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• José Alejandro

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Tenemos que hablar de Kevin

Ensayo de la película del director Lynne Ramsay. Presentado por José Alejandro Tangarife David y apoyado en las concepciones psicoanalistas de Donald Winnicott.

Las perturbaciones psíquicas tienen su génesis en aspectos completamente distintos en cada sujeto; pero es justo y preciso anotar que las etapas emocionales más primitivas del desarrollo de cada individuo son determinantes para comprender el “fracaso” o “triunfo” del individuo frente al mundo y su relación con este.

La película hace hincapié en la relación de Kevin y su madre Eva; encontrando en retrospectiva de dicha relación a una mujer joven y enamorada, con grandes aspiraciones y deseos. El embarazo hace contrastar el rosto feliz de Eva saltando bajo la lluvia, con el rostro inexpresivo y la mirada vacía en el camerino del salón de ballet. Es de presumir que Eva racionalizó los cambios en su anatomía debido a la maternidad y al ser su primer bebé la situación se le torno abrumadora. Es difícil presumir los datos de la vida intrauterina de Kevin; pero para autores como Otto Rank y el mismo Winnicott; el vínculo madre e hijo comienza desde el momento de la concepción y para tal caso el bebe como identidad no existe; tanto madre como hijo, están ineludiblemente obligados por motivos de la misma vida a ser uno solo. Ineludiblemente Eva debía preservar lo que Winnicott llama “continuidad existencial” y prolongar esa vida intrauterina pacifica de Kevin por un tiempo más, pero fuera de su vientre; este periodo es donde el concepto del “Holding” se hace

visible para un tercero y es donde es necesario el apoyo del padre para que la madre pueda llevar a cavo su tarea

Los primeros días después de su nacimiento fueron difíciles, ya que su madre entro en depresión post parto y ese vínculo entre madre e hijo fue debilitado inexorablemente por dicho evento. En este caso y según Winnicott los procesos de integración y personalización corren un gran riesgo y esto afecta directamente las probabilidades de que esos núcleos del Yo que están dispersos puedan alcanzar una completa integración.

En varias escenas de la película Kevin es alejado por su propia madre de su pecho, su llanto no es escuchado y la ayuda del padre es poca. Kevin tendrá muchos problemas para diferenciar lo propio del mundo que lo rodea y habrá una confusión hacía donde dirigir su agresión primitiva y es en este punto donde Kevin quedo enmarcado; al no existir un verdadera diferenciación del yo y el no-yo e instaurando el mensaje de que él no necesita a la madre para vivir, siendo omnipotente, insensible y desconfiado ante todo lo que lo rodea.

La agresión a la madre se expande a todos los objetos; destruye sus juguetes y colores, raya las paredes, se niega a nombrar a la madre y jugar con ella. Avanzados los primeros años de vida es evidente el fallo en esas primeras etapas, manifestándose a nivel biológico, cognitivo y conductual; ya que en consulta médica, es un chico con músculos hipotónicos y tiene un retraso en la verbalización y el control de esfínteres.

Esa desaparición del vinculo madre-hijo lleva al predominio del falso Self como única protección del Self verdadero, ante las carencias de afecto materno que proporcionaran en él una verdadera confianza.

Vemos en las escenas de la infancia de Kevin, que este es muy inteligente y por tal motivo manipula las situaciones a su antojo para su beneficio. El nacimiento de su hermana incrementa el odio hacia su madre y al este reconocer que esta bebe es “objeto amado por la madre” intentará destruirlo; tal y como lo hizo con la habitación temática de la madre. Pasan varios años y encontramos a un adolescente con las mismas deficiencias solo que la agresión hacía la madre y la hermana sobre pasan los límites de lo esperado, ya deja de ser un castigo psicológico y pasa a violentar físicamente a su hermana para atacar a la madre. Lo que sigue siendo para mí un enigma o capricho del director de la película es el asesinato múltiple en el colegio; ya que se esperaba que Kevin atacará a su familia para producir el sufrimiento de la madre.