Tarot Terapéutico y Gestalt

El Tarot de Alejandro Jodorowsky y la Terapia Gestalt Aportado por Altea Sellés — Taller sobre el Tarot Evolutivo y la

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El Tarot de Alejandro Jodorowsky y la Terapia Gestalt Aportado por Altea Sellés



Taller sobre el Tarot Evolutivo y la Terapia Gestalt. Queremos dar a conocer el Tarot Evolutivo, herramienta alejada de adivinaciones y centrado, en cambio, en un trabajo de autoconocimiento y desarrollo personal en el presente. Su objetivo se acerca más a una relación terapéutica. Con el Tarot Evolutivo podemos abordar situaciones que nos preocupan, bloqueos desde una perspectiva que va más allá de lo racional, y trabajarlas desde un enfoque gestáltico. “El Tarot Evolutivo no se ocupa de leer el futuro, sino de sanar el presente” Qué



Taller

Cuándo

03/03/2012 10:00 a 04/03/2012 14:00

Dónde

Instituto Terapia Gestalt de Castellón

Nombre

ESTER

Teléfono de contacto 964.242121 Asistentes

Cualquier persona interesada

Con el Tarot Evolutivo podemos abordar situaciones que nos preocupan y tratar de dar respuesta a bloqueos (intelectuales / emocionales / creativos-sexuales / materiales), desde una perspectiva más amplia que la meramente “racional”, gracias a la comunicación con nuestro inconsciente que a través de las cartas nos manifiesta su mensaje. Impartido por: Jose Julián Antón (Terapeuta Gestalt, Formado en Tarot con Alejandro Jodorowsky)

EL TAROT COMO HERRAMIENTA DE CRECIMIENTO PERSONAL Antes de entrar en materia vamos a definir que es el TAROT. Es un conjunto de 78 cartas, llamadas arcanos, divididos en menores y Mayores. Los Menores, 56 cartas, divididas en cuatro palos (bastos, copas, oros y espadas) nos hablan de situaciones concretas en la vida del consultante. Los arcanos Mayores con 22 Cartas, que nos hablan de algo más que situaciones concretas, representa al Ser Humano en su totalidad y la relación que tiene con el mundo, la naturaleza, el cosmos. En el trabajo personal con el Tarot, especialmente nos interesa los arcanos mayores, ya que nos hablan del individuo en su totalidad, conectando con su propia individualidad, y como vive y se desenvuelve en la vida. La imagen que vemos en cada una de las cartas, son arquetipos, representación de partes de nosotros mismos. Según Carl Jung "los arquetipos representan fuerzas instintivas que operan de forma autónoma en la profundidad de la psique humana". Explorando estos arquetipos podemos descubrir el arquetipo que nos está manipulando, y poder liberar y sanarlo, convirtiendo su polaridad y hacerlo como herramienta y recurso personal para llegar a nuestra propia individualidad. El Tarot muestra lo que deseamos y detestamos de nosotros mismos; nuestros mecanismos de defensa, miedos y anhelos. También representa cualidades innatas en nosotros mismos y que podemos utilizar para alcanzar nuestros objetivos y crecer de forma integra, y así llegar a la propia individualidad. En el trabajo personal con el Tarot como crecimiento integral del la persona lo unimos e interrelacionamos con el enfoque Gestaltico, que engloba y se basa en la filosofía existencialista, en la teoría de campo, también retoma algunos puntos del Psicoanálisis, entre otras teorías y enfoques. En la Gestalt se da importancia al momento presente, al darse cuenta de lo obvio, y esto es lo que nos interesa como punto principal en esta vía de crecimiento personal. Los arcanos mayores representan nuestra situación actual no solo nuestro entorno, sino como nos repercute en nosotros mismos, dando conocimiento del momento actual como oportunidad de darse cuenta de nuestros mecanismos que nos hace fácil o difícil la propia vida, o nos crea un conflicto. Esos mecanismos están representados por los arquetipos del tarot que son proyecciones de nosotros mismos, y su conocimiento nos aporta luz y claridad a la hora de solucionar esos conflictos que han generado o hemos generado ante una situación determinada. La Gestalt y el Tarot no es cuestión de comparar, igualar o diferenciar. Son dos formas que se mueven con su propia individualidad, pero que se encuentran en algunos puntos cabalgando juntos sin diferenciación, dándonos la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos, a ser lo que somos, no lo que tenemos que ser, rompiendo esquemas establecidos sin etiquetas, consiguiendo nuestra propia individualidad, en una palabra Evolucionar desde nuestra propia autenticidad. De esto se basa la Gestalt y la filosofía arquetípica del Tarot. No son solo técnicas, sino formas de entendernos, de experimentar y llegar a encontrarnos con nuestras

propias raíces, en una palabra SER. Visto lo que el Tarot y en que se basa la Gestalt., el Tarot es la proyección de dentro hacia fuera de nosotros mismos, es decir, la proyección de lo que somos, de nuestro momento actual presente. No nos habla solo de otras personas, o como vamos a enfocar y sentir las situaciones futuras o pasadas, también nos habla de lo que tienes en este momento, que haces y lo que estas haciendo, es lo obvio. En el momento de este conocimiento de lo obvio, surge el darse cuenta. Es la proyección de lo que eres y lo que haces para provocar situaciones tanto positivas como negativas, que dependen de nuestra actuación, y llegar a entenderlo y convertirlo en una oportunidad para desarrollarnos como Seres únicos e irrepetibles., y Ser lo que realmente somos y no por mil y unas historias que nos hemos dejado llevar, trampas que nos ponemos a nosotros mismos, y las que nos dejamos que los demás nos pongan, fantasmas neuras y toda clase de complicaciones y complicadores que nos desvían de nuestro propio camino, y nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos con nuestra propia vida. Esa es la función del Tarot Gestaltico ser responsables de nosotros mismos, consecuentes, conseguir tu propio equilibrio y conocer tus recursos naturales e innatos que cada uno de nosotros tenemos, y convertir el "viaje de la vida" en algo fascinante, y revelador, sabiendo que este viaje no es ni corto ni largo, en ocasiones es bueno y a veces malo, aburrido y divertido, alegre y triste. Depende como lo vivas tú, y tu propio conocimiento de ti mismo. ¿Estas preparad@?, ¿Qué sientes?, ¿Cómo lo vives?. Medita sobre esta reflexión y veras que tu sensación es única al resto del mundo, coge un mazo de cartas, y deja que conecten contig@ mism@ y zambúllete en este fascinante viaje hacia ti mism@ de forma diferente, no pongas limites y si lo haces pregúntate para que lo haces y que evitas. Una forma básica para trabajar el Tarot más desde lo personal y experiencial es en observar los 22 arcanos mayores, escoger la carta que más les atraiga y las que mas rechaces sin dejarse llevar por las cartas que de por si pueden no representan positividad, como por ejemplo la Torre, el Diablo, etc. La carta negativa que eliges representa lo que te cuesta integrar en ti mismos, y la positiva, el recurso natural e innato que le llevará a solucionar e integrar la carta que para ti es negativa, rechazas o te cuenta mas entender. La carta tanto que te llama la atención y rechazan siempre cambia con el tiempo, depende del momento que vivas, tus sentimientos y necesidades. También hay otras formas de trabajar el Tarot de forma más profunda e integradoras de aspectos de tu propia individualidad, como son técnicas de visualización y meditación tanto pasivas como activas, además de trabajos en dinámicas de grupos de utilizando diferentes actividades de integración e interacción tanto personal como grupal. El entrenamiento básico en el tarot como crecimiento personal es desarrollar la habilidad natural de la observación del darse cuenta de la zona interna como externa, es decir, ¿qué tengo dentro?, ¿qué tengo fuera? ¿qué muestro dentro? ¿y que muestro fuera? ¿para que muestro...?. El tarot muestra lo que tenemos dentro, lo que somos y como lo proyectamos a veces deformado, dependiendo del grado de consciencia, y en este caso nos tenemos que preguntar ¿para que lo muestro si no

es como soy?. La respuesta que tengas del tarot es por donde tienes que empezar a trabajar, solo deja que hable el tarot sin interrumpirlo, y si lo haces pregunta, ¿para que lo haces?. Solo los audaces escalan montañas y descubren lo que hay detrás, pero primero escalan y aceptan los peligros, concentrándose su atención en cada paso, sino caen y vuelven a empezar, es decir viven el presente y si caes en la tentación de mirar atrás o imaginarte lo que puede haber, vuelves al mismo punto donde estabas. ¿Escalas tu propia montaña? ¿Cómo la escalas?, ¿en que punto estas de ti mism@ como ser individual?. José Navarro

La Lectura Terapéutica del Tarot, que estudia: 1- Los conflictos actuales en los diferentes aspectos de la vida: profesional, financiero, relaciones, sexual, etc., 2- Las anclas o patrones de conducta cristalizada, que bloquean la realización personal. 3- La programación infantil. 4- Las necesidades esenciales. 5- El método de trabajo para eliminar las anclas y satisfacer las necesidades, 6- El camino de crecimiento, 7- Los resultados externos e internos de todo el proceso. Los tránsitos astrológicos. El análisis numerológico de la fecha de nacimiento, con la definición y explicación de las Lecciones de Vida y los Desafíos para esta vida y para el año natal en curso.

La vida: Un camino de ida y vuelta TAROT TERAPÉUTICO SOBRE EL PRESENTE Así como, a partir de los años 60, una nueva generación de astrólogos transformó la astrología adivinatoria y fatalista en un instrumento de autoconocimiento, algo parecido está sucediendo con el Tarot. Cada vez son más los tarotistas que se dan cuenta que hacer previsiones más que ayudar, dificulta el crecimiento personal del individuo. Este crecimiento tiene un punto de arranque: Responsabilizarse por la vida que uno tiene. Y qué responsabilidad (y por lo tanto libertad) puede tener un individuo cuya vida futura puede ser predicha, es decir, que no depende de sus iniciativas sino de ajenas y misteriosas fuerzas. Cuando hacemos futurología estamos impidiendo que el individuo se responsabilice por su vida, le estamos dificultando su crecimiento. Estamos haciendo un trabajo anti-terapéutico. La visión adivinatoria y la terapéutica son, pues, excluyentes. En este proceso evolutivo del Tarot, como no podría dejar de ser, surgen todo tipo de propuestas. Desde las que continúan siendo adivinatorias con un barniz

terapéutico echando mano de otros elementos como esencias florales, limpiezas energéticas, afirmaciones positivas, oraciones, etc. hasta las que son realmente de cuño terapéutico partiendo de la base que todo cambio tiene que suceder primero dentro para que se dé fuera. Para trabajar con Tarot Terapéutico es muy conveniente entender que la vida es como una carretera de ida y vuelta, donde van y vienen situaciones. La ida: Vamos o intentamos ir “palante” a partir de nuestras decisiones - o indecisiones en cuyo caso estamos casi garantizando que vamos a ir para atrás como cangrejos. ¿Y de que manga nos sacamos las decisiones? Pues de nuestras creencias. Las creencias en 1º lugar son subjetivas, cada uno cuenta su vida como le fue. Algunas fueron colocadas por los padres de una manera más o menos explícita: ¡Tú no sirves para nada! ¡Tú no mereces cariño! ¡El trabajo no es una diversión! Siempre son producto de las primeras experiencias. Si nuestras iniciativas (de orden emocional, instintivo o mental) eran aprobadas y festejadas en la casa paterna el niño transpone esas cuatro paredes para el mundo y cree que el mundo está esperando que se exprese para aplaudirlo. Si las iniciativas eran reprimidas el niño va construyendo la creencia de que ser espontaneo es sufrir y verá el mundo como un entorno hostil. Aunque ambas creencias son objetivamente falsas la primera ayudará al niño a expresar y desarrollar sus talentos facilitando, como efecto colateral, el éxito profesional mientras que la segunda lo deja inhibido y en todo caso lo predispone a fingir. No por ser subjetivas las creencias son menos poderosas pues, a diferencia de una ecuación matemática, están nutridas por la emoción dominante en el momento en que esa creencia fue incorporada a la mente. El miedo a sufrir sostiene la creencia: Si soy espontaneo me van a rechazar. Claro que no vamos a discutir creencias con nuestros consultantes, discutir creencias es generalmente tan subjetivo como discutir futbol o religión. Sin embargo son las creencias las que dan forma a los patrones de conducta, patrones que aprendimos a actuar desde nuestra infancia para tener un mínimo de amor o por lo menos de aprobación o por lo menos de que nos hicieran caso, pues generalmente el niño prefiere que su mamá le haga caso con la chancleta en la mano a que simplemente lo ignore. Estos patrones cristalizaron de tal modo en la personalidad que hoy los actuamos de una manera automática e inconsciente aunque las situaciones sean diferentes. Al bloquear la expresión de nuestra espontaneidad, la vida pierde la gracia, pues lo que le da gracia a la vida es hacer lo que viene de dentro. Estos patrones sí pueden ser identificados y discutidos pues nuestro consultante puede comprobar en su historial de vida como ellos lo llevan a sufrir y bloquean el proceso de su realización integral.

Hacer lo que viene de dentro significa reconectarse con el Ser Esencial que desde nuestro centro lucha para, atravesando capas de emociones e impulsos instintivos reprimidos, tensiones corporales crónicas, creencias, dudas e otros ruidos mentales, pasar a la acción. Si el mundo está como está es debido fundamentalmente a la perdida de esta conexión de una buena parte de la humanidad. La vuelta: Lo que nos llega. Siempre nos han contado que lo que nos llega nos lo mandan. Es la voluntad de Dios, dicen cristianos y musulmanes. Dios hace sufrir a quien ama, dice el Talmud judío. Es tu karma, los hindús. Es la respuesta del Universo a tu pensamiento dominante y tú nada tienes que hacer sino alinearte con ese pensamiento/deseo nos dicen los autores “El Secreto”. Así, de una manera u otra el agente actuante está fuera y no dentro. Continuamos escapando de la responsabilidad sobre nuestra propia vida. Responsabilizarnos es entender que lo que nos llega nosotros lo atraemos, no nos lo manda nadie. Y atraemos exactamente lo que necesitamos para crecer. Atraemos las circunstancias que nos pueden llevar a entender algo de nosotros mismos de lo cual no teníamos conciencia. La fuerza mayor que existe por detrás de todos los seres vivos es la que hace que la semilla se transforme en un árbol lleno de frutos. La que hace que el ser llegue de su estado potencial al estado de completitud. En los seres humanos es la fuerza que actuando desde nuestro inconsciente lleva al niño, desarrollando totalmente sus talentos, a ser un adulto completo, fructífero y feliz. Ojo, esto no quiere decir que lo que atraemos sea agradable, muchas veces es un dedo que toca la llaga. Y eso duele pero nos obliga a tomar consciencia de una herida y nos da la posibilidad de curarnos. Claro que muchas veces mordemos el dedo sin percibir que el problema no es el dedo sino la llaga. Sufrimos si lo que atraemos no se corresponde con las expectativas mentales y celebramos si se corresponde, sin darnos cuenta que mientras no curemos la llaga atraeremos dedos y más dedos... O en palabras de Jung: “El destino es el retorno de la inconsciencia”. Si hay consciencia hay libre albedrío hay inconsciencia hay destino. Si no me doy cuenta de algo, si en determinadas cuestiones actúo de una manera inconsciente siguiendo patrones que no funcionan atraeré bofetadas para percibir que debo desactivar esos patrones. Si no me doy cuenta que existen agujeros en el camino me caeré en ellos para acabar viéndolos. Si el miedo frena mi realización atraeré situaciones que considero peligrosas que me dejan cada vez más paralizado y me obligan a trabajar ese miedo, entendiendo sus orígenes y desactivándolo. Mientras no me dé cuenta y no resuelva lo que me impide crecer estaré atrayendo sistemáticamente las mismas situaciones y a eso lo llamaré destino. En el momento en que me doy cuenta, resuelvo la cuestión y cambio interiormente, ya no necesito atraer lo que atraía, atraeré otras cosas y digo: mi vida cambió. Si queremos usar el Tarot como un instrumento terapéutico que ayude a las personas a conocerse y transformarse tenemos que desarrollar lecturas articuladas alrededor de estos tres ejes:

1º Identificar los patrones de conducta repetitivos, automáticos e inconscientes que como anclas en aguas sombrías impiden que nuestro barco zarpe. 2º Ayudar a nuestros consultantes a escuchar esa voz interior donde no hay dudas y por lo tanto necesidad de elegir. Esa voz que desde el inconsciente llega al consciente con energía, entusiasmo y alegría. 3º Ayudar a nuestro consultante a entender que la mayoría de las situaciones o acontecimientos desagradables, de sus conflictos y cuestionamientos son exactamente los trampolines de su propia evolución. Como en todo, el primer paso es la conciencia y el segundo es la acción. Una vez que nuestro consultante ha tomado conciencia de los tres puntos anteriores llega el momento de la acción: un método de trabajo. Sugerir o aconsejar es una cuestión delicada que puede echar a pique nuestro enfoque terapéutico. En la medida que el consultante recibe este consejo como una orden externa puede de nuevo dejar de responsabilizarse por su vida e infantilizado salir diciendo: - Voy a hacer o dejar de hacer esto porque el tarotista lo mandó. Así también el tarotista acaba echándose a sus espaldas la responsabilidad que su cliente tiene sobre su propia vida. Otra cosa sería, a través de la comprensión profunda de las tres primeras cuestiones, llegar junto con el consultante a ver la necesidad de hacer o dejar de hacer esto o aquello, de modo que llevar adelante ese método de trabajo sea una decisión plena, consciente y responsable del consultante. Muchas veces llegan a nuestro consultorio personas buscando una solución o respuesta para una cierta duda. ¿Continúo en la empresa o acepto una propuesta de la competencia? ¿Me separo o espero que mi marido cambie? ¿Me caso o me compro una moto? No considero terapéutico dar una respuesta que es lo que algunos tarotistas consejeros hacen. Cuando estamos en duda estamos en la mente, estamos identificados con la mente y la naturaleza de la mente es polar, como las espadas que la representan en el Tarot tiene dos filos. Si le echamos más leña a la hoguera no saldremos de la duda sino que tendremos más argumentos en pro y en contra, la mente no puede proporcionarnos una solución. Solo dejando la mente receptiva y sosegada la persona puede tener acceso a la voz de su esencia, sacándole de la duda. Lo terapéutico seria ayudar a la persona a tomar conciencia de lo que desde su esencia realmente desea, de modo que pueda observar la duda desde una perspectiva más profunda y amplia, desde una perspectiva donde la duda puede desaparecer o puede ser reformulada desde un enfoque no mental. En segundo lugar identificar las anclas o patrones que frenan su realización integral y ese impulso interno en particular y elaborar con ella un método de trabajo que le permita concretar lo que su voz interior le pide. Claro que a veces podemos atraer consultantes tan desconectados de su centro que aunque identifican los patrones cristalizados no les resulta familiar lo que leemos en la posición de la Voz de la

Esencia. En este caso el método de trabajo puede incluir también ejercicios corporales, meditaciones, juegos y otras actividades que ayuden a sosegar la mente y así tener un verdadero acceso a la voz interior.

El autoconocimiento puede no estar relacionado con el hecho de saber si soy tal signo, tal número o sello maya, si este año me rige tal planeta, carta o número, si en la vida pasada fui marinero o fraile, o si tengo antepasados aztecas o africanos. Toda esa información puede muy bien ser capitalizada por el ego – ese yo defensivo que me disocia de los demás – y como el SLU (Servicio de Limpieza Urbano) transforma todo lo que toca en basura. El verdadero autoconocimiento significa comprender que el problema no es la circunstancia sino como esa circunstancia me afecta. Responsabilizarse y abrir la posibilidad de curarse significa preguntarse: ¿Por qué esto me duele? ¿Por qué esto me irrita? ¿Por qué esto me humilla? ¿Por qué esto produce una oscilación en mi voltaje emocional? En definitiva una lectura terapéutica es donde el consultante recibe la información para ir cortando sus ataduras y libertándose inclusive del propio tarotista pues recibió las herramientas necesarias y suficientes como para continuar trabajando en sí mismo sin necesidad de volver al consultorio en un gran plazo de tiempo.

PSICO-TAROT ALBERTO ARENALES

¿QUÉ ES EL TAROT? El Tarot es un lenguaje de símbolos que se lee como una poesía. Nos abre una puerta para que nuestro inconsciente se exprese libremente mostrando sus versos.

¿Y PARA QUÉ SIRVE? El Tarot es un espejo, te muestra a tí mismo y al mundo. Utilizado como herramienta terapéutica el Tarot nos pone en contacto con estados muy sutiles de nosotros mismos, nos ayuda a detectar y esclarecer el origen de nuestros conflictos, nos muestra patrones internos que adquirimos en nuestro árbol genealógico y nos recuerda la maravilla que en nosotros vive. Escucha el canto de tu inconsciente.

PSICO-TAROT. UN ARTE TERAPÉUTICO. El tarot es un instrumento sagrado, sus arquetipos constituyen la columna vertebral de la psique humana. Es un espejo que refleja nuestra realidad más profunda, mostrando las diferentes dimensiones del ser, no en el futuro, si no en el aquí y en el ahora, en el presente. El tarot es un lenguaje que se comunica con nuestro inconsciente profundo. Dejar que su canto nos alcance sin objetivo, sin el propósito de adivinar ni predecir, representa el más alto grado del tarot. El ritmo de tu propio ser florece en estas imágenes haciendo que descubras una mejor forma de reconocerte, reconciliarte y entenderte. Al acercarte a su lectura participas de un acto sagrado, un verdadero encuentro contigo mismo, una danza en la que bailar con tus pensamientos, emociones y deseos donde descubrir una nueva perspectiva de ti mismo y de las situaciones que te rodean.

EL TAROT, ESPEJO DE TU MUNDO INTERIOR, REFLEJO DE TU FAMILIA INTERIOR ALBERTO ARENALES

Los arquetipos del Tarot reflejan también una perspectiva familiar y genealógica. Nos hablan de nuestro padre, nuestra madre, abuelos, hermanos, etc. y como se sitúan en nuestro sistema familiar interno. Nos descubre los mecanismos inconscientes de las enfermedades, fracasos, neurosis, repeticiones, dificultades escolares etc… contribuyendo a la toma de conciencia que nos sacará de la creencia que nos impide realizarnos. El Tarot es un instrumento que te comunica con el inconsciente. Cuando lo ponemos delante de nuestra genealogía nos devela los misterios de nuestro árbol genealógico, abriéndonos más allá del inconsciente individual. El Tarot se abre a las dinámicas de nuestra familia, al inconsciente familiar. Nos lo muestra dándonos una información profunda de los códigos inconscientes que desde un perspectiva genealógica nos acompañan.

Un encuentro contigo mismo, una danza en la

que bailar con tus pensamientos, emociones y deseos descubriendo una nueva perspectiva de ti mismo y de las situaciones que te rodean. El gran baile entre la sanación y la poesía. El Tarot nos muestra en sus versos las raíces invisibles del árbol que nos sostiene. Con el Tarot desciframos los secretos de estas raíces profundas, nuestras implicaciones, cargas, miedos y dificultades desenredando los conflictos de nuestro árbol genealógico.

El tarot nos abre la puerta a la dimensión genealógica ampliando la perspectiva de nuestra identidad para mirarnos desde otro lugar, resolviendo una mirada distinta y renovadora. Nos dispone en un mejor camino para desvelar este tesoro interior que bajo el reflejo de estas imágenes nos hace más conscientes de como es nuestro caminar por los senderos de la vida.