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Tres tipos básicos de textura musical:

1.- Monofónica: una sola línea melódica, sin acompañamiento (también llamada monodia). Ejemplos son los pasajes de solos de instrumentos melódicos en algunas obras o los cantos gregorianos. Algunos autores consideran también como textura monofónica las duplicaciones a la octava de la línea melódica sin acompañamiento. He aquí dos ejemplos de este tipo de textura:

2.- Homofónica: aunque hay varias voces, una destaca al encontrarse en primer plano y las demás conforman el fondo. Este tipo de textura se subdivide en dos tipos, a) homorrítmica y b) melodía con acompañamiento. En la textura homorrítmica todas las voces se mueven con idéntico ritmo (o con mínimas y breves diferenciaciones rítmicas). Es habitual que la atención se concentre en la voz superior, pero el primer plano puede situarse en cualquiera de las voces, como en los siguientes ejemplos tomados de dos momentos distintos de la misma obra:

En la melodía con acompañamiento, la línea melódica principal tiene su propia configuración rítmica:

3.- Polifónica contrapuntística: se distingue por la combinación simultánea de dos o más líneas melódicas, sin que una sea más importante que otra. Cada voz mantiene su propio contorno melódico e identidad rítmica. El siguiente es un ejemplo de polifonía contrapuntística por imitación

En la música del siglo XX, muchos compositores fueron ampliando el concepto de textura, experimentando y explorando nuevas formas de interrelación de los elementos musicales en

las que se considera a la música como un objeto sonoro, unitario y global. La textura en el contexto contemporáneo emerge de la interacción de la altura, el ritmo, el timbre, la duración, la intensidad, y otros parámetros, pero va más allá de ellos y no puede reducirse a ninguno en particular. Se trata de una sonoridad compleja que integra de manera global los distintos materiales musicales de acuerdo con su disposición y a las relaciones e interacciones espaciales y temporales. Es así como en la música contemporánea se habla de capas, de franjas de alturas, de puntillismo, y muchos otros adjetivos que intentan describir estas nuevas formas de entender el tejido musical. En muchos casos, la singularidad de una línea melódica determinada- cuando ésta existe-, solo tiene relevancia en la medida en la que contribuye, junto con otras líneas, a la conformación de la textura a que da lugar de manera global. Ejemplos: