Resumen El orientador experto Unidad 3

Materia: Seminario de Formación e Integración Personal Alumno: Alma Gabriela Martínez Aguilera Fecha: 15 de junio de 201

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Materia: Seminario de Formación e Integración Personal Alumno: Alma Gabriela Martínez Aguilera Fecha: 15 de junio de 2012 Carrera: Psicología

EL ORIENTADOR EXPERTO RESUMEN: UNIDAD III

Atender 1. El orientador es una persona socialmente inteligente: puede tanto entender a otros como actuar sabiamente en situaciones sociales. 2. La distinción discriminación / comunicación: un buen discriminador sabe qué está pasando consigo mismo, con otros y en las interacciones entre la gente: un buen comunicador puede usar este entendimiento para actuar en una forma facilitadora en situaciones sociales. 3. Una escala de apreciación es un instrumento de discriminación. 4. Un buen orientador es un buen atendedor: su atención lo ayuda a  ser un discriminador más efectivo  comunicar respeto al cliente y reforzar al cliente  establecer una base de poder con el cliente (teoría de la influencia social) 5. La atención física significa mirar cara a cara directamente, mantener una postura abierta, mantener buen contacto con los ojos, inclinarse hacia el otro, y permanecer relativamente relajado y cómodo con la intensidad de esta posición. 6. La atención psicológica significa escuchar tanto los mensajes verbales como los no verbales del cliente. 7. El orientador efectivo también escucha su propia conducta verbal y no verbal según interactúe con el cliente. 8. El orientador, atendiendo activamente, da al cliente signos de que está presente; estos signos animan al cliente a hablar. 9. La buena atención debe enseñarse temprano en la vida de los grupos de adiestramiento. 10. No se enfoque sobre ninguno de los elementos de la atención tan de cerca que la atención en sí misma se vuelva innatural. Posea la atención; no deje que ella lo posea a usted. Inteligencia social: La distinción de discriminación /comunicación Un buen orientador es un orientador perceptivo. Atiende cuidadosamente a la otra persona y escucha tanto sus mensajes verbales como los no verbales. Clarifica estos mensajes a través de su interacción con el cliente y actúa constructivamente en los

resultados. También está en contacto con sus propios pensamientos y sentimientos y cómo ellos interactúan con aquellos del cliente, En suma, un buen orientador es socialmente inteligente. Inteligencia social El orientador socialmente inteligente sin embargo sí influencia grandemente al cliente. La distinción de discriminación / comunicación Percibe lo que está sucediendo en su medio ambiente (por ejemplo, un padre ve a sus dos niños rivalizando por su cariño; un maestro se da cuenta de cómo la lucha administrativa afecta el tono emocional de la escuela). Percibe lo que está sucediendo en el "mundo" de la otra persona; esto es, entiende a otros desde el marco de referencia de ellos y no sólo desde el propio (aún cuando él está felizmente casado, percibe el alejamiento experimentado por los esposos que vienen buscando ayuda). Ve qué clases de programas de acción podrían beneficiar a otros. Por otra parte, la habilidad para actuar en una forma facilitadora o de ayuda en situaciones sociales se llama "comunicación". Un buen comunicador puede trasladar sus percepciones, introspecciones y discriminaciones en transacciones interpersonales efectivas. No es solamente un entendedor, es un hacedor. Un buen comunicador, comunica a otros el hecho de que les entiende desde el marco de referencia de ellos (por ejemplo, él le dice a Memo que capta la pena que experimenta cuando su esposa se vuelve retraída e incomunicativa). Usa su entendimiento de lo que es funcional y no funcional en la vida de otros para ayudarles a destapar áreas que necesitan una exploración concreta. Está en contacto consigo mismo y esto le permite revelarse a otros siempre que esto sea apropiado. Reta a otros con cuidado y comprensión. Colabora con clientes en la elaboración e implementación de programas de acción. En una palabra, el buen comunicador es, un agente más que un observador; adecuado en sus interacciones con otros. El buen comunicador no permite que su entendimiento o percepción permanezcan encerrados dentro de él. Por lo tanto, usted debe practicar, empezando desde las más simples formas de prestar atención y progresando hacia la elaboración de programas complejos de acción. Una escala de apreciación como un instrumento de discriminación Puesto que gran parte de la historia de la ayuda profesional psicológica se ha atado al "modelo médico" (Szasz, 1961) las profesiones de ayuda han tenido que usar categorías de enfermedades para distinguir una forma de disfunción psicológica de otra. La escala mide sobre todo el funcionamiento psicológico, la habilidad global de ayudar, la competencia en ayuda individual y las destrezas de relaciones humanas. Generalmente

hablando, el punto medio de la escala (3) se refiere a la adecuación básica (funcionamiento efectivo mínimo). Puesto que las escalas de calificación son como una forma de taquigrafía, aquellos que están calificando deben entender claramente los criterios que están usando para calificar. En general, será suficiente para nuestros propósitos usar sólo cuatro categorías: adecuado (+), inadecuado (-), bueno (+ +), o pobre (--). Un importante criterio establece que una respuesta debe no sólo ser buena por sí misma sino también apropiada en su contexto. Por ejemplo, un orientador podría revelar algo acerca de su propia experiencia (por ejemplo, él podría hablar acerca de su propio éxito en su lucha contra el alcoholismo) con objeto de ayudar a un cliente a entenderse mejor y empezar a buscar caminos para manejar este problema. Sin embargo, si el orientador se revela a sí mismo demasiado pronto (antes de establecer una relación sólida con el cliente) podría distraer o asustar al cliente con su propio descubrimiento. Atender: Presencia física y psicológica El ayudar y otras transacciones profundas interpersonales exigen una cierta intensidad de presencia. Prestar atención parece un concepto tan simple para asirse y tan fácil para hacerse que se podría preguntar por qué un capítulo separado está dedicado sólo a él. Pero, siendo tan simple como es, es sorprendente ver con cuánta frecuencia la gente falla en prestar atención una a otra, aún en la así llamada relación de "ayuda". Es más, es una condición absolutamente necesaria para ayudar y, como tal, debe tomar lugar a lo largo del proceso de ayuda. La falta de atención en las relaciones humanas es bastante común. ¿Cuántas veces alguien le ha dicho a usted: "Tú no estás siquiera escuchando lo que te estoy diciendo"? O alguien lee una revista mientras usted le está hablando, o se vuelve obvio que la persona en el otro extremo del teléfono está comiendo, leyendo o en alguna actividad clandestina que evita darle a usted su atención completa. Cuando se acusa a una persona de no prestar atención, su respuesta es, casi predecible, Por esta razón, los proponentes de un modelo de ayuda de destrezas de influencia social enfatizan la importancia de la atención y la enseñan como una destreza. Las metas de prestar atención Discriminación. La discriminación ha sido descrita como un factor en la inteligencia social y un componente necesario de la comunicación. Así como la buena comunicación exige buena discriminación, así la destreza de discriminar exige estar perceptivamente presente para la gente y en los contextos en los cuales la gente interactúa. Prestar atención, por lo tanto, envuelve la destreza de escuchar palabras, oraciones e ideas, conducta no verbal, situaciones interpersonales, voces de una cultura particular o diferencias culturales, y tendencias en la sociedad.

Quien quiera que constantemente coloca filtros entre él mismo y los "mensajes" que vienen de sus múltiples medios, no es bueno para prestar atención, falla en discriminar, y finalmente, se comunica pobremente. Prestar atención a otra persona es tanto una comunicación en si misma (dice "creo que es importante estar totalmente contigo") como la base de toda comunicación efectiva. Respeto: En términos de conductas de atención: cara a cara con la persona, mirándola a los ojos, escuchando sin interrupción, y apareciendo ligeramente menos relajado de lo que realmente se está. La persona que debe compartir la atención de otra persona que lee una revista siente, de una manera u otra, que en el momento no tiene ni el respeto ni el interés del lector. Refuerzo. Hemos dicho ya algunas palabras acerca de la ubicuidad, complejidad y necesidad de refuerzo en el proceso de ayuda. El prestar atención es un reforzador potente. Erikson (1964) habla de los efectos tanto de la no atención como de la atención negativa sobre el niño. La mayoría de nosotros somos muy sensibles a la atención (o desatención) de otros hacia nosotros. Y, puesto que esto es así, es paradójico el cuán insensibles podemos ser al atender a los otros. Influencia social. Puesto que atender es reforzar, por ello el atender es un importante elemento en la dimensión de influencia social del proceso de ayuda. La atención efectiva ayuda al orientador a establecer una base de poder con el cliente al mostrarse como interesado y cuidadoso. La atención también contribuye al proceso de influencia social al hacer demandas al cliente. "Si yo estoy totalmente contigo, envuelto contigo y trabajo contigo, todo esto exige una respuesta de tu parte". Puesto que la forma en que el orientador atiende al cliente puede tener gran influencia en él, es necesario descubrir la anatomía de la atención. Atención física La atención física significa hacer ciertas cosas y no hacer otras. Primero que todo, significa deshacerse de lo que pueda distraer al orientador de darle su atención al cliente. El medio ambiente físico en orientación puede ser tan notoriamente hermoso (bellos cuadros en la pared, ventanas con vistas) como demasiado incómodo y feo (un cuarto frío, mobiliario incómodo)., El medio ambiente tanto para el adiestramiento como para la orientación debe ser un medio confortable de trabajo (no de relajamiento) que fácilmente permita a los participantes a darse su atención uno al otro. Si el mobiliario es demasiado cómodo se prestará más para holgazanear que para trabajar interpersonalmente. En mi opinión, no debe haber objetos físicos entre el orientador y la persona que ha venido a él por ayuda. Una precaución. Algunas personas culpan a su medio ambiente por su inhabilidad para trabajar en programas de adiestramiento en relaciones humanas. En el caso citado arriba,

el que se adiestra está colocando algo de su culpa por no participar en el ambiente demasiado confortable. Positivamente (y más personalmente) hablando, la atención física significa que los interactuantes deben adoptar una postura de envolvimiento uno con otro. En la orientación el orientador puede controlar su propia conducta. Específicamente, la atención física significa: Mirar a la cara del otro directamente: Esta es la postura básica de envolvimiento. Dice: "estoy disponible para tí". El voltearse a un lado disminuye el envolvimiento de uno. Mantener buen contacto ocular: El orientador debe mirar directamente al cliente. Mantener una postura "abierta": Con frecuencia los brazos cruzados y las piernas cruzadas son señales mínimas de un envolvimiento superficial. Inclinarse hacia el otro: Esta es otra señal de presencia, disponibilidad, y envolvimiento. Mantenerse relativamente relajado: El relativo relajamiento le dice al cliente "Estoy a gusto contigo". En orientación debe haber un balance entre tensión productiva y relajamiento. El orientador que está relajado, aunque trabaje intensa y duramente, puede darse a sí mismo el "espacio vivo" que necesita con objeto de escuchar y responder completamente. El orientador demasiado tenso tiende a saltar rápidamente con una respuesta, y esta tendencia disminuye su habilidad para ser precisamente empático. El orientador que está tenso y contraído casi inevitablemente contagiará a su cliente con su propio malestar. Si el orientador está cara a cara directamente con el cliente en una postura abierta, mantiene buen contacto ocular, y se inclina hacia él en una forma relativamente relajada, está en una postura clásica de atención, la que dice mucho acerca de su deseo de verse envuelto con el cliente. El orientador de alto nivel no adopta ninguna fórmula rígida para la atención. Si el orientador se siente a gusto ayudando a otros, -su cuerpo y sus movimientos no serán rígidos. Por otro lado, el orientador que está físicamente activo (no en una forma vacilante, nerviosa, sino en una forma que indica refuerzo no verbal de lo que está diciendo) se le ve amistoso, cálido, natural, y sin preocupación (relajado y libre de un estereotipo) y por lo tanto más atractivo. Sugiero que un orientador que permanece tanto intenso como relajado es visto serio y amistoso, pensativo y disponible, controlado y libre. El orientador de alto nivel conoce, al menos instintivamente, lo que está haciendo con su cuerpo. Sabe que su cuerpo tiene valor de impacto en la relación. Está consciente de que su cuerpo sí comunica, y lo usa para comunicar, pero no debe convertirse en su víctima. Atención psicológica: Escuchar como el centro de prestar atención

Prestar atención es una manera de estar presente para el otro; lo que uno hace mientras está prestando atención es escuchar. Escuchar la conducta no verbal del otro. Estamos apenas empezando a darnos cuenta de la importancia de la conducta no verbal y a hacer un estudio científico de ella. Tómese el caso de la sonrisa ordinaria. Para ilustrar la compleja e intrincada naturaleza de este medio (expresiones faciales), consideremos una muy simple forma de expresión facial -una sonrisa ordinaria, Uno de los casos más comunes es la "sonrisa simple", un mero movimiento hacia arriba y hacia afuera de las esquinas de la boca. Indica un estado interior, ninguna otra persona está envuelta. Aún sin otros movimientos faciales, particularmente alrededor de los ojos, las sonrisas no significarían realmente lo que parecen significar. Para una apropiada calidez, la sonrisa superior generalmente se realza por ligeros cambios alrededor de las orillas externas de los ojos. Otras expresiones emocionales también dependen de un uso delicado del área de los ojos. En un ceño triste, las cejas ordinariamente caerán hacia los extremos de afuera. La cara y el cuerpo son extremadamente comunicativos. Aún cuando dos personas estén en silencio, la atmósfera puede llenarse con mensajes. Nuestros resultados experimentales muestran que: El agrado total es igual al 7% de agrado verbal más el 38 % de agrado vocal más el 55% de agrado facial. Entonces el impacto de la expresión facial es el más grande, luego sigue el impacto del tono de la voz (o expresión vocal) y finalmente aquél de las palabras. El orientador de alto nivel, puesto que escucha todas las claves y mensajes, está listo para responder a la comunicación total del cliente. Las conductas no verbales son con frecuencia conductoras de las dimensiones emocionales de los mensajes. Las conductas no verbales están generalmente abiertas a un número de interpretaciones. ¿Cómo puede entonces el orientador saber lo que significan? El orientador de alto nivel escucha el contexto completo y no simplemente fija su atención en detalles de conducta. La conducta no verbal ayuda a puntualizar y colorear la interacción, confirma o niega el mensaje llevado por las palabras; agrega sentimientos no contenidos en las palabras mismas. El orientador de alto nivel está consciente y usa el sistema de comunicación no verbal, pero no se deja seducir ni abrumar por él. Los sentimientos son llevados a través del contenido verbal, tono de voz, gestos, y todos los elementos de la conducta no verbal. Muchos de estos sentimientos son lo que Gazda.

(1973) llama sentimientos de "superficie" y es perfectamente legítimo para un orientador traer estos sentimientos a la atención del cliente. Escuchar la conducta verbal del cliente. La atención efectiva hace al orientador un oyente activo. Él no solamente oye las palabras y las oraciones sino oye las formas en que las palabras y las oraciones están siendo modificadas por claves no verbales y paralingüísticas. ¿Qué es lo que está escuchando el orientador? Sentimientos y contenido. Quiere saber acerca de la experiencia y la conducta del cliente y de los sentimientos que las cubren. El escuchar bien le abastece de los elementos básicos de la empatía precisa. Si el escuchar selectivo es parte del problema del cliente, el orientador debe ayudarle a desarrollar la destreza de escuchar totalmente. El primer paso en este proceso es que. el orientador modele un escuchar total. La habilidad del orientador para escucharse a si mismo Una destreza que ellos enfatizan es la habilidad del orientador para escucharse a sí mismo durante la entrevista de orientación. Digamos que la siguiente interacción tiene lugar durante la sesión de orientación. El propósito de tal recordar es enseñar al orientador a escucharse a sí mismo no sólo después de la entrevista sino durante la entrevista misma. Él sabe qué es lo que está pasando dentro de él mientras está hablando con el cliente; él puede usar lo que él "oye" abierta y directamente en la entrevista misma. Así como el escuchar la experiencia del cliente, su comportamiento, y sus sentimientos nos provee materia prima para la adecuada empatía, así el que el orientador se preste atención y se escuche así mismo provee la materia prima para la proximidad-que es, la habilidad de discutir con el cliente lo que está sucediendo en el aquí y ahora de la relación cliente orientador. Esta interacción ordinariamente pertenece a la Etapa II; presume el establecimiento de cierta clase de relación entre el orientador y el cliente. “Mínimos incentivos para hablar” como conducta de atención La expresión "mínimos incentivos para hablar" para indicar formas por las cuales el orientador alienta al cliente a explorar sus sentimientos y su conducta. Incluyen cosas tales como “um-hmmm”, repetición de una o dos de las palabras del cliente, preguntas de una palabra, movimientos de la cabeza, y una variedad de gestos y posturas del cuerpo (inclinarse hacia, moverse más cerca). Para mi estas expresiones son como interjecciones o señales dadas por el orientador para indicar que está prestando atención. Grupos de adiestramiento y el adiestramiento como-tratamiento El prestar atención es básicamente una destreza simple, fácilmente aprendida y fácilmente enseñada. Es una destreza que los miembros de grupos de adiestramiento en relaciones humanas deben aprender rápida y directamente.