Resumen de La Introduccion A Al Historia

INSTITUTO ESTATAL DE EDUCACIÒN PÙBLICA DE OAXACA COORDINACIÓN DE EDUCACIÓN BÁSICA Y NORMAL DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN Y

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INSTITUTO ESTATAL DE EDUCACIÒN PÙBLICA DE OAXACA

COORDINACIÓN DE EDUCACIÓN BÁSICA Y NORMAL DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN DE DOCENTES CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN NORMAL DE OAXACA CLAVE: 20DNO0010V LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA DE LA ESCUELA PRIMARIA “BASILIO ROJAS” LOCALIZADA EN EL CENTRO OAXACA DE JUÁREZ, OAXACA.

Maestro de la materia: Cesar Peña Ordaz

Alumna: Maria Manzano Mijangos.

Materia: historia de la educación básica en México

Trabajo: Diferencias.

C.C.T: 20DNO0010V

Marc Bloch (biografía) (Lyon, 1886 - 1944) Historiador francés, uno de los iniciadores del enfoque económico y social de la historia. Tras licenciarse como oficial del ejército francés una vez acabada la Primera Guerra Mundial, su tesis sobre historial medieval le valió un puesto en la Universidad de Estrasburgo. Allí conoció a Lucien Febvre, con quien fundó la revista Annales d'histoire économique et sociale, que se constituyó en la vía de introducción de los estudios de historia económica y social en Francia. En 1936 Bloch pasó a ejercer la docencia en La Sorbona, donde sus planteamientos en el enfoque de la historia revolucionaron la visión de la Edad Media. Tras la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, Bloch se adhirió a la Resistencia y en 1942 fue detenido. Durante los dos años que pasó en cautividad antes de ser fusilado escribió uno de los libros más significativos de su pensamiento, Apología de la Historia. Es autor además de Los reyes taumaturgos (1924), Los caracteres originales de la historia rural francesa (1931) y La sociedad feudal (1939-1940).

Miembro de una familia de origen judío, su padre, Gustave Bloch, fue un destacado historiador de la Antigüedad. Marc Bloch estudió en la École Normale Supérieure, en Lipsia y en Berlín. Tras combatir en la Primera Guerra Mundial, en 1919 inició la carrera de Historia Medieval en la Universidad de Estrasburgo, donde trabó amistad con Lucien Febvre. En 1920 publicó Reyes y siervos. Un capítulo de la historia de los conceptos, y cuatro años más tarde, Los reyes taumaturgos. Estudio sobre el carácter sobrenatural atribuido al poder real, particularmente en Francia e Inglaterra. En este último libro aplicó por primera vez su método interdisciplinario, combinando la investigación histórica con otras ciencias sociales (economía, sociología y psicología). Con este mismo método elaboró la revista Annales d'histoire économique et sáciale, que fundó en 1929 junto con Fabre y murió fusilado en 1994.

Los hombres y el tiempo . Establece un nexo dinámico y dialéctico entre el presente y el pasado, de tal manera que uno de estos tiempos sirva para analizar y entender al otro. La historia no es sólo la ciencia del pasado, es más bien la ciencia sobre los hombres. De todos los hombres y no sólo de los héroes y reyes. Es el estudio de los muertos y de los vivos. Hay que indagar los orígenes de los acontecimientos y no detenerse en las personalidades de los mismos.” En una palabra, la cuestión no es saber si Jesús fue crucificado y luego resucitó. Lo que se trata de comprender es por qué tantos hombres creen en la crucifixión y en la resurrección”. El fenómeno histórico

debe ser explicado desde la

perspectiva de su tiempo. Cita a un proverbio árabe, según el cual los hombres se parecen más a su tiempo que a su padres. El hombre se pasa la vida construyendo mecanismos delos que se constituye en prisionero más o menos voluntario.

La observación histórica Así como también la forma de establecer su confiabilidad. La historia siempre nos llega a través de documentos, es decir de una manera indirecta; y eso distorsiona la realidad. No se puede comprobar con solo esos elementos la veracidad de los hechos. Relata una anécdota: un aviso se transmiten en una fila desde el primer soldado: “¡Atención! Hoyos de obuses a la izquierda.

El último hombre sólo escuchó a la izquierda. Dio un paso hacia la izquierda y se hundió”. El pasado no se puede cambiar, pero los

descubrimientos

arqueológicos y el uso de la lógica, instinto, la psicología y otras ciencias sirven para que surjan nuevas interpretaciones del mismo. Un plan con buenas preguntas son de mucha ayuda aunque luego se cambie el rumbo en la medida que aparecen los datos.

El pasado es, por definición, un dato que ya nada habrá de modificar. Pero el conocimiento del pasado es algo que está en constante progreso, que se transforma y se perfecciona sin cesar la ingeniosidad de los investigadores que hacen rebuscas en las bibliotecas y que excavan en viejos suelos nuevas zanjas, no sirve sólo, ni quizás con la mayor eficacia, para enriquecer la imagen de los tiempos pasados han surgido nuevos procedimientos de investigación antes ignorados. Los exploradores del pasado no son hombres totalmente libres. El pasado es su tirano, y les prohíbe que sepan de él lo que él mismo no les entrega, científicamente o no. Los testimonios "Heródoto de Taurios expone aquí el resultado de su» búsquedas para que las cosas hechas por los hombres no se olviden con el tiempo y que las grandes y maravillosas acciones llevadas a cabo tanto por los griegos como por los bárbaros no pierdan su esplendor." así empieza el más antiguo libro de historia. Siempre es desagradable decir: "no sé", "no lo puedo saber"; no hay que decirlo sino después de haber buscado enérgica, desesperadamente. Pero hay momentos en que el más imperioso deber del sabio es, habiéndolo intentado todo, resignarse a la ignorancia y confesarlo honestamente.

La critica La crítica nace en el momento que no aceptamos ciegamente los testimonios históricos. Debemos no creer a la ligera y tener una duda examinadora. Las notas al margen de la página sirven para la crítica; sin embargo, debemos evitar que las mismas sean más extensas que el cuerpo mismo del relato. Indicar la procedencia del documento que trabajamos es importante (el estilo del lenguaje establece si es de un mismo autor, por ejemplo). En muchos archivos hay documentos falsos y plagios, y el historiador está obligado a indagar su veracidad. Hay que evitar pasar por alto hechos vitales pero que no están en la mira de nuestras investigaciones: vemos sólo lo que buscamos y las emociones pueden distorsionar los hechos. Las prácticas colectivas son similares para todos los hombres que la vivieron, las excepciones son sospechosas. La estadística y la ley de las probabilidades corroboran nuestras suposiciones porque sus resultados son similares en diferentes autores.

El análisis histórico Nos habla sobre la facilidad que tenemos para juzgar en vez de sopesar todas las aristas de un caso de manera profunda y así comprender mejor el caso estudiado. Aquí también se habla del valor y significado de las palabras según la época y lugar en que tuvieron en boga. En el análisis histórico es preferible tratar de comprender que juzgar a la ligera. Se deben buscar las razones profundas de los acontecimientos sin parcializarse y juzgar. La única pasión del historiador es estar por encima de todas las pasiones, aunque la imaginación y la abstracción son buenas aliadas. No emplearlas es un positivismo mal entendido.

Sobre las palabras: las mismas valen más por su uso que por su etimología. Hablamos de átomos (indivisibles) aunque ya se conocen muchas partículas del mismo. El último capítulo (inconcluso) es una crítica al positivismo que en vano pretende eliminar de la ciencia la idea de la causa, porque todo investigador piensa en términos de preguntas y respuestas. Explicar la caída de un hombre por un tropezón es insuficiente, pues habría que pensar también en la ley de la gravedad, los desniveles geológicos, etc. En conclusión no existe una causa única. “Para decirlo todo en una palabra, las causas, en la historia más que en cualquier otra disciplina, no se postulan jamás, se buscan