Resumen 16 - TLC Peru EEUU

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Universidad Alas peruanas – filial Cusco ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO POLÌTICA Y COMERCIO INTERNACIONAL Resumen 16 – Cuarta Unidad.

I. Generalidades. ¿Qué es el TLC? El Tratado de Libre Comercio, es un conjunto de reglas que los países acuerdan para vender y comprar productos y servicios en una determinada región (Estado). Se llama "zona de libre comercio", porque las reglas que se disponen definen cómo y cuándo se eliminarán las barreras arancelarias para conseguir el libre paso de los productos y servicios entre los Estados participantes; esto es, cómo y cuándo se eliminarán los permisos, las cuotas y las licencias, y particularmente las tarifas y los aranceles, siendo éste uno de los principales objetivos del Tratado. Además el TLC propugna la existencia de "condiciones de justa competencia" entre los Estados participantes y ofrece no sólo proteger sino también velar por el cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual. El TLC se basa en principios fundamentales de transparencia, tratamiento nacional y de tratamiento como nación más favorecida, todo ello representa un compromiso firme para la facilidad del movimiento de los bienes y servicios a través de las fronteras, ofrecer la protección y vigilancia adecuadas que garanticen el cumplimiento efectivo de los derechos de propiedad intelectual; adoptar los procedimientos internos efectivos que permitan la aplicación e implementación del Tratado, establecer una regla de interpretación que exija la aplicación del TLC entre sus miembros y según los principios del derecho internacional. El TLC permite que cualquier país o grupo de países trate de incorporarse a él, en los términos y condiciones convenidos por la Comisión de Libre Comercio según los procedimientos nacionales de aprobación de cada país. Todo país puede declarar que el Tratado no se aplicará entre ese país y cualquier solicitante. El Tratado prevé que la Comisión establecerá los términos y condiciones de aceptación de cualquier solicitante. La comisión opera según una regla de consenso. ¿Por qué resultaría necesario un TLC? La dinámica económica del mundo ha llevado a realizar alianzas, acuerdos y comercios que permitan comprar a menor precio y vender en mejores condiciones; siempre con el objetivo de lograr un mayor bienestar para los ciudadanos. Según los resultados que han obtenido países que han celebrado tratados de libre comercio y que han abierto sus mercados, ésta es una herramienta importante de crecimiento y desarrollo. Casos como los de México y Chile que han firmado acuerdos comerciales con estados unidos muestran que sus economías, han crecido notablemente, las exportaciones han aumentado, se ha generado más empleo y los salarios han mejorado. Con los TLC ganan especialmente los países pequeños, y particularmente su agricultura e industria. Estados Unidos es mucho más grande que el Perú, pero esa es una característica que juega a

nuestro favor, porque poseemos un mercado pequeño con un bajo poder de compra, mientras que nosotros, con sólo penetrar 0,1% más de su mercado, con productos en los que tenemos ventajas, incrementaríamos nuestro PBI en 4%. Pero más allá de los buenos resultados, no realizar acuerdos de libre comercio es cerrar las puertas para que los productos no se puedan vender fácilmente en otros países, y perder un mercado que otros seguramente aprovecharán. Además, habrá que pagar un impuesto de ingreso (arancel) cuando se quieran entrar a determinado mercado, lo que se constituye en una desventaja pues otros países que ya han firmado acuerdos comercian sin pagar aranceles. Igualmente, se dificulta la inversión nacional y extranjera pues quien quiera vender sus productos en el exterior no podrá competir con otras empresas extranjeras. Como consecuencia la producción nacional se estancará y no se generará más empleo y mayor crecimiento. Por eso, en la actualidad, la mayoría de países del mundo están celebrando tratados de libre comercio, lo que significa que están abriendo sus puertas al mercado mundial. ¿Cuáles son los temas que se negocian en un TLC? Un TLC constituye un acuerdo integral, que incluye temas clave de la relación económica entre las partes. En el caso del acceso al mercado de bienes, aborda aspectos relacionados con barreras arancelarias y no arancelarias, salvaguardias, normas de origen, obstáculos técnicos, medidas sanitarias y fitosanitarias y mecanismos de defensa comercial. El TLC incorpora también asuntos relativos al comercio de servicios (telecomunicaciones, financieros, profesionales, construcción, software, entre otros), al comercio electrónico y las compras gubernamentales, la promoción y protección recíproca de inversiones y la protección de los derechos de propiedad intelectual, el cumplimiento de las normas laborales y medioambientales y la aplicación de mecanismos de solución de controversias. Las negociaciones de un TLC trascienden la esfera del comercio y abarcan otros ámbitos relacionados a una visión de desarrollo más comprehensiva, por lo que suponen la generación de espacios de diálogo en la sociedad peruana para alcanzar propuestas consensuadas y socialmente aceptadas. Perú y su TLC. El 18 de noviembre de 2003, el Representante Comercial de Estados Unidos, embajador Robert Zoellick, anunció la intención del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos de iniciar negociaciones con Colombia y Perú así como con Ecuador y Bolivia. Las negociaciones empezarían el 18 de Mayo del 2004 en Colombia con aquellos países que se encuentren preparados. Para Estados Unidos, un TLC con el bloque andino, significaba la ampliación de la lista de países en el hemisferio con los cuales Estados Unidos mantiene Tratados de Libre Comercio y, en ese sentido, complementaria y fortalecería el objetivo de culminar la negociación para establecer un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El Perú posee una economía pequeña, y por ello su desarrollo sostenido depende del crecimiento de su comercio exterior, es decir, del acceso de sus exportaciones a mercados cada vez más amplios. El Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos ofrece la oportunidad de vender nuestros productos a un mercado con un poder de compra 180 veces mayor que el peruano.

Los hechos nos indican que el Perú se encuentra en una posición comercial y productivamente expectante, a la que puede sacarle provecho: este año superará los 20 mil millones de dólares en exportaciones y posiblemente los 3.000 millones de dólares en productos agrícolas. Según la experiencia de otros países, el significativo potencial exportador del Perú y su evolución exportadora reciente, el TLC con Estados Unidos representaría más exportaciones, más empresas exportadoras (mayormente pequeñas), más empleos mejor pagados y mayor diversificación de la oferta exportable. Sin embargo, el TLC no conlleva beneficios automáticos. Por ello, al negociarlo, es necesario adecuar tanto la institucionalidad pública como la privada a los desafíos de una economía abierta y global. Los sectores público y privado tienen que continuar haciendo su tarea para superar los problemas estructurales del país y elevar la competitividad de las empresas con el fin de maximizar los beneficios potenciales del TLC. II. Cronología en la firma del TLC. Los siguientes son los principales hechos del proceso que, según la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab, puede entrar en vigor la próxima semana: - Durante el 2004. El 3 de mayo: El presidente de Perú, Alejandro Toledo, anuncia que su país y Estados Unidos acordaron el inicio de las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio. El 18 de mayo Perú, Ecuador y Colombia inician las negociaciones con Estados Unidos para suscribir el TLC. - Durante el 2005. El 9 de octubre: Toledo afirma que Perú exigirá reciprocidad en las negociaciones para el tratado comercial. El 5 de diciembre Perú y Estados Unidos reanudan las negociaciones con el objetivo de resolver sus diferencias en agricultura, propiedad intelectual y exportación de ropa usada. Finalmente el 7 de diciembre: Los equipos negociadores de los dos países alcanzan un acuerdo favorable para la suscripción del TLC. - Durante el 2006. El 12 de abril: Perú y Estados Unidos suscriben en Washington el Acuerdo de Promoción Comercial (APC), nombre formal del TLC, con la presencia de los presidentes George W. Bush y Alejandro Toledo. El 22 de abril Venezuela anuncia su salida de la Comunidad Andina (CAN) en protesta por la firma del TLC de Perú con EE.UU. y por las negociaciones de Colombia en el mismo sentido. El 6 de junio el Gobierno peruano envía al Congreso el texto del TLC para su debate e insta a su aprobación con “carácter de urgencia”.

El 28 de junio el pleno del Congreso peruano aprueba el acuerdo por 79 votos a favor, 14 en contra y seis abstenciones. La oposición responde con una ola de protestas en todo el país. El 30 de junio el presidente electo peruano, Alan García, afirma que intentará renegociar el TLC para mejorar sus condiciones. El 4 de julio los gremios agrarios paralizan ocho regiones del Perú en rechazo al acuerdo. Finalmente el 17 de agosto el economista Hernando de Soto es designado “representante personal” del presidente García para impulsar la ratificación del TLC en el Congreso estadounidense, función que desempeña durante cuatro meses y medio. - Durante el 2007. El 25 de abril después de una visita de dos días a Washington, el presidente García afirma que Perú tiene “casi todas” las posibilidades de que el Congreso de Estados Unidos apruebe el tratado. El 10 de mayo Perú informa que hará enmiendas al TLC para que sea ratificado por el Congreso estadounidense, mientras que el subsecretario de Estado de EE.UU., John Negroponte, dice en Lima que el TLC tiene una “importancia estratégica”. El 6 de junio la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, asegura que el TLC con Perú será el primero en ser ratificado por el Congreso de su país. El 27 de junio el Parlamento peruano aprueba el texto definitivo del TLC, con modificaciones pedidas por los demócratas estadounidenses en los capítulos laboral, medioambiente, propiedad intelectual e inversión. El 7 de agosto el Gobierno de Perú se declara dispuesto a introducir reformas en las políticas laborales para conseguir la ratificación del TLC, tras una visita al país del presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Charles Rangel, y del presidente del Subcomité de Comercio del Congreso, Sander Levin. El 27 de septiembre el presidente Bush remite al Congreso de su país el texto del TLC, para el cual pide una pronta aprobación. El 4 de octubre el Tratado es aprobado en el Comité de Finanzas del Senado de EE.UU. El 8 de octubre la Cámara de Representantes de Estados Unidos lo ratifica con 285 votos a favor y 132 en contra. El 31 de octubre el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara da luz verde al TLC con 39 votos a favor y ninguno en contra. El 4 de diciembre el Senado de Estados Unidos da la aprobación definitiva al TLC con 77 votos a favor y 18 en contra.

- Durante el 2008. El 11 de junio el candidato presidencial norteamericano Barack Obama manifiesta su apoyo al TLC suscrito con Perú, aunque expresa sus reservas a un acuerdo similar con Colombia. El 15 de octubre durante el debate presidencial con su rival, John McCain, Obama asegura que el tratado con Perú está “mejor estructurado” y marca una pauta al futuro en los acuerdos comerciales que suscribirá Estados Unidos. - Durante el 2009. El 13 de enero la representante comercial del presidente George W. Bush, Susan Schwab, asegura que el tratado comercial puede entrar en efecto antes del 20 de enero, día del cambio de Gobierno en su país. El Congreso de Perú aprueba el proyecto que permite la implementación del TLC, con modificaciones en el Código Penal, las leyes del Ambiente, de Salud, de Facilitación del Comercio Exterior y diversos decretos legislativos. III. Objetivos Generales del TLC. El TLC consolidaría el acceso preferencial del Perú a la economía más grande del mundo, lo que le permitiría ganar competitividad frente a otros países que no gozan de preferencias similares y ponerse en igualdad de condiciones frente a aquellos que sí gozan de ellas. Un propósito en las negociaciones -que incluyen todos los aspectos de la relación económica bilateral- es obtener un acuerdo equilibrado e integral que beneficie el desarrollo de las cadenas productivas de la economía. - Garantizar el acceso preferencial permanente de las exportaciones peruanas a la economía más grande del mundo, haciendo vinculantes y permanentes en el tiempo las que en el ATPDEA son preferencias unilaterales, temporales y parciales. - Incrementar y diversificar las exportaciones, eliminando distorsiones causadas por aranceles, cuotas de importación, subsidios y barreras para-arancelarias y teniendo en cuenta el nivel de competitividad del país para la definición de plazos de desgravación. Atraer flujos de inversión privada nacional y extranjera, propiciando el desarrollo de economías de escala, un mayor grado de especialización económica y una mayor eficiencia en la asignación de los factores productivos. - Contribuir a mejorar calidad de vida de las personas a través del acceso del consumidor a productos más baratos y de mayor calidad y variedad, la expansión de la oferta de empleo, el incremento de los salarios reales en el sector exportador. - Establecer reglas claras y permanentes para el comercio de bienes y de servicios y para las inversiones, que fortalezcan la institucionalidad, la competitividad y las mejores prácticas empresariales en el país. - Crear mecanismos para defender los intereses comerciales peruanos en Estados Unidos y definir mecanismos claros, transparentes y eficaces para resolver posibles conflictos de carácter comercial que puedan suscitarse. - Reforzar la estabilidad de la política económica y de las instituciones, así como mejorar la clasificación de riesgo del Perú, lo que contribuirá a rebajar el costo del crédito y a consolidar la estabilidad del mercado de capitales.

- Reducir la vulnerabilidad de la economía a crisis financieras externas e incrementar la estabilidad de nuestros indicadores macroeconómicos, al estrechar vínculos con las tendencias de una de las economías más estables del mundo. - Elevar la productividad de las empresas peruanas, al facilitarse la adquisición de tecnologías más modernas y a menores precios, que promueven la exportación de manufacturas y servicios con valor agregado. IV. El Centro del TLC con los países no desarrollados. No hay duda, de que la propiedad intelectual es el tema más controversial de las negociaciones del TLC, es prácticamente un consenso. Pues ya en el circulo de analistas se ratificó el pensamiento; que el conocimiento y los avances tecnológicos son el verdadero motor del crecimiento de las economías en este mundo globalizado. Y quien tenga acceso a ese conocimiento, o quien lo posea, es el que tiene la capacidad de crecer y por supuesto de hacerse más rico. Y aquellos a los que se les limiten el acceso o se les haga imposible el mismo, por razones económicas, seguirán marginados y agobiados por los problemas sociales y por la pobreza. El asunto es crítico. Lograr que los bienes ingresen al mercado estadounidense gracias a las rebajas arancelarias es importante y ayuda a crecer, pero no es algo de vida o muerte. Por el contrario si no se logra transferencia de tecnología en condiciones apropiadas o si los recursos naturales o lo que llaman nuestra diversidad y materia prima deja de ser propia porque se apropian de ella las multinacionales dueñas del conocimiento científico, eso sí es grave y compromete el futuro de un país como el Perú. El tema es complejo y muy amplio. Va mucho más allá de lo que se ha debatido públicamente sobre fármacos y genéricos. Por supuesto que la salud pública hay que defenderla con todo y el acceso a medicamentos baratos es parte de esa lucha. Sin embargo el farmacéutico es apenas un punto de la agenda sobre la propiedad intelectual. Esta tiene que ver con patentes, con marcas, con los derechos de autor, con la piratería, con la apropiación de seres vivos como las plantas y animales, con la cooperación técnica y la transferencia de tecnología, con el Internet y con el derecho penal, pues se busca castigar con penas más severas a quienes infrinjan las normas que protegen el conocimiento y la tecnología. Los Estados Unidos lo que buscan, lo dijo el señor Zoellick el 2005, en una comunicación a la Cámara de Representantes de su país, es poner en línea a los países andinos con sus políticas, sus prácticas, sus leyes y todos los acuerdos internacionales sobre la materia. Los Estados Unidos, entonces; utilizarán su gran poder político en esta negociación y establecimiento de un TLC. La razón es clara. Detrás de ese poder político hay un gran poder económico, representado en todas las multinacionales propietarias de las tecnologías y del dinero para hacer investigación y desarrollo. Será muy difícil, también se dijo, que acepten lo que interesa a los países en desarrollo y otorgarán concesiones comerciales para que éstos le giren cheques en el campo de la propiedad intelectual. La negociación es en el fondo un asunto de intereses económicos. En este sentido se podría afirmar, que para los negociadores norteamericanos no existían palabras como caridad, buena voluntad, salud pública, derechos humanos, conocimiento tradicional, derechos de los niños, tratamiento humanitario y objetivos del milenio. Es decir que en la negociación no se puede apelar a la inequidad social porque eso no conmoverá a la contraparte.

Una de las partes centrales de este marco regulador del comercio de bienes es el programa de desgravación arancelaria (Barreras Arancelarias y No Arancelarias), mediante el cual se plantea la eliminación progresiva de los aranceles sobre bienes originarios, de acuerdo con unas listas de desgravación. La categoría A corresponde a la entrada libre de derechos cuando entra en vigor el Tratado. La categoría B mediante la cual se prevea la eliminación del arancel en 5 etapas anuales, es decir que la eliminación del arancel en un período de 5 años. La categoría C prevé que linealmente el arancel va a llegar a cero en un período de 10 años y una categoría D que incorpora todos aquellos bienes que estaban exentos del pago de aranceles y que van a continuar así, por ejemplo todos aquellos productos mexicanos que se benefician de SGP en los Estados Unidos o de un sistema preferencial en Canadá. Existe la categoría E que tiene una desgravación en 15 años para productos especiales, por ejemplo el jugo de naranja en Estados Unidos, el maíz y frijol en México. El arancel de partida con que se inicia el programa de desgravación en Estados Unidos y Canadá es el arancel del Sistema General de Preferencias, es decir el arancel preferencial o en su defecto el de nación más favorecida mientras que para México será su arancel aplicado. Esto es importante, porque no se empieza con los aranceles consolidados en el GATT que en algunos casos son más altos, sino que se empieza con el arancel aplicado. Por otro lado, con el Tratado se consolidaron a México los beneficios del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). El TLC elimina las cuotas para productos que cumplen con la regla de origen, mientras que los permisos de importación entre los tres países se substituyen por la cuota-arancel, es decir se fija una cuota de importación libre de impuestos y una vez cubierta la cuota se paga el arancel establecido por el TLC. V. El Caso Perú y EE.UU. El problema de términos y su implicancia jurídica: Para el Perú la negociación con EE.UU. es un Tratado. Sin embargo, para este país es un acuerdo. La diferencia es que en la legislación de ese país el acuerdo tiene menor rango jurídico que el tratado. Por ello es que encontramos en su legislación: “… la legislación de los Estados Unidos prevalece en caso de conflicto.- (1) Ninguna disposición del Acuerdo, ni su aplicación a cualquier persona o circunstancia que sea inconsistente con cualquier ley de los Estados Unidos, tendrá efecto. (2) Nada en esta ley será interpretado”. En cambio en el Perú, en caso de conflicto entre una ley y el tratado, prevalece el tratado. Esto afecta como es lógico de sobremanera pues condiciona la manera en como llevaremos nuestras leyes. Es también una cuestión de soberanía. La solución no estaría en que EE.UU. cambie sino que nosotros disminuyamos también el rango jurídico del tratado, para que no influya en nuestra organización. Sobre las patentes de las plantas: Se debe aclarar que las patentes deben ser resultado de una INVENCIÓN. Las plantas se descubren, no se inventan. A este grupo también se añaden las plantas modificadas por métodos tradicionales.

El TLC dice: cualquier parte “que no otorgue protección mediante patentes de plantas hará todos los esfuerzos razonables” para darla. Parecería que podemos no hacer todos los esfuerzos, sin embargo, otras partes nos dicen que el Perú ha tomado compromisos para que las transnacionales obtengan derechos en semillas y plantas. El Perú se ha comprometido a adherirse al Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV). Este tratado funciona como un régimen de patentar plantas. Es decir, a pesar de que hemos firmado el Tratado de Libre Acceso a los Recursos Genéticos de la FAO (acceso facilitado a 35 productos trascendentales para la humanidad) y de que los Países Andinos excluyen las patentes de las plantas amparándose en la cláusula 27.3.b del APDIC (Acuerdos de la OMC sobre derechos de propiedad intelectual) aceptando el TLC se pondrían patentar nuestras plantas y sin poder retroceder. El gobierno peruano logró que se firme “la carta de entendimiento” la cual habla sobre la importancia de nuestra biodiversidad, la distribución equitativa, etc. pero EE.UU. al firmarla no se compromete a nada pues la carta termina diciendo: “puede ser adecuadamente atendido a través de contratos”. En pocas, palabras, no se consiguió nada. El TLC y el agro: Supuestamente las diferencias entre EEUU y Perú (país que casi no puede compensar las pérdidas de los afectados) serían justificadas con la gradualidad en la desgravación arancelaria. A pesar de eso, dos tercios del comercio han sido desgravados inmediatamente. Sólo en lácteos, arroz, carne de bovino y cuartos traseros de pollo se aceptaron plazos largos. Aunque, para compensar esto se ha dado la concesión, en algunos casos, de ingresar grandes cuotas liberadas del pago de arancel. EEUU entró al Tratado con la intención de eliminar la franja de precios (esta se aplica para proteger a ciertos productos agrarios. El motivo es que hay una gran variación en los precios de los productos del agro, entonces ella estabiliza los costos de importación y protege la producción y el consumo). En el capítulo II del TLC se dice: “Perú no deberá aplicar ningún sistema de banda de precios (Sistema de Franjas de Precios) a mercancías agrícolas importados de los Estados Unidos”. A pesar de ello, el MINCETUR dice que la franja se podrá aplicar por la diferencia que hay entre el arancel base acordado con EE.UU. y el arancel total vigente (ej. 52% y 25% en el arroz). Sin embargo está diferencia significa ya una disminución en comparación al consolidado ante la OMC que es de 68% para los productos en la franja. Esto significa que el Perú se expondrá a las consecuencias de estas fluctuaciones. Para contrarrestar esto se creó la SEA (Salvaguarda especial agropecuaria), reconocida por la OMC. Esta pararía fenómenos imprevistos no necesariamente vinculados al TLC. Hasta aquí, todo sonaría como una buena solución. Los países andinos propusieron que esta salvaguardia sea permanente y que se debería activar “en la forma de derecho o arancel, con un disparador por precios o por volumen”. Pero EE.UU. logró que esta salvaguardia exista sólo durante el período de desgravación (es decir, cuando estamos más vulnerables, ella no existirá). Además, sólo se aplicará a 36 partidas arancelarias. A esto hay que agregarle que si se llega a activar la salvaguardia sólo se restaurarían los aranceles originales e irían decreciendo. Con respecto a la aplicación de cuotas, se establecieron las abiertas, es decir, aumentan cada año. Por ejemplo, la cuota anual de arroz es de 74 mil toneladas que ingresan sin pago de arancel. Esta aumentará cada año 6%. En cinco años serán 100 mil toneladas. En el caso del maíz es peor, pues

al cabo de 5 años entrarán aproximadamente 670 mil toneladas y sin la posibilidad de una salvaguarda especial. Esto se debe contrastar con las condiciones dadas a EE.UU.: “EE.UU. Sólo acepta eliminar subsidios a la exportación en el comercio bilateral, condicionando a que terceros países tampoco puedan acceder a nuestro mercado apelando a este tipo de subsidios; en caso de ocurrir esto último, EE.UU. se reserva el derecho de reimplantar sus subsidios a la exportación”. Bueno, esto significa que se nos condiciona con quien vamos a negociar después. Y yo que pensaba que lo de “libre” comercio era verdad. No se puede esperar un cambio en la política de los subsidios por parte de EE.UU. ya que su programa fiscal multianual 2002-2012 garantiza los recursos para los programas de apoyo directo al productor norteamericano. Además, su ley agrícola determina la aplicación de esos recursos hasta el 2007, habiendo ya comenzado la elaboración del presupuesto para el próximo período (a 2014). Se debe agregar que los productos que se exportan a EE.UU. no son agrícolas. Los principales son el oro (28.7%) y los cátodos y secciones de cátodos de cobre refinado (12%). Por ello, no se espera que a partir del TLC se comience a exportar productos agrícolas hacia un mercado que ya tiene tendría cubierta esa demanda. Según la revista de Agraria “el problema central radica en que las concesiones (...) son incompatibles con cualquier programa de fortalecimiento de capacidades productivas que incluya sinceramente a la mayor parte del universo de productores agrarios. Se pretendería transformar la agricultura en una actividad reservada para ciertas elites, que deberían abocarse a producir solo productos de exportación orientados a mercados en desarrollo, con el empleo generalizado de alta y costosa tecnología”. Al parecer; esta posición está más que demostrada al ver las consecuencias negativas en la mayoría de productos agrícolas y al ver que no todos los agricultores pueden ser agroexportadores (requisitos: identificación de nicho de alta rentabilidad, importante inversión, largo tiempo de maduración, requerimientos agronómicos (tierra, clima…), requerimientos tecnológicos (riego) y economías de escala). Es obvia la diferencia entre el trato que se le otorga a sus productos y el que ellos exportan. Esto provoca costos- económicos y sociales- que no podrán ser compensados por ningún boom agroexportador. Además, los más afectados son los que menos posibilidad tienen de enfrentarse a las consecuencias: los pequeños productores, los campesinos.