Que aprendi de.... Juan Carlos de Pablo

¿QUÉ APRENDÍ DE…? Juan Carlos de Pablo Grupo Unión 2019 JUAN CARLOS DE PABLO ¿Qué aprendí de...? 1a ed . - Ciudad Au

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¿QUÉ APRENDÍ DE…? Juan Carlos de Pablo

Grupo Unión 2019

JUAN CARLOS DE PABLO

¿Qué aprendí de...? 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires Grupo Unión 2019 236 p. ; 21 x 15 cm ISBN 978-987- 3677-54-0

Grupo Unión Tel.:011 15 4550 5842 Whatsapp.: +54911 4550 5842 [email protected] www.lugardelibos.com Compuesto por #MCHFS Impreso por LA IMPRENTA YA SRL MARZO 2019 Coordinación editorial Rodolfo Distel (@rdistel) Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por las leyes, que establecen penas de prisión y multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeran total o parcialmente el contenido de este libro por cualquier procedimiento electrónico o mecánico, incluso fotocopia, grabación magnética, óptica o informática, o cualquier sistema de almacenamiento de información o sistema de recuperación, sin permiso escrito del editor.

ÍNDICE

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

PALABRAS PRELIMINARES CLAUDE FRÉDÉRIC BASTIAT WILLIAM JACK BAUMOL OSWALD HARVEY BROWNLEE GUILLERMO ANTONIO ROBERTO CALVO ADOLFO MARTÍN PRUDENCIO CANITROT RONALD HARRY COASE JOSÉ MARÍA DAGNINO PASTORE DANIEL DEFOE GUIDO JOSÉ MARIO DI TELLA CARLOS FEDERICO DIAZ ALEJANDRO JOHN KENNETH GALBRAITH ALIETO ALDO GUADAGNI ARNOLD CARL HARBERGER FRIEDRICH AUGUST VON HAYEK ALBERT OTTO HIRSCHMAN JANOS KORNAI ADALBERT KRIEGER VASENA HARVEY LEIBENSTEIN WASSILY WASSILYOVICH LEONTIEF NISSAN LIVIATAN GUILLERMO LLADÓ RICHARD D. MALLON DEIRDRE NANSEN MC CLOSKEY JAMES MILL HYMAN PHILIP MINSKY MARIANO MORENO ALFREDO MARTÍN NAVARRO JULIO HIPÓLITO GUILLERMO OLIVERA FEDERICO PINEDO KARL RAIMUND POPPER RAÚL PREBISCH RICHARD A. RADFORD PAUL ANTHONY SAMUELSON PASTOR SASTRE JOSEPH ALLOIS SCHUMPETER HERBERT ALEXANDER SIMON ROBERT MERTON SOLOW KOREKIYO TAKAHASHI ABRAHAM WALD

7 11 13 19 21 31 35 41 47 53 63 69 75 83 91 97 107 113 115 119 125 127 133 137 141 145 151 157 161 171 181 185 193 195 203 207 213 221 223 225

A Alfredo Juan Canavese, educador a tiempo completo, al cumplirse 10 años de su fallecimiento.

Palabras preliminares

Vivo aprendiendo. A veces observando, en ocasiones leyendo; siempre interpretando. Aprendo en todos lados: en los ómnibus, en los bares, en las colas de los cines, en los negocios, en los campos, en las fábricas. En las conferencias que dicto siempre doy lugar a que los asistentes formulen preguntas, no sólo para que se sientan bien sino también porque cada pregunta contiene mucha información. También aprendo leyendo (cada vez menos artículos técnicos, …ƒ†ƒ˜‡œž•„‹‘‰”ƒϐÀƒ•ǡƒ—–‘„‹‘‰”ƒϐÀƒ•ǡ‡–…ǤȌǤ Dz‘•±‡…‘‘Àƒdzƒϐ‹”ƒŽƒ‡‘”‡ƒ›‘”Àƒ†‡Žƒ‰‡–‡“—‡ se me aproxima para decirme algo. Falso, le respondo, usted sabe “mucho” de economía, porque al menos en un país como Argentina, ello resulta ser un insumo indispensable para poder sobrevivir. Lo que ocurre es que como usted no fue a la facultad de ciencias económicas, no usa la nomenclatura que los economistas utilizamos para hablar entre nosotros, que es algo diferente. Aclarados los tantos le pido que me describa a qué se dedica y qué me quiere decir. Escuchar es fundamental, y aprender a entender lo que verdaderamente está diciendo quien no utiliza la ‘‡…Žƒ–—”ƒ–±…‹…ƒǡ‡•‹†‹•’‡•ƒ„Ž‡›‘–ƒ†‹ϐÀ…‹Ž†‡Ž‘‰”ƒ”ǡ una vez que uno se lo propone.

... •–‡Ž‹„”‘‹†‡–‹ϐ‹…ƒƒͶͲ’‡”•‘ƒ•†‡“—‹‡‡•ƒ’”‡†À…‘•ƒ•Ǥ ¿Por qué sólo 40? Por razones de tamaño de la obra. ¿Por qué éstas 40? Elaboré la lista de candidatos, en base a la planilla de

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trabajo con la cual le “sigo la pista” a aproximadamente 5.000 economistas, marcando con “x” y con “xx” a algunos apellidos. Terminé circunscribiendo la obra a quienes marqué con “xx”. Pude haber cometido errores; no me arrepiento de ninguno de los incluidos, aunque no descarto que alguien esencial me haya quedado en el tintero. Una clase de omisiones merece ser destacada. Porque me …‘…‡–”±‡†‡•–ƒ…ƒ”‡•‡Óƒœƒ•‡•’‡…Àϐ‹…ƒ•ǡ‡„—‡ƒ‡†‹†ƒ quedaron afuera mis profesores, tanto de la Universidad Católica Argentina como de Harvard. Lo cual no quiere decir que los haya olvidado, como testimonié cuando cumplí mis bodas de oro con la profesión (de Pablo, 2014).

... De cada una de las personas incluidas en la obra, el lector sólo ‡…‘–”ƒ”ž —ƒ Àϐ‹ƒ ’ƒ”–‡ †‡ •—• ‡•…”‹–‘•ǡ —ƒ •À–‡•‹• †‡ Ž‘ que a mí más me impactó. Aspiro a que esta lectura despierte ‡‡ŽŽ‡…–‘”•—ϐ‹…‹‡–‡‡–—•‹ƒ•‘…‘‘’ƒ”ƒƒ……‡†‡”ƒŽ‘•‘”‹ginales, lo cual le permitirá descubrir otras cosas importantes escritas por gente talentosa. Yo “llegué” a buena parte de la obra de Wolfgang Amadeus Mozart a través de Mozartmanía, una maravilla que Waldo de los Ríos (seudónimo de Osvaldo Nicolás Ferraro) dio a conocer en 1971, agregándole instrumentos musicales a los originales, pero sin distorsionar la esencia de las piezas musicales. Ojalá con esta obra ocurra algo parecido.

... Ǭ’”‡†À†‡Ž‘•ƒ—–‘”‡•…‹–ƒ†‘•ǡ‘”ƒ–‹ϐ‹“—±Ž‘“—‡•‘•’‡…Šƒ„ƒǫ Hay de todo. Comencemos por esto último. Cuando leo cómo hay que interpretar los procesos decisorios, los escritos de Hirschman, Leibenstein, Mc Closkey, Simon, etc. me resultan atractivos, porque encuentro que me están modelando a mí; porque en mi accionar concreto yo opero según los principios de la racionali†ƒ†ƒ…‘–ƒ†ƒǡŽƒ‹‡ϐ‹…‹‡…‹ƒǡŽƒ•—„‡•–‹ƒ…‹×†‡Ž‘•…‘•–‘•ǡ‡–…Ǥ 8

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Otros aportes me ayudan a entender lo que observo, fuera de mí. Ejemplos: Coase (tareas que se realizan dentro y fuera de cada empresa); Kornai (restricción presupuestaria blanda); Minsky ȋ‡˜‘Ž—…‹×…À…Ž‹…ƒ†‡Žƒ…ƒŽ‹†ƒ††‡Žƒ•†‡…‹•‹‘‡•ϐ‹ƒ…‹‡”ƒ•ȌǢ”‡bisch (centro y periferia); y Schumpeter (destrucción creativa). Por último, pero no menos importante, Prebisch-Pinedo, HayekKeynes, Malthus-Ricardo, Friedman-Galbraith-Samuelson, etc., son ejemplos de que en la vida hay que pelearse por cosas importantes, no por diferencias de opinión referidas a la situación o a la teoría económica.

... El lector atento habrá apreciado que la enorme mayoría de los autores citados no integra la denominada corriente principal del análisis económico. No es por diseño, es un resultado y por con•‹‰—‹‡–‡‡”‹–ƒ—ƒ„”‡˜‡”‡ϐŽ‡š‹×Ǥ Ignorando la vigencia de la ley de los rendimientos marginales decrecientes, la corriente principal del análisis económico le presta demasiada atención a algunos temas, y sobre todo a algunos enfoques, en detrimento hasta de mencionar siquiera a otros. Ejemplos: ni en la UCA ni en Harvard escuché hablar de Ronald Harry Coase, o de Herbert Alexander Simon, y aún hoy dudo que ocupen el lugar que merecen en los cursos de microeconomía. —‡•„‹‡ǡ‰”ƒ…‹ƒ•ƒ‹ƒϐ‹…‹×’‘”‡•…”‹„‹”…‘”–ƒ•„‹‘‰”ƒϐÀƒ•ǡ › Ž‡‡” „‹‘‰”ƒϐÀƒ• › ‡‘”‹ƒ•ǡ ‹†‡–‹ϐ‹“—± ƒ ˜ƒ”‹‘• …‘Ž‡‰ƒ• “—‡ realizaron importantes aportes. A propósito: el premio Nobel en economía es valioso, entre otras cosas, por destacar importantes trabajos ignorados por el grueso de la profesión (¿quién sabría algo de Bengt Robert Holmström, Elinor Claire Ostrom y hasta de James Mc. Gill Buchanan, si no hubieran recibido el premio?). de Pablo (2017) analizó la vida la obra de quienes lo obtuvieron, durante el primer medio siglo de existencia del galardón.

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La obra surgió de una conversación que mantuve con Rodolfo Distel, mientras almorzábamos el 28 de agosto de 2018. Coincido con Milton Friedman que no hay tal cosa como un almuerzo gratis, pero sí existen los almuerzos placenteros y también los útiles.

... Entre quienes lo conocieron, la dedicatoria no necesita explicación. Pero el texto que sigue muestra que lo de educador a tiempo completo no es exageración. Canavese era maestro 24 horas al día, y bajo cualquier circunstancia, según muestra la siguiente anécdota relatada por su hija Mariana. “Un banco llamaba a casa de manera insistente, para ofrecer no recuerdo qué ‘’‡”ƒ…‹×ϐ‹ƒ…‹‡”ƒǡƒ‘•±“—‡–ƒ•ƒ†‡‹–‡”±•ƒ’ƒ”‡–‡‡–‡ espectacular. Era divertidísimo verlo a mi papá sentarse con lápiz y papel, en la mesa de la cocina, sin dejar el teléfono, hablando con el chico del call center durante 15 o 20 minutos, hasta que ϐ‹ƒŽ‡–‡Ž‡’”‡‰—–ƒ„ƒǣǮ‡–‘…‡•ǢǬ—•–‡†’‘†”Àƒ•—•ƒŠ‘””‘• a esas tasas?’, ante lo cual el pobre pibe le decía que no lo había pensado y que ciertamente no era conveniente”.

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∙ de Pablo, J. C. (2010): “Alfredo Juan Canavese. Semblanza personal y profesional”, en Jornada en honor de Alfredo Canavese, Universidad ‘”…—ƒ–‘‹‡ŽŽƒǡͳ͸†‡ƒ„”‹ŽǤƒ‘‘‰”ƒϐÀƒƒ’ƒ”‡…‡„ƒŒ‘‡Žï‡”‘ 629, en www.juancarlosdepablo.com.ar. ∙ de Pablo, J. C. (2014): ‘†ƒ•†‡‘”‘’”‘ˆ‡•‹‘ƒŽ‡•ȋ’ƒ•‹×ǡ‘ϔ‹…‹‘›†‡†‹cación), Grupo Unión. ∙ de Pablo, J. C. (2017): Nobelnomics, Sudamericana.

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1 CLAUDE FREDERIC BASTIAT 1) Que la utilización del absurdo, para desnudar el aparente sano fundamento de medidas de protección sectorial o regional, es una herramienta ‡ϔ‹…ƒœǤ

Cansado de los múltiples pedidos a las autoridades para conseguir tratamiento especial, por parte de sectores o regiones, Bastiat (1848) redactó la siguiente: “PETICIÓN de los fabricantes de velas, lámparas, candelabros, lámparas de alumbrado público, apagavelas, extinguidores , y de los productores de aceites, sebo, resina, alcohol y mercaderías conectadas con la iluminación en general. A los señores miembros de la Cámara de Diputados Estamos sufriendo la intolerable competencia de un rival extranjero, ubicado en una condición tan superior a la nuestra desde el punto de vista de la producción de luz que acapara en forma total nuestro mercado nacional con su provisión a un precio fabulosamente bajo. En el momento en que aparece nos encontramos totalmente desplazados. Todos los consumidores se dirigen a él, y un segmento de Žƒ‹†—•–”‹ƒŽ‘…ƒŽǡ“—‡…—‡–ƒ…‘‹—‡”ƒ„Ž‡•”ƒ‹ϐ‹…ƒciones, queda paralizada automáticamente. Este rival, que no es otro que el sol, nos hace la guerra a muerte... Solicitamos promulgar una ley ordenando cerrar todas las ventanas, ventiluces, persianas internas y externas, cortinas y ojos de buey; en una palabra, todas las aberturas,

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ƒ‰—Œ‡”‘•›ϐ‹•—”ƒ•ǡ’‘”Ž‘•…—ƒŽ‡•ŽƒŽ—œ†‡Ž•‘Ž’—‡†‡‡–”ƒ” en las casas, para perjuicio de los meritorios fabricantes”.

... Queda a cargo del lector encontrar aplicaciones modernas de ‡•–ƒϐ‹ƒ‹”‘Àƒ†‡ƒ•–‹ƒ–ǡ›‘•‘”’”‡†‡”•‡•‹ǡ…‘‘‡‘…—rre a mí, encuentra montones de dichas aplicaciones. Ejemplo: cuando me preguntan qué me parece que, por ley, los vendedores de ropa o zapatos tengan la obligación de tener en stock todos los talles, respondo que me parece una medida excelente. Ante la sorpresa de mi interlocutor, agrego que no entiendo por qué una idea tan buena tiene que ser aplicada sólo en el caso de las vestimenta o el calzado, porque basado en el mismo principio yo propongo que, también por ley, las librerías estén obligadas a tener en stock todos mis libros.

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2 WILLIAM JACK BAUMOL 1) Que el cambio tecnológico no avanza a la misma velocidad en la producción de los diferentes „‹‡‡•ǡ›‡•–‘‘†‹ϔ‹…ƒŽ‘•’”‡…‹‘•”‡Žƒ–‹˜‘•Ǥ 2) —‡ …—ƒ†‘ Ž‘• …‘•–‘• †‡ ‡–”ƒ†ƒ › •ƒŽ‹†ƒ †‡ los oferentes que operan en un mercado son bajos, que exista un único productor es una virtud, ‘—˜‹…‹‘Ǥ

Entre 1942 y 1946 trabajó en el departamento de agricultura de Estados Unidos. “El fantasma de la depresión de la década de 1930 nos llevaba a aceptar con placer cualquier oferta laboral razonable. Allí aprendí 2 cosas: los altos costos de los procesos de negociación y las complejidades de los cálculos para establecer qué es justo” (Baumol, 1983). Enseñó en la Escuela de Econimía de Londres, entre 1947 y 1949; en la universidad Princeton a partir de 1949 (emérito desde 1992); y en la de Nueva York a partir de 1971. “Me hice consultor para aliviar la tradicional pobreza del profesor asistente” (Baumol, 1983). “Plantea problemas a través de paradojas. La alegría que le causa resolver paradojas económicas le ha durado durante toda su vida” (Bailey y Willig, 1992). “Escucho lo que dicen mis amigos. Al igual que a Harry Gordon Johnson y Abba Ptachya Lerner, me gusta tallar madera [sobre lo cual dictó cursos en Princeton]. También me gusta pintar al óleo y con computadora. Colecciono relojes. Me gusta leer historia. Nado 20 minutos, 3 veces por semana. El deletreado es exclusivamente mnemónico, mientras que la gramática tiene una estructura, una lógica. Casi nunca cometo errores gramaticales, pero tengo mu13

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chos errores de deletreo” (Baumol, en Krueger, 2001). Como les ocurriera a tantos otros economistas, particularmente anglosajones, “amé a Italia desde que la conocí” (Baumol, 1983). “Me gusta enfocar el proceso creativo en las artes desde el plano de los sentimientos, más que desde el del análisis sistemático. ‡•’—±•†‡—…Š‘•ƒÓ‘•†‡”‡ϐŽ‡š‹×…‘…Ž—À“—‡Žƒƒ„‹‰ò‡†ƒ† es la característica esencial de una obra de arte, pero al mismo –‹‡’‘‡•‡Ž‡‡‹‰‘‡‡Ž…ƒ•‘†‡—–”ƒ„ƒŒ‘…‹‡–Àϐ‹…‘‡ˆ‡…–‹˜‘dz (Baumol, 1984). “El análisis histórico es valioso, no solamente por la información que proporciona, sino también por las hipótesis que formula, además del profundo análisis. Estamos tan inmersos en la coyun–—”ƒǡ“—‡Š‡‘•’‡”†‹†‘ŽƒǮ’‡”•’‡…–‹˜ƒ†‡Žƒ”‰‘’Žƒœ‘ǯdzȋƒ—‘Žǡ en EEJ, 1987). DzǮ˜‡…‡•–‡‰‘•—‡”–‡ǡ…—ƒ†‘Žƒ•ƒ„•–”ƒ……‹‘‡•”‡•—Ž–ƒles. Pero a veces tengo mucha suerte, cuando resultan equivocadas. Porque cuando esto ocurre es cuando emergen las mejores ideas. Cuando mi intuición es correcta, la explicación es directa y sencilla; mientras que cuando no lo es hay que elaborar explicaciones menos obvias. Claro que me deprimo cada vez que estoy ‡“—‹˜‘…ƒ†‘ǡ’‡”‘’‘”’‘…‘–‹‡’‘ǯǡƒϐ‹”×dzȋƒ‰‡”ǡʹͲͳ͹ȌǤ

... “Su trabajo está marcado por la tensión entre su inclinación por el análisis teórico riguroso, principalmente en microeconomía, y su interés por los problemas prácticos” (Beaud y Dostaler, 1995). Economía de las artes. “Una notable confusión me introdujo en la cuestión. Alguien equiparó mi hobby en pintura y escultura, …‘ …‘‘…‹‹‡–‘• †‡ Žƒ• ϐ‹ƒœƒ• › Žƒ ‘”‰ƒ‹œƒ…‹× †‡ Žƒ ג‡ra, teatros, orquestas y compañías de ballet. Así fue como nos metimos (con mi mujer) en uno de los proyectos más excitantes que se pueden imaginar. Encontramos que la composición de las audiencias en términos de educación, ingreso, edad y sexo, varía 14

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muy poco de una forma de arte a otra, o de una ciudad a otra. Todas las audiencias tenían fuerte educación, e ingresos superiores al promedio de la comunidad. Desarrollé un modelo cuyo punto básico es que los espectáculos artísticos en vivo•‘†‹ϐÀ…‹Ž‡–‡ adaptables al aumento de la productividad que genera el cambio tecnológico. Un cuarteto escrito hace 200 años exige la misma cantidad de personal para ser tocado, tanto antes como ahora. En cambio una mercadería típica cuesta ahora la vigésima parte de lo que costaba hace 200 años, en relación a los servicios” (Baumol, 1983). “Un día me desperté a las 4 de la mañana y me dije: ǮǩƒŠ‘”ƒ‡–‹‡†‘’‘”“—±Ž‘•…‘•–‘••—„‡ǨǯǤ‘±ƒŽ‰—ƒ•‘–ƒ•› me volví a dormir. Así fue, estrictamente hablando” (Baumol, en Krueger, 2001). En el trabajo original de Baumol la diferente evolución del cambio tecnológico engloba a las mercaderías por un lado y a los ser˜‹…‹‘•’‘”‡Ž‘–”‘Ǥ‡”‘‡•–ƒ…Žƒ•‹ϐ‹…ƒ…‹×–‹‡‡“—‡•‡”ƒ…–—ƒŽ‹œƒ†ƒǡ ’‘”“—‡’‘”‡Œ‡’Ž‘‡Ž…ƒ„‹‘–‡…‘Ž×‰‹…‘–ƒ„‹±Šƒ•‹†‘•‹‰‹ϐ‹cativo en la prestación de serviciosϐ‹ƒ…‹‡”‘•Ǥ”‰‘ǡŽƒ‹†‡ƒ•‹‰—‡ •‹‡†‘À–‹†ƒǡ’‡”‘•—ƒ’Ž‹…ƒ…‹×–‹‡‡“—‡•‡”‡•’‡…Àϐ‹…ƒǤ ‡”…ƒ†‘• †‡•ƒϐ‹ƒ†‘•. “Son aquellos en los cuales la entrada (nuevos oferentes) es absolutamente libre, y la salida no tiene costos. Esto implica que quien se incorpora al mercado no tiene desventajas, ni desde el punto de vista de la producción ni desde la percepción de los consumidores, frente a los rivales existentes. Pretendemos una generalización del concepto de mercado perfec–ƒ‡–‡…‘’‡–‹–‹˜‘ǡ…‘‡Ž…‘…‡’–‘†‡Ǯ‡”…ƒ†‘’‡”ˆ‡…–ƒ‡–‡ †‡•ƒϐ‹ƒ†‘ǯǤ ƒ ‘…‹× †‡ †‡•ƒϐÀ‘ ’‡”ˆ‡…–‘ •‹”˜‡ –ƒ„‹± …‘‘ ‡–ƒ†‡•‡ƒ„Ž‡’ƒ”ƒ—ƒ‡•–”—…–—”ƒ‹†—•–”‹ƒŽǡž•ϐŽ‡š‹„Ž‡“—‡Žƒ• nociones actualmente disponibles. Una vez que abandonamos el —†‘†‡Ž‘‘’‘Ž‹‘’—”‘‘’ƒ”…‹ƒŽǡ…—ƒŽ“—‹‡”‡”…ƒ†‘†‡•ƒϐ‹ƒdo tiene que funcionar de manera ideal desde todo punto de vista. ʹϐ‹”ƒ•’—‡†‡•‡”—ï‡”‘•—ϐ‹…‹‡–‡…‘‘’ƒ”ƒ‰ƒ”ƒ–‹œƒ” la optimalidad. En la práctica muy pocos mercados son perfecta‡–‡†‡•ƒϐ‹ƒ†‘•Ǥ‡”…ƒ†‘’‡”ˆ‡…–ƒ‡–‡…‘’‡–‹–‹˜‘‡•— ‡”…ƒ†‘’‡”ˆ‡…–ƒ‡–‡†‡•ƒϐ‹ƒ†‘ǡ’‡”‘‘˜‹…‡˜‡”•ƒǤƒ…ƒ”ƒ…–‡15

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”À•–‹…ƒ…”—…‹ƒŽ†‡—‡”…ƒ†‘†‡•ƒϐ‹ƒ†‘‡••—˜—Ž‡”ƒ„‹Ž‹†ƒ†ƒ—ƒ ‡•–”ƒ–‡‰‹ƒ †‡Ž –‹’‘ Ǯ–‘…‘Ǧ›Ǧ‡Ǧ˜‘›ǯǤ  — ‡”…ƒ†‘ †‡•ƒϐ‹ƒ†‘ Žƒ –ƒ•ƒ†‡‰ƒƒ…‹ƒ•—…ƒ•—’‡”ƒƒŽƒ–ƒ•ƒ‘”ƒŽǤ‘Šƒ›‹‡ϐ‹…‹‡cias de producción, porque éstas son una invitación a que entren ‘ˆ‡”‡–‡•ž•‡ϐ‹…‹‡–‡•Ǥ‘Šƒ›•—„•‹†‹‘•…”—œƒ†‘•ǡ‘Šƒ›’‘ŽÀ–‹cas de precios destructivas que se utilizan como herramientas de competencia desleal. Los héroes de la historia son los potenciales ingresantes a un mercado, los cuales ejercen disciplina sobre los que ya están, y lo hacen de la manera más efectiva cuando la ‡–”ƒ†ƒ ‡• Ž‹„”‡Ǥ ƒ –‡‘”Àƒ †‡Ž †‡•ƒϐÀ‘ ƒ Ž‘• ‡”…ƒ†‘• Ž‡ ’”‘’‘”ciona una perspectiva diferente a la política antimonopólica. Una historia de ausencia de entradas en una industria, junto a un alto índice de concentración, puede ser un signo de virtud, no de vicio. Particularmente cuando los costos de entrada son bajos. Debemos rechazar por perversa la propensión de los reguladores para resistir el cierre de líneas de producción improductivas” (Baumol, 1982 ›ͳͻͺ͵ȌǤDzƒ–‡‘”Àƒ†‡Ž‘•‡”…ƒ†‘•†‡•ƒϐ‹ƒ†‘•ˆ—‡‡š–”ƒ‘”†‹ƒ”‹ƒmente útil para diseñar las políticas desregulatorias y antimonopólicas. La idea clave es que los costos hundidos, no las economías de escala, es la barrera de entrada que genera poder monopólico” (Bailey y Willig, 1992). ‡•ƒ†‘‡”‰‡–‹ƒǡŽƒ†‡Ž‘•‡”…ƒ†‘•†‡•ƒϐ‹ƒ†‘•‡’ƒrece un típico ejemplo de una nítida idea, cuya relevancia debería ser investigada. Porque pregunto, ¿cuántos de los monopolios que existen en nuestro país, son el resultado de que uno de los oferentes es tan pero tan superior al resto, que no permite la existencia de otros rivales a pesar de la inexistencia de costos de entrada y salida? Sospecho que la enorme mayoría de los productores únicos, se debe a poderosas barreras de entrada de los potenciales competidores. ∙ BIO No. 1.666 en www.juancarlosdepablo.com.ar. ∙ Bailey, E. E. y Willig, R. D. (1992): “William J. Baumol”, en Samuels, W. 16

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J.: New horizons in economic thought, Edward Elgar. ∙ Baumol, W. J. (1952): “The transactions demand for cash: an inventory theoretic approach”, Quarterly journal of economics, 66, 4, noviembre. ∙ Baumol, W. J. (1982): “Contestable markets: an uprising in the theory of industry structure”, American economic review, 71, 1, marzo. ∙ Baumol, W. J. (1983): “On the career of a microeconomist”, Banca nazionale del lavoro, 147, diciembre. ∙ Baumol, W. J. (1984): “On my attitudes: sociopolitical and methodological”, American economist, 28, 1, primavera. Reproducido en Szenberg, M.: Eminent economists, Cambridge University Press, 1992. ∙ Beaud, M. y Dostaler, G. (1995): “Baumol, William J.”, Economic thought since Keynes, Routlegde. ∙ Blaug, M. (1985): Great economists since Keynes, Cambridge University Press. ∙ Blaug, M. (1999): Who’s who in economics, Edward Elgar. ∙ Eastern Economic Journal (1987): “A conversation with William J. Baumol about productivity growth”, Eastern economic journal, 13, 3, Julio-setiembre. ∙ Krueger, A. B. (2001): “An interview with William J. Baumol”, Journal of economic perspectives, 15, 3, verano. ∙ Langer, E. (2017): “William Baumol, economist who found logic in rising health-care prices, dies at 95”, The Wasington post, 5 de mayo. ∙ Ley, R. D. y Johnson, L. E. (1997): “Baumol, William J.”, en Cate, T.: An encyclopedia of keynesian economics, Edward Elgar. ∙ Martin, S. (2007): “William Jack Baumol”, en de Jong, H. W. y Shepherd, W. G.: Pioneers of industrial organization, Edward Elgar. ∙ Willig, R. D. y Bailey, E. E. (2006): “Baumol, William Jack”, en Emmett, R. B.: The biographical dictionary of american economists, Thoemmes. BIO No. 3 en de Pablo, J. C.: Economía al alcance de todos (La ley, 2006). ∙ Bastiat, F. (1848): “Fallacies of protection”, Sophismes Economiques.

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3 OSWALD HARVEY BROWNLEE 1) Que los hechos son los hechos, aunque esto te …—‡•–‡‡Ž’—‡•–‘ǡ‡‡Ž—†‘ƒ…ƒ†±‹…‘Ǥ

Brownlee protagonizó lo que se denominó el incidente de la margarina. Dzƒ —†ƒ…‹× ‘…‡ˆ‡ŽŽ‡” ϐ‹ƒ…‹× — …‘Œ—–‘ †‡ ‡•–—†‹‘• para mejorar la contribución de la agricultura al esfuerzo de guerra [la Segunda Guerra Mundial]” (Ruttan, 2004). “La tesis …‡–”ƒŽ †‡Ž ’ƒϐŽ‡–‘ ï‡”‘ ͷǡ ‡•…”‹–‘ ’‘” ”‘™Ž‡‡ › –‹–—Žƒ†‘ Poniendo a la industria láctea en pie de guerra, es la siguiente: ǮŽ“—‡•‘‡•—ƒŽ‹‡–‘…‘…‡–”ƒ†‘›‡…‘×‹…‘Ǥƒƒ–‡…ƒ es diferente. Es una grasa de alto costo, que en buena medida no es consumida directamente por los seres humanos. Grasas vegetales y de otros orígenes se pueden producir con menor uso de recursos [la mitad de la tierra, y la octava parte de la mano de obra]. Estos pueden ser utilizados para aliviar la escasez de manteca. Por consiguiente hay que eliminar los impuestos directos, las licencias, etc., que existen sobre la venta de margarina, y promover su consumo’” (Stigler, 1988). “Los intereses creados de la industria lechera de Iowa deman†ƒ”‘‘†‹ϐ‹…ƒ”‡Ž‡•–—†‹‘ǡ‘–‹”ƒ”Ž‘ƒŽƒ„ƒ•—”ƒdzȋ—––ƒǡʹͲͲͶȌǤ “Esta reacción no debía haber sorprendido, dado que desde 1902 se venían oponiendo al uso de la margarina” (Stigler, 1988). “Cuando Charles R. Friley, presidente de la universidad, accedió a la presión, [además de Brownlee] el director del departamento de economía y sociología Theodore Wilhain Schultz renunció y se fue a Chicago, y David Gale Johnson lo siguió” (Ruttan, 2004). Notable ¿infrecuente? muestra de coraje, por parte de Brownlee pero también de Schultz y de Johnson. 19

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∙ BIO No. 908 en www.juancarlosdepablo.com.ar. ∙ Ruttan, V. W. (2004): “Personal report. D. Gale Johnson: 1916-2003”, Journal of asian economics, 15, 3, junio. ∙ Stigler, G. J. (1988): Memoirs of an unregulated economist, Basic books.

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4 GUILLERMO ANTONIO ROBERTO CALVO 1) Que se pueden modelar cuestiones relevantes ‡”‰‡–‹ƒǡƒ—“—‡‘•‡˜‹˜ƒ‡†‹…Š‘’ƒÀ•Ǥ 2) Que una misma medida de política económica ’—‡†‡‰‡‡”ƒ””‡•—Ž–ƒ†‘•—›†‹ˆ‡”‡–‡•ǡ†‡’‡diendo de si la población le cree o no al gobierno †‡–—”‘›ƒŽ‘•ˆ—–—”‘•Ǥ

Se puede sacar a un ruso de Rusia, pero no se puede sacar a Rusia de un ruso. Esto se aplica a la persona y a la obra escrita por el argentino Calvo, quien a pesar de haber vivido buena parte de su vida profesional en el exterior, su forma de expresarse y tanto la elección como el tratamiento de las cuestiones que analizó, son más argentinos que el dulce de leche. “Me doy cuenta de que hay un elemento argentino en toda mi obra. Para mí Argentina es un polo de atracción muy grande desde el punto de vista intelectual, constantemente me está sorprendiendo. ¿Será porque la quiero, o porque es un laboratorio tan interesante? Creo “—‡‹†‡’‡†‹‡–‡‡–‡†‡“—‡—‘Žƒ“—‹‡”ƒǡ‡•—ϐŽ‘”†‡Žƒboratorio. ¿Cuál es la ventaja de ser argentino? Que la sentís por dentro. No estás inventando nada. Conocés estructuralmente de qué estás hablando, no es un invento” (Calvo en de Pablo, 2006). Trayectoria. “A los 16 años, de manera fortuita, tuve como profesor de economía a Julio Olivera [padre de Julio Hipólito Guillermo -JHG- Olivera] quien, saliéndose completamente de los tex–‘•‘ϐ‹…‹ƒŽ‡•ǡ•‡’ƒ•×‰”ƒ’ƒ”–‡†‡Žƒ…Žƒ•‡Šƒ„Žž†‘‘•†‡‡× Walras y su teoría del equilibrio general. Sabía combinar el rigor con la simpleza, a lo que le agregaba un humor oportuno y casi

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JUAN CARLOS DE PABLO

lindante con la picardía” (Calvo, 2000). “Creo que eso me prendió la lamparita. La llama, más bien” (Calvo en de Pablo, 2006). “Por concurso ingresé al Banco Central (BCRA), donde JHG Olivera era gerente de investigaciones económicas. Allí es donde •‡ ƒ”…ƒ †‡ϐ‹‹–‹˜ƒ‡–‡ ‹ †‡•–‹‘ǥ Ž‹˜‡”ƒ ‡ ‹˜‹–× ƒ ’ƒ”ticipar en los seminarios que dirigía en la UBA [llegó a dirigir 3, de manera simultánea], aunque yo no había tomado su curso de Dinero, crédito y bancos” (Calvo, 2000). “En dichos seminarios había un eje central, el de la economía matemática; en ese momento una novedad, hoy constituye la corriente principal dentro †‡ŽƒžŽ‹•‹•‡…‘×‹…‘Ǥǩ—±‡–—•‹ƒ•‘–‡Àƒ‘•Ǩ–—•‹ƒ•‘ provocado por un hombre que –vos también lo conoces bien-, ƒ†‹‡†‹”Àƒ“—‡‡•—ƒ–”‘„ƒǤ2Ž—…ƒŽŽ‡‰ƒ„ƒ›†‡…ÀƒǣǮ—…Šƒchos, vamos por acá o por allá’. Se sentaba en la parte de atrás del salón, no decía una palabra, y nosotros nos sentíamos como si estuviéramos en presencia de… Dios. Olivera nos inspiraba con el silencio” (Calvo en de Pablo, 2006). “En la mitad de la carrera Javier Villanueva, quien estaba en ‡Ž •–‹–—–‘‘”…—ƒ–‘‹‡ŽŽƒǡ‡†‹Œ‘ǣǮ–‡‡‘•—ƒ•„‡…ƒ•ǢǬ‘ “—‡”±• —ƒǫǯ —‡‘ǡ ’‡”‘ ‘ ‡•–‘› ‰”ƒ†—ƒ†‘Ǥ Ǯ‘ ‹’‘”–ƒǡ ‘•‘–”‘• ƒ†ƒ‘• Ž‘• ’ƒ’‡Ž‡•Ǥ ‹ –‡ ƒ…‡’–ƒǡ –‡ ƒ…‡’–ƒǯǤ ǩ ‡ ƒ…‡’–ƒ”‘Ǩ ‡ Žƒ —‹˜‡”•‹†ƒ† ƒŽ‡dz ȋƒŽ˜‘ ‡ †‡ ƒ„Ž‘ǡ ʹͲͲ͸ȌǤ “Me aceptaron en base a las cartas de recomendación, y nadie se –‘×‡Ž–”ƒ„ƒŒ‘†‡˜‡”‹ϐ‹…ƒ”•‹›‘‡Šƒ„Àƒ‰”ƒ†—ƒ†‘dzȋƒŽ˜‘ǡ‡ Mendoza, 2004). “Lo que me entusiasmaba de Yale era que estaban Gerard Debreu y Tjalling Charles Koopmans. Carlos Federico Díaz Alejandro, quien estaba trabajando en sus Ensayos… (Díaz Alejandro, 1970), fue un amigo desde el principio. No fue una luz que me dirigió en cuanto a economía, pero sí alguien con quien yo hablaba mucho de economía. Además era buenísimo, una gran persona. Carlos jugó un papel importante, además, porque cuando uno llega allá no sabe el idioma, no conoce a nadie, por lo cual tener un tipo como él que te está recibiendo del otro lado es una delicia. 22