Resumen - Justo Serna - Anaclet Pons (2000)

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Justo Serna – Anaclet Pons (2000) CÓMO SE ESCRIBE LA MICROHISTORIA. ENSAYO SOBRE CARLO GINZBURG 7- La microhistoria: instrucciones de uso ¿Es razonable pensar que el éxito de El queso y los gusanos se deba en último término a su asimilación con una determinada corriente histórica? ¿Cuál sería ésta? En general Carlo Ginzburg representa la microhistoria, y El queso se identifica inevitablemente con aquella corriente. Sin embargo, hay datos que conspiran contra esa evidencia. Para empezar, no hay una coincidencia cronológica entre una cosa y la otra. El rotulo, la microhistoria, comienza a difundirse a principios de los 80. Además en El queso no hay identificación microhistórica alguna. ¿Qué nos dice Ginzburg sobre este particular? Poco explícito hasta 1994. Falta de algún ensayo en el que aclarara los contenidos de la microhistoria. Los libros que publicó más tarde no tomaron la etiqueta de microhistoria como dato central de su reflexión y, por tanto, sólo implícitamente pudieron concebirse como ilustración de la corriente. 1994, “Microhistoria: dos o tres cosas que sé de ella”: reconstrucción filológica del término, en que rastrea a los autores que lo habían empleado antes de su masiva difusión. El término italiano no guarda relación directa con los anteriores usos. Define a la microhistoria a partir de dos rasgos que son a la vez personales y genéricos: 1- El hecho de que los microhistoriadores se caracterizarían por hacer de su trabajo un constructivismo consciente, en el que no habría nada dado de antemano, en el que no podrían aceptarse ciertas evidencias epistemológicas tradicionales. 2- Predicar el constructivismo no tiene porque significar la adopción de posiciones escépticas. El antiesceptiscismo es la apuesta cognoscitiva más específica de la microhistoria italiana. ¿Es aceptable una presentación de la microhistoria en estos términos? Autorretrato en el que no hay una identidad estable, una imagen fija. Ginzburg ofrece otro elemento que puede servir de comodín con el que puedan reconocerse el resto de los microhistoriadores: el contexto, con su valor explicativo y significativo. En otros textos hay alusiones circunstanciales, que pueden tomarse como declaraciones de ese concepto de microhistoria que, a juicio de sus lectores, definiría su obra. 1- 1979 “El nombre y el como” de C. Ginzburg y Carlo Poni. La disciplina histórica cambia como consecuencia de fenómenos extrahistoriográficos de manera que los análisis históricos volverían a fenómenos circunscritos; en ese contexto emergería la microhistoria. Investigación nominal: reconstrucción de las distintas esferas de vida, de las diferentes acciones humanas emprendidas por un individuo en los diversos ámbitos en los que deja huella. 2- 1980, debate: “Indicios. Raíces de un paradigma indiciario”. Microhistoria: reducción de escala, la que supondría la propuesta de nuevos temas, la introducción de nuevos métodos y la renegociación de las reglas de control. Ginzburg hace una disociación entre indicios y microhistoria. El paradigma indiciario no es hallazgo de la microhistoria sino que sería un modelo cognoscitivo previo en el que aquello que se replantea son las reglas del control y las formas de inferencia en las explicaciones científicas. Si El queso ha vendido tanto y ha gozado de tanta popularidad se debe a las razones señaladas anteriormente, pero se debe también a la operación retrospectiva que lo toma como ejemplo de una práctica que aún estaba por desarrollarse.

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Giovanni Levi: importador de la noción de microhistoria en el ámbito histórico. Él realizó el retrato más acabado de los microhistoriadores, la reflexión de conjunto que diera orden y congruencia a lo dicho y hecho por unos y otros. El rasgo general que destaca es la ausencia de una ortodoxia de escuela. Por el contrario, las prácticas serían diversas, las referencias teóricas múltiples, etc. A pesar de todo habría algunas características comunes: 1234567-

Reducción de escala Debate sobre la racionalidad Pequeño indicio como paradigma científico Papel de lo particular Atención a la recepción y al relato Definición específica de contexto Rechazo del relativismo

Para Levi, la microhistoria surge en el contexto de la crisis del marxismo y, por tanto, los que la practican serían unos investigadores que habrían abandonado modelos conceptuales fuertes y que se propondrían el análisis de objetos concretos. La meta principal sería buscar una descripción más realista del comportamiento humano. Concepto de racionalidad limitada, que Levi toma de Herbert Simon; éste significa que cuando un investigador toma como objeto de análisis un individuo, debe tener en cuenta que éste no es alguien que agote las informaciones o que esté en capacidad de elegir sin incertidumbre y de jerarquizar ordenadamente sus preferencias. El escenario de las decisiones es un contexto concreto en el que el actor encuentra su esfera de libertad más allá de las restricciones y donde la elección es tentativa, aproximativa, basada en una experiencia selectiva. Reducción de escala de observación: análisis microscópico y estudio intensivo del material documental. Supone adoptar un enfoque analítico que es independiente de las dimensiones de lo que se estudia. Dos referentes o interlocutores: Frederick Barth y Clifford Geertz. El primero reflexionó sobre la escala, mientras el segundo desarrolló el concepto de descripción densa (thick description). Este concepto permite vincular la historia (micro) con la antropología (interpretativa), en la medida en que en ambos casos se reduce la escala de observación y en tanto que los objetos tratados están dotados de significados simbólicos que habría que averiguar. Levi critica el relativismo de Geertz. Temor de que la microhistoria sea considerada como relativista. Rasgo antirrelativista que no sería privativo de los microhistoriadores, al menos en el mismo sentido en que sí lo sería la reducción de escala. Problema del relato: el cual tiene doble función: 1- Individualización de los hechos; 2- Incorporar el procedimiento mismo de la investigación, así como sus obstáculos y sus limitaciones documentales. ¿Es cierto que la microhistoria ha abordado expresamente el problema del relato? Los microhistoriadores han tomado conciencia del relato, pero no parecen haber hacho un análisis específico de las formas de la narración, al menos de la que ellos desarrollan. Las últimas características descriptas por Levi para la microhistoria (los indicios, lo particular y el contexto) aparecen condensadas en un breve párrafo en donde los indicios, como forma de conocimiento, permiten averiguar las características de lo particular, insertándolo en el contexto del que formaría parte. Por contexto pueden entenderse dos cosas: 1- el espacio próximo en el que sucede un hecho. De acuerdo con esta acepción espacio-temporal, el contexto puede leerse de dos maneras: una forma funcionalista-determinista (lo particular queda explicado por lo general) o de una forma microhistórica (lo particular revela, al reducir la escala, las incoherencias de lo general). 2- Un concepto que está pensado ad hóminen, aunque sin explicitar ese nombre. En este caso el contexto es un ejercicio de comparación y vinculación de elementos individuales, alejados en el tiempo y en el espacio, a los que se pone en relación por similitudes indirectas, por analogías. Aunque Levi intente ofrecer una pauta coherente de lo que la microhistoria significa para quienes la practican, él mismo no identifica su trabajo y sus métodos con los que utiliza Ginzburg. Diferencias de orden intelectual y personal entre ambos. Si se quiere conocer el intento más coherente de interpretación sobre la microhistoria se ha de acudir a Jacques Revel.

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No hay nada de casual en que la microhistoria carezca de textos teóricos, esto se explica por el hecho de que es una práctica cuyas referencias teóricas son múltiples y heterogéneas. Revel: ocho apartados en los cuales aborda las consecuencias teóricas de la perspectiva micro. 1- La paradoja de los microhistoriadores: mientras que la corriente es un lugar en el que se han desarrollado importantes debates epistemológicos, por otro, su trascendencia ha sido escasa, dada la falta de una infraestructura institucional y programática. 2- Contextualización historiográfica en la que cabe incluir a los microhistoriadores. 3- El elemento más característico de la microhistoria: el cambio de escala, síntoma de la crisis de confianza que habría aquejado a los historiadores sociales. 4- Para explicita en que consiste la escala macro, prospección cronológica. 5- Conecta la renovación emprendida por los microhistoriadores con la historia social más reciente. La adopción de una perspectiva microhistórica ha supuesto replantear las categorías generales del análisis social al confrontarlas con el espacio local y reformular la investigación histórica en términos de proceso. 6- Revel reconduce estos hallazgos a un objeto histórico tradicionalmente asentado sobre categorías generales y sobre escalas de observación macro; en particular se refiere al estado moderno en Europa. 7- Problema de la representatividad y, por tanto, el de la generalización de sus resultados. 8- Técnicas narrativas. Los microhistoriadores se plantearían explícitamente los procedimientos de la exposición, del relato y, en fin, las formas de escribir historia. Tres rasgos significativos: 1- Conciencia explicita de la construcción del objeto, los microhistoriadores no tomarían la realidad como si de un objeto dado se tratara, sino que se la vería como resultado de la elaboración del observador, a partir de sus instrumentos cognoscitivos (construcción). 2- Dimensión experimental del trabajo microhistórico (observación). 3- Atención expresa a las formas argumentativas, a los modos de enunciación, a las maneras de citar y a las metáforas que emplean cuando escriben (argumentación). Diferencias más evidentes entre Levi y Revel: 1- Relación contextual explicita entre Annales y la microhistoria (aunque ignora los vínculos historiográficos y personales que se dan entre ambos). 2- Peso dado al antirrelativismo, lo cual no es tenido en cuenta por Revel. 3- Revel le asigna importancia a Edoardo Grendi. Lo destaca por ser pionero y por ser autor de una fórmula retórica contradictoria, lo excepcional normal, que alude a objetos de investigación extraños que violentan las expectativas y que permiten describir lo normal desde su reverso. También alude a aquella documentación más improbable que a la vez es potencialmente más rica o informativa más reveladora. Ginzburg hace otro uso de la obra de Grendi, un uso más importante. Le atribuye la difusión en la historiografía italiana del término “microanálisis”, el cual fue reemplazado rápidamente por la nueva etiqueta de “microhistoria”. Grendi fue el introductor en Italia de figuras precedentes de la cultura anglosajona, en especial, de la antropología y la historiografía inglesas, desde Karl Polanyi a E. P. Thompson. Para él el microanálisis sería sólo una forma de entender la práctica, con una gran conciencia teórica y con la búsqueda de resultados analíticos, como una forma de heterodoxia en un país y en un medio académico propensos a lo que llama historia-síntesis. Una forma de ser más exigente con la investigación, de explorar objetos no (o mal) tratados por la historiografía italiana. Principal demanda: reducción de la escala de observación, lo que suponía utilizar ciertas categorías (estado, familia, mercado) desde una perspectiva que permitiera traducirlas al territorio de las relaciones interpersonales. Karl Polanyi: Grendi lo usa para distanciarse de la imagen tópica del homo oeconomicus y, por tanto, de presentar un análisis de la acción social en el que la economía es un dato incorporado a la sociedad. La idea misma de mercado autorregulado era una utopía de la modernidad. La centralidad de Polanyi radicaba en los conceptos clave de los que se sirvió para estudiar al mercado: reciprocidad, redistribución e intercambio. Pone en relación la economía, la antropología y la sociología, rompiendo límites disciplinarios. El trabajo de campo no sería una práctica exclusiva de la antropología, sino que podría entenderse como un recurso de las ciencias sociales.

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Frederick Barth: su aporte es repensar al actor social como empresario. El empresario de Barth es un manipulador que se sabe en el seno de una interacción social, que se sabe aculturado e interdependiente. Es decir, se trata de un homo oeconomicus muy alejado del modelo clásico o neoclásico, o del modelo formalista de la antropología. En ese mismo sentido puede entenderse la alusión al network analysis, y a Jeremy Boissevain. Este autor concibe también a los individuos como empresarios y al igual que Barth los piensa como manipuladores, esto es, como brokers, mediadores situados en los puntos de intersección de un sistema de relaciones. Norbert Elias: aborda las relaciones sociales sirviéndose de un legado freudiano, estudia las restricciones a las que se someten los individuos y observa los resultados de aquellos procesos históricos que configuran la sociedad moderna, que van más allá de una perspectiva intencional. E. P. Thompson: Grendi destaca tres elementos: 1- “Anglicità”: tradición británica empirista, destructora de universales y apegada a lo concreto. 2- Peso dado a la human agency. 3- Permite destacar el proceso histórico del capitalismo, es decir, como los individuos y las clases se han ido formando adaptándose a los cambios contemporáneos. Grendi reitera que lo más destacado de la mirada microanalítica está en el relieve dado a las relaciones sociales y en la voluntad de partir del nombre propio para la reconstrucción de lo vivido, todo ello en el horizonte de una historia desde abajo. Distingue dos formas de procedimiento microanalítico: 1- Una de tipo histórico cultural (ejemplo: El queso…); 2- La que pone acento en lo social, la que reconstruye las redes de relaciones y que subraya las elecciones y las estrategias individuales y colectivas. Mayor éxito del modelo cultural. En el caso italiano, Grendi considera que la inspiración microanalítica habría fructiferado especialmente en la historia política y en el debate sobre la formación del estado. Pone de relieve una evidencia: el desigual éxito de amabas formas de entender la microhistoria. Él reconoce el mayor impacto que ha tenido la obra de Ginzburg y lo atribuye, a la sintonía que su propuesta habría tenido con los avances más vistosos de la historiografía actual. El único elemento que uniría a Ginzburg, Levi y Grendi sería el de la reducción de la escala de observación. La recepción internacional de la microhistoria ha subrayado invariablemente la paternidad de Ginzburg en la génesis de dicha práctica. El queso y los gusanos, conciencia retórica que no se refleja en otras obras. Forma consciente de escritura, forma exhaustiva de exploración de la fuente y una forma antropológica de observación del objeto. Historia etnografiada: devuelve el protagonismo a los sujetos carnales y visibles. Con ello el lector recupera la verosimilitud que la historia científica había desatendido, pero recupera también el atractivo del relato que había sido cedido a otros géneros. [Justo Serna – Anaclet Pons; Cómo se escribe la microhistoria. Ensayo sobre Carlo Ginzburg; Ediciones Cátedra, Madrid, 2000.]

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