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PA QUE SE ACABE LA VAINA El libro del escritor colombiano William Ospina titulado “Pa que se acabe la vaina” es un repa

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PA QUE SE ACABE LA VAINA

El libro del escritor colombiano William Ospina titulado “Pa que se acabe la vaina” es un repaso a lo largo de la historia de Colombia, desde el tiempo de la conquista hasta el siglo actual, pero no de la historia que aparece en los libros, sino la historia real, la que no se cuenta completamente, donde se cuestiona como un país con tanta riqueza inmaterial puede ser un país con tanta violencia. Ospina empieza el escrito exponiéndole al lector cómo la idea de unificar a un país tan diverso como Colombia a través de un discurso colonial liberal fue uno de los mayores errores que se han podido cometer, puesto que, a pesar de ya ser independiente de España, los dirigentes no querían separarse del todo de Europa, pues en el fondo querían ser como ellos, lo que los llevo a querer adoptar medidas liberales que habían sido exitosas en otras partes del mundo, sin tener en cuenta que esto conllevaba a hacer profundas reformas donde se tuviera en cuenta toda la variedad étnica, climática y cultural que existía, pero eso no fue exactamente lo que se hizo, por el contrario, como lo afirma el autor, se empezó a despreciar todo lo que no tuviera similitud y no fuera compatible con las grandes ciudades europeas, empezando a importar su cultura y desechando la colombiana. Después de esto, Ospina resalta todas las fallas que se han cometido a lo largo de los diferentes gobiernos, cómo poco a poco Colombia se fue convirtiendo en uno de los países más racistas del continente, como la iglesia juzgaba a todo aquel que no considerara digno de entrar al reino de los cielos, como la democracia solo fue una ilusión porque no hubo una realmente. En complemento a esto, el autor cita diversos fragmentos de poemas de escritores que a través de sus letras intentaron expresar el dolor que sentían ante toda la situación que se presentaba en Colombia. Ospina analiza los diferentes acontecimientos importantes que sacudieron el país, comentando sin restricción sobre la masacre de las bananeras, sobre la esperanza que brindo Gaitán a todo un país para luego ser asesinado, del Frente Nacional, de todas las guerrillas que se fueron creando y del narcotráfico que ha estado presenta en Colombia durante muchos años. Acontecimientos que llevaron a la muerte de muchos inocentes y mancharon la tierra de un país que una vez le perteneció a indígenas que veneraban la madre tierra.

Aun así, Ospina resalta toda la cultura que floreció en medio de tanta tragedia, resaltando los grandes escritores, músicos, pintores que intentaron darle alegría a Colombia a través de sus obras, mostrándolo a los colombianos que aún hay esperanza de tener un país donde todos sean incluidos. Y así es como William Ospina termina su obra, mostrándole a los colombianos que hay muchas personas que aún tienen esperanza de cambiar el curso de la historia nacional y que se están empezando a levantar para luchar por lo que en realidad se merecen, también hace una invitación para conocer y amar lo propio, toda la diversidad que hay en Colombia, toda la cultura que poco a poco se ha ido olvidando. En mi opinión, William Ospina logra su cometido al momento de publicar esta obra, pues logra cautivarme haciéndome ver de una forma más clara la realidad, una realidad que ha estado siempre presente pero que se ha pasado por alto debido a la falsa armonía que se quiere proyectar todos los días, pues como bien expone Ospina (2013) que: “todavía hoy en Colombia los males no existen mientras no se hable de ellos, y el que se anima a hablar puede ser acusado de inventarlos” (p. 124). Tengo que admitir que la lectura de este texto me pone sentimental y me llena un poco de rabia e indignación al conocer todos los atropellos a los que fueron sometidas muchas personas, conocer la verdadera historia del país es doloroso, mirarla desde otra perspectiva es descubrir que no todo es tan lindo como parece, pues como fue posible que a los indígenas, quienes eran los habitantes legítimos de este continente se le despreciara de una forma tan vil y cruel, siendo rechazados y no tomados en cuenta, como pudo ser posible que los afrodescendientes, quienes fueron sacados de su tierra para explotar los recursos de un país ajeno, fueran dejados a un lado por su color de piel, por no ser digno de pertenecer a una sociedad que proclamaba amor a Dios pero que era indiferente ante el sufrimiento de otras personas. Es muy triste leer las páginas de este libro y encontrarse con que son los mismos gobernantes quienes con el pasar del tiempo se han encargado de convertir este hermoso país en uno violento, prometiéndole al pueblo un sinfín de posibilidades nuevas para lograr un bienestar general y al final dejándolo sin nada, proclamando una democracia que asegura que el país es del pueblo, pero en realidad ese concepto en Colombia esta muy distorsionado. Es realmente vergonzoso tener que leer sobre dos partidos políticos los cuales no eran muy diferentes entre sí, pero que pusieron en contra a todo un país, generando muchas muertes de inocentes, de personas fueron manipuladas porque pensaban que su líder político lo podía sacar de la pobreza, y en esta parte que relata Ospina me puedo sentir identificada, pues mi bisabuelo fue uno de los tantos perseguidos por ser parte del partido liberal, y siempre contaba con tristeza como tuvo que dejar el campo, sus tierras que les pertenecieron por muchas generaciones y empezar una nueva vida con su familia en un pequeño pueblo lejos del lugar que lo vio crecer, pues las amenazas de muerte eran constantes y no vio otra salida que adaptarse a una nueva vida. Si bien existieron algunos personajes que quisieron cambiar el rumbo de las cosas, un claro ejemplo es Gaitán, un personaje que tenía capacidad de convencimiento, que sembró en muchos colombianos la semilla de la esperanza y que de llegar a la presidencia la situación actual de

Colombia podría ser otra, pero sus palabras fueron calladas bruscamente por los mismos que decían que las decisiones estaban en mano del pueblo pero al ver que eso se podía volver realidad, que podrían perder el control se llenaron de miedo y acabaron con la vida de una persona que solo quería un mejor futuro para todos. Y luego salieron a los medios a pintar al héroe como villano y a buscar diversos culpables pues ellos eran los santos y los otros solo eran unos rebeldes que solo querían pelear para dañar la buena imagen del país. En concordancia con lo anterior, Ospina (2013) afirma que: Todos esos esfuerzos por encontrar un culpable de nuestras pestes evitaban el problema central: preguntarse quién arrojó a los guerrilleros a la insurgencia, a los delincuentes al delito, a los pobres a la pobreza, a los mafiosos al narcotráfico, a los paramilitares al combate, a los sicarios a su oficio mercenario, sino una manera de gobernar al país que cierra las puertas a todo lo que no pertenezca al orden de los escogidos. (p.179)

Y es así, gracias a la mala gestión de los gobernantes, Colombia ha vivido muchos años de violencia, cada vez enfrentando nuevos males como las diferentes guerrillas: las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el interminable narcotráfico, todos estos han sido causa del poco amor que los líderes políticos han tenido por el país y por sus habitantes. A pesar de todo estos, los colombianos nunca han dejado de ser unas personas alegres, llenas de energía, y Ospina se encarga de demostrarlo nombrando toda la riqueza musical que se ha generado, todo el arte, toda la literatura, las cuales le han dado una distracción a un país que ha vivido en las sombras de una eterna indiferencia. Pero hay que reconocer que Colombia cada vez es un país menos crédulo respecto a las promesas de los que gobiernan, exigiendo un cambio que los beneficie a todos. Para finalizar Ospina (2013) asegura que: Algo está cambiando en Colombia. Después de siglos de repeticiones, donde una cultura, un pueblo y un territorio fueron persistentemente borrados y ninguneados por poderes arrogantes, una realidad enorme está emergiendo, un pueblo desconocido está descubriendo su propia existencia, un territorio está brotando a la luz.

Este pequeño párrafo le brinda una luz de esperanza al lector, le afirma que a pesar de todo lo que ha pasado en la historia colombiana, a pesar del desprecio, de la indiferencia, el pueblo está empezando a despertarse, las nuevas generaciones empiezan a darse cuenta de toda la manipulación que existe en los que dicen tener el poder, quieren ser escuchados y tomados en cuenta, quieren un país diferente para ellos y para las generaciones venideras.