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RESUMEN DEL CAPITULO DE “MORFOSINTAXIS” DE PENNY GRAMÁTICA HISTÓRICA DEL ESPAÑOL EL VERBO 3.7.1. RASGOS GENERALES DEL D

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RESUMEN DEL CAPITULO DE “MORFOSINTAXIS” DE PENNY GRAMÁTICA HISTÓRICA DEL ESPAÑOL

EL VERBO 3.7.1. RASGOS GENERALES DEL DESARROLLO DEL VERBO Algunos aspectos de la evolución de los verbos (las tendencias a la expresión analítica y sintética, la relación entre el cambio fonológico y el analógico, el acento verbal o el apócope) no se limitan a las formas verbales, sino que pertenecen también a otros ámbitos lingüísticos. No obstante revisten una especial importancia en relación con la morfología verbal. Evolución analítica y sintética La morfología del latín clásico era mucho más sintética que la del español, es decir que lo que en latín se expresaba con morfemas vinculados (sufijo -R para expresar la voz pasiva), en español se expresa con morfemas independientes (es amado). Esta tendencia analítica (que vemos por ejemplo en la expresión de la voz y del aspecto) es menos acusada en el verbo que en el sustantivo, además el español a veces presenta la tendencia opuesta, a la síntesis, como se observa en el caso de los paradigmas de futuro y de condicional, cuyas formas medievales eran a menudo de tipo analítico (contartelo é). A partir de la Edad Media ha existido una tendencia sintética a convertir el auxiliar semi-independiente en un morfema vinculado, el cual a su vez no puede separarse de los restantes morfemas que constituyen las formas verbales de futuro o condicional (contar(telo) é > (te lo) contaré). Cambio fonológico y analógico El cambio morfológico es el resultado de dos procesos opuestos: cambio fonológico y analogía. El cambio fonológico tiene lugar con independencia del sentido o del valor gramatical de la forma afectada y afecta tanto a los verbos como a cualquier tipo de palabra. Además al aplicarse ‘regularmente’ introduce irregularidad en los paradigmas morfológicos. Así /k/ seguido de vocal anterior (i, u), en español medieval se convierte en /dz/ (DĪCERE>dezir, DĪCIS>dizes), mientras mantienes su punto de articulación velar cuando va seguida de vocal no anterior, sonorizando si la consonante es intervocálica (DĪCŌ>digo, DĪCAM>diga). La analogía presiona para reducir la irregularidad morfológica a través del restablecimiento de una relación directa o icónica entre los morfemas y sus significados. Así decir mantiene la irregularidad morfológica, mientras COQ(U)ERE>cozer sufrió un posterior reajuste analógico, de forma que la consonante radical es ahora invariablemente /0/: cuezo ~ cueces. A menudo se observa que el resultado depende de la frecuencia del lexema en cuestión, los vocablos más frecuentes son los que se resisten a la reestructuración analógica (la regularidad morfológica se aprecia sobre todo en las palabras que no están entre la más frecuentes). El acento verbal La posición del acento se ha mantenido muy estable durante siglos y hoy en día continua recayendo prácticamente sobre la misma sílaba que en latín antiguo. El acento recaía sobre la penúltima sílaba si ésta era larga, bien por contener una vocal larga (CĀNTAMUS>cantámos), bien por terminar en consonante (y a pesar de contener una vocal corta, TIMÉNDŌ>temiéndo). Por contraste si la penúltima sílaba era corta, el acento recaía en la

antepenúltima (SÓLUTU>suelto). Por tanto, las formas verbales continúan teniendo el acento que determina la regla latina con excepción de los siguientes casos: - Tercera conjugación. Tuvo un desplazamiento acentual por presión analógica de la antepenúltima a la penúltima sílaba (VÉNDĔRE>vendér). El cambio en la tonicidad y la fusión en latín hablado de las vocales Ē, I, hicieron que los verbos de la tercera conjugación se convirtieron en idénticos (en cuanto a su morfología) a los de la segunda. El desplazamiento acentual analógico es en parte responsable de la reducción de las cuatro clases latinas a tres. - Cuarta conjugación. Los verbos de la cuarta conjugación que tenían cuatro o más sílabas en la primera persona del singular del presente de indicativo y en la lª, 2ª, 3ª y 6ª del presente de subjuntivo, y que contaban con una penúltima sílaba corta, tenían el acento en la antepenúltima, según la regla (APÉRIO). Por contraste en la 2ª, 3ª y 6ª del presente de indicativo, el acento recaía regularmente sobre la sílaba precedente (ÁPĚRIS). EI patrón representado por estas últimas formas, se aplicaba analógicamente a las restantes formas del presente acentuadas en el radical, con resultado abro, abra, abras, abran. [Lapesa: verbos como APÉRĪRE, tienen formas con yod y sin yod: se produce una regularización del acento, es decir que predomina la posición del acento de las formas sin yod]. - En las formas de la primera y segunda persona del plural: cuando el acento recaía en la penúltima sílaba, el acento se desplazó por analogía a la antepenúltima ocupando la misma posición que las restantes formas del paradigma. Ejemplos: imperfecto de indicativo CANTÁBAM >cantaba CANTÁBAS >cantabas CANTÁBAT >cantaba CANTABÁMUS >*CANTÁBAMUS >cantábamos CANTABÁTIS >*CANTÁBATIS >cantabais CANTÁBANT >cantaban TIMÉBAMUS> temíamos, TIMEBÁTIS>temíades>temíais CANTA(VE)RÁMUS>cantáramos, CANTA(VE)RÁDIS>cantárades>cantarais CANT(VI)SSÉMUS>cantássemos>cantásemos CANTA(VE)RÍMUS>cantáremos

- Los verbos cultos conservan todas sus vocales y por tanto tenían la posibilidad de llevar el acento en una sílaba de la raíz que no fuera la última, pero pronto se adaptaron a las reglas de acentuación de los verbos populares. Apócope de –e. La desaparición del apócope reside en la presión analógica de los paradigmas verbales, puesto que el marcador persona/número está formado en su inmensa mayoría al menos por una vocal. Vocales radicales. 2

La lengua medieval presentaba una cierta inestabilidad (vacilación) respecto a la apertura de las vocales átona (especialmente entre /e/ e /i/, ejemplo iglesia~eglesia) y entre /o/ y /u/ (logar~lugar). Esta vacilación fue explotada en el verbo para aumentar el contraste morfológico entre los verbos en –er e –ir. La vocales altas /i/ y /u/ estaban excluidas de la raíz de los verbos en –er, la raíz podía contener sólo vocales medias (/e/ u /o/) o la vocal abierta /a/. La raíz de los verbos en –ir podía contener vocales altas y la /a/ aparecía tanto en forma átona como tónica (sale, salir). En las raíces átona la variabilidad entre /e/ e /i/, o entre /o/ y /u/, nunca se asoció con ninguna diferencia de significado. Este hecho permitió a los hablante aumentar el contraste morfológico entre los verbos en –ir y –er (que de otra manera se veía amenazado) al preferir para los verbos en -ir las vocales de la raíz que no podían aparecer en los verbos en –er (esto es, la /i/ y la /u/). Esto se ve especialmente en las formas medievales del futuro y condicional (en las formas contractas). En el caso de los verbos con vocal radical velar, se llegó a la eliminación de la vocal radical /o/ en los verbos en –ir (salvo abolir, oír). En el caso de los verbos con vocal radical palatal, los resultados modernos son más complejos ya que la preferencia por vocales cerradas en la raíz de los verbos en –ir luchaba con el mecanismo de la disimilación vocálica /i/…/í/ e /e/…/í/ (pedir/pidir>pedir). Unos verbos cultos se escaparon a este patrón, así como unos verbos populares que en el Siglo de Oro se adaptaron al patrón culto (debido a la etimología), por ejemplo SCRIBERE>escribir, VIVERE>vivir. En el caso de los pretéritos fuertes, y tiempos afines, se desarrolló la misma preferencia por las vocales radicales cerradas, salvo donde lo prohibía la disimilación ante /í/. El pretérito irregular medieval no permitía /é/ radical, a veces aparecía (dexiste/dixiste, fezieron/fizieron,…) pero se hizo inadmisible antes de terminar el siglo XVI y estas formas fueron las únicas que se sustrayeron a la dismilación (dijieste, hicimos, vinisteis). 3.7.2. La voz En latín la voz pasiva se expresaba de dos modos diferentes, según se tratase de tiempos infesctum (forma sintética, -UR) o perfectum (formas analítica: participio + la forma correspondiente del auxiliar ESSE). En el latín hablado la forma analítica se extendió al infectum (reinterpretación del auxiliar) y este tipo de pasiva es la que ha sido heredada por el español, aunque con restricciones semánticas y estilísticas. 3.7.3 PERSONA Y NÚMERO En las formas de la 2ª persona del plural, la –T- intervocálica sonorizó (-TIS>/des/) y a partir del siglo XIV se eliminó. De ahí la formación de diversos casos de hiato. Formas paroxítonas (llanas) de la 2ª persona del plural CANTĀTIS >cantades (hasta 1400) >cantades/cantáes(1400-1470) >cantáes, cantáis, cantás (1470-1550) En los paradigmas del presente de indicativo, del subjuntivo y del futuro simple del español medieval, la forma vos se acentuaba en la penúltima sílaba (cantades). Tras lapérdida de la /d/ intervocálica, el hiato resultante /ée/ se resuelve bien con una asimilación /é/ (cantés), bien con la disimilación /éi/ (cantéis). La forma asimilada prevalece en América (voseo) meintras la forma disimlada prevalece ne la Península. El fenómeno se extendío en las restantes formas paroxítonas (SODES>soes>sois/sos). 3

Formas proparoxítonas (esdrujolas) de la 2ª del plural CANTĀBÁTIS

>cantávades (cambio acentual), hasta el Siglo de Oro. >cantávaes (pérdida de la /d/) >cantabais (disimilación, diptongo) >cantabas (asimilación, monoptongo), tú=vos Las formas de la segunda persona del plural de algunos paradigmas que en latín eran paroxítonas, aparecen proparoxítonas en el español medieval. Estas formas mantuvieron ia /d/ y continuaron siendo proparoxítonas hasta el Siglo de Oro. A partir del XVI, XVII esta /d/ se pierde, con lo que el hiato resultante se redujo a un diptongo (por disimilación) o monoptongaron (por asimilación). Las formas disimiladas son las que quedaron en la Península, siempre con valor de plural.

Formas oxítonas de lo 2ª del plural Los imperativos plurales latinos dieron origen a las forrnas oxítonas en español medieval. La evolución siguió dos caminos: a) La pérdida de la /e/ final: CANTÁTE>cantad. b) La asimilación de del hiato resultante de la pérdida de la /d/: CANTÁTE>*cantae>cantá. Ambas formas se utilizaron hasta el Siglo de Oro, durante el cual las formas con /d/ fueron finalmente las estándar, salvo que el imperativo fuera seguido del clítico reflexivo os: levantaos. 3.7.4. ASPECTO El aspecto es la categoría verbal cuyas formas permiten al hablante distinguir entre los diversos modos de percibir la organización de una acción o situación en el tiempo. La categoría del aspecto es independiente del tiempo, de manera que el hablante es capaz de discriminar si las estructuras internas de las situaciones pertenecen al presente, al pasado o al futuro. Aspecto perfectivo: la situación descrita es momenténea (cayó al suelo) o pertenece a un momento delimitado (apreciamos el principio y el fin). Aspecto imperfectivo: el hablante está preocupado por el desarrollo de la acción (cenaban cuando llegué). Aspecto perfecto: La situación puede haber concluido o no, pero tiene lugar en un periodo de tiempo que el hablante todavía no considera concluido (me has fastidiado mucho con tu comentario). Aspecto progresivo: El hablante puede decidir sobre el desarrollo de la situación en cuestión. Es ocmpatible con el aspecto perfectivo e imperfectivo, también con el perfecto cuando el hablante considera el tiempo no concluydo (estaban paseando cuando los vi). El verbo latino permitía la distinción (morfológica) sólo entre los aspectos perfectivo e imperfectivo, pero para expresar la anterioridad se utilizaba la sintaxis (consecutio temporum). Cambios en el sistema aspectual del latín hablado La gran innovación del latín hablado fue la introducción de formas morfológicas que servían para indicar el aspecto perfecto. Este cambio se inición entre los verbos transitivos (HABEŌ+participio). Luego el sintagma empieza a debilitarse semánticamente y a emplearse con participios que semánticamente no eran compatibles con la noción plena de posesión (HABEŌ ILLUM AUDĪTUM) o sin objeto directo: HABEŌ funciona así como morfema de aspecto perfecto, sin indicar posesión (desemantización y gramaticalización). El participio en origen dependía de un objeto directo y tenía que concordar, en género y número (he compradas unas vacas). En el s. XIII esta concordancia no era obligatoria y se abandonó en los s. XIII –XV. En el caso de los verbos intransitivos, en la Edad Media, se indicaba el aspecto perfecto por medio del sintagma ser + participio (reflejo de los verbos poniente latinos, con morfología pasiva y 4

significado activo). El participio normalmente concordaba con el sujeto verbal.(llegadas son). so venido, sea venido, seré cantado, … frente a (h)e cantado, aya cantado, avré cantado… El sistema verbal del español medieval En la mayoría de los casos las formas perfecta del sistema verbal latíno fueron sustituidas por estructuras compuestas, aunque ciertas formas perfectivas soslayaron este proceso. Las base de estas formas romances son las formas latinas reducidas del (simplificada morfológicamente, es decir sin la marca de perfectividad (-V-, -VI-, -VE-): CANTĀVĪ > CANTĀĪ >canté CANTĀ(VI)SSEM> CANTĀSSEM >cantasse>cantase. El sistema verbal del español moderno Los cambios que condujeron del español medieval al moderno son escasos: el sistema continua inalterado en su estructura general, aunque algunas formas verbales ocupan una posición diferente (por ejemplo cantara se ha desplazado al modo subjuntivo). Aspecto progresivo En los siglos recientes, el español ha desarrollado la estructura estar + gerundio para enfatizar que la situación descrita se está desarrollando. Esta estructura es compatible con cualquier tiempo verbal. 3.7.5 TIEMPO Los únicos cambios estructurales que tuvieron lugar entre el latín y el español medieval fueron la creación de una categoría de formas condicionales y la extensión de la categoría del subjuntivo a las formas futuras. 3.7.6. MODO El contraste entre modo indicativo y subjuntivo conlleva el mismo contraste fundamental del significado en latín y en español. Por algunos estudiosos el imperativo constituye un tercer modo. El contraste de los modos permitía al hablante adjudicar diferentes valores de verdad a las proposiciones contenidas en la oración. El español mantiene esa misma posibilidad de cambiar el significado de la oración al sustituir un modo por otro. Esta capacidad no solo se limita a las oraciones de relativo, sino a numerosos tipos de oraciones como las subordinadas sustantivas, las oraciones adverbiales etc. La única forma verbal que ha variado su valor modal en la historia de la lengua española es CANTĀ(VA)RAM >CANTĀRAM >cantara Que a partir del s. XIV se utiliza como un imperfecto de subjuntivo, entrando en competición con cantase.

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LOS PARADIGMAS DE PRESENTE Clases verbales En latín había cuatro clases de verbos (conjugaciones): los productivos –ĀRE e -ĪRE, y los verbos en –ĒRE y –ĔRE (productivos sólo en el subgrupo incoativo –ĒSCĔRE). Reducción de cuatro a tres conjugaciones Los verbos en–ĒRE y –ĔRE se redujeron a una clase verbal por tres procesos fonológicos:  Pérdida de la semivocal palatal [j] de la desinencia de los verbos en ĒRE (=pérdida de yod)  Equivalencia en latín hablado entre Ē e Ĭ.  Cambio acentual (desplazamiento del acento tónico). La 3ª persona del plural se modificó por analogía (era la única diferencia que quedaba en el paradigma). Algunos verbos en ĔRE se escaparon a la igualación acentual, debido a su frecuencia (ej. FÁCIMUS>femos, FÁCERE>far/fer). Cambios de conjugaciones verbales. 1. Ningún verbo en -ĀRE cambió a otra conjugación, al contrario se vio incrementado por otros procedentes de otras conjugaciones, así como préstamos verbales de lenguas no románicas. 2. La mayoría de los verbos en –ĒRE y –ĔRE se mantuvo dentro de la clase verbal y apenas incrementó su número por los verbos en -ecer (derivados de sustantivos, adjetivos y verbos: anochecer, ofrecer); de TUSSĪRE>toser y algún latinismo (defender) Al contrario perdió verbos que se desplazaron a la conjugación en-ir. 3. La clase en -ĪRE mantuvo todos los verbos supervivientes en -IRE (verbos latinos, préstamos germánicos y cultos), y se incrementó por los procedentes de las clases –ĒRE y – ĔRE que presentaban vocal radical cerrada o yod desinencial, y se extendió a otros verbos (CONFUNDĔRE>confonder/confundir: vacilación): o o o

Las vocales radicales /i/ o /u/ se convierten en marcadores morfológicos de los verbos en –ir (DĪCERE>decir, RĪDERE>reír,…). Todos los verbos en –ĒRE y varios en –ĔRE llevaban yod desinencial en las mismas formas donde aparecía en los verbos en –ir (en los que la yod se mantuvo más tiempo), FUGĔRE>huir, COMPLĒRE>cumplir. Extensión a otros verbos latinos en –ĔRE (con conjugación mixta). CONFUNDĚRE>confundir/cofonder.

3.7.8. PARADIGMAS VERBALES Presente de indicativo y subjuntivo [j] LA SEMIVOCAL PALATAL o YOD DESINENCIAL En latín la yod aparecía entre la raíz y las marcas de persona y número de todos los verbos en –ĒRE e –ĪRE, y en los verbos en –ĔRE con conjugación mixta. Atañe a la 1 p.s. y 3 p.p.del indicativo y a todas las formas de subjuntivo. Esta yod dejó de pronunciarse (por razones analógicas con los demás verbos en ĀRE y ĔRE), salvo en los grupos de verbos a continuación:  verbos en /dj/ /gj/ /bj/ La yod desinencial se convierte en fricativa palatal y se elimina tras de /e/ e /i/ (VIDEŌoyo>oigo, FUGIŌhaya, etc.). Ciertos verbos sin yod y con /d/ radical se adaptaron por analogía (CADO>cayo>caigo) y los precedido por /o/ o /u/ (que habrían dado hiato /óe/ o /úe/) extendieron la fricativa palatal 6

*fúes>fuye>huye. Este último fenómeno se extendió a los verbos cultos en –uir (ej. contribuye).  verbos en /pj/ Se conservó la yod manteniendo sorda la consonante y trasladándose a la sílaba siguiente (SAPIAM>sepa).  verbos en /nj/ La yod se conservó para palatalizar la consonante (, se dio la alternancia /ŋ/ y /n/ que fue pronto sustituida por /gn/ y /n/ : vengo, tenga,… y por analogía pongo, pongas… Las desinencia del presente Teniendo en cuenta el acento verbal, la apócope de –e, los cambios de la 2ª persona plural y el cambio de la 3ªpersona plural de los verbos en –ĔRE (-UNT>en), la evolución la evolución de las desinencias del presente es fonológicamente regular. ALTERNANCIA CONSONÁNTICA Casi todas las alternancias consonánticas de los radicales verbales se deben a la doble evolución fonológica de las consonantes velares latinas que se palatizaron delante de las vocales anteriores /e/ o /i/, y se mantienen velares ante otras vocales. La alternancia consonántica se limita a los verbos en-er e –ir. Los verbos en –ar con velar radical (presente de subjuntivo) han sido regularizados (proceso de nivelación verbal): PLICĀRE>llegar, PLICŌ>llego…, y el subjuntivo: PLICEM>lleces vs. llegue, llegues,… (=regularizado). Esquema: k Raíz (cons. velar):

rg ng sk

a o

 la consonante velar mantiene su punto de articulación

e i

 asimilación de la vocal (palatización)

1. Verbos con raíz en vocal + /k/ 2. Verbos con raíz en /rg/ o /ng/ 3. Verbos con raíz en /sk/

tipo DICERE tipo SPARGERE tipo COGNŌSCO

confluyen

Esquemas: 1. Verbos con raíz en vocal + /k/ a) vocal+k+ /o/ o /a/ >g DĪCŌ >digo b) vocal+k+ /e/ o /i/ >/dz/ (z) VĪCĪNU >vezino DĪCIS >dizes

tipo DICERE (1p. de indicativo, 16 p. Subjuntivo)

>/ / (restantes personas) >vecino >dices

Algunos verbos se adaptaron después a otros patrones morfológicos. Los verbos más frecuentes (DĪCERE >decir>decir y FACERE >fazer>hacer) mantuvieron esta alternancia. Este patrón se extendió a otros muchos verbos.

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2. Verbos con raíz en /rg/ o /ng/ a) /rg/ /ng/ + /o/ o /a/ > /rg/ /ng/ SPARGŌ >espargo b) /rg/

/ng/

+ /e/ o /i/ SPARGIS

tipo SPARGERE (1p. de indicativo, 16 p. Subjuntivo)

>/rdz / >/r / >esparzes >esparces

(restantes personas)

+ /e/ o /i/ c o /ŋ/ >/n / o /ŋ/ [ esp. Mod. ŋ>/ng/ ] TANGO >tango [vb pocos frecuentes luego pierden la alternancia] TANGIS >tañes FRANGO >frango FRANGIS >frañe FRANGERE < frañir/er, franzir

Así los verbos 1. y 2. forman un único tipo: /g/ (en 7 formas) alternando con /ndz / o /ŋ/ /en las formas restantes). Este patrón que atañe a verbos muy frecuentes se extiende a otros verbos. Algunos verbos poco frecuentes a final de la Edad Media pierden la alternancia (cuego/cuezes/cozer > cuezo/cueces/ cocer). 3. Verbos con raíz en /sk/ a) /sk/ + /o/ o /a/

> /sk/

tipo COGNŌSCO (1p. de indicativo, 16 p. Subjuntivo)

b) /sk/ + /i/ o /e/ > /ts/ > mod. / / (formas restantes) PISCĒS>peçes>peces COGNŌSCO > conosco/conosca/cono(s)çes/cono(s)çer > mod. conozco/conozca/conoces/conocer. Ajuste hacia finales del s. XV: la /ts/ de las formas mayoritarias desplaza la /s/ en las formas minoritarias del verbo (2ª-3ªp.s. y 1ª-2ª p.pl., infinitivo). Después /ts/ (escrita z) se transforma en / /. COGNŌSCO > conosco/conosca/cono(s)çes/cono(s)çer > mod. conozco/conozca/conoces/conocer. *NĀSCŌ> nasco, nasca, na(s)çes, na(s)çer >mod nazco, nazca, naces, nacer Esta alternancia frecuentísima se extendió por analogía a muchos otros verbos, incluso a verbos que presentaban otra alternacia. conduco, conduzes, conduzir >mod. conduzco, conduces, conducir.

ALTERNANCIA VOCÁLICAS Es muy frecuente y obedece a dos procesos fonológicos: 1. La metafonía1 de la vocal radical ocasionada por la yod desinencial. Se aplica sólo a los verbos en –ir (la yod permaneció más tiempo que las demás clases verbales y actuó). En los verbos en –ar no se daba yod y si aparecía en el radical se daba en todas las formas (sin alternancias). Los verbos en –er eliminaron la yod antes de que se produjera la metafonía. 2. La diptongación de las vocales tónicas / / y / / (lat. cl. Ĕ, Ŏ) y conservación del monoptongo en posición átona. N.B. Acento fuerte (raíz): nueve formas verbales (1-2-3 p.s. y 3 p.p. de indicativo y subjuntivo; p.sing. imperativo). Acento débil (desinencias): las demás. 1

metafonía. (De meta-, el gr. φωνή, voz, e -ía). 1. f. Fon. Cambio de timbre que la vocal tónica sufre por influjo de la vocal final o de un sonido vecino (RAE).

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 En la raíz de los verbos en –ar y -er Se produce diptongo en aquellos verbos que en latín tenía acento en la / / y / / tónicas (lat. cl. Ĕ, Ŏ): BŎNU>bueno, BŎNITĀTE>bondad, PĔTRA>piedra, PĚTRĀRIA>pedrera. Formas: NĔGO>niego, NĔGĀTIS>negades>negáis En latín hablado no existía un contraste entre

/ / y /e/ átonas y / / y /o/ átonas y se produjo la fusión de Ĕ, Ē e Ĭ átonas, y de Ŏ, Ō y Ŭ átonas, así el español no distinguía entre las vocales radicales átonas en verbos como: NĔCARE y SĒMINĀRE >negar, sembrar; o RŎGARE y MŌNSTRĀRE>rogar, mostrar. (=identidad de vocales radicales tónicas y átonas) Proceso analógico: extensión de la identidad de vocales radicales a las 9 formas rizotónicas (a causa de la identidad de la vocal radical entre las formas que llevaban el acento en la desinencia) produjo la introducción de un diptongo allá donde no está históricamente justificado: sembro, sembras, sembren >siembro, siembres, siembren, etc. RĬGĀRE / RĬGŌ >regar, riego PĒNSĀRE / PĒNSŌ >pensar, pienso Nivelación analógica: a) Verbos que perdieron la alternancia a favor de la raíz sin diptongo, PRAETĔNDERE/PRAETĔNDŌ >pretender, pretiendo > pretender pretendo

ej.

b) Verbos que extendieron el diptongo a todas las formas verbales (verbos relacionados con un sustantivo o adjetivo): (grueso) med. engrossar/engruesso > mod. engruesar, engrueso.

 En la raíz de los verbos en –ir Los verbos en –ir han conservado la yod (entre raíz y morfema de persona/número) más tiempo que las demás conjugaciones y tuvo un efecto metafónico sobre la vocal radical. Metafonía: proceso asimilatorio por lo que se cierra una vocal [aquí vocal radical] bajo la influencia de un elemento cerrado en la misma sílaba o en la siguiente [la yod desinencial]. Son inmunes a metafonía: /a/ y las vocales altas /i/ y /u/ (no pueden cerrarse más) /i/. Se ha extendido a los verbos con Ĭ/Ē (mides) y a la mayoría de los en Ĕ (sirves). 3. Raíz átona+yod: /i/. Se puede apreciar que la vocal /e/ se ha llegado a excluir del radical 4. Raíz átona-yod: /e/ por dos fuerzas: analogía con los verbos en con Ĭ/Ē,Ĕ; disimilación /i/…/í/ > /e/… í/. RĪDĪMUS>reímos. 9

Resultado de los cambios examinados: proceso de eliminación de /ie/ de todos los verbos con Ĕ (proceso que en la lengua estándar no ha llegado a su conclusión). El contraste entre las vocales radicales latinas Ī y Ī/Ĕ se ha eliminado y muchos verbos en Ě han pasado a ser indistinguibles de los verbos con Ī/Ĕ (ej. doble tratamiento de erguir: irgo, yergo). Vocales posteriores: Mientras las formas: 1ª, 2ª de indicativo, imperativo plural, infinitivo que con las vocales anteriores se resisten y mantienen la vocal /e/, entre los verbos en –ir cuyo radical contiene una vocal posterior, la vocal media /o/ ha sido eliminada del todo a favor de /u/. Se resisten dormir y morir, y con excepción de oír (*uir-huir). La preferencia por las vocales cerradas en la raíz de los verbos en –ir no puede tener causas fonológicas, sino que obedece a factores morfológicos y semánticos. Las desinencias de los verbos en -er e -ir en general coincidían (salvo –er/ir, -emos/imos, -edes/ides (>éis/is), los hablantes buscaron otros modos alternativos de establecer un contraste morfológico entre las dos conjugaciones verbales. Tan solo el proceso disimilatorio /i/…/í/> /e/…/i/ evitó que la polarización vocálica de las dos conjugaciones fuera total. Contraste semántico: los verbos de estado se concentraban en los verbos en –er, mientras que los de significado activo se encontraban principalmente en la conjugación en –ir [Montgomery].

PARADIGMAS IRREGULARES del presente. Distinguimos entre aquellos paradigmas que eran irregulares en latín (y que pueden haber mantenido alguna irregularidad en castellano) y aquellos que han llegado a mostrar alguna irregularidad morfológica por obra del desarrollo fonológico ‘regular’ o por la acción analógica: 1. Presentes irregulares en latín: ser, ir, dar/estar, poder. Ser, seer (ESSE, SEDĒRE >ser) Presente de indicativo (ESSE): -SUM >so >soy. Pérdida anómala de -M>so>soy a partir del s. XIV inseparable de los cambios do>doy,...2 -ĔS > -ST>s Las formas 2ª y 3ª pasaron a ser idénticas y la necesidad de distinguir entre estas dos personas dio origen a la sustitución por el correspondiente paradigma latino de futuro ĔRIS (>eres) y al mantenimiento de –ĔS(T). Estas formas quedaron sin diptongar.

-ĔST -SŬMUS -ESTIS >remplazado por *SŬTIS >sodes, sois/sos >sois modelado analógicamente según SŬMUS y SŬNT.

-SŪNT El presente de subjuntivo de ESSE fue remplazado por las formas correspondientes del sinónimo SEDĒRE (estar sentado), y evolucionó normalmente ( SEDEAM >se(y)a >sea,…). Ir (ĪRE, VADERE). Verbo que carece de consonante radical. El indicativo: vo, vas, va, imos, ides, van. Imos e ides se pierden antes del siglo XVI y se sustituyen con los del subjuntivo vamos/vades. En el presente de subjuntivo encontramos una palatal –y- antihiática (VADAM >vaa >vaya) que se extendió analógicamente desde verbos de otros paradigmas.

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El cambio tiene cierto parecido con ha >hay. Paul Lloyd, en Del latín al español, I (Madrid, Gredos), sostiene que la adicción de –y ( haya ~ haiga HABET+IBĪ > ha+y >hay Ver: de totalmente regular (mantiene el hiato /ee/ o /ea/, veo, vees, vee,...) a la reducción /ee/>/e/. Hacer: el cambio fonológico le ha conferido su forma irregular (hago/haga vs. haces/hacen). En español medieval era uno de los pocos que conservó el patrón de acentuación típico de los verbos latinos en –ĔRE. En el siglo XIII se pueden encontrar las formas femos, feches, mas tardes regularizadas > fazemos, fazedes y después >hacemos, hacéis. 8.2 El imperativo Las terminaciones singulares se reducen a dos. Las formas de imperativo plural son regulares sin excepción, hasta el Siglo de Oro hubo alternancia con las formas con y sin -d final y estas últimas se han mantenido cuando iban seguidas de un pronombre reflexivo (callaos). 8.3 El imperfecto En el indicativo. El español no muestra el menor resto del marcador -B- en el imperfecto de los verbos en -er o -ir. En español medieval las formas -ía compiten con las formas -íe/-ié. Los imperfectos con /e/ se convierten en las formas dominantes del siglo XII y del XIII. La preferencia final por las formas en /a/ se debe a la presión analógica ejercida por la primera persona del singular y por los verbos en -ar, donde el imperfecto siempre incluía el marcador /a/. En el subjuntivo ov(imos)/ov(iemos) >hub(imos)/hub(iese), HABUISSEM >ov(iesse) >hub(iese). Respecto al radical (para las formas –se/-ra): el los verbos en -er, las vocales cerradas /i/ y /u/ no son permisibles. Por contraste en los verbos en -ir, presentan una variación casi libre entre /e/ e /i/, /o/ y /u/ que acabó resolviéndose a favor de la vocal cerrada (a principio del siglo XVI) probablemente debido a la necesidad de aumentar el contraste morfológico entre las dos 11

conjugaciones. Las vocales cerradas sólo podían aparecer en el radical en el caso de los verbos irregulares en –er (oviera ~ huviera). Para explicar el diptongo /ie/ tenemos que referirnos al efecto analógico del verbo VENDERE. El imperfecto del subjuntivo en –ra. Derivan del pluscuamperfecto de indicativo latino (CANTĀVERAM). La evolución fue la misma que a la del imperfecto en-se, y se precisa que los paradigmas de los verbos en -ir (durmiera) no es reflejo de las formas contractas latinas, que habrían dado formas inexistentes (*durmira). El diptongo /ie/ se explica por el efecto del verbo VENDERE y otros derivados de DĀRE sobre el pretérito regular y tiempos relacionados con él. Valor semántico de las formas en –ra (cambios graduales pero profundos): - este paradigma tiene sus orígenes en el pluscuamperfecto de indicativo latino (queda en oraciones de relativo y registros literarios: la casa que construyera diez años antes). - adquirió un valor condicional (oraciones condicionales que expresan improbabilidad o imposibilidad). - pasó a ser equivalente del imperfecto de subjuntivo en –se (total intercambiabilidad en el siglo XIX).

3.7.8.4 El futuro y el condicional Futuro de indicativo. Las formas futuras latinas carecen de descendientes en las lenguas románicas, fueron reemplazadas por construcciones nuevas. Entre las distintas construcciones de las que se valían los hablantes, la que ha derivado el futuro en español es: HABEŌ (+- preposición) + infinitivo HABEŌ (DE/AD) CANTĀRE / CANTĀRE HABEO. HABEŌ experimentó una reducción del radical cuando tenía función auxiliar, cada miembro del paradigma fue reducido a su vocal tónica seguida de la marca de persona/número adecuada: CANTĀBŌ> CANTĀRE HABEŌ > cantar (h)e/ cantar é > cantaré. Condicional. En La actualidad el paradigma del condicional tiene dos funciones: a) se usa en la apódosis de las oraciones condicionales que expresan cumplimiento improbable o imposible. b) Oraciones subordinadas que expresan el estilo indirecto, en las que el verbum dicendi esta en pasado. Para el primer caso en latín se usaba el perfecto o pluscuamperfecto del subjuntivo, más tarde el pluscuamperfecto del indicativo y en la Edad Media comenzó a utilizarse el condicional en estas circunstancias. El paradigma del condicional se originó en el estilo indirecto (la construcción que se usaba era Acusativo + Infinitivo). Este tipo de oraciones comenzaron a ser sustituidas por construcciones con verbo subordinado conjugado, una forma futura detrás de la conjugación QUOD (futuro expresado mediante el infinitivo + HABEO). Si el verbo principal iba en pasado, el verbo subordinado adoptaba la misma forma: CREDO EUM VENTERÜM ESSE CREDE QUOD VENIRE FIABET CREDEBAM QUOD VENIRE IIABEBAT La evolución del auxiliar HABEBAM, presentaba el mismo tipo de contracción que HABEO experimentó en el futuro, es decir las formas se redujeron a la vocal tónica, seguida de la desinencia de persona/número. Formas analíticas y sintéticas. Las formas de futuro y condicional medievales con frecuencia se escribían como una sola palabra. La posibilidad de separar los dos elementos, (con doble acento en el infinitivo y en el auxiliar) persistió hasta principios de XVII y la separación se producía cuando había uno o mas pronombres átonos: escrita la he. Esta forma analítica no solo era frecuente en la Edad Media, sino obligatoria cuando el verbo encabezaba la oración, o iba precedido por ciertas 12

palabra átonas (e, mas), según la ley de enclisis (ley de Toble-Mussafia), adoptaban la forma sintética cuando el verbo iba detrás de una palabra tónica que pertenecía a la misma oración, los pronombres pertenecía al verbo. En el XVI, la inmensa mayoría de las formas de futuro y condicional eran sintéticas. Síncopa de las formas sintéticas. El desplazamiento del acento al sufijo deja la vocal del infinitivo de los verbos en –er/-ir en posición protónica, por lo que tiende a perderse (vivir he >viv’ré). Se producen entonces combinaciones consonánticas que a veces problemáticas y que fuerzan diferentes procesos de asimilación, epéntesis o metátesis (ponré > porné, pondré; sal’re >saldré,…). En algunos verbos se consolida la síncopa, en otros se repone la vocal (analogía con el resto del paradigma). Futuro del subjuntivo. El latín hispánico vio la creación del futuro del subjuntivo que carecía de equivalente en latín clásico, pero se desarrolló a partir de los paradigmas latinos: el perfecto de indicativo y el perfecto del subjuntivo. CANTĀ(VE)RŌ y CANTĀ(VE)RIM, que diferían solo en la primera y segunda persona del singular y en la acentuación de la primera y segunda persona del plural. Los dos paradigmas se redujeron a uno en el español medieval, con supervivencia ocasional de la primera persona del singular -ro. 3.7.8.5 El perfecto Las formas perfectas latinas se utilizaban: a) para expresar un aspecto de perfecto, es decir para indicar que la situación expresada por el hablante pertenece a un período temporal que aún está vigente en el momento de hablar, SEMPER ILLA AMĀVIT, él siempre la ha amado (y sigue amándola).  pasó a expresearse en latín hablado mediante formas verbales compuestas: presente de indicativo de HABĒRE+participio. b) para expresar el aspecto perfectivo y mostrar que la situación pertenecía a un período de tiempo que había concluido antes del momento de hablar, MULTOS ANNŌS ILLA AMĀVIT, la amó durante muchos años (pero ya no). continuó expresándose de forma tradicional.

3.7.8.6 El pretérito Desde un punto de visto morfológico distinguimos dos grandes tipos de perfectos en latín: -ĀRE e –ĪRE: perfectos latinos débiles (arizotónicos), con acento en las desinencias (y que influyen en los perfectos fuertes). -ĒRE y ĔRE: perfectos latinos fuertes (rizotónicos), con formas acentuadas en la raíz (lt: 1, 3, 4, 6; español: 1, 3 p.s.). 1. Muchos verbos fuertes en latín han pasado a ser débiles en español, solo pocos muy frecuentes conservaron su acentuación fuerte. 2. La influencia del paradigma débil hizo que sólo la 1ª y 3ª p. sing. conservó el acento en el radical. 3. Las terminaciones de los pretéritos fuertes han sido tomadas del paradigma débil.

El pretérito débil Pertenecían a la primera y la cuarta conjugación latinas (ĀRE e –ĪRE) más un tercer paradigma adaptado por los verbos en -ĒRE y ĔRE que cambiaron de fuerte a débil (como VENDĔRE). Verbos en –ar. En casi todas las formas se produjo el cambio fonológico regular. Salvo en casos como el de la -s de la forma moderna cantastes (rechazada por el estándar), surgió por analogía con las formas de segunda persona del singular de otros paradigmas que llevan marca -s. Verbos en -ír. Vocales radicales /i/ o /e/. Como en otros paradigmas de la conjugación en –ir, hasta el siglo XVI el pretérito en –ir en español medieval mostraba gran inestabilidad en cuanto a sus vocales radicales, luego fue seleccionado el radical /i/ (y abandonado /e/ salvo en caso de disimilación 13

/i/…/í/>/e/…/i/). Escaparon escribí, recibí, viví y algunos verbos cultos. Vocales radicales /u/ u /o/. Al final de la Edad Media y principios del siglo XVI fue seleccionada la radical /u/ (con refuerzo del contraste entre verbos en –ir/-er). Escaparon dormir, morir, oír y algunos verbos cultos. Verbos en –er. Muy pocos verbos latinos de la segunda tenían perfectos débiles, ninguno sobrevivió a las lenguas románicas. A pesar de la identidad de desinencias entre los paradigmas de pretérito en –er e –ir, estos paradigmas no se fusionaron totalmente debido al contraste entre vocales establecido en el radical.

El pretérito fuerte En español este tipo de verbos son pocos, pero frecuentes. Mantienen acentuación fuerte en la 1ª y 3ª p. del singular, y la evolución de las terminaciones se explican por analogía con los pretéritos débiles. Las vocales radicales de los pretéritos fuertes no presentan contraste en el tratamiento de los verbos en –er/-ir. Los verbos en -er permiten vocales cerradas en el radical. A causa de la ausencia del radical /e/ se distinguen cuatro grupos de verbos en el español medieval: 1. Con radical /a/ . 2. Con radical /i/ en las dos formas rizotónicas y con fuerte preponderancia de /i/ en otras formas. A partir del XVI, los verbos que pasaron a la forma moderna, solo presentan el radical /i/. 3. Con vocal radical /o/ en todo el paradigma. En la primera mitad del XVI la /u/ radical se impuso en todo el paradigma de los verbos que sobrevivieron en español moderno (anduve, estuve, hube, supe, tuve,…). 4. Con radical en /u/ en todo el paradigma. Verbos que mostraban exclusivamente la /u/ en la primera y tercera persona del singular.

Cuatro clases de perfectos fuertes latinos que tienen descendentes en español moderno: 1. Pretéritos fuertes en –UĪ (sope Verbos con radical /o/: la vocal fue doblemente cerrada en /u/ (por el efcto conjunto de la [w] que la seguía y de la Ī final): PŎSUĪ >puse modelo: respuse (RESPONDĪ). PŎTUĪ >pude modelo: andude, estude. Pretéritos fuerte con vocal radical /o/ se fusionaron en el s. XVI con los en /u/. Pocos han sobrevivido (hube, anduve, estuve, tuve, supe, cupe, puse, pude), otros se perdieron remplazados por una forma débil (creí, conocí,…) o fueron expulsadas por una forma fuerte alternativa (SĒDĪ>sove>fui, TRAXĪ>troxe>traje,…). 14

2. Pretéritos fuertes en –SĪ (o velar+XĪ) o pretéritos sigmáticos. (dezir, DĪC-SĪ=DĪXĪ>dixe Aduxe (aducir), traxe (traer), destruxe (destuir), mise (meter), quise (querer), rise (reír),… Modelos de fuxe (fluir), prise (prender), cinxe (ceñir), tinxe (teñir),… En español medieval surgió VĪXĪ (perfecto de VĪVERE) y se crearon nasque y trasqui. De los numerosos prefectos sigmáticos latinos, tan sólo algunos sobrevivieron en español medieval. La mayoría fueron sustituidos por formas débiles. Han llegado al español moderno: conduje, dije, traje y quise. 3. Pretéritos fuertes con cambio de vocal radical: FĒCĪ y VĒNĪ, VĪDĪ, FŬĪ. Un buen número de verbos marcaban el contraste entre presente y perfecto mediante la alternancia de la vocal radical, sin ninguna marca en la desinecia. Han pasado al español cuatro verbos: XII-XIII

FACĒRE: VĔNĪRE:

XVI

FĒCĪ >fezo >fizo >hizo VĒNĪ >veno >vino

VĬDĒRE: VĪDĪ >vide/vi Pasó a ser regular con la eliminación de la /d/ y consolidación de la acentuación. ESSE: FŬĪ (FŪĪ) Todos los verbos latinos supervivientes que tenían este tipo de perfecto lo sustituyeron por el tipo débil (o por otro fuerte) antes de la aparición de los primeros textos españoles (concebí, foí/fuxe, leí, moví, vencí, etc.). 4. Pretéritos fuertes con reduplicación consonántica. Dos verbos latinos cuyos perfectos mostraban reduplicación de una consonante radical fueron heredados por el español medieval: DĔDĪ (perfecto de DĀRE) y STĔTĪ (perfecto de STĀRE). Las formas de estar (estide, estido) no lograron sobrevivir a la Edad Media, no obstante sirvieron como modelo para otros pretéritos: andido, demantido, entrido, catido. Otros perfectos latinos reduplicativos fueron remplazados en español por pretéritos débiles. FORMAS VERBALES NO CONJUGADAS El infinitivo El gerundio Desciende del ablativo del gerundio latino (CANTANDŌ >cantando, TIMENDŌ>temiendo) que expresaba la manera en que se realizaba la acción expresada por el verbo. El uso latino IN+Ablativo de gerundio se conservó con sentido temporal hasta hace poco tiempo en español (en llegando, te lo doy). Las vocales radicales distinguen morfológicamente entre las clases verbales en –er/-ir (los gerundios en –er rechazan las vocales radicales /i/ y /u/), mientras los en –ir aceptan variación hasta el preferir las vocales cerradas en el siglo XVI). Hay verbos medievales cuyos radicales acababan en vocal (cayendo, trayendo, leyendo,… ) y los que acaban en /i/ (reír, freír) la fusión de la vocal hace eliminar el límite entre radical y desinencia, (seyendo-siendo, veyendo-viendo). Ha pervivido también un gerundio basado en el radical del perfecto: pudiendo. Reflejos españoles del participio de presente latino (CANTANS, TIMENS) los encontramos como sustantivos y adjetivos (cantante, amante, hirviente,..). 15

El participio Como en el caso del perfecto latino, hay que distinguir entre participios fuertes (ĀRE, ĪRE) y débiles (ĔRE, ĒRE). La mayoría de los participios fuertes que han pervivido ahora tienen un participio débil. -ATUS >ado -ITUS >ido -UTUS >udo (siglo XIII) >ido DĔDĪ (siglo XIV) * * Cfr. Paul Lloyd: formula jurídica: connoçuda (sabida, sabuda) cosa sea…  conocida cosa…

Los verbos con vocales radicales en posición final del radical aparecieron con la desinencia –ido y con el hiato entre el radical y la desinencia (caydo, creydo, leydo,…). En el caso de seer y ser encontramos las formas seydo-sido. Finalmente muchos participios fuertes fueron sustituido por participios débiles, otros sobrevivieron con valor nominal o adjetivo (tinto, tuerto, junto, falso, correcto, suelto,…). El participio de presente queda también relegado a la categoría nominal (amante), igual que los participio de futuro activos y pasivos (dividendo, futuro,…).

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