Reproduccion asistida

Inseminación artificial La inseminación artificial (IA) es una técnica simple y la primera alternativa para las mujeres

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Inseminación artificial La inseminación artificial (IA) es una técnica simple y la primera alternativa para las mujeres que tienen dificultades para quedarse embarazadas de manera natural. Es, por lo tanto, el método de fertilización asistida más utilizado. Consiste en depositar el semen del hombre en el tracto reproductor femenino, en general en el interior de la cavidad uterina, para ayudar a que el óvulo y los espermatozoides se junten y logren la fecundación. Desde el momento de su implantación y popularización en la década de los años setenta del siglo pasado, la inseminación artificial representó un procedimiento de fertilidad revolucionario. Abrió puertas para innumerables parejas que hasta ese momento veían el embarazo como una posibilidad casi remota. Fue el primer paso de un camino que -por medio de técnicas más complejas como la fecundación in vitro, la micro inyección espermática y el implante de ovocitos donados- todavía avanza para permitir que casi todo el mundo pueda tener hijos. La primera técnica de IA utilizada de manera masiva fue la llamada intracervical, que consiste en introducir los espermatozoides en el cuello del útero. Si bien este método en general resulta exitoso, en la actualidad, el más empleado es el de la inseminación intrauterina, más eficaz y un poco más costoso, aunque mucho más barato (unos 600 euros por cada ciclo) que los procesos de fecundación in vitro, a los cuales es necesario acudir cuando la IA no da resultado. ¿Cuándo se recomienda la inseminación artificial? La inseminación intrauterina es idónea cuando los espermatozoides tienen dificultades para atravesar el cuello uterino, lo cual puede ocurrir por alteraciones en la calidad del semen o del moco cervical, o bien por incompatibilidad entre este último y las gametas masculinas. También es un proceso adecuado ante otros problemas como anovulación, alteraciones ovulatorias, endometriosis leve, factor tubario corregido, esterilidad sin causa aparente, alergia al esperma y baja cantidad o motilidad de los espermatozoides, es decir, en los casos en que, por sí mismos, los espermatozoides no puedan recorrer la distancia hasta la trompa de Falopio, donde espera el óvulo. No obstante, para que la inseminación artificial tenga éxito, se deben cumplir dos condiciones: Al menos una de las trompas de Falopio debe ser permeable. Para comprobarlo, se debe realizar una histerosalpingografía, que consiste en una radiografía del cuello del útero, de la cavidad uterina y de las trompas de Falopio. El semen del varón debe cumplir unos parámetros seminales mínimos. En general, se considera que la concentración de espermatozoides móviles tras su preparación en el laboratorio debe ser superior a 3 millones; así lo establece, entre otros, el IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad), una de las instituciones de

referencia dedicada a los tratamientos de reproducción. Por su parte, el doctor Isidoro Bruna, jefe de la Unidad de Medicina de la Reproducción del Hospital Universitario Montepríncipe de Madrid, señala a cinco millones de espermatozoides móviles como valor mínimo aconsejable. Las fases de la inseminación artificial El tratamiento de inseminación artificial consta de tres fases: Estimulación del ovario con hormonas para la inducción de la ovulación: si bien la IA puede aprovechar cualquier período natural de la mujer, y por tanto prescindir de la estimulación ovárica, esta lleva consigo el desarrollo de varios folículos que permiten disponer de más de un óvulo para ser fecundado de forma natural. Con esto aumentan en un 15% los riesgos de embarazos múltiples. El doctor Bruna especifica que el proceso es muy sencillo: la mujer se inyecta en dosis pequeñas una hormona (por lo general, gonadotropina) desde los primeros días del ciclo; mientras, acude a controles médicos periódicos, hasta que el especialista detecta que los folículos están maduros, esto es, cuando tienen un tamaño que oscila entre 18 y 22 milímetros. Preparación del semen: el objetivo es seleccionar y concentrar los espermatozoides móviles, que son los más propicios para la fecundación. Se procesan las muestras, mediante técnicas llamadas "de lavado y capacitación", para eliminar del eyaculado detritus, restos celulares o espermatozoides muertos, inmóviles o lentos. Inseminación: el proceso propiamente dicho se realiza en las consultas y no resulta doloroso. Cuando el especialista ha detectado que los folículos están maduros, desencadena la ovulación tras inyectar un agente hormonal, la gonadotropina coriónica (HCG); al cabo de 36 horas, realiza la capacitación del semen del varón y la introducción en el útero de la mujer, lo más cerca posible de las trompas de Falopio, mediante una cánula especial. La mujer debe permanecer unos minutos en reposo. En general, el proceso dura entre 10 y 20 minutos. Solo después de, al menos, dos semanas se podrá saber si el proceso ha resultado exitoso, con un análisis o un test de embarazo. Las estadísticas señalan que la tasa de gestación por cada ciclo ronda del 15% al 17%, mientras que el 35% de las mujeres que completan cuatro ciclos consiguen quedarse embarazadas. Después del quinto intento, las estadísticas caen de manera exponencial. Por ello, si tras cinco ciclos no se logra el resultado buscado, es posible que el especialista recomiende algún otro método.

Reproducción asistida Si es por esperar demasiado tiempo o por problemas con sus órganos reproductivos, muchas mujeres y hombres tienen la necesidad de buscar ayuda para concebir. A menudo acuden a clínicas de reproducción asistida, como Concibe, para analizar sus opciones y repasar las alternativas que existan para tener un hijo. Hoy hay muchos métodos de reproducción asistida, pero… ¿cuál es mi mejor opción? 1. Programación del ciclo femenino. Así como las razones de la infertilidad varían, también varían las soluciones. Cuando una pareja busca reproducción asistida en una clínica, el doctor puede recomendar varias opciones después de analizar cuidadosamente la causa de los problemas de la fertilidad. Puede que sencillamente requiera una programación del ciclo femenino, estimulado la ovulación y programando el mejor tiempo para concebir de una manera natural con relaciones sexuales entre los cónyugues. 2. Inseminación artificial. Por otro lado si es el hombre tiene bajo conteo de esperma, puede que recomiende la inseminación artificial en lugar de concebir con coito natural. Después de lavar y separar los espermatozoides más fuertes, los inyectan más cerca al ovulo en el tiempo programado. Hay casos en que este proceso no es efectivo, entonces recomiendan fecundación in Vitro. 3. Fecundación in Vitro. En vez de realizar la concepción en la matriz, juntan a los espermatozoides con los óvulos y los fecundan en un laboratorio con mucho cuidado. Después colocan el óvulo fertilizado en la matriz. Relacionado con este tratamiento es la fecundación in Vitro por ICSI. Este consiste en inyectar el óvulo con un espermatozoide cuidadosamente elegido para producir un óvulo fertilizado y colocarlo en la matriz de la próxima madre. En ambos tratamientos, la inseminación artificial y la fecundación in vitro, algunos optan, según sus específicos problemas de fertilidad, por óvulos o esperma donados. Como los medicamentos para estimular la ovulación suelen ser muy fuertes algunas mujeres prefieren una mini fecundación in Vitro. Esta usa baja medicación hormonal y produce óvulos con mayor calidad. Todos estos tratamientos de fecundación in Vitro pueden producir algunos óvulos fertilizados. La pareja tendrá que decidir si desean congelar los embriones que no se van a utilizar para futuros posibles embarazos. 4. Vientre subrogado. En otros casos la mujer no puede sostener un embarazo por suficiente tiempo para dar a luz o le es imposible la gestión en su matriz. Para ellas existe la alternativa del vientre o útero subrogado. Usando eL óvulo de la madre y los espermatozoides del padre, efectúan la fecundación in Vitro y colocan el óvulo fecundado en el vientre alquilado de una mujer que se ofrece.

Las razones para la infertilidad son muchas pero el deseo de las personas para concebir hijos propios es naturalmente intenso. En Concibe, buscamos dar esperanza a estas familias, ofreciendo alternativas variadas que pueden ayudarles a lograr sus sueños más grandes el poder disfrutar del placer de concebir un hijo o hija propia. Se denominan Técnicas de Reproducción Asistida (TRA) a todas aquellas técnicas mediante las cuales se trata de aproximar en forma artificial a las gametas femenina (óvulos) y masculina (espermatozoides) con el objeto de favorecer el embarazo. Estas técnicas suelen utilizarse cuando los tratamientos médicos o quirúrgicos no están indicados o no han sido exitosos. Las primeras técnicas de reproducción asistida fueron desarrolladas para el tratamiento de casos de infertilidad masculina, como problemas coitales o baja movilidad de los espermatozoides, asistiendo al depósito de los mismos en la vagina. Estas técnicas de inseminación vaginal fueron luego reemplazadas por las inseminaciones cervicales e intrauterinas, a fin de aproximar más los espermatozoides al óvulo. Las Técnicas de Reproducción Asistida se pueden clasificar en: De Baja Complejidad: cuándo la unión entre óvulo y espermatozoide se realiza dentro de la trompa de Falopio. Coito programado Inseminación intrauterina De Alta Complejidad: cuándo la unión entre óvulo y espermatozoide tiene lugar en el laboratorio, lo que implica la necesidad de extraer los óvulos del organismo de la mujer. Fertilización in vitro Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) De baja complejidad Coito Programado Es la técnica más simple. Consiste en una estimulación leve de la ovulación y controles ecográficos periódicos que tienen el objeto de conocer el número de folículos presentes en los ovarios y de programar el momento adecuado para tener relaciones sexuales. Inseminación Intrauterina o artificial (IIU) Es una técnica sumamente sencilla que se define como el depósito de

espermatozoides en forma no natural en el tracto reproductivo de la mujer, en el momento próximo a la ovulación, con la finalidad de conseguir un embarazo. Para la realización de esta técnica se requieren la integridad anatómica de por lo menos una trompa de Falopio y una buena concentración de espermatozoides móviles. La inseminación intrauterina comprende distintas etapas. La primera es la estimulación de la ovulación para lograr el desarrollo de varios folículos conjuntamente con el monitoreo ecográfico que permite conocer el número y tamaño de los mismos a medida que se van desarrollando. Una vez que los folículos alcanzaron determinado tamaño, se aplica una inyección (HCG) que permite la maduración final y la ovulación. Aproximadamente 36 horas después de esta aplicación se efectúa la inseminación. Para esto el esposo debe entregar una muestra de semen que se procesa para separar los espermatozoides de buena calidad que serán depositados mediante una cánula delgada en el interior de la cavidad uterina. De alta complejidad Fertilización In Vitro y Transferencia Embrionaria (FIV-ET) Es la técnica madre de este tipo de tratamientos. En ella la fertilización del óvulo por el espermatozoide se produce en un medio artificial -el laboratorio-, pero el proceso de fertilización es totalmente natural, ya que se colocan un promedio de 50000 espermatozoides alrededor del óvulo, que es penetrado naturalmente por uno de ellos. Así se forman los embriones, que se mantienen en cultivo en el laboratorio entre 2 y 5 días y luego son transferidos a la cavidad uterina por medio de un delgado catéter, mediante un procedimiento sencillo e incruento. Esta técnica fue desarrollada inicialmente para el tratamiento de la infertilidad causada por obstrucción de las trompas. Sin embargo, con el correr del tiempo, las indicaciones fueron ampliándose e incorporando todos aquellos casos en los que existe dificultad en el encuentro entre los espermatozoides y el óvulo. Así se han tratado factores masculinos, endometriosis, problemas inmunológicos, esterilidad sin causa aparente, etc. y se han incorporado algunos procedimientos como la criopreservación embrionaria, las técnicas de micromanipulación, la recuperación de espermatozoides, el cocultivo, el assisted hatching, el diagnóstico genético preimplantacional, etc. Los pasos de la FIV incluyen la hiperestimulación ovárica controlada y monitoreo ecográfico de la ovulación, la recuperación de los ovocitos, la fertilización y cultivo embrionario, la transferencia de los embriones al útero y el mantenimiento de la fase lútea. Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI) La ICSI consiste en la inyección de un único espermatozoide en el interior del

óvulo. Para realizar esto se efectúa un procedimiento idéntico al que se describió previamente para la FIV con una única variante en la etapa de fertilización: en vez de incubar los espermatozoides con el óvulo, éste es inyectado para colocar un espermatozoide en su interior. Esta técnica ha abierto una importante posibilidad terapeútica, especialmente para la esterilidad conyugal de origen masculino. Hombres que hasta hace pocos años tenían como únicas alternativas la adopción, la inseminación con semen de banco o la resignación, hoy tienen la posibilidad de un embarazo.

Criopreservación de embriones Como se vio previamente, los procedimientos de reproducción asistida suelen efectuarse con una hiperestimulación ovárica controlada a fin de obtener un buen número de óvulos y embriones. Usualmente el número de embriones que se transfiere está entre 2 y 4, según la calidad embrionaria y la edad de la mujer. Si hubiese más embriones de los deseados para transferir, se pueden almacenar por medio de una técnica denominada criopreservación, que consiste en mantener los embriones a muy bajas temperaturas, por lo que todas las funciones celulares se detienen pudiendo conservarse en este estado durante muchos años. De esta manera, los embriones criopreservados pueden ser descongelados y utilizados un tiempo después. Las ventajas de la criopreservación son varias: permite contar con una alternativa para los embriones que no se desean transferir a fin de evitar el riesgo del embarazo múltiple, y además permite incrementar las tasas de embarazo del procedimiento. Esto último se debe a que se están transfiriendo embriones logrados en ciclos previos, como si la pareja realizase más de un ciclo de reproducción asistida. También se disminuyen los costos, ya que para la transferencia de los embriones criopreservados no son necesarias la hiperestimulación ovárica, la recuperación ovocitaria y la fertilización. La transferencia suele efectuarse durante un ciclo ovulatorio normal de la mujer. Cultivo a Blastocisto Esta técnica ha generado un gran interés durante los últimos años, ya que las técnicas convencionales exigen que la transferencia de los embriones se efectúe dentro de los 2 ó 3 días de la aspiración de los óvulos. Los medios de cultivo convencionales no eran capaces de soportar el desarrollo hasta este estadío, por lo que las transferencias se realizaban obligatoriamente dentro de ese plazo, con los embriones en estadío de 4 a 8 células. En la actualidad el cultivo puede extenderse por más tiempo ya sea mediante el uso de medios secuenciales, que reflejan las necesidades metabólicas cambiantes del embrión, o mediante el cultivo de los embriones en presencia de una monocapa de células "nodriza" (co-cultivo).

Inicialmente la transferencia de embriones en estadío de blastocisto se asoció a tasas de embarazo excepcionalmente altas. Estudios recientes muestran que utilizando diversos parámetros de clasificación embrionaria al momento de seleccionar los embriones a transferir, las ventajas del cultivo a blastocisto se limitan a un grupo restringido de pacientes. Cocultivo En la técnica del cocultivo los embriones se incuban con otras células o con medios especiales, lo que permite mantenerlos durante más días in vitro (en la incubadora) desarrollándose y creciendo. De esta manera sólo los embriones de buena calidad y aptos seguirán su evolución hasta el estado denominado de blastocisto. Esto permite la transferencia de un menor número de embriones, lo que disminuye el riesgo de embarazo múltiple, pero con mayor potencial de desarrollo para aumentar las posibilidades de embarazo Eclosión asistida (Assisted hatching) Los embriones están rodeados de una membrana glicoproteica denominada zona pelúcida, de la cual deben desprenderse para poder implantarse en el endometrio. Esto sucede una vez que el embrión ha alcanzado la etapa de blastocisto y se encuentra en la cavidad uterina. La eclosión se produce al adelgazarse la zona pelúcida por acción de sustancias producidas por el endometrio y por el mismo embrión. Existen evidencias de que algunos embriones pueden carecer de la habilidad para adelgazar y desprenderse de la zona pelúcida. Por esta razón se diseñó un procedimiento de micromanipulación denominado eclosión asistida en el cual se efectúa una pequeña abertura en la zona pelúcida antes de la transferencia, a fin de facilitar el desprendimiento de la zona y la consecuente implantación. Esta técnica suele efectuarse en embriones de mujeres de más de 37 años, en embriones con zona pelúcida engrosada y en pacientes con fallas previas de FIV en las que se transfirieron embriones aparentemente de buena calidad y no implantaron. Diagnóstico Genético Preimplantatorio (PGD): Es un procedimiento que permite estudiar la constitución genética del embrión antes de transferirlo. Generalmente consiste en la biopsia de una o dos células del embrión en estadío de 8 células, para su posterior análisis por distintos métodos (FISH, PCR). Se utilizan técnicas de diagnóstico rápido que permiten la transferencia del embrión en estadío de blastocisto. La utilidad del diagnóstico genético preimplantatorio es limitada: sólo permite establecer la presencia o ausencia de la anomalía concreta que se busca, y no permite descartar otras alteraciones. Está indicado sobre todo en enfermedades genéticas ligadas al sexo, como la hemofilia, o en casos de abortos de repetición.

Donación de óvulos Se utiliza cuando la mujer no puede producir óvulos o produce óvulos de mala calidad, incapaces de originar un embrión viable. Este proceso consiste en la fecundación de los óvulos de una donante anónima con el semen del marido de la paciente, obteniendo embriones en el laboratorio y transfiriéndolos al útero. La receptora es tratada con una medicación que prepara el útero para recibir los embriones y permitir su desarrollo. Los óvulos pueden provenir de las mismas mujeres que están realizando un procedimiento de FIV y tienen óvulos sobrantes que aceptan donar o de donantes que no son pacientes del programa de FIV, debiendo en esta situación estimularles la ovulación y realizarles la punción para obtener los óvulos. Previamente, la donante realiza un chequeo y estudios de salud de acuerdo a los Protocolos del Programa de Ovodonación. Todas las técnicas de reproducción asistida de alta complejidad comparten sus diferentes pasos. Sólo difieren en el método de laboratorio a utilizar y en el momento y lugar de la transferencia de gametos y/ o embriones.