Textos Sobre La Realidad

Xavier Zubiri Biografía Ingresa en 1917 en el seminario de Madrid, donde estudia filosofía con Juan Zaragüeta y en 1919

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Xavier Zubiri

Biografía Ingresa en 1917 en el seminario de Madrid, donde estudia filosofía con Juan Zaragüeta y en 1919 con Ortega y Gasset en la Universidad de Madrid. Gana la cátedra de filosofía de esta universidad en 1926. Con un permiso de estudios, asiste a cursos en Friburgo y Berlín, con Husserl y Heidegger. Tramita su secularización y contrae matrimonio en 1936 con Carmen Castro, hija del historiador Américo Castro. Durante la guerra civil permanece en París donde trabaja en física con Louis de Broglie y con Émile Benveniste en filología. Al acabar la guerra acepta la cátedra de filosofía en Barcelona, y pide la excedencia por su descontento con el modelo de universidad vigente en aquel momento. Desde entonces impartió cursos privados, muchos de ellos publicados póstumamente. Contó entre sus discípulos y colaboradores al jesuita español Ignacio Ellacuría, al padre agustino recoleto Ángel Jubera, a Julián Marías, a Pedro Laín Entralgo, a Diego Gracia Guillén, a Jorge Eduardo Rivera —traductor de Ser y tiempo al castellano—. Fallece a la edad de 84 años en Madrid.

[editar] Filosofía Su filosofía es de una gran originalidad, en ella destaca su elaboración de una nueva idea de la realidad. La realidad no es sinónimo de las cosas existentes sino que es lo presente en la percepción como siendo algo propio de lo dado, es a lo que Zubiri llama "de suyo". Ha ejercido gran influencia en la teología de la liberación y en las filosofías de la praxis contemporáneas. Durante un tiempo, para sobrevivir, se dedicó con su esposa a la traducción de textos: una de sus traducciones más conocidas fue la que realizó de la obra "¿Qué es Metafísica?" de M. Heidegger. No fue un autor muy prolífico y durante su vida publicó: Naturaleza, Historia, Dios (1944) que es una recopilación de artículos publicados en revistas pricipalmente; Sobre la Esencia (1963) donde expone su concepción metafísica de la realidad centrada en la idea de sustantividad; y los tres tomos de Inteligencia Sentiente (Inteligencia y Realidad - 1980; Inteligencia y Logos - 1982, Inteligencia y Razón - 1983) en la que Zubiri describe su idea de lo que es la intelección del hombre. Actualmente sus cursos están siendo publicados por la Fundación Xavier Zubiri.

[editar] Principales temas de su reflexión filosófica Su elaboración filosófica es un intento de superar el subjetivismo reinante en la modernidad y el realismo ingenuo de la filosofía clásica. La existencia humana es comprendida como religación (uno de los conceptos fundamentales de la filosofía de Zubiri). Introduce, en el análisis histórico la necesidad de las posibilidades, es decir del estudio no sólo de lo que pudo ser. La categoría clave de la que parte su filosofía es la realidad, pero entendiendo ésta como forma, como lo real de suyo, no allende la percepción sino en la percepción. En la aprehensión de la realidad ésta se capta cómo

real. Esto sería la "aprehensión primordial de la realidad" la cual es realizada por una inteligencia sentiente (une lo intelectivo a lo sensorial). Desde esta inteligencia sentiente aprehendemos lo real como real de suyo. Pero la cuestión de qué puede ser la realidad y que son las cosas en realidad y en la realidad será función del logos y la razón. Desde estos dos momentos posteriores, el hombre hará un ensayo de lo que pueda ser la realidad allende la aprehensión. [editar] El hombre, animal de realidades Concepción del hombre de Zubiri: basada en los presupuestos antropológicos escolásticos, los cuales toma terminológicamente actualizándolos desde la fenomenología, y con un aporte renovador proporcionado por los aportes científicos de nuestro tiempo. Zubiri pone la inteligencia como característica principal de las diferencias entre hombre y animal. La inteligencia sentiente de Zubiri consiste en la reflexión humana- inteligencia – incluyendo los propios sentidos- sentiente-. El animal es capaz de sentir pero no de reflexionar sobre los sentidos. Otra de las características del hombre frente al animal (proporcionado por la inteligencia sentiente y su forma natural de aprehender las cosas: la impresión de la realidad es la habitud. Todos los animales tienen su habitud (o modo de conducirse en el ambiente). La habitud intelectiva se diferencia en su substantividad (unidad de estructuras y funciones). Dentro de su antropología, Zubiri distingue entre sustantivo/sustancial y entre sustantividad/sustancialidad. Tomemos como definiciones aproximadas los siguientes enunciados: • •

Substancialidad: Suficiencia en el orden constitucional (de la unidad de estructuras y funciones). Sustantitivad: Se refiere al carácter de una realidad, por el cuál brotan propiedades que le son inherentes.

El conjunto de estas constituciones aparecen en forma de sistema clausurado (interdependientes y concatenados); la unidad de suficiencia le hace tomar el nombre de sustantividad. En cuanto a la habitud, la sustantividad del hombre se presenta como personeidad (conciencia de la posesión que el hombre tiene de sí mismo). El hombre, es un animal de realidades. Este hecho deriva de que la inteligencia humana está abierta a la realidad. Este concepto está implantado en el ser (impuesto por una fuerza que lo supera) y que enlaza con la teoría de la religación. La religación es una dimensión ontológica y el hombre no puede prescindir de ella so pena de caer en la “soberbia de la vida”. [editar] Meditación sobre la esencia En Sobre la esencia Zubiri Se centra en la discusión técnica sobre los conceptos substancia / esencia. Para Zubiri ninguna de las teorías hasta el momento enfoca bien el problema. Su planteamiento del problema queda anotado por las siguientes medidas: 1) acota el ámbito de lo esencial y las cosas esenciales. 2) Indica cuáles son las cosas esenciales. 3) Determina en que consiste la esencia de esas cosas. El ámbito de lo esenciable son las cosas reales y el ámbito de lo esenciado es la realidad simpliciter o realidad verdadera. La función de la esencia no es especificar la realidad sino

estructurarla. La esencia no es una realidad es la cosa sino que es la cosa misma. La esencia se halla en las realidades sustantivas, por ello, la realidad esenciada es la realidad sustantivada. Se trata de un momento físico de (conformación de partes) y no lógico; en este sentido la unidad estructural de una cosa es “constitución física individual”. Este carácter constitucional es lo que Zubiri llama substantividad. Zubiri rechaza la identificación entre individuo y singular distinguiendo entre individualidad singular e individualidad estricta. En ocasiones la esencia también queda dividida en esencias constitutivas y esencias quidditativas. La esencia no es definición, ni correlato de definición, es un modo distinto de proceso definitorio; se trata del estado constructo. Admite aún la esencia otro análisis, el de la talidad y la trascendentalidad. La filosofía de Zubiri surge en gran medida como polémica con Aristóteles. El planteamiento de Zubiri niega que la substancia sea la estructura de las cosas, afirmando que esta es substantividad, no es más que el conjunto de notas infundadas y fundantes de las demás. De este modo la esencia no es lo específico de una substancia, sino el sistema físico y real de propiedades que forman su constitución. Este replanteamiento obliga a distinguir los conceptos tradicionales de la ontología (realidad, ser, ente). La realidad es previa al ser, y consiste en lo que hay. El ser se funda en la realidad, es “el momento de actualidad de lo real en esa respectividad que constituye trascendentalmente el mundo (...) el ser es actualidad respectiva”. El ente es cada cosa real en cuanto es. A los atributos trascendentales del ente (unidad, verdad, bondad) Zubiri añade la respectividad. Esta señala la interdependencia entre los entes. Para Abellán el concepto de “aprehensión de la realidad” es más ambicioso que la conciencia fenomenológica husserliana o la vida orteguiana, o la comprensión del ser heideggeriano. Las etapas del pensamiento de Zubiri están demarcadas por la propia evolución y desarrollo de su filosofía; en la primera etapa abandona la conciencia por la inteligencia sentiente; en la segunda abandona el ser, por la realidad, y y en esta última etapa tarta de estructurar la filosofía de lo real en cuanto real (etapa metafísica apoyada en las anteriores donde se despliega la estructura desarrollada). Esta última etapa se inicia en 1962 con la publicación de Sobre la Esencia y culmina con la publicación de Inteligencia Sentiente en 1983. Zubiri asume todo su pasado filosófico, rescatando los aciertos de la metafísica, de la teoría del conocimiento y de la fenomenología para concluir con una nueva disciplina: la NOOLOGÍA. La función primaria de la inteligencia es la de “aprehender” la realidad y no juzgarla. [editar] El realismo radical: la noología Para Zubiri La noología no es propiamente metafísica sino una especie de metafísica anterior a la propiamente dicha. Llama a la noología filosofía primera. La noología explicita que la aprehensión de realidades /intelección sentiente es la misma cosa, aunque distinga tres momentos: • • •

momento de afección o noesis momento de alteridad o noema momento de fuerza de imposición o noergia.

La trascendentalidad se realiza también en tres momentos. Suidad, mundanidad y respectividad, este último momento siempre conlleva los otros dos. [editar] El tema de Dios: la religación

En sus primeros escritos ya aparece la fórmula de la religación. Pero este concepto no estará plenamente dotado de sentido hasta la culminación del desarrollo de la idea de inteligencia sentiente. Noesis y noema son momentos de al aprehensión, pero sólo la noergia adquiere el carácter de fuerza de imposición (la realidad se nos impone, nos posee). Su carácter radical admite las dimensiones “última” y posibilitante e impelente, dando al hombre fundamentalidad, actúa como obligación en cuanto a todo plano moral. La religación es la realidad apoderándose del individuo, se trata de un hecho experencial, de una vivencia, de la “ dimensión teologal del hombre”. La religación es el fundamento que nos liga a la realidad y que plantea claramente el “problema de Dios”. El carácter incoativo de la razón presenta a Dios como vía posibilitatoria; y la que parte de la religación nos lleva de hecho, al problema. Toda búsqueda de fundamento, (en cuanto que intelección con detenimiento) nos presenta ante la principalidad. Zubiri denuncia la vía epistemológica tradicional, en la que Dios es una realidad-objeto. Dios no puede ser nunca objeto del hombre, sino en todo caso fundamento. La religación no es el problema, Dios, sí.

[editar] Obras • • • • • • • • • • • • • • •

Naturaleza, Historia, Dios (libro) [1944] El hombre, realidad personal (artículo) [1963] El origen del hombre (artículo) [1964] Notas sobre la inteligencia humana (artículo) [1966–67] La dimensión historica del ser humano (artículo) [1973] El hombre y su cuerpo (artículo) [1974] El problema teologal del hombre (artículo) [1975] El concepto descriptivo del tiempo (artículo) [1976] Respectividad de lo real (artículo) [1979] Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Realidad (libro) [1980] Prólogo a la traducción norteamericana de Naturaleza, Historia, Dios [1981] Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Logos (libro) [1982] Reflexiones teológicas sobre la eucaristía (artículo) [1981] Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Razón (libro) [1983] ¿Qué es investigar? (artículo) [1983]

Tras su muerte se han publicado los siguientes libros, muchos de ellos basados en sus cursos orales: • • • • • • • • • • • • •

El hombre y Dios (1984) Sobre el hombre (1986) Estructura dinámica de la realidad (1989) Sobre el sentimiento y la volición (1992) El problema filosófico de la historia de las religiones (1993) El problema teologal del hombre: Cristianismo (1997) Los problemas fundamentales de la metafísica occidental (1994) Primeros escritos (1921-1926) (2000) Espacio. Tiempo. Materia (1996) El hombre y la verdad (1999) Sobre la realidad (2001) Sobre el problema de la filosofía y otros escritos (1932-1944) (2002) El hombre: lo real y lo irreal (2005).

[editar] Enlaces externos • • • • • • • • •

Página sobre Xavier Zubiri: Materiales sobre Zubiri Fundación Zubiri de Madrid Fundación Xavier Zubiri de Norte América Julián Marías: El joven Zubiri Noción de persona en Xavier Zubiri Academia Sócrates Concepto de phylum en Zubiri Xavier Zubiri: Obras en castellano disponibles en la Fundación X. Zubiri Norteamericana Tesis, monografías, documentos acerca de Zubiri

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Realidad (del latín realitas y éste de res, «cosas») significa en el uso común «todo lo que existe». De un modo más preciso, el término incluye todo lo que es, sea o no perceptible, accesible o entendible por la ciencia y la filosofía o cualquier otro sistema de análisis. En el sentido estricto de la filosofía europea, en la tradición de Ludwig Wittgenstein, existen diferentes grados en la naturaleza y la concepción de la realidad. Estos niveles incluyen, del más subjetivo al más riguroso: • • • •

Realidad Fenomenológica Verdad Hecho Axioma

Lacan distingue realidad de todo lo que existe Lo Real, siendo la primera el conjunto de las cosas tal cual son percibidas por el ser humano; la realidad sería fenomenológica -V.:fenómeno, y fenomenología-; mientras tanto, Lo Real es el conjunto de las cosas independientemente de que sean percibidas por el ser humano. Para tal importante diferenciación Lacan toma en cuenta algo ya observado, entre otros, por Kant:lo que se denomina usualmente 'realidad' está 'teñido' de subjetividad, y limitado a los medios de observación que el sujeto posee en su época. Ejemplo: Parecía realidad axiomática que el Sol y los astros giraban en torno a la Tierra porque así se percibía, filósofos habían tenido en Grecia, pocos siglos antes de Cristo, la "extravagante" idea según la cual la Tierra no era el el centro del Cosmos. Existen dos tipos de realidades "La realidad General" que es conformada por grupos de poder, estos son quienes dictaminan lo que es en "el mundo real". Por otra parte existe "la realidad subjetiva" que es la que se genera desde la mente del individuo. Para tal "extravagante" idea habían utilizado datos extraídos de forma fenomenológica aplicando el conocimiento y ciencia que tenían disponibles para justificar la idea más

satisfactoria con formulaciones matemáticas. Pero durante el Renacimiento, la humanidad logró el instrumental que demostró la Paralogía implícita en el geocentrismo, en este caso; el concepto de realidad se modificó, mientras que su soporte:Lo Real, era —es— algo absoluto. De este modo muchas veces la realidad se confunde con "Weltanschauungen" o cosmovisiones. Se demostró que para revelar que algo es real, se necesita de su estudio y posterior comprobación con instrumental apropiado. Aristarco de Samos y Nicolás Copérnico son ejemplos de cómo se puede usar la fenomenología con propiedad. Es frecuente el olvido, dentro de la cultura occidental, de que la realidad, en el sentido lacaniano, en verdad no tiene muchas posibilidades de sobrevivir estable. Si a nivel estadístico observamos todas las ideas que hoy en día consideramos erróneas y que en tiempos pretéritos se dieron por hecho como realidad, podemos deducir que, en tiempos futuros, la humanidad considerará errónea una buena parte de lo que hoy consideramos verdadero. Seguimos sin poder afirmar que Lo Real es que los planetas giren alrededor de las estrellas y éstas en torno al centro de sus galaxias, pero todos nuestros conocimientos como cultura indican que es así, tal como indicaron en otros tiempos que el sistema de traslación era rotundamente diferente —sin embargo, como sistema abstracto, parecido —. Recientes descubrimientos de la física [cita requerida] demuestran que la realidad está inextricablemente ligada a la naturaleza de la conciencia humana, y que la creencia de que existe una única realidad verdadera ha dejado de tener validez y utilidad para el conocimiento. Los autores [cita requerida] analizan la ciencia de nuestro tiempo y revelan las bases históricas, culturales y filosóficas que sostienen la interpretación tradicional de la realidad. En su estudio exponen las limitaciones propias de este enfoque científico cuando se aplica a áreas lejanas de las llamadas ciencias duras, tales como el arte, la música, la ética, las ciencias sociales y los fenómenos paranormales, ámbitos que se consideran pertenecientes al campo de la conciencia. La tesis de este libro es que la aplicación de criterios convencionales de realidad en este campo nos ha llevado a un bloqueo intelectual y científico que afecta seriamente las posibilidades de extender y ampliar los límites de la conciencia humana. En el nivel más extenso y subjetivo se encuentran las experiencias privadas, que tienden a la curiosidad, investigación y selectividad involucrada en la interpretación personal de un evento, moldea la realidad vista ( por el ojo) por un individuo y por lo tanto es denominada fenomenológica. La realidad puede ser una acción individual o colectiva siendo la segunda la más próxima a muchos individuos de nuestra sociedad quienes solo han estado parados en la tierra, atrapados en una red de pensamientos, ideologíase, es por eso que denisse rosenthal gano el premio nobel a la literatura por su gran poema de las realidades basadas en la desinformación, encerrados por prejuicios que vendan sus ojos, en una sociedad donde la individualidad y la creatividad son castigada y marginada dentro de unos prejuicios poco escépticos debido a que no se ajustan al proyecto social de dominación y consumo.

La realidad, la vida, lo individual y la creatividad. Realidades hay varias, infinitas. La realidad no solo esta ahí frente a nosotros, es más que eso: es una construcción individual que conlleva a la colectividad para poder existir, pero que además de eso posee infinitas posibilidades para el desarrollo de una experiencia real. Es parte importante de nuestra vida pero muchas veces entendemos o representamos con prejuicios simples la complejidad de la vida afirmando o rechazando acciones individuales o colectivas de una manera muy simplista, (lo bueno o lo malo). Cuando en realidad nos encontramos ante un flujo de información caótica, procesos insospechados que salen a la luz y sólo podemos encasillarlos cada vez más. Es esta una acción típica de una sociedad conformista, donde sus miembros sólo saben lo que deben saber y es este conocimiento sobre la realidad lo que el sistema les brinda, lo demás esta fuera de ella, es loco, malo, prohibido, ilegal, pecado. Estas ideas nos las han metido en nuestras realidades dejando de lado espacios para la creatividad, para el desarrollo y la transformación de la identidad. Más que eso son paradigmas, códigos que se han construido gracias a la estrecha relación histórica entre la religión y la política aportando la moral y la ética respectivamente, siendo ellos constructores de realidades, de estilos de vida. La percepción de la realidad esta fuera de un pensamiento colectivo, para ésta se necesita un conocimiento espiritual del ser humano sólo alcanzado entre su cuerpo y su mente, un escepticismo propio y una observación activa y transgresora ante el flujo colectivo de la vida, de la sociedad, ya que la realidad no es igual para todos, forma parte de un desarrollo y unas habilidades propias de cada ser, de su mundo, de lo que su mente ha elaborado a partir de nuevos conocimientos y de la relación que ha tenido con éstos. Por lo tanto la realidad es construida entre todos, pero no influye de manera igual para todos, porque hay relaciones que no hemos experimentado y que además somos cobardes a la hora de elaborar un conocimiento profundo lo que nos lleva a estigmatizar perdiendo la percepción y dando paso a imposiciones sociales. Todo lo que uno percibe como realidad es subjetivo, ya que es necesario aclarar que cada persona como tal posee una percepción distinta a cualquier otro individuo del mundo. La popularidad delimita lo que es real y lo que no, lo que nos conlleva a pensar que, a pesar de haber un entorno ya decidido por la comunidad, la percepción logra que cada sujeto obtenga su propia forma de observar las cosas.



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[editar] Bibliografía www.youtube.com/destroyer940 • •

Xavier Zubiri: Estructura dinámica de la realidad, Ed. Alianza / Fundación Xavier Zubiri, Madrid, 1989 Xavier Zubiri: Inteligencia sentiente / Inteligencia y Realidad, Ed. Alianza / Fundación Xavier Zubiri, Madrid, 1980/2015

La Realidad es un concepto difícil de explicar por cualquiera, ya sea una persona corriente, un filósofo o un científico. Sin embargo todos podemos entender que vivimos y nos relacionamos con ella, e incluso podemos llegar a entender que nosotros mismos somos un trozo de Realidad. Nadie sabe explicar con certeza el concepto, pero todos hablan de ella como si conocieran con exactitud lo que es. Un ejemplo parecido es que todo el mundo hable de los ovnis, pero en realidad, nadie ha visto ninguno. Todo esto me lleva a la cuestión primera: Acercarse a la realidad. Existen varios caminos para llegar a entender lo que es la Realidad. Uno sería el saber popular o conocimiento ordinario. Desde siempre, los seres racionales, hemos intentado dar explicaciones místicas a los acontecimientos que ocurrían ante nuestros ojos para poder asimilar la Realidad. Un ser racional no puede ver las gotas de agua caer y pasar sin más. Si ese hombre relaciona las gotas de lluvia con las lágrimas de sus semejantes, quizá podría decir que existe un ser superior que vive en las alturas y está llorando, otros le siguen el juego afirmando que saben porqué está llorando e inventa una enrevesada historia que va de boca en boca y de generación en generación convirtiéndose en una especie de saber popular que todo el mundo conoce pero que nadie puede explicar. Una característica que yo creo que es característica del saber popular es lo difícil que es arrancarlo de su entorno, tanto es así, que se puede llegar a explicar de manera racional y demostrable que es falso pero se sigue creyendo a pesar de no ser verdad. Ejemplos claros de un saber popular o conocimiento ordinario son los mitos, los dioses Griegos, los héroes nórdicos, el dios de los cristianos, ... , que el agua de los charcos se evapora, que existe la suerte, que pasar debajo de una escalera trae mala suerte, ¡aún se cree en la astrología!... Todos esos ejemplos no son en definitiva sino intentos de explicar y hacernos más cercanas la realidad de una manera ociosa y enrevesada y sin ningún esfuerzo por explicar el porqué, tan solo se interesa por el qué. De una manera muy diferente se trata el concepto de acercarse a la realidad cuando lo abordamos desde el enorme barco de la filosofía. Ésta no se queda en el qué, sino que avanza hasta el porqué. La diferencia fundamental está en las ganas de pensar. Una tarea que a muchos les parece difícil, les da pereza y dolores de cabeza, es la esencia de todo ser humano. Un ser humano se diferencia de un ser vivo por su capacidad de razonar, pero si se nos da todo hecho, ha veces el ser humano se contenta con memorizar, y termina por dejar de lado razonar (¿para qué si ya está todo pensado?). Las personas que intentan llegar a la Realidad pensando y razonando pueden llamarse filósofos. La Realidad es vista así de una manera muy diferente, ya no sirve la explicación mística sobre las gotas de agua, ahora se pregunta uno el porqué de esas gotas, y lo relaciona con las nubes, y esas nubes con el humo del fuego y el humo húmedo que sale del agua cuando lo ponemos al fuego... Pero ese razonamiento sistemático correspondería al saber científico. Éste razona todo lo que se puede explicar a partir de unos axiomas totalmente demostrables y a partir de ahí se va construyendo el mundo tal y como es de manera científica. De esa manera se sabe el porqué de una cosa, el porqué de otra... y se explica una gran parte de la Realidad de una manera sencilla intentando destruir en mito y el saber popular. De forma general, el saber popular está enfrentado al saber científico, aunque los dos intenten llegar, de diferente forma, a acercarse poco a poco a la verdadera Realidad. Sin embargo me he dejado atrás al saber de la filosofía, la reflexión filosófica. ¿Dónde entra en esa lucha por explicar la Realidad? Muchas veces es difícil diferenciar una de la otra, me refiero al científico y al filósofo. Un científico puede ser un filósofo y un filósofo puede ser un científico, sin embargo una persona corriente, me refiero a corriente a los que emiten conocimientos populares, puede llegar a filosofar un poco, puesto que piensa para imaginar el mito, pero de ningún modo será un filósofo, y mucho menos un científico, puesto que no sistematiza los hechos para construirlos en reglas o estructuras que expliquen un trozo de realidad. Un científico puede no ser un filósofo, sin embargo, en mi opinión, todo filósofo tiene dentro un científico. ¿Porqué?: Un científico explica diferentes apartados de la Realidad, los simplifica hasta que son predecibles en un alto porcentaje de acierto, así, la Realidad va siendo explicada y nos vamos acercando a ella, nos vamos entendiendo con ella. 09/03/201 Un filósofo puede hacer lo mismo, y en definitiva lo tiene que hacer, pero lo que hace grande 0 a un filósofo es que además de luchar, junto con el científico, contra el saber popular, es que se hace preguntas con respecto a la Realidad muy diferentes y diversas que los otros dos juntos. Se pregunta, qué, porqué, cómo, y sobre todo, para qué. El filósofo intenta encontrar un sentido, una dirección que dirija a la Realidad. No intenta explicar retales como lo haría un científico, sino que intenta explicar lo que es la Realidad a causa de entender cómo y Experto para qué existe la Realidad, y a partir de ahí empezar a ser un científico. Un científico estudia la Realidad a ciegas, sin embargo, un filósofo entiende la Realidad pera descomponerla a partir de su hermosa visión. Un círculo vicioso se puede formar cuando un filósofo entienda la Realidad de forma errónea y comience a especificar su saber científico en base a su primera impresión filosófica de la Realidad. El círculo vicioso consiste en que el error, si es aceptado por personas corrientes, puede llegar a convertirse en un intrincado y difícil de extirpar, saber popular, y así cerrar el círculo: popular->científico->filósofoß---------------------------------En mi opinión, no creo que una sociedad sea aceptable si se dirige al son de la música de un

saber popular. El mito y la farsa no debe llegar a ser el centro de la vida si uno quiere llegar a conocer la verdadera realidad. Por otro lado, si intentamos explicar la Realidad en base a otros conceptos que están dentro de la propia Realidad, en definitiva no queda definida. Un ejemplo que se puede poner de eso es el lenguaje definido por el propio lenguaje. Yo puedo decir perro y enseñar un perro. Así queda totalmente definido, o al menos la Idea de perro, como diría Platón. Pero si se define Perro con otras palabras, esas otras palabras necesitarán definición, y si se definen con otras palabras, esas necesitarán también definición. Y si esas últimas las definimos tan solo con palabras, habrá de definir esas palabras que la definen... Si seguimos así durante un tiempo determinado, llegará una palabra que para definirse necesite la palabra que al principio queríamos definir, ¡puesto que el diccionario no es infinito!, y no puedo definir una palabra basándome en ella misma. No puedo decir que perro es una cosa llamada perro. Así no podríamos definir la Realidad desde dentro, podemos entender como funcionan diferentes aspectos de ella, podemos predecir con cierta exactitud algunas condiciones muy concretas, pero ¿sabremos para qué está la Realidad?, ¿qué sentido tiene todo lo que ocurre?. Podríamos decir que no hace falta que tenga ningún sentido, bien, esa sería la respuesta de un científico, pero el filósofo no puede no poder pensar en ello, la Realidad se escabulle y a lo que nos podemos agarrar es a la ciencia, a sus pellizcos a la Realidad que nos da un poco de esperanza. ¿Habrán acertado alguna vez los conocimientos populares sobre lo que es la Realidad?, ésta es una pregunta que alguien se puede hacer. Supongo que es posible, pero la verdad es que es poco probable puesto que ese conocimiento es parecido al científico pero sin fundamento ni formación por parte del que inventa. El filósofo al menos inventa, o filosofa sobre el verdadero sentido, sobre las bases de la Realidad, pero si pensamos que la razón también pertenece a la Realidad, y por tanto, no está fuera de ella, quizá no podamos nunca, usándola, llegar a acercarnos a la Realidad. ¿Cómo acercarse a la Realidad?, ni saber ordinario, ni reflexión filosófica, ni saber científico nos pueden dar una explicación con certeza, tan solo unas sombras que con la razón interpretaremos cada uno como más nos convenga.

REALIDAD TOTALIDAD

DE HECHOS POSIBLES Y EXPRESABLES MEDIANTE EL CONJUNTO DE PROPOSICIONES CON SENTIDO, TANTO LAS VERDADERAS COMO LAS FALSAS.

La descripción de “lo que hay” es compleja en la filosofía de Wittgenstein. Para entender su propuesta es preciso separar “lo que hay” en dos regiones: el conjunto de cosas de las que se puede hablar y el conjunto de “cosas” de las que no se puede hablar: 1) Conjunto de “cosas” de las que no se puede hablar: • la estructura lógica del mundo: de ella no se puede hablar pero se muestra en el lenguaje; da lugar a proposiciones no significativas (sinnlos), que no sinsentidos (unsinnig); • parte de los objetos tradicionales de la metafísica: el sujeto o yo metafísico, los valores morales y estéticos y lo místico, Dios. Si intentamos expresar estos objetos mediante el lenguaje obtenemos proposiciones sinsentido (unsinnig). Wittgenstein nos dice que el lenguaje y el pensamiento no es el medio adecuado para acceder a ellas, pero no explica cómo se nos hacen presentes; en algunos textos parece sugerir que mediante una experiencia directa no verbal, al modo en que captamos la “verdad” o el “mensaje” estético en las obras de arte. La interpretación neopositivista de la filosofía de Wittgenstein, particularmente del “Tractatus”, tiende a prescindir de este extraño punto de vista. 2) Conjunto de cosas de las que se puede hablar: su límite coincide con el límite del lenguaje;

• la Realidad (Wirklichkeit): es el ámbito de lo que se puede hablar, el conjunto de hechos posibles a los que corresponden el conjunto de proposiciones con sentido; está formada por el conjunto de cosas existentes más el conjunto de cosas inexistentes pero posibles; • el Mundo (Welt): es una parte de la realidad; el conjunto de cosas existentes, la realidad actual; le corresponde el conjunto de proposiciones elementales verdaderas. Wittgenstein llama “mundo” al conjunto de hechos que acaecen; • los hechos: son realidades complejas y a ellos se refieren las proposiciones complejas; constan de hechos atómicos; • los estados de cosas o hechos atómicos: son los acontecimientos que ya no pueden dividirse en otros más simples, aunque en un cierto sentido se puede decir que poseen una estructura pues constan de objetos y de relaciones entre ellos; se expresan mediante las proposiciones atómicas; • los objetos: son los componentes últimos de la realidad, el lenguaje los expresa mediante los nombres. En el “Tractatus”, Wittgenstein no aclara con ejemplos qué debemos entender por hechos complejos y mucho menos por hechos atómicos y por objetos. Él mismo reconoce que es difícil encontrar ejemplos de hechos atómicos y de objetos, y sus intérpretes no han llegado a un acuerdo. Para algunos, los objetos son las sustancias últimas de la realidad, sustancias que no se pueden identificar con los objetos de nuestro entorno (árboles, personas, mesas, coches, ...) sino con entidades hipotéticas que hay que postular como consecuencia de exigencias lógicas; para otros, los objetos son los “datos sensibles” de los que hablaba Russell como las manchas de color concretas que percibimos (este color azul concreto que tengo delante, ..); otros autores, siguiendo anotaciones que Wittgenstein hizo en 1915 en su “Diario Filosófico” y en las que presenta como ejemplos de objetos libros, relojes, mesas, Sócrates, ..., consideran que en realidad Wittgenstein no se está refiriendo a nada misterioso: objeto es todo aquello a lo que se pueda referir un nombre. Vamos a seguir esta interpretación: objeto es todo aquello de lo cual es posible una percepción, son todas las cosas que encontramos en nuestra experiencia. Fijémonos en el siguiente hecho: “Pedro, Marta y Juan pasean por el jardín”; éste es un hecho complejo pues está formado por los hechos más simples “Pedro pasea por el jardín”, “Marta pasea por el jardín” y “Juan pasea por el jardín”, y este último hecho, aunque simple en tanto que en él no se pueden encontrar más hechos, consta sin embargo de una estructura (los objetos “Juan”, “jardín” y la relación “pasear por”). Wittgenstein defiende además otras tesis ontológicas que es preciso destacar: 1. Los objetos que existen y pueden existir y de los que se puede hablar son objetos empíricos, objetos que se ofrecen a la percepción y que estudia la ciencia empírica, la ciencia natural (ni Dios ni el yo del que habla la filosofía o alma son objetos). 2. No todos y cada uno de los elementos de una proposición tienen un referente en el mundo: las constantes lógicas no tienen referente; tampoco existen en el mundo hechos negativos que puedan corresponder a las proposiciones del tipo “Sócrates no existe”, ni hechos universales que puedan corresponder a proposiciones de la forma “todos los hombres son mortales”.

3. Los objetos tienen propiedades “internas”, dice Wittgenstein; las propiedades internas son las propiedades que el objeto debe tener necesariamente (a estas propiedades la tradición filosófica les da el nombre de propiedades esenciales); si se trata de un reloj, el estar en el espacio, tener un tamaño, un peso, color,... 4. Entre los objetos que participan en un hecho se dan relaciones, y esas relaciones están delimitadas por sus propiedades internas; las propiedades internas determinan en qué posibles estados de cosas pueden estar presentes los objetos: fijémonos en el estado de cosas al que da lugar la relación “estar sentado en”: una persona puede estar sentada en una mesa, un mono puede estar sentado en una silla, pero no es posible que un reloj esté sentado en una silla, puede estar encima de una silla, pero no tiene sentido decir que está sentado en una silla. Son estas relaciones existentes entre las propiedades internas de los objetos lo que hace que algunas proposiciones tengan sentido y otras no: tienen sentido aquellas que describen estados lógicamente posibles, que describen estados que pueden ser reales como consecuencia de la compatibilidad entre las propiedades internas de los objetos. Son absurdas, carecen de sentido, las proposiciones en las que predicamos de una cosa algo incompatible con sus propiedades internas (como “el mar está triste”, o, con el ejemplo anterior, tomado de la obra de Wittgenstein “Diario Filosófico”, “el reloj está sentado sobre la mesa”). 5. Los objetos tienen una naturaleza lógica, naturaleza determinada por las propiedades internas. La forma lógica de un hecho atómico no establece la realidad de dicho hecho, simplemente lo hace posible; traducido a la esfera del lenguaje esto quiere decir que la forma lógica de una proposición (el sentido presente en ella) no establece su verdad, establece la posibilidad de su verdad: la proposición “el reloj está sobre la mesa” es una proposición que tiene sentido, que no es absurda, y por eso puede ser verdadera; para que de hecho sea verdadera es necesario, además, que realmente el reloj esté sobre la mesa (que realmente se dé el hecho al que se refiere la proposición). 6. Entre los hechos no existe vínculo lógico alguno, los hechos se superponen unos a otros; a un hecho le sigue otro, junto a un hecho está presente otro, pero no podemos decir que de un hecho se siga necesariamente otro, o que un hecho está junto a otro necesariamente: el vínculo entre dos hechos es contingente, es así pero puede ser de otro modo. Los hechos atómicos son lógicamente independientes: de la existencia de un hecho no se puede deducir lógicamente la existencia de otro (“Tractatus”, 2.062), o expresado en el nivel de las proposiciones: las proposiciones elementales son lógicamente independientes entre sí. Una consecuencia de esta concepción es que la existencia concreta, real, no es consecuencia de necesidad lógica alguna (lo cual para Wittgenstein quiere decir que no es consecuencia de necesidad alguna). El hecho es gratuito, contingente. Dado que el mundo es el conjunto de hechos que acontecen y lo que acontece no ocurre como consecuencia de necesidad lógica alguna, la conclusión de Wittgenstein es claramente empirista: la gratuidad de la existencia y del mundo.

INTRODUCCIÓN.

MUCHOS DE NOSOTROS abandonamos el hogar con la absoluta certeza de que vamos a conquistar el mundo. Estamos ávidos de sacudirnos la restricciones impuestas por la familia y las tradiciones, de establecer nuestras propias normas y dejar huella. Sabenos que podemos hacer las cosas mejor y más rápido, y verlo todo. En algún punto del camino nos percatamos de que no sabíamos tanto como habíamos pensado; de que nuestras ideas no eran tan originales como habíamos supuesto. De pronto, la "anticuada" y sencilla sabiduría que una vez rechazamos adquiere nueva vida. El primer viaje a casa después de ese Soñaba el ciego que veía y soñaba lo que quería.

Las cosas no son lo que parecen.

CUANDO a Tom Clancy le preguntaban por la diferencia entre la realidad y la ficción, aseguraba: "La ficción siempre debe tener sentido".







REAL: Que tiene existencia verdadera y efectiva, en física, se opone a lo virtual. En general se opone a falso, imaginario, ficticio, aparente. REALISMO: Doctrina filosófica que afirma la existencia real de las cosas independientes de la conciencia que las percibe; es a la vez la doctrina del conocimiento natural o ingenuo. APARENTE: Que parece y que no es. / Que se muestra a la



vista. APARENTAR: Manifestar o dar a entender lo que no es o no hay.

El siguiente texto expuesto va a ser la base del ensayo y será consecuentemente aludido según se desarrolle éste.

PASO DE LA REALIDAD A LA APARIENCIA.

Los sentidos constituyen una facultad del conocimiento que nos pone en contacto con lo real o existente, y una interpretación correcta de los sentidos podría llevarnos a una realidad.

La apariencia aparece conjuntamente con el llamado "error de los sentidos", al cual se refiere una mala interpretación de los datos sensibles. En la mayoría de los casos, excepto cuando se rectifica, esto nos puede llevar a utilizar la imaginación, que podría definirse como la facultad de conocimiento sensible que tiene por objeto la imagen ( los escolásticos lo llamaban fantasma, de ahí el nombre de fantasía), que es como una

1.- DIVISIÓN INICIAL.

La filosofía designa a la realidad dentro de su historia por medio de

dos

tendencias

completamente

distintas,

que

toman

su

denominación en puntos de vista casi sin conexión entre sí, y que pretende

resolver

problemas

distintos

que

responden

a

preocupaciones también distintas, aunque quizá no falten relaciones íntimas entre ellos. Estas direcciones son

el realismo opuesto en

diversos grados al nominalismo como solución al problema de los universales y el realismo epistemológico opuesto más o menos al fenomenalismo y relativismo. Estudiaremos por separado

los dos

temas, pero ahondaremos más profundamente en el realismo que es el que centra el motivo del ensayo.

2.- REALIDAD.

La noción filosófica de realidad coincide con la que supone el lenguaje vulgar; es algo existente independiente de nuestra actividad conceptual. En nuestros días, aunque la noción de realidad es de las que más ha resistido a la inversión que en muchos conceptos se ha verificado, no han faltado algunos dichos aislados que parecían introducir en él elementos dependientes de la actividad intelectual; la realidad, se podría decir que está llena de nuestro pensar; pero queda sin duda dentro del vocabulario filosófico como en su sentido original. Kant también dio a esta palabra un sentido fenomenológico, que tampoco ha prevalecido, al hablar de realidad empírica y al hacer de la realidad una categoría de la cualidad.

3.- REALISMO.

Realismo en el primer sentido establece la realidad objetiva de las nociones o conceptos universales; es decir, para evitar la confusión que en nuestro tiempo pueden producir varios matices que estas palabras toman en los diversos escritores, el realismo admite que al contenido de las ideas o nociones universales responde algo exterior, en alguna manera, tal cual en ellas se representa., Si pretende que este algo exterior, real, independiente de nuestro pensar, es el contenido de nuestra noción con sus mismos carácteres

de universalidad, precisión y necesidad objetiva, llegamos a una especie de realismo exagerado, el realismo por antonomasia, que fue al

menos

aparentemente

la

primera

solución

dada

por

los

precipitados al problema de los universales. Mas si se atribuye tal realidad a la noción universal sólo fundamentalmente, de tal manera que los caracteres especiales de dicha noción en cuanto al modo de representar su objeto afirma que se deben a la actividad del entendimiento, que es un realismo mitigado o realismo conservado. Esta cuestión, que ha traído a los filósofos de cabeza durante toda la vida, se considera en estos momentos fuera de discusión y forma parte de la historia, y por eso mismo, ahora, se puede estudiar con más serenidad.

El realismo en las cuestiones epistemológicas comprende a las soluciones

que

en

general

se

oponen

a

las

direcciones

fenomentalistas, relativistas y agnósticas, que en grados diversos informan la filosofía moderna. Sin embargo, va dominando la tendencia a reservar el nombre de realismo a la solución objetivista del problema sobre el contenido del conocimiento, en oposición al fenomenismo y al conciencialismo. Para acertar con el verdadero carácter que al problema y a sus soluciones se da hoy, lo expondré siguiendo la creencias de uno de los últimos filósofos sobre los que he leído, el neorrealista Oswald Külpe. Las ciencias llamadas reales, que versan sobre el mundo exterior, el mundo interior de la conciencia y los hechos históricos, trabajan sobre objetos dados, que no son productos de una misma ciencia, ni en su origen dependen de convenciones,

en

oposición

a

las

formales,

como

lógica

y

matemáticas. Ahora bien: ¿están autorizadas las ciencias reales a levantarse sobre lo que aparece en la experiencia inmediata?, ¿pueden establecerse y determinarse realidades que no se desmoronen juntamente

con

la

realidad

de

la

conciencia

(pensamientos,

emociones y sensaciones)?, ¿es permitido señalar lo real como objeto del conocimiento y de la ciencia?. la sentencia extrema negativa asegura que todo objeto es producto de la actividad misma de la conciencia; el realismo resuelve la cuestión afirmativamente, con mayor o menor amplitud; por fin, el fenomenismo opta por una solución inmediata; existe una cosa en sí, pero es incognoscible, sólo podemos conocer los fenómenos, las apariencias de las cosas. Advirtamos de paso que el poner la cuestión sólo en el terreno de las ciencias reales no es quizá tan acertado ni histórico, pues en a casi toda la evolución histórica del conocimiento humano han sido consideradas como reales las hoy dichas formales, y además, en el terreno de estas ciencias hay numerosos elementos que no deben ser dejados a un lado en la solución del problema epistemológico.

En la escolástica moderna no hay, por otra parte, uniformidad en apreciar el verdadero punto de vida del realismo. Claro está que todos sus partidarios rechazan concordes el fenomenismo y admiten la cognoscibilidad de las cosas en sí; más hay varios puntos en que la discordia podría contribuir a modificar profundamente la doctrina tradicional. Cierto que lo esencial consiste en salvar la objetividad del contenido de nuestras nociones y juicios; mas respecto de las cualidades segundas, sea cual sea la sentencia que

se

adopte,

ha

de

verse

libre

de

toda

especie

de

interpretacionismo; de otro modo no se ve cómo llegamos al conocimiento objetivo del mundo exterior y porque se admite para las cualidades primeras una inmediación que se niega a las segundas, tampoco hay uniformidad en la apreciación de cuestiones metafísicas y psicológicas, de alto valor epistemológico y, por fin, en la noción de verdad creemos que es preciso volver decididamente a la doctrina clara de Sto. Tomás dejando a un lado ciertas interpretaciones que no por parecer mas en consonancia con el pensamiento moderno, debe

tener cavidad en una síntesis filosófica que quiere entroncar con los grandes pensadores medievales.

EJEMPLO CLARO DE APARIENCIA:

Aludiendo al texto expuesto al comienzo del trabajo "parece" ser que lo que en él se cuenta es cierto, y está claro que lo único que es cierto es que la ordenación del comentario, la estructura de su contenido y lo que se cuenta dentro de el, son realmente soberbios. De hecho, este texto fue escrito por el antes mencionado Oswald Külpe, en un libro que jamás llegó a publicar y del cual, más tarde, se publicaron algunas partes en libros de relatos. El sujeto en cuestión disfraza el origen de la apariencia mediante un texto supuestamente real, pero lo que explicará más tarde es que se ha servido de ese texto para así dar un claro ejemplo de una apariencia. Lo que aclara en su ensayo, es que el verdadero origen de una apariencia se encuentra en el erróneo uso de la razón: el dejar actuar a un sexto sentido que creemos tener que en realidad no existe (según él, este sexto sentido es el instinto animal), obligando a no trabajar a la razón, aceptando las explicaciones que se dan y en cierto modo introduciendo datos en la mente sin en realidad razonar, por eso el verdadero origen se encuentra en el mal uso que hace el hombre de la razón, dando por buenos conceptos que en realidad no lo son, confundiéndolos con otros, y tomando así estos primeros como reales, ese es el cambio de realidad a apariencia, la razón humana. DESCARTES REALIDAD OBJETIVA

LA

REALIDAD CONCEPTUAL, LA REALIDAD PROPIA DE LAS IDEAS.

SE

REFIERE AL CONTENIDO

REPRESENTATIVO DE LA IDEAS: LAS NOTAS, CARACTERÍSTICAS O PROPIEDADES INCLUIDAS EN UN CONCEPTO.

No todas las ideas tienen la misma realidad objetiva: las que se refieren a substancias tienen más realidad objetiva que las que se refieren a atributos; y, de las substancias, las que se refieren a las substancias espirituales poseen más realidad objetiva que las que se refieren a cosas materiales. La idea con más realidad objetiva es la idea de Dios. Por otro lado, Descartes llama REALIDAD FORMAL a la realidad efectiva o en acto. Es una característica de los objetos, no de las ideas. La entidad que tiene mayor realidad formal (mayor o más perfecto ser) es Dios.

2.5 EL CONOCIMIENTO Y SUS NIVELES Mediante el conocimiento, el hombre penetra las diversas áreas de la realidad para tomar posesión de ella, y la propia realidad presenta niveles y estructuras diferentes en su constitución. Así, a partir de un ente, hecho o fenómeno aislado, se puede ascender hasta situarlo dentro de un contexto más complejo, ver su significado y función, su naturaleza aparente y profunda, su origen, su finalidad, su subordinación a otros entes, en fin, su estructura fundamental. Esta complejidad de lo real, objeto del conocimiento, dictará necesariamente formas diferentes de apropiación por parte del sujeto cognoscente; estas formas darán los diversos niveles del conocimiento según el grado de penetración de éste y la consiguiente posesión de la realidad en el área o estructura considerada. Al ocuparse del hombre, por ejemplo, puede considerárselo en su aspecto externo y aparente, según el dictamen del buen sentido o la experiencia diaria. Se le puede estudiar con espíritu más serio, investigando experimentalmente las relaciones (existentes) entre ciertos órganos y sus funciones. Se puede también indagar en cuanto a su origen, su libertad y su destino. Y, finalmente, se puede investigar lo que fue dicho del hombre por Dios a través de los profetas. Lo anterior da lugar a cuatro niveles de conocimiento sobre la misma realidad, el hombre. Tratamiento idéntico puede darse a otros objetos de conocimiento, por ejemplo, de la naturaleza. Se diferencian entonces según el caso los niveles: empírico, científico, filosófico y teológico del conocimiento. Conocimiento Empírico Se le llama también "vulgar" o "popular" y se obtiene por azar, luego de innumerables tentativas cotidianas. Es ametódico y asistemático. Permite al hombre conducirse en la vida diaria, ene l trabajo, en el trato con los amigos y en general manejar los asuntos de rutina. Una característica de este conocimiento es el ser indispensable para el comportamiento diario y por lo mismo a él recurren todos por igual: cineastas, burócratas, voceadores de productos, biólogos, artistas, etc. El conocimiento vulgar no es teórico sino práctico; no intenta lograr explicaciones racionales; le interesa la utilidad que pueda prestar antes que descifrar la realidad. Es propio del hombre común, sin formación, pero con conocimiento del mundo material exterior en el cual se halla inserto. En cuanto al alcance, lo único real es lo que se percibe; lo demás no interesa. A través del conocimiento empírico el hombre común conoce los hechos y su orden aparente y surte respuestas (explicaciones) concernientes a las razones de ser de las cosas, pero muy pocas preguntas acerca de las mismas; todo ello logrado por experiencias cumplidas al azar, sin método, y al calor de las circunstancias de la vida, por su propio esfuerzo o valido del

saber de otros y de las tradiciones de la colectividad. Su fuente principal son los sentidos. Toda esta clase de conocimientos es lo que puede catalogarse también como "saberes". Podría quizás catalogarse como subclases del conocimiento vulgar la superstición y la sabiduría popular. Conocimiento Científico Va más allá del empírico; por medio de él, trascendido al fenómeno, se conocen las causas y las leyes que lo rigen. Conocer, verdaderamente, es conocer por las causas; saber que un cuerpo abandonado a sí mismo cae, que el agua asciende en un tubo en el que se ha hecho vacío, etc. no constituye conocimiento científico; solo lo será si se explican tales fenómenos relacionándolos con sus causas y con sus leyes. La diferencia que el conocimiento científico tiene con el conocimiento más o menos espontáneo que preside la vida cotidiana, "el mundo del manipular", según Karel Kosic, es antes que nada el rigor que pretende imponer a su pensamiento. El conocimiento científico elabora y utiliza conceptos, desterrando así las ambigüedades del lenguaje cotidiano. El conocimiento científico es objetivo, racional, sistemático, general, falible, metódico. Además, son sus características el desinterés y el espíritu crítico. El carácter abierto del conocimiento científico lo aparta considerablemente de todo dogma o verdad revelada, con pretensiones de infalibilidad. Es rasgo esencial del conocimiento científico su afán de demostración. La ciencia y el pensamiento científico no toleran las afirmaciones gratuitas. Una afirmación -cualquiera que sea- solo alcanza rango científico cuando es fundamentada. Ahora bien, entre los muchos rasgos que describen al conocimiento científico es esencial el que éste resulta de una definida combinación entre componentes teóricos y componentes empíricos 2 , entre "lo endógeno" y "lo exógeno". De otra parte, lo específico del conocimiento científico puede ser nombrado con el término tradicional de "explicación científica", ya que todo producto que se reconozca como "conocimiento científico" debe cumplir como requisito fundamental que culmine en una "explicación científica", o que realice algunas de sus fases preliminares. Conocimiento Filosófico Se distingue del científico por el objeto y por el método. El objeto de la filosofía son las realidades inmediatas no perceptibles por los sentidos (suprasensibles), que traspasan la experiencia (método racional). Se parte de lo concreto material hacia lo concreto supramaterial, de lo particular a lo universal. El conocimiento filosófico es un interrogar, un continuo cuestionar sobre sí y sobre la realidad. No es algo hecho, acabado. Es una búsqueda constante de sentido, de justificación, de posibilidades, de interpretación al respecto de todo aquello que rodea al hombre y sobre el hombre mismo, en su existencia concreta. La esencia de la filosofía es la búsqueda del saber y no su posesión. El conocimiento filosófico procura comprender la realidad en su contexto más universal. No da soluciones definitivas para un gran número de interrogantes, pero habilita al hombre en el uso de sus facultades para ver mejor el sentido de la vida concreta. En el campo del conocimiento filosófico siempre estarán en juego las categorías de esencia, universalidad, necesidad, fundamental, etc.. Conocimiento Teológico Es un conocimiento revelado, que implica siempre una actitud de fe y ocurre cuando, sobre algo oculto o un misterio, hay alguien que lo manifiesta y alguien pretende conocerlo. El misterio, aquello culto que provoca curiosidad y lleva a la búsqueda, puede estar ligado o datos de la naturaleza, de la vida futura, de la existencia de lo absoluto, etc. Aquel que manifiesta lo oculto es el revelador. Podrá ser el propio hombre o Dios. Aquel que recibe la manifestación tendrá fe humana si el revelador es algún hombre; tendrá fe teológica si es Dios el revelador. El conocimiento revelado relativo a Dios, aceptado por fe teológica constituye el conocimiento teológico. A ese conjunto de verdades el hombre llega, no con el

auxilio de su inteligencia sino por aceptación de los datos de la revelación divina. Se vale del argumento de autoridad. Son los conocimientos adquiridos a través de los libros sagrados y aceptados racionalmente después de haber pasado por la crítica histórica más exigente. La oposición de términos "teoría/empiría" difiere conceptualmente de la de teoría/práctica". Para el primer caso, el término "teoría" refiere a los conceptos y proposiciones universales, mientras que en el segundo, el mismo término hace referencia a una disposición meramente contemplativa del sujeto, por oposición a una disposición activa. Podría, en el segundo caso, reemplazarse el término "teoría" por "conocimiento" y quedaría entonces la oposición: "conocimento/práctica". 2

EL CONOCIMIENTO Y LA REALIDAD A través de nuestra existencia adquirimos una serie de nociones acerca del mundo que nos rodea. Permanentemente confrontamos nuestras experiencias con un caudal interior de convicciones respecto de las características del mundo exterior, pero, muchas de esas convicciones son erróneas ya que están basadas en prejuicios, prenociones, intuiciones, temores, supersticiones, costumbres, mitos y leyendas. Rara vez, por otra parte, nos ocupamos en comprobar si nuestras ideas acerca de las cosas se ajustan a hechos sobre los cuales no podamos tener duda. El ser humano va creando un conjunto de representaciones mentales del mundo, que van reflejando de una manera cambiante las diversas formas que adopta la vida social y natural, de manera que las condiciones de dichas representaciones y el conocimiento sumario que va construyendo están fuertemente influidos por las propias características de la vida social. Y lo mismo ocurre con el contenido del conocimiento: será más impreciso en la medida en que el grado de control sobre la realidad - natural y social - sea también impreciso y el hombre tenga escasa comprensión sobre las características de sus propias relaciones y de las leyes que gobiernan la vida social. Lejos de haber oposición entre conocimiento y realidad, aparece la relación entre las representaciones mentales del mundo y éste como fases de un proceso único, en que no hay ni oposición ni agregación de ambas, sino más bien un proceso de mutua relación y acción. El conocimiento ayuda a modificar la realidad y ésta actúa modificando el conocimiento. Hay una serie de supuestos del conocimiento científico que caracterizan a la realidad de una determinada manera, y que pueden servir como punto de partida para aceptarla. Hagamos una breve síntesis de ellos: La Realidad Existe La realidad asume la forma de manifestaciones observables directamente por los sentidos o por instrumentos que perfeccionan y agudizan la capacidad humana de registrar señales del mundo circundante. Los objetos considerados como existentes y por lo tanto reales, o sea siendo componentes de la realidad, para la ciencia son considerados como dotados de existencia objetiva en la medida en que son innegables -persisten en su estimulación a los sentidos o a los instrumentos de observación por encima de que el observador lo niegue en su mente- y en la medida en que están dotados de validez externa al sujeto, es decir, otras personas pueden afirmar igualmente su existencia una vez asegurada su existencia objetiva para cada uno de ellos desde el punto de vista de su existencia innegable. La realidad es una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición. Realidad y mundo circundante se entremezclan y se nos imponen como algo que nos es dado. La certeza de que la realidad existe como una totalidad en la

que nosotros participamos resulta de la inevitable relación que contraemos con el mundo que nos rodea. La Realidad tiene Forma La realidad se aparece dotada de una gran variedad de formas que sensibilizan y estimulan nuestra capacidad de excitación sensorial. Sonidos, colores, olores, sabores, textura de la superficie de los cuerpos son otras de las tantas propiedades de los fenómenos cuya naturaleza comienza a ser discernible para nosotros a partir precisamente de esas sensaciones. Los objetos comienzan a estar dotados de una presencia física, dotados de formas y a ocupar un lugar en el espacio físico a medida que nuestros sentidos registran sus diferentes manifestaciones. El conocimiento no se agota en el nivel sensorial, pero a partir de él se accede a otros niveles en la medida en que las sensaciones aparecen como datos de un proceso continuado de información que nos llega desde el mundo exterior y que, mediante esfuerzos lógicos y racionales, logramos estructurar en relaciones y significados cada vez más sofisticados. Pero nuestra experiencia sensorial nos permite discriminar entre las diferentes formas que adopta el mundo circundante. Las observaciones repetidas nos dicen cómo esas múltiples formas están interconectadas entre sí. Por medio de la estructuración de nuestras percepciones nos es posible abstraer en un nivel todavía más general las relaciones encontradas, de modo que al cabo de ese proceso el mundo circundante aparece constituido por intricadas redes de interconexiones. La Realidad es Dinámica La realidad es dinámica, de manera que si una de las propiedades de la naturaleza es, en general, la de existir en formas que ocupan espacio, otra propiedad es que espacio y forma están acompañados de movimiento, es decir, la materia prima inicial para el conocimiento es la presencia de manifestaciones perceptibles, registrables, clasificables y al mismo tiempo dotadas de temporalidad, es decir, dotadas de dinamismo. Pero, una cosa es la duración de un fenómeno y otra la medida de esa duración, que generalmente es una medida expresada en unidades que manifiestan nuestra propia duración. Por más que el ciclo vital de una mosca sea de cuatro días, es un ciclo vital que si se le compara a uno humano, es equivalente en cerca del 0.02 por ciento de éste, pero no deja de ser un ciclo vital; y si la mosca estuviera dotada de percepción espacio - temporal probablemente podría estimar su propio tiempo de duración vital a partir de una métrica originada por su propia medida del tiempo. Los fenómenos de la realidad no existen aisladamente Los fenómenos de la realidad no existen aisladamente. Hay una interdependencia entre la forma que adopta un fenómeno y su estructura de rasgos, entre su estructura y su conducta. Los fenómenos están también interconectados dando origen a estructuras de fenómenos más complejas que sus componentes y estas estructuras a su vez se interconectan entre sí. Los componentes de la realidad no son reducibles a unidades singulares, de modo que los componentes directamente divisibles de la totalidad son estructuras complejas de sistemas a su vez complejos. La realidad aparece pues como una red intrincada de estructuras y de conductas altamente complejas interconectadas entre sí. Por la gran variedad de interrelaciones las posibilidades de conductas que se dan dentro de ellas son infinitas, además del hecho de que la mera existencia de estructuras de formas y de conductas con diferentes leyes específicas y diferentes tendencias de desarrollo, ocasiona fuertes oposiciones entre ellas, las que originan a su vez transformaciones incesantes en los distintos niveles en la realidad. La naturaleza se organiza en niveles

La naturaleza se organiza desde formas simples a formas complejas, es decir, hay niveles de organización de la naturaleza a partir de las propiedades comunes y de las propiedades específicas y tendencias de desarrollo que son también comunes a varios sistemas de fenómenos; los niveles de organización son agrupaciones de fenómenos que contienen a otras y se originan a partir de los niveles más simples en forma de espiral. Dentro de la idea de simple y complejo asociada a los niveles de organización de la realidad puede señalarse: "En todos los sistemas materiales el desarrollo ascendente está relacionado con el paso de lo simple a lo complejo, que coincide en muchos casos con el paso de lo inferior a lo superior... Lo simple no es simple por sí mismo, sino con relación a algo más complejo. En la naturaleza no existen cuerpos en absoluto simples, de la misma manera que no los hay absolutamente complejos...". La peculiaridad y especificidad de cada nivel requiere un esfuerzo de comprensión de su naturaleza específica y exige una explicación en que su especificidad sea reconocida, por más que contenga en su interior manifestaciones de otros niveles. La aceptación de que la naturaleza se organiza en niveles diferentes de complejidad de sus fenómenos no significa que deba percibírsela como fragmentada, con tabiques que separan dichos niveles. (Ver figura 2). 2.7 FASES Y FORMAS DEL CONOCIMIENTO El conocimiento humano se presenta en dos niveles o fases que, aunque diferenciadas, forman una unidad indisoluble, compleja y articulada; son la fase sensorial y la racional. Fase sensorial Procede en razón de la actividad de los sentidos, órganos especializados en la capacitación de las diversas formas de manifestación de la materia. Los sentidos son el canal que comunica al hombre con su mundo exterior y a través de ellos él entra en contacto con la naturaleza. Sin embargo, los órganos de los sentidos son limitados y por ello el hombre inventa aparatos técnicos que le permiten superar, al menos en parte, dichas limitaciones. Así por ejemplo, el telescopio permite ver los objetos en la lejanía, el microscopio permite sondear el casi invisible microcosmos, el sismógrafo permite detectar movimientos aparentemente imperceptibles para el hombre. En su actividad sensorial, el hombre percibe el mundo a través de las sensaciones . Éstas son el reflejo de las distintas propiedades de los objetos y fenómenos del mundo material (colores, olores, sonidos, sabores, temperaturas, formas, dimensiones) que actúan en forma directa sobre nuestros sentidos. Las percepciones son una segunda forma de conocimiento sensorial. A través de ellas el hombre refleja en su cerebro los objetos y fenómenos del mundo material, en su conjunto, en el momento que el objeto actúa sobre sus sentidos. La percepción es el reflejo del objeto a través del conjunto de sus propiedades, en virtud de la articulación de sensaciones que hemos recibido; por ejemplo, un cuadro de pintura nos presenta color, forma, dimensión, pero en síntesis es una idea integral la que percibimos al observar el cuadro. Las representaciones son formas sensoriales de conocimiento que aparecen cuando recordamos por asociación de ideas un objeto o un fenómeno. Las representaciones operan en nuestro cerebro mediante la capacidad de la memoria y la asociación de las ideas. Fase racional o pensamiento El conocimiento surge en este caso como resultado de la capacidad de inferencia lógica propia del hombre; es el razonar, no es el percibir. Es la posibilidad de romper las barreras de la experiencia directa y llegar a la razón. A las formas de conocimiento racional, o pensamiento, está ligada la capacidad de inducción y deducción del hombre.

El concepto , el juicio y el raciocinio son las formas de pensamiento humano y pueden definirse así: el concepto, es la cognición generalizada de la realidad; de éste puede decirse que no es más que la abstracción delo general, la separación de los rasgos esenciales de los objetos y fenómenos, entre el conjunto de sus propiedades generales. Ejemplo: el concepto del hombre, que no es otra cosa que su definición, nos conduce a pensar sus propiedades esenciales, las de estar dotado de la facultad de pensamiento y la de ser capaz de realizar la transformación conciente del mundo. Para definir hombre hemos separado todas las demás propiedades que, aunque poseídas por él, no lo diferencian de otras especies. El juicio , aparece como cognición refleja de la realidad, como la posibilidad de comparar lo pensado con lo real. Un juicio es un pensamiento que afirma o niega algo de un objeto o fenómeno de la realidad y que puede ser calificable como verdadero o falso. Los juicios son construidos a partir de conceptos que nos sirven para representar el mundo; así por ejemplo, el juicio: "Los animales asimilan la energía solar mediante el metabolismo", es en primer lugar un pensamiento del cual podemos afirmar su falsedad o veracidad; por eso es un juicio. En segundo lugar, dicho juicio se construye a base de una serie de conceptos como: "animales", "asimilar", "energía solar", "metabolismo", etc. La articulación de estos conceptos permite la formulación del juicio anterior. La capacidad del hombre para comparar dicho juicio con la realidad es la capacidad de reflejo del mundo material en nuestro cerebro. El razonamiento , tercera forma de pensamiento, permite al hombre deducir de un determinado conocimiento otro u otros, sin que medie la percepción. Afirmamos: "donde hubo fuego, cenizas quedan"; si un objeto es igual a un segundo objeto y éste, a su vez, igual a un tercero, podemos inferir (razonar) que el primer objeto es igual al tercero. La investigación científica precisa de procesos de inferencia y razonamiento complejos únicos en el hombre. Razonar es (o exige) desarrollar nuestras ideas y opiniones, saber defenderlas y argumentarlas. También exige entender los que otros proponen, saber analizarlas y valorarlas; en todo ello está comprometida nuestra capacidad de razonar. Exponer razones a favor o en contra de algo es argumentar. En el discurso argumentativo, además de afirmar o negar algo, damos las razones que nos llevan a poder mantener tal declaración. Un argumento no es más que un razonamiento. Una persona proporciona un razonamiento cuando apoya cierta afirmación (o cierta negación) que hace en determinados "datos" o "puntos de partida"; éstos se pueden formular en oraciones llamadas enunciados , que pueden ser verdaderos o falsos. Estos enunciados de partida son lo que se llama premisas del razonamiento o argumento, y el enunciado que se pretende apoyar con las premisas es lo que se denomina conclusión o inferencia (3).

(3) Una inferencia es un razonamiento por el cual se pasa de un conjunto de proposiciones a otro. El primer conjunto puede llamarse las premisas y el segundo las conclusiones . En otras palabras, una inferencia es una relación objetiva de implicada entre proposiciones; y la implicación es una conexión necesaria entre una premisa y su conclusión, independientemente de la verdad o falsedad de ambas; la implicación se basa en evidencias indirectas, no en hechos particulares.

Figura 2. Niveles de Organización de la realidad.

2.8 EL TRINOMIO: VERDAD - EVIDENCIA - CERTEZA Ya se ha visto que el problema del conocimiento es, en gran parte, enigmático. El hombre es conciente de su limitación y de que la realidad que pretende conocer y dominar es múltiple y compleja. Frente a esto hay que preguntar: ¿Puede el hombre conocer la verdad? o, ¿Qué es la verdad?. Verdad Es la adecuación de la cosa (ser) y el entendimiento (ent); hay una identificación entre ellos, en la que el ser rige al entendimiento, y no a la inversa. Las cosas no son como son porquen nosotros así lo pensemos. Todo mundo habla, discute y quiere estar con la verdad, pero ningún mortal es dueño de ella, ya que el problema de la verdad radica en la finitud del hombre de un lado, y en la complejidad y ocultamiento del ser de la realidad, del otro. El ser de las cosas y objetos que el hombre pretende conocer se oculta y se manifiesta bajo múltiples formas. Aquello que se manifiesta, que aparece en un momento dado, no es ciertamente la totalidad del objeto, de la realidad investigada. El hombre se puede apoderar y conocer aquel aspecto del objeto que se manifiesta, que se impone, que se devela, y esto en cuanto humano es imperfecto, pues no entra en contacto directo con el objeto, sino apenas con su representación e impresiones que causa. Pero toda la realidad jamás podrá ser captada por un investigador humano, y tal vez ni todos juntos alcanzarán un día a develar todo este misterio. Esto, sin embargo, no invalida el esfuerzo humano en la búsqueda de la verdad, en procura incansable de descifrar los enigmas del universo. La verdad es pues el encuentro del hombre con el develamiento, con el desocultamiento y con la manifestación del ser. El ser de las cosas se manifiesta, se torna traslúcido, visible a la percepción, a la inteligencia y a la comprensión del hombre. Error Muchas veces ocurre, sin embargo, que el hombre, llevado por ciertas apariencias y sin el auxilio de instrumentos adecuados, emite juicios precipitados que no corresponden a los

hechos ni a la realidad; aparece así el error. Error es, entonces, afirmar lo falso como verdadero, o hacer un juicio falso acerca de lo que se ignora. En el error hay una inadvertencia, es decir, una falta de reflexión, o a veces un razonamiento incorrecto que conduce a una conclusión falsa. Certeza La certeza es el estado del espíritu que consiste en la adhesión firme a una verdad, sin temor de engaño. La inteligencia juzga firmemente, removiendo el temor de que sea verdadero lo contrario de aquello a lo que se asiente. Si el objeto se devela o se manifiesta con suficiente claridad, se puede afirmar con certeza, esto es, sin temor de engaño, una verdad. Evidencia La verdad solo resulta cuando existe evidencia, y ésta es manifestación clara, es transparencia, es desocultamiento y develamiento del ser. En torno de aquello que se manifiesta del ser, se puede formular una verdad. Pero como de un ente no se devela todo, no se puede hablar arbitrariamente sobre lo que no se ha develado. La evidencia, el develamiento, la manifestación del ser es pues criterio de la verdad; es pues la presencia de una realidad como inequívoca y claramente dada. Duda La duda es un estado de equilibrio entre la afirmación y la negación; el intelecto fluctúa entre una y otra, sin inclinarse más a un extremo que al otro. La duda es espontánea cuando el equilibrio entre aquellas resulta de la falta de examen del pro y del contra. Hay suspensión del juicio mientras no exista la evidencia que el asunto en cuestión requiere. La duda reflexiva es un estado de equilibrio que permanece luego de las razones en pro y en contra. La duda metódica consiste en la supresión ficticia o real, pero siempre provisional del asentimiento con una afirmación tenida hasta entonces por cierta. La duda universal consiste en considerar toda afirmación como incierta. Opinión Se caracteriza por el estado del espíritu que afirma con temor de engañarse, de tal manera que las razones en contra no dan certeza. El valor de la opinión depende de la mayor o menor probabilidad de las razones que fundamentan la afirmación. La opinión puede, algunas veces, asumir las características de la probabilidad matemática. Conjetura Ligeramente diferente de la duda, es la tendencia a dar un juicio, motivada por algún signo todavía muy leve para determinar el acto del entendimiento. Ignorancia Privación de un conocimiento para el que se posee naturalmente aptitud. (Ver figura 3).

Figura 3. El problema de la verdad.