LOGOS Se aborda la paradoja creada por Freud para analizar el síntoma en su más estricta particularidad, donde transformo los síntomas en signos. En la lógica del planteo freudiano podía existir la lectura de un síntoma en su mayor particularidad y el localizarnos en la genialidad de una nueva nosografía y etiología. Este resalto y desplego la dimensión simbólica del síntoma e introdujo el “juego de la verdad y la mentira en el síntoma”. Freud nombro su método, escrito en 1896, la herencia y la etiología de la neurosis y una novedosa conceptualización de lo psíquico con la identificación inconsciente. Al nombrar el método lo ubico del lado de la particularidad por la regla de la asociación libre y la atención flotante, esa particularidad respecto al síntoma se desdibuja al transformarlo en signo para su nosografía. Planteó una relación simbólica del trauma que la ligaría a otra representación y que produciría el síntoma. Con el método creado se alejó del diagnóstico como eje del tratamiento y de la medicina, alejándose de la localización anatómica de los síntomas. En la lectura de los síntomas, tomo por el método del Psicoanálisis en el registro de la particularidad del analizante. Resalto su dimensión de signo que remitía a un origen sexual y a partir de eso creo nuevas clasificaciones, una psicopatología, una etiología y la nosografía. Este Psicopatos del logos sostuvo tanto al realizar la interpretación de los sueños como al que construyo del aparato psíquico con su novedad del ICC en el que se incluyó al producirlo, donde se difumino los límites de lo normal y lo patológico. LAS PSICOPATOLOGÍAS La psicopatología se trata de saberes sobre el pathos, producidos por distintas corrientes de la psiquiatría esa diversidad ha coexistido tanto en la clínica como en la discusión académica y acciones políticas de imposición de ciertas psicopatologías sobre otras. La consistencia de cada psicopatología estaba basada en la lógica de la teoría que la constituye y en los acuerdos o consensos que logre. La Asociación de Psiquiatría Americana de desarrollo los DSM como una nueva clasificación que trastoco la manera de tratar la locura y la angustia en la Psiquiatría y el espacio psico. Estos fueron basados en la aplicación del método estadístico. Lacan discutió a otra psiquiatría y le recriminaron que él no era alguien que hablaba de la experiencia, que su enseñanza era filosófica y argumento que en su discurso intentaba acercarse a la experiencia en el plano de la verdad. Pretendían que con un manual psicopatológico alternativo, se podría crear una especie de vía rápida, sin cruces ni obstáculos, donde convergerían y se desplazarían el Psicoanálisis y la psiquiatría. LAS PSICOPATOLOGÍAS SUBVERSIVAS Con la creación del método del PSA, Freud introdujo una profunda perturbación en la manera de plantear la relación entre el pathos de la psiquis y el logos. También creo un espacio psíquico que no fue una referencia difusa a la mente psique sino que le dio una consistencia propia de sus tópicas y funcionamiento particular y desplazo del centro de la escena a la consciencia. Elaboro una nueva nosografía que dejo de ubicar el origen de las patologías psíquicas en factores orgánicos hereditarios. La racionalidad perdió el lugar de articulados de la subjetividad.

La creación simultanea del método psicoanalítico y de la psicopatología psicoanalítica. Esas creaciones freudianas con sentidos contradictorios, la utilizaremos como herramientas para leer dos modos contradictorios y paradigmáticos de localizar el logos y la verdad en el saber del campo freudiano. El logos se produce como un efecto nunca completo como un sentido del saber que al sumergirse en las aguas de su pasto, toma otra consistencia que la mera razón del pensamiento. Cuando se privilegia el logos y se excluye el psycopathos, la racionalidad solo puede leer en la paradoja su contradicción y por eso exige la exclusión lógica de uno de los sentidos. Las paradojas se plantean como un pasatiempo del pensamiento, sin embargo cuando se las localiza en su potencia pasan a ser el pathos, la pasión del pensamiento. En el punto singular, paradójico de la denominación del método y de la creación concomitante de la psicopatología freudiana, queda señalado uno de los límites para hacer del PSA un sistema teórico cerrado. Desde la perspectiva de un logos que borrara el psycopathos seria prioritario excluir uno de los sentidos se trata de eliminar la falta, la falta de consistencia del método analítico que debería transformarse para poder integrar o incluir una psicopatología con su clasificación es metodológico. La radical particularidad del método y la necesidad de pasar por la experiencia para poder dar cuenta de él, experiencia inabarcable solo por el logos, abre una problemática que es la intrínseca al PSA e incomprensible para otros campos. Es imposible garantizar a priori que un análisis vaya a realizarse porque el que sufre consulte, a un analista, como tampoco a los efectos que produciría cada análisis.

Canguilhem INTRODUCCION AL PROBLEMA – CAPITULO I La iniciativa para cualquier teoría ontológica de la enfermedad hay que atribuirla a la necesidad terapéutica. Basta con pensar la enfermedad como algo que le sobreviene al hombre. Y es una concepción localizacioncita. La medicina Egipcia generalizo con la idea de la enfermedad-posesión la experiencia oriental de las afecciones parasitarias. La enfermedad entra y sale del hombre como a través de una puerta. La medicina Griega presenta una concepción dinámica de la enfermedad, totalizante. La naturaleza tanto en el hombre como fuera de él, es armonía y equilibrio de esa armonía. La enfermedad no está en alguna parte del hombre. Está en todo el hombre y le pertenece por completo. Lo que se encuentra en equilibrio en el hombre son los cuatro humores cuya fluidez es capaz precisamente de soportar variaciones y oscilaciones, y cuyas cualidades, se agrupan por pares de contrastes. La enfermedad no es solo desequilibrio o desarmonía, también es esfuerzo de la naturaleza en el hombre para obtener un nuevo equilibrio La enfermedad es una reacción generalizada con intenciones de curación. El organismo desarrolla una enfermedad para curarse. La terapéutica tiene que tolerar, tales reacciones hedonistas y terapéuticas espontaneas. El pensamiento de los médicos no ha dejado de oscilar entre estas dos maneras de representar la enfermedad. Las enfermedades de carencia y todas las enfermedades infecciosas o parasitarias permiten que la teoría ontológica se apunte a una ventaja: las perturbaciones endocrinas y todas las enfermedades con prefijos dis, se lo permiten a la teoría dinamista o funcional. Ambas concepciones tienen que consideran a la enfermedad como una situación polémica; ya sea como una lucha entre el organismo y un ser extraño, ya sea como una lucha interna de fuerzas enfrentadas. La enfermedad difiere del estado de salud, lo patológico de lo normal, como una cualidad difiere de otra, ya sea por presencia o ausencia de un principio definido. Morgagni al crear la anatomía patológica, había hecho posible que agrupamientos de síntomas estables fuesen vinculados con lesiones definidas de órganos. La clasificación nosografica encontraba un substrato en la descomposición anatómica. En Sigerist se encuentra una exposición sumaria y magistral de toda esta evolución de las ideas médicas. El punto de esta evolución es la formación de una teoría de las relaciones entre lo normal y lo patológico de acuerdo con la cual los fenómenos patológicos solo son en los organismos vivos variaciones cuantitativas, según el más y el menos, de los respectivos fenómenos fisiológicos. Lo patológico es designado a partir de lo normal no tanto como a o dis sino como a híper o hipo. Y se está muy lejos de creer que salud y enfermedad sean opuestos cualitativos, fuerzas en lucha. La convicción de poder restaurar científicamente lo normal es tal que termina por anular lo patológico. La enfermedad ya no es objeto de angustia para el hombre sano, sino que ha convertido en objeto de estudio para el teórico de la salud. En el pensamiento de Comte el interés se orienta de lo patológico hacia lo normal, con el fin de determinar especulativamente las leyes de lo normal, puesto que la enfermedad se muestra digna de estudios sistemáticos como substituto de una experimentación biológica a menudo impracticable. La identidad de lo normal y de lo patológico es afirmada para beneficio del conocimiento de lo normal. Para Bernard el interés se orienta de lo normal hacia lo patológico, para actuar racionalmente sobre lo patológico puesto que el conocimiento de la enfermedad es buscado por medio de la fisiología y a partir de

ella en cuanto fundamento de una terapéutica que decididamente ha roto con el empirismo. La identidad de lo normal y de lo patológico es afirmada para beneficio de la corrección de lo patológico.

COMTE Y EL PRINCIPIO DE BROUSSAIS - CAPITULO II Comte afirma la identidad real de los fenómenos patológicos y de los respectivos fenómenos fisiológicos: • •

El primer periodo denominado la Filosofía Positiva Lo que denomina el Principio de Broussais un alcance universal en el orden de los fenómenos biológicos, psicológicos y sociológicos. En 1828 adhiere Comte a ese principio y lo adopta para su uso propio. Este consiste en haber proclamado que todas las enfermedades admitidas solo son síntomas y que no podrían existir desordenes de las funciones vitales sin lesión de órganos o más bien tejidos. Broussais explica que todas las enfermedades consisten fundamentalmente en “el exceso o defecto de la excitación de los diversos tejidos por encima y por debajo del grado que constituye el estado normal”. Las enfermedades son los efectos de cambios de intensidad.

Comte eleva la concepción nosológica de Broussais al rango de axioma general. Hasta entonces el estado patológico era relacionado con leyes completamente diferentes de las que gobiernan el estado normal: de manera tal que la exploración de uno no permitía decidir nada acerca del otro. Broussais estableció que los fenómenos de la enfermedad coinciden esencialmente con los de la salud, de los que siempre difieren solo por la intensidad. Este principio se ha convertido en el fundamento sistemático de la patología, subordinada de esta manera al conjunto de la biología. El estado patológico no difiere en absoluto radicalmente del estado fisiológico, que podría constituir una mera prolongación más o menos extensa de los límites de variación, inferiores o superiores, propios de cada fenómeno del organismo normal, sin poder producir nunca fenómenos verdaderamente nuevos, toda concepción de la patología tiene que apoyarse sobre un conocimiento previo del estado normal respectivo. El paso de lo normal a lo anormal es más lento y más natural cuando se trata de una enfermedad, y vuelta al estado normal proporciona simultáneamente una contraprueba verificadora. La exploración patológica es más rica que la exploración experimental. Comte insiste en muchas oportunidades acerca de la obligación de determinar previamente lo normal y sus verdaderos límites de variación antes de explorar metódicamente los casos patológicos. Broussais identifica los términos anormal y patológico utilizándolos indiferentemente. Y la distinción entre lo normal fisiológico y lo anormal o patológico sería una mera distinción cuantitativa, si nos atenemos a los términos excesos y defecto. Esta distinción vale tanto para los fenómenos mentales como para los orgánicos. En primer término es evidente que Broussais confunde en la definición de estado patológico, la causa y el efecto. Una causa puede variar cuantitativamente y de modo continuo y provocar sin embargo efectos diferentes.

Michael Foucault CLASE DEL 8 DE ENERO DE 1975 Foucault comienza relatando dos pericias psiquiátricas para dar cuenta el tipo de discurso que existe detrás de ellas, un discurso que se hace notar y llamar desde un aparente status científico el cual está apoyado en un “saber” y a su vez, sostenido desde dos lugares en tanto físicos como simbólicos, la judicial y la médica. Es entonces que estos discursos tienen propiedades, rasgos y autoridades que les pertenecen, o mejor dicho que son ejercidas, por un lado el poder sobre las personas en cuanto pueden decidir sobre su libertad o su encierro, sobre la vida o muerte, nadie puede escapar a tales discursos en tanto ostentan una verdad pero no cualquier verdad, si no uno respetado por poseer un status privilegiado formulados por personas calificadas desde o dentro de una institución científica. Son estos discursos que siguen la lógica de fines del siglo XVIII en cuanto a la forma de administrar “la prueba de la verdad”. En aquel entonces eran consideradas las pruebas de forma amplia en el sentido de que por más insignificante o total que pueda ser la prueba de alguna acción, le correspondería un castigo relativo. Así se puede vislumbrar este mismo mecanismo aplicado en tales pericias, si bien no se llegan a encontrar pruebas materiales de lo que sea se les haya atribuido desde sus hipótesis no dejan escapar y toman de forma válida las desviaciones en cuanto a la personalidad, a lo normal, a lo que se espera dentro de una sociedad. Será desde lo moral, lo ético que se juzgue aunque no se reconozca, que se decida sobre determinadas personas en torno a conjeturas formuladas desde algo llamado saber. Es en oposición directa a esta aritmética de la demostración en la cual surge la íntima convicción, será una nueva forma de juzgar en donde el juez solo podrá condenar cuando existan pruebas directas es decir, una certeza total para aplicar el castigo, o es todo o es nada. Ya no se aceptarían pruebas únicamente aprobadas desde la ley, sino que cualquier ciudadano podría aportar pruebas en tanto se pueda demostrar. Sin embargo las circunstancias atenuantes que tuvieron como objetivo que la justicia pudiese aplicar castigos menores en lugar de la pena máxima ante casos específicos dan lugar a un fenómeno el cual “resucita”, el juez aplicaba su sospecha o incertidumbre ante determinados sujetos aunque no hubiese pruebas plenas y suficientes capaces de demostrarse. Otro fenómeno que aparece son las pruebas con valor especial dado que estas son proporcionadas por personas calificadas formadas desde un saber, la importancia recae no solo en la prueba sino específicamente en el sujeto que las enuncia como portador de una verdad. Estos discursos con una verdad “aparente”, aceptada de antemano aparecen en donde se cruzan las instituciones y sus respectivos “saberes” jurídicos y médicos, aunque de momento o mayoritariamente parecen abstraerse, desconocerse de esa cientificidad que aparentan y presumen saber. De esta forma los discursos lejos de ser objetivos, es decir de aislarse desde la visión moral y tratar de demostrar sus hipótesis con pruebas comprobables terminan cayendo en las personas como un castigo ético, descalificaciones ejercidas y vistas como una verdad que no necesita mas aceptación que del mismo lugar de donde proviene. Estos discursos son grotescos ya que no importa quién lo emita sino desde donde se sostiene, estamos hablando de los ámbitos jurídicos y médicos, son entonces inherentes y demarcados por el poder que estas mismas instituciones ejercen, discursos que dan risa al mismo tiempo que suscitan miedo y crítica. Es a través de la pericia psiquiátrica que se juega este discurso, esta implantado en él, diseminado y es donde va juzgarse de forma explícita aunque sin reconocerlo un papel de suma importancia en el castigo a aplicar. Este discurso se compone entonces de dos funciones, en primer lugar la de repetir el rasgo que considera patológico o desviado de la norma, por lo tanto se pasa de la acción a la conducta del individuo. En segundo lugar ya no se juzga el crimen únicamente sino que se va mas allá situándolo en un lugar fuera de una regla, esta regla no es la ley precisamente, estamos hablando de una determinada regla moral, una forma de ser del sujeto que es diferente de la adoptada por la mayoría. Se produce así el doblete psicológico del delito en donde las personalidades no ajustadas a la norma serán castigadas, el blanco no es únicamente el crimen en sí, sino sus motivos, rasgos, pensamientos, comportamientos etc. Ya que son los causantes de tal delito.

CLASE DEL 15 DE ENERO DE 1975 Las pericias psiquiátricas deberán entonces según el artículo 64 dar cuenta si el culpable estaba consciente durante su acto y no existe en él un estado de demencia, debe marcar esa línea divisoria entre el sujeto jurídico al cual le corresponde un castigo, o el encierro por una enfermedad. Es este el lugar donde la justicia no puede hacer nada en tanto no tiene conocimientos y se encomienda hacia el saber médico psiquiátrico. Se va tejiendo así una complicidad entre ambas instituciones, un continuum médico-judicial que sancionaran a partir de un discurso del saber ciertos comportamientos y actitudes que se consideran perversas para dar cuenta de la intención de perjudicar de un individuo, estas nociones van a permitir que sobre ellas caigan y funcionen los saberes como campo de aplicación. Se busca instaurar una supuesta protección del cuerpo social, de alejar o mejor dicho encerrar aquellos individuos considerados como peligrosos. Aparecen así dos nociones que se relacionan, la de perversión y la de individuo peligroso la cual constituye el núcleo de la pericia médico legal. Es ahí entonces el lugar donde los saberes se mueven y actúan, la unión de lo médico y lo judicial se anuda gracias a la pericia médico legal que despliega un discurso determinado, un discurso de un padre al hijo es decir, de la moralización el cual tiene por función detectar el peligro y modificarlo. Ya no se trata de individuos comunes sino de niños que se comportan de una manera que debe ser corregida a través de este discurso que al final es siempre el mismo, un discurso ubuesco. En un primer momento la pericia psiquiátrica era el traslado de un saber médico hacia la institución judicial el cual ese discurso se va volver encontrar más adelante, en tanto como perversidad y peligro que debe ser corregida a medida que el juez y el perito intercambian papeles en esta forma de control. Por otro lado una reivindicación de poder entre jueces y médicos los cuales por un tiempo se vieron perjudicados por no poder ejercer un determinado poder (más que el otro saber) llegándose a una reforma entre el poder médicojudicial. El individuo tendrá la obligación de presentar en su audiencia una pericia psiquiátrica hecha de antemano como así también la creación de tribunales de menores, en el cual el menor se presenta ya ante un tribunal de perversidad y peligro para tratar de modificar su conducta. Así entonces la pericia médica viene a irrumpir entre dos campos de saberes en la cual no pertenece a ninguna, sino que viola la ley ya que ridiculiza tanto lo médico como lo judicial, sin embargo las sostiene y las une. Estos saberes entonces no se encuentran frente a sus objetos, la pericia médico legal va venir a inscribirse sobre lo normal y lo anormal es decir, sobre los anormales. Occidente tuvo dos grandes modelos: el de la exclusión y el de la inclusión. La exclusión de la lepra se llevaba a cabo mediante la embarcación de los enfermos y su posterior parto hacia lo desconocido con el fin de mantener la salud de los habitantes que no estaban infectados. Sin embargo la figura del leproso va suscitar algo mas que la exclusión, el rechazo, el exilio etc. Son mecanismos de poder puestos en acción sobre determinadas personas en tanto control de los individuos. Se va pasar de este modelo hacia el de la inclusión es decir, la peste. Hay entonces una sustitución de los modelos y ya no se busca excluir al enfermo sino que se lo incluye en todo momento dentro de la sociedad, sin embargo esto permite que se ejerza con total libertad mecanismos de poder, estos van a controlar la sociedad manteniéndola ordenada en tanto la población misma considera estas políticas como útiles y necesarias. Se destaca entonces la edad clásica por su capacidad de inventar técnicas científicas e industriales. CLASE DEL 22 DE ENERO DE 1975 Con el tiempo van a ir apareciendo tres figuras o tres elementos que se plantearan como un problema, introduciendo la anomalía las cual los absorbe. La primera figura es la del monstruo humano el cual es en sí mismo una violación a las leyes jurídicas como naturales, si bien su marco de referencia es la ley éste con su simple presencia se pone fuera de ella, fuera de su alcance y la deja sin voz, sin poder actuar. Es un fenómeno extremo pero raro al mismo tiempo.

Por otro lado tenemos al individuo a corregir que se encuentra en las familias o las instituciones encargadas de su cuidado, este individuo se encuentra con mucha más frecuencia que el monstruo humano, se va perfilar como un corregible incorregible en tanto que ha pasado por tantas técnicas y procedimientos pero todos han fracasado de tal modo que se lo asimila como un irregular regular, y procedimientos pero todos han fracasado de tal modo que se lo asimila como un irregular regular, es tan familiar y normalizado que no se necesitan pruebas para dar cuenta de su condición sin embargo no se hace nada para demostrar que efectivamente es incorregible. Por último aparece el masturbador el cual se lo encuentra en el plano mas íntimo y personal, aunque se llegaron a formular teorías que expliquen que los peores males, enfermedades corporales se deben a causas puramente sexuales esta figura constituye el secreto universal, todos o la mayoría de las personas lo practican sin embargo no saben nada de ello. La anomalía contiene a estas tres figuras que parecen estar juntas o pertenecerse en tanto son eso, una desviación que se inscribe en los diversos marcos ya sea legal, en la sociedad y natural. Responden a una determinada regla la mayoría de las veces explicita y otras tantas implícita de forma que se cree perteneciente a un orden determinado de las cosas. Pero aunque parezcan que están juntas escapan a los mecanismos de poder y a los sistemas de saberes, cada figura será primeramente inscripta en un área determinada, el masturbador dentro de la desviación sexual va requerir una redistribución de los poderes que se recaen sobre el cuerpo, el incorregible suscitará nuevas técnicas disciplinarias y el monstruo nuevas leyes o poderes político judiciales que los ampare o domine. CLASE DEL 5 DE FEBRERO DE 1975 La psiquiatría tal cual la conocemos hoy es muy diferente de la psiquiatría de fines del S.XVIII y principios del S.XIX, esta se inició no como una rama de la medicina sino como un campo de protección social que se ocupaba de la higiene pública referida a los peligros sociales y los derivados o causantes de éste. Sin embargo para ello debió efectuar dos movimientos: Codificar o interpretar a la locura como enfermedad y por lo tanto dar cuenta de su peligrosidad pero además atribuirle la condición de ser portadora y causante de riesgos. Es así que se va demarcando un saber que se autoproclama capaz de reconocer los peligros como de actuar sobre ellos y mantener un determinado orden, una protección que aparenta ser necesaria en tanto responde a una demanda social que en mayor parte, ella misma crea. Sin embargo empieza a tener sentido recién cuando se logre el dominio de un discurso como ser el de la monomanía el cual englobará todo tipo de peligros inscribiendo así el “peligro social” como enfermedad. Entonces estamos ante un saber que se proclama así mismo donde hay un agujero, algo que escapa y no tiene explicación, ese va ser el lugar donde la psiquiatría venga a insertarse en tanto asegura que puede explicar pero también dar cuenta de que puede adelantarse a los hechos a través de su práctica, se va pasar desde el estudio sobre el crimen en sí a un desdoblamiento, un doblete del acto. La psiquiatría se constituye a partir de casos que escapan al razonamiento, lo que le interesa realmente va ser la locura que mata de la puede servir para hacer valer sus derechos como un saber. Ese crimen sin razón es lo que le da poder a la psiquiatría, es a la cual el poder judicial recurre por estar fuera de su campo de conocimiento, de entendimiento, es una relación de necesidad-deseo ya que la psiquiatría hace notar su presencia, que es indispensable y la única en poder explicar actos inexplicables. Podemos dar cuenta que el discurso sobre la locura fue cambiando, de explicar y analizar los delirios a ese sujeto al cual se lo considera peligroso por no estar dentro de lo normal, esperable y obediente, es el lugar donde vendrá a operar la psiquiatría en tanto discurso correctivo, de un poder y autoridad equivalente del padre sobre el hijo que tiene un valor y lugar privilegiado ya que es o pretende ser un conocimiento científico, médico que puede brindar protección social ante los individuos peligrosos, de la locura.

Roberto Mazzuca LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO – CAPITULO I El término de psicopatología surge en el campo de la Psiquiatría. Para nosotros son frecuentes en que el avance científico plantea nuevos problemas éticos. Y surge la duda si la ciencia y la tecnología no traen más males que bienes. La psicopatología no es ajena a la problemática de la ética. En el caso de la homosexualidad, que paso de considerarse como una perversión, a ser considerada una elección de orientación sexual subjetiva. Sin embargo esto es aplicable a todas las categorías psicopatológicas, como neurosis y psicosis, que también son consideradas elecciones subjetivas, donde Freud puntualizo en que el neurótico hace una elección de neurosis, aunque sea inconsciente es también una elección subjetiva. La ética y el derecho apuntan a regular los modos de gozar, la posición subjetiva en relación al goce, lo que se estimula y se desalienta, lo que está permitido o prohibido, donde resulta más evidente la existencia de diferentes enfoques desde una perspectiva moral. En el trabajo de Canguilhem, reúne nociones que han cambiado mucho a lo largo de la historia de nuestra cultura y que varían de una a otra. Distribuye las distintas nociones de enfermedad: •

Concepción Dinámica: es la que hemos heredados de los griegos, en la cual la enfermedad era considerada como la ruptura del equilibrio, de una armonía.



Concepción Ontológica: el enfermar está referido al efecto de sustancias dañinas extrañas al cuerpo. Hay una oposición interior-exterior. La curación tiene que ver con expeler esa sustancia portadora del mal.

LA DIVERSIDAD DE LAS ÉTICAS En el PSA el principio de placer rige como el principio máximo que rige el funcionamiento de ese aparato, como un principio de constancia definido en términos cuantitativos, sin embargo si estuviera regido exclusivamente se dirigiría hacia su destrucción. Para poder definir la ética psicoanalítica hay que ver las éticas que se contraponen. El imperativo categórico kantiano dice “obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer simultáneamente como principio de una legislación universal”. La ética de Sada ubica al goce en el lugar del imperativo categórico y sostiene como máxima el imperativo de gozar, de convertir el goce en deber. Sin embargo se considera como la ética del mal y está en contraposición del PSA. La ética utilitarista ubica como principio máximo la cuestión del bienestar a escala social = el bien para la mayoría. LA ETICA DEL PSA La primera caracterización es que no se incluye entre las éticas hedonistas. No toma como principio máximo de la conducta moral, el bienestar o la felicidad. En su teoría y en la cura se guía por “hacer consiente lo del inconsciente” y se busca “anular represiones”, levantar las represiones que apartaron el deseo de la vida en acción. El deseo debe venir y hacerme cargo de ese deseo.

Otro pseudo ideal es que el ideal de la armonía del amor genital. Y otro es el de la autonomía o independencia que se funda en una concepción de la libertad. Entonces la ética del PSA es una ética del bien decir, se trata de subrayar la oposición del decir, en relación con los dichos del inconsciente, se inscriben en una serie infinita y un análisis apunta a encontrar la ley de esos dichos para poner fin al análisis y obtener la destitución del Inconsciente.

Roberto Mazzuca ETICA, PSICOPATOLOGIA, Y PSICOANALISIS Cuestiones psicológicas: * lo normal/ lo patológico * La salud/ la enfermedad  Poseen un componente ético de carácter irreductible.  La ciencia surge de, y se sostiene en una posición ética que ubica el deseo del saber por encima de cualquier otro valor. Existen diversos modos de abordajes: Perspectiva psicoanalítica: las neurosis y las psicosis son elecciones subjetivas. Freudpuntualizo que el inicio o desencadenamiento de la neurosis continua una via para eludir una decisión , para no enfrentar el conflicto surgido en un momento determinado de su trayectoria vital, el neurótico prefiere enfermar en vez de decidir elección de neurosis  Se produce muy tempranamente y no se trata de una decisión consciente(esto pone en duda la elección subjetiva ..peroel psicoanálisis consiste en hacerse responsable del icc, es una posición ética necesaria. Las nociones de neurosis, (histeria, obsesión, fobia) surgen inicialmente como formas patológicas y han pasado a ser teorizadas como posiciones subjetivas o variedades de conducta según las diferentes teorizaciones. Freud su perspectiva apunta a definir la neurosis por los mecanismos de formación de los síntomas, las presenta como enfermedades.  Lacanlas diferentes categorías clínicas son abordadas como estructuras subjetivas, es decir, modos de constitución del sujeto que se caracterizan por sus posiciones diferenciales en relación con el deseo, el goce, la función del fantasma y otras variables subjetivas. Estas variables no implican necesariamente el desencadenamiento de la neurosis… “no hay otra forma de satisfacción pulsional mas que la del síntoma, este asume, una función eminente en la realización del sujeto” -..el síntoma se asemeja al concepto de sublimación, como una forma de invención o creación singular de cada sujeto. La depresión es un efecto directo, se trata de situaciones de diferente índole (sexual, laboral, social) por eso se diferencia del síntoma que propone Freud como resultado de los mecanismos de formación de síntomas. La ética y el derecho: apuntan a regular los modos de goce, la posición subjetiva con respecto al goce, lo que está permitido y lo prohibido.