Revision Bibliografica

III. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA I.1. Historia de la Medicina Veterinaria I.1.1. Origen Universal Al remontarnos a los inicio

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III. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA I.1. Historia de la Medicina Veterinaria I.1.1. Origen Universal Al remontarnos a los inicios de la historia de la medicina veterinaria, no podemos omitir el nombre de Aristóteles, que en su extensa obra sobre historia natural dejó plasmados importantes conceptos sobre patologías inherentes a los animales. Estos conocimientos, consultados y ampliados por varios autores, dieron origen a los primeros tratados sobre la medicina y la zootecnia de los animales. En el caso de los escritores latinos sobresale “Catón el viejo” (234 – 149 a.C.) en su escrito De re rustica y Varrón (116 – 27 a.C.) autor de tres libros de agricultura Rerum rusticarum libri III. A finales del siglo primero, Lucio Julio Columela, en su obra Los doce libros de agricultura, utilizó por primera vez el término veterinario para definir al pastor que cura las enfermedades de los animales (Egaña, 1941). Si bien los pastores ancestrales se dedicaron al tratamiento de enfermedades de los ganados, y en especial de los ovinos y bovinos, arte reconocido como buiátrica o buiatría, el mayor avance se logró con los estudios realizados para curar enfermedades de los caballos, por razón de la importancia fundamental de estos animales como medio de transporte y por su fortaleza y su valor en los ejércitos que los destinaban a las guerras y a las conquistas, conformando con ellos las divisiones de caballería. Fue así como surgió La hipoátrica, campo donde, hasta hace unos años, se investigó y se enseñó con mayor intensidad la veterinaria. El acervo de los griegos y los romanos sobre La hipiátrica fue trasladado a los pueblos bizantinos, al declinar la civilización latina. De Bizancio, la ciencia hipiátrica pasó al Asia Menor y al Norte de África hasta llegar a los pueblos musulmanes que hicieron notables aportes a la ciencia veterinaria. I.1.2. Origen en el continente americano La situación de las enfermedades de los animales en la América, en tiempos inmediatamente posteriores al arribo de los españoles, era muy peculiar pues debido a la inexistencia de animales domésticos y por tanto de reservorios para los gérmenes que causan las enfermedades, estas no existían como ha sido el caso en el viejo Continente desde hace cientos de años. Una circunstancia notable favorecía esta situación y era que el tiempo prolongado que antes tomaba la travesía del océano Atlántico para llegar a las tierras del Nuevo Mundo, prácticamente servía como período de cuarentena. Así, que solo animales sanos descendían en costas americanas.

Los primeros reportes de la existencia de enfermedades de importancia se ubican hacia los años de l750 en los Estados Unidos de Norte América. Allí se mencionan a la rabia y el distemper (moquillo) canino y a lo que antes se conocía como distemper del caballo (probablemente influenza). También se reportó como de mucha importancia a la fiebre de Texas (Piroplasmosis) que con otras constituyeron problemas en ciertas áreas. Sin embargo no se hizo mayor cosa por el control de las enfermedades debido principalmente a que no existían profesionales con la preparación necesaria para tratar las mismas. Estas al igual que el hambre, (desnutrición) por falta de conocimientos para prevenirla y las muertes por frío causaban grandes pérdidas dentro de la población animal. La investigación científica en el campo de la Medicina Veterinaria ha librado serias batallas en contra de un sinnúmero de enfermedades infectocontagiosas. Como resultado de estos trabajos también se han derivado métodos de control de las enfermedades que afectan a los seres humanos. I.1.3. Origen en el Perú A inicios del siglo XX, en el año 1902 se inicia en el Perú el estudio de veterinaria en la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria. En 1940 se crea la sección de Cadetes de Veterinaria en la Escuela Militar de Chorrillos, la misma que en 1943 se transforma en Escuela Militar de Ciencias Veterinarias y posteriormente en 1944 constituye la Escuela Nacional de Ciencias Veterinarias, en base a la cual en 1946, se crea la Facultad de Medicina Veterinaria incorporándose a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En este momento se inicia la enseñanza universitaria de la medicina veterinaria en el país. Luego se fueron creando otras Facultades de Medicina Veterinaria en Ica (1955), Puno (1961), Lambayeque (1964), Cajamarca (1972), Huánuco (1984), Arequipa (1987), Tacna (1995), Ayacucho (1996), Lima ( 1996), Piura (2001), llegando en la actualidad a contarse 17 Facultades, unas de Medicina Veterinaria y otras de Veterinaria y Zootecnia. La primera Institución que reunió a los Médicos Veterinarios en el país fue la Asociación de Médicos Veterinarios del Perú , fundada el 14 de diciembre de 1940 por un distinguido grupo de profesionales formados en distintas Universidades, con fines de colaboración, intercambio de ideas, y estrechar vínculos profesionales y de amistad. El 8 de julio de 1966 se dio la Ley 16200 que crea el Colegio Médico Veterinario del Perú -CMVP. Con tal motivo, cada año se conmemora en dicha fecha el Día del Médico Veterinario en el país. Cabe destacar que actualmente el CMVP registra más de 7000 Médicos Veterinarios.

Posteriormente, surge la Academia Peruana de Ciencias Veterinarias, reconocida oficialmente por R.M. 437-99-SA/DM del 08 de Setiembre de 1999 y por R.M. 0939-99-AG del 01 de Diciembre de 1999. En Lima, el 5de agosto de 1998, se creó la Academia, con el objeto de contribuir al progreso de las Ciencias Veterinarias, fomentando la investigación en todos sus campos, vinculando estrechamente a sus académicos y a los médicos veterinarios en general, auspiciando e incrementando el intercambio científico con instituciones similares nacionales y extranjeras, sirviendo de entidad consultiva en aspectos de las ciencias veterinarias, auspiciando eventos científicos y proyectando a la comunidad los progresos de las ciencias veterinarias. I.2. Domesticación de Animales de Compañía I.2.1. Domesticación del Perro Aunque es muy difícil precisar cuándo empezó exactamente la interacción entre el hombre y el perro, o entre el hombre y el lobo, es casi seguro que el perro fue el primer animal domesticado. Los indicios arqueológicos hallados en pinturas rupestres, pruebas fosilizadas y excavaciones que revelan la proximidad de restos humanos y caninos parecen indicar que el hombre empezó a interesarse por estos animales entre 125.000 y 150.000 años atrás, e incluso antes. Estudios arqueológicos y genéticos recientes reflejan resultados dispares, situando la diferenciación del perro y el lobo entre 15.000 y 135.000 años atrás. Algunos de esos estudios apuntan a un fondo genético y una domesticación únicos, pero hoy en día la hipótesis más aceptada es que la división entre el perro y el lobo tuvo lugar entre 15.000 y 20.000 años atrás, en el paleolítico superior, y que la domesticación llegó de forma independiente con un extenso alcance geográfico. Siendo un acontecimiento prehistórico, es necesario cierto ejercicio de especulación para entender la domesticación del perro, aunque, considerando la evidencia científica que apunta al hecho de que en realidad el hombre y el lobo vivieron en armonía miles de años, no es difícil imaginar su origen. Hasta el paleolítico superior y el principio de la regresión de las inmensas placas de hielo que siguió al punto álgido de la última glaciación, el hombre y el lobo habían sido cazadores nómadas. Ambos seguían las migraciones estacionales de grandes manadas de herbívoros o mamíferos ungulados, y es probable que los lobos llevaran tiempo merodeando por los márgenes de los campamentos buscando comida y, al mismo tiempo, manteniendo alejados a roedores y carroñeros, de modo que todo apunta a un inicio de relación beneficioso para ambas partes. A finales de la época glacial, cuando el hombre empezó a asentarse y a abandonar el nomadismo, es probable que ya hubiera reconocido el valor del lobo como aliado y se hubieran dado los primeros pasos para adoptarlo como parte de la

sociedad humana, mientras que el lobo también habría empezado a aceptar al hombre. Ambas especies vivían en reducidos grupos sociales jerarquizados que aseguraban el éxito de tareas como la caza colectiva y el cuidado de los más pequeños y, por tanto, la supervivencia del grupo. Esa similitud de patrones sociales y otros comportamientos, unida a la aceptación mutua, sin duda originó y aseguró el éxito de la domesticación. Mientras el hombre se enfrentaba a nuevos retos vitales después de la última glaciación, el instinto canino relacionado con la lealtad, el territorio, la caza e incluso la manada se reveló como un complemento de las pautas humanas, quizá incluso decisivo para la supervivencia. I.2.2. Domesticación del Gato El gato (Felis doméstica) pertenece a una de las 37 especies de felinos que habitan nuestro planeta y su árbol filogénico comienza con una pequeña criatura carnívora arbórea el Miacis, cuya aparición fue en el periodo Eoceno alrededor de 40-50 millones de años atrás; luego vino el oligoceno que duro 15 millones de años en el que aparecieron otros carnívoros que ya no eran arbóreos; y es posible que el ancestro del gato doméstico sea un felino no doméstico. La Domesticación comenzó probablemente en Oriente Medio siendo el gato uno de los últimos animales en ser domesticados por el hombre y aunque hay diversidad de datos se acepta que hace 4.500 años ya era considerado como doméstico en el antiguo Egipto; de hecho existen datos de hallazgos zooarqueológicos en Jericó (9.000 años) y Chipre (8.000 años). Geográficamente es EGIPTO donde por primera vez apareció el gato doméstico; como hipótesis se cree que el gato se acercó al hombre atraído por los ratones que estaban en sus campos y graneros, siendo paulatinamente tolerados por el hombre al convertirse en destructores de plagas. Otros afirman que pudo haber ocurrido una mutación genética que se tradujo en adaptación a la domesticidad, y que los egipcios aprovecharon. Es de suponer que con el tiempo las nuevas generaciones de gatos fueron fijando genes de domesticación con lo cual mejoraron el nivel de convivencia con el hombre compartiendo gradualmente sus hogares. De otro lado no existen documentos egipcios que mencionen la domesticación de un felino; en cambio sí hay papiros sobre cómo se entrenaban y amansaban a los felinos. En nuestro continente se conoce la existencia de grandes felinos hace 12 millones de años, de igual manera nuestras culturas aborígenes dejaron testimonio de su existencia en su arte rupestre y en sus esculturas donde se evidenciaban figuras antropomorfas con rostros felinos. Muy probablemente la llegada del gato doméstico a nuestro continente se haya dado en la misma forma que en los demás; ya que se sabe que los fenicios de forma ilegal extrajeron ejemplares de Egipto y los Romanos se encargaron de su distribución por Europa, Asia, Oriente, Norteamérica, Suramérica y Australia; en los siglos XVII al XIX y lentamente pero con

paso muy firme, el gato comenzó a ocupar un nuevo espacio al lado del hombre como experto cazador de ratones. I.3. I.4. I.5. I.6.

BIBLIOGRAFÍA RED VET (revista electrónica de veterinaria) Vol. 10, N° 05, Mayo 2009. http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n050509B/050917B.pdf Perros: Historia, descripción, fotografías. PAULO RIQUELME. Marzo, 2009. Néstor Alberto Calderón Maldonado. Origen y Domesticación del Gato Doméstico. Bogota, Colombia. 2004.