Recuperacion de Areas Degradadas Gomez Orea

1 DOMINGO GÓMEZ OREA RECUPERACIÓN DE ESPACIOS DEGRADADOS 2 3 PRESENTACIÓN La gestión ambiental opera sobre tres

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DOMINGO GÓMEZ OREA

RECUPERACIÓN DE ESPACIOS DEGRADADOS

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PRESENTACIÓN

La gestión ambiental opera sobre tres líneas de acción: la preventiva, la correctora y la curativa; las dos primeras disponen en la actualidad de instrumentos consolidados y plenamente aceptados por la sociedad, entre los que destacan la Evaluación de Impacto Ambiental para la línea preventiva y los Sistemas Normalizados de Gestión Ambiental (ISO 14000, EMAS...) para la correctora. Pero la tercera, la que se orienta a recuperar lo ya degradado, apenas se ha iniciado de forma tímida, puntual y dirigida principalmente a los factores ambientales: aire, agua, suelo, vegetación, fauna, paisaje, etc., enfoque que cuenta con una considerable bibliografía especializada, mientras resulta insuficiente la dedicada a analizar, tipificar y recuperar espacios degradados. El enfoque por espacios se justifica porque la degradación ambiental es el resultado de la confluencia de factores ambientales y sociales sobre zonas geograficas concretas y se entiende como un problema multidimensional proyectado sobre un espacio integrador. La historia del hombre sobre la tierra puede seguirse por la estela de espacios degradados que ha dejado a su paso, de tal manera que el objetivo de la gestión ambiental, que no es otro que mantener una elevada calidad ambiental, queda incompleto sin esta área de acción curativa. Se trata de uno de los gran-des desafíos de la gestión ambiental hacia el futuro, que requiere valentía para afrontarla y recursos humanos, tecnológicos y económicos para ejecutarla. La creciente sensibilidad ambiental de la sociedad no ignora este hecho y por ello surge un interesante «yacimiento de empleo» para la sociedad y un «nicho de mercado» para las diversas profesiones cuya colaboración requiere la condición multidimensional del problema. Mas allá de la reflexión anterior, la actividad curativa y su repercusión en la calidad ambiental, se convierte en motivo de prestigio para las zonas donde se 4

produce, y por ello en factor de localización que alentara la localización de actividades económicas de vanguardia: aquellas que a partir de poca materia prima generan mucho valor añadido utilizando alta tecnología y mano de obra muy cualificada. A analizar, tipificar y exponer las formas de tratamiento de los espacios degradados se dedica este libro, que entiende la recuperación en un sentido amplio: desde la simple mejora a la restauración, pasando por la rehabilitación para usos y aprovechamientos muy diversos; lejos de generalizar la idea de devolver un terreno a su estado original, el libro adopta un enfoque mas rea-lista: sustituir una situación insatisfactoria por otra que no lo es, con independencia de lo que originariamente fue; por ello la obra utiliza de forma equivalente los términos tratamiento y recuperación. Para planificar tal tratamiento, el libro adopta un enfoque metodológico inspirado en la ordenación del territorio que basa la recuperación de un espacio en la búsqueda, primero, de las actividades que, respondiendo a demandas y expectativas sociales, mejor se conforman con sus características naturales y con las oportunidades de localización que ofrece, luego en el acondicionamiento que tales actividades requieren, y por fin en la gestión que su practica comporta; en este sentido, la recuperación no es otra cosa que el citado acondicionamiento y la gestión del espacio recuperado se confunde con la que corresponde a tales actividades. El libro combina de forma equilibrada los contenidos conceptual, metodológico y técnico a lo largo de tres partes: la primera trata el concepto de espacio degradado y la metodología general para planificar y proyectar su tratamiento, incluyendo los tres aspectos básicos de cualquier recuperación: la implantación de una cubierta vegetal estable, el acondicionamiento del soporte físico y la expresión externa del conjunto en un paisaje de calidad; la segunda parte presenta las peculiaridades de degradación y tratamiento de espacios paradigmáticos, como son los agrícolas marginales abandonados y erosionados, los afectados por actividades mineras, los vertederos colmatados, los asociados a obra civil, los ferrocarriles abandonados y vías pecuarias en declive, los afectados por agricultura intensiva bajo plástico, los suelos contaminados, los cursos de agua

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desnaturalizados, etc.; la tercera parte, por fin, expone ejemplos significativos donde se han aplicado con éxito las metodologías y técnicas agrícolas expuestas. El libro es de utilidad para aquellas empresas cuyas actividades generen espacios degradados: mineras, constructoras, agrícolas, etc., para los profesionales cuya formación les avala para afrontar y proyectar el tratamiento y para las empresas de consultoría e ingeniería que incluyan la recuperación en su campo de actividad, etc. asimismo es útil como libro de apoyo y de consulta para numerosas carreras universitarias o cursos postgrado.

AGRADECIMIENTOS

El contenido del libro se inicio hace varios afijos con el material didáctico preparado para los cursos de especialización en la materia que imparto en la Universidad Politécnica de Madrid, los cuales se han ido perfeccionando con la experiencia adquirida en numerosos proyectos y trabajos de recuperación culminados con éxito; pero no habrá visto la luz sin las ayudas que aquí quiero agradecer: Gabriel Gasco Guerrero preparo diversos materiales cuando era becario, Mari Cruz Díaz Álvarez y Eduardo Sobrino contribuyeron a la idea de enseñar y publicar en la materia, mi hija Maite preparo el caso de La Grajera y elaboro primeras versiones de algunos capítulos, Mauricio redactó el capítulo correspondiente a sellado de vertederos, Marta González del Tanago y Diego García de Jalón han desarrollado el tema correspondiente a recuperación de ríos, Alejandro y Susana redactaron el capitulo destinado a Barajas a partir de un proyecto desarrollado por ellos; Paco Ayala reviso algunos capítulos; a Teresa, por fin le pido perd6n por mi impaciencia cuando me hace detener el coche para hacer fotos, muchas de las cuales ilustran el libro, y le agradezco la paciencia que ha derrochado durante el tiempo en que estuve obsesionado con su redacción.

Domingo Gómez Orea Catedrático. Universidad Politécnica de Madrid 6

AL LECTOR

Una soleada mañana visitaba yo una cantera y en aquel circo descomunal, duro, desolado, apabullante, descubrí, en un huequecito, a los pequeños lagartos de García Lorca. El lagarto está llorando. Me imagine el cataclismo de las explosiones con las tierras, las hierbas y los bichos por el aire. La lagarta está llorando. Eran una pareja unida y dichosa. El lagarto y la lagarta Con delantalitos blancos. Tan arregladitos, cada cosa en su sitio. Deliciosos. Han perdido sin querer Su anillo de desposados. Casi los veo dando volteretas en el aire, perdiendo todo, hasta su anillito de boda. ¡Ay, su anillito de plomo, ¡Ay, su anillito plomado! Lo más que tenían. Un cielo grande y sin gente Monta en su globo a los pájaros. El sol, capitán redondo, Lleva chaleco de raso.

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La armonía queda en el cielo. ¡Miradlos que viejos son! ¡Que viejos son los lagartos! Ay como lloran y lloran, ¡Ay! iAy!, como están llorando. Las lágrimas de los lagartos conmueven a quienes piensan que las cosas deben volver a su sitio, o que ese sitio debe ser habitable de nuevo. Una de esas personas es Domingo Gómez Orea, a quien no hay que presentar pues lleva muchos anos demostrando su sentimiento y sensibilidad hacia el territorio. El ha plasmado, en el fatigoso oficio de escribir, mucho conocimiento y experiencia sobre ese espacio grandísimo que es la escena que rodea a pueblos y ciudades, y que resulta invisible para la mayoría. En este libro nos descubre que, frente a tantos bellos paisajes dignos de conservación, hay espacios degradados, menos hermosos pero que, como el malo de la película, no menos interesantes y piden a gritos su reinserción. A su esfuerzo y buen hacer debemos estar agradecidos. Teresa Villarino Valdivielso

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PRÓLOGO

Los problemas planteados por el inevitable impacto del ser humano sobre su entorno natural se han hecho patentes con creciente visibilidad en la transición entre los siglos XX y XXI. En los primeros tiempos de la Revolución Industrial primaban los elementos productivos y «desarrollistas», y se hacía poco o ningún caso de los problemas de explotación humana —las minas de carbón empleaba menores sin rubor alguno— y aun menos de las cuestiones que hoy englobamos bajo el adjetivo ambiental. A mediados del siglo XX comienzan a darse las primeras señales de alerta, y la reunión de la ONU sobre Desarrollo y Medio Ambiente de Estocolmo, en 1972, señala el pistoletazo de salida de una nueva política tendente a atajar los abusos. Aunque, como dijo Indira Gandhi en aquella reunión de Suecia, «la mayor contaminación sigue siendo el hambre», significando así una idea que, no por acertada, resulta menos criticable: queremos desarrollo a toda costa, que ya tendremos tiempo después de preocuparnos de los danos paralelos —colaterales, dirían algunos hoy—. Entre ellos, y sobre todo, los ambientales, por supuesto. ¿Donde esta el fallo de este tipo de planteamientos? Si no hubiese otra forma de desarrollo diferente de la que hemos utilizado los países que hoy podemos llamarnos ricos, probablemente Indira Gandhi tendría razón. Lo que hicimos —mal o bien no es la cuestión— los países hoy ricos pueden y deben hacerlo los países en desarrollo. Pero probablemente si hay otras formas de desarrollo más ambientalmente aceptables que la tradicional. Uno de los principales avances de las ciencias ambientales que eclosionaron en la segunda mitad del siglo XX fue analizar lo que a partir de la reunión de Rio de Janeiro de 1992 —veinte años después de la de Estocolmo, nada menos... el medio ambiente no ha sido nunca percibido como algo 9

urgente, obviamente— se ha venido llamando desarrollo sostenible. O, quizá mejor dicho, desarrollo ambientalmente viable. Con todo, que nadie se llame a engaño: no existen soluciones milagrosas. El mundo gira en torno a una actividad económica dominada por el mercado, el capitalismo, las grandes corporaciones de ámbito mundial, el liberalismo... Todo ello configura un panorama regido por leyes bastante implacables, en las que el altruismo no tiene cabida. Por generosidad —social, ambiental o de cualquier otro tipo— el mercado no va nunca a adoptar soluciones onerosas; solo lo hará si esas soluciones le son propicias en lo económico. Por fortuna, existen algunas soluciones de ese tipo. Y también es posible modular parcialmente la actividad económica mediante la acción coercitiva de las normas —cuanto mas globales, mejor— tendentes a corregir situaciones degradadas y a evitar futuras actuaciones de impacto inasumible. Pero todo ello comporta resistencias por parte del mercado que dificultan a menudo la aplicación incluso de normas universalmente aplaudidas y aprobadas. Un ejemplo ya clásico es el del famoso Protocolo de Kyoto, que intenta limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo como método para paliar, aunque solo sea en parte, el temido cambio climático. La norma, que quizá ya era de por si bastante conservadora respecto a lo que hubiésemos realmente necesitado, ni siquiera ha sido aprobada por los norteamericanos, que son los principales emisores de este tipo de gases, ni por Rusia ni por Japón. Y no afecta a China, porque es un país pobre, aunque todos saben que en un par de decenios China será el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, entre otras cosas porque dispone de casi un tercio de las reservas mundiales de carbón. A pesar de las dificultades, caben pues dos vías al menos para que el mensaje —realista pero en cierto modo tremebundo— de Indira Gandhi, pueda ser contrarrestado: por una parte, medidas preventivas o correctoras que permitan que la economía de mercado gane con ellas, o bien soluciones impuestas por ley, a través de acuerdos internacionales lo mas amplios posible. Queda un tercer campo de acción, que es la investigación.

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Muchos expertos han confluido en la búsqueda de soluciones concretas, pero también han trabajado en la creación de nuevas ideas, de soluciones imaginativas que pudieran aportar nuevas actitudes capaces de hacer compatibles —o, al menos, mas compatibles que hasta ahora— el famoso binomio-divorcio desarrollo y medio ambiente. La investigación en el campo ambiental ha tornado muy diversos derroteros, algunos muy básicos —esencialmente científico— y otros de carácter aplicado, es decir, mas bien técnicos. En este libro, Domingo Gómez Orea, que es precisamente uno de los científicos españoles que más tiempo lleva trabajando en ambos campos —la investigación pura y las técnicas capaces de aportar soluciones practicas—, aborda una cuestión de enorme importancia y que parte de un conocimiento previo del problema para aportar ideas novedosas en el enfoque de las posibles soluciones. Los espacios degradados son, por así decirlo, la ultima etapa del impacto ambiental del ser humano sobre su entorno. Los elementos constitutivos de un territorio, por ejemplo, la vegetación, o el agua, pueden verse afectados de manera destructiva por la actividad humana hasta tal punto que su degradación muestra una situación totalmente diferente a la que había antes de la actividad agresora. Pero en los distintos enfoques de recuperación hasta ahora plantea-dos siempre se ha aislado cada uno de los elemento de los demás, de tal modo que el conjunto del espacio degradado podía ser visto como una suma de cada elemento, pero nunca de manera global. Quizá en eso radique la aportación esencial de esta obra, que es al tiempo un avance en la investigación de nuevas soluciones y una herramienta práctica para trabajar sobre el terreno: la consideración del espacio degradado como un conjunto unitario, un ente global con entidad propia diferente de la de cada uno de sus elementos constitutivos tornados por separado. ¿En que radica la originalidad de semejante propuesta? Sin necesidad de ser un especialista en la cuestión, parece obvio que en la Naturaleza las cosas no son s61o la suma de sus componentes. En temas ambientales, los problemas que se plantean tienen múltiples dimensiones y no deberán ser abordados desde perspectivas estrictamente sectoriales, y por tanto parciales. Por ejemplo, la 11

degradación de la calidad de un rio no es solo un problema aguas abajo —por ejemplo, de contaminación— sino que afecta a la flora y la fauna de las márgenes, a la actividad económica que pudiera existir en su entorno, al propio régimen hidrológico, al aprovechamiento turístico y de ocio del lugar, al paisaje mismo, y a muchas otras cuestiones que, interrelacionándose con diversa ponderación, hay que considerar como un todo y no como una simple suma de componentes. Los nuevos aportes —teóricos y prácticos, como los que aborda el libro de Gómez Orea— para una mejor gestión ambiental deben configurar un panorama científico capaz de hacer cada vez mas posible lo que hace tres o cuatro decenios parecía la cuadratura del circulo: el desarrollo económico ambientalmente viable. Que no es un concepto abstracto, ampuloso, para pronunciar en conferencias especializadas y quedar bien ante otros expertos, sino que, muy al contrario, tiene que ver directamente con las vías pecuarias en declive o las antiguas líneas de ferrocarril abandonadas, las minas a cielo abierto ya clausuradas, los cultivos intensivos que se practican bajo un autentico mar de plástico, la agricultura languideciente, las empresas de consultoría e ingeniería que carecen de herramientas eficaces para resolver problemas... El desarrollo ambientalmente viable ha de ser posible si en él incluimos actitudes y actividades concretas, soluciones apropiadas a problemas tangibles, estudios positivos que conduzcan a imaginativos enfoques de las alternativas. No es poco decir. Y libros como este, en un campo tan concreto como el que aborda, suponen una inestimable aportación teórico - practica que incluso puede servir para mejorar la formación universitaria de los que en el futuro habrán de comenzar a solventar los muchos problemas que nos acompañaron al desarrollo industrial en estos dos últimos siglos. Manuel Toharia Director del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe Presidente de la Asociación Española de Periodismo Científico

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PRIMERA PARTE CONCEPTO, TIPOS Y BASES METODOLOGÍAS PARA EL TRATAMIENTO DE LOS ESPACIOS DEGRADADOS

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I CONCEPTO Y TIPOS DE ESPACIOS DEGRADADOS CONCEPTO DE ESPACIO DEGRADADO El concepto de degradation1 es relativo como relativa es la valoración —más o menos satisfactoria o ideal— de un estado o situación determinado a la que tal concepto se asocia en esta obra. Se refiere a una situación que se considera total o parcialmente indeseable con respecto a otra que se considera satisfactoria, y ello en las circunstancias económicas, sociales y ambientales —de desarrollo en suma— en que se inscribe.

Calificar de degradado a un espacio requiere precaución y flexibilidad, porque tal calificación admite grados y es indisociable del punto de vista que se adopte; por ejemplo, un espartizal o atochar, es una seudoestepa de gramíneas (esparto, Stipa tenacissima) ecológicamente situada en la ultima etapa _____________ 1 Existe todo un elenco de términos para designar un espacio en estado ambientalmente insatisfactorio: dañado,

degradado, contaminado, devastado, alterado, arruinado, estropeado. Derrelicto, asolado, abandonado...El diccionario de la Real Academia de la Lengua asocia el termino degradación/degradar a la idea de humillar, rebajar, envilecer.

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regresiva de una serie cuyo clímax es el encinar, y es, por tanto, un espacio ecológicamente degradado; para el hidrólogo el atochar ideal, con una reducida densidad de plantas, supone un estado indeseable, porque no protege contra la erosión o la torrencialita; para el paisajista el atochar no presenta relevancia visual: es grisáceo, mon6tono, sin contrastes cromáticos en ninguna estación; el cazador también lo percibirá como insatisfactorio porque la dureza de sus hojas las hace inapetecibles para los roedores e impide la presencia de los insectos capaces de proporcionar las proteínas que necesitan las aves de interés cinegético en el momento critico de su mas rápido crecimiento; sin embargo, la degradación no existe para quien aprovecha el esparto como materia prima para la fabricación de diferentes productos, ni para la sociedad que se beneficia de la riqueza generada; este usuario procura eliminar la competencia de otras especies para mantenerlo limpio y en expansión buscando mejorar su productividad; por ello, la penetraci6n de especies distintas, que ecológicamente se interpreta positiva en cuanto incrementa la diversidad, constituye una degradación para quien aprovecha su producción. Una aproximación frívola a un vertedero controlado de residuos urbanos, podrá considerarlo espacio degradado, ya que, por muy bien diseñado y gestionado que este, es inevitable la presencia de elementos que se perciben como negativos: olores, desechos, etc.; sin embargo, se trata de un espacio que cumple una función para la sociedad de la que deriva un impacto ambiental positivo puesto que la situación es mejor que la que había si no existiera tal vertedero, por mas que en su interior o en sus proximidades pueda no resultar grato a un observador frívolo o desinformado; en este caso cabe hablar de degradaciones parciales asociadas a un diseño o gestión deficiente, pero no es calificable como tal el espacio en si mismo. El conservacionista vera degradación en un área destinada al esparcimiento y recreo al aire libre, pero no la entenderá así quien la utiliza para su asueto, a no ser que este mal gestionada, sucia o abandonada, por ejemplo. Una estepa cerealista solo se convertirá en espacio degradado cuando haya perdido su función productiva, por ejemplo cuando se deje de cultivar. Las reflexiones realizadas justifican el carácter relativo del concepto de degradación, concepto que, en síntesis: 15

•Se asocia a puntos de vista o dimensiones del valor: ecológico, paisajístico, científico cultural, productivo o funcional, y puede ser, por tanto, integral o sectorial. • Admite grados de intensidad, pudiendo tener carácter intenso o extenso y ser objeto de mejoras relativas, sectoriales o integrales. •Se puede referir a la totalidad o a parte de un espacio determinado. Todo lo anterior sugiere relacionar el calificativo degradado, aplicado a un espacio, con dos importantes conceptos en la gestión ambiental: 1. El valor de conservaci6n del espacio como sistema, es decir del con-junto de las dimensiones que conforman su valor: ecológica, paisajística, científica, cultural, funcional y productiva. 2. La función que cumple para la sociedad.

Figura 1.1. Un atochar solo puede considerar.se espacio degradado cuando pierde su función productiva. 16

En el sentido apuntado, calificar a un espacio como degradado exigirá una doble condición: 1. En relación con el valor: • Valor negativo del espacio para todas las dimensiones que conforman tal concepto: ecológica, paisajística, científico-cultural, funcional o productiva. • Valor inferior al que podría tener en una situación más o menos ideal. 2. En relación con la función que cumple para la sociedad. • Carencia de una función que justifique el estado parcialmente degradado. • Practica negligente o insatisfactoria de dicha función, cuando existe, o localización inadecuada de la actividad gestionada en el entorno en que se ubica.

La escasez de valor podrá venir indicada, por ejemplo, por la ausencia de vegetación donde podría haberla o el mal estado de esta, por la evidencia de procesos erosivos activos con cárcavas, barrancos, deslizamientos, etc., por el envilecimiento del suelo, por la presencia de residuos, suciedad, elementos extraños y contaminaciones de diverso tipo, por la incoherencia paisajística e intrusi6n visual, por el uso inadecuado del suelo, por superposición y desorden de actividades, por colmatación del terreno, etc., o por la acumulación o yuxtaposición de varias de estas circunstancias.

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La función (la ausencia o practica insatisfactoria de esta), también puede ser muy variable: ecológica (denunciada por la presencia de indicadores como biodiversidad, integridad, evolución, rareza, representación, tamaño, etc.), productiva (capacidad de fijación de energía solar o de bienes con precio de mercado), cientificocultural (determinada por el papel que puede cumplir un espacio para la ciencia, la cultura o el aprendizaje), paisajística (excelencia plástica, olfativa, sonora, táctil... complejidad de la estructura o textura), territorial (pieza coherente, junto a otras, de un sistema territorial en el que se inscribe estructural y funcionalmente), conservadora (estabilidad del terreno, protección contra riesgo de erosión, recarga de acuíferos, control de inundaciones, etc.) o combinación de las anteriores. Por su parte, la carencia de una gesti6n que vele por el espacio al que se aplica, propicia la degradación, al menos en zonas de carácter antrópico porque la falta de vigilancia y cuidados suele llevar a utilizaciones inadecuadas; en cambio dejado a su evolución natural, libre de las injerencias humanas, la acción de la naturaleza tiende a reequilibrar las degradaciones integrando el espacio en el ecosistema natural. Que el estado de un espacio que cumple una función sea insatisfactorio desde alguno de los puntos de vista citados (ecológico, paisajístico, etc.), indica solo 19

degradación sectorial y solo puede justificar un tratamiento para la mejora de tal punto de vista; es el caso, por ejemplo, de una pantalla anti ruidos dura y geométrica que podría sugerir la adecuación de su aspecto visual, de un vertedero con detritus dispersos en su entorno que demanda limpieza, de una zona de agricultura intensiva que puede aconsejar medidas de diversificación o que rompan su monotonía ecológica y paisajística, pero no son espacios degradados en si mismos, aunque siempre admitan mejoras parciales respecto de alguno de los elementos que lo forman. La oportunidad del tratamiento dependerá de las circunstancias económicas y sociales en un lugar dado, las cuales, en última instancia, son las que determinan el nivel de calidad ambiental que se desea y el grado de sacrificio económico que la sociedad esta dispuesta a hacer para obtenerla. Por ultimo, el tratamiento puede afectar a todas o a alguna de las dimensiones del valor, a parte o a la totalidad del espacio degradado y plantear unos objetivos de mayor o menor intensidad o de simple mejora.

RAZONES GENERICAS QUE JUSTIFICAN EL TRATAMIENTO O RECUPERACIÓN O DE MEJORA La gestión ambiental, cuyo objetivo consiste en lograr un medio ambiente de calidad, opera en tres direcciones complementarias: prevención, corrección y curación de las degradaciones ambientales; la sociedad actual dispone y utiliza diversos instrumentos para las dos primeras: prevención y corrección o mejora del comportamiento de aquellos que las producen, tal como la Evaluaci6n de Impacto Ambiental o los Sistemas Normalizados de Gestión Ambiental; pero los esfuerzos son mucho mas limitados y tímidos, cuando no inexistentes, para la curación, es decir para recuperar aquellos espacios que sufrieron la degradación en tiempos mas o menos remotos, antes de que la sensibilidad ambiental se hiciera presente en la sociedad; solo la minería y los suelos contaminados tienen prevista la recuperación gracias a la Ley de Minas y a la Ley de Residuos solidos, respectivamente. Y, sin embargo, sin esta ultima línea de acción, la gestión ambiental será incompleta y el objetivo de conseguir la máxima calidad ambiental, imposible de conseguir. 20

La argumentación anterior justifica el enfoque curativo que supone la recuperación; pero a ella se añaden otras mas concretas cual son las siguientes: • Imagen: un espacio degradado ofrece una imagen deplorable de los tres tipos de agentes implicados en la degradación: los causantes directos, las autoridades responsables y la población afectada, que propicia la desconfianza. • Calidad de la gestión: un espacio degradado denuncia desidia o insensibilidad por la calidad en general y la ambiental en particular, desanimando a posibles inversores. • Factor de localización de actividades económicas de vanguardia: un espacio ambientalmente valioso atrae la localización de aquellas actividades que con poca cantidad de materia prima y utilizando mano de obra muy cualificada obtienen un elevado valor añadido. • Yacimiento de empleo, directo... e indirecto: por las razones señaladas en los puntos anteriores. • Componente de la calidad de vida para la población: la calidad ambiental es un componente importante de la calidad de vida. • Compensación de impactos imposibles de evitar o mitigar en ciertos proyectos. Aunque no es lo común, en algunos casos podría ocurrir que la actuación tuviese justificación económica directa, es decir, que produjese ingresos capa-ces de recuperar la inversión en un plazo razonable, incluso de producir beneficios, pero esta idea no debe primar sobre las antes esbozadas cuyos beneficios, aunque indirectos, intangibles o de carácter social, parecen suficientes para justificar la inversión sin recurrir a los argumentos económicos. ESPACIOS DEGRADADOS PARADIGMATICOS Existen ciertos espacios que pueden ser considerados paradigma de degradación integral, dignos, por tanto, de algún tipo de tratamiento, cuyo simple enunciado ayuda a entender y concretar el concepto de degradación; la relación

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adjunta, sin animo de ser exhaustiva, ordena los que parecen mas importantes en función de las causas determinantes de su degradación. • Espacios sobreexplotados: — Espacios agrícolas marginales abandonados. — Espacios deforestados y/o erosionados. • Espacios agotados: — Espacios mineros explotados. — Vertederos colmatados. • Espacios afectados por las obras de grandes infraestructuras: — Espacios alterados por obra civil para transporte (autopistas, líneas de AVE), hidráulicas, etc. — Espacios ubicados bajo líneas eléctricas de alto voltaje. — Espacios en parques eólicos. • Espacios históricos abandonados o en declive: — — — —

Ferrocarriles sin uso. Vías pecuarias sobre las que ya no se practica la trashumancia. Núcleos rurales, eras, huertas, etc., abandonados o en declive. Espacios urbanos e industriales abandonados o en declive.

• Espacios degradados por la forma en que se ordenan, transforman y utilizan: — — — — — —

Espacios degradados por actividades turísticas y/o recreativas. Espacios ocupados por agricultura intensiva bajo plástico. Espacios periurbanos. Cursos de agua desnaturalizados. Espacios afectados por deposición espontanea de residuos. Explotaciones mineras que no incorporan la recuperación ambiental a su gestión.

• Espacios afectados por la contaminación: — Suelos contaminados. 22

— Espacios marinos o litorales afectados por vertidos intencionados o accidentales de barcos que transportan hidrocarburos u otros sustancias con carácter contaminante. En los puntos siguientes se hace una aproximación genérica a los espacios relacionados. ESPACIOS SOBREXPLOTADOS Son aquellos cuya degradación estriba en una utilización o aprovechamientotos demasiado intensos, ignorantes de un criterio ecol6gico de sostenibilidad tan importante como el respeto a las tasas de renovación de los recursos natura-les renovables. Se incluyen aquí dos tipos: los agrícolas marginales abandonados y los deforestados y/o erosionados. Espacios agrícolas marginales abandonados La agricultura, «arte de producir con la naturaleza», ha progresado extraordinariamente en las ultimas décadas, hasta tal punto que en la actualidad, en los países desarrollados, menos de cinco personas activas trabajando en la producción agrícola, son capaces de producir alimentos para unas cien. Esto es el resultado de los progresos en mejora genética de las especies cultivadas, en tecnología, en mecanización, del uso mis eficaz e intensivo de fertilizantes y productos fitosanitarios y de la adaptación de las estructuras agrícolas a tales progresos. En síntesis, de una mayor y mejor utilización de los «inputs» productivos, que produjo en las décadas de los sesenta y setenta la Llamada revolución verde. El éxito productivo en los países desarrollados ha sido tal que ha generado excedentes en la Unión Europea (UE) o en los Estados Unidos de América, por ejemplo, y llevado a un exceso de tierras y de hombres para cultivarlas en el medio rural. Si a ello se añade la tendencia a la liberalización intencional de la economía, y en particular del sector agrario, en un panorama de globalización, se puede afirmar que muchas tierras cultivadas desde antiguo, y otras que lo han sido en momentos de penuria económica, no son ya necesarias y están avocadas a procesos de

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abandono o reconversión para otros usos, por ejemplo forestales, bioenergética o naturales. El abandono y reconversión de tierras de cultivo ha sido uno de los pilares de la Política Agrícola Común (PAC), en la UE, que lo ha financiado; pero ese destino probable podría venir también impuesto por las menos explicitas, aunque no menos reales, leyes de la economía: en un contexto mundial globalizado, muchas explotaciones, y dentro de ellas el cultivo de muchas parcelas, ha dejado de ser competitivo y surge el abandono; si este no se produce es, probablemente, porque esta frenado por las subvenciones expresas o enmascaradas que practican los gobiernos. Por otra parte, la PAC prevé medidas de acompañamiento que incluyen acciones agroambientales y de reforestaci6n de tierras agrícolas, las cuales, además de una concesión a la creciente sensibilidad ambiental de la sociedad, son una respuesta al problema de los excedentes.

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Ante el panorama de abandono de cultivos, entra en escena el concepto de «marginalidad» del terreno, que viene determinado por el grado de dificultad para su explotación; se trata, pues, de una medida del rechazo o, a la inversa, de la atracción para el cultivo. En este sentido, el grado de marginalidad de un terreno actualmente cultivado, representara la probabilidad de abandono de la actividad agraria sobre el. Tradicionalmente la marginalidad de las tierras se ha asociado a malas condiciones de suelo y clima para la producción primaria; pero la voluntad del agricultor para cultivar una parcela depende también de las condiciones socioeconómicas del momento y de las circunstancias del territorio en que se ubica. En España, como en otras partes del mundo, se han cultivado zonas cuya vocación era forestal, incluso natural, bajo el acicate del autoconsumo o de una demanda prácticamente ilimitada de alimentos. Por otra parte el desarrollo tecnológico de la agricultura, antes citado, y la capitalización de las explotaciones, han reducido la importancia de los factores naturales (suelo, agua y clima) en la producción, mientras los cambios socioeconómicos y territoriales provocan la entrada en escena de elementos no considerados hasta el momento como factores de marginalidad. A los factores endógenos de marginalidad de un terreno, asociados a las características de la región o comarca en que se ubica: sociales, territoriales y económicas, se añaden las circunstancias exógenas: nacionales, comunitarias y mundiales, en que se inscriben. La tabla 1.1 muestra los factores endógenos, organizados en forma de árbol con tres niveles: factores, subfactores e indicadores o medidas, utilizados para definir la marginalidad de las tierras en la comarca española de Tierra de Campos. El concepto de marginalidad es aplicable a diferentes unidades territoriales: a parcelas, a explotaciones, a comarcas y a regiones; las parcelas de cultivo tienden a agruparse en áreas continuas, cartografíales, según su grado de marginalidad, el cual representa la probabilidad de abandono del cultivo; este no es sino un eslabón mas del proceso de declive del mundo rural mas profundo, que va acompañado de otras manifestaciones, como debilidad demográfica, en términos de densidad y de 25

estructura de la población por edades y sexo, abandono de núcleos habitados, deterioro del paisaje, perdida de identidad, de cultura rural, etc. Además de los factores citados, que pueden considerarse directa o indirectamente objetivables, la percepción de la marginalidad, y su influencia en el abandono del cultivo, obedece a motivaciones subjetivas dependientes estricta-

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mente de cada agricultor, por lo que el análisis factorial debe ser complementado con una investigación de las opiniones de aquellos. Determinar el grado de marginalidad de las diferentes tierras de una región o comarca y su asociación al rechazo del cultivo será de gran ayuda para adaptar las medidas de acompañamiento de la PAC y, en general, las de desarrollo rural, a las particulares características del medio: mientras en las zonas de mas alto grado de marginalidad parece razonable apoyar el retorno a la naturalización y los aprovechamientos que ello comporta (caza, pesca, recolección de plantas de extracto, de hogos y setas, etc.), en las que tal grado es bajo, es preferible orientar los esfuerzos hacia las medidas estructurales y de gestión que proporcionen competitividad a las explotaciones agrícolas. En cualquier caso las tierras marginales no deben abandonarse a su suerte, a una evolución espontanea, ello supondría probables efectos erosivos y otros no menos negativos, sino que conviene buscarles algún tipo de uso y aprovechamiento que reemplace al original. La creciente preocupación ambiental de la sociedad, la demanda de actividades relacionadas con el esparcimiento y recreo al aire libre, la perspectiva bioenergética en el horizonte, la función de sumidero de contaminación que ejerce el medio rural, etc., orientan el trata-miento de algunos de ellos: creación de ecosistemas primigenios, de paisajes de calidad, caza y pesca, aprovechamiento forestal, turismo rural, producción de especies bioenergéticas, sumidero de contaminaciones, etc. Uno de los destinos característicos de las tierras donde se abandona el cultivo, es la reforestación, propiciada desde la Unión Europea, a partir del Reglamento 2.080, que ha establecido un régimen de ayudas para la reforestación de explotaciones agrarias en declive y posterior conservación y gestión del bosque. Para dar coherencia técnica y territorial a las actuaciones que se subvencionan, la legislación en la materia prevé ciertos instrumentos de planificación forestal (Programas Regionales y Programas de Zona), que son los responsables de garantizar la convergencia entre los intereses de los propietarios y los de una estructura forestal correcta así como de evitar un abandono indiscriminado de la actividad agrícola. En este sentido la revisión del concepto de marginalidad y su plasmación territorial, constituye una información inapreciable para la redacción de los citados 27

planes, concentrando el esfuerzo forestal precisamente en las tierras de mayor grado de marginalidad, es decir, en aquellas más proclives al abandono.

ESPACIOS DEGRADADOS Y/O EROSIONADOS En España importantes procesos históricos han producido grandes extensiones de terreno deforestado; desde los poderosos derechos de la Mesta en favor de los pastos para la ganadería frente a los bosques2, hasta los frecuentes episodios en que la penuria de alimentos obligaba al cultivo en terrenos con vocación forestal. Desde las necesidades de la construcción naval hasta el déficit de la Hacienda Publica que culmino con la Desamortización de Mendizábal, en el siglo pasado, y la consiguiente roturación de inmensas propiedades boscosas al pasar de las «manos muertas» a la explotación particular. El desarrollo de la minería y de la siderurgia supuso también un fuerte embate a nuestros bosques, tanto por la enorme cantidad de madera necesaria para construir los entibados de las minas como por la utilización del carbón vegetal en los procesos químicos de reducción aplicados a la extracción del hierro de los minerales que lo contienen. El carboneo con los fines señalados y para la calefacción de las viviendas ha perdurado como factor de deforestación o de degradación, al menos, de importantes espacios boscosos. La construcción del ferrocarril a partir de finales del pasado siglo supuso un embate fuerte sobre los robledales, fundamentalmente, para fabricación de traviesas. Y a todo ello se añaden las deforestaciones asociadas a los episodios guerreros de mayor o menor intensidad, que con demasiada frecuencia han aso-lado España. Así nos encontramos en la actualidad con inmensos espacios desarbolados, a pesar de ser España el país con mayor superficie forestal de la UE. __________ 2 Platón ya descubrió la desertificación por sobrepastoreo y cl mismo problema señalaba Alonso de Herrera en la España del siglo xvi.

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Los terrenos que carecen de una cubierta vegetal protectora y tradicionalmente sobre pastoreados son propicios a la acción de los agentes erosivos, principalmente, aunque no exclusivamente, el agua, en un clima caracterizado por la irregularidad, en tiempo y espacio, de las lluvias y por su carácter torrencial, los espacios erosionados se pueden reconocer por una serie de síntomas, tal como los enumerados por la División de Recursos Forestales de la FAO, tabla I.2: regueros, barrancos, pedregosidad excesiva, descalce de raíces, acumulación de residuos orgánicos o sedimentos aguas arriba de los troncos de los arboles, de las piedras o de las tapias, etc., sedimentación en zanjas o en zonas de escasa pendiente, deslizamientos u ondulaciones características en laderas, etc., todas ellas visualmente reconocibles sobre el terreno o sobre fotografía aérea. Estos síntomas pueden valorarse tal como se recoge en el cuadro adjunto elaborado por la Oficina de Manejo del Suelo de USA, obteniéndose así unos Índices cuya representación cartográfica delimita los estados erosivos del suelo. Los terrenos de mayor erosión, al igual que las tierras agrícolas marginales, requieren tratamiento, si bien en este caso este queda más restringido que en aquellas, limitándose casi con exclusividad a un tratamiento de tipo forestal asociado a alguna sistematización del terreno. ESPACIOS AGOSTADOS Se refiere a aquellos espacios que han perdido su función por agotamiento de los recursos o las capacidades de que dispongan; se incluyen dos tipos: los espacios mineros y los vertederos colmatados. Espacios afectados por actividades mineros Las actividades mineras: energética, metálica, rocas industriales u ornamentales, cameras, graveras, etc., subterráneas o de superficie, degradan profundamente y durante largo tiempo las zonas a las que afectan, por la gran cantidad de materiales que deben mover, por los depósitos de residuos que producen: estériles, materiales de lavado, tierras sobrantes, etc. y por los agentes contaminantes de muy diverso tipo que emiten. La restauración o rehabilitación del espacio afectado resulta difícil, cara y poco eficaz, cuando no se prevé desde las fases previas a la explotación, y en la propia 30

fase de explotación, de tal manera que, mas allá del proyecto de restauración del espacio afectado previsto en la legislación, hay que incorporar sensibilidad y compromiso ambiental al desafío de la explotación y a la gestión de esta. La degradación esta muy relacionada con el método de extracción utilizado: el método de transferencia consiste en arrancar estéril de un hueco hasta el afloramiento de la capa de mineral y verterlo al hueco de la fase anterior (auto relleno): se trata de «un hueco que avanza», quedando en el exterior únicamente el estéril del primer hueco; por ello la recuperación es relativamente sencilla: s61o se

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necesita remodelar los materiales superficiales y extender la capa de tierra vegetal que debió retirarse al iniciar la explotación, para plantar encima o dejar que penetren las especies del entorno.

EL método de corta consiste en perforar el terreno hasta alcanzar la beta de mineral y seguir el rumbo de este; así se produce un hueco tridimensional en forma de cono invertido con paredes escalonadas, por las que se extrae el mineral y los estériles, que no admite el autorelleno; la recuperación de estas explotaciones es difícil debido al gran hueco que se produce, y a la presencia de los depósitos exteriores de estériles. El método de cantera consiste en el arranque de material, que se aprovecha casi en su totalidad en laderas de gran altura y fuertes pendientes, aspectos ambos que dificultan el remodelado, el primero por la dificultad de disponer de material de relleno suficiente y el segundo porque quedan al

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descubierto grandes frentes de roca de difícil colonización. Las graveras consisten en la extracción de materiales granulares, arenas, gravas y cantos, en los aluviales de los ríos; los huecos excavados son poco profundos y generalmente dan lugar a zonas inundadas; las escombreras o acumulaciones de estériles no suponen, por norma general, un problema grave en este tipo de explotaciones, ya que el volumen de materiales de desecho no suele ser grande; su recuperación resulta relativamente sencilla porque admite destinos variados una vez finalizada la actividad; así las zonas inundadas, cuya lamina de agua ofrece numerosas alternativas de uso, son capaces de soportar una fauna de gran interés, sobre todo cuando quedan enclavadas en zonas áridas o semiáridas; no obstante la opción de devolver la zona a su situación inicial resulta dificultada por la carencia frecuente de los elementos adecuados para el relleno. Esta idea ambientalmente agresiva de la minería resulta compensada por los singulares espacios mineros que, pasado el tiempo, han adquirido valor por si mismos o con alguna ayuda; es notable el caso, por ejemplo, de Las Medulas (León) donde una antigua mina de oro romana es Patrimonio Cultural desde 1931 y Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) desde 1997. El Parque de la Naturaleza de Cavársenos (Cantabria) ofrece hoy una oportunidad cultural y científica a sus numerosos visitantes gracias a una cuidadosa rehabilitación de la antigua mina de hierro donde pueden observarse animales de los cinco continentes en un hábitat naturalizado; Fernández Rubio (2003) cita varios casos de espacios mineros ambientalmente modélicos: el Parque das Mangabeiras emplazado sobre una antigua mina de hierro, que revaloriza el área urbana de la ciudad de Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil) cuyos habitantes lo han adoptado como símbolo de la ciudad; la Tara Mine: «una mina verde en una isla esmeralda», próximo a la capital de Irlanda, donde se ha conseguido superar el recelo de la población y lograr la coexistencia armónica de la explotación minera en un escenario densamente poblado y famoso por su ganadería y su agricultura; la Mina Emma en Puerto llano, Ciudad Real, que extrae hulla a cielo abierto, pone al descubierto importantes yacimientos paleontol6gicos que protege y valoriza mientras recupera el espacio explotado a través de actividades agrícolas y ganaderas, fundamentalmente; la mina de carbón a cielo abierto de Rother Valley (Inglaterra), 33

una vez explotada y después de consulta publica, se ha convertido en un espacio que alberga cuatro lagos, diferentes tipos de hábitats que soportan importantes comunidades animales y un eficiente sistema de control de avenidas.

VERTEDEROS COLMATADOS Se trata de vertederos de todo tipo de materiales (escombreras de estériles, productos orgánicos de origen urbano o animal, peligrosos, etc.) que han agotado su capacidad y, por tanto, su vida útil. Es precisamente la perdida de su función quien les otorga la condici6n de degradados, y esta la que les convierte en ámbito digno de recuperación. Los objetivos de tal tratamiento se pueden concretar en los siguientes: • Supresión de la proliferaci6n de vectores sanitarios. • Reducción de la generación de lixiviados. • Protección hidrológica. • Limitación del potencial de incendios. • Control de gases. • Estabilización física del vertido. • Recuperación paisajística. • Control y vigilancia postclausura. El carácter de este tipo de instalaciones ha propiciado la regulación legal de su tratamiento a través de la Directiva 1999/31 CEE, traspuesta al ordenamiento jurídico español por el Real Decreto 1481/2001. El elemento central de la recuperación del emplazamiento es el sellado del vertedero que además de aislar la masa de vertidos proporciona la superficie apta para la posterior revegetación que, a su vez, será el soporte para la penetración de las comunidades faunísticas que corresponda. Aunque diferentes en su origen y función, también se incluyen aquí las acumulaciones de materiales sobrantes de la construcción de obras publicas 34

(caballeros), como carreteras o ferrocarriles, que pueden alcanzar volúmenes considerables por la tendencia a reducir pendientes mediante túneles y afectar a superficies grandes y muy visibles, así como los residuos procedentes de la minería u otras actividades que los generan.

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ESPACIOS AFECTADOS POR OBRAS DE GRANDES INFRAESTRUCTURAS

Se refiere a los espacios que las grandes obras publicas: autopistas, Líneas de AVE, embalses, etc., transforman directamente o a través de los materiales que extraen de otros lugares o los sobrantes que depositan; asimismo se incluyen aquí los espacios ubicados bajo Líneas eléctricas de alto voltaje o los que forman parte de parques eólicos.

ESPACIOS ALTERADOS POR OBRA CIVIL DE INFRAESTRUCTURA DE TRANSPORTE, HIDRAULICA, ETC. Las autopistas, autovías y carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, embalses, etc., además del espacio directamente ocupado, dejan su impronta en un entorno más o menos amplio de su traza; además, la construcción de estas infraestructuras afecta a las zonas de extracción de materiales para la obra (prestamos), a los lugares donde se acumulan los materiales sobrantes (caballeros) y a los espacios destinados al almacenamiento de elementos de construcción, talleres de maquinaria y otras construcciones auxiliares de la obra, como plantas de fabricación de hormigón o asfalto. En suma se originan espacios claramente degradados que requieren tratamientos de recuperación. Las obras se suelen iniciar con una operación de retirada de la vegetaci6n, a la que se denomina desbroce y despeje, y continúa con el movimiento de tierras, que altera profundamente el perfil edáfico del suelo preexistente. En esta situación cualquier tratamiento de reintroducción vegetal tropieza con unas pésimas condiciones del suelo; por ello resulta una medida elemental retirar y conservar este suelo orgánico, el originario de cabecera, para después utilizarlo como sustrato edáfico que favorece la instalación de la vegetación, máximo si va cargado de propágalos de la vegetación natural. A las dificultades edáficas se añade el hecho de que la proximidad al tráfico supone unos aportes de contaminación procedente de los escapes de los vehículos y de los cuidados de mantenimiento, e incluso efectos traumáticos que dificultan la implantación y permanencia de la vegetación. 36

Los elementos principales y mas difíciles de tratar son los taludes, primero los desmontes y luego los terraplenes, generalmente desnudos, en pendiente, desprovistos de todo tipo de materia orgánica y donde no se han iniciado ninguno de los complejos procesos edáficos que proporcionan a los suelos su carácter de despensa y soporte para las plantas; menos desfavorables son las medianas que separan las dos calzadas en autopistas y autovías, los situados en los nudos de enlace, en los puentes u otras intersecciones, por sus menores pendientes y porque su posición les permite acumular parte del agua que cae a la calzada.

La integración ambiental de estas obras requiere generalmente un tratamiento de revegetación que, además de proporcionar estabilidad superficial a los materiales, en el caso de las vías de comunicación, contribuye a mejorar su funcionalidad en cuanto evita deslumbramientos y orienta al conductor. ESPACIOS BAJO LINEAS DE ALTA TENSION Tres condiciones están en la base de la degradación del suelo bajo este tipo de infraestructura energética: el riesgo de incendio (que genera pasillos deforestados en zonas boscosas), la presencia de campos magn6ticos y la intrusión visual de unos 37

elementos: torres soporte y cables, que suelen cruzar el espacio en línea recta. Las torres son artefactos metálicos muy conspicuos en el paisaje, diseñados bajo criterios de eficacia y mínimo coste, sin concesiones a la estética ni a su integración en una cuenca visual que, según tramos, resulta generalmente amplia. Pero estos espacios no pueden ser objeto de tratamiento integral mientras permanezca la infraestructura que los determina; en el fondo son espacios que, aunque se estimen ambientalmente insatisfactorios, cumplen realmente una función, y solo podrán ser tratados cuando se abandonen. No obstante pueden admitir mejoras parciales, por ejemplo en el diseño de las torres o en la desviación de ciertos tramos ubicados en lugares más sensibles.

Espacios en parques eólicos La degradación de estos espacios se asocia a la presencia de elementos extraños incorporados al paisaje tradicional, cual son los aerogeneradores, cuya 38

apreciación es muy variable según el sujeto que los perciba; ciertas personas consideran a estas maquinas elementos de diseño ligero y elegante, evolucionado, contrariamente a lo que ocurre con las torres que soportan las líneas de alta tensión carentes de una mínima sensibilidad estética en su diseño y en su integración. La percepción del problema parece residir en la sensibilidad social por ciertos lugares, cuyo carácter se estima significativo para la comunidad, que podrán perder su personalidad ante la intrusión visual de los aerogeneradores.

Como en el caso de las infraestructuras energéticas, tampoco estos espacios son objeto de tratamiento más allá de la reposición de la cubierta vegetal existente antes de su instalación.

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ESPACIOS HISTORICOS ABANDONADOS O EN DECLIVE

Se trata de infraestructuras o espacios cuyo uso y función histórica ha perdido vigencia en la actualidad; se incluye las vías férreas abandonadas, las vías pecuarias no utilizadas, los núcleos rurales en declive y los espacios urbanos o industriales en declive, también, o abandonados.

Un espacio que ha perdido su función tiende a la degradación, porque no justifica la dedicación de los recursos humanos y econ6micos que requiere su gestión, y por tanto, los cuidados de su conservación; cuando el terreno es publico, caso de las vías pecuarias, a la falta de cuidados se une el hecho de que tiende a ser apropiado por los colindantes destinándolo a usos impropios.

Vías férreas sin uso Numerosas líneas históricas de ferrocarril se abandonan a consecuencia de su inviabilidad económica actual, porque atraviesan tierras generalmente de carácter rural afectadas por el fuerte proceso de emigración que se inici6 en España a partir del Plan de Estabilización iniciado el ano 1959 y porque el transporte por carretera se ha impuesto en este tipo de zonas. Así quedan espacios lineales que reclaman algún tipo de intervención.

Vías pecuarias no utilizadas por la trashumancia Las vías pecuarias (cañadas, veredas, cordeles, coladas, descansaderos) son corredores por donde, desde la edad media, caminaban los rebaños que practicaban la trashumancia: desplazamiento del ganado (ovino fundamentalmente, aunque no exclusivamente), generalmente en dirección norte-sur, en otoño hacia las zonas bajas, en latitud y en altitud, para aprovechar los pastos de invierno, y en primavera hacia las zonas montañosas que mantenían pastos en verano. 40

Núcleos rurales u otros espacios en declive o abandonados Numerosos núcleos del mundo rural profundo y los espacios históricamente asociados a ellos, como huertas o eras, están sometidos desde los años sesenta a un

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proceso de declive y abandono a causa de la emigración rural determinada por la concentración parcelaria, el incremento del tamaño de las explotaciones, la mecanización del agro y las nuevas formas de vida y de transporte. La mejora de la renta de la población urbana y la búsqueda de sus raíces rurales, esta propiciando la recuperación del patrimonio edificado acumulado en estos asentamientos desde tiempos remotos, si bien no siempre en las condiciones estéticas y tipológicas que corresponderían a sus características y valores históricos. Espacios urbanos o industriales en declive o Abandonados La crisis económica derivada de la carestía del petróleo en la década de los 70, el enorme desarrollo de la ciencia y la tecnología ha convertido en obsoletas numerosas zonas industriales cuyo declive o abandono ha producido paisajes deleznables; la UE, sensible a este problema, incluyo este tipo de zonas como una de las categorías (zonas de objetivo 2) cuyo tratamiento se puede financiar a través de los fondos estructurales. Por su parte, la tendencia a la tercialización del centro de las ciudades y la constante mejora económica, convierte en obsoletos barrios cuyo declive hace aparecer paisajes urbanos degradados que reclaman algún tipo de intervención. ESPACIOS DEGRADADOS POR LA FORMA EN QUE SE ORDENAN, TRANSFORMAN Y UTILIZAN La degradación de ciertos espacios deriva de una utilización y gestión inadecuada de las actividades que se practican sobre ellos; los casos mas representativas son los degradados por actividades turísticas y/o recreativas, la agricultura intensiva bajo plástico, el entorno de las ciudades, los cursos de agua desnaturalizados, la deposición espontanea de residuos y los espacios mineros que no incorporan la recuperación ambiental a su gestión. Espacios degradados por actividades turísticas O recreativas Los efectos de la utilización lúdica del espacio proceden de dos causas fundamentales: la construcción de infraestructuras, edificios e instalaciones (carreteras de acceso, conducciones eléctricas o de agua, etc., viviendas de segunda residencia, camping, campos deportivos, pistas de esquí y remontes, puertos 42

deportivos, áreas de picnic, etc.) y del propio comportamiento del usuario: deposición de todo tipo de basuras y detritus, apelmazamiento del terreno, traumas directos a la vegetación y a la fauna, extracción de elementos de colección (minerales, vegetales, animales, etc.), circulación con vehículos todo terreno por lugares inaccesibles, etc. (figuras 1.12 y 1.13). La valoración de las degradaciones producidas por el esparcimiento y recreo al aire libre se magnifica por el hecho de que su localización suele ser selectiva respecto a los espacios más valiosos: zonas arboladas, con agua, paisajísticamente

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bellas, etc.

Las degradaciones debidas a los desarrollos urbanísticos orientados al turismo afectan fundamentalmente a las zonas litorales, pero se extiende a las interiores en la medida en que se populariza el turismo rural y de montana; en todo caso se suele tratar de espacios ambientalmente privilegiados y de alta fragilidad. Pero el problema tiene mucho que ver con el carácter ilegal de muchos asentamientos turísticos ocupando parte del dominio publico marítimo terrestre, de titularidad 44

publica, con fen6menos especulativos que llevan a la densificación y con la insuficiente capacidad planificadora y de gestión de las corporaciones locales, fundamentalmente, cuando no con una tolerante permisividad, muy común desde los anos 60, por parte de las autoridades responsables; incluso hay que culpar a una legislación que, contraviniendo el carácter publico de la franja litoral, establecido ya por el derecho romano, permitió privatizar numerosos enclaves, hasta que la vigente Ley de Costas ha restablecido la titularidad publica sobre la franja costera definida como dominio publico marítimo terrestre. La restauración en las zonas así afectadas no puede contar, en el supuesto de que fuera deseable, con la eliminación de los elementos introducidos (edificios e infraestructuras), porque la fuerte inversión realizada haría difícilmente viable la actuación; por ello, el tratamiento deberá orientarse, casi con exclusividad, a integrar lo mejor posible los elementos construidos en su entorno tratando las zonas, directa o indirectamente, alteradas por ellos. En cuanto a los espacios afectados por la simple utilización recreativa, el problema es menor a condición de que se disponga de capacidad para controlar dicha utilización dirigiéndola en una dirección adecuada: acotamiento de ciertas zonas y épocas, comportamiento de los usuarios, recogida de basuras, tratamientos culturales, etc. Espacios ocupados por agricultura intensiva bajo plástico La intensificación de la agricultura en muchas zonas, la conveniencia de sustraerla, en la mayor medida posible, de la imprevisión inherente a las condiciones climáticas, así como de prolongar el periodo vegetativo o de entrar en el mercado en momentos oportunos, ha conducido a la agricultura protegida bajo plástico. En algunas zonas (litoral sur-mediterráneo hasta levante) el fenómeno, conocido con el termino internación, se inicio en la década de los sesenta y continua su progresión en la actualidad; en otras zonas (Islas Canarias, por ejemplo), es mas reciente, pero muy vigoroso, como método para intensificar la producción, controlar los factores productivos, ahorrar agua, diversificar cultivos, etc. Se trata de un modelo caracterizado por la adaptación a las condiciones de escasez e irregularidad de las lluvias, a la mala calidad de los suelos y a los fuertes y 45

frecuentes vientos; pero al mismo tiempo a la bondad de unas temperaturas suaves y a una insolación que aporta gran cantidad de energía. La clave de su éxito productivo reside en la aplicación de una tecnología propia que se manifiesta en el control del suelo: con cultivo enarenado o sobre sustratos, del agua y nutrientes: mediante riego por goteo y fertirrigacion, y del ambiente: con invernaderos bajo plástico, que de forma sencilla aprovechan la energía solar, reducen la evapotranspiración y protegen del viento. Pero este sistema tiene su contrapunto en los problemas ambientales y territoriales que genera y en la imagen que proyecta al exterior: un paisaje, «mar de plástico», artificial, simple, sin textura ni estructura, desprovisto de elementos naturales que rompan su monotonía, con la red de drenaje estrangulada por ocupación de su espacio vital, y sin ninguna concesión a todo aquello que no sea maximizar la productividad. A esta imagen se añaden las caries provocadas en el terreno por la extracción de arena (a veces de dunas o lugares de interés científico, cultural o paisajístico) y suelos orgánicos para los cultivos, así como el vertido de enormes masas de detritus vegetales, envases de fertilizantes y fitosanitarios así como de los propios plásticos que, por termino medio, deben renovarse cada dos anos. El tratamiento de estos espacios debe combinar acciones preventivas y curativas; las primeras requieren un enfoque, principalmente, de ordenación territorial, cuya aplicación evidente en las áreas donde el fenómeno no se ha iniciado o esta en proceso de expansión, pero también en aquellas ya colmatadas donde la ordenación territorial resulta mas lenta y compleja pero igualmente necesaria y posible, como posible es la reconversión de los barrios que lo requieren en las ciudades, donde se desarrollan con éxito procesos de renovación; en uno y otro caso la ordenación del territorio en las zonas de «invernación» pasa por trascender la consideración agrícola de los invernaderos para entenderlos como verdaderas naves industriales. El plan ha de reservar los terrenos necesarios para ubicar los elementos determinantes de la estructura del sistema, sin los cuales se resiente su funcionalidad: reserva de suelo para ubicar los vertederos y plantas de reciclaje, de lugares para la extracción de tierras vegetales y de arena para la practica de los 46

enarenados, dominio publico hidráulico que garantice el funcionamiento de los cursos de agua, retranqueos de los invernaderos con respecto a los caminos, dominio publico marítimo terrestre, lugares de carácter natural, espacios entre invernaderos para facilitar la circulación del aire y del agua, incluso para su

embellecimiento mediante plantaciones, etc. 47

La opción curativa solo podrá actuar una vez que las previsiones de ordenación territorial hayan liberado terrenos para ello, que no se ocupen por los invernaderos. ESPACIOS PERIURBANOS Las zonas fronteras entre el campo y las ciudades, donde la ciudad deja de serlo y el campo todavía no se manifiesta como tal, son los espacios periurbanos, en los que conviven actividades arrojadas por la ciudad con las propias del medio rural. La degradación se percibe por la presencia de escombros y basuras de todo tipo, el abandono del cultivo y otros aprovechamientos primarios..., pero, sobre todo, por la mezcla y superposición desordenada de los usos del suelo, fenómeno determinado por las expectativas urbanísticas del suelo rustico y porque la ciudad expulsa actividades ambientalmente incomodas (el Reglamento de Actividades Clasificadas como Molestas, Insalubres, Nocivas o Peligrosas, da una amplia lista de actividades cuya localización no se permite dentro de los núcleos habitados) así como aquellas que requieren superficies grandes solo disponibles, a precios asequibles, fuera del continuo urbano. El problema se complica por la escasa atención que el planeamiento urbanístico dedica al suelo rustico, como pone de manifiesto el hecho de que este sea denominado y clasificado como «no urbanizable» en los Planes Generales, quedando como un espacio residual, insuficientemente regulado en las ordenanzas urbanísticas y en la gestión del espacio en general. Pero el espacio periurbano no solo esta constituido por suelo no urbanizable, sino que también incluye suelo urbanizable, programado o no programado; en ambos casos en espera de convertirse en solar, lo que justifica la escasa atención que se le dedica desde el punto de vista de la conservaci6n de sus valores ambientales. Dependiendo de la clasificación urbanística, y al amparo de una frecuente negligencia en la gestión, en el espacio periurbano se encuentra una infinidad de usos y actividades casi siempre desprovistas de un mínimo orden planificado: vertederos incontrolados, deposición espontanea de residuos aquí y allá, depósitos de chatarra y de otros materiales para reciclar, chabolas e infraviviendas ilegales, 48

granjas caninas, cuadras de caballos y otros animales, huertos de ocio en precario cerrados con materiales reciclados, depósitos de butano y de otros materiales energéticos, construcciones en ruinas y abandonadas, campos de tiro, graveras y otras zonas de extracción abandonadas y sin recuperar, viveros y depósitos de plantas, «Garden center», tentaderos de vaquillas, instalaciones deportivas mas o menos formales... Todo ello determina una situación de degradación que enturbia la primera imagen que la ciudad ofrece a quien se acerca a ella. Un espacio periurbano bien ordenado, paisajísticamente grato, no es sino el reflejo de un buena gestión urbanística lo que redunda en la confianza de los inversores, actuando así directamente como un factor de localización de actividades económicas. El tratamiento de estos espacios es indisociable de un proceso previo de planificación territorial que controle el suelo y los consiguientes procesos de degradación. A partir de aquí, o inmersos en el propio plan, pueden plantearse acciones positivas de restauración y mejora ambiental. Se trata de organizar unas actividades en un espacio de acuerdo con tres tipos de criterios: integración con las características bionaturales y culturales del territorio, funcionalidad del sistema configurado y coherencia con la lógica de diseño generalmente aceptada. Las actividades a ordenar son todas aquellas susceptibles de localizarse sobre el espacio en cuestión, las que compiten por el suelo, los hombres y el capital. Siendo el periurbano un espacio muy heterogéneo, dichas actividades van desde la conservación más estricta hasta la localización de infraestructuras, pasando por la agricultura, el uso forestal, el esparcimiento y deportes o la residencia de distinto tipo. El instrumento de planificación adecuado puede ser de carácter urbanístico (Planes Generales o Normas Subsidiarias), siempre que trate el suelo rustico conjuntamente y al mimo nivel que el urbano y el urbanizable, o Planes Especiales de Protección previstos por la Ley del Suelo. Asimismo pueden utilizarse instrumentos específicos de ordenación del territorio, como Planes de Ordenación del Medio Natural, Planes de Ordenación del Medio Físico, o similares, contempladas en la legislación autonómica sobre 49

ordenación territorial, que disponen de las competencias en esta materia. Para ciertos espacios, aquellos con valores ambientales sobresalientes, puede también recurrirse a la figura de los PORN (Planes de Ordenación de los Recursos Naturales), establecidos por la Ley 4/89 de «Espacios y Especies». CURSOS DE AGUA DESNATURALIZADOS Los ríos y sus riberas conforman lo que ecológicamente se denomina complejo fluvial, ecosistema en equilibro dinámico entre los procesos físicos de la cuenca vertiente (erosión, pluviosidad...), la dinámica del cauce: el caudal y la morfología, la vegetación y la fauna de las riberas; tal equilibrio esta determinado por la transformación de la energía potencial de volúmenes de agua situados a mayor altitud en la energía cinética de la corriente. Se trata de ecosistemas ecológicamente diversos, paisajísticamente bellos en si mismos y, en cuanto estructuras lineales que revalorizan la percepción de su entorno, culturalmente asociados a formas de vida indisociables de ellos; también tienen importancia funcional por su papel en la estructura y flujos territoriales de todo tipo: control de escorrentía, recarga de acuíferos, absorción de contaminantes por las riberas, depuración... incluso vía de transporte en ciertas ocasiones. En suma ecosistemas dignos de conservación. Pero estos ecosistemas son también fácilmente alterables y muy proclives a la intervención humana directa o indirecta a través de acciones sobre la cuenca vertiente. La mayor parte de los ríos se encuentran total o parcialmente alterados y en un nuevo equilibrio dinámico; las transformaciones son típicas de cualquier ecosistema: sobreexplotación, transformación física de su estructura y contaminación; aquí se tratara específicamente el segundo de estos impactos, englobado bajo el nombre de desnaturalización, termino que alude a las intervenciones sobre el cauce y las riberas, principalmente la canalización y el consiguiente confinamiento a un espacio en el que el Río no puede desarrollar libremente su trazado y permanece desconectado de una parte importante de su espacio vital: la ribera (o zona cuya frecuencia de inundación es inferior a 10 años) y la llanura de inundación o zonas externas al cauce afectadas por avenidas con periodos de retorno superiores a 10 años. 50

La canalización se suele justificar por dos razones fundamentales: evitar la inundación de actividades incorrectamente ubicadas sobre la llanura inundable o incrementar el terreno disponible para localizar actividades humanas; a estas razones se añaden otras menos frecuentes cual son eliminar líneas o focos de insalubridad cuando las aguas están contaminadas por materiales orgánicos, o de

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otro tipo, adaptar los cauces a una geometría favorable a las operaciones agrícolas de las fincas colindantes, incluso hacer navegables ciertos tramos. Los ríos así desnaturalizados se consideran espacios degradados cuya recuperación puede estar justificada en numerosos casos.

Espacios afectados por deposición espontanea de residuos Se trata de un tipo de degradación que afecto a muchos puntos en épocas históricas en que los asentamientos poblacionales carecían de vertederos o escombreras o estaban insuficientemente dotados para acoger los residuos generados; en épocas en que un incremento de renta u otras circunstancias propiciaba la renovación de la vivienda, unido a una escasa capacidad de vigilancia ambiental, propicio la formación de vertederos o escombreras espontáneos generando degradaciones de poca importancia individual pero en gran numero; en la actualidad este problema parece, si no resuelto, si de escasa entidad, cuyo tratamiento en los puntos afectados, solo requiere limpieza y vigilancia hacia el futuro.

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Explotaciones mineras que no incorporan la recuperación Ambiental a su gestión Este problema se refiere a la negligencia en la incorporación de acciones de recuperación al propio proceso de gestión minera, tal como exige la legislación en la materia, con independencia del tratamiento una vez agotada la explotación. ESPACIOS AFECTADOS POR LA CONTAMINACIÓN La emisión de contaminantes produce espacios degradados, cuyos especiemenes mas significativos son los suelos contaminados y las zonas litorales afectados por vertidos de barcos intencionados o accidentales. Suelos contaminados Se entiende por suelo contaminado (Ley 10/1998) aquel cuya composición química, características físicas y estructura están alteradas por la presencia de compuestos extraños, suponiendo un riesgo para la salud humana, los ecosistemas o las biocenosis. La contaminación de un suelo se produce cuando se le incorporan materiales ajenos en calidad o cantidad tal que no pueden ser procesados en los complejos procesos edáficos propios de cada tipo de suelo. El origen de la contaminación puede ser puntual o difuso; el primer caso es típico de los focos industriales o urbanos; el segundo se asocia a las actividades agrarias más o menos intensivas. Pero aunque los focos sean puntuales los efectos pueden ser lineales o areales: la emisión de contaminantes en una zona de recarga de acuíferos afectara a una zona extensa, la emisión de gases por una chimenea acaba depositándose en territorios extensos, la Lluvia acida se manifiesta en grandes extensiones forestales o agrícolas, el polvo de una cementera afecta a los espacios agrícolas de una amplia superficie, la introducción de contaminantes en el suelo o subsuelo acaba difundiéndose en el sentido y por donde discurre el agua subterránea y a las zonas donde aquella llega, etc. En el caso de la contaminación agrícola, cuyo origen esta en la utilización intensiva de fertilizantes y fitosanitarios en superficies extensas, los efectos se difunden también a espacios mas amplios. Un caso típico de contaminación de suelos son los derrames producidos en las operaciones de transporte y carga de combustibles y lubricantes, generalmente de

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forma accidental o por negligencia, cuya magnitud se entenderá cuando se considera la cantidad y ubicuidad de estas operaciones. La preocupación por la contaminación de los suelos es común en los países más desarrollados, quienes han procedido a la realización de inventarios y diagnósticos de la situación en la materia y a la adopción de medidas directas instrumentalizadas mediante planes de acción pública o indirectas a través de la intervención de los particulares. En España, por ejemplo, se exige a los «poseedores» de suelos contaminados, por ejemplo promotores urbanísticos, la obligatoriedad de tratarlos en las áreas sobre las que desean intervenir como condición necesaria para cualquier autorización. Espacios marítimos y litorales Las zonas costeras son espacios en que se da el efecto ecológico denominado ecotono: fenómeno asociado a las zonas frontera entre ecosistemas diferentes; en ellos se intensifican los procesos y no solo los naturales sino los de origen antrópico. Así la población tiende a acumularse en las costas, al menos en la zona templada del planeta y mucho más en la mediterránea. Pero aquí no se trataran los aspectos asociados a la acumulación poblacional o a los desarrollos turísticos, sino a los fenómenos relacionados con los aprovechamientos marítimo-terrestres, de los cuales hay que diferenciar: •los de origen terrestre: extracción de arenas marítimas para la alimentación artificial de playas, creación de estructuras artificiales (espigones) para la formación de ensenadas o playas, localización de puertos deportivos...; •los que tienen su origen en el mar: limpiezas ilegales de las sentinas de los barcos, accidentes que con demasiada frecuencia afectan a los gran-des petroleros, los mas famosos pero no los únicos.

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II PLANIFICACION Y ORGANIZACIÓN DEL TRATAMIENTO DEL UN ESPACIO DEGRADADO

Recuperar o tratar un espacio degradado significa transformar una situación indeseable en otra que se considera satisfactoria en las circunstancias económicas, sociales y ambientales en que se inscribe teniendo en cuenta precisa-mente todas esas circunstancias.

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Cualquiera que sea la orientación, el alcance, el contenido y la metodología que se adopte, la recuperación de un espacio degradado se inicia, como en cualquier intervención, con la generación de la idea de intervenir, sigue con una reflexión sobre la viabilidad técnica, económica, social y ambiental de la intervención y continua, explicita o implícitamente, con las siguientes fases típicas:

•Fase de planificación: diseño de la imagen objetivo o Plan Maestro de la intervención. •Fase de proyecto: elaboración de anteproyectos y de proyectos. •Fase de construcción: ejecución de las obras proyectadas. •Fase de gestión: explotación o funcionamiento y conservación de lo ejecutado. El propio proceso de desarrollo de estas fases requiere una preparación cuidudosa, por lo que a las anteriores, cabria añadir una nueva: La fase preparatoria, que solo tiene carácter de preparación para abordar con eficacia, eficiencia, calidad y rigor las enumeradas. Asimismo, el análisis de viabilidad, económico-financiera, social, etc., podría añadir una fase a las anteriores, si bien esta puede quedar incluida en la de planificación; pero el proceso que aquí se describe parte de que la recuperación es viable siempre que el estilo del tratamiento y la imagen objetivo a conseguir se adapten a las posibilidades existentes.

FASE PREPARATORIA: PLANIFICACION Y ORDENACION DEL TRATAMIENTO La fase preparatoria puede entenderse como el proyecto del proceso para definir toda la intervención y programar su ejecución; en ella se plantea el espacio a tratar y las intenciones de la entidad que lo promueve, la problemática y las oportunidades que ofrece, la filosofa con que se va a enfocar el tema, el contenido y alcance de la intervención en función de las características y de la problemática, la forma en que se va a trabajar, el equipo que desarrollara el trabajo, el programa y el

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presupuesto requerido para la elaboración de los documentos que contienen el tratamiento decidido. La importancia de esta fase para la calidad y economía del trabajo de planificaci6n es comparable a la de un proyecto con respecto a una obra.

Las tareas que conforman esta fase se pueden estructurar en los puntos que se enumeran a continuación y se desarrollan en el resto del capitulo: •Definición del ámbito o ámbitos a los que afectara" el tratamiento. •Prediagnóstico del problema. •Definición del estilo y principios a partir de los que se definirá el tratamiento. •Contenido y alcance del documento a elaborar. •Elaboración de la metodología a seguir. 57

•Diseño del equipo que ha de desarrollar el trabajo. •Programa de trabajo: cronograma responsabilidades a los miembros del equipo.

de

tareas

y

atribución

de

•Presupuesto para la elaboración del trabajo. DEFINICION DEL AMBITO PROVISIONAL El ámbito se refiere al espacio geográfico objeto de tratamiento; este puede venir dado por el promotor (privado o publico) que impulsa y asume el tratamiento o ser objeto de definición y delimitación bajo criterio técnico en el desarrollo del propio trabajo; en uno y otro caso, los resultados del análisis pueden aconsejar la modificación del ámbito inicialmente previsto así como una diferenciación de subambitos cuando la extensión, complejidad y problemática del espacio degradado lo aconseje. Dos circunstancias fundamentales pueden sugerir la extensión a ámbitos más amplios del primitivamente considerado: •Que algunas o todas las causas responsables del proceso de degradación o los efectos de este se ubiquen fuera de dicho ámbito. Es el caso, por ejemplo, de muchos focos de contaminación cuyos agentes, arrastrados por los vectores ambientales: aire, agua o suelo, pueden manifestar sus efectos lejos de los puntos de emisión, o de la erosión, cuyas causas frecuentemente se ubican en zonas externas a aquellas donde se produce el arranque y la deposición de materiales o la dinámica de cauces asociada al proceso, etc.; así ocurre, por ejemplo, cuando la deforestación de una cuenca hace que las aguas, libre el suelo de la vegetación y de los horizontes capaces de retener el agua para soltarla después lentamente, se precipitan torrencialmente y con gran energía sobre la red de drenaje. • Que ciertas soluciones deban ubicarse, asimismo, fuera del ámbito considerado o tengan consecuencias externas a el; es el caso anterior donde es preciso detener la emisión del agente contaminador para detener el problema antes de proceder a la curación. Lo expuesto conduce a la idea de área de intervención, es 58

decir, al espacio sobre el que hay que actuar para resolver el problema, que rebasa, en tal caso, el área donde aquel se manifiesta. PREDIAGNOSTICO O DIAGNOSTICO PRELIMINAR Esta tarea consiste básicamente en una primera aproximación al conocimiento de las características y funcionamiento del espacio a tratar y a los procesos determinantes de su degradación; incluso, con intención estratégica, se pueden definir de forma tentativa las debilidades que le aquejan, las fortalezas de que dispone, las oportunidades y las amenazas que aparecen en el contexto exterior. Pero todo ello realizado con la información de que se dispone o que resulta fácilmente accesible, y después de una primera toma de contacto con la zona y con las personas cualificadas que se pueda consultar. Se trata de un esbozo del diagnostico posterior destinado a orientar las tareas consecuentes: el estilo del tratamiento, la filosofía que lo sustente, el contenido temático, el alcance y la escala de trabajo, la metodología a seguir y el equipo necesario para desarrollarla, así como la información y las fuentes informativas mas adecuadas. La elaboración de un Prediagnóstico se justifica, además, por la economía de medios que supone avanzar por aproximaciones sucesivas, en la medida en que permite identificar los aspectos mas relevantes en los que debe profundizar el diagnostico detallado. ESTILO Y ENFOQUE DEL TRATAMIENTO El estilo se refiere a la manera de entender la problemática y de enfocar su resolución por parte del equipo redactor. Es el reflejo de la carga de subjetividad y voluntarismo inherente a cualquier propuesta de futuro, la cual, como una obra de arte, inevitablemente llevara las señas de identidad del autor. No obstante, en la medida de lo posible, el equipo ha de combinar sus preferencias con el respeto a la normativa que afecta al espacio, a la objetividad técnica, a las posibilidades económicas, a las expectativas sociales, a la racionalidad ambiental, a los criterios de diseño aceptados y a las preferencias del promotor.

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Sobre enfoque del tratamiento: alternativas estratégicas El enfoque se refiere al carácter de la imagen final u objetivo que se adopte y a la forma de llegar a ella; definir ambos elementos con suficiente precisión requiere reflexionar sobre las posibilidades legales, técnicas, económicas, financieras, sociales, ecológicas y ambientales de actuación como plataforma para orientar después el tratamiento. La reflexión mostrara un panorama con diversas alternativas, que se denominan de enfoque o estratégicas. ¿Se orienta el tratamiento a conseguir la situación inicial, prístina, la que había antes de cualquier alteración humana, a reproducir las condiciones anteriores a la ultima degradación o hacia una simple mejora ambiental y paisajística?, ¿se desea obtener algún aprovechamiento o uso económico de el?, ¿Se pretende una utilización cultural o recreativa de la población del entorno?, ¿es factible una gestión y mantenimiento esmerados o hay que buscar prioritariamente una especie de autosuficiencia del espacio recuperado donde los cuidados sean mínimos o nulos?... Decidir sobre estas cuestiones depende, básicamente, de las condiciones ambientales del lugar o espacio degradado, del carácter y requerimientos del entorno1, y del presupuesto disponible. La selección de la alternativa a desarrollar de entre las definidas, si es que en efecto se han identificado varias, pueden ser objeto de una evaluación Multicriterio clasica2 o de un simple proceso informal de selección basado en reflexión personal y discusión en grupo. No existe una denominación precisa para los diferentes enfoques que pueden darse a un espacio degradado, la bibliografía suele utilizar los términos incluidos en los puntos siguientes, pero con diferentes significados y no coincidentes con las acepciones, también diferentes, que dan los más importantes diccionarios3. Restauración Este termino surge como reacción a la degradación de los ecosistemas; se utiliza con mucha frecuencia, y con significado poco preciso, para identificar estilos de tratamiento muy diferentes a través de los cuales se pretende emular, con mayor o menor fidelidad, la estructura, funcionamiento y dinámica del………………………………. 60

ecosistema inicial anterior a toda perturbación humana, es decir, en su estado natural y prístino. Este enfoque, que puede denominarse restauración sensu stricto, resulta poco menos que imposible por obvias limitaciones de conocimiento de la realidad preexistente, de coste o simplemente de viabilidad técnica; no obstante, existen experiencias en que se ha conseguido ensamblar comunidades enteras de parecido asombroso a la original. Más accesible, y utilizada, es la restauración sensu __________ 1 Una prioridad frecuentemente olvidada es la seguridad y peligrosidad de algunas situaciones degradadas; son conocidos, por ejemplo, los accidentes provocados por desplazamiento de materiales de desecho acumulados, que en ocasiones han sido el detonante que ha alertado a los gobiernos para iniciar programas de recuperaci6n; son conocidos los casos del Parque Nacional de Dofiana. Invadido en 1998 por lodos mincros a causa de la rotura de la presa que los contenga; en Aberfan (Gales), en 1968, el deslizamiento de un montón de desechos de una mina de carbón enterró el colegio y acabo con la vida de los 116 niños de esa localidad y, por tanto, con toda una generación en ese pueblo. 2 Pueden verse modelos de evaluación Multicriterio en Gómez/ Orea, D. (2(X)2): Ordenación Territorial. Mundi-Prensa. Madrid. 3 Diccionario de la Lengua Española, Restaurar: reparar, renovar o volver a poner una cosa en aquel estado o estimación que antes tenia, Recuperar: volver a tomar o adquirir lo que antes se tenia, Rehabilitar, habilitar de nuevo o restituir una persona o cosa a su antiguo estado, Restituir. Restablecer o poner una cosa en el estado que antes tenia. Reformar. ...innovación o mejora en alguna cosa. Diccionario de María Moliner, Recuperar: poner en condiciones de que sirva nuevamente, Rehabilitar, Destinar nuevamente una cosa a un tan o uso que tenia.

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lato, a la que frecuentemente se denomina recuperación, que, simplemente, persigue detener la degradación y redirigir la trayectoria del lugar dañado hacia una formación solo parecida a la existente antes de la degradación. Restitución Alude a la búsqueda de una situaci6n final distinta si bien relativamente similar a la primitiva; se diferencia de la recuperación antes citada en que fija la atención en determinados elementos del paisaje o ecosistema y no en la totalidad. Rehabilitación Este enfoque pretende llevar el espacio degradado a una situación que se considera aceptable y útil desde el punto de vista del entorno, sin pretender ninguna aproximación al estado inicial, antes de la degradación. Reforma Identifica tratamientos orientados, simplemente, a facilitar la acción de la naturaleza para que el espacio degradado vuelva a ser ocupado por una sucesión natural. En ocasiones las acciones requeridas se limitan a detener el pro-ceso de degradación, eliminar los contaminantes, mejorar la capacidad del suelo como soporte vegetal o introducir propagulos o germoplasma de las especies vegetales apropiadas.

Revegetación Se trata de implantar una cubierta vegetal estable (autóctona o aloctona), cuya finalidad puede ser muy variable: estabilizar terrenos en pendiente, controlar la erosión, mejorar el aspecto visual de una obra pública o de cualquier espacio, etc. Sustitución o reemplazo Consiste en procurar un ecosistema o paisaje en equilibrio con las condiciones reales del espacio degradado sin pretender eliminar los elementos de degradación; por ejemplo implantar un ecosistema sobre un terreno contaminado sin eliminar el agente contaminante. Se trata de una alternativa económicamente interesante, por 62

ejemplo cuando es muy costoso descontaminar un lugar para volver a la situación primitiva. Además de los anteriores existen cuantos enfoques intermedios se puedan imaginar. Ninguno de ellos es, genéricamente, mejor o peor que los demás, sino que su oportunidad esta estrictamente asociada a las circunstancias específicas de cada caso. Tampoco son alternativos en un espacio determinado, sino complementarios, pues el tamaño o complejidad de un espacio puede aconsejar diferentes enfoques para diferentes zonas, cuando resulta aconsejable la segregación. Recuperación in - situ: lodo Por ultimo este termino se utilizara en esta obra simplemente para describir un proceso por el que un espacio que se considera degradado pasa a otra situación, imagen objetivo, en que el espacio ha dejado de estar degradado porque se le ha acondicionado para cumplir una función adecuadamente gestionada, o simplemente se le ha dotado de unas características que se consideran aceptables en las circunstancias específicas del lugar. Por extensión esta obra se permite la licencia de utilizar los términos tratamiento o recuperación para identificar cualquiera de los citados enfoques. Con tales términos se quiere aludir a las operaciones necesarias para transformar un espacio cuyo estado se considera indeseable en otro cuyo estado se considere correcto, con independencia de la situación inicial de dicho espacio antes de que se iniciaran los procesos que lo han alterado. Es un concepto que recuerda al termino rescate de tierras o «land reclamation» muy utilizado en la bibliografía en lengua inglesa para referirse al tratamiento que se da a terrenos gene-realmente muy degradados para «rescatarlos» o «recuperarlos» para la naturaleza, la agricultura u otro uso razonable.

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Tratamiento en general frente a estereotipos de enfoque La mejor forma de conservar un espacio consiste en mantener activamente la explotación de los recursos de que dispone mediante actividades que respe-ten las tasas de renovación de los renovables, un ritmo e intensidad adecuados de uso para los recursos no renovables, la capacidad de acogida de los ecosistemas, la coherencia de los elementos físicos con su entorno y la capacidad de asimilación de los vectores ambientales: agua, aire y suelo. Conservación significa utilizar el medio de acuerdo con esos criterios; implica, por consiguiente, gestión, es decir, explotación racional, vigilancia, intervención activa, en suma; nada mas lejos de la conservación que la pasividad, dejar un espacio a su suerte significa degradación: una especie de vacío gestor determina un flujo de incidencias negativas que suele comenzar con el abandono de las actividades tradicionales, sigue con la visita ocasional, la utilización espuria, la deposición de residuos... y termina convirtiéndose en un simulacro de vertedero incontrolado, sin gestión y sin valores. Por consiguiente, recuperar un espacio degradado significa, sobre todo, buscar la utilización mas adecuada a sus características y siempre en concordancia con las expectativas de la población circundante sobre el. Un espacio ordenado y racionalmente utilizado es un espacio bien conservado. De ahí la consideración de la agricultura como un factor positivo de calidad ambiental, cuando no se practique con criterios exclusivos de maximizar la producción, caso en que se comporta como una actividad esquilmarte y responsable de un tipo de contaminación cuyo carácter difuso la hace particularmente insidiosa e incontrolable. Lo mismo se puede afirmar con respecto a otras actividades generalmente consideradas como agresoras al medio ambiente: la utilización recreativa del espacio, la repoblación forestal e incluso ciertos tipos y formas de urbanización. El problema no esta tanto en el tipo de utilización cuanto en la coherencia con el medio y en la forma en que se gestione. Por eso la UE (ver, por ejemplo, V y VI Programa de Acción en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible) señala que los problemas ambientales no residen en las degradaciones en que se manifiestan, sino en el comportamiento de los agentes económicos y sociales responsables del control del uso del suelo y de la gestión de las actividades. Esta idea lleva a la mejora del comportamiento de los agentes implicados: sectores productivos y usuarios o consumidores, a través de instrumentos (eco auditorias y eco etiquetado) orientados a implicarles en la calidad 65

ambiental: aquellos agentes producto-res que se acojan, con carácter voluntario, a un sistema normalizado de gestión ambiental o a ciertas practicas en la producción, tienen derecho a utilizar en su publicidad o en el propio producto el marchamo que demuestra este hecho, lo que se traduce, presuntamente, en una mejor y mas fácil comercialización de sus productos así como en una gestión mas rentable de sus «influentes» y «efluentes». La idea de calidad también es aplicable a los espacios, cuya imagen no hace sino denunciar el comportamiento de las autoridades y de la población que los habita. Todo lo anterior parece recomendar la utilización del termino «tratamiento» en relación con los espacios degradados, en lugar de restauración, recuperación, rehabilitación o cualquiera de los estereotipos señalados en el punto anterior; incluso que protección para los que se mantienen en buen estado, en cuanto esta implica también acción. El objetivo ante un espacio degradado consiste en buscar los usos, los aprovechamientos y las actividades mas adecuadas, dadas sus características y su función en el contexto socioeconómico en que se encuentra. Este espacio así ordenado, y correctamente gestionado, será ambientalmente valioso. Debe pues plantearse el enfoque, estilo y tipo de tratamiento sin prejuicios, entendiendo que la pasividad, en las sociedades modernas y evolucionadas, es un factor de degradación y que lo artificial no es necesariamente peor, desde el punto de vista ambiental, que lo natural. Criterios que orientan el enfoque del tratamiento4 Varios criterios informaran sobre los posibles enfoques razonables y sobre el que, de entre ellos, parece mejor; son los que se describen a continuación. Integración El tratamiento debe adaptarse a las limitaciones y potencialidades del medio, al carácter (ecológico, paisajístico y territorial) del entorno y a las expectativas de la población. Metodológicamente la integración se facilita cuando se decide el enfoque estratégico y las soluciones tácticas a través de ciclos sucesivos de generación y evaluación de alternativas. La integración desaconseja soluciones tecnológicas, simples, frecuentemente estructurales y a corto plazo, para recomendar opciones en 66

las que se implique a la población afectada, por la vía de la participación activa en la fase de diseño, y de la actuación y del comportamiento en las fases de ejecución y de funcionamiento; esta idea comporta orientar el enfoque «hacia la demanda», es decir hacia las pautas de comportamiento de los agentes, incluidos los consumidores o usuarios, en lugar de «hacia la oferta», que es la practica mas común. Funcionalidad El tratamiento ha de considerar las interdependencias entre actividades y espacios, y procurar la consecución de un sistema armónico que funcione correctamente. La funcionalidad se entiende en términos de optimizar las relaciones mutuas de las actividades previstas en el interior del espacio recuperado y de estas con las del entorno. Flexibilidad Varias circunstancias aconsejan ser cautos a la hora de plantear el enfoque estratégico y las soluciones concretas a un problema de degradación: el desconocimiento de la situación existente antes de la degradación, la oscuridad con que el medio o el territorio manifiesta su vocación, la rapidez con que cambia la realidad y, por tanto, los criterios a adoptar en la toma de decisiones, la incertidumbre sobre el comportamiento real de las soluciones y de los usuarios, etc. Tales circunstancias llevan a la idea de flexibilidad, entendiendo por tal la capacidad de las soluciones que se adopten para ser modificadas sin incurrir en graves perjuicios ni en costes elevados; una soluci6n será tanto mas flexible cuanto mas avanzado sea el momento de su ejecución en que permite introducir modificaciones sin graves quebrantos económicos, sociales o territoriales, y cuanto mayor sea el grado admisible de tales modificaciones. En un mundo de circunstancias cambiantes, esta idea es de gran interés, porque las soluciones que se adopten, aun en caso de contar con todos los elementos de juicio que intervienen en ___________ 4 Se incluye a continuación una serie de reglas adaptadas de Goldsmith, 1983, que se ajustan al espíritu de esta obra: 1) Usar materiales locales: suelo, semilla, rocas, y evitar los exóticos. 2) Trabajar a favor de los deseos de los usuarios. 3) Minimizar el uso de seriales y evitar la palabra «prohibido» en carteles. 4) Utilizar voluntarios: están motivados y despiertan simpatía en los usuarios y tienen escaso coste. 5) Utilizar maquinaria de pequeño tamaño. 6) Dar aspecto natural a las instalaciones y evitar elementos que rompan la línea del horizonte. 7) Evitar vallas u obstáculos: sustituirlos por facilidades de paso hacia los lugares menos frágiles. 8) Informar y explicar al público lo que se hace

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La decisión, deben adaptarse a los requerimientos variables de una sociedad presidida por el cambio y el conflicto. Por otro lado, la incertidumbre inherente a todo proyecto, que necesariamente ha de realizarse y explotarse con posterioridad al momento en que se formula, desaconseja definir y cerrar estrictamente las acciones que se propongan, de tal manera que se deje un cierto margen de maniobra a la ejecución y a la posterior gestión. Esto, que es aplicable a cualquier tipo de proyecto, lo es particularmente a los de recuperación o restauración, donde las indeterminaciones son demasiado importantes: ¿cuales son las expectativas reales de la población afectada?, ¿como van a evolucionar estas en el futuro?, ¿como se van a comportar los usuarios con el espacio restaurado?, ¿como va a responder la vegetación y otros elementos que se instalen, cuando se carece de suficiente experiencia en las duras condiciones que suelen caracterizar a los espacios degradados?, ¿cual va a ser el comportamiento de las entidades responsables?... son preguntas de dudosa respuesta en muchas ocasiones, que aconsejan modelos de tratamiento que se van generando, al menos en parte, mediante el procedimiento de «prueba y error», imposible si no continua el proceso en la fase de explotación del espacio a recuperar. No finalista Las reflexiones anteriores aconsejan planteamientos no finalistas, es decir, en los que no se define una imagen final completamente cerrada, sino que queda solo sugerida a nivel esquemático o de intenciones y admite variaciones tácticas para alcanzar un espacio que responda a la idea reflejada en aquella imagen. Ello no impide que ciertas partes o determinaciones del plan o proyecto deban ser rígidas: aquellas sobre las que el planificador o proyectista tiene gran seguridad, pero las de vocación menos evidente que adolecen de mayor incertidumbre, deberán permitir la adaptación a circunstancias cambiantes en la fase de construcción y en la de explotación. Proceso evolutivo frente o proyecto rígido Esta idea aconseja concebir los planes y proyectos de tratamiento en términos de una tendencia evolutiva, como procesos que van evolucionando en el tiempo adaptándose a los cambios y que solo a medio o largo plazo se vera realizado en 68

toda su plenitud. Ello implica dejar un cierto margen a la dirección de obra en la fase de ejecución y una amplia libertad al manejo diario en la fase de conservación, explotación o funcionamiento del espacio restaurado. La programación por fases, tanto referidas a zonas como a tipos de tratamiento, resulta útil para hacer operativa esta idea. En caso de espacios e intervenciones publicas, conviene evitar urgencias políticas que obligan a consumir el presupuesto en actuaciones rápidas e ineficaces; por ejemplo, las plantaciones realizadas con planta joven tienen mayores probabilidades de éxito; aunque su impacto visual sea menor en el momento de la plantación, a la larga arraigan mejor y en breve plazo igualan y aun aventajan a las realizadas con planta mayor. Prospectiva El tratamiento debe considerar distintos escenarios futuros en relaci6n con las necesidades, aspiraciones y expectativas de la población afectada o beneficiada por el tratamiento, escenarios que no derivan tanto de las tendencias evolutivas que pueden proyectarse, cuanto de suposiciones que la imaginación muestra como posibles en un futuro mas o menos remoto. Enfoque de ordenación territorial El espacio a tratar, una vez transformado, debe ser entendido como una pieza del sistema territorial en que se ubica; este variara con el rango geográfico, del espacio problema, desde la nación entera para espacios muy grandes o muy significativos, hasta el municipio, pasando por la región y la comarca5; el mas común será el nivel municipal, característico por ejemplo, para cameras, graveras, basureros, etc., y el comarcal. La ordenación del territorio distribuye actividad en el espacio de acuerdo con dos criterios básicos: integración ambiental y funcionalidad, entendida la primera como adaptación a las características del medio, y la segunda, en términos de las relaciones de unos espacios y funciones con otros. Se pretenden soluciones que, simultáneamente, sean eficaces de cara a la mejora ambiental y se adapten a las ________________ 5 La comarca se entiende como una región caracterizada por homogeneidad geográfica, identidad cultural e histórica, sentido de pertenencia por parte de la poblaci6n y funcionalidad organizada en torno a una cabecera comarcal.

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condiciones físicas, territoriales y sociales de la zona. Son estos criterios los que deben aplicarse al tratamiento del espacio problema: detectar el tipo de actividades que pueden ser interesantes en función de las existentes en el ámbito de referencia y su organización interna. Autonomía Por ultimo, «autonomía, autogestión, autosuficiencia, autofinanciación, auto...» son términos que ponen de manifiesto unos requerimientos de los modos de planificación y gestión actuales. Estos propician una estrecha interacción con el entorno frente a la desvinculación tradicional del medio, la flexibilidad para adaptarse a la demanda cambiante frente a la rigidez, la implicación de la población, directa o indirectamente afectada, frente a la acción por imposición, la cooperación, vinculación y compromiso de los operarios en la gestión frente al trabajo despersonalizado en serie, la independencia y cualificación frente a la uniformidad, la diferenciación frente a la uniformidad, la descentralizaci6n frente a la concentración, la subsidiariedad (plantear y ejecutar las soluciones en el nivel mas bajo posible) frente a la intervención «desde arriba» .... Estos criterios, que son de carácter general, son de aplicación al tratamiento de los espacios degradados, particularmente los de autonomía en la gestión y su correlato de autofinanciaci6n del mantenimiento, en la idea de que si resulta relativamente fácil encontrar financiación para la restauración de un espacio degradado, es mas difícil que permanezca el esfuerzo sostenido que requiere su conservación y mantenimiento. El papel de la agricultura en la recuperación La agricultura, actuando desde la noche de los tiempos, ha creado paisajes y ecosistemas de alto valor; recuérdese la calidad ecológica de la dehesa de encinas, alcornoques, fresnos, avellanos, algarrobos e incluso pinos, en términos de diversidad, estabilidad, complejidad, belleza y autosuficiencia energética; la estética de los aterrazamientos sostenidos por muros de mampostería en seco en zonas de fuerte pendiente, la productividad y diversidad de los majadales (pastizales muy «trabajados» por la acción del ganado ovino) y de los pastos cacuminales (de cumbres), la textura de las zonas profusamente parceladas, la frondosidad de las zonas de regadío, el encanto y riqueza ecológica y cultural de las huertas que, como un dosel, tradicionalmente contorneaban los pueblos, la serenidad y grandiosidad de 70

las estepas cerealistas, el equilibrio de praderas bordeadas de setos, etc. También la agricultura ha ideado formas de aprovechamiento adaptadas al medio, sistemas agrosilvopastorales modelo de integración, rotaciones de cultivos, técnicas agronómicas, etc., así como utensilios y maquinaria de muy diverso uso. El agricultor, por otra parte, domina estas técnicas y dispone de unos conocimientos que le capacitan altamente para las funciones de conservación y restauraci6n; no en vano los factores de producción agraria (suelo, agua, vegetación, fauna, clima, etc.) coinciden milimétricamente con los factores ambientales. Las actividades agrarias ofrecen, además, un enorme potencial educativo y recreativo, permitiendo practicas de ocio y cultura, sensibilización ambiental de gran interés y demanda creciente, etc. Los cultivos tradicionales están adaptados desde tiempo inmemorial a las circunstancias ambientales, su diversidad y su variación a lo largo del ano, constituyendo paisajes dinámicos, de gran valor estético y concordancia con el entorno. Y todo ello con labores de mantenimiento muy simples. Asimismo, no conviene olvidar la función recreativa de los espacios agrícolas y de la propia agricultura, que puede cumplir funciones de esparcimiento y recreo al aire libre, particularmente en las zonas periurbanas. Muchos ciudadanos, que aun no han perdido completamente sus raíces rurales, desean tener una huerta para su recreo y un cierto autoconsumo. Son los denominados huertos de ocio que pueden cumplir una función nada despreciable en la restauración. Se trata de pequeñas superficies, entre 200 y 1.000 m2, por ejemplo, que los usuarios van poco a poco adaptando a cultivos de primor, dotadas con agua para riego y una pequeña caseta para materiales y útiles. Cuando forman parte de un polígono de huertos, pueden disponer de ciertos servicios comunes como almacén de materiales, hogar social, etc. Debidamente planteados y controla-dos, un polígono de huertos de ocio resulta un paisaje grato y acogedor capaz de convertir en un vergel una escombrera. Queda así justificado el alto interés de la agricultura en la restauración ambiental, que puede resumirse en las siguientes funciones y ventajas: • Utilización de especies y de t6cnicas agrarias muy contrastadas. • Intervención de los agricultores, grandes conocedores del medio y de sus posibilidades para el éxito de la vegetación implantada. 71

• Utilización de agrosistemas contrastados en la recuperación. • Potencial de la actividad y las prácticas agrícolas como elemento de educación. • Coste reducido. • Garantía de éxito en plantaciones y siembras. El papel de la repoblación forestal u lo silvicultura La implantación de un estrato arbóreo, general o limitado a ciertas zonas del espacio problema, es difícilmente evitable en cualquier proyecto de restauración; las comunidades arbóreas así constituidas, son una forma de adaptación a las condiciones de oscilación hídrica y térmica sin grave quebranto del aspecto externo. En efecto, el árbol, y numerosos arbustos, por su constitución leñosa, soportan con cierta facilidad dichas oscilaciones; a lo que se añade la ventaja adicional en los de hoja caduca de ser permeables a los rayos solares en invierno, mientras resguardan de ellos, proporcionando sombra, en verano. El arbolado, por otra parte, siempre «resulta bien» y parece elemento imprescindible alii donde la ausencia de arbolado que, con carácter general, suele caracterizar a los espacios degradados, demanda revegetación. La amplia experiencia en repoblación forestal española y la no menos larga en las técnicas de cuidado y explotación, hacen a estos conocimientos alta-mente útiles en el tratamiento de los espacios degradados. Colaborando con ellas, la ganadería, particularmente el ganado ovino, puede proporcionar una conservación gratuita, que no debe despreciarse en el planteamiento de la recuperación. El pastoreo de las zonas tratadas tiene varios efectos de alto interés: abona el suelo con sus deyecciones que quedan regular-mente esparcidas, siegan la hierba al pastar contribuyendo a un empradizamiento progresivo gracias al rebrote que tal siega estimula, controla la invasión de matorral haciendo el suelo transitable, evita que queden restos vegetales secos en la superficie del terreno contribuyendo así a prevenir los incendios; y, en ultima instancia, el pastoreo es perfectamente compatible con la utilización recreativa del espacio. A todo ello se añade la función 72

didáctica y cultural que el ganado pastando supone, sobre todo en áreas periurbanas. El papel de la urbanización rustica del suelo rustico La urbanización puede adoptarse como forma de tratamiento de ciertos espacios. Esto, en términos generales, como uno de los usos del suelo entre los muchos posibles. Pero aquí se utiliza la idea en distinto sentido: utilizar la «urbanizaci6n rustica sobre suelo rustico» como elemento de mejora ambiental. Parte de considerar que una casa «a escala humana» rodeada de un espacio cuidado, parcial aunque mayoritariamente arbolado, etc. es positiva en el paisaje y de que un conjunto de ellas, respondiendo a una uniformidad de tipologías edificatorias y de tratamiento del espacio no construido, son capaces de formar un espacio de gran valor ambiental y paisajístico. Los cigarrales de Toledo no dejan de ser una especie de urbanización rustica de gran interés paisajístico y cultural. La idea es factible en la medida en que exista una demanda residencial de este tipo, y en la medida en que un cierto número de familias estén dispuestas a colaborar en un proyecto, cuyas características serán del siguiente estilo: • Urbanizaci6n rustica, es decir liberada de los requerimientos que exige la legislación urbanística en materia de viario, servicios de agua, energía y electricidad, recogida de basuras y dotaciones de equipamientos públicos: sanitario, asistencial, educativos, etc. El único servicio de que dispondrían seria abastecimiento de agua y energía. • Parcela grande, no inferior a 5.000 m2, y capaz de asimilar los residuos de los moradores. • Un solo edificio por parcela, ocupando no mas del 3% del suelo en una o dos alturas como máximo. • Uniformidad en materiales, formas, volúmenes, colores, etc., de la edificación. • Uniformidad de tratamiento de los espacios no edificados, por ejemplo, 75 % de masa arbolada en secano, con especies comunes, 15% huerto y resto jardín.

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• Viario no asfaltado y bordeado por alineaciones y/o masas de arbolado. Con estas condiciones el aspecto de la actuación sería una masa boscosa homogénea entre la que solo se entreverían las edificaciones. La implicación de los residentes garantizará la conservación, pues son los principales interesados en ello. El patrocinio o «esponsorizacion» El medio ambiente «vende», de hecho los instrumentos normalizados de gestión ambiental así como el etiquetado ecológico, operan bajo esta idea que ha dado origen a todo un campo de actividad denominado «marketing» ecológico; en efecto tales sistemas se basan en la concesión de etiquetas o marchamos que garantizan a los consumidores un comportamiento ambiental sano de los agentes socioeconómicas que los poseen o que hacen esfuerzos para mejorar, influyendo así poderosamente en las preferencias de aquellos a la hora de comprar. En este sentido ciertas empresas, con abundantes recursos, están dispuestas a financiar proyectos de recuperación o mejora de espacios degradados para mejorar su imagen y valorizarse ante clientes y publico en general. Ante una situación de degradación conviene, por tanto, detectar las empresas dispuestas a colaborar en la inversión que exige el tratamiento de recuperación, primero, y en la conservación y mantenimiento, después. Las ayudas institucionales Existen multitud de ayudas destinadas a la recuperación ambiental, que conviene detectar antes de plantearse la intervención sobre un espacio determinado. Destacan las previstas en diversas iniciativas y programas de la UE, que suele financiar proyectos con carácter de piloto, a fin de que se pueda difundir la experiencia lograda. También existen ayudas de la administración central, auton6mica y local. Estas ayudas son muy variables en el tiempo y en el espacio, de tal manera que resulta ocioso exponer las que existen para un sitio y momento dados; ante un problema determinado es difícil evitar una exploración de tales ayudas recurriendo a los centros de información de la UE que existen en todos los países miembros y a los correspondientes organismos nacionales, autonómicos o locales.

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A modo de síntesis sobre enfoque y estilo del tratamiento Las ideas básicas que definen el estilo y enfoque del tratamiento de un espacio degradado y que determinan su éxito, se pueden sintetizar así: • Entender el tratamiento como un proceso que se va desarrollando en el tiempo y que solo consigue sus objetivos finales a largo plazo. • Integrar el tratamiento que se adopte en las condiciones ambientales del medio, aprovechando las oportunidades y obviando las limitaciones, res-petando, en suma, la «capacidad de acogida» o «vocación natural» del territorio. • Dar participación a la población afectada por el tratamiento y atender a sus demandas y expectativas. Implicarla por la doble vía de la participación en el proceso de toma de decisiones y en la gestión de las actividad-des a desarrollar en el espacio tratado. • Buscar una función para el conjunto del espacio y para cada una de las subzonas en que funcionalmente se organice. • Plantear el proceso de forma flexible, de tal manera que permita introducir modificaciones tácticas al tratamiento en función de la experiencia que el propio proceso proporcione y de los cambios que se produzcan en las necesidades y expectativas de la población. • Una vez realizada la inversión inicial, que seguramente será la más onerosa, buscar la autosuficiencia económica promoviendo actividades que, siendo compatibles con los objetivos a largo plazo, generen recursos económicos, y los agentes sociales capaces de llevarlas a cabo. • Procurar la autonomía de gestión mediante el diseño de un ente gestor con capacidad de decisión, quien solo dará cuenta al titular del espacio en tratamiento, o a la junta rectora, en su caso, y contara con una asesoría científica y jurídica adecuada.

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CONTENIDO Y ALCANZE El contenido y el alcance o grado de profundidad del trabajo a elaborar viene marcado por las fases antes definidas (figura II. 1), y se puede esquematizar en los siguientes documentos: • Plan Maestro, que muestra la imagen final del espacio a recuperar. • Uno o mas anteproyectos y proyectos que desarrollan el plan anterior hasta concretarlo en términos ejecutables. • Una estructura de gestión o forma en que se va a diligenciar y administrar la conservación y/o explotación del espacio una vez ejecutados los proyectos de recuperación. En cuanto a la organización documental del plan maestro y de los proyectos, aunque similar en el fondo, suele variar en la forma; el primero puede estar organizado según la siguiente estructura: • Presentación. • Oportunidad del plan y encaje legal, en su caso. • Viabilidad. • Estilo, metodología y equipo redactor. • Diagnostico por temas e integrado, Análisis DAFO. • Objetivos específicos. Imagen Objetivo. • Actuaciones: Programas, Subprogramas, Proyectos y otras acciones. • Cronograma de ejecución: PERT, diagrama flujos, diagrama de barras... • Normativa general y asociada a la zonificación representada en la imagen objetivo. • Evaluación ambiental del plan.

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• Pianos, informativos, interpretativos o de diagnostico y de propuestas (imagen objetivo y otros). Los pianos pueden insertarse en el texto en el lugar que les corresponda o disponerse en bloque. • Presupuesto del plan. Estudio económico-financiero. • Gestión del plan. • Anejos informativos e interpretativos o de diagnostico. • Fuentes documentales utilizadas. • Bibliografía. Mientras los anteproyectos y proyectos se organizan según la forma clásica establecida por la legislación en materia de contratación de las administraciones públicas: • Memoria y anejos a la memoria. • Pianos. •Presupuesto. •Pliego de condiciones.

METODOLOGIA DEL TRABAJO Una metodología es una secuencia lógica de tareas concatenadas, es decir, un conjunto de tareas bien diferenciadas que se ejecutan según un orden determinado, y que permite conducir el proceso de reflexión a través del cual se da respuesta al contenido fijado para el trabajo a realizar; mas específicamente, se refiere a la secuencia de operaciones conducente a la elaboración del plan maestro, primero, y a la realización de los anteproyectos y proyectos, después. La metodología se representa mediante un diagrama de flujos, que con-tiene las tareas a realizar y la relación temporal entre ellas; de esta forma se convierte en el hilo conductor que permite coordinar el trabajo de los diferentes miembros que 77

intervienen en el equipo, así como integrar la percepción de los afectados por el plan («clientes»). En el Capítulo III se expone la metodología genérica que esta obra propone para planificar y proyectar el tratamiento de un espacio degradado. EQUIPO DE TRABAJO Una metodología sistemática desarrollada por un equipo multi e interdisciplinar es lo que da solvencia al tratamiento previsto, lo que unido a la importante influencia de sus costes en el coste total del trabajo, justifica la conveniencia de dedicar atención a diseñar su estructura y funcionamiento. Tal diseño queda definido por los siguientes elementos: • Perfil curricular o campos de conocimiento diferentes que deberían intervenir, en función del espacio a tratar y de la problemática que le afecta. • Organización, en términos de áreas o unidades de trabajo y de niveles de responsabilidad que les corresponde. • Funcionamiento, o papel de cada miembro en el trabajo del conjunto. • Dedicación de cada miembro. Los tres primeros elementos quedan representados en el esquema de la figura 11.4, mientras la dedicación de cada miembro aparece representada en la tabla de la figura II.5. PROGRAMA DE TRABAJO: CRONOGRAMA DE TAREAS Un cronograma (o programa de tareas/tiempo, figura II.6) es el elemento que permite controlar los tiempos para el equipo conjunto y para cada uno de sus miembros. El cronograma suele adoptar la forma de un diagrama de barras o de Gant, en el que para cada tarea se representan los paralelismos y solapamientos temporales, el tiempo disponible para realizarla, el tiempo que se supone va a consumir su realizaci6n y el miembro del equipo responsable. El tiempo total ha de ser el disponible para la realización del trabajo.

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PRESUPUESTO PARA LA ELABORACION DEL TRABAJO El presupuesto se forma por adici6n de los honorarios profesionales o costes del personal, los costes de los materiales utilizados y los gastos generales; los primeros, probablemente los más importantes, se determinan de forma inmediata a partir de la tarea anterior (figura H.7.):

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III METODOLOGIA GENERAL PARA DISEÑAR EL TRATAMIENTO DE UN ESPACIO DEGRADADO De acuerdo con el concepto de degradación y el estilo de tratamiento sugerido en los capítulos precedentes, recuperar un espacio degradado significa, sobre todo, buscar para cada uno de los puntos o zonas homogéneas que lo forman, la utilización mas adecuada a sus características y siempre en concordancia con las necesidades, demandas, aspiraciones y expectativas que la población «cliente» tiene sobre 61. Esta idea sugiere aplicar un enfoque de ordenación territorial que entiende el espacio problema como un sistema territorial que, a su vez, es una pieza (subsistema) de un sistema territorial superior, y su tratamiento marcado por la idea de «integración», es decir de adaptación al medio, en los siguientes términos (figura III.l): • ¿Cuales son las actividades que darán sentido al espacio recuperado justificando una gestión activa? • ¿Cual es la localización de dichas actividades mas acorde con la «lectura» o vocación natural de cada uno de los puntos del espacio? • ¿Cual es el comportamiento que deben seguir dichas actividades en relación con su entorno? 82

De acuerdo con el enfoque descrito, este capitulo desarrolla en detalle la metodología a la que aludía el punto 7 del anterior, la cual se concreta en: • Un diagrama de flujos, que refleja las tareas a formalizar y el orden en que se van sucediendo en el tiempo (figura III.3). • Un texto explicativo. Por otro lado hay que señalar que la aplicación de la metodología viene precedida de la fase preparatoria descrita en el capitulo anterior. Aunque se exponen de forma secuencial, el proceso de elaboración de las tareas definidas en el diagrama de flujos, tiene carácter cíclico desarrollándose en un continuo ir y venir en torno al problema de degradación a tratar, sus causas, los agentes implicados y las soluciones posibles, tal como muestra la figura III.2.

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Por otra parte el desarrollo de todo este proceso ha de ir incorporando las opiniones y expectativas de los agentes implicados y de la población.

DIAGNOSTICO DEL PROBLEMA O PROCESO DE DEGRADACION Dado un espacio que se considera degradado, y cuya delimitación se había realizado con carácter provisional en la fase preparatoria, la primera tarea a realizar consiste en entender los procesos que determinan la degradación y en la

identificación de los agentes implicados en ellos. Este diagnostico se formaliza a través de los atributos que caracterizan un problema y que son los siguientes (figura III.4): 84

• Formas en que se manifiesta la degradación sobre el medio. • Identificación de las causas responsables del proceso o procesos de degradación. • Efectos o repercusiones en el territorio, en las actividades humanas y en las personas. • Agentes implicados en las causas y en los efectos. • Localización de la manifestación, de las causas y de los efectos. • Magnitud del problema: de la manifestación en principio, pero también de las causas y de los efectos. • Valoración de la gravedad del problema. • Evolución previsible del problema si no se interviene y tendencias de todo tipo. • Relaciones con otros problemas y espacios. • Percepción y sensibilidad de los agentes, de las autoridades implicadas y de la población afectada sobre el fenómeno y espacio analizado. • Nivel de responsabilidad al que debe ser resuelto el problema. • Objetivo final del tratamiento. Por ejemplo, si se trata de un espacio deteriorado por una cantera de caliza abandonada y no restaurada, el diagnostico de la degradación podría caracterizarse sintéticamente como sigue:

• Manifestación de las degradaciones: «caries» en el terreno, presencia de restos de materiales extraídos, de maquinaria abandonada, de edificios e instalaciones desmantelados, modificación del curso de un arroyo, deterioro de los caminos por donde se extrajo el material, etc.

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• Proceso de degradación: extracción, clasificación y tratamiento de los materiales extraídos y transporte de los mismos; abandono de la explotación sin recuperar el espacio afectado. • Causas de la degradación: carencia de sensibilidad ambiental en el planteamiento, diseño y gestión de la extracción, incumplimiento de la legislación en materia de evaluación de impacto ambiental y de la específicamente minera sobre restauración del espacio afectado, etc. • Efectos: imagen deplorable de la zona y del entorno en que se ubica, disuasión de localización de actividades de vanguardia, turísticas, recreativas, etc. en el entorno, incorporación de sales a un arroyo, reducción de la calidad del agua, contribución a la salinizaci6n de las tierras regadas con dichas aguas... • Agentes: propietario de la cantera, ayuntamiento del termino municipal en que se ubica, confederación hidrográfica, órgano sustantivo que autoriza la

explotación, órgano ambiental responsable de la Evaluación de Impacto Ambiental. 86

• Localización: ver piano. • Magnitud: afecta a una superficie de 5 hectáreas sobre un total de 1.000 que tiene el término municipal, pero ubicadas en la proximidad del casco urbano. • Gravedad: media. • Evolución: ciertas partes se integran progresiva y lentamente en su entorno, en otras se dan procesos erosivos que se autoalimentan evolucionando a peor. • Relaciones: el espacio contribuye a desvalorizar el término municipal, transmite una imagen de gestión municipal negligente y disuade la localización de actividades económicas de vanguardia. • Percepción: el ayuntamiento es sensible al problema debido a la presi6n social de la población que lo percibe como grave. • Nivel de responsabilidad al que debe ser tratado: propietario o gestor de la explotación; subsidiariamente, en caso de que aquel haya desaparecido, es al ayuntamiento a quien corresponde la responsabilidad del tratamiento. • Objetivo del tratamiento: aprovechar el «hueco» para localizar algún equipo municipal, integrar el resto en el entorno circundante, y todo ello con un enfoque finalista, ya que el tamaño reducido aconseja actuar de una sola vez para conseguir la imagen objetivo. En la medida de lo posible conviene expresar cartográficamente los elementos analizados que sean susceptibles de representación espacial sobre el piano antes indicado.

DELIMITACIÓN DEFINITIVA DEL AREA PROBLEMA Y DEL AREA DE INTERVENCIÓN Hecho el diagnostico al que se refería el punto anterior, conviene revisar la delimitación del ámbito realizada en la fase preparatoria a la luz del cono-cimiento que tal diagnostico proporciona y teniendo en cuenta tanto el área de extensión en que se manifiesta el problema cuanto aquellas otras donde se ubican sus causas o que resultan alteradas por sus efectos. Estas últimas pueden ser externas al área 87

problema lo que exigirá definir el área de intervención, es decir, el espacio sobre el que hay que actuar para resolver el problema. La delimitación se hace sobre un piano a escala adecuada, la cual puede variar desde la de plan, 1/10.000 o 1/25.000 dependiendo de la extensión y complejidad del espacio a tratar, a la de proyecto, 1/1.000 o mayor. El primero de estos pianos, que tendrá carácter de básico, incluirá aquellos elementos definitorios de la estructura: limites físicos, límites administrativos en su caso, accesos y otros que se consideren importantes y/o invariantes en el proceso; sobre este piano básico se volcara la información sectorial relevante y la elaborada así como la imagen final del espacio a tratar.

DEFINICION DEL ESTILO, ENFOQUE Y OBJETIVO FINAL DEL TRATAMIENTO Esta tarea se inscribe en las reflexiones hechas sobre este concepto en el capítulo anterior, dentro de la fase preparatoria, por lo que aquí solo se expone sucintamente la forma de realizarla. Consiste en reflexionar, a partir del diagnostico realizado, sobre las posibilidades de actuación contando con que ello va a requerir inversiones en obras, gastos de mantenimiento y una gestión adecuada. El proceso de reflexión puede ser de carácter informal o formalizado a través de un proceso iterativo de generación y evaluación de alternativas que concluye con una idea, tentativa aunque todo lo posible que permitan las circunstancias, de la imagen objetivo que se desea alcanzar y del enfoque u orientación que se va a dar al tratamiento para llegar a ella. Técnicamente la selección de una alternativa de enfoque se puede realizar mediante análisis Multicriterio en el que las alternativas posibles se comparan entre si en función de criterios de diverso tipo: económicos, sociales, ambientales, de gestión, etc. ANÁLISIS INTERNO DEL ESPACIO ALTERADO Esta tarea consiste en estudiar y representar sobre el piano base todas las características intrínsecas al espacio afectado por la degradación que se consideran

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relevantes para definir, planificar y proyectar su tratamiento; en principio incluirá los siguientes grupos:

1. Medio físico, es decir, las características naturales tal como se encuentran en el momento en que se hace el estudio. 2. Oportunidades de localización. 3. Infraestructuras existentes. Estado legal del suelo, es decir, las afecciones normativas a que esta sometido. elementos y procesos del medio físico Se estudiaran aquellos aspectos que la problemática y las posibilidades definidas en el punto anterior convierten en relevantes. Por ejemplo si, como suele ocurrir, se pretende introducir una cubierta vegetal estable, convendrá estudiar el clima del lugar en cuanto factor determinante de las posibilidades vegetativas de distintos tipos de plantas, pero también en cuanto condicionante de las actividades que se puedan plantear sobre el espacio una vez restaurado o como inductor de alguna de ellas. La relación adjunta da una idea orientativa de los factores a considerar y la figura III.5 ilustra las fuertes interacciones entre ellos, si bien los que realmente se estudien deberán ser objeto de reflexión en cada caso particular. • Factores climáticos: índices bioclimáticos y/o de aptitud climática, microclimas especiales, confort climático, recursos energéticos: insolación, velocidad, régimen y dirección dominante de vientos, etc.

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• Materiales (litología y recursos minerales y culturales si los hubiere), formas (morfología del terreno, pendientes, etc.) y procesos del medio inerte responsables de las formas del terreno (vulcanismo, sismicidad, diapirismo, movimientos de ladera, hundimientos, avenidas, expansividad, erosionabilidad y estados erosivos, sedimentación, recarga y vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos subterráneos, condiciones constructivas de los terrenos, patrimonio geol6gico, recursos culturales, etc.). • Agua, considerada como recurso, como soporte de vida y como receptor de efluentes. Localización, régimen, cantidad, calidad ecológica y para diferentes usos, capacidad de autodepuraci6n, etc., y ello para ríos, lagos, embalses, fuentes, manantiales, etc., áreas de recarga, vulnerabilidad a la contaminación, etc. • Suelo, entendido como recurso: aptitud para la agricultura: tipos de suelos, clases agrologicas, capacidad de retención de agua, como receptor de efluentes de diferente naturaleza: materia orgánica, minerales, etc., y como soporte de vida: el 90

suelo es un sistema en el que interaccionan materiales orgánicos e inorgánicos, agua, vegetales, animales superiores y multitud de microorganismos, todos ellos depositarios de una importante reserva genética. También es útil conocer el estado de contaminación del suelo, es decir, la presencia o ausencia de sustancias contaminantes. • Vegetación: unidades de vegetación actual y potencial, elementos vegetales singulares. • Fauna: hábitats faunísticos, puntos de paso de migraciones, elementos singulares desde el punto de vista de las comunidades de fauna, etc. • Paisaje: unidades de paisaje, potencial de vistas, elementos paisajísticos sobresalientes, incidencia visual, etc. • Recursos científico-culturales: yacimientos paleontológicos, lugares o monumentos histórico-artísticos, yacimientos arqueológicos, etc. Oportunidades de localización Se entiende por oportunidades de localización del espacio problema a las ventajas que se desprenden de su posición relativa, es decir aquellas actividades que vienen sugeridas por su posición en relación con otras áreas; es el caso, por ejemplo, de proximidad a una ciudad grande, a un eje de desarrollo, a un área turística o de una situación fronteriza entre países. Infraestructuras existentes Inventario y cartografía de las infraestructuras existentes en el espacio problema, así como limitaciones que imponen al tratamiento y uso posterior y posibilidades de utilización; las mas características tienen que ver con el viario: accesos, caminos, sendas, etc. y con el agua: embalses, conducciones, etc., pero también con la energía o equipamientos de todo tipo. Afecciones normativas del suelo Estudio y representación del sistema de intervención existente sobre el espacio a tratar, es decir, de las repercusiones impuestas por las disposiciones legales y administrativas; este análisis puede ser complementado con un estudio 91

sobre la capacidad de las instituciones para controlar y hacer cumplir dichas disposiciones. Sin ánimo de exhaustividad, las afecciones mas comunes son las siguientes: • Espacios naturales protegidos por la legislación internacional, nacional, regional o local. • Protecciones derivadas de la legislación sobre patrimonio histórico-artístico: parajes pintorescos, monumentos histórico-artísticos, jardines, etc.). • PIG: puntos de interés geológico, yacimientos paleontológicos y arqueoLógicos. • Reservas, refugios de caza, cotos, etc., de caza y pesca. • Catálogos de protección incluidos en el planeamiento urbanístico. • Montes públicos de distinto tipo y otros espacios de uso o aprovecha-miento limitado por la legislación de montes (protección hidráulico forestal, peligro de incendios, etc.). • Otros espacios públicos: Patrimonio Nacional, Diputaciones, Ayuntamientos, etc. • Vías pecuarias y descansaderos del ganado. • Dominio publico hidráulico, dominio publico marítimo terrestre, zonas de previsión de danos por avenidas, perímetros de repoblación obligatoria, de protección de acuíferos, de sondeos de abastecimiento de agua, áreas de investigación de aguas subterráneas, etc. • Derechos mineros, reservas del estado, concesiones de explotaciones, autorizaciones de explotación y aprovechamiento, etc. • Servidumbres de paso de energía eléctrica, gaseoductos, oleoductos, derivadas de grandes obras públicas, etc. • Servidumbres derivadas de las instalaciones nucleares.

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• Zonas condicionadas por instalaciones para la defensa nacional, polígonos de tiro, etc. • Gasificación urbanística del suelo. • Repercusiones derivadas de la planificación sectorial: agricultura, turismo, etc. • Programas y proyectos previstos y que puedan afectar al espacio bajo estudio. • Concesiones administrativas, etc.

SINTESIS DE LA INFORMACION DEL MEDIO FISICO: DEFINICION DE UNIDADES AMBIENTALES Para manejar cómodamente la información temática relevante y hacer una aproximación sistémica y sintética al medio físico, conviene recurrir al concepto de unidad ambiental. Por tal se entiende una porción del territorio relativamente homogénea (la homogeneidad es un concepto relativo que debe ser ajustado al nivel de detalle o escala del trabajo) respecto a los factores del medio físico y a las afecciones existentes, que se consideran como la manifestación externa de un ecosistema que subyace. Identificación de las unidades ambientales La tarea consiste en identificar y cartografiar, a la escala de trabajo adoptada, las unidades ambientales que se estiman pertinentes en el espacio a tratar para adoptarlas como unidades básicas sobre las que se realizara la «lectura» del medio físico, es decir la vocación o capacidad de acogida del suelo para las actividades potenciales que se definen en una tarea posterior. La escala de representación dependen del tamaño del espacio a tratar, pero en esta fase de elaboración del plan maestro o imagen objetivo, la escala corresponde a nivel de plan, porque no necesita detalles y debe ser desarrollada después al nivel de proyecto; por ello la escala no suele ser superior a 1/10.000, 93

frecuentemente se utiliza la 1/5.000, y en ocasiones se puede llegar a 1/25.000 en espacios de gran extensión. Las unidades ambientales se pueden detectar por superposición de los factores del medio físico con mayor carga informativa (geomorfología, vegetación y usos del suelo) una vez cartografiados o, de forma empírica, por observación y comprensi6n del espacio objeto de estudio. Se trata, en síntesis, de definir unas zonas homogéneas de tamaño adecuado a la escala de trabajo y a la complejidad del espacio, cada una con un ambiente propio y diferenciado del resto, que faciliten la reflexión sobre las posibilidades de tratamiento de cada una de ellas.

Sintéticamente conviene definirlas atendiendo a la base geomorfológica y al recubrimiento vegetal o uso del suelo actual, tal como muestran los ejemplos siguientes: • Talud en calizas erosionado desprovisto de vegetación con orientación solana. • Talud en calizas recubierto de vegetación herbácea y arbustiva con orientación umbría. • Ribazos de separación entre parcelas abandonadas de cultivo cubiertos por matorral degradado. • Acumulaciones de tierras inertes sobrantes de antiguos movimientos de tierra. • Tierras de cultivo abandonadas sobre terrazas medias de río. Escombrera de inertes. • Vaguada con humedad edáfica cubierta de vegetación herbácea y arbolado residual. • Zona con suelos contaminados por escapes de hidrocarburos. • Etcétera.

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Valoración de las unidades ambientales: el patrimonio ambiental del espacio Se entiende por valor los méritos de una unidad ambiental, que aconsejan conservarla o, lo que es lo mismo, evitar su alteración. La expresión grafica de este valor muestra donde se concentra el patrimonio natural del espacio a recuperar a conservar, en su caso, derivando, en la medida de lo posible, las actividades mas agresivas hacia las zonas menos valiosas. Si a este plano se añade otro que muestre el ecosistema climático o la vegetación potencial, se tendrá una idea excelente de la diferencia entre la situación actual y la que corresponderá a un estado ecológico clímax al que tenderá la evolución natural a largo plazo. Dimensiones de valor Cada unidad ambiental es la resultante de un conjunto de características y procesos de muy diversa índole, por lo que su valor puede considerarse como la resultante de varias dimensiones. La experiencia ha consolidado las siguientes: ecológica, científico/cultural, paisajística y productiva; a ellos se puede añadir la dimensión «funcional» que valora los méritos de una unidad desde el punto de vista de su aportación a la funcionalidad del sistema conjunto, por ejemplo, en términos de control de la erosión, producción de agua, retención de contaminantes, etc. En este sentido el valor total de cada unidad resulta de la consideración conjunta de las cuatro dimensiones enunciadas, de su agregación, en suma. Criterios Y escalas de valor Las dimensiones de valor enumeradas son básicamente de carácter cualitativo, excepto el caso de la productividad que se puede medir en una escala de proporcionalidad. Por ello, para la valoración es preciso aplicar criterios de valor ampliamente aceptados y contrastados, así como utilizar escalas jerárquicas que proporcionan simples rangos de valor. Los más importantes de dichos criterios son los siguientes: •Grado de evolución ecológica. •Diversidad. •Naturalidad. 95

• Rareza. • Representatividad. • Significación para la región. • Singularidad. • Carácter endémico. • Complejidad.

Tabla y mapa de valoración Aplicando los criterios citados a las unidades ambientales se puede confeccionar una tabla con el formato de la Figura III. 6. donde se disponen, a titulo de ejemplo, algunos valores atribuidos a las diferentes dimensiones de valor que forman cada una de las unidades. La tabla de valoración esta referida espacialmente a las unidades ambientales, por lo que es posible representar sobre un piano a escala de forma inmediata el valor del territorio para cada una de las dimensiones o para el valor de conservación total.

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Conviene completar la valoración descrita, que se refiere a la situación actual, con otra valoración relativa a: • Valoración de la situación primigenia, antes de la intervención humana. • Estado evolutivo (regresivo o progresivo) en que se encuentra la unidad y, por consiguiente, sus valores. • Nivel de calidad demandado por la sociedad y grado de sacrificio que esta dispuesta a realizar para alcanzarlo. ANALISIS DEL ENTORNO En esta tarea se analiza el entorno en el que se inscribe el espacio problema desde cuatro puntos de vista: social, ecológico, paisajístico y territorial o de usos del suelo; con ello se pretenden tres objetivos: • Detectar las posibles demandas, necesidades, aspiraciones o expectativas de la población sobre el espacio a restaurar. • Conocer las características ecológicas, paisajísticas y usos del suelo en el entorno o área de influencia del espacio, para adoptarlas como refrenda obligada en el diseño. Diseño de la imagen final del espacio a tratar. • Entender los efectos mutuos e intercambios de todo tipo (materiales, energía, animales o personas) que se producen o pueden producir entre ambos sistemas. Como entorno se considera aquí el territorio con el que el espacio a tratar tiene algún tipo de interacción, tanto en términos de entradas (particularmente «influentes» o recursos procedentes del medio físico) cuanto de salidas, y entendido como un sistema constituido por un soporte físico-natural, una población que practica actividades de producción, consumo y relación social, unos asentamientos poblacionales, unos canales de relación entre ellos y unas instituciones. ACTIVIDADES POTENCIALES Con toda la información anterior, muy particularmente con el estilo y enfoque del tratamiento definido en la tarea 3, es posible identificar las actividades, usos del 97

suelo y aprovechamientos que potencialmente se podrán plantear sobre el espacio a recuperar, así como las relaciones entre ellas. A continuación se da una relación orientativa de las posibles actividades a que se puede destinar, total o parcialmente, un espacio degradado; dichas actividades no son siempre alternativas sino que muchas de ellas se pueden aplicar de forma complementaria e incluso superpuesta a distintos ámbitos del espacio a tratar según las funciones que se desea de ellos. • Conservación y regeneración de la naturaleza: — — — — —

Restauraci6n de los ecosistemas primigenios o generación de otros nuevos. Creando de nuevos paisajes. Actividades científico-culturales. Repoblación forestal: bosque protector. Hábitat especial para fauna.

• Esparcimiento y deportes al aire libre: — — — — — — — — — — — — — — —

Senderismo y contemplación. Instalaciones deportivas formalizadas. Escalada. Caza fotográfica. Recreo concentrado: áreas dotadas con diferentes equipos. Baño. Actividades náuticas. Pesca. Caza. Motocross, trial, etc. Circulación con vehículos todo terreno. Campos de golf. Tentadero de vaquillas. Cuadras de caballos. Picaderos.

—Circuitos gimnásticos, de bicicletas, etc. 98

— Deportes mas o menos formalizados: canchas de tenis, fútbol, balón bolea, etc., juego de petanca, campos de golf, etc. • Actividades didácticas o culturales: — — — — — — — —

Aulas de la naturaleza. Centros de interpretación de la naturaleza. Granjas escuela. Jardín botánico. Arboreto. Jardines temáticos: de aromáticas, de frutos silvestres, etc. Parque zoológico. Auditorio para espectáculos al aire libre.

• Actividades agrarias: — — — — — — — — — — — —

Repoblación forestal: bosque productor. Agricultura extensiva. Ganadería extensiva. Agricultura intensiva de regadío. Agricultura intensiva en invernadero. Viveros de distinto tipo. Introducción de cultivos alternativos: plantas de extractos (aromáticas, medicinales, cosméticas o culinarias), cultivos energéticos, etc. Huertos familiares. Piscicultura. Granjas de distintas especies. Polígonos ganaderos. Edificaciones agrícolas o ganaderas.

• Urbanización: — — — — —

Parques, jardines, paisajismo. Edificios institucionales. Vivienda aislada. Camping. Urbanización rustica, no sometida a las previsiones de la Ley del Suelo. 99

— Urbanizaciones de media o alta densidad. • Actividades industriales: — Industria ligera aislada. —Industria pesada aislada. —Polígono industrial. —Otras. •infraestructuras y servicios: —Centros de jardinería. — — — — — — — —

Depuradoras. Aparcamiento de vehículos. Vertedero de escombros y residuos solidos urbanos. Plantas de compostaje. Vertedero de residuos industriales. Acumulación y recuperación de chatarra. Cementerios.

ANALISIS DE LAS RELACIONES ENTRE LAS ACTIVIDADES POTENCIALES

Esta tarea consiste en determinar las relaciones entre las actividades para determinar como pueden o deben distribuirse en el espacio. El primer problema a solventar se refiere a la posibilidad de coexistencia de dichas actividades en el tiempo y en el espacio, la cual se puede expresar en términos de compatibilidad (repoblaci6n forestal con caza, por ejemplo), incompatibilidad (urbanización con conservación de ecosistemas) y situaciones intermedias como disfuncionalidad (caza con recreo extensivo al aire libre); incluso sinergia o reforzamiento entre unas y otras actividades (equipamiento turístico en medio rural con la caza o la pesca, por ejemplo). 100

Se facilita el análisis de la relación entre pares de actividades cruzándolas entre si en una matriz de doble entrada, cuyas celdas se formalizan con una serie de símbolos expresivos de la relación. Esta matriz puede formalizarse teniendo o no en cuenta la variable tiempo; la figura III.7 muestra un ejemplo de tal relación para actividades de esparcimiento y recreo al aire libre en los siguientes términos: 101

• Complementariedad o sinergia: dos actividades se refuerzan cuando se practican en el mismo espacio y al mismo tiempo. Por ejemplo, senderismo y caza fotográfica. • Compatibilidad: dos actividades se pueden practicar en el mismo espacio y al mismo tiempo sin merma para el ejercicio de ninguna de ellas. Por ejemplo, senderismo y acampada. • Incompatible en el tiempo: las actividades pueden practicarse en el mismo lugar, pero no al mismo tiempo. Por ejemplo, la caza y el senderismo. • Incompatible en el tiempo y en el espacio: dos actividades no se pueden practicar al mismo tiempo y en el mismo lugar. Por ejemplo caza fotográfica y deporte formalizado en equipos. • Disfuncional: el ejercicio de una actividad disminuye la calidad de los factores que determinan la otra. Por ejemplo la pesca y el baño en un rio.

DETERMINACION DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL ESPACIO Se entiende la capacidad de acogida como la mejor forma en que puede utilizarse una unidad ambiental teniendo en cuenta al mismo tiempo su potencial de uso y su fragilidad ante este. Expresa la relación entre el territorio (de las unidades ambientales que lo forman) y las actividades que se pueden desarrollar sobre el en términos, por ejemplo, de vocacionalidad, compatibilidad e incompatibilidad. La capacidad de acogida se establece para cada una de las unidades ambientales establecidas en el análisis interno del sitio con respecto a cada una de las actividades potenciales identificadas en los puntos anteriores. Se determina sobre tablas o matrices de capacidad de acogida, cuyas entradas son las unidades ambientales del área de estudio y las actividades potenciales que, en principio, se quiere introducir. Las casillas de cruce se rellenan con unos códigos numéricos o símbolos expresivos del grado de idoneidad entre la unidad ambiental y la actividad correspondiente. La figura III.8 muestra un ejemplo de tabla de capacidad de acogida extraída de la ordenación de un espacio degradado, cuyo formato puede aplicarse a cualquier otro tipo de espacio y actividades. 102

La atribución de los símbolos, expresivos de los grados de capacidad de acogida, se hace teniendo en cuenta dos puntos de vista: • El de la actividad, para estimar en que medida la unidad correspondiente cubre los requisitos que implica su localización y funcionamiento. • El del medio/territorio, en el sentido de considerar los efectos (benéficos o perjudiciales) que la actividad o uso del suelo puede producir a la unidad ambiental correspondiente en el caso de que se localice sobre ella. Una unidad ambiental tendrá una elevada capacidad de acogida para una actividad, cuando sea favorable desde ambos puntos de vista a la vez: el de la actividad y el del territorio, en cuyo caso se asignara el símbolo que representa una capacidad de acogida alta o de un uso vocacional. Los niveles de capacidad de acogida suelen ser tres, cuatro o cinco, dependiendo del grado de confianza o de la finura del análisis, y se expresan según una escala semántica del tipo muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo o, con mas expresividad, vocacional, compatible con o sin limitaciones e incompatible, por ejemplo. La matriz de capacidad de acogida asociada al piano de unidades ambientales, proporciona una idea precisa sobre los usos razonables del suelo en cada unidad ambiental lo que, unido a la relación entre actividades, constituye una excelente base departida para diseñar la imagen objetivo a alcanzar con el tratamiento del espacio degradado.

RESTRICCIONES Se trata aquí de poner de manifiesto las limitaciones y condiciones que imponen las afecciones normativas del suelo, identificadas en una tarea anterior, así como las impuestas por el promotor, en su caso; asimismo conviene explicitar los criterios de diseño, si los hubiere.

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DISEÑO: MODULO, IMAGEN OBJETIVO FINAL O PLAN MARESTRO DEL ESPACIO RECUPERADO Esta tarea, la más creativa del proceso, consiste en definir y representar gráficamente en planos a escala o fotografía, la imagen final que tendrá el espacio una vez recuperado.

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Alternativas de referencia Con carácter previo al diseño de la imagen objetivo y como forma de aproximarse a el puede resultar conveniente elaborar algunas alternativas de referencia. En principio hay dos referencias extremas: • La tendencial, es decir, aquella a la que conduce la situación actual si no se interviene. Generalmente será indeseable en la mayor parte de los puntos del espacio a tratar, pero no necesariamente en todo el. • La optima, entendiendo por tal la que mas se aproxime a las condiciones ideales de ecología y paisaje, aunque podrían entenderse como ideales otras situaciones diferentes a la naturalidad prístina. Se trata de una alternativa no limitada por restricciones de medios, recursos y voluntades. Entre estas alternativas se situara la que se puede denominar de compromiso o de concertación, es decir la mas viable en las circunstancias que concurren en el caso, la cual se formara con elementos de las anteriores y con otros derivados de la voluntad política, del consenso entre los agentes implicados en el problema, de la participación ciudadana y de la disponibilidad de recursos. Se trata, en principio, de la alternativa con más posibilidades de ser adoptada como imagen objetivo a un cierto horizonte temporal y como etapa intermedia en una progresión hacia el óptimo.

Análisis DAFO

El análisis DAFO (acróstico de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) es una forma de disponer el conocimiento adquirido en las tareas previas a la fase de diseño que puede tener utilidad en la identificación de la imagen objetivo de compromiso; este análisis se concreta en una matriz cuyas entradas por filas estén ocupadas por las fortalezas y debilidades que concurren en el espacio

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problema y cuyas entradas por columnas corresponden a oportunidades y amenazas del entorno en que se ubica.

Componentes de la imagen objetivo La imagen objetivo queda constituida por tres componentes complementarias que pueden interpretarse como subsistemas del espacio recuperado: zonas o categorías de ordenación, redes y elementos o equipos auxiliares. Zonas o categorías de ordenación Se trata de componentes areales, identificados mediante criterios diversos, cada una de las cuales será objeto de un tratamiento y utilización homogéneos. A ellas se asociara, de un lado, las actuaciones (de conservación, mejora, recuperación propiamente dicha o puesta en valor de recursos ociosos) para llevar la situación actual a la prevista, y, de otro, las normas reguladoras de la forma en que deban utilizarse. Resulta práctico nominar las categorías de ordenación por el uso propio o característico, que es el que se les asigna con carácter prioritario, aunque sobre la unidad puedan darse otros usos y actividades compatibles, complementarios o sinérgicos con el propio, siempre que cuenten con capacidad de acogida suficiente.

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A titulo de ejemplo se señalan en la figura III.9 las categorías de ordenación definidas en la recuperación de los Cerros de La Cantería (Madrid). También puede verse en el Capítulo IV la zonificación y las redes definidas en la recuperación de las fincas La Grajera y La Barranca en Logroño. Zona natural: espacios ocupados por la vegetación climática de la zona y por formaciones naturalizadas o adaptadas ecológicamente a las características de los espacios a ocupar. Zona agrícola: implantación de actividades agrarias concebidas como un espacio productivo, como un área de paseo y recreo y como un espacio dedicado a la educación y formación ambiental. Zona recreativo-deportiva: ubicada en las zonas mas altas de la meseta de los cerros aprovechando el potencial de vistas como elemento destacable para actividades de ocio y esparcimiento. Zona educativa: aquí se sitúa un edificio donde se localizan los servicios de gestión y administración además de salas de exposiciones y otras actividades de divulgación y formación ambiental tipo «aula de la naturaleza». Zonas tampón: se conciben como áreas de segregación de los distintos ámbitos y del conjunto del recinto con el exterior. Aparcamientos: los aparcamientos se conciben como zonas de predominio del arbolado, a base de plátanos, olmos y acacias fundamentalmente. Accesos y viario interior: planteados en tres niveles jerárquicos. Redes Son estructuras lineales que forman una red y dan funcionalidad a la zonificación y, mas concretamente, al uso del espacio recuperado; las mas características son los accesos y el viario interno o red de caminos y sendas para ser recorridos por los usuarios, la red de agua, para riego o potable, y la red de energía eléctrica o de iluminación.

Elementos o equipamientos 107

Están formados por dotaciones auxiliares que facilitan y hacen atractiva la utilización del espacio; los más importantes son la señalización y «cartelera» de carácter informativo, el mobiliario, los puntos de acceso, fuentes, cortavientos, cerramientos y otros de carácter mas o menos funcional o decorativa La elaboración de cada uno de los elementos de las propuestas puede hacerse mediante un proceso en el que explícitamente se generan y evalúan alternativas de forma iterativa, o bien mediante un proceso de reflexión en el que las propuestas se van depurando continuamente hasta que el planificador queda satisfecho; en este segundo caso, no es que no haya una sucesión iterativa de generación y evaluación de alternativas, sino que estas alternan en ciclos muy breves y no son explicitas. Método para establecer la zonificación Existen dos enfoques básicos para establecer las categorías de ordenación. Uno de carácter empírico y otro sistemático. El primero es un método directo basado en la experiencia con que cuenta el equipo de trabajo; este sigue un proceso que se puede esquematizar en tres pasos: • Definición previa y tentativa de las categorías de ordenación que, en principio, parecen adecuadas al tipo y ámbito del espacio a tratar; para ello recurre a la experiencia de casos similares. • Observación del piano de unidades ambientales asociado a la tabla de capacidad de acogida; un análisis de la distribución de usos y actividades prioritarios, compatibles e incompatibles, informara sobre la oportunidad y conveniencia de respetar estas vocaciones intrínsecas, teniendo en cuenta las expectativas de la población sobre cada actividad, la localización y accesibilidad actual, las tendencias de ocupación del suelo, la pro-piedad, la viabilidad de una gestión eficaz, etc. • Con todo ello decide las categorías de ordenación definitivas y las representa cartográficamente, obteniendo así el modelo de tratamiento del espacio bajo estudio. El método descrito es el que se recomienda aquí. No obstante a continuación se expone, con carácter ilustrativo, el denominado modelo sistemático, extraído de 108

la teoría sobre ordenación del territorio, cuya aplicación solo es recomendable en casos muy especiales. El método sistemático obtiene las categorías de ordenación a través de un proceso formalizado de optimización de los usos del suelo y actividades, que puede seguirse sobre la figura III. 10. En el se parte, como en el caso anterior, del mapa de unidades ambientales asociado a la matriz de capacidad de acogida, y se atribuye a cada unidad ambiental el uso del suelo vocacional, es decir aquel para el que resulta mas idónea; sobre ella se aceptan otros usos que se consideran complementarios o compatibles con el vocacional y para los que la unidad presenta una capacidad suficiente.

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Sin embargo, este criterio general no siempre se puede aplicar directa-mente, sino que se abren varias posibilidades sucesivas. La primera encrucijada se presenta ante aquellas unidades que muestran un grado máximo de capacidad de acogida para varias actividades; cuando esto ocurre, que suele ser frecuente, aparece la primera dicotomía del esquema: unidades con capacidad de acogida máxima para una sola actividad y unidades con capacidad de acogida máxima para dos o mas actividades. En el primer caso se asignan las unidades a dicha actividad. No obstante, surge aquí de nuevo una posible bifurcación: puede ocurrir que exista una demanda cuantificada de la superficie necesaria para tal actividad o que tal demanda no se conozca. En este último caso se atribuye a cada unidad la actividad para la que tiene mayor capacidad de acogida y, por supuesto, las que son compatibles con ella. Cuando la demanda esta cuantificada, se abren tres opciones: • Que este equilibrada con la superficie de las unidades que disponen de la máxima capacidad de acogida para la actividad, en cuyo caso se asigna a esta. • Que falte superficie: se tomara la necesaria de las unidades que muestren un rango inferior de capacidad de acogida. • Que sobre superficie: el exceso se atribuirá a la actividad con un rango inferior de capacidad de acogida. Volviendo a la primera bifurcación del esquema, aparece el segundo caso: unidades de integración que tienen capacidad de acogida máxima para dos o más actividades. El primer problema a solventar se refiere a la posibilidad de coexistencia de dichas actividades en el tiempo y en espacio, en función de sus requerimientos y relaciones, expresadas en términos de compatibilidad o incompatibilidad; remitimos al lector al análisis realizado en el punto 5 de este tema. Definida la compatibilidad entre actividades, se abren dos posibilidades. Las unidades ambientales que tienen capacidad de acogida máxima para varias actividades compatibles, quedaran adscritas a ellas, pudiendo definir directamente una categoría de ordenación. Pero se plantea un conflicto en aquellas unidades donde las actividades capaces no son compatibles; tal conflicto puede resolverse por una de las dos vías opcionales siguientes: 110

• Estableciendo una escala de prioridad entre las actividades, de acuerdo con una determinada estrategia política (tendencial, conservacionista, desarrollista, de compromiso, etc.). En este caso se atribuye la unidad a la actividad de mayor rango, acompañada, con carácter subsidiario, por aquellas otras que, siendo compatibles con la principal, disponen de una capacidad de acogida inferior, siempre que esta se considere suficiente. • Atribuyendo coeficientes de ponderación a las actividades en función, como antes, de unos determinados escenarios voluntaristas. Al multiplicar los rangos de capacidad de acogida por los pesos atribuidos a las actividades, se obtienen unos índices, a los que se denomina de conveniencia, expresivos del grado de idoneidad entre una unidad ambiental y una actividad: a cada una de aquellas se asocia la actividad para la que presenta mayor índice de conveniencia, quedando como subsidiarias los usos compatibles que tengan un índice inferior superando un determinado umbral. En este último caso también cabe la posibilidad de que se conozca o no la demanda de superficie para cada actividad, debiendo procederse como se explico antes para una sola actividad vocacional. Abundando en lo dicho, una unidad puede adscribirse a una actividad para la que no tiene la capacidad de acogida mas alta, aunque si suficiente (por encima de un cierto umbral), en beneficio de otra u otras actividades que cumplen objetivos preferidos por la estrategia política definida a través de las prioridades o de los pesos. La atribución de pesos a las actividades potenciales en el espacio objeto de tratamiento, se inscribe en la temática de ponderación de objetivos (y de elementos cualitativos valorables a través de escalas de preferencia). Tales pesos deben reflejar la contribución relativa de las actividades al escenario que se pretenda, siendo aplicables para su determinación diversas técnicas de investigación social. Obviamente diferentes estrategias darán origen a distintas prioridades o sistemas de pesos relativos entre las actividades y, por consiguiente, a distintas alternativas de categorías de ordenación y tratamiento del espacio; a distintos

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modelos en suma, que pueden ser evaluados en función de otros criterios no incluidos en el proceso de optimización descrito. Dicho proceso, aunque puede ser formalizado manualmente, se facilita con el concurso de alguno de los GIS (Sistemas de Información Geográfica) presentes en el mercado. Uniendo las unidades ambientales a las que se ha asociado una actividad o grupo de actividades comunes, tendremos cartografiado un primer esbozo de las categorías de ordenación; añadiendo a ella otros criterios adicionales se pueden ya decidir definitivamente las categorías que se propongan. El diseño del modelo de tratamiento y ordenación, exige un gran esfuerzo de creatividad por parte del equipo planificador, el cual ha de hacer un ejercicio de imaginación, para lo que cuenta con unas bases de partida que facilitan y orientan el «lapsus» creativa cual es la información elaborada en los puntos anteriores. Los redes Se diseñan una vez definida la zonificación para dar operatividad a la utilización de las zonas; el método para ello tiene carácter técnico, objetivo por tanto, por lo que resulta relativamente fácil encontrar el modelo adecuado; en efecto, los accesos externos al espacio recuperado o el viario interior, se diseñan teniendo en cuenta las formas previstas del terreno, las pendientes, la geotecnia, la humedad, etc. del suelo y las previsiones sobre intensidad de uso de cada zona o punto, es decir de las demandas de accesibilidad. Igualmente el diseño de la red de agua, de electricidad o de iluminación, en su caso, se realiza aplicando criterios técnicos a la satisfacción de la correspondiente demanda. Los elementos o equipamientos Se prevén como dotaciones auxiliares, una vez definidas la zonificación y las redes, teniendo en cuenta para ello las demandas y expectativas derivadas de la utilización prevista del espacio. Son, por ejemplo, mobiliario (bancos, papeleras, etc.), puntos de agua o fuentes, carteles informativos, etc.

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ACCIONES PARA ALCANZAR LA IMAGEN OBJETIVO De acuerdo con el enfoque de ordenación territorial adoptado, las acciones para alcanzar la imagen objetivo se pueden agrupar en tres clases: • De intervención o acción positiva, que se materializan a través de los correspondientes proyectos. • De regulación y control sobre la forma en que se utiliza el espacio en su conjunto y cada uno de los elementos que forman la imagen objetivo, que se materializan a través de normas o estatutos de utilización y funcionamiento del espacio recuperado. • De gestión, que se materializa a través de una entidad gestora, un sistema y unos indicadores de gestión. Una primera intervención resulta inaplazable: actuar sobre las causas que ocasionan el proceso de degradación para detenerlo, en caso de que sigan operando. Solo entonces podrá iniciarse el proceso de restauración propiamente dicha de forma positiva. A cada categoría de ordenación, según el uso previsto, corresponderán operaciones diferentes para llevar la situación actual a la prevista. En el caso particular de que se pretenda la implantación de una cubierta vegetal ecológicamente compatible, sobre un terreno estable y modelado de forma coherente con el paisaje circundante, que controle la erosión, estabilice las formas, consolide el suelo, favorezca el aprovechamiento de los recursos hídricos, integre los terrenos en su entorno no degradado y restaure los procesos edáficos y ecológicos, las operaciones se pueden desarrollar sobre los siguientes pasos: •Sistematización del terreno (morfología) para darle unas formas coherentes con el entorno o, particularmente, adecuadas al uso que se pretenda hacer de el. •Tratamiento del suelo: incorporación de tierras vegetales, fertilización, enmiendas, acondicionamiento para recibir plantaciones o siembras, etc. •Ejecución de las instalaciones e infraestructuras necesarias: caminos, tuberías para riego o abastecimiento, electricidad, energía, etc. 113

• Elección de las especies a implantar y formas o técnicas que se emplearan para ello y preparación de la planta. • Instalación de la vegetación. • Conservación y mantenimiento. Todas estas operaciones se integran en el proyecto ejecutable constituido por los documentos típicos de todo proyecto: memoria explicativa de la transformación y anejos, pianos a escala de las actuaciones, presupuesto y pliego de condiciones técnicas. La unidad ambiental como unidad de tratamiento Como se ha visto, el piano de unidades ambientales y la valoración de estas son dos elementos básicos en el diseño de la imagen objetivo; frecuentemente las categorías de ordenación que configuran dicha imagen, pueden coincidir con las unidades ambientales, en cuyo caso estas se convierten en unidades de tratamiento, es decir, que requieren una intervención similar en todos sus pun-tos para llevarlas a la situación definida por la imagen objetivo; cuando esto no ocurre, las unidades de tratamiento serán solo parte de la unidad ambiental correspondiente.

PROGRAMACION DE LAS ACTUACIONES

El carácter del plan maestro sugerirá el orden en que conviene realizar las operaciones o los diferentes proyectos que permitirán materializarlo. La programación se hará utilizando los sistemas clásicos de programación, como los diagramas de barras, PERT, CPM, etc.; la utilización de uno u otro dependerán de la complejidad del espacio y del tratamiento previsto; normalmente es suficiente un diagrama de barras que relaciona las operaciones a realizar y el tiempo en el que deben ser realizadas.

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EVALUACION DE IMPACTO AMBIENTAL Aunque en principio a toda acción de recuperación de un espacio degradado se deberá suponer un impacto ambiental positivo, esto puede no ser cierto para ciertos aspectos, como por ejemplo la previsión de categorías que supongan actividades sometidas por ley a evaluación de impacto ambiental (caso, por ejemplo, de un campo de golf) o la utilización de especies vegetales que puedan compartir con las existentes o resultar inadecuadas por cualquier otra circunstancia. El momento adecuado para realizar la EIA es precisamente sobre el plan maestro previsto, de tal forma que puedan incorporar las medidas preventivas, correctoras o compensatorias en la fase de redacción de los proyectos. PRESUPUESTO Y FINANCIACION El Plan Maestro debe ir acompañado de un presupuesto estimado, que luego se concretara en la fase de proyecto. Asimismo hay que prever quien ha de financiar la intervención y, en su caso, la conservación y el mantenimiento. Puede complementarse esta tarea con un análisis económico financiero de la inversión mediante la determinación de los índices clásicos de rentabilidad económica (Relación Beneficio/Coste, TIR: Tasa Interna de rendimiento, VAN: Valor Añadido Neto, Tiempo de Recuperación del Capital, etc.) a partir de las corrientes de ingresos y gastos esperadas. Cuando esto no sea posible, porque no se esperan ingresos monetarios o porque no son conocidos, es conveniente relacionar los 115

beneficios tangibles sin precio de mercado e intangibles, y en general todos los beneficios sociales directos e indirectos esperados, capaces de justificar la inversión.

ELABORACION DE ANTEPROYECTOS Un anteproyecto es un documento en el que se contienen las soluciones técnicas a desarrollar después en el proyecto ejecutable; se puede realizar uno o varios anteproyectos, en este caso convienen no olvidar el carácter unitario de la transformación, por lo que deberán ser concebidos de forma coordinada a través de un director común. Uno o varios, el o los anteproyectos son instrumentos para la materialización del plan maestro, por lo que se conciben como desarrollo de aquel. ELABORACION DE PROYECTOS El o los proyectos se elaboran a partir del o los anteproyectos y a nivel ejecutable, es decir, con carácter contractual lo que supone que debe tener un grado de concreción completamente detallado: definir sin ningún genero de dudas que es lo que se ha de hacer, como se va a ejecutar, con que materiales y cuanto se abonara por ello. Por proyecto se entiende «un conjunto de tareas o actividades bien diferenciables que se ejecutan según un orden determinado». Como cualquier proyecto, y de acuerdo con la Ley de Contratos de las Administraciones Publicas, el proyecto de recuperación queda formado por los siguientes documentos: • Memoria, que recogerá los requerimientos a satisfacer y las soluciones adoptadas; ira acompañada de una serie de anejos en los que se incluyen datos de partida, cálculos, justificación de las soluciones, etc. • Pianos, de conjunto y de detalle, en los que las obras han de quedar perfectamente localizada y definida.

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• Pliego de condiciones, donde se establecen las condiciones a cumplir por los materiales utilizados y a las que ha de someterse la ejecución de las obras. • Presupuesto, que incluirá los precios unitarios, los precios descompuestos de las unidades de obra, las mediciones con los detalles precisos para su valoración y los presupuestos parciales y totales. • Programa de desarrollo de los trabajos, en tiempo y coste optimo, si bien con carácter indicativa Para ciertos proyectos se puede refundir o incluso suprimir alguno de los documentos citados, siempre que el resultado sea suficiente para definir, valorar y ejecutar las actuaciones previstas. Además los proyectos, a partir de un cierto volumen, deben ir acompañados de un Estudio de Seguridad y Salud, que estará formado por el mismo tipo de documentos del proyecto, y que establece las condiciones en que debe ser ejecutado para que se garantice la seguridad y la salud de los trabajadores que lo realizan. La memoria Esta formada por la memoria propiamente dicha y los anejos a la memoria. La primera es el documento en el que se describe el proyecto. Debe recoger claramente las motivaciones, condicionantes y criterios del promotor del proyecto, las alternativas evaluadas y la justificación por la cual se llega a la adopción de una de ellas. Posteriormente se hará referencia al programa de ejecución y puesta en marcha, al presupuesto, y a la evaluación económica del proyecto. En la memoria propiamente dicha no debe aparecer ningún cálculo, sino únicamente los resultados alcanzados. Los anejos a la memoria recogen la información de todo tipo: legal, administrativa, geográfica, estadística, etc. que resulte pertinente para la toma de decisiones sobre el proyecto así como las consideraciones, razonamientos, cálculos y determinaciones que justifican las soluciones adoptadas, incluido el estudio económico financiero de la actuación.

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Los planos Los planos constituyen el documento en el que se describe gráficamente el proyecto, y deben tener un contenido y detalle tal que solo con ellos pueda ejecutarse el proyecto; por tanto han de ser claros, suficientes en número, contenido e información ofrecida, para que puedan ser interpretados sin dudas por un técnico con formación similar a la del proyectista. Los planos reflejan la situación actual y la futura, así como todas las actuaciones necesarias para lograr dicha situación. Las funciones de los pianos se resumen básicamente en las siguientes: • Reflejar los antecedentes y condicionantes del proyecto. • Definir todos los elementos que integran las actuaciones a ejecutar. • Reflejar de tal manera las unidades de obra que puedan ser medidas. • Deben permitir planificar la ejecución de las actuaciones a realizar. • Controlar la ejecución de las actuaciones.

A continuación se enumeran una serie de pianos cuya inclusión es muy común en los proyectos de restauración:

• Plano de situación. Se trata de un mapa topográfico que recoge una visión general del estado actual del espacio a transformar. La escala utilizada depende del grado de detalle que sea necesario adoptar. • Planos de información temática. Son pianos descriptivos del medio que aportan información sobre geología, hidrogeología, suelos, vegetación, paisaje, etc. La escala utilizada depende mucho de la información disponible, aunque siempre es recomendable homogeneizar la escala de los pianos. • Plano de Conjunto o Plano Maestro. Recoge las zonas del territorio en las que se realizaran las diferentes actuaciones que se plantean en el proyecto. La escala utilizada depende en gran medida del grado de detalle necesario. 118

• Plano de sistematización del terreno. Son pianos que reflejan el estado topográfico final del espacio, y los movimientos de tierras que son necesarios llevar a cabo. • Plano de siembras y plantaciones. Recoge las diferentes siembras o plantaciones que son necesarios realizar para alcanzar la situación futura objeto de la ejecución del proyecto de restauración. • Planos de infraestructuras. Son pianos descriptivos de las diferentes infraestructuras necesarias para alcanzar la imagen final: instalación de riego, instalación de alumbrado, viales de acceso, etc. • Plano de actuaciones complementarias. Refleja diversas acciones que se van a llevar a cabo al margen de la principal: barreras visuales, pantallas acústicas, fuentes, carteles informativos, etc. EL pliego de condiciones El pliego de condiciones consiste en una serie de clausulas que señalan de forma pormenorizada los derechos, responsabilidades y garantías entre las diferentes partes que intervienen en el desarrollo del proyecto. Establece, sin ningún tipo de ambigüedades, las características de las actuaciones a realizar: descripción y cronología de las operaciones necesarias, materiales a emplear, maquinaria, instalaciones, etc. Las diferentes clausulas que componen el pliego de condiciones se agrupan generalmente en dos títulos: • Pliego de condiciones técnicas particulares. • Pliego de condiciones administrativas. A titulo de ejemplo seguidamente se describe el contenido del pliego de condiciones de un proyecto de revegetación del área afectada por la construcción de una infraestructura lineal.

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Pliego de condiciones técnicas Capitulo I. Objetivos del proyecto. Articulo 1. Artículo 2. Articulo 3. Articulo 4. Articulo 5. Articulo 6.

Alcance del Pliego. Contradicciones y omisiones en el Proyecto. Documentos complementarios. Normativa aplicable. Documentos contractuales. Aclaración previa. Obras que comprende en Proyecto.

Capitulo II. Descripción de las obras proyectadas. Artículo 7. Localización de las obras. Artículo 8. Unidades de Obra Proyectadas. Capitulo III. Condiciones que deben cumplir los materiales. Artículo 9. Condiciones generales para todos los materiales. Artículo 9.1. Procedencia. Artículo 9.2. Examen y aceptación. Artículo 9.3. Transporte y acopio. Artículo 9.4. Inspección. Artículo 9.5. Sustituciones. Artículo 10. Condiciones específicas. Artículo 10.1. Plantas. Articulo 10.2. Semilla. Articulo 10.3. Mallas anti erosión. Articulo 10.4. Agua. Artículo 10.5. Otros materiales. Capitulo IV. Ejecución y control de las obras. Artículo 11. Condiciones Generales. Articulo 12. Equipo. Artículo 13. Replanteo. Artículo 14. Preparación del suelo. Artículo 15. Plantación. Artículo 16. Épocas de plantación. 120

Articulo 17. Articulo 18. Articulo 19. Articulo 20. Articulo 21.

Hidrosiembra. Épocas de siembra. Cuidados culturales. Binas. Marras.

Capitulo V. Medición y abono de las obras. Articulo 22. Articulo 23. Articulo 24. Articulo 25. Articulo 26.

Normas Generales. Medidas correctoras. Materiales en depósito. Otros gastos no incluidos en los precios. Partidas alzadas.

Pliego de condiciones administrativas particulares Articulo 27. Articulo 28. Articulo 29. Articulo 30. Articulo 31. Articulo 32. Articulo 33. Articulo 34. Articulo 35. Articulo 36. Articulo 37. Articulo 38. Articulo 39. Articulo 40. Articulo 41. Articulo 42. Articulo 43. Articulo 44. Articulo 45.

Disposiciones. Mediciones y Valoraciones. Responsabilidad de la Medición. Forma de efectuar las mediciones. Unidades de obra no previstas. Materiales sustituidos. Precios contradictorios. Obra aceptable e incompleta. Precios unitarios. Programa de trabajo. Iniciación y replanteo de las obras. Ensayos y reconocimiento durante la ejecución de las obras. Facilidades para la inspección. Representantes de la Propiedad y de la Contrata. Instalaciones Auxiliares provisionales. Conservación de las obras realizadas. Restitución de servicio. Recepciones provisionales y definitiva. Accidentes de trabajo. 121

Articulo 46. Articulo 47. Articulo 48. Articulo 49. Articulo 50. Articulo 51. Articulo 52. Articulo 53. Articulo 54. Articulo 55.

Plazo de ejecución. Obligaciones sociales. Advertencias sobre la correspondencia oficial. Gastos de vigilancia y análisis de materiales a pie de obra. Gastos de replanteo y liquidación. Obligaciones no previstas en este Pliego. Danos y perjuicios. Rescisión de Contrato. Documentos legales complementarios. Condición final.

El presupuesto EI presupuesto es el documento donde se detalla justificadamente el coste de la obra, a partir de mediciones, precios unitarios, pálidas presupuestarias y unidades de obra. A la hora de elaborar el presupuesto de las obras contempladas en un proyecto, es necesario desglosarlas en las denominadas unidades de obra o de ejecución. Una unidad de obra es cada una de las partes distintas de que se compone una actuación. Estas unidades son invariables en cuanto a su composición, aunque no así en su cuantía. Por ejemplo: «m2 excavación del terreno a una profundidad de 0,3-0,4 m retirando raíces y piedras y nivelando la superficie (manual)». Esta unidad de obra es invariable en cuanto a su composición, puesto que no se acepta realizar la excavación con maquinaria específica o que la profundidad sea de 0,7 m, pero es variable en cuanto a su medición, es decir; puede ser necesario ejecutar 3 m2 6 5 m2. Una vez definidas las unidades de obras, el siguiente paso es su medición. Consiste en cuantificar la cantidad a realizar de cada una de las unidades de obra y expresarla en la correspondiente unidad de medida: m lineal, m2, m3, unidad, etc. A continuación se determina el coste de cada unidad de obra identificada en el proyecto. Para ello, es necesario describir cada uno de los componentes de la unidad

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y su precio unitario. La justificación del coste vendrá reflejada en el anejo a la memoria «Justificación de Precios». Este anejo se estructura en tres bloques: • Precios básicos. • Precios auxiliares. • Precios de las unidades de obra. Los precios básicos se agrupan en tres capítulos: • El coste de la mano de obra. Se determina el coste de la hora efectiva-mente trabajada por cada una de las diferentes categorías de mano de obra empleadas en la ejecución de una unidad de obra. • El coste de la maquinaria. Para cada maquina empleada en la ejecución de una unidad de obra se determinara su coste horario efectivo. En este coste se incluye el mantenimiento, la amortización, el transporte, la instalación, la mano de obra necesaria para su funcionamiento, los combustibles, lubricantes, etc. • El coste de los materiales a pie de obra. Se determina el coste de todos los materiales utilizados en la ejecución de una unidad de obra. En este coste se incluye el precio del material en almacén, el transporte hasta la obra, la carga y descarga, almacenamiento en obra, mermas, etc. Los precios auxiliares. Constituyen el coste de aquellos materiales elaborados en la propia obra y que forman parte de las unidades de obra: morteros, hormigones, encofrados, etc. Los precios de las unidades de obra o precios descompuestos. Es el precio de la unidad de obra desglosado en todos los elementos que lo forman: mano de obra, maquinaria, materiales, auxiliares. Una vez que el precio de las diferentes unidades de obra ha quedado suficientemente justificado, se procede a describir la estructura que debe tener el presupuesto de un proyecto de restauración. El presupuesto es un documento que se estructura en cuatro grandes bloques: • Mediciones. • Cuadro de precios numero 1 y numero 2. 123

• Presupuestos parciales. • Presupuesto general. Mediciones. Como quedo explicado anteriormente, se entiende por medición el acto mediante el cual se calculan las dimensiones de cada unidad de obra y se determina su cuantificación en diversas unidades de medida (m lineal, m2, m\ unidad, etc.). Cuadro de precios numero I. En este apartado se indica el precio en letra y en cifras de cada una de las unidades de obra que se han identificado en la ejecución de las actuaciones contempladas en el proyecto. La justificación de estos precios se recoge en el anejo «Justificación de precios» como quedo descrito anteriormente. Cuadro de precios numero 2. En este apartado se indica el precio en cifras de cada una de las unidades de obra contempladas en el anterior cuadro de precios. La diferencia esencial entre estos dos cuadros radica en que en el numero 2, las unidades de obra deben venir desglosadas, con el fin de liquidar adecuadamente, en caso de rescisión del contrato, las posibles unidades de obra que no estén completamente ejecutadas. Si alguna unidad de obra no admite descomposición, se indicara «sin descomposición». Presupuestos parciales. Las unidades de obra identificadas podrán agruparse por conceptos diversos en capítulos (por ejemplo: movimiento de tierras; instalación de riego; plantaciones, etc.). El presupuesto de cada uno de estos capítulos por separado constituye los presupuestos parciales. Presupuesto general. Es la suma del presupuesto parcial de todos los capítulos identificados. La cifra resultante del presupuesto general incrementada en un porcentaje (normalmente el 8 %) en concepto de costes indirectos es lo que conoce como presupuesto de ejecución material. Es la suma de todos los productos binarios resultantes de multiplicar el precio de cada unidad de obra por el número de las 124

mismas. Es el precio que le costará al promotor del proyecto si contratase directamente la mano de obra, adquiriese los materiales, etc. Normalmente la ejecución de un proyecto se lleva a cabo mediante una empresa constructora, que tendrá que obtener un beneficio por ello. Como consecuencia de esto se elabora el presupuesto de ejecución por contrata. El presupuesto de ejecución por contrata resulta de aplicar al presupuesto de ejecución material un porcentaje en concepto de gastos generales y beneficio industrial.

Existen diversas fuentes que contienen los precios unitarios, como son los publicados por el Colegio Oficial de Arquitectos, diversas revistas especializa-das en el sector de la construcción (Erne Dos, Constructo, etc.), «Cuadro de Precios de la Ingeniería Agronómica y Alimentaria», elaborados por la Fundación para la promoción de la ingeniería agronómica del Colegio Oficial de Ingenie-ros Agrónomos de Levante, Cuadro de Precios publicados por el Colegio de Arquitectos Técnicos de Guadalajara, etc. La elaboración de presupuestos se simplifica con la llegada al mercado de programas informáticos como Quick Pres, Menfis, Presto, etc. Son programas con una base de datos periódicamente actualizable en la que se recogen los precios unitarios y descompuestos de un gran número de unidades de obra. Asimismo, la base de datos es personalizable, pudiendo incluir un número ilimitado de precios que el usuario necesite en el desarrollo de su actividad profesional.

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EI programa de ejecución y puesta en marcha En este programa se describirán las actuaciones a realizar, la duración prevista de cada una de ellas y la secuencia temporal en que van a desarrollarse. La elaboración del programa de ejecución y puesta en marcha de un proyecto se apoya en diversas técnicas de programación (PERT, CPM, etc.), pudiendo resumirse en un diagrama de barras o de Gannt (figura III. 11). Asimismo es posible la utilización de programas infbrmaticos2 que simplifican en gran medida dicha tarea.

Otros documentos Además de los señalados el proyecto podrá ir acompañado, según casos previstos en la legislación, por un Proyecto de Seguridad y Salud. Asimismo cuando el proyecto quede sometido al procedimiento de evaluación de impacto ambiental, habrá que hacer el correspondiente estudio de impacto que será la base técnica sobre la que se apoye el desarrollo del proceso. EJECUCION DE LAS OBRAS Las obras se realizaran directamente por el promotor o responsable de la recuperación o por contrato con una empresa constructora, donde el proyecto es la parte central de tal contrato; como en todo proyecto requerirá la intervención de una dirección facultativa. GESTION La gestión se refiere a las diligencias relativas a la conservación, manejo y explotación del espacio una vez recuperado; el diseño de la gestión es parte sustancial del plan maestro, y se apoya e inspira en las ideas de flexibilidad, de evolución en el tiempo, de autonomía liberada de imposiciones y urgencias políticas, de búsqueda de la autofinanciación y de consecución de los objetivos finales representados en la imagen objetivo a través de un proceso de desarrollo a medio o largo plazo. _____________ 2 Uno de los programas mas utilizados es Microsoft Project

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La gestión se puede concretar en tres tipos de propuestas: la entidad ges-tora, el sistema de gestión y el presupuesto para la gesti6n. Entidad gestora La entidad responsable de la gestión del espacio recuperado puede ser el propio titular que ha tornado la iniciativa de la recuperación o un ente creado específicamente para el caso, funcionalmente dependiente de aquel. En ambos casos, se trata de definir una organización, simple, ágil y eficaz, capaz de manejar el espacio recuperado para conducir su evolución en la dirección de la imagen objetivo. Incremental la solvencia de la gestión disponer de una asesoría científico-técnica. Su gestión no ha de encerrarse en los límites del espacio recuperado, sino que debe proyectarse hacia afuera, tanto para informar de los resultados obtenidos como para hacer partícipe de ellos al entorno social e implicarlo en su continuidad. Sus funciones más importantes se pueden concretar en las siguientes: • Seguimiento y control de la forma en que evoluciona el espacio tratado y cada una de las partes que lo constituyen, así como del comportamiento de los usuarios en caso de existir. En función de ello propondrá las modificaciones y adaptaciones adecuadas. Para la realización del seguimiento conviene contar con una serie de indicadores, controles e instrucciones para seguir la evolución y comprobar en que se aproxima o aleja de lo previsto; asimismo se pueden definir señales de alerta que denuncien las separaciones inaceptables de los previsto y las medidas a adoptar en tal caso, según un proceso de adaptación continúa. Por fin conviene hacer una evaluación «ex post» que sintetice lo conseguido. • Coordinar a todos los agentes que operan en el espacio recuperado o practican las actividades previstas en su diseño: culturales, deportivas, comerciales, etc. • Exigir a las instituciones públicas para que cumplan los compromisos que el plan maestro les haya podido atribuir o les correspondan por otras razones. • Explorar la posible existencia de patrocinadores («exponsors») después-tos a colaborar econ6micamente a cambio de mejorar su imagen. 127

• Animar a ciertos agentes públicos o privados a practicar actividades, complementarias a las previstas en el propio diseño de la recuperación y compatibles con la filosofía en que se baso, capaces de generar ingresos; por ejemplo explotación de instalaciones culturales, aparcamientos, venta de algún producto, alquiler de bicicletas, de caballos, «chiringuitos», etc., en caso de que se prevea gran afluencia de publico. • Identificar y valorar los efectos de la gestión en su entorno. • Implantar, en su caso, sistemas normalizados de gestión, particularmente los relativos al aseguramiento de la calidad del espacio y de los servicios que presta y a la gestión ambiental. •Elaborar informes sobre su actividad en relación con todas las funciones enunciadas a las autoridades responsables y al público en general. Sistema de gestión Se refiere al funcionamiento del ente gestor, expresado en términos de flujos de decisiones, flujos de información y normas de funcionamiento. El ente gestor puede operar por gestión directa, mediante concesiones o por contratación de ciertos servicios. Ver figura III. 12. La diversificación y mantenimiento financiero de las distintas actividades e instalaciones a implantar puede, y en algunos casos debe, realizarse mediante concesiones a particulares o convenios con instituciones culturales o administrativas (Universidad, etc.). Espacios deportivos, áreas recreativas, granjas-escuela, aulas de la naturaleza, viveros, picaderos, quioscos y chiringuitos, huertos de ocio, etc., pueden ser objeto de convenios, concesiones y/o colaboraciones. En otras ocasiones el ente gestor puede ofrecer superficie para la investigación científica, difusión cultural, producción vegetal, etc., bien buscando los organismos o empresas interesadas o desarrollando estas actividades por propia iniciativa (producción de planta autóctona para restauración de obras públicas o con destino ornamental, por ejemplo).

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En el esquema esbozado en la figura, los flujos de decisiones van de arriba hacia abajo, es decir, desde el promotor o titular del espacio al gestor directo que tiene un papel subordinado respecto de aquel, y de este a las unidades de gestión concesionadas, contratadas o concertadas; los flujos de información se dirigen en sentido contrario; por su parte, las asesorías informan directamente al responsable de la gestión directa, al titular y a las contratas o concesiones a través de aquel. La aplicación de este esquema a cada caso particular ha de desarrollar, a su vez, la estructura interna de cada grupo, y concretar el tipo de decisiones y de información que fluyen entre ellos, lo que puede quedar representado por medio de flechas.

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Presupuesto para la gestión Los órganos para la gestión requieren su propio presupuesto; asimismo hay que prever los locales y materiales necesarios para su funcionamiento. Todo ello debe quedar reflejado en el presupuesto de gestión. Por ejemplo, la instala-ci6n de una cubierta vegetal estable requiere una dedicación relativamente intensa al menos durante dos afijos, de coste no despreciable. Tales costes se incluirán en el plan maestro, a nivel de estimación, y en los proyectos con carácter contractual, es decir, completamente detallados.

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IV UN TRATAMIENTO COMUN: LA IMPLANTACION DE UNA CUBIERTA VEGETAL La creación de una cubierta vegetal, en la totalidad o en parte de su superficie, es un tratamiento generalmente inevitable en la recuperación de cualquier espacio degradado, cuyo éxito dependerá del acierto con que se proyecte y de los cuidados que se le dediquen en el proceso de evolución y desarrollo que se inicia con las operaciones de implantación de las especies seleccionadas. Normalmente la revegetación se realiza en un medio desfavorable: suelos esqueléticos sometidos a erosión activa, fuertes pendientes, acidez, salinidad, presencia de residuos de muy diferente naturaleza, contaminación por metales pesados o hidrocarburos, aire y aguas contaminados, etc., condiciones que hacen indispensable la intervenci6n humana tanto si se desea reconstruir la vegetación potencial, una etapa de la sucesión ecológica1 o simplemente una cobertura vegetal aloctona, destinada a conseguir fines específicos. Tal intervención requiere aplicar técnicas especificas proyectadas a partir de un buen conocimiento de la biología de las plantas a introducir, del manejo que requieren y del medio en el que se van a instalar y de su interacción con el; y todo ello formando parte de un plan cuidadoso en términos espaciales y temporales. Este capitulo se complementa con el capítulo VI destinado a la reforestación, pues esta no es otra cosa, fundamentalmente, que la revegetación de superficies extensas con unas técnicas y objetivos concretos, y, en principio, dentro de una estrategia forestal de ámbito superior. _______________ 1: Sucesión ecológica: etapas por las que pasa un ecosistema en su evolución natural hacia su estado clímax definido por el estadio terminal de la evolución. Si la evolución es interna al ecosistema, natural, la sucesión se denomina autógena y alógena cuando hay intervención externa.

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OBJETIVOS La revegetación pretende establecer una comunidad vegetal estable (autosuficiente en la medida de lo posible) de la que se esperan funciones muy diversas y complementarias, de importancia variable según los casos, tal como incrementar la biodiversidad, estabilizar y proteger el suelo, aportar funcionalidad a ciertas infraestructuras como carreteras, integrar un espacio en el paisaje circundante, enmascarar los elementos discordantes o realzar otros, proporcionar alimento y refugio a comunidades de fauna que, antes o después, adoptaran como hábitat la masa formada, recrear o contribuir a que la naturaleza recree el ecosistema natural que corresponde a la estación ecológica, etc. A continuación se comentan estos aspectos. Conseguir uno masa vegetal estable La estabilidad de una masa vegetal depende estrictamente de su adaptación a las condiciones ecológicas del lugar, por ello la forma obvia de conseguirla consiste en fomentar la colonización natural a partir de las especies existentes en el ámbito circundante, cuando ello es técnicamente posible y cuando los plazos en que se desea percibir los resultados sean suficientemente dilatados; ambas circunstancias: posibilidad técnica y plazo, suelen hacer imprescindible el recurso a la implantación directa de la cubierta que se desea o de las etapas iniciales de su evolución ecológica, de tal manera que se estimule la aparición y sucesión de los diferentes estadios —sucesión ecológica— cada vez mas evolucionados que, en ausencia de influencia humana, conducen a la vegetación climacica2 (ver figura IV. 1). Por otro lado, el sistema es mas estable cuanto mas diversificado es, es decir, cuantos más nichos se ocupan. La sucesión se aprecia mediante análisis diacrónicos, realizados a intervalos mas o menos regulares de tiempo, de una misma superficie o de superficies diferentes pero similares condiciones ecol6gicas y con distinta edad. Las etapas iniciales son lentas y difíciles, los individuos que las forman se regeneran con dificultad, después los procesos se aceleran, y se favorece toda la evolución ___________ 2 Vegetación climática: la que corresponde al máximo nivel evolutivo), es decir, de madurez o situación clímax del ecosistema, que corresponde con su máxima diversidad y estabilidad; se trata de una situación en que el ecosistema utiliza la mayor parte de la energía que capta del sol para mantener su estructura y funciones, es decir, para permanecer.

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introduciendo especies de elevado poder edificador, próximas al clímax. En las etapas iniciales de la sucesión vegetal la instalación de especies herbáceas, que protegen el suelo e invierten el proceso degradativo, crean las condiciones adecuadas para la implantación de matas y arbustos leñosos, situación desde la que facilita finalmente la reintroducción de las especies arbóreas dominantes. Las estirpes nativas o autóctonas han superado un largo proceso de selección y adaptación natural, lo que les proporciona ventajas de radicación, integración en el paisaje, facilidad de mantenimiento y resistencia a enfermedades y plagas. Las especies dominantes de tales estirpes (las que definen y caracterizan el paisaje vegetal) será el muestrario sobre el que elegir aquellas cuya reproducción e instalación resulta técnicamente mas fácil. La valoración positiva de las especies nativas no implica rechazo de las exóticas, que las pueden sustituir con ventaja en relación con el plazo, la este-tica o las funciones que se demanda a la cubierta vegetal, o cuando hay que salvar obstáculos como los siguientes, que se dan con cierta frecuencia:

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• La dificultad de identificar la vegetación originaria o climática cuando el terreno esta muy degradado, no quedan vestigios de aquella vegetación y el entorno no la denuncia con evidencia. • El deterioro edafológico y ciertos efectos microclimáticos que imposibiliten o suponen una implantación extremadamente lenta. • La insuficiente disponibilidad de planta en viveros para uso masivo, y ello en términos cuantitativos y cualitativos en relación con la identidad genética y procedencia del material vegetal. En tales circunstancias es preciso recurrir a otro tipo de especies, cuya elección depende de los factores que se describen en el punto siguiente. Criterio prioritario: minimizar el mantenimiento Debe procurarse que la plantación tienda por si misma a formar sistemas capaces de auto mantenerse y que, a ser posible, puedan progresar hacia estructuras mas complejas de forma natural. Se pretende que sean sistemas, progresivos o estables, persistentes a pesar de las perturbaciones. Los tratamientos de tipo «ajardinado» son sistemas inestables que se mantienen de forma artificial gracias a costosos aportes periódicos de riegos, abonados, fitosanitarios, etc. Necesitan, por tanto, un alto coste de mantenimiento que hay que evitar. La utilización de especies adecuadas a las condiciones ambientales reducirá, e incluso hará innecesarias este tipo de acciones. FUNCIONES PRIORITARIAS La implantación de una cubierta vegetal estable cumple muy variadas e importantes funciones de las cuales destacan las que se describen a continuación. Función ecológico: incrementar la biodiversidad Se suele aceptar el principio de diversidad a la hora de proyectar una comunidad vegetal; por ello se prefieren comunidades mixtas, heterogéneas en cuanto a especies y estratificada en altura con presencia de arboles, arbustos, hierbas... imitando la naturaleza, frente a formaciones monoespecíficas; este enfoque no solo favorece la biodiversidad sino que supone una superior resistencia 134

al fuego, a las enfermedades y a los parásitos, un mejor efecto estético, una mayor incitación a la colonización por animales y una mas favorable utilización recreativa. Si las especies están bien elegidas, se benefician mutua-mente y poco a poco la masa va evolucionando en el sentido de optimizar las sinergias propias de los ecosistemas naturales: algunas plantas se benefician del sol o de la sombra o de las capacidades de otras; así especies heliófilas y de crecimiento rápido, como muchas pináceas, pueden proteger a otras de carácter mas delicado en las etapas juveniles, como las quercineas, las leguminosas fijan nitrógeno atmosférico que enriquece el suelo y del que sacaran provecho el resto de especies, etc. Asimismo, la masa vegetal diversa y multiestratificada invitará a la penetración de comunidades animales que encontraran en ella alimento y refugio. La fauna, a su vez, favorecerá la viabilidad de la masa vegetal y contribuirá a que el conjunto evolucione hacia un ecosistema maduro, cuya homeostasis favorecerá su estabilidad y permanencia. La aplicación de este principio encuentra dos tipos de dificultades: primero el insuficiente conocimiento técnico del catalogo de plantas posible, lo que fomenta la selección entre un abanico cerrado de especies, así como del funcionamiento de los ecosistemas, y segundo la disponibilidad de planta en vivero, que se limita a un reducido numero de especies en relación con las posibles; este ultimo aspecto puede aconsejar la previsión de viveros específicos cuando la superficie a vegetar sea suficientemente grande. Función estético: mejorar el paisaje La solución paisajística de una revegetación ha de considerar que el paisaje es una experiencia subjetiva cuya interpretación varía con el perceptor y con el tiempo en la medida en que cambian los gustos y las modas del momento. El diseño puede orientarse en dos direcciones: • Hacia el contraste con el entorno, que busca una composición nueva y diferente del paisaje circundante. • Hacia la integración en el entorno, es decir una recreación del paisaje circundante. 135

En la actualidad parece dominar la segunda opción, lo que se consigue combinando especies que aparecen en el medio natural próximo y distribuyéndolas según las pautas que lo caracterizan. Genéricamente tal distribución responde a tres esquemas: • Regular: cuando adopta alguna clase de simetría o regla de formación; suele ser el empleado en el caso de reforestaci6n de tierras agrícolas y tiene la ventaja de que facilita la mecanización de las operaciones de conservación y mantenimiento. • Semirregular: consiste en una adaptación del anterior a las irregularidades del terreno, como afloramientos rocosos u otros obstáculos. • Irregular: no responde a ninguna regla de distribución geométrica aun-que si a diferentes criterios como la profundidad del suelo, microclimas favorables, estructura y textura del paisaje, visibilidad, etc. El diseño ha de considerar ciertos aspectos que limitan o matizan la solución estética, como la funcionalidad o un mantenimiento simple. Si, por ejemplo, en un desmonte se buscan elementos vegetales que puedan contribuir a la estabilización superficial del talud, las especies deberían ser leñosas resistentes, estoloníferas o que generen fácilmente brotes de raíz. La consecución del resultado estético pretendido de la plantación se pro-longa en el tiempo que las plantas necesitan para alcanzar el aspecto propio del estado maduro, adulto, que es el que se considera en el diseño; solo entonces podrá juzgarse la calidad de este. Función estabilizadora y protectora del suelo El entramado que forman las raíces en un terreno actúa como una especie de armazón que le aporta coherencia a los materiales y los sujeta contribuyendo a su estabilidad; esta función ha concitado numerosas innovaciones, que engrosan el amplio campo de la denominada bioingeniería, particularmente en el campo de la integración ambiental de las grandes obras civiles: autopistas, ferrocarriles, etc. (ver capitulo IX). Por otro lado, una cubierta vegetal evita o reduce la degradación erosiva (y no erosiva) del suelo. Desde el punto de vista de la erosión, la vegetación actúa a través 136

del sistema radicular, que contribuye a inmovilizar los materiales del suelo, del sistema aéreo que protege al suelo de la acción directa de la lluvia o el viento, cuya energía cinética reduce considerablemente, y del obstáculo que supone la presencia de una masa vegetal a la escorrentía superficial. Asimismo, una cubierta vegetal estable contribuye a crear un microclima en las proximidades del suelo que favorece su evolución edáfica, reduce la insolación y las variaciones de temperatura y humedad bruscas, incrementa el contenido en materia orgánica por la descomposición de sus tejidos, fomenta la presencia y actividad de la microflora y microfauna del suelo, equilibra el contenido nutricional del suelo... y todo ello se traduce en una mejora de la estructura, de la humectación, de la permeabilidad, penetrabilidad, capacidad de oxidación y estabilización de los nutrientes naturales. Tales efectos dependen de la velocidad de crecimiento y del tipo de raíces, cobertura de tallos y ramas, densidad del follaje, etc., así como de la capacidad de multiplicación de las especies, lo que asegura su persistencia en el tiempo, y para hacer lo mas corto posible el intervalo de tiempo necesario para alcanzar la cobertura adecuada que frene los efectos erosivos e inicie el proceso edafogeneico3 que permita la penetración espontanea o la introducción de especies mas evolucionadas en la sucesión climática. Función hidrológico Una cubierta vegetal estable y sana favorece la infiltración de la lluvia, la recarga de los acuíferos subterráneos, por tanto, disminuye la escorrentía y contribuye a que las aguas presenten indicadores elevados de calidad para diferentes utilizaciones. Otros funciones Además de las anteriores, la masa vegetal podrá ser utilizada como solaz y recreo para una población cuya tendencia a la urbanización le hace apetecer los espacios naturales o naturalizados; en ella se podrá pasear, recolectar plantas ____________ Edafogénesis: proceso de formaci6n de suelo a partir de la acción combinada de la vegetación, fauna, microfauna y agentes meteorológicos sobre los materiales del terreno

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aromáticas, medicinales o cosméticas, hongos y setas, tal vez cazar, etc. También se pueden crear masas verdes o parte de ellas para formar pantallas que aíslen o enmascaren algún espacio o elemento del mismo por razones estéticas, sonoras, etc., incluso funcionales como ocurre en las carreteras donde ciertas barreras lineales de vegetación oriental al conductor sobre la dirección de la carretera, evitan deslumbramientos o interrumpen corrientes de aire que pueden, en ciertos puntos, amenazar la estabilidad de los vehículos. Asimismo se utilizan plantas vivas o partes de ellas como material de construcción en combinación con otros materiales clásicos, como piedra, hormigón, madera, telas metálicas, mallas de plástico, geotextiles, emulsión asfáltica, mantas orgánicas, etc., a obras de muy diversa naturaleza; esta combinación de materiales vivos e inertes ha dado origen a lo que viene denominándose biotecnología, campo en el que se han desarrollado numerosas técnicas muy especializadas e ingeniosas. Se trata de aspectos generalmente complementarios que también deben ser previstos en el proyecto de revegetación. Poniendo así en practica el principio de multifuncionalidad de los ecosistemas. ELECCION DE LAS ESPECIES La elección de las especies a utilizar en una revegetación es una decisión trascendental en la que intervienen tres aspectos fundamentales y complementarios: los factores ambientales (clima, suelo, relaciones con otras especies, etc.), los objetivos que se persiguen con la revegetación y las condiciones de conservación y mantenimiento que presumiblemente se van a proporcionar a la vegetación implantada (figura IV.2). Factores ambientales en la elección de especies Numerosas condiciones del entorno deben ser consideradas para optar por unas u otras especies a implantar en el espacio objeto de recuperación, destacan los que se señalan a continuación:

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Factores fitogeográficos Son factores relativos a la localización geográfica o estación ecológica: latitud y altitud; las especies autóctonas no ofrecen duda en cuanto a su capacidad de supervivencia, pero si otras de exigencias similares que, aun pudiendo vegetar, podrán encontrarse con problemas de tipo corologico4 (de reproducción).

Factores climáticos Son los que mas pesan en la elección de las especies, especialmente el régimen termino y pluviométrico, que son los factores clave porque determinan los procesos de respiración, fotosíntesis, transpiración, absorción de agua del suelo y en general la vida vegetal; pero sin olvidar otros de carácter limitante, incluso critico en ciertos casos, como el régimen de vientos, las fechas de las heladas mas temprana y mas tardía o el periodo entre heladas, etc., los cuales condicionan la fisiología vegetal y la supervivencia de las especies. Temperatura y humedad están muy relacionadas; todas las especies viven mejor sin limitaciones hídricas aunque sin exceso, pero no todas se comportan igual. _______________ 4 Corologia: criterio de clasificación botánica basado en el análisis de las partes fértiles de las plantas.

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Se denomina xerófila a las especies que tienen la facultad de extraer con más energía el agua del suelo de tal manera que son capaces de aguantar periodos prolongados de sequía sin grave quebranto. Son hidrófilas las especies que necesitan vivir en suelos muy húmedos y tienen escasa capacidad para resistir periodos de sequia. Entre estos extremos se distinguen las meso xerófilas, mesófitas y meso hidrófilas. A lo largo de un gradiente de disponibilidad hídrica, en la zona mas seca serán las especies xerófilas las mejor adaptadas y las que obtengan mayores crecimientos relativos, mientras las hidrófilas morirán o permanecerán en estado latente. En la zona húmeda, con abundante agua en el suelo, las especies hidrófilas tendrán mayores crecimientos relativos que las xerófilas, aunque estas últimas crecerán mejor que cuando se encuentran en condiciones séricas siempre que el grado de humedad no sea tan excesivo que dan sus raíces. En la España de clima árido y semiárido merecen especial consideraci6n las especies xerófilas, que proporcionan mejores resultados con recursos hídricos limitados. Los vientos fuertes y cálidos son especialmente definidos para la vegetación arbórea si el suelo no es lo suficientemente profundo para que se desarrolle el sistema radicular; por contra esta vegetación es una excelente protección contra estos vientos desecantes y erosivos. Por su parte, las heladas tardías o tempranas pueden llevar al fracaso de una plantación. La consideración conjunta de precipitaciones y temperaturas se sintetiza a través de índices bioclimáticos que cuantifican la capacidad de un clima para producir biomasa vegetal, y permite dividir España en dos regiones clara-mente diferenciadas desde el punto de vista de su comportamiento para la vegetación: • Región Eurosiberiana: Pirineo, Galicia, Cornisa Cantábrica, donde las abundantes precipitaciones unidas a suaves temperaturas durante el periodo vegetativo y la ausencia de periodos secos favorecen el estable-cimiento y desarrollo de vegetación arbórea formando importantes masas boscosas. • Región Mediterránea: resto de la Península, donde las precipitaciones escasas e irregulares y las altas temperaturas durante el periodo vegetativo afectan negativamente al rendimiento fotosintético y dificultan el establecimiento vegetal. 140

• La climatología también tiene efectos indirectos sobre la vegetación, como puede ser el elevado riesgo de incendios que provoca la sequia estival en la zona mediterránea, agravado cuando sigue a un periodo húmedo responsable de la producción de masa vegetal herbácea que actúa como combustible. Esto hace que no sea conveniente revegetar con especies pirrófitas como ciertos pinos y jaras sino con típicas especies mediterráneas del genero Quercus, como puede ser el alcornoque cuya evolución en abundancia de fuegos bajos le ha permitido adaptarse mediante una cubierta de corcho que lo aísla y protege del fuego.

Factores microclimáticos Aunque tienen menor peso que la climatología general, las condiciones microclimáticos pueden llegar a modificar la sucesión altitudinal, favoreciendo la implantación de ciertas especies y evitando otras. Uno de los principales efectos se debe a la orientación de superficies inclinadas que determina la cantidad de energía solar que reciben, así la solana, orientación sur, es favorecida frente a la norte, umbría: en aquella se utilizara vegetación más termófila y que prevenga al suelo de excesivos recalentamiento y evaporación. La vegetación a reintroducir considerara estas diferencias y las aprovechara para incrementar la biodiversidad y la variedad paisajística. Las inversiones termicas5 también pueden alterar la sucesión climática vegetal6 o llevar al fracaso plantaciones elegidas solo a partir del clima general. Factores edáficos La naturaleza del suelo o sustrato edáfico tiene mucha menor importancia que el clima para las especies forestales, porque suelen presentar una plasticidad edáfica que les permite adaptarse a diferentes tipos de suelos. Además, el suelo puede ser modificado y alterado con cierta facilidad, lo que no ocurre con el clima. ______________ 5: Inversión térmica: fenómeno meteorológico caracterizado porque las temperaturas, en contra de lo habitual, sean más bajas en las capas de aire en contacto con la superficie terrestre que en las superiores. Se suele producir cuando, en ausencia de nubes, el suelo pierde rápidamente temperatura y enfría al aire en contacto con el. 6: Por ejemplo el robledal de roble melojo (Quercus pyrenaica), de la «silla de Felipe II» en El Escorial, en situación inferior a la que fitogeográficamente le corresponde, o el caso de la sabina (Juniperus turiphera), en los Monegros, donde se encuentra esta especie en las partes bajas, cuando debería estar en las mas altas, a consecuencia de que en ellos la temperatura es menor.

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La capacidad de retención de agua es la característica del suelo más relevante, la cual, en cierto modo, reduce los efectos climáticos adversos. Los suelos con elevada capacidad de retención de agua pueden transferir humedad de los periodos Lluviosos a los secos, capacidad que depende fundamentalmente de la textura, estructura, contenido en materia orgánica y profundidad del suelo, como se señala a continuaci6n, y puede ser modificada por las labores de preparación del terreno. • Textura: se refiere a los porcentajes relativos de partículas de diferentes tamaños presentes en el suelo (arena, limo, arcilla...); la textura franca es la mas equilibrada e idónea para los vegetales. • Estructura: indica el estado de agregacion de las particulas entre si para formar otras de mayor tamaño con formas características: la estructura del suelo afecta a la capacidad de almacenar agua en el suelo • Contenido en materia orgánica: esta no solo es fuente de nutrientes y fertilidad del suelo, sino que favorece la agregacion de particulas dando coherencia y estructura al suelo mejora su capacidad de retener humedad. La presencia de vegetación influye positivamente en el incremento de materia orgánica en el suelo. • Profundidad del suelo: es también determinante de la capacidad de almacenamiento de agua y, en unión de la pluviometría y de la escorrentía, determina las especies idóneas para la construcción vegetal. Puede llegar a limitante de la vegetación arbórea cuando los procesos erosivos han reducido demasiado el espesor del suelo. La fertilidad del suelo es otro factor a considerar y, particularmente, las carencias detectadas a través de datos analíticos que deban ser corregidas mediante aportación de enmiendas o fertilizantes; en este sentido, los niveles de nitrógeno, de fosforo asimilable y de calcio no deben estar por debajo de 40, 12 y 50 ppm respectivamente. Asimismo hay que prestar atención al contenido en materia orgánica y a la relación C/N, que no debe ser superior a 25. Por ultimo, es importante considerar la cantidad de micronutrientes, cuyos niveles normales y extremos, deficiencias y dosis correctoras, vienen expresados en la tabla adjunta. 142

Es probable que en la revegetación solo se haga una única aportación de fertilizantes, por lo que conviene que sea completa. Algunos problemas de fertilidad se resuelven en gran medida utilizando las especies adecuadas, desde el punto de vista de sus exigencias nutritivas o de su capacidad para resolver ciertas carencias, cual es el caso, por ejemplo, de las leguminosas capaces de fijar el nitrógeno atmosférico gracias a su simbiosis con bacterias del genero Rhizobium. El pH del suelo influye considerablemente en las disponibilidades de elementos nutritivos. Algunas especies vegetales prefieren valores elevados o básicos, otras bajos o ácidos y otras, por fin, son indiferentes, capaces de prosperar en ambas situaciones; la zona intermedia de pH suele ser la mas adecuada para la vegetación, que no tolera valores inferiores a 4 o superiores a 9, valores raros en la naturaleza pero que se dan en suelos degradados (suelos ácidos y alcalinos) en cuyo caso es preciso corregir el desequilibrio previamente a la plantación. Un pH excesivamente bajo provoca problemas de absorción de P, K, S, Ca, Mg y Mb, mientras que pH elevados crean problemas de absorción de Fe y Mn. La caliza activa también es importante, así un elevado contenido de CO, Ca determina un pH básico y descarta a las especies calcifugas o acidofilas que sufren clorosis férrica en estos suelos porque se bloquea la absorción de hierro. La salinidad puede ser un factor altamente limitante ya que excluye a la mayoría de las especies, incluso todas, si el nivel de sales es suficientemente alto. El cloruro sódico (CINa) es la sal mas frecuente, pero suele estar acompañado de otras como S04Na2, S04Mg, S04Ca, Cl2Mg, C1K,... La presencia de un tipo u otro de salinidad y del nivel que alcanza, determina la elección de especies. Las especies que pueden vivir en sustratos con abundancia de sales se denominan halófilas, y suelen presentar también tolerancia al yeso o sulfato cálcico hidratado 143

(gipsofilas). La mayor parte de estas especies lo son de forma facultativa, es decir, pueden crecer en ausencia de yeso y sales pero en tal caso se reduce su competitividad. Presencia de contaminantes Las plantas son muy sensibles a los contaminantes del aire, del agua y del suelo, aunque existen grandes diferencias de tolerancia entre las diferentes especies. Los contaminantes aéreos más usuales son S02, NO2, CO y los compuestos de flúor. El primero de estos, el S02, producido por la actividad de los altos hornos, centrales térmicas, etc., es el principal responsable de la lluvia acida, entendiendo como tal aquella que posee un pH al agua menor de 5,6; su formación es un fenómeno complejo del que es parte importante el acido sulfúrico (H2S04) que se forma por reacción de aquel con el agua atmosférica. Concentraciones elevadas de S02 (alrededor de 130 mg/m3) puede producir danos en las coníferas que se traducen en necrosis apicales de color naranja o bien amarilleamiento desde el ápice hasta la base. Concentraciones de tan solo 50 mg/m3 de forma continuada también pueden provocar danos en especies sensibles. Otro tipo de contaminación es la causada por los metales pesados, principalmente en el suelo aunque también pueden ser arrastrados por la lluvia desde suspensiones presentes en la atm6sfera. Suelen acumularse en las raíces de las plantas y producen alteraciones en los cloroplastos y mitocondrias que alteran la función fotosintética, amarilleando las plantas. Ciertas plantas son capaces de crecer en suelos con elevadas concentraciones de iones pesados (Zn, Pb, Ni, Cr, Cu, Co...), a los cuales retienen y acumulan de forma selectiva; así, algunas especies del genero Alyssum son capaces de retener níquel, y ciertos biotipos de Agrostis stolonifera pueden retener magnesio y níquel. Factores fisiográficos Dentro de este grupo de factores tienen importancia la altitud, la orientación y la pendiente, porque determinan el clima y, muy especialmente, el microclima, de

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tal forma que deben considerarse para matizar la información del observatorio climatológico disponible. La temperatura disminuye, por termino medio, 6° C por cada 1.000 m de incremento de altitud; esta variación determina los pisos de vegetación o bioclimáticos, es decir, los diferentes espacios termoclimáticos que se suceden cuando se asciende en altura (cliserie) los cuales se corresponden con fotocinesis o asociaciones vegetales especificas. Además de la temperatura, con la altura disminuyen las presiones parciales de oxígeno y anhídrido carbónico, y todo ello influye considerablemente en la fisiología de los vegetales; por ello, a la hora de elegir las especies, no se deben rebasar los limites altitudinales, ni superior ni inferior, de ninguna de ellas. El efecto de la altitud en la temperatura es comparable al de la latitud; en Europa se considera que elevarse 100 m en altura equivale a descender un grado de latitud. La altitud también influye en las radiaciones ultravioleta, que aumentan según se eleva la cota, y en las precipitaciones, que se incrementan, en términos generales, un 8% por cada 100 m de elevación en altitud. La orientación y la pendiente, además de influir sobre la cantidad de radiación que recibe el terreno, lo hacen sobre la capacidad de retención de agua del suelo, la escorrentía y, en definitiva, sobre la erosión. Sobre la orientación es difícil actuar pero no sobre la pendiente que puede ser reducida mediante obra civil. Factores fitosociológicos (vegetación climácica) El estudio y conocimiento de la flora del terreno a revegetar es necesario por dos razones principales: la información acerca de las condiciones ecología-cas que muestran las especies, en especial las denominadas «especies indicado-ras», y el estado de degradación de la vegetación o etapa serial en relación con la vegetación clímax o potencial. Esta ultima es la comunidad vegetal estable que existiría en un área dada a gracias a la sucesión geobotánica progresiva si el hombre no interviene. El conjunto de etapas seriates7 (ver tabla adjunta) que componen la evolución de la vegetación en un lugar determinado hasta llegar a la clímax se denomina serie de vegetación; esta se denomina climatófila si culmina en el clímax y edatófila, si lo hace en una comunidad permanente estable. _______________ 7 Etapa serial: cada uno de los estadios por los que pasa la evolución ecol6gica hacia el clímax.

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Para la elección de la especie a partir de factores fitosodologicos o florísticos suelen utilizarse las tablas de regresión climática de L. Ceballos y las tablas de juicio biológicas (ambas muy utilizadas por su simplicidad) y ecológicas sobre repoblaciones de Rivas Martínez (ver figuras IV.3 y IV.4).

Presencia de predadores, plagas Y enfermedades

La existencia de animales que se alimentan de las plantas existentes puede ser un factor negativo muy serio a considerar en la revegetación. Los depredadores pueden ser herbívoros silvestres (conejos, liebres, jabalíes, ciervos, gamos, etc.), ganado ovinos y caprinos en condiciones de sobrepastoreo, etc.; estas últimas son las que frenan la progresiva evolución vegetal de la vegetación hacia situaciones próximas al clímax, sobre todo en zonas semiáridas y de baja productividad. La viabilidad de unas u otras especias dependerá de la posibilidad de controlar al depredador o de protegerse de el. En el caso de plagas y enfermedades de difícil control puede ser inevitable descartar algunas especies que según el resto de los factores resulten recomendables. Son típicos los casos de Castañea sativa a causa de la tinta (enfermedad causada por un hongo ficomicetes que provoca el amarilleo de las hojas y puede ocasionar la muerte del árbol) y de Ulmus minor debido a la grafiosis (enfermedad causada por hongos, de transmisión asociada a insectos, de origen no muy conocido, que afecta a poblaciones de olmos europeas, asiáticas y americanas). 146

Competencia con otros especies

Las plantas utilizadas en revegetación pueden encontrar una fuerte competencia por parte de las especies ya existentes o por otras de más rápido crecimiento también introducidas por siembra; por ello suelen sembrarse las especies herbáceas, mientras que las arb6reas se trasplantan con uno o más anos de edad.

Actualmente no se elimina la vegetación competidora a la hora de reintroducir especies arbóreas ya que su mantenimiento evita el movimiento y eliminación de suelo vegetal y reduce la erosión. Este hecho es muy evidente en el caso de las especies del genero Quercus (encinas, alcornoques, etc.), que precisan de sombreamiento en las etapas juveniles para conseguir un crecimiento adecuado y un desarrollo armónico.

Actividad y comportamiento antrópico

A menudo ciertas actividades o comportamientos humanos pueden resultar perjudiciales para las especies vegetales implantadas; ya se vieron los efectos de la contaminación y los vertidos tóxicos; pero tal vez los dos aspectos mas interesantes son el vandalismo y la desidia en la conservación, uno y otro van de ser considerados a la hora de seleccionar las especies y, sobre todo, las pre-visiones de evolución.

Paralelamente el uso antrópico que se pretende también determina el tipo de especies a utilizar; así las frondosas de hoja caduca son útiles porque dan sombra en verano y permiten el paso del sol en invierno, mientras muestran una variedad

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cromática y de aspecto que las hace paisajísticamente mas atractivas que las coníferas de hoja perenne

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Factores económicos Son de dos tipos, directos e indirectos; los primeros se refieren a los costes (semilla, planta, labores preparatorias, mano de obra, mantenimiento, amortización de las inversiones, etc.); los. indirectos se refieren a aspectos relaciona-dos con el plazo que debe transcurrir hasta que las operaciones produzcan los beneficios económicos y ambientales esperados: recuperación del suelo, espesura necesaria de vegetación para frenar la erosión, así como a los posibles efectos inducidos por la revegetación: revalorización de los terrenos, o se comporte como factor de localización de actividades económicas. Factores estratégicos Son los derivados de las razones estratégicas o de oportunidad que aconsejen disponer de determinados productos con el objeto de equilibrar la balanza comercial, contribuir a la defensa nacional, como en el caso de algunas maderas de interés militar, etc. Especies mas utilizados en la Península Ibérica De lo dicho hasta ahora se desprende que la elección de la especie o especies para recuperar una zona degradada debe considerar primero las autóctonas y después aquellas aloctona que los factores determinantes de la elección señalen como favorables. Existen en el mercado diferentes gufas" muy especializadas que orientan sobre las especies mas adecuadas desde el punto de vista de las condiciones biogeográficas: climáticas, de altitud, edáficas, etc., de aspecto: porte, floración, etc., de funcionalidad: control de la erosión, reforestación, jardinería, etc., y otras. A ellas se remite al lector ante una situación determinada, aquí solo se señalan algunas sugerencias que en ningún caso pueden sustituir a la consulta de alguna de las citadas gufas. Especies arbustivos Su utilización es recomendable cuando exista el estrato herbáceo precedente de la evolución ecológica; ambos estratos crearan las condiciones edáficas adecuadas para la introducción de las especies arbóreas; las del genero Pinus cumplen una función pionera porque, a su vez, crean las condiciones que favorecen 150

la entrada de las especies frondosas, mas nobles, y les proporciona la sombra que precisan en las etapas juveniles. Las especies arbustivas mas útiles son las leguminosas leñosas no pinchudas de los géneros Cistitis, Genista, Adenocarpus, Retama, Teline, Spartium, Psoralea, Medicago, Colutea, etc., porque disponen de un sistema radicular profundo, abundante biomasa aérea y con poder nutritivo para herbívoros, facilidad de multiplicación en vivero, frugalidad y, tal vez la mas importante, la facultad de fijar nitrógeno atmosférico en los nódulos que forman por asociación simbiótica con bacterias del genero Rhizobium, enriqueciendo el suelo con este nutriente. También resultan útiles en revegetación, según las condiciones, otras especies arbustivas de los géneros Pistacita, Rosmarinas, Lavandula, Nerium, Juni-perus, etc. Pero no son generalmente convenientes por su tendencia común a la monoespecificidad, las ericáceas (brezos), cistáceas (jaras y jaguarzos) ni las leguminosas pinchudas (tojos y aliagas); además de dicha tendencia a la monoespecificidad, los brezales mantienen e incrementan la acidez del suelo, mientras los jarales, tojales y aliagares son pirófitos activos (incrementan el riesgo de incendio) a la vez que resultan favorecidos por el fuego porque estimula la germinación de sus semillas y ayuda a reducir la competencia. Especies arbóreas Datos históricos, evidencias actuales de vegetación potencial y análisis paleopórinicos, permiten asegurar la presencia de bosques climácicos del genero Quercus coexistiendo en mayor o menor medida con coníferas en la mayor parte de la Península Ibérica. Ello aconseja la conveniencia de orientar la revegetación hacia estos tipos en la medida en que la profundidad, fertilidad y demás características ambientales lo permitan. En todo caso, se tendera" a crear masas mixtas, porque la biodiversidad y estabilidad del ecosistema que suponen compensan la dificultad y encarecimiento de la plantación respecto a una plantación monoespecíficas; en ellas al menos una parte de las especies pertenecerán a la vegetación potencial. Una alternativa conveniente de mezcla utiliza una especie de pleno sol y rápido crecimiento, generalmente del genero Pinus, y otra que en los estadios iniciales de crecimiento resulte perjudicada por el exceso de radiación, como ocurre 151

con las especies del genero Quercus. Este último género es relativamente exigente a las condiciones edáficas, exigencia que ha contribuido a un injustificado desprestigio de este genero en revegetación, porque se han producido fracasos solo achacables a su utilización en suelos excesivamente degradados. Algunas alternativas interesantes en la España Mediterránea son pino y encina, pino resinero y alcornoque, alcornoque y encina, quejigo y alcornoque, etc. Algunas especies para casos especiales Las características especiales de ciertas zonas aconsejan utilizar especies adaptadas a ellas, algunas se han ido mencionando antes, ahora se añaden las siguientes: • En zonas de elevado riesgo de incendio, con prolongada sequía estival, evitar en lo posible especies pirófitas como los pinos (Pinus) y ciertas jaras (Cistus). En suelos de escasa fertilidad ya se ha visto el interés de utilizar leguminosas por su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico e incorporarlo a suelo. Incluso algunas especies, como ocurre con el genero Lupinus, son capaces de asimilar fosforo en combinaciones no accesibles por otras plantas. La especie Medicago sativa tiene interés en suelos poco profundos por-que es perenne y tiene un sistema radicular muy potente. Los distintos tipos de altramuces {Lupinus) son útiles en revegetación de suelos con pH acido y pobreza nutritiva, incluso en condiciones frías en que es especialmente aconsejable la especie Lupinus hispanicus. Especies indiferentes al pH del suelo son la encina (Quercus ilex) y el romero (Rosmarinus officinalis), esta ultima además muy resistente a la sequia. Toleran alta salinidad del suelo ciertas especies de los géneros Salicornia, Limonium, Atriplex y Tamarix. Retienen de forma selectiva un metal pesado, como el níquel, algunas especies del genero Alyssum; hay casos de doble tolerancia como ciertos biotipos de Agrostis stolonifera para magnesio y níquel.

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Especies de crecimiento rápido o semiárido son los arces (genero Acer), mientras si se desean especies de crecimiento lento se puede recurrir a la sabina negra (Juniperus phoenica). El genero Quercus es de crecimiento lento, pero, dentro de 61, sus especies se ordenan de mayor a menor rapidez de la siguiente forma: Quercus suber, Q. faginea, Q. pyrenaica, Q. ilex rotundifolia, Q. coccifera. En condiciones séricas se puede recurrir a jaras, tomillos, romero, botoneras, etc. Mayores disponibilidades hídricas permiten utilizar especies más exigentes como adelfa, chopo, sauces, tarais, fresnos, robles, encinas, serbales, mostajos, etc. Las condiciones de luz también pueden ser limitantes como en el caso del arce (Acer pseudoplatanus) o del saladillo (Atriplex glauca) que son especies de plena luz que se ven perjudicadas por la sombra. Sin embargo la encina (Quercus rotundifolia), el tilo (Tilia platyphyllos) o el haya (Fagus sylvatica) son especies de media sombra o de sombra que se ven favorecidas por una cierta cubierta.

OPERACIONES QUE COMPORTA REVEGETACION Las operaciones necesarias para conseguir una masa vegetal estable dependen del tipo de terreno que se pretende revegetar y del estado en que se encuentra, del clima general de la zona en que se ubica, del microclima o clima local, de la exposición, de la topografía y pendientes del terreno, de la litología y carácter del terreno, de la estructura, textura y fertilidad del suelo, de las especies a implantar, del grado de cobertura y protección que se desea conseguir, de la posibilidad de contar con agua para proporcionar riegos de apoyo, de la disponibilidad de recursos económicos, del tipo de uso o aprovechamiento que se pretenda del espacio recuperado, de los cuidados de mantenimiento que se puedan proporcionar una vez implantada la vegetación y de otros que responden a la casuística particular. Sean cualesquiera las condiciones de partida, el éxito de la revegetación requiere la realización cuidadosa de una serie de operaciones que se pueden sintetizar en el siguiente orden: 1. Retirada de aquellos elementos que se consideran perjudiciales o inadecuados. 2. Sistematización del relieve. 153

3. 4. 5. 6. 7.

Preparación del soporte edáfico para recibir la vegetaci6n. Implantación de la vegetación. Obras complementarias. Conservación/mantenimiento de la cubierta vegetal implantada. Gestión.

Retirada de los elementos perjudiciales En aquellos casos en que el espacio ha sido degradado por la acción de obra civil es frecuente la presencia de restos muy diversos: hormigones, asfaltos, trozos de materiales prefabricados, de casetas de obra, etc. o de instalaciones que es preciso retirar como paso previo a cualquier intervención; lo mismo ocurre cuando el espacio a recuperar ha sido objeto de deposición espontanea o incontrolada de residuos extraños. En el caso de que exista algún tipo de contaminación, en principio, había que eliminarla o tratarla de algún modo, aunque ello no es siempre obligado porque podrán implantarse especies tolerantes o resistentes a los contaminantes presentes, incluso con capacidad para extraerlos; es el caso, por ejemplo, de ciertas crucíferas para los metales pesados o de las numerosas especies que se utilizan en el campo de la biorremediación. Sistematización del relieve Sistematizar el relieve significa remodelar el existente para darle coherencia y adecuarlo a unas pautas determinadas; dichas pautas vienen generalmente marcadas por las características del entorno en que se ubica el espacio a recuperar, por la necesidad de crear unas condiciones favorables para soportar una cubierta vegetal estable9 y por la contribución del relieve a facilitar las funciones, objetivos y usos antrópicos que se prevean. Específicamente con la remodelación del relieve se pretenden los objetivos complementarios siguientes: • Adecuar el espacio a la estructura del paisaje circundante, por semejanza o por contraste. __________ 9 En general, se considera que pendientes superiores a 20 grades son de muy difícil revegetación y exigen sistematizar el relieve en el sentido de reducirlas.

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• Favorecer el aprovechamiento de las aguas pluviales y de la escorrentía por la vegetación. • Facilitar el drenaje del terreno en zonas con tendencia al encharcamiento o la anegación. • Estabilizar el terreno evitando o minimizando tanto la erosión superficial como los movimientos de masa. • Favorecer el enraizamiento de la vegetación que se implante y su desarrollo. • Contribuir al mejor cumplimiento de las funciones que se pretendan, como aislamiento del exterior, enmascaramiento de ciertos elementos, protección de vistas o contra el ruido, reducción u orientación de las corrientes de vientos dominantes, etc. • Favorecer la práctica de los usos antrópicos que se pretendan con la recuperación del espacio: tránsito de personas si se desea estimular el senderismo, creaci6n de pendientes o taludes artificiales para ciertas actividades, etc. Pero la alteración del equilibrio hídrico que supone la sistematización puede generar problemas de estabilidad en el terreno que deben ser previstos. Operaciones características de sistematización Cada caso requiere su propia y especifica preparación, pero generalmente la sistematización del relieve se realiza mediante los tipos de operaciones siguientes: Desbroce Consiste en extraer la masa vegetal existente en el terreno con el fin de eliminar o reducir la competencia con la vegetación que se pretende introducir. Excepto en el caso de que se desee implantar una vegetación muy específica, conviene evitar o reducir esta operación al mínimo por razones obvias, particularmente si la vegetación existente es natural o autóctona. El desbroce puede ser a hecho, cuando afecta a toda la superficie de la zona a desbrozar, enfajas, cuando se hace sobre bandas alternas, o por casillas, si se realiza sobre áreas regulares (casillas) aisladas, puede ejecutarse de forma manual con herramientas adecuadas, o mecanizada, que, a su vez, admite la siguiente diferenciación: • Roza con trituradora: sistema muy drástico realizado con un implemento rotatorio que golpea y corta la vegetación. 155

• Decapado: consiste en extraer una capa de suelo con la vegetación que lo cubre mediante una pala cortante portada en su frente por un tractor oruga. No resulta recomendable por sus efectos devastadores sobre la vegetación natural, en todo caso se hará de forma selectiva o en bandas. Asimismo estas tierras decapadas van cargadas de semillas y otros elementos capaces de reproducir nuevas plantas por lo que conviene reutilizarlos en otros lugares donde se considere oportuno introducir esta vegetación. Movimiento de tierras Como su propio nombre indica consiste en desplazar las tierras de unos lugares a otros con la maquinaria apropiada hasta conseguir el relieve final pretendido, que no será otro que el que permita conseguir con mayor garantía de 6xito los objetivos señalados. Construcción de obras complementarios Tal es el caso de muros de contención de los que existen numerosos tipos: de hormigón, de fabrica, de mampostería, de escollera, de tierra armada, de gaviones, etc. (ver capitulo IX), encachados, instalaciones para el drenaje exterior del terreno, avenamientos internos, etc. Estereotipos del relieve sistematizado El relieve final resultante puede adoptar tantas formas como el natural (llano, suavemente ondulado, etc.) y otras de aspecto claramente intervenido o artificial; las mas características de este ultimo son las que se mencionan a continuación. Aterrazamientos Esta sistematización consiste en construir terrazas, es decir, a modo de escalones pianos y subhorizontales en la dirección de las curvas de nivel separados por ribazos o por muros de contención; se ha utilizado tradicionalmente en el ámbito agrícola para posibilitar el cultivo en terrenos con pendiente elevada y mejorar el aprovechamiento de las precipitaciones; así se han generado magníficos paisajes, hoy día en declive y con riesgo de degradación por el abandono que sufren estas formas ancestrales de cultivo de difícil mecanización y gran consumo de mano de obra. También se ha utilizado en el ámbito forestal, en este caso con el fin de 156

optimizar el aprovechamiento del agua: las precipitaciones que caen directamente sobre la terraza mas la escorrentía del ribazo y de la faja superior, función que se refuerza dándoles una ligera pendiente transversal hacia el interior (contrapendiente) y fisurando las capas inferiores del terreno con un implemento subsolador. Actualmente se tiende a utilizar menos esta forma de sistematización, porque destruye o deteriora una parte considerable de la vegetación; porque altera profundamente el perfil del suelo dejando en superficie los horizontes menos evolucionados y enterrando los superiores que son los mas ricos en materia orgánica y nutrientes, aunque esto puede limitarse plantando al borde de la terraza, sobre el limite del terraplén, donde se ha acumulado la tierra vegetal; y porque supone una impronta muy negativa, aunque reversible, en el paisaje que se agrava por la alta incidencia visual de las zonas alteradas y por el elevado coste de ejecución. Por estas razones frecuentemente se sustituyen por intervenciones menos agresivas, como son terrazas mas estrechas, gradas o banquetas, e incluso por ahoyados generosos realizados con «retrotraía» en terrenos con fuertes pendientes o retroexcavadora convencional en pendientes mas suaves. Gradas o banquetas Son terrazas estrechas, las gradas entre 0,7 y 1,5 m y las banquetas entre 1,5 y 2,5 m; pueden ser continuas o discontinuas en tramos más o menos largos alternando los huecos de una con la realización de las contiguas; se suelen realizar con un arado de vertedera. Abancala miento Son adaptaciones similares a las terrazas pero de superficie irregular y protegidos por muros de contención. Rellanos o casillas Explanaciones de superficie reducida e irregular que pueden complementarse, en terrenos de gran pendiente y suelo muy somero o muy inestable, con muretes de sostenimiento en forma de U o media luna de piedra de seco. 157

Barreras de sedimentos Son obstáculos construidos con haces de ramas de arboles o arbustos, balas de paja, etc. colocados en aquellos lugares donde se concentra la escorrentía de micro-cuencas y dispuestos perpendicularmente a la dirección de desagüe, que se convierten en trampas de sedimentos contribuyendo a evitar la erosión y a crear unas condiciones de pendiente y edáficas favorables para soportar cualquier tipo de vegetación. Los citados obstáculos se anclan al terreno por medio de estacas y, con el fin de incrementar su resistencia mecánica pueden ir reforzados con tela metálica o geotextil. Acaballonado con desfonde Consiste en la formación de caballones siguiendo las curvas de nivel y con una penetración considerable en el suelo. Se realiza con un tractor de cadenas de potencia elevada, superior a 100 CV, arrastrando un arado de vertedera de gran tamaño. Asurcado por curvas de nivel Se trata de una variante del anterior en la que los caballones son menores y no se realiza desfonde. Relieves funcionales Todos los descritos hasta ahora cumplen una función básicamente hídrica, pero existen otras funciones cual son el aislamiento del ruido para lo que se usan a modo de grandes caballones o montones alargados de tierra que luego se plantan y que protegen no solo del ruido sino también de las vistas. Apoyado especial con retroexcavadora o araña Consiste no solo en preparar el terreno para la plantación, sino de darle un forma externa que favorezca la captación de la escorrentía y de la lluvia directa y favorecer su penetración hasta la zona radicular. Zanjas rellenas con material edáfico favorable

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Construcción de zanjas siguiendo curvas de nivel que se rellenan con material edáfico que favorezca la retención y penetración del agua. Alcorques Consiste en un breve asurcado en forma mas o menos circular realizado con la propia tierra con el fin de favorecer la permanencia del agua de lluvia que cae directamente sobre el, la captación de la de escorrentía y la penetración de ambas hacia la zona radicular. Muretes Generalmente construidos de piedra en seco y reducida altura, no superior a los 30-35 cm, dispuestos según curvas de nivel, capaces de disminuir la escorrentía y aumentar la infiltración. Diques o represas Construidos sobre las vaguadas retienen el agua y facilitan la infiltraci6n, recargando acuíferos que puede ser aprovechada en otras zonas, y complementariamente se pueden comportar como elementos reguladores de la cuenca. Preparación del soporte edáfico para recibir la vegetación El suelo es un complejo y delicado sistema, formado por la acción continuada (génesis edafológica) de los elementos atmosféricos, climáticos y bióticos, incluido el hombre, sobre la parte superior de la corteza terrestre. La edafología es la ciencia que se ocupa de su estudio. Desde el punto de vista de la revegetación, el suelo se comporta como «despensa y soporte» de las plantas, valor de uso basado en las características que lo hacen mas o menos apto para soportar una cubierta vegetal estable: pen-dientes, profundidad, drenaje, capacidad de retención de agua, disponibilidad de nutrientes, facilidad de laboreo, pedregosidad, etc. son las características determinantes10 de tal capacidad. A ellas se añade el contenido del ______________ 10 Existen varias clasificaciones del suelo; destacan la Gasificación Mundial de Suelos del Ser-vicio de Conservación de Suelos del Departamento de Agricultura de los EE.UU. de América (USDA) y el sistema de clasificación del suelo de la FAO. En España la capacidad de uso utiliza el concepto de Clases Agrologicas del USDA. que son agrupaciones de suelos con limitaciones similares para el cultivo que se identifican mediante códigos de I a VIII, de los cuales las clases I y II no presentan limitaciones para el cultivo, las clases V, VI y VII tienen fuertes limitaciones para el cultivo y se les atribuye vocación forestal, y las clases III y IV son de vocación intermedia entre agrícola y forestal.

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suelo en contaminantes (metales pesados, productos fitosanitarios, hidrocarburos, salinidad, etc.) que es capaz de retener; se denomina carga critica a la cantidad de contaminantes que puede admitir un suelo sin que se produzcan efectos nocivos para el sistema y su capacidad de uso primario. Todos lo factores que determinan la citada capacidad del suelo para acoger a los propagulos (semillas, plantas o partes de estas) de las especies vegetales que se desea implantar, son susceptibles de modificación mediante técnicas adecuadas; en el punto anterior, sistematización del relieve, se trato la modificación de las pendientes, ahora se trataran los demás. En síntesis con la preparación del suelo se pretende: Mejorar la función «soporte» del suelo, es decir, facilitar la penetración de las raíces y, con ello, la fijación de la planta en el suelo (el suelo como «soporte»). Mejorar la función «despensa», es decir, la estructura del suelo para favorecer la vida microbiana, la retención de humedad, las relaciones suelo-planta-agua, incrementar la aireación y la capacidad de campo, la cantidad y liberación de nutrientes, etc. Corrección de las degradaciones del suelo La elección de las especies vegetales a introducir habrá considerado la posibilidad de introducir aquellas capaces de prosperar en las condiciones en que se encuentra el suelo o bien la necesidad de hacer tratamientos previos de corrección de las degradaciones edáficas; en relación con este aspecto se remite al lector al capítulo V donde se tratan la degradaciones mas frecuentes de los suelo y la forma de tratarlas. Una precaución altamente aconsejable: la recogida y conservación del suelo vegetal. Un suelo favorable a la revegetación es un recurso de valor inapreciable que se forma a través de un largo, lento y complejo proceso evolutivo; la localización de las actividades humanas, con excepción de la agricultura convencional, es incompatible con la normal existencia del suelo, de tal manera que ante cualquier intervención: localización de minería, infraestructuras de transporte, urbanización, vertederos, etc., interesa retirar la capa de tierra vegetal de la superficie a ocupar y guardarla para su posterior reutilización en la revegetación de los espacios afectados por estas actividades o en otros ajenos a ella. Una buena planificación en el acopio, mantenimiento y reinstalación del suelo, sobre un sustrato y topografía favorable, permite alcanzar unas condiciones edáficas y un potencial de germinación de las especies que contenía el suelo similares a las 160

existentes antes de la intervención. Este enfoque, sencillo, barato y natural, no precisa siembras ni plantaciones y no plantea los problemas de compatibilidad asociados a la implantación de especies foráneas. Por otro lado, esta tierra vegetal conservada y reinstalada, se comporta muy favorablemente ante la opción de siembra, y en este sentido se ha demostrado que en las zonas donde se aporto antes de sembrar el grado de evolución supera en varias décadas al de aquellas donde no se hizo. No obstante, la conservaci6n hasta su instalación produce efectos negativos que parecen inevitables: perdidas de fertilidad, empeoramiento de las propiedades físicas, disminución de la actividad biológica del suelo, etc., que se pueden prever o minimizar cuando se conocen los perfiles y las propiedades físicas y químicas de los horizontes del suelo. Una precaución elemental aconseja reinstalar la tierra vegetal extraída lo antes posible. Otra se refiere a extraer la capa superficial cuando el suelo este seco y evitar su mezcla con otros horizontes, idea que se corrobora cuando se considera que mas del 90% de las semillas viables se concentran en los primeros 2 cm superficiales. Por otra parte se ha demostrado que un almacenaje superior a 1 ano reduce en más del 50% la capacidad de germinación de las semillas que contiene el suelo. El acopio temporal de los materiales edáficos ha de hacerse sobre terreno llano, con ligera pendiente y disponerlo por tongadas y en forma de artesa con talud 1:1 y altura no superior a 1,5 metros, aunque algunos autores admiten hasta 3; la anchura, por su parte, será la menor posible, porque así se reducen los efectos perniciosos del acopio. Pueden mejorarse las propiedades del suelo disponiendo entre las tongadas capas de abono orgánico y sembrando una mezcla de gramíneas y leguminosas que refuerzan la estructura, mantienen la fertilidad y protegen contra la erosión; pero ello teniendo en cuenta que este tratamiento favorece la penetración de especies rurales y la consiguiente competencia. Un aspecto critico a considerar: las relaciones planta-suelo-agua El desarrollo de las plantas esta muy relacionado con el contenido de humedad del suelo ya que el agua es el vehículo en el que, generalmente disueltos, se encuentran los nutrientes, de ahí la importancia de determinar la cantidad de agua necesaria en el suelo para asegurar un desarrollo adecuado de las plantas. Esta cantidad lleva al concepto de agua útil que se define como el agua del suelo que puede ser absorbida a un ritmo tal que permite el crecimiento normal de las plantas. 161

El agua útil es la diferencia entre la Capacidad de Campo (Cc) y el Coeficiente de Marchitamiento o Punto de Marchitez (Cm): AU = Cc - Cm. La Capacidad de Campo (Cc) es el porcentaje gravimétrico de agua que tiene un suelo sometido a drenaje libre durante 48 horas después de una lluvia o riego intenso, o lo que es lo mismo: la cantidad máxima de agua que retiene un suelo una vez finalizado el drenaje interno. Técnicamente se mide por la máxima cantidad de agua que se puede extraer de un suelo a una succión de -33 kPa en la membrana de Richards. Este contenido van a con la textura del suelo; es menor en los ligeros, arenosos, y aumenta con el contenido en arcilla, es decir, con la cantidad de elementos finos, tal como muestra la tabla adjunta para diferentes texturas del suelo.

El Coeficiente de Marchitamiento (Cm) es el contenido de humedad existente en el suelo cuando la planta se marchita, fenómeno que se produce cuando el potencial del agua en la planta es tan bajo que la turgencia de los tejidos no puede recuperarse. Técnicamente corresponde a la cantidad de agua que quedaría en una muestra de suelo sometida a una succión matricial de -1.500 kPa en la membrana de Richards. La tabla adjunta indica el coeficiente de marchitamiento para diferentes tipos de suelo.

Ambos parámetros, Capacidad de Campo y Punto de Marchitez, como se ha dicho, se determinan experimentalmente haciendo uso de la membrana de Richards. Otra forma de estimarlos consiste en combinar en una expresión matemática los factores de los que dependen: textura, materia orgánica y densidad aparente del suelo. La expresión siguiente: 162

permite conocer la humedad del suelo a distintos valores de succión matricial sustituyendo en ella los valores que proporciona la tabla adjunta. La humedad a -33 y -1.500 kPa, proporciona los valores de Cc y Cm, que definen el concepto de agua útil: entre estos valores conviene mantener el contenido de agua en el suelo.

Este concepto se utiliza para determinar la cantidad de agua necesaria en un riego, cantidad que estará referida a la profundidad de las raíces, al nivel de agotamiento permisible por el suelo y a la eficiencia del riego, esta ultima para compensar las inevitables perdidas. Por su parte, la frecuencia de riego se obtendrá considerando las necesidades de agua a partir del balance de humedad del suelo.

Es muy difícil fijar unos valores del Nivel de Agotamiento Permisible (NAP) aplicable a todas las situaciones, ya que varia con el tipo de vegetaci6n, con la tasa de evapotranspiración y con el factor de ahorro de agua que se quiera establecer. En la siguiente tabla (Doorenbos el al., 1988) se pueden ver los valores recomendados de NAP, de carácter orientativo, para ciertos cultivos; para las especies silvestres no existen valores pero se pueden estimar por refrenda a los citados cultivos El balance de humedad medio se determina por diferencia entre el volumen de las precipitaciones y la evapotranspiración en el período de tiempo considerado, generalmente mes a mes.

Los riegos de auxilio: una forma de evitar el estrés hídrico El riego es en términos generales una garantía del éxito de una plantación; pero no conviene regar de forma permanente, sino proporcionar riegos de socorro, incluso conviene permitir déficits hídricos ligeros para facilitar el desarrollo potente de las raíces en busca de agua. 163

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Para determinar la dosis de riego se considera reserva máxima o capacidad de retención máxima, la capacidad de campo; el nivel mínimo de reserva debe ser superior al nivel de agotamiento permisible. La dosis de riego se calculo con la expresión:

Esta dosis se refiere a la cantidad de agua que necesita la planta en cada riego, la cual habrá que incrementar en función de la eficiencia del riego (Ea), para obtener la denominada Dosis Bruta de riego.

La eficiencia de aplicación varía entre el 55 % y el 90%. En la siguiente tabla se pueden ver los valores de la eficiencia de riego para distintos sistemas de riego.

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El método de riego más empleado en la revegetación actual es el goteo, que permite pequeños aportes hídricos en la zona radicular, con el consiguiente ahorro de agua y mano de obra. Su principal inconveniente es el elevado coste de instalación, pero puede abaratarse utilizando goteros de pequeño caudal que permiten largas longitudes de ramales con escaso diámetro. Un inconveniente a tener en cuenta es la dilatación que sufren los ramales en la época cálida, lo que puede desplazar los goteros hasta no coincidir con el lugar donde se encuentra la planta a regar. Se evita este problema enterrando las tuberías o utilizando micro tubos adosados al ramal de riego en lugar del gotero insertado en el ramal. La utilización de goteros autocompensantes y reguladores de presión en cabeza, permiten regar terrenos con altas diferencias de cota. El agua a utilizar no solo ha de cumplir los requisitos exigidos por la vegetación, sino otras derivadas del funcionamiento de los goteros, como evitar incrustaciones en las tuberías o taponamientos en los goteros, lo que frecuentemente exige utilizar desarenadores y filtros. Adaptaciones del suelo para aprovechar el agua La humedad del suelo tiene carácter crítico para el éxito de cualquier siembra o plantación en su fase inicial, y determinante para el desarrollo posterior de las plantas. La humedad de un suelo será la resultante de los aportes (precipitaciones y riegos), de las perdidas por evapotranspiración y de la capacidad de retención y de 166

infiltraci6n del suelo. La cantidad de agua suministrada por la precipitación, así como las perdidas por evapotranspiración, dependen del clima y no se pueden modificar, de tal manera que la garantía de una siembra o plantación depende de la acción antrópica, que puede operar en dos sentidos: aplicar agua de forma artificial: riego (ya mencionado en el punto anterior) o aprovechar al máximo las precipitaciones; esta ultima actuación se orienta en las direcciones siguientes: • Reducir la escorrentía, para evitar pérdidas y conseguir que el agua permanezca más tiempo sobre el terreno. •

Aumentar la capacidad de infiltración.



Aumentar la capacidad de retención de humedad del suelo.



Reducir la evaporación.

El suelo debe tener siempre la humedad suficiente para que la planta pueda crecer y desarrollarse, pero no superar niveles que podrán provocar inestabilidad de la tierra en pendiente o asfixia radicular. En caso de humedad excesiva, es preciso modificar la pendiente para evitar la infiltración y acumulación excesiva de agua o realizar obras de avenamiento y drenaje que mejoren la circulación en el suelo.

Disminuir lo escorrentía Las pendientes acusadas pueden originar fuertes perdidas de agua por escorrentía, asociadas a perdidas de suelo por erosión con la consiguiente influencia sobre el éxito de la revegetación. La escorrentía se puede disminuir de varias formas: • Aumentando la permeabilidad del suelo, tal como se menciona en el siguiente apartado. • Implantando protecciones superficiales: estaquillado, elaboración de entramados vegetales, extendido de mallas metálicas o de entramados, etc. • Reduciendo la pendiente del suelo y, por lo tanto, la velocidad del agua, mediante remodelación del terreno, tal como se expuso en el punto relativo a 167

remodelación del relieve, uno de cuyos objetivos consiste justa-mente en reducir la escorrentía. Aumentar la capacidad de infiltración La infiltración se refiere a la penetración del agua en el terreno; cuando es favorable se reduce la escorrentía y, con ella, el riesgo de erosión, incluso si la capacidad de campo lo permite, también aumenta la reserva de agua en el suelo. No obstante conviene prever que una excesiva infiltración puede cargar el suelo de agua y su peso ocasionar movimientos de masa en laderas. La capacidad de infiltración se puede mejorar actuando sobre los siguientes factores: • Contenido de materia orgánica: la materia orgánica es determinante de numerosas características físicas y químicas del suelo, tal como de la incorporación de nutrientes, de la capacidad de retención de humedad, de la fertilidad química del suelo, de la aireación, el drenaje y la estabilidad estructural, y, por tanto, de la reducción de la escorrentía superficial. Los suelos degradados suelen adolecer de una escasa proporción de materia orgánica, la cual se puede aportar de diversas formas: abono orgánico, residuos, turbas, mulch de paja o heno, etc. • Compacidad del terreno: el pisoteo de los animales y la circulación de la maquinaria, compactan la superficie del suelo y por tanto disminuye la tasa de infiltración. Así aumenta la densidad aparente y por tanto se reduce el movimiento del aire y agua y se limita el desarrollo de las raíces. Cuando la densidad del suelo supera 1,5 g/cm3 en los suelos de tex-turas finas, o 1,7 g/cm3 en suelos de texturas gruesas, el grado de compactación se considera elevado y habrá problemas de infiltración. El suelo se puede descompactar con un escarificado o subsolado, que remueve el suelo hasta la profundidad deseada y se facilita la aireación. • Textura: la proporción de arena, limo y arcilla influye en la infiltración; las texturas gruesas la favorecen, mientras las arcillas la reducen. • Estructura: una buena estructura, es decir un buen agrupamiento de las partículas de suelo, mejoran la infiltración. • Romper capas impermeables: la presencia de costras impermeables en superficie o la denomina «suela de labor» dificultan extraordinariamente la 168

infiltración y es preciso romper esta costra con algún implemento como subsolador u otro.

Aumentar la capacidad de retención de humedad del suelo La capacidad del suelo para retener la humedad depende de su textura (proporción de arena, limo y arcilla), contenido en materia orgánica, densidad aparente y profundidad del suelo. Los mejores tratamientos para mejorar la capacidad de retención de agua consisten en aumentar la cantidad de materia orgánica y mejorar las propiedades físicas del suelo mediante la des compactación. En los casos en que la profundidad del suelo se considere insuficiente para soportar la vegetación que se desea implantar puede ser necesario aportar tierra vegetal procedente de otra zona.

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Reducir lo evaporación del suelo Para este fin se pueden utilizar diferentes tipos de cubierta que confinen la humedad o rompan la capilaridad del suelo; es el caso del mulch o cubierta de diferentes tipos: paja, corteza de pino, etc., que se extiende sobre la superficie, recubrimientos con grava, arena o piedras sueltas, colocación de láminas de plástico, etc. Retentores de humedad Son sustancias que tienen la propiedad de acumular agua y soltarla después lentamente, por ejemplo la espuma de urea-formaldehido que almacena hasta un 80% de su peso en agua que luego libera poco a poco. Los hidrogeles retienen al máximo el agua de lluvia, actúan de forma similar a una esponja, se componen de poloacrilatos o poliacrilamidas y se mezclan con la tierra, en pequeñas proporciones, en el momento de la plantación. El principal inconveniente de estos productos es su elevado precio. Labores preparatorias del suelo Son las operaciones orientadas a mejorar la estructura del suelo, incrementar la porosidad y, por tanto, la aireación y la penetración y acumulación de agua, romper capas duras o impermeables que pueda haber en superficie (encostramiento) o bajo ella como es el caso de la existencia de costra caliza o de la típica «suela de labor» o capa de suelo endurecido que se produce en el nivel al que penetran los arados en suelos cultivados, enterrar residuos, incorporar enmiendas, abonos y fitosanitarios, etc. Las labores preparatorias se pueden dividir en dos tipos principales: • Preparación de fondo o principal: consiste en las operaciones que trabajan el suelo hasta una profundidad siempre superior a 15 cm, con o sin volteo; como tales labores principales se consideran el subsolado, el desfonde, el alzado, el laboreo con arado de vertedera o de discos y otros menos usuales. • Preparación de superficie o complementarias: se limitan a los primeros 15 cm del suelo y no voltean el suelo; su objetivo es completar el efecto de la labor

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principal y se practican con implementos tales como grada, fresadora, arado cultivador, rodillo, etc. A continuación se describen las características, funciones y condiciones de aplicación de cada una de las labores citadas. Subsolado Consiste en una labor profunda, 50 o mas cm, que se ejecuta con un tractor de cadenas de gran potencia (superior a 120 CV) provisto de uno, dos o tres brazos subsoladores que rompen el terreno sin mezclar los perfiles del suelo. Tiene por objeto incrementar la permeabilidad del terreno figurándolo todo lo posible y romper, en su caso, costras impermeables de calizas o arcillas que puedan existir. Para que cumpla los efectos pretendidos, esta labor debe realizarse con terreno seco porque en tales condiciones se facilita la figuración interna. El subsolado puede ser lineal cuando se efectúa en una sola dirección, y pleno o cruzado, cuando se dan dos labores cruzadas perpendicularmente. El escarificado es una operación similar al subsolado pero más ligero y con implemento menos profundo y más cortante. Desfonde Se trata de una labor profunda (>35 cm) que se realiza con el arado de desfonde o vertedera de gran tamaño, que fragmenta y voltea el suelo a la vez. Se realiza con el suelo en estado plástico o con tempero, evitando la posibilidad de generar erosión. El volteo hace aflorar a la superficie horizontes inferiores que en contacto con el aire puede ocasionar un fuerte empobrecimiento en materia orgánica. En cambio resulta muy titil en terrenos pesados con ciertas dificultades de drenaje y tendencia a la anegación. Alzado Es una operación típica de la agricultura, que consiste en levantar los restos del cultivo precedente; se realiza con arado de vertedera o de discos, que remueven los 30 cm superiores. A la labor con vertedera se le critica por la mezcla de capas u horizontes edáficos que origina y porque facilita la oxidación de la materia orgánica profunda al sacarla a la superficie y ponerla en contacto con el aire; sin embargo, tiene la virtud 171

de enterrar profundamente las semillas de malas hierbas reduciendo sus posibilidades de emergencia. Laboreo plano Es una operación que remueve todo el terreno en el que se desea implantar la vegetación; para realizarla se utiliza un tractor de unos 60 CV, provisto de un arado de vertedera, que invierte los horizontes del terreno, o de discos que no produce dicho efecto. Labores complementarios Complementa la acción de las labores principales en superficie para conseguir que el suelo este a punto para la siembra o la plantación. Con ellas se reducen el tamaño de los agregados del suelo, se mulle la capa superficial, se eliminan las malas hierbas, se rompe la capilaridad, se estimula la meteorización y la consiguiente liberación de nutrientes, etc. Fundamentalmente se realiza con vertedera, «chisel», arado cultivador, grada de discos o de rejas, bina-dora, rodillos, etc. No laboreo De manera alternativa a la preparación mecánica del suelo, existe la posibilidad de utilizar herbicidas no residuales (productos químicos, de escasa persistencia en el terreno, que se incorporan para combatir el desarrollo de especies vegetales indeseadas), con baja peligrosidad para la fauna, en lo que se conoce como técnica de «no laboreo». Estos herbicidas ejercerían un control de las malas hierbas y reducirían el consumo hídrico de estas, así como el riesgo de incendios. Frente a las labores mecánicas esta opción reduce la erosión y es mucho mas barato, pero en cambio adolece de un cierto riesgo de contaminación. Sin embargo, no siempre es aconsejable esta actuación mas reducida, y serán las características y estado del terreno, unidos a los requerimientos de la vegetación a implantar, quienes aconsejen unas u otra forma de intervención. Materiales utilizados en la preparación del suelo Para mejorar la capacidad del suelo en cuanto «despensa y soporte» de las plantas» se utilizan multitud de productos, convencionales unos, innovadores otros, 172

pero todos capaces de mejorar sus propiedad físicas, químicas y biológicas: capacidad de retención de agua, estabilidad, fertilidad y en general los procesos microbiológicos que en definitiva son el motor de la dinámica y funciones del suelo. Destacan los que se mencionan en los puntos que sigue. Enmiendas Las enmiendas son productos que se añaden al suelo para corregir o mejorar sus características físicas y químicas. Tal vez la más importante y característica de las enmiendas sea la orgánica que estimula la vida microbiana del suelo, mejora su estructura y su capacidad tampón y aporta nutrientes una vez mineralizada. Los productos orgánicos que se utilizan son estiércol, purines de cerdo, compost de diversa procedencia, lodos de depuradoras, residuos vegetan más o menos fermentados, plantas enterradas en verde, etc. Otra enmienda clásica es la orientada a corregir el pH acido del suelo, las cuales utilizan materiales tradicionales: caliza, dolomía, yeso, etc., y nuevos, como espuma de azucareras, ciertas cenizas procedentes de centrales térmicas, arcillas fosfáticas estipules producidas en la industria de extracción y fabricación de fertilizantes y otros muchos materiales no convencionales a cuya utilización debe preceder un proceso de experimentación y calibración de su poder neutralizante. Mulch Es cualquier material orgánico o inorgánico que se aplica como cubierta protectora a la superficie del suelo donde cumple funciones tan importantes como reducir la evaporación conservando la humedad del suelo, controlar la erosión porque reduce el efecto de arrastre del viento, absorber el impacto directo de las gotas de agua y disminuir la escorrentía, aumentar la capacidad de infiltración, regular las temperaturas extremas en la superficie del suelo evitando el riesgo de heladas, proteger las semillas que se le incorporan, incluso algunos tipos introducen microorganismos en el suelo que favorecen la vida microbiana. Por ello se utilizan en situaciones edáficas y topográficas difíciles. En general se recomienda la utilización del mulch cuando la dificultad de las condiciones ambientales hace inviable la utilización de técnicas más tradicionales. En particular resulta esencial su empleo cuando no se puede efectuar una adecuada 173

cama de siembra, cuando la siembra tenga que realizarse fuera de la estación idónea, cuando las condiciones ambientales sean extremas, cuando exista riesgo de desplazamiento de las semillas o cuando el suelo sea altamente erosionable. Muchos y diversos materiales se pueden utilizar como mulch en función de los requisitos que se le exijan y de la disponibilidad: restos vegetales de fibra larga (pajas) o corta (materiales celulósicos); la primera mezclada con emulsión asfáltica produce un crecimiento inicial de la vegetación es espectacular, que se reduce fuertemente después; en cambio los mulches de fibra corta y emulsión asfáltica producen un menor efecto inicial pero mas constante. También se utiliza la celulosa, hojarasca, paja, heno, molidos de soja, cascarilla de arroz, cascaras de cacahuete, orujo de uva, trozos o tiras de papel, zuros de maíz, aserrín, virutas de madera, cortezas de arboles, lana de madera, fibra de algodón, turba, mantillo, etc. Entre los inorgánicos destaca grava o gravilla, fibra de vidrio, arcillas expandidas, lava de roca, bentonita, piedra basáltica, emulsiones bituminosas, geotextiles, etc. Otro tipo de mulch utilizado en revegetación de taludes y otras zonas difíciles es la espuma de urea formaldehido, que provoca la rápida aparición de la vegetación y tiene una elevada capacidad para retener agua (hasta el 80 % de su peso) que suelta luego poco a poco, pero con el inconveniente de su coste elevado y la necesidad de utilizar maquinas especiales para situarla en emplazamientos difíciles. También se puede considerar mulch, aunque con características propias, las cubiertas de plástico negro, que mantienen la humedad y aumentan la temperatura del suelo y evitan el crecimiento de especies no deseadas en lugares concreto. La selección de uno u otro tipo de mulch depende de los requisitos que concurran en cada caso (uso del suelo, características climáticas y atmosféricas, topografía del terreno, disponibilidad de los materiales, coste, etc.). En general se recomienda que los materiales utilizados como mulches protectores sean biodegradables y químicamente inertes, para no dañar a las semillas ni a las plántulas. Estabilizadores Un estabilizador es cualquier material, orgánico o inorgánico, que se aplica en seco con riego posterior o en solución acuosa y produce efectos aglomerantes sobre 174

las particulas dispersas de suelo al provocar encalles coloidales; así aumenta la estabilidad de los agregados de suelo en pH muy variable, mejora la eficiencia del uso del agua y reduce la erosión; existen estabilizadores de extracción natural entre los que destacan los alginatos o extractos acuosos de algas marinas, y sintéticos derivados de plásticos, de resinas y emulsiones bituminosas. Se utilizan en siembra o plantación convencional y sobre todo en Hidrosiembra porque liga las semillas al mulch y ambos a la superficie del suelo sin crear una película impermeable. Tal aglomeración de las particulas se consigue, generalmente, provocando la formación de encalles coloidales de naturaleza orgánica, que mejoran la estructura, aumentan la capacidad de retención de agua y porosidad del suelo y proporcionan un medio biológico mas adecuado. Para que un producto pueda ser calificado como estabilizador debe reunir las siguientes características principales: • Capacidad para formar una película firme, elástica y permeable que facilite la aglomeración y fijación de las particulas del suelo. • Solubilidad adecuada para formar una mezcla homogénea que permita la distribución homogénea de semillas y mulch en el suelo. • Carácter biodegradable, de tal manera que permitan el uso de fertilizantes minerales, reduciendo el peligro de reacciones alcalinas y favoreciendo la formación de humus. • Vida media suficientemente larga para operar con eficacia hasta que la vegetación haya arraigado. Los estabilizadores se fabrican a partir de productos naturales de origen vegetal como extractos acuosos de algas (alginatos) u otras plantas, derivados del almidón, mucilagos, caucho, resinas, etc. o por síntesis química: plásticos sintéticos, polímeros acrílicos y vinilos de plástico Líquido, acetatos de polivinilo, resinas, estireno butadieno, emulsiones bituminosas, etc. Fertilizantes Son productos que aportan nutrientes al suelo; en general se tiende a utilizar abonos minerales de asimilación lenta tipo N-P-K para que su eficacia se prolongue en el tiempo. También se aplican micronutrientes: Fe, Cu, Z, etc. La aplicación de abonos nitrogenados a las mezclas de gramíneas y leguminosas tiende a estimular el crecimiento de las primeras en detrimento de las segundas, pero resulta 175

imprescindible para conseguir un precoz desarrollo y prevenir la erosión en la fase de establecimiento. El fosforo se muestra especialmente importante en los primeros estadios del establecimiento de la vegetación, y su importancia relativa con respecto al nitrógeno se acrecienta en las siembras mixtas de gramíneas y leguminosas. Su presencia en el suelo regulariza el desarrollo de las plantas, da consistencia a los tejidos y desarrolla y fortalece el sistema radicular. La deficiencia en potasio asimilable provoca efectos que se complican por la interacción con otros elementos. Mientras un cierto nivel de potasio puede ser suficiente cuando los niveles de fosforo y nitrógeno sean bajos, puede dejar de serlo cuando estos aumenten. Se puede decir que, aunque el potasio no sea limitante, su concentración tiene efecto regulador sobre la absorción de otros nutrientes. Su presencia es tanto mas necesaria cuanto mayor sea la proporción de gramíneas presentes, utilizándose para corregir los efectos de un exceso de nitrógeno. Los suelos arcillosos con pH elevado son propicios a presentar deficiencias en fosforo, mientras que los suelos arenosos pueden presentar deficiencias en potasio. Fungicidas Y repelentes Se incorporan fungicidas selectivos para facilitar la germinación, así como productos repelentes para evitar la apetencia de las semillas para pájaros, hormigas, roedores, etc. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al ser productos químicos, pueden presentar cierto grado de toxicidad transferible a otros elementos de la cadena trófica una vez ingeridos por aves y otros animales. Retenedores de humedad Son productos de diversos materiales (cerámicas porosas, polímeros acrílicos, etc.) que tienen la propiedad de absorber gran cantidad de agua que luego sueltan poco a poco favoreciendo el contenido en humedad del suelo y, por tanto, el enraizamiento de las plantas; su mayor utilidad esta en los climas secos y con precipitaciones irregulares. Herbicidas, fitosanitarios, etc. Son productos que no se suelen utilizar en revegetación por su precio y porque el concepto de mala hierba es muy ajeno a la introducción de una cubierta vegetal y porque en estas se busca la autopermanencia. IMPLANTACION DE VEGETACION Existen dos grandes enfoques u opciones estratégicas para implantar una cubierta vegetal, compleja y funcional, en cualquier espacio: 176

• La colonización espontanea de las especies existentes en el entorno facilitando la penetración de germoplasma, por ejemplo, incorporando tierras portadoras de semillas o de propágalos; incluso el pastoreo de ganado puede aportar semillas incorporadas en sus propias deyecciones. • La instalación artificial mediante las t6cnicas clásicas de siembra y la plantación. A estos se añaden otros menos importantes o frecuentes, como la instalación de porciones de tallos: esquejes, rizomas o bulbos, incluso hojas o partes de ellas, que colocadas debidamente en el suelo, generan primero raíces y después todos los órganos de la planta de la que proceden. La elección entre uno u otro método depende de las circunstancias particulares de cada caso y, muy especialmente, del plazo en que se desee conseguir una cubierta estable; a su vez, la elección entre siembra y plantación depende principalmente de la especie elegida; en general se suele emplear la siembra para las especies herbáceas y la plantación para las arbóreas y arbustivas, regla que admite muchas excepciones como, ocurre con las cuercineas (encinas y robles, principalmente) que pueden establecerse por ambos métodos o las repoblaciones del género Pinus que aunque se realizan generalmente por plantación, admiten también la siembra. En la formación de masas mixtas es frecuente utilizar ambas técnicas: la plantación para las especies de «pleno sol», y la siembra para las que precisan de un cierto sombreamiento, aunque sea solo en las etapas juveniles. En cuanto al proceso de formación de la masa vegetal estable, y en función principalmente del estado de degradación del suelo, del plazo deseado y de las posibilidades económicas, se puede proceder de una sola vez o por fases; en este caso el proceso se suele desarrollar como sigue: • Colonización primaria: consiste en el asentamiento de especies herbáceas, de carácter anual, bianual o perenne, principalmente de las familias Leguminosas y Gramíneas, las cuales generaran las condiciones mínimas de estructura, fertilidad y vida microbiana del suelo que favorecerá la posterior implantación de vegetación leñosa. • Colonización secundaria: el sustrato edáfico creado por la anterior permitirá la penetración de la vegetación arbustiva, fundamentalmente de las familias Leguminosas y Labiadas, incluso plántulas de especies arbóreas, que, a su vez, favorecen la evolución del suelo y la vida microbiana. 177

• Colonización terciaria: si las condiciones lo permiten, penetraran especies arbóreas, principalmente coníferas y frondosas, y el conjunto puede evolucionar hasta un ecosistema climácico. La intervención en cada una de estas fases puede ser más o menos enérgica y proceder por la colonización espontanea, por siembra, por plantación o por cualquier otro de los sistemas citados. Siembra Con respecto a la plantación, y cuando es posible, la siembra posee importantes ventajas, las más importantes de las cuales son las siguientes: • Desarrollo espontaneo del sistema radicular y mayor profundidad de la raíz en los momentos iniciales. •

Ejecución más económica.

• Rapidez de la operación, que permite actuar sobre una superficie mayor cuando la época de siembra es corta. •

Trabajo más fácil y menos esforzado.



Equipo más ligero.



Posibilidad de acceso a zonas difíciles.

Pero adolece de ciertos inconvenientes tales como los siguientes: • Necesidades de grandes cantidades de semilla que no siempre es fácil conseguir. •

Posibilidad de ataques de herbívoros a las semillas y a las plántulas.

• Dificultad de germinación si las lluvias son insuficientes, como ocurre en el clima mediterráneo. • Menor control sobre la densidad conseguida y la ubicación de cada planta. • Necesidad de aclarado, con el consiguiente coste. • Riesgo de arrastre de las semillas en zonas no completamente lianas. • Menor resistencia de las plantas recién germinadas a la competencia. Según las características del terreno se recurre a diferentes técnicas de siembra, tal como 178

se describe en los puntos que siguen. En general, cualquiera de ellas pasa por las siguientes operaciones: •

Preparación del soporte edáfico: camas de siembra.



Aportación de la semilla de forma manual o mecanizada.



Tapado de la semilla con tierra, mantillo u otros materiales.



Riego, en caso de que se haya previsto.



Señalamiento de la zona sembrada.



Cerramiento, en su caso.

Terrenos llanos o con bojos pendientes En terrenos llanos o en pendiente poco acusada se utiliza la siembra convencional que consiste en situar las semillas en el suelo, en condiciones favorables para su germinación. Pueden utilizarse diversos métodos para ello: • Siembra manual o a voleo: consistente en arrojar semilla a voleo sobre el suelo; se aplica poco en la actualidad por el elevado coste de la mano de obra y su lentitud, salvo en áreas de reducidas dimensiones. Una variante es la siembra por puntos, en que se realizan de forma manual en el suelo casillas de 0,40 x 4 m donde se deposita la semilla. Según la profundidad, las casillas pueden ser someras (10 cm) o picadas (30 cm). Este método por puntos suele emplearse en la siembra de especies del genero Quercus. • Siembra con máquina sembradora: generalmente transportada, delante o detrás, por un tractor, que generalmente siembran en líneas, pero también es posible hacerlo de forma irregular, como en la siembra a voleo. • Siembra con helicóptero: esparce la semilla, que queda al descubierto, sobre grandes superficies. Tras la siembra, la semilla puede quedar sobre la superficie del suelo, presionada contra el o enterrada y en intimo contacto con el suelo, formas que influyen notablemente en la posterior germinación. La siembra a voleo o por helicóptero, sin labor posterior de enterrado, deja la semilla en la superficie, expuesta a la desecación o depredación por animales y por tanto con grave riesgo de fallos en la germinaci6n. Si se aplasta contra el suelo mediante un rulo, sin realizar enterrado, se consigue mayor germinación ya que 179

pierden menos humedad. La utilización de una sembradora de brazos permite colocar las semillas a una profundidad determinada pero constante para una mezcla heterogénea de semillas, de especies diferentes, con tamaño y características fisiológicas distintas, que requerirían diferente profundidad. Terrenos en pendiente acusada En pendientes fuertes, caso típico de taludes de obras públicas, de minería, etc., donde las semillas tienden a ser desplazadas, o de difícil acceso, es muy útil la técnica de Hidrosiembra para implantar una cubierta herbácea integrada fundamentalmente por gramíneas y leguminosas, aunque puede también incorporar semillas de arbustos o incluso de arboles. Esta técnica consiste en proyectar a presión sobre la superficie del terreno una suspensión homogénea de agua, semillas y otros aditivos opcionales, con lo que se consigue evitar que las semillas sean arrastradas antes de germinar. La superficie debe estar lisa, lo menos compacta y seca posible, sin muestras o regueros de erosión, cuya presencia exigía eliminarlos con algún implemento adecuado como una grada de púas largas. Se realiza con hidrosembradora, que consiste en una cisterna (de capacidad entre 5.000 y 12.000 litros) montada sobre un camión, en cuyo tanque se mezclan mulch, fertilizantes, estabilizadores, fijadores, etc., y un conjunto de semillas mediante un agitador mecánico con varias paletas en el interior del depósito. Una bomba de alta presión conectada a un cañón distribuidor giratorio, situado en la parte superior de la hidrosembradora, permite proyectar la mezcla sobre el talud o superficie a sembrar de forma homogénea. El mulch encargado de proporcionar una cubierta o capa protectora a la semilla puede ir incorporado a la mezcla lanzada, lo mas común, o añadirlo inmediatamente después de realizada la Hidrosiembra; la cantidad de mulch que se suele incorporar es del orden de 150 g/m2y se añade también un producto estabilizador (5 g/m2). Para facilitar la nacencia y la instalación definitiva, conviene efectuar la siembra en otoño, cuando el suelo tiene ya humedad, pero siempre que no se prevean lluvias inmediatas (al menos en las 48 horas siguientes) que arrastraran las semillas.

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Los componentes básicos de la mezcla que se suele utilizar en la Hidrosiembra y sus características, son los siguientes: Agua Sirven todas las aguas validas para el riego, evitando las salobres. El contenido en cloruros y sulfates será siempre inferior al 1 %, y su pH igual o superior a 6, pero próximo a la neutralidad. Semillas Se utiliza una mezcla adecuada de semillas herbáceas (gramíneas y leguminosas) a la que en ocasiones se le incorporan semillas de las especies leñosas, arbustivas o arbóreas, presentes en el entorno. La adversidad del medio en que se suele utilizar recomienda elegir especies vegetales con determinadas cualidades especificas tal como rapidez de germinación, poder tapiz ante, enraizamiento vigoroso, periodo vegetativo prolongado, alta producción de semillas, escasa necesidad de mantenimiento y resistencia a plagas y enfermedades principalmente; en cuanto al «diseño de las mezclas» debe tener en cuenta la adaptación a las condiciones climáticas y edáficas, rusticidad, capacidad de colonizar suelos hostiles, coexistencia de plantas con distintos sistemas radicales (someros y profundos), especies con distinta exigencia en luz, existencia en el mercado, etc. Aunque varia según una causa particular, la tabla adjunta muestra los componentes mas usuales en las mezclas de semillas para hidrosiembras en la región mediterránea, así como el porcentaje en que intervienen.

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Otros Además, en la mezcla que se introduce en el tanque se incorporan una larga serie de productos con carácter de mulch, estabilizadores, repelentes, fungicidas; fertilizantes, etc. Por ejemplo, una mezcla tipo a utilizar en la Hidrosiembra de un metro cuadrado de terreno podría ser la siguiente:

Plantación La plantación es, en general, más compleja que la siembra y su éxito depende de una cuidadosa programación de las distintas fases por las que pasa. Se realiza con especies arbustivas y arbóreas, procedentes por lo general de viveros, de especies pioneras o intermedias en la sucesión vegetal que de forma natural tardarían mucho tiempo en instalarse. Como en la siembra, el éxito de la plantación depende de la elección de especies, que debe estar en armonía con las características de la zona y las 182

comunidades vegetales existentes, así como de la preparación del terreno, de los métodos de implantación y de los cuidados posteriores. Además de los factores determinantes de la selección de especies que se describieron en un punto anterior, conviene recordar algunas de las características de las plantas a instalar como son: •

Capacidad de integración en el paisaje.



Resistencia a plagas y enfermedades.



Poder de penetración de las raíces.



Capacidad para captar agua.



Demanda de elementos nutrientes.

• Facilidad de obtención en vivero y disponibilidad en el mercado. Además de favorecer la biodiversidad, la mezcla de especies arbóreas y arbustivas multiplica las posibilidades de acierto en la restauración pues en unos casos se crean microclimas favorables para las especies sensibles a la luz y, en otros, las especies pioneras, de crecimiento rápido, crean rápidamente una cubierta vegetal que protege a las mas frágiles y de crecimiento mas lento. Como se ha dicho, las especies vegetales que se utilizan en esta técnica suelen proceder de viveros, donde el tiempo de permanencia y la forma de cultivo condicionan el método de implantación posterior. En general, la planta se sirve «a raíz desnuda» o «en cepellón», que puede venir protegido por sacos de plástico o yute, envolturas de yeso, escayola o madera en caso de plantas de gran tamaño. Se impone de forma creciente, por sus óptimos resultados, la producción de planta en envases o pequeños contenedores construidos con diversos materiales, que permite mantener integro el sistema radical y la tierra que lo rodea durante todo el proceso de cultivo, transporte y plantación. Algunas normas básicas a observar a la hora de realizar la plantación son las siguientes: • Comprobar que las plantas están sanas y poseen el tamaño adecuado. • Mantener las raíces húmedas y frescas para evitar la desecación hasta el momento del trasplante, pero sin llegar a congelarse. • En ocasiones conviene podar las raíces previamente a la plantación para evitar que se retuerzan.

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• Las plantas deben colocarse tan profundo como lo permita el sistema radicular y el método de plantación (ver cuadro a continuación). • Las raíces se deben colocar rectas hacia abajo, y no hacia arriba o hacia los lados. • El hoyo de plantación debe ser rellenado correctamente, sin dejar bolsas de aire, para que las raíces estén en último contacto con el terreno y la humedad del mismo, aumentando así sus posibilidades de sobrevivir. • Evitar densidades excesivas, que producen competencia y desperdicio de plantas. Época de plantación Debe tenerse especial precaución con las bajas temperaturas, evitando siempre las heladas fuertes. Si las plantas se reciben en la obra en una de estas épocas deberán depositarse hasta que cesen las heladas. Las plantaciones realizadas en otoño presentan ventajas en los climas de largas sequias estivales y de inviernos suaves, ya que al llegar el verano la planta ha emitido ya raíces nuevas y esta en mejores condiciones de soportar el calor y la falta de agua. En lugares de inviernos crudos es más aconsejable realizar las plantaciones en los meses de febrero o marzo. Sin embargo, existen algunas excepciones a estas normas de carácter general: • Los vegetales de climas cálidos como palmeras, cactáceas, yucas, etc. deben plantarse en verano. • Los esquejes arraigan mejor cuando el suelo empieza a estar caldeado, de finales de abril en adelante, o durante los meses de septiembre y octubre. • Los vegetales cultivados en bolsa o contenedor pueden plantarse en cualquier momento, incluido el verano, pero siempre fuera de la época de heladas. La plantación a raíz desnuda de árboles y arbustos de hoja caediza ha de hacerse, como norma general, dentro de la época de reposo vegetativo. Sin embargo, se presenta con alguna frecuencia la necesidad de plantarlos cuando su foliación ha comenzado, en cuyo caso han de tomarse las siguientes precauciones adicionales: • Podar intensamente la parte aérea para facilitar la tarea del sistema radical, pero conservando de forma natural el árbol o arbusto. 184

• Eliminar las hojas ya abiertas, cuidando de no suprimir las yemas que pudieran existir en el punto de inserción. • Utilizar estimulantes de enraizamiento y rellenar el hoyo con tierra vegetal. • Acollar o aporcar la base de los arboles y arbustos, hasta una altura de 40 cm para los primeros, y de 20 cm para los últimos. • Regar las plantas con mayor frecuencia. Operaciones que comporta la plantación Una vez sistematizado el terreno y preparado el soporte edáfico, la plantación, con las lógicas variaciones de cada caso particular, se desarrolla a través de las siguientes operaciones características: • Replanteo de hoyos y señalamiento en el terreno mediante jalones u otro sistema. • Apertura de hoyos, que puede se manual mecanizada. • Mejora de la tierra extraída: fertilización, aportación retentores de humedad, etc. • Plantación: manual, plantadoras (vertedera doble, discos aporcadores y rodillos compactadores), entre vertederas (dos vertederas: una abre la zanja, se deposita la planta y la otra la tapa). • Aportación riego de arraigo. • Instalación de tutores adecuados al tamaño de la planta, en su caso. • Instalación de protectores: sombra, viento, animales. Técnicos de plantación La plantación puede realizarse de distintas formas, que pueden agruparse según dos tipos de criterios, la forma de preparación de la planta y el nivel de mecanización; así se llega a la siguiente clasificación:

1. Según el estado o preparación de la planta: • •

Plantación a raíz desnuda. Plantación en envase recuperable o no recuperable. 185

2.

Según el nivel de mecanización:

• Plantación a mano con ahoyado manual con azada, pico, zapapico, barrón o plantamon. • Plantación mecanizada mediante hoyadora helicoidal, pico mecánico, retroexcavadora, entre vertederas, maquina plantadora, etc. La utilización de contenedores aumenta la eficacia de la operación pero resulta más costoso. Los envases deben ser del tipo denominado contenedor forestal, con estrías longitudinales y una abertura final de forma que se evite la formación de arrollamientos en las raíces que pueden acarrear problemas. Precisamente estos problemas han hecho caer en desuso los envases no recuperables como las bolsas de polietileno o los alveolos de pulpa endurecida tipo «paper-pot». La plantación se realiza en hoyos o en zanjas y en alineaciones o formando bosquetes. El tamaño de los hoyos o zanjas depende de la extensión del sistema radical o de las dimensiones del cepellón de tierra que lo acompaña. Con carácter orientativo pueden definirse las siguientes dimensiones según las especies utilizadas:

La plantación a raíz desnuda puede realizarse, como norma general, con las resinosas de una savia y con los arboles y arbustos de hoja caediza que no presentan dificultades para su posterior enraizamiento. Previamente se procederá a eliminar las raíces dañadas en la operación de arranque o por otras causas, cuidando de conservar el mayor numero de raicillas. Además, para favorecer la emisión de estas e impedir la desecación del sistema radical, es conveniente la inmersión en un baño que contenga hormonas de enraizamiento inmediatamente antes de la plantación.

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El trasplante con cepellón es obligado para todas las coníferas de algún desarrollo, así como para arboles y arbustos de hoja persistente. El cepellón puede estar sujeto de forma conveniente para evitar que se agriete o desprenda. Una vez que se ha colocado la planta en el interior del hoyo debe retirarse la envoltura del cepellón si este no es degradable, cuidando que el cepellón no se desmorone. Los arboles y arbustos deben centrarse, colocarse rectos y orientarse adecuadamente dentro de los hoyos y zanjas antes de proceder a su llenado con capas de tierra que se irán compactando por tongadas. Si se añaden abonos o aditivos al suelo, se mezclaran con la tierra de relleno. Para asegurar el arraigo, cada planta debe regarse abundantemente después de la plantación, de forma que el agua atraviese el cepellón y no se pierda por la tierra que le rodea. El máximo aprovechamiento del agua se consigue realizando un alcorque alrededor de cada planta. La inmovilidad de los arboles es indispensable para evitar que el viento los derribe o incline, perdiéndose el contacto de las raíces con la tierra. Se colocan para ello tutores que se ligan a la planta a la altura de las primeras ramificaciones. Deberán colocarse en tierra firme, una vez abierto el hoyo y antes de efectuar la plantación, de forma que se interpongan entre el árbol y los vientos dominantes. La ligadura no deberá producir heridas corticales por lo que se rodeara de la protección adecuada. Cuando las plantas son de gran tamaño, especialmente coníferas, la colocación de tutores puede ser insuficiente y a veces imposible. Entonces se recurre a la colocación de «vientos» que son cuerdas o cables que sujetan al tronco a piquetes hincados en el suelo. Cada planta se fijara a la altura adecuada con tres vientos que deben tensarse periódicamente para mantener la verticalidad del árbol. Las técnicas y maquinaria utilizadas en cada método de plantación se describen a continuación: Ahoyado manual Este sistema suele emplearse poco, excepto en pequeñas superficies o terrenos poco accesibles. Para abrir los agujeros se utiliza el plantamón o el barrón. El rendimiento con este método oscila entre 800 y 1.500 plantas al día, dependiendo en gran medida de la experiencia y capacidad del operario. En cualquier caso es mucho menos eficaz que los sistemas mecanizados. Sin embargo, es preciso tener en 187

cuenta la normativa vigente en cada Comunidad Autónoma para beneficiarse de las ayudas que dan prioridad al trabajo realizado manualmente.

Ahoyadura helicoidal Se trata de una ahoyadora accionada por la toma de fuerza de un tractor de unos 75 CV, que excava un hoyo de 1 a 1,3 m de profundidad. Es un método muy adecuado para las plantaciones en parques y jardines, así como las choperas. Pico mecánico Se utiliza en zonas con pendiente acusada y va conectado a un compresor, lo cual dificulta su utilizaci6n en zonas agrestes. Efectúa una remoción del suelo y después, con ayuda de una azada, crea una banqueta dotada con una microcuenca. El rendimiento es de unas 18 a 36 banquetas por jornal. Retroexcavadora Esta maquina es cada vez mas utilizada, bien en su vertiente normal o en otra dotada con extremidades extensibles para su anclaje en pendientes acusadas. Realiza el hoyo mediante un cazo de 40-50 cm a base de remover el suelo. La labor se termina mediante el uso de azada. El rendimiento es de 40-60 hoyos a la hora. Retroaraña Esta interesante maquina es, básicamente, una retroexcavadora con brazo telescópico que posee dos ruedas y dos patas hidráulicas regulables en longitud (recorrido máximo de 60 cm) que le permiten desplazarse por terrenos difíciles utilizando su cazo como punto de apoyo; estacionada en un lugar, desbroza si es necesario, excava, remueve y deposita la tierra en el propio hoyo cuya superficie y profundidad medias es de 80 cm2 y de 50 a 60 cm respectivamente. Su potencia no excede de 60 caballos y la longitud de su brazo telescópico con cazo es del orden de los 8 m. Maquina plantadora. Es un implemento arrastrado por tractor (de 60 CV si se trata de una monoplaza o de mayor potencia si es biplaza). Consta de una doble vertedera que abre un surco, una guía que conduce la planta depositada por el operario hasta su posición correcta en el surco, dos discos aporcadores que cubren con tierra las raíces y dos rodillos compactadores que aprietan la tierra sobre el cepellón. Es muy 188

adecuada para terrenos llanos o con pendiente ligera, pero requiere una preparación previa del suelo. Se aplica, en general, a la reforestación de suelos agrícolas marginales. Su rendimiento es de 400 a 600 plantas por hora.

Entre vertederas Se trata de una técnica que efectúa la plantación mediante una vertedera doble reversible accionada por un tractor. Se depositan las plantas sobre el caballón de la primera vertedera, siendo cubierto el sistema radicular por la tierra aportada por la segunda vertedera. Es un método rápido, sencillo y que no precisa equipos especiales. Tiene el inconveniente de que las plantas quedan inclinadas y han de enderezarse de forma manual. El rendimiento de este método es, aproximadamente, de tres horas por ha. Por ultimo, conviene señalar que constantemente surgen maquinas y complementos para la plantación, a medida que las condiciones socioeconómicas de la agricultura y las demandas de la sociedad hacen prever un aumento de la reforestación. Otras técnicas de implantación vegetal Existen muchas otras posibilidades de implantar una cubierta vegetal, cuya utilidad depende de la casuística particular, como por ejemplo: • Extendido de tierras vegetales de zonas similares a la que se quiere revegetar cargadas con propágalos: semillas o partes de plantas que disponen de la capacidad para reproducir nuevos ejemplares de la planta adulta de la que proceden. En caso de obras publicas, minera, etc., estas tierras pueden ser las extraídas previamente a la ocupación de los terrenos que han sido adecuadamente conservadas durante el tiempo que dura la obra hasta su utilización en los terrenos afectados por ella. • Plantación de esquejes: fragmentos de tallos, raíces u hojas con capacidad reproductora. • Implantación de tepes o «alfombras» de especies herbáceas extraídas por decapado de superficies cubiertas por ellas. • Pastoreo con ganado que haya pastado antes en terrenos cuya vegetación se desea introducir y cuyas semillas, de las que se alimenta, atraviesan el tubo digestivo y llegan al suelo con las deyecciones. 189

• Las técnicas denominadas de bioingeniería, que utilizan material vegetal combinado con elementos estructurales inertes, como madera, hormigón, tierra compactada, mallas de metal o de plástico, geotextiles, etc., que soportan las mayores cargas de la obra. Se trata en general de disponer vegetación, por técnicas mas o menos convencionales, sobre los huecos que deja la estructura de material inerte que actúa como elemento resistente; así se pueden vegetar encachados de piedra dispuestos sobre taludes de tal forma que dejen huecos, celosas que llevan los huecos incorporados a las propias piezas que la forman, escolleras, mallas metálicas o de plástico que soportan las tierras y sobre las que se siembra, plantaciones sobre muros de contención escalonados sobre taludes, etc. Existen numerosas marcas comerciales de sistemas de bioingeniería para la revegetación de terrenos difíciles, particularmente taludes de obras publicas: gunitado en verde, geogreen, etc., todas ellas encaminadas a crear una cubierta verde con fines estéticos y funcionales en cuanto a la estabilizacion de taludes; algunas de ellas se describen en el capitulo relativo a infraestructuras lineales. Asimismo, se pueden incluir como bioingeniería las técnicas que se mencionan en los puntos siguientes: Estaquillado: trozos leñosos que se clavan en el suelo como si de una estaca se tratase y que tienen la capacidad de enraizar y reproducir una nueva planta; son aptos para la utilización de esta técnica los chopos, olmos, sauces, abedules, incluso olivos y otros. Fajinas: consisten en zanjas poco profundas en las que se depositan haces o manojos de tallos de plantas con capacidad reproductora: sauces, chopos, olmos, alisos, abedules, etc. Las fajinas se pueden construir siguiendo curvas de nivel o en forma de espina de pescado, actuando en este caso como elemento drenante que contribuye a evitar que el talud se cargue de agua con el consiguiente riesgo de desplazamiento. Entramados de matorral: consiste en situar sobre la superficie a plantar ramas entrelazadas de las especies adecuadas: sauce, chopo, olmo, alisos, etc. que se anclan con estacas y luego se cubren con tierra para favorecer su enraizamiento. Escalones de matorral: colocación de capas de ramas de especies leñosas: sauce, chopo, olmo, aliso, etc., en escalones que siguen curvas de nivel y en sentido transversal a cada escalón construido; en cada escalón se dispone una capa del material vegetal y luego se cubre. Tepes: mantas de césped cultivadas y producidas en vivero de tamaño muy variable, desde centímetros a varios metros cuadrados, y espesor de unos 60 mm. Se trata de un método muy caro que se emplea para cubrir zonas pequeñas en áreas criticas (de elevada pendiente y sometidas a fuertes procesos de erosión) y muy 190

visibles, para producir un rápido efecto. Presentan la ventaja de que se pueden plantar en cualquier época del ano, aunque es mejor en primavera o principios de otoño, debiéndose evitar los días de más calor del verano y los meses fríos del invierno. Adquisición Y TIPOS DEL MARTERIAL VEGETAL El material vegetal a implantar puede proceder de viveros reconocidos o, cuando se trate de superficies considerables, de viveros específicos mas o menos provisionales, utilizando siempre semilla de calidad. Etiquetado Tiene gran importancia utilizar planta procedente de viveros cuyas condiciones de clima y suelo sean similares a los de la zona a revegetar. En todo caso es obligatorio utilizar planta o semilla procedentes de viveros certificados y acreditados. La planta vendrá etiquetada según el siguiente código: •

Etiqueta blanca: material no identificado.



Etiqueta amarilla: material identificado.



Etiqueta verde: material selecto.



Etiqueta azul: material controlado.

También es de utilidad que el vivero informe sobre la edad de la planta y los repicados que se le han practicado, información que se proporciona mediante una f6rmula del tipo a/b/c, donde: •

A: n° de savias en el semillero.



B: n° de savias en el primer trasplante.



C: n° de savias en el segundo trasplante. 191

Para que la planta sea considerada apta para el trasplante deberá estar completamente sana, sin deformaciones ni bifurcaciones en el tallo y sin enrollamientos en las raíces; además, deberá tener equilibradas sus partes aérea y radicular. Plantas micorrizadas También es importante tener en cuenta la utilización o no de micorrizas; la micorrizacion consiste en la unión simbiótica entre las hifas de un hongo y la raíz de una planta superior. La planta suministra al hongo el carbono procedente de la fotosíntesis y un nicho ecológico protegido de los fenómenos de antagonismo microbiano que tienen lugar en la rizosfera, mientras el hongo ayuda a la planta con ciertos nutrientes minerales, como los iones fosfato, que las hifas del hongo traslocan hacia la raíz. La mayoría de las plantas verdes desarrolladas en el medio natural tiene micorrizas, las cuales contribuyen, a veces de forma necesaria, a su desarrollo normal. En España entre las especies verdes leñosas que suelen tener hongos micorrizogenos destacan las de los géneros Abies, Acer, Betula, Castanea, Corylus, Fagus, Eucaliptus, Pinus, Populus y Quercus. Las plantas micorrizadas presentan, frente a las que no lo están, una serie de ventajas que son patentes desde el primer momento, resultando tanto mas imprescindibles cuanto mas criticas sean las zonas de instalación; las mas notables son: • altura.

Mayor desarrollo radicular en el primer ano y, en general, una mayor



Menor numero de marras en la revegetación.



Mayor resistencia frente a ciertos agentes bióticos de deterioro del



Mayor resistencia frente a ciertos agentes abi6ticos de deterioro.

suelo.

Esto sucede siempre que exista un alto grado de micorrizacion de las raíces con el hongo óptimo en cada caso, lo que aconseja la utilización de plántulas micorrizadas procedentes de viveros especializados. La revegetación con planta micorrizadas exige disponer de suficiente planta de, al menos, una savia. En la actualidad existe suficiente tecnología para producir planta de calidad con elevado grado de micorrizacion y con los hongos adecuados 192

para cada situación. La planta micorrizadas se puede obtener a raíz desnuda o en contenedores de diversos formatos. Los hongos a utilizar deberán ser ecopatologicamente activos, adaptables al medio y compatibles con la semilla así como capaces de resistir el arranque, almacenado, transporte y replantación de las plantas verdes micorrizadas. Para algunas especies se pueden obtener plantas micorrizadas, conseguidas previamente por reproducción vegetativa, principalmente por macro propagación, técnica que permite la producción de gran cantidad de plantas en un corto tiempo con caracteres genotípicos previamente seleccionados. Resulta de gran importancia el conocimiento de las especies que de forma natural micorrizan a los vegetales leñosos, ya que el éxito de una revegetación depende también de la utilización de las especies que aparecen de forma natural en el lugar de implantación. Atendiendo a su estructura y a su morfología, las micorrizas se clasifican en los dos grandes grupos siguientes: •

Endotroficas: siendo las mas extendidas las del tipo vesiculo arbuscular.



Ectotr6ficas: el hongo forma un manto de hifas que tapizan la raíz.

La legislación española sobre estos temas clasifica las especies que pueden ser micorrizadas con uno u otro tipo de hongos. A tal efecto existen dos Ordenes Ministeriales: •

Orden 3070, de 21 de enero de 1989, BOE de 8 de febrero.



Orden 3080, de 21 de enero de 1989, BOE de 8 de febrero.

La necesidad de micorrizacion es más acusada en tierras agrícolas que han estado desarboladas durante largos periodos, en este caso es aconsejable la inoculación sobre las plantas en el propio vivero. El potencial de un suelo para que se produzca la micorrizacion en el viene determinado por la cantidad de esporas de hongos que contiene, por la intensidad de infección de las raíces que están presentes, así como por las características ambientales. Actualmente se comercializan plantas micorrizadas en algunos viveros, que inoculan mediante técnicas sencillas, como el aporte de tierra con esporas a los contenedores forestales. Para la micorrizacion deben utilizarse especies, e incluso razas locales de estas, a ser posible con comportamiento conocido. 193

Elementos complementarios o las plantaciones Numerosos elementos conforman al final un área revegetada, entre ellos se destacan los que se mencionan a continuación: • Cerramientos, que protegen de la penetración de animales o de personas. • Cortavientos. • Tutores. • Protectores, tubos polivalentes: sombra, humedad, protección herbívoros: roedores, jabalíes, rumiantes, etc. • Muretes protectores del suelo y de contención de agua: mampostería, terraplenes, encachados, etc. • Instalación de riego: balsas de almacenamiento de agua y tratamiento en su caso, red de riego, elementos emisores de agua, etc. (inundación, surcos a nivel, infiltración subterránea, aspersión, goteo, etc.). • Pantallas de enmascaramiento. • Elementos embellecedores: esculturas, etc. • Carteles informativos. • Accesos y elementos para control de visitantes. • Mobiliario: bancos, papeleras, etc. • Elementos culturales y deportivos. • Otros. REVEGETACION EN MEDIOS PARTICULARMENTE DIFICILES

Revegetación de canteras Las canteras son explotaciones mineras de materiales destinadas a la provisión de rocas ornamentales, áridas para la construcción, etc. Utilizan el denominado método minero denominado de cantera que consiste en el arranque de material en laderas de gran altura y fuertes pendientes, aprovechándolo casi en su totalidad de tal manera que queda escasa cantidad de estériles; esto supone una dificultad para la restauración al no disponer de materiales para rellenar el hueco lo que obliga a dejar al descubierto grandes frentes de roca de difícil y problemático remodelado. Por este motivo es conveniente prever dicha recuperación en la planificación y en el desafío de la explotación. 194

A pesar de la exigencia legal de la recuperación desde hace varias décadas, la realidad es que raramente los promotores han cumplido esta obligación, y ello por lo costoso que resulta y por una cierta permisividad administrativa que solo desde época reciente exige su cumplimiento mediante métodos expeditivos, por ejemplo la vinculación de las autorizaciones de explotación o licencia de obra al deposito de una fianza con la que responder a aquella exigencia. Situación de partida En una cantera cuya explotación esta finalizada, se pueden diferenciar, con carácter general dos zonas: • Zona de extracción, caracterizada por la presencia de paredes verticales elevadas, en el fondo de las cuales pueden aparecer lagunas y charcas originadas por el agua de lluvia o la emergencia de agua subterránea. • Zona de acumulación de escombros, depósitos más o menos voluminosos e irregulares de materiales rechazados. Suele ocupar un área mayor que la zona de extracción y no disponen de suelo edáfico desarrollado, a veces ni siquiera de elementos finos que facilitasen su formación, lo que dificulta la recolonización vegetal; por ello normalmente se requiere la aportación de materiales externos con granulometría fina, incluso de suelos vegetales capaces de aportar una base que permita el desarrollo de la vegetación a implantar. Recuperación de la fisonomía Dotar a una cantera de un aspecto integrado en el entorno en que se ubica exige una intervención generalmente costosa, debido, entre otras cosas, al elevado número de horas de maquinaria pesada que requiere. Básicamente la intervención consiste en la fragmentación, mediante medios mecánicos o explosivos, de los materiales de tamaño medio (0,2-0,5 m3) y grande (0,6-1 m3) existentes y en su realojamiento de forma organizada en la zona de extracción y en el área de escombreras. Posteriormente estos materiales han de ser cubiertos con otros finos que, a su vez, pueden sustentar una capa de tierra vegetal, destinados a generar un futuro suelo donde se asiente la vegetación. Las paredes verticales del área de extracción son los lugares menos asequibles y más costosos de transformar, para ello se puede actuar de la siguiente manera: • Fomentar la formación de grietas que serán una vía de penetración de la vegetación del entorno. 195

• Acumular materiales y tierra vegetal o materiales finos sobre la base de la pared vertical para crear una especie de «glacis» que luego será fácil y espontáneamente colonizado por la vegetación natural del entorno. • Utilizar, cuando los haya, los escalones de extracción como base para la acumulación de tierra vegetal, que, como antes, servirá de soporte a la recolonización natural. • Cubrir las paredes con una red metálica que, a modo de bolsa, encierre materiales de grano medio y fino. • Aplicar tratamientos para el envejecimiento de la roca, integrándose así, al menos visualmente, en su entorno. Las zonas encharcadas del interior de la cantera o los alrededores suelen reunir condiciones favorables para el asentamiento de una flora y fauna de interés ambiental; en consecuencia, tanto si han llegado a este estadio de evolución o adaptación ecológica, como si no lo han hecho, conviene conservarlas evitando su transformación. La idea expuesta tiene una excepción: el caso de que las aguas estén contaminadas, por ejemplo, por lixiviación de rocas próximas con contenidos minerales; en este caso puede extraerse el agua por bombeo, o rellenarse la zona encharcada con materiales finos. Si se trata de aguas subterráneas toxicas y se trata de evitar su filtración se recurre a la impermeabilización del vaso mediante relleno con materiales impermeables e incluso puede cementarse la zona manantial. Cuando el agua no sea toxica se protege el entorno de la laguna o charca, eliminándose los escombros de los alrededores. Recolonización vegetal Previamente a la revegetación del entorno han de analizarse las condiciones climáticas, microclimáticos y edáficas, así como los ecosistemas y el paisaje del entorno, para seleccionar las posibles especies colonizadoras y excluir las que no sean afines a sus características físicas; en general se seleccionaran especies resistentes, preparadas para soportar condiciones áridas. En la revegetación se suele recomendar la actuación en las tres etapas señaladas en el punto 4: colonización primaria, secundaria y terciaria. Dentro de las especies herbáceas mas utilizadas en la Península Ibérica para

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revegetación de cameras se encuentran:

Entre las especies de arboles y arbustos que se han utilizado para revegetar estos medios destacan:

Las lagunas y charcas que se encuentran en el entorno de las cameras, producidas por la explotación de una forma directa o indirecta, también tienen que ser revegetadas en algunos casos y suelen emplearse especies ripiaras como: • • • •

Thypha angustifolia. Iris pseudacorus. Juncus acutus. Scirpus holoschaenus.

Mantenimiento de la revegetación Principalmente se realiza en las etapas de revegetación primaria y secundaria y se orienta a dar estabilidad a la vegetaci6n implantada y de fomentar su desarrollo y evolución ecológica mediante la consecución de un banco de semillas que asegure año tras año la germinaci6n de la vegetación herbácea y la penetración progresiva de las especies leñosas. En las condiciones de clima mediterráneo, seco por tanto, las labores mas frecuentes de mantenimiento y desarrollo consisten en proporcionar riegos de apoyo durante las épocas de sequía, fertilizar al final del primer ano, resembrar las especies que hayan resultado menos competitivas, controlar las agresiones producidas por la fauna silvestre mediante cercados que eviten la penetraci6n, 197

protectores individuales u otras medidas, reponer las marras el segundo ano, es decir, las plantas leñosas que no han conseguido instalarse de forma adecuada, sembrar semillas de plantas leñosas que hayan arraigado en numero insuficiente, controlar las condiciones del suelo, a través de análisis fisicoquímico y estudio de la evolución de su estructura, y actuar en consecuencia. Estos aspectos se valoraran cada año, incidiendo en mayor medida sobre aquellos mas desajustados, y siempre con el objetivo de potenciar a largo plazo la diversidad biológica y la regeneración del ecosistema mas parecido al natural. Revegetación en medios áridos Las áreas áridas y semiáridas se caracterizan por la escasez e irregularidad de las precipitaciones, lo que opera como factor limitante de un cubierta vegetal estable. Ocupan grandes extensiones en numerosas zonas del planeta, se encuentran sometidas a crecientes procesos de desertificación y deterioro de las condiciones naturales de sus ecosistemas. Generalmente se acepta en el mundo entero la necesidad de adoptar medidas globales de conservación y mejora del suelo y de aprovechamiento del agua, que permitan la restauración vegetal y su efecto derivado de freno a la erosión y a los efectos de las inundaciones estacionales. Ello requiere, generalmente, construir obras complejas con dos finalidades fundamentales: evitar las pérdidas de suelo y aprovechar el agua de escorrentía, favoreciendo su penetración en el suelo o incluso su almacenamiento en aljibes, balsas, charcas, etc. Las importantes inversiones necesarias suponen que estas acciones sean realizadas por servicios de la administración del estado o de instituciones internacionales. Pasos necesarios para el restablecimiento vegetal La vegetación herbácea solo garantiza la protección del suelo con pendientes inferiores al 30%; para pendientes superiores es necesario recurrir a vegetación arbustiva y arbórea, la cual suele implantarse en la actualidad mediante trasplante de plántulas obtenidas en viveros, en lugar de la siembra tradicional, las cuales suelen venir en cepellón o en contenedores de tipo forestal. Para evitar que queden rodales demasiado grandes de suelo desnudo, desprotegido por tanto, se suele admitir una cantidad máxima de marras, de la cual da una idea la tabla adjunta, aunque existen numerosos casos particulares en que las cifras que proporciona la tabla deben ser reajustadas. La causa de estos fallos suele ser la falta de humedad en la zona 198

radical, que impide el desarrollo de la planta, pudiendo llegar a provocar su muerte. Debido al importe económico que suponen, así como al retraso que ocasionan y sus consecuencias (arrastre de tierras, erosión, inundaciones...) hay que minimizar estas marras procurando los aportes hídricos suficientes. Como se ha señalado, el factor limitante en estas zonas es la pluviometría, por lo que hay que prestarle una especial atención; la pluviometría es en general baja y concentrada en aguaceros de mucha intensidad y poca duración, con poca infiltración y mucha escorrentía. Asimismo, en zonas de altitud elevada o de montana hay que tener en cuenta el efecto estacional de las temperaturas. Son elevadas en verano, provocando grandes evaporaciones en las superficies en contacto con la atmosfera y elevadas transpiraciones en las plantas. En invierno suelen ser bajas, con el consiguiente par6n en el crecimiento vegetativo. Como consecuencia, la producción vegetal se concentra en pocos meses del ano, en que no suelen producirse suficientes precipitaciones para un adecuado crecimiento de las plantas. Es necesario el aprovechamiento al máximo de estas precipitaciones, recogiendo escorrentías, evitando avenidas y posibles inundaciones, para lo cual es preciso tener las cuencas protegidas con la necesaria cubierta vegetal que regula el ciclo hidrológico, aumenta la capacidad biológica del suelo y, al mismo tiempo, impide su destrucción. Para potenciar el adecuado crecimiento de las repoblaciones previstas hay que prestar atención a los siguientes aspectos: • Preparación del suelo: se trata de adecuar el sustrato para facilitar las labores de plantación, aumentar la profundidad del mismo, así como incrementar la capacidad de retención de agua y la velocidad de infiltración. Los trabajos de este tipo cobran mayor importancia a medida que aumenta la pendiente natural del terreno y disminuye la profundidad de la capa fértil. Los más usuales son: — Preparación de fajas sobre las que se plantar. — Subsolados lineales o cruzados. — Acaballonados. — Formación de banquetas, con relleno artificial de tierras. — Construcción de terrazas. • Corrección de problemas debidos a la torrencialita: los torrentes son ocasionados por las escasas pero fuertes lluvias y constituyen vías preferenciales del agua, generalmente siguiendo las máximas pendientes. Esto acelera la perdida de suelo y dificulta la infiltración de las precipitaciones en los terrenos. Su corrección consiste en la regularización de los mismos y el control del flujo de sus aguas, 199

evitando que la excesiva energía de estas erosione sus cauces y transporte los materiales sueltos así obtenidos. Al mismo tiempo se consigue una mejor utilización de las mismas para el riego, bien mediante el aumento de infiltración en el terreno, bien mediante la posibilidad de utilizar represas para regar zonas colindantes. Es especialmente importante la corrección de los torrentes en las zonas superiores de las cuencas, disminuyendo la pendiente del cauce mediante la construcción de diques transversales al eje que no solo reducen la velocidad del agua y laminan el caudal sino que hacen de trampa de sedimentos. Para su ejecución pueden utilizarse materiales existentes in situ, o bien gaviones metálicos debido a la comodidad de su instalación y su precio relativamente poco elevado. La altura de estas construcciones va a depender de la pendiente de la cuenca, pero suele oscilar alrededor de los 2 o 3m. Como la presión que produce el agua no es muy elevada, no son necesarios muros de gran resistencia y precio. La formación de sucesivas represas a lo largo del cauce permite disponer de reservas hídricas a la vez que favorece la sedimentación y el aterramiento de la zona, consiguiendo una disminución de la pendiente de los torrentes y de la erosión que provocan. • Corrección del déficit hídrico: suele ser el aprovechamiento de la escorrentía el método más empleado, ya que las escasas precipitaciones de estas zonas se concentran en grandes aguaceros. Además, el suelo desnudo y las grandes pendientes dificultan la retención de agua. Se deben, pues, centrar los esfuerzos en restaurar el suelo de forma que se faciliten la infiltración y la retención. A continuación se muestran los valores medios del aumento de infiltración debido a la cubierta vegetal: También la construcción de diques o represas, al ir reteniendo el agua y facilitan la infiltración, recargando acuíferos, que puede ser aprovechada en otras zonas. El agua embalsada puede utilizarse en menores cotas por gravedad, pero en muchos casos es imprescindible bombearla hasta un depósito o una red de riego, lo que encarece la operación. MANTENIMIENTO DE LA REVEGETACION

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Contrariamente a la obra civil, las operaciones de instalación de una masa vegetal no se pueden considerar finalizadas cuando acaba la obra, sino que deben pasar varios anos hasta que arraiga profundamente y es capaz de mantenerse sin intervención exterior. Por ello, una vez concluida, la vegetación implantada necesita una serie de cuidados para conducirla a su establecimiento pleno, que se realiza fundamentalmente en los primeros anos o en las etapas de revegetación primaria y secundaria, si se ha procedido por fases; en suma, se trata de dar estabilidad a la vegetación implantada y de fomentar su desarrollo y evolución ecológica. Como todos los pasos anteriores, los cuidados necesarios dependen del tipo de planta, de las condiciones ambientales, de las técnicas disponibles, etc. Los más frecuentes son los siguientes:

Reposición de marras o resiembra Las marras son las plantas muertas o que no se han desarrollado según las condiciones exigidas, y son muy frecuentes en las condiciones de clima mediterráneo; también hay fallos de germinación, de enraizamiento o de competencia en el caso de siembra. Se trata de reponer, generalmente de forma manual, las marras habidas durante los dos anos siguientes a la realización de la plantación; asimismo habrá que resembrar aquellas especies que hayan arraigado en niñero que se considera insuficiente.

Protección contra herbívoros La depredación por herbívoros es una de las principales causas en el fracaso de las revegetaciones, siendo los momentos más peligrosos la siembra, la germinación y las etapas juveniles de las plantas. Los herbívoros pueden ser domésticos o silvestres. Dentro de los primeros, son especialmente dañinos el ganado ovino y el caprino. En los silvestres la lista es muy amplia, siendo los más peligrosos los conejos y otros de gran tamaño como ciervos, gamos, corzos, jabalíes, etc. Las aves también pueden ocasionar danos a tener en cuenta. Las medidas de protección deben estar en función del tamaño de la parcela, la fauna local, su densidad, las disponibilidades de alimentos en épocas críticas, y las especies utilizadas en la revegetación. Debe actuarse desde el primer momento, es decir, la protección se realizara simultáneamente con la siembra o plantación. Los métodos mas utilizados son el vallado de la parcela o de cada planta individual para 201

el control de herbívoros, y el empleo de repelentes para el de aves y pequeños roedores. Escardas y rozas Son operaciones encaminadas a la eliminación de malas hierbas y vegetación no deseada que pueden competir con las especies recién establecidas. Puede realizarse a mano o bien mecánicamente mediante una desbrozadora. No se realiza habitualmente, ya que se trata de recuperar la vegetación zonal, más que de eliminarla para instaurar otras especies. Además, esta operación puede favorecer los procesos erosivos. Siegas En ocasiones conviene proceder a la siega de la vegetación herbácea para evitar riesgo de incendios o el «ahogamiento» de las plantitas de especies arbóreas que sufren una competencia, por el agua, nutrientes, incluso de la luz, rápida e intensa en momentos críticos. Recalce Consiste en depositar tierra alrededor del cuello de la planta con una doble finalidad: evitar que las raíces más superficiales queden al descubierto, y proteger la zona inferior del tronco que es la más sensible a heladas. Esta operación también recibe el nombre de aporcado. Podas No son una operación común ya que se pretende llegar a una vegetación lo mas «natural» posible, además de precisar muchos recursos y mano de obra. Quedan limitadas a casos concretos como desequilibrios acusados o competencia excesiva entre especies. Aclareos Cuando la vegetación arbórea crece y la siembra o plantación ha tenido éxito se hace notar la excesiva densidad de plantas arbóreas y hay que proceder a la extracción de una proporción de ellas para obtener la densidad que se considera adecuada. Riegos La elección de las especies adecuadas para la zona se hace en función de la pluviometría, como ya se ha visto, de forma que no necesiten mas humedad que la 202

disponible. Sin embargo, en ocasiones es conveniente dar algún riego de apoyo en las primeras etapas para el correcto arraigo y desarrollo de las especies, según las condiciones climatológicas del momento. En ocasiones puede añadirse al agua de riego algún tipo de fertilizante o producto fitosanitario. Es una operación costosa y debe limitarse en lo posible, procurando la adaptación del microrelieve del terreno para que las plantas se beneficien al máximo de la pluviosidad disponible, en cantidad y en régimen. Incluso conviene que las plantas sufran «un poco de sed» o estrés hídrico limitado, con el fin de que desarrolle todo su potencial de autodefensa generando un sistema radicular potente, denso y profundo, capaz de explotar el mayor volumen posible de suelo, y de que se desarrollen de forma equilibrada con las condiciones en las que han de vivir. Fertilización Se suele fertilizar una unica vez antes o en el momento de la plantación, y no se suele fertilizar después. No obstante, en ocasiones se fertiliza de nuevo al finalizar el primer año. Tratamientos fitosanitarios Pueden tener carácter preventivo o curativo, pero si la planta ha sido correctamente utilizada generalmente solo son necesarios en casos excepcionales.

REINTRODUCCION DE LA FAUNA AUTOCTONA La revegetación de un espacio degradado, se complementa con el establecimiento de una fauna adecuada, ambos aspectos se refuerzan para conseguir estabilidad. La nueva fauna que se asiente en el lugar procederá de poblaciones que hayan permanecido en el, de poblaciones cercanas o lejanas que se hayan podido trasladar al lugar, caso de las aves, o bien podrá tratarse de ejemplares introducidos intencionada y directamente. Se trata de lograr una comunidad animal adaptada a las circunstancias del espacio ya restaurado. Objetivos prefijados pueden ser la recuperación de una especie en particular o el control de alguna que se encuentre en abundancia excesiva. Las medidas, incluidas en la restauración del lugar, para eliminar impactos que directa o indirectamente afecten a la fauna, serán las primeras acciones destinadas a favorecerla. Como ejemplos de ello cabe señalar: • La eliminación de vertidos que permite el establecimiento de especies piscícolas exigentes en calidad de las aguas. 203

• El control de vertederos y basureros que impide la proliferación de roedores y carroñeros. • La disminución del uso de fitosanitarios no selectivos, que favorece a las poblaciones de insectos que son alimento de una variada avifauna. Se favorecerá también la colonización faunística al incrementar la diversidad y el numero de hábitats: zonas con agua, muros de piedra, troncos caídos, arboles viejos, etc., elementos que procederán de los preexistentes o se crearan a propósito. El número de animales que puede albergar una zona restaurada depende de factores tales como la superficie, la proximidad a otras zonas naturales, la diversidad de la vegetación y el grado de impacto humano. Medidas de recuperación de la fauna Una vez proyectada la restauración del suelo y de la vegetación ha de preverse cual será el estado de la fauna y compararlo con el estado deseable en el espacio recuperado —ese estado deseable se mide a través de la capacidad de carga del territorio: numero de individuos que puede o debe albergar un espacio y que esta determinada por los hábitats que existen—. Puede suceder que la fauna sea capaz de instalarse por si sola o que precise de medidas para impulsar su establecimiento. Por lo tanto, las situaciones posibles son: Caso en que la fauna pueda instalarse por si solo Tras la restauración, la fauna puede ser escasa pero tener capacidad para ir instalándose con el tiempo al disponer de recursos alimenticios suficientes, hábitats adecuados, ausencia de impactos notables y disponer de efectivos —numero de individuos— suficiente para reproducirse. En este caso, no es necesario adoptar medidas de reintroducción, pero si' eliminar todo aquello que pueda impedirla: afluencia excesiva de personas, ruidos, caza, etc. Caso en que lo fauna no sea capaz de establecerse por si sola Esto ocurre, por ejemplo, cuando faltan hábitats adecuados, comida suficiente o actividades que la impidan o limiten. En estos casos se plantean las siguientes soluciones: 1. Eliminar o corregir impactos. Es decir, todo aquello que impida o dificulte la vida animal: atropellos en carreteras, caza incontrolada, presencia de plagas, tendidos eléctricos con riesgo de electrocución, presencia de individuos, 204

fumigaciones, uso de venenos; competencia excesiva de una especie desfavorable ya existente en el lugar, por ejemplo, ratas, o de otras en densidad excesiva, por ejemplo, estorninos o palomas, con las que resulta demasiado difícil conseguir un equilibrio. 2. Aportar recursos alimenticios, mediante siembras y plantaciones de especies productoras de alimentos o aportando directamente comida suplementaria, por ejemplo para los animales carroñeros como los buitres o para herbívoros, con carácter permanente o en determinadas épocas desfavorables como grandes heladas, nevadas, que impidan a los animales conseguir alimentos por las vías habituales. 3. Crear hábitats adecuados. Es la medida mas importante, una vez solucionados los impactos negativos. Por una parte, la restauración general incide en el aumento de los hábitats (para tener refugios, sitios donde permanecer, alimentarse o reproducirse) pero estos no suelen ser suficientes porque un espacio restaurado es en principio un espacio nuevo y joven que no aporta suficientes hábitats. Según las especies que se desee establecer habrá que instalar unos hábitats u otros. Por ejemplo, para estimular la avifauna se pueden instalar cajas anidaderas, para las especies que crían en los huecos de los arboles, soportes artificiales, nidales en postes eléctricos (útiles para el cernícalo primilla, nidales, islas ratifícales, etc. Para las poblaciones piscícolas se pueden instalar estructuras en el cauce (pequeñitos azudes, deflectores, piedras aisladas y estructuras vegetales en las orillas) con el fin de incrementar la diversidad y el numero de hábitats, establecer una secuencia de rápidos y remansos en el cauce o frezaderos nuevos o restaurados. Para mamíferos acuáticos se dotan arrecifes artificiales, etc. 4. Introducir especies. Las especies a introducir pueden haber sido criadas en cautividad (por ejemplo, animales heridos y curados) o se importan desde otro lugar. Para ello están los centres de recuperación de animales salvajes, las piscifactorías que crían reproductores o ejemplares para la repoblación de los ríos, los parques zoológicos, etc. Al seleccionar los ejemplares a introducir se buscan las poblaciones genéticamente más cercanas. Ejemplos de reintroducción de especies son: • Los quebrantahuesos reintroducidos en el Parque Natural de Cazorla en 1996. En los anos ochenta quedaba un solo ejemplar, por ello el Parque se repobló con ejemplares descendientes de aves criadas en cautividad en Austria. • Las tortugas moras criadas en cautividad y soltadas en la Reserva Integral de la especie en Murcia. 205

• Las cigüeñas blancas criadas en cautividad (para evitar que migren a África, donde la mortalidad de las aves es grande y conseguir que se conviertan en sedentarias) y luego soltadas en los Aiguamolls de l'Emporda (Gerona). Las repoblaciones con especies y variedades autóctonas que existían antiguamente en la zona, suelen tener más éxito que las realizadas con especies o variedades no autóctonas. Otras son claramente desfavorables, como ha sucedido con la suelta de conejos en medios insulares y que han proliferado excesivamente dañando la vegetación y también con la suelta de ejemplares aislados de peces —cuya intencionalidad era mas bien deportiva o como medio de deshacerse de ellos mas que para repoblar un espacio— como el pez sol, el black-bass o el pez gato, que son especies aloctona grandes depredadoras de puestas de peces y alevines de especies autóctonas. Repoblaciones controvertidas son las que se efectúan en muchos salmoneros, bien porque no se actúa contra la causa que impide el normal desarrollo de la especie o bien porque se utiliza una variedad de la especie que no es la adecuada (caso de los ríos salmoneros donde se repuebla con trucha arcoíris en vez de con trucha común). También es controvertido el caso de las repoblaciones en ríos españoles con el cangrejo serial. El cangrejo americano infecto al cangrejo autóctono de afanomicosis y casi lo hizo desaparecer, lo que llevo a repoblar con cangrejo serial, menos agresivo que el americano pero que tampoco es autóctono; sin embargo, ahora parece que el cangrejo señal también sufre la afanomicosis y que es posible realizar con éxito repoblaciones de cangrejo autóctono. El ganado como instrumento de recuperación El ganado, al ser una fauna fácilmente controlable y que admite el traslado en caso de resultar perjudicial, puede utilizarse como una medida para conservar ciertos ecosistemas o para favorecer a ciertas especies silvestres. Así, la introducción del ganado en las márgenes de las zonas húmedas impide la proliferación de plantas que cierren la parte libre —donde esta la lamina de agua, lo que favorece a la avifauna acuática (patos, fochas, etc.)—, ciertas especies son capaces de controlar especies indeseadas, etc. La introducción del ganado también favorece a especies ligadas a el, como es el caso de la garcilla boyera o de la lavandera boyera (ambas asociadas al ganado vacuno pastante), que se introducen al mismo tiempo que este tipo de ganado. 206

V TRATflMIENTO DEL SOPOfRTE FISICO: SUELOS DEGRADADOS Y SUELOS CONTAMINADOS En este capítulo se hace una aproximaci6n al diagnostico y tratamiento de diferentes tipos de suelos degradados, desde los que han adquirido esta condición por un aprovechamiento excesivo o mal ejecutado, generalmente agrario: agrícola, forestal o ganadero, hasta los contaminados por fugas, derrames o vertidos generalmente de procedencia, directa o indirectamente, industrial. En la exposición de todos ellos se sigue un esquema similar: planteamiento del problema y los elementos determinantes del diagnostico como base de partida para exponer el enfoque y las técnicas disponibles para su tratamiento. Es común que los espacios degradados lleven asociado un suelo en malas condiciones o inexistente, decapado; esta carencia se suple de tres formas: aportando un nuevo suelo, normalmente a un coste tal que puede hacer inviable el proyecto, practicando una corrección edáfica siempre que sea posible o adaptando los objetivos del tratamiento (entre ellos la elección de especies vegetales a introducir) a la situación existente, en cuyo caso los resultados pueden ser pobres. En todo caso se trata de un recurso que se puede guardar, operación que resulta completamente recomendable cuando una obra o intervención va a ocupar irreversiblemente un suelo. De la importancia de este vector ambiental dan idea los enunciados de la Carta Europea de Suelos elaborada por el Consejo de Europa. Pero una utilización histórica negligente cuando no abusiva, que sigue en la actualidad, ha degradado o destruido grandes superficies de este recurso y llevado a la desertificación de muchas zonas lo que, unido a su papel fundamental para la vida, ha propiciado la preocupación de los países por su conservación, la cual se ha realizado con fortuna variable; destaca la Unión Europea que dedica grandes esfuerzos directamente a la conservación del suelo e indirectamente a través de la lucha contra la desertificación. Carta europea de suelos (Consejo de Europa) 1. El suelo es uno de los bienes más preciosos de la humanidad. Permite la vida de los vegetales, animales y del hombre sobre la superficie de la tierra. 2.

El suelo es un recurso limitado que se destruye fácilmente. 207

3. La sociedad industrial utiliza el suelo con fines tanto agrícolas como industriales y otros. La política de ordenación del territorio debe concebirse en función de las propiedades de los suelos y de las necesidades de la sociedad actual y futura. 4. Los agricultores y los forestales deben adoptar medidas adecuadas para preservar la calidad del suelo. 5.

El suelo debe ser protegido de la erosión.

6.

El suelo debe ser protegido contra la contaminación.

7. Las aglomeraciones urbanas deben organizarse de modo que provoquen el menor número de efectos negativos sobre las zonas limítrofes. 8. En la realización de obras publicas y en la concesión de planes de transformación deben valorarse las repercusiones sobre las tierras circundantes y deben tomarse las medidas adecuadas. 9. suelos.

Es indispensable la elaboración de un inventario de los recursos de

10. Son necesarios un mayor esfuerzo de investigación científica y una colaboración interdisciplinaria para asegurar la utilización racional y la conservación de los suelos. 11. La conservación de los suelos debe ser objeto de una instrucción a todos los niveles y de una información publica cada vez mayor. 12. Los gobiernos y las autoridades administrativas deberán planificar y ordenar racionalmente los recursos del suelo. EL SUELO El suelo es un complejo y delicado sistema constituido por partículas minerales en diferente estado de transformación, agua, sustancias químicas disueltas, materia orgánica mas o menos descompuesta y organismos vivos, que se ha formado por la acción lenta pero continuada (génesis edafológica) de los elementos atmosféricos, climáticos y bióticos, incluido el hombre, sobre la parte superior de la corteza terrestre a lo largo del tiempo. Cinco factores genéticos determinan la formación del suelo:

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• El clima, particularmente el régimen de lluvias, y el consiguiente contenido de humedad en el suelo, y el régimen de temperatura, que condiciona los procesos de meteorización y las reacciones químicas del suelo. • La roca madre, o material originario del suelo, que determina su permeabilidad y el suministro paulatino de nutrientes; diferentes tipos de roca madre pueden conducir a suelos similares, aspecto importante en la revegetación que debe atender mas al tipo de suelo preexistente que a las características de los materiales presentes en el momento de la intervención. • Las formas del terreno y los procesos que han llevado a ella, particularmente los de erosión y sedimentación, son determinantes en la formación y evolución del suelo. • Los seres vivos, particularmente la vegetación, que determina poderosamente la evolución del suelo, y naturalmente la acción antrópica; desde el punto de vista de la fertilidad, existen dos tipos de vegetación: mejorante y degradante según el saldo positivo o negativo entre los nutrientes que aporta y extrae, respectivamente. • El tiempo, los procesos formadores del suelo operan en el llamado «tiempo geológico», es decir, largo, si bien pueden acelerarse mediante intervención del hombre; en contraste el tiempo de destrucción es muy corto. En todo caso se trata de un ente en constante evolución cuyas características se modifican con el transcurso del tiempo. Las tres funciones básicas del suelo El suelo cumple tres importantes funciones muy relacionadas pero diferentes: recurso natural, soporte de vida y receptor de efluentes. Recurso natural. El suelo es el factor de productividad primaria por excelencia, valor de uso basado en las características que lo hacen mas o menos atractivo para la actividad agraria: pendientes, profundidad del perfil, drenaje, capacidad de retención de agua, disponibilidad de nutrientes, facilidad de laboreo, pedregosidad, etc. Tal valor de uso se determina a través de las denominadas clases agrologicas o sectores del terreno con el mismo tipo de limitaciones para la explotación primaria. En cuanto recurso natural al suelo se le suele atribuir las condiciones de no renovable y social.

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Soporte de vida. El suelo es un sistema complejo en el que interaccionan materiales orgánicos e inorgánicos, agua, vegetales, animales superiores y multitud de microorganismos en evolución, cambio y regulación continuos. Receptor de efluentes. El suelo ejerce un papel tampón, es decir, amortiguador, en cuanto se comporta como filtro y elemento transformador entre la atmosfera y la capa freática, que permite retener y procesar los contaminantes que lleguen a el, evitando su paso directo al agua, a los ecosistemas o al hombre; incluso para ciertos efluentes cuyo tratamiento en origen es económicamente inviable (caso de purines de cerdo, por ejemplo) se aprovecha esta capacidad procesadora como método de eliminación de dicho efluente. Las tres propiedades básicas del suelo El cumplimiento de las funciones del suelo depende de sus propiedades: físicas, químicas y biológicas, cuyo conocimiento, particularmente de los aspectos susceptibles de modificación antrópica, constituye la plataforma indispensable para definir la forma de tratamiento que le haga capaz de soportar una cubierta vegetal. Propiedades físicas Las principales características físicas de un suelo son la textura, la estructura y la morfología, la densidad, la porosidad, la consistencia, la temperatura y el color. Lo textura Se refiere a la proporción relativa de las particulas de diferente tamaño que forman el suelo; la textura determina la capacidad de absorción y retención de agua, la cantidad de aire que contiene el suelo, su capacidad portante y parcialmente su fertilidad. Existen diferentes escalas texturales entre las que destaca la del USDA (Servicio de Conservación de Suelos de USA), que establece las clases que aparecen en la figura V. 1, donde se representa un diagrama triangular que permiten determinar la textura de un suelo según el porcentaje de arcilla, limo 210

y arena. La estructura Se refiere a la forma en que se unen y ordenan las particulas existentes en el suelo formando agregados o unidades estructurales cuya estabilidad depende, fundamentalmente, de la cantidad y estado en que se encuentran los coloides del suelo. Cada modelo de unión de particulas genera un sistema poroso particular en cuanto a cantidad, forma, tamaño, continuidad, estabilidad y permanencia de los poros, y determina la permeabilidad del perfil y la velocidad de infiltración del agua a través del suelo, factores que influyen en el riesgo de erosión. Puede modificarse por compactación y por la presencia de sodio en el complejo de cambio. La materia orgánica ejerce una influencia positiva sobre la estructura, favoreciendo la formación de complejos arcillo-húmicos. Los conceptos de estructura y textura considerados conjuntamente permiten extraer ciertas conclusiones útiles para orientar el tratamiento del suelo: • Los suelos pobres en arcilla y en materia orgánica tienen, en general, una estructura débil de grano suelto; si son arenosos, la permeabilidad será elevada y escasa la capacidad de retención de agua; si son limosos, ocurrirá lo contrario. • Los suelos ricos en arcilla y pobres en materia orgánica son, en general, asfixiantes en condiciones de humedad y de masivos en seco, a menos que el laboreo o un denso entramado de raíces le proporcione cierta grumosidad. • Los suelos ricos en materia orgánica y con un contenido de arcilla superior en unas cuatro veces al de humus tienen, en general, una estructura grumosa estable, sobre todo si son calizos; en ellos aparece bien equilibrado el binomio permeabilidad capacidad de retención de agua porque entre los grumos existen poros grandes que aseguran la primera y en el interior del grumo quedan poros pequeños que retienen agua. La morfología se refiere a las formas que adopta el terreno en función de los procesos, fundamentalmente erosión, que operan sobre el; asimismo se manifiesta en la composición, espesor y color de los horizontes que forman el perfil del suelo. El resto de propiedades físicas están estrechamente relacionadas con las anteriores: así, la densidad se vincula a la compactación del suelo, la porosidad a la aireación y disponibilidad de agua, la consistencia a la traficabilidad del suelo y a las fuerzas que pueden ser aplicadas sobre el mismo, la temperatura determina la vida 211

microbiana y todos los complejos procesos que operan en el suelo, el color, por fin, esta ligado a la permeabilidad, temperatura, contenido en materia orgánica, óxidos de hierro y manganeso así como a procesos de calcinación y de erosión. Propiedades químicos El comportamiento químico de un suelo esta íntimamente ligado al contenido y tipo de arcilla y de materia orgánica/humus que contiene. Tal vez la propiedad principal sea la capacidad de intercambio catiónico o cantidad de cationes intercambiables, de sodio, potasio, calcio, magnesio e hidrogeno por kilo de suelo seco, cuya importancia estriba en la acción del suelo como un intercambiador de iones con la disolución acuosa que se mueve a través de su perfil; en este sentido, el poder tampón o «capacidad de amortiguamiento» del suelo es directamente proporcional a la capacidad de intercambio catiónico. La reacción del suelo, acidez o alcalinidad, se mide por el valor del pH, uno de los mejores indicadores de muchas otras propiedades, y especialmente del tipo y características de la vegetación que sustenta. En general, se puede decir, que la mayoría de los minerales son más solubles en suelos ácidos que en suelos alcalinos o neutros. La lluvia o el riego favorecen la acidez del suelo porque movilizan las reservas de calcio, magnesio, sodio y potasio, que son reemplazadas por hidrogeno y aluminio. Valores elevados (alcalinos) de pH producen insolubilización de micronutrientes, generando importantes problemas carenciales en la vegetación, sobre todo de fosforo en suelos calizos. Propiedades biológicas El suelo es un ente vivo que se forma y evoluciona gracias a la acción conjunta de poblaciones formadas por multitud de organismos muy diferentes y equilibradas, entre si y con el suelo: pH, humedad, contenido de materia orgánica, etc.; de todo este conjunto equilibrado dependen las funciones del suelo antes descritas. Los organismos del suelo se pueden clasificar de la siguiente forma: 1. Fauna: • Macrofauna: gusanos de tierra, insectos, arácnidos, miriápodos. • Microfauna: protozoos, nematodos. 2. Organismos vegetales: • Macroorganismos: algas, hongos (micomicetos, actinomicetos), bacterias (heterótrofas, autótrofas, semiautotrofas). • Microorganismos: de descomposición, de asimilación, asociada. 212

La fauna cumple funciones mecánicas (formación de agregados estables, de poros, etc.), químicas (evita la lixiviación de elementos nutritivos, hace de intermediario entre el suelo y la planta para la asimilación de potasio, fosforo y magnesio y liberan, gracias a su sistema enzimático, minerales inmovilizados en el suelo) y biológicas (selección y estimulación de cierta flora microbiana en el suelo). Otras funciones específicas de diferentes organismos son las siguientes: • Los hongos, como las bacterias heterótrofas, humifican la materia orgánica facilitando así su posterior mineralización. • Las bacterias autótrofas obtienen su energía transformando compuestos complejos a materia mineral; así, las bacterias nitrosas producen acido nitroso y nítrico a partir del amoniaco, las nítricas transforman el ácido nitroso en nítrico y en nitratos, las desnitrificadoras liberan nitrógeno gaseoso en medio aerobio a partir de nitratos y las reorganizadoras evitan el lixiviado del nitrógeno transformando los nitritos en nitrógeno orgánico, no soluble; las bacterias semiautotrofas (Rhizobium) fijan el nitrógeno del aire y son fuente de carbono orgánico. • Los microorganismos vegetales facilitan el enraizamiento de las plantas (microorganismos de descomposición) y participan activamente en la nutrición y en la protección de las plantas (microorganismos asociados a la rizosfera). En síntesis se puede afirmar que la actividad biológica del suelo consiste, básicamente, en transformar la materia orgánica y en facilitar la nutrición de la planta. DEGRADACIÓN DEL SUELO Como cualquier otro recurso natural, numerosos tipos de usos, de aprovechamientos y de comportamientos, pueden afectar negativamente a las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo (figura V.2) reduciendo su funcionalidad, particularmente, la productividad y la capacidad de autorregulación u homeostasis del sistema edáfico; tres razones fundamentales son causa directa de degradación: la sobreexplotación, la contaminación y la ocupación, operando de forma aislada o conjunta, en este ultimo caso, reforzándose mutuamente (sinergia positiva) u ocultando sus efectos; en síntesis resultan cuatro tipos de degradación: •

Física: alteración o destrucción de la estructura y/o la morfología del suelo.

• Química: procesos de carácter químico que repercuten en la capacidad del suelo para realizar sus funciones; destacan la acidificación, la salinización, la sodificacion y la contaminación. 213

• Biológica: reducción de la actividad biológica y de la diversidad de organismos presentes en el suelo a causa de las degradaciones anteriores y de otras como la perdida de materia orgánica y la aplicación de productos tóxicos para la fauna y la flora. • Destrucción del suelo: ocupación por actividades incompatibles con su permanencia cual son la expansión de las ciudades, la minería, la localización de infraestructuras de todo tipo: transportes, hidráulicas, etc. DEGRADACIÓN FISICA DEL SUELO Como se ha dicho, se refiere a la alteración o destrucción de la estructura y/o la morfología del suelo; ambas determinan factores de productividad y de degradación, tan importantes como la infiltración, el flujo y almacenamiento de agua, la capacidad de aireación, la difusión de calor, la facilidad a la penetración de las raíces, la resistencia a la compactación y a la erosión. El deterioro de la estructura puede producir sellado y encostramiento, compactación y cambios en las propiedades físicas, como porosidad, permeabilidad o resistencia mecánica; el cambio en la morfología se debe fundamentalmente a la erosión y se manifiesta en la composición, espesor y color de los horizontes que forman el perfil del suelo. Por su importancia se analizan aquí tres manifestaciones típicas de degradación: el sellado y encostramiento, la compactación y la erosión. Sellado u encostramiento El sellado del suelo consiste en la formación de una capa superficial densa e impermeable, de pocos milímetros de espesor, conocida generalmente como «sello», de naturaleza húmeda, que al secarse cambia sus propiedades físicas y químicas dando lugar a la formación de una costra superficial. La causa reside en la destrucción de la estructura del suelo por dos razones sucesivas: • Rotura mecánica de los agregados del suelo debido a impactos de las gotas de lluvia, laboreo, etc., que separan las particulas y comprimen los primeros milímetros de la capa superficial de suelo. • Esta separación mecánica de las particulas de suelo (arena, limo y arcilla) suele ir acompañada por una dispersión química asociada a los altos contenidos de sodio intercambiable.

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En la costra se distinguen dos zonas distintas de escasos milímetros de espesor: un sello superior muy fino situado sobre una zona de taponamiento de poros. El proceso de encostramiento depende de la textura o distribución del tamaño de las particulas, del contenido en materia orgánica, del porcentaje de sodio intercambiable, del contenido en arcillas y de la intensidad y duración de la lluvia. Se ve favorecido, en la medida en que la lluvia es mas intensa y su duración mayor, por altos contenidos de sodio intercambiable, por alto contenido de arcilla y por un contenido bajo en materia orgánica. La compactación mecánica y el secado lento son procesos adicionales que favorecen en la formación de la costra y su resistencia.

Compactación Diversas causas pueden alterar la estructura del suelo por compactación, la cual se manifiesta a través de la permeabilidad, la densidad aparente y la porosidad del suelo, parámetros que se adoptan como indicadores de este tipo de degradación.

Permeabilidad La permeabilidad, Ks, es un indicador fundamental de la ruptura de la estructura del suelo: a mayor degradación menor permeabilidad, y con ello reducción de la capacidad de drenaje y falta de aireación; valores de permeabilidad inferiores a 0,125 cm/h pueden ocasionar problemas graves.

Densidad aparente La densidad aparente crece con la degradación estructural. A los diferentes grupos texturales corresponden las densidades aparentes máximas y mínimas que aparecen en la tabla adjunta; a partir de los valores máximos, hay una disminución de la porosidad y aireación del suelo que afectan al normal crecimiento radicular.

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Índice de porosidad El índice de porosidad se define por el cociente: e - volumen total de poros/volumen de solidos. A mayor compactación corresponde menor valor del índice de poros. El cuadro adjunto muestra los valores aconsejables para los distintos tipos de suelo.

Erosión La erosión se refiere al desplazamiento de particulas, o masas, de suelo, proceso que comporta tres acciones consecutivas: extracción, transporte y sedimentación de los materiales. Puede ser geológica, que se produce a velocidad lenta, y consiste en el desplazamiento de materiales litológicos por la acción de los factores climáticos en largos periodos de tiempo, y edáfica, mas rápida y generalmente originada de forma directa o indirecta por la actividad humana que crea las condiciones necesarias para el desplazamiento mecánico de materiales del perfil edáficos como materia orgánica componentes texturales finos, etc., responsables de la fertilidad del suelo. El primer tipo de erosión es un fenómeno natural que modela el paisaje y forma ricos suelos sedimentarios, por ejemplo, las vegas de los ríos. El segundo, en cambio, se interpreta como un proceso negativo responsable de la perdida del espesor de suelo fértil que limita su utilización como despensa y soporte de las plantas. Los agentes directos causantes de la erosión son el agua y el aire, dando origen a la erosión hídrica y eólica respectivamente; la primera se produce cuando el suelo es incapaz de absorber toda el agua caída de manera que el exceso corre por la superficie desplazando materiales en forma de laminas (erosión laminar) homogéneas sobre toda la superficie o en surcos (erosión en surcos) que pueden progresar a cárcavas y posteriormente a barrancos. Así mismo la acción del agua 217

puede producir movimientos de masas, menos extensos pero mas intensos: deslizamientos, derrumbes, desplomes, reptaciones, solifluxiones, formaciones de terracetas... Por su parte, la erosión eólica generalmente es laminar al desplazar el viento los materiales finos en un frente muy amplio hasta varios kilómetros y puede favorecer los efectos de la erosión hídrica en la medida en que la destrucción mecánica de la estructura superficial deja al suelo en condiciones más vulnerables. La erosión laminar no se observa a simple vista pero se detecta a través de ciertos síntomas como la destrucción del horizonte A lo que se manifiesta en la existencia de encostramiento, en el contenido visible de materiales mas gruesos en superficie, etc., en el aclaramiento del color de la superficie del suelo con respecto al resto del horizonte superficial, en la orientación de los agregados del suelo en microsurcos que siguen la dirección predominante del agua de escorrentía o del viento, etc. La erosión en surcos es más fácil de observar, particularmente inmediatamente después de actuar un meteoro (lluvia o aire), y antes de ser borrado por el laboreo, a través de síntomas evidentes como reducción del espesor y de la situación de los horizontes edáficos, descabalgamiento de las raíces, cambios de color en grandes superficies, etc. A igualdad de régimen de precipitaciones y de velocidad del viento, los factores determinantes de la erosión más importantes son los siguientes: Climáticos. Régimen de temperaturas1 de lluvias y de vientos. La acción de la lluvia aumenta cuando crece la pendiente del terreno y la velocidad del viento. Topográficos. A mayor Angulo y longitud de pendiente aumenta la erosión; un salto significativo se produce a partir de una pendiente del 5-10% en relación con pendientes más suaves. Se considera que en terrenos con cultivos resulta inevitable la formación de cárcavas cuando la pendiente supera el 18%, cuando esta es del orden del 4 6 5%, la erosión será laminar e intensa y cuando es menor de estos valores se inicia la erosión laminar con arrastre de elementos finos. Edáficos. La naturaleza del suelo y, sobre todo, el horizonte superficial influye en la vulnerabilidad a la erosión la cual viene determinada por las siguientes variables:

____________ 1: Es significativo el fenómeno que se produce cuando un aumento brusco de temperatura origina grandes masas de evaporación que al ascender se enfrían rápidamente y dan lugar a procesos tormentosos estivales caracterizados por un tamaño de gota grande y por tanto con gran energía cinética que caen sobre suelos secos y desnudos de vegetación, en las tierras cultivadas, produciendo desmenuzamiento, desestructuración y arrastre del suelo.

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Textura. La erosionabilidad decrece desde los suelos arenosos a los limosos y arcillosos; más del 30-35% de arcilla favorece la formación de agregados estables que dan coherencia y resistencia al suelo. Estructura. A mayor estabilidad de los agregados menor erosionabilidad. Perfil del suelo. El horizonte A suele ser mas frágil frente a los inferiores, generalmente, mas compactos. Contenido en materia orgánica. A mayor cantidad de materia orgánica corresponden agregados de suelo más estables. Un contenido en materia orgánica inferior al 2% se considera fácilmente erosionable. Composición química. La presencia de cationes divalentes, como el calcio, favorece la estabilidad de los coloides frente a los cationes monovalentes (sodio). Pedregosidad superficial. Las piedras proporcionan una protección directa contra la erosión e indirecta porque el agua fluye lentamente por sus bordes facilitando la infiltración. Cubierta vegetal. La cubierta vegetal en el suelo actúa de tres formas complementarias: evita el impacto directo de las gotas de lluvia sobre el suelo y disipa su energía, reduce la escorrentía, incrementa el contenido en materia orgánica y mejora la estructura. Se acepta que las perdidas en un suelo cubierto de vegetación son menos del 5% de las que habría en uno desnudo, mientras la erosión aumenta rápidamente en suelos en pendientes con menos del 70% de cubierta vegetal. Existen diversos métodos para evaluar la erosión hídrica, entre los que destacan la Ecuación Universal de Perdida de Suelo y el desarrollado por el Programa Corine de la UE; este marca las siguientes tolerancias para los suelos agrícolas: •

4-6Tm/ha.año en suelos arenosos poco profundos.



6-8 Tm/ ha.año en suelos arenosos y arcillosos.

• 12,5 Tm/ ha.año en suelos arcillosos, profundos y fértiles. Tasas superiores a estos valores exigen adoptar medidas. El caso de los suelos jóvenes Este tipo de suelos se asocia, aquí, a los producidos por las grandes obras públicas y particularmente a los taludes (desmontes y terraplenes) por su interés 219

desde el punto de vista de la recuperación. A ellos se asocian los problemas que se mencionan a continuación: Erosión hídrica. Aunque afecta a desmontes y terraplenes, suele ser mas grave en los segundos porque están constituidos por material de aporte no cohesionado. Se trata de erosión generalmente laminar o en regueros siguiendo la línea de máxima pendiente que arrastra las partículas mas finas (limos y arcillas) quedando en la superficie arenas gruesas o gravillas prácticamente estériles. En ocasiones los surcos se hacen profundos y su acción remontante puede formar cárcavas que amenazan la estabilidad del talud. Exposición. Las pendientes que frecuentemente se utilizan en los taludes son proclives a la manifestación del efecto solana umbría, particularmente en los tramos con dirección E-O; el fenómeno tiene gran transcendencia en la germinación de semillas, en el crecimiento y en los mecanismos reproductores de las plantas. Afloramiento de rocas. En muchas ocasiones los taludes quedan en roca total o parcial y de carácter homogéneo o de diferente naturaleza y consistencia; en estos casos no existe prácticamente suelo. Catena inversa a la natural. En los taludes naturales los suelos mejores y más desarrollados se encuentran en la base decreciendo su espesor útil y su valor edáfico hacia la cima, mientras en los taludes que forman las obras públicas ocurre generalmente al revés. Deslizamientos y caída de derrubios. La discontinuidad generada entre los materiales no cohesivos del terraplén puede producir deslizamientos que afectan al suelo vegetal y dificulta tanto la evolución del suelo como el arraigo de la vegetación. Escasez o ausencia de materia orgánica. La superficie de los taludes suele quedar desprovista de materia orgánica y, por lo tanto, la actividad microbiana pueda resultar prácticamente nula. Contaminación. El tráfico emite monóxido de carbono, dióxido de azufre, monóxido y dióxido de nitrógeno, etileno, plomo, hollín, etc. que acaban en los suelos y las plantas cercanas y, al final, son arrastrados por el agua de lluvia provocando acidificación. En las circunstancias descritas de este tipo de suelos la recuperación resulta particularmente difícil y requiere con cierta frecuencia utilizar las denominadas técnicas de bioingeniería. 220

La recuperación de los suelos físicamente degradados En el capitulo IV, destinado a la revegetación, se describieron varias técnicas que aquí solo se enumeran: • Sistematización, acondicionamiento o remodelación paisajística del terreno en su entorno. • Operaciones orientadas al aprovechamiento del agua y a evitar la erosión. • Laboreo de fondo o principal. • Laboreo de superficie o complementario. • Aportación de enmiendas, particularmente, las orgánicas y las calizas, así como la adición de mulch, de estabilizadores, de fertilizantes, de fungicidas, de repelentes, de retentores de humedad, de herbicidas y fitosanitarios, etc. Complementariamente se pueden realizar operaciones orientadas a conservar el suelo recuperado, y el que se encuentre en buenas condiciones, utilizando para ello técnicas de conservación del suelo tal como las siguientes: • Mantener o mejorar la fertilidad de tal forma que se facilite la presencia de una buena cobertura vegetal y una densa masa de raíces que le protejan de la erosión. • Aplicar técnicas de no laboreo o laboreo mínimo y cuando sea necesario practicarlo siguiendo las curvas de nivel. • Acondicionar el relieve mediante zanjas de derivación, de absorción, de drenaje, de cintura para captar y evacuar aguas de escorrentía evitando así el riesgo de erosión. • Construir cortavientos y disponer otros elementos de tal forma que contribuyan a evitar la erosión eólica y a proteger la vegetación. • Otras. DEGRADACIÓN QUIMICA DEL SUELO La degradación química se refiere a los procesos de carácter químico que llevan a una disminución de la capacidad del suelo para realizar las funciones que le son propias. Los más importantes son los siguientes: • Salinización o incremento de sales en el suelo, cuyas causas fundamentales son el empleo de aguas salinas en el riego y el uso continuado de 221

agroquímicos. Puede traer asociado un riesgo de toxicidad por cloro, boro, arsénico, etc. • Sodificacion o aumento del contenido de sodio en el complejo de cambio del suelo. • Acidificación o reducción del pH del suelo a causa de riego, lluvias acidas, fertilizantes acidificadores, etc. • Contaminación o incorporación al suelo de sustancias químicas, orgánicas o inorgánicas, originadas en la actividad humana; a este tema se dedica un epígrafe posterior especifico. Salinización u sodificacion o alcalinización La salinización se refiere a una alta concentración de sales solubles en el suelo, con presencia de carbonatos y bicarbonatos solubles así como de sales insolubles; el pH es superior a 7, si bien, normalmente, inferior a 8,5, lo que acarrea la reducción de la solubilidad del hierro y del manganeso y la consiguiente aparición de clorosis en las plantas, fenómeno ligado a la solubilidad de tales elementos; asimismo, la disponibilidad de fosforo esta asociada a los rangos de pH. Además los suelos salinos, para ser calificados como tales, deben cumplir las siguientes condiciones: • Contenido en sodio inferior al 50% de la suma de todos los cationes de Ca + Mg + Na + K. • Cantidad de sodio en el complejo de cambio inferior al 15%. • Elevada conductividad eléctrica y, por lo tanto, una elevada presión osmótica. La clasificación tradicional de los suelos salinos (ver tabla adjunta) se basa en la medida de la concentración de sales en la solución del suelo, extracto de saturación, y en el porcentaje de sodio intercambiable.

La sodificacion o alcalinización de un suelo, por su parte, consiste en el exceso de sodio absorbido por el complejo de cambio; los suelos alcalinos tienen menor concentración de sales solubles que los suelos salinos y para ser calificados como 222

tales deben, además, tener un pH superior a 8,5 y un contenido en sodio intercambiable del complejo de cambio superior al 15%. Existen además suelos salinos-sódicos los cuales tienen una conductividad mayor de 4 mmho/cm y un PSI > 15%. El pH no llega a 8,5 debido a la abundancia de sales que al mismo tiempo impiden la dispersión de los coloides. Indicadores de salinidad. Diagnostico Los indicadores más comúnmente utilizados para diagnosticar una degradación por salinidad del suelo son los siguientes: • Conductividad eléctrica. El alto contenido salino confiere una alta conductividad eléctrica a las soluciones del suelo, de tal forma que el incremento de esta indica la presencia de un proceso de salinización. A partir de 4 mmho/cm de conductividad, en el extracto de saturación a 25 °C, puede haber problemas importantes de salinización. • Sales solubles totales. A partir del 0,15% de sales en el suelo se considera que existe cierta salinidad y que es muy elevada cuando tal contenido se acerca al 0,65%. • Cambio de color del suelo. Costras de color blanco o amarillento claro en la superficie pueden ser indicadores de elevados contenidos de sales. • Porcentaje de saturación de bases. Los suelos salinos presentan un porcentaje que varia entre el 70-90%. Indicadores de alcalinización o sodificacion. Diagnostico Por su parte, los principales indicadores de sodificacion son los siguientes: Porcentaje de sodio intercambiable (PSI). El aumento de sodio intercambiable indica sodificacion, y a partir del 15% se atribuye al suelo la condición de alcalino. La presencia elevada de Na+ y el bajo contenido de Ca 2+ y Mg 2+, provoca la dispersión de los coloides arcillosos y húmicos y una fuerte inestabilidad estructural. Relación de adsorción de sodio (SAR). El incremento de este parámetro indica un proceso de sodificacion. Infiltración. La sodificacion hace descender la capacidad de infiltración del suelo.

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Color del suelo. La dispersión de la materia orgánica provocada por el exceso de sodio intercambiable, produce un cambio de color en la superficie que se manifiesta en la aparición de manchas negras. Conductividad eléctrica. La conductividad eléctrica del extracto de saturación es inferior a 4 mmho/cm. CQUSQS que provocan la formación de los suelos salinos y alcalinos Los cationes y aniones que constituyen la mayoría de las sales solubles son Na+, Ca2+, Mg2+, CI" y SO2, acompañados en cantidades menores por K+, CO2 y NO; Las sales mas frecuentes en un suelo salino son NaCl, Na2S04, MgS04, NaHCO, y Na,C03. La formación y acumulación de sales se debe a diversos procesos geoquímicos que se dan en la parte superficial de la corteza terrestre; la meteorización de las rocas es fuente de cationes de sales solubles: Na+, Ca2+, Mg2+, y K+ , de HCO; y, en menor proporción, de CI", S042, NO; y BO; Con la excepción del CO32 y del HCO" , los aniones suelen proceder, en ultimo termino, de la actividad volcánica; la atmosfera también es fuente de CO;2, HCO; y NO;. Por otro lado, los materiales procedentes de la meteorización de los continentes, incluidas las sales, se han ido acumulando y transformando desde tiempos remotos en los océanos; a la vez se produce intercambio de sales entre el océano y los continentes que se manifiesta en la presencia de rocas sedimentarias de origen marino en los continentes y en la existencia de formaciones deltaicas; a ello se añade la acumulación en los continentes de las llamadas sales cíclicas, las transportadas por el viento a partir de los aerosoles creados por la rotura de las olas, las cuales pueden suponer cantidades entre 20 y 500 kg/ha y ano según la distancia a las costas y la naturaleza de los vientos. La alta movilidad de las sales hace muy raro que permanezcan asociadas a los materiales de los que proceden, de tal manera que el origen de la salinidad de los suelos hay que buscarlo en los factores que determinan tal movilidad y su acumulación: climáticos, topográficos, hidrológicos y antrópicos. El papel del clima en la acumulación de sales es tan importante que las grandes zonas de suelos salinos2 corresponden con regiones climáticas subtropicales y templadas cálidas donde el clima es árido o semiárido, es decir, donde la pluviometría es escasa, o mal distribuida cuando es elevada, y las temperaturas altas en los periodos secos. Como resultado, las sales del suelo no se disuelven, se 224

acumulan. Las zonas áridas con una capa freática a 2-3 m de profundidad y una evapotranspiración anual de 1.500 a 3.000 mm, son las mas favorables a la _____________ 2: Las principales zonas de suelos salinos son: Asia Central, Irán, Arabia, none de África, Chile, Perú, etc. En Espana existen zonas salinas en el Valle del Ebro, Delta del Ebro, Marismas del Guadalquivir, Murcia, etc.

Concentración de sales solubles, cuya acumulación en las capas superiores del suelo se da, obviamente, cuando el lavado es poco intenso; en cambio la acumulación de sales no se da en climas lluviosos. Topográficamente, la acumulación de sales esta ligada a la acumulación de agua (de escorrentía o freática) en zonas deprimidas; así, los suelos salinos se presentan en llanuras aluviales, fondos de valles, terrazas, deltas...; desde el punto de vista hidrológico es necesaria la presencia de una capa freática alta que alcance en su zona capilar, la superficie del suelo, condición que ha de combinarse con una evapotranspiración elevada que permita la concentración de sales. Pero el motivo mas frecuente de la salinización de los suelos suele ser la utilización de agua de mala calidad o el mal uso del riego. La FAO estima que esta es la causa del origen de más del 60% de los suelos salinos en el mundo. Efectos de lo salinización y la alcalinización La destrucción de la materia orgánica del suelo, es uno de los primeros efectos de la salinización, lo que trae consigo degradación de la estructura, y el consiguiente bajo poder de retención de agua, y perdida de fertilidad. En general se trata de suelos impermeables y de difícil laboreo. El alto contenido en sodio de los suelos alcalinos produce dispersión de los coloides arcillosos y húmicos provocando la destrucción de los agregados del suelo y el taponamiento de poros que puede traer consigo la asfixia radicular. Esto implica la formación de horizontes sus superficiales muy pesados, generalmente con estructura prismática y muy baja permeabilidad, quedando en la superficie horizontes arenosos, con elementos gruesos, estructuras débiles y baja fertilidad. Además el alto pH bloquea diversos elementos como P, Fe y la mayoría de los oligoelementos. Asimismo, se reduce la solubilidad y el acceso de compuestos de hierro, manganeso, boro, fosfato de calcio y magnesio. Todo ello supone condiciones desfavorables al crecimiento de las plantas llegando a producir incluso parada vegetativa, secado de hojas y, en ciertos casos, la muerte; por esta razón la cubierta vegetal de los suelos salinos es débil o muy especializada por la colonización de especies halófilas (salicornias, por ejemplo). Este efecto tiene tres causas: 225

• Sequia fisiológica: reducción del potencial osmótico del agua del suelo y por consiguiente de la asimilabilidad para las plantas. • Reducción del potencial del agua intracelular y, por ello, de su capacidad para intervenir en procesos metabólicos. • Efectos específicos causados por iones acumulados en el protoplasma y/o membranas celulares; destacan dos tipos de efectos: nutritivos, cuando la acumulación de un ion altera las concentraciones relativas de otros iones en la planta (por ejemplo, contenidos altos de Na pueden restringir la absorción e inducir deficiencias de K, Ca, Mg) y tóxicos, cuando los daños causados se asocian al contenido de un ion con independencia de los restantes (por ejemplo, el Na es toxico en bajas cantidades para los cítricos). Recuperación de suelos salinos El tratamiento de este tipo de suelos para que puedan soportar una cubierta vegetal estable se relaciona con la humedad y se orienta hacia el lavado de sales, es decir, a su arrastre hacia horizontes profundos, situados debajo de la zona radicular, utilizando para ello agua con un contenido menor en sales que la solución del suelo. Esta idea se concreta en tres puntos: 1. Mantener siempre húmedo el suelo de tal manera que se evite el ascenso de las sales por capilaridad. 2. Aumentar la percolación actuando sobre la estructura del suelo con laboreos, estercolados o enterrados en verde, incluso con la utilización de acondicionadores del suelo. 3.

Aplicar de manera uniforme y bien dosificada el agua de riego, en su

caso. Esta operación debe completarse con un buen drenaje del terreno para evitar que las sales vuelvan a ascender por capilaridad. Recuperación de suelos alcalinizados Además de las recomendaciones realizadas en el apartado anterior, en el caso de la sodificacion es aconsejable agregar calcio al suelo para sustituir al sodio en el complejo de cambio. Generalmente el producto utilizado es yeso (CaS042H, 02), aunque también se recurre en ocasiones al cloruro cálcico y otros productos.

226

A continuación, se expone un ejemplo explicativo del cálculo de la cantidad de yeso que hay que añadir a un suelo para disminuir el PSI. Supongamos que el PSI del suelo es del 16%, que la capacidad de intercambio catiónico (T) es de 28 meq/100 gramos, que la densidad del suelo es de 1,25 Tm/m3 y que su profundidad es de 15 cm. Si se desea reducir el PSI hasta el 10%, los cálculos a realizar son los siguientes: 1. ° Calcular el peso molecular del yeso. Pm CaS04 ■ 2H20 = 172 gramos. Por tanto, 1 meq de yeso = 86 mg. 2, ° PSI actual = 16% = (VNa+/T) • 100 PSI deseado = 10% = (VNa+/T) • 100 3. ° Por cada 100 gramos de suelo habrá que desplazar X meq de Na+ = (VNa* - VNa+) = (16 • T/100) - (10 • T/100) = (6 x 28)/100 = = 1,68 meq/100 g de suelo. 4. ° Luego la cantidad de CaS04 • 2H20 por hectárea de suelo necesaria es: CaS04 • 2H, 0 tm/ha = [(1,60 meq x 0,086 g/meq)/100 tm de suelo] x 1,25 tm suelo/m3 x 10.000 m2 x 0,15 m = 2,71 tm de CaS04 • 2H, 0 por hectárea de suelo.

Acidificación La acidez del suelo se evalúa por la concentración de protones (H+) en la solución del suelo y se expresa mediante el parámetro pH (-log H*) que per-mite clasificarla según la siguiente escala:

En cualquier caso, la condición de acidez de un suelo se relaciona con el uso al que se desea destinarlo, tal como muestra la variación de pH óptimo según diferentes especies que muestra la tabla adjunta. Indicadores de la acidez EI mas obvio y utilizado indicador de acidez es el pH de la solución del suelo, pero existen otros entre los que destacan: 227

• Porcentaje de saturación de bases (V). A menor porcentaje de saturación corresponde mayor acidificación; la tabla adjunta muestra la relación entre el pH y V en suelos normales de la zona templada: • Concentración de aluminio. El contenido de Al indica incremento de acidez, y su exceso, al igual que el exceso de manganeso, puede producir toxicidad en la vegetación. • Presencia de especies vegetales adaptadas a la acidez. Se trata de especies indicadoras de suelos ácidos, por ejemplo, el mastuerzo, el tojo, la asclepia, la cola de caballo, etc. Causas de la Acidez La acidificación de un suelo puede deberse a causas muy diferentes entre las que destacan las que se mencionan a continuación: • Acción de la lluvia: en los climas lluviosos hay una tendencia a la acidificación de los suelos, por dos motivos: porque el agua de lluvia incrementa la Lixiviación de los cationes de calcio y de magnesio tanto en formas libres como de carbonatos o bicarbonatos, y porque una mayor cantidad de vegetación en los climas húmedos supone un descenso del con-tenido de CO, en la atmósfera del suelo. • Actividad biológica de los seres vivos del suelo: la respiración de los seres vivos libera C02 que aumenta la acidez. • Humificación de la materia orgánica: libera ácidos orgánicos. • Fertilizantes de anión ácido: es el caso del (NH4) N03, y (NH4)9S04. • La extracción de bases de la solución del suelo por las raíces: liberación de protones. • Las rocas acidas en superficie. Disolución de elementos acidificantes. • Adición de ciertos contaminantes químicos. Efecto de la acidez 228

El pH juega un papel importante en numerosos procesos edáficos: podsolizacion, eluviacion de la arcilla, etc., y en la estabilidad estructural: un pH entre 7 y 8, en que la saturation por Ca y Mg suele ser alta, supone la mayor estabilidad. Asimismo el pH permite interpretar la disponibilidad de diversos elementos nutritivos: el fosforo; P, se inmoviliza en compuestos insolubles a pH bajo y a pH por encima de la neutralidad; la disponibilidad del K, así como de Fe, Mn, Cu, Zn y B disminuye con el aumento del pH; lo contrario sucede con el Mo. Un pH por debajo de 6 ralentiza la nitrificación así como la descomposición y la humificación de la materia orgánica. Por otra parte, el pH esta relacionado con la toxicidad a ciertos elementos, así a pH inferior a 5 puede existir toxicidad por Al y Mn. De hecho parece ser uno de los factores determinantes del escaso rendimiento de los cultivos en suelos muy ácidos. Por ultimo, conviene señalar que a la acidez se asocian problemas de carencia de calcio como alimento de las plantas y microorganismos, de exceso de aluminio en la solución del suelo, de humificación y mineralización, de dificultad en la fijación del nitrógeno por un descenso de la actividad de los microorganismos, etc. El intervalo de pH al que una especie vegetal es susceptible de producir un rendimiento máximo es normalmente amplio (2 o 3 unidades). En la tabla adjunta aparece el pH óptimo de algunas especies. Corrección de la acidez: el encalado del suelo Una norma de general aplicación consiste en utilizar las especies vegetales adaptadas al pH del suelo cuando su acidez no es muy acentuada. Cuando esta es elevada hay que corregirla. La principal practica correctora es el encalado, que se basa en la aportación de CaCO, al suelo el cual, en presencia del acido carbónico, se convierte en bicarbonato cálcico, soluble, y disociable en Ca2+ y OH~, lo que supone incremento del contenido de calcio en el complejo de cambio y disminución de la acidez.

El encalado hace aumentar las bacterias fijadoras de nitr6geno y las de asimilación, con lo cual el suelo se enriquece de forma considerable y aumenta la 229

nutrición de las plantas. Pero el encalado tiene un inconveniente: los compuestos de boro y manganeso se hacen menos asimilables. Los productos mas utilizados en el encalado son la cal viva (riqueza en calcio del 55 al 95% de CaO), la cal apagada (riqueza esta" entre 50 y 72%), la cal magnésica, margas molidas, escorias, subproductos de la industria como espumas de azucarería, etc.

230

Cuatro condiciones determinan la efectividad de un encalado: • Enterramiento: hasta una profundidad tal que pueda ser utilizado de forma directa por la zona radicular y no se pierda por lixiviación. • Mezcla: la actividad del encalado se incrementa con su mezcla intima con el suelo. • Época: aunque se puede realizar en cualquier época del ano, generalmente se emplea en verano, después de la recolección en los suelos cultivados. • Compatibilidad: el producto utilizado no se debe mezclar con estercolados ni con otros productos utilizables como enmienda caliza. • Dosis: depende sobre todo del pH del suelo, pero también del tipo y condiciones de este. Como en el caso de los fertilizantes, el encalado puede ser corrector o de fondo y de mantenimiento. Encalado de fondo Se realiza de forma progresiva, a un ritmo tal que incremente una unidad de pH, aproximadamente, por cada encalado. En suelos con una cantidad razonable de materia orgánica se suele alcanzar un pH cercano a 6 o 6,5. Si el suelo es arcilloso o limoso el pH suele ser de 7 a 7,5. La tabla adjunta (Gross) muestra las cantidades orientativas para un buen encalado.

Encalado de mantenimiento A titulo orientativo, se recomienda aportar, cada tres anos en suelos francos y arenosos y cada cinco anos en suelos arcillosos, las cantidades que señala la tabla adjunta para distintos tipos de suelos (según Gross).

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DEGRADACIÓN BIOLÓGICA Dos grandes tipos de procesos producen la degradación biológica de los suelos: la reducción del contenido de materia orgánica y la toxicidad producida por contaminantes; los efectos del primero se manifiestan en la perdida de nutrientes para los organismos del suelo, por tanto, en la reducción del numero y actividad de estos (actividad biológica), y en un descenso del contenido en CO, La toxicidad se produce por la aplicación al suelo de productos que pueden dañar la fauna y flora, incluso ocasionar su desaparición, con la consiguiente ralentización de los procesos de edafizacion y de nutrición de las plantas; generalmente se produce por la incorporación de metales pesados: cobre, mercurio, plomo, manganeso y zinc, por encima de ciertos umbrales, cuyas principales fuentes son la meteorización de la roca madre, la aplicación de agroquímicos, los lodos de depuradora y los vertidos industriales, y de productos orgánicos de muy diferente naturaleza. A este tema se destina el punto siguiente. De acuerdo con lo anterior, los indicadores más claros de la degradación biológica del suelo serán: • La cantidad de materia orgánica, que representa el potencial de actividad biológica de un suelo3. • La cantidad de organismos, que se interpreta como una media de la actividad biológica del suelo. •

La cantidad de C02, que indica la actividad biológica.

La forma de solucionar el bajo contenido en materia orgánica de un suelo consiste en realizar enmiendas orgánicas, es decir, en añadir al suelo materia orgánica en cualquiera de sus diferentes formas: estiércoles, compost, enterrados verdes, etc. SUELOS CONTAMINARDOS 232

El suelo actúa como filtro y almacén de muchas sustancias evitando que lleguen a las aguas subterráneas, capacidad que no es ilimitada, lo que lleva a la idea de los suelos contaminados; por tal se entiende, de acuerdo con la Ley 10/1998 de residuos, aquel que tiene alteradas su composición química, características físicas o actividad biológica debido a la presencia de compuestos extraños, y ello suponiendo un riesgo para la salud humana, la vida animal y el medio ambiente. Los contaminantes que llegan al suelo proceden (ver tablas adjuntas), generalmente, de la atmosfera, de los productos fertilizantes y fitosanitarios que utiliza la agricultura, de vertidos de residuos urbanos e industriales, etc. Como se dijo, son los metales pesados y los compuestos orgánicos los dos tipos más importantes de contaminantes del suelo, por lo que se detallan a continuación. LA contaminación por metales pesados La mayoría de los suelos contiene metales pesados procedentes de los propios materiales de los que proceden. Más allá de estos existen fuentes antrópicas relacionadas con la actividad agrícola e industrial; en la primera se utilizan fertilizantes, enmiendas y pesticidas que frecuentemente contienen 233

metales pesados, ya sea como impurezas o como constituyentes activos. _________ 3 En Espana, para asegurar una buena fertilidad del suelo, se aconsejan contenidos en materia orgánica superiores a 1,5% en suelos cultivados en secano y al 2% en regadío

La utilización de enmiendas orgánicas de orígenes diversos, como son los lodos de depuradora, también es una fuente de metales pesados. En la tabla siguiente se puede ver el contenido en metales pesados de distintas enmiendas.

Dependiendo de la forma en que lleguen al suelo, su dispersión será rápida o lenta y abarcara una zona más amplia o más pequeña, de ahí la importancia de localizar las zonas de vertido donde las características geológicas e hidrológicas aconsejen, y evitar cualquier vertido incontrolado. Los principales elementos de vertidos de industrias a controlar son Ag, As, Au, Cd, Co, Cr, Cu, Hg, Mn, Mo, Ni, Pb, Sb, Se, Sn, Tl, U, V, W y Zn. También hay que vigilar el exceso de los elementos que se añaden con las fertilizaciones de los cultivos como N, P, K, Ca, Mg, S, Bo, Fe, Mn... Lo contaminación por compuestos orgánicos La contaminación por productos orgánicos se caracteriza por su gran complejidad, que se debe a la enorme variedad de compuestos orgánicos naturales y de síntesis existentes y su muy diferente comportamiento en el suelo. La principal diferencia con los compuestos inorgánicos es que pueden ser degradados por los 234

organismos del suelo hasta el nivel de C02 o ser incorporados a la materia orgánica del suelo; sin embargo, en muchos casos persisten durante largos períodos, creando condiciones toxicas para los seres vivos e incluso alcanzar los acuíferos sin haber sido degradados. La movilidad de los compuestos orgánicos en el suelo esta relacionada con su solubilidad en agua, a mayor solubilidad mayor movilidad; otros reaccionan con la fracción solida del suelo, fundamentalmente con la materia orgánica, quedando adsorbidos en ella de forma transitoria 0 permanente; en todo se caso se produce un retardo de su movimiento en el suelo y, por tanto, un aumento del tiempo en el cual puede ser atacado por los microorganismos. La medida de la movilidad en el suelo de los compuestos orgánicos se puede medir a través del coeficiente de partición octanol/agua (Koc): Koc = Co/Ca Donde: Co es la concentración del compuesto en octanol y Ca la concentración del compuesto en la fase acuosa. A mayor Koc, menor será la solubilidad en agua, y por tanto menor será su movilidad. Recuperación de suelos contaminados. Antecedentes La preocupación social por la contaminación de este vector ambiental ha ido retrasada con respecto a la contaminación de los otros dos vectores: aire y agua, de tal manera que, en general y en Espana en particular, la acción en materia de prevención, corrección y curación de la contaminación de suelos data de fechas muy cercanas. Sin embargo tres razones fundamentales han llevado a la sociedad la conciencia sobre este problema: el riesgo que supone para la salud de las personas y para el funcionamiento de los ecosistemas, la estrecha relación entre el suelo y las aguas subterráneas y el creciente empleo de estas, incluido el abastecimiento urbano y las condiciones que introduce para la implantación de determinadas actividades con la consiguiente perdida de valor económico de los suelos afectados. En Espana hasta 1989, en que aparece el Plan Nacional de Residuos Industriales cuyo programa P6 se refiere a la identificación, control y recuperación de espacios afectados por residuos tóxicos y peligrosos, no se manifiesta 235

explícitamente la preocupación por la contaminación industrial de los suelos; no obstante existía una rica tradición en materia de diagnostico y conservación de suelos realizada desde el mundo de la agronomía y la agricultura. En 1991, el Ministerio de Obras Publicas y Urbanismo, responsable entonces de la política ambiental, convoca un concurso para elaborar el Inventario Nacional de Suelos Contaminados para cuya realización se analizaron 72.000 actividades industriales, de las que 18.142 resultaron ser potencialmente contaminantes; en 1992/93, se inventariaron 4.532 emplazamientos, relacionados con tales actividades, a los que se suponía la posibilidad de que estuvieran contaminados, en 278 de ellos se estudio la existencia real de riesgo para las personas, fauna, flora o ambiente y se caracterizaron según una serie de parámetros relevantes. Posteriormente en los anos 1994/95 se amplio el estudio con el inventario de 370 nuevos emplazamientos y la caracterización de 120 de ellos. Luego se ordenaron los emplazamientos caracterizados en función del riesgo que implicaban y se emprendieron acciones en 61 de ellos: aquellos cuya caracterización recomendaba actuar a corto plazo. En 1994 se planteo la necesidad de adoptar una serie de medidas urgentes derivadas de los objetivos marcados por la UE en la materia, las cuales se plasmaron en dos planes nacionales aprobados en 1995. El Plan Nacional de Residuos Peligrosos, en el que se apuesta por la minimización de residuos, mediante instrumentos económicos orientados a incentivar la sustitución de los procesos de fabricación mas contaminantes por otros con tecnología mas limpia y la construcción de depósitos de seguridad donde se confinen aquellos que no se pueden evitar. El Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados, que define las líneas prioritarias de actuación en este campo y establece la forma de financiar la descontaminación de suelos degradados por actividades industriales. Este plan prevé que, en el futuro, cada Comunidad Autónoma se encargue de inventariar y caracterizar los emplazamientos, contando para ello con la colaboración de la Administración Central. En síntesis los objetivos del plan son los siguientes: • Caracterizar 1.650 emplazamientos y recuperar 275 suelos contaminados (38 millones de m3 de suelo y más de 9 millones de m3 de aguas subterráneas). 236

• Crear una normativa con estándares de calidad de los suelos según el uso posterior al que están destinados. • Homogeneizar las técnicas de estudio en cuanto a toma de muestras y análisis. • Señalar en el registro de la propiedad los terrenos incluidos en el inventario o aquellos de los que exista expediente de posible contaminación. Marco legal de la recuperación: la Ley 10/1998 de residuos La recuperación de suelos contaminados esta prevista en la Ley 10/1998 de Residuos; su artículo 27 señala: 1. Las Comunidades Autónomas declararen y harén un inventario de los suelos contaminados debido a la presencia de componentes de carácter peligroso de origen humano, evaluando los riesgos para la salud humana o el medio ambiente, de acuerdo con los criterios y estándares que, en función de la naturaleza de los suelos y de los usos, se determinen por el Gobierno previa consulta a las Comunidades Autónomas. A partir del inventario, las Comunidades Autónomas elaboraren una lista de prioridades de actuación, en atención al riesgo que suponga la contaminación del suelo para la salud humana y el medio ambiente. Igualmente, las Comunidades Autónomas declararen que un suelo ha dejado de estar contaminado tras la comprobación de que se han realizado de forma adecuada las operaciones de limpieza y recuperación del mismo. 2. La declaración de un suelo como contaminado obligará a realizar las actuaciones necesarias para proceder a su limpieza y recuperación, en la forma y plazos en que determinen las respectivas Comunidades Autónomas. Estarán obligados a realizar las operaciones de limpieza y recuperación reguladas en el párrafo anterior, previo requerimiento de las Comunidades Autónomas, los causantes de la contaminación, que cuando sean varios responderán de estas obligaciones de forma solidaria y, subsidiariamente, por este orden, los poseedores de los suelos contaminados y los propietarios no poseedores, todo ello sin perjuicio de lo establecido en el articulo 36.3. 237

En todo caso, si las operaciones de limpieza y recuperación de suelos contaminados fueran a realizarse con financiación publica, solo se podrán recibir ayudas previo compromiso) de que las posibles plusvalías que adquieran los suelos revertirán en la cuantía subvencionada en favor de la Administración publica que haya financiado las citadas ayudas. 3. La declaración de un suelo como contaminado podrá ser objeto de nota marginal en el Registro de la Propiedad, a iniciativa de la respectiva Comunidad Autónoma. Esta nota marginal se cancelará cuando la Comunidad Autónoma correspondiente declare que el suelo ha dejado de tener tal consideración. 4. El Gobierno aprobará y publicará una lista de actividades potencialmente contaminantes de suelos. Los propietarios de las fincas en las que se haya realizado alguna de estas actividades estarán obligados, con motivo de su transmisión, a declararlo en escritura pública. Este hecho será objeto de nota marginal en el Registro de la Propiedad. Los titulares de estas actividades deberán remitir periódicamente a la Comunidad Autónoma correspondiente informes de situación, en los que figuren los datos relativos a los criterios que sirvan de base para la declaración de suelos contaminados de acuerdo con el apartado 1. Las Comunidades Autónomas establecerán los criterios que permitan definir la periodicidad para la elaboración de los informes de situación del suelo. 5. La transmisión del titulo del que trae su causa la posesión, o el mero abandono de la posesión, no eximen de las obligaciones previstas en este Titulo. 6. Lo establecido en este Titulo no será de aplicación al acreedor que en ejecución forzosa de su crédito devenga propietario de un suelo contaminado, siempre que lo enajene en el plazo de un año a partir de la fecha en que accedió a la propiedad. Y sigue el: Articulo 28: Reparación en vía convencional de los danos al medio ambiente por suelos contaminados. Las actuaciones para proceder a la limpieza y recuperación de los suelos declarados como contaminados podrán llevarse a cabo mediante acuerdos 238

voluntarios suscritos entre los obligados a realizar dichas operaciones y autorizados por las Comunidades Autónomas o mediante convenios de colaboración entre aquellos y las Administraciones Publicas competentes. En todo caso, los castes de limpieza y recuperación de los suelos contaminados correrían a cargo del obligado, en cada caso, a realizar dichas operaciones. Los convenios de colaboración podrán concretar incentivos económicos que puedan servir de ayuda para financiar los costes de limpieza y recuperación de suelos contaminados. A titulo de ejemplo se citan a continuación las acciones de la comunidad autónoma de Madrid en la materia: • 1997-1998: Inventario de Suelos Potencialmente Contaminados • 2001-2006: Plan Regional de Actuaciones en Materia de Suelos Contaminados en la Comunidad de Madrid. Define la política preventiva y correctiva de los suelos de la Comunidad. Asimismo describe los programas de actuación a desarrollar entre el 2001 y el 2006. • Decreto 326/1999, por el que se regula el régimen jurídico de los suelos contaminados de la Comunidad de Madrid; por este decreto se crea, además, el Inventario de los Suelos Contaminados de la Comunidad de Madrid. • Inversiones del Plan Regional de Actuaciones en Materia de Suelos Contaminados en la Comunidad de Madrid (2001-2006). Cronograma con las inversiones en los distintos programas y actuaciones del Plan. Etapas características por las que pasa la recuperación de un suelo contaminado Un proyecto de recuperación de suelos contaminados se desarrolla, esquemáticamente, según las cinco etapas que se mencionan a continuación: •

Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes.



Análisis de riesgos.



Determinación del tratamiento. Estudio de viabilidad. Ensayos. 239



Medidas de recuperación y control de la eficacia del tratamiento.



Control final.

Este proceso se puede interpretar como una particularización al caso de suelos contaminados de las fases y tareas expuestas en los capítulos II y III para la recuperación de cualquier espacio degradado, con la particularidad de que aquí se trata de un problema estrictamente técnico en el que la opinión publica del entorno queda implícita en la propia exigencia legal de la descontaminación; en efecto, las dos primeras fases corresponden al diagnostico de la degradación, la tercera al enfoque y estilo del tratamiento, la cuarta al proyecto y la quinta a la gestión. Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes El objetivo de esta tarea consiste en estudiar el emplazamiento problema y detectar la existencia de contaminantes en el, analizar los tipos, concentración y dispersión de las sustancias previsiblemente existentes y definir el grado de afectación al medio. De acuerdo con ello el estudio de caracterización debe responder al menos al siguiente contenido y objetivos: • Estudio preliminar: datos históricos sobre las actividades (agrícolas, ganaderas, industriales) y posibles accidentes que hayan podido alterar el suelo. • Estudio geológico e hidrogeológico del emplazamiento: suficiente para interpretar la distribución espacial de la contaminación y el comportamiento de los flujos hídricos, que son los responsables en gran medida de la dispersión de los contaminantes; para ello ha de analizar la naturaleza, estructura y permeabilidad del suelo, la localización de los niveles freáticos y las formas y cantidad de la escorrentía. • Estudio de las características físicas, químicas y biológicas del suelo: textura, estructura, humedad, oxigeno disuelto, pH, temperatura, conductividad, disponibilidad de nutrientes, así como disponibilidad de microorganismos activos en el caso de la biorremediación. • Estudio químico analítico: se refiere a la búsqueda de contaminantes basada en la toma de muestras; la cuantificación vendrá orientada por las actividades realizadas sobre el espacio en estudio, por el análisis histórico y por el tipo de riesgo sobre el vector ambiental afectado. Se trata, pues, de la 240

determinación cualitativa y cuantitativa de los contaminantes existentes. Incluso puede resultar útil conocer la presión de vapor, la densidad, el grado de solubilidad, etc. • Evaluación de la dispersión de los contaminantes. • Estimación del volumen de suelo a tratar. • Estándares de calidad pretendidos en el emplazamiento y posibles tratamientos alternativas. • Discusión de resultados y elaboración de informe. Análisis de riesgos Se trata con esta tarea de valorar de una forma objetiva, dentro de lo posible, la amenaza o el riesgo derivado de la contaminación presente y de su posible dispersión por transporte físico, para la salud y calidad de vida de la población, para los ecosistemas, para las actividades socioeconómicas y para el uso al que se va a destinar el emplazamiento. La evaluación de riesgos sobre la salud humana puede considerarse como una aplicación practica del principio toxicológico dosis de reacción, según el cual, a medida que la exposición a un producto aumenta, la proporción de población expuesta que puede sufrir una reacción toxica aumenta también. Es preciso, por tanto, establecer un nivel de tolerancia que marque la concentración de contaminantes que podría permitirse después de la limpieza y rehabilitación. Al proceso por el que se reduce la contaminación de un emplazamiento hasta límites de riesgo aceptables se denomina gestión del riesgo. Su determinación certera es importante por múltiples razones, de las que no es la menor evitar los frecuentes sobredimensionados. Un 241

procedimiento riguroso para tal determinación es el representado en el diagrama de flujos que muestra la figura V.3, el cual se puede seguir fácilmente Determinación del tratamiento, estudio de viabilidad y ensayos Las dos tareas anteriores permitirán determinar el enfoque, estilo y tipo de tratamiento que se presume mas adecuado al caso, revisando para ello las opciones disponibles y sus implicaciones tecnológicas, económicas y de gestión; en ocasiones resulta aconsejable, incluso necesario, realizar un estudio de viabilidad, particularmente si el tratamiento se realiza en el mismo emplazamiento (in situ), en términos de viabilidad técnica según los objetivos de calidad perseguida y viabilidad económica, al menos; para determinar el coste y la duración aproximada del tratamiento se suelen realizar ensayos piloto en los puntos mas conflictivos del emplazamiento. Medidas de recuperación y control de su eficacia Corresponde esta fase a la elaboración del proyecto del tratamiento contando para ello con la caracterización y los resultados de los ensayos piloto realizados, en su caso; con ello se procede al montaje, la puesta en marcha y la explotación de la instalación. Cuestión importante es fijar los objetivos de limpieza a los que se quiere llegar, los cuales se eligen de acuerdo a estándares predefinidos, si existen, y atendiendo a la futura utilización del emplazamiento. Para una correcta optimización se deben, además, controlar las condiciones de recuperación o degradación y los parámetros que afectan directamente en el funcionamiento del sistema aplicado Control final y rehabilitación del emplazamiento Consiste en analizar los resultados obtenidos en función de los objetivos perseguidos y los alcanzados. Incluso resulta conveniente proponer mejoras o modificaciones orientadas para la optimización del sistema. El tratamiento se da por finalizado cuando se alcanzan los valores de contaminación marcados como objetivos y se demuestra que son estables. Pero la 242

operación no se puede considerar finalizada mientras no se adopten dos decisiones fundamentales: • Que se hace con la instalación que se monto, en su caso, para la descontaminación. • Tratamiento de acabado del emplazamiento, es decir, recuperación del espacio en función del entorno y del destino previsto. Enfoques del tratamiento Cuatro grandes categorías de enfoque se plantean ante el saneamiento y recuperación de un espacio contaminado; son las siguientes: Confinamiento Aislamiento del medio contaminado: residuos y/o suelo contaminado, evitando la entrada de aguas superficiales y subterráneas, la salida de lixiviados, de polvo y de gases así como cualquier posibilidad de contacto directo. Medidas destinadas a conseguirlo son el sellado en general (ver capitulo correspondiente a sellado de vertederos), la instalación de barreras, los sistemas de recogida de aguas y lixiviados, etc. Tratamiento «in-situ» Es aquel que se realiza en el propio espacio contaminado, sin extraer el suelo, mediante muy diversas tecnologías en continuo desarrollo; en general resulta competitivo respecto a otros enfoques en términos de coste y permite el uso del espacio durante su recuperación, sin embargo requiere un periodo de tiempo relativamente largo. Excavación y tratamiento en el lugar o fuera del lugar El tratamiento en el sitio («on-site») del suelo contaminado se realiza en el mismo lugar, pero extrayéndolo del terreno, que una vez recuperado se repone. Se trata de una operación costosa realizada con unidades que requieren mucho espacio y un volumen grande de suelo a tratar para conseguir una cierta rentabilidad. El tratamiento fuera del lugar («off-site») se realiza en un lugar fuera del emplazamiento, en instalaciones centralizadas autorizadas; su viabilidad depende de 243

la distancia a la que se encuentra la planta de tratamiento ya que hay que trasladar grandes volúmenes de suelo. Excavación y vertido controlado Consiste en extraer el suelo contaminado o parte de el y transportarlo a un vertedero que lo acepte. Presenta como ventaja la fiabilidad y la rapidez, y como inconveniente el coste ligado a los grandes volúmenes a transportar. Una práctica frecuente consiste en utilizar un tratamiento diferenciado por zonas, por ejemplo, retirar el suelo de las partes mas contaminadas y usar otros tratamientos para el resto del emplazamiento. No hay limitación en cuanto a la naturaleza de los contaminantes, pero hay que tener en cuenta determinados factores cual son: • La salud y la seguridad de los trabajadores, en caso de agentes muy tóxicos, explosivos o radiactivos. • La posibilidad de migración de los contaminantes, en la idea de que si fuesen escasas conviene recurrir al confinamiento. • La comparación económica del tratamiento una vez excavado el suelo, con tratamientos alternativos de tipo in situ, es decir, sin extracción. El coste puede hacer inviable este tratamiento, dependiendo del volumen a tratar, de la profundidad de la excavación y del precio del vertido controlado. Los enfoques citados se hacen operativos a través de diversas tecnologías las mas importantes de las cuales se describen a continuación agrupadas por su carácter: térmica, fisicoquímica o biológica, y su campo de aplicación según los enfoques antes descritos. Tecnologías térmicas Están basadas en la aplicación de calor y son aplicables al tratamiento de suelos excavados. Existen dos tipos: Incineración en horno rotativo

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Se aplica a los suelos contaminados con materiales orgánicos, los cuales se queman junto con la materia orgánica del terreno; queda, por tanto, un suelo biológicamente inerte e irreversiblemente alterado en su estructura.

Desorción térmico Se aplica para eliminar contaminantes orgánicos volátiles (punto de ebullición menor de 430° C) de suelos y de lodos de perforaciones petrolíferas. La diferencia con el método anterior consiste en que se utilizan temperaturas mas bajas y, en lugar de aire, un gas inerte que transporta los compuestos orgánicos gasificados a diferentes unidades de tratamiento según su concentración: a una unidad de condensación para su recuperación, a una unidad de combustión para su destrucción o a una unidad de adsorción en carbono activo para su eliminación. Los suelos obtenidos son biológicamente inertes pero conservan su estructura. Tecnologías fisicoquímicas Combinan tratamientos de carácter físico y químico y tienen aplicación muy variable. Existen los siguientes tipos principales: Extracción Método utilizado para el tratamiento de suelos contaminados con sustancias orgánicas y que han sido excavados. El proceso consiste en añadir agua al suelo para obtener un fango que posteriormente se mezcla con un disolvente encargado de atrapar las particulas de contaminante, mezcla que luego se centrifuga para separar las fases solida y liquida; esta se calienta y decanta para separar el agua del disolvente; el agua se trata para reutilizar o devolver limpia al medio y el disolvente se trata también para separarlo de la fracción orgánica extraída y reutilizarlo; la fracción orgánica se incinera. En cuanto a la fase solida, no contiene orgánicos, es inerte y sus condiciones geotécnicas han cambiado considerablemente. Lavado del suelo excavado Tecnología muy eficaz para la eliminación de metales de suelos contaminados. Consiste en introducir el suelo en un tanque con la solución lavadora, que se 245

compone de agua y alguna sustancia acida, básica o detergente, según sea la naturaleza del contaminante. La mezcla se decanta y se procede al tratamiento de recuperación del medio de lavado para ser reutilizado.

Lavado «in situ» Técnica aplicable solamente a contaminantes solubles, en suelos permeables y donde no exista la posibilidad de que se produzcan migraciones descontroladas del agua cargada con los contaminantes. El lavado consiste en inyectar agua limpia en el suelo contaminado, a través de una serie de pozos, que se carga con los contaminantes disueltos y se extrae por otra serie de pozos para proceder después a su tratamiento; una vez limpia el agua se puede volver a inyectar. Solidificación/estabilización Consiste en incorporar los contaminantes a materias solidas con baja permeabilidad, creando una especie de mortero mezclando el suelo contaminado con cemento y agua. Los elementos de fijación pueden ser físicos o químicos: cemento, puzolanas o silicatos, termoplásticos y polímeros orgánicos, siendo los mas utilizados los que tienen afinidad por las moléculas orgánicas, como puzolanas, cemento y asfalto, debido a su amplio espectro de utilización y su menor coste. Como resultado se obtiene una masa estabilizada con baja o nula lixiviación. Esta tecnología es adecuada tanto en formas de tratamiento in-situ como on-site. Vitrificación Este método, inicialmente desarrollado para la eliminación de residuos radiactivos, actualmente se utiliza para eliminar contaminantes de muy diversa naturaleza, tanto orgánica como inorgánica. Consiste en instalar dos electro-dos, uno en cada extremo de la zona contaminada, y fragmentos de grafito y vidrio entre el los a lo largo de dicha zona para hacer pasar una corriente eléctrica de alta intensidad cuyo calor provoca la fusión del grafito y del vidrio. A medida que avanza, los componentes gaseosos se mezclan con la masa fundida, los componentes orgánicos se destruyen por pirolisis, emitiendo gases que se recogen y tratan en la

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superficie, y los componentes inorgánicos quedan incorporados a la masa fundida. Al eliminar la corriente se produce la solidificación y vitrificación de la masa. La aplicación del método depende de la conductividad eléctrica del medio; si fuese baja debe ser mejorada mediante adición de grafito, vidrio, arena, etc. Resulta muy difícil en zonas saturadas de agua, caso que requerirá la evaporación de esta. Arrastre «in-situ» con aire (Las técnicas de arrastre con aire o vapor se denominan «flushing») Esta técnica consiste en forzar un flujo de aire, por presión o por vacío, a través del suelo contaminado para arrastrar los contaminantes orgánicos volátiles del suelo. El aire limpio se inyecta en la zona contaminada a través de pozos de inyección y se recoge cargado de contaminantes a través de pozos de recogida que nunca llegan al nivel freático; además se instalan pozos de control para medir la presión del aire en el suelo. La distancia y disposición de estos respecto a los de inyección debe ser minuciosamente calculada. Los volátiles extraídos se procesan en un separador gas líquido y los vapores obtenidos se tratan en filtros de carbón activo, convertidores catalíticos o cámaras de combustión. Arrastre con vapor Técnica que elimina derivados petrolíferos e hidrocarburos dorados del suelo inyectando vapor y aire en el a una temperatura capaz de volatilizar los contaminantes y arrastrarlos hacia la superficie donde se recogen en una campana; los vapores extraídos se enfrían, condensan y posteriormente se incineran. Electromigración Se trata de una forma de recuperación in-situ desarrollada para la eliminación de metales pesados, y otros iones, del suelo y de las aguas subterráneas. Se trata de provocar la migración de los contaminantes hacia unos electrodos colocados en el suelo entre los que circula una corriente eléctrica; los electrodos están asociados a unos recipientes que contienen una solución química a las que se incorporaran los contaminantes. Esta técnica es útil para crear barreras electrocinéticas alrededor de vertederos o espacios industriales cuya contaminación podría extenderse a otras zonas. 247

Tecnologías mecánicas Se incluyen aquí un conjunto de técnicas orientadas al confinamiento de residuos o suelos contaminados en su lugar original, de las cuales se hace una breve descripción, pero se remite al lector al capitulo VIII destinado a clausura y sellado de vertederos. Aunque consiguen eliminar el problema o gran parte del, no separan el contaminante del suelo, y se recomienda en los siguientes casos: • Grandes cantidades de residuos cuya excavación y traslado a un deposito de seguridad no sea viable; • Residuos que presenten un riesgo por contacto directo, dispersión atmosférica o lixiviación; • Suelos contaminados para los que no exista tratamiento in-situ con garantías de éxito. Y ello con el fin de: • evitar la dispersión de los contaminantes a través del suelo y subsuelo; • reducir el riesgo para la salud humana y los ecosistemas; • restringir la filtración de agua a través del residuo hacia el suelo (lixiviación) y los acuíferos; • controlar la emisión de polvo fugitivo y gases, procedentes de los residuos, a la atmosfera. El diseño del sellado es particular para cada caso, ya que depende del tipo de suelo, del contaminante y de las características hidrogeológicas del emplazamiento, así como de los usos del mismo; a ello se añade la consideración de la durabilidad a largo plazo, la cual viene determinada por ciertos factores a estudiar, tales como: • Temperaturas extremas, incluyendo la posibilidad de heladas; • Alteración de la cubierta superficial por la acción de las raíces de las plantas y por los animales; • Inestabilidad sísmica; • Circulación de vehículos por encima; 248

• Erosionabilidad extrema por agua o viento y periodos cíclicos de aridez y lluvias; • Alteraciones y asentamientos de los residuos, derivadas de su volatilidad, e • Inestabilidad mecánica del emplazamiento. Los elementos más importantes del sellado son los siguientes: Capa de cubrición superficial y de protección Las capas de cubrición superficial y de protección son la primera barrera ante los agentes erosivos, por lo que será de suma importancia su diseño en función de los factores climáticos; el acabado externo puede ser una cubierta vegetal, una cubierta pavimentada o guijo/gravilla extendido sobre la superficie. Copa de drenaje Se instala para evacuar el exceso de agua que atraviesa la capa superficial de protección; por otro lado evitara la entrada de raíces y animales constituyendo una protección para la barrera impermeable que se situara bajo ella. Su colocación es opcional, dependiendo directamente de la pluviometría. Los materiales utilizados fundamentalmente son arena, grava y geotextil, solos o combinados. Barrera impermeable Es barrera vertical de separación entre el residuo y el medio que le rodea, evitando cualquier filtración de aguas de lluvia y escorrentías superficiales que lixivien el residuo, objeto de cubrición y sellado. La pantalla debe estar emporada en los materiales que constituyen la base impermeable del acuífero, y en caso de acuíferos de gran espesor o de que se pretenda controlar la migración de gases o fases orgánicas en flotación sobre el nivel freático, se pueden construir pantallas parcialmente penetrantes o colgadas. Los materiales más utilizados son la arcilla compactada, las geomembranas y las mantas de bentonita, en capas simples o combinadas. Capo de circulación y recogida de gases Esta capa se utiliza en la cubrición de residuos orgánicos cuya fermentación pueda generar grandes cantidades de gases que sea preciso recoger y conducir para 249

su tratamiento posterior. Los materiales que se utilizan son los mismos que los constituyentes de capas Drenantes. Elementos para seguimiento y control Si siempre es importante seguir y controlar la obra realizada, en este caso lo es especialmente por los riesgos que entraña la alteración de su integridad y el largo plazo previsto: en la mayoría de los casos más de veinte anos. Los elementos más importantes en el establecimiento de un plan de control son los siguientes: • Pozos de control de las aguas subterráneas; • Toma de muestras en la zona no saturada; • Control taquimétrico de la estabilidad; • Control de emisiones y malos olores. Tecnologías biológicas: biorremediación En la ultima década del siglo pasado se acuño el termino biorremediación para nombrar el proceso de degradación (biodegradacion5) o ruptura de ciertos contaminantes químicos mediante plantas, microorganismos (hongos, bacterias6 y levaduras7) generando compuestos inocuos o menos agresivos para el entorno. La biorremediación es, pues, un proceso de descontaminación y detoxificacion de los contaminantes químicos presentes en un ambiente determinado llevada a cabo por los seres vivos8. Este tipo de procesos se dan usualmente en la naturaleza, operando en régimen aerobio (en medio oxidante) o anaerobio (en medio reductor), en el suelo y en el agua, pero con una velocidad tan baja que resulta generalmente obligado acelerarla cuando se desea utilizar en la recuperación de un medio contaminado. ____________ 5 El termino biodegradación (descomposición orgánica) se refiere a los procesos de digestión, asimilación y metabolización de un compuesto orgánico llevado a cabo por bacterias, hongos, protozoos y otros organismos. 6 Ciertas bacterias son capaces de recoger en su pared metales pesados, otras pueden eliminar el azufre de ciertos hidrocarburos sin afectar sus propiedades energéticas, es decir, sin degradarlo; otras, y algunos hongos, producen melanina que impide el ingreso de los metales pesados (sus cationes) al interior de la célula, de tal manera que pueden ser usadas como filtro en el que aquellos quedan retenidos sobre la melanina de donde luego pueden ser recuperados. 7 Se ha comprobado la participación e importancia de levaduras dentro del proceso de biodegradación que normalmente se atribuía a las bacterias. 8 También se define la biorremediación como «el uso de organismos vivos, componentes celulares y enzimas libres, para realizar la mineralización completa (hasta CO, y agua), parcial o la humificación de compuestos orgánicos contaminantes»; definición que incluye la acción de elementos no vivos.

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Se aplica tanto in-situ como a suelos excavados para degradar un elevado numero de contaminantes químicos, generalmente de carácter orgánico: fitosanitarios agrícolas, petróleo y sus derivados, aceites y ciertos compuestos orgánicos halogenados, pero también se puede utilizar en descontaminación de metales pesados Enfoques de la biorremediación Aunque generalmente el término biorremediacion se asocia a la acción de microorganismos, principalmente bacterias, en realidad existen dos vertientes: la fitorremediación y la remediación microbiana. La fitorremediación se refiere al uso de plantas: arbóreas, arbustivas, herbáceas y algas, actuando solas o en simbiosis con bacterias, cuyos procesos metabólicos les permiten almacenar y eliminar substancias toxicas, principalmente metales pesados, presentes en el suelo. Para ello se pueden hacer las oportunas plantaciones en los suelos contaminados o bien hacer pasar el agua cargada de contaminantes, a modo de filtro, a través de las raíces de distintas especies de plantas. Se conoce la existencia de plantas con capacidad de extracción de metales pesados, pero hay poca experiencia al respecto; en particular se citan numerosas crucíferas y, en general, las forrajeras cuya elevada capacidad de producir biomasa les permite extraer todo tipo de minerales del suelo. La remediación microbiana utiliza microorganismos y opera con dos tipos de enfoques: la bioestimulación y el bioaumento; la primera se refiere al uso de cepas nativas y consiste en favorecer su crecimiento y actividad metabólica mediante la adici6n de nutrientes escasos, fundamentalmente nitrógeno y fosforo, la aportación de enmiendas favorecedoras de la actividad microbiana como la materia orgánica o la realización de labores que estimulen los procesos vitales, particularmente el acceso al oxígeno (bioventeo). EI bioaumento consiste en la adición de microorganismos aloctonos, cuya eficacia en la degradación del contaminante este probada, los cuales pueden ser naturales o modificados genéticamente. En general se estima preferible el enfoque de bioestimulación, porque el proceso de selección sufrido a lo largo de mucho tiempo por los microorganismos autóctonos les ha adaptado a las condiciones del lugar, frente a cepas aloctonas 251

diseñados o preparados comerciales de supuesta aplicación más o menos general. Pero en ocasiones el bioaumento, es decir, la inoculación de bacterias procedentes de una fuente externa al lugar resulta útil, incluso necesaria, por ejemplo cuando las poblaciones nativas son escasas o no disponen de un metabolismo adecuado al contaminante, situación frecuente en suelo de muy baja fertilidad, con escaso contenido en materia orgánica y poca capacidad de retención de agua, tal como desiertos, tierras semiáridas o terrenos sumamente contaminados. La selección de los microorganismos, en este caso del bioaumento, atiende a diversos criterios cual son: estabilidad genética, rápido crecimiento, alta producción de enzimas, capacidad para competir con otros microorganismos indígenas, carácter no patógeno, habilidad para degradar un amplio espectro de contaminantes y no producir sustancias metabólicas toxicas. Factores determinantes de la biorremediación La eficacia del proceso metabólico responsable de la biodegradación de un contaminante en el suelo depende de determinadas condiciones entre las que destacan las que se mencionan a continuación. La biodegradabilidad de los contaminantes presentes, aspecto que depende de su estructura molecular, en particular de la halogenación, de la existencia de ramificaciones en sus cadenas moleculares, de la solubilidad en agua que determina la disponibilidad del contaminante y de la carga atómica. La existencia en el medio de poblaciones de microorganismos autóctonos capaces de utilizar, con la eficacia requerida en un proceso de recuperación, los contaminantes existentes como fuente nutricional y de energía. La presencia de una cantidad suficiente en el medio de aceptadores de electrones (oxigeno, nitratos, sulfatos) que enzimáticamente oxiden el carbono procedente de los contaminantes. La disponibilidad de nutrientes inorgánicos, principalmente fosforo y nitrógeno, que contribuyan a un vigoroso crecimiento microbiano. Se considera necesario mantener las concentraciones de nutrimentos inorgánicos en los rangos aproximados de 100 ppm N, >10 ppm P, y >1 ppm K. El empleo de fertilizantes agrícolas comunes frecuentemente cumple con esta necesidad. 252

El pH del suelo adecuado, parámetro que afecta a la solubilidad del fosforo, al transporte de metales pesados y al crecimiento de la mayor parte de los microorganismos; se suele considerar optimo un pH comprendido entre 6 y 8. No obstante un pH acido, entre 4 y 5, también es apto siempre que se utilicen microorganismos nativos; esta misma condición puede hacer que funcionen los procesos de degradación en suelos salinos. La temperatura del suelo, cuyo intervalo para el crecimiento de las especies bacterianas se sitúa entre 15 y 40° C, si bien el más favorable parece ser el comprendido entre 30 y 35° C aproximadamente; por encima de 40° C existe riesgo de desnaturalizaci6n de las enzimas decreciendo la degradación y por debajo de 0° C esta se inhibe. La humedad del suelo determina la movilidad de los compuestos orgánicos y de los nutrientes. El defecto de humedad hace imposible el proceso de degradación y el exceso reduce la concentración de oxigeno en el suelo e inhibe el crecimiento microbiano. La conveniencia de mantener condiciones aerobias se justifica porque las tasas de biodegradación en condiciones anoxicas son del orden de 50 a 100 veces menores; se facilita la aireación con una estructura del suelo bien desarrollada; en ocasiones puede ser necesario incorporar un sistema de drenaje o airear el suelo con frecuencia con la maquinaria adecuada La textura y estructura del suelo, esta ultima muy relacionada con el contenido en materia orgánica, factor este de gran relevancia en todo proceso edáfico, y en general las propiedades físicas del suelo. Los suelos de estructura franca son los que ofrecen las mejores condiciones para la degradación, mientras los muy arcillosos resultan problemáticos. Para mejorar el drenaje y las condiciones de humedad, así como las propiedades físicas del suelo, se pueden incorporar ciertos materiales como arena, paja, cascara de arroz o de nuez, etc. Por ultimo la concentración de contaminantes informara sobre la energía de la acción antrópica necesaria y del tiempo requerido para completar el proceso de limpieza. Técnicas más utilizadas

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Según el problema concreto a resolver, la biorremediación se hace operativa a través de una serie de técnicas que facilitan el proceso, de las cuales se describen brevemente a continuación las más usuales. Land farming (granjeo) Es el método ex-situ más antiguo y sobre el que se han hecho numerosas experiencias que han llevado al desarrollo posterior de técnicas más evolucionadas. Consiste en tratar el suelo, previamente excavado, en grandes superficies abiertas donde se voltean y airean; con el fin de evitar la contaminación del suelo primitivo se suelen aislar las pilas de material contaminado mediante una base impermeable, por ejemplo membrana de geotextil; los lixiviados producidos se recogen y se pueden usar para rehumedecer el suelo en tratamiento, conservando así los nutrimentos y bacterias presentes en ellos. Es una técnica que se utilizo ampliamente en los inicios de la biorremediación para recuperar suelos afectados por residuos petrolíferos sin comprender los procesos que operaban. Luego la investigación permitió conocer científicamente el proceso y descubrir la importancia de los siguientes factores en el funcionamiento de la biodegradación: • Mantener el suelo húmedo, del orden del 50 al 75% de la capacidad de campo del material a tratar, de tal manera que se garantice el contenido de humedad en las células bacterianas. • Mantener el suelo en condiciones aerobias, ya que la transformación de los hidrocarburos en condiciones anaerobias es muy lenta o inexistente, utilizando para ello maquinaria agrícola. • Incorporar al suelo nutrientes inorgánicos indispensables para el crecimiento microbiano ya que los contaminantes son muy pobres en ellos, por ejemplo los hidrocarburos, apenas son solo hidrogeno y carbón y no contienen otros elementos esenciales para la alimentación de las células bacterianas, como nitrógeno, fosforo, potasio y numerosos micro elementos; los mas importantes suelen ser el nitrógeno y el f6sforo.

Biopilas 254

Se trata de una evolución directa del caso anterior, por tanto «ex situ», que consiste en formar pilas de dimensión variable con una mezcla de suelo contaminado, previamente excavado, y materia orgánica (compost) y que luego se airean por volteo o introduciendo tubos perforados en ella. Es aplicable a la mayoría de los compuestos orgánicos en condiciones no saturadas, si bien los hidrocarburos deben ser no halogenados y su concentración en el suelo no superar 50.000 ppm. Para que resulte eficaz requiere una densidad microbiana superior a 1.000 CFU/gramo de suelo, pH del suelo 6ptimo, entre 6 y 8, humedad entre 40 y 85% de la capacidad de campo, temperatura entre 10 y 45° C, textura con baja proporción de arcilla, baja presencia de metales pesados, menor de 2.500 ppm y proporción normal de nutrientes C, N y P: 100:10:1. Incluso en estas condiciones la duración del proceso es relativamente alta, de meses a años, pero el coste resulta bajo. Biodegradación «in-situ» Utiliza bacterias, del suelo o de origen externo, para degradar los compuestos orgánicos presentes en el medio. El método consiste en potenciar la biodegradación natural mediante el aporte, a través de pozos de inyección, de nutrientes, oxigeno e incluso inoculando cultivos de bacterias, al tiempo que se modifican la humedad, la temperatura y el pH. Los nutrientes se suministran mediante una corriente de agua y el oxigeno a través de una corriente de aire o disuelto en el agua junto con los nutrientes. Biodegradación en reactor Utiliza reactores biológicos anexos al emplazamiento en los que se desarrolla biomasa bacteriana a partir del suelo contaminado como alimento a tratar. Opera introduciendo el suelo, añadiendo agua hasta obtener un fango con un 50% en peso de agua e incorporando los microorganismos, bien al comienzo o durante el proceso, para obtener una concentración de biomasa adecuada. El tiempo de retención en el reactor depende de la naturaleza de los contaminantes. Una vez terminado el tratamiento se deshidrata el suelo y se recupera el agua utilizada.

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Tratamiento biológico de fangos Como en el caso anterior se trata de utilizar el suelo contaminado como fuente de alimento y energía para los microorganismos. Consiste en aplicar la técnica de fangos activados, utilizadas en tratamiento de aguas, a la descontaminación de suelos. Una vez excavados estos, se les añade agua hasta conseguir una masa semilíquida que se somete a aireación forzada y se le incorporan nutrientes. Finalmente los lodos resultantes se sedimentan y secan para su reposición al emplazamiento o su deposición en vertedero. Inyección forzado de aire (Bioventing) Es una técnica de biorrecuperación in situ que consiste en forzar la ventilación del suelo por inyección de aire a presión en la zona no saturada a través de pozos de inyección. Con ello se favorece la volatilización de la fase volátil de los contaminantes y se estimula la actividad bacteriana responsable de la biodegradación. Es una técnica muy adecuada para tratar compuestos de alta volatilidad (presión de vapor mayor de 10 mm de Hg a 20° C); así mismo resultan más fácilmente degradables los compuestos de cadena lineal que los aromáticos. La ventilación funciona mejor en suelos con bajo contenido en arcilla, buena permeabilidad y de textura y estructura homogénea, para evitar «caminos preferentes» en la circulación del aire. En cuanto a las condiciones optimas del suelo parecen ser las siguientes: pH entre 6 y 8, humedad entre 12 y 30% en peso, potencial redox mayor de 50 mV, temperatura entre 0 y 40° C, relación de los nutrientes N y el P del suelo del orden del O y no debe existir contaminante libre flotando sobre el nivel freático. En estas condiciones el proceso se realiza en un tiempo relativamente corto (algunos meses), si bien el coste es relativamente alto. El principal problema puede ser la solubilidad de los que determina su biodisponibilidad. Atenuación Natural Permite degradar in situ hidrocarburos de suelos y aguas subterráneas a muy bajo coste utilizando para ello los procesos naturales: dilución, dispersión, volatilización, adsorción, biodegradación y reacciones químicas que se producen en 256

el suelo o en el agua. Para que esta opción, que no es una verdadera técnica, resulte viable y eficaz requiere que existan en el suelo suficiente cantidad de microorganismos capaces de utilizar los contaminantes presentes. No debe existir producto libre en flotación sobre el nivel freático. La cantidad de oxigeno disuelto en el agua ha de ser superior a 0,5 mg/1, en condiciones aerobias, el potencial redox debe estar situado entre -400 y 800 mV y la concentración de los compuestos utilizados como aceptadores de electrones en condiciones anaerobias debe ser superior a 0,21 mg/1 para nitratos y para sulfatos y la de Fe-,+ para que pueda ser reducido a Fe2+ debe ser superior a 21,8 mg/1. En ocasiones puede ocurrir que se generen subproductos persistentes o más tóxicos que los iniciales, durante y después de la atenuación natural. Etapas en la aplicación de un sistema de biorremediación Las etapas por las que pasa un proceso de biorremediación son las establecidas con carácter general para el tratamiento de un suelo contaminado a las que se añaden ciertos aspectos relacionados con la existencia de microorganismos en el suelo capaces de degradar el contaminante en cuestión y de las condiciones adecuadas para su actividad; se pueden, por tanto, concretar en las siguientes: • Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes. Ha de incluir un diagnostico sobre la existencia en el suelo de aceptadores de electrones (como oxigeno, nitratos o sulfatos) y de nutrientes en cantidad suficiente y en la proporción adecuada. • Análisis de riesgos. • Estimación del potencial de los microorganismos del sitio para descomponer los contaminantes. El estudio se puede limitar a detectar la existencia de bacterias u otros microorganismo en estado activo, o mas a fondo, a determinar las condiciones optimas de biorremediación y el tiempo requerido para sanear el sitio; en todo caso se trata, generalmente, de ensayos en laboratorio, aunque también se suele hacer uso de la experiencia y conocimiento empírico de que se dispone, si bien este dista mucho de ser completo, lo que puede Llevar a importantes fallos. • Determinación del tratamiento. Estudio de viabilidad. Ensayos. 257

• Medidas de recuperación y control de la eficacia del tratamiento. • Control final. A modo de síntesis: ventajas e inconvenientes de la biorremediación La biorremediación se ha convertido en una nueva alternativa viable para atacar de manera directa la contaminación de aguas y suelos por fertilizantes, fitosanitarios, derrames de hidrocarburos, etc., de forma exclusiva o complementaria a otras. Pero no es una panacea, no es igualmente eficaz para todos los contaminantes, ni para concentraciones altas o toxicas de ciertos productos, de tal manera que solo en ocasiones conviene recurrir a ella. A continuación se sintetizan las ventajas e inconvenientes más importantes. Ventajas • Es un proceso natural, sencillo y efectivo, que normalmente no requiere el uso de agentes químicos, como disolventes o detergentes, y no tiene efectos colaterales adversos. • Usualmente es menos costosa que cualquier otra tecnología alternativa, particularmente en el caso de tratamiento in-situ porque evitan excavar y trasladar el suelo; por ejemplo, cuesta menos de la mitad que el tratamiento químico, la incineración o el relleno industrial. • Transforma los contaminantes a productos no peligrosos o los destruye completamente, hasta convertirlos en CO, y agua, en lugar de transferirlos a un vector diferente o a otra localidad, como ocurre en el caso de la volatilización o los vertederos industriales. • Puede ser compatible con la actividad del emplazamiento, que no queda interrumpida, ni necesita instalaciones grandes o complicadas. • No es agresiva con el medio edáfico, ya que, generalmente, se utilizan bacterias autóctonas; únicamente pueden resultar levemente alteradas la acidez y la salinidad del suelo por la presencia del C02 y de la mineralización de determinados compuestos.

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Inconvenientes • No es funcional ante grandes concentraciones; en tal caso requiere eliminar previamente el grueso del contaminante. • En ocasiones se presentan dificultades para conseguir la concentración deseada de nutrientes, sin defecto ni exceso, caso este último que podría conducir a la proliferación de organismos no degradadores y no deseables. • Actualmente la biorremediación solo se puede aplicar a áreas relativamente pequeñas y suele requerir tiempos superiores a los razonables. • Por ultimo conviene señalar que con frecuencia se genera optimismo a partir del éxito conseguido en ensayos de laboratorio, que luego la realidad de aplicación en áreas extensas desmiente. Una tecnologia especial: la inyeccion de surfactantes en el tratamiento de suelos contaminados Esta tecnologia se conoce como CESAR (Chemically Enhanced Solubilization Aquifer Restauration, que podría traducirse por Recuperación de un Acuífero Mediante Solubilization Forzada Químicamente) y consiste en facilitar la extracción de contaminantes del subsuelo y de las aguas subterráneas mediante la adición de sustancias surfactantes. El tipo de contaminantes susceptibles de ser eliminado con esta tecnología son los orgánicos: aceites, grasas, hidrocarburos y derivados, etc. La tecnología CESAR es la que ofrece mejores expectativas de limpieza, tiempo de aplicación e impacto en el entorno. Se fundamenta en la afinidad de las substancias orgánicas por los surfactantes: cuando se pone en contacto una molécula de cada uno se forma una micela cuya fácil solubilidad en agua favorece su eliminación. Para llevarla a cabo con éxito hay que tomar ciertas precauciones: • Elegir adecuadamente el surfactante en términos de biodegradabilidad (debe ser biodegradable) y de migración en el suelo. • La heterogeneidad del suelo hace que se creen caminos preferentes en la distribución del agua y las soluciones surfactantes, de tal manera que la limpieza

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tiende a concentrarse en tales caminos. Para evitar esto se usan bloqueadores parciales de los caminos preferentes, los cuales deben ser biodegradables. • Necesita un sistema de pozos de inyección de agua y solución de limpieza y otro sistema de pozos de recuperación de la mezcla surfactante agua contaminante. • Finalmente se necesita disponer, en superficie, de un sistema de limpieza del fluido extraído, que debe cumplir tres funciones: reducir los contaminantes hasta valores admisibles de calidad del agua, separar, para su posible reinyección, el exceso de surfactante y controlar la cantidad y calidad del agua para su reinyección. El caso de la recuperación de suelos contaminados por hidrocarburos (HC) El origen mas común de la contaminación por hidrocarburos son las fugas crónicas de pequeña intensidad pero activas durante largos periodos de tiempo (filtraciones de gasolineras, oleoductos, almacenes, etc.), derrames en operaciones de carga o descarga u otras y accidentes, y afecta, fundamentalmente, a los vectores suelo y aguas (subterráneas o superficiales) con ciertas características derivadas de las peculiaridades de estos productos, cual son: • Solubilidad en agua muy baja, sus moléculas no se disocian en iones y se consideran de elevada estabilidad. • Si permanecen en las capas superficiales sufren fenómenos de oxidación originando compuestos volátiles que amplían el radio de acción del contaminante y son precursores de oxidantes fotoquímicos, capaces, a su vez, de oxidar hidrocarburos y formar ozono. • Son fácilmente adsorbidos por los materiales del suelo. • Los compuestos aromáticos presentes en ellos se consideran cancerígenos. • Son inflamables y explosivos. • Alteran procesos bioquímicos como la fotosíntesis. Todo ello, unido a la perdida de valor de los emplazamientos contaminados, recomienda la recuperación de estos a pesar de su alto coste; por otro lado la 260

prevención resulta recomendable por las mismas razones y por la perdida económica que supone el escape de los productos. Diagnostico El proceso de recuperación exige identificar los productos existentes y su distribución espacial en el terreno para dividirlo en clases que luego se caracterizan y cuantifican. Para realizar tal diagnostico resultan de gran utilidad ciertas técnicas, sencillas y baratas; desarrollados para la prospección de hidrocarburos: los métodos de análisis geoquímicos en superficie, de petróleo o gas, cuyo objetivo consiste en detectar o propiedades anómalas del terreno o concentraciones de diversas sustancias que, dispersas en suelo y subsuelo, pueden servir como indicadores de la presencia de hidrocarburos. Según el serial que dichas sustancias proporcionan en superficie, los métodos se dividen en: • Directos: buscan concentraciones de gases, sobre todo sustancias de bajo peso molecular. • Indirectos: localizan propiedades (ambiente reductor, cambio de coloración del suelo), o sustancias (carbonatos que se disocian a temperaturas anormalmente bajas, elevadas concentraciones de radón o particulas) que pudieran estar vinculadas con una acumulación de H. El método directo característico es el «Headspace», que determina la concentración de HC gaseosos que quedan ocluidos en las muestras solidas previamente extraídas del terreno en estudio. El análisis cromatográfico permite realizar mapas de isoconcentración para cada tipo de hidrocarburo y se estima la forma en que esta acumulado: gas seco, gas condensado o petróleo. De los métodos indirectos se describen varios a continuación: Radiométricas: Emanometría y Track Etch Son dos métodos con el mismo fundamento: la formación de un ambiente reductor por la presencia de los HC. Si existiera una corriente de agua que transportara el ion Uranillo, U022*, este precipitara en tal ambiente reductor, formando Uranio, que, dado su carácter radiactivo, se desintegraría dando lugar al gas Radon que emite particulas radiactivas. Es el aumento en la concentración de 261

dichas particulas, en un determinado estrato del suelo, quien denuncia la presencia de los HC. La diferencia entre ellos estriba en que la Emanometría solamente necesita un Emanómetro, aparato capaz de convertir los choques de las particulas radiactivas en impulsos eléctricos contabilízales, lo que supone una medición inmediata, mientras el Track Etch requiere emplear varios detectores con una película adosada que, tras veinte días de campo, habrá que revelar y visualizar a través de un microscopio. Carbonatos cte. Duchscherer (C de D) La presencia de HC da lugar a reacciones de intercambio isotópico (12CH, + 13CCJ2-