Principios Que Rigen El Desarrollo

Principios que rigen el desarrollo Discontinuidad Se podría definir el desarrollo como un crecimiento continuo que es pe

Views 110 Downloads 2 File size 36KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Principios que rigen el desarrollo Discontinuidad Se podría definir el desarrollo como un crecimiento continuo que es periódicamente interrumpido por breves periodos de rápido cambio. Estos breves periodos de rápido cambio marcan la transición de un estado de desarrollo a otro cualitativamente diferente. Las edades a las que ocurrían estas transiciones las describió Piaget, quien indica que los estadios del desarrollo son los siguientes: primera infancia (02), periodo preescolar (2-6), periodo escolar (6-12) y adolescencia (12-20). Aunque la ejecución en un determinado momento del desarrollo no es siempre exactamente la misma, si se encuentra dentro de un rango de desarrollo. De esta idea surge el concepto de zona de desarrollo próximo de Vygotsky, definida como la distancia entre el nivel de desarrollo real, determinado por la resolución de un problema sin ayuda, y el nivel de desarrollo potencial, determinado por la resolución de un problema bajo la guía de un adulto, o en colaboración con sus compañeros más competentes. El cuidado necesario para que se alcance el nivel de desarrollo potencial es, principalmente, la práctica.

Interacción genética-ambiente El cerebro se desarrolla en un primer momento, según un programa genéticamente determinado que hace que señales, tanto moleculares como eléctricas, surjan espontáneamente durante el desarrollo de los circuitos neuronales. Un fenómeno esencial en la creación de los circuitos neuronales es la sinaptogénesis, es decir, la creación de los contactos sinápticos entre neuronas que permitan su comunicación. La primera oleada de formación de sinapsis es un proceso aleatorio determinado que genéticamente, que produce un gran número de contactos sinápticos entre neuronas por el mero hecho de poder comunicarse empleado unos neurotransmisores concretos. De esta manera, se llegan a formar hasta un 40% más de conexiones sinápticas que en el adulto. Sin embargo, no todas ellas son funcionalmente relevantes. Por este motivo, tiene lugar el proceso de poda, tras el cual solo perduraran las conexiones más eficientes en función de las demandas ambientales, o lo que es lo mismo, las sinapsis que se repiten se mantendrán, mientras que las que no se repiten se eliminaran. El proceso de poda sináptica sería una especia

de “darwinismo neuronal”. Macroanatómicamente, este fenómeno se refleja en una disminución en el volumen de la sustancia gris cerebral. En conclusión, se puede decir que el desarrollo no está determinado, ni mucho menos, por la genética, si no que la experiencia y en general, el ambiente, juegan un papel esencial. Por este motivo, durante el periodo pre y peri natal el desarrollo del cerebro es altamente vulnerable a acontecimientos como prematuridad, bajo peso al nacer, infecciones o hipoxia, que pueden tener importantes repercusiones sobre el curso normal de desarrollo.

Jerarquía El refinamiento de los circuitos neuronales en distintas regiones del cerebro del niño no es homogéneo ni paralelo en el tiempo, es decir, es heterocrónico. Hasta hace poco se pensaba que la heterocronicidad era una característica intrínseca al desarrollo cerebral en diferentes especies. Sin embargo, en el ser humano la creación de sinapsis tiene lugar en distintos momentos para distintas regiones, durante un periodo relativamente prolongado, lo que podría suponer la emergencia de una nueva forma de organización funcional de los circuitos neurales, cualitativamente diferente de la que presentan especies filogenéticamente más antiguas. La heterocronicidad presenta un patrón espacial consistente. Según estudios, la organización cerebral ocurre, de manera general, de lateral a medial, de rostral a caudal, y del hemisferio izquierdo al derecho. El desarrollo por tanto, sigue una secuencia jerárquica de desarrollo, en el que las regiones sensoriales y motoras primarias maduran antes que las regiones asociativas, como la corteza prefrontal o las cortezas supralímbica y parietotemporal asociativa. De lo anteriormente descrito, se puede concluir que las regiones filogenéticamente más antiguas maduran antes que las más recientes. Como parece lógico, la funcionalidad de las regiones de asociación solo tiene sentido una vez que las regiones sensoriomotoras han madurado, ya que su cometido es integrar y trabajar sobre lo que se procesa inicialmente en estas últimas. En este sentido, el cerebro presenta una organización vertical, en la que las estructuras más recientes están en lo más alto de la jerarquía, ejerciendo un papel de regulación de las estructuras más antiguas, así como de autorregulación del desarrollo cortical. Esta labor esta desempeñada, principalmente, por la corteza prefrontal, que en la

especie humana ha experimentado un crecimiento desproporcionado, hasta llegar a ocupar el 29% del total de la corteza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el desarrollo de los procesos cognitivos no depende únicamente de la maduración de regiones cerebrales específicas, sino también de la maduración de las conexiones entre ellas. Para que los distintos circuitos neuronales se integren en un único sistema cognitivo, es necesario que estén bien comunicados. Un fenómeno clave para que esta comunicación sea óptima es la mielinización de los axones, que se ha relacionado con el incremento de volumen de la sustancia blanca. La mielinización consiste en la formación de vainas de mielina alrededor de los axones, con la función de incrementar la velocidad de transmisión en los impulsos eléctricos más de 100 veces. El incremento de la velocidad de procesamiento aumenta la eficacia del sistema neuronal, ya que permite mejorar la capacidad para combinar de manera precisa información de múltiples fuentes. Este proceso comienza, en pequeña medida, antes del nacimiento y continua hasta la edad adulta. En concreto, la mielinización comienza en el tercer mes de gestación y correlaciona con el aumento de peso cerebral, el sistema nervioso periférico, las raíces motoras y sensoriales, y las cortezas somatosensorial, visual y auditiva, en este orden. Poco después del nacimiento se produce la mayor parte de la mielinización. Tras el primer año de vida, el cerebelo y todas las regiones del cuerpo calloso ya han comenzado su mielinización. Paralelamente se desarrollaran las áreas de asociación parietales y temporales. Las últimas áreas en mielinizarse serán la corteza parietal posterior y la prefrontal. Esta última no completara el proceso hasta entrada la edad adulta. La mielinización se rige por este principio de jerarquía, que será también la tónica del desarrollo cognitivo.