Proyecto de Vida Desde La Fe y Vida Religiosa

PROYECTO DE VIDA DESDE LA FE Y VIDA RELIGIOSA Enrique Vega Dávila Yo quiero ser bombero Facundo Cabral – Alberto Cortés

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PROYECTO DE VIDA DESDE LA FE Y VIDA RELIGIOSA Enrique Vega Dávila Yo quiero ser bombero Facundo Cabral – Alberto Cortés El padre asegura será un ingeniero, la madre pretende que sea doctor, las tías quisieran que fuera banquero, un hombre de mundo un gran seductor, la abuela sugiere que aprenda un oficio para que la vida se pueda ganar, en tanto el abuelo augura que el niño se pondrá las botas será militar. Desde su galaxia el niño no sabe que cuando sea grande tendrá que ceder pero mientras tanto él tiene la llave del eterno sueño de ser o no ser

El hijo conjuga futuro y pasado en las opiniones de lo que será, los padres y abuelos ya lo han programado y rueda la rueda y siempre es igual. Desde su galaxia el niño ya sabe que cuando sea grande tendrá que aprender a ser como todos y a tirar la llave del eterno sueño de ser o no ser…

Bombero, bombero yo quiero ser bombero. Bombero, bombero porque es mi voluntad. Bombero, bombero yo quiero ser bombero que nadie se meta con mi identidad.

Al fin de los tiempos el niño es un viejo sentado a la sombra de su realidad y desde la infancia como en un espejo desfilan las cosas que ya no serán: la casa paterna, juguetes y amigos y aquel despilfarro de la libertad se van poco a poco quedando dormidos en los largos brazos de la soledad.

El niño es un joven que acepta el legado ya le abre sus puertas la universidad y al cabo de un tiempo es un gran abogado y al cabo de un otro también es papá.

El viejo se apaga y vuelve a su mente el niño soñando con ser o no ser, cerrando los ojos se va lentamente cantando bajito por última vez…

Un proyecto de vida desde la fe…      

Un proyecto de vida desde la fe no significa que solo la fe aparece en ella sino que la fe se hace evidente en todas las dimensiones de la vida. Un proyecto de vida desde la fe no significa decir Dios en todo instante, significa hacer evidente a Dios donde aparentemente no está. Un proyecto de vida desde la fe no significa que perderé autonomía, significa que Dios será el centro de mi vida y desde él discerniré. Un proyecto de vida desde la fe no significa que todo será devoción, significa que la celebración sacramental tendrá sentido en mi vida y mi vida entera será sacramental. Un proyecto de vida desde la fe no significa que todo estará determinado pegado a escalas muy exactas, significa que estaré en constante cuestionamiento, aprendiendo a crecer. Un proyecto de vida desde la fe no significa que seré un ángel, significa que seré una persona desde el modelo de ser humano que es Jesucristo.

Y vida religiosa…  Si me planteo la vida religiosa es importante tener en cuenta que debo ser lo que Dios quiere que seamos, se trata de elegir el camino que mejor nos conduce a eso.  La vida religiosa es una cuestión de gracia pero también de voluntad. Es dejar a Dios ser Dios en nuestras vidas.  En la vida religiosa no se trata solo de valorar nuestras fuerzas, implica reconocer nuestras capacidades y asumir nuestras limitaciones. No se trata solo de voluntad, no es que seré religioso porque yo quiero serlo sino que es iniciativa divina.







La vida religiosa no se trata de ser supercristianos, se trata de seguir a Jesús como un modelo particular en la familia religiosa en la que me encuentro. Esto exige conocer más la familia religiosa, exige saber quiénes son, dónde están... La vida religiosa es colaborar con Dios para que Él nos ayude a ser felices en un camino particular, no de modo aislado sino con otros, eso implicará ver un proyecto en el que Dios sea siempre principio y fin: Dios en mi vida, Dios en los pobres, Dios en mis hermanos de comunidad… Si iniciamos el proceso en la vida religiosa es importante dejarnos acompañar para discernir con un compañero de camino. ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Sebastián de Soria

Jesús de Nazaret, amigo de la vida, tú has caminado por las calles de tu tierra querida y has sentido la necesidad de responder a sus gritos, a sus necesidades profundas. Pero no lo hiciste solo, sino que convocaste a un grupo para que esté contigo, invitándoles a conocerte más de cerca y seguirte predicando el Reino, comprometiendo así a varones y mujeres en la aventura de la fraternidad y la entrega sin límites. Te pedimos, en este momento de nuestra historia, que tu llamada siga resonando en la vida de tu Iglesia, que mucha gente, varones y mujeres, sientan en sus entrañas la urgencia de responder a las nuevas necesidades de tu pueblo. Y que mirándote a ti, hombre para los demás, comprometan su existencia entera en servicio del reino que es justicia, fraternidad, solidaridad. Te pedimos que muchos corazones se inquieten y te sigan en el laicado, comprometiéndose en la transformación de la sociedad desde dentro, asumiendo como proyecto de vida el Evangelio vivido en la familia, en el matrimonio, en el trabajo, en las relaciones interpersonales, en el mundo de la política y de la economía, haciéndote presente donde aparentemente no estás. Te pedimos que entre los que ya han tenido una experiencia de Ti, varones y mujeres, deseen radicalizar su bautismo y responderte viviendo carismas particulares siendo testimonio del Reino siguiéndote en castidad, pobreza y obediencia en la Vida Consagrada.

Te pedimos que en el Pueblo de Dios muchos asuman la corresponsabilidad de presidir las comunidades y pongan sus emociones, fuerzas, sentimientos y pasiones formando comunidades que testimonien tu presencia viva en la historia siendo presbíteros y obispos, que te amen a Ti amando y sirviendo al Pueblo que le encomendaste. Que todos en tu Iglesia descubramos, dentro de nuestra vocación a seguirte, nuestra vocación particular a la que debamos responder con todo lo que somos. Que seamos conscientes del tesoro que llevamos y motivemos a otras personas en las diferentes respuestas que abarcan toda la vida y la vida entera, a entregar todo lo de sí. Que nos sintamos comprometidos en la vida de nuestra Iglesia y oremos y fomentemos compromisos basados en la experiencia del encuentro personal y comunitario contigo. Que María, la joven de Nazaret que dio todo de sí, nos motive con su respuesta generosa al proyecto de tu Padre, nuestro Abbá. Amén.