Pobreza Mental en Colombia

POBREZA MENTAL EN COLOMBIA KELY PATRCIA CASTELLAR LOPEZ COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA ARGUMENTACION (ENSAYO) ASESOR(A):

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POBREZA MENTAL EN COLOMBIA

KELY PATRCIA CASTELLAR LOPEZ

COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA ARGUMENTACION (ENSAYO)

ASESOR(A): ROSIRIS SARMIENTO S

COORPORACION UNIVERSITARIA LATINOAMERICANA (CUL) FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS CONTADURIA PUBLICA (NOCTURNA) BARRANQUILLA - ATLANTICO

POBREZA MENTAL EN COLOMBIA

La pobreza mental es una actitud, es una manera de pensar que perpetua la pobreza porque la atención se centra en lo que uno no tiene en vez de lo que uno hace. Pensamientos y comentarios como no puedo pagar esto y nuca tendré suficiente dinero para esto y puede llegar hacer una profecía auto complicada. Colombia es un país que cuenta con una amplia extensión territorial en la cual se cuenta con gran diversidad cultural, fauna, flora y un sin número de recursos naturales que lo llevan a ser catalogado como uno de los países más ricos del mundo gracias a su potencialidad; pero al mismo tiempo se ubica dentro del grupo de los pobres o en vía de desarrollo por el desaprovechamiento de la misma, debido a la ausencia de unidad entre sus habitantes que les permita identificar cada una de las oportunidades, a través de las cuales pueden generar un progreso mayor que permita al país competir ante otros países en materia de calidad e innovación. Si se hace una comparación de Colombia frente a otros países del mundo, se encuentra que este es un país donde su población ha desarrollado una mentalidad cargada de conformismo y facilismo que les impide avanzar a la meta del desarrollo, ya que lastimosamente el país ha desarrollo una cultura del éxito fácil y rápido donde el esfuerzo, el trabajo y el tiempo que se invierta en cualquier proyecto a emprender no genera una ganancia en el corto plazo y es considerado como perdida. Esto se debe no más que a la falta de responsabilidad y disciplina que impiden a las personas aumentar su productividad e innovación llevando al país a nivel de estancamiento que se traduce en una pobreza mental, espiritual y económica generada de la improvisación. Es normal para el colombiano escuchar a diario la palabra pobreza y compartir conversaciones que tengan que ver con la aparente difícil situación que se vive en el país. El presidente no sirve, se roban la plata, hay corrupción, el subsidio no llegó, no tenemos para comer hoy, todo está caro y hasta no hay nada que hacer, son algunas de las frases que reflejan la pobre mentalidad de los habitantes del segundo país más rico en biodiversidad y uno de los más fuertes del mundo en recursos naturales no renovables. Sin embargo, si esa conversación se traslada a un extranjero, la respuesta es totalmente opuesta a quien se ha creído que vive en uno de los países más pobres del mundo. ¿Cómo está Colombia?, mal, contestaría un colombiano. Pero la realidad es que el país está bien. El extranjero lo sabe, por eso viene, invierte y aprovecha todo el potencial de este amplio territorio. Claro que lo triste es que el colombiano nunca descubre que está en uno de los países más ricos de toda la tierra. cómo explicar que países como Japón, con escasas tierras para sembrar, donde buena parte de la comida se produce en invernaderos, no tiene esmeraldas,

minerales, bosques, ni recursos naturales, y su extensión es menor a la Amazonía colombiana, y donde en esa pequeña isla conviven 130 millones de habitantes, sea la tercera potencia económica del mundo. Cómo explicar que Suiza, con apenas 41 mil kms cuadrados, menos que la extensión del departamento del Guaviare, donde sólo se pastorea cuatro meses al año, no tiene océanos ni yacimientos, y donde se necesita importar casi todo, sea una de las naciones más desarrolladas y estables económicamente del planeta. Y cómo entender que Colombia, el segundo país con mayor diversidad biológica del mundo, 35 especies de plantas en todo su territorio, vertebrados, aves, reptiles, anfibios, peces, centenares de páramos, yacimientos de petróleo, carbón, oro, níquel, plata, platino, esmeraldas, café, gas, esmeraldas, frutas, verduras, dos costas, ríos, tierras cultivables, ganado y flores, ¿tenga una mentalidad tan pobre y no figure en la economía mundial? Todo indica que el pecado colombiano es que esa pobre mentalidad de sus dirigentes, desde la época de la colonia, contagió a la gran mayoría de sus habitantes. Mientras los japoneses, suizos y otras sociedades europeas y norteamericanas aprendieron a ser disciplinados, solidarios, a trabajar en equipo, en Colombia hay egoísmo, se improvisa, no hay responsabilidad, falta mucha disciplina y aún permanece el mito de que existen razas superiores con mayor inteligencia y se menosprecia la capacidad de quienes nacen en el país. Aprender a cooperar, la disciplina y el trabajo en equipo, fueron algunos de los aspectos que llevaron a los japoneses a apoderarse de las mejores empresas constructoras de carros, celulares, motos, televisores, radios y toda la electrónica mundial. No fue la inteligencia, fue la disciplina. Un testimonio conmovedor sobre Colombia por parte de ken ji orito Díaz un colombo japonés que vive y trabaja en Colombia haciendo un trabajo social excepcional, empezó a vincularse en actividades comunitarias en ciudad Bolívar y pronto descubrió que la manera de servirle a la gente no consiste en regalar comida, como se acostumbra si no en generar un cambio de mentalidad, “al principio me preguntaban ¿Qué nos va a dar el extranjero? Y yo respondía mentalidad no me hacían caso y se iban para donde les daban mercado y ropa”. Ken ji también hace una comparación entre colombianos y japonés, y dice que el japonés no es inteligente es disciplinado ese es el secreto la disciplina. El colombiano si es inteligente lo que no sabe se lo inventa, pero non es disciplinado él se atreve a decir que el colombiano ha demostrado ser más brillante que muchas personas en el mundo “el colombiano es creativo, hábil para los negocios, tiene carisma y es espontaneo, es buena gente y se le mide a cualquier tarea”. el problema se superaría si la actitud del colombiano cambia. Aquí vale la pena recomendar la fábula del Pato y el Águila: Los patos hacen bulla y se quejan, las águilas se elevan encima del grupo y triunfan. Tristemente Colombia es un país rico que vive en la pobreza. Pareciera que generar pesar da plata. Se enseña y se transmite que hay pobreza, las donaciones la alimentan y lo peor es que la gran mayoría así lo cree.

¿Entonces, qué falta? Es necesario que el colombiano descubra que está en uno de los países más ricos de toda la tierra, que debe cambiar de mentalidad, dejar de depender de las míseras ayudas del Estado, cooperar, trabajar en equipo, creer en la riqueza que tiene el territorio; que aquí no hay pobreza, lo que hay es mentalidad pobre; que Colombia lo tiene todo, lo que hay es que saberlo aprovechar; que aquí abundan los recursos, lo que hay es que transformarlos; no basta la creatividad, se necesita disciplina; los aportes individuales son importantes, pero hay que trabajar en equipo; la envidia hay que enterrarla y sacar a relucir la solidaridad; hay que actuar en vez de alimentar la queja y la crítica.