Semiotica Textual

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SEMIÓTICA TEXTUAL Y TRADUCCIÓN AUDIOVISUAL (Raquel Segovia)

Introducción Lo que se expone a continuación gira alrededor de una cuestión que si bien ha sido destacada por los estudiosos de la traducción audiovisual, todavía está pendiente a mi entender, de una investigación más exhaustiva y completa: Se trata de la necesidad de realizar, a la hora de efectuar cualquier modalidad posible de traducción (doblaje, subtitulación, etc.), un análisis más detallado de todos los códigos que conforman un texto audiovisual. Éste es un aspecto crucial, ya que sólo cuando se ha llegado a una profunda comprensión del funcionamiento e interacción entre todos estos sistemas de signos puede llevarse a cabo con corrección, el proceso de transferencia de los códigos lingüísticos que denominamos traducción o transferencia lingüística audiovisual.1

Texto y el contexto La consideración e inclusión de todos los códigos plantea en primer lugar una redefinición de lo que entendemos por texto, ya que generalmente la concepción de la que parten la lingüística textual y muchos enfoques teóricos de la traducción, incluidos algunos de la traducción audiovisual, es la de que el texto es un conjunto de enunciados lingüísticos sometidos a análisis, ya sean éstos hablados o escritos. Sin embargo, tal definición parece obviar la existencia de otros sistemas de signos en los textos audiovisuales, que también pueden contribuir a la configuración de un enunciado. Es más, un texto audiovisual no tiene por qué contener necesariamente determinado material verbal para ser considerado como tal (por ejemplo, una película muda sin intertítulos debe verse también como un texto). En relación con lo anterior y en lo que se refiere al contexto, para la lingüística textual, el texto de un discurso hablado lo constituyen las palabras transcritas, considerando el contexto aquellas circunstancias en las que el acto de comunicación lingüístico tiene lugar (gestos del emisor y del receptor, situación en la que recibimos el mensaje, etc.). Sin embargo, de acuerdo con una concepción semiótica, ese contexto ha de ser concebido también en términos de texto. La diferencia pues entre un enfoque lingüístico y el enfoque semiótico del que aquí partimos, es que en el segundo la lengua -tanto en su manifestación oral como escrita- debe concebirse sólo como un sistema más dentro de un conjunto de sistemas de signos. Así, una definición más completa del concepto de texto sería la de todo mensaje articulado compuesto por un sistema de signos pertenecientes a diferentes sistemas semióticos, los cuales se combinan a fin de producir significado. Lo que entendemos por contexto entonces, son las circunstancias externas que forman parte de todo el proceso de comunicación; es decir, el emisor del texto (i.e., nacionalidad, productora, cadena de TV, etc.), el medio (i.e., película comercial, programa de TV, video, etc.), el año, lugar de producción y duración (i.e., 1994, 30

!ight 1 Una de las pocas excepciones al respecto es el estudio de los códigos corporales,

que ha llamado la atención de investigadores como F. Chaume (1997) y P. Zabalbeascoa (1997), los cuales han aplicado un enfoque semiótico al tratar la comunicación no verbal en los textos audiovisuales. 1

minutos, 120 capítulos, etc.) y el receptor o destinatario (i.e., público mayoritario, infantil, culto, femenino, etc.). Todos estos factores y elementos extratextuales, dicho sea de paso, también han de ser conocidos y tomados en consideración por los traductores, ya que influyen en su labor (por ejemplo el texto que se ha de traducir puede haber sido producido para el medio cinematográfico en el sistema de partida y sin embargo ser emitido en televisión en el de llegada). De ello se deduce que el trabajo de los traductores no ha de realizarse de forma aislada sino en contacto directo con los factores de ese contexto (por ejemplo, el canal de TV para la que ha de traducir), pues todos forman parte de la misma cadena de producción textual. Un método interdisciplinar La comprensión de la compleja concepción semiótica de los textos mediáticos, que como ya hemos dicho resulta fundamental para proceder a realizar cualquier transferencia lingüística, no resulta tarea fácil. Para ayudarnos en tal labor debemos echar mano de algunas de las investigaciones que al respecto han venido aportando otros campos de estudio de procedencia fundamentalmente anglosajona como son los llamados Estudios de Comunicación y Estudios Mediáticos (de Cine y TV). Estos Estudios se han servido de las corrientes de pensamiento y escuelas más relevantes de las últimas décadas (lo cual incluye no sólo la semiótica sino también el psicoanálisis, el feminismo, la narratología, etc.), y han enfocado tradicionalmente su interés en torno a los diferentes aspectos que conforman el sistema cinematográfico y televisivo, incluyendo el funcionamiento de los códigos que conforman los textos audiovisu!ales. El método de análisis previo al proceso de traducción ha de ser por tanto interdisciplinar, si bien han de tenerse en cuenta aquí varias cuestiones: En primer lugar, que las aproximaciones al análisis de los textos audiovisuales que ofrecen las diferentes corrientes pueden llegar a ser contradictorias. Además, algunas de las cuestiones que tratan siguen siendo objeto de múltiples debates dada su complejidad (por ejemplo, la clasificación de los géneros cinematográficos y televisivos). De ello deben tener conocimiento los investigadores de la traducción audiovisual, que en ocasiones parten de aseveraciones bastante discutibles y apriorísticas. Por otro lado, dada la diferente finalidad de los Estudios de Traducción con respecto a estos otros tipos de Estudios, el método de análisis de los textos audiovisuales ha de adaptarse a la práctica de la transferencia lingüística audiovisual. A este respecto se debe tener en cuenta que si bien los especialistas en traducción pecan en ocasiones de tratar únicamente los códigos lingüísticos, los especialistas en otros campos tienden a dar mayor relevancia a los códigos que conforman la imagen. Esto, dicho sea de paso, forma parte de una polémica ya clásica de la historia del audiovisual que se hizo más patente con la llegada del sonoro al cine, cuando se alteró la relación entre el texto y los receptores, los cuales pasaron a ser no sólo espectadores, sino también audiencia. Pero a pesar de la importancia del sonido en la gran pantalla, hubo una ausencia durante muchos años y en !especial en los inicios de la era sonora, de trabajos teóricos en torno a esta cuestión, debido a la consideración general de que la especificidad del “lenguaje” cinematográfico se fundaba sobre la imagen en movimiento. No ha de ser éste sin embargo el punto de vista del que ha de partir un traductor audiovisual. Por el contrario, éste debe considerar que el sonido y la imagen se complementan y que los códigos

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lingüísticos contenidos en ambos canales aparecen interrelacionados con los demás tipos de códigos. Sobre el método de análisis La finalidad que se persigue con un análisis previo a la transferencia lingüística audiovisual es someter el texto a un proceso de descomposición a fin de ver el papel que juegan los diferentes códigos. La lectura ha de ser lo más objetiva posible y se trata de asociar la presencia de ciertos códigos (significante) con una serie de significados reconocidos y aceptados por un colectivo de destinatarios (lectura). Partiendo de una versión adaptada del método que presenta R. Carmona (1996), podemos establecer las siguientes fases: 1. Segmentación del texto, tomando como unidad de análisis la secuencia. 2. Descomposición de los códigos de cada secuencia, a fin de ver cómo aparecen articulados los signos y su funcionamiento. Esto nos ayudará a ver la lógica interna de todo el texto. 3. Recomposición o montaje del texto, realizando una lectura “semiótica” para conocer cómo y por qué funciona el texto y evitar alteraciones e incoherencias textuales cuando operemos con el código lingüístico en el proceso de traducción. Se trata por tanto de someter el texto audiovisual a un proceso analítico que nos sirva para comprender mejor su estructura y el papel que juegan los diferentes sistemas de signos. Todo ello nos lleva a captar el sentido, que no puede comprenderse sólo con los códigos lingüísticos. De ahí que los métodos al uso para las traducciones escritas no sean suficientes porque en los textos audiosivuales no se traducen sólo los diálogos sobre papel, sino el sentido global, que sólo existe como resultado de una operación de lectura. En lo que se refiere a los códigos, J. Fiske (1987: 4-5) por ejemplo los define desde una perspectiva semiótica, como “sistemas de signos gobernados por las reglas y convenciones que comparten los miembros de una determinada cultura y sirven para generar y poner en circulación una serie de significados dentro de dicha cultura”. En cuanto a su enumeración, los códigos audiovisuales han sido clasificados de formas diferentes según los estudiosos. A este respecto he aquí una posible clasificación: - Códigos lingüísticos auditivos y visuales (diálogos, voces en off, letreros y carteles, letras de canciones, etc.). - Códigos corporales visuales (mímicos, proxémicos, de vestuario, de maquillaje, etc.) - Códigos de puesta en escena visuales (escenarios interiores y exteriores). - Códigos musicales auditivos (música diegética o extragiegética, etc.). - Códigos técnicos auditivos y visuales (movimiento y posición de la cámara, montaje, luz, ruidos y ambientes…). - Todos estos códigos conforman a su vez los códigos narrativos (que incluyen aspectos como los géneros y subgéneros, la historia y estructura del argumento, los personajes y la cuestión del punto de vista o las coordenadas espacio-temporales en las que se desarrolla la acción). - Y ya a un nivel superior, que podríamos calificar de “connotativo”, los códigos anteriormente mencionados se presentan organizados en códigos ideológicos (patriarquía, raza, clase, religión, sexo, etc), a fin de producir coherencia y aceptación social dentro de un determinado grupo social. Conclusiones

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Lo que diferencia a otras clases de traducción de la traducción o transferencia lingüística audiovisual, es el hecho de que una parte del texto original permanece inalterada, es decir, queda “sin traducir”. Ello se debe a que aparte de los códigos lingüísticos, tanto el canal visual como el auditivo, en calidad de transmisores materiales del texto, están compuestos de otros códigos que contribuyen a conformar las estructuras y reglas generadoras de significado. Pero el hecho de que el traductor no opere en principio sobre tales códigos, no significa que deba obviarlos o desconocer su funcionamiento, ya que como afirma Cebrián Herreros (1983: 139), “un sistema comporta el análisis de las relaciones, funcionamiento, solidaridad y coherencia de los signos. El cambio, sustitución o modificación de uno de los componentes repercute en el conjunto”! . El análisis semiótico de un texto audiovisual ha de observar por tanto las relaciones que se establecen entre los diferentes sistemas de signos que gobiernan la organización textual. De ahí que partir de una base fundamentalmente lingüística en este campo resulte insuficiente, como también lo es el centrar el interés únicamente en el canal auditivo (aparte de que el canal visual es asímismo susceptible de contener códigos lingüísticos). De ello se desprende la necesidad absoluta de que el traductor trabaje con el texto audiovisual completo y no sólo sobre papel con la Lista de Diálogos (algo que todavía sigue ocurriendo a veces en el mundo laboral). Desde el punto de vista de la enseñanza de esta especialidad, un análisis de naturaleza semiótico-textual debería considerarse requisito previo para realizar no sólo cualquier clase de traducción audiovisual, sino en general, para la práctica e investigación de otras clases de transferencias entre medios, como por ejemplo las adaptaciones literarias al cine o la TV. Tal tipo de análisis conlleva no obstante el estudio de determinadas materias complementarias pertenecientes a otros campos y relacionadas también con la historia y evolución de los medios audiovisuales. Sólo con un conocimiento más profundo a este respecto por parte de los alumnos y profesionales podrán evitarse errores como los que solemos encontrar y que no son debidos únicamente a un desconocimiento de la lengua de partida, sino a un desconocimiento cultural del medio. Referencias bibliográficas CARMONA, R. (1996): Cómo se comenta un texto fílmico, Madrid, Cátedra, Col. Signo e Imagen. CHAUME, F. (1997): “Translating non-verbal information in dubbing”, en F. Poyatos (ed.): Nonverbal Communication and Translation. New Perspectives and Challenges in Literature, Interpretation and the media, Amsterdam-Philadelphia, John Benjamins, 315-326. CEBRIÁN HERREROS, M. (1983) Fundamentos de la teoría y técnica de la información audiovisual, 2 vols, Madrid, Mezquita. FISKE, J. (1987): Television Culture, London and New York, Routledge. SEGOVIA, R. (1999): “La importancia del análisis textual en la traducción de productos audiovisuales”, en M.A. Vega y R. Martín-Gaitero (eds.): Lengua y cultura. Estudios en torno a la traducción (vol II de las Actas de los VII Encuentros Complutenses en torno a la traducción), Madrid, Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores, 493-502.

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STAM, R. et al. (1996): New Vocabularies in Film Semiotics: Structuralism, PostStructuralism and Beyond, London & New York, Routledge. ZABALBEASCOA, P. (1997): “Dubbing and the non-verbal dimension of translation”, en F. Poyatos (ed.): Nonverbal Communication and Translation. New Perspectives and Challenges in Literature, Interpretation and the media, Amsterdam-Philadelphia, John Benjamins, 327-342.

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