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Guillain La psicología de la educación 1870-1913 Políticas educativas y estrategias de intervención La psicología de la educación está considerada como una ciencia estratégica. Se constituye entre 1870 y 1913 en relación con las políticas educativas que se implementaron en los estados unidos y Europa. El análisis histórico permite definir tres estrategias. La pedagogía neo-herbartiana valoriza la instrucción; la estadística provee los medios para construir la unidad nacional por el sesgo de una manipulación de las representaciones. La Child-Study, por el contrario, valoriza los mecanismos de regulación natural de los intereses y la unidad nacional emerge del enfrentamiento de todas las diferencias individuales; la estadística mental provee los medios para una regulación por la media. Esta estrategias liberales se unificaran a comienzos del siglo XX, es necesario vigilar la competencia y racionalizar la vida social para aumentar el rendimiento nacional. La psicología de la educación se convierte de este modo en una psicología de los aprendizajes y en una teoría de la medición capaz de proveer los medios para una justa distribución social. La psicología de la educación se constituye en los siglos XIX y XX, durante el periodo que inauguran en Alemania, las primeras estadísticas mentales y que en los Estados Unidos culmina con la definición de una psicología objetiva que se daba por tarea la predicción y el control de la conducta. La educación busca entonces darse un fundamento científico aplicando a su propio dominio los métodos que habían asegurado el éxito a las ciencias naturales. La psicología de la educación puede ser considerada como una ciencia estrategia, en efecto provee a los educadores la estructura o la secuencia de sus intervenciones y todo un saber relativo a las condiciones de sus decisiones. Como todo sistema de pedagogía general construido sobre sus bases, esta se parece bastante a la ciencia de la guerra, cuyas maniobras se esfuerzan por resolver los problemas de la unidad nacional, la salud y la estabilidad social. La psicología de la educación exige ante todo, y en primer lugar un marco teórico que recorra el campo de sus problemas, proveyéndole al mismo tiempo sus mecanismos históricos y sus procedimientos de verificación; en segundo lugar, exige un dispositivo institucional que las reformas escolares implementaran a lo largo del siglo XIX, luego a comienzos del siglo XX; en tercer lugar, requiere de un cuerpo de especialistas en busca de un estatuto cuya identidad se define por el conjunto de las luchas que emprenden contra los poderes instituidos; y por último, estos nuevos especialistas deben disponer de todo un arsenal de técnicas (cuestionarios, entrevistas, test mental, etc.) que constituyan “la base de la educación y del gobierno”.

La psicóloga de la educación será analizada pues, en referencia a las estrategias de intervención que se suceden a lo largo del periodo considerado. Desde 1870 en Alemania, la estadística mental de los neo-herbartianos, da los medios para la manipulación de las representaciones. En los Estados Unidos, el movimiento de Child-Study movilizara desde 1890 una estrategia liberal: la adaptación es considerada como la instancia reguladora de las conductas y como la condición de todo progreso. La Psicología de la educación y la unidad nacional Según Herbart, la pedagogía se funda sobre la ética y la psicología; la primera indica la meta y el fin de la educación, en tanto que la segunda provee los medios para alcanzarla o realizarla. “El objetivo supremo de la educación, escribe en 1806, es la moralidad” o la virtud. El valor del hombre reside en el querer, y no en el saber. Sin embargo la voluntad se enraíza en el círculo de las ideas adquiridas. “la instrucción quiere en especial formar el circulo de ideas y la educación el carácter: el ultimo no es nada sin el primero; esto es el resumen de mi pedagogía”- Herbart. La instrucción dirige así la formación de los deseos y la voluntad por la vía de u control de las representaciones: control meticuloso que exige la elaboración de una estrategia de vigilancia que solo la institución familiar hace posible. La educación familiar se inscribe sin embargo a contracorriente del vasto movimiento de reforma que, desde 1808, se esfuerza por reorganizar la enseñanza elemental prusiana. Según Garmo, los educadores de la segunda mitad del siglo XIX “prestaron servicio a Alemania adaptando la pedagogía herbartiana a las necesidades y las condiciones de sus escuelas” que deben asegurar una enseñanza masiva. El objetivo de la educación es siempre la formación del carácter, cuyo instrumento privilegiado sigue siendo la instrucción; pero contribuye ahora a la “formación del círculo de los pensamientos de millones de niños”. La pedagogía pues, cambio de objetivo: se produjo un desplazamiento institucional de la familia hacia la escuela, uno de sus efectos y a la vez una de sus condiciones de posibilidad será la psicología de la educación. El estado moderno se vuelve entonces el educador de la nación; y la instrucción escolar debe ser como el principal instrumento de su unificación política, moral y religiosa. La pedagogía de los neo-herbartianos uniformiza por la instrucción. Desde este punto de vista, la psicología de las representaciones desempeña el papel de una cierta política: funda el ejercicio de un poder disciplinario que descompone y recompone el círculo de los pensamientos de cada niño de manera de imponerle un tipo nacional definido previamente. Esta manipulación de las representaciones que busca normalizar el círculo de todos los futuros ciudadanos de la nación alemana exige un modo nuevo: un método estadístico de observación que sería patrimonio del psicólogo. Este nuevo especialista hace un inventario de las prácticas educativas y del control que vuelven posible. Propone así, en la unidad de una misma operación, una técnica de gestión de las poblaciones de

alumnos sin la cual el poder administrativo no podría ejercer y los fundamentos científicos que les faltan a los pedagogos.

la competencia que constituye el resorte principal de toda evolución.

El inventario que realiza el psicólogo, ese catálogo de manifestaciones de la vida psíquica de los niños pone en contribución el doble registro de la encuesta y el examen. Las encuestas escolares consisten siempre en “acumular el mayor número de hechos sobre la superficie más basta posible”. El psicólogo no es, pues, aquí más que un naturista de una especie nueva, que añade a las ciencias de la tierra, las plantas y los animales un saber y técnicas gracias a las cuales se hace posible administrar a los hombres por el sesgo de sus representaciones. Es cierto que la encuesta no será suficiente. Su metodología deberá incorporar una tecnología del examen que hace de cada individuo un “caso”, es decir, a la vez un objeto de conocimiento.

“La fotografía de la conciencia de un pueblo, es una fotografía compuesta de la conciencia de los individuos reales que constituyen el grupo y, por consiguiente, debe haber siempre matices cambiantes del sentimiento y el pensamiento que, en primer plano, atraviesan la conciencia nacional; pero al mismo tiempo debe haber una unidad para las cosas esenciales si alguna gran obra debe llevarse a cabo”. Barnes

El método estadístico debe ser aplicado en todos los casos donde la investigación se ve confrontada a una multiplicidad concreta. La estadística mental de los neo-herbartianos que describe la masa de las representaciones acumuladas por el niño a lo largo de seis años que preceden su entrada a la escuela será, pues, un análisis de su formación; y su método será un método genético que, por el sesgo de las comparaciones, desprende las series o sensaciones según las cuales se ordenan los hechos revelados mediante el método de la observación. Al final del siglo XIX, el análisis del circulo de los pensamientos finalmente no es más que una extensión y una particularización de ese movimiento gracias al cual el Estado utiliza las informaciones estadísticas “para que sirva de base a sus reglamentos y controlar sus efectos” para intervenir también, de manera local y circunstancial, sobre el estado moral de un individuo o una masa de individuos. La psicología de la educación y la salud del cuerpo social “si el estado debe asegurar orden social en el interior, y debe ser fuerte en el exterior, la educación debe convertirse en el gran problema de la ciencia del gobierno”, aseguraba Hall. En efecto, la escuela es lo que asegura el éxito de las repúblicas; y la psicología, promovida al rango de ciencia política, se verá encomendada en promover los medios necesarios para la unificación nacional de un país sometido por la emigración, desprovisto de toda tradición política y cuyos antiguos modos de vida fuerano destruidos por la industrialización. (Estados Unidos). Barnes Estos medios, sin embargo, no podían ser los mismos que los que la psicología de los neo-herbartianos preconizaba. La manipulación de las representaciones, no es más que un “adoctrinamiento”. Por lo tanto, no se trata de reducir las diferencias imponiéndoles un tipo nacional previamente determinado, por el contrario, para la child-study norteamericana, se trata de dejar jugar esas diferencias de manera que “de esa mezcla, de ese choque de tantas fuerzas a menudo contrarias, surja una sociedad”. La normalización esta fundad aquí sobre el dinamismo de la naturaleza cuyas leyes, que son las del crecimiento, hay que respetar. En este caso, la educación no debe trabar el curso de las cosas, ni oponerse a

Tal como lo expresa el autor, el carácter nacional no es pues finalmente, otra cosa que una media en la cual los rasgos fugitivos y las particularidades individuales se borran en beneficio de los elementos comunes: “todo lo que es común persiste, todo lo que es individual tiende a desaparecer”, precisa Galton (1879). El estudio de sus mecanismos de formación depende, por consiguiente, de una estadística mental, una suerte de antropometría psíquica. El cuestionario será instrumento privilegiado de esta estadística por el hecho de que articula, en una misma operación los procedimientos del examen individual y de la encuesta general. Exige, pues una colaboración de una multitud de observadores, pero no es menos cierto que la red institucional densa y apretada que funda la posibilidad de este nuevo método de encuesta inductiva indirecta o indirecta, terminara por asignarle al psicólogo un lugar bien definido y un nuevo estatuto, que será proveer a la ciencia política los medios para gobernar un país que se pretendía sin historia un tradiciones. La nueva educación de la child-study utilizando al máximo la facultad de adaptación que cada uno manifiesta relativamente a su entorno, se esfuerza por incrementar la prosperidad de la nación: pues “si se piensa que un pueblo no es más que la suma de los individuos que lo componen, es posible sospechar que la conciencia social refleja las oscilaciones de la salud pública”Godfermaux. El psicólogo se vuelve entonces “un defensor de la salud”, especialista de los mecanismos de regulación que previenen los desórdenes, mitigan las distancias y garantizan la armonía de todos los desarrollos, sobre los cuales la educación se apoya y que es necesario utilizar para beneficiarse con una sabiduría que fue adquirida a lo largo de la evolución de las especies. Por consiguiente, la educación renunciara a todas las limitaciones exteriores en beneficio de un método genético fundado en la dinámica de los intereses espontáneos y transitorios que, en el niño, expresan las diferentes etapas de una historia natural que hay que respetar. El educador por su parte, primero puede estimular, luego debe distanciarse para no trabar el curso de un desarrollo natural; basta entonces que sepa determinar el momento oportuno de su intervención y el de su retirada. El educador puede incorporar en segundo lugar todo el edificio de los hábitos sociales sobre los intereses primordiales cuyas fuentes ancestrales vendrán a vivificar estas nuevas adquisiciones, ya que “un hábito se desarrolla tanto más fácilmente cuando se incorpora a un instinto”, señala Decroly. El educador puede finalmente puede dirigir al niño mediante sus tendencias reconocidas: mediante el control indirecto sin embardo

reorientando su conducta por el sesgo de un medio social donde se forman las direcciones comunes y compartidas.

dado que el grado de resistencia varía en las diferentes edades de la vida.

La fórmula propuesta no es precisamente la de “laisser faire”, sino más bien regular las circunstancias. Para Decroly, la educación debe adaptarse a los intereses del niño, en consecuencia se dará una base biopsiquica cuyo dinamismo respetara solo si se da dentro de un espacio educativo que es necesario organizar, y que se mide en la escaza distancia que deja subsistir entre él y el medio natural que es siempre el medio social. Por su parte para Montessori, la educación debe contentarse en intervenir sobre las condiciones del ambiente para ayudar al niño a conquistar su independencia. La escuela se vuelve liberadora y, mediante una inversión bastante significativa, constituye la condición de posibilidad de una verdadera psicología del niño.

La psicología estudia las facultades de trabajo de los niños, su desarrollo espontaneo y el uso que hace de ellas en el medio escolar; va a aprender a medir sobre todo la fatiga intelectual, será una manera de proveerle a la educación y a la higiene escolar un fundamento científico que les faltaba. Todos los medios apuntaran a determinar cuáles son los signos objetivos de la fatiga, signos que deben ser clasificados, ordenados conforme a la cronología de sus apariciones y que deben compararse si se quiere determinar su valor. En relación a esto, “conocer el valor de cada signo de fatiga, es saber qué grado de fatiga indica, es medir la fatiga”. Problemática similar a la que permitirá ulteriormente medir la inteligencia.

La psicología de la educación y el rendimiento nacional La regulación de las conductas se ha convertido en uno de los problemas fundamentales de la pedagogía, y la psicología funcional provee a los educadores los medios para una intervención que repetiría el dinamismo de los intereses que orientan todas las formas del desarrollo. La organización conlleva siempre una lucha, ya que esos intereses se encuentran y se enfrentan. La armonía entonces, es imposible de sostener si no interviniera todo un conjunto de órganos reguladores cuyos actos se dividen en dos clases: los actos reguladores positivos que intervienen directamente en el curso del desarrollo; los actos reguladores negativos que dejan a los mecanismos naturales de una auto-adaptación individual y social. Esta teoría de la administración funda la posibilidad del liberalismo, es decir, de una práctica gubernamental que quiere aumentar su racionalidad reduciendo al máximo el número y campo de sus intervenciones para no perturbar el curso natural de las cosas. Sin embargo, subsisten ciertas conductas que van en contra de la conservación del individuo y la especie; y los intereses privados a veces terminan por no coincidir más con el interés general. Es por esto, que el autogobierno es incapaz de asegurar el orden y la disciplina. Según escribe Bagley “debe imponerse un control desde el exterior”, y Thorndike precisara en 1913 que la naturaleza humana no podía progresar bajo el régimen del “laisser faire” (ser y dejar hacer). El estado vuelve a transformarse en el agente de un control positivo y el educador interviene modificando el entorno de sus alumnos de manera de eliminar aquellas conductas que juzgue indeseables, la psicología de la educación aparece entonces como una forma de recursos humana (human engeering) buscando incrementar el rendimiento de la nación haciendo uso de un despliegue de investigaciones en el marco de una pedagogía experimental. El rendimiento escolar y la medición de la fatiga intelectual La educación debe ser considerada como una técnica de gestión del trabajo psíquico. Por lo tanto, debe disponer de criterios de distinción entre una fatiga normal y la que sería excesiva. Por su parte, el problema radica en que dicha distinción no puede ser distinguida de una vez y para siempre,

La psicología de los aprendizajes El final del siglo XIX se caracterizó por lo que se llamó entonces “una crisis del aprendizaje”. El desarrollo del maquinismo acarrea la desaparición de los oficios; el trabajador se convierte en un auxiliar de la máquina y su actividad se ve reducida a una tarea parcelaria. Una “revolución del aprendizaje” se esforzara por dar respuesta a estas consecuencias de la revolución industrial que son relativas a la formación de la mano de obra. La psicología del aprendizaje remplazara, pues, el aprendizaje del oficio, a menos que le provea los medios para manejar una adquisición de saber: una adquisición que moviliza siempre la memoria del sujeto, su memoria verbal en particular, lo que constituye el fundamento principal de su instrucción. Por su parte, la memoria no es más que una forma particular de, hábito; una forma particular de esas asociaciones motrices y sensorio-motoras, cuyo conjunto determina las capacidades y la conducta de cada uno. El aprendizaje se reduce entonces a la adquisición de una disciplina, proveyendo un método nuevo de dirección y orientación: “la educación no implica solamente todo un conjunto de aptitudes particulares puestas en práctica, sino también un método de trabajo gracias al cual enfrentamos las condiciones de nuestro entorno de manera racional”. La psicología funcional será remplazada así por una psicología de la conducta definida como el nivel racional o racionalizado de una conducta adaptada. La psicología de las aptitudes u la medición de la inteligencia La psicología va a convertirse en una “ciencia de la utilidad social”, exclaman Binet y Simon. Por consiguiente, constituye una técnica de gobierno que caracteriza los regímenes democráticos de conocen el derecho a la diferencia de gobierno que caracteriza los regímenes democráticos que reconocen el derecho a la diferencia y que deben administrar una diversidad cuyo evolucionismo afirma la necesidad y el carácter progresista. Tanto en Europa como en los Estados Unidos, ya no se trata de respetar el libre juego de los intereses particulares cuyos mecanismos de una regulación natural asegurarían la armonía presente o futura. La ciencia de las aptitudes esboza una forma nueva de la acción social; provee

al político los medios para una distribución más racional de los recursos nacionales y los que fundan la posibilidad de una justa distribución de los individuos. Estudiando las aptitudes de los niños, según Benet, se resolvería el problema de la elección de su carrera, pues “se aumentaría el rendimiento económico de todos poniendo a cada uno en su verdadero lugar, y ese seria, probablemente, uno de los medios más simples, mas naturales, los mejores, de resolver al menos parcialmente, algunas de esas irritantes cuestiones sociales que inquietan a tantos espíritus y que amenazan al futuro de la sociedad actual”. La construcción de una escala métrica de la inteligencia proveerá la base precisa de un diagnóstico diferencial que permita aislar a aquellos niños que son “refractarios a los modos habituales de enseñanza”. Conclusión Toda educación puede ser como una vigilancia metódica y una dirección del desarrollo natural conforme a los ideales pedagógicos determinados. No obstante, hemos intentados mostrar que estas finalidades educativas corresponden a diferentes estrategias de intervención que caracterizan ellas mismas diferentes políticas educativas y que organizan todo un conjunto de técnicas de gobierno. El análisis histórico permite definir las estrategias que se enfrentan y se transforman entre 1870 y 1913. En Alemania la pedagogía neo-herbartiana valoriza la instrucción: una estadística de las representaciones permite imponer un mismo tipo de nación a la masa de niños escolarizados. En los Estados Unidos, la child-study valoriza por el contrario los mecanismos de una regulación natural de los intereses particulares y la estadística de los fenómenos psicológicos funda la posibilidad de una regulación por la media. En los Estados Unidos, como en Europa, las técnicas de racionalización darán prueba finalmente de un reajuste de la estrategia liberal. Tienden a incrementar el rendimiento nacional; la psicología de la educación se vuelve entonces una psicología de los aprendizajes y una teoría de la medición que proveía los medios para una justa distribución social. Creemos que la psicología del aprendizaje debería ser planteada en el marco de un análisis crítico de los problemas que la estructuraban entonces, al ser definida como tal, y que en último lugar definieron su lugar y el papel que jugaría en las reformas y proyectos escolares. Ejemplos tomados de la historia de la enseñanza francesa: 1947  Le ve a la escuela como un instrumento de la escuela moderna. Un elemento de cohesión y un elemento de clasificación de trabajadores, fundado en las aptitudes individuales y en las necesidades sociales 1975  La escuela deberá compensar en función de las diferencias individuales y familiares. El educador deberá poseer una serie de saberes psicológicos que

le permitirá modular sus intervenciones en función de las diferencias existentes. 1985  La escuela debe formar ciudadanos, por lo tanto es la matriz de la unidad nacional y el garante más seguro de la democracia. Pero también se debe valorizar el recurso humano (racionalización), y la psicología debe participar de la elaboración de una pedagogía diferenciada capaz de luchar contra las desigualdades sociales. El porvenir de la democracia, la construcción de la unidad nacional y el rendimiento económico de la nación constituyen algunos de los objetivos fundamentales relativamente a los cuales se alían, se enfrentan, o se suceden las estrategias de compensación y racionalización. Pero es posible detectar… Hoy  Una nueva estrategia de intervención que se correspondería a la crisis del estado benefactor. La nueva estrategia consiste pues, en implementar procedimientos que exigen que cada uno participe en la reorganización de las relaciones sociales. el trabajo del psicólogo se inscribe en esta estrategia como mediador encargado de valorizar el capital evolutivo de un sistema acentuando las diferencias individuales y desarrollando en las personas que trabajan juntas la capacidad humana más elevada: la capacidad de colaborar.