Periodico Mural San Pedro y San Pablo

POESIA A SAN PEDRO Y SAN PABLO PEDRO Resucitado Jesús, un día te provocó a que, ante todos, hicieras triple confesión de

Views 130 Downloads 2 File size 3MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

POESIA A SAN PEDRO Y SAN PABLO PEDRO Resucitado Jesús, un día te provocó a que, ante todos, hicieras triple confesión de amor: - "¿Me quieres, Pedro, de veras?" - "Tú lo sabes bien, Señor, Tú ya sabes que te quiero." Lo repetiré tres veces, y hasta mil y en alta voz, porque ahora ya sé apoyarme en la gracia y en la fuerza que da tu resurrección. ¡De acuerdo, vale, Señor; Tú la Roca y fundamento, Tú el que guía, Tú el patrón! Yo sólo pretendo ser un descalzo pescador, como la primera vez. PABLO Y enamorado de Cristo, después de tu conversión, lo proclamas por el mundo tu Mesías y Señor. Por eso puedes decir: - "Ya el que vive no soy yo, que eres Tú quien vive en mí." Ya no me importan las leyes de la hebraica tradición, sus ritos, circuncisiones y su legalismo atroz; sólo me importa la fe, esa "fe del corazón" que es la sola que nos salva, porque es una Ley de Amor.

ACRÓSTICO S anto Dios A migo de Jesús

N adie como tú. P astor de ovejas, E n el cielo estás. D errama tu bendición. R uega por nosotros O h padre terrenal.S eguiré tu A ndar y N ada P odrá detenerme A postol y mártir que B uscaba conocimientos de Jesus de Nazareth, L a conversión y O ración.

EDITORIAL

MEDITACIÓN SOBRE SAN PEDRO Y SAN PABLO I. San Pedro había sido testigo ocular de la mayoría de los milagros de Jesucristo y, con todo, lo negó tres veces en la noche misma de su Pasión. ¡Cuánta es la fragilidad del hombre abandonado a su propia miseria! Humillémosnos, trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor. Pero no desesperemos: basta una sola mirada de Jesús para sacarnos del pecado. Lloremos, pues, a ejemplo de San Pedro, que derramaba un torrente continuo de lágrimas al solo recuerdo de su perfidia. ¡Que tus lágrimas sean como la sangre que brota de las heridas de tu corazón! (San Agustín). II. San Pablo, de perseguidor de Jesucristo, llegó a ser el Apóstol de las gentes. ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hemos hecho? Si nos hemos convertido como él, mantengámonos firmes en la virtud y muramos antes que perder la gracia de Dios. Imitemos su paciencia en los sufrimientos, su celo por la salvación de las almas, su humildad, su amor por Jesucristo. Escuchemos lo que él nos dice: Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo. III. Considera la honra que al presente reciben en la tierra estos dos Apóstoles. Los reyes, los emperadores y los papas se consideran dichosos de poder prosternarse ante las sagradas cenizas de un pescador y de un artesano, porque la santidad los ha hecho omnipotentes en el cielo. Ambiciosos: ¿qué son los honores del mundo, comparados a éstos? Regocijémosnos de que Dios haya honrado tanto a sus servidores. Pero si los santos son así honrados en la tierra, ¿qué honores no recibirán en el cielo? Humillémosnos, imitemos sus ejemplos y compartiremos su gloria.

HIMNO

San Pedro y San Pablo San Pedro y san Pablo, unidos Por un martirio de amor, En la fe comprometidos, Llevadnos hasta el Señor.

El Señor te dijo: "Simón, tú eres Piedra, Sobre este cimiento fundaré mi Iglesia: la roca perenne, la nave ligera. No podrá el infierno jamás contra ella. Te daré las llaves para abrir la puerta." Vicario de Cristo, timón de la Iglesia.

Pablo, tu palabra, como una saeta, llevó el Evangelio por toda la tierra. Doctor de las gentes, vas sembrando Iglesias; leemos tus cartas en las asambleas, y siempre de Cristo nos hablas en ellas; la cruz es tu gloria, tu vida y tu ciencia.

San Pedro y san Pablo: en la Roma eterna quedasteis sembrados cual trigo en la tierra; sobre los sepulcros, espigas, cosechas, con riesgo de sangre plantasteis la Iglesia. San Pedro y san Pablo, columnas señeras, testigos de Cristo y de sus promesas.