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SANAR LA HERIDA CON LA MADRE UN RETORNO A LA ESENCIA FEMENINA TALLER DE AUTOCONOCIMIENTO Y CREATIVIDAD FEMENINA Coordina

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SANAR LA HERIDA CON LA MADRE UN RETORNO A LA ESENCIA FEMENINA TALLER DE AUTOCONOCIMIENTO Y CREATIVIDAD FEMENINA Coordinado por GERMANA MARTIN

CUADERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS

I’ll Always Hold You, pintura de Gioia Albano

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin

LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 1 ALGUNAS VOCES SOBRE EL MITO “Perséfone y Deméter representan un patrón común madre-hija, en el que una hija está demasiado cercana a una madre para desarrollar un independiente sentimiento de sí misma.” JEAN SHINODA BOLEN

“Además de la dinámica familiar, la cultura en la que vivimos también condiciona a las niñas a equiparar la feminidad con la conducta pasiva y dependiente.” JEAN SHINODA BOLEN

“La típica pequeña Perséfone es una ¨niña buena¨, tranquila, sin pretensiones, la clase de niña que suele estar vestida de rosa y con volantes, como una muñeca. Suele ser una niña de buena conducta, que quiere agradar, hace lo que le dicen, y se pone lo que eligen para ella.” JEAN SHINODA BOLEN

“Una hija Perséfone suele ser una ¨niña pequeña de su mamᨠinmovilizada en un modelo de relación con su madre tipo Deméter-Perséfone.” JEAN SHINODA BOLEN

“Aunque la madre parece ser fuerte e independiente, esta apariencia suele ser engañosa. Puede que refuerce la dependencia de su hija para mantenerla cerca. O tal vez necesite que su hija sea una extensión de sí misma, a través de la cual vive por delegación.” JEAN SHINODA BOLEN

“Perséfone es arrancada de la inocencia (inconsciencia) de la vida cotidiana hacia una conciencia más profunda de sí misma por Hades. Se ve iniciada en los misterios sexuales y se entrega a Hades, convirtiéndose en su consorte…. Pierde su virginidad, su ¨unicidad en sí misma¨… Se convierte en la Diosa del Hades.” MAUREEN MURDOCK

“El momento del salto adelante para una mujer es siempre simbólicamente una violación –una necesidad– algo que se apodera de ella con poder irresistible y supera toda resistencia.” HELEN LUKE 3

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin “La pasividad y la dependencia son los problemas esenciales de muchas mujeres, porque el entorno refuerza el arquetipo y, de este modo, dejan de desarrollarse otros aspectos de la personalidad.” JEAN SHINODA BOLEN

“Antes de su rapto, Perséfone era una mujer-niña que no era consciente de su atracción sexual ni de su belleza.” JEAN SHINODA BOLEN

“Perséfone es arrancada de sí misma como hija de su madre y entra en las profundidades de su alma… la pérdida de su antiguo sentido de sí misma y la sensación de estar perdida, confusa y sumida en la depresión, para descubrir al fin que en estas profundidades yace un nuevo sentido de sí misma. El derrumbamiento se convierte en descubrimiento.” MAUREEN MURDOCK

“Ha comido la comida de Hades, ha tomado en sí misma la semilla de la oscuridad y puede ahora dar a luz su nueva personalidad propia. También su madre puede hacerlo.” HELEN LUKE

“Perséfone se convierte también en madre, teniendo a su vez una hija que muere en ella y luego renace.” MAUREEN MURDOCK

“…El papel de madre consciente sólo puede llegar cuando rompemos los vínculos inconscientes que todas nosotras tenemos con nuestra madre personal y arquetípica. Cuando diferenciamos nuestra propia naturaleza femenina de los aspectos heredados de nuestra madre, tanto los positivos como los negativos, podemos empezar a hacernos de madre a nosotras mismas de manera más saludable, y también ser la madre de nuestros hijos de un modo más consciente.” CONNIE ZWEIG

“Toda mujer contiene en sí misma a su hija, y cada hija a su madre; todas las mujeres se extienden hacia atrás, hacia su madre, y hacia adelante, hacia su hija.” CARL GUSTAV JUNG

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 2 GRACIELA COHEN EL OTRO COMO ESPEJO1 Si me preguntaran cuáles son los dos temas fundamentales que pueden ayudarnos a despejar el malestar que se adueña de nuestro presente, diría que uno es la noción de “el otro como un espejo”, y el otro es "el sentimiento de compasión”. El primero nos ayuda a liberarnos de prejuicios y creencias con los que construimos una versión novelada de nuestra historia, de quiénes somos y qué nos pasa, y el segundo nos da la comprensión que necesitamos para pulir nuestro corazón y derretir con ternura el frío que sentimos por el miedo de vivir. Aunque ambos están unidos íntimamente hoy vamos a entrar en la noción de “el otro como espejo”. Comencemos desde el principio: Sabemos que un espejo es un instrumento que refleja la luz en forma de imágenes; y así como el estudio de la naturaleza de la luz es muy profundo y preciso, llegar a comprender cómo y qué reflejamos entre nosotros implica gran complejidad. ¿No te resulta asombrosa esa posibilidad? Cuando me pregunté cómo era posible que nos reflejemos en el otro, la respuesta la encontré al saber que uno de los mayores descubrimientos del funcionamiento de la mente humana es la verdad psicológica de que ¡¡cualquier cosa que deseemos esconder la proyectamos en los demás!! Observar esto con detenimiento y comprometer mi propia experiencia en la observación me fue ayudando con el tiempo a encontrar mayor serenidad al no tomar las cosas como una propiedad privada. Así se fue liberando en mí un espacio de creciente atención amorosa, unido a una comprensión cada vez más abarcativa. Después de más de veinticinco años de trabajar con personas, puedo decir con certeza que escondemos, y por lo tanto podemos proyectar, tanto lo que nos avergüenza como lo que no nos animamos a expresar. Tanto aquello de lo que nos queremos deshacer como lo que nos sentimos incapaces de asumir. O sea que contamos con dos movimientos diferentes para ubicar fuera nuestro tanto lo que nos disgusta como lo que nos gusta, tanto defectos como cualidades, tanto rechazos como anhelos, tanto el odio como el amor. Por lo tanto utilizar la noción del “el otro como espejo” es una clave para indagar en nosotros y encontrarnos con un mundo complejo, hecho de refracciones, interferencias, polarizaciones, inversiones y dispersión. Estos movimientos son distintas formas que puede tener la dinámica del proceso de proyección sin el cual no podríamos reflejarnos y que en nuestro universo humano actúan en tres esferas: una es la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos, otra es la forma en que nos vinculamos con los otros,

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Graciela Cohen, artículo tomado del sitio web: Centro Gestáltico de Estudio y Meditación Luz de Luna (www.luzdeluna.org.ar), agosto de 2004.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin y la tercera es acerca de cómo nos interrelacionamos con los hechos del destino, la realidad, Dios o como quieras llamarlo. En estos tres universos se desarrolla nuestra vida y allí es donde proyectamos nuestras imágenes e ideas. Utilizando la noción “del otro como un espejo” podemos descubrir más de una verdad personal. Entonces, así como la excelencia de un espejo depende de su pulido, también en nosotros cuanto más pulimos nuestra mirada, más claridad obtenemos acerca de aquello que reflejamos, y esta experiencia que es abierta e inacabada nos forma y nos ayuda a madurar. Por lo tanto un Sócrates, para dar un “ejemplo filosófico y contundente”, puede ser un espejo donde por contraste podemos vernos cobardes, o por semejanza, descubrir el deseo de ser verdaderos. El gran poeta Walt Whitman lo sintetizó maravillosamente cuando dice al final de Canto a mí mismo, “me contradigo, pues si me contradigo, soy inmenso y contengo multitudes”. Sí... “somos inmensos y contenemos multitudes” ya que sólo el ser humano puede moverse en diferentes dimensiones de ser. Frente a una roca podemos ver firmeza o dureza, en una flor podemos ver fragilidad o gracia, nos inspiramos al imaginar el vuelo de los pájaros o el delicioso sabor que paladean las abejas y todo esto son sólo proyecciones. El sentimiento de alegría que nos puede inundar cuando vemos un picaflor o el impacto repentino que sentimos al ver el movimiento enloquecido de las copas de los árboles mezclándose con el viento o el respeto frente al poder de un león, todo esto es algo que agregamos nosotros. Nuestra dureza o gracia no son comparables con la de una roca o una flor, nuestro vuelo o la sensación de delicia no tienen nada que ver con el de un pájaro o una abeja, nuestro poder no tiene nada que ver con el de un león, porque nuestro crecimiento no va por caminos únicos ni responde a un viaje programado. Quizás alguien piense o suponga que podemos rememorar un antiguo saber, de todas maneras no podemos dudar que sigue siendo la experiencia de un ser humano. No estamos terminados al nacer, estamos continuamente cambiando. Lo que estas identificaciones sólo nos muestran es que “somos inmensos y contenemos multitudes”, y en el camino de encontrar los puentes hacia nosotros mismos nos vamos reflejando a partir de la capacidad humana de proyección, que vamos madurando a través del vivir. ¿Y cómo logramos ser más conscientes de ella, fluir y reconocer los obstáculos que de allí surgen cuando nos relacionamos? Observando nuestros pensamientos habituales, sus juicios, basados en la culpa y el miedo, e indagando en las reacciones emocionales que resultan de ellos. Y nos preguntamos ¿cómo hacerlo? Los terapeutas gestálticos somos expertos en el encuentro y desarrollo de recursos que favorecen estas comprensiones, me gustaría compartir contigo algo que conmigo compartió mi amiga Suravi, una clave que le dio Katie y que ella practica como un koan y difunde con pasión. Es una manera sencilla que llevada adelante con constancia ayuda a entrar profundamente en la complejidad, liberándonos de la complicación. 6

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Se trata simplemente de que cuando se me ocurre algún pensamiento enjuiciador me pregunto ¿esto es verdad? ¿Estoy segura que esto es verdad? Comencé a practicarlo llevada por el entusiasmo de esta red de mujerescuradoras, entonces si pensaba “Mi compañero ha dejado de amarme”, “Mi hija es desconsiderada”, “Necesito más dinero para llevar adelante mis proyectos sociales”, inmediatamente me preguntaba ¿es cierto? “Quiero que mis alumnos me presten más atención”, “Mi amiga Sara es egoísta”, “Mi padre no debería fumar tanto”, inmediatamente me preguntaba ¿estoy absolutamente segura que es verdad? Empecé a detenerme, a observar esas ideas y al lograr mirarlas con una atención amorosa, o sea sin agregar ningún juicio, entrando en una pausa, comencé a darme cuenta que si era sincera conmigo misma no podía decir que lo que se me ocurría era absolutamente cierto; y cuando busqué pruebas para justificar mis argumentos y las miré con verdad en el corazón descubrí una y otra vez una cantidad de trucos increíbles para seguir practicando el deporte más exitoso de todos los tiempos: tener razón, jugar a ser dios, crear mi propio mundo perfecto y anunciar a mi audiencia interior que yo, los otros y el destino mismo de la humanidad debían seguir mis ideas. Lo empecé a ver tan ridículo que el solo y simple hecho de preguntarme ¿eso es verdad?, me empezaba a causar una risa interna liberadora e incontenible cada vez que me hacia la pregunta. Aun así me di cuenta que a pesar de lo débil o absurdo de mis ideas no podía dejar de pensarlas, inevitablemente me enfrenté con el impacto de reconocer que, aunque frente a la observación, esos pensamientos demostrasen ser frágiles, igual me provocaban una serie increíble de reacciones y estados de ánimo. Si me venía a la mente, por ejemplo, “mi compañero no me quiere” podía llegar a inhibir mi alegría con él como si solo estuviéramos ligados por la tristeza o el enojo, o si pensaba “mi hija es desatenta” me mostraba demandante con ella como si me debiera algo. Y al revisar con cuidado y honestidad cada juicio, la idea de “mi compañero no me quiere” se podía transformar en “yo no lo quiero” o “no me quiero a mi misma” o “mi hija no me considera” en “yo no me considero” o “yo no soy considerada con mi hija” y así... así. Entonces observar mis pensamientos y aprender a hacerlo con amor, ir más y más dentro de mí, observar cada situación mirándola como un espejo y darme cuenta lo que proyectaba en ella ... se convirtió para mí en una práctica en sí misma que me fue liberando de un malestar innecesario, recuperando así la realidad del presente. Lentamente me torné hacia mi corazón y un sentimiento de amistad por mí misma, por los otros y por los hechos de la vida se transformó en un visitante esperado, y compartir esto es mi modo de amistad ya que es una manera de curar un tema común que nos lleva al error de sentirnos solos y fuera de la vida. Sin darnos cuenta nos volvemos adictos a estas ideas automáticas, las sembramos dentro de nosotros con respuestas emocionales y cosechamos de estas semillas hábitos en forma de comportamientos, provocándonos desconcierto y ajenidad. Vivimos entonces en una atmósfera interior negativa y 7

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin pesada que nos llena de frustración y tensión, nublamos nuestra percepción de nosotros mismos, definimos un comportamiento sin logros y desconocemos nuestros límites en la cooperación con los hechos de la vida. Así comprobé que la sensación de sentirnos un poco desequilibrados es el resultado natural de esta atmósfera interior alimentado por un estado mental basado en la comparación y construido entre culpas y miedos. Si nos habituamos a este clima podemos llegar a la idea de que esto es lo normal. Por otro lado comprobé que la vida se hace más sencilla cuando dejamos de luchar con nosotros mismos y con el otro, o con las cosas que no podemos controlar, y que las relaciones se hacen más fluidas si logramos recuperar un centro en equilibrio, siempre balanceándose, perdiendo y encontrando su armonía en constante cambio. Estamos diseñados en base a pautas de conexión entre diferentes mundos: el interno y el externo, el yo y los otros, la paciencia y la impaciencia, la mujer y el hombre, una manera de compartirlo contigo es pensar que podemos vivir de tres modos diferentes esta conexión. Una es el modo de la locura, donde el centro de la persona está “fuera de sí” o sea fuera del interior de la persona que vive su presente en constante enemistad, la segunda manera es la de los sabios o santos verdaderos que están “en sí”; o sea su centro está en contacto con lo que se llama sus voces o guías interiores, reconocen su centro en un sentimiento de amistad creciente con su ser interior. La tercer manera es la de los llamado “normales” que somos la mayoría y que estamos un poco afuera y un poco adentro buscando siempre el equilibrio, perdiendo y encontrando los componentes de cada mundo y los puentes de unión entre ellos. Entonces cuando más buscamos en nosotros, más nos acercamos a nuestro ser interior y al ir encontrándonos nos damos cuenta que es infinito. Y cuando más buscamos fuera nuestro, descubrimos que también la búsqueda es infinita. Y al darnos cuenta que podemos estar en el medio de esa infinitud, evocamos una armonía y nos convertimos en un puente de amistad. Como seres humanos pertenecemos a la superficie y a la hondura, a la tierra y al océano. Otra forma de decirlo es que pertenecemos a lo que está fuera de la piel y a lo que está dentro de la piel. Podemos vivir en la tierra, pero no siempre. Si cada tanto no volvemos al mar nos secamos, sin empaparnos con algo de rocío nos opacamos, estando tan volcados hacia el mundo nos endurecemos con máscaras exageradas y si nuestras manos no se abren cada tanto tomando algo vivo languidecemos recordando con nostalgia un poco de amor. Es así como le damos vida al alma y nos hacemos fuertes. Entonces, incluir la noción del “otro como un espejo” se transforma en una gran guía que nos ayuda a madurar la aceptación de ambos extremos, y al reconocer lo que proyectamos podemos hacernos más fuertes y sentir una autoridad interior que nos permite ser creadores y participes entre lo que está fuera nuestro y lo que está dentro nuestro. De este modo nos vamos sintonizando con los insistentes caminos de la vida, que con su irresistible atracción nos impulsan inevitablemente hacia algo opuesto donde podemos descubrir algo esencial de nosotros mismos.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Incluir la noción del “otro como un espejo” nos da un soporte para ir más profundo en todo lo que se refleja y encontrar sentimientos y anhelos que son la base que nos realiza como humanos, entonces, al descubrir lo que está por debajo del dolor genuino, quizás encontremos el hambre de amor, o en las excesivas exigencias un camino equivocado de encontrar la bondad, o nos reencontremos con nuestro propio poder al desenredarnos de la confusión, o acercándonos con delicadeza a nuestras heridas y cobrando fuerza para estar “a cielo abierto” podremos sentir la libertad de salir de los espejismos. Recuerdo una historia: Un día el sheik de Jaipur invitó a su palacio a pintores, algunos venidos de China y otros de Grecia, y les encargó que decoren con frescos dos muros enfrentados. Fue colocada una cortina entre los dos grupos que trabajaron día tras día sin ver la tarea del otro. Mientras los chinos usaban toda clase de pinturas y dibujaban con gran dedicación hermosas y delicadas figuras, los griegos pulían y alisaban el muro sin descanso, tomados por una gran confianza. El día convenido, el sheik se presentó con parte de su corte en el gran salón. Primero fue a ver el lado de la cortina donde se encontraban los pintores de la China, quedaron impactados al ver tanta belleza. El sheik era amante de todas las artes y en especial de la pintura, entonces declaró sin sombra de dudas que era imposible concebir algo más hermoso. Pero cuando la cortina fue corrida, las pinturas de los chinos se reflejaron en el muro que los griegos habían pulido a la manera de un espejo, y algo inusual sucedió. El sheik cayó en una extraña calma, era como si gotas de agua pura lo lavaran y limpiaran por dentro, las mujeres de la corte estaban brillantes como flores después de la lluvia, los griegos, los chinos, el sheik y su corte, todos se sintieron sorprendidos ¿era posible que un reflejo fuera más hermoso que el original? ... no era posible... estaban sorprendidos y las miradas se encontraban y se convertían como por arte de magia en amistad y todos se sintieron unidos más allá de la comparación. Esa noche el sheik durmió envuelto en una sensación de gran calma y soñó con manos de niños. A la mañana siguiente cuando se despertó resolvió con sencillez algunos temas que hacía mucho que lo preocupaban. No podemos saber con certeza qué le paso al sheik, pero sí sabemos que los niños pueden ser una gran fuente de inspiración ya que reflejan las cosas con absoluta claridad. Son un espejo... ríen y lloran en equilibrio y así como las plantas van hacia la luz los niños nos muestran cómo es vivir en una posición no-comparativa y espontánea. Podemos rozar ese clima liberador si aprendemos a utilizar esta capacidad de la conciencia de reflejar, y enfrentamos con honestidad lo que allí se nos muestra como un camino de vuelta hacia nuestras verdades. Todos los que saben han dicho que “la verdad libera”, entonces es así cómo las máscaras dejan de disimular el rostro original, cómo una fuerza vital nos mueve, siembra nuestros campos y nos permite una espera con sentido, es así cómo recuperamos una certeza que se refleja en una delicada y tenue luz, y que nos indica que, aunque tengamos la sensación de estar perdidos, siempre hay algo dentro nuestro que nos acompaña con amor. 9

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 3 CLARISSA PINKOLA ESTÉS EL ARQUETIPO DEL NIÑO/NIÑA SIN MADRE2 “…Ese es el verdadero triunfo del “abandonado”; la tremenda batalla ganada, que no es la de luchar por la supervivencia sino por la creación, por darse y crearse una vida llena, plena y buena, por lograr la prosperidad. Las personas que tienen este arquetipo activo, se distinguen por una respuesta de querer hacerse invisible, desaparecer, estar desprotegido, o regresar instantáneamente al pasado cuando sienten amenaza o mal trato por parte de otro adulto. Lo importante es saber que este arquetipo tiene una llama interna que puede y debe ser encendida. Esa llama sigue ahí, jamás se apagó y jamás se apagará aunque no la tenga brillando en este momento. Aunque haya sido humillado, retirado y castigado como persona. Esta llama la enciende y la cuida la madre interna. Para desarrollar la madre interna hace falta tener un deseo de amor incondicional y respeto hacia uno mismo. No se trata de buscar amor (externo) de otros a toneladas hasta que te salga por las orejas. Esto les dejará insatisfechos. Se trata de tener la madre guía, la que señala los puntos buenos y malos, la que tiene consciencia, intuición. La sabiduría consciente que te guía. La que cuando te guía te está amando (amar = mostrar guía). La que pone luz en la oscuridad. Cuando un bebé crece en normalidad, su infancia le reporta la sensación de paraíso: cuando tiene hambre, es alimentado; si tiene frío, se le da calor. Es aquí donde obtiene la grata sensación de vivir, de ser aventurero, viajante en la vida. Más tarde, cuando es niño y va al colegio, se sale del paraíso y recibe mordiscos, o malos tratos de otros niños, etc. Debe enfrentarse con aspectos más oscuros del ser humano. El enemigo está fuera. Pero cuando ese niño crece en una familia donde sus enemigos son el padre o la madre porque no atienden/no saben atender sus necesidades, ese niño se cría a la defensiva. La respuesta que aprende es que la vida no es un paraíso sino que hay que defenderse. Crece sin guía en el exterior (sin función de madre). Ante cualquier estímulo, suele responder a la defensiva (es un elemento distintivo del arquetipo “huérfano”). Tienen miedo de ser viajantes por la vida porque perciben sus amenazas. Aprenden a incrementar su sensibilidad para “averiguar” o “adivinar” de dónde les vendrá la próxima amenaza, patada o bofetada, se hacen muy intuítivos. Se convierten en adultos “en alerta”. Y normalmente no sólo pueden prever o identificar a las personas negativas sino también a las positivas. El problema es que tienen una fuerte tendencia a suprimir o destruir su intuíción. A despreciarla, a minusvalorarla, especialmente si seguirla les supone una pérdida externa de amor (perder a personas). Hay dos tipos de malos tratos en el arquetipo huérfano: Abuso: pegar, insultar, humillar, castigos inapropiados, gritos, cualquier estímulo que provoque una innecesaria respuesta de lucha en el niño. 2

Artículo tomado de la página web: Holistika.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Negligencia: La madre no presta atención a los sentimientos o necesidades del niño (no lo coge bien para amamantarlo, etc.) y el niño no siente seguirdad. Primeramente, lo vuelve melancólico, y con el tiempo se vuelve desesperado, deprimido. En la mayoría de los casos se da porque la madre es inmadura (ya sea por edad o por inmadurez psicológica –internamente no ha crecido, no tiene madre). Cuando la luz (la consciencia) es puesta sobre este arquetipo, el abuso o negligencia se desvela con significado. La circunstancia del abuso no es un sinsentido. Se desata el tremendo poder, la tremenda intuición. Los mejores sanadores son niños sin madre. Y los artistas, los músicos, todo aquél que vive con la mano puesta en el corazón, a la escucha del corazón. Llegando a la adolescencia, el abuso tiene mucho que ver con la identidad. Saber quién es uno. Y quién será la semana que viene. El dolor de estar solo. Sentirse como un árbol con las raíces fuera, buscando una tierra donde plantarse. El abusado suele tener problemas de identidad, de estabilidad en el tiempo de su identidad. La frialdad: no tener amigos, no hablar con los vecinos. E incluso, aunque se tenga amigos, el abandonado siente frío interno. Frío por estar apartado de uno mismo. Suele tener problemas para querer a los demás y también a sí mismo. Respuesta ante sonidos. Hay bebés que enseguida lloran y se agitan ante estímulos sonoros mientras que otros no. A los sensitivos, lo peor que les puede pasar es que sean “niños sin madre, abandonados”. Si les rascas, prácticamente empiezan a sangrar. Se les denomina “los sin piel”. Tienen los nervios sin proteger por la piel, expuestos. Su preocupación como adultos es “crecer la piel”, que no es más que el proceso de aprender a que no les llegue hasta el corazón todo lo que les ocurre. Por eso son tan intuitivos, porque ven, oyen y sienten de manera acentuada. La mala noticia es que duele. La buena noticia es que si lo notas (sentir el dolor) entonces puede ser curado. Las cicatrices se verán (no queda igual que si no hubiera sido dañado) pero serán motivo de orgullo. Serán un reflejo de tu fortaleza, un mapa de tus tesoros. La psique del huérfano tiene un hambre terrible, una soledad terrible que le hace o le lleva a recorrer compañías de las peores, hábitos no saludables, todo debido a ese sentimiento de soledad. Se tiene hambre de personas hasta llegar a la obsesión, hambre instintiva. Hambre de consumir personas. El bebé que puede chupar de la teta de la madre, deja de tener hambre. Pero el que no puede hacerlo, está hambriento continuamente. El huérfano tiene problemas para darse alimento psíquico a sí mismo: reconocimiento, amor, autoestima, respeto. Y trata de conseguirlo fuera. Otra característica es el amontonar cosas por si luego no hay, por si luego no tengo. Esa sensación de “por si acaso falta”. Está tan cerca de la muerte psíquica que parece que no la va a superar. Pero ese es el verdadero triunfo del “abandonado”. La tremenda batalla ganada, que no es la de luchar por la supervivencia sino por la creación, por darse y crearse una vida llena, plena y buena, por lograr la prosperidad."

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 4 POEMAS DE NARA MANSUR CAO La poeta Nara Mansur Cao3 nos brinda en su libro Manualidades (premio Nicolás Guillen 2011) una lírica feminista que describe la entrañable relación entre una madre y su hija. A través del diálogo, expresado en poemas, con su hija Emilia. Con bellas y profundas imágenes de lo cotidiano y familiar nos va llevando en un juego de espejos que reflejan la visión que cada una de ellas, madre e hija, tiene de la otra.

Vivir en el corazón de una palabra Hablar de poesía es una tentación, Emilia Hablar de Emilia, es una tentación, poesía o a lo mejor una necesidad. De todas formas –confieso– para mí no hay tarea fácil hoy día. Cómo viene la lucidez, la ternura a vincularse con la memoria y los sueños, cómo Emilia, los sucesos, y comprometernos con algo. Emilia, debo este poema, para que torne forma sin explicarte demasiado… Ah, lo vano. Ah, la vanidad de la mamá que desea decirte algo importante como si no hubiera entendido que tú te enteras de todo lo poético a tu alrededor. Sabes estar sola, tú, con tu propia cabeza y adentro lo que mamá no sabe no ve, no huele, no toca, no oye. Pero estoy a tu lado, mirando lo que tú miras y te pongo el mismo perfume y me imagino alguna probable coincidencia futura, alguna tentación común y necesaria.

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N. del E.: Nara Mansur Cao, nació en La Habana, Cuba, en 1969. En la actualidad vive en Buenos Aires, Argentina.

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Para bailar “No, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando, y las penas se van cantando.”

Mamá debe dejar de llorar, dejar su energía ultrautópica detrás, aceptar esta zona tibia donde vivimos, confiar más en papá, dejarme dormir y no irme a ver cada dos por tres. Mamá no debe meterse en la cuna conmigo para saber si yo respiro, si Emilia está vivita y coleando. Es que viste a una actriz hacer eso y te dan ganas de actuar aquí en la casa. Porque mamá es una actriz de su casa, le gusta hacernos reír entre otras cosas. Tampoco debe preocuparse tanto porque a papá le preocupe que se le caiga el pelo, debe dejarlo un poco así, mirándose en el espejo del ascensor de vez en cuando. Como se deja a ella misma mirarse las nalgas en el ascensor, a ver si algo ha cambiado para bien o para mal o para igual. ¿Seguirán siendo dos? ¿Seguirán estando ahí las nalgas de mamá? ¿Será que de verdad se acabó una idea de política para todos? ¿Se acabó toda política posible? Y el modo en que circula el dinero, mamá, cómo se gana, para qué sirve, contra qué se cambia.

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Sangre de mi sangre Si alguien te dice, Emilia, que estas páginas se parecen a otras diles que sí que sí que sí que sí que sí que sí seguramente mamá hizo copy paste, hizo café, te gritó con palabras de otros con la cabeza de otros con lo que otros tienen en la cabeza diles que Cuba sí yanquis no, diles eso también. es que te amo demasiado, no sé si todo los que ambas necesitamos como saber cuánto se quiere y cómo hablar de eso. Y los sueños monstruosos, las pesadillas cómo se cuentan cómo se olvidan. Y los zapatos ¿podremos guardarlos en un cristal, cuidarlos hasta que lleguen las mariposas de lunares amarillos? Si alguien pica en la frente a mi niña que sea la bárbara abeja, con un solo aguijonazo le enseñará la sordidez natural que no es tan grave porque la propia naturaleza la creó. Como al vino y al vinagre como a la grasa y la cebolla, esas lágrimas naturales que no te asusten ni el olor en la boca, ni el beso de un hombre o una mujer que fuma. Que todo eso te toque y te conmueva, que la vida te levante y te espante al mismo tiempo. Te veo y te olvido, te beso, te toco, te huelo, te sueño y si duermes la siesta por más de dos horas ya te extraño y te necesito. También eso me espanta. Qué débil se hace la carne de la madre y del padre, cómo cuidar de ti en ese estado. Es que la madre tiene miedo y la niña no. La niña no siente tanto frío tampoco. ¿Tendrá mamá que usar yelmo y armadura, chupete, guantes y azabache? Si alguien te dice que mamá se chupa el dedo, que exageró acerca de tu belleza, que envejeció de pronto, que se puso flaca, que la vieron volando en una escoba por la casita de la calle Paula, ríete Emilia, ríete de lo lindo, que mamá va a estar haciendo lo mismo. Mamá va a jugar, a gozar de tal suerte como nunca antes. Mamá nunca hizo algo así antes ni lo soñó.

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Mamá y papá van juntos a todos lados Tanta belleza me oprime como la espera que regresa o la ropa de abuelo Cao toda de caqui mirándonos almidonada, siempre un poco cortos, encogidos sus pantalones. Tanto acto por empezar siempre, siempre tantos aplausos dispuestos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… vamos todos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… vamos todos. Di a dónde, mamá. A dónde se fue Pilar y la niña a la que regaló sus zapatos. A dónde no se fue Emilia, a dónde no te vas a ir. Con antifaz y banderola triste el payaso te hace sonreír. Con los pelos rizados y rubios como los de la oveja del libro vas a menear la cabezota de un lado a otro y oír a abuelo Jorge que me dice: “chivita, mi chivita, qué linda”. Hace muchos años. Quizá pienses que mamá no se sabe defender y quiere que papá la acompañe a todos lados: a pagar los impuestos, a comprar tomates, a cortarse el pelo al teatro, al supermercado donde nos super roban donde nos super miran con los super ojos si no nos alcanzan las sub monedas, los esclavos que allí trabajan. Mamá, ¿qué es ser un trabajador del supermercado? ¿Por qué dices que son como unos esclavos de antes? ¿Por qué trabajan los días feriados? ¿Por qué dices que siempre un comerciante es deshonesto? Sin pelos en la lengua, sin dinero en la cartera puedo pensar que mamá se defiende mejor, puedo oír cómo chirrían sus dientes y muerde el aire general (electric) que a veces la atraganta pero casi siempre lo sopla con más besos y alegres trompetillas para mí, para mí. Mamá y yo. Mamá y yo.

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 5 POEMAS DE ANA ISTARÚ4 Deliciosos y fecundos poemas que invitan a disfrutar de la experiencia femenina del gestar y dar a luz.

Testimonio Yo, la que yació sobre su lomo arqueada en buena lid, la que bebió entre ahogos los cálices del semen, pues visto está, yo soy las fauces de la luz; la que tornó en sarmiento y crecimiento constante ese licor profano venido de varón; la que forjó en umbrosos yacimientos carnales un cordero de sueño, un pájaro aturdido, un extracto del ángel donde brillan mis genes; la que ha mirado abrirse en abanico su entrepierna, la que arrancándose del vientre rayos, peleando con el león de su dolor, girando como un viaje de centauros por su cuerpo, he dado a luz; yo, quiero testificar: estoy aquí frente a este ser que tiembla, el que emana una esencia de gardenias calientes. Beso sus pies calizos. Reverencio el desgarrón del oro en su pañal. En su saliva toco la leche del vacío, lo que mueve a mis pechos a abrir sus surtidores. Estoy bajo el embate de la dicha, doblada por el talle. Soy otro ser que tiembla, transparente. Yo, la del pelambre de loba, la del anca cobriza y garra restallante, soy su rehén. Nadie pretenda quebrantar mi cautiverio.

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N. del E.: Ana Istarú, poeta y actriz costarricense, nació en San José en 1960.

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Alumbramiento vino de mí salió del fondo el médico aplaudía yo vine con el mar en la barriga como un intenso parasol un mapamundi yo era la esfera que rodó en la madrugada de corazón latí como un caballo lo digo así es que la crin me perfumó el vientre se movía como suelen moverse los rebaños venía con mi molusco mi amapola mi potranco con mi gorrión redondo yo no podré faltar jamás me dije a nuestra cita así que estoy aquí con esta fiesta brincando por el talle hice mi baile de rosas mi aleteo mugí como los barcos el vientre daba vueltas me esperaba oculta en el carmín donde el médico buscaba con su ceño yo empujaba el ventarrón del orbe en mi testuz soplaba como un faro como los dioses marinos de los cuentos una granada real a punto de volar recuerdo que por suerte César me retuvo del cabello estaba emocionado sin saber si tintinear o si envidiarme de entero dedicado a mis pulmones expirando inspirando y expirando me miraba de adentro de sus ojos como sólo una vez me mirará en toda la vida de su vida 18

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin y a mi vientre que cambia de paisaje y así vino de mí salió del fondo nos bendijo de un golpe con su grito se puso a beber sol como una fiera de lana o amaranto yo estaba enamorada y me reía de loca de centella de rodillas quería besar el sexo el vellocino de César que lloraba tomar a mi criatura correr a derrocharla por las calles qué llovizna de leche que cabalga toda la luz del mundo en el pezón

Venus encinta Pleamar soy, curvatura: Venus hermosa Saliendo de su baño con los pechos en punta, negrísimas sus flores compitiendo en latitud con la Pulpa preciosa de su vientre redondo como vela repleto como el mundo.

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Despedida Te irás del sótano salino de mi carne. Ya no estaremos nunca tan cerca como ahora. Yo seguiré cantando mi gravedad marina, domeñando el rugido de tierra de tu parto hasta llenar la estancia tan alba del vacío con tu ser deslumbrante. Ese cordel de sangre del centro de tu talle lo cortarán. Jamás serás de nuevo mi cometa secreto, el capullo de rafia, el cosmonauta asido a mi matriz. Cortarán ese lazo de savia sin regreso y llevarás por tanto mi nombre sobre el vientre como un botón rosado, allí donde mi amor no pudo más e imprime su cóncavo dedal de despedida. Ya no estaremos juntos como juntos estamos, atados como liquen. Vas a nacer. Por siempre soy tu animal materno. Donde quiera que vaya la hoguera de tus pasos tenderé una señal, un eslabón de viento, un trazo que nos ate más allá de la tierra, un dibujo invisible que nada lo lacere. Un rayo interminable donde mi amor transite y viaje de mis senos a tu boca candente. Un rayo que yo pueda ponerme entre los labios cuando su azul letargo me tienda al fin la muerte.

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Al dolor de parto Hola dolor, bailemos. Serás mi amante breve en este día. Tu sirena de barco, tus anillos sonoros en mi boca: ya lo sé. Oh bestia de Jehová, muerdes a quemarropa. Hola dolor. Bailemos, qué más da. Ya te miraré arder, rabioso, solo en tu ronda y yo botando espuma por los pechos, gozando al reyezuelo, oliendo el grito de oro del niño que parí.

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Vida Vida: sella mi pacto contigo. Hunde tus brazos azules por el arco de mi boca, derrámate como un río por las salobres galerías de mi cuerpo, llega como un ladrón, como aquel al que imprimen en la frente de improviso el impacto quemante de la dicha, como quien no puede esconder más bajo el abrigo una noticia magnífica y quiere reírse solo, y está el amor que se le riega por los codos y todo se lo mancha, y no hay quien lo mire que no quiera besar dos veces las palmas de sus manos. Vida: asómate a mi carne, al laberinto marino de mi entraña, a este niño infinitesimal urdido por el cruce de fuego de dos sexos. Por él he de partir en dos mi corazón para calzar sus plantas diminutas. Vida: coloca en su cabeza de la altura de un ave el techo de tu mano. No abandones jamás a este cachorro de hombre que te mira desde el sueño plateado de su tarro de luna. Coloca, con levedad silvestre, tu beso inaugural en sus costillas de barquito de nuez. No lo abandones, es tu animal terrestre, el puñado de plumas donde se raja el viento. Vida: acoge a esta criatura que cabe en un durazno. Yo te nombro en su nombre su madrina. Alzo por ti mi vientre. Vida: abre los brazos.

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 6 JEAN SHINODA BOLEN KUAN YIN, LA DIOSA CHINA DE LA COMPASIÓN5 Kuan Yin significa “La que Escucha los Llantos del Mundo”. Durante más de mil años se ha reverenciado a Kuan Yin popularmente como la diosa de la compasión en China, Corea y Japón. La importancia de la divinidad y el consuelo que ofrecía a los mortales comunes que daban por sentado que la diosa escuchaba sus penas, le otorgan el mismo significado que tiene la Virgen María en el catolicismo romano. Ni Kuan Yin ni la Virgen María son diosas en sus tradiciones teológicas tradicionales, pero en la práctica se las invoca con rezos como si fueran personajes divinos y sagrados. Desde una perspectiva psicológica, son arquetipos similares. Kuan Yin y la Virgen María visten ropas que ocultan el cuerpo, y el espectador dirige su atención a la serenidad de su rostro. Por el contrario, las estatuas de Afrodita como la diosa del amor sexual representan, por lo general, a una mujer con muy poca ropa o completamente desnuda. Afrodita poseía el poder cautivador de hacer que dioses y mortales se enamoraran (o se obsesionaran), y no mostraba misericordia o consideración por las consecuencias que se derivaran de ello. A Kuan Yin suele representársela en las pinturas de pie, sobre una flor de loto, o sentada en una roca contemplando el agua. Son estatuas de una mujer vestida, de una gracia incomparable y una edad indeterminada, que sostiene en una mano un jarrón de “dulce rocío”, simbolizando el néctar de la compasión, y en la otra, un ramillete de sauce para rociar con este néctar la cabeza de los que apelan a su misericordia. Existen también representaciones de Kuan Yin portando ricas vestiduras y joyas que casi podrían confundirse con las de María, cuando va ataviada como la Reina de los Cielos. Sea cual sea su forma, su atributo principal es “la compasión pura e inquebrantable, completamente despojada de orgullo o venganza y que se resiste a castigar incluso a aquellos a los que les convendría recibir una buena lección”. Del mismo modo que un arquetipo puede manifestarse con nombres distintos en la mitología griega, romana y noruega, y poseer características ligeramente distintas, las tradiciones religiosas orientales explican que Kuan Yin (que a veces se deletrea con Guanyin) se identifica con Kwannon-Sama (Kannon) en Japón, Quan Am en Vietnam y Tara en Tíbet. Tara es una hermosa divinidad femenina capaz de manifestarse en veintiuna formas diferentes para acudir en ayuda de los seres sensibles. John Blofeld, un famoso especialista en religiones orientales, describió en Bodhisattva of Compassion las muy diversas maneras de percibir y comprender a Kuan Yin. Era una diosa popular que contaba con diversos santuarios a lo largo y ancho de toda la China precomunista destinados a su veneración. Estos enclaves sagrados solían encontrarse cerca de cursos fluviales o en emplazamientos con vistas a un lago o al mar. La única condición necesaria para orar a Kuan Yin y pedir su ayuda, siempre y cuando el deseo que se 5

Jean Shinoda Bolen, Las Diosas de la Mujer Madura, 5ª ed. (Barcelona, 2009, Editorial Kairós), Parte II, Las Diosas de la Compasión: Su Nombre es Bondad, pp. 180-187.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin pidiera no fuera maligno, era creer en su poder de asistencia. No se exigía, en cambio, ser piadoso u observar una conducta estricta. Tal y como Blofeld descubrió en su búsqueda de Kuan Yin, hay quienes la consideran un concepto mental, y quienes creen que es una diosa; el que uno la vea de un modo u otro dependerá de las expectativas personales y de su actitud mental. La manera más sofisticada de percibir a Kuan Yin es como una bodhisattva, que Blofeld describió en términos parecidos al concepto jungiano de arquetipo. Taigen Daniel Leighton, un sacerdote zen americano, describió explícitamente a Kuan Yin y a otros bodhisattvas como arquetipos. En Bodhisattva Archetypes explica que las imágenes que tenemos de ellas son representaciones de las cualidades que han surgido en nuestro interior y en el de todos los seres. Las bodhisattvas están dedicadas al despertar o a la iluminación de cada persona. Existen como guías o como consuelo de los seres que sufren, y proponen una vida espiritual plena de sentido. El nombre en sánscrito de la bodhisattva de la compasión es Avalokiteshvara, de las cuales Kuan Yin es la más famosa. Las cualidades que se asocian a las bodhisattvas de la compasión son la bondad, la ternura, la sensibilidad, la empatía y la amabilidad. El otorgar a los demás sencillamente lo que desean y necesitan es una de sus características. Leighton observa al respecto que eso conlleva la experiencia de la generosidad, que puede ser contagiosa en su afán de estimular la preocupación por los demás y abandonar las preocupaciones egocentristas. Para adoptar una actitud compasiva hay que ser capaz de sentir compasión por uno mismo y por los demás, y la manera más natural de hacerlo es crecer en un ambiente donde impere la justicia y el amor, donde los niños y las niñas importen, y donde la empatía y la compasión las prediquen el ejemplo y la historia en el seno de la familia y la cultura. Como observó Robert Coles, doctor en medicina y autor de The Call of Service: A Witness to Idealism: “Un niño o una niña al que se haya tratado con bondad y que es capaz de evocar a los demás sin problemas reaccionará bien ante las situaciones desesperadas del prójimo”. La regla de oro que dice “lo que tú no quieras, no lo quieras para los demás” es un mensaje universal que está en la raíz misma de toda acción compasiva, así como los refranes que nos aconsejan “ponernos en la piel de otra persona” son lecciones de empatía. Las familias y las instituciones que maltratan al individuo y se muestran indiferentes al sufrimiento y la justicia social enseñan a temer en lugar de a amar, y a perpetuar los malos tratos y la indiferencia con sus actos y actitudes. Las bodhisattvas son un ideal en el budismo de Mahayama (el Gran Vehículo) que es la rama dominante del budismo en Tíbet, China, Taiwan, Mongolia, Corea, Japón y Vietnam. Un o una bodhisattva hace el voto de no retirarse del mundo como un buda que ha alcanzado el pleno estado de la iluminación hasta que él o ella sea capaz de atender a todos los seres sensibles para que alcancen la iluminación y se liberen del sufrimiento. Leighton puntualiza que las cualidades de un bodhisattva aparecen en gentes de toda condición y religión, y cita ejemplos tan diversos como Martin Luther King

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Jr., la Madre Teresa, Gloria Steinem, Bob Dylan y muchos otros personajes contemporáneos. El buda histórico fue Siddharta Gautama, que vivió en India en el siglo VI a. de C. La bodhisattva de la compasión, de la cual Kuan Yin es la más popular y conocida, posee más diversidad de formas que cualquier otra. Hay bodhisattvas de la compasión, femeninas y masculinas, y muchas imágenes poseen una apariencia andrógina. Los diversos sistemas existentes describen desde siete a ciento ocho manifestaciones de esta bodhisattva. En Tíbet se llama Chenrezig. El Dalai Lama actual, que es el decimocuarto, es una encarnación de Chenrezig. Poco tiempo antes de recibir el premio Nobel el Dalai Lama participó en una serie de debates sobre la acción compasiva en un congreso. En ese entorno hubo una discusión muy animada entre su santidad y siete psicólogos y psiquiatras (en la que tuve el honor de participar) que duró tres días y que se celebró ante una audiencia entregada. El Dalai Lama cambió mi manera de entender la compasión genuina genera un sentido de la responsabilidad espontáneo que nos impele a actuar para aliviar el sufrimiento. El comité noruego para el premio Nobel citó unos versos que su santidad recita a diario y que contienen los elementos fundamentales de los votos de un bodhisattva: Mientras perdure el espacio, mientras existan los seres sensibles; hasta ese mismo momento, yo también perduraré, y disiparé la desgracia del mundo.

La tradición de los bodhisattvas presenta la compasión con personajes masculinos, femeninos o indistintamente femeninos y masculinos. En el plano psicológico, y a medida que entramos en la edad madura, hombres y mujeres se vuelven más andróginos, y dado que la compasión es una cualidad humana que se desarrolla con el tiempo, es apropiado que exista una ambigüedad en lo que concierne al sexo de todas esas representaciones de la bodhisattva de la compasión, que, por otro lado, muestra una edad intemporal. La compasión carece de edad, y es un atributo no exclusivo de los dos sexos. Muchos niños vienen al mundo con una compasión inherente a ellos que muchos adultos han perdido por el camino o han desarrollado tan sólo después de haber padecido el sufrimiento en carne propia. A pesar de que la compasión es una cualidad universal y un atributo que se encuentra en hombres, mujeres y niños, llamo a Kuan Yin arquetipo de la anciana porque la conciencia consciente de su desarrollo es una experiencia común a todas las mujeres mayores. Varias personas me han comentado que cuando eran más jóvenes, se mostraban sentenciosas e implacables con sus padres, y que ahora sienten compasión y tienen una buena relación con ellos. Hay quien describe lo dura e incluso vengativa que era antes, y ahora confiesa haberse convertido en alguien muy diferente. Son muchas también las que recuerdan que su ignorancia les hacía temer a las personas de una determinada clase social, religión o raza, o a los homosexuales. Hay quien no olvida, por último, que se mostraba insensible consigo misma y que siempre se repetía: “No me exijo lo suficiente”. Kuan Yin nos vuelve más amables y 25

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin tolerantes con nosotras mismas y con los demás. Es curioso, pero parece ser que envejecer y hacerse más sabia esté unido indefectiblemente con la bondad. Hace muchos años me encontraba en Kansas City y fui al museo NelsonAtkins para ver una imagen increíblemente bella de Kuan Yin, una estatua de madera policromada del siglo XI o XII d. de C. aproximadamente. Esta Kuan Yin poseía una serenidad, una fuerza, una belleza y una gracia muy especiales. Había algo en ella, una “mismidad” o presencia, que confería a esta figura inmóvil fluidez y quietud, cualidades que resaltaban gracias a los colores y al trazo de las líneas similares que había pintadas en el mural antiguo de la pared posterior. Kuan Yin estaba sentada en una posición que diríamos que imita la soltura real, y de la cual podía levantarse fácilmente para acudir en ayuda de los necesitados. Esa figura femenina bien podría ser una deliciosa figura masculina, dado que la androginia de la estatua confería ambigüedad a su sexo. Sin embargo, no se trataba de una imagen masculina afeminada o de un personaje femenino masculinizado. La fuerza y la gracia, la serenidad y la intensidad se daban la mano en esta Kuan Yin que me sumió en un estado contemplativo que parecía no tener fin. La contemplación de esta estatua en concreto de Kuan Yin me ayudó a comprender el arquetipo de La que Escucha los Llantos del Mundo. Es esa capacidad de escuchar con empatía, aceptando a la persona y a sus sentímientos sin mostrarse sentencioso o a la defensiva. Es la capacidad de escuchar y soportar el dolor, la rabia y el sufrimiento ajenos, que el arquetipo puede contribuir a mitigar. Es un acto responsable que implica un sentímiento y una actuación, aunque no se observe ninguna acción física. Esta clase de reacciones son las que sanan. Ésa es la razón de que las personas que sienten que sus actos o los de los demás les han convertido en marginadas puedan sanar si se arriesgan a hablar de los motivos que les inspiran esos sentimientos. Contar estos secretos con valor y escuchar con la compasión de Kuan Yin son dos partes de un mismo proceso curativo. El arquetipo de la compasión está presente en los grupos de terapia curativa, en las sesiones de psicoterapia y en cualquier otra relación que posibilite la curación de las heridas psicológicas y espirituales. Escuchar y contar implica correr un riesgo, sin embargo. Es difícil ser testigo y escuchar con compasión sin verse involucrado personalmente en la historia. Cuando escuchamos con empatía, eso que oímos penetra en nuestra imaginación, en el corazón, el cuerpo y el alma. Ahora bien, si lo que escuchamos sobrepasa nuestra propia experiencia e incluso nuestra comprensión, tenemos ante nosotras la tarea y la oportunidad de convertirnos en alguien “más grande” y ser capaces de controlar lo que oímos y sentimos. La oyente corre el riesgo de quedar traumatizada indirectamente a causa de su empatía o de volverse distante emocionalmente cuando escuchar se convierte en una empresa demasiado ardua para ella. Kuan Yin es el arquetipo al que acudimos para poder escuchar y soportar nuestro propio dolor y el dolor de los demás, y sentir misericordia.

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 7 JEAN SHINODA BOLEN DEMÉTER, EL ARQUETIPO6 Deméter es el arquetipo de la madre. Representa el instinto maternal, realizado a través del embarazo o mediante el suministro de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. Este poderoso arquetipo puede dictar el curso que tome la vida de una mujer, tener un impacto significativo sobre las demás personas de su vida o predisponerla hacia la depresión si lo rechaza o se frustra su necesidad de nutrir.

LA MADRE El arquetipo de la madre estaba representado en el monte Olimpo por Deméter, cuyos papeles más importantes eran el de ser madre (de Perséfone) y proveedora de alimentos (como diosa de las cosechas) y sustento espiritual (los misterios de Eleusis). Aunque otras diosas también eran madres (como Hera y Afrodita), su hija fue la relación más significativa de Deméter. También era la más nutridora de todas las diosas. Una mujer que posea un fuerte arquetipo de Deméter anhela ser madre. Una vez que es madre considera que ésa es una función que la llena. Cuando Deméter es el arquetipo más fuerte en la psique de una mujer, ser madre es el rol y la función más importante de su vida. La imagen de la madre y el hijo –normalmente representado en Occidente como la Virgen y el Niño– corresponde a una imagen interna que la conmueve profundamente. El arquetipo de la madre motiva a las mujeres a nutrir a los demás, a ser generosa y a dar, y a encontrar, satisfacción como cuidadoras y proveedoras. Así, el aspecto nutridor del arquetipo de Deméter puede expresarse a través de las profesiones de ayuda –docentes, cuidados preescolares, consejeras o cualquier empleo en el que ayudar a los demás es parte de la función–, y en cualquier relación en la que puede ser una persona nutridora. El arquetipo no está restringido a ser madre.

EL INSTINTO MATERNAL En el aspecto biológico, Deméter representa el instinto maternal –el deseo de quedarse embarazada y de tener un bebé– que algunas mujeres han anhelado realizar desde siempre. El arquetipo es una fuerza irresistible para quedarse embarazada. Una mujer puede ser muy consciente de lo fuerte que es el instinto y tal vez decida cuándo quiere realizar este profundo deseo. Pero si está inconscientemente motivada por Deméter, quizá se encuentre embarazada “por accidente”. Lo que sucede cuando descubre un embarazo no planificado indica hasta qué punto es poderoso este arquetipo en una mujer concreta. Cuando es claramente el aborto el resultado más sensato o responsable, una mujer no-Deméter puede decidir abortar y a continuación sentirse aliviada. Y a partir de 6

Jean Shinoda Bolen, Las diosas de cada mujer, 15ªed. (Barcelona, 2008, Editorial Kairós), cap. 9, pp. 229-250.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin este punto tendrá mucho cuidado en no quedarse de nuevo embarazada accidentalmente. Por el contrario, cuando Deméter ejerce una gran influencia, y aunque tal vez sea el aborto lo que más convenga a esa mujer, ésta es incapaz de llevarlo a cabo. El aborto va en contra de un profundo imperativo interno de tener un hijo. Como consecuencia, puede que tenga al hijo en lugar de abortar, alterando así todo el curso de su vida. Si decide abortar, sentirá agitación y un conflicto interno, durante y después del proceso de decisión y el proceso de llevarlo a cabo. Sentirá pesadumbre en lugar de alivio, o una mezcla de ambos sentimientos. Finalmente, puede pensarse que, después de haber atravesado por tanta infelicidad, este tipo de mujer se asegurará de que no le suceda otra vez. Pero con frecuencia también sucede lo contrario: pasa por ciclos de embarazo, agitación, aborto, depresión, porque el impulso de estar embarazada, una vez frustrado, se vuelve todavía más fuerte. El instinto maternal de Deméter no se limita a ser madre biológica o a alimentar exclusivamente a sus propios hijos. Ser una madre por sustitución, o una “niñera por horas”, permite a muchas mujeres continuar expresando su amor materno cuando sus propios hijos se han hecho mayores o se han ido de casa. La misma diosa ejerció este papel con Demofoonte. Emilie Applegate, una mujer de San Diego que ha recibido un especial reconocimiento como madre adoptiva, personifica este aspecto de Deméter. Cuida de bebés mexicanos que están tan mal alimentados o enfermos que peligra su supervivencia, llevándolos a su casa, donde se vuelven parte de su propia familia, integrada por tres hijos y una hija adoptada. Se la conoce como una “segúnda mamá”. Applegate –al igual que la famosa DeBolts, que ha adoptado niños disminuidos de muchas razas– rebosa de instinto maternal y de una capacidad de nutrir y apoyar el crecimiento, ambas cualidades típicas de Deméter.

PROVEEDORA DE ALIMENTO Alimentar a los demás constituye otra satisfacción para una mujer Deméter. Encuentra enormemente satisfactorio nutrir a su propia/o hija/o. Le agrada preparar grandes comidas para la familia y los invitados. Goza con su comida, disfruta de la calidez de sentirse como una diosa madre (más que como un “chef gourmet”, como podría ser el caso de Atenea). Si trabaja en una oficina, disfruta sirviendo café a los demás (en marcado contraste con una mujer Artemisa, que se siente desvalorizada y se niega a hacerlo, a menos que los hombres se turnen en estas labores). Deméter, como diosa de las cosechas, proporcionó a la humanidad la capacidad para cultivar y era responsable de la abundancia de frutos de la naturaleza. De la misma manera, las mujeres que se apartan al campo para cultivar sus propios alimentos, cocer el pan, envasar frutas y compartir su abundancia con los demás, están expresando el aspecto de Madre Naturaleza de Deméter.

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MADRE PERSISTENTE La persistencia maternal es otro de los atributos de Deméter. Tales madres se niegan a ceder cuando está en juego el bienestar de sus hijos. Muchas clases de educación especial para niños disminuidos existen porque una madre Deméter ha luchado previamente por lo que su hijo necesitaba. Y las madres argentinas de hijos e hijas desaparecidos son como Deméter en su perseverancia. Llamadas Madres de la plaza de Mayo, se negaban a rendirse ante la pérdida de sus hijas/os y continuaban protestando contra la dictadura, aunque era peligroso hacerlo. Obstinación, paciencia y perseverancia son cualidades de Deméter que –como tristemente descubrió Zeus– pueden influir a un hombre o una institución poderosos.

MADRE GENEROSA Según su mitología, Deméter era la madre más generosa. Donó a la humanidad la agricultura y las cosechas, ayudo a criar a Demofoonte (y le habría hecho inmortal) e instituyó los misterios de Eleusis. Estas expresiones de abundancia se encuentran en las mujeres Deméter. Algunas proporcionan de manera natural alimentos tangibles y cuidados físicos, algunas otras ofrecen apoyo emocional y psicológico, mientras que otras dan alimento espiritual. Muchas mujeres que han sido líderes espirituales famosas han tenido cualidades de Deméter y han sido consideradas por sus seguidoras/es como figuras maternales: la santa ganadora del premio Nobel de la Paz, madre Teresa de Calcuta; Mary Baker Eddy, que fundó la religión de la Ciencia Cristiana; la mujer conocida simplemente como “Madre”, líder espiritual de ashram de Aurobindo en la India. Estos tres niveles de dar igualan lo que las mujeres Deméter dan a sus propios hijos. Primero, los hijos dependen de sus madres para cuidar de sus necesidades físicas. Después se vuelven hacia sus madres en búsqueda de apoyo emocional y de comprensión. Y, por último, puede que busquen en sus madres sabiduría espiritual, a medida que se enfrentan a engaños o penas, para encontrar algún sentido en la vida.

LA MADRE AFLIGIDA: SUSCEPTIBILIDAD DE DEPRIMIRSE Cuando el arquetipo de Deméter constituye una fuerza poderosa, y una mujer no puede realizarlo, tal vez padezca la característica depresión del “hueco dejado por el nido vacío”. Una mujer que anhela tener un hijo puede ser estéril, o tal vez el hijo muera o abandone el hogar. O tal vez se termine su trabajo como madre sustitutiva y eche de menos a sus clientes o estudiantes. Entonces, más que encolerizarse o dirigirse de manera activa contra las personas a las que considera responsables (que es la manera de reaccionar de Hera), la mujer tipo Deméter tiende a hundirse en la depresión. Se aflige y siente su vida carente de sentido y vacía. La doctora Pauline Bart, profesora de Sociología en la universidad de Illinois, escribió un artículo sobre las mujeres Deméter deprimidas titulado Mother Portnoy’s Complaint. Bart estudió los casos de más de quinientas mujeres que habían sido hospitalizadas por primera vez entre los cuarenta y los 29

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin cincuenta y nueve años. Descubrió que las más deprimidas eran las madres extremadamente generosas y muy implicadas que perdían su papel de madre. Antes de su enfermedad, estas mujeres eran “supermadres”‖ con un largo historial de sacrificios. Algunas frases de estas mujeres deprimidas revelaban su implicación emocional en proporcionar cosas para los demás y el vacío que sentían cuando sus hijos se iban. Una mujer decía: “Naturalmente, como madre, odias que tu hija deje el hogar. Quiero decir que se producía en él un vacío”. Otra comentaba: “Yo era una mujer muy enérgica. Tenía una gran casa y tenía mi familia. Mi hija se enorgullecía de que yo hubiera hecho diez cursos en lugar de ocho”. Preguntadas de qué se sentían más orgullosas, todas estas mujeres respondían: “De mis hijos”. Ninguna mencionaba cualquier otro logro propio. Cuando perdían sus roles de madres, la vida perdía sentido para ellas. Cuando una mujer se deprime entre los cincuenta y sesenta años, se enfada y se decepciona porque sus hijos adultos están emocional o físicamente distantes; se convierten en una Deméter afligida. Está obsesionada con su sentimiento de pérdida y limita sus intereses. Su crecimiento psicológico se detiene: “Poseída”‖ por el aspecto doliente del arquetipo de Deméter, es prácticamente indistinguible de otras mujeres que sufren igualmente. Tales pacientes deprimidas muestran síntomas que son muy similares: sus expresiones faciales deprimidas; la manera de sentarse, de mantenerse en pie, de caminar y de mirar; la manera como expresan el dolor y hacen que los demás se sientan a la defensiva, culpables, enfadados o impotentes.

LA MADRE DESTRUCTIVA Cuando la Deméter afligida dejó de funcionar, nada creció, y la hambruna amenazó con destruir a la humanidad. Igualmente, el aspecto destructivo de Deméter se expresa reteniendo lo que otros necesitan (por contraste con Hera y Artemisa, que son activamente destructivas en su cólera). Una nueva madre gravemente deprimida y que no funciona puede ser un peligro para la vida de su recién nacido; el personal de la sala de emergencia o un pediatra podrían diagnosticar “falta de impulso”. El bebé no ha ganado peso, está apático y, tal vez, aparentemente demacrado. La falta de impulso se produce cuando una madre retiene el contacto físico y emocional con su recién nacido, así como el alimento que necesita. Las madres que se niegan a hablar a sus pequeños durante días, o incluso largos periodos de tiempo, o que aíslan a sus bebés, les infligen un daño psicológico con esta forma de retención. Tales madres suelen estar gravemente deprimidas y presentan síntomas de hostilidad. Mucho más frecuentes que estas dos formas extremas de retención son las madres tipo Deméter que retienen la aprobación cuando crecen sus hijos y se van independizando de ellas. Mientras que la depresión de la madre es menos evidente en estas circunstancias, retener la aprobación (que un niño o niña necesitan para su autoestima) también está conectado con la depresión. Ella vive la autonomía del hijo/a que va creciendo como una pérdida emocional propia. Se siente menos necesitada y rechazada, y como resultado puede estar deprimida y enfadada. 30

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EL CULTIVO DE DEMÉTER Sin darse cuenta de ello, las mujeres están cultivando a Deméter e invitando al arquetipo a hacerse más activo cuando consideran seriamente si tener un hijo o no. Mientras se deciden, se fijan en las mujeres embarazadas (que parecían invisibles previamente, y que ahora parecen estar omnipresentes), se fijan en los bebés, salen al encuentro de gente con niños y prestan atención a estos últimos (todas estas actividades son lo que las mujeres Deméter hacen de manera natural). Las mujeres cultivan a Deméter imaginándose a sí mismas embarazadas y teniendo niños. Cuando se fijan en mujeres embarazadas, tienen niños en sus brazos y prestan a éstos toda su atención, el arquetipo puede ser evocado en ellas. Pueden producirse esfuerzos para comprobar la fuerza del instinto maternal si el arquetipo es fácilmente evocable, pero no en otro caso. Una mujer puede buscar cambiar sus mecanismos y ser más maternal hacia un niño concreto, o puede pretender ser querida por un niño en particular. El niño saca (o hace cristalizar) el arquetipo en una mujer. Motivada por sus sentimientos por el hijo, se esforzará por ser más paciente o ser más perseverante en beneficio de éste. A medida que resulta ser más maternal y trabaja por serlo, el arquetipo de Deméter crece dentro de ella.

DEMÉTER, LA MUJER Una mujer Deméter es sobre todo y ante todo maternal. En sus relaciones es nutridora y protectora, útil y generosa. Suele ser una Señora de la Abundancia, proporcionando todo lo que se necesita: sopa de pollo, un abrazo de apoyo, dinero para sacar a flote a un amigo, una invitación permanente para “volver a casa con la madre”. Una mujer Deméter tiene frecuentemente el aura de la Tierra Madre. Es sólida y eficaz. Los demás la describen como alguien que “tiene los pies en el suelo”, puesto que va haciendo lo que ha de hacerse con una mezcla de calidez y de sentido práctico. Suele ser generosa, directa, altruista y leal a personas y principios, hasta el punto de que algunos pueden considerarla obstinada. Posee fuertes convicciones y es difícil hacerle cambiar de opinión cuando algo o alguien que es importante para ella está involucrado.

LA JOVEN DEMÉTER Algunas niñas pequeñas son claramente Deméter en ciernes, “pequeñas madres” que mecen muñecas-bebés en sus brazos (la pequeña Hera prefiere muñecas Barbie y Ken, y las pequeñas Atenea tal vez tengan una colección de muñecas históricas en una urna de cristal). A la joven Deméter también le gusta tener en los brazos bebés de verdad, y a los nueve o diez años está deseosa de cuidar a los bebés de los vecinos.

LOS PADRES La relación que las mujeres Deméter tienen con sus padres puede entenderse mejor si consideramos primero la relación que la diosa Deméter tuvo con los suyos. Deméter, la diosa, era hija de Rea y nieta de Gea. Gea era la 31

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Madre Tierra primordial de la que provenía toda la vida, incluido el dios del cielo, Urano, que se convirtió en su marido. Rea también fue conocida como una diosa de la tierra, aunque es más conocida por ser la madre de la primera generación de dioses olímpicos. Como diosa de las cosechas, Deméter continúa el linaje de las diosas relacionadas con la fertilidad. Posee otras similitudes con su madre y también con su abuela. Por ejemplo, las tres sufrieron cuando sus respectivos maridos hicieron daño a sus hijas/os. El marido de Gea enterró a sus hijas/os en el cuerpo de ella cuando nacieron. El marido de Rea se tragó a sus hijas/os recién nacidos. Y el de Deméter permitió que su hija estuviera secuestrada dentro del mundo subterráneo. Los tres padres biológicos mostraron su falta de sentimientos paternos. Estas diosas madres sufrieron durante tres generaciones. Menos poderosas que sus maridos, no pudieron poner freno al daño que éstos causaron a sus hijas/os. Sin embargo, se negaron a aceptar el atropello y persistieron hasta que aquéllas/os fueron liberados. Al contrario que Hera, cuyo principal vínculo era la relación esposa-marido, el vínculo más poderoso de estas diosas Madres-Tierra era el de madre-hija/o. La vida real repite el mito de Deméter cuando mujeres maternales se casan con hombres nada paternales. En esta situación, una hija Deméter crece muy identificada con su madre y desconectada de su padre. La actitud del padre hacia sus hijas/os puede abarcar desde el desinterés hasta la competitividad y el resentimiento o incluso los malos tratos, si les ve como rivales que logran el afecto de su esposa. En un hogar de este tipo, sufre la autoestima de la joven Deméter, que acaba desarrollando una actitud de víctima. O quizá las cualidades maternales de una hija Deméter produzca la inversión de papeles en el caso de padres inmaduros o incompetentes. En cuanto tiene suficiente edad, tal vez cuide de sus padres o se convierta en una madre por sustitución de sus hermanos menores. Por contraste, si una joven Deméter tiene un padre cariñoso y con una actitud de aprobación, crecerá sintiendo su apoyo a su deseo de ser también una buena madre. Considerará a los hombres de una manera positiva y tendrá esperanzas claras de tener un marido. Su experiencia de la infancia no reforzará su proclividad arquetípica a convertirse en víctima.

ADOLESCENCIA Y PRIMEROS AÑOS DE VIDA ADULTA Al llegar a la pubertad, quien fue una bebé se convierte por sí misma en una posibilidad biológica cuando el impulso arquetípico materno recibe el empuje de las hormonas. Entonces, algunas jóvenes Deméter empiezan a anhelar quedar embarazadas. Si otros aspectos de su vida están vacíos y ella misma es poco más que una hija desatendida, una joven Deméter que ha sido forzada sexualmente y se queda embarazada tal vez acepte con gusto el hijo. Una adolescente de catorce años embarazada decía en un albergue para madres solteras: “Mientras que otras niñas de mi edad deseaban bicicletas, yo siempre quise tener un bebé propio. Estoy contenta de estar embarazada”. Sin embargo, la mayoría de las adolescentes Deméter no se quedan embarazadas. Al no tener el deseo profundo de formar parte de una pareja o los 32

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin impulsos eróticos de Afrodita, Deméter no está motivada para tener experiencias sexualmente tempranas. Muchas Deméter se casan jóvenes. En familias obreras, a veces se anima a la joven a casarse inmediatamente después de terminar los estudios secundarios. Este empuje puede encajar con la propia proclividad de las jóvenes Deméter a tener una familia más que a obtener una educación o un trabajo. Si una mujer joven tipo Deméter no se casa y empieza a formar una familia, comenzará a trabajar o irá a la universidad. En la universidad, probablemente hará cursos orientados a prepararse para abrazar una profesión de ayuda a los demás. Una mujer Deméter no es típicamente ambiciosa, intelectual o competitiva en pos de títulos, aunque puede obtener buenos resultados si es brillante y está interesada en sus clases. El status –que las mujeres Hera consideran algo importante– no tiene importancia para una Deméter. Sus amigas suelen ser escogidas en un amplio abanico social y racial. Dejará lo que tenga que hacer para que un estudiante extranjero con dificultades se sienta a gusto, o para ayudar a un estudiante disminuido o socialmente inadaptado.

TRABAJO La naturaleza maternal de la mujer Deméter la predispone para abrazar profesiones de entrega y ayuda a los demás. Está atraída por las tareas “tradicionalmente femeninas” como la enseñanza, el trabajo social o el preescolar. Cuando Deméter está presente, ayudar a la gente a sentirse bien o a crecer internamente constituye una satisfacción y una motivación subyacente. Las mujeres que se hacen terapeutas o pediatras suelen estar expresando algunas inclinaciones de Deméter en su elección profesional. Muchas mujeres voluntarias en los jardines de infancia, escuelas elementales, hospitales y residencias sanitarias, también están poniendo en funcionamiento sus tendencias de Deméter. Algunas mujeres tipo Deméter se convierten en figuras clave en organizaciones, que reciben su energía maternal. Por regla general, la mujer Deméter en tal situación es personalmente impresionante. Tal vez haya tenido la visión y haya fundado la organización, haya puesto una considerable energía en ella, y haya sido personalmente responsable de su éxito durante los primeros años. Las mujeres tipo Deméter que se encuentran en posiciones de liderazgo y como “madres fundadoras” quizá busquen consejo por varias razones: la organización puede requerir tanto esfuerzo que la deje virtualmente sin tiempo ni energía para nada más. El anhelo personal de una pareja (si también Hera está presente) y de un hijo propio permanece sin ser satisfecho. Surgen conflictos dentro de ella, y entre ella y las personas a las que supervisa, porque es una persona con autoridad que se ve a sí misma, y es vista por los demás, como una persona enriquecedora. Por ejemplo, le es difícil despedir o enfrentarse a un empleado incompetente, porque siente pena por la persona y culpabilidad por causar dolor. Además, los empleados esperan que ella mire por ellos personalmente (esperanza que normalmente no suelen tener de los supervisores varones) y quedan resentidos y se enfadan si ella no lo hace. 33

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RELACIONES CON MUJERES Las mujeres Deméter no compiten con otras mujeres por hombres o por logros. Cualquier envidia o celos de otras mujeres estará en relación con los niños. Una mujer Deméter sin hijos se compara a sí misma de manera desfavorable con mujeres de su edad que son madres. Si no puede tener hijos biológicamente, puede que se sienta amargada por la facilidad con la que otras mujeres se quedan embarazadas, especialmente si abortan. Durante la tercera edad, si sus hijas/os mayores viven lejos o están emocionalmente distantes de ella, envidiará a la madre que tiene contacto frecuente con sus hijas/os. En esta fase de la vida, la envidia puede emerger de nuevo a la superficie tras veinticinco años; esta vez, respecto a los nietos. Las mujeres Deméter tienen sentimientos mezclados sobre el feminismo y el movimiento feminista. Muchas mujeres Deméter se sienten resentidas contra las feministas porque éstas desvalorizan el papel de la maternidad; quieren ser madres a tiempo completo y se sienten ahora presionadas para trabajar fuera del hogar. Por otra parte, las mujeres Deméter apoyan con fuerza muchos temas feministas; por ejemplo, la protección de los niños contra los malos tratos y la existencia de refugios para las mujeres maltratadas. Habitualmente, las mujeres Deméter tienen sólidas amistades con otras mujeres Deméter. Muchas de estas amistades se remontan al tiempo en el que fueron madres juntas. Muchas confían más en sus amigas que en sus maridos para obtener apoyo emocional o ayuda material. Por ejemplo, una mujer decía: “Cuando yo estaba en el hospital, mi amiga Ruth se hacía cargo de los críos, mientras que Joe, mi marido, se iba a cenar a fuera cada noche… durante dos semanas, ella alimentó a nueve criaturas –sus cuatro y mis cinco– y a tres adultos… Yo hubiera hecho lo mismo por ella”. De una manera que es típica, esta mujer lo dispuso todo para ser ayudada, en lugar de esperar que su marido se hiciese cargo de la casa y de los niños en su ausencia. Dentro de las familias, las madres e hijas que son mujeres Deméter pueden mantenerse cercanas durante generaciones. Estas familias poseen decididamente un modelo matriarcal. Y las mujeres de la familia saben todo lo que sucede a todo el clan, mucho más que los mismos maridos. Este modelo madre-hija también puede duplicarse con las compañeras. Una mujer puede adoptar el papel maternal de Deméter con una amiga tipo Perséfone, indecisa y sin experiencia. O, si ambas son tipo Deméter que tienen en común cualidades de Perséfone, tal vez se hagan de madres recíprocamente por turno y, en otras ocasiones, pueden ambas ser Deméter, compartiendo detalles de sus vidas y hablando de sus alegrías y dificultades. O pueden volver ambas de nuevo a ser Perséfones juguetonas y risueñas. Las parejas lesbianas encajan a veces en un modelo Deméter-Perséfone, en el que el bienestar de la mujer Deméter depende de la integridad de una relación con una amante más joven o menos madura. Mientras están juntas, la mujer Deméter se siente productiva y fértil. Su trabajo y su creatividad mejoran como consecuencia de estar con una mujer que es como una diosa para ella. Puede que sea posesiva con su Perséfone, si teme que puede

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin perderla. Y tal vez acreciente la dependencia y la exclusividad, que con el tiempo daña la relación. Sin embargo, una mujer Perséfone es una personalidad joven e indiferenciada, todo en ella está indiferenciado y por formar. Es una mujer receptiva y femenina, cuya preferencia sexual puede ser tan maleable como todo el resto de ella. Por ejemplo, aunque esté manteniendo una relación lesbiana, puede verse atraída también hacia un hombre. Si una mujer tipo Perséfone deja a su amante Deméter cuando emerge su heterosexualidad en respuesta a las atenciones de un hombre, la mujer Deméter se siente como si el mismo mito hubiera sido representado de nuevo. Inesperadamente, su Perséfone ha sido “raptada por Hades”, lo cual constituye una pérdida abrumadora.

RELACIONES CON LOS HOMBRES Una mujer Deméter atrae a los hombres que sienten afinidad con mujeres maternales. Es algo característico de una mujer Deméter que no sea ella la que haga la elección. Responde a la necesidad que tienen un hombre de ella y puede incluso que esté con un hombre porque le da pena. Las mujeres tipo Deméter no tienen grandes esperanzas sobre los hombres. Lo más común es que piensen que “los hombres son como niños”. Un tipo muy común de pareja en el que la mujer es Deméter, encaja con el patrón de la Gran Madre emparejada con su hijo-amante. Esta relación arquetípica madre-hijo no se refiere a una diferencia en años, aunque puede que el hombre sea más joven. Habitualmente, es un hombre sensible y con talento que se siente poco apreciado o incomprendido por los demás, que no valoran su singularidad (como ella la valora) y que no toleran su irresponsabilidad (como hace ella). Más que un hombre, es un niño inmaduro con un sentimiento de singularidad. Ella está de acuerdo con su autoafirmación y continuamente tolera se conducta respecto a ella, que los demás consideran egoísta y desconsiderada. En opinión de ella, el mundo es cruel con él. Debería hacer excepciones con él, como hace ella. Su falta de consideración suele herirla y enfadarla, pero si en esas ocasiones él le dice cuánto la aprecia, o que ella es la única persona de su vida que realmente se preocupa por él, todo es olvidado de nuevo. Como la madre de un hijo bien parecido, que se pregunta cómo pudo haber dado a luz a ese dios tan joven, la mujer Deméter que desempeña el papel de Gran Madre respecto a su hijo-amante puede estar sobrecogida ante su apariencia (o talento). Puede que diga, como me dijo una mujer: “Él me parecía como la estatua de David, de Miguel Ángel. Era feliz cuidándole. Le mimé hasta convertirle en un desastre”. Lo decía con orgullo, más que con amargura. Las cualidades maternales de una mujer Deméter y su dificultad para decir no, la hacen vulnerable a ser utilizada por un “sociópata”, otro tipo de hombre que puede encontrarse con frecuencia en las relaciones de las mujeres Deméter. A primera vista, la relación Deméter-sociópata puede parecerse a la de la Gran Madre con la del hijo-amante –de hecho, existe algún solapamiento–, pero el hijo-amante tiene la capacidad de amar, ser leal o tener re35

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin mordimientos. El sociópata carece de estas capacidades, lo cual establece una diferencia esencial. El sociópata actúa sobre la presunción de que sus necesidades le justifican para recibir. Es incapaz de intimidad emocional o de sentimientos de aprecio. Su actitud podría simbolizarse con la pregunta: “¿Qué has hecho por mí últimamente?”. Olvida la generosidad o los sacrificios anteriores por parte de la mujer Deméter, así como su propio comportamiento de explotador. Exagera sus necesidades, y es ese estado de necesidad el que suscita la respuesta generosa de Deméter. La relación con un sociópata puede atar la vida emocional de una mujer Deméter durante años y puede empobrecerla económicamente. Otra pareja típica de una mujer Deméter es el hombre que quiere “una chica exactamente como la que se que casó con papá”. Cuando era un pequeño Edipo, tal vez sólo estuvo haciendo honor a aquel periodo de su vida: era el niño pequeño de cuatro o cinco años que quería casarse con su mamá. Ahora es un hombre adulto que busca una mujer maternal que sea una buena madre para él. Quiera que ella sea nutridora, cálida, que sea sensible a sus necesidades y que le cuide: le prepare la comida, compre su ropa y cuide de él, vigile que vaya al médico y al dentista cuando necesita ir, y organice su vida social. De todos los hombres atraídos por las cualidades de Deméter, el “hombre de familia” es el único maduro y generoso. Este tipo de hombre se halla fuertemente motivado por su deseo de tener una familia, y ve en la mujer Deméter una pareja que comparte el mismo sueño. Además de ser “un buen papá” para sus hijos, es el único que está maduro también para cuidar de ella. Si ella tiene dificultades en saber decir que no a personas que podrían aprovecharse de su buena naturaleza de Deméter, puede ayudarla a valerse por sí misma. El hombre de familia también la ayuda a realizarse a través de la crianza de los hijos. Los otros tres tipos se ven amenazados por la idea de aquéllos y pueden insistir en que ella aborte en caso de quedarse embarazada. Esta insistencia la hará entrar en una crisis respecto a su naturaleza maternal: o bien rechaza al hombre del que hace de madre, o bien rechaza la maternidad. La elección la hace sentir como una madre a la que se le diese a elegir sacrificar a uno de sus dos hijos.

SEXUALIDAD Cuando Deméter es el arquetipo de diosa que predomina en la personalidad de una mujer, su sexualidad no suele ser muy importante. Deméter no posee normalmente un fuerte impulso sexual. Suele ser una persona cálida, afectiva, femenina, a la que satisfacen tanto los abrazos y caricias como hacer el amor: una mujer “cariñosa”, más que una mujer provocativa. Muchas mujeres Deméter tienen una actitud puritana respecto al sexo. Para ellas, éste sirve para la procreación, no para obtener placer. Algunas lo consideran como parte de lo que una esposa provee dentro del contexto de dar y de untrir: ella proporciona lo que su marido necesita. Y muchas mujeres Deméter mantienen para sí mismas un secreto lleno de culpabilidad: para ellas, el acto físico más sensual es dar el pecho a sus bebés, y no hacer el amor con sus maridos. 36

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MATRIMONIO Para una mujer Deméter, el matrimonio en sí mismo no es una prioridad primordial como para Hera. La mayoría de las mujeres Deméter quieren casarse principalmente para tener hijos. A menos que el arquetipo de Afrodita o de Hera estén activos en ella, la mujer Deméter considera el matrimonio como una simple etapa necesaria, que prepara el camino para los hijos y que constituye la mejor situación para tenerlos.

HIJAS/OS Una mujer Deméter siente una necesidad profunda de ser una madre biológica. Quiere dar a luz y criar su propia/o hija/o. También puede ser una nodriza, madre adoptiva o madrastra, pero si no puede tener un hijo propio, quedará insatisfecho un profundo anhelo suyo y se sentirá estéril. (Por contraste, muchas mujeres Artemisa o Atenea se contentan con heredar una familia ya hecha, casándose con un hombre que ya tiene hijos.) Todas las mujeres Deméter se perciben a sí mismas como buenas madres que siempre tienen presente lo mejor para sus hijos. Sin embargo, desde el punto de vista del impacto que tienen sobre éstos, las mujeres Deméter parecen ser capaces de ser madres estupendas o terribles, pero en todo caso absorbentes. Cuando sus hijos adultos le manifiestan resentimiento, la mujer Deméter se siente profundamente herida y confusa. No puede entender por qué sus hijos la tratan tan mal, mientras que otras madres tienen hijos que las aprecian y las quieren. Tampoco puede ver en qué haya podido contribuir a las dificultades de sus hijos. Sólo es consciente de sus intenciones positivas, no de los elementos negativos que envenenaron su relación con ellos. El que una madre Deméter haya tenido o no un efecto positivo sobre sus hijos y sea considerada por éstos de una manera positiva, depende de que fuera como la diosa Deméter “antes del rapto” o “después del rapto”. Antes del rapto de Perséfone, Deméter confiaba en que todo era perfecto (cuando Perséfone jugaba en el prado) y llevaba a cabo sus propias actividades. Después del rapto, Deméter estaba deprimida y enfadada; abandonó el monte Olimpo y dejó de funcionar. La fase “antes de” adopta muchas formas en la vida real. Para la mujer que se enfrenta a un “nido vacío” cuando su última/o hija/o deja el hogar, sintiéndose entonces como si su sentido de la vida hubiera sido “secuestrado”, la fase “antes de” consistía en la vida de familia unida y en cooperación que llevaba durante los últimos veinticinco años. Para la mujer cuya hija le desafía a vivir con un hombre que la madre considera un Hades secuestrador, la fase “antes de” se daba cuando su hija parecía una extensión de sí misma, que compartía los mismos valores y esperanzas de futuro. Algunas madres Deméter siempre temen que algo malo pueda ocurrir a su hija. Estas madres pueden actuar como si se anticipasen a la posibilidad de “un rapto”, desde el momento en que nace aquélla. En consecuencia, limitan la independencia de la hija y desalientan sus relaciones con los demás. En el núcleo de la ansiedad que les induce a actuar de esta manera se halla la temida pérdida del afecto de la hija. 37

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Las circunstancias también pueden ser responsables de activar el lado negativo de Deméter. Una mujer contaba que, tras el nacimiento de su hija, durante seis años vivió como si se hallara en un estado de gracia. El mundo era un lugar seguro y la maternidad era algo divertido y completamente satisfactorio. Entonces ocurrió un hecho tan perturbador y repentino como Hades emergiendo de una abertura de la tierra. Una tarde la madre dejó a su hija al cuidado de una niñera por horas. La hija fue a la casa de un vecino que abusó sexualmente de ella. A continuación, la niña estaba angustiada y temerosa, tenía pesadillas, y manifestaba aprensión hacia los hombres, incluido su padre. La madre estaba furiosa y dolida, y se sentía culpable por no haber estado allí para impedir el incidente. Antes había sido generosa, confiada y un poco informal en su estilo de ser madre. Después se sintió culpable y responsable del incidente, insegura de sí misma y padecía la angustia de que algo malo pudiera suceder de nuevo. Se volvió excesivamente controladora y protectora. Desaparecieron su alegría y su espontaneidad, su sentimiento de vivir en un mundo seguro y de confianza en sí misma. Una madre Deméter puede sentirse culpable de cualquier acontecimiento que tenga un efecto adverso en sus hijas/os. Hasta que tenga una comprensión interna sobre sus esperanzas poco realistas de ser una madre perfecta, espera ser omnisciente y todopoderosa, capaz de prever los acontecimientos y de proteger a sus hijas/os de cualquier dolor. Con la intención de proteger a sus hijas/os, una mujer Deméter puede volverse excesivamente controladora. Vigila cada movimiento, intercede en su nombre y toma el relevo cuando existe alguna posibilidad de que se hagan daño. Como consecuencia, las/os hijas/os permanecen dependientes de ella para tratar con la gente y enfrentarse a los problemas cotidianos. A veces, las/os hijas/os de una madre Deméter controladora permanecen para siempre cerca de ella, con su cordón umbilical psicológico casi intacto. Dominados por su personalidad, siguen siendo los niños o niñas de mamá cuando son ya bastante adultos. Puede que algunas/os de ellas/os no se casen nunca. Cuando lo hacen, suelen mantener vínculos filiales más fueres que los conyugales. Por ejemplo, un hijo de Deméter puede estar siempre a disposición de su madre, para desaliento de su esposa, cuyos deseos siempre quedan en segundo plano. O tal vez una hija de Deméter nunca acceda a ausentarse durante unas largas vacaciones, porque no puede dejar a su madre por tanto tiempo. En un esfuerzo por llevar sus propias vidas, algunas/os de las/os hijas/os de una madre Deméter supercontroladora pueden romper con ella y marcharse de casa, creando una distancia geográfica y emocional entre ellos. Suelen hacerlo cuando la madre ha intentado inconscientemente hacerles que se sientan obligadas/os, culpables o dependientes. Otro modelo negativo de madre Deméter es la madre que no puede decir que no a sus hijos. Se ve a sí misma como la madre desinteresada, generosa y proveedora, que da sin cesar. Esta madre Deméter quiere que sus hijas/os tengan todo lo que desean desde que son muy pequeños. Si esto es más caro de lo que puede permitirse, hará sacrificios para conseguirlo o se sentirá culpable. Es más, falta a su obligación de establecer límites a su conducta. Des38

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin de que gatean, consiente en darles todo o que quieran, alimentando así su egoísmo. Como consecuencia, sus hijas/os crecer sintiéndose con derecho a una consideración especial y muy mal preparadas/os para adaptarse. Sus problemas de comportamiento surgen en la escuela; sus conflictos con la autoridad perturban sus empleos. En sus intentos de ser “buena madre” que lo da todo, tal tipo de madre puede convertirse en lo contrario.

EN LA MEDIANA EDAD El periodo de la mitad de la vida es un periodo importante para las mujeres Deméter. Si una no ha tenido un/a hijo/a, está preocupada al darse cuenta de que su reloj biológico está acercándose al límite de la posibilidad de quedarse embarazada. Las mujeres Deméter casadas plantean la cuestión de tener un bebé a esposos reticentes, y visitan a especialistas en fertilidad si tienen problemas de concepción o abortos espontáneos. Puede que consideren la posibilidad de la adopción. Y las mujeres no casadas contemplan la posibilidad de convertirse en madres solteras. Incluso si una mujer Deméter tiene hijas/os, sus años de la mitad de la vida son igualmente cruciales, aunque puede ser inconsciente de la importancia de organizar el resto de su vida. Sus hijas/os están creciendo, y cada paso que dan hacia la independencia pone a prueba su capacidad para renunciar a la dependencia que tienen de ella. También puede sentir en ese periodo el impulso a tener un/a hijo/a tardío/a. Una mujer vino a verme en medio de la crisis de los años de la mediana edad: sus hijos estaban estudiando y a ella, a los cuarenta años, le había llegado el momento de volver a estudiar si quería trascender el arquetipo de Deméter. Descubrió que tenía miedo de fracasar en obtener una licenciatura, y que tener otra/o hija/o era únicamente la excusa que ella misma se ponía para no aceptar matricularse. Entonces pudo separar el deseo de tener otro bebé del miedo a fracasar como estudiante y pudo concentrarse en explorar esta inquietud. Cuando la aclaró, acudió a una facultad, estudió un tema que le gustaba y ahora es una buena profesora. La fundadora de una organización, en la mitad de su vida, puede enfrentarse a una crisis cuando aquélla se hace suficientemente grande para que otros codicien su posición y poder. A menos que también tenga la mente de estratega de Atenea y que sepa actuar de manera política, ejecutivos ambiciosos pueden “secuestrar” la organización que ella dio a luz y gestionó durante la primera etapa. Esta pérdida la sumergirá para convertirse en una Deméter colérica y atormentada. Incluso si no se producen luchas de poder, o si supera esta crisis, se le plantean en esos momentos problemas personales, lo mismo que a todas la mujeres Deméter que han puesto su energía maternal en su trabajo.

EN LA TERCERA EDAD Durante los últimos años de su vida, las mujeres Deméter suelen entrar en una de estas dos categorías: muchas encuentran muy gratificante esta fase de su vida. Son mujeres activas, ocupadas –como lo estuvieron siempre– que han aprendido de la vida y que son apreciadas por los demás por su sa39

Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin biduría práctica y por su generosidad. Son mujeres Deméter que han aprendido a actuar de modo que las personas no se aten a ellas o se aprovechen. Por el contrario, tales mujeres han fortalecido su independencia y el mutuo respeto. Los hijos, nietos, clientes, estudiantes o pacientes, que abarcan varias generaciones, pueden quererlas y respetarlas. Son como la diosa Deméter al final de su mito, cuando concedió a la humanidad sus dones y era extraordinariamente venerada. El destino opuesto le sobreviene a una mujer Deméter que se considera a sí misma una víctima. La fuente de infelicidad procede habitualmente de las decepciones y de las esperanzas frustradas de los años de la mitad de la vida. En la tercera edad, identificada con la Deméter atormentada, traicionada y colérica que se sentó en su templo sin permitir que creciera nada, no hace nada con sus últimos años de vida, excepto envejecer y amargarse cada vez más.

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LECTURA COMPLEMENTARIA PARA LA NANA 8 ROSA ZARAGOZA7 RUMBA DE LAS MADRES Ésta es la letra en castellano (también contiene algunas estrofas en catalán, euskera y gallego) de la canción: Mi abuela parió a mi madre. Mi madre me parió a mí. Todas paren en mi casa, yo también quiero parir. Yo quiero parir tranquila, que nadie me meta prisas, que mi chico esté conmigo, por si hay lágrimas o risas. Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá. Si pides, yo te doy teta; si lloras, te cojo en brazos; qué gusto darte un abrazo y llevarte en bicicleta. María no tiene niños, pero ella también es madre: envuelve con su cariño a quien se pone delante. Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá. Tú quieres una mamá y yo quiero tener hijitos; muy pronto te iré a buscar pa’ poder vivir juntitos Amatxik ama erditu zuen. Amak ni erditu zuen. Etxeko emakumeek erditzen dute, nik ere erditu nahi. Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá.

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N. del E.: cantante y musicóloga catalana, especializada en música sefardita y folclore tradicional de las antiguas culturas de España (sefardí, andalusí y cristiana). Comenzó su carrera en 1984 y ha grabado numerosos discos.

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Cuadernillo de Lecturas Complementarias - Taller a Distancia Sanar la herida con la madre coordinado por Germana Martin Miña aboa pariu miña nai. Miña nai pariume a min. Todas paren na miña casa, eu tamben quero parir. L’àvia va parir ma mare. Ma mare em va parir a mi. Totes pareixen a casa, Jo també vull parir. Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá. Letra y música: Rosa Zaragoza.

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