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TEMA 10. EL ASCENSO DE LOS TOTALITARISMOS FASCISTA Y NAZI 1 DEMOCRACIAS Y DICTADURAS EN LA EUROPA DE ENTREGUERRAS. La cr

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TEMA 10. EL ASCENSO DE LOS TOTALITARISMOS FASCISTA Y NAZI 1 DEMOCRACIAS Y DICTADURAS EN LA EUROPA DE ENTREGUERRAS. La crisis de las democracias tuvo sus orígenes en una doble amenaza: los movimientos fascistas o grupos de extrema derecha de ideología totalitaria y ultranacionalista; y el comunismo soviético que desde 1917 intentaba extender la revolución a otros países. 1.1 EL CONTEXTO DE LA CRISIS DE LAS DEMOCRACIAS. Tras la I Guerra Mundial la democracia se consolidó en Europa gracias a la ampliación de los derechos individuales y a la extensión del sufragio universal masculino e incluso femenino. De los 28 países europeos, menos Rusia y Hungría, el resto eran democracias o sistemas parlamentarios. Sin embargo no fueron capaces de resolver los graves problemas políticos, sociales y económicos de la Europa de entreguerras, de forma que amplios sectores de la población defendieron la necesidad de contar con Estados fuertes y autoritario. Los principios liberales fueron cuestionados y se produjo un retroceso de los valores democráticos. Primero fue por el deseo de evitar el contagio revolucionario ruso ante el estallido de revoluciones comunistas en Hungría y Baviera (Alemania), así como huelgas de obreros entre 1919 y 1920. Posteriormente, la crisis de los años treinta y sus terribles efectos radicalizaron las posturas, enfrentando a una burguesía y unas clases medias que aspiraban a un Estado fuerte, frente a gran parte de las clases bajas que aspiraban a la revolución. Para frenar la revolución, el fascismo y el nazismo defendieron un nacionalismo exaltado y agresivo, el totalitarismo y el partido único como soluciones. 1.2 EL TRIUNFO DE LAS DICTADURAS. La democracia solo subsistió en las naciones en que estaba más asentada: las viejas democracias de Europa occidental, los países escandinavos y algunos países centroeuropeos como Checoslovaquia, donde los partidos fascistas no fueron una amenaza seria. En estos países, el capitalismo se reformó y se incrementó el papel económico del Estado; además se integró a los partidos socialistas en el juego parlamentario. En el resto de países europeos, con escasa tradición democrática, se impusieron dictaduras nacionalistas radicales de derechas entre 1922 y 1939. Así, en 1939 la mayoría de los sistemas políticos de Europa eran autoritarios, destacando las dictaduras fascistas de Italia (1922) y Alemania (1933). 2. IDEOLOGÍA Y BASES SOCIALES DEL FASCISMO. 2.1 LA IDEOLOGÍA FASCISTA. En las décadas de 1920 y 1930 se impone en Europa el fascismo. La ideología fascista caracteriza por la defensa de los siguientes rasgos:  

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Un Estado totalitario que controlaba todas las esferas de la vida. El Estado se impone al individuo, negando principios liberales como la igualdad, derechos individuales y la separación de poderes. Una dictadura de partido único, cuyo poder recaía en un jefe con un poder carismático. Su autoridad es indiscutibles, se establece una fuerte jerarquía y se le debe obediencia total. Así se estableció el culto a la personalidad del líder. Un radical anticomunismo y, al principio, un anticapitalismo. Planteaba una tercera vía, el socialismo nacional, capaz de acabar con el conflicto de clases. Un nacionalismo agresivo, expansionista y militarista que exigía una nueva posición de su nación en el mundo, lo que orientaba a los fascismos hacia la guerra. El racismo. El nazismo hacía del antisemitismo una doctrina central que aglutinaba la unidad nacional, basada en la superioridad de la raza aria.

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La violencia frente a los opositores políticos. La movilización de las masas para encuadrarlas en el seno del partido y del sindicato único, así como en sus milicias. Por ello se daba gran importancia a los símbolos, mítines y desfiles. La exaltación de los principios masculinos, relegando a la mujer al ámbito doméstico.

2.2 LAS BASES SOCIALES DEL FASCISMO. Los partidos fascistas nunca lograron un respaldo popular total, pero se fue incrementando hasta alcanzar gran fuerza en Alemania e Italia. Sus primeros seguidores eran oficiales y combatientes desmovilizados que no se pudieron adaptar a la vida civil tras la I Guerra Mundial. También contó con el apoyo de jóvenes activistas y románticos impresionados por la guerra y frustrados por el sistema liberal. Después se sumaron miembros de las clases medias afectadas por la crisis económica y un importante sector extremista y violento de la clase obrera. También contó con el apoyo de los grandes empresarios y terratenientes. En principio financiaron el fascismo como fuerzas de choque frente a socialistas y comunistas. Cuando el fascismo eliminó sus postulados anticapitalistas, les ayudaron a instaurar un poder ejecutivo fuerte capaz de reorganizar la economía y detener la agitación obrera. Finalmente, la toma del poder por el fascismo no se entiende sin el apoyo de las instituciones del Estado liberal: el ejército y la policía, que cuando menos lo toleraron. 3. LA ITALIA FASCISTA. 3.1 LA MARCHA AL PODER DEL FASCISMO. Italia vivió una situación desfavorable tras la guerra debido a las pérdidas humanas, las deudas y la crisis económica debida al aumento del paro, la inflación y la pérdida de beneficios de los grandes empresarios que habían crecido con la guerra. Desde 1919 la agitación social es especialmente virulenta. También se produjeron ocupaciones de explotaciones terratenientes por campesinos sin tierras. En este contexto, algunos sectores de la burguesía ven con buenos ojos los grupos que responden violentamente a estos acontecimientos, entre los que se encuentran los Fascios Italianos de Combate o camisas negras, de Benito Mussolini. Además Italia no había salido bien parada de los tratados de paz, pues de todas sus expectativas territoriales en Dalmacia, Istria, Fiume y Trentino, solo obtuvieron este último. El descontento de la población se tradujo en una radicalización de las opciones políticas, sobre todo entre el Partido Comunista, apoyado por obreros y campesinos; y el Partido Nacional Fascista, fundado por Mussolini en 1923, que era respaldado por grupos nacionalistas, militares, terratenientes y un importante sector de la burguesía temerosa del comunismo. El sistema parlamentario italiano se caracterizaba por su fragmentación e inestabilidad. No se daban mayorías amplias y estables, lo que obligaba al rey a intervenir para ofrecer el gobierno a líderes que consideraba que tendrían un respaldo suficiente para gobernar. A ello se añade que en agosto de 1922 se convoca una huelga general. Los fascistas actúan para mantener el orden, logrando mantener en funcionamiento servicios como correos, autobuses o ferrocarriles. Respaldados por amplios sectores de la sociedad, inician una policía de presión contra el gobierno, movilizando a los camisas negras. Se realiza la Marcha sobre Roma en octubre de 1922, ocupando edificios públicos y centros de comunicación. La actuación del rey Víctor Manuel III fue decisiva, ya que se negó a declarar el estado de guerra y encargó a Mussolini la formación de un gobierno. En un primer momento, Mussolini forma un gobierno de concentración en el que deja fuera a socialistas y comunistas. Pero se hace con el control de los mecanismos electorales y del gobierno. En las elecciones de 1924 logra la mayoría en las cámaras. A partir de entonces controla la prensa,

recurre a los asesinatos, expulsa a la oposición y ordena arrestos. En 1929 se presenta como única lista. Progresivamente Mussolini había convertido el gobierno en una dictadura personal, controlando el poder legislativo y ejecutivo. 3.2 LA DICTADURA FASCISTA. Una vez que se establece una dictadura personal, Mussolini sabe que necesita el apoyo de la Iglesia católica. Con los Pactos de Letrán (1929), se reconoce la soberanía de la Santa Sede sobre el Vaticano, se potencia la enseñanza religiosa y se hace del catolicismo la religión oficial del Estado; la Iglesia reconoce la capitalidad de Roma y el régimen de Mussolini. El apoyo del papado fue uno de los pilares que favorecieron el asentamiento del fascismo en la sociedad. La política económica estuvo caracterizada por el proteccionismo, la autarquía, el desarrollo de la industria pesada y de las obras públicas. Se plantean las iniciativas económicas como batallas (batalla del trigo, de la lira…), buscando disminuir la dependencia de otros países extranjeros, sobre todo tras la crisis de 1929. También busca potenciar los sectores estratégicos. El funcionamiento del sistema económico se asentaba en una organización corporativa. Obreros y patronos debían militar obligatoriamente en corporaciones, una especie de sindicatos fascistas. Las reivindicaciones o huelgas se sustituían por convenios de obligado cumplimiento. La política internacional agresiva se caracteriza por las reivindicaciones territoriales. Hay una exaltación nacionalista y el líder concentra en su persona todo el poder. También se va a dar un fuerte militarismo, donde los militares además de acaparar gran parte de los cargos políticos, imponen su comportamiento como modelo de vida. Se elimina la pluralidad política en beneficio de un partido único, donde predomina el grupo sobre el individuo. Se persiguen los partidos socialistas y los sindicatos, y se limita la libertad individual. 4. LA ALEMANIA NAZI. 4.1 LOS INICIOS DEL NAZISMO. En noviembre de 1918, tras la abdicación del emperador Guillermo II, el Partido Socialdemócrata (SPD) proclamó la república, cuya Constitución fue aprobada en Weimar. Ebert fue elegido presidente de la república y debió hacer frente a la firma del Tratado de Versalles; la conflictividad social (espartaquistas); la inestabilidad económica, especialmente la hiperinflación de 1922 y 1923; y el ultranacionalismo provocado por la ocupación del Rhur. Estos hechos favorecieron la radicalización de las posturas políticas, que se manifestarían en acontecimientos como el “putsch de la cervecería” (Munich), dando lugar a una gran inestabilidad política. En 1920 ingresa Hitler en el Partido de los Trabajadores Alemanes (DAP), que pasa a denominarse Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP) o Nazi. También se forman las SA, una organización paramilitar violenta. Defiende un socialismo nacional anticapitalistas y sobre todo:  

La necesidad de establecer una dictadura nacionalista capaz de preservar la pureza racial y eliminar a los enemigos de Alemania (demócratas, marxistas y judíos). El deseo de unir a todos los alemanes en una Gran Alemania, dotada de “espacio vital” que asegurase el desarrollo de la raza aria.

Tras el putsch de Munich, Hitler fue encarcelado y escribió Mein Kampf (Mi lucha). Al salir de prisión, en 1925, Hitler refunda el partido y para atraerse los apoyos sociales limita sus postulados anticapitalistas, acentuando los antisemitas, anticomunistas y los ultranacionalistas. Además utiliza con gran eficacia todos los métodos de propaganda (partido de masas). 4.2 EL ASCENSO DEL NAZISMO. Hitler acepta el sistema parlamentario para hacerse con el poder. La Gran Depresión incrementó el apoyo electoral de los nazis. El partido nazi había obtenido resultados extraordinarios en las elecciones al Reichstag de 1930 y en las presidenciales de 1932. En enero de 1933 Hitler es

nombrado canciller por Hindenburg. Poco después se produce el incendio del edificio del Reichstag, que los nazis presentan como un atentado comunista. Hitler aprueba la Ley de Emergencia, de manera que puede controlar el gobierno, encarcelar a sus principales adversarios, suprimir las libertades individuales, disolver los sindicatos y eliminar a la oposición dentro de su partido. El III Reich remarca la continuidad de la política imperial alemana que se había manifestado en el Primer Reich, el Sacro Imperio Germánico, y el Segundo Reich, el Imperio creado por Bismarck y Guillermo I. El pueblo germánico se convierte en una entidad destinada a regir o gobernar los destinos del mundo. El nuevo régimen político se caracteriza por la concentración del poder en la figura de Hitler, que bajo el lema “un pueblo, un Estado, un jefe” acapara todos los poderes y se sitúa por encima de las instituciones de gobierno. Los ministros son responsables ante el Führer, quien no está obligado a consultar o conseguir respaldo para las decisiones que adopta. Las SS y las SA ganan importancia jugando un papel semejante al de un ejército y una policía que Hitler utiliza para depurar el partido y mantener la seguridad del Estado. Hitler construye el nuevo Estado con el apoyo del ejército y la oligarquía económica, por lo que decide eliminar a los elementos radicales de las SA. En la noche del 30 de junio de 1934, conocida como la noche de los cuchillos largos, Hitler manda asesinar y arrestar a los principales dirigentes de las SA. La principal víctima fue Ernst Röhm, jefe de las SA. Con la muerte de Hindenburg en agosto de 1934, Hitler asoció la cancillería a la presidencia del Reich. Las SS y la Gestapo se convirtieron en garantes de la política del III Reich. a) La política nazi de adoctrinamiento y propaganda. El nazismo desató una campaña masiva de adoctrinamiento y control ideológico para empapar a toda la sociedad de la ideología nazi (racismo, antisemitismo, patriotismo y militarismo) y fomentar el culto al Führer como un ser infalible. Se hizo a través de la educación, las organizaciones juveniles (Juventudes Hitlerianas) y el uso de la propaganda a través de los medios de comunicación. También se suprimió la libertad de expresión y se censuraron todas las actividades literarias y artísticas contrarias a la ideología nazi. b) Racismo y antisemitismo. Los nazis aseguran la cohesión social a través de la unidad y la supremacía racial. Para ello era necesario eliminar todas la “impurezas”. El grupo más amplio de víctimas de la “limpieza racial” fueron los judíos, contra los que se tomaron las siguientes medidas: 





Entre 1933 y 1938 se legisló para eliminar los derechos políticos y sociales de los judíos, a los que se les expolió (robó) sus bienes. Las Leyes de Nuremberg (1935) excluían a los judíos de la ciudadanía alemana y se prohibían los matrimonios mixtos. Desde finales de 1938 el antisemitismo se hizo más violento. Tras la “noche de los cristales rotos”, donde tiendas y sinagogas judías fueron saqueadas y destruidas por las SS, los judíos alemanes y austriacos fueron encerrados en campos de concentración. A partir de 1942, Hitler ordenó la “Solución Final” o eliminación total de la población judía de Europa, a través de campos de trabajo y exterminio. Aquí murieron más de 6 millones de judíos. c) Autarquía y rearme.

La política económica desarrollada se caracteriza por la consolidación de la agricultura y la concentración de empresas industriales. La producción debía responder al cumplimiento de los grandes objetivos nacionales (rearme, obras públicas) dentro de una política intervencionista. Consiguió el pleno empleo y el aumento de la producción a costa de grandes sacrificios para los obreros (congelaron salarios, aumentó la jornada laboral y se impuso el racionamiento. Por eso las clases medias y el campesinado se convirtieron en los soportes del nazismo. Sin embargo este crecimiento era insostenible a largo plazo. Solo una guerra podía dar salida a la acumulación de armamento y a la obtención de recursos en otros países.