Pensamiento Oriental

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Pensamiento Oriental La psicología oriental puede ser reconocida por tres características generales (Needleman, 1970, citado en Engler, 1996) que la diferencian del patrón de pensamiento común en occidente, estas son: un énfasis en el yo y en lo práctico, junto a un énfasis en el conocimiento por la experiencia. El énfasis en el yo: El yo en el que se enfocan difiere rotundamente del yo entendido en Occidente, ya que el yo oriental no es un yo consciente o mente individual de la psicología occidental. En oriente se concibe al verdadero yo como una conciencia interna más profunda que identifica al individuo con el universo o cosmos. Es un llamado a no confundirse a si mismos con el rol social otorgado, ya que esta identificación es sólo maya (ilusión) ya que en la realidad última no existe un yo, una individualidad entendida como algo separado del resto del universo. Énfasis en lo practico: La verdad que buscamos no se encuentra en los libros, surge en el curso de la vida, y para permitir que aflore se debe seguir un proceso en compañía de un maestro, ya que la practica de la psicología oriental implica un entrenamiento sistemático de cuerpo y mente que nos permite percibir la verdad que yace dentro del ser interior. Énfasis en el conocimiento por la experiencia: Para entender la psicología del Zen no basta con leer al respecto, es esencial practicar y experimentar de verdad el entrenamiento Zen en forma directa. La introducción del Zen a occidente suele ser acreditada a Shunryu Susuki y Danin Katagiri en Estados Unidos y Taisen Deshimaru en Europa, quienes en las décadas de 1960 y 1970 fueron los encargados de difundir el budismo Zen fuera de oriente. El zen es una escuela del budismo que declara representar la esencia más pura de las enseñanzas de Buda. Sus orígenes se remontan a la historia de Siddartha Gautama, el Buda, quien nació alrededor del 563 a. C. en el norte de India. Las enseñanzas de este iluminado en un principio fueron conservadas por tradición oral, pero finalmente se decidió escribirlas en tres colecciones o "canastas" conocidas como la Tripitaka, su versión más antigua escrita en Pali

(antiguo idioma indio) constituyen una de las dos ramas principales del budismo, llamada Hinayana, o "pequeño vehículo" y actualmente es representada por la escuela Theravada, dominante en el sureste de Asia. La segunda rama importante es el Mahayana "gran vehículo", que utiliza principalmente la versión Sánscrita de la Tripitaka, predominante en Asia oriental. El número total de escrituras budistas está por sobre los 85.000 ejemplares. El Zen pertenece a la escuela Mahayana, con raíces en india, filtrado por el Taoísmo en China, pasando por Corea y Japón, para expandirse al mundo. El budismo Mahayana acepta que la iluminación es posible de alcanzar por cualquier persona, a diferencia de la tradición Theravada que postula que es necesario ser un sabio monástico para alcanzarla. El primero enfatiza la compasión, y el segundo la sabiduría (Engler, 1996). Las enseñanzas de Buda Lo que Buda comprendió en su despertar es asombrosamente simple y evidente, no obstante, muy profundo y difícil de entender. Primeramente descubrió un punto medio entre las posturas filosóficas-religiosas extremas existentes en su época. Por su parte los Vedas creían en un creador universal, o Brahma y almas individuales (atman), mientras otros postulaban que lo único existente es la sustancia material perceptible por los sentidos, y que al morir el individuo se extinguía por completo. La posición intermedia descubierta por Buda es la originación dependiente, esto es una ley de causalidad que conecta de forma causal todo el universo, ya que implica que todos los fenómenos vienen a la existencia dependiendo de cusas y condiciones sin las cuales no podrían ser. Es decir nada es independiente del resto, en cada existencia están contenidas las infinitas causas y componentes que dieron lugar a la originación de esa existencia. La teoría general de los sistemas aplica en parte la conciencia de esta interconetividad (Engler, 1996). Cuando Buda se refirió al "renacimiento" hizo referencia a esta originación dependiente, puesto que no existe un alma o un yo que pueda continuar para siempre, el proceso al que pertenecemos si lo hace, en el sentido de que las condiciones que confluyen en nuestra existencia actual representan una cadena sin principio, y las consecuencias de nuestro actuar se

vuelven condiciones causales cuyos efectos continuaran después de nuestra muerte. No hay reencarnación en el sentido de lamas que viajan, si no, en que lo que somos vive en los efectos que tenemos sobre los demás y sobre nuestro mundo (Engler, 1996). Las tres características de la existencia Anicca: o impermanencia significa que todo está en constante cambio, esto no es bueno ni malo, sólo es. Entender esto y aceptarlo nos lleva a la evitación de expectativas irreales. No hay nada que podamos sostener o conservar para siempre, por lo tanto el apego y la aversión no nos conducen a nada positivo. Dukkha: o sufrimiento se refiere a la insatisfacción que acarrean el apego y la aversión. La solución que da buda a este problema es reconocida como "el descubrimiento psicológico más importante de todos los tiempos" (Mosig, 1989, citado en Engler, 1996, pp. 465) y aplica el principio de la originación dependiente, si el sufrimiento existe, es por que algo lo causó, si eliminamos aquello que lo causó, el sufrimiento también será eliminado. Esta solución es expresada en lo que es conocido como las Cuatro Verdades Nobles: La primera verdad noble nos dice que el sufrimiento existe y es inherente al ser humano. La segunda verdad noble indica que el sufrimiento es causado por el anhelo de que las cosas sean de manera distinta a como son. Esto se presenta como apego (incluye avaricia y amor posesivo) y como aversión (incluyendo enojo, resentimiento y odio) La tercera verdad noble llama a terminar con el anhelo para deshacernos del sufrimiento. Por ejemplo no podemos deshacernos del dolor físico o la enfermedad, pero si podemos deshacernos de la ansiedad que generamos con nuestro procesamiento psicológico.

La cuarta verdad noble es la solución para lograr lo anterior. Para terminar con el anhelo que genera sufrimiento, Buda hace un llamado a seguir la Senda Óctuple, que consiste en (Engler, 1996): 1. El entendimiento correcto (interconectividad e impermanencia) 2. Pensamiento correcto (desprendimiento desinteresado, compasión no daño hacia todo los seres sensibles) 3. Hablar correcto (abstenerse de mentir, calumniar, injuriar, hablando sólo lo positivo y constructivo, de lo contrario mantener un "silencio noble") 4. Acción correcta (beneficio y no sufrimiento a los demás y uno mismo) 5. Vida correcta (evitar explotación de animales o personas) 6. Esfuerzo correcto (detener los pensamientos malsanos antes de que se transformen en acciones y nutrir los sanos) 7. Atención correcta (conciencia plena en el presente y consecuencia de nuestras acciones) 8. Concentración correcta (disciplina, concentración y dirección de la mente a través de la meditación) Anatta: o no ser, es lo que aparta al budismo de cualquier otra concepción, ya sea filosófica, religiosa o psicológica de la existencia puesto que niega la existencia de un yo, o un alma, catalogando lo anterior como algo ilusorio y causante de pensamientos dañinos de "mí" y "mío" que están a la base de los apegos y aversiones. Todo lo que compone el universo carece de realidad individual y separada del resto, porque sólo existen en términos de la red interconectada de condiciones causales que hace posible su existencia. Todas las cosas están compuestas de partes y no tienen existencia real distinta a las colecciones temporales de las partes. No hay una esencia, ser o alma separada que pueda existir por sí misma, aparte de las partes y condiciones componentes. Uno de los componentes que forman al ser humano es Vijnana o "conciencia" que se compone de ocho capas incluyendo tanto aspectos

concientes como inconscientes. Las primeras cinco corresponden a los cinco campos sensoriales básicos (ver, oler, escuchar, saborear y tocar) y comparten el nivel de profundidad. Más profundo encontramos el manovijnana que es la base que integra las cinco conciencias sensoriales, y su función es evaluar, imaginar, concebir y juzgar. Luego viene el manas (mente) que es el responsable de la ilusión de un "yo" o "ser" subjetivo debido a que es conciente de la propia conciencia dando la impresión de ser un algo separado que es conciente. Finalmente encontramos el amplio alayavijnana o "conciencia de almacenamiento" lugar del conocimiento y la reserva de todas las impresiones previas en forma de "semillas" que vendrían a ser lo que conocemos como esquemas cognitivos. Las anteriores conciencias deben ser entendidas no como algo separado, si no más bien como ocho aspectos de la misma conciencia. La práctica del Zen Implica un entrenamiento sistematizado de la mente del discipulo que permita crear un estado mental que facilite la realizacion de la iluminación. Este entrenamiento se lleva a cabo mediante el zazen (meditación) que exige una postura física determinada que busca el equilibrio, esto se debe a que en oriente se considera la unidad mente-cuerpo interconectada intimamente, por tanto un equilibrio y disciplina corporal conllevan un equilibrio y disciplina mental. El zazen logra la armonizacion mente-cuerpo generalmente mediante la respiracion que mantiene la conciencia en el momento presente. El zazen no es un medio para lograr la iluminacion, si no que un fin en si mismo, cuyo objetivo es simplemente sentarse mente y cuerpo juntos aquí y ahora (Engler, 1996).

Iluminación Conocida como satori, no puede ser explicado en palabras, y conciste básicamente en ser conciente justo aquí y ahora. Cada actividad es un fin en si misma. La iluminación es conseguir fluir en cada actividad de la vida diaria y en cada momento vivir plenamente la vida, el Zen es el arte de eliminar el ser (el yo) en el flujo de las actividades autotélicas. La iluminación no es el final de la

práctica Zen, puesto que esto seria un interes egoísta al poseerse de felicidad y satisfacción. El Zen enseña que al iluminarse una persona se iluminan a la vez todos los seres sensibles (Engler, 1996).

Pensamiento oriental y psicoterapia La psicoterapia oriental no busca solo restaurar el funcionamiento social saludable y adaptativo en el individuo, si no que señala que la angustia de la persona ya sea sana o enferma se debe a una maya o ilusión. Postulan los orientales que la neurosis de la humanidad radica en que se toma la descripción de la cultura con demasiada literalidad y se genera una idenificación con el rol social que se representa. Se debe buscar reconocer la naturaleza relativa e impermanente del ser mientras que observamos la realidad interconectada absoluta. El pensamiento oriental recalca también la importancia de que los terapeutas occidentales se preocupen de llevar un prceso de sanación personal antes de pretender ayudar a los demás, deben desarrollar una paz interior y la capacidad para la acción compasiva. Tanto el psiquiatra japonés Shoma Morita a principios de 1900 con la terapia de Morita, como Naikan con la terapia introspectiva son ejemplos de la introducción de conceptos y practicas orientales a la practica psicológica occidental. Ambas estan dentro de las denominadas "terapias silenciosas" puesto que principalmente buscan motivar la practica de variantes del zazen en los pacientes fomentando la meditación y contemplación (Engler, 1996). Una práctica más moderna que ha surgido alrededor del año 2000 es el deniminado Mindfulness (conciencia plena) que ha venido siendo aplicado a la reduccion del estrés, en la terapia cognitiva, la terapia de aceptación y compromiso y la terapia conductual dialéctica que ha demostrado ser efectiva en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad (Simon, 2006). Mindfulness es básicamente prestar atención al aquí y ahora, deteniendo el automatismo con el que nuestra mente suele divagar. Definido científicamente es "mantener la atención centrada en un objeto por un periodo de tiempo teóricamente ilimitado" (Lutz, Dunne y Davidson, 2007, citado en Simon, 2006. pp. 8). Esta técnica es la derivación occidental casi intacta en su fondo, de la meditación

vipassana, la que conciste en el zazen centrado en la respiración.

Referencias Engler, B. (1996). Introducción a las Teorías de la Personalidad. México: McGraw-Hill Simon, V. M. (2006). Mindfulness y Neurobiología. Revista de Psicoterapia, volumen XVII (66/67), pp. 8