Responsabilidad Moral

RESPONSABILIDAD MORAL Definición. La responsabilidad es la obligación en que se encuentra un agente moral de "responder"

Views 56 Downloads 0 File size 151KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

RESPONSABILIDAD MORAL Definición. La responsabilidad es la obligación en que se encuentra un agente moral de "responder" de sus actos, es decir de sufrir sus consecuencias. La responsabilidad supone la Imputabilidad, que es la propiedad en virtud de la cual un acto puede ser atribuido a una persona como su autor. En ética, la responsabilidad se asocia con los términos: compromiso, obligación, incumbencia, competencia y exigencia. Condiciones de la responsabilidad moral El enriquecimiento de la vida moral entraña la elevación de la responsabilidad personal, el problema de determinar las condiciones de dicha responsabilidad adquiere una importancia primordial. Actos propiamente morales sólo son aquellos en los que podemos atribuir al agente una responsabilidad no sólo por lo que se propuso realizar, sino también por los resultados o consecuencias de su acción. Pero el problema de la responsabilidad moral y libertad se halla estrechamente ligado, a su vez, al de la necesidad y libertad humanas, pues solo si se admite que el agente tiene cierta libertad de opción y decisión cabe hacerle responsable de sus actos. Desde Aristóteles contamos ya con una vieja respuesta a estas cuestiones; en ella se señalan dos condiciones fundamentales: a) Que el sujeto no ignore las circunstancias ni las consecuencias de su acción; a sea, que su conducta tenga un carácter consistente. b) Que la causa de sus actos este en el mismo (o causa interior), y no en otro agente (o causa exterior) que le obligue a actuar en cierta forma, pasando por encima de su voluntad; o sea, que su conducta sea libre. De esta manera, solo el conocimiento del acto, por un lado, y la libertad de realizarlo, por el otro, permiten hablar legítimamente de responsabilidad. Por el contrario, la ignorancia, de una parte, y la falta de libertad de otra permite eximir al sujeto de la responsabilidad moral. Coacción exterior y responsabilidad moral. Cuando el individuo se encuentra determinado por una coacción exterior, pierde el control sobre sus actos y se le sierra el camino de la elección y la decisión propias, realizando así un acto no elegido ni decidido por él. Si así ocurre, no se le puede hacer responsable de la forma en que ha actuado, ya que sus actos tienen sus causas fuera del. Coacción interna y responsabilidad moral. La coacción interna consiste en los impulsos irresistibles que le obligan al agente a realizar ciertos actos que transgredan el orden moral. Es el caso de la cleptomanía, de la neurosis y desajustes sexuales que impulsan a los individuos a robar, matar y ofender con frases obscenas. En todos ellos el sujeto no es consciente, al menos en el momento en que realiza dichos actos; por lo que, no realizo lo que libre y conscientemente hubiera querido; y, por tanto el sujeto puede eximirse de la responsabilidad moral.

De: http://www.mailxmail.com/curso-etica-codigo-moral-campo-social/moral-profesional Conclusiones La responsabilidad moral es la calificación que recibe una persona por sus acciones desde el punto de vista de una teoría ética o de valores morales particulares. Se trata entonces de la responsabilidad que se relaciona con las acciones y su valor moral. Dicho valor será dependiente de las consecuencias de tales acciones. Sea entonces al daño causado a un individuo, a un grupo o a la sociedad entera por las acciones o las no-acciones de otro individuo o grupo. La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública cuando la adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es insuficiente para cerrar casos como son, por ejemplo, escándalos de corrupción ligados al ocultamiento de cifras en la contabilidad de empresas, derramamiento de petróleo en zonas naturales, financiamientos ilegales de campañas y escándalos de corrupción política. El término aparece también en la discusión de temas como determinismo o libre albedrío, puesto que sin la libertad es difícil ser culpado por las propias acciones, y sin esta responsabilidad moral la naturaleza del castigo y la ética se convierten en una interrogante.

LA CONCIENCIA MORAL “La obligación Moral tiene su origen en la vida misma y echa allí sus raíces mucho más profundamente que en el pensamiento consciente. Proviene de los más oscuros e inconscientes fondos del hombre” J:M: GUYAU

La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener las normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta moral es o no es valiosa.

Existen dos posiciones fundamentales que explican la naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica.

La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad propia de la naturaleza humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es un producto propio de la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido del bien y del mal. La posición empírica sostiene que la conciencia moral es resultado de la experiencia, es decir, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación o del medio sociocultural en general, por lo que, las ideas morales son de naturaleza social, están determinadas por las condiciones materiales de existencia.

Clases de conciencia La conciencia sociológica abarca la totalidad de nuestro “yo”, la misma que nos permite darnos cuenta de nuestra propia existencia, como entidades individuales y de existencia de las otras personas y del mundo material que nos rodea, como algo fuera de nuestro” yo”.

En cambio la conciencia moral es consciente de los valores éticos, es decir conocimiento de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer, y en esta forma poder diferenciar lo bueno y lo malo.

Conciencia Moral En la actividad intelectual del individuo, en el uso de su inteligencia, se presentan dos tipos de conciencia. Una es la conciencia Psicológica y otra la conciencia MORAL, que tienen características diferentes, pero que ambas son como una reflexión del intelecto sobre hechos y realidades.

Conciencia Psicológica La conciencia psicológica es un darse cuenta de la presencia de sí mismo; de las cosas y los hechos que se encuentran fuera del yo, y de la reflexión resultante de los propios actos y de las realidades existentes en el mundo que le rodea. De este aspecto psicológico resulta la Concientización. Mediante procesos de enseñanza o de sensibilización, las personas se dan cuenta de lo que acontece en el mundo natural y social. Así se puede hablar de concientización turística" o "concientización ecológica".

7. Diferenciaciones La conciencia moral tiene una definición muy antigua y que es usada en forma muy general. "Es el juicio inmediato y práctico sobre el carácter moral de nuestras acciones". Este hecho de ser un juicio inmediato de la experiencia es lo que constituye la médula de la Ética.

La conciencia moral es resultado de un raciocinio del tipo deductivo y que se encuentra apoyado en todos los principios generales de comportamiento que se han designado como ~sindéresis~, además de aquellos que hemos sentado durante el proceso de socialización y que corresponden a nuestra cultura.

La conciencia moral se desarrolla en el niño en una forma natural por la acción educadora que va realizando la sociabilización. Lo que al parecer es innato, de hecho llega al individuo por una experiencia sensible sobre lo que está bien y lo que está mal, El obrar bien tiene premio y el obrar mal tiene castigo. Sabe que si obra bien y a pesar de ello se le castigue, le llega en forma inmediata un sentido de justicia e injusticia y un concepto de autoridad que impone premios y castigos.

Bajo estos principios es comprensible que la conciencia moral puede ser formada dentro de los procesos educativos, y de esta manera hacerla clara, recta, independiente y delicada

La conciencia moral, como juez de nuestros actos, sólo puede darse cuando éstos son actos humanos voluntarios, o sea los actos en los que ha intervenido la libertad de acción. No puede haber un juicio de conciencia cuando los actos efectuados han sido obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de agentes extraños a nosotros mismos. Se podría poner con ejemplo la acción de un soldado en tiempo de guerra En la actividad profesional a veces se toman decisiones por obligación o por seguir esquemas o sistemas preestablecidos, que muy poca libertad de acción dejan al sujeto, en estos casos la conciencia moral quedara un tanto suprimida.

CONCLUSIONES

La conciencia moral se configura en un momento de libertad de la conciencia en que ésta decide la dirección y el sentido de su acción. Es la libertad de la conciencia lo que puede fundamentar una moral, pero la conciencia, comprendida como intencionalidad hacia el mundo, se nos presenta determinada (prisionera) de sus ensueños y deseos. En ciertas ocasiones esos ensueños y deseos pierden su poder hipnótico sobre la conciencia provocando un “momento de libertad”, y es allí donde la conciencia define el sentido de su acción.

Desde el momento de libertad la conciencia puede tomar distintas direcciones, fugarse negando su libertad, o afirmar sus apetencias aumentando su encadenamiento, o se dirigirá hacia el otro realizando un significado, experimentando encuentro, comunicación y sentido.

El Mensaje de Silo propone una moral basada en la experiencia de liberación y no requiere como fundamento una idea, una creencia o una tradición, adquiriendo características de una moral universal válida para cualquier idea, creencia o tradición.

Bibliografía  David Hume, Investigación sobre la moral, Editorial Losada, Buenos Aires, 2003.  Friedrich Nietschez, La Genealogía de la Moral, Alianza Editorial, Madrid, 2008.  Henri Bergson, Las dos fuentes de la moral y la religión” , editorial Tecnos .  Silo, Mensaje de Silo, Ediciones EDAF, S.L. Madrid, 2008.

EL BIEN MORAL

Toda cosa es ontológicamente buena, mas no toda cosa es moralmente buena. El bien moral no es un trascendental; significa cierto analogado particular del bien antológico; significa lo que es bueno en un cierto orden especial: el orden de la realización del ser humano, teniendo en cuenta el uso de su libertad y la persecución de su destino propio. Es el bien, un bien ontológico, en la línea particular – o el orden particular – del hombre, de la naturaleza y de la existencia humanas; en relación a aquello que el hombre, en tanto es un agente libre, está hecho para ser.

La posición de Santo Tomás es muy clara a este respecto. El bien, explica, es la plenitud del ser. Y lo que primariamente y ante todo se requiere para tal plenitud es el estar constituido en su especie. Para el acto moral, es pues el tener su especie lo que acaba y perfecciona en la línea de ese ser particular que es el ser moral o el uso de la libertad. Y puesto que los actos se especifican por sus objetos – es éste un axioma sagrado del tomismo – se sigue que la bondad moral del acto depende primeramente y ante todo de la bondad del objeto. Como veis, Santo Tomás funda la bondad moral sobre la bondad ontológica, y cuando se trata de explicar lo que primeramente y de suyo hace buenos a los actos humanos, se refiere a la noción metafísica del bien, al bien ontológico, pero como particularizado en la línea moral. La noción de bien moral tiene dos implicaciones:

1) La primera implicación es la de valor (en la línea moral). Se trata entonces del bien moral en la perspectiva de la causalidad formal, el bien como significando la cualidad intrínsecamente buena de un acto humano; 2) La otra implicación de la noción de bien moral es la de fin (en la línea moral). Entonces el bien es considerado en la perspectiva de la causalidad final; se trata del bien a que el hombre tiende, y que toma como fin en su actividad moral; del bien con miras al cual se desencadena su actividad como agente libre.

Si hemos de hablar en términos estrictos, el bien moral podría ser considerado como sinónimo del bien como valor. Pero en un sentido más general el bien, en el dominio de la moralidad, en la esfera de la moralidad, significa ya sea el bien como valor, ya sea el bien como fin (especialmente como fin último).

Se trata ahí, comprendámoslo bien, de dos aspectos separados, no de dos cosas separadas. Todo valor (positivo) es potencialmente un fin, puesto que todo valor (positivo) significa la calidad intrínsecamente buena de un acto o de una cosa. Hay aquí una cuestión de perspectiva: estas dos nociones de valor y de fin se refieren esencialmente a dos órdenes cuya distinción es clásica en filosofía: el orden de especificación y el orden de ejercicio.

En el primer caso – orden de especificación – tenemos el valor; aun si se trata de fines, desde que son considerados en la perspectiva de la causalidad formal, son considerados como valores (causalidad formal, orden de especificación, valor, son cosas que van juntas).

En el segundo caso – orden de ejercicio – tenemos la finalidad, el bien como fin: aun si se trata de valores, desde que se los considera en la perspectiva del ejercicio, son considerados como fines (causalidad final, orden de ejercicio, bien como fin son cosas que van juntas).

Conclusión El moral se reserva para designar en especial el bien humano. Un hombre bueno es una persona que es buena en su humanidad y no propiamente en su habilidad. Un deportista no necesariamente es una persona buena.

Existe así un consenso general en afirmar que no nacemos buenos ni malos, sino que nos hacemos personas buenas o malas por nuestros actos buenos o malos. Un acto específicamente humano difiere de las acciones de los animales por el hecho de que el acto humano es hecho previa deliberación, con libertad de elección y con el conocimiento del objeto del acto.

EL BIEN Y EL VALOR Jacques Maritain Transcripción de la Segunda Lección del libro ‘Lecciones Fundamentales de la Filosofía Moral’ de 1951