Psicologia de La Adolescencia Original

“Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático” FACULTAD : PSOCOLOGIA Y TRABAJO SOCIAL

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“Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático”

FACULTAD

:

PSOCOLOGIA Y TRABAJO SOCIAL

CURSO

:

EVALUACION DE LA PERSONALIDAD

DOCENTE

:

DEBHORA ORIHELA MONGRUT KARIN MELIZA CARDENAS ÑAHUIS

INTEGRANTE

:

CICLO

:

2014

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es una etapa difícil en el desarrollo personal, en la que aparecen algunos problemas que pueden desembocar en trastornos serios si no se detectan a tiempo. Anorexia, depresión, fracaso escolar e incluso problemas con las drogas se pueden evitar si se es capaz de detectar desde el principio las señales de alerta.

La sociedad está en continuo cambio, por lo que los adolescentes se enfrentan a un mundo distinto del que sus padres conocieron a su edad. Por este motivo puede resultar difícil, a veces, comprender por qué los jóvenes de hoy actúan o piensan de un modo determinado. Es por ello que puede ser de gran ayuda la experiencia de un especialista que conoce de cerca cómo son los adolescentes hoy en día.

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CAPITULO I DEFINICIONES DE PUBERTAD Y ADOLESCENCIA 1.1.- DEFINICIÓN DE PUBERTAD Y ADOLESCENCIA Muchos confunden los términos pubertad y adolescencia. Hay quien, incluso, los considera sinónimos. Y se equivocan plenamente. Aunque la adolescencia esté precedida por los cambios físicos que tienen lugar durante la pubertad, es conocido que se hace más evidente alrededor de dos años después de su comienzo. La pubertad, por otro lado, es una "fiesta movible" en sus inicios, que varían de acuerdo con factores climáticos y hereditarios (característicos antecedentes familiares), y que pueden desencadenarse o retrasarse por múltiples causas.

La pubertad se describe mejor como el período durante el cual el cuerpo adquiere las características adultas, y la adolescencia como el tiempo en que la persona crece y se desarrolla psicológica, emocional y socialmente. Un autor propuso el término de pubescencia para designar el período de transformación corporal que culmina en la pubertad.

La cuestión es que, en un momento determinado, todo el organismo en crecimiento acelera su ritmo: el niño comienza su pubertad. Hasta hace poco tiempo, niña y niño crecían a una velocidad similar, pero ahora empiezan a diferenciarse de manera notable. En la muchacha, el proceso puberal, con el llamativo estirón, se inicia entre los 9 y 10 años (apuntemos aquí que el desarrollo de las mujeres es, por lo general, dos años anterior al de los hombres), alcanzando sus máximos valores entre los 12 y 13 años. En cambio, el varón inicia su estirón entre los 11 y 12 años, llegando a sobrepasar los valores del otro sexo entre los 14 y 15 años. Por cierto, uno y otra no sólo se diferencian por las distintas formas de crecer, sino porque existe un período donde los intereses de los dos sexos se separan: en tanto que la niña observa que va llegando a ser mujer, el varón continúa con su existencia de niño prepúber. A los 14 años, el 3

varón alcanza una estatura promedio mayor que la chica, que generalmente ya ha finalizado su empuje puberal. Al cabo de estos años, se reinicia el diálogo entre los dos sexos... que ya se encuentran en una situación de cierta igualdad. La pubertad es la época de la vida en la que se produce una crisis pluriglandular que afecta a todo el organismo y marca el comienzo de la vida sexual.

Se ha dicho que la aparición de la pubertad es un acto de la naturaleza y la adolescencia un acto del hombre. Ciertamente, la pubertad es un hecho biológico inevitable, mientras que -en cierto sentido- la adolescencia es una creación social. En esencia, el término adolescencia se refiere al crecimiento psicológico relacionado (en sentido amplio) con los procesos de crecimiento físico definidos por el término pubertad. Dicho de otro modo: la adolescencia comienza en la biología y acaba en la cultura de una determinada sociedad (por ejemplo, cuando los hijos logran un grado razonable de independencia psicológica y/o económica de sus padres). Un punto a recordar es que la principal tarea de la etapa adolescente consiste en configurar y consolidar la propia identidad como persona única y madura.

Ya para los latinos, la distinción entre adolescencia y pubertad estaba clara. La primera significaba el paso a la edad adulta, y la segunda la transformación sexual, sobre todo la del varón. En efecto, el término pubertad viene del vocablo latino pubes, que significa vello (pelo corto y suave que cubre ciertas partes del cuerpo). Los romanos consideraban al vello como signo de virilidad. Así, el verbo pubesceré significa cubrirse de vello, llegar a ser púber, entrar en la adolescencia, y pubertas significa la pubertad propiamente dicha, signo de la pubertad, facultad viril (no se habla de chica púber, y se dice más bien de ella que es nubil, de nubilis: en edad de casarse). El fenómeno de la aparición del vello es el que más llamó la atención de nuestros antecesores romanos, y les parecía una señal de la adquisición de la facultad viril (hay que advertir que la aparición del vello en el pubis es todavía un criterio médico actual para determinar la pubertad).

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La adolescencia, como periodo del desarrollo del ser humano abarca por lo general el periodo comprendido de los 11 a 20 años, en el cual él sujeto alcanza la madurez biológica y sexual; y se busca alcanzar la madurez emocional y social (Papalia et. al., 2001); a su vez la persona asume responsabilidades en la sociedad y conductas propias del grupo que le rodea (Aberastury y Knobel, 1997), por lo anterior, cuando se habla del concepto, se refiere a un proceso de adaptación más complejo que el simple nivel biológico, e incluye niveles de tipo cognitivo, conductual, social y cultural (Schock, 1946). Este periodo, es reconocido en casi todas las culturas a nivel mundial y según Coon (1998) está determinado por 4 factores:

a. La dinámica familiar. b. La experiencia escolar. c. El marco cultural que ha estructurado el ambiente social para la puesta en práctica de normas y límites. d. Las condiciones económicas y políticas del momento.

Como tema de investigación toma importancia a finales del siglo XIX, partiendo de los trabajos de Platón y Aristóteles, quienes plasmaron su interés en lo modificable del comportamiento (Derflinger, 1991). Varios autores como Freud (1917), Gessell (1958) y Bios (1980) otorgaron importancia a los cambios psicológicos presentados en esta periodo, así como a las transformaciones de la personalidad fundamentada a partir de los eventos ocurridos en la infancia, las crisis que presenta, y la búsqueda de la identidad.

1.2.- IDENTIDAD DEL ADOLESCENT Las relaciones familiares antes de la pubertad influyen mucho en el modo en que el niño experimenta la adolescencia. Cuanto mejor es la comunicación entre padres e hijos, más positiva es la imagen que tienen de sí mismos. La buena comunicación refleja que los padres son capaces de comunicar sus valores,

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creencias y sentimientos a sus hijos, pero es en la etapa de la adolescencia donde tiene un rol primordial y fundamental.

A la adolescencia la podemos definir como un fenómeno biológico que se caracteriza por la pubertad. Durante este proceso biológico el adolescente se transforma de niño inmaduro a una persona madura sexualmente. Aunque cabe mencionar, que los adolescentes evolucionan a ritmos distintos por ejemplo, mientras un niño se desarrolla completamente en dos o tres años, otro lo hace en cinco ya que hay factores que inciden en su desarrollo como el entorno donde viven, la alimentación y los genes familiares.

En esta etapa los jóvenes a veces se quejan de que son demasiado grandes o pequeños, Los cambios físicos que son experimentados por los adolescentes tienen un efecto muy significativo sobre su estima personal. Por ejemplo, la forma que ven sus cuerpos puede causar orgullo, placer, incomodidad o vergüenza. Las reacciones de los adolescentes del pensamiento y sentimientos que han tenido durante la niñez, de la reacción de sus padres y compañeros a su cambio de apariencia y su cultura, tanto la de su grupo de amigos como la del resto de las personas que lo rodean.

La mayor parte de los adolescentes para formar su identidad toman ciertas características de sus compañeros, de la familia, las imágenes que ven en la televisión, las películas y las revistas.

Por otra parte, cuando este proceso no se desarrolla con normalidad existen una serie de conflictos que hacen que las opciones sean difíciles, no se consideran aceptables ante los demás, poseen una baja autoestima y se angustian porque se sienten inseguros; el resultado es una identidad confusa.

La formación de la identidad es una de las tareas esenciales de la adolescencia y se define como el sentido coherente de individualidad formado a raíz de la 6

personalidad y circunstancias del adolescente. Según Erik Erikson (1980), la identidad del adolescente se desarrolla en silencio con el paso del tiempo, mientras muchas pequeñas partes del yo, se unen de forma organizada.

Erikson dice que estos elementos pueden incluir aspectos innatos de la personalidad, rasgos desarrollados de la misma, como la pasividad, la agresividad y la sensualidad, talentos y habilidades, identificación con modelos, ya sean de los padres, de los amigos o de personajes culturales. La formación de la identidad es una tarea de por vida que inicia en la niñez, pero que tiende a ocupar un puesto relevante en la adolescencia. En ese momento, el desarrollo físico, las habilidades cognitivas y las expectativas sociales del joven maduran lo bastante para hacer posible que se forme una identidad madura.

Erikson define la adolescencia como una moratoria, un período en el que las elecciones definitivas se posponen mientras se van uniendo los distintos elementos de la identidad. En esa etapa los jóvenes pueden explorar diversos campos, tratan de encontrar algo que les guste y que encaje con sus propias necesidades, intereses, capacidades y valores.

La mayoría de ellos, no sabe mucho sobre las opciones entre las que deben de elegir, sobre los caminos que van recorrer si siguen cierta elección o alternativa y menos sobre la irreversibilidad de algunas decisiones.

Sin embargo, todas las elecciones de los adolescentes sobre la escuela, si trabajan y estudian, si pertenecen a una religión contribuyen a forjar la identidad. Aunque también los factores socioeconómicos juegan un papel muy importante, ya que el contexto cultural, las presiones de los compañeros, las situaciones familiares pueden empujar al adolescente en una u otra dirección.

Muchos investigadores clasifican el concepto de identidad de Erikson como algo muy complejo, por lo que James Marcia en 1980, basándose en la teoría de 7

Erikson, propuso que la adolescencia podía adoptar cuatro formas: el compromiso, la moratoria, la difusión o la construcción.

En la etapa de el compromiso, el adolescente persigue sus propias metas ideológicas, pero éstas han sido elegidas por otros, como pueden ser los padres o en su caso los amigos. Mientras que un adolescente se sienta comprometido con alguien nunca experimentará una crisis de identidad porque ellos aceptan sin objeciones los valores y expectativas de esa persona.

En la etapa de moratoria, las opciones finales se posponen y el adolescente se debate con temas profesionales o ideológicos. En la construcción de la identidad, el adolescente ha finalizado el esfuerzo, ha hecho sus elecciones y persigue sus propias metas y por último, en la difusión de la identidad, los adolescentes pueden haber tratado con algunos temas que no fueron muy importantes para ellos o simplemente los ignoraron, pero no han tomado decisiones y no están preocupados por aceptar compromisos ya que no sienten presión alguna al momento de tener que elegir, es decir no pasan una crisis de identidad.

Por ejemplo, los adolescentes que atraviesan un período de moratoria suelen ser más independientes, seguros de sí mismos, flexibles y creativos. Por otro lado, los que forjan sus identidades en la adolescencia tienden a necesitar la aprobación de los demás; son conformistas y respetuosos con la autoridad, son más religiosos y se comportan de un modo más estereotipado que otros.

En las sociedades tradicionales como en las que vivimos, los jóvenes aceptan automáticamente las profesiones y creencias de sus padres y podemos decir que la mayoría ya han forjado su identidad.

Muchos investigadores han observado que los procesos de formación de identidad siguen caminos distintos en cada sexo.

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Por una parte los varones que han alcanzado una identidad suelen ser enérgicos, prefieren las dificultades y retos, y les preocupa muy poco lo que los demás piensen de ellos. Mientras que las mujeres que ya han alcanzado una identidad son distintas, para ellas trabajar duro es importante, pero evitan la competencia. Esta diferencia se debe al contexto en que cada uno forja su identidad.

A los hombres se les presiona en muchos aspectos a que escojan lo más conveniente, lo que tiende a empujarles a una moratoria y a una tardía construcción de la identidad. Las muchachas suelen definir sus identidades en términos de sus relaciones con los demás, en vez de preocuparse por pensar con autonomía se preocupan por las relaciones y las responsabilidades.

Otro aspecto de la formación de identidad es el proceso de individualización a medida que los adolescentes van construyendo su identidad, se van separando emocionalmente de sus padres y transfieren parte de su afecto a los compañeros.

Los que fracasan en esto y siguen siendo dependientes emocionalmente de sus papás, tienen identidades de compromiso. Aunque también, hay adolescentes que pueden estar emocionalmente desapegados de sus padres, pero fracasan en tener confianza en sí mismos y en ser autónomos.

Por lo general, el adolescente no está completamente involucrado en la familia ni totalmente desvinculado de ella pero encuentra un equilibrio. Es una etapa en que todavía está apegado a los padres, pero no depende de ellos, pues muestra señales claras de individualidad, es receptivo a sus necesidades y deseos.

Es también en la adolescencia donde se da la búsqueda de autonomía, la cual se relaciona con la individualización y es por tanto parte de los mismos procesos que están implicados en el desarrollo de la identidad.

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Uno de los aspectos de la autonomía y la identidad es el distanciamiento de los padres. Muchos adolescentes cambian la dependencia de sus padres por un período de dependencia de sus amigos, esto lo hacen para tener la aceptación de su grupo de amigos en temas de moda, música, deportes, noviazgo, etc., pero la mayoría adopta los valores de sus padres para los asuntos importantes.

Para concluir, podemos ver que la adolescencia es una etapa compleja donde los jóvenes evolucionan a distintos ritmos distintos. La formación de la identidad es un sentido de individualidad formada por la personalidad y circunstancias propias de cada adolescente. Para Erik Erikson, esta se desarrolla en silencio y con el paso del tiempo. La formación de la identidad es una tarea que comienza desde la niñez pero juega un rol esencial en la adolescencia junto con el desarrollo físico, las habilidades cognitivas y las expectativas sociales del adolescente maduran para hacer posible que se forme una identidad.

1.3.- ETAPAS DE LA ADOLESCENCIA 1.3.1.- Adolescencia temprana Adolescencia temprana. Inicia en la pubertad (entre los 10 y 12 años), se presentan los primeros cambios físicos, e inicia el proceso de maduración psicológica, pasando del pensamiento concreto al pensamiento abstracto, el adolescente trata de crear sus propios criterios, socialmente quiere dejar de relacionarse y de ser relacionado con los niños, pero aún no es aceptado por los adolescentes, desarrollando en él una desadaptación social, incluso dentro de la familia, lo cual constituye un factor importante, ya que puede causar alteraciones emocionales como depresión y ansiedad, que influyen en la conducta, contribuyendo al aislamiento. Estos cambios se denominan “crisis de entrada en la adolescencia”; agregado a lo anterior se presentan cambios en su medio: escuela, maestros, compañeros, sistema educativo, responsabilidades. La familia (la presencia del padre, madre o tutor) se convierte en un factor importante en como el adolescente vive esta etapa ya que el apoyo y la autoridad le ayudarán a

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estructurar su personalidad y a superar la ansiedad que le provoca enfrentarse al cambio (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).

1.3.2.- Adolescencia intermedia Adolescencia intermedia. Inicia entre los 14 y 15 años. En este periodo se consigue un cierto grado de adaptación y aceptación de sí mismo, se tiene un parcial conocimiento y percepción en cuanto a su potencial, la integración de su grupo le da cierta seguridad y satisfacciones al establecer amistades, empieza a adaptarse a otros adolescentes, integra grupos, lo que resuelve parcialmente el posible rechazo de los padres, por lo que deja de lado la admiración al rol paterno (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).

1.3.3.- Adolescencia tardía Adolescencia tardía. Inicia entre los 17 y 18 años. En esta etapa se disminuye la velocidad de crecimiento y empieza a recuperar la armonía en la proporción de los diferentes segmentos corporales; estos cambios van dando seguridad y ayudan a superar su crisis de identidad, se empieza a tener más control de las emociones, tiene más independencia y autonomía. Existe también un cierto grado de ansiedad, al empezar a percibir las presiones de las responsabilidades, presentes y/o futuras, por iniciativa propia o por el sistema social familiar, para contribuir a la economía, aun cuando no alcanzan la plena madurez, ni tienen los elementos de experiencia para desempeñarlas (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).

1.4.- CAMBIOS DURANTE LA ADOLESCENCIA 1.4.1.- Desarrollo físico El desarrollo físico del adolescente no se da por igual en todos los individuos, por lo cual en muchos casos este desarrollo se inicia tempranamente o tardíamente. Los adolescentes que maduran prematuramente muestran mayor seguridad, son menos dependientes y manifiestan mejores relaciones interpersonales; por el contrario, quienes maduran tardíamente, tienden a poseer un auto-concepto negativo de sí mismos, sentimientos de rechazo, dependencia y rebeldía. De ahí 11

la importancia de sus cambios y aceptación de tales transformaciones para un adecuado ajuste emocional y psicológico (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).

1.4.2.- Desarrollo psicológico Los cambios físicos en el adolescente siempre serán acompañados por cambios psicológicos, tanto a nivel cognitivo como a nivel comportamental, la aparición del pensamiento abstracto influye directamente en la forma en cómo el adolescente se ve a sí mismo, se vuelve introspectivo, analítico, autocrítico; adquiere la capacidad de construir sistemas y teorías, además de estar interesado por los problemas inactuales, es decir, que no tienen relación con las realidades vívidas día a día. La inteligencia formal da paso a la libre actividad de la reflexión espontánea en el adolescente, y es así como éste toma una postura egocéntrica intelectualmente (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001). El equilibrio se alcanza cuando la reflexión comprende que la función que le corresponde no es la contradecir sino la de anticiparse e interpretar la experiencia (Piaget, 1984).

Mussen et. al., (1982), definen estos cambios psicológicos, de forma gradual más allá de operaciones formales de pensamiento, se alcanza la independencia respecto a la familia, y hay una mejor adaptación a la madurez sexual, además de establecerse relaciones viables y de cooperación con sus pares. Su vida toma rumbo y se adquiere el sentido de identidad, de tal forma que al final, logra adquirir las características psicológicas sobresalientes en un adulto: la independencia y la autonomía.

1.4.3.- Desarrollo emocional Durante el proceso del desarrollo psicológico y búsqueda de identidad, el adolescente experimentará dificultades emocionales. Conforme el desarrollo cognitivo avanza hacia las operaciones formales, los adolescentes se vuelven capaces de ver las incoherencias y los conflictos entre los roles que ellos realizan y los demás, incluyendo a los padres. La solución de estos conflictos ayuda al 12

adolescente a elaborar su nueva identidad con la que permanecerá el resto de su vida. El desarrollo emocional, además, está influido por diversos factores que incluyen expectativas sociales, la imagen personal y el afrontamiento al estrés (Craig, 1997; Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).

1.4.4.- Desarrollo social En la adquisición de actitudes, normas y comportamientos, la sociedad es de gran influencia, este proceso se denomina socialización, el cual pasa por una etapa conflictiva durante la adolescencia (Brukner, 1975). El desarrollo social y las relaciones de los adolescentes abarcan al menos seis necesidades importantes (Rice, 2000): a. Necesidad de formar relaciones afectivas significativas, satisfactorias. b. Necesidad de ampliar las amistades de la niñez conociendo a personas de diferente condición social, experiencias e ideas. c. Necesidad de encontrar aceptación, reconocimiento y estatus social en los grupos. d. Necesidad de pasar del interés homosocial y de los compañeros de juegos de la niñez mediana a los intereses y las amistades heterosociales. e. Necesidad de aprender, adoptar y practicar patrones y habilidades en las citas, de forma que contribuyan al desarrollo personal y social, a la selección inteligente de pareja y un matrimonio con éxito. f. Necesidad de encontrar un rol sexual masculino o femenino y aprender la conducta apropiada al sexo.

Los nuevos sentimientos y necesidades emocionales, la búsqueda de la independencia, la emancipación de los padres, ocasiona que el apoyo que antes era proporcionado por la familia se busque en otros adolescentes comúnmente de su misma edad. Lo anterior está muy ligado a la dinámica familiar que él adolescente presente, ya que si el menor cuenta con un buena dinámica familiar y buena comunicación con sus padres, tendrá menor necesidad de acceder a las demandas de otros adolescentes, de igual forma aceptará las opiniones de los 13

padres por encima de sus compañeros, por lo menos en algunas áreas (Rice, 2000). En relación de pertenecer a un grupo social, se convierte en un asunto de importancia en esta etapa, debido a que de esta manera los adolescentes buscan formar relaciones y compartir intereses comunes (Rice, 2000). Esta búsqueda de pertenencia refuerza la imagen propia, por lo cual al ser rechazado por los demás se convierte en un grave problema. De tal forma, la meta es ser aceptado por los miembros de una pandilla o de un grupo al que admiran. Como consecuencia, este grupo les ayudara a establecer límites personales y en ocasiones aprender habilidades sociales necesarias para obtener un auto-concepto de la sociedad que le ayudará a formar parte del mundo adulto más adelante (Rice, 2000).

1.5.- ADOLESCENCIA NORMAL Etiquetar a un adolescente como “normal” es una tarea complicada debido a la subjetividad de la misma, y a que se necesita un proceso de razonamiento que, en numerosas ocasiones, no queda libre de la influencia del ambiente que rodea al adolescente. De esta manera, lo que se busca establecer como normales son los procesos psicológicos y patrones de conducta del adolescente, los cuales señalan su carácter adaptativo. Esto implica que los adolescentes etiquetados como “normales” en cualquier cultura o sociedad son aquellos que piensan, hacen cosas, sienten y proceden como sus pares en el afán de realizar las tareas que les ayudarán a adaptarse bio-psicosocialmente en las diferentes etapas de su desarrollo (Dulanto, 2000).

Para llegar a esta conclusión, se debe entender y aceptar que el adolescente se encuentra en una etapa de búsqueda, la que produce ansiedad, inseguridad, soledad e inestabilidad. Dicha inestabilidad, genera diferentes conductas que pueden ser vistas o calificadas como normales. Esas conductas, a su vez, no necesariamente dañan al adolescente, sino que lo motivan a seguir buscando opciones, formas de ser y soluciones, ayudándole a encontrar nuevos esquemas de funcionamiento personal y social (Dulanto, 2000).

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Se puede ubicar a un adolescente dentro de los parámetros normales, siempre y cuando, su conducta adaptativa domine su acción, de tal forma que cuando el menor se encuentre estable y pase subsecuentemente a un periodo de inestabilidad, éste se recupere sin necesidad de ninguna intervención, provista ya sea por algún adulto o terapeuta.

Dulanto (2000) concluye que los adolescentes normales presentan conductas que manifiestan una abierta confianza en sí mismos, establecen buenas relaciones con sus pares, son leales en las relaciones afectivas, pero también exhiben la habilidad para “prenderse” y “desprenderse” de los padres, compañeros y amigos con asombrosa rapidez y sin sentir angustia. La “normalidad” en este proceder consiste en la capacidad de adaptación al grupo y el vivir en armonía con la mayoría de los pares, en lugar de crear conflictos. De manera que el adolescente adquiera y desarrolle una autoestima que le proporcione confianza para desplegar conductas seguras y participativas, tanto con la familia como la sociedad.

1.6.- PROBLEMAS DE LA ADOLESCENCIA El grado de anormalidad en las conductas de los adolescentes es una función de los daños que éstas puedan ocasionar tanto a la sociedad como a él/ella mismo(a). Los jóvenes que son incapaces de abordar de una forma adecuada los problemas que se les presentan posiblemente padecen un trastorno. Uno de los mayores problemas que enfrentan los adolescentes y que tienen que resolver continuamente es el aislamiento, el cual se presenta en mayor prevalencia en los varones, probablemente porque es más difícil para ellos expresar sus sentimientos (Rice, 2000). Los adolescentes padecen soledad por diversas razones. Algunos presentan problemas para relacionarse, otros tienen dificultades para mostrar una conducta adecuada y para aprender cómo comportarse o adaptarse a situaciones diversas; algunos padecen baja autoestima y se sienten muy vulnerables a la crítica, anticipan el rechazo evitando las situaciones que podrían provocarles vergüenza (Rice, 2000).

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Otro problema es el estrés, y las pocas habilidades para enfrentarlo, lo cual puede ocasionar patologías como depresión, emplazamiento, rebeldía, drogadicción o comportamiento suicida. Éstos, pueden ocasionar consecuencias graves y suelen ocurrir en combinación con otros problemas, como los desórdenes de nutrición y la agresividad. La depresión, está vinculada a la forma negativa y pesimista de interpretar los fracasos, y afecta en gran medida a la conducta del adolescente, manifestando su estado de ánimo al exterior, lo que propicia un rechazo social (Myers, 2000).

Algunos adolescentes se avergüenzan con facilidad y sienten ansiedad al pensar que están siendo evaluados. Ante esta situación la tendencia natural es protegerse a sí mismos: hablar menos, evitar los temas que revelen ignorancia y controlar las emociones. La timidez es una forma de ansiedad social que está constituida por la inhibición y la preocupación por lo que los demás puedan pensar. Lo anterior, somete al adolescente a situaciones de estrés, el cual afecta el sistema inmunológico, dejándolo vulnerable, además de producir desesperanza y con ello reforzar la conducta depresiva (Myers, 2000).

En relación a la muerte, los adolescentes no piensan mucho a menos que se haya enfrentado a la misma (Papalia et. al., 2001), siendo que en su preocupación de descubrir su identidad, se preocuparán más de cómo viven que de cuanto vivirán, sin embargo, el suicidio consumado es la tercera causa de muerte en adolescentes en la etapa tardía, siendo los varones quienes presentan un riesgo 5 veces mayor que las mujeres, estos jóvenes tienen un antecedente relacionado a la depresión, trastornos adictivos, comportamiento antisocial o personalidad inestable, además de antecedentes familiares en relación a la conducta, siendo la baja autoestima, el pobre control de impulsos, la poca tolerancia a la frustración y la ansiedad, trastornos que se asocian al problema (Papalia et. al., 2001), en relación a la familia el alejamiento de los padres, el maltrato y rechazo de la familia (Papalia et. al., 2001).

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El adolescente se vuelve vulnerable a trastornos diversos; trastornos que experimentarán con el tiempo, pero que podrán ser resueltos si la adolescencia se vive dentro de la normalidad y de aquí la importancia de que esta etapa se encuadre en un proceso e ir consiguiendo en cada momento una adecuada adaptación en su ambiente, logrando tanto una estabilidad emocional como una integración de su persona a la vida social.

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CAPITULO II EXPLICAR EL IMPACTO DE LOS CAMBIOS FÍSICOS EN LA ADOLESCENCIA, CITANDO AUTORES

2.1.- CAMBIOS FISICOS EN LA ADOLESCENCIA POR AUTOR El periodo de la adolescencia coincide con una serie de cambios físicos que transforman el cuerpo de un niño en el de un joven adulto. Estos cambios repentinos exigen que los adolescentes y sus familias se ajusten con rapidez a la nueva imagen que deja al niño atrás.

Craig (1995), se presenta los sellos biológicos de la adolescencia: una notable aceleración en el ritmo de crecimiento, un rápido desarrollo de los órganos de reproducción y la aparición de características sexuales secundarias como el vello corporal, el incremento de grasa en el cuerpo y la masa muscular, así como el crecimiento y maduración de los órganos sexuales. Algunos de estos cambios ocurre en niños y niñas, como la mayor estatura, fuerza y vigor, pero la mayoría son específicos de cada sexo. Asimismo, Baron (1995) dice que aunque este “estirón del crecimiento” ocurre en ambos sexos, empieza primero en las niñas (a a los 10 u 11 años) que en los niños (alrededor de los 12 o 13 años). Este esfuerzo del crecimiento es un aspecto del proceso de pubertad, definida como el periodo de cambios rápidos durante el cual los individuos alcanzan la madurez sexual y la capacidad de reproducirse. En las mujeres, la pubertad está señalada por la primera menstruación, la menarca, y en los hombres por la primera emisión seminal. Además de estos cambios, que suelen conocerse como características sexuales primarias, ambos sexos sufren muchos otros cambios secundarios relacionados con la madurez

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Primarias, ambos sexos sufren muchos otros cambios secundarios relacionados con la madurez sexual. Los muchachos desarrollan pelo en el rostro y el torso y sus voces se hacen más profundas. Las muchachas experimentan el crecimiento de los senos y ensanchamiento de las caderas; ambos sexos desarrollan vello púbico. Tanto en el hombre como en la mujera, existe cierta variabilidad en el inicio de la madurez sexual; ya que, aunque la mayoria de las mujeres comienzan a menstruar a los 12 años, para algunas este proceso puede empezar a los 7 u 8 años y para otras comienzan recien a los 15 o 16 años. Lo mismo ocurre con los varones, aunque la mayoría comienza a producir esperma a los 14 o 15 años, para algunos el proceso puede empezar antes o después. También los rasgos facilaes suelen cambiar durante la pubertad. Caracteristicas infantiles como ojos grandes, frente alta, mejillas redondeadas y mentón pequeño, dan lugar a una apariencia más adulta.

Muchos adolescentes encuentran desconcertante el rápido paso de esos cambios. Justantemente, este tiempo de cambios que da inicio la pubertad, puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la identidad de los adolescentes y en su posterior desarrollo social.

Los cambios físicos y psicológicos de la adolesencia, tal como afirma Florenzano Urzúa (1998), no se dan de modo uniforme. Según este autor, es útil hablar de “fases” del cambio corporal en la adolescencia. Estos cambios corporales afectan la altura, el peso, la distribución de los tejidos grados y musculares, la secreciones hormonales y las características sexuales. Cuando los primeros de estos cambios apareen, pero la mayoría de ellos están pendientes, la persona está en la llamada “fase prepuberal”. Cuando la mayoría de los cambios que debieran producirse ya se han iniciado, se habla de la “fase puberal”. Finalmente, cuando la mayoría de los cambios corporales ya terminaron, se dice que la persona está en la “fase pospuberal”. El periodo adolescente termina así, desde el ángulo de lo biológico, cuando todos los cambios físicos asociados a la adolescencia han sido completados. 19

Aunque esta secuencia de cambios es bastante uniforme, entre los individuos hay ua considerable variación en la velocidad del cambio. Algunos adolescentes maduran más rápido que otros. Esta variabilidad en la velocidad del cambio puede afectar

el

desarrollo

psicológico

y

social

de

la

persona.

El

madurar

asincrónicamente de los propios iguales parece ser un factor de riesgo para un desarrollo emocional equilibrado. Esto depende también de la situación socioambiental del adolescente. Los cambios corporales entre los adolescentes también varían en relación con influencias socioculturales e históricas.

La importancia psicológica de lso cambios físicos puberales, señalada por Moreno y del Barrio (2000), no solo reside en los propios cambios físicos que experimentan la chica y el chico durante la adolescencia, que los hacen aparecer a sí mismos y ante los otros como un individuo diferente a la niña o niño que eran; sino en la manera en que el adolescente vive esos cambios, cómo los interpreta e integra en su visión de sí mismo.

En la pubertad no sólo se producen cambios en las características sexuales primarias y secundarias, sino también en las distintas estructuras y fisiología general del individuo: en el tamño del cuerpo, en su forma y en diversas funciones vitales. Es así que la pubertad es un acontecimiento correspondiente a la vida física de la persona, marcado por variaciones individuales dentro de cada sexo, e intraindividuales, influenciado por factores ambientales y que tiene implicaciones en su vida psiquica.

Como se ha visto, uno de lso primeros trabajos del adolescente es el de tener que admitirse con su nuevo cuerpo y con su sexo. Toma conciencia de los cambios que le suceden y de sus consecuencias en relación con su entorno, lo que hace más relevante el crecimiento físico que experimenta. En este proceso biológico, el desarrollo cognoscitivo también cumple un papel fundamental.

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CAPITULO III DEFINICIONES DE PERSONALIDAD Y EXPLICAR QUE PLANTEA LA TEORIA DE LA PERSONALIDAD DE ERIK ERIKSON 3.1.- DEFINICIONES DE PERSONALIDAD Hans Eysenck: la personalidad es la suma total de los patrones de conductas actuales o potencial de un organismo, en tanto que determinados por la herencia y el ambiente, y que se originan y se desarrollan mediante temperamento y constitución. Hermán define la personalidad como una correlación de conductas existentes en todo ser humano, realmente única y realmente estable, que perdura a lo largo del transcurso del tiempo. Catell afirma que la personalidad permite predecir lo que hará una persona en una determinada situación. En el concepto de personalidad de Catell se habla de rasgos, como una estructura mental que se obtiene de la observación coherente de un determinado comportamiento; se compone de rasgos únicos (individuales) y comunes (poseídos por todos los que conviven ciertas experiencias), de rasgos superficiales y de rasgos originarios (estos últimos son la base del comportamiento y son identificables mediante el análisis factorial). Según Miller, la personalidad se constituye en función de un elemento esencial que es el hábito (asociado entre un estímulo y una respuesta y asociado con las pulsiones primarias y secundarias) y las jerarquías de respuestas que constituyen las estructuras individuales. Gordon W. Allport afirma que la personalidad se desarrolla a partir de cierto número de datos constitucionales (disposiciones afectivas, régimen emocional de tipos de actividad, entre otros) y bajo la influencia del medio, entendido éste en sentido físico, social, ideológico, temporal, es decir, como el conjunto de los acontecimientos y traumatismos que constituyen la historia del individuo. Distingue varios aspectos de ese desarrollo: los procesos de maduración, de diferenciación y de integración.

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Sigmund Freud menciona que la personalidad es el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, en diferentes situaciones. Somos guiados y manipulados por necesidades primitivas y por traumas de nuestro pasado, los cuales residen en el inconsciente.

3.2.- EXPLICAR QUE PLANTEA LA TEORIA DE LA PERSONALIDAD DE ERIK ERIKSON Las teorías de Erik H. Erikson y sus aplicaciones prácticas para una integración de la personalidad. En su obra ampliamente diseminada y universalmente acogida, Childhood and Society, el psicoanalista Eric H. Erikson detalla para sus discípulos las ocho etapas que deben de superarse exitosamente durante el ciclo vital del ser humano para lograr una vida ajustada y libre de conflictos neuróticos. Erikson representa un distanciamiento, que no llega al rechazo, de las doctrinas del psicoanálisis ortodoxo. Su orientación es esencialmente de orientación psicosocial, mientras que las del psicoanálisis freudiano son psicosexuales. Erikson nos presenta una teoría de resolución evolutiva de conflictos, mientras que el freudianismo nos propone una teoría de conflictos con sus derivadas ansiedades.

En esta lección presentamos las bases teóricas que este ilustre pensador, en su vida avanzara, y comen-tamos en sus aplicaciones prácticas.

Las etapas de Erikson 1. Aprendiendo a confiar versus aprendiendo a desconfiar (seguridad) Este es el período desde la infancia hasta el segundo año de la vida. El niño que es querido, protegido, alimentado y bien manejado, desarrolla la capacidad de tener fe en otros y crece con un sentido de seguridad y de optimismo. Descuidado y abandonado emocionalmente, éste se desarrolla como persona insegura y descon-fiada. 22

2. Aprendiendo a ser libre versus a ser titubeante (autonomía) Entre los dieciocho meses y los 4 años de edad, el niño con buenos padres, emerge de esta etapa, libre y sin temores de orden neurótico. Posee iniciativas y exhibe independencia. Los que fallan en esta etapa, son negativitas, cabeza duras y tienden a las explosiones de ofuscación. Los últimos, son niños que invitan el rechazo.

3. Aprendiendo iniciativa versus culpabilidad (ambición) Erikson cree que en esta etapa social, que se extiende hasta el principio de la entrada a la escuela, el niño saludable aprende el uso de la imaginación constructiva, el uso de la fantasía, la coopera-ción con otros, a dirigir y a seguir. Pero, si la negligencia o la incertidumbre lo paralizan, el niño se torna miedoso, se asocia con seres marginales y se restringe en su juego y en su intuición.

4. Industria versus inferioridad (competencia) Ya en la escuela primaria, y avanzando hacia la adolescencia, el niño aprende a manejar los talentos esenciales para un ajuste social: se relaciona bien con sus amigos, progresa de juegos aislados a juegos de equipo, comprende abstracciones básicas. Completa sus tareas asignadas y se auto-disciplina. El niño que en esto falla, es una persona dudosa e incierta, plagada por miedos de fallar y con sentimientos de inferioridad.

5. Adquiriendo identidad versus la difusión de la misma (fidelidad) Desde los doce años hasta el comienzo de la adultez, el joven mantiene un diálogo interno para lograr su autodefinición y para forjar una identidad sexual estable. La fidelidad heterosexual se va-lida en esta etapa. Quien falla, a menudo procura la sexualidad temprana, las experiencias homo eróticas y manifiestan rebeldía y poco respecto por los códigos morales que gobiernan a sus pa-dres. La adolescencia, representa una etapa muy crítica y delicada en el desarrollo humano, para que sea dejada al azar o ignorada por los padres. Ya que en esta

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etapa los valores estéticos que regirán la vida del individuo se cristalizarán para siempre. El éxito, precursor de la autoestima es un factor social de mucha importancia para los adolescentes de ambos sexos.

6. Aprendiendo intimidad versus aislamiento (amor) En esta etapa el ser humano bien ajustado, cementa las bases para lograr formar relaciones estables y permanentes y para llegar a una unión matrimonial firme y duradera.

7. Aprendiendo a ser generativo versus a ser auto-absorbido (respeto) Respeto que es necesario para el matrimonio y el trabajo. Respeto que garantiza el éxito en todas las tareas emprendidas.

8. Integridad versus desesperanza (sabiduría) Si las otras etapas se desarrollan exitosamente, el ser humano llega a las fases finales de su vida para enfrentar su destino y la realidad de la muerte, con la madurez debida. Sin congojas y sin miedos.

Aplicaciones prácticas de las Etapas Psicosociales de Erikson Entre los logros más significantes del psicoanálisis ha sido el de proveernos con una teoría dinámica que define, aclara y explica el desarrollo del ser humano dentro de la adolescencia --- invención social, única a nuestra civilización. El psicoanálisis también nos ha dado un método científico para conducir el tratamiento de las ansiedades más incapacitadotas y debilitantes que afectan nuestros pacientes. El psicoanálisis, como doctrina, es una teoría de conflictos entre las varias agencias componentes de nuestras mentes, mientras que las enseñanzas de Erikson son hipótesis de desarrollo emocional y social, haciendo hincapié en las dificultades residuales, si el individuo no avanza exitosamente a través de cada etapa que lo confronta. 24

Muchos no avanzan, permitiéndonos en esos casos aplicar el esquema de Erikson para emplazarlos en sus escalas del desarrollo. Claramente, que el niño que no recibiera amor y nutrición adecuados, no confiará ni podrá ser confiado. El narcisista, del tipo Dino, es este caso. El niño que se detiene en una etapa donde la curiosidad normal se impide y donde el soporte de sus padres está ausente, crece lleno de dudas e incapaz de toda autonomía.

Entrando al colegio, el niño adquiere una noción inicial de la importancia del trabajo y de la responsabilidad para con otros. La carencia de dirección, en esta etapa, le impide crecer con una ética de labor. Este es un que niño crecerá tarado, aprendiendo a vivir de los demás. Una persona que deriva su identidad artificialmente de un estado social o de una posición heredada, es una persona que duda continuamente su competencia personal y que está plagado por sentimientos de inferioridad total --- aunque no lo parezca.

Lo último es algo de la mayor aplicación clínica. Habiendo cimentado su identidad y conociendo el valor de las relaciones sinceras, el ser humano, en lugar de aislamiento, procura esa entrega total e incondicional que muchos designan como el “amor”. La capacidad para respetar en otros las cualidades que a uno le faltan, conduce al auto-respeto. El auto-respeto, a su vez, conduce a un sentido de integridad y de independencia moral, absoluta y a la vez salu-dable.

Al fin de la jornada nos llega la sabiduría final, que nos confiere el conocimiento de que el lugar que ocu-páramos en este mundo no fue una prerrogativa gratuita, sino que fue una coincidencia fortuita con deberes fijados --- algo que tantos desconocen o que prefieren ignorar.

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En conclusión, examinen este caso Nacido en el 1948, casado por apariencias y divorciado por falta de interés emocional en su esposa. Pú-blicamente infiel a la esposa de conveniencia, a quien dejara por otra. Lo último se convertiría en factor disruptivo, resultando en la disolución del matrimonio de la mujer divorciada a quien, luego de mantenerla como su amante, finalmente, desposara. Nunca ha trabajado un solo día de su vida. Con tendencias homosexuales latentes (dicen las malas lenguas). Sin afecto o cariño ostensible por nadie --- hijos incluidos --- en espera perpetua por el día en que su madre abdique o muera…

Pero aun así, por todos venerado. ¿Quién adapta este tipo de hombre y, ahora, su esposa en el esquema magistral de Erikson? Nadie. Sin embargo, lo traemos a colación, porque nuestro augusto DSM-ETC indefectiblemente, encontraría una categoría “diagnóstica”, aunque leve, para él, como lo ha hecho para todo lo que le conviene, lindando en lo absurdo. (Aquí el libro que se recomienda es: How Normal Behavior Became Shyness por C. Lane).

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CAPITULO IV EXPLICAR QUE ES LA SEXUALIDAD Y CADA UNA DE SUS DIMENSIONES Y ELEMENTOS 4.1.- SEXUALIDAD La sexualidad es un aspecto de la vida de todos los seres humanos y está relacionada con la capacidad de sentir placer, nace con nosotros y se muere con nosotros e involucra aspectos físicos, sentimentales y emocionales. Esto quiere decir, que la sexualidad está relacionada con nuestra forma de ser, de pensar, de sentir, de actuar y de relacionarnos con otras personas y con nosotros(as) mismos(as).

De acuerdo con Sigmund Freud, la sexualidad rodea todo lo que somos, es por esto que la sexualidad no es una “cosa” que aparece de pronto en las personas adolescentes, jóvenes o adultas. La crianza y la educación, así como la edad, la cultura, la región geográfica, la familia y la época histórica inciden directamente en la forma en que cada persona vive su sexualidad.

Sucede con frecuencia que el concepto de sexualidad se confunda con los conceptos de sexo o relaciones sexuales, lo cual limita la vivencia de la sexualidad únicamente al contacto genital, pero, además del placer, el sexo y las relaciones sexuales, la sexualidad comprende aspectos como el afecto y las relaciones humanas. Por ejemplo, el afecto que una persona siente por sí misma, también llamado autoestima, así como el afecto hacia otras personas hacen parte de la sexualidad.

4.2.- ELEMENTOS DE LA SEXUALIDAD Podemos destacar algunos elementos que se engloban dentro del concepto de sexualidad:  El impulso sexual: El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual inmediato, como a la procreación. 27

 Identidad sexual y orientación sexual: La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre o mujer) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).  Relaciones sociales: En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales.

4.3.- DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre sexualidad fechado en Guatemala en 2001 la define como el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos y espirituales. Aunque puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se experimenten

ni

se

expresen

simultáneamente,

pero

tal

diversidad

de

condicionantes confiere a la sexualidad de cada persona un marcado carácter personal y específico que se manifiesta en lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

4.3.1.- Dimensión biológica Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que ver con la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y órganos regidos por el cerebro que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos, elabora la respuesta sexual humana. Los órganos de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta dimensión así como la piel, que en su totalidad constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada, junto con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital. Los órganos genitales, que se integran en esta dimensión, a menudo han monopolizado todos los aspectos placenteros de la sexualidad en detrimento del placer proveniente de otras zonas corporales como la piel. Esto, que es muy 28

evidente en el hombre, no lo ha sido tanto para la mujer, en quien se reconoce una gran sensibilidad de las zonas no genitales (piel y mucosas sobre todo), lo que la hace más sensible a estímulos táctiles como besos y caricias.

La piel, en su totalidad, constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada un agente erógeno de capital importancia Cuando el encuentro amoroso avanza y se llega a la fase de excitación, las sensaciones provenientes de los órganos de los sentidos influyen de manera distinta en cada uno de los sexos. Los estímulos auditivos favorecen la excitación sexual de la mujer sutilmente más que en el hombre, mientras que en éste juegan mayor papel los visuales.

También se integran en esta dimensión biológica las cuestiones relacionadas con el desarrollo sexual y sus diferentes etapas, que comprenden toda la vida. Desde el nacimiento, la infancia, la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de procreación y hasta cuando ésta se pierde se sigue viviendo como ser sexuado. Integra también los distintos aspectos relacionados con la respuesta sexual humana, que es posible gracias a la implicación de diferentes sistemas de nuestro organismo (nervioso, endocrino y vascular).

4.3.2.- Dimensiones psicológica y social Cada persona va perfilando a lo largo del tiempo una actitud propia sobre la sexualidad, que será facilitadora o inhibidora de su expresión según sus propias experiencias, las referidas por otras de su entorno, el ambiente social y cultural en el que está inmersa, su formación y su información, sus creencias religiosas, etc. A la vez, y de forma inevitable, transmite a su entorno una imagen basada en su conducta y en sus opiniones, que pueden ser coincidentes o no con su íntima realidad. Desde la infancia, las primeras actitudes hacia el sexo, que a menudo permanecen inalteradas, se basan en lo que oímos y percibimos de nuestros padres, madres, educadores y educadoras, así como de compañeros y compañeras. En definitiva, es indudable que el entorno social mediatiza de 29

manera importante tanto nuestra actitud como nuestra conducta hacia la sexualidad propia y ajena. Cuando surgen problemas sexuales, por leves que sean, generan en el individuo reacciones de ansiedad, inseguridad, miedo al fracaso, etc. y repercuten en la pareja, que puede responder adoptando diversas actitudes -comprensiva, de colaboración o de rechazo o irritación- pero que en general no suelen dejarla indiferente.

Así pues, la dimensión psicosocial de la sexualidad conjuga factores psicológicos (emociones, ideas, actitudes personales) con factores sociales (influencia del entorno social) y su evaluación es muy importante porque con ella se puede explicar el origen de numerosos trastornos sexuales.

4.3.3.- Dimensión medioambiental En los últimos años, algunos expertos señalan una nueva dimensión en la sexualidad, la medioambiental, movidos por la certeza de que los factores medioambientales influyen de manera clara en ella. Estos cambios provocan modificaciones diferenciales en la sexualidad de los seres vivos, y la interdependencia entre éstos y el ambiente es la base de la evolución y de la biodiversidad.

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CAPITULO V CONCLUSIONES Y BIBLIOGRAFIA DE CONSULTA 5.1.- CONCLUSIONES El adolescente tiene cambios es la etapa de la vida donde se reciben cambios tanto físicos como psicológicos como amistades y cambios de intereses empiezan a tener un poco de madures en la adolescencia tardía  El

adolescente

transita

en

esta

etapa

de

la

vida

un

periodo

de

autoconocimiento, que le permite construir una personalidad firme.  Luego de estudiar el tema se puede decir que, la gran inestabilidad emocional, los diferentes cambios físicos y psicológicos que en él se producen, más la gran inseguridad a la hora de tomar decisiones y sus constantes cuestionamiento, lo llevan a que se produzcan conflictos con sus padres, producto de la búsqueda de más libertades y con uno mismo debido al gran desequilibrio en el que se encuentra.  El inicio de la etapa sexual y las relaciones con pares del sexo opuesto, son una de las consecuencias de este desequilibrio.  El sostén de los adolescentes, son sus mismos compañeros y amigos, según ellos "los únicos que los entienden".  En este periodo, el joven se relaciona con un gran número de gente, de todas las edades y clases sociales, fruto de sus salidas. Pero también comienza a diferenciar a sus verdaderas amistades, fortaleciendo su contacto con aquellos que considere que serán para toda la vida.  La adolescencia es una etapa crucial en la vida ,ya que se generan importantes cambios corporales ,psicológicos y sociales.  El conocimiento de los riegos y factores de riesgo es importante para la promoción y prevención de la salud en el adolescente.  Los factores protectores como atributos para la salud integral del adolescente.  El papel de la familia como núcleo rector de la sociedad en la educación integral del adolescente. 31

 La Atención Primaria de la Salud como protagonista de la salud integral del adolescente en la comunidad.

La conclusión es que en la etapa de la adolescencia también se disfruta y se divierte pero van marcando un poco más de deberes y obligaciones y preocupaciones y problemas que tendrás que afrontarlos con ayuda de tus amigos o tus padres

5.2.- BIBLIOGRAFÍA  Berryman, J. (1994). Psicología del desarrollo. Manual moderno. México.  Papalia, D; Wendkos, S; Duskin, R. (2001). Psicología del Desarrollo. 8ºedición. Mc Grau Hill. Colombia.Martí,  E; Onrubia, J. (2005). Psicología del Desarrollo: El mundo deladolescente. Alfaomega. Lima – Perú.  Hoffman, L; Paris, S; Hall, E. (1996). Psicología del Desarrollo Hoy. 6ºedición. Mc Grau Hill. España.  Philip, R. (1997).Psicología del Desarrollo. Hall Hispanoamericana. S.A.México.  Medellín,

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E.

(1995).

Crecimiento

y

Desarrollo

del

ser

Humano.Guadalupe LTDA. Bogotá

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