Terapia de La Risa

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TERAPIA DE LA RISA EN NIÑOS HOSPITALIZADOS (NOCIONES BÁSICAS)

Coordinador General: Mauricio García Jorquera Autores: Mª Dolores Mora Marroquí. Mauricio García Jorquera. Departamento Social ONGD Recicla-Alicante Febrero 2004.

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TERAPIA DE LA RISA EN NIÑOS HOSPITALIZADOS (NOCIONES BÁSICAS) INDICE

PGS.

INTRODUCCIÓN............................................................... 4 EL NIÑO Y LA ENFERMEDAD........................................ 6 EL NIÑO ENFERMO.............................................. ……….9 RECURSOS Y ESTRATEGIAS DE SUPERACIÓN.............................................................. 14 PRECAUCIONES PARA EVITAR LA TRANSMISION DE PATOLOGIAS............... ……….16 REFLEXIONES SOBRE LA RISA EN NIÑOS HOSPITALIZADOS.............................……….19 ANEXO I.............................................................................. 22

CARTA EUROPEA DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS HOSPITALIZADOS.

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INTRODUCCIÓN La Psicología Médica Infantil se centra en la enfermedad en general; en cómo se aprende a enfermar; en cualquier enfermedad sea psiquiátrica o no; en la relación médico-niño, en las repercusiones del enfermar. La Psicología Médica Infantil se interesa por: 1. El aprendizaje psicobiológico y social de cualquier enfermedad infantil con una visión integral del enfermar. 2. Los factores psicosociales que originan y configuran las enfermedades infantiles. 3. Las repercusiones psicológicas o psicopatológicas que la enfermedad provoca en el niño, especialmente en situaciones de cronicidad. 4. La relación médico-niño, incluyendo otros profesionales sanitarios. En el acto médico, y en la personalidad del médico y su conducta. 5. La relación Hospital-niño, y en general en los Servicios de atención médica al niño. La Psicología Médica Infantil no es solamente una Psicología Clínica para pediatras, sino una “comprensión psicobiológicosocial” de las enfermedades infantiles de la que se derivarían actitudes y actos médicos. Entre las claves para la comprensión de la psicología médica infantil hay que destacar la importancia que posee el organismo infantil. Es el lugar en el que el niño se actualiza en el mundo. Actualización difícil, dolorosa a veces, placentera en ocasiones, inestable, insegura, obligada, con presiones internas. Es el lugar para la síntesis, los posibles acuerdos, para los compromisos. De ahí que sea fundamental para los tratamientos y para las intervenciones. El cuerpo infantil es vivísimo y cambiante y mantiene una lucha que va a ser larga (durará 15 años o más), y donde está decidiéndose el futuro de esa persona. Todo lo importante que el hombre aprende lo aprende y lo expresa a través del cuerpo: a comunicarse, a ser sexuado, a conocerse a sí mismo y a reconocer a los demás, a actuar hacia los demás.

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También se remarca especialmente la relación funcional entornoenfermedad infantil. El enfermar es un asunto no sólo individual sino que tiene mucho de ida y vuelta con el contexto. Un ejemplo es la situación de cronicidad en el enfermar infantil. Aquí es necesario conocer los 1 parámetros que intervienen en la enfermedad crónica, como los estresores sociales que participan en el proceso (impedimentos, dificultades diarias, acontecimientos vitales) o las condiciones de la independencia funcional, derivada del diagnóstico y los problemas médicos asociados. También es obligado reconocer los factores socio ecológico de resistencia a la enfermedad como el funcionamiento familiar, la red de soportes y recursos, la adaptación de los miembros de la familia.

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Los Estresores Sociales provienen de nuestra interacción con las demás personas o con grupos humanos de nuestro entorno, provocando una situación de estrés que puede alterar ciertas funciones del organismo. 5

EL NIÑO Y LA ENFERMEDAD 1. SALUD-ENFERMEDAD. La salud comporta un estado de bienestar bio-psico-social. Es un proceso activo, ínter-activo, donde confluyen elementos físicos, personales, familiares, socioculturales administravitvo-asistenciales etc. La salud en el niño es un proceso que depende de las condiciones biológicas, de las características psicológicas, de sus motivaciones, de los hábitos aprendidos, de las condiciones sociales (familiares particularmente), sin olvidar que cuando se habla de armonía, ajuste o estilo de vida es necesario hacer referencia al contexto cultural. La vulnerabilidad de un niño hacia un estado de enfermedad viene dado además de por sus condiciones biológicas, por la sensibilidad, conocimiento o formación sanitaria de los padres. 2. LA ENFERMEDAD Y EL ENFERMAR. La diferencia anglosajona “disease”/illness” (trastorno/enfermar) resulta enormemente operativa. Trastorno seria un fallo de adaptación en múltiples niveles que aparece no solo como resultado de un agente patógeno, sino de una maladaptación del organismo ante situaciones estresantes mediatizadas por la personalidad y el contexto social. Enfermar hace referencia a la enfermedad como proceso vivido: ese “estoy malo” expresado por el niño. La principal distinción radica en la consideración de trastorno como proceso proveniente e una causa o determinante biológico; el enfermar, por su parte, seria un estado subjetivo, una conducta, que aparece como respuesta o efecto derivado de un trastorno.

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Podemos considerar el enfermar infantil como una respuesta variable que puede presentarse de tres formas: A. INVOLUNTARIAS: síntomas y signos como fiebre, espasmos etc. B. VOLUNTARIAS: quejas, gritos, expresiones de debilidad etc. C. COGNITIVAS: percepciones, motivaciones, emociones, etc.

3. EL ENFERMAR Y LA CONDUCTA DE ENFERMEDAD. En la actualidad asistimos, como resultado del avance de la medicina, a una disminución de las enfermedades y, paradójicamente, también a una mayor presencia de conductas de enfermedad, es decir, el modo en que una persona siente su cuerpo, define e interpreta sus síntomas, pone remedios y utiliza los sistemas de atención sanitaria. Hoy debemos aceptar en cualquier enfermedad humana una causalidad circular donde múltiples elementos, más allá de los biológicos, intervienen a lo largo del proceso del enfermar. Estos, siguiendo a Lask y Fosson (1989), pueden agruparse en cuatro grandes tipos de factores: Predisponentes Vulnerabilidad biológica Características de personalidad Primeras experiencias Respuesta a estrés Influencias socioculturales Precipitantes Acontecimientos estresantes Estímulos que provocan respuesta emocional displacentera Perpetuadores Estresores permanentes Elementos temperamentales ligados a la ansiedad Reforzadores Influencias familiares 7

Protectores Atributos temperamentales e adaptabilidad Adecuadas relaciones intrafamiliar Red de hermanos Soporte comunitario positivo 4. REACCIONES DE LA ENFERMEDAD EN EL NIÑO. 4.1.REACCIONES DE ADAPTACIÓN. Oposición Rebeldía Ira Sumisión Colaboración Inhibición 4.2.REACCIONES DEFENSIVAS. Regresión Negación Identificación 4.3.REACCIONES CONSTITUIDAS POR EXPERIENCIAS MIXTAS EMOTIVO-COGNITIVAS. Temor a la muerte Sentimiento de culpa Sentimiento de Impotencia Descenso de la auto-estima Vivencias de abandono Vivencias de fragmentación, mutilación y aniquilación. 4.4.REACCIONES DE INADAPTACIÓN Y DESAJUSTE Angustia Patológica Reacciones Neuróticas: fobias, histeria, conversión, obsesiones. Reacciones depresivas Reacciones anormales

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EL NIÑO ENFERMO El lugar donde se ejerce una labor médico-psicológica es tanto el ámbito de la asistencia primaria como el hospitalario; incluso, en el campo de la prevención y de la promoción de salud será en la escuela o en la comunidad donde se ejerza ese trabajo. El ingreso en un hospital debido a causas no psiquiátricas no debe ser una experiencia excepcional para un niño. Hay una imagen cultural negativa sobre la hospitalización que se asocia a gravedad y que puede convertirse en acontecimiento vital estresante para una familia y para el propio niño enfermo. El motivo de ingreso, el estadio de la enfermedad, la edad del niño, las condiciones de la hospitalización etc., van a influir en la respuesta individual. Sólo las repetidas hospitalizaciones de periodos superiores a las dos semanas, especialmente en niños entre uno y tres años pueden actuar como sensibilización a patologías mentales en el futuro. La compañía de los padres durante el ingreso influye disminuyendo las respuestas de estrés del niño y disminuyendo la duración de la estancia hospitalaria. La presencia de enfermedad en un niño, o la posibilidad de ello, genera en los padres un cambio de conducta frente a sus hijos enfermos que puede modificar la dinámica interna sensiblemente. Otro aspecto comúnmente deficitario en la práctica es la preparación médicopsicológica para la vuelta a casa. Tras el alta es necesario un período de readaptación tanto para el niño como para sus familiares, en el que pueden aparecer problemas de sueño, alimentación, aclimatación a horarios etc. 1) ENFERMEDADES QUIRÚRGICAS.

AGUDAS.

INTERVENCIONES

En la mayoría de los casos estas enfermedades son relativamente benignas. Constituyen lo que podría llamarse las “buenas enfermedades” que permiten al niño tener la experiencia de la regresión, de una relación de cuidados y de la dependencia. Después, en un período relativamente corto, recobra la salud y el bienestar físico. La reacción del niño depende de su edad, las actitudes de su ambiente, la necesidad o no de hospitalización, la naturalezade los cuidados exigidos.Las hospitalizaciones pueden ocasionar perturbaciones profundas, sobre todo en una edad sensible (6 a

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30 meses). Por todo ello algunos países han generalizado la práctica de la hospitalización madre-hijo con el fin de evitar la ansiedad aguda, nefasta tanto para el equilibrio psicológico del niño como para sus posibilidades de lucha activa contra la enfermedad. Las intervenciones quirúrgicas pueden constituir un factor traumático importante si no han sido objeto de preparación, explicaciones, comentarios de grabados afines al tema. 2) ENFERMEDADES GRAVES Y CRÓNICAS. Se agrupan aquí las enfermedades graves en las que el pronóstico vital está en juego en un plazo más o menos largo y las enfermedades de larga evolución más o menos invalidantes. El problema, ante una enfermedad grave y crónica, es siempre doble: 2 el de la catexis por parte del niño de un cuerpo cuyo funcionamiento es defectuoso o está amenazado, y el de la catexis por parte de los padres de un niño enfermo. El niño ante la enfermedad grave y prolongada. Las reacciones dependen ante todo de la edad y la comprensión que el niño puede tener de su enfermedad. Antes de los 3-4 años, la enfermedad es difícilmente percibida como tal, cada episodio es vivido independientemente. El niño es entonces sensible a las separaciones, hospitalizaciones, “agresiones” sufridas (intervenciones quirúrgicas, inyecciones, perfusiones). Entre los 4 y 10 años, la enfermedad es ante todo, como cualquier episodio agudo, la ocasión para una regresión más o menos profunda y prolongada. Ante la persistencia de la enfermedad el niño pone en marcha las defensas, que a grandes rasgos se reparten según tres modalidades: Oposición: el niño rehuye la limitación impuesta por la enfermedad o los cuidados. Esta negación se acompaña de actitudes de prestancia o

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Catexis: Término psicológico que indica una inversión consciente o inconsciente de energía psíquica en una idea, objeto o persona. 10

provocativas en ocasiones peligrosas (deseo de practicar las actividades precisamente desaconsejadas). Sumisión e inhibición, siempre asociadas al sentimiento de una pérdida. La enfermedad puede acompañarse de una vivencia depresiva en la que intervienen la herida narcisista, en forma de vergüenza de su cuerpo, y el sentimiento de culpabilidad. Sublimación y colaboración son los mecanismos defensivos más 3 positivos de liberación pulsional. Puede tratarse de una identificación con el agresor bienhechor (el médico), o de una identificación positiva con uno de los padres afecto de la misma enfermedad. La posibilidad de dar al niño una mayor autonomía responsabilizándole de su propio tratamiento está en la dirección de estas defensas. Cualesquiera que sean estos mecanismos defensivos, la vida pulsional y fantasmática de los niños afectos de una enfermedad grave y crónica corre el peligro de organizarse en torno a la realidad traumática, sobre todo si el medio familiar, por su ansiedad, excesiva solicitud o prohibiciones repetidas, acaba por reforzar las limitaciones existentes. La familia frente al niño enfermo. La gran mayoría de los estudios concuerdan en reconocer la extrema importancia de las reacciones de la familia en el equilibrio del niño enfermo. Las reacciones de angustia, de confusión extrema, hasta de pánico o cólera, son habituales cuando se anuncia la enfermedad. En una fase en la que el médico no tiene aún todos los elementos de juicio, las familias se preocupan del diagnóstico, de las complicaciones eventuales. Las reacciones defensivas constituyen la primera manifestación de la culpabilidad constante de las familias. A largo plazo, el mayor riesgo radica en transformar la enfermedad crónica en un sistema explicativo permanente y absoluto de toda conducta, pensamiento o afecto procedente de niño.

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Pulsional. En psicoanálisis fuerza inconsciente que provoca determinadas conductas.

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Las relaciones médico-familia. Las nuevas relaciones médico-niño-familia deforman profundamente la naturaleza de las posibles relaciones entre madre y niño, sobre todo si éste es pequeño. Algunas madres soportan muy mal sentirse desposeídas por un tercero de su papel de cuidadoras, protectoras. En esta fase se han observado depresiones en las madres, en ocasiones profundas, que aumentan la culpabilidad paterna. La dependencia de los padres con respecto al cuerpo médico, corre el riesgo de acabar en una relación superficial y obsesiva, centrada en los pequeños detalles de la enfermedad, 4 ocultando problemas de fondo del pronóstico, la etiología y el mundo de los afectos. 3) ENFERMEDADES DE EVOLUCIÓN FATAL: PROBLEMAS DE LA MUERTE Y DEL SECRETO. El concepto de muerte en el niño y su evolución genética han sido estudiados en el marco del suicidio del niño. La noción de muerte se organiza en torno a dos puntos esenciales: la percepción de la ausencia más tarde la integración en la permanencia de esta ausencia. Cuatro fases permiten señalar las principales etapas: 1. Fase de incomprensión (0 a 2 años). 2. Fase abstracta de percepción mítica de la muerte (2 a 4-6 años). 3. Fase concreta de realismo y de personificación (hasta los 9 años). 4. Fase abstracta de acceso a la angustia existencial (a partir de los 10-11 años). La existencia de una enfermedad con un final fatal enfrenta a la familia, así como al niño, con la muerte. Ante la noticia de una enfermedad de pronóstico infausto en el niño, la reacción de los padres pasa por diferentes estadios. Fases sucesivas por las que pasan los padres después de dicha noticia: 1. Fase de aturdimiento: los padres están desconcertados y todo les parece irreal. Esta fase dura varios días. 4

Etiología: Estudio de las causas de enfermedad. 12

2. Fase de incredulidad acompañada de intentos para transformar el desenlace de la enfermedad: los padres se rebelan, rechazan el diagnóstico y pueden solicitar consultas y exploraciones de otros especialistas. La cólera alterna con episodios de actividad. Esta actividad puede ser beneficiosa en el contexto de una participación en los cuidados de su hijo, pero en ocasiones adopta un carácter compulsivo cuya función parece más bien ocultar la propia angustia parental que contribuir a la asistencia del niño. 3. Fase de desorganización-reorganización: el carácter favorable o desfavorable de la evolución depende en gran parte de la calidad de las relaciones entre ambos cónyuges. Cada uno de los padres debe efectuar el proceso de duelo, ayudado por el otro. Cuando en la pareja hay desavenencias, la amenaza de una disgregación familiar frente a esta gran dificultad es considerable. La noticia también afecta a los hermanos del paciente, que reaccionan con manifestaciones sintomáticas (ansiedad, depresión o fobia escolar) o bien con una especie de reacción de buena conducta e hipermadurez, pero cuyo precio corre el riesgo de pagarse más tarde, especialmente en la adolescencia (sentimiento de abandono, dificultad para separarse de los padres, etc.). Gradualmente los padres integran la aceptación del diagnóstico, de los límites terapéuticos, y la percepción del bienestar del niño y de sus necesidades a pesar de la enfermedad. La duración de estos períodos es variable. Por otra pare en algunas familias no se observan los tres estadios, sino que permanecen fija en uno de los mismos.

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RECURSOS Y ESTRATEGIAS DE SUPERACIÓN Que el niño o la familia se adapten a la enfermedad dependerá de la disponibilidad y utilización de los recursos de superación. Si estos no están disponibles, el individuo es más vulnerable; la falta de recursos supone un factor de riesgo para el desajuste emocional y la desadaptación. Un recurso de superación puede referirse a factores personales o socio ecológicos. Los recursos personales de superación incluyen la moral, creencias, experiencias anteriores de superación, roles de los padres, inteligencia y características de la personalidad. Los recursos socio- ecológicos incluyen recursos materiales y prácticos así como recursos psicológicos familiares y soporte social.

Recursos de superación relacionados con la adaptación del niño. Los niños enfermos con una buena inteligencia verbal, con madres que tienen un mayor control interno y un auto concepto maternal más positivo están mejor adaptados. Destaca la importancia de recursos psicológicos familiares en la adaptación del niño a la enfermedad. Se refiere al modo característico en el que la familia percibe e interactúa con el entorno social dentro y fuera de la familia Otro factor asociado a una buena adaptación es el acuerdo entre los cónyuges y la satisfacción de los padres.

Recursos de superación relacionados con la adaptación de los padres. Ciertos recursos personales de superación predicen la buena adaptación 5 de los padres: optimismo, un bajo nivel de neuroticismo, humor, buena autoestima, experiencias positivas de superación, la habilidad de centrarse en los aspectos positivos del niño, un acercamiento día a día y creencias religiosas que ayuden a redefinir la enfermedad del niño. Una adecuada capacidad de los padres para tratar a sus hijos en términos de disciplina, negociación y supervisión para estimular a sus hijos en términos de disciplina, negociación y supervisión para estimular a sus hijos en términos de disciplina, negociación y supervisión par estimular su 5

Neuroticismo: Tendencia global a presentar respuestas de ansiedad.

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competencia y capacidad de control también son predictores de bajos niveles de malestar parental y por tanto de buena adaptación. El apoyo social es el recurso socio-ecológico más importante y se define como lazos entre los individuos que sirven para mejorar la capacidad de manejar las crisis de corta duración así como los objetivos a largo plazo, factores estresantes y privaciones. Se completa con la provisión de ayuda práctica, soporte emocional, información y métodos de superación de los problemas estimulando los sentimientos de normalidad. El apoyo a la esposa es una de las formas más importantes de apoyo para los padres. También es muy útil apoyo adicional del exterior al matrimonio para mantener la integración marital y aliviar de peso total a la esposa. Una gran variedad de estrategias de superación para los padres han sido señaladas como útiles. Las estrategias más frecuentemente señaladas consistían en charlas con la esposa para aliviar el malestar emocional y para decidir el manejo de dificultades presentes o futuras, así como la focalización en los aspectos positivos del niño.

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PRECAUCIONES PARA EVITAR LA TRANSMISION DE PATOLOGIAS PRECAUCIONES ESTANDAR APLICABLES A TODOS LOS PACIENTES. Ubicación del paciente individual si contamina el ambiente o no tiene una higiene adecuada. Lavado de manos tras tocar sangre, secreciones, excreciones, materia contaminado (aunque se usen guantes); al quitarse los guantes; entre pacientes; con jabón normal. Utilizar guantes para tocar: sangre, secreciones, excreciones, material contaminado; antes de tocar membranas mucosas o piel no intacta; para cambiar entre tareas en el mismo paciente tras contacto con sitios muy contaminados; lavarse las manos nada más quitárselos. Mascarilla, protección ocular, careta para proteger ojos, nariz y boca, si se prevén salpicaduras o aerosoles de sangre fluidos, secreciones o excreciones. Batas si se prevén salpicaduras o aerosoles de sangre, fluidos, secreciones o excreciones; quitársela cuanto antes si está manchada y lavarse las manos. Instrumental y equipos si se mancha o contacta con sangre, fluidos, secreciones y excreciones, evitar exposición de piel y mucosas al mismo o contaminar ropa, otros pacientes o ambientes; asegurarse de la no-utilización en otro paciente del equipo reutilizable antes de su limpieza y tratamiento apropiados; y la eliminación adecuada del material desechable. Control ambiental referido al adecuado cuidado, limpieza y desinfección rutinaria de superficies, cama, barandillas y equipos. Lencería. Manejar, transportar y procesar la lencería manchada evitando exposiciones de piel, mucosas, ropa u otros pacientes o superficies. Salud ocupacional y patógenos de transmisión sanguínea. Precaución con instrumental agudo o cortante durante los procedimientos, manejo tras su uso, limpieza o desecho; Contenedores resistentes a las punciones cercanos al lugar de uso del instrumental reutilizable y desechable. 16

PRECAUCIONES AÑADIDAS ESTANDAR SEGÚN PATOLOGÍAS.

A

LAS

PRECAUCIONES

AISLAMIENTO AÉREO 6 ( TBC o sospecha, etc.) Ubicación del paciente en habitación individual. No saldrá de ella. Antesala aconsejable y puerta cerrada. Mascarilla con filtro de partículas al entrar en la habitación. Traslado del paciente. Sólo si es esencial; ponerle mascarilla quirúrgica al paciente; informar a la unidad de destino del tipo de aislamiento. AISLAMIENTO DE GOTÍCULAS (Meningitis bacteriana, etc.) Ubicación del paciente individual. Si no se puede, situar a visitantes/otros pacientes a más de 1m. Y éste, separado por biombo o cortina. Mascarilla si está a menos de un metro del paciente. Traslado del paciente sólo si es necesario; ponerle mascarilla al paciente; informar a la unidad de destino del tipo de asilamiento. AISLAMIENTO DE CONTACTO (Gérmenes multirresistentes, etc.) Ubicación del paciente individual; si no se puede ubicarlo con un paciente con una infección activa por igual germen si es posible, o consultar con medicina preventiva. Lavado de manos con jabón antiséptico en la misma habitación; salir de la habitación con las manos ya lavadas. Guantes al entrar en la habitación; durante la atención al paciente cambiarlos tras tocar material groseramente contaminado (drenajes, material fecal); quíteselos antes de salir y lávese las manos inmediatamente. No tocar después otras superficies de la habitación. 6

Tuberculosis. 17

Batas de un solo uso si se va a tocar al paciente, superficies u objetos, o si el paciente es incontinente, tiene diarrea, ileostomía, colostomía o drenaje no cubierto; quítesela antes de dejar la habitación y no tocar después ninguna superficie con la ropa. Instrumental y equipos. Si es posible limitar el uso del equipo o material no crítico (el que toca piel intacta) a ese paciente (u otros con igual patógeno). Si es inevitable compartirlo, se limpiará y desinfectará adecuadamente antes. Control ambiental. Limpieza exhaustiva de la habitación al alta del paciente, con atención a zonas como la parte superior del marco de la puerta, antepechos de ventana, manubrios de persianas, grifos, televisor,... Útiles de limpieza (textiles). Exclusivos de la habitación, permaneciendo en ella. Se eliminaran al alta del paciente. Ropa del paciente. Se retira en bolsa de plástico bien cerrada, evitando fugas. Transporte no requiere identificación. Menaje/vajilla no requiere normas especiales. Traslado del paciente solo si es necesario; intentar evitar la contaminación de superficies u otros pacientes; informar a la unidad de destino del tipo de aislamiento.

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REFLEXIONES SOBRE LA RISA EN NIÑOS HOSPITALIZADOS La Risa es un ejercicio muscular que moviliza la mayoría de los músculos del cuerpo: abdominales, cara, miembros... Actúa sobre el eje respiratorio dilatando los bronquios, aumentando el volumen respiratorio y luchando contra el asma. Es un estimulante cardiovascular: baja la tensión arterial y disminuye el ritmo cardíaco. Mejora la digestión: es un masaje terapéutico del tubo digestivo, aumenta el tránsito intestinal y lucha contra el estreñimiento. Libera endorfinas cerebrales, actúa sobre el dolor y aumenta la secreción de serotonina. Una persona con bajos niveles de serotonina está deprimida. Actúa sobre el sistema neuro vegetativo, disminuye el estrés y favorece el sueño. Estimula el sistema inmunitario y proporciona un gran equilibrio interno. La risa está asociada a la sonrisa, uno de los primeros actos de humanización del ser, el humor y la felicidad, fenómeno muy típico de la infancia que hace parte de la imagen popular de la niñez. Los bebés que nacen tranquilos, sin estrés, nacen contentos y se ponen a reír en los primeros meses de vida. A los cinco meses el niño sabe establecer la correspondencia entre una mímica alegre y un tono de voz alegre, entre una mímica triste y un tono de voz triste. El bebé espera que el rostro de la madre le indique lo que debe sentir y lo que debe hacer. Si la madre reacciona con una sonrisa el bebé se muestra tranquilo, si la madre hace una mímica de aprensión y de miedo el bebé se vuelve hacia la seguridad del contacto materno. El bebé lee en el rostro de la madre si debe sentirse aventurero, o temeroso y derrotado. Por ello hay que actuar también sobre la madre. El humor no viene a remplazar otras formas de intervención, pero es una forma elevada de la comunicación humana, y muchos profesionales que han integrado el humor como parte de su práctica asistencia, afirman que la relación se torna más humana en la medida en que es capaz de compartir algo de humor con los pacientes.

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La adaptación a la enfermedad es más fácil desde un estado mental positivo. El humor brinda una atmósfera positiva, relaja el ambiente para poder abordar de manera más efectiva los problemas de salud. A través de la Terapia de la Risa se influye en la salud emocional del niño hospitalizado, expuesto al desequilibrio que conlleva dicha hospitalización, suavizando el sufrimiento del pequeño paciente y ayudando a su pronta recuperación. Cada niño vive a su manera el encuentro con el payaso, dependiendo de su edad, cultura, salud,... Pero ellos los esperan con impaciencia y solicitan con frecuencia su presencia, además los acompañantes participan con mucho placer de este rato lúdico, ellos ríen al igual que el enfermo. Después de la partida del payaso expresan espontáneamente que el trabajo de los payasos es formidable y que se encuentran sensibilizados con la atmósfera. El payaso debe llenar de amor y profesionalismo sus relaciones con el niño, el personal y sus acompañantes. Debe ser divertido y ágil, ingenioso para comprender la situación gozando de ella. Debe ser mágico, espontáneo y al mismo tiempo consciente de la edad del niño con el que juega, tener en cuenta su estado físico como emocional así como la de sus padres. La terapia de la risa debe ser individual, el payaso debe involucrar su entorno; la pediatra, la enfermera, el personal voluntario, el acompañante del niño, mejorando el trato hacia el menor, es decir, se trabaja la concientización de los derechos del niño y la humanización hospitalaria. Integrar al payaso a un equipo frecuentemente fusionado no es tarea fácil, ni para el cuerpo médico, ni para los payasos. Pero como dice el refrán la gota no perfora la piedra por su fuerza sino por su constancia.

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EFECTOS INMEDIATOS DE LA PRESENCIA DE LOS PAYASOS EN EL HOSPITAL Se convierte en una ola de alegría por los pabellones de pediatría. Se oxigena el ambiente hospitalario. La actitud de los niños hacia los medicamentos es más dispuesta. Se sienten bien atendidos y algunos quisieran llevarse al payaso para su casa Se trabaja una sensibilidad hacia el buen trato de los padres hacia el niño. Los niños disminuyen los niveles de estrés que les produce el estar allí Las mamas demuestran a sus hijos que todavía saben reír. Los padres aseguran que la risa llevada por los payasos sirve como fuente de curación que permite olvidar el presente. Para los niños la visita de los payasos tiene un efecto particular, ese momento mágico contribuye a su rápida recuperación.

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A NEX O I

“CARTA EU ROP E A DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS HOS PITALIZADOS”

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C ARTA EUROPEA D ELOS DERECHOS D E LOS N IÑOS HOS PITALIZADOS 1. D erecho del niño a recib ir una inform a ción adaptada a su e dad, su desarrollo mental su estado afectivo y psicológic o y a su capacid ad de comprensión, con respecto al conjunto del tratamiento m édico al que se le somete y a las perspectivas p ositivas que dicho tratamiento ofrece. Y a participar en las decisio nes m édic as q ue les afecten. 2. D erecho a que se le trate con tacto y comprensión y a que se respete su privacidad. A la confidencialidad de los datos sobre su salud, si que nadie pueda utilizar esa información sin su permiso “Secreto Profesio nal”, este estará garantiza do en todo momento. 3. D erecho a estar acompañado de sus padres o de la persona q ue los sustituya en todo momento durante su permanencia en el hospita l. Hay que ofrecerle a los padres acomodación a la hora dormir y se les debe ayudar y animar para que acomp añen a su hijo y para que participen en los cuidados del niño. 4. D erecho a no recib ir tratamientos m éd icos in útiles y a no soportar sufrimientos físicos y morales q ue puedan evitarse. Los niños serán hospitalizados únicamente cuando no puedan recibir en su casa o en régimen de hospital de día la atención que necesitan y se debe evitar cualquier tratamiento médic o innecesario. 5. D erecho a negarse (por boca de sus padres o de la persona que los sustituya) a ser sujeto de investigación y, a rechazar cualquier cu id ado o examen cuyo propósito primordial sea educativo o informativo y no terapéutico. 6. D erecho a disponer durante su permanencia en el hospital de jug u etes, libros y m edios audiovisuales adecuados a su edad. Tienen derecho a jugar, divertirse y a continuar la escolaridad de form a adecuada a su estado de salud. E l hospital debe estar pensado y equipado par atender estas necesidades. 7. D erecho a ser tratad o, dura nte su estancia en el hospital, p or perso nal cualificado, convenientemente preparado para atender las necesidades físicas y emocionales de los menores y sus familias, con tacto, educación y comprensión y a que se respete su intimidad.

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8. D erecho a estar proteg ido juríd icam ente para poder recibir todas las atenciones y cuidados necesarios en el caso de que los padres o la persona que los sustituya se niegu en por razones religiosas, culturales u otras. 9. D erecho a ser h ospitalizado junto a otros niñ os, evitando todo lo posible su hospitalización entre adultos. 10. D erecho a proseguir su form a ción esco lar durante su permanencia en el hospital, y a beneficiarse de las enseñanzas de los maestros y del material didáctico que las autoridades escolares pongan a su disposición, en particu lar en el caso de u na h ospitalización prolongada. 11. D erecho a la necesaria ayu da económica y mora, así com o psicosocial, para ser sometido a exámenes o tratamientos que deban efectuarse necesariamente en el extranjero. 12. D erecho a recib ir visitas sin restricciones de edad de los visitantes. 13. D erecho al respeto de su perso nalidad, dignidad humana e intimidad sin que nadie pueda sufrir dis criminación por razones de raza, de sexo, económicas, sociales e ide ológicas.

BIBLIOGRAFÍA JAIME RODRÍQUEZ-SACRISTÁN, Introducción a la psicología médica en la infancia. PEDRO BENJUMEA PINO, Salud y enfermar en el niño. CHRISTA ZIMMERMAN TONSELLA, Factores psicosociales en las enfermedades crónicas en la infancia. El niño en su ambiente. FUNDACIÓN DOCTORA CLOWN. LUZ ADRIANA NEIRA Y MARÍA NINELLY NEIRA, Terapia de la risa para nuestros niños hospitalizados.

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ONGD RECICLA-ALICANTE Para la cooperación al desarrollo Norte – Sur c/ Rufino Gea Martínez, 3 – 2º B Teléfonos: +34 96 674 39 33 / +34 96 674 50 87 Fax: +34 96 674 45 98 03 300 Orihuela (Alicante)- España E-Mail: [email protected] Web: www.reciclaalicante.org

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