Perdida de Peso Rn

La pérdida de peso fisiológica en el neonato forma parte de su adaptación al mundo. Aunque los padres se agobian al ver

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La pérdida de peso fisiológica en el neonato forma parte de su adaptación al mundo. Aunque los padres se agobian al ver que la aguja de la báscula baja, no hay motivo para alarmarse. Como media, los bebés pierden entre el 10% y el 12% de su peso corporal en sus primeros días y lo empiezan a recuperar poco a poco a partir del décimo. CAUSAS MÁS HABITUALES Esta pérdida de peso se debe fundamentalmente a tres causas: 





Inexperiencia en la succión. Aunque los niños nacen con este reflejo adquirido, tardan en perfeccionarlo, de manera que muchas veces se quedan dormidos en mitad de las tomas y maman menos de lo que deberían. Pérdida de líquido. “El bebé nace con un exceso de agua que no está dentro de los vasos sanguíneos ni dentro de las células, sino, por así decirlo, libre en los tejidos. De ahí que su eliminación sea muy sencilla a través de la orina”, explica el doctor José Antonio Martínez Orgado, neonatólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro, en Majadahonda (Madrid). Expulsión del meconio. “Es la primera caca que hace el recién nacido. Está formada por restos de células de la pared intestinal, de la piel y del vello y por líquido amniótico que el feto ha tragado. Aunque su volumen es muy variable en cada caso, se calcula en unos 10 g por cada kilo de peso del niño”, nos comenta el neonatólogo. OTROS FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PÉRDIDA DE PESO DEL RECIÉN NACIDO El tipo de lactancia también repercute en el modo en que el niño va ganando peso. Por ejemplo, si la madre opta por la lactancia natural, hay que tener en cuenta que la producción de leche puede tardar en establecerse hasta 96 horas y que hasta ese momento el bebé estará alimentándose de calostro, una sustancia muy rica en proteínas y anticuerpos, pero no tan calórica como la leche. Tampoco hay que olvidar que a largo plazo, un bebé criado a pecho engorda de forma más lenta que uno que tome biberones, pero esto no significa que esté bajo de peso. Hasta los 3 meses se considera normal que un bebé alimentado con leche materna gane 170 g a la semana, frente a los 240 g que coge un bebé criado con leche de fórmula.