QUE ES LA JUSTICIA

José Antonio Pacheco Molina 6600061605 ¿QUÉ ES LA JUSTICIA? INTRODUCCIÓN. El presente trabajo tiene un alcance demostra

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José Antonio Pacheco Molina 6600061605

¿QUÉ ES LA JUSTICIA? INTRODUCCIÓN. El presente trabajo tiene un alcance demostrativo y pretende exponer las ideas que el famoso jurista positivista Hans Kelsen comunica en su libro ¿Qué es la justicia? A lo largo de éste ensayo se expondrán de manera breve los ideales valorativos sobre los que se funda el concepto de justicia, se criticarán las fórmulas que se han dado sobre la misma y finalmente se dará una conclusión que atiende al carácter subjetivo del mismo valor.

DESARROLLO. Existen diversas fórmulas que han pretendido definir a la justicia, entre ellas figuran: la famosa frase atribuida al jurista Ulpiano iustita est constan test perpetuam voluntas qua suum cique tribuendi, que significa, “justicia es dar a cada quien lo suyo”; tenemos por otro lado el famoso principio de represalia que apunta “bien por bien, mal por mal”; tenemos el principio que justicia es igualdad; aunado a los anteriores encontramos el principio comunista que dice “de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades; por último tenemos la regla áurea que dice “no hagas lo que no quieras que te hagan”. Todas estas fórmulas, explica Kelsen, son apotegmas vacíos, que o bien presuponen resuelto el problema de ¿qué es lo suyo de cada quién?, ¿qué es el bien?, ¿qué es el mal?, o se remiten a desplazar el problema al campo positivista dejando que el orden social o la moral colectiva sea la que determine los derechos y obligaciones que debe tener cada uno para considerar un sistema “igual”, que determine la capacidad de cada individuo y las necesidades que cada uno puede satisfacer, o que determine la manera en que los hombres deban conducirse para que se haga lo que se quiere que se le haga a uno mismo. En el último de los casos resulta que el problema se ve desplazado a otras interrogantes cuando se trata de dar una respuesta absoluta al problema ¿Qué es la justicia? En todo caso siempre se obtiene una respuesta relativa por la sustancialidad inherente al ser humano motivado por el factor volitivo que viene a romper el sofisma todos los hombres son iguales, pues de serlo todos pensaríamos igual y el libre albedrío nos permite romper esa frontera del pensamiento dejando a todos facultados para tomar la decisión de actuar o no conforme a la normatividad establecida y por tanto decidir y crear un criterio único (individualmente) sobre lo que se considera justo confirmando el dicho a cada quien lo suyo sin embargo en un criterio absolutista si se da a cada quien lo suyo, la justicia sería sobre todo relativa pues implicaría dar a cada quien su justicia, pues su justicia sería lo suyo. Lo anterior nos hace confirmar la máxima que “la felicidad de uno trae acarreada la desgracia de otro” y lo anterior será así mientras no se establezca un criterio absoluto de lo que es bueno o malo para que en todo sentido lo que sea de cada quien o el bien que se otorgue a cada uno por su conducta bondadosa o a contrario sensu el mal que se otorgue a cada uno por su comportamiento malvado, sea en todo caso un criterio uniforme de pensamiento de modo que no acepte criterio en contrario, y así convertirlo en un juicio apodíctico.

José Antonio Pacheco Molina 6600061605 Pero repito, a mi parecer, mientras el hombre sea capaz de libre albedrío estaremos sumergidos en un relativismo… necesitaríamos estar restringidos totalmente de nuestra libertad en cuestión de creación normativa y dejarla en manos de una deidad o de un sentimiento racionalista colectivo que impere y regule nuestra conducta, que con base en las ideas Kelsenianas, está por demás lejos de suceder en una realidad fáctica por la imposibilidad de realización de dicha hipótesis. Esto lo digo porque de afirmar lo contrario, es decir, dejar a los hombres en plena libertad, una libertad absoluta y no normativa, de poder decidir lo que desean realizar y satisfacer sus necesidades, implicaría una anarquía y una falta de estado de derecho que sostendría y afirmaría más que nunca el apotegma “la felicidad de uno trae la desgracia de otro” pues en una anarquía donde todos los individuos tienen un poder ilimitado, todos buscan satisfacer sus necesidades y apetencias sin importar el costo aunque implique el detrimento de otros; en una concepción platónica, para alcanzar la justicia es necesario alcanzar la felicidad y es a todas luces que en una anarquía no se logra tal finalidad. En una anarquía la justicia se basaría en el viejo sistema de venganza privada contenida en la Ley del Talión “ojo por ojo” que al final implicaría nuevamente una justicia relativa o injusticia relativa. En un estado de derecho solo hay justicia relativa porque se busca la felicidad de un grupo, aunque sea el grupo mayoritario, pero se buscará la felicidad de un grupo. EL estado restringirá la libertad de cada individuo obligándolos a realizar acciones u omisiones que pueden ir incluso en contra de sus valores, lo cual en éste último caso dicha precepción o prohibición sería considerada para algunos como injusta. El problema de la justicia es entonces, como dice Kelsen, un problema de conflicto de valores. Es un problema de determinar qué es más importante, si la vida o la libertad, si la seguridad o la libertad, si la verdad o la justicia, si la verdad o la compasión, si la libertad o la igualdad. Sin embargo ésta jerarquización encuentra su especial determinación en cada individuo y mientras cada individuo pueda decidir, o mejor dicho “sentir” para poder decidir qué valor es supremo a otro, la respuesta a la interrogante ¿Qué es la justicia? tendrá un alcance relativo por el matiz epistemológicamente subjetivo que tiene la palabra. No podemos alcanzar la justicia absoluta por la ambivalencia que provoca la existencia del ser humano, a saber, una parte material y una parte espiritual, sin embargo es esa misma doble proyección la que provoca en el ser ese interés por alcanzar la justicia pues como ya dije, la justicia se encuentra en la parte espiritual, ésta se siente. El factor volitivo inherente al ser humano, gracias a su doble proyección en su parte espiritual, que nos permite decidir realizar u omitir cualquier conducta posible es precisamente el que nos permitirá guiarnos y decidirnos por la conducta que consideramos como justa por adecuarse ésta a nuestros valores o principios. Afirmo lo antes dicho en palabras de Hans Kelsen cuando afirma que “la razón humana puede comprender y describir pero no puede prescribir”. (¿Qué es la justicia? P. 77). Por lo que la justicia se encuentra más allá de la razón y si la razón proviene de un orden natural y el orden natural, en el campo del derecho, no admite otra estructura si no es la metafísica basada en una deidad, la

José Antonio Pacheco Molina 6600061605 cual tenemos que desechar por no ser comprobable, no nos queda más que decir que la justicia se halla en un campo que supera tanto la esfera jurídica como incluso la esfera racional. Se halla si en la naturaleza humana pero en su naturaleza sentimental y agraciada, prescrita en el recto corazón de cada quien, esa rectitud es de carácter subjetivo. Tratar de seguir dando un concepto absoluto de justicia no implica más que seguir dando guías que presuponen su conocimiento como hasta ahora se ha hecho.

CONCLUSIÓN. La justicia es un término inalcanzable es algo que se siente y no se razona por eso está más allá de nuestro entendimiento, hablar de algo justo o de algo injusto, implicaría conocer lo que significa la palabra justicia, que en el mejor de los casos nos remonta a los actos socialmente reconocidos como aprobados por la moral colectiva o el orden jurídico positivo. Podremos hablar de igualdad o de equidad, sin embargo hablar de justicia, en términos racionales, está más allá de nuestro entendimiento