Resumen Holston - La Ciudad Modernista

1. Holston “La ciudad modernista y la muerte de la calle”        Brasilia es una ciudad sin esquinas, lo que h

Views 63 Downloads 2 File size 1007KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

1. Holston “La ciudad modernista y la muerte de la calle”   



  

Brasilia es una ciudad sin esquinas, lo que hace que conductores y peatones deban redefinir la manera en como conciben la locomoción urbana. En Brasilia la rotonda sustituye a la esquina, no hay intersecciones que distribuyan la vía entre peatones y autos. Por ende, se elimina al peatón: quien puede conduce un vehículo. Característica más distintivas y radicales de la modernidad en Brasilia: la ausencia de las calles. En lugar de calles, hay avenidas en las que se transita a alta velocidad y callejones residenciales, en lugar de peatones hay automóviles. En su crítica de las ciudades y las sociedades del capitalismo, la arquitectura moderna propone la eliminación de la calle como un prerrequisito para la organización urbana moderna arremete contra la calle por una serie de razones. Por un lado, considera la calle corredor es un foco de infecciones. Por otro, considera que la calle constituye un obstáculo al progreso porque no consigue acomodar las necesidades de la era de la máquina. La arquitectura moderna ataca a la calle porque esta constituye una organización arquitectónica de lo público y lo privado en la vida social que el modernismo busca subvertir. La calle encarna un principio de orden arquitectónico a través del cual se representa y se constituye la esfera pública de la vida civil. La calle-corredor es fundamental para analizar estas cuestiones porque constituye el contexto arquitectónico de la vida pública en el espacio abierto de las ciudades brasileñas. En su forma preindustrial, este contexto se define en términos del contraste entre el sistema de entramado de calles que constituyen los espacios públicos y el sistema residencial de edificaciones privadas. Es esta relación entre lo público y lo privado, con las consecuencias que conlleva para la vida pública, lo que subvierte Brasilia.

El contexto arquitectónico de la vida en la calle 







Uno de los impactos más fuertes de la migración a Brasilia es el descubrimiento de que es una ciudad sin muchedumbres. Pero no es de la ausencia de aglutinamiento de lo que se quejan los que migran hacia allá, sino más bien de la ausencia de la vida social de las masas que esperan encontrar en los espacios públicos de una ciudad. En entrevista tras entrevista con brasileños que comparan su ciudad natal con Brasilia, todos notan esa diferencia fundamental: en Brasilia “no hay gente en la calle”, a la ciudad “le faltan muchedumbres” y le falta el “movimiento de la calle”. Debido a esta carencia de aglomeraciones urbanas, Brasilia ha adquirido fama de ser una ciudad a la que “le falta calor humano”. Pero la explicación más frecuente es a la vez la más profunda. La cuestión es que Brasilia “no tiene esquinas”. En Brasilia, la falta de esquinas (es decir del sistema callejero de espacios públicos) tenía un efecto interiorizado; obligaba a la gente a quedarse en su apartamento y en lugar de la espontaneidad del encuentro callejero, la forzaba a la visita formal en la casa de otros. Esta interiorización de la vida social tenía el efecto de restringir y en últimas de constreñir su universo social. Para alguien acostumbrado al espacio público exterior, a la sociabilidad de la

  

 





esquina, su eliminación producía no solo una interiorización de los contactos sociales, sino también un profundo sentido de aislamiento. Solo las ciudades tienen ruas (calles). La palabra “calle” significa “ciudad” porque se refiere a un tipo particular de lugar que solo se encuentra en las ciudades. La ciudad preindustrial es, desde una perspectiva arquitectónica, una masa sólida de edificaciones contiguas en la que se trazan los espacios de circulación. La calle no es, sin embargo, apenas un paso para el tránsito. Su espacio es tan solo un elemento en una forma muy compleja. Como configuración arquitectónica, la calle se compone de un espacio abierto hacia el cielo, del marco físico que la contiene y le da forma, es decir, las fachadas de las edificaciones, y del piso. La plaza urbana es un caso muy especial de calle. En todos estos casos, a la plaza la definen las mismas características arquitectónicas que a la calle. En la ciudad preindustrial, una serie de elementos arquitectónicos media en esta oposición entre el borde de fachadas sobre la calle y lo que conduce de un espacio a otro. Estos elementos establecen la relación entre el espacio privado detrás de la pared y el ámbito público delante de ella. Los primeros elementos que nos llaman la atención son las puertas, ventanas y balcones. Es importante anotar que, puesto que las fachadas están alineadas con la acera, estas aperturas brindan unos medios de comunicación directa visual, vocal e incluso táctil entre los dos ámbitos. Así, la función de la fachada que da a la calle es muy compleja: define el interior y el exterior, lo privado y lo público, la casa y la calle, por contención y separación (y todo lo asociado con estos contrastantes ámbitos de la vida social), y al mismo tiempo brinda numerosos tipos de conexiones entre estos ámbitos. La fachada, entonces, en tanto funciona como una división selectivamente porosa, constituye una zona liminal de interacción entre los ámbitos que separa. Hasta aquí nos hemos venido refiriendo a una serie de características arquitectónicas que definen a la calle como un ámbito de la vida pública. La característica más importante es la oposición entre las edificaciones que enmarcan la calle y su espacio propiamente dicho, entre los cuales median los otros atributos. La oposición es a su vez la base de una convención fundamental de orden arquitectónico que estructura la totalidad del paisaje urbano en un diseño coherente y predecible de sólidos (edificaciones) y vacíos (espacios). La convención sólido-vacío/figura-fondo

La primera presenta una manipulación de ciertos vacíos (calles, plazas y patios) dentro de lo que son sólidos relativamente poco alterados. La segunda presenta una manipulación de sólidos (edificaciones) dentro de vacíos relativamente poco alterados. Cada una presenta una categoría completamente distinta de figura: en la una, es el espacio; en la otra, el objeto.

Ciudad Modernista

Pre-Industrial

















La principal convención de diferenciación que le otorga un orden a la calle, tanto en la experiencia perceptiva como en la composición arquitectónica, es la organización de sus sólidos y vacíos en relaciones de figura y fondo. Percibimos la calle de la ciudad a la vez como un vacío y como un volumen de espacio delimitado por los sólidos que lo rodean. En tanto vacío, la calle revela esos sólidos; en tanto volumen, toma la forma a partir de los sólidos que la rodean. La calle se constituye así en un tipo especial de espacio vacío; es un vacío que tiene una forma específica, por lo general la de un volumen rectangular. Desde el punto de vista de estos sólidos que la contienen, la calle se manifiesta como una figura distintiva y reconocible, una que está desocupada pero tiene una forma. Podemos, por lo tanto, considerar la calle-corredor como una figura vacía. El espacio de la calle “se roba” las fachadas de las paredes circundantes para conformar su contorno. Esta condición paradójica crea la impresión de que las fachadas de las edificaciones son las paredes interiores de una habitación exterior. La solución arquitectónica tradicional a esta paradoja de la pared es la de crear un borde alrededor de ella para que haga las veces de área de transición entre la figura y el fondo. Esto se hace por medio de la aplicación de ornamentos a la superficie de la pared y enmarcando los bordes. Además de servirle de decoración, estos elementos enmarcadores tienen una función perceptiva muy importante: confirman el carácter figural de la calle y brinda unas superficies levantadas, detrás de las cuales las paredes pueden terminar. Crean una condición de frontera en la cual sus bordes interiores se perciben como pertenecientes al fondo (la pared) y sus bordes exteriores a la figura (la calle) como su contorno definitorio. Una de las características arquitectónicas más significativas de la convención sólido-vacío/figurafondo es su reversibilidad: los sólidos pueden funcionar como el fondo en contraste con el cual los vacíos se perciben como figuras distintivas; o bien, los vacíos pueden conformar el fondo contra el cual, por contraste, los sólidos aparecen como figuras distintivas. En la medida en que la anatomía de la ciudad esta conformada por un sistema de circulación de calles, su estructura representacional caracteriza el orden urbano como una totalidad. Y esto es así porque la manera como se organizan los sólidos (las edificaciones) y los vacíos (especialmente las calles y las plazas, pero también los patios) de la ciudad en relaciones de figura-fondo instaura un orden para la percepción de estas relaciones dentro de la totalidad de los elementos arquitectónicos. En la ciudad preindustrial, las calles se entienden como vacíos figurales y las edificaciones como un fondo continuo. En la ciudad modernista, las calles son como un vacío continuo y las edificaciones son como figuras escultóricas. En la primera, los espacios circunscritos están definidos por una masa de sólidos. En la segunda, las edificaciones aisladas se erigen en un espacio sin límites. Lo más importante para lo que nos proponemos aquí es que las sorprendentes inversiones de los planos de figura y fondo nos brindan una manera de aproximarnos a las transformaciones de la ciudad y la sociedad en términos del orden que crea la arquitectura. Nos indican que este orden perceptivo es a la vez un ordenamiento de las relaciones y prácticas sociales en la ciudad. Como tal, la arquitectura constituye un sistema de convenciones que puede ser usado para representar otra cosa

La calle en Ouro Preto: Propiedad privada y manifestación pública

Ouro Preto









Durante el siglo XVIII, la ciudad de Ouro Preto surgió como un centro de fabulosos yacimientos de oro. El desarrollo de la ciudad corre paralelo al crecimiento y la decadencia de su producción aurífera y en su época de esplendor, la ciudad exhibía su riqueza de la manera más clásica: por medio de arquitectura grandiosa. En ciudades como Ouro Preto la masa sólida de edificaciones constituye el fondo en contraste con el cual los vacíos de las calles y de las plazas se perciben como figuras. En tales ciudades, la experiencia de un vacío figural indica, previsiblemente, que uno se encuentra en el espacio público, en una calle o una plaza; esto a su vez pauta una serie de expectativas sobre cómo comportarse. Los ámbitos público y privado se distinguen así por medio de una sencilla pero muy legible convención arquitectónica: sólido = fondo = privado vacío = figura = público Pero ¿Cómo se reconocen, entonces, los edificios y los monumentos públicos, en términos de esta convención? Se invierte la oposición entre figura y fondo para marcar los edificios que son efectivamente públicos. Estos edificios (iglesias, instituciones gubernamentales, museos, monumentos y demás) están diseñados no como fondo continuo sino como figuras escultóricas. Se les destaca en el contexto de las edificaciones privadas (el tejido sólido de la ciudad) por medio de una combinación de estrategias de diseño. En resumen, en Ouro Preto, ciudad barroca preindustrial, tanto el espacio como las edificaciones pueden operar reversiblemente como figura y como fondo. Aun cuando el espacio es consistentemente la figura y los edificios son el fondo, estas relaciones se invierten fácilmente para resaltar los monumentos públicos y las instituciones civiles. Esta inversión de la figura y el fondo es el principio retórico clave del discurso arquitectónico entre lo público y lo privado. La ambivalencia del sistema le otorga valores alternantes a cada elemento de la convención figurafondo: Sólido = fondo = privado

Vacío = figura = público

La inversión modernista 













Mientras que la ciudad barroca preindustrial brinda un ordenamiento de los valores públicos y privados por medio de la yuxtaposición de las convenciones arquitectónicas de la repetición y la excepción, la ciudad modernista se concibe como la antítesis tanto de este modo de representación como del orden político así representado. Al afirmar los espacios abiertos, la claridad volumétrica, la pureza formal y la abstracción geométrica, el modernismo no solo inaugura un nuevo vocabulario de la forma, sino que de manera más radical altera todo el modo de percibir la arquitectura. Se invierte el sentido de reconocimiento, la actividad de percibir significados y relaciones, como si los sólidos figurales de la ciudad modernista hubieran sido producidos en el molde de los vacíos figurales del urbanismo preindustrial. La arquitectura moderna elimina la calle-corredor con la subversión de la convención figura-fondo de la planificación barroca y con el resquebrajamiento de su discurso de inversiones. En la ciudad modernista, vastas áreas de espacio continuo sin excepción, forman el fondo perceptivo contra el cual se recortan los sólidos de las edificaciones: el espacio siempre es tratado como continuo y nunca como figural; los edificios siempre como esculturas y nunca como fondo. En la inversión modernista de la convención figura-fondo: Sólido = figura (nunca fondo) Vacío = fondo (nunca figura) Las consecuencias de esta inversión son profundas. Se eliminan las inversiones del código tradicional al establecer la supremacía absoluta del vacío no figural continuo y se transforma la ambivalencia de la planificación barroca en un orden espacial monolítico. Ahora se hacen imposibles las inversiones. De hecho, se abandona el discurso de las inversiones a favor de una claridad de la función sin concesiones. La estructura de la percepción de la calle en Ouro Preto ha sido así doblemente invertida en Brasilia. Por un lado, las amplias avenidas de la nueva ciudad no están subordinadas a ninguna otra entidad espacial o volumétrica. Sin contención arquitectónica y sin destinación aparente, pasan por delante de edificaciones monumentales que se encargan de aislar en el espacio. Por otro lado, en tanto esculturas aisladas, cada edificio de la ciudad exige ahora que se le reconozca como monumento. Cada uno compite con los otros para que se le preste atención, cada uno inmortaliza a su creador y cada uno celebra “la belleza de la autopista” que transporta gente y máquinas hacia horizontes aparentemente ilimitados. Si la inscripción arquitectónica en las ciudades capitalistas constituye un discurso (en el sentido de un ir y venir) entre “figuras públicas” y “fondos privados”, entonces el proyecto moderno es nada menos que una transformación total de este discurso civil para hacer desaparecer las distinciones mismas entre lo público y lo privado. El poder que adquiere del modernismo como visión triunfante proviene de su habilidad para traducir sus proyecciones de un nuevo orden institucional en convenciones sencillas de desfamiliarización arquitectónica. Estas convenciones imponen una totalidad de percepciones donde no se pueden diferenciar lo público y lo privado y, por lo tanto, se hace imposible, al menos en teoría, una forma de vida basada en tales distinciones. En gran medida, este borramiento semántico es una consecuencia directa e inevitable de la eliminación de la calle figural

a causa de la inversión de la convención figura-fondo. Y, si sabemos que no todas las edificaciones son privadas, pero no podemos identificar cuáles son públicas, la vieja convención arquitectónica para diferenciar entre lo público y lo privado queda efectivamente invalidada. La trasformación del discurso civil: el nuevo ámbito público de Brasilia

Brasilia ciudad modernista

 







 

Brasilia fue diseñada para transformar, tanto arquitectónica como socialmente, una forma de vida urbana que se había establecido en las ciudades preindustriales. La ciudad moderna que surge de estas transformaciones es, teóricamente, una ciudad completamente pública. Su diseño utópico elimina la propiedad privada en bienes inmuebles como base institucional del orden urbano tanto en la vida doméstica como en la civil. Sin embargo, puesto que lo público se define en relación con lo privado, la eliminación de este último también incide en el primero. Por lo tanto, en la ciudad modernista aparece un nuevo tipo de ámbito público. Los cambios en la ciudad se produjeron gracias al Plan Piloto de Brasilia (que se desarrolló en 3 fases distintas), donde la arquitectura y la organización de la ciudad constituyen un argumento a favor de la igualdad, ya que propicia la coexistencia social. El discurso igualitario sostiene que la ciudad le debe pertenecer “a la gente”, independientemente de las diferencias socioeconómicas. En su calidad de inscripciones en el espacio, todas las edificaciones de la ciudad y todos sus espacios deben entenderse como un bien público. Y como un monumento al esfuerzo colectivo de la planificación maestra y al estado que lo promueve. La alternativa modernista es el “sector comercial local”, diseñado con miras a brindar los mismos servicios comerciales que las tradicionales calle y plaza, en las que se mezclan lo residencial y lo comercial. Podemos suponer que la ausencia de la calle es deliberada y corresponde a una eliminación tanto del concepto de la calle como de su misma existencia física. La Brasilia Modernista (el Plan Piloto) se organiza en torno al cruce de dos “ejes arqueados”: un eje de autopistas de alta velocidad, llamado el Eje de la Autopista Residencial, y el Eje Monumental. Ninguno de los dos ejes tiene un solo semáforo o una intersección en la que haya que detenerse, pues el objetivo de este modelo de circulación es el paso del tráfico.



 







El plan requiere que se desarrollen entre las super cuadras franjas (llamadas “el “sector comercial local”) de instalaciones comunales y comercio local, que intercepten en alternancia estas vías de acceso. Se llega a cada una de las franjas por una vía de acceso motorizado. Con lo que, la calle ha sido segregada arquitectónicamente y reducida a las funciones de suministro, acceso y estacionamiento de vehículos. El Plan Piloto transforma las antiguas instituciones de la plaza de mercado y la calle comercial en un “sector comercial” y una “vía de acceso motorizado” La ausencia de la palabra calle en el plano es profética: revela la intención de desmontar el tradicional mercado urbano por medio de un reordenamiento de las relaciones entre lo comercial y lo residencial, entre los peatones y el transporte. Sin embargo, la calle también ha sido transformada arquitectónicamente y ha pasado de ser una figura trazada por entre la masa de sólidos a ser una autopista sin limitaciones. Ya no se reconoce como un vacío figural en un discurso de relaciones entre la figura y el fondo. No tienen relación alguna con la calle como un espacio de sociabilidad de los peatones. El área que rodea las plazas públicas en las ciudades brasileñas, el centro, es el espacio comercial de la ciudad. Es un laberinto de calles dedicado al comercio, a las compras y los servicios, y su vida callejera gira alrededor de lo económico. Por lo que, las actividades de la calle fluyen hacia ellos y desde ellos a través de la fachada permeable de la edificación, la cual crea así un espacio liminal que no es ni privado ni público. Es la heterogeneidad y el carácter libre y voluntario de las interacciones en la plaza lo que diferencia las actividades de esta sala de visitas de su correspondiente doméstica Tras haber examinado la prehistoria de la “calle” en Brasilia, es iluminador ver cómo los brasilienses han respondido a la eliminación de la misma. La concepción anti-calle del Plan Piloto resultó ser insostenible y los residentes la rechazaron. Principalmente os porque iba en contra de sus prácticas sociales. Estos nuevos habitantes pertenecían a todos los rangos de la burocracia estatal y venían en su mayor parte de otras zonas urbanas de Brasil, en donde la calle es el foco de la actividad pública. Consecuentemente, el hábito reprodujo la calle en la práctica aun cuando había sido negada arquitectónicamente. Como por ejemplo pusieron sus tiendas otra vez en la calle, en contacto con las aceras y el tráfico. La acera, esa franja tradicional de interacción social, ha sido ahora separada irrecuperablemente de la calle, ha sido subdividida en extensiones de finidas, y ha sido enlazada alrededor de cada pabellón en la forma de una arcada. Por un lado, la protección que brindan es mínima; por otro lado, este diseño previene la posibilidad de que haya vida callejera pues separa la calle del lugar en donde se lleva a cabo la interacción. Elimina el contacto que se produce en la acera entre los dos espacios y trata a cada uno por separado, reduciendo la calle a la simple función de transporte y llevándose toda la actividad comercial hacia esos mini-centros comerciales, aislados y autónomos. A falta de una acera continua bordeada por fachadas, no solo se hace imposible “salir a pasearse por la calle”, sino que el flâneur urbano está condenado a desaparecer.

2. Setha Low- Los límites y el centro: Comunidades cerradas y el discurso del miedo urbano 

Históricamente en U.S.A las comunidades cerradas se han edificado para proteger el “mundo del ocio” de los jubilados. Sin embargo, en las últimas décadas el desarrollo suburbano se ha expandido y hoy en día representa un negocio que incluye no solo retirados sino que familias con hijos. La materialidad de las comunidades cerradas (como paredes y rejas), según el autor, están cargadas de un simbolismo que se contradice con el ethos americano y sus valores, amenaza el acceso público a espacios abiertos y genera barreras de interacción social.



El discurso del miedo tiene que ver con la exacerbación del crimen y la violencia, produce que las personas busquen el cobijo de una comunidad segura. Esta búsqueda de seguridad tiene como consecuencia que este discurso opere con una forma de legitimar y racionalizar la segregación residencial a través criterios de clase.



En el texto, la autora plantea como parte de su tesis que el incremento de diversidad cultural produce una pérdida de lugar “loss of place”, que conlleva una sensación de inseguridad. Y en respuesta a esto se escogen para habitar sitios residenciales que se imponen por ser un espacio defensivo y amurallado.



Según la autora, los estudios antropológicos contemporáneos sobre las ciudades se han enfocado en los centros (plazas, mercados, etc) dejando de lado las zonas suburbanas y su relación conflictiva con las zonas urbanas. Como antecedente a este problema metodológico, la división binaria entre lo urbano y lo rural a exacerbado la tendencia en investigación de separar ambas zonas como campos diferentes. Sin embargo, la autora plantea que es necesario el estudio de los conflictos entre los centros y los límites, ya que en ocasiones los conflictos y contradicciones se pueden apreciar más intensamente en los límites (en este caso, los suburbios).



Los suburbios, según la autora, son la contrapartida de la reconstrucción de ciudades des industrializadas, también, las tensiones raciales de los centros se ven homologadas en la segregación social y racial de los suburbios. Los sitios residenciales cerrados son un espejo de los cambios sociales en un contexto de globalización.



Para la autora, entender por qué deciden vivir en estas áreas provee una perspectiva que desde el centro de las ciudades se puede pasar por alto. Para muchos gringos la distancia

entre los sitios de trabajo y el hogar se mantiene a través de un complejo discurso social, los sentimientos anti- urbanos expresan a su vez miedo al crimen y violencia, características que perciben de la ciudad. En relación con esto, la autora hace conexiones entre “the loss of a sense of place” y la creciente segregación de clases que se produce en el paisaje suburbano cuya existencia se legitima a través de un discurso de miedo al crimen y a la violencia, sin embargo, es construido socialmente y oculta dinámicas de exclusión racial, étnica y cultural. En otras palabras, se van a vivir a comunidades cerradas por miedo al peligro que los “otros” representan. 

Los procesos que producen zonas urbanas y suburbanas en estados unidos tienen una historia ligada en el racismo y la segregación racial, lo cual se ha mantenido hasta el día de hoy, pero disfrazado por un discurso que enfatiza en el miedo y en el crimen. Esto lo justifica con el hecho de que en los últimas décadas el desarrollo de este tipo de comunidades amuralladas a crecido paralelamente

en función del aumento de la

inseguridad ciudadana, aún cuando lo que indican las cifras es que el crimen ha declinado fuertemente desde los 80’. En este contexto los medios de comunicación han jugado un rol en la creación de una “cultura del miedo”, pero cuando se consultan las cifras la realidad no es tan devastadora como los medios (tele, diarios) la presentan, por ejemplo, según una publicación de Time, 800.000 niños son reportados como secuestrados al año, generando pánico a nivel nacional, pero un estudio más profundo de estas cifras indica que solo entre 200 y 300 niños son abducidos por no miembros de la familia y cautivos por largos periodos de tiempo o asesinados, los medios añaden dramatismo para vender más. 

El estudio se basa en dos comunidades cerradas, ambas en los límites de ciudades con el estigma de altas tasas de crimen; San Antonio y New York, las cuales son conocidas a su vez por ser un contexto multicultural y culturalmente inclusivas, pero también por representar los conflictos de cambios acelerados en la composición de la población.



En San Antonio, las altas tasas más altas de crimen se dan en la ciudad en contextos pobres y urbanos. En 1995 los asesinatos las tasas de homicidios eran el cuartuple que en contextos suburbanos, sin embargo, los residentes suburbanos tienen una percepción del crimen exagerada.



Para ahondar en el discurso del miedo la autora entrevisto a 20 miembros de las comunidades cerradas, la mayoría de sus interlocutores eran americanos de ascendencia

europea. De estas entrevistas su análisis indentificó preocupaciones sobre el orden social, control social, xenofobia, ansiedad de estatus y racismo. 

Sus entrevistados se referían a “los otros” ante la inaceptabilidad social de hablar sobre clase y raza, de esta forma eufemística de referirse es importante para estudiar tanto lo que se dice como lo que no. “trabajadores mexicanos” fue otro de los conceptos utilizados para referirse a la reciente inmigración. La deterioración de sus barrios antiguos en sitios urbanos es explicada a partir de los cambios étnicos reportados en las últimas décadas.

3. Teresa Caldeira - Enclaves Fortificados: La nueva segregación social La proliferación de los enclaves fortificados (de ahora en adelante EF) ha creado un nuevo modelo de segregación espacial, transformando la calidad de la vida pública en muchas ciudades alrededor del mundo. Los EF son espacios privatizados, cerrados y monitoreados para vivir, trabajar, consumir. En ciudades fragmentadas con EF es difícil mantener la libre circulación y la apertura, características principales de las ciudades modernas, y por esta razón el carácter del espacio público y de la participación ciudadana cambia. La autora hace una comparación entre Sao Paulo, Brasil y Los Ángeles, California. En Sao Paulo hay desigualdad por la distribución del ingreso y por ende segregación espacial, la cual es particularmente muy visible. En una ciudad como Sao Paulo los EF se vuelven símbolos de estatus e instrumentos de separación social. Construyendo Paredes: las Transformaciones Recientes de Sao Paulo Siempre fue una ciudad muy desigual, donde rico/pobre era a centro/periferia, pero desde 1990 en adelante la distancia entre pobres y ricos disminuyó considerablemente a medida que los mecanismos para separarlos se vuelven más complejos. Hay un cambio en las maneras en las que la inequidad social se emplaza en el espacio. Esto a causa de la recesión entre los años 80 y 90, cuando la periferia se volvió impagable hasta para los más pobres, junto con el advenimiento de la democracia que también causó que la gente pobre se integrara en la política, lo cual tuvo repercusiones en el ambiente urbano. Habitantes de la periferia demandaban desde los 70 una mejora en la infraestructura y los servicios de los barrios. La periferia se volvió un sitio de inversión social en la infraestructura urbana. Los barrios bajos mejoraron tanto que se volvieron inaccesibles para los pobres y por ende fueron relegados a las favelas (como siempre). En los 80, también, Sao Paulo dejó de ser la ciudad más industrial del país para convertirse en un centro de finanza, comercio y bla bla bla todas las weás típicas de una ciudad globalizada. Las áreas antiguamente industriales sufrieron procesos de gentrificación y deterioro y hubo una expansión de servicios hacia la periferia, pero esto no sé por qué no benefició a la gente de ahí. La última razón para el cambio espacial es la que se usa mayormente como

justificación para todo esto: el incremento del crimen violento y el miedo desde mitades de los 80 en adelante, contribuyendo a cambiar este aspecto y también casi todos los tipos de interacción pública (cambios en tránsito, uso de calles, medios de transporte etc). Sao Paulo, como resultado, se convierte en una ciudad amurallada, se han construido barreras físicas en todos lados, alrededor de casas, patios, edificios, parques, etc. Constituyen una irrupción en espacios que anteriormente no fueron pensados para contener barreras. Una nueva estética (A E S T H E T I C) de la seguridad le da forma a las construcciones e impone su lógica nueva de vigilancia y distancia como una manera de exponer el estatus, cambiando el carácter de la vida pública y la interacción pública. Los nuevos enclaves de residencia, trabajo y consumo de la clase media y alta son los que provocan las trasformaciones más profundas. EF  propiedad privada de uso colectivo, aislados físicamente por paredes o espacios vacíos u otro tipo de dispositivos diseñados, dan hacia dentro (no hacia la calle xd) y son controlados por guardias y sistemas de seguridad que refuerzas leyes de inclusión y exclusión. Son flexibles y como se supone que tienen “de todo” lo que se puede necesitar en el ámbito privado de la vida, pueden posicionarse en cualquier parte. Son espacios socialmente homogéneos, generalmente de clase media alta. Los EF representan una nueva alternativa de la vida urbana y son un significante del estatus social. La construcción de los símbolos de estatus es un proceso que elabora distancia social y genera los medios para el establecimiento de la diferencia e inequidad social. Publicitando Enclaves Segregados para los Ricos La autora analiza los anuncios de bienes raíces de estos enclaves en Sao Paulo, revelan un código de distinción social y se refieren explícitamente a la separación, aislamiento y protección como cosas que tienen que ver con el estatus social. Durante los últimos 20 años las publicidades elaboraron un mito de “nuevo concepto de residencia” a base de articulación de márgenes de seguridad, aislamiento, homogeneidad, facilidades y servicios. La imagen que confiere el mayor estatus y que es más seductivo xd es la de comunidades cerradas y aisladas, un ambiente seguro en el cual se pueden usar varias facilidades y servicios y convivir como iguales. Se representa como una isla, un escape de la ciudad y su ambiente deteriorado, encontrando un mundo exclusivo de placer entre iguales. Estas imágenes de enclaves se oponen a la imagen de la ciudad como un mundo deteriorado, contaminado por la polución y el ruido, lleno de confusión y mixtura, heterogeneidad social. Condominios cerrados como mundos separados, proponen una forma total de vida como alternativa a la calidad de vida ofrecida en la ciudad deteriorada. Vida de calma y seguridad, distantes del centro pero independientes de todo para compensar esta lejanía (supermercados, plazas y ese tipo de weas). La expansión del servicios doméstico (nanas) también produce separación de clase y separación social / servicio como forma de distinción, dominio sobre la gente de servicios

domésticos. Tratan de crear la manera más efectiva de controlar a los sirvientes, con los cuales mantienen una relación ambigua de dependencia y evitación, intimidad y desconfianza. Total seguridad como elemento crucial del nuevo concepto de residencia. No sólo asegura aislamiento sino felicidad, armonía y libertad. En este sentido relacional la seguridad exclusivamente a la amenaza de los crímenes es dejar de reconocer todos los significados que adquiere en distintos tipos de ambientes. Estos sistemas de seguridad no sólo ofrecen protección del crimen, sino que también crean espacio segregados en los cuales la práctica de exclusión se ejerce cuidadosa y rigurosamente. “Edge City”  concepto creado en Sao Paulo como forma atractiva de vender los enclaves. Condiminios cerrados con centros comerciales y complejos de oficinas como si fueran una parte del primer mundo situada en Sao Paulo. En el Edge City de EEUU (de ahí tomaron el concepto y lo aplicaron a SP) había particularmente exclusión racial, sospechando de la gente pobre y prometiendo su distancia, pero en Sao Paulo se erradicó este punto porque es un tema sensible. El uso de elementos de primer mundo para vender comodidades es una práctica común en el tercer mundo, de todas maneras. Atacando el Espacio Público Moderno Los nuevos enclaves de la clase alta, asociados con centros comerciales, complejos de oficinas aislado y otros ambientes controlados por privados representan una nueva forma de organizar las diferencias sociales y crear segregación en Sao Paulo y otras ciudades alrededor del mundo. Características de los enclaves en Sao Paulo: 1. Uso de instrumentos para crear separación: barreras físicas como paredes y rejas o grandes espacios vacíos creando distancia. 2. Sistemas de seguridad, control y vigilancia como condición para la homogeneidad y el aislamiento social interno. 3. Universos privados hacia adentro. 4. Mundos independientes que proscriben la vida exterior en términos negativos. No se subordinan a las calles publicas ni a nada del exterior. La relación con la ciudad es una de evitación, le dan la espalda a la ciudad. Estos enclaves y la segregación que generan niegan elementos básicos que constituyen la experiencia moderna de la vida pública: apertura y primacía de las calles, circulación libre de vehículos y masas, encuentros impersonales de peatones, etc etc. Se genera un proyecto que contradice al prototipo de remodelación urbana moderna del Baron Haussman  boulevards apropiados por numerosas gentes para el disfrute de la vida pública de la calle en Paris en conjunto con el anonimato y las posibilidades de consumo. Figura del flaneur central en este modelo de apropiación del espacio urbano, Paris como prototipo de ciudad moderna.

Idea de apertura, libertad y posibilidades de incorporación como contituyentes de la modernidad, nunca han sido realizados en la práctica, pero tampoco han perdido su rol referencial en la ciudad, excepto en ciudades con estos enclaves como SP y LA. En las transformaciones a nivel urbano se rechazan estas ideas de apertura e igualdad, reemplazando estos valores por la inequidad y la separación. Instrumentos Modernistas, Espacios Segregados Los EF, para lograr esta segregación, usan instrumentos de diseño que son instrumentos de planificación de la ciudad modernista y diseño arquitectural. Hay similaridades, entocnes, entre la construcción de estos enclaves y la construcción de la ciudad moderna a través del uso de tácticas parecidas. La planificación modernista aspiraba a transformar la ciudad a un dominio homogéneo público auspiciado por el estado, eliminando las diferencias para crear una nueva ciudad racional universal dividida en sectores funcionales como residencias, empleo, recreación, etc. Esta wea no resultó en Brasil y se volvió un opuesto radical, ahora Brasilia es la ciudad más segregada de Brasil. Los instrumentos de planificación moderna irónicamente se vuelven instrumentos perfectos para la creación de la desigualdad, en vez de eliminar las diferencias. En los EF, los instrumentos de planificación modernista se usan no para destruir los espacios privados y producir una unificación de lo público, sino para destruir estos espacios públicos. Su objetivo es agrandar los dominios privados para que se hagan cargo de las funciones que deberían ser públicos, y todo esto de una manera segregada. Los instrumentos que se han mantenido son los que destruyen el espacio moderno público y la vida social, son instrumentos que deberían crear todo lo contrario, todo lo que era el proyecto modernista en un principio, pero en vez, los enclaves usan estas convenciones modernistas para crear espacios en los cuales la cualidad privada es incentivada, donde lo público es irrelevante. LUEGO HACE UNA COMPARACIÓN DE SAO PAULO CON LOS ANGELES QUE ME LA VOY A SALTAR LOL Esfera Pública: Inequidades y Límites La gente le da significado a los lugares en los que vive de maneras flexibles y variadas, y los factores que influencian estas lecturas son interminables. La ciudad también es un espacio material con estabilidad relativa y rigidez que moldea y limita la vida de las personas y determina los tipos de encuentros posibles en el espacio público. Cuando los muros se construyen, conforman el escenario para la vida pública sin importar el significado que las personas le dan al espacio, sin importar las múltiples tácticas de resistencia que las personas usan para apropiarse del espacio público. Límites sociales son construidos en todos los aspectos de la vida, la materialidad, las trayectorias diarias de la vida, en todotodotodo. Se crea un mundo de sospecha y peligro. La segregación urbana contemporánea es complementaria a la violencia urbana. Se usa

el miedo al crimen para legitimar las medidas de seguridad y vigilancia y la proliferación del habla diaria sobre el crimen se vuelve el contexto en el cual los residentes general estereotipos al catalogar grupos sociales como peligrosos. Una de las consecuencias de vivir en ciudades donde hay estos enclaves es que mientras el contacto heterogéneo disminuye, las diferencias sociales se vuelven más rígidamente percibidas y la proximidad con las personas de diferentes grupos sociales se considera como peligro, enfatizando inequidad y distancia. Una de las condiciones necesarias para la democracia es que la gente reconozca a aquellos que están es diferentes grupos sociales como cociudadanos con derechos similares. En este sentido las ciudades con EF no son ambientes para la democracia. Las ciudades amuralladas no refuerzan la ciudadanía sino que la corroen.

4. Rebotier - La vulnerabilidad urbana: entre reducción de riesgo y emancipación social. Ejemplos en Venezuela Introducción: riesgo, ciencia y sociedad en una encrucijada El autor expone que, si bien el estudio del riesgo cuenta con más conocimientos conforme va pasando el tiempo, no van disminuyendo de manera significativa los impactos y las consecuencias de los desastres en las oblaciones y los territorios que ocupan. Esto lo lleva a plantearse dos cuestiones: 1. La manera en que se realizan los estudios de riesgo: Los análisis clásicos sobre el riesgo no asocian los factores de amenaza con la vulnerabilidad. Los factores notorios que hace falta tomar en cuenta en los estudios de riesgo no son sólo materiales y visibles (como la exposición directa a una amenaza), sino que también pueden ser inmateriales e invisibles (como lo pueden ser relaciones sociales discriminatorias en base a criterios socioeconómicos, de género o étnico, o también estatutos y posiciones de dominación o fuerte legitimidad social). Por esta razón, el autor propone que los estudios del riesgo se basen en la “vulnerabilidad” para dar espacio a mecanismos explicativos, inmateriales y simbólicos, relacionados con el orden socio espacial. 2. El papel que desempeña la investigación sobre riesgo en los territorios estudiados: los estudios de riesgo producen un discurso sobre los riesgos; particularmente, los discursos científicos no son ajenos al orden socio-espacial que contribuye a formatear las situaciones de riesgo. El autor propone integrar la dimensión performativa de la ciencia, situada en un contexto social (que no se reduzca a su función técnica). El objetivo del artículo es mostrar dos elementos clave en el en abordaje progresista de la vulnerabilidad: su carácter político, o sea, cuestionado y plural, y sus fundamentos socialmente construidos.

El difícil reconocimiento de los fundamentos sociales de los riesgos

En los años 60, emergió una corriente académica crítica que intentó elaborar y consolidar una noción que permite entender y explicar el riesgo a partir de las relaciones sociales. A través de la organización, la dinámica social y las relaciones situadas al medio ambiente, también se busca investigar una cadena de causas, se intenta explicar qué es lo que hace a la gente “vulnerable”. La vulnerabilidad es un conjunto de condiciones construidas en base a las cuales grupos, individuos, sistemas urbanos, etc. resultan diferentemente propensos a sufrir daños. Básicamente, este enfoque crítico pretende investigar las múltiples condiciones que contribuyen a la construcción de situaciones de riesgo. El abordaje crítico de riesgos mediante la vulnerabilidad permite articular las dinámicas socio espaciales con las modalidades del doblamiento, es decir, la manera como una sociedad se distribuye en, y se relaciona con el medioambiente. Un modelo conceptual llamado PAR (Pressure & reléase) consiste en asesar cómo se combinan las dinámicas biofísicas y las dinámicas sociales, dentro de una secuencia temporal, espacial y social. Hay distintos postulados hoy en día sobre cómo abordar las relaciones entre sociedades y medioambiente. Hay que notar cuán importante es la voluntad de distanciarse de nociones modernas “puras” de diferenciación y de exclusividad, para considerar interacciones entre sociedades y medioambiente, formas más híbridas, más complejas y de relaciones mutuas. Se necesita reconocer que las situaciones de riesgo que hacen vulnerable a una población no parten desde “la amenaza” ni de dinámicas biofísicas (o sea, que venga el tsunami o el tembleque), sino que este es sólo uno de los múltiples factores que pueden hacer vulnerable a la sociedad. Hay que pensar más allá: “qué hace a la gente vulnerable”. Godelier dice que las dinámicas sociales y ambientales son mutuamente constitutivas; hay que pensar el riesgo más allá de la separación moderna entre sociedad y MA, lo que lleva a conceptualizarlo como construcción social, tanto material como inmaterial. Por tanto, el objeto crítico de la investigación debe consistir en la identificación y priorización de los factores de vulnerabilidad en los contextos estudiados. Además, es performativo, en vista de una reducción sostenible de la vulnerabilidad mediante una transformación de las relaciones sociales y de las formas de pensamiento, en las cuales se originan las condiciones de vulnerabilidad. Entre ideal y material, la pluralidad de los factores de riesgo. El autor hace un análisis histórico de la Ciudad de Caracas, desde la colonia hasta la república. Principalmente, habla del proceso de crecimiento demográfico en relación con el crecimiento geográfico de la urbanización (o sea, cuánto terreno se va tomando la ciudad). En una lógica de modernización y de extensión, marcada por el alejamiento

constante de las urbanizaciones, crece más la ciudad en el espacio de lo que aumenta su demografía. Entre medio, terremotos y amenazas sanitarias son determinantes y configuran un enfoque higienista. Con el siglo XX y el surgimiento del petro-estado, el crecimiento urbano y demográfico se acrecientan, destacando la fuerte presencia del estado en el incentivo de la urbanización. Van aumentando las capacidades técnicas de intervención del medioambiente, y se promueve el discurso “si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella, y haremos que nos obedezca”. Así, la ciudad se va tomando terrenos del valle, el cual es atravesado por fallas geológicas, y circundado por colinas cubiertas de material poco consolidado, propenso a los deslizamientos. No existen acciones que no tengan correspondencias en las ideas. No existen modalidades de poblamiento urbano involucrando situaciones de riesgo que no tengan parte de su explicación en la manera como se conciben las relaciones entre sociedades, espacio y medio ambiente. De igual modo, las formas, la distribución y las implicaciones discriminadas de los riesgos tienen correspondencias tanto con la organización y el funcionamiento de la sociedad, como con las ideas dominantes de las relaciones sociales al ambiente. Estudiar los procesos de producción de la vulnerabilidad urbana social y espacialmente diferenciada obliga a considerar un orden socio-espacial discriminatorio, tanto material como inmaterial.

Jerarquizar factores obvios y otros no tan evidentes en el estudio del riesgo Al estudiar los casos de deslizamientos en Caracas, es posible deconstruir la idea de que la vulnerabilidad está sólo relacionada con la pobreza. Esto se ve en que hay zonas de clase media en las que ocurren estos deslizamientos: estas poblaciones están emplazadas en sitios con mucho riesgo, pero negociaciones truchas permitieron construir ahí, pese al peligro. El autor dice que se deben tomar en cuenta factores políticos, económicos e institucionales en el proceso de construcción de las situaciones de riesgo estudiadas, en margen de la mecánica geométrica de los deslizamientos. En el caso de la urbanización Santa Mónica, es posible evidenciar factores políticos que han permitido un desarrollo urbano en un sector originalmente no autorizado para la construcción, debido a las condiciones del terreno: pendiente fuerte y material meteorizado, no consolidado. Todo esto pasa por esas negociaciones truchas: “cada metro cuadrado se puede vender” (malditas sabandijas). En términos de gestión de riesgo y protección civil, resulta que la manera como se concibe el riesgo y el ambiente, la idea de la vulnerabilidad con la cual se trabaja, y los sistemas implementados en el seguimiento de las situaciones de riesgo son elementos fundamentales a la hora de coordinar una política local de riesgo, y eventualmente disminuir la vulnerabilidad urbana de los sectores más afectados. En este contexto, las enemistades políticas generadas, por ejemplo, en la era de Chávez, dificultan un correcto seguimiento y distribución de políticas en disminución de riesgos entre los municipios de Caracas.

En ninguno de los casos que se ha visto la pobreza es el factor de riesgo. La vulnerabilidad no se reduce a la pobreza, aunque es verdad que la pobreza contribuye en hacer la gente vulnerable mediante muchos otros caminos que la sola distribución desigual de la riqueza. Más que la pobreza, la condición de marginalidad contribuye a la vulnerabilidad, tanto en la producción de riesgo como en las capacidades de respuesta y en los recursos que se ofrecen para vivir con el riesgo. Ello obliga a situar los estudios de riesgo en un contexto social, histórico y geográfico. Menos vulnerabilidad ¿Para qué? ¿Para quienes? El autor destaca que, antes que concentrarse en la solución técnica a un problema concreto e imperioso respecto al riesgo, hay que preguntarse “¿Para qué?”. Hay que tomar en cuenta qué es lo que hace a la gente vulnerable y desde ahí proponer soluciones, enfocarse en las dimensiones sociales y humanas. En este sentido, el autor critica el concepto de resiliencia que es tan famosillo dentro de la academia, porque abarca más en los aspectos funcionales y técnicos en vez de investigar las dimensiones sociales y humanas de la vulnerabilidad. Después da un ejemplo sobre la zona de Mérida, en donde se desarrolla una herramienta tecnológica que permite anticipar la gestión de desastre, identificando los mejores terrenos en la ciudad para almacenar material y maximizar la atención de los heridos. Si bien esta herramienta es muy valiosa, se centra sólo en el ¿para qué? Y no en el ¿cómo?, de manera que invisibiliza otros factores de riesgo que no son tan evidentes. Básicamente, este tipo de herramientas reducen la vulnerabilidad a los daños potenciales a partir del desastre que se anticipa, y no ve que hay otros factores que hacen a la gente vulnerable, como el control muy débil de la urbanización, la precarización estructural de las viviendas, etc. “Pensar la reducción de la vulnerabilidad en términos de emancipación social permite no reducir los estudios de riesgo a una forma de gestión técnica y a-política, sino ampliar su alcance hacia objetivos de desarrollo y de transformación social.” Conclusión: una mirada desde la vulnerabilidad hacia la emancipación social El autor hace una reflexión sobre el papel crítico de las ciencias sociales, en conjunto con la “ciencia” que ve cosas más técnicas. No se debe considerar la reducción de la vulnerabilidad como una cuestión técnica que hay que implementar, sino como una cuestión social y política de contro y acceso al ambiente. Es necesario reconocer la construcción del riesgo como parte de la organización y del funcionamiento de una sociedad, así como situar el propio estudio de riesgo como una actividad social cualquiera, con condicionante e implicaciones. Es particularmente necesario en la construcción de nociones de vulnerabilidad y riesgo, cuestionando las visiones dominantes (de la “modernidad”); este enfoque permite buscar: 1. Hacer explícita las causas múltiples que hacen – de manera diferenciada – la gente vulnerable, y 2. Proponer un abordaje conceptual que permita articular un cambio posible de las relaciones entre sociedades y medio ambiente con un cambio social, en vista a la reducción de riesgos.

Resumen de las ideas generales del texto1

➔ Objetivo: desarrollar una dialéctica más que una lectura funcionalista del espacio urbano, con énfasis en los procesos sociopolíticos dinámicos ➔ Ideas funcionalistas de base: el espacio urbano como un ensamblaje de órganos. Un todo funcional. ➔ La ciudad higienista. Movimiento de salud pública. ➔ La infraestructura del agua juega un rol clave en la constitución de la “ciudad concreta”,conceptualiza la materialidad del espacio urbano. ➔ Nueva fase transicional en la constitución física del espacio urbano (cyber espacio) ➔ Objetivo: desarrollar una dialéctica más que una lectura funcionalista del espacio urbano, con énfasis en los procesos sociopolíticos dinámicos. ★ La ciudad bacteriológica ➔ Nueva forma de urbanismo con el agua como punto importante: relación agua, ciudad, sociedad ➔ Dilemas de transformación hidráulica: suministro de agua y manejo de aguas residuales ➔ Rol de lo privado en lo urbano: ejemplo del baño moderno ➔ Sector público encargado de planificación y manejo de aguas ➔ Modelo no aplicable a todas las ciudades del mundo ★ La ciudad contemporánea ➔ Formada alrededor de tensiones fiscales y políticas distintas a las de la ciudad bacteriológica ➔ Nuevos tipos de relaciones entre la estructura física del espacio y las distintas formas de gobernanza en la ciudad ➔ Privatización del agua ➔ Relación entre capital, espacio y poder ★ ➔ ➔ ➔

1

Espacios fracturados Conversión del agua de “bien común” a “comodidad de valor comercial” Fracturación de las dinámicas de salud pública en un espacio urbano Desigualdades en la distribución y calidad del agua como parte del proceso de polarización urbana

Sacado de la presentación de Romina y compañía.

➔ El estado como un actor mínimo frente a las tensiones de la desregulación y la fragmentación ➔ El agua en la ciudad: un conflicto intensificado a causa de procesos de globalización ★ Conclusiones ➔ El agua, más que un elemento material, es una dimensión de la producción social del espacio ➔ Delineador del poder social de la ciudad / Lo político y lo económico ➔ Crítica al concepto de “metabolismo urbano” como un sistema autorregulado ➔ El cambio urbano se genera de forma multidimensional / Interacciones materiales entre sociedades humanas y redes tecnológicas *Nota: el autor repite bastante la misma idea, así que pido disculpas anticipadas si es que yo hago lo mismo con el resumen*

5. Gandy - “Rethinking urban metabolism: Water, space and the modern city” Introducción Comienza explicando que la infraestructura urbana siempre ha sido concebida como un entramado funcional de diversos elementos que corresponden a los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta especie de metáfora como un punto de vistas metabólico de la ciudad, pone sobre la mesa varias series de dilemas análiticos relacionados con la intersección entre las dimensiones sociales y biofísicas del espacio urbano. En este sentido, Gandi apunta en este texto a desarrollar una lectura dialéctica del espacio urbano cuyo énfasis en los procesos dinámicos de las contestaciones sociales y políticas tomen precedencia sobre una concepción más teleológica de la forma urbana. Es decir, considerar las relaciones constitutivas entre naturaleza y cultura en el espacio urbano. Asimismo, explorar el rol simbólico del agua como infraestructura en la ciudad moderna y al emergencia de nuevas formas de lo social e hibridez cultural. Plumbing2 la ciudad bacteriológica El agua ha tomado un rol fundamental en la reconstrucción del espacio urbano al reproducir lo que podría reconocerse como un arquetipo de ciudad moderna, en la cual existe una cercana intersección entre la tecnología, el espacio y la sociedad. Por otro lado, la ciudad moderna introduce una nueva sensibilidad cultural a través de la naturaleza, en al cual esta se ve como una fuente de contemplación y recreativa, más que una necesidad material.

2

Relativo a la plomería, no supe cómo traducirla

Ante esto, Gandi subraya que el plumbing de la metrópoli fue entonces una proceso en el cual tanto la reconstrucción física como la ingeniería social marcaron, en cierto sentido, este uso del agua en la ciudad moderna en una tensión entre los discursos higienistas progresistas y de castigo. Esto último, lo explica mejor después cuando dice que, si se ven en términos de Fucó, se crea una dinámica “biopolítica” en donde las relaciones sociales y los códigos de conducta corporal fueron cada vez más involucradas en modos indirectos de disciplina social. En este sentido, la relación simbiótica entre los sistemas de suministros de agua y el desarrollo de la ciudad moderna ha involucrado tanto a una interacción híbrida entre la naturaleza y la cultura, como a una co-evolución dinámica entre la tecnología y el cuerpo humano. Por lo tanto, la ciudad bacteriológica es tanto un artefacto físico como una idea política. De igual forma, el desarrollo de la infraestructura del agua estuvo conectada no solo con la emergencia de nuevas formas de gobernanzas municipales, sino que además con una transformación más amplia de la racionalidad de las actividades estatales. Espacios fracturados Aquí empieza a hablar de la ciudad contemporánea3, la cual ha sido conformada por presiones fiscales y políticas que han generado nuevas relaciones entre la estructura física del espacio y los patrones cambiantes de la gobernanza urbana, en los cuales la idea de lo público ha sido relegada del Estado para pasar a manos de los privados y de agencias no gubernamentales. De esta manera, lo que ha emergido es una especie de mercantilización del agua. Esta transformación del agua como un bien común a un bien de mercado, ha implicado en la manera en que esta se ve; es decir, ya no como un componente del derecho ciudadano moderno. Siguiendo con las metáforas (que harto weonas son), Gandi dice que ha habido un decaimiento de la ciudad bacteriológica y que esta ha pasado a ser una forma de urbanismo antibiótico (en serio qué chucha), en la cual la asociación entre gobernanza urbana, reformas políticas y salud públicas ya no aplican. Asimismo, esto ha afectado la relación misma del agua con la ciudad. Ejemplo de la Coca-Cola4 (pp.373-372): sintetizando, la compañía de coca-cola reenvasaba el agua del grifo (chilenamente hablando la llave), haciéndola pasar por procesos innecesarios desde el punto de vista de la salud pública a los consumidores en Londres. En la India, los culiaos promovían entre las clases altas el consumo de “agua de mesa”, mientras que dentro de las clases bajas promovían el consumo de bebidas gaseosas (dígase, bebíah) Conclusiones

3

Por tanto, el apartado anterior, sobre la ciudad bacteriológica era la ciudad de los siglos XIX-XX

4

Una razón para elegir la Bepis :)))))))

No es posible considerar al agua como un simple elemento material en la producción de las ciudades, puesto que también es una dimensión crítica de la producción social del espacio. Igualmente, el agua implica una serie de conectividades entre el cuerpo y la ciudad, entre los sistemas sociales y biofísicos, entre la evolución de las redes del agua y los flujos capitales, entre las visiones visibles e invisibles del espacio urbano. Por último, el agua es al mismo tiempo un brutal delineador del poder social que en muchas ocasiones ha funcionado para fomentar una mayor cohesión urbana o para generar nuevas formas de conflicto político.