Sistemas sensoriales - los sentidos

Sistemas sensoriales - los sentidos 1- ¿Qué es el sistema sensorial? El sistema sensorial es parte del sistema nervioso

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Sistemas sensoriales - los sentidos 1- ¿Qué es el sistema sensorial? El sistema sensorial es parte del sistema nervioso responsable de procesar la información sensorial. Está constituido por órganos especializados como son: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Todos los órganos de los sentidos tienen algún componente de naturaleza nerviosa, que deben transformar el estímulo a impulso nervioso, que luego alcanza un área específica del cerebro.

2- Órganos de los sentidos Son las estructuras que se han especializado en la recepcion de los estímulos externos. - Vista: estímulos luminosos - Oído: estímulos sonoros - Gusto: estímulos químicos - Olfato: estímulos químicos - Tacto: estímulos mecánicos

2.1- La vista El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea, relacionarse con sus semejantes. El hombre debe contar con los elementos adecuados para captar e interpretar las señales que recibe. Las imágenes visuales le proporcionan a través del ojo, información sobre el color, la forma, la distancia, posición y movimiento de los objetos. Es el sentido humano más perfecto y evolucionado. El órgano receptor es el ojo o globo ocular, órgano par alojado en las cavidades orbitarias.

2.2- El Oído El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual provienen. Las vibraciones sonoras son recibidas por el oído y esas sensaciones son transmitidas al cerebro. El oído humano sólo está capacitado para oír un rango de ondas sonoras, ya que no percibe las vibraciones menores a 20 veces por segundo ni mayores a 20.000 veces por segundo. En el oído se encuentran también terminales nerviosas que reciben información acerca de los movimientos del cuerpo, ayudando a mantener el equilibrio del mismo.

2.3- El Gusto El gusto es uno de los cinco sentidos, con el que se percibe determinadas sustancias solubles en la saliva por medio de algunas de sus cualidades químicas y que da la sensación de sabor.

2.4- El Olfato El olfato u olfacción es el sentido encargado de detectar y procesar los olores. Es un quimiorreceptor en el que actúan como estimulante las partículas aromáticas u odoríferas desprendidas de los cuerpos volátiles, que ingresan por el epitelio olfatorio ubicado en la nariz, y son procesadas por el sistema olfativo. La nariz humana distingue entre más de 10.000 aromas diferentes. El olfato es el sentido más fuerte al nacer.

2.5- El Tacto El sentido del tacto o mecanorrecepción es aquel que permite a los organismos percibir cualidades de los objetos y medios como la presión, temperatura, aspereza o suavidad, dureza, etc. En el ser humano se considera uno de los cinco sentidos básicos. El sentido del tacto se halla principalmente en la piel, órgano en el que se encuentran diferentes clases de receptores

nerviosos que se encargan de transformar los distintos tipos de estímulos del exterior en información susceptible de ser interpretada por el cerebro. Debemos tener en cuenta que aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en la piel, también lo encontramos en las terminaciones nerviosas internas del organismo pudiendo percibir los altos cambios de temperatura o el dolor. Por lo que es el más importante de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los riesgos para nuestra salud tanto internos como externos. Creado por Portal Educativo. Fecha: 2011-08-03. Se www.portaleducativo.net. Prohibido su uso con fines comerciales.

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Lóbulo Occipital Los dos lóbulos occipitales son los más pequeños de cuatro lóbulos emparejados en la corteza cerebral humana. Situados en la parte más posterior del cráneo, los lóbulos occipitales son parte del cerebro anterior. Los lóbulos occipitales se apoyan en la tienda del cerebelo, la duramadre separa el cerebro del cerebelo. Ambos lóbulos estructuralmente se aíslan en sus respectivos hemisferios cerebrales por la separación de la fisura cerebral. En el borde frontal hay varias circunvoluciones laterales occipitales, que están separadas por el surco occipital lateral. Funciones del lóbulo occipital Una de las partes más importantes de este lóbulo es la corteza visual primaria, una región del cerebro que recibe la entrada de las imágenes desde la retina del ojo. Aquí es donde la mente interpreta el color y otros aspectos importantes de la visión.

El lóbulo occipital contiene diferentes áreas relacionadas con la comunicación visual. En una de las áreas es donde se reciben las imágenes visuales del lenguaje (la zona de recepción visual) y en la otra es donde se interpreta (área de asociación visual). Es de importancia crítica para la lectura y la comprensión lectora. Por ejemplo, se pueden ver las palabras de otro idioma, pero si no se entiende el lenguaje, sólo se va a utilizar el área de recepción visual. Inicialmente los investigadores pensaban que el lóbulo occipital controlaba únicamente las funciones visuales. Pero en los últimos años se ha descubierto que algunas partes de este lóbulo reciben aportaciones de otras regiones del cerebro. En concreto, una región del cerebro llamada la corriente dorsomedial recibe la entrada tanto de las regiones del cerebro relacionadas con la visión, como de otras áreas que no estén relacionados con el procesamiento visual. Esto sugiere que el lóbulo occipital puede realizar funciones adicionales, o que los investigadores no han identificado todas las regiones del cerebro asociadas con el procesamiento visual. Aunque se sabe que el lóbulo occipital está dedicado a la visión, este proceso es muy complejo, e incluye un número de funciones separadas. Entre ellos se incluyen:  El mapeado visual general, lo que ayuda tanto al razonamiento espacial y la memoria

visual. La mayoría de los procesos visuales implican algún tipo de memoria, ya que la exploración del campo visual requiere que recordar que lo que se vio hace un segundo.  La determinación de las propiedades de los colores de los objetos en el campo visual.  La evaluación de la distancia, el tamaño y la profundidad.  La identificación de los estímulos visuales, en particular los rostros y objetos familiares.  La transmisión de la información visual a otras regiones del cerebro, de manera que los lóbulos cerebrales puedan codificar los recuerdos, asignar un significado, respuestas lingüísticas y de este modo responder continuamente a la información del mundo que nos rodea.  Recibir datos visuales primarios procedentes de los sensores de percepción en la retina de los ojos. Lesiones del lóbulo occipital Los lóbulos occipitales son el centro de nuestro sistema de percepción visual. Estos lóbulos no son particularmente vulnerables a las lesiones debido a su ubicación en la parte posterior del cerebro, aunque cualquier trauma significativo del cerebro podría producir cambios sutiles en nuestro sistema perceptivo-visual, tales como defectos del campo visual y escotomas (una zona de ceguera parcial, temporal o permanente en el ojo). El lóbulo occipital también está implicado en el procesamiento visuoespacial y la discriminación de movimiento. El daño a un lado del lóbulo occipital derecho causa la pérdida de la visión exactamente en el mismo “campo de corte” en ambos ojos. Los trastornos del lóbulo occipital pueden causar alucinaciones visuales e ilusiones. Las alucinaciones visuales (imágenes visuales sin estímulos externos) pueden ser causadas por lesiones en la región occipital o convulsiones del lóbulo temporal. Las ilusiones visuales (percepción distorsionada) pueden tomar la forma de los objetos que aparecen más grandes o

más pequeños de lo que realmente son, objetos que carecen de color o que tienen una coloración anormal. Finalmente, las lesiones en el área de asociación parietal-temporal-occipital pueden causar ceguera palabra con problemas de escritura. Referencias Carlson, N.R. (1999). Fisiología de la conducta. Barcelona: Ariel Psicología. Carpenter, M.B. (1994). Neuroanatomía. Fundamentos. Buenos Aires: Editorial Panamericana. Delgado, J.M.; Ferrús, A.; Mora, F.; Rubia, F.J. (eds) (1998). Manual de Neurociencia. Madrid: Síntesis. Diamond, M.C.; Scheibel, A.B. y Elson, L.M. (1996). El cerebro humano. Libro de trabajo. Barcelona: Ariel. Guyton, A.C. (1994) Anatomía y fisiología del sistema nervioso. Neurociencia básica. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Kandel, E.R.; Shwartz, J.H. y Jessell, T.M. (eds) (1997) Neurociencia y Conducta. Madrid: Prentice Hall. Martin, J.H. (1998) Neuroanatomía. Madrid: Prentice Hall.Nolte, J. (1994) El cerebro humano: introducción a la anatomía funcional. Madrid: Mosby-Doyma. Corteza visual del cerebro: estructura, partes y vías

Corteza visual: ¿qué es y donde está? Se conoce como corteza visual a la parte de la corteza principalmente dedicada al procesamiento de la estimulación visual proveniente de los fotorreceptores de la retina. Se trata de uno de los

sentidos más representados a nivel de corteza, ocupando su procesamiento la mayor parte del lóbulo occipitaly una pequeña parte de los parietales. La información visual pasa desde los ojos hasta el núcleo geniculado lateral del tálamo y al colículo superior, de manera ipsilateral, para finalmente llegar hasta la corteza cerebral para su procesamiento. Una vez allí las diferentes informaciones captadas por los receptores son trabajados e integrados para darles un sentido y permitirnos la percepción real de aspectos fundamentales como la distancia, el color, la forma, la profundidad o el movimiento, y finalmente para darles un sentido conjunto. Principales áreas o partes de la corteza visual La corteza visual no está conformada por una única estructura uniforme, sino que incluye diferentes áreas y vías cerebrales. En este sentido, podemos encontrar la corteza visual primaria (o V1) y la corteza extraestriada, la cual a su vez se subdivide en diferentes áreas (V2, V3, V4, V5, V6). 1. Corteza visual primaria La corteza visual primaria, también llamada corteza estriada, es la primera área cortical que recibe la información visual y que realiza un primer procesamiento de ésta. Está formada por células tanto simples (que responden únicamente a estimulaciones con una posición concreta en el campo visual y analizan campos muy concretos) como complejas (las cuales captan campus visuales más amplios), y se organiza en un total de seis capas. La más relevante de todas ellas es la 4, al ser en la que se recibe la información del núcleo geniculado. Además de lo anterior, hay que tener en cuenta que esta corteza se organiza en hipercolumnas, compuestas por columnas funcionales de células que captan elementos similares de la información visual. Dichas columnas captan una primera impresión de la orientación y predominio ocular, profundidad y movimiento (lo que se sucede en las columnas denominadas interblob) o una primera impresión del color (en las columnas o regiones blob también conocidas como manchas o gotas). Además de lo anterior, que la corteza visual primaria empieza a procesar por si misma, cabe destacar que en esta región cerebral existe una representación retinotópica del ojo, un mapa topográfico de la visión similar al del homúnculo de Penfield en cuanto al sistema somatosensorial y motor se refiere. 2. Corteza extraestriada o asociativa Además de la corteza visual primaria, podemos encontrarnos con diversas áreas cerebrales asociativas de gran importancia en el procesamiento de diferentes características y elementos de la información visual. Técnicamente existen alrededor de una treintena de áreas, pero las más relevantes son las codificadas de V2 (recordemos que la corteza visual primaria corresponderia a la V1) a V8. Parte de las informaciones obtenidas en el procesamiento de las áreas secundarias va a volver posteriormente a analizarse en la primaria para ser reanalizadas. Sus funciones son diversas y manejan diferentes informaciones. Por ejemplo el área V2 recibe por parte de las regiones de la información del color y por parte de las interblob información respecto a orientación espacial y movimiento. La información pasa por esta área antes de dirigirse a cualquier otra, formando parte de todas las vías visuales. El área V3 contiene una representación

del campo visual inferior y tiene selectividad direccional, mientras que el área ventral posterior la tiene del campo visual superior determinada con selectividad por color y orientación. El V4 participa en el procesamiento de la información de la forma de los estímulos y en su reconocimiento. El área V5 (también denominada área temporal medial) está principalmente implicada en la detección y procesamiento del movimiento de los estímulos y la profundidad, siendo la principal región encargada de la percepción de estos aspectos. La V8 tiene funciones de percepción del color. Para comprender mejor cómo funciona la percepción visual, sin embargo, es recomendable analizar el paso de la información por diferentes vías. Alteraciones causadas por la lesión de las diferentes vías visuales La corteza visual es un elemento de gran importancia para nosotros, pero en ocasiones pueden producirse diferentes lesiones que pueden alterar y poner en peligro su funcionalidad. El daño o desconexión de la corteza visual primaria genera lo que se conoce como ceguera cortical, en el que a pesar de que los ojos del sujeto funcionan correctamente y reciben la información esta no puede ser procesada por el cerebro, con lo que no se llega a percibir. También puede aparecer hemianopsia si se produce un daño solo en un hemisferio, apareciendo ceguera solo en un hemicampo visual Lesiones en otras regiones cerebrales pueden causar diferentes alteraciones visuales. Una lesión de la vía ventral probablemente generará algún tipo de agnosia visual (sea aperceptiva en la que no se percibe o asociativa en el que aunque se percibe no se relaciona con emociones, conceptos o recuerdos), al no poder reconocer los objetos y estímulos que se nos presentan. Por ejemplo, podría generar prosopagnosia o ausencia de identificación de las caras a nivel consciente (aunque no necesariamente a nivel emocional). Un daño en la vía dorsal podría provocar acinetopsia, incapacidad para detectar el movimiento a nivel visual. Otra alteración probable es la presencia de problemas a la hora de tener una percepción congruente del espacio, no pudiendo percibirse conscientemente una parte del campo visual. Es lo que ocurre en la citada hemianopsia o en la cuadrantopsia (en este caso estaríamos ante un problema en uno de los cuadrantes). Asimismo, pueden aparecer problemas de visión tales como dificultades en la percepción de la profundidad o visión borrosa (de manera similar a lo que ocurre con problemas oculares como la miopía y la hipermetropía). También pueden aparecer problemas similares al daltonismo (estemos hablando de monocromatismo o dicromatismo) o falta de reconocimiento para el color. Referencias bibliográficas:    

Kandel, E.R.; Schwartz, J.H.; Jessell, T.M. (2001). Principios de Neurociencia. Madrird: MacGrawHill. Kolb, B. & Wishaw, I. (2006). Neuropsicología humana. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Peña-Casanova, J. (2007). Neurología de la conducta y neuropsicología. Editorial Médica Panamerica. Possin, K.L. (2010). Visual spatial cognition in neurodegenerative disease. Neurocase 16 (6).

Cerebelo humano: sus partes y funciones ¿Qué es el cerebelo y cuáles son sus funciones dentro del sistema nervioso central? por Arturo Torres  

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El cerebelo es mucho más que una especie de hermano menor de la neocorteza, arrinconada medio oculta entre el lóbulo occipital y el tronco del encéfalo. De hecho, esta curiosa estructura semejante a un ovillo de lana aplanado es una de las partes del cerebro más importantes. Es más, se considera que en la mayoría de los casos el buen funcionamiento del cerebelo es indispensable para que podamos sobrevivir y los casos en los que esta norma no se cumple se convierten en noticia. Aunque es una estructura aparentemente bastante discreta por estar oculta en parte por la corteza cerebral, el cerebelo es una de las zonas del encéfalo con mayor densidad de neuronas. De hecho, aproximadamente la mitad de las neuronas del cerebro están ubicadas en esta estructura. Pero... ¿por qué es tan importante que el cerebelo esté en buenas condiciones? ¿De qué procesos se encarga? Las funciones del cerebelo Hace ya años que se viene relacionando el funcionamiento del cerebelo y la coordinación de la activación de los músculos. Así, se consideraba que la tarea del cerebelo era, básicamente, hacer posible que mantengamos el equilibrio, que podamos coordinar movimientos simples y complejos y, en general, que los músculos de nuestro cuerpo respondan de manera fiel y eficaz a las órdenes que emite el cerebro. Por ejemplo, se consideraba que uno de los principales síntomas de alteraciones en el cerebelo es la pérdida del equilibrio después de beber demasiado alcohol. Sin embargo, en los últimos años se ha ido descubriendo que la idea de que el papel del cerebelo tiene que ver con la coordinación motora resulta demasiado simplista. Así, el cerebelo no interviene únicamente en los procesos motores, sino que además juega un rol importante en otras muchas funciones. El cerebelo en la regulación de las emociones Una de las vías de conexión del cerebelo unen esta estructura con amplias zonas del sistema límbico, que es el que está relacionado con la aparición y mantenimiento a lo largo del tiempo de los estados emocionales que tiñen nuestras experiencias. Al estar en comunicación con estructuras como la amígdala, el cerebelo tiene la capacidad de intervenir en la regulación de los estados emocionales que van apareciendo. Así, por ejemplo, parte de las funciones del cerebelo tienen que ver con crear asociaciones entre sensaciones y sentimientos, lo cual sirve como apoyo para futuros aprendizajes al relacionar ciertas experiencias con sentimientos concretos.

El cerebelo y los procesos cognitivos El hecho de que el cerebelo tenga tal densidad de neuronas y que esté conectado con amplias zonas de la corteza cerebral hace que la idea de que tenga algo que ver en procesos cognitivos como la memoriao la gestión de la atención no suene descabellada. Actualmente hay algunas investigaciones que apuntan en esa dirección. Por ejemplo, se ha visto que el tamaño del cerebelo podría estar relacionado con el nivel de inteligencia que se tiene. Además, a partir de estudios en los que se observan los efectos que una lesión en el cerebelo tiene sobre las capacidades mentales de los pacientes, se ha podido relacionar la disfunción en esta estructura con los déficits de atención y el uso del lenguaje. Lo complicado de investigar esto es que a partir de estos estudios basados en los casos de lesión cerebelar no se puede saber si la disminución de las capacidades cognitivas se debe a que las neuronas involucradas en ellas han muerto (al estar ubicadas en la zona de la lesión) o si estos efectos se deben a un desequilibrio en el funcionamiento del encéfalo ocasionado por la herida. Así pues, hace falta investigar mucho más para saber si el rol que tiene el cerebelo en las funciones cognitivas es tan importante como parecen sugerir esos estudios. El cerebelo y la coordinación motora Las antiguas ideas sobre el papel del cerebelo como centro de coordinación de la activación muscular no han sido refutadas. Hoy se sigue considerando que esta estructura tiene un papel protagonista en la coordinación de movimientos, mantenimiento del equilibrio y monitorización de las señales neuronales encaminadas a activar músculos. Como el cerebelo está conectado a muchas zonas del cerebro, cruza la información motora elaborada en las regiones superiores del cerebro con la información motora más "concreta" y operacional dirigida a activar fibras musculares, y comprueba que no haya incoherencias entre ambas. Además, hay un debate generado alrededor de la posibilidad de que una de las funciones del cerebelo sea el aprendizaje motor, es decir, la capacidad de ir puliendo un patrón de movimientos para que se vaya perfeccionando cada vez más. Estructura del cerebelo Puede que el cerebelo sea relativamente pequeño, pero su composición es muy compleja. Aunque se puede hablar largo y tendido acerca de las diferentes partes y subdivisiones de las partes del cerebelo, en esta ocasión nos centraremos solo en la categorización más amplia de las estructuras del cerebelo, es decir, las partes que pueden ser vistas a simple vista con facilidad (siempre que se tenga un encéfalo delante, claro).

Los hemisferios del cerebelo El cerebelo se parece al resto del encéfalo en que también está cubierto por una capa de células que crean una superficie rugosa y llena de pliegues. Aunque, eso sí, en el caso del cerebelo estos pliegues son aún más apretados y finos, tal y como se puede ver a simple vista. Es por eso que a una de las estructuras o subregiones del cerebelo se la conoce como córtex cerebeloso. La corteza del cerebelo se divide en dos hemisferios cerebelosos, del mismo modo en el que el córtex cerebral se divide en un hemisferio derecho y otro izquierdo. En el medio de estos hemisferios se encuentra una región llamada vermis, que es una franja vertical que une ambas partes y las conecta entre sí. Los lóbulos del cerebelo Más allá de esta clasificación de partes de la corteza cerebelosa, hay varios lóbulos del cerebelo, del mismo modo en el que cada hemisferio de la corteza cerebral se divide en lóbulos del cerebro. Estos lóbulos son el lóbulo anterior, el lóbulo posterior, y el lóbulo floculonodular, ordenados desde la parte superior a la inferior.  

TRONCO DEL ENCÉFALO: FUNCIONES Y ESTRUCTURAS ¿Qué es el tronco encefálico y por qué es tan importante? por Adrián Triglia



El encéfalo es asociado casi siempre a una especie de óvalo de superficie rugosa llena de pliegues, pero por debajo de esta corteza cerebral hay multitud de estructuras muy importantes. De hecho, si tuviéramos que considerar la importancia de cada una de las partes del cerebro juzgándolas según lo relevantes que son para nuestra supervivencia, llegaríamos a la conclusión de que la estructura más fundamental es una que ni tiene la forma replegada del córtex ni tiene

forma de óvalo. Se trata del tronco del encéfalo, o tronco encefálico, situado en la parte más baja del encéfalo y en contacto directo con la médula espinal. ¿Qué es el tronco del encéfalo? El tronco encefálico, llamado a veces tallo cerebral, es una parte del encéfalo con forma de cilindro o cono alargado y que está situado entre el resto del encéfalo y la médula espinal. Eso significa que el tronco del encéfalo está alineado con las fibras neuronales que recorren la médula espinal bajo recorre la columna vertebral; concretamente, pasa por delante del cerebelo. Por tanto, es la parte del encéfalo que se encuentra en una posición anatómicamente más baja y cercana al cuello. Además, la mayor parte de los pares craneales (o nervios craneales) salen del tronco del encéfalo. El tronco del encéfalo está compuesto tanto por partes de sustancia blanca como por algunas zonas en las que predomina la materia gris, lo cual significa que la recorren tanto áreas de conexión como zonas en las que los cuerpos de las neuronas se concentran formando núcleos de control.

Funciones del tronco del encéfalo Aunque el tronco encefálico esté pegado a la médula espinal y por su forma pueda ser confundido con una prolongación de esta, su función principal no es actuar como un simple puente entre el cerebro y los nervios que recorren el cuerpo humano. El tallo cerebral es la parte del cerebro humano que alberga las funciones más primitivas y ancestrales, y apareció en nuestra línea evolutiva en especies que no se parecían nada a los seres humanos. Es parte de lo que, según la teoría de los 3 cerebros de Paul MacLean, se ha llamado "cerebro reptiliano", justamente porque ha sido asociado a procesos fisiológicos ancestrales (aunque las ideas de MacLean no se consideran válidas, entre otras cosas, por basarse en una visión muy simplificada de la evolución del cerebro humano. Así pues, el tronco del encéfalo se encarga de realizar las tareas del sistema nervioso más básicas para nuestra supervivencia, aquellas en las que apenas podemos influir voluntariamente y que

han sido automatizadas a partir de millones de años de evolución justamente para que nuestras decisiones desacertadas o nuestras distracciones no nos cuesten la vida. Manteniendo las constantes vitales Entre las funciones en las que el tronco encefálico juega un papel fundamental se encuentran la regulación y mantenimiento del ritmo cardíaco y el control automático de la respiración. Es por eso que el tallo del encéfalo está compuesto por centros vitales que al ser dañados pueden provocar la muerte inmediata. Otras funciones del tronco del encéfalo algo menos importantes pero prácticamente igual de primitivas son el control del hipo, el estornudo y la tos, la succión, la deglución, el vómito y la sensibilidad al dolor. También tiene un rol muy importante en la regulación de los niveles de arousal. En concreto, una red de neuronas distribuidas en parte por el tronco encefálico llamada formación reticular interviene tanto en la regulación del ciclo circadiano (sueño-vigilia) como en el mantenimiento de la consciencia. Un puente de comunicación con la médula espinal Además de todas estas funciones, por supuesto, el tallo cerebral sirve para comunicar los nervios craneales y la médula espinal con el cerebro, siendo así la vía de comunicación entre el encéfalo y el resto del cuerpo tanto en las aferencias como en las eferencias. Este es un papel más pasivo que los anteriores, pero igualmente imprescindible para la supervivencia del encéfalo y de todo el organismo en general. Partes del tronco encefálico El tallo cerebral está compuesto por tres estructuras principales: el mesencéfalo, el puente troncoencefálico y el bulbo raquídeo. Mesencéfalo El mesencéfalo es la estructura del tronco encefálico situada en una posición más alta y, por tanto, más cercana a estructuras situadas en la parte superior, como por ejemplo el tálamo. Como otras partes del tronco del encéfalo, interviene en funciones tan primitivas como la regulación del ciclo sueño-vigilia y de la temperatura corporal, pero también juega un papel a la hora de reaccionar rápidamente ante estímulos visuales y auditivos de manera refleja, así como en el control de ciertos movimientos. Los dos componentes llamadas tectum y tegmentum.

básicos

del

mesencéfalo

son

unas

estructuras

Puente troncoencefálico El puente troncoencefálico, o puente de Varolio, está situado justo debajo del mesencéfalo y encima del bulbo raquídeo. En su cara posterior (la más cercana a la nuca) está el cerebelo. Esta estructura es la parte del tronco del encéfalo más abultada, y su cara anterior se comba hacia afuera como si fuese la mitad de un huevo. Esta parte del tallo cerebral interviene en el control de la respiración, en la transición entre las fases del sueño y en la regulación del nivel de consciencia, entre otros procesos básicos de supervivencia. Bulbo raquídeo El bulbo raquídeo (o médula oblonga) está situado en la parte más baja del tronco del encéfalo. Controla todo tipo de procesos automáticos totalmente necesarios para la supervivencia, como el control cardíaco o la secreción de sustancias gástricas. Además, es la parte que comunica con la médula espinal de forma directa. Además, es en esta parte del tronco del encéfalo donde se encuentra la decusación de las pirámides, es decir, el punto en el que las fibras nerviosas cambian de hemicuerpo para pasar de derecha a izquierda y viceversa (lo cual explica que una mitad del cuerpo es controlada por la mitad opuesta del cerebro). Lóbulo Temporal: Estructura y Funciones (con Imágenes) Por Marcel Gratacós El lóbulo temporal es una región del cerebro que forma parte de la corteza cerebral, siendo la segunda estructura más grande de esta, por detrás del lóbulo frontal. Se localiza frente al lóbulo occipital, es decir, aproximadamente detrás de las sienes. Es una región cerebral que desempeña un papel importante en el desarrollo de tareas visuales complejas, como por ejemplo el reconocimiento de caras.

Científicamente, es interpretado como la corteza primaria de la audición. Así mismo, esta estructura desempeña otras muchas funciones como el desarrollo del lenguaje, la ejecución de la memoria auditiva o el procesamiento de información de audio. Finalmente, se caracteriza por procesar información procedente de los oídos y juega un papel especialmente relevante en el establecimiento del equilibrio corporal. Por otro lado, ciertos estudios apuntan que el lóbulo temporal también podría participar en la regulación de las emociones y otros procesos psicológicos como la motivación, la ansiedad, el placer o la ira. Características del lóbulo temporal

El lóbulo temporal es una gran estructura cerebral que está situada en el lateral inferior del encéfalo. Es decir, en la región del cráneo más cercana a los oídos. Cuando se habla de lóbulo temporal resulta más adecuado hacerlo en plural, ya que se connotan dos lóbulos temporales en cada cerebro humano. Uno de ellos corresponde al hemisferio derecho del cerebro (localizado en la zona del oído derecho) y el otro al hemisferio izquierdo (localizado en la zona del oído izquierdo). El lóbulo temporal limita por su región superior con el lóbulo parietal, otra estructura de la corteza cerebral. La división entre ambos lóbulos del cerebro es efectuada por la cisura de Silvio. Por otro lado, está en contacto con el lóbulo occipital a través de su región posterior y limita con el lóbulo frontal a través de su región anterior.

Una de sus principales características es que este incluye el lóbulo temporal medial, el cual presenta un sistema de estructuras anatómicamente relacionadas que resultan claves a la hora de desarrollar la memoria declarativa (el recuerdo consciente de hechos y vivencias). En este sentido, constituye una gran estructura cerebral que incluye la región hipocampal, la corteza perirrinal, entorrinal y parahipocampal adyacentes. Así mismo, el lóbulo temporal se caracteriza por ser el lóbulo de la corteza cerebral que establece una mayor conexión con el sistema límbico, motivo por el cual distintas variables psicológicas se relacionan con esta parte del cerebro. Estructura y funciones

El lóbulo temporal es una estructura que constituye, aproximadamente, un cuarto de toda la corteza cerebral. En este sentido, resulta una de las principales regiones del córtex cerebral de los seres humanos. Funcionalmente, esta región de la corteza se caracteriza por no presentar una única actividad, sino que se ve involucrado y desempeña un gran número de funciones. De forma general, el lóbulo temporal presenta tres grandes regiones principales. Una de ellas está relacionada con el procesamiento del input auditivo, otra está especializada en el reconocimiento de objetos y la tercera se relaciona con el almacenamiento a largo plazo. Otras regiones importantes del lóbulo temporal son el giro angular, el giro supramarginal, el área de wernicke, el área de asociación parieto-temporo-occipital y el área de asociación del sistema límbico. Cada una de estas estructura del lóbulo temporal se caracteriza por llevar a cabo unas actividades cerebrales determinadas.

Corteza auditiva La corteza auditiva está situada en la circunvoluciones temporales transversas de Heschl, las cuales se encuentran sepultadas en el suelo de la cisura de Silvio, es decir, las áreas 41 y 42 de la corteza cerebral. El área 41 de la corteza se halla en la circunvolución anterior y se extiende ligeramente a través de una parte adyacente de la circunvolución posterior. De forma continua a la área 41 se halla el área 42 y, adyacente a esta, se localiza la parte de la área auditiva de asociación (el área 22). Área auditiva secundaria de asociación El área auditiva secundaria y de asociación se halla en la circunvolución temporal superior. Esta región incluye el área de Wernicke, una estructura vital que permite la descodificación auditiva del lenguaje, es decir, que da lugar a la comprensión. Las lesiones en estas áreas auditivas secundarias generan problemas en la capacidad para seleccionar o reconocer los elementos auditivos. Concretamente, lesiones en la corteza de asociación izquierda puede motivar una alteración del reconocimiento y dar lugar a sordera extrema para las palabras. Las lesiones originadas en el área de Wernicke en cambio originan una patología conocida como afasia de Wernicke, la cual provoca una reducción notable del significado del lenguaje. Corteza visual La corteza visual es una región del lóbulo temporal que abarca las áreas 20, 21, 37 y 38 de la corteza cerebral. Esta estructura se encuentra implicada en el reconocimiento de objetos y da lugar a un proceso que requiere una categorización de los estímulos visuales. La lesiones originadas en este región motiva una dificultad en la identificación y/o categorización de los estímulos visuales, hecho que afecta directamente al proceso de memoria. La corteza del surco temporal superior suele estar implicada en la asociación entre la información visual y la auditiva. Por ejemplo, esta región permite comprender adecuadamente los estímulos visuales y auditivos que se presentan simultáneamente. Lóbulo temporal medial El lóbulo temporal medial es una región amplia del lóbulo temporal que incluye estructuras como el hipocampo, la corteza perirrinal, la corteza entorrinal o la corteza parahipocampal. Estas regiones encefálicas y su conexión con la corteza cerebral permiten el desarrollo de la memoria en las personas. Dicho de otra forma, sin el lóbulo temporal medial y la asociación de esta estructura con otras regiones de la corteza las personas no tendrían memoria.

Las lesiones en el hemisferio izquierdo del lóbulo temporal medial se asocian con dificultades para recordar información de tipo verbal, ya que esta región del lóbulo temporal es la encarga de desarrollar tales actividades memorísticas. Por lo contrario, las lesiones originadas en el hemisferio derecho del lóbulo temporal medial suele motivar dificultades para recordar patrones de información no verbal. El lóbulo temporal medial es una de las regiones más afectadas en sujetos con demencia y/o enfermedades neurodegenerativas. La pérdida de memoria, de forma general, se relaciona con una disfunción de esta región del lóbulo temporal. Giro angular El giro angular es una área especialmente relevante del lóbulo temporal. Esta región permite la lecto-escriptura, ya que lleva a cabo la asociación de la información visual y auditiva. El giro angular forma parte de la corteza auditiva del lóbulo temporal y su función consiste en permitir asignar a cada grafema su correspondiente fonema. Giro supramarginal El giro supramarginal es una pequeña estructura que forma parte del área sensitiva terciaria, la cual está ubicada en el lóbulo temporal. Este giro participa activamente en el reconocimiento de los estímulos táctiles. Así mismo, parece desempeñar un papel importante en el desarrollo del lenguaje. Área de asociación parieto-temporo-occipital El área de asociación parieto-temporal-occipital está situada en el punto de unión entre los tres grandes lóbulos de la corteza cerebral. Es decir, es una región que unifica el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y el lóbulo occipital. Esta área resulta básica para relacionar la información de los sistemas visual, auditivo y somatosensorial (de las áreas primarias y secundarias), así como enviar la información integrada a muchas otras áreas del cerebro como, por ejemplo, la corteza pre-frontal o el sistema límbico. Esta área de asociación se ha relacionado con muchas funciones complejas, tales como la percepción espacial, la atención dirigida, la integración visomotora, la situación corporal propia en el espacio o la relación de información auditiva o visual. Así mismo, ciertos estudios apuntan que el área de asociación parieto-temporo-occipital podría desempeñar un papel importante en aspectos de tipo verbal y memorístico. Las lesiones en esta área del lóbulo temporal suelen originar problemas en el funcionamiento de todas estas actividades cognitivas complejas. Una de las afecciones más conocidas es la prosopagnosia, una alteración que genera un déficit de reconocimiento de caras de familiares.

Área de asociación del sistema límbico. Finalmente, el área de asociación límbica es una región del lóbulo temporal que se encarga de integrar la información de las áreas primarias y secundarias con experiencias afectivas y memorísticas. Es decir, esta región permite relacionar los estímulos captados con los elementos que la persona posee en su memoria y con respuestas emocionales determinadas. En este sentido, se postula que esta área constituiría una región encefálica clave para el control de la conducta y el desarrollo de la motivación. El área de asociación límbica permite añadir un componente afectivo a todos los elementos que se captan a través de los sentidos, hecho que permite interactuar con el mundo de una forma activa y favorecer la supervivencia del individuo. El área de asociación límbica también interviene en la regulación de las emociones, el comportamiento sexual y los procesos de aprendizaje. Las lesiones padecidas en esta región del lóbulo temporal pueden causar alteraciones en la regulación del afecto y cambios severos en los rasgos de personalidad. Así mismo, pueden motivar la aparición de alteraciones sexuales y la reducción de la motivación. Enfermedades asociadas La gran variedad de funciones que desempeña el lóbulo temporal hace que lesiones en esta región de la corteza cerebral puedan motivar la aparición de patologías muy diversas. De hecho, el lóbulo temporal es una de las regiones de la corteza cerebral que se relacionan con más patologías. Las principales son: sordera cortical, hemiacusia, propasognosia, heminegligencia y afasia. Sordera cortical La sordera cortical es una patología que provoca una pérdida total de la facultad auditiva. La característica principal de esta afección es que los órganos sensoriales de la audición funcionan correctamente, sin embargo, una lesión en el lóbulo temporal impide la realización de las actividades auditivas. Esto quiere decir que en esta patología, la información auditiva llega correctamente a los órganos perceptivos, pero esta no llega a ser procesada por el cerebro. Como resultado final se obtiene una pérdida total de la percepción auditiva. Esta alteración suele estar generada por la destrucción de las cortezas auditivas primaria y secundaria de ambos hemisferios cerebrales, o bien las vías nerviosas que acceden a ellas.

Hemiacusia La hemiacusia es una afección que motiva una pérdida total de audición en uno de los dos oídos. Esta alteración está provocada por la destrucción de la corteza auditiva primaria y secundaria de uno de los dos hemisferios cerebrales. La pérdida de audición se experimenta en el oído contralateral del hemisferio dañado. Propasognosia La propasognosia es una enfermedad que motiva una incapacidad para reconocer las caras de cualquier persona. Esta afección es causada por una lesión bilateral en la zona temporoccipital. Heminegligencia La heminegligencia es una enfermedad grave que supone una dificulta para orientarse, actuar o responder a los estímulos que ocurren en el lado opuesto del hemisferio lesionado. De hecho, en algunos casos las personas con hemingligencia no son capaces de reconocer uno de sus hemicuerpos. Esta alteración está causada por una afección del área de asociación parieto-temporo-occipital de uno de los dos hemisferios cerebrales, y suele aparecer de forma conjunta con la anosognosia, es decir, la falta de consciencia acerca de la enfermedad. Afasias Finalmente, las afasias son trastornos del lenguaje que se originan debido a una lesión cerebral. En la actualidad existen diferentes tipos de afasias, los cuales difieren entre sí en función del área cerebral dañada. Por ejemplo, la lesiones en el área de Wernicke del lóbulo temporal originan afasia de Wernicke, la cual implica la pérdida de compresión verbal. En cambio la afasia anómica provoca una dificultad para encontrar el nombre de las cosas y es causada por una lesión en el área asociativa temporoparieto-occipital. Referencias 1. Fustinoni J.C y Pérgola F (2001). Neurología en esquemas. Panamericana. 2. Junqué C y Barroso J (2009). Manual de Neuropsicología. Madrid. Síntesis Psicología. 3. Jódar, M (Ed) y cols (2014). Neuropsicologia. Barcelona, Editorial UOC. 4. Javier Tirapu Ustárroz y cols. (2012). Neuropsicología de la corteza prefrontal y las funciones ejecutivas. Editorial Viguer. 5. Lapuente,R. (2010). Neuropsicología. Madrid, Plaza edición.

6. Kolb B y Whishaw I.Q (2006): Neuropsicología Humana. Médica Panamericana. 7. Rubin M y Safdich J.E. (2008). Netter- Neuroanatomía esencial. Barcelona. Elsevier Masson. Procesamiento del lenguaje El proceso del lenguaje se refiere a la manera en la que los seres vivos utilizan símbolos para comunicar ideas y sentimientos, y cómo es que dicha comunicación es procesada y entendida por el cerebro. La mayoría de las teorías consideran que este proceso es llevado a cabo completamente por el cerebro. El lenguaje es considerado como una de las habilidades más características de los seres humanos, posiblemente la más importante. Sin embargo, aún se sabe muy poco acerca de ella, por lo que representa una gran oportunidad en materia de investigación. Gran parte del conocimiento que se tiene acerca del tema proviene de pacientes que han sufrido algún tipo de herida en la cabeza, ya sea debido a factores externos o internos (accidente cerebrovascular, tumor, etc). Los estudios más recientes han demostrado que la mayoría de las funciones del procesamiento de lenguaje son llevadas a cabo en la corteza cerebral. La función esencial de las áreas corticales dedicadas al lenguaje es la representación de símbolos. A pesar de que existen diferentes formas de lenguaje, todas ellas se basan en la representación de símbolos. Índice      

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1Bases neurológicas del lenguaje 2Área de Wernicke 3Área de Broca 4Fascículo arqueado 5Corteza cerebral y fluidez verbal 6Lenguaje hablado o 6.1Percepción del habla o 6.2Producción del habla 7Afasia 8Véase también 9Referencias 10Bibliografía Bases neurológicas del lenguaje[editar] La gran mayoría de los procesos que permiten el lenguaje se llevan a cabo en diferentes áreas de asociación. Existen dos áreas bien identificadas, las cuales son consideradas vitales para la comunicación humana: el área de Wernicke y el área de Broca. Estas áreas están localizadas en el hemisferio dominante (que es el izquierdo en el 97% de las personas) y son consideradas las más importantes en cuanto a procesamiento de lenguaje. Esta es la razón por la cual el lenguaje es considerado como una función lateralizada.2

Sin embargo, el hemisferio no dominante también participa en el lenguaje, aunque existen cuestionamientos acerca del nivel de participación de las áreas localizadas en dicho hemisferio.3 Otros factores que se cree son relevantes al procesamiento de lenguaje y fluidez verbal son: el grosor de la corteza cerebral, la participación de áreas prefrontales de la corteza, y la comunicación entre hemisferios izquierdo y derecho. Área de Wernicke[editar]

Superficie lateral del cerebro con las áreas de Brodmann numeradas. El área de Wernicke se encuentra localizada en la sección posterior del giro temporal superior, normalmente en el hemisferio izquierdo (dominante en el 97% de las personas). Algunas neuronas se extienden hasta la sección posterior del surco lateral, en el lóbulo parietal. De acuerdo a las áreas de Brodmann, el área de Wernicke está ubicada en el área 22.4 Considerando su posición, el área de Wernicke está localizada relativamente entre la corteza auditiva y la corteza visual. La corteza auditiva se encuentra en el giro temporal transversal (áreas de Brodmann 41 y 42), mientras que la corteza visual se encuentra en la sección posterior del lóbulo occipital (áreas de Brodmann 17, 18 y 19).4 Mientras que el hemisferio dominante se encarga principalmente de la comprensión del lenguaje, estudios recientes han demostrado que el área homóloga del hemisferio no dominante también participa en la comprensión, aunque se concentra más en palabras que tengan significado ambiguo.5 El área de Wernicke fue identificada por Carl Wernicke en el año 1874. En pocas palabras, su función principal es la comprensión del lenguaje y otorga la capacidad de comunicar ideas coherentes.2 Área de Broca[editar] El área de Broca se encuentra formada por el par triangularis y el par operocularis del giro frontal inferior (áreas de Brodmann44 y 45). Se encuentra siempre en el mismo hemisferio que el área de Wernicke, es decir, el hemisferio izquierdo en la gran mayoría de las personas.4 La función principal del área de Broca es la producción del habla. Dada su proximidad con la corteza motora, las neuronas ubicadas en el área de Broca mandan señales a la corteza motora de: laringe, lengua y labios. Estas a su vez redirigen las señales a los respectivos músculos, facilitando así la creación de diferentes sonidos.4 Un estudio reciente indica que el área de Brodmann 44 se encarga de la fluidez fonológica, mientras que el área de Brodmann 45 se encarga del la fluidez semántica.6

Fascículo arqueado[editar]

Imagen del cerebro mostrando el fascículo arqueado izquierdo y derecho. También se muestran los fascículos superiores longitudinales (izquierdo y derecho) y el cuerpo calloso. Imagen proporcionada por Aaron G. Filler, MD, PhD. El fascículo arqueado consiste en un haz de neuronas, el cual se cree que conecta la parte posterior de la unión temporal-parietal con el lóbulo frontal del cerebro. En otras palabras, se cree que conecta el área de Wernicke con el área de Broca, convirtiéndose así en una importante área de asociación.7 Sin embargo, nuevas investigaciones parecen demostrar que el fascículo arqueado conecta áreas receptivas posteriores con áreas motoras, y no con el área de Broca en particular. Debido a que algunas neuronas del fascículo arqueado se extienden en el lóbulo parietal, se cree que pueden jugar un papel mucho más importante en la atención.7 Corteza cerebral y fluidez verbal[editar] Estudios recientes demuestran que el incremento de la fluidez verbal es proporcional al grosor de la corteza cerebral. En otras palabras, mejores desempeños en pruebas de fluidez verbal son logradas por personas que demuestran un grosor mayor en la corteza. Esto es mucho más evidente en regiones del hemisferio izquierdo, donde se localizan el área de Wernicke y el área de Broca. Adicionalmente, otras áreas relacionadas con tareas que requieren atención también son afectadas por el grosor de la corteza.6 Una teoría es el efecto que tiene la retracción de neuronas una vez que no son usadas. Es por eso que esta retracción generalmente se lleva a cabo a edades tempranas, especialmente en el caso de habilidades relacionadas al lenguaje. El beneficio funcional: un sistema neurológico en el cual no existe interferencia entre neuronas, cosa que podría suceder si existieran muchas de ellas las cuales no son utilizadas.6 La correlación más grande entre fluidez verbal y grosor de la corteza fue encontrada en el lóbulo temporal. Relaciones significativas fueron encontradas en la corteza auditiva, la corteza somatosensorial relacionada a los órganos responsables del lenguaje (lengua, labios y boca), y las regiones frontales y parietales relacionadas a la atención a tareas y monitoreo de acciones.6 Lenguaje hablado[editar] Percepción del habla[editar]

Estímulos acústicos son recibidos por el órgano auditivo y convertidos en señales bioeléctricas por el órgano de Corti. Estos impulsos eléctricos son transportados por medio del nervio vestibulococlear a la corteza auditiva primaria en ambos hemisferios. Generalmente, el hemisferio izquierdo procesa y reconoce las diferentes partes como fonemas, mientras que el lado derecho se encarga de las características del tono así como cualquier información melódica. A la señal transportada al área de Wernicke se le une la señal proveniente del hemisferio no dominante, y se lleva a cabo la comprensión del lenguaje. Durante el proceso de comprensión, las áreas activadas se enfocan al área de Wernicke y sus alrededores. Mientras que la sección posterior del giro temporal superior se encarga de aspectos acústicos del habla, áreas más ventrales como el giro temporal medio juegan un papel en la conexión entre el fonema y el conocimiento semántico.8 Además, el giro temporal medio muestra activación durante la asociación semántica en actividades como nombramiento de imágenes.8 Producción del habla[editar] Del área de Wernicke, la señal es llevada al área de Broca a través del fascículo arqueado. La activación de esta área inicia previo a la respuesta verbal en las cortezas que rodean a la cisura de Rolando, los giros pre y poscentrales. Estas áreas se consideran partes del área de Broca. La porción superior de la corteza premotora también exhibe respuestas auditivas cuando se recibe estímulos auditivos.8 Se ha encontrado activación del área de Wernicke en la producción de habla, aunque se considera que juega un papel de retroalimentación y monitoreo.8 Afasia[editar] Los trastornos del lenguaje que se asocian a fallas en la actividad cerebral son llamados afasias. Dependiendo del lugar en donde sucedió el daño, las afasias pueden presentar diferencias. Es importante notar que los desórdenes congénitos pueden afectar todas las funciones cognitivas, y por lo tanto, producir afasia. 

Afasia de Broca: Conocida también como afasia no fluida, este desorden de lenguaje se presenta cuando el daño ocurre en o cerca del área de Broca. Personas con este desorden muestran dificultad en producir habla, a pesar de que la mayoría de sus funciones cognitivas se mantienen prácticamente intactas. A pesar de la incapacidad de producir lenguaje, son capaces de entenderlo y son conscientes de su problema.9



Afasia de Wernicke: Individuos con afasia de Wernicke son capaces de producir habla fluida. Sin embargo, la mayoría de las frases que producen carecen de coherencia. A la vez, les cuesta trabajo entender lo que otras personas quieren comunicar. Como es el caso de la afasia de Broca, la afasia de Wernicke se da cuando el daño es en la unión de los lóbulos temporal y parietal.10



Afasia de conducción: Los individuos demuestran dificultad para repetir palabras. Este desorden es poco común y sucede cuando ramas del fascículo arqueado son dañadas. La percepción auditiva permanece intacta, y aún son capaces de producir lenguaje coherente. Sin embargo, producen algunos errores, y se les dificulta corregirlos.11

Estructura y funciones del lóbulo frontal El lóbulo frontal se encuentra en la parte más anterior del encéfalo, en concreto toda la corteza cerebral a partir del surco central. Se considera un lóbulo muy importante debido a que cumple funciones centrales en el procesamiento de la información, especialmente relevantes son las que tienen un carácter ejecutivo. Ahora bien, el lóbulo frontal está dividido en múltiples regiones que lo dotan de una gran variedad de funciones.

A la hora de agrupar las distintas estructuras funcionales del lóbulo podemos hablar de dos grandes territorios. Uno de ellos sería el territorio correspondiente a la corteza motora, la cual cumpliría funciones de carácter motor; y el otro territorio sería la corteza prefrontal, la encargada de los procesos ejecutivos, la toma de decisiones y de diferentes aspectos relacionados con la regulación de las emociones. Corteza motora La corteza motora del lóbulo temporal va a ser el gestor de los sistemas efectores del cuerpo. Gracias a él, podremos realizar todo tipo de actos motores de carácter voluntario. Esta estructura será la encargada tanto de la planificación del movimiento como de transmitir las órdenes a los músculos para que se pongan en marcha. Es importante matizar que esta corteza solo se encarga

de los movimientos voluntarios, el sistema motor involuntario está presente en otras estructuras, como los ganglios basales y el cerebelo. Podemos encontrar tres áreas de relevante mención dentro de la corteza motora: 



El área premotora. Es la encargada de la planificación y la programación de los movimientos. Antes de la realización de cualquier movimiento, estas neuronas se encargan de establecer los músculos y pasos necesarios para que este se resuelva correctamente El área motora primaria. Es la corteza que se encarga de ejecutar los guiones preparados por la corteza premotora. Es decir, es la encargada de disparar la acción de movimiento, mandando las órdenes a los músculos.



El área de Broca. Es la encargada de la producción del lenguaje. Su función es coordinar los músculos fonológicos para que el sujeto pueda hablar y pronunciar. También está implicada en la producción de la escritura. Para conocer más de ella pulse en el siguiente enlace. Corteza prefrontal En esta región nos encontramos con el sistema ejecutivo y el procesador de la información del cerebro humano. La corteza prefrontal de lóbulo frontal es la responsable en último término de la cognición, la conducta y de la respuesta emocional de los sujetos. Es la mediadora entre muchas otras estructuras a lo largo de todo el encéfalo, tomando su papel clave en la toma de decisiones.

No está de más aclarar que las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas de orden superior, las cuales controlan nuestra conducta y emociones. Es decir, todos aquellos procesos que se encargan de gestionar, organizar, coordinar y dirigir; se podría describir como el procesador de un ordenador siguiendo una metáfora computacional. Dentro de esta corteza podemos distinguir tres regiones con gran importancia funcional: 

La corteza frontal dorsolateral (CPDL). Está conectada con regiones de otros lóbulos y transforma el pensamiento en planes, conductas y decisiones. la CPDL está muy relacionada con procesos psicológicos superiores como la memoria de trabajo, la metacognición, el control atencional, la flexibilidad cognitiva, etc.





El área cingulada. Su función está altamente relacionada con la regulación de los procesos motivacionales. Se encarga de inhibir o incitar a la acción al individuo. También se encarga de ciertos procesos relacionados con la regulación y sostenimiento de la atención. La corteza orbitofrontal. Cumple la misión de controlar la afectividad y la conducta social. Interviene en el procesamiento y regulación de emociones y estados afectivos, adaptando la conducta en función del contexto. El lóbulo frontal es una de las estructuras más relevantes dentro de nuestro encéfalo. Su estudio a través de las diversas técnicas neurocientíficas nos aporta una información muy valiosa: entender su estructura y funcionalidad nos aproxima más a la comprensión de nuestra biología y nos da pistas sobre su relación con nuestras conductas, emociones y pensamientos.