Resumen Entrevista Pierre Bordieu

La sociología: ¿Es una ciencia? Entrevista a Pierre Bordieu. Resumen: Pierre Bordieu nos explica la cientificidad de la

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La sociología: ¿Es una ciencia? Entrevista a Pierre Bordieu. Resumen: Pierre Bordieu nos explica la cientificidad de la sociología. En esta entrevista, Pierre Bordieu nos explica el porqué se debe considerar a la sociología como una ciencia. Para él, la sociología pareciera tener todas las propiedades que definen una ciencia. “Hace mucho tiempo que la sociología salió de la prehistoria”-dice, “ya no se encuentra en la edad de las grande teorías de la filosofía social”. Hoy en día, el sociólogo digno de llevar ese nombre, se ajusta a un capital de logros, de métodos, de procedimientos de verificación. A pesar de esto la sociología se encuentra sin respiro con respecto a su cientificidad, se es mucho menos exigente frente a otras ciencias sociales (etnografía, historia, etc.). Pero, nos dice Bordieu, el problema no reside en esto, sino en que la sociología perturba, por eso, se es tan detallista respecto a su cientificidad. El sociólogo se interroga e interroga siempre, la sociología plantea a otras ciencias lo mismo que se plantea a ella misma de forma aguda, por eso se dice que la sociología crea problemas, es crítica, quizás, porque ella se encuentra en una posición crítica por estar siempre cuestionada. La cuestión de la cientificidad de la sociología se plantea por el retraso con el que se ha desarrollado como disciplina. Este retraso se debe a que la sociología es una ciencia difícil porque interviene en cuestiones sociales importantes. La sociología provoca miedo porque ella levanta el velo de cosas escondidas y reprimidas, y una de las dificultades que esto presenta es que las personas tienen miedo de lo que van a encontrar. Yestas son verdades que los tecnócratas, los epistemócratas no quieren oír. Para ellos es más fácil deshacerse de verdades molestas diciendo que no son científicas, así pasan por cosas políticas, motivadas por el interés, la pasión, por lo tanto relativas y relativizables. Así, vemos que la sociología tiene por objeto campos de lucha: no solamente el campo de las luchas de clases, sino también, el campo de luchas científicas. Y el sociólogo ocupa una posición en esas luchas: ya sea como capital económico y cultural, en el campo de las clases; como investigador dotado de cierto capital específico, en el campo de la producción cultural y, más precisamente, en el sub-campo de la sociología. El sociólogo debe tener esto claro para discernir y controlar todos los efectos que su posición personal puede tener sobre su actividad científica el sociólogo tiene que tomar conciencia de su propia posición. Por eso una de las causas principales del error en sociología reside en una relación incontrolada del objeto. Ahora, las posibilidades de contribuir a producir la verdad deben depender de dos factores principales: el interés que se tiene en saber y en hacer saber la verdad (o la inversa) y la capacidad que se tiene de producirla. El sociólogo está mejor armado para descubrir lo escondido por el hecho de estar mejor armado científicamente, porque utiliza mejor el capital de conceptos, de métodos, de técnicas y porque tiene más interés en sacar a luz lo que está censurado, reprimido en el mundo social. Y si la sociología no avanza más rápido, como la ciencia social en general, es tal vez, porque esos dos factores tienden a variar en sentido inverso. Si el sociólogo llega a producir una verdad, no es relevante que tenga interés en producir esa verdad, lo importante es que exista interés. Este interés puede consistir en el deseo de ser el primero en hacer un hallazgo y de apropiarse de todos los beneficios asociados, o en la indignación moral, o en la rebelión contra ciertas formas de dominación, etc. Pues bien, no se debería juzgar esto, pues no habrían muchas verdades científicas si se debiera condenar algún descubrimiento con pretexto de que las intenciones o procedimientos no fueron muy puros. En el caso de las ciencias sociales, el "interés", la "pasión", el "compromiso’’ solo conducen a la verdad científica en la medida en que estén acompañadas de un conocimiento científico que las determine y de los límites así impuestos al conocimiento. Porque una ciencia avanzada, mas capital de Saberes acumulado, más estrategias de subversión, de crítica, cualquiera sea la "motivación", deben, para ser eficaces, movilizar un saber importante. En física, es difícil triunfar sobre un adversario recurriendo al argumento

autoridad o, como sucede en sociología, denunciando el contenido político de su teoría. Las armas de la crítica deben ser científicas para ser eficaces. En sociología vemos que ante una proposición que contradice las ideas incorporadas se sospecha de una opción ideológica o de una toma de posición política. Pero esta choca con intereses sociales: los intereses de los dominantes que tienen una opción por el silencio y por el "buen sentido", los intereses de los portavoces que necesitan ideas simples. Por eso se es más exigente con la sociología, que con los voceros del "buen sentido". Y cada descubrimiento de la ciencia desencadena un inmenso trabajo de "crítica" retrógrada que apunta a enterrar lo que había sido descubierto.