resumen pierre rey .pdf

En relación al testimonio de Pierre Rey en cuanto a su análisis con Jacques Lacan a- En el testimonio de Pirre Rey, se p

Views 179 Downloads 0 File size 315KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

En relación al testimonio de Pierre Rey en cuanto a su análisis con Jacques Lacan a- En el testimonio de Pirre Rey, se pueden encontrar varios significantes que hacen a su discurso, como enuncia en los primeros capítulos se pueden leer en varias partes de su relato la muerte, como algo recurrente en el plantearse “estaré muerto” “nos es la primera vez que estoy muerto” (..Por que morir es olvidar. Y no me acordaba de nada, a pesar de ciertos amigos que se obstinaban en servirme de memoria contándome las hazañas de tiempo atrás, desconocida, de un desconocido que me juraban era yo.) Pierre Rey p.15 El ser mirado por el Otro, también relacionado a la muerte, el estar a punto de morir para captar la mirada de ese otro. El ser excluido, de distintas situaciones a lo largo de su vida, de la escuela de la universidad. Antes situaciones que le pesaban el se hacia echar. “El dinero era mierda”. “Padre dios padre”, (…aquella noche sentí la intensidad de un protección total. Hablo de ello por analogía, por esa irradiación de energía sentida a años de distancia por el niño que fui. Acurrucado contra su padre, y el hombre que era y que volvía a ser niño al experimentar un poder idéntico.) Pierre Rey p.71 Una formación del inconsciente muy importante se produce en la sesión en que hablan de isla desierta. ¿Hombre? Humo: no hay humo sin fuego. Fuego, hombre. Hombre, lenguaje. Y allí le muestra unos dibujos Humo-risticos inéditos cuyo tema central era el falo. Solamente poseía un original, que fue el que le muestra a lacan, el mismo pide dejárselos unos días. Al transcurrir varias semanas quiso recuperarlos, pidiéndoselos a Lacan, el mismo le pide que se los regale, ante esto Pierre Rey se niega, entonces Lacan pide fotocopiarlos y esta vez Pirre Rey dice No!. Es en esta intervención en donde Lacan al finalizar la sesión le de su número de teléfono por si necesita llamarlo, en caso de necesidad. Pierre Rey se siente desconcertado. Al salir se larga una tormenta, la lluvia nuevamente marcando un hecho importante en su vida. ( Me sorprendí desviando rápidamente los ojos de un escaparate que devolvía mi imagen. ) Pierre Rey p.99 aquí se da cuenta de esa imagen en la cual no se reconoce, y en lo que aparentaba ser con lo que realmente el era. Aquí recuerda una situación en la cual la madre lo hace mirar su nombre y al lado donde decía niño prodigio. El a sus 5 años como cantor y visto por mucha gente. Aquí surge el ser el centro de miradas, de la atención y de los focos. Hacer reír, que lo aplaudan. Exacto, era yo. ¡Mierda! 1

b. Donde aparecen sobre dimensionadas las pulsiones: Zona erógena Oral: pecho-pezones Anal , heces- excremento Además en esto, Lacan agrega. Lo escópico- la mirada Lo invocante- la voz Estos son objetos que el sujeto registra como objetos cesibles, o sea todo aquello que el sujeto puede separar y en la medida que esto suceda tendrá la dimensión del deseo su septuagésimo. En Pierre Rey, las zonas erógenas mas destacadas son; la escópico en este ser mirado, hacer mirar constantemente, su imagen en aparentar ser lo que no es. Y la anal, en sentirse una mierda. C- En relación a lo transferencial podemos apreciar una relación al dinero y al objeto anal, para Pierre el dinero era mierda y el dinero que debía pagar a Lacan en su primer sesión era excesivo y para él tenía que ver con que algo se produjera en él, que algo molestara. “(…) Al comienzo de mi relación con Lacan, ese vinculo reanudado - a un tiempo rechazo, escándalo y retorno – era el dinero que yo le daba. Hasta entonces, como intuye muy bien la expresión popular, para mí “el dinero era mierda” (…) un simple derecho de entrada para el goce del juego” “(…) era preciso que la suma exigida, fuera cual fuese la magnitud de los recursos de su paciente, traspusiese un umbral, más allá del cual, dejando de ser desdeñable, molestara, privase de algo” Lacan utilizaba distintas intervenciones que le permitían ir direccionando la cura, como por ejemplo las siguientes: “Lacan se levanta bruscamente, rea allí donde yo debía buscar, en aquel punto preciso de suspensión que él me indicaba”. “Un día, después de haber vaciado todo el buche, tuve la sensación de que iba a levantarse pero no lo hizo. Sentado frente a su escritorio, seguía, como si hubiese olvidado mi presencia (…) él seguía sin descargar los labios. Al otro lado de la puerta yo sabía que los pacientes se acumulaban (…) Con los músculos tensos, crispado, me disponía a abrir la boca (…) - ¿Si? 2

- ¡Nada! (dije con agresividad) Transcurrió otro cuarto de hora sin que ninguno de los dos pronunciase una sola palabra. (…) Ese “nada” me impedía advertir la insoportable angustia que, por su intensidad, hubiera tenido que darme la medida de las cosas que estaba reprimido. - ¿Si? - Nada. Una hora después salía de su despacho. Destrozado. (…) Lacan, con intervalos caprichosos, renovó la desazón de las prolongaciones hasta el momento en que la intensidad de mi turbación me obligaba – por fin- a comprender lo que podía ser la fuerza de una resistencia”

Podemos observar que Pierre ya en la primera entrevista y a lo largo de su análisis prende un cigarrillo tras otro, Lacan le tendía un cenicero. El cigarrillo no era otra cosa que una de sus defensas. “Un día me hizo una observación sobre el humo que invadía el despacho. La reiteró hasta que comprendí que era preferible no fumar durante las sesiones. A partir de entonces, me abstuve, pues, de sacar mis Philip Morris del bolsillo: así me abandonó definitivamente uno de mis últimos automatismos de defensa” Tomamos una de las últimas intervenciones que realiza Lacan a Pierre a raíz del suicidio del gordo: “(…)-¿Sabe lo que le ha ocurrido a A.? – Tuve que Silencio de Lacan.

tragar

saliva

para

poder

decirlo-:

Se

ha

suicidado.

-¿Ha oído lo que le he dicho? (…)Lacan imperturbable interviene: ¿qué otra cosa quería usted que hiciera? Podemos abrir esta pregunta, ¿qué quisiera quién? ya sea Lacan, el gordo o Pierre. Algo se movilizó en Pierre ya que vería a Lacan por última vez al día siguiente. Así culminaba su final de análisis. Recordemos que Pierre Rey ya estaba escribiendo “Una temporada con Lacan”. Quizá ya comenzaba a elaborar y a comprender muchas cuestiones que lo habían llevado a análisis y ahora estaban tomando otro forma, otra modalidad, quizá era tiempo de concluir para Pierre Rey.

3

D- Procuren resaltar algún fragmento del discurso que les parezca puede considerarse a la luz del material bibliográfico abordado en clases. Expliquen de qué modo se puede articular. “En otras palabras, matar simbólicamente a aquel que se ha sido para que de ese modo se distinga lo dado de la niñez de lo conquistado de la madurez. La palabra, como nos lo prueban los bebés octogenarios o los ancianos de veinte años con los que todos tratamos todos los días, nada tiene que ver con la edad, sino con la aptitud de un individuo que por fin se hace libre, autónomo en su pensamiento, es decir, sujeto de si mismo, y no de las circunstancias de su trabajo, de un discurso o del dinero que recibe, para amar, decidir, asumir”. En estas palabras Pierre esta describiendo, que no importa la edad cronológica, sino el deseo que invade al sujeto para sentirse vivo, realizado, con proyectos, Pierre desde el comienzo del libro plantea al duelo, la muerte, los amigos que ya no están, Pierre Rey comienza análisis porque había algo que no funcionaba, algo que quería elaborar. Pierre Rey plantea en un momento que se sentía demasiado bien para crear. Podemos pensar el deseo puesto en un hacer. “Lacan. Era también allí donde, durante diez años, me jugué la vida. Allí me juré que, tarde o temprano, daría testimonio. Estas palabras nos recuerdan a lo que plantea Iacub, en trascender, Pierre transcendió por sus obras y su obra “Una temporada con Lacan” fue un best- seller, en su libro Pierre transita quién fue, quien es y quién será, estableciendo un sentido a su vida, a su existencia, dándole coherencia a los hechos de su vida, como va elaborando todo lo que siente, piensa y desea. Duelo y melancolía (1915 ) : esa imagen perdida, de niño que necesita volver a estar en el vientre de su madre. Es la reacción por la pérdida del objeto o abstracción equivalente en las que hay un momento de término. Profunda tristeza, incapacidad de amar, cesación por el interés del mundo externo, diferentes rechazos (relacionados a la melancolía)-tiene conciencia de la pérdida, acusaciones (son hacia el yo) inconscientes de la significación de la pérdida, la no significación. Rechazo a la alimentación. Ideación suicida. En la melancolía, se sabe que algo se perdió, pero no sabe que, esto es lo singular de la pérdida. En el quehacer que no tiene demasiada significación. Al escindirse el yo, una parte de la identificación al objeto perdido y la otra parte como conciencia moral, entre el yo y el ello. Donde el yo tiende a dejarse de ir con el objeto

4

Las pérdidas que va reconociendo en su cuerpo, libido, turgencia, piel tersa, flacidez de la musculatura, energía, fuerza, rendimiento psíquico: pérdida de memoria, de recuerdos, memorización. La transformación femenina un tanto más intensa que la del hombre. Los cambios en el goce, puede ser pérdida total o parcial del deseo, o puede abundar la sublimación en múltiples situaciones. Las perdidas familiares, donde pierde a su pareja, la marcha de los hijos, las pérdidas de sus amistades, o personas que en su entorno fueron sostén importante. A través del análisis se puede transitar el duelo, ayuda una obra literaria, también. Lo siniestro (1919): que va más allá de lo estético, y que producen reacción en cuanto al desconocimiento de eso tan conocido que se vuelve siniestro y desconocido. Lo extrañamente conocido se vuelve atemorizante, de tan extraño que el impacto produce extrañeza. El desdoblamiento de lo especular, el desconocimiento que hace ,que determinados momentos no reconozca la imagen que le devuelva un espejo o algún elemento similar .Relacionado con el complejo de castración, detectado con el estadío del espejo. “Trastorno de la memoria en la acrópolis “carta abierta a Romain Rolland en ocasión de aniversario.(1936) Además la enseñanza de Freud, se toma como un testimonio de un adulto mayor, en que se produce una división interna –la persona se obliga a acreer en algo cuya realidad le parecía incierta, como si fuera al monstruoso – la otra es que la persona se asombra por la duda respeto de la acrópolis. Hecho que sucede ante situaciones de la vida diaria y no precisamente en la acrópolis. “Lo perecedero” (1915-1916) Muestra este texto la transitoriedad, ese disfrute imposible por la preocupación de eso que va a terminar. Se plantea la idea de disfruta y resignación. El valor reside en lo perecedero. Objeto característico de no caer .En el adulto mayor se caracteriza por la caída de ciertos ideales, y no restarle valor. Se produce una relación ambivalente frente al deseo. La irrupción de la cosa, de la comunicación, es esa interpretación que ocurre por haber ido más allá del padre.

2. Freud ha hecho un recorrido por el significante ominoso demostrando que éste tiene una lógica que lo presenta entre la sutileza y la extrañeza misma del concepto, haciendo un vaivén entre las diferentes acepciones de la palabra, tanto en la lengua alemana (y 5

volviendo a las referencias literarias de manera destacada) como en otras lenguas encontrando una aparente contradicción sobre la cual podemos llamar la atención, y es que este significante evoca, representa, dos cosas que parecen contrarias. Por una parte hace referencia a lo extraño, a lo extranjero, a lo que se encuentra por fuera del conocimiento y de un sujeto, podríamos decir; pero por otra parte, trae a colación aquello que no es para nada extraño sino que es justamente lo íntimo, lo más cercano, lo propio del sujeto. También a esto se puede considerar el aporte de Gerardo García, y la relación a esto que hace con Nicola Constantino, la cosa, eso extraño y que en un momento se trona totalmente desconocido, eso que se vuelve un objeto, algo como si fuera de otro. Lo ominoso, nombra que hay dos posiciones encontradas. Ahora, si tenemos muy en cuenta eso con que se topa Freud en el significante “unheimlich” (siniestro, lúgubre, inquietante, tétrico) podemos atrevernos a afirmar que este encuentro tiene algo que ver con el adentro y el afuera. Así, lo ominoso se nos presenta como un significante que nombra un adentro y un afuera, pero de qué, de quién, pues es el sujeto el llamado a esta topología, topología del adentro y el afuera que Lacan en su enseñanza ilustra con la banda de Moebius. Es en Pierre Rey que esto se manifiesta en tanto no se reconoce en su imagen y plantea el equívoco que encuentra entre la imagen que proyectaba y su obstinada negativa a aceptar eso signos externos, con los que manifiesta no poder identificarse. “ Precisamente yo viva muy mal conmigo mismo para poder soportar por mas tiempo esa fractura entre lo que era y lo que parecia ser, dado que no me reconocía en la mirada del Otro. Y además no existía para mi propia mirada, dónde y como podía verme bien …“precisamente porque me lo atribuían como una ventaja” Es en ésta última frase donde podemos articular con algo que trabaja Freud en su texto “ Un trastorno de la memoria en la Acropolis , cuando nos plantea el hecho de la incredulidad frente a algo que promete proporcionarnos placer y dice “he aquí una paradoja”… “ Uno no se permite a sí mismo la felicidad: la frustración interior le ordena aferrarse a la exterior. Pero ¿por qué? Porque - así reza la respuesta en cierto número de casos - no nos atrevemos a esperar tales favores del destino. He aquí, pues, nuevamente el too good to be true, la expresión de un pesimismo que en muchos de nosotros parece hallar abundante cabida. Otras personas se conducen exactamente como aquéllos que fracasan ante el éxito, aquejándolos un sentimiento de culpabilidad o de inferioridad que podría traducirse así: «No soy digno de tal felicidad, no la merezco.» Pero, en el fondo, estas dos motivaciones se reducen a una y la misma, una materialización de nuestra conciencia, del severo superyó que llevamos dentro y en el cual se ha condensado la instancia punitiva de nuestra niñez.

6