Sobre los milagros, David Hume

ANÁLISIS DE LECTURA D. Hume, De los milagros, Parte I. SNEYDER ROJAS DÍAZ Filosofía y Lógica. ¿Son lucidos? ¿No hay con

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ANÁLISIS DE LECTURA D. Hume, De los milagros, Parte I. SNEYDER ROJAS DÍAZ Filosofía y Lógica.

¿Son lucidos? ¿No hay confusión de términos o equivocación? ¿No hay términos que cambian el sentido en el transcurso del argumento? Considero que aunque es compleja la redacción, no por los términos desconocidos sino por las relaciones que construye entre ellos; el texto es coherente y la presentación de los argumentos es clara y bien relacionada que lleva a una conclusión firme y bien sustentada. La explicación de los términos evidencia, probabilidad, experiencia y sense es coherente y bien articulada, dejando conocer claramente cuál es la posición del autor frente a ellos y cuáles son los parámetros para entender su posición al tema de los milagros. El uso de los términos es apropiado y muy bien relacionado. ¿Son correctos? ¿Cómo lo sabe? ¿De dónde saca el autor sus afirmaciones? ¿Con qué base afirma las premisas? Considero que una de las afirmaciones más importantes del autor es: “si la mente no fuera en cierto grado tenaz, si los hombres no tuvieran comúnmente una inclinación a la verdad y conciencia moral, si no sintieran vergüenza cuando se les coge mintiendo, si éstas no fueran cualidades que la experiencia descubre como inherentes a la naturaleza humana, jamás tendríamos la menor confianza en el testimonio humano” Creo que ésta no solo encierra la visión humanista del autor – entendiéndola como la valoración por cualidades humanas – que permite soportar y validar las posibilidades existentes en el momento de dar testimonio de un suceso. En lo particular, me parece que es fascinante este planteamiento ya que permitiría entender o incluso, llegado el caso, defender el testimonio del evangelio mismo. Por ejemplo, si sumamos el conocimiento personal y particular con la evidencia histórica de los apóstoles, el testimonio de ellos es más vigente y creíble que cualquier otro. Me parece que el autor da muy buenos elementos para argumentar y desarrollar una apologética de los milagros, y no una serie de postulados para refutarlos o negarlos. LOS PASOS DEL ARGUMENTO. ¿Son validos? ¿Es lógica cada parte del argumento?¿No incluye falacias? Creo que el autor utiliza una falacia de cliché cuando afirma que “un hombre sabio adecua su creencia a la evidencia”. Este planteamiento, con una clara voz de refrán, soporta la idea de que la correcta inclinación de quien busca el conocimiento está en la aceptación de las evidencias, que aunque tiene un alto grado de verdad, no da lugar para la posibilidad de creer más allá de ellas. Por muy estructurada que sea una teoría, ella demanda en sí un grado de credibilidad ciega –fe- para su aprobación. Es por la fe que

creemos que la tierra es redonda, porque en lo personal, no hemos tenido la oportunidad de ver desde afuera la circunferencia, pero aceptamos por esa creencia las evidencias fotográficas o explicativas de que así sucede. No sentimos o tenemos la experiencia perceptual de que la tierra gire, pero lo aceptamos y creemos que efectivamente hay movimientos de rotación y traslación planetaria. Si bien esta falacia es clave en el desarrollo de los argumentos, y que a mi parecer se sustenta toda su presentación en relación al cómo determinar o valorar una serie de evidencias, no considero que su tesis sea débil en si. Por el contrario, creo que las definiciones que aporta el autor sobre cómo determinar qué es un milagro y qué características tiene, es válida. Sin embargo, considerar un milagro como un suceso únicamente como aquel que ocurre por fuera de la naturaleza es de por sí una posición que magnifica el hecho y que genera al final la sensación de que no son posibles o viables en este mundo físico. ¿Acaso no es milagroso que una familia cuyos dos niños estén en etapa escolar sobrevivan con un salario mínimo? Según Hume, ello no sería milagroso porque sencillamente estaría dentro de las leyes de la naturaleza, causalidad y tal vez continuidad o conocimiento natural de las poblaciones que viven a diario con ello. Creo que la debilidad en la definición es lo que impide que el texto, o el autor, sea entendido plenamente. Finalmente, aprecio la explicación de las relaciones entre las evidencias y las probabilidades de ellas al momento de ser elegidas, pero creo que el autor deja una puerta muy amplia al afirmar que “yo opto por la más fuerte”. Ello determina que su modelo puede ser aplicado también desde la otra posición, no la que Hume elige, y por tanto sería contrario el resultado. ¿Lleva a conclusiones absurdas? ¿Son completos? ¿Son suficientes para llevar a la conclusión? Creo que su conclusión de que un milagro no se puede basar en un solo testimonio, ya que éste no sería suficiente para afirmar que lo es, es mesurado, prudente, pero lamentablemente caería, o al menos estaría sobre la raya, de ser una falacia de reducción. Considero que si tuviéramos la mesura y el sentido crítico que el autor plantea para cuestionar las afirmaciones milagrosas, nuestras iglesias no sufrirían las consecuencias de engañadores tan milagrosos y de manifestaciones de fe tan milagrosas como para creer en lo que dicen. Sin embargo, si aplicamos el total escepticismo que plantea el autor, perderíamos la capacidad de asombrarnos de los continuos milagros que hace el Señor en nuestras vidas. Respirar, amar y vivir, serían simples reacciones a unas leyes naturales establecidas, y no la manifestación de que cada mañana sus misericordias son nuevas cada día.