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1 Ardila, R. (2017). B.F. Skinner y su legado para el siglo XXI. En C.H. García (Comp.), Grandes psicólogos del mundo (pp. 57-68). México: Editorial Trillas.

B.F. SKINNER Y SU LEGADO PARA EL SIGLO XXI

“Skinner probablemente pasará a la historia como la persona que tuvo el mayor impacto en el pensamiento occidental que cualquier otro psicólogo” (Bjork, 1998, p. 261).

Rubén Ardila1 Universidad Nacional de Colombia

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Presentación

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Vida

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Obra

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Aportes

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Mitos y falacias acerca de B.F: Skinner

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¿Por qué tanta ignorancia y tanto odio?

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Mi relación con B.F. Skinner

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Referencias bibliográficas

Correspondencia: Rubén Ardila, E-mail: [email protected]

2 PRESENTACIÓN Cuando B.F. Skinner murió el 18 de agosto de 1990 era considerado como el psicólogo más influyente y conocido, no únicamente en su país Estados Unidos sino en todo el mundo, y no solo en su época sino posiblemente en toda la historia. Su influencia se notaba en la psicología, en las otras ciencias, en la educación, en la filosofía y en el público en general. Era una persona que se había convertido en parte de la cultura contemporánea, en un punto de referencia en la psicología, en otras disciplinas, en las ciencias del comportamiento e incluso en la filosofía. Para bien o para mal, todos lo conocían, sus ideas las valoraban positivamente innumerables personas a lo largo y ancho del planeta, y por el contrario muchas otras las consideraban un ataque contra los valores de la sociedad occidental, también a lo largo y ancho del planeta. Era un hombre valorado, odiado y ante todo controvertido, que nadie podía darse el lujo de ignorar. Al elaborar la lista de los 100 psicólogos más eminentes del siglo XX Haggbloom et al (2002) eligieron como criterios de eminencia los siguientes: frecuencia de citaciones en revistas científicas, frecuencia de citaciones en textos introductorios de psicología, frecuencia de respuestas a una encuesta enviada a miembros de la Association for Psychological Science (APS), pertenencia a la National Academy of Sciences, elección como presidente de la American Psychological Association (APA) o haber recibido el Premio por Contribuciones Científicas Distinguidas que concede esa asociación, y finalmente que su nombre se usara como un epónimo. Los seis criterios se integraron para construir un índice compuesto y con base en este se elaboró una lista en orden de rango de los más eminentes psicólogos del siglo XX. En el índice compuesto (Tabla 4) Skinner ocupa el primer lugar entre los 100 psicólogos más eminentes (puesto 8º en citaciones en revistas, puesto 2 en libros de introducción a la psicología después de Freud, 1er. puesto en la encuesta, y como resultado final 1er. lugar en el índice compuesto). Acerca de la obra de B.F. Skinner se han escrito numerosos libros, entre los cuales merecen citarse los siguientes: el de Bjork ( 1993), considerado como su biografía más completa y actualizada; Carpenter (1974) que es una introducción a la obra de Skinner, muy bien documentada; Dews (1970) el libro homenaje (Festschrift) para Skinner; Kazdin (1978) sobre la historia de la modificación de conducta incluyendo el papel de Skinner en

3 dicha historia; Kuhlmann (2005), sobre las comunidades Walden Dos que existen actualmente en el mundo y un análisis de la utopía skinneriana; Guilbert y Dorna (1982) desde la perspectiva de la cultura francesa; Mills (1998), una historia de la psicología conductual; Moore (2008),una obra que contiene un análisis conceptual del conductismo radical; O´Donohue y Ferguson (2001) sobre la psicología de Skinner; Santoyo y López (1990) sobre el contexto social; Richelle (1993), una revaluación de la obra de Skinner escrita por uno de los principales skinnerianos de Europa; Roales-Nieto, Luciano y Pérez Álvarez (1992) sobre la vigencia de la obra de Skinner, con capítulos escritos por psicólogos españoles y latinoamericanos; Ruiz (1978) sobre el papel de la teoría en Skinner; Rutherford (2009) es un análisis de la tecnología del comportamiento de Skinner y su impacto en la sociedad de nuestros días; Smith y Woodward (1996) analizan la obra de Skinner y el conductismo radical en la cultura estadounidense; Toates (2009) es una biografía de Skinner que puede ser complementaria de la obra de Bjork; el texto de Todd y Morris (1995) es uno de los libros con información y análisis crítico más amplios sobre Skinner y sus investigaciones y conceptualizaciones; Wiener (1996) presenta a Skinner como anarquista “benigno”; Wyatt (2001) es una especie de diccionario de citas de Skinner, con notas explicativas, un poco elemental; Zuriff (1985) presenta un análisis en profundidad del conductismo radical y su filosofía; Ardila (2010) sobre las relaciones entre análisis del comportamiento y psicología, y las controversias entre ellos. Existe una autobiografía breve de Skinner (1967) escrita para la serie A History of Psychology in Autobiography y su autobiografía extensa en 3 volúmenes (1976, 1979, 1983) que ha sido traducida al español. Además de estos libros, se han publicado numerosos artículos acerca de la obra de B.F. Skinner entre los cuales se destacan varios: Bjork (1998), que es una biografía corta, como parte de la serie Portraits of Pioneers in Psychology ; Rutherford (2005) que es una presentación de Skinner como filósofo para un diccionario de filosofía; Adams (2012) que analiza las metacontingencias de la obra Walden Two como anticipación de la psicología positiva; Overskeid, Grønnerød y Simonton (2012) con su análisis de la personalidad de Skinner desde la perspectiva de la teoría de la personalidad de los “Cinco grandes factores” (big five); Epstein (1997) sobre Skinner y el autocontrol; Keller (1990) con el obituario de Skinner más conocido entre los muchos que se publicaron el año de su muerte; en el

4 contexto del centenario de su nacimiento se destacan los artículo de Smith y Morris (2004) y el de su hija Julie (Vargas, 2004). Veamos en primer lugar la trayectoria vital de Skinner. VIDA Burrhus Frederic Skinner nació el 20 de marzo de 1904 en Susquehanna, un pequeño pueblo en el estado de Pennsylvania, Estados Unidos. Susquehanna era una población cuya vida giraba en torno al ferrocarril. Burrhus Frederic fue hijo de William Skinner, un abogado y de Grace Burrhus. Murió el 18 de agosto de 1990 en la ciudad de Cambridge, estado de Massachussets. Su padre era un abogado ambicioso en proceso de ascenso social y su madre una muy mujer muy religiosa y preocupada por las apariencias y por dar buena impresión en la sociedad de su pueblo. Fred fue el mayor de dos hermanos, el menor de los cuales Edward murió cuando Fred tenía 19 años en 1923. Siendo estudiante de escuela secundaria Fred leyó libros de literatura y de ciencia, incluyendo las obras de Julio Verne (La Isla Misteriosa que influyó mucho en su desarrollo intelectual, y otras) y Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Una de sus profesoras, Mary Graves, se convirtió en su mentora y orientó sus lecturas en asuntos de literatura, darwinismo y religión. Skinner tuvo siempre gran interés en construir cosas y tenía una gran habilidad mecánica. Estudió en Hamilton College (en Clinton, estado de Nueva York) y recibió un Bachelor of Arts (B.A) en 1926 en Literatura Inglesa. Decidió que quería ser escritor, se relacionó con importantes escritores entre otros Robert Frost que valoró sus potencialidades como observador de la conducta humana y como escritor.

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Skinner tratando de convertirse en escritor, entre los 22 y los 23 años

El siguiente año y medio tras recibir su “Licenciatura” (B.A) en la Universidad, lo destinó Skinner en la casa de sus padres en Scraton, y en el Greenwich Village de Nueva York, a escribir, sin mucho éxito y a tratar de convertirse en autor de obras de ficción y ensayos. Leyó a Dostoievski, Proust, Sinclair Lewis, H. G. Wells, Bertrand Russell y otros literatos y filósofos. Una de las lecturas que influyeron en su desarrollo intelectual fue una reseña publicada en la revista Dial escrita por Bertrand Russell del libro The Meaning of Meaning, de Ogden y Richards, en la cual Russell se refería muy favorablemente a Watson y al conductismo, cuyo papel en el desarrollo de la psicología valoraba mucho. Esta reseña llevó al joven Skinner a leer el libro de Bertrand Russell titulado Philosophy (1927) en el cual analizaba el conductismo de Watson y sus consecuencias epistemológicas. Ese “año oscuro” de su vida hizo que Skinner decidiera que la literatura no era el camino para entender el comportamiento y la naturaleza humana, y que en cambio sí lo era la ciencia. Afirmó que “estaba interesado en la conducta humana pero había estado investigando en la forma equivocada” (Skinner, 1976, p. 291). En el otoño de 1928, a los 24 años, comenzó sus estudios para un doctorado en psicología en la Universidad de Harvard. Recibió el grado de Ph.D. en 1931.

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Skinner a los 27 años, al recibir su Ph.D. en la Universidad de Harvard

Cuando Skinner comenzó sus estudios en la Universidad de Harvard, la figura más destacada en el Departamento de Psicología era E.G. Boring (1886-1968). Skinner trabajó ante todo con William J. Crozier (1892-1955), un fisiólogo interesado en los problemas del comportamiento, y con el psicólogo Walter S. Hunter (1899-1954). Skinner conoció en esos años a Fred S. Keller (1899-1996) también estudiante de psicología, que iba a convertirse en uno de sus mejores amigos y colaborador a lo largo de toda la vida. Durante ese tiempo Skinner inventó varios aparatos de laboratorio, entre otros el registrador acumulativo y una caja que Clark L. Hull llamó “caja de Skinner” y que se ha convertido en el principal instrumento para el estudio experimental de la conducta. Los trabajos experimentales de Skinner y sus ideas no contaron con todo el apoyo de Boring, que era Director del Laboratorio Psicológico y una de las figuras de mayor poder en la psicología de la época. En 1931 Skinner presentó su disertación doctoral titulada “The concept of the reflex” que Boring no aceptó en primera instancia. Le criticaba al joven estudiante que intentaba escribir una historia del concepto de reflejo dando sus propias interpretaciones y sin analizar los datos disponibles. Finalmente Skinner logró graduarse, a pesar de todos esos inconvenientes. Después de recibir su Ph.D. Skinner permaneció cinco años más en Harvard como “research fellow”, con una beca de la Harvard Society of Fellows. Fue un tiempo de muchos trabajos importantes y de investigaciones, publicaciones y reflexiones. También de

7 interactuar con los grandes de la “intelligentia” estadounidense y mundial que se congregaban en torno de la Universidad de Harvard, y de leer mucho. En esa época leyó a Pavlov, Watson, Bridgman, Sherrington, Mach, Loeb, Russell y otros importantes pensadores. Escribió artículos científicos y elaboró su sistema que denominó análisis experimental del comportamiento. En 1936 se vinculó a la Universidad de Minnesota, y luego en 1945 a la Universidad de Indiana, de cuyo Departamento de Psicología fue director entre 1946 y 1947. En 1948 regresó a Harvard y permaneció en su alma mater hasta 1974, fecha de su retiro formal. Después de esa fecha continuó trabajando, investigando, escribiendo, suscitando polémicas, siendo una figura pública tremendamente controvertida, hasta su muerte en el año 1990 a los 86 años de edad. Skinner publicó una veintena de libros y 180 artículos, incluyendo trabajos científicos y de divulgación dirigidos al público en general. La tabla 1 presenta la lista de sus libros publicados. La tabla 2 presenta la lista de sus principales artículos científicos. Probablemente sus obras científicas más conocidas y destacadas son The Behavior of Organisms (1938), que presenta su sistema y los fundamentos de todo su trabajo posterior, Verbal Behavior (1957), que se refiere a los procesos más complejos del comportamiento y Science and Human Behavior (1953), una obra que tuvo gran acogida a diferencia de los dos anteriores libros. Seguramente sus trabajos dirigidos al gran público que más resonancia alcanzaron fueron Walden Two (1948) y Beyond Freedom and Dignity (1971). Skinner buscó diferenciarse de otros conductistas como Hull, Tolman, Pavlov, Guthrie y Lashley. Su sistema no era E-Rsino E-R-consecuencias.

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Tabla 1. Principales libros de B.F. Skinner

Skinner, B. F. (1938). The behavior of organisms: An experimental analysis. New York: Appleton – Century – Crofts. Skinner, B. F. (1948). Walden two. New York: Macmillan. Skinner, B. F. (1953). Science and human behavior. New York: Macmillan. Skinner, B. F. (1957). Verbal behavior. New York: Appleton – Century – Crofts. Ferster, C. B., & Skinner, B. F. (1957). Schedules of reinforcement. New York: Appleton – Century – Crofts. Skinner, B. F. (1959). Cumulative record. New York: Appleton – Century – Crofts (Ediciones ampliadas en años posteriors, 1961 y 1972). Holland, J. G. & Skinner, B. F. (1961). The analysis of behavior: A program for self-instruction. New York: McGraw-Hill. Skinner, B. F. (1968). The technology of teaching. New York: Appleton – Century – Crofts. Skinner, B. F. (1969). The contingencies of reinforcement: A theoretical analysis. New York: Appleton – Century – Crofts. Skinner, B. F. (1971). Beyond freedom and dignity. New York: Knopf. Skinner, B. F. (1974). About behaviorism. New York: Knopf. Skinner, B. F. (1976). Particulars of my life. New York: Knopf. Skinner, B. F. (1978). Reflections on behaviorism and society. Englewood Cliffs, NJ: Prentice – Hall. Skinner, B. F. (1979). The shaping of a behaviorist: Part two of an autobiography. New York: Knopf. Skinner, B. F. (1980). Notebooks (ed. R. Epstein). Englewood Cliffs, NJ: Prentice – Hall. Skinner, B. F. (1983). A matter of consequences. New York: Knopf. Skinner, B. F., & M. E. Vaughan (1983). Enjoy old age: A program of self – management. New York: Norton. Skinner, B. F. (1987). Upon further reflection. Englewood Cliffs, NJ: Prentice – Hall. Skinner, B. F. (1989). Recent issues in the analysis of behavior. Columbus, OH: Merrill.

9 Tabla 2. Principales artículos de B.F. Skinner

On the conditions of elicitation of certain eating reflexes. Proceeding of the National Academy of Sciences, 1930, 16, 433-438. The concept of the reflex in the description of behavior. Journal of General Psychology, 1931, 5, 427-458. On the rate of formation of a conditioned reflex. Journal of General Psychology, 1932, 7, 274-286. The generic nature of the concepts of stimulus and response. Journal of General Psychology, 1935, 12, 4065. Two types of conditioned reflex and a pseudo type. Journal of General Psychology, 1935, 12, 66-77. The verbal summator and a method for the study of latent speech. Journal of General Psychology, 1936, 13, 71-107. Two types of conditioned reflex: A reply to Konorski and Miller. Journal of General Psychology, 1937, 16, 272-279. Some quantitative properties of anxiety. Journal of Experimental Psychology, 1941, 29, 390-400 (con W. K. Estes). The operational analysis of psychological terms. Psychological Review, 1945, 52, 270-276. “Superstition” in the pigeon. Journal of Experimental Psychology, 1948, 38, 168-172. Are theories of learning necessary? Psychological Review, 1950, 57, 193-216. Some contributions of an analysis of behavior to psychology as a whole. American Psychologist, 1953, 8, 69-78. The science of learning and the art of teaching. Harvard Educational Review, 1954, 24, 86-97. A case study in scientific method. American Psychologist, 1956, 11, 221-233. Some issues concerning the control of human behavior: A symposium. Science, 1956, 124, 1057-1066 (Con C. R. Rogers). Teaching machines. Science, 1958, 128, 969-977. Pigeons in a pelican. American Psychologist, 1960, 15, 28-37. The design of cultures. Daedalus, 1961, 90, 534-546. Operant behavior. American Psychologist, 1963, 18, 503-515. The phylogeny and ontogeny of behavior. Science, 1966, 153, 1203-1213. The design of experimental communities. International encyclopedia of the social sciences (Vol. 16, pp. 271-275). New York: Macmillan, 1968. The ethics of helping people. Criminal Law Bulletin, 1975, 11, 623-636. Why I am not a cognitive psychologist. Behaviorism, 1977, 5, 1-10. Selection by consequences. Science, 1981, 213, 501-504. Canonical papers of B. F. Skinner. The Behavioral and Brain Sciences, 1984, 7, 473-724. The evolution of behavior. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 1984, 41, 217-221. The evolution of verbal behavior. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 1986, 45, 115-122.

10 What ever happened to psychology as the science of behavior? American Psychologist, 1987, 42, 780-786. The origins of cognitive thought. American Psychologist, 1989, 44, 13-18. Can psychology be a science of mind? American Psychologist, 1990, 45, 1206-1210. To know the future. In C. Fadiman (Ed.), Living philosophies: The reflections of some eminent men and women of our time (pp. 193-199). New York: Doubleday, 1990.

Skinner se casó en 1936 a los 32 años con Yvonne Blue (1911-1997), siete años más joven que él. Yvonne (“Eve”) había estudiado literatura e historia del arte y trabajó como instructora del Museum of Fine Arts de Boston. Tuvieron dos hijas, Julie (nacida en 1938) y Deborah (nacida en 1944) .Julie estudió música y luego psicología educativa y es hoy uno de los principales continuadores de la obra de su padre y directora de la Fundación B.F. Skinner que busca preservar su legado. Deborah es una destacada pintora y vive en Inglaterra. En la Universidad de Minnesota Skinner “reclutó” para la psicología a algunos colegas que más adelante estarían entre sus principales seguidores, como Guttman, Breland y Estes, aunque finalmente terminaron apartándose de varios conceptos importantes de la psicología operante. En 1946 Skinner organizó la Primera Conferencia sobre Análisis Experimental del Comportamiento, en Indiana University, con participación de investigadores como Dinsmoor, Keller, Schoenfeld, Hefferline, Estes y Verplanck. En Harvard, su “centro de operaciones” definitivo a partir de 1948, Skinner investigó, organizó programas de trabajo, formó estudiantes y colaboradores, escribió sus libros y sus artículos más importantes y dio forma definitiva al análisis experimental de la conducta como ciencia de laboratorio, como sistema conceptual y como área aplicada. Se retiró formalmente en 1974, pero continuó trabajando hasta su muerte. Su última presentación la hizo el 10 de agosto de 1990 ante la American Psychological Association (APA), que se publicó con el título de “Can psychology be a science of mind?” (1990). Murió 8 días más tarde, el 18 de agosto de 1990, de leucemia, enfermedad que lo había afectado durante 10 meses. Tenía en ese momento 86 años. Trabajó hasta el día antes de morir, revisando su conferencia que se publicó ese mismo año en el American Psychologist. OBRA

11 La obra científica de Skinner es muy amplia. Se centra en la investigación de laboratorio, con participantes no humanos en condiciones controladas. Se presentó inicialmente en su libro The Behavior of Organisms (1938). Enfatizó la importancia del ambiente, del comportamiento,

de

las

consecuencias

y

del

reforzamiento.

Propuso

que

el

condicionamiento operante o instrumental, a diferencia del condicionamiento clásico o pavloviano, explicaba gran parte de la conducta por sus consecuencias. Aumentar o disminuir la probabilidad de repetición de una conducta era algo que había sido anticipado por la ley del efecto de Thorndike, pero en Skinner las consecuencias se tornaron centrales. El comportamiento no se explicaba por relaciones estímulo-respuesta (E-R) sino por las consecuencias. La contingencia era un aspecto decisivo en la explicación, modificación y control de la conducta. Podemos explicitar que la obra de Skinner se centra en tres aspectos: su filosofía (el conductismo radical), sus investigaciones de laboratorio (que dieron origen al análisis experimental de la conducta) y las aplicaciones (análisis conductual aplicado). La filosofía de Skinner no se basa en el positivismo, en su acepción clásica ni tampoco en el positivismo lógico, como erróneamente se ha afirmado, sino en el inductivismo de Ernst Mach. Es un sistema que se ha desarrollado ampliamente y que posee implicaciones para la teoría del conocimiento, para la ética, el problema de la libertad y el determinismo e incluso para la lógica, el lenguaje y el pensamiento. Por otra parte, las investigaciones de laboratorio se centraron en pesquisas con participantes no humanos, al comienzo con ratas pero más adelante con palomas y otras especies. Skinner no trabajó con participantes humanos pero los continuadores de su obra sí lo hicieron. En sus investigaciones de laboratorio ocupan un lugar primordial el “cuarto operante” o caja de Skinner y el registro acumulativo. Las aplicaciones, por otra parte, fueron muy abarcadoras y se extendieron a los grandes problemas de la psicología y de la sociedad, y han dado origen a la terapia del comportamiento, el análisis conductual aplicado a la educación (incluyendo las máquinas de enseñanza), el análisis comportamiental aplicado a las organizaciones, el diseño de culturas (Walden dos), la economía conductual, la psicofarmacología o farmacología conductual y la psicología social comportamental. A Skinner le interesaban profundamente los grandes problemas del ser humano y su entorno físico y social, y esto se plasmó en su interés en diseñar una sociedad utópica, en la educación, en el agotamiento de los recursos

12 humanos, la crianza de los niños e incluso en el autocontrol y en la forma de disfrutar la vejez. APORTES Los aportes principales de Skinner pueden concretarse en los siguientes campos: La Teoría El análisis experimental del comportamiento o conducta (AEC) es el sistema propuesto por Skinner. Consiste en una serie de principios, conceptos y procedimientos para el análisis, la modificación y el control del comportamiento. Considera que se aplica a todos los organismos, tanto humanos como no humanos. Rechaza explicaciones mentalistas del comportamiento, que atribuyen la causa de la conducta a entidades psíquicas “internas”. Afirma que entendemos un comportamiento cuando hemos aprendido cómo predecirlo y controlarlo. El análisis funcional de la conducta significa que podemos identificar y aislar las variables ambientales de las cuales es función dicha conducta. El AEC separa dos clases de respuestas: las elicitadas (o evocadas) y las emitidas por el organismo. Las primeras son evocadas por estímulos conocidos y se clasifican como respondientes. Como ejemplos de ellas se encuentran el reflejo palatar, la contracción pupilar y muchos otros reflejos. La segunda clase de respuestas son emitidas por el organismo y Skinner las denomina operantes. La conducta no está evocada (o elicitada) por ningún estímulo conocido. La tasa de respuesta es la medida de la fuerza de la operante. Una operante puede adquirir una relación con estimulación previa. La mayor parte del comportamiento humano es operante. Skinner postula además de los dos tipos de respuestas (evocadas y emitidas), dos tipos de condicionamiento, tipo E y tipo R. El primero es el condicionamiento clásico o pavloviano en el cual un estímulo condicionado se asocia con una respuesta. Por el contrario, en el segundo tipo de condicionamiento (tipo R) la respuesta se asocia con el reforzamiento y de ahí la letra R (reforzamiento). El reforzamiento es contingente con la respuesta, y Skinner se refirió a esta relación como condicionamiento instrumental. En la triple relación de contingencia (estímulo discriminativo, respuesta, contingencia) no se

13 habla de “consecuencias satisfactorias” como en la ley del efecto de Thorndike, ni de reducción de impulsos como en la teoría de C.L. Hull. Inicialmente Skinner consideró que el condicionamiento tipo E se limitaba a las respuestas autonómicas y el condicionamiento tipo R a las conductas esqueléticas, lo cual ha variado con los avances de investigación. Las investigaciones de laboratorio y las conceptualizaciones teóricas llevadas a cabo por Skinner dieron origen a una teoría de la conducta que es muy elaborada y abarcadora. El conductismo radical, como fue denominado el sistema de Skinner, se diferenció del conductismo metodológico y de otras formas de conductismo .En la obra de Honig (1966) y en la de Honig y Staddon (1977) se presenta el trabajo realizado en el laboratorio operante y su conceptualización teórica. Ver también a Ardila (1975, 1999) y al libro compilado por Ardila, López López, Pérez-Acosta, Quiñones y Reyes (1998), para una presentación de múltiples autores que busca analizar el estado de la investigación operante, experimental y conceptual a finales del siglo XX y en diversas naciones. La teoría siguió evolucionando y desarrollándose, tanto por parte de Skinner como de sus numerosos continuadores alrededor del mundo. Ver Baum (2005); García Cadena (2007); Lattal y Chase (2003); Pérez-Acosta, Guerrero y López López (2002); Staddon (2001). La Filosofía Los aportes de Skinner a la llamada “epistemología empírica”, a la ética, a los problemas de la libertad y el determinismo, la evolución y sus consecuencias, han sido muy estudiados. Son amplios e incluyen desde su metodología conductual de investigación, el estudio del caso único a diferencia de las comparaciones entre grupos, y el inductivismo derivado de Ernst Mach, hasta el diseño de sociedades, el humanismo y la gran preocupación por nuestra especie y su futuro. La filosofía de Skinner se coloca en una perspectiva naturalista, no idealista, cercana de las ideas de Aristóteles. Está lejos de los kantianos y neo-kantianos, pero tiene cercanía con la fenomenología aunque no parecería tenerla (ver Day, 1969, 1986). Skinner afirma que toda la conducta está determinada, o sea que es causada. No existe el denominado “libre albedrío”: las consecuencias de la conducta, tanto las cercanas como las lejanas, determinan dicha conducta. El comportamiento de los organismos

14 humanos y no humanos es el resultado de la evolución, que incluye la selección natural (contingencias de supervivencia en la terminología skinneriana) y el aprendizaje que tiene lugar durante la vida del organismo (contingencias de reforzamiento según la terminología de Skinner). El investigador debe evitar los constructos teóricos mal definidos y las metáforas, rechazar las causas y explicaciones internas especialmente las mentalísticas y debe centrarse en los determinantes ambientales y evolutivos del comportamiento. Las cogniciones son conductas, poseen un lugar legítimo en una ciencia del comportamiento, pero son

conductas que requieren ser explicadas y no conductas que explican otras

conductas. Su filosofía social se presenta en Walden Two, y en otras publicaciones y afirma que la “buena vida” es una vida de salud, amistad, arte y ciencia, un balance entre trabajo y ocio, con un mínimo de dolor e insatisfacción y con la certeza de estar contribuyendo a la sociedad. Por esto Adams (2012) afirma que la obra de Skinner es una anticipación de la psicología positiva. En 1972 Skinner recibió el Premio al Humanista del Año (Humanist of the Year Award) otorgado por la American Humanist Association, una asociación que congrega a grandes pensadores, científicos y filósofos. En la citación a Skinner se afirma que el reconocimiento se le otorga por su significativa contribución al mejoramiento de la condición humana. La ética fue un tema de interés primordial para Skinner y para sus sucesores. La supervivencia del individuo, la supervivencia de la cultura e incluso de la humanidad, se encuentra entre los puntos centrales de la ética. Lo que es “bueno” para el individuo lo refuerza por su dotación genética, por su historia previa de reforzamiento y por las contingencias ambientales. Lo que es “bueno para los otros” se deriva de la interacción humana y de la cultura. Y lo que es “bueno para la supervivencia de la cultura” va más allá de lo bueno para el individuo o para los otros; como afirma Skinner (1972) otras personas pueden sobrevivir a la persona que lo inducen a actuar y la evolución de la cultura introduce una clase adicional de bien o de valor.

15 La conceptualización de la ética en Skinner y el conductismo radical ha dado origen a muchos trabajos, entre ellos el libro de Krapfel y Vargas (1977) Behaviorism and Ethics. El análisis de Waller (1982) coloca la discusión en un contexto filosófico, de la crítica al punto de vista skinneriano de lo bueno y lo malo como reforzadores positivos o negativos, la supervivencia de la cultura, la posibilidad o no posibilidad de una justificación racional de la conducta ética y en general la concepción original y novedosa que es la ética skinneriana. Conducta Verbal El interés de Skinner por el lenguaje aparece muy pronto en su vida con su meta de convertirse en escritor, y más adelante en sus publicaciones sobre el tema. Su libro Verbal Behavior (1957) es la culminación de un proceso que va precedido de versiones anteriores (mimeografiadas y distribuidas entre sus estudiantes) y por artículos sobre temas de lenguaje, sobre Shakespeare, Gertrude Stein y otros. El libro Verbal Behavior es completamente teórico, a diferencia de otras obras de Skinner. La tesis central de la obra es que la conducta verbal está bajo el control de consecuencias mediadas por otras personas, y ha de estudiarse en el contexto del análisis funcional. Introduce seis operantes: mando, tacto, relación de audiencia, ecoico, textual e intraverbal, y además el autoclítico. La conducta verbal es función del ambiente actual del hablante, de su historia genética y de su historia conductual pasada. La conducta verbal no puede considerarse una función de entidades inobservadas sino que depende de relaciones funcionales con el ambiente en el cual ocurre. Mando es una forma de conducta verbal relacionada con un reforzador y con la historia previa de control, como por ejemplo cuando decimos “tráeme un vaso de agua”. El tacto por otra parte, es una respuesta verbal que es evocada por ciertas características del estímulo o del evento que no son verbales, está bajo el control de reforzamiento generalizado, el estímulo es la suma del ambiente físico. Por ejemplo, el niño pregunta “¿Qué es esto?” y se le responde “Es un avión”, luego dice “¿Es esto un avión?” y recibe como respuesta “No, esto es un cohete”. El término “avión” llega a ser controlado por la forma, el hecho de tener alas, y otras características, independientemente del color del aparato, el tamaño y demás. Por otra parte se denomina audiencia a la persona que escucha,

16 que es un estímulo discriminativo de gran relevancia, puede asociarse con factores físicos amplios, ser positiva o negativa. Ecoico es el comportamiento verbal que está bajo el control funcional de estímulos verbales en el cual la respuesta verbal y el estímulo verbal se corresponden punto por punto: el hablante repite lo que se le ha dicho. En ese caso el estímulo es auditivo y la respuesta es vocal. Textual es el tipo de conducta asociada con la escritura y la lectura, en la cual la respuesta vocal es controlada por un estímulo verbal que no es oído. El libro Verbal Behavior fue criticado por el lingüista Noam Chomsky (1959) en una reseña muy negativa e injustificada. Por ejemplo se refirió a “psicología estímulorespuesta” que no es la psicología de Skinner, a reducción de impulsos y a muchos otros elementos que no son parte de la obra. Esta crítica influyó muy negativamente en la difusión del libro de Skinner y este nunca la contestó. Solo la hicieron sus seguidores años después. Es probable que la crítica de Chomsky haya sido mucho más leída que el libro original de Skinner. Las investigaciones sobre lenguaje desde la perspectiva skinneriana han tenido gran desarrollo en las últimas décadas (ver por ejemplo a Hayes, Hayes, Sato y Ono, 1995) y hoy son una de las áreas de mayor importancia en el análisis experimental de la conducta. Tecnología del Comportamiento Skinner tenía un gran interés en la construcción de instrumentos, una gran habilidad mecánica, y a él se le deben el llamado “sumador verbal”, la caja de Skinner, el registrador acumulativo, la cuna para bebés, el Proyecto Palomo durante la Segunda Guerra Mundial, la máquina de enseñar que fue la base de la instrucción programada y varios inventos más. La cuna para bebés (Air Crib) fue diseñada por Skinner cuando nació su segunda hija Deborah, en 1944. Se trata de un cubículo con temperatura controlada, fácil de limpiar y manejar. La idea era tener un ambiente adecuado para un bebé, donde hubiera estímulos, y todo fuera reforzante tanto para la madre como para el infante. El cuidado del bebé se facilitaba mucho, lo mismo su seguridad, alimentación y estimulación ambiental En este Air Crib criaron Skinner y su esposa a Deborah y más adelante Julie crio también a sus dos

17 hijas Lisa y Justine. La bebé estaba varias horas en esta cuna, pero también se la retiraba del cubículo, estaba en contacto muchas horas con la madre y el padre. Esta “caja” y sus ventajas para la madre y para el bebé la presentó Skinner en una publicación y en conferencias, y fue muy mal recibida por el público en general y también en parte por algunos colegas. Se afirmó que produciría deprivación materna y que causaría problemas psicológicos terribles en el bebé. Esto era completamente falso, pero las críticas abundaron, continuaron por décadas e incluso hoy se siguen presentando. Se llegó a decir que Deborah se había suicidado, que había demandado a su padre, y otras afirmaciones absurdas. Deborah ha dicho que fue una experiencia gratificante, es una persona psicológicamente sana, una artista exitosa y se define como una esposa feliz. Vive en Inglaterra y ha alcanzado reconocimiento como pintora. Skinner fabricó aproximadamente 1000 Air Cribs entre 1957 y 1967 que se vendieron en su momento, pero con su denominación por parte de los críticos de “caja de Skinner para bebés” y con los ataques virulentos que se publicaron, la Air Crib no se fabricó más. El “Proyecto Palomo” (Pigeon Proyect) fue un trabajo orientado a colaborar con los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Se entrenaba a palomas para guiar misiles e interceptar bombas enemigas. A las palomas se las condicionaba para picotear un punto en un misil que interceptaría una bomba. La idea era utilizar la tecnología operante para minimizar la pérdida de vidas humanas en los bombardeos durante las guerras, algo similar a los aviones no piloteados de la presente década (“drones”). Skinner elaboró el Proyecto, tuvo financiación y los resultados experimentales fueron muy positivos. Sin embargo el gobierno estadounidense finalmente no aceptó la propuesta (en 1944) y el Proyecto Palomo no se puso en ejecución. Otro invento de Skinner que tuvo gran impacto en la sociedad fueron las llamadas máquinas de enseñar. Se inspiraron también en su segunda hija Deborah, que estudiaba en la escuela Shady Hill (en Cambridge) donde iban los hijos de los profesores de la Universidad de Harvard. Skinner encontró que los métodos para enseñar eran inadecuados y para el caso de las matemáticas eran completamente absurdos. Inventó las máquinas de

18 enseñar y dio origen a una tecnología muy elaborada que se denominó instrucción programada. Su amigo Fred S. Keller desarrolló el sistema de instrucción personalizada (PSI por sus siglas en inglés) con base en esas ideas de Skinner. Los maestros vieron con temor las máquinas de enseñar y en general la instrucción programada porque pensaron que iban a perder su trabajo. Skinner afirmó que “el maestro que pueda ser remplazado por una máquina merece ser remplazado por una máquina”. Las aplicaciones de las máquinas de enseñar fueron muy grandes, tanto con poblaciones normales como con niños superdotados y con individuos excepcionales. En las últimas décadas del siglo XX los computadores (ordenadores) cumplieron las funciones que cumplían las máquinas de enseñar, y hoy son la versión contemporánea de ellas. La tecnología del comportamiento se aplicó también en instituciones de salud mental, en los sistemas de rehabilitación de prisioneros por medio de manejo de contingencias, en el mundo del trabajo, en el contexto de autoayuda, automanejo y autocontrol comportamental, en la manera de disfrutar la vejez (en lugar de tener que padecerla…) y en varios contextos más. Ver un análisis contemporáneo de la tecnología del comportamiento en el libro de Rutherford (2009). Veremos a continuación las aplicaciones en la psicología clínica, la psicología de la educación, la psicología organizacional, la jurídica y el diseño de culturas. Aplicaciones La psicología contemporánea debe a Skinner un gran arsenal de innovaciones tecnológicas, que son parte central de la psicología aplicada en el siglo XXI. Skinner y sus coinvestigadores utilizaron el concepto de análisis conductual aplicado, que luego se integró a la psicología aplicada como un todo. Para el AEC, las aplicaciones se centran en el análisis funcional de la conducta y su modificación, que se han desarrollado y ampliado en muchos campos. Presentaremos algunos de los más destacados. 1.

Terapia del comportamiento. Gran parte del movimiento denominado terapia

del comportamiento deriva del conductismo radical de Skinner. También integra elementos del condicionamiento clásico, del aprendizaje social y más recientemente de la psicología

19 cognitiva en sus diversas versiones. Hoy se utiliza más la expresión terapia cognitivoconductual, que en términos estrictos sería redundante dado que la cognición es conducta, desde la perspectiva skinneriana. Esta terapia cognitivo-conductual es la columna vertebral de la psicología clínica de hoy. Por su énfasis en procedimientos basados en la evidencia, ha sido considerada el fundamento de la psicología clínica y la psicoterapia con base científica. También se utilizan los principios skinnerianos en la evaluación, la investigación y la prevención de desórdenes del comportamiento. 2.

Análisis conductual aplicado a la educación. Desde la educación parvularia

hasta la educación de adultos mayores, desde poblaciones “normales” hasta poblaciones especiales, individuos creativos con habilidades superiores, con déficits cognitivos, sensoriales, sociales, etc, los principios del análisis experimental del comportamiento tienen gran relevancia en la educación en el siglo XXI. Los procesos de enseñanza – aprendizaje, el diseño de currículos, la evaluación, se han beneficiado altamente de las investigaciones en análisis comportamental. Aunque no se hable de “tecnología de la enseñanza” como se hacía décadas atrás, y las máquinas de enseñar hayan sido remplazadas por los computadores (ordenadores), las leyes del aprendizaje y su aplicación en el contexto educativo son hoy la base de muchos desarrollos pedagógicos. 3.

Análisis conductual en las organizaciones. Los sistemas complejos que son

las organizaciones abarcan empresas productivas (fábricas), de salud, de servicios, de educación, negocios grandes y pequeños, instituciones financieras, grupos humanos tan diversos como partidos políticos y religiosos, y otros. Se trabaja con metacontingencias en varios niveles: el macrosistema, la organización, el proceso, la acción, la conducta de los participantes directos en los procesos, la conducta de los gerentes, las conductas interrelacionadas en múltiples niveles de la organización. El mundo del trabajo ha sido un campo que se ha beneficiado grandemente con los principios skinnerianos, las metodologías operantes, y las aplicaciones a nivel de comunidades. 4.

Manejo de contingencias en el sistema de prisiones. La resocialización de

personas que han cometido infracciones, delitos, crímenes, infringido la ley en cualquier forma, es uno de los campos más complejos de trabajo, dado el gran número de variables que influyen en la modificación del comportamiento en estos contextos. Uno de los primeros ejemplos exitosos de la aplicación de los principios skinnerianos en estos

20 contextos fue la National Training School for Boys, en Washington, D.C. en 1964. Los programas de resocialización por manejo de contingencias para los llamados “delincuentes juveniles” se han aplicado con gran éxito. Lo mismo con otras poblaciones de infractores de la ley. 5.

Diseño de culturas. Skinner como inventor social diseñó una comunidad

basada en los principios del análisis experimental del comportamiento que denominó Walden Dos, siendo el Walden original la obra de H.D. Thoreau, el escritor estadounidense de mediados del siglo XIX. Walden Dos se planeó como una sociedad “perfecta” y Skinner se preocupó grandemente por explicitar todos los procesos que se llevaban a cabo en dicha sociedad, los principios científicos en que se basaba y las críticas que se le podían presentar. Se han organizado varias comunidades con base en los mismos principios de Skinner (ver Kuhlmann, 2005, para una descripción completa y detallada de estas comunidades), siendo las más conocidas Twin Oaks (en Estados Unidos) y Los Horcones (en México). Walden Dos como sociedad en la cual las personas realizan sus potencialidades y viven vidas felices y creativas fue el intento de conciliar las varias facetas de la vida de Skinner, como humanista, como escritor, como crítico social, como inventor social y como científico. 6.

Otros campos: aplicaciones en la comunidad, en la economía, la ecología, en

los problemas asociados con el desarrollo humano y otros campos. MITOS Y FALACIAS ACERCA DE B.F. SKINNER A pesar de su influencia en la psicología, la ciencia en general, la educación, la filosofía y la vida cotidiana, Skinner sigue siendo un pensador que se ha interpretado muy equivocadamente, acerca del cual existen muchos mitos y falacias, numerosos errores, equivocaciones y tergiversaciones. Señalamos los tres principales: el mito de la tabula rasa, el mito del organismo vacío y el mito de que solo importa la conducta abierta. 1.

El mito de la tabula rasa. Consiste en afirmar que Skinner fue un

ambientalista extremo, que consideraba que la biología y la genética no influían en la determinación del comportamiento. Por el contrario, Skinner afirmó que la conducta resulta de una combinación entre la genética y el ambiente. Señaló las diferencias existentes entre

21 las especies, por ejemplo entre la rata blanca y la paloma, entre los seres humanos y otras especies. Sobre este tema, las principales publicaciones de Skinner son las relacionadas con ontogénesis y filogénesis, y con la selección por sus consecuencias. 2.

El mito del organismo vacío. Se critica a la psicología skinneriana de ser

psicología de “caja negra”. Por el contrario, para Skinner las contingencias de supervivencia nos han dotado de un sistema nervioso con ciertas posibilidades y potencialidades. Para Skinner las explicaciones conductuales son preferibles a las explicaciones fisiológicas y la fisiología no legitima la conducta. Sin embargo el organismo no está “vacío”, afirmarlo sería ir contra la evidencia científica. Las modernas neurociencias se han beneficiado mucho de la metodología del análisis experimental del comportamiento, de los principios conductuales, de la instrumentación operante, y en el siglo XXI la relación entre ciencias conductuales y neurociencias es muy estrecha. 3.

El mito de que solo importa la conducta abierta. Skinner rechazó el

mentalismo pero no los eventos privados. La conducta la consideró como un continuo de eventos que van de lo privado a lo público: de pensamientos a movimientos. Los eventos son observables en principio, tanto los públicos como los privados. En libros como Science and Human Behavior (1953) y en About Behaviorism (1974) estos problemas reciben un tratamiento detallado. Recordemos que los trabajos sobre autocontrol comportamental parten de Skinner, y lo mismo el estudio de la conducta verbal, la conducta gobernada por las reglas y las modernas teorías sobre cognición y conciencia, tanto en seres humanos como en otras especies. Decir que para Skinner solo importa la conducta abierta, no pasa de ser un mito. Es posible afirmar que el principal aporte de Skinner al conocimiento fue el haber enfatizado el comportamiento como objeto de estudio en sí mismo. El comportamiento es un objeto de estudio científico válido en sí mismo, no como manifestación de algo que esté más allá de él.

22 La psicología para Skinner tiene como objetivo entender el comportamiento en función de sus factores determinantes. El comportamiento o conducta es un fenómeno natural, que tiene varios determinantes: •

Las contingencias filogenéticas (de la especie).



Las contingencias de reforzamiento o refuerzo que tienen que ver con la selección por sus consecuencias. Se seleccionan y fortalecen las conductas que producen efectos que hacen más probable la ocurrencia de esa clase de comportamiento en el futuro, o sea que cumplen función de reforzamiento.



Las contingencias culturales que ayudan a explicar la supervivencia de las prácticas culturales (ver Biglan, 1995). Estas tres categorías de contingencias (filogenéticas, de reforzamiento y culturales)

son los factores determinantes del comportamiento. En el caso de los seres humanos, observamos que su comportamiento es muy complejo, y esto se debe la gran complejidad de las consecuencias. Sin embargo el hecho de ser difícil su identificación y su análisis no significa que no podamos estudiarlo. El análisis funcional de la relación conducta-ambiente permite determinar la probabilidad de ocurrencia de clases de comportamiento, dentro de relaciones de contingencia cuidadosamente identificadas. ¿POR QUÉ TANTA IGNORANCIA Y TANTO ODIO? La presentación de los mitos acerca de Skinner y su obra nos llevan a señalar que todavía existe mucha ignorancia sobre el conductismo radical, las contribuciones de su autor al conocimiento, Skinner como humanista, la filosofía de Skinner, el papel que juega la tecnología del comportamiento en el mundo actual, lo que “realmente dijo Skinner” y lo que la gente afirma que dijo. Los libros de Skinner han sido traducidos a muchos idiomas y se siguen leyendo, especialmente Ciencia y Conducta Humana, Walden Dos, y Más Allá de la Libertad y la Dignidad, pero no se leen tanto sus obras más técnicas como La Conducta de los Organismos y definitivamente no se lee Conducta Verbal. Skinner está a punto de convertirse en un “clásico” que es un autor del que todo el mundo habla y pretende estar informado pero que en realidad nadie lee.

23 Se afirma que Skinner quiso eliminar de la psicología el estudio de la conciencia, el pensamiento, las emociones y que no aportó nada a los conocimientos sobre el lenguaje. Se piensa que sus trabajos han sido superados por la psicología cognitiva. Se dice que Skinner ignoró las diferencias entre las especies y por eso los Breland, discípulos muy cercanos, propusieron el concepto de “mala conducta” (misbehavior) de los organismos. Se afirma que ignoró la evolución, la fisiología, la creatividad humana y muchos elementos que nos caracterizan como seres humanos. Todo eso es falso. A nivel aplicado, en el “imaginario social” Skinner se asocia con el castigo y el condicionamiento aversivo, se cree que favoreció el uso de técnicas punitivas para modificar el comportamiento, lo cual es falso y lo correcto es todo lo contrario. Skinner defendió la importancia del reforzamiento positivo, se opuso en todas las formas posibles a la utilización del castigo y presentó sus puntos de vista al respecto en artículos científicos, libros, trabajos de divulgación, etc. Pero a pesar de ello “para sus más fervientes opositores, Skinner fue el Darth Vader de la psicología estadounidense, un hombre cuya ciencia del condicionamiento amenazaba las tradiciones humanistas más queridas, aquellas que hacen que la vida valga la pena de vivirse” (Bjork, 1993, p. xi). En lo que respecta al lenguaje, como dijimos es probable que la crítica de Chomsky se lea mucho más que el libro original de Skinner o que los trabajos de sus sucesores (neoskinnerianos y neo-neo-skinnerianos o conductistas de la tercera generación) sobre conducta gobernada por la regla, sobre la forma de estudiar los procesos internos y en general la cognición y el lenguaje. La filosofía de Skinner se conoce muy bien en los círculos de especialistas. Fuera de ellos se dice que el sistema de ética de Skinner no logró cumplir con las tareas que se propuso. El problema de la libertad y del libre albedrío (ver Baer, Kaufman y Baumeister, 2008) cuando se presenta desde la perspectiva skinneriana produce de antemano reacciones adversas. Cuando se publicó Más Allá de la Libertad y la Dignidad en 1971 tuvo un enorme impacto en la sociedad en general. La revista Time la de mayor circulación en el mundo, le dedicó a Skinner la portada del 20 de septiembre de 1971 y el vice-presidente de Estados

24 Unidos atacó públicamente el libro diciendo que se oponía a los valores estadounidenses más preciados (Agnew, 1972). Las ideas políticas y sociales de Skinner se centraron siempre en el humanismo, pero la imagen pública de Skinner era que estaba proponiendo una tecnocracia anti-democrática. Es un hecho que los seres humanos se sienten ofendidos en su “dignidad” cuando se afirma – y se demuestra- que su comportamiento está sujeto a leyes. Que somos parte de la naturaleza, como lo son todos los seres vivos desde la ameba hasta el chimpancé. Que los procesos de la evolución abarcan al hombre, su comportamiento y su cultura, lo mismo que abarcan a los demás seres vivos. Esto que parecería haber dejado de ser controversial, después de más de un siglo y medio de la obra de Darwin, parece que sigue considerándose una afrenta para el ser humano y su lugar como “Rey de la creación”. MI RELACIÓN CON B.F. SKINNER Yo nunca estudié con Skinner, pero desde que leí Ciencia y Conducta Humana siendo estudiante tuve gran admiración por el autor de esta propuesta revolucionaria de aplicar los métodos de la ciencia al estudio de los asuntos humanos. “Los métodos de la ciencia han sido extraordinariamente eficaces dondequiera que se han ensayado, ¿por qué no los aplicamos entonces a los asuntos humanos?” (original en inglés 1953, traducción española de 1970 p. 37). Mantuve correspondencia con Skinner a lo largo de varias décadas. Lo visité por primera vez en junio de 1973 en su oficina de la Universidad de Harvard, estuve en su casa de Cambridge en varias ocasiones, conocí a su familia y mantengo una cálida relación con su hija Julie Skinner Vargas, a quien trajimos a Colombia en septiembre de 1996 (a un evento organizado por ABA Colombia, bajo el liderazgo de Wilson López López). Hice traducir al español About Behaviorism, le escribí el Prólogo, y yo mismo traduje Verbal Behavior que publicó en México la Editorial Trillas. Ayudé a difundir las ideas de Skinner en mi país, Colombia, en otras naciones latinoamericanas, en España y más allá, pero siendo siempre crítico de las mismas y sin considerar que fueran “la última palabra” acerca de los fenómenos psicológicos. Es obvio que la “última palabra” no se ha dicho ni tiene ningún sentido tratar de decirla, según la ciencia (en la cual creía Skinner y en la cual creemos la mayor parte de los psicólogos). Fundé la Asociación Latinoamericana de Análisis y Modificación del Comportamiento (ALAMOC). Trabajé a lo largo de la vida

25 en algunos temas conceptuales, experimentales y aplicados que deben mucho a las ideas de Skinner.

Julie S. Vargas, 2004, hija de Skinner en el estudio de su padre situado en el sótano de la casa.

Ese intercambio epistolar con él y esa interacción personal fueron muy valiosos para mí, y en algunas ocasiones me permitieron estar en desacuerdo con algunas de las ideas de Skinner. Él siempre fue un interlocutor respetuoso, además de ser un excelente argumentador con un discurso muy bien articulado. Disentir de algunos conceptos con Skinner, permitirme argumentar con él en relación con sus ideas, fueron privilegios que valoro mucho. También, lógicamente, analizar todo aquello en lo cual estábamos de acuerdo. Cuando mi libro Walden Tres se tradujo al inglés, se lo hice llegar, y también se lo había enviado cuando se publicó por primera vez en español. Sin embargo Skinner leía francés pero no castellano.

26 Asistí a su última conferencia en Boston en 1990 durante la convención de la American Psychological Association (APA), lo saludé y hablamos de Walden Tres durante unos minutos. Skinner murió una semana más tarde, el 18 de agosto. Presentaba una notoria fragilidad por el estado avanzado de su enfermedad (leucemia) pero mantenía la claridad conceptual y la energía argumentativa de antes. Julie S. Vargas ha sido en las últimas décadas la figura líder en la Fundación B.F. Skinner, en mantener el legado de su padre a nivel global. Los numerosos miembros de la Association for Behavior Analysis International (ABAI), las Convenciones de esta asociación y de muchas otras en muchos países del mundo, las publicaciones, las investigaciones, las aplicaciones, la internacionalización del análisis conductual (Ardila, 2006), los trabajos interdisciplinarios, y los numerosos seguidores de Skinner en todo el planeta, demuestran la vitalidad de sus ideas en estas décadas del siglo XXI. Siguen siendo verdaderas las palabras que escribió en 1971 en Más Allá de la Libertad y la Dignidad. “Casi todos nuestros principales problemas tienen que ver con el comportamiento humano y no pueden resolverse únicamente con las tecnologías derivadas de la física y de la biología. Lo que se necesita es una tecnología del comportamiento, pero nos hemos demorado en desarrollar la ciencia de la cual puede derivarse dicha tecnología… El papel de la selección natural en la evolución se formuló solamente hace un poco más de cien años, y el rol selectivo del ambiente para moldear y mantener la conducta del individuo solamente ahora comienza a ser reconocido y estudiado… Un análisis científico formula preguntas relacionadas con los ´valores´ ¿Quién va a usar la tecnología y con qué fin? Hasta que se resuelvan tales problemas, la tecnología del comportamiento seguirá siendo rechazada y con ella posiblemente la única forma de resolver nuestros problemas” (pp. 2223).

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