Ensayo Pa Que Se Acabe La Vaina

UN SENTIMIENTO HOSTIL, UNA REFLEXIÓN INSENSIBLE El nombre de Pa que se acabe la vaina nos remite al ensayo de William Os

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UN SENTIMIENTO HOSTIL, UNA REFLEXIÓN INSENSIBLE El nombre de Pa que se acabe la vaina nos remite al ensayo de William Ospina, superficialmente el nombre no nos dice mucho, pero es una fructífera obra que usa el registro de algunos de los antecedentes de la historia social, política, cultural y económica para exacerbar un sentimiento de crítica e indignación presente en la reflexión de nuestro cuerpo colectivo, y en especial de aquello que rigió los fenómenos tóxicos de los entes perversos internos y externos en nuestro Nación, que hasta el día de hoy sobreviven gracias al aliento y la fuerza común formada por nosotros, que aviva la llama de nuestro feliz y complaciente tercer mundo. La vaina es ese tal problema común a todo y en todos, por ello y aunque suene contradictorio, el oscurantismo hoy por hoy, brilla más que nunca en casi todos los sujetos que habitan los limites de nuestro cuerpo territorial. Caería en errores si en este breve ensayo expusiera las mismas líneas que hace Ospina frente al surgimiento de la violencia y de los problemas en nuestro país, trato de resaltar en este texto más que causas, generalidades profundas de nuestra percepción cotidiana y de la esencia del individuo social Colombiano, no es su culpa, pobre aquel hombre Colombiano que no tiene una guía más que las absurdas fuerzas violentas y de las transcripciones, pero culpable si es aquel quien sigue alentando el retroceso, el problema y enerva su propia originalidad y su propio raciocinio. Tratare de no caer en contradicciones, y de no resaltar unos de nuestro mayores defectos: empezar siempre por nombrar los defectos y problemas, antes de aquellas cosas buenas que nos inspiran y nos dan motivos de cambio. Por eso nuestro William, empieza por referirse a las figuras excluidas del montón que alcanzan a sobresalir, aunque hay algunas que no se nombran en nuestras bibliografías pero perdurarán siempre en la conciencia de pocos, cabe aquí nuestra naturaleza de la conciencia colectiva olvidadiza y de la perspicaz simulación de modelos ajenos a nuestra cultura maniatada al insolismo, la costumbre, el retroceso y la copia de lo contradictorio a lo beneficioso para nuestro progreso. Para que este juego de palabras que muchos no comprenderán sea mejor captado y adaptado a nuestra cruda realidad, seré más concreto en deducir lo que Ospina nos pretende manifestar.

Empezare por lo primero, lo que dio origen a la vivencia de nuestro días, así por lo menos estaremos en búsqueda de un culpable; nos remite la historia a las colonias, a la herencia Española, que si bien es catastrófico en el abuso de nuestros indígenas, las practicas inadecuadas de penetrabilidad religiosa, y el evidente robo de nuestras riquezas, cabe resaltar la herencia cultural, de lenguaje y de “practicas más razonables” empero, algunas practicadas por nuestros mismos ancestros. Pero allí, mismo en el mestizaje y sincretismo se halla la pérdida de identidad y la posterior imitación de símbolos de ilustración y liberalismo, (espero mi querido lector entiendan el significado de estos dos términos). De aquella imperceptible pero sincera realidad en nuestra actitud cambiante y de nuestra aptitud ya establecida, más que una indulgencia; o es la aceptación de esa realidad o lo que es peor, la invisibilidad de la misma. Pero ha este proceso general hay que restarle los pocos sujetos, organizaciones y movimientos culturales y de defensión, al reconocimiento de libertades e igualdades de nuestro pueblo, aquellos combatientes, héroes y heroínas que contribuyeron ampliamente a precedentes que acentúan la viveza de que nuestra autonomía, reconstrucción y originalidad no están del todo muertas. Tratamos de ser copias cuando no somos más que retazos disgregados procurando hacer una copia; quedando claro que es una copia mal hecha, pues se aparta y discrimina las circunstancias por la cuales las nuestras no se ajustarán nunca al modelo de copia, aunque algunas se hacen a semejanza y replica: copias tiranas y oligarcas o de centralización del poderío y sobre todo, de la humillativa y aberrante restricción del individuo, es algo así como minorizarlo, y tratarlo a tal punto como animal, un ser irracional, capaz de amaestrar y de usarlo a su imperceptible despotismo y autocracia; no es necesario acá que esta conjunción de sistemas se plasmen en un documento para ejecutarlo, lo que hasta acá se ha hecho es embellecer los nombres , debe sonar más bonito, mas adaptable a los súbditos, pero el sistema, por lo menos en Colombia, sigue siendo el mismo. Siguiendo con la copia,

si algo se hace, es una caricatura mas amañada a los intereses

particulares y tal vez la perfección en algunos aspectos maquiavélicos y no mas que perjudiciales para nuestras costumbres y tradiciones como raza, como pueblo popular, bien como indígenas,

bien como mezcla, lo que hace es asaltarla, alterarla y sofocarla más al veneno que expiran las altas clases hasta algún día destruirla en su totalidad. Pero aun bajo la influencia de estos grandes personajes y movimientos, no es menos fuerte la permeabilidad de fuerzas aparentemente extrañas pero que son bien conocidas, que como le he dicho, no se ajustan a nuestras nobles circunstancias de vivencias culturales y sociales, pero si tal vez al feroz arraigo extranjero religioso y aristocrático, donde estos vienen a imponer unas verdades absolutas que no son mas sino para ellos, pero que se van forjando por la ignorancia de nuestros pueblos acostumbrados al bajo raciocinio, movidos mas por intereses ajenos a su propia supervivencia. Pero, hasta este punto nada se ha dicho de otros culpables, ¿acaso es solo culpa de los que nos “dirigen”¨? ¿cómo darle un vuelco a esto? Es casi infructuoso tratar de cambios cuando solo tratamos de “críticas” si es que los pequeños comentarios sin ánimo de cambio reciben este nombre. así mismo, si bien las grandes esferas políticas y religiosas debido a sus intereses privados, inhumanos, que alteran la esencia del individuo llegando a ser hasta Cruel: podrá ser un concepto mayor, pero es cruel, ya que gracias a ellos estamos en paralipsis, lo es porque frena nuestro progreso y la creencia en el hombre, a esto debemos contraponernos: tener la capacidad de todos a no seguir a la manada y sensibilizarnos, pero esto no se logra cuando somos facilistas y mediocres, ¿qué podemos esperar cuando solo hacemos criticas, y vamos por donde va la corriente,? creemos a caso imposible e inalcanzable nadar en contra de aquella corriente general y que no tiene mas que un final y un especifico objetivo que saciar los intereses de los las grandes fuerzas que nos arrastran, hasta llevarnos y enaltecerlos en la cima viéndonos arrastrados y arrodillados ante ellos. “si algunos tienen enormes privilegios, creando un abismo enorme entre unos y otros, o es porque justamente lo han logrado, o es porque haciendo uso indigno de nosotros lo ha logrado”, ha esto en algún termino se podría llamar justo, por cuanto hemos permitido nuestra misma opresión legitimizando y legalizando estas formas precarias de vida ancha para pocos y trato supervivencial para el resto. Es reflejo esto de los factores reales de poder, irrisorio es que el propio Estado no sea un factor real de poder y que sea manejado por estos, ¿habrá legitimidad del Estado? ¿Cree usted que la hay? Ospina nos transmite entre ideas intertextuales que en este

Estado el fin de su constitución no es el interés común de los ciudadanos, cuando hay abandono estatal en extensas zonas y la falta de control ante los problemas, bueno, más que situarlo como problemas son situaciones que combustionan aun más la decadencia social. Años de violencia, de manifestación, de golpes, de situaciones injustas, producidas por nosotros y entre nosotros, animo de conflicto, sed insaciable de daño, ganas de poder, de dominio, de control, falta virtudes, falta carácter, falta; llega el momento de revivir, despertar del somnífero que entre nosotros circula, de dar paso a la modernidad y al liberalismo, pero no con base a conceptos de otros contenientes, sino a nuestra propia concepción, dando respuesta al desarrollo sostenible y a la preservación de nuestro tierra mama, de nuestra propia conservación, de salir del común comportamiento ajeno que permea nuestra rica cultura, nuestro inmenso territorio, nuestra gente de pueblo que merece ser el centro de atención, por el progreso, por el cambio. Así es que finalmente, conmueve y nos toca profundamente el texto de Ospina, hace ver nuestra responsabilidad como sujetos parte de esta voraz y cruda realidad, vibra nuestra alma por cada lamento sobre la degradante situación que ahora queremos cambiar, ha de empezar todo de lo local a lo global, ya empezare por hacer mi parte.

AUTOR, CALOS STEVEN PACHÓN BERNAL Facultad de Derecho, Universidad la Gran Colombia